El Monte de los Olivos es un cerro sagrado para el judaísmo y el cristianismo. Ha sido un lugar de entierro judío desde tiempos bíblicos y se menciona en el Nuevo Testamento como el lugar donde Jesús enseñó a sus discípulos y oró antes de su arresto. Actualmente cuenta con varias iglesias cristianas construidas en los últimos dos siglos que conmemoran estos eventos bíblicos.