Investigadores han desarrollado nanorobots hechos de hojas de origami de ADN que pueden programarse para buscar y destruir tumores de manera autónoma. Cada nanorobot mide 90 por 60 nanómetros y lleva adherida una enzima que bloquea el suministro de sangre al tumor. Los nanorobots se dirigen a proteínas específicas en la superficie de las células cancerosas para atacar los tumores y degradarse en 24 horas, mostrando una regresión completa del tumor en 3 de cada 8 ratones tratados