La casa de la muerte era custodiada por un guardián llamado Ares que mataba a cualquiera que se acercara, ya sea quemándolos vivos o de otra forma, provocando gritos y ruidos por las noches. Aunque los pobladores intentaron quemar la casa, el guardián los mataba. Eventualmente, un grupo de hombres logró matar al guardián Ares, pero la casa y lo que pasó en ella permanecieron como un misterio.