La independencia de México fue el resultado de dos movimientos: el insurgente encabezado por una clase media intelectual y la insurgencia de las élites económicas, culminando en 1821 con el Plan de Iguala. Posteriormente, el país enfrentó desafíos políticos en la elección entre una monarquía constitucional y una república federal, finalmente adoptando esta última con la constitución de 1824 que estableció un sistema tripartito de gobierno. La inestabilidad política continuó con luchas de poder entre facciones y figuras como Santa Anna, Guerrero y Bustamante hasta entrar en un periodo de reformas y conflictos armados.