El documento presenta 10 argumentos para apoyar el cierre definitivo de la Central Nuclear de Garoña en 2013. Los principales argumentos son que un accidente en Garoña podría afectar la salud de más de un millón de personas y tener efectos catastróficos en la agricultura del valle del Ebro. Además, el cierre de Garoña no afectaría el suministro eléctrico de España y la energía nuclear plantea riesgos inaceptables para la población.