No
Solo de
Pan
Una Guía Descriptiva de la
Doctrina Bíblica
El respondió y dijo: Escrito está: No sólo
de pan vivirá el hombre, sino de toda
palabra que sale de la boca de Dios.
Mat. 4:4
Dr. Steven Waterhouse
Th. M., D. Min.
Traducción del Ing. Mario García M.
Westcliff Press
P.O. Box 1521, Amarillo TX 79105
Prefacio
Sólo Dios puede escribir un libro perfecto. A un servidor le
enseñaron que Lutero creía que podíamos entender
solamente los fundamentos de la verdad de Dios, o sea la
teología de la cruz, mientras que Calvino intentó escribir
una teología sistemática completa. Ambos tenían razón.
Una teología perfecta es imposible, pero la Palabra de Dios
merece un esfuerzo más exhaustivo a fin de obtener la
doctrina correcta.
A pesar de nuestros mejores esfuerzos, ahora "vemos por
espejo, oscuramente" (1 Cor. 13:12). Ninguno de nosotros
puede comprender y clasificar toda la enseñanza de la
Escritura ya que poseemos una mente caída y una fuerza y
vida útil finitas. Proverbios advierte que sólo un necio se
siente bien con su propia opinión (Proverbios 12:15). Dado
que la imprenta no puede transmitir el tono emocional,
quiero que quede claramente dicho que el autor está
enterado que este libro de doctrina tiene defectos. Además,
el (la) lector(a) no debe pensar que debe obtener las mismas
conclusiones en todos los aspectos, con el fin de ser
considerado como un compañero cristiano. De hecho, la
investigación profunda de las Escrituras produce simpatía
por otros creyentes que también buscan la verdad y
caridad por aquellos que no están de acuerdo en los
detalles. El descubrimiento de la verdad de Dios es una
tarea demasiado imponente como para no apreciar a otros
que hacen su mejor esfuerzo. Si confiamos solo en
Jesucristo, el Hijo de Dios, que murió por nuestros pecados
y resucitó de entre los muertos, este es un acuerdo
suficiente en la doctrina para reconocer la salvación y el
compañerismo.
Sin embargo, Dios nos recuerda que lo busquemos con todo
nuestro corazón (Jer. 29:13). El nos ordena meditar en Su
Palabra día y noche (Josué 1:8). Pablo le dijo a Timoteo que se
entregara totalmente a las Escrituras (1 Tim. 4:13, 15-16). La
Palabra de Dios es nuestro pan de vida (Mat. 4:4). Si realmente
creemos que las Escrituras son la Palabra de Dios, el más
pequeño de los detalles será importante y debería ser de gran
interés. Quizás no logremos entender la Biblia a la perfección,
pero hay que llegar a ser obrero aprobado "que usa bien la
palabra de verdad" (2 Tim. 2:15). Debemos prestar a la Biblia
toda nuestra atención y aplicar todas nuestras fuerzas a su
estudio. La mayoría de los cristianos se niegan a obedecer el
mandato de estudiar exhaustivamente y con diligencia la Palabra.
La mayoría de los cristianos se impulsan principalmente por sus
emociones y experiencias. A la Iglesia se le debe advertir que las
emociones tienen valor, solamente al ser una respuesta a la
verdad de la Palabra de Dios. Todos los creyentes, especialmente
los obreros cristianos, somos responsables ante Dios de examinar
"cada día las Escrituras para ver si estas cosas son así" (Hechos
17:11). No me atrevo a afirmar que tengo las respuestas finales
sobre cada asunto. Afirmo humildemente que esta investigación
defectuosa ha sido mi sacrificio personal para darle a la Biblia el
vigor de mis mejores años.
Somos responsables ante Dios si es que descuidamos Su Palabra.
Somos bendecidos y recompensados si esta se convierte en el
pan de nuestra vida. Los líderes cristianos deben tener un
mensaje antes de tener un ministerio. Es maravilloso hablar en
nombre de Dios. En el libro de Job, Dios estaba furioso con los
que hicieron sólo conjeturas y expresaron opiniones humanas en
esfuerzos por enseñar y aconsejar (Job 38:2). Dios nos advierte
que debemos saber de lo que estamos hablando (Santiago 3:1).
Espero que estos estudios te ayuden y te bendigan y que le des a
la Palabra de Dios, la diligencia, la atención y el respeto que se
merece.
Dr. Steven Waterhouse
Otros Libros Por Steven Waterhouse
(Disponibles en Inglés)
Fuerza Para Su Pueblo, Un Ministerio
Para las Familias
de los Enfermos Mentales
La Santidad de la Vida
Seguridad Bendita: Una Defensa de la Doctrina de la Seguridad Eterna
¿Qué Debo Hacer Para Ser salvo?
La Definición Bíblica de la Fe Salvadora
Las Preguntas difíciles de la Vida
Para Investigación Adicional que no ha Sido Publicada diríjase a
www.webtheology.com
________________________________________________
Tercera Edición 2006
Copyright 2000 by Steven W. Waterhouse
Todos los derechos reservados. Este libro o sus porciones no podrá ser
reproducido de ninguna forma sin permiso escrito del publicador,
excepto por pasajes breves usados en comentarios.
Westcliff Press
P.O. Box 1521
Amarillo TX 79105
1-806-359-6362
www.webtheology.com
ISBN: 0970241887
Library of Congress Catalog Card Number 2006924419
(Version en Inglés)
Notas sobre la Traducción empleada.
La mayoría del texto Bíblico ha sido tomado de la
Versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en
América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas
Unidas. Utilizado con permiso.
Reconocimientos
Muchos siervos fieles de Dios trabajaron
en este proyecto. Mis propias fuerzas
hubieran fallado sin ustedes.
Hugh Akin
Daphne Barry Cox
Dan Bentley
Mary Daily
Dwight Davis
Stephen Hayward
Janet Kampschroeder
Alan N.Good, Editor
Acerca del Autor
Dr. Steven W. Waterhouse ha servido como pastor de la
Iglesia Westcliff Bible Church en Amarillo, Texas, desde
1985. Tiene títulos de Dallas Theological Seminary (D.
Min.); Capital Bible Seminary, Lanham, MD (Th. M.,
hebreo y griego); Spring Arbor University, Michigan (BA,
Ciencias Sociales) y de la Universidad de Cornerstone en
Grand Rapids, MI.
El Dr. Waterhouse y su esposa, Marilyn, tienen tres hijos;
Carlton, Nathan, y Rachel.
Se puede acceder a información sobre este libro y otros
escritos por el doctor Waterhouse a su sitio web en:
http://www.webtheology.com
Dedicación
A la congregación de Westcliff Bible Church, de
Amarillo, Texas. Dios ha grabado el compromiso
de fidelidad al ministerio de la enseñanza de
ustedes. El amor que ustedes tienen por la
Palabra de Dios ha permitido que se dediquen
años de trabajo al estudio de la Biblia y no al
desvío en otras actividades secundarias. Aún más
que el apoyo financiero, fue esta fidelidad a las
Escrituras lo que hizo posible esta investigación.
También me gustaría agradecer el buen ejemplo
cristiano de mi suegro, Russell D. Aseltine,
(1937-1990). La Biblia del Pastor Aseltine
aparece en la portada (del original Inglés).
Steven Waterhouse
ABREVIACIONES
Antiguo Testamento
Génesis Gén Eclesiastés Ecl.
Exodo Ex. Cantares Cant.
Levítico Lev. Isaías Isa.
Números Núm. Jeremías Jer.
Deuteronomio Deut. Lamentaciones Lam.
Josué Jos. Ezequiel Ez.
Jueces Jue. Daniel Dan.
Rut Rut Oseas Os.
1 Samuel 1 Sam. Joel Joel
2 Samuel 2 Sam. Amós Amós
1 Reyes 1 Reyes Abdías Abdías
2 Reyes 2 Reyes Jonás Jonás
1 Crónicas 1 Crón. Miqueas Miq.
2 Crónicas 2 Crón. Nahúm Nahúm
Esdras Esdras Habacuc Hab.
Nehemías Neh. Sofonías Sof.
Ester Est. Ageo Ageo
Job Job Zacarías Zac.
Salmos Sal Malaquías Mal.
Proverbios Prov.
Nuevo Testamento
Mateo Mat 2 Tesalonicenses 2 Tes.
Marcos Marcos 1 Timoteo 1 Tim.
Lucas Lucas 2 Timoteo 2 Tim.
Juan Juan Tito Tito
Hechos Hechos Filemón File.
Romanos Rom. Hebreos Heb.
1 Corintios 1 Cor. Santiago Sant.
2 Corintios 2 Cor. 1 Pedro 1 Pedro
Gálatas Gál. 2 Pedro 2 Pedro
Efesios Ef. 1 Juan 1 Juan
Filipenses Fil. 2 Juan 2 Juan
Colosenses Col. 3 Juan 3 Juan
1 Tesalonicenses 1 Tes. Judas Judas
Apocalipsis Ap.
Otras Abreviaciones
Mac. Macabeos
LXX Septuaginta, traducción griega antigua del Antiguo Testamento
KJV Versión del Rey Santiago
NVI Nueva versión Internacional, NTV Nueva Traducción Viviente
Y ss. Y versículos siguientes
vs. Versículo vss. Versículos ibid igual que el anterior
Comp. Compare con ej. Ejemplo
Notas del Traductor
La mayoría de la bibliografía citada es con su título original en inglés esto
es para facilidad de consulta posterior del estudiante.
Contenido
No Solo de Pan
Capítulo 1: Bibliología, La Doctrina de la Biblia 1
Capítulo 2: Teología Propia, La Doctrina de Dios 15
Capítulo 3: Angelología, La Doctrina de los Angeles 33
Capítulo 4: Satanología, La Doctrina de Satanás 41
Capítulo 5: Demonología, La Doctrina de los Demonios 55
Capítulo 6: Antropología, La Doctrina del Hombre 65
Capítulo 7: Hamartiología, La Doctrina del Pecado 79
Capítulo 8: Cristología, La Doctrina de Cristo 89
Capítulo 9: Soteriología, La Doctrina de la Salvación
Parte 1: Salvación Provista 107
Parte 2: Salvación Aplicada 135
Parte 3: Resultados de la Salvación 183
Capítulo 10: Pneumatología
Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo 251
Parte 2: Los Dones del Espíritu Santo 297
Capítulo 11: Eclesiología, Doctrina de la Iglesia 331
Capítulo 12: Escatología, Doctrina de los Eventos Futuros 401
No_Solo_de_Pan.pdf
1
Capítulo 1
BIBLIOLOGIA
La Doctrina de la Biblia
BOSQUEJO
I. Introducción 2
A. Diferencia entre la Bibliología y Las
Evidencias Cristianas 2
B. Método Clásico para Establecer la
Infalibilidad de la Biblia 2
1. Fiabilidad de la Biblia
2. La Confiabilidad de Cristo
3. El Origen Divino de la Biblia
II. Revelación 2
A. Definición
B. Diferencia entre Revelación e Ins-
piración
C. Las Clases de Revelación
1. Revelación Natural o General
2. Revelación especial 3
a. Las Teofanías
b. La Palabra Audible
c. Milagros, Señales y Maravillas
Visibles
d. Los Mensajeros Angélicos
e. El Acto de Echar Suertes
f. El Urím y el Tumín
g. Los Sueños
h. Las Visiones
i. La Historia de Israel
j. La Vida y las Enseñanzas
Verbales del Señor Jesucristo
k. El Antiguo y el Nuevo
Testamento
D. La Revelación Escrita
1. Progresiva
2. No Exhaustiva
3. Simplificada
4. Revelación Especial de Dios
al Hombre
III. Inspiración
A. Definición
B. Puntos de Vista sobre la Inspiración
1. Incorrectos
a. El Dictado
b. Conceptual
c. Parcial
d. Natural
2. Correcto (Composición Dual)
C. Doctrina del Antiguo Testamento
Acerca de la Escritura 4
1. Frases Claves
2. Declaraciones de la Ley y los
Profetas
3. Declaraciones de los Libros
Poéticos 5
D. El Nuevo Testamento Afirma Igual-
dad con el Antiguo Testamento
1. Los Autores del Nuevo Testa-
mento Tuvieron la Misma Expe-
riencia que los Autores del Anti-
guo Testamento
2. El Nuevo Testamento se Deno-
mina a si Mismo Escritura
a. Según Pedro
b. Según Pablo
E. La Doctrina Neo Testamentaria de la
Escritura
1. El Punto de Vista de Cristo Acer-
ca de la Escritura
a. Los Detalles no se Alteran
b. Gran Interés por la Verdad
c. La Inerrancia 5, 6
2. El Punto de Vista Apostólico
Acerca de las Escrituras 7
IV. Iluminación 9
V. El Canon Bíblico
A. El Canon del Antiguo Testamento
B. El Canon del Nuevo Testamento 9
VI.Los Textos Bíblicos
VII. La Bibliología y la Revelación
Continua 10
A. La Base de la Autoridad de la Iglesia
B. La Autoridad contemporánea de la
Iglesia
C. Otras Consideraciones
VIII. Bibliología e Historia de la Iglesia
No Solo de Pan
2
BIBLIOLOGIA:
LA DOCTRINA DE LA BIBLIA
I. Introducción
A Diferencia entre la Bibliología y las
Evidencias Cristianas
Es importante entender la diferencia entre la
Bibliología y la apologética. Es posible de-
mostrar que las Escrituras son dignas de
confianza por factores objetivos de varias
áreas de estudio. Este es el propósito del
estudio de la apologética o evidencias cris-
tianas. La bibliología comienza donde ter-
mina la apologética. El estudiante comienza
con creyendo que la Biblia es confiable.
Luego investiga las enseñanzas Bíblicas
acerca del origen y la naturaleza de la Escri-
tura. El propósito de la Bibliología no es
confirmar la Escritura sino desarrollar lo que
ella enseña sobre sí misma. Habrá quienes
califiquen al material de ilógico y por lo
tanto no entenderán la metodología del teó-
logo conservador. A continuación se presen-
ta una breve explicación del método clásico
para establecer la infalibilidad de la Biblia.
B. Método clásico para establecer la Infa-
libilidad de la Biblia
1. Se ha encontrado que la Biblia es un
documento seguro y confiable en todas las
áreas en las que ha sido puesta a prueba (Es-
ta área es del dominio de la Apologética)
2. En base a este documento fidedigno
hemos de confiar en lo que Jesús y sus líde-
res aprobados enseñan acerca de la Biblia y
de todas las otras áreas de la teología.
La mayoría de las declaraciones teológicas
deberán aceptarse mediante la fe en la auto-
ridad de Cristo ya que estas no están sujetas
a la verificación. (Este es el fundamento de
toda teología.)
3. Cristo, los apóstoles y los profetas en-
señan que la Escritura es de origen divino y
por lo tanto sin error. (Este es el dominio de
la Bibliología.)
II. Revelación
A. Definición
Revelación es la comunicación de la verdad
de Dios al hombre.
B. Diferencia entre Revelación e inspira-
ción
La revelación difiere de la inspiración. Se
tiene revelación en el momento en que Dios
imparte verdad al hombre, especialmente a
los profetas y apóstoles. La inspiración ocu-
rre cuando Dios garantiza el registro preciso
de la revelación para que otros sean benefi-
ciados.
C. Clases de Revelación
1. La revelación natural o general es la
verdad otorgada a todos los pueblos y en
todas las edades mediante la creación o la
consciencia (Job 12:7-9; Sal. 19:1-3; Juan
1:4; Hechos 14:15-17; 17:24-28; Rom. 1:19-
20; 2:14-15; 2 Pedro. 3:5).
Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el
firmamento anuncia la obra de sus manos.
Un día emite palabra a otro día, y una noche
a otra noche declara sabiduría. No hay
lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz.
[Sal. 19:1-3].
Porque lo que de Dios se conoce les es ma-
nifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque
las cosas invisibles de él, su eterno poder y
deidad, se hacen claramente visibles desde
la creación del mundo, siendo entendidas
por medio de las cosas hechas, de modo que
no tienen excusa. [Rom. 1:19-20].
Porque cuando los gentiles que no tienen
ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley,
éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí
mismos, mostrando la obra de la ley escrita
en sus corazones, dando testimonio su con-
ciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus
razonamientos, [Rom. 2:14-15].
Bibliología: La Doctrina de la Biblia
3
2. La revelación Especial ocurrió cuando
Dios entregó un mensaje específico a un
individuo o a un grupo determinado. Algu-
nas formas de revelación especial son:
a. Las Teofanías (apariciones de Dios
sobre la tierra, como es el caso del Angel del
Señor)
b. La palabra audible
c. Los milagros, señales y maravillas visi-
bles
d. Los mensajeros angélicos
e. El acto de echar suertes
f. El Urím y el Tumín (que eran objetos
mediante los cuales los sumos sacerdotes
podían detectar la voluntad de Dios)
g. Los sueños
h. Las visiones
i. La historia de Israel
j. La vida y las enseñanzas verbales del
Señor Jesucristo
k. El Antiguo Testamento y el Nuevo Tes-
tamento
D. La Revelación escrita (La Escritura)
La revelación escrita es una subcategoría de
la revelación especial.
1. La revelación escrita era progresiva.
Dios entregó Su verdad en pequeñas porcio-
nes y a través de un período considerable de
tiempo (ej. Dan. 12:8-9, 13; Mat. 13:17;
Juan 16:12-13; 1 Pedro. 1:10-12).
2. La revelación escrita no es exhaustiva
(Deut. 29:29; Isa. 40:13-14; Rom. 11:33).
3. La revelación escrita ha sido simplifi-
cada con el fin que podamos entender algu-
nas de las verdades acerca de Dios (Isa.
55:8-9; 1 Cor. 13:12).
4. La Biblia proclama ser una revelación
especial de Dios al hombre. (Véase “Inspi-
ración,” secciones III. C. y D. de este capítu-
lo, págs. 4 y 5, que trata de los profetas del
Antiguo Testamento y de la declaración del
Nuevo Testamento en la cual afirma ser una
revelación al igual que el Antiguo Testa-
mento.)
III. Inspiración
A. Definición
Inspiración es el acto mediante el cual Dios
supervisa la producción de las Escrituras
con el fin de que se produzcan sin error en
los manuscritos originales. Inspiración sig-
nifica que la Biblia es “exhalada” por Dios,”
o sea que es una obra de Dios, una creación
de Dios, un producto divino. Inerrancia sig-
nifica que la Biblia como es una obra del
Dios de verdad, no contiene ningún error.
La Infalibilidad se entrelaza con la inerran-
cia, pero el énfasis de esta no solo es la
verdad objetiva sino también la confiabili-
dad práctica. Los acontecimientos de la Bi-
blia son verdaderos y sus promesas son
completamente seguras y dignas de confian-
za ya que nunca han fallado y jamás lo
harán.
B. Puntos de vista acerca de la Inspi-
ración
Para poder tener un entendimiento completo
y preciso de las Escrituras es imperativo
que reconozcamos los puntos de vista inco-
rrec-tos de la inspiración con el fin de evi-
tarlos y que entendamos los correctos.
1. Los siguientes son los puntos de
vista incorrectos acerca de la inspiración.
a. La teoría del dictado declara que
Dios dictó cada palabra de la Biblia a los
hombres y que estos simplemente las escri-
bieron.
b. La teoría conceptual menciona que
Dios entregó las ideas a los hombres y que
estos fueron abandonados posteriormente
con el fin de que usaran sus propias habili-
dades y registraran esas ideas.
c. La teoría de la inspiración parcial
declara que la Biblia es inspirada en las áre-
as religiosas pero que en las áreas seculares
puede cometer errores.
d. La teoría de la inspiración natural
sostiene que la Biblia se escribió como re-
sultado de la estimulación natural o la inteli-
gencia como es el caso de un buen músico o
No Solo de Pan
4
poeta.
2. El punto de vista correcto (el de la
composición dual) declara que la Escritura
es una composición combinada divino-
humana. Dios reveló el tema y supervisó la
escritura para que esta estuviese libre de
error. Sin embargo Dios permitió la libertad
humana con su propia dicción, modismos y
lógica. El resultado de la composición dual
es que aunque cada autor humano escribió
en su estilo muy particular, el producto final
fue el registro inerrable de lo que Dios quiso
comunicar. Varios pasajes afirman que
Dios y el autor humano escribieron (Mat.
1:22; 2:15; 12:17; 19:4-5; 22:43; Mar 12:36;
Hech. 1:16; 2:16; 3:18; 4:25; 28:25; 1 Cor.
14:37; 1 Tim. 4:1; Heb. 1:5-13; 2:12-13;
3:7; 4:7; 10:15).
“…que el Espíritu Santo habló an-
tes por boca de David…” [Hechos
1:16].
“Mas esto es lo dicho por el profeta
Joel:” [Hechos 2:16].
”Pero Dios ha cumplido así lo que
había antes anunciado por boca de
todos sus profetas” [Hechos 3:18].
“que por boca de David tu siervo di-
jiste …” [Hechos 4:25].
“… Bien habló el Espíritu Santo
por medio del profeta Isaías a nues-
tros padres” [Hechos 28:25].
C. Doctrina del Antiguo Testamento acer-
ca de la Escritura
1. Las frases claves “Así dice el Señor” y
“La Palabra del Señor vino a” se usan lite-
ralmente miles de veces.
2. Las declaraciones de la Ley y los Profe-
tas afirman no solo que el Antiguo testa-
mento es una revelación divina, sino que de
una manera específica, las palabras fueron
dictadas algunas veces por Dios y en todo
momento fueron guiadas por El mismo. A
esto se le llama Inspiración Verbal.
“Profeta les levantaré de en medio de
sus hermanos, como tú; y pondré
mis palabras en su boca, y él les
hablará todo lo que yo le mandare”
[Deut. 18:18].
“Y nunca más se levantó profeta en
Israel como Moisés, a quien haya co-
nocido Jehová cara a cara”[Deut.
34:10].
“Estas son las palabras postreras de
David. Dijo David hijo de Isaí, Dijo
aquel varón que fue levantado en al-
to, El ungido del Dios de Jacob, El
dulce cantor de Israel: El Espíritu de
Jehová ha hablado por mí, Y su
palabra ha estado en mi lengua.”
[2 Sam. 23:1-2].
“Porque Jehová me dijo de esta ma-
nera con mano fuerte, y me enseñó
que no caminase por el camino de es-
te pueblo, diciendo... [Isa. 8:11].
¡A la ley y al testimonio! Si no dije-
ren conforme a esto, es porque no les
ha amanecido. [Isa. 8:20].
Y este será mi pacto con ellos, dijo
Jehová: El Espíritu mío que está
sobre ti, y mis palabras que puse
en tu boca, no faltarán de tu boca, ni
de la boca de tus hijos, ni de la boca
de los hijos de tus hijos, dijo Jehová,
desde ahora y para siempre” [Isa.
59:21].
Y extendió Jehová su mano y tocó mi
boca, y me dijo Jehová: He aquí he
puesto mis palabras en tu boca”
[Jer. 1:9].
Fueron halladas tus palabras, y yo
las comí; y tu palabra me fue por
gozo y por alegría de mi corazón;
porque tu nombre se invocó sobre
mí, oh Jehová Dios de los ejércitos”
[Jer. 15:16].
Bibliología: La Doctrina de la Biblia
5
“Así habló Jehová Dios de Israel, di-
ciendo: Escríbete en un libro todas
las palabras que te he hablado.”
[Jer. 30:2].
“Me dijo: Hijo de hombre, come lo
que hallas; come este rollo, y ve y
habla a la casa de Israel. Y abrí mi
boca, y me hizo comer aquel rollo. Y
me dijo: Hijo de hombre, alimenta tu
vientre, y llena tus entrañas de este
rollo que yo te doy. Y lo comí, y fue
en mi boca dulce como miel. Luego
me dijo: Hijo de hombre, ve y entra a
la casa de Israel, y habla a ellos con
mis palabras” [Ez. 3:1-4].
3. Las declaraciones de los libros poéticos
dejan en claro que la Escritura es perfecta,
pura y veraz (Sal. 12:6; 18:30; 19:7-8;
119:140, 142, 151, 160; Prov. 30:5).
“La ley de Jehová es perfecta, que
convierte el alma; El testimonio de
Jehová es fiel, que hace sabio al sen-
cillo. Los mandamientos de Jehová
son rectos, que alegran el corazón; El
precepto de Jehová es puro, que
alumbra los ojos.” [Sal. 19:7-8].
“Y tu ley la verdad…” [Sal.
119:142].
“Y todos tus mandamientos son
verdad.” [Sal. 119:151].
La suma de tu palabra es verdad,
Y eterno es todo juicio de tu justi-
cia.” [Sal. 119:160].
D. El Nuevo Testamento Afirma igualdad
con el Antiguo Testamento.
Cristo pre autentificó el Nuevo Testamento
al enseñar a sus apóstoles que el Espíritu
Santo vendría y les guiaría a toda verdad
(Juan 14:16). De esta manera el Nuevo tes-
tamento es Escritura al igual que el Antiguo
Testamento.
1. Los autores del Nuevo Testamento tu-
vieron las mismas experiencias que los auto-
res del Antiguo Testamento en lo que se
refiere a recibir revelación y dirección del
Espíritu Santo, y ellos demandaron la misma
autoridad que tenían los autores del Anti-
guo Testamento (Juan 14:26; 15:26-27;
16:12-14; Rom. 16:25-26; 1 Cor. 2:10, 13;
4:1; 11:23; 14:37; 2 Cor. 12:7; Gál. 1:11-12;
Ef. 3:2-5; Col. 1:25-26; 1 Tes. 2:13; 2 Tes.
2:15; 3:6, 14; 1 Tim. 4:1; 2 Pedro 3:1-2; 1
Juan 4:6; Ap. 1:1).
2. El Nuevo Testamento se denomina a si
mismo Escritura. Por lo que los pasajes
principales que hablan acerca de las Escritu-
ras se refieren a ambos Testamentos.
a. 2 Pedro 3:15-16 se refiere a las epístolas
de Pablo como “Escrituras”
b. 1 Tim. 5:18 cita a Lucas 10:7 y la llama
“Escritura.”
E. La Doctrina del Nuevo Testamento
acerca de la Escritura
1. El punto de vista del Señor es el factor
determinante para desarrollar una teología
de la Escritura. Cristo reconoció al Antiguo
Testamento como infalible y El pre-
autentificó el registro escrito del Nuevo Tes-
tamento (véase la página 10).
“No penséis que he venido para
abrogar la ley o los profetas; no he
venido para abrogar, sino para cum-
plir. Porque de cierto os digo que
hasta que pasen el cielo y la tierra, ni
una jota ni una tilde pasará de la
ley, hasta que todo se haya cumpli-
do” [Mat. 5:17-18].
Mat. 5:17-18 enseña que el hombre no tiene
autoridad para cambiar aún el más pequeño
detalle de la Escritura. Esto no enseña la
inerrancia de una manera directa pero sin
lugar a duda la enseñanza está implícita.
Considere el siguiente razonamiento:
a. Dios no desea que aún el más pequeño
detalle de la Palabra escrita sea cambiado a
El no le interesa retractar, volver a re decla-
No Solo de Pan
6
rar, re enseñar, modificar o “corregir” nada
del Antiguo Testamento.
b. Dios es un Dios de verdad con un gran
interés por la verdad (ej., Núm. 23:19; Juan
17:17; Tito 1:2; Heb. 6:18).
c. Por lo tanto aún los más minúsculos
detalles de la Escritura han de ser verdad, ya
que Dios no se satisface con las imperfec-
ciones. Además, no debe haber ninguna
duda que Mat. 5:17-18 da por implícito la
inerrancia de las Escrituras ya que el pasaje
paralelo en Lucas 16:17 demuestra que Cris-
to estaba enseñando la infalibilidad de la
Biblia con las mismas palabras de Mateo.
“Pero más fácil es que pasen el cielo
y la tierra, que se frustre una tilde
de la ley” [Lucas 16:17].
Este pasaje es quizás el mejor texto de la
Biblia que habla del tema de la inerrancia.
Muestra que Mat. 5:17-18 enseña la inerran-
cia de las Escrituras ya que Lucas 16:17 es
un pasaje paralelo. Además, Lucas 16:17 no
solo implica la infalibilidad sino que la de-
clara directamente. El Señor está enseñando
que es imposible que el detalle más pequeño
de la Biblia quede frustrado. Esto significa
que la Biblia tuvo que ser escrita sin error,
ya que si una porción tiene error, entonces la
Biblia fracasa en el sentido más básico: en
decir la verdad. Por lo que Cristo dice que
es imposible que se frustre aún la más
mínima porción de la Escritura. Además la
palabra Griega que se traduce frustrar signi-
fica caer. Este pasaje es una afirmación de
la infalibilidad. Podemos entonces creer en
que cada detalle de la Escritura es digno de
confianza.
“(…y la Escritura no puede ser que-
brantada )” [Juan 10:35].
Los judíos estaban hablando constantemente
acerca de “quebrantar la ley” o acerca de
“no guardar el día de reposo”. Quebrantar la
ley es hacerla a un lado o ignorarla. De esta
manera cuando el Señor Jesucristo dice que
“la Escritura no puede ser quebrantada,” Lo
que está diciendo es que nadie puede hacer a
un lado lo que ella dice. Una persona debe
aceptar una declaración de la Escritura como
efectiva y final, para cualquier argumento.
Una vez que la Escritura ha hablado no ha
de haber ningún desacuerdo. En el contexto
de éste pasaje el Señor está discutiendo con
sus oponentes pero después que El cita las
Escrituras, da por hecho que el argumento
ha llegado a su fin. Ya que el Señor no per-
mite ningún desacuerdo con las Escritura,
concluimos pues que El dio por hecho que
la Biblia es inerrable. Si hubiera errores en
la Escritura entonces habría desacuerdos
legítimos con sus declaraciones. Sin embar-
go, el Señor no permite que pasemos por
alto la verdad que la Escritura declara.
Entonces él les dijo: “¡Oh insensatos,
y tardos de corazón para creer todo
lo que los profetas han dicho!” [Lu-
cas 24:25].
El Señor llama “insensato” a una persona
que no cree en todo lo que los profetas han
dicho Para Cristo es inconcebible que algo
del Antiguo Testamento pueda negarse. Si
existiera algún error en el Antiguo Testa-
mento, entonces la declaración de Cristo
sería ridícula ya que él estaría llamando “in-
sensata” a la gente que no cree en los erro-
res.
“...tu palabra es verdad.” [Juan
17:17].
¿Qué puede ser más claro que esta declara-
ción del Señor? La Palabra de Dios es ver-
dad y por definición libre de error.
“Porque el mismo David dijo por el
Espíritu Santo: Dijo el Señor a mi
Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta
que ponga tus enemigos por estrado
de tus pies” [Marcos 12:36].
(Véase también Mat. 22:43-44.)
Con la declaración anterior, Cristo enseña
que cuando David escribió el estaba siendo
guiado por el Espíritu Santo.
Bibliología: La Doctrina de la Biblia
7
“El, respondiendo, les dijo: ¿No hab-
éis leído que el que los hizo al prin-
cipio, varón y hembra los hizo, y di-
jo: Por esto el hombre dejará padre y
madre, y se unirá a su mujer, y los
dos serán una sola carne? [Mat. 19:4-
5].
Cristo dijo que Dios los creó “varón y hem-
bra y [Dios] dijo, ‘por esto el hombre dejará
padre y madre....’ ”. Jesús está citando Gén.
2:24; Sin embargo, en el contexto de Géne-
sis no hay una indicación directa de que
Dios sea el que esté hablando. El lector
podría pensar que Moisés por si solo escri-
bió Gén. 2:24. Lo que implica este pasaje es
que Cristo se tomó la plena libertad para
seleccionar cualquier pasaje del Antiguo
Testamento y afirmar que Dios es quien lo
escribió.
En el debate con los Saduceos de Mat.
22:29-33, el Señor construye su argumento
usando un tiempo gramatical de un solo
verbo. El debate el tema de la resurrección y
la inmortalidad de las almas de Abraham,
Isaac, y Jacob basándose en la declaración
de Dios hecha en los días de Moisés, “Yo
soy el Dios de Abraham, Isaac, y Jacob.” Si
estos patriarcas no hubiesen tenido vida
después de sus vidas terrenales, Dios le
hubiera dicho a Moisés “Yo fui el Dios de
Abraham, Isaac, y Jacob.” El Señor consi-
deró que cada pequeño detalle de la Escritu-
ra era significativo y verdadero.
Cristo usó con frecuencia frases que indica-
ban la naturaleza autoritativa de la Palabra
Escrita: “Está escrito…”, “No habéis leí-
do…”, “Erráis ignorando las Escrituras.”
2. El punto de vista apostólico de la Escri-
tura
Pero Dios nos las reveló a nosotros
por el Espíritu; porque el Espíritu to-
do lo escudriña, aun lo profundo de
Dios lo cual también hablamos, no
con palabras enseñadas por sabiduría
humana, sino con las que enseña el
Espíritu, acomodando lo espiritual
(pensamientos) a lo espiritual (pala-
bras) [1 Cor. 2:10, 13].
Los pronombres nosotros y a nosotros en
los primeros capítulos de 1 de Corintios
pare-cen referirse a los apóstoles (ej. 1 Cor.
4:9). Pablo está diciendo que su mensaje no
provenía de la filosofía humana sino de la
revelación divina. Técnicamente, aquí se
enfatiza un mensaje oral por lo que no se
puede limitar solo a las Escrituras (comp.
con el vs.13, hablamos). Sin embargo, el
texto lleva implícito que las palabras de un
mensaje escrito contienen la misma direc-
ción del Espíritu Santo.
Que [a los judíos] les ha sido confia-
da la palabra de Dios [Rom. 3:2].
Porque debiendo ser ya maestros,
después de tanto tiempo, tenéis nece-
sidad de que se os vuelva a enseñar
cuáles son los primeros rudimentos
de las palabras de Dios; y habéis
llegado a ser tales que tenéis necesi-
dad de leche, y no de alimento sóli-
do. [Heb. 5:12].
Pero persiste tú en lo que has aprendido y te
persuadiste, sabiendo de quién has aprendi-
do; y que desde la niñez has sabido las Sa-
gradas Escrituras, las cuales te pueden hacer
sabio para la salvación por la fe que es en
Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspira-
da por Dios, y útil para enseñar, para redar-
güir, para corregir, para instruir en justicia,
a fin de que el hombre de Dios sea perfecto,
enteramente preparado para toda buena
obra. [2 Tim. 3:14-17].
La clave de este texto se encuentra en la
frase Griega pasa grafe Theopneustos.
La palabra pasa es una forma del sustantivo
pan. Significa “todo” por ejemplo en la pa-
labra panacea, pandemonio, Panamericana,
panorama, etc. En esta estructura gramatical,
la palabra generalmente significa “cada.” Al
decir que “cada” Escritura es inspirada es-
tamos afirmando realmente que “toda” ella
No Solo de Pan
8
es inspirada. Sin embargo, la idea de la pa-
labra “cada” se enfoca en todos los peque-
ños detalles. Cada detalle de la Biblia es
inspirado. Una buena traducción sería
“Cualquier Escritura que vosotros consider-
éis es inspirada.” Pablo declara que “Toda la
Escritura y cada una de sus partes es inspi-
rada.”
Grafé es la palabra griega que se traduce
Escritura. El contexto enfatiza la Escritura
del Antiguo Testamento, ya que el Antiguo
Testamento era el material de lectura de
Timoteo durante su infancia. Sin embargo,
es ciertísimo que Pablo también consideró
que el Nuevo Testamento era Escritura co-
mo se puede comprobar cuando el mismo
cita a Lucas 10:7 como “Escritura” en 1
Tim. 5:18. Por lo tanto, tanto el Antiguo
Testamento como el Nuevo Testamento se
encuentran clasificados dentro de esta decla-
ración como Escrituras inspiradas.
Theopneustos es la palabra griega que se
traduce como “inspiración.” Esta proviene
del Latín “inspiro” que significa inflar. Esto
puede dar la impresión de que Dios exhaló
en algunas Escrituras ya existentes para au-
mentar su calidad. Esta no es la mejor tra-
ducción (desgraciadamente es difícil elimi-
narla por lo bien establecida que está). El
término griego significa “exhalado por
Dios,” : Theos - Dios; pneuma - respiración,
por ejemplo en neumonía. No es que Dios
haya exhalado en algunos libros existentes
para “inflar” su calidad. Si no que, Dios
exhaló la Escritura originalmente. La Escri-
tura tiene su origen en Dios. Las Escrituras
son una creación, una obra, un producto de
Dios. En otros lugares de la Biblia, a la ac-
ción de exhalar por parte de Dios se le rela-
ciona con su poder creador (ej., Gén. 2:7;
Sal. 33:6; Ez. 37:5 y ss.; Juan 3:8). Toda la
Escritura y las partes que la contienen
son una creación de Dios.
A continuación veremos los argumentos a
favor de la inerrancia de las Escrituras par-
tiendo de 2 Tim. 3:16. Este pasaje enseña
que cada detalle de la Biblia es una obra de
Dios. Sin embargo, no enseña la inerrancia
de una manera directa. Aunque, sería impo-
sible concluir lo contrario.
Premisa mayor: cada detalle de la Escritura
es una obra de Dios.
Premisa menor: La palabra de Dios es ver-
dad (Juan 17:17).
Conclusión: Cada detalle de la Escritura es
verdad (inerrable).
La premisa que la Biblia contiene errores es
absurda según 2 Tim. 3:16.
Premisa mayor: Cada detalle de la Escritura
es una obra de Dios.
Premisa menor: Existen errores en las Escri-
turas.
Conclusión: Dios comete errores cuando El
escribe.
(Véase también, “Inspiración,” págs. 3-4,
para obtener información de los pasajes que
tratan el tema de la composición dual y los
reclamos al derecho de revelación divina)
Entendiendo primero esto, que nin-
guna profecía de la Escritura es de
interpretación privada, porque nunca
la profecía fue traída por voluntad
humana, sino que los santos hombres
de Dios hablaron siendo inspirados
por el Espíritu Santo. [2 Pedro 1:20-
21].
Este pasaje enseña por lo menos tres verda-
des importantes de las Escrituras. Primero,
que no son solamente de origen humano.
Segundo que los hombres que las escribie-
ron hablaban de parte de Dios. Tercero, es-
tos hombres eran movidos por el Espíritu
Santo.
La palabra inspirados realmente significa
levantar y llevar. Esta misma palabra se usa
para describir la acción del viento al empu-
jar un barco en Hechos 27:15, 17. Pedro está
diciendo que Dios el Espíritu Santo empujó
a los autores de la Escritura en la dirección
Bibliología: La Doctrina de la Biblia
9
en que él quería que fuesen en cuanto a la
composición de la Biblia. De esta manera, 2
Pedro 1:20-21 confirma a 2 Tim. 3:16 en lo
relacionado al tema del origen y diseño di-
vino de las Escrituras son. De aquí conclui-
mos que las Escrituras son inerrables. Dado
que la Biblia es un producto del control y la
dirección del Espíritu Santo, entonces esta
no contiene imperfecciones. También hemos
de tener en cuenta que 2 Pedro. 3:15-16
comprueba que Pedro consideró que los
escritos del Nuevo Testamento eran Escritu-
ra.
IV. Iluminación
La iluminación difiere de revelación e inspi-
ración. Iluminación se refiere al ministerio
de enseñanza del Espíritu Santo en el mo-
mento en que El toma de su propia palabra y
revela al creyente su verdadero significado,
su belleza, y su importancia (Sal. 119:18;
Juan 14:26 por aplicación; Juan 16:12-13
por aplicación; 1 Juan 2:20, 27; y 1 Cor.
2:15).
V. Estudio del Canon Bíblico
La palabra Canon proviene de la palabra
griega canon de donde obtenemos la palabra
caña. Al usar el término canon de la Escri-
tura nos referimos a los libros mediante los
cuales los cristianos deberán gobernar y
medir sus vidas. El estudio del Canon trata
el asunto de los libros que pertenecen a la
Biblia.
A. El Canon del Antiguo Testamento
La Iglesia Católica Romana reconoce once
libros más en el Antiguo Testamento La
Iglesia Ortodoxa Oriental reconoce cuatro
libros más. Los protestantes y los judíos
reconocen el mismo material del Antiguo
Testamento, aunque el orden y la suma de
los libros sean diferentes. El asunto impor-
tante de los cristianos debería ser ¿Qué li-
bros reconoció el Señor Jesucristo? Es bas-
tante claro que El fue partidario del canon
Judío (y protestante) del Antiguo Testamen-
to.
“Vosotros adoráis lo que no sabéis;
nosotros adoramos lo que sabemos;
porque la salvación viene de los jud-
íos.” [Juan 4:22].
Los Samaritanos en los tiempos del Señor
rechazaron la mayoría del Antiguo Testa-
mento excepto la Ley de Moisés. Cuando
Jesús dijo que, “la salvación viene de los
Judíos,” Jesús se coloca al lado de los judíos
en el debate contra los Samaritanos. Parte de
aquel debate era acerca de cuántos libros
pertenecían al Antiguo Testamento.
“Desde la sangre de Abel hasta la
sangre de Zacarías, que murió entre
el altar y el templo; sí, os digo que
será demandada de esta generación ”
[Lucas 11:51].
(Véase el pasaje paralelo de Mat. 23:35.)
Para poder apreciar este versículo debemos
reconocer que el canon hebreo comienza
con Génesis y termina con 2 Crónicas. La
muerte de Abel se registra en Gén. 4:8. La
muerte de Zacarías se registra en 2 Crón.
24:21. Abel fue el primer hombre de Dios
que fue asesinado. Zacarías fue el último
hombre de Dios que fue asesinado, según el
orden del Antiguo Testamento. Jesús está
diciendo “Desde Génesis hasta Crónicas
ustedes son culpables de matar a los profe-
tas.” Por lo tanto, Jesús aquí define y aprue-
ba los límites del canon Judío del Antiguo
Testamento.
“…Estas son las palabras que os
hablé, estando aún con vosotros: que
era necesario que se cumpliese todo
lo que está escrito de mí en la ley de
Moisés, en los profetas y en los sal-
mos.…” [Lucas 24:44].
En lo que concierne a la división actual del
canon hebreo, existe algo de evidencia de
que esta misma data desde antes de Cristo.
Recordemos que el libro de los Salmos era
la sección más extensa y quizás la primera
que fue denominada “Los Escritos” Por lo
que Jesús quizás se esté refiriendo a las tres
No Solo de Pan
10
secciones del canon Judío: La Ley, Los Pro-
fetas y Los Escritos. En la Biblia Hebrea
moderna los Ketubím, “Los Escritos,” co-
mienza con el libro de los Salmos.
“Jesús les respondió: ¿No está escrito
en vuestra ley: Yo dije, dioses sois?
Si llamó dioses a aquellos a quienes
vino la palabra de Dios (y la Escritu-
ra no puede ser quebrantada.. ” [Juan
10:34-35].
En estos versículos Jesús cuando usa las
palabras “vuestra ley” se está refiriendo a la
ley oficial de los judíos, a esta ley también
le llama “La Escritura”. En ningún momento
Jesús tuvo algún tipo de debate con los jud-
íos acerca de los libros del Antiguo Testa-
mento. El Aceptó y usó los libros autoritati-
vos de los Judíos al igual que lo hacen los
evangélicos modernos.
B. El Canon del Nuevo Testamento
Los católicos, Los ortodoxos orientales y los
cristianos están todos de acuerdo en que
debe haber 27 libros en el canon del Nuevo
Testamento. Cristo fundó Su Iglesia sobre
los apóstoles del Nuevo Testamento (Ef.
2:20). Inclusive para conocer con exactitud
si un determinado libro pertenecía o no al
Nuevo Testamento era determinante si este
era escrito por un apóstol o bajo la supervi-
sión del mismo. La evidencia es rotunda
para 20 de los 27 libros. Ninguna persona
que sea objetiva duda de su origen apostóli-
co. Siete libros del Nuevo Testamento esta-
ban en discusión (Hebreos, Santiago, 2 Pe-
dro, 2 Juan, 3 Juan, Judas y Apocalipsis).
Sin embargo, existe la suficiente evidencia
del origen apostólico de estos libros como
para persuadir a su aceptación. Las doctrinas
que presenta el cristianismo conservador no
sufrirían ninguna alteración si se eliminaran
de estos siete libros los textos que las com-
prueban. Sin embargo el predominio de la
evidencia mostrada con hechos señala que
es sensato aceptarlos como genuinos. De la
misma manera, para la persona que confía
en la soberanía de Dios, existe una tendencia
a aceptar que el acuerdo universal que tie-
nen los 27 libros del Nuevo Testamento no
es coincidencia sino providencia.
VI. Textos de la Biblia
La Crítica Textual se traslapa con la Biblio-
logía en por lo menos un punto. Los críticos
argumentan que la doctrina de la inerrancia
es invalidada ya que los manuscritos origi-
nales no existen. Sin embargo este pensa-
miento es fallido ya que no toma en cuenta
que los textos existentes están muy cercanos
a los originales y que la confiabilidad de las
declaraciones originales es un asunto de
suma importancia.
En lo que corresponde al Antiguo Testa-
mento, poseemos copias que datan desde
antes de Cristo. Por lo que virtualmente
usamos las mismas Escrituras que El usó.
Si Jesús las pudo aceptar en Su tiempo,
entonces podemos confiar que estas fueron
preservadas en un grado aceptable para no-
sotros.
En lo que concierne al Nuevo Testamento,
encontramos que este es el libro mejor pre-
servado del mundo antiguo tanto en número
de manuscritos (5,000 griegos, 25,000 en
total) como en su cercanía al tiempo de su
composición (el manuscrito más antiguo
tiene fecha del 125 DC). Los eruditos Bíbli-
cos estiman que tenemos las palabras origi-
nales con un 98% a99.5% de pureza. Las
diferencias entre los manuscritos antiguos
son similares a las diferencias entre la ver-
sión NVI, La Biblia de las Américas y La
Reina-Valera. Las posiciones doctrinales
expuestas en este estudio serían las mismas
sin importar las variantes de los manuscritos
que se usen.
VII. La Bibliología y la Revelación Conti-
nua.
¿Deberá el estudiante de la Biblia estar
abierto a la posibilidad de que Dios pudiera
dar nuevas Escrituras en los tiempos actua-
les? ¿Existen todavía autores que están reci-
biendo revelación directa? ¿Pueden los nue-
Bibliología: La Doctrina de la Biblia
11
vos escritos ser “inspirados por Dios”?
A. La Base de la Autoridad para la Iglesia
Un cristiano ve a Jesucristo como su autori-
dad. En los días finales de Su ministerio el
Señor Jesucristo les dijo a Sus apóstoles que
el Espíritu Santo vendría como su maestro.
El los guiaría a toda la verdad. El les ayu-
daría a recordar y a entender las enseñanzas
y los eventos del ministerio terrenal del Se-
ñor. El les mostraría las “cosas que han de
venir.” Estas instrucciones que se encuen-
tran en Juan 14-16 son una pre-
autentificación de que los apóstoles recibir-
ían revelación divina y a la vez establecerían
autoridad para la iglesia. Aunque las decla-
raciones tales como las de Juan 14:26;
15:26, 27; y 16:12-14 pudieron aplicarse
para mostrar el ministerio de iluminación
del Espíritu Santo a cada creyente, técnica-
mente estas declaraciones se aplican a los
apóstoles. Considere a continuación las si-
guientes declaraciones que muestran al Se-
ñor hablando a los apóstoles:
“Os he dicho estas cosas estando con
vosotros” [Juan 14:25].
“Y os recordará todo lo que yo os he
dicho…” [Juan 14:26].
“Y vosotros daréis testimonio tam-
bién, porque habéis estado conmigo
desde el principio” [Juan 15:27].
“Aún tengo muchas cosas que deci-
ros, pero ahora no las podéis sobre-
llevar” [Juan 16:12].
El Discurso del Aposento Alto, dado en la
tarde antes de la crucifixión, fue dado a los
apóstoles solamente. Estos son señalados
por Cristo como los recipientes de la revela-
ción divina proveniente del Espíritu Santo.
Ef. 2:20 enseña que los apóstoles son el
fundamento de la iglesia. 2 Pedro 3:2 enseña
que los mandamientos de nuestro Señor y
Salvador fueron pronunciados por los após-
toles. 1 Cor. 12:28 menciona la frase “pri-
meramente apóstoles.” Mat. 16:18 puede ser
interpretado de diversas maneras; sin em-
bargo, mientras no otorguemos a Pedro la
presidencia sobre los otros apóstoles, es
posible que Cristo haya dicho que El cons-
truiría su iglesia sobre Pedro y el resto de
los apóstoles. La iglesia primitiva hizo bien
en asegurarse que un libro fuera apostólico
antes de ser aceptado en el canon. Los após-
toles eran la base de toda enseñanza autori-
tativa y pertinente a la iglesia. (Véase la
manera en que Pablo afirmó su autoridad
mediante su apostolado.)
B. La Autoridad Contemporánea para la
Iglesia
Hechos 1:21-22 y 1 Cor. 9:1 indican que
para ser un apóstol una persona tenía que ser
un testigo del Señor resucitado. No existe
ninguna persona hoy en dia que haya visto
al Señor ni haya sido testigo de Su ministe-
rio después de Su resurrección. También, es
absurdo pensar que estamos en el periodo de
la fundación de la Iglesia (véase Ef. 2:20).
Cristo pre autentificó a los apóstoles para
que obtuvieran revelación divina del Espíri-
tu Santo. El no dio la misma autoridad a
otras personas. Y ya que no hay apóstoles el
dia de hoy, nadie puede pretender tener re-
velaciones que sean fidedignas para la igle-
sia universal. No es posible que alguien
añada más Escritura a la Biblia.
C. Otras Consideraciones
Existen varios versículos que enseñan que la
fe (o sea el cuerpo de la doctrina para la
iglesia) sería dada una vez y seria inmutable.
Aunque la declaración al final del libro de
Apocalipsis se refiere técnicamente al libro
de Apocalipsis, es más que una coincidencia
que se encuentre al final de la Biblia.
Amados, por la gran solicitud que
tenía de escribiros acerca de nuestra
común salvación, me ha sido necesa-
rio escribiros exhortándoos que con-
tendáis ardientemente por la fe que
ha sido una vez dada a los santos
[Judas 3].
Mas si aun nosotros, o un ángel del
No Solo de Pan
12
cielo, os anunciare otro evangelio di-
ferente del que os hemos anunciado,
sea anatema [Gál. 1:8].
Yo testifico a todo aquel que oye las
palabras de la profecía de este libro:
Si alguno añadiere a estas cosas,
Dios traerá sobre él las plagas que
están escritas en este libro. Y si algu-
no quitare de las palabras del libro de
esta profecía, Dios quitará su parte
del libro de la vida, y de la santa ciu-
dad y de las cosas que están escritas
en este libro. [Ap. 22:18-19].
VIII. Bibliología e Historia de la Iglesia
La doctrina de la infalibilidad de la Biblia
fue en un tiempo la base del origen de las
grandes denominaciones. Los que han nega-
do la inspiración de la Escritura están adop-
tando por lo general una doctrina que sería
clasificada como herejía por los fundadores
de su propio grupo. La declaración del gru-
po liberal que afirma que la inerrancia es un
desarrollo de tiempos modernos o bién está
basada en la ignorancia o bien e una inter-
pretación errónea intencional.
Porque a mi me parece de conse-
cuencias por más que desastrosas el
hecho de que creamos que en los li-
bros Sagrados se encuentre algo fal-
so; Esto significaría que los hombres
mediante los cuales se nos ha dado la
Escritura y quienes estuvieron dedi-
cados a ponerla por escrito escribie-
ron en estos libros algo falso…
[Agustín, Período de la Pre-Reforma
Católica].1
Lutero citó parte de la carta de
Agustín a Jerónimo lo siguiente, “He
aprendido esto: A tener en un honor
tal solo aquellos libros que son lla-
mados Santas Escrituras de la mane-
ra que finalmente he llegado a creer
que ninguno de santos escritores
1
La Palabra Incomparable de Dios por Harold
Lindsell, (Wheaton, IL: Victor Books, 1977) 55.
erraron alguna vez.” Lutero hizo su-
yo el punto de vista de Agustín y lo
declaró diciendo, “Las Escrituras no
pueden errar. Es cierto que la Escri-
tura no puede estar en desacuerdo
con ella misma. Es imposible que la
Escritura se contradiga, aunque así
les parezca a los obstinados hipócri-
tas e insensatos” [Martín Lutero
(fundador de los Luteranos)].2
Por lo tanto, o creemos plena, com-
pleta y rotundamente o no creemos
en nada: El Espíritu Santo no permite
ser amputado o partido, de tal manera
que permita que se enseñe o se crea
como verdad una parte y como men-
tira otra…Porque es la costumbre de
todos los herejes el comenzar al prin-
cipio con una sola declaración., pero
luego ha de negarse todo por comple-
to, como un anillo que ya no es de
valor cuando ha sido roto...[Martín
Lutero].3
Juan Calvino, líder de las iglesias Presbite-
riana y Reformada, dio las siguientes des-
cripciones de la Escritura:4
▪ El registro seguro e infalible
▪ La norma inerrable
▪ La pura Palabra de Dios
▪ La norma infalible de su Verdad Santa
▪ La certeza inerrable
2
Ibid., 58.
3
“La Doctrina de la iglesia acerca de la Inspira-
ción Bíblica” por Juan Gerstner, , The Founda-
tion of Biblical Authority, ed. James Montgomery
Boice, (Grand Rapids: Zondervan Publishing Co.
1978) 35.
4
“Lo que creia la Iglesia acerca de la Biblia:
Calvin and the Westminster Divines,” por Juan
Gerstner, Summit Papers International Council
of Biblical Inerrancy, ed. Norman Geisler, (Oa-
kland, California: ICBI, 1978), paper 14, 8.
Bibliología: La Doctrina de la Biblia
13
▪ La norma cierta e inerrable
▪ Luz inerrable
▪ Palabra infalible de Dios
▪ No tiene algo mesclado en ella que
pertenezca al hombre
▪ Inviolable
▪ Oráculo Infalible
Tomás Cranmer, quien era uno de los fun-
dadores de la Iglesia Anglicana, que en
este continente viene a ser la Iglesia Episco-
pal, hizo las siguientes observaciones:
“Lo que se encuentra en la Santa Es-
critura,” afirma Cranmer, “ha de ser
considerado como el fundamento
más seguro y la verdad infalible; y lo
que no pueda confirmarse con ella, y
que no conecte con nuestra fe, es una
artimaña humana alterable e incier-
ta.”5
Quedemos en silencio y certifique-
mos nuestras conciencias con su in-
falible certeza, verdad y seguridad
perpetuas [Las Escrituras].6
Y Juan Wesley, el fundador de la iglesia
Metodista dice:
Si hay algunos errores en la Biblia
entonces no importa si es uno o mil.
Si existe alguna falsedad en ese libro
entonces este no provino del Dios de
la verdad.
5
Vea, La Teología de los Reformadores Ingleses
por Philip E. Hughes, (Grand Rapids: Eerdmaans
Publishing Co., 1965) 20.
6
Ibid., 22.
Y finalmente, Carlos Haddon Spurgeon,
el prominente bautista;
Entonces , ya que Dios la ha escrito,
observa Su veracidad. Si yo la hubie-
ra escrito, existiría una multitud de
críticos que como gusanos se reunir-
ían y la cubrirían rápidamente con
sus malignos huevecillos; si yo la
hubiese escrito habría hombres que
la hubieran roto inmediatamente en
mil pedazos y quizás con mucha
razón. Pero esta es la Palabra de
Dios, venid críticos y buscad un
error. Esta es una veta de oro puro,
sin ninguna aleación de cuarzo o de
cualquier otra sustancia terrena. Esta
es una estrella sin mancha; un sol sin
punto obscuro; una luz sin obscuri-
dad; una luna sin palidez; una gloria
sin disminución. ¡Oh Biblia! No se
pueden decir esas cosas de ningún
otro libro, que es perfecto y puro;
pero acerca de ti podemos declarar
que toda la sabiduría se reúne en ti
sin ninguna partícula de locura. Ella
es el Juez que termina con rencilla
donde ha fallado la inteligencia y la
razón. Este es el libro sin la mancha
del error, puro, sin aleación y verdad
perfecta.. ¿Porqué? Porque sencilla-
mente Dios lo escribió. ¡Ah! Atribú-
yele a Dios algún error si te atreves;
dile que Su libro no es lo que debería
ser. Bendita Biblia, eres toda ver-
dad.7
7
Lindsell, 77.
No Solo de Pan
14
15
Capítulo 2
TEOLOGIA PROPIA
La Doctrina de Dios
BOSQUEJO
I. Definiciones de los puntos de vista acer-
ca de Dios 16
A. Ateísmo
B. Agnosticismo
C. Teísmo
1. Deísmo
2. Politeísmo
3. Panteísmo
4. Monoteísmo|
II. La Existencia de Dios
A. El Argumento Cosmológico
B. El Argumento Teleológico
C. El Argumento Moral 17
D. El Argumento Ontológico
III. La Definición de Dios
IV. La Unidad y la Trinidad de Dios
A. La Unidad de Dios
B. La Naturaleza Triuna de Dios 18
1. La Trinidad en el Antiguo
Testamento
a. La Palabra Hebrea traducida
Dios es Plural
b. Referencias a Dios en Plural
c. La diferencia entre Dios y
Dios, aunque haya un solo
Dios
d. El Antiguo Testamento indica
que Dios tiene un Hijo
e. Al Angel del Señor se le dis-
tingue de Dios y aún El es
Dios
(1) El Angel del Señor apare-
ce separadamente de Dios
(2) Al Angel del Señor se le
reconoce como Dios por
otros
(3) El Angel del Señor afirma
ser Dios 19
(4) Conclusiones
f. El Mesías Enviado de Dios es
Dios
(1) El Mesías se muestra se-
paradamente de Dios
(2) El Mesías es Dios
g. El Plural se usa al referirse a
Dios
2. La Trinidad en el Nuevo Testa-
mento
a. Cada Persona de la Trinidad es
denominada Dios
(1) El Padre
(2) El Hijo
(3) El Espíritu 20
b. En la Deidad se asocian dos
Personas
c. Se pueden asociar Tres Per-
sonas reunidas como Dios
V. Los Nombres de Dios
A. Elohim
1. El Shadai 21
2. El Elion
3. El Olam
4. El Gibor
B. Yahvé
1. Pronunciación 22
2. Origen.
3. Significado
4. Nombres Secundarios Derivados
de Yahvé
a. Yahvé Sabaot
b. Yahvé Jiré
c. Yahvé Rafí
d. Yahvé Nisí
e. Yahvé Shalom 23
f. Yahvé Roí
g. Yahvé Tsidkenu
C. Adonai
VI.Los Atributos de Dios
A. No Morales
1. Dios es Espíritu
No Solo de Pan
16
2. Dios Es Eterno
3. Dios Es Omnipresente 24
4. Dios Es Inmutable
5. Dios Es Omnisciente 25
6. Dios Es Auto-existente
7. Dios Es Omnipotente
8. Dios Es Unido 26
B. Los Atributos Morales de Dios
1. Dios Es Santo
2. Dios Es Verdad
a. Objetivamente Verdadero 27
b Eticamente Verdadero
c. Metafísicamente Verdadero
3. Dios Es Bueno
a. Dios Es Misericordioso
b. Dios Es Longánimo
28
c. Es Dios de Gracia
d. Dios Es Amor 29
4. Dios Es Recto, o Justo
5. Dios Es Sabio
6. Dios Es Bendito 30
7. Dios Es Glorioso
TEOLOGIA PROPIA:
LA DOCTRINA DE
DIOS
I. Definiciones de los Puntos de Vista
Acerca de Dios
A. Ateísmo
El ateísmo niega la existencia de Dios. El
ateísmo es compatible con el humanismo y
con el materialismo estricto. El humanismo
cree que el hombre es autónomo y que el
bien supremo es la gloria del hombre. El
materialismo estricto sostiene que el univer-
so físico es la realidad única.
B. Agnosticismo
El agnosticismo niega que el hombre pueda
llegar a conocer de la existencia de Dios. El
agnosticismo también es compatible con el
humanismo y el materialismo. Un humanista
puede reconocer que es posible que Dios
exista. Pero como no es posible que conoz-
camos acerca de Dios, entonces El no es de
importancia para nuestras vidas. De la misma
manera, una persona materialista puede vivir
sin considerar a Dios aunque teóricamente
puede admitir la posibilidad de la existencia
de Dios.
C. Teísmo
El Teísmo se refiere a la creencia en cual-
quier Dios.
1. Los Deístas (o teístas) afirman que Dios
existe, sin embargo, Dios no tiene interés en
intervenir en el mundo ni de comunicarse
con el hombre.
2. El Politeísmo describe la creencia en
muchos Dioses.
3. Los Panteístas creen que el universo
mismo es Dios. Esta corriente de pensa-
miento se aproxima mucho al materialismo
ateo. Tanto los panteístas como los verda-
deros materialistas creen que este universo
físico es la única realidad. Sin embargo los
panteístas consideran que el universo físico
es el mismo “Dios.”
4. Los Monoteístas creen que solo existe
un Dios. Los judíos, musulmanes, cristianos
y varios cultos son monoteístas.
II. La Existencia de Dios
La información completa acerca de la exis-
tencia de Dios se encuentra en la rama de
las Evidencias Cristianas y no necesaria-
mente en la Teología Propia. La prueba más
grande de la existencia de Dios es el carác-
ter sobrenatural de las Escrituras y la Perso-
na del Señor Jesucristo. El objetivo de la
Teología Propia es desarrollar lo que las
Escrituras dicen acerca de Dios no el debatir
Su existencia. Las Escrituras consideran la
existencia de Dios como un hecho y califi-
can a aquellos que la niegan como “necios”
(véase Sal. 14:1; 53:1). El estudiante que
deseé examinar el tema de la existencia de
Dios deberá acudir a las Evidencias Cristia-
nas. Sin Embargo los teólogos incluyen ge-
neralmente en la Teología Propia los
Teología Propia: La Doctrina de Dios
17
argumentos filosóficos básicos de la exis-
tencia de Dios. Nosotros también los inclui-
remos para ser minuciosos, sin embargo, el
mejor argumento de la existencia de Dios es
“Cristológico,” o sea, el que trata de la vida
y persona de Cristo.
A. El Argumento Cosmológico
El argumento cosmológico pugna que cada
efecto debe tener una causa suficiente. El
universo es un efecto. Por lo tanto, su prime-
ra causa ha de ser Dios.
B. El Argumento Teleológico
El argumento teleológico contiende que cada
diseño implica un diseñador capaz. El uni-
verso ofrece evidencia abundante acerca del
diseño. Debe haber entonces un diseñador y
este es Dios.
C. El Argumento Moral
El Argumento moral propone que la noción
innata de la ley moral en el ser humano,
señala hacia el autor de esa ley. Los seres
humanos tienen un sentido de normas mo-
rales. Esto se hace notorio especialmente en
la actitud de indignación moral que se
muestra cuando alguien es víctima de un
mal. Ya que existe un sentido de ley, en-
tonces debe haber un autor de la misma y
este es Dios.
D. El Argumento Ontológico
El Argumento ontológico propone que el
sentido de necesidad lleva implícito la satis-
facción de esa necesidad. El niño que tiene
hambre sabe de manera innata que el ali-
mento existe. Ya que la mayoría de las per-
sonas son teístas entonces debe de existir el
Teos (Dios).
III. La Definición de Dios
Las Escrituras no definen a Dios de manera
total. Se le describe como “espíritu” en Juan
4:24, como “luz” en 1 Juan 1:5, como
“amor” en 1 Juan 4:16, y como un “fuego
consumidor” en Heb. 12:29. Dada la defini-
ción común de persona, Dios es una persona
que posee intelecto, emoción y voluntad.
Dios se describe como “el Dios viviente”
(véase 1 Sam. 17:26; Mat. 16:16; 1 Tes.
1:9). Los teólogos luchan por dar una defi-
nición concisa de Dios. Las definiciones
siguientes son solo intentos válidos de defi-
nir al Ser Supremo.
“Dios es el Espíritu perfecto e infinito en
quien todas las cosas tienen su origen., sus-
tento y final.”1
“Dios es el Ser infinito y eterno, Creador y
Preservador, Gobernador del universo quien
es Espíritu, Amor y Luz y en quien todas
las cosas tienen su origen y su final.”2
Mientras que entendamos que Dios no es la
causa directa sino permisiva de los seres
caídos y su maldad entonces podemos acep-
tar la siguiente definición: Dios es Espíritu
personal e invisible, infinito y bueno, causa
auto-existente de todo.
IV. La Unidad y la Trinidad de la Deidad
La Enseñanza Bíblica acerca de Dios es que
hay un Dios que existe en tres personas
iguales: Padre, Hijo y Espíritu Santo. No es
verdad que existen tres Dioses ni tampoco
que hay un Dios que se manifiesta en dife-
rentes ocasiones de diferentes formas. No es
que Dios consiste de tres partes ya que Dios
no puede ser dividido. Algunos aspectos de
la Deidad se pueden entender, otros son
inescrutables. Un autor desconocido con-
cluyó: “La doctrina aceptada por la iglesia
Cristiana puede justamente sintetizarse de la
siguiente manera: Hemos sido enseñados
por las Escrituras a creer que hay un solo
1
Systematic Theology por Augustus H. Strong, 3
vols. in 1, edición reimpresa (Old Tappan, N.J:
Fleming H. Revell Co., 1976) 52.
2
“Doctrine,” de John Miles, notas no publicadas
de clase, Grand Rapids School del Bible and
Music, 1974) 16.
No Solo de Pan
18
Dios y tres individuos iguales en la Deidad
los cuales se describen como Personas, Pero
no somos capaces de determinar en qué sen-
tido los tres son separados y en qué sentido
los tres son uno.”
A. La Unidad de Dios
Las Escrituras enseñan el monoteísmo. Exis-
ten tres personas unidas en un solo Dios
(Deut. 4:35; 6:4; 1 Reyes 8:60; 2 Reyes
19:15; Isa. 43:10; 44:6, 8; Zac. 14:9; 1 Cor.
8:6; Gál. 3:20; 1 Tim. 2:5; Sant. 2:19).
Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Je-
hová uno es. [Deut. 6:4].
Para nosotros, sin embargo, sólo hay
un Dios [1 Cor. 8:6].
…pero Dios es uno [Gál. 3:20].
Porque hay un solo Dios,… [1 Tim.
2:5].
Tú crees que Dios es uno; bien
haces... [Santiago. 2:19].
B. La Naturaleza Triuna de Dios
Aunque la Trinidad no puede ser entendida
completamente, deberá ser aceptada como
una enseñanza clara y una doctrina Bíblica
que se repite varias veces.
1. La Trinidad en el Antiguo Testamento
Esta Doctrina es desarrollada plenamente
en el Nuevo Testamento; Sin embargo, es
interesante que la doctrina Trinitaria se en-
cuentra presente también en el Antiguo Tes-
tamento de una manera indirecta (Véase
también Isa. 9:6, Sal. 110:1, Jer. 23:5-6).
a. La palabra hebrea traducida Dios es
plural (Elohim). Pero este simple hecho no
comprueba la doctrina de la Trinidad. Los
estudiosos de la gramática le llaman a esto
“el plural de majestad.” Las palabras hebre-
as que se traducen cara, agua y cielo tam-
bién son plurales. Sin embargo la forma
gramatical plural de Dios se ajusta bien al
concepto Trinitario. Además tomando en
cuenta otras evidencias más claras que se
refieren a la Trinidad, podemos explicar
satisfactoriamente que la forma plural fue
intencionalmente diseñada como un indicio
velado de la naturaleza triuna de Dios.
b. Existe un número de textos en el Anti-
guo Testamento donde los pronombres que
se refieren a Dios son plurales. Estos por si
solos no establecen la doctrina de la Trini-
dad ya que existen otras explicaciones. Aún
así, a la luz de otros textos más claros, esta
sería una evidencia secundaria que apoya la
doctrina de la Trinidad.
“Entonces dijo Dios: Hagamos al
hombre a nuestra imagen, confor-
me a nuestra semejanza...” [Gén.
1:26].
“Y dijo Jehová Dios: He aquí el
hombre es como uno de nosotros”
[Gén. 3:22].
“Y dijo Jehová: Ahora, pues, des-
cendamos, y confundamos allí su
lengua,…” [Gén. 11:6, 7].
“Después oí la voz del Señor, que
decía: ¿A quién enviaré, y quién irá
por nosotros?”…[Isa. 6:8].
Juan 12:41-42 indica que Cristo era quien
estaba hablando sentado en el trono en Isa-
ías 6. Hechos 28:25 y ss., declaran que el
Espíritu Santo dijo estas cosas. En el con-
texto de Isaías uno pensaría que Dios el Pa-
dre era quien estaba hablando. La
combinación de estos tres textos apoya la
doctrina de la Trinidad.
c. Dios parece distinguirse de Dios aunque
solo haya un Dios.
Y le dijo Dios: “Mas de la casa de
Judá tendré misericordia, y los sal-
varé por Jehová su Dios…” [Oseas
1:6-7].
d. Aún el Antiguo Testamento indica que
Dios tiene un Hijo (Véase también Isa. 9:6).
Teología Propia: La Doctrina de Dios
19
“Yo publicaré el decreto; Jehová me
ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te en-
gendré hoy.” [Sal. 2:7].
Honrad al Hijo, para que no se eno-
je, y perezcáis en el camino… [Sal.
2:12a].
¿Quién afirmó todos los términos de
la tierra? ¿Cuál es su nombre, y el
nombre de su hijo, si sabes? [Prov.
30:4].
e. El Angel del SEÑOR aparece como una
persona diferente de Dios y sin embargo es
Dios.
(1) El Angel del SEÑOR es una persona
separada de Dios.
Respondió el ángel de JEHOVA y
dijo: Oh JEHOVA de los ejércitos…
[Zac. 1:12].
(2) Al Angel del SEÑOR se le reconoce
como Dios
• Por Agar - “Tú eres Dios que ve” [Gén.
16:13].
• Por Moisés el autor de Génesis - “En-
tonces llamó el nombre de Jehová que
con ella hablaba” [Gén.16:13].
• Por el autor del libro de los Jueces - “Y
mirándole JEHOVA, le dijo…” [Jue.
6:14] y “JEHOVA le dijo…” [Jue.
6:16].
• Por Gedeón - “Ah, SEÑOR mío, ¿con
qué salvaré yo a Israel?” [Jue. 6:15].
• Por los padres de Sansón - “…porque a
Dios hemos visto” [Jue. 13:22].
(3) El Angel del SEÑOR afirma ser Dios
(véase Gén. 22:11-12).
Yo soy el Dios de Bet-el… [Gén.
31:13].
…Yo soy el Dios de tu padre… [Ex.
3:6].
El ángel de Jehová subió de Gilgal a
Boquim, y dijo: Yo os saqué de
Egipto, y os introduje en la tierra de
la cual había jurado a vuestros pa-
dres, diciendo: No invalidaré jamás
mi pacto con vosotros” [Jue. 2:1].
(4) Conclusiones
El Angel del SEÑOR es Dios, sin embargo,
El también es separado de Dios. Podemos
hacer dos conclusiones: o existen dos Dioses
(lo cual la Escritura no permite), o el Anti-
guo Testamento señala que hay más que una
persona en la Deidad.
f. El Mesías es enviado por Dios, Sin Em-
bargo El es Dios (Sal. 110:1; Jer. 23:5-6;
Isa. 7:14; 9:6).
(1) El Mesías es separado de Dios: El es el
siervo de Dios.
He aquí mi siervo, yo le sostendré;
mi escogido, en quien mi alma tiene
contentamiento; he puesto sobre él
mi Espíritu; él traerá justicia a las na-
ciones [Isa. 42:1].
(2) El Mesías es Dios.
Porque un niño nos es nacido, hijo
nos es dado, y el principado sobre su
hombro; y se llamará su nombre
Admirable, Consejero, Dios Fuerte,
Padre Eterno, Príncipe de Paz. [Isa.
9:6].
g. Existen un sinnúmero de palabras en
plural que se refieren a Dios (Por ej., verbos
en Gén. 20:13 y 35:7; sustantivos en Ecl.
12:1 e Isa. 54:5). Claro que estos por si solos
no constituyen la prueba de la Trinidad
Cualquier persona que tuviera alguna obje-
ción con respecto a la doctrina de la Trinidad
clasificaría estos versículos como rarezas
gramaticales. Ya que la Trinidad puede esta-
blecerse mediante otros textos, es posible
No Solo de Pan
20
entonces que veamos estas palabras en plural
como indicios intencionales de la Trinidad.3
Acuérdate de tu Creador [en Hebreo:
Creadores] en los días de tu juventud,
[Ecl. 12:1].
Porque tu marido es tu Hacedor [en
Hebreo: “Hacedores”] [Isa. 54:5].
2. La Trinidad en el Nuevo Testamento
a. Cada Persona de la Trinidad es llamada
Dios o afirma ser deidad.
(1) El Padre (Rom. 1:7; Gál. 1:3; Ef. 1:2; Fil.
1:2, etc.)
(2) El Hijo (Juan 1:1, 18; 5:18; 8:58; 10:30;
14:9; 20:28; Hechos 20:28; Rom. 9:5; Fil.
2:6; Col. 1:15-16; 2:9; Tito 2:13; Heb. 1:8; 2
Pedro 1:1; 1 Juan 5:20. (Para un estudio más
completo de la deidad de Cristo véase “Cris-
tología,” Capítulo 8.)
En el principio era el Verbo, y el
Verbo era con Dios, y el Verbo era
Dios. [Juan 1:1].
Entonces Tomás respondió y le dijo:
¡SEÑOR mío, y Dios mío! [Juan
20:28].
Porque en él habita corporalmente
toda la plenitud de la Deidad, [Col.
2:9].
Aguardando la esperanza bienaven-
tu-rada y la manifestación gloriosa de
nuestro gran Dios y Salvador Jesu-
cristo [Tito 2:13].
Mas del Hijo dice: Tu trono, oh
Dios, por el siglo del siglo; Cetro de
equidad es el cetro de tu reino” [Heb.
1:8].
(3)El Espíritu Santo
3
(Gesenius Hebrew Grammar de F. H. W.
Gesenius, r, editada y traducida F. Kautzch, Ap.
A. F. Cowley, 2nda ed. (Oxford: Clarendon Press,
1910) 273, 399.
Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué
llenó Satanás tu corazón para que
mintieses al Espíritu Santo, y sus-
trajeses del precio de la heredad? Re-
teniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y
vendida, ¿no estaba en tu poder?
¿Por qué pusiste esto en tu corazón?
No has mentido a los hombres, sino
a Dios.” [Hechos 5:3-4].
“Porque el SEÑOR es el Espíritu; y
donde está el Espíritu del Señor, allí
hay libertad.” [2 Cor. 3:17].
b. En la Deidad existe una asociación entre
dos personas
“…Este es mi Hijo amado…” [Mat.
17:5].
Yo y el Padre uno somos [Juan
10:30].
“…El que me ha visto a mí, ha visto
al Padre…” [Juan 14:9].
c. También se pueden asociar a tres perso-
nas reunidas como Dios. Hay un número de
pasajes que se refieren a las tres personas de
la Trinidad (véase Mat. 3:16-17; 28:19; Juan
14:16-17; 15:26; 16:7-15; Rom. 8:14-17;
Gál. 4:4-6; Ef. 1:3-14; 4:4-6; 1 Cor. 12:4-6;
2 Cor. 1:21-22; 13:14; Heb. 9:14; 1 Pedro
1:2).
Y Jesús, después que fue bautizado,
subió luego del agua; y he aquí los
cielos le fueron abiertos, y vio al
Espíritu de Dios que descendía co-
mo paloma, y venía sobre él. Y
hubo una voz de los cielos, que de-
cía: Este es mi Hijo amado, en quien
tengo complacencia. [Mat. 3:16-17].
…bautizándolos en el nombre (nóte-
se el singular) del Padre, y del Hijo,
y del Espíritu Santo; [Mat. 28:19].
Y yo (Dios el Hijo) rogaré al Padre,
y os dará otro Consolador, el Espíri-
tu de verdad.... [Juan 14:16-17].
Teología Propia: La Doctrina de Dios
21
Pero cuando vino el cumplimiento
del tiempo, Dios envió a su Hijo, na-
cido de mujer y nacido bajo la ley,
...Y por cuanto sois hijos, Dios envió
a vuestros corazones el Espíritu de
su Hijo, el cual clama:¡Abba, Padre!
[Gál. 4:4,6].
La gracia del SEÑOR Jesucristo, el
amor de Dios, y la comunión del
Espíritu Santo sean con todos voso-
tros. Amén [2 Cor. 13:14].
Elegidos según la presciencia de
Dios Padre en santificación del
Espíritu, para obedecer y ser rocia-
dos con la sangre de Jesucristo:
Gracia y paz os sean multiplicadas.
[1 Pedro 1:2].
V. Los Nombres de Dios.
Frecuentemente la Biblia describe a una per-
sona por su nombre. Un nombre no es siem-
pre una indicación de la personalidad. Sin
embargo al hablar de Dios, su personalidad
se describe en gran manera por sus nombres.
Podemos aprender acerca de El mediante el
estudio de Sus nombres.
A. Elohim
Elohim se encuentra aproximadamente
2,570 veces en el Antiguo Testamento. La
palabra griega que corresponde a esta es
Teos. Técnicamente, este no es un nombre.
La palabra Teos nos da más bien una clasifi-
cación, por ejemplo, podríamos llamar a
alguien “pastor” aunque el nombre real sea
Ricardo. Elohim tiene la forma plural (al
igual que serafín, querubín). Esto por sí solo
no comprueba la Trinidad, pero puede ser un
indicio de la naturaleza triuna de Dios.
Elohim da énfasis a Dios en su oficio de
Creador (Gén. 1:1; Isa. 45:18; Jonás 1:9),
como Dios de toda la tierra y no solo de Is-
rael (Gén. 24:7; Is. 37:16; 54:5; Jer. 32:27),
y como Juez de toda la tierra (Sal. 50:6;
58:11; 75:7). Elohim también da énfasis a
Dios como Salvador personal (Gén. 17:8;
Ex. 3:6; Jer. 23:23).4
Elohim parece representar a Dios como
Creador, Soberano y Salvador de toda la
tierra.
1. El Shadai o Saddai (Gén. 17:1; Ex. 6:3)
se encuentra 48 veces en el Antiguo Testa-
mento (31 veces en Job). La palabra equiva-
lente Griega es Pantokrator (Ap. 1:8; 19:6).
Este término significa “Todopoderoso.” La
raíz hebrea es difícil de trazar. Shaddad es
hebreo y significa destructor. Shad significa
pecho. Shadu es Acadio y significa montaña.
Cualquiera de estas sugerencias es posible.
El significado básico de Todopoderoso podr-
ía haberse derivado de su poder para destruir
al malvado, Su suficiencia plena como una
nodriza, o Su fuerza imponente representada
por la montaña.5
Es preferible que conside-
remos el significado de la LXX (Septuagin-
ta) y tomemos El Shaddai como
“Todopoderoso” sin importar su raíz exacta.
Como Dios es El Shaddai, entonces El es
omnipotente y suficiente para cuidar al hom-
bre.
Era Abram de edad de noventa y
nueve años, cuando le apareció
JEHOVA y le dijo: Yo soy el Dios
Todopoderoso; anda delante de mí y
sé perfecto. [Gén. 17:1].
Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Ja-
cob como Dios Omnipotente, mas
en mi nombre JEHOVÁ no me di a
conocer a ellos. [Ex. 6:3].
2. El Elion (Gén. 14:18) significa Dios
Altísimo. En las Escrituras esta palabra casi
siempre es usada por los gentiles para refe-
rirse a los mismos gentiles. Por lo tanto, este
título enfatiza a Dios y Su gobierno sobre
toda la tierra. Melquisedec le llama a El
4
(Véase, Theological Wordbook of the Old Tes-
tament por Harris, Archer, Waltke, ed., 2 vols.
Chicago: Moody Press, 1980), 1:44-45.
5
Ibid., 2:907.
No Solo de Pan
22
Elion “creador de los cielos y de la tierra”
(Gén. 14:19). Daniel enseña que “para que
conozcan los vivientes que el Altísimo go-
bierna el reino de los hombres, y que a quien
él quiere lo da” (Dan. 4:17). El malvado rey
de Babilonia y el espíritu maligno que le
acompañaba querían ser como el Altísimo
(Isa. 14:14). Como Dios es El Elion, El es
propietario de todos los pueblos y todas las
cosas.
Entonces Melquisedec, rey de Salem
y sacerdote del Dios Altísimo, sacó
pan y vino; y le bendijo, diciendo:
Bendito sea Abram del Dios Altísi-
mo, creador de los cielos y de la tie-
rra; y bendito sea el Dios Altísimo,
que entregó tus enemigos en tu ma-
no. Y le dio Abram los diezmos de
todo. [Gén. 14:18-20].
3. El Olam (Gén. 21:33) en Español, “Dios
Eterno,”. El es el Ser que siempre ha existido
en el pasado y que siempre existirá en el
futuro.
...e invocó allí el nombre de
JEHOVA Dios eterno. [Gén. 21:33].
4. El Gibbor (Isa. 9:6) se refiere al Mesías.
El es Dios Fuerte. En la mayoría de las refe-
rencias esta frase se atribuye a los hombres
valientes. El Mesías es fuerte y valiente en
batalla.
B. Yahvé
Yahvé es el título más común para la Deidad.
Se usa 5,321 veces en el Antiguo Testamen-
to y se traduce SEÑOR o JEHOVA (nótese
todas las mayúsculas). La palabra Griega es
kurios. Mientras que la palabra Elohim
(Dios) describe a Dios, YHWH es el nombre
real de Dios.
1. Por reverencia los judíos antiguos no se
atrevían a pronunciar el nombre de Dios.
Como consecuencia de esto, se han perdido
los sonidos de las vocales. Por tradición las
vocales de la palabra Adonai se han coloca-
do entre las consonantes de YHWH para
formar YaHoWai. Por cuestiones de interac-
ción entre los Idiomas hebreo, alemán y es-
pañol ahora tenemos una palabra que ni
siquiera sabemos con certeza como se pro-
nuncia “Jehová”. Yahvé es una Buena esti-
mación. También obsérvese como el sonido
Yah es predominante en palabras como Isa-
ías, Jeremías, Zacarías, Aleluya, etc.).
2. Los Teólogos conservadores no están de
acuerdo en la raíz del nombre de Dios.
Quizás no exista ninguna. Algunos contien-
den que el nombre de Dios se deriva de la
forma del verbo ser (HWH) del hebreo anti-
guo que en los tiempos Qal o Hifil imperfec-
tos de la gramática sería YHWH. Existe una
posibilidad de que esto sea correcto. Cuando
Moisés pronunció el nombre de Dios, dijo
“YO SOY EL QUE SOY” (Ex. 3:14-15). De
esta manera también Cristo afirma su Deidad
cuando dijo, “YO SOY” (vea Juan 8:58;
también Ap. 1:8). Es posible que el nombre
de Dios (YHWH) se refiera a su existencia
propia o a Dios como la fuente de todas las
cosas.
3. Al observar el uso del nombre, algunos
argumentan que YHWH se refiere al Dios de
los pactos. El es un Dios que tiene relaciones
especiales con gente específica en vez de ser
solo el Dios de todo el universo. Si la deri-
vación anterior es correcta, el nombre
YHWH también habla de un ser auto-
existente. Nadie le dio origen., nadie originó
o causó su existencia. El no depende de nada
o de nadie para su sustento.
4. Existen varios nombres secundarios que
se derivan de YHWH.
a. Yahvé-Sabaot (1 Sam. 17:45; Sal.24:10;
Santiago 5:4). Yahvé-Sabaot en Español
significa “SEÑOR de los Ejércitos” El
equivalente Griego es Kurios Sabaot. Es
interesante que a Dios nunca se le llame
“SEÑOR de los ejércitos” en la Ley de
Moisés, sin embargo, este título es ex-
tremadamente popular entre los profetas.
Se usa aproximadamente 285 veces in-
cluyendo 62 veces en Isaías, 77 en Je-
Teología Propia: La Doctrina de Dios
23
remías, 53 en Zacarías, y 24 en Malaqu-
ías.6
El título “SEÑOR de los Ejércitos”
nos enseña que Dios es un guerrero y un
capitán tanto de las huestes humanas co-
mo de las angélicas. En Su guerra contra
el maligno, El nunca sufre una pérdida.
“Entonces dijo David al filisteo: Tú
vienes a mí con espada y lanza y ja-
balina; mas yo vengo a ti en el nom-
bre de JEHOVA de los ejércitos, el
Dios de los escuadrones de Israel, a
quien tú has provocado” [1 Sam.
17:45].
¿Quién es este Rey de gloria?
JEHOVA de los ejércitos,
El es el Rey de la gloria. Sela [Sal.
24:10].
b. Yahvé-Yire (Gén. 22:13-14) En Español
es Jehová-Jiré. Significa, “el SEÑOR prove-
erá.” El es el protector y sustentador de Su
pueblo.
Y llamó Abraham el nombre de
aquel lugar, JEHOVA proveerá…
[Gén. 22:14a].
c. Yahvé-Rafá (Ex. 15:26) en Español es
“Jehová-Rafá” que significa “el SEÑOR
que sana.” Es la fuente de la sanidad espiri-
tual y física.
Porque yo soy JEHOVA tu sanador
[Ex. 15:26].
d. Yahvé-Nissi (Ex. 17:15) en Español es
Jehová-Nisi y significa “el SEÑOR es mi
bandera.” Este nombre tiene una idea simi-
lar a “SEÑOR de los Ejércitos.” El SEÑOR
protege, defiende, y lucha por Su pueblo.
Y Moisés edificó un altar, y llamó su
nombre Jehová-nisi [Ex. 17:15].
e. Yahvé-Shalom (Jue. 6:24) en Español es
Jehová-Salom y significa “el SEÑOR es
nuestra paz.” El SEÑOR envía paz a nues-
tras vidas. En la salvación El nos da paz
con El mismo (Rom. 5:1). En el crecimien-
6
Ibid., 2:750.
to el da paz en nuestros corazones (Fil.
4:7).
Y edificó allí Gedeón altar a Jehová,
y lo llamó Jehová-salom [Jue. 6:24].
f. Yahvé-Rohi (Sal. 23:1) es Jehová-Roí en
Español y significa “El SEÑOR es mi pas-
tor.” El SEÑOR es nuestro guía, protector y
proveedor.
JEHOVA es mi pastor… [Sal. 23:l].
g. Yahvé-Tsidkenu (Jer. 23:6) es Jehová-
Tsidkenu en Español y significa “Jehová es
nuestra justicia.” Dios el Hijo es nuestra
justicia cuando nosotros confiamos en El (2
Cor. 5:21).
Y este será su nombre con el cual le
llamarán: “Jehová, justicia nuestra”
[Jer. 23:6].
C. Adonai
En el Antiguo Testamento la palabra
SEÑOR es traducción de (YHWH). La pala-
bra señor (con minúsculas) es traducción de
Adonai. Adonai no es un nombre técnica-
mente. Es una manera de dirigirse a alguien
y significa “Amo.” La palabra se puede
usar para designar a un amo humano o al
Amo divino. Esta palabra se usa 300 veces
refiriéndose a Dios y nos enseña que El es
nuestra autoridad absoluta en la vida.
VI. Los Atributos de Dios
Los atributos de Dios son aquellas cualida-
des esenciales, permanentes que son carac-
terísticas propias de Su persona. Una
manera satisfactoria de clasificar los atribu-
tos de Dios es dividiéndolos en morales y
no morales. Otra estrategia probable es la
de enlistar todos los atributos bajo “infini-
dad” o “bondad.” Una tercer manera de
clasificarlos sería atributos comunicables
(atributos que los seres humanos jamás
podrían compartir) y comunicables (atribu-
tos que los seres humanos salvos pueden
compartir en la gloria).
A. Los atributos no morales de Dios
No Solo de Pan
24
1. Dios es Espíritu.
Aunque Dios puede tomar forma humana ya
sea de manera temporal tal como en el caso
del ángel del SEÑOR o de forma permanente
como en el caso de Cristo, Dios no es un ser
físico. Dios no necesita un cuerpo y Su plena
esencia no puede ser contenida en un cuerpo.
El carácter espiritual de Dios se relaciona
también con su invisibilidad.
Dios es espíritu… [Juan 4:24].
El es la imagen del Dios invisible,
[Col. 1:15].
Por tanto, al Rey de los siglos, in-
mortal, invisible, al único y sabio
Dios, sea honor y gloria por los si-
glos de los siglos. Amén. [1 Tim.
1:17].
A quien ninguno de los hombres ha
visto ni puede ver… [1 Tim. 6:16].
2. Dios es Eterno.
Dios es infinito en relación al tiempo. El no
tiene principio ni fin. Su carácter eterno sig-
nifica no solamente que Dios mora en vida
sin fin, de eternidad pasada a eternidad futu-
ra, también significa que El mora en otra
dimensión fuera del tiempo. Para Dios toda
la historia aparece en el pasado. El cordero
fue inmolado antes de la fundación del mun-
do (Ap. 13:8). Los justificados se observan
como ya glorificados (véase los tiempos pa-
sados de Rom. 8:30). Toda la historia es
también presente (Ex. 3:14; Juan 8:58). No-
sotros observamos al tiempo desfilar desde
la esquina de la calle. Dios observa todo el
desfile pasado, presente y futuro al mismo
tiempo. La eternidad parece ser un atributo
“infinito” que es parcialmente comunicable a
los creyentes. (Véase Gén. 21:33; Ex. 3:14;
Deut. 32:40; Job 36:26; Sal. 90:2; 93:2;
102:27; Isa. 9:6; 40:28; 41:4; 57:15; Mique-
as 5:2; Juan 1:1; 8:58; Rom. 16:26; 1 Tim.
1:17; 6:16; Heb. 1:10-12; 2 Pedro 3:8; Ap.
1:4, 8; 10:6; 15:7).
Desde el siglo y hasta el siglo, tú
eres Dios [Sal. 90:2].
¿No has sabido, no has oído que el
Dios eterno es Jehová, el cual creó
los confines de la tierra? No desfalle-
ce, ni se fatiga con cansancio... [Isa.
40:28].
Porque así dijo el Alto y Sublime, el
que habita la eternidad… [Isa.
57:15].
Por tanto, al Rey de los siglos… [1
Tim. 1:17].
.....Pero tú eres el mismo, Y tus
años no acabarán [Heb. 1:12].
Yo soy el Alfa y la Omega, principio
y fin, dice el SEÑOR, el que es y
que era y que ha de venir, el Todo-
poderoso. [Ap. 1:8].
3. Dios es Omnipresente.
Dios no solamente es infinito con respecto al
tiempo, también lo es en relación al espacio.
Dios no está sujeto a ninguno de los dos ya
que es sobre ellos. El siempre está presente
en el tiempo y en el espacio y es más grande
que ambos. Sin embargo, la Biblia enseña
que existe una presencia especial de Dios en
ciertos lugares: el cielo (Mat. 6:9; Col. 3:1;
Heb. 1:3; 12:2), el tabernáculo (Ex. 25:8;
40:34-35), el templo (Mat. 23:21), entre los
querubines (Sal. 80:1), en Jerusalén (Mat.
5:35), dentro de los creyentes (Juan 14:16-
17, 23; Rom. 8:9-10; 1 Cor. 6:19-20), y con
los humildes (Santiago. 4:6-8; Isa. 57:15).
La Biblia también enseña que existe un sepa-
ración especial de la presencia de Dios del
malvado y arrogante (Isa. 59:1-2; Hab. 1:13;
2 Tes. 1:8-9; 1 Pedro 3:12). Así que aunque
parezca difícil de entender, debemos hacer
una distinción entre la presencia general de
Dios en todo lugar y la presencia especial de
Dios en ciertas localidades. He aquí los tex-
tos que comprueban Su omnipresencia: 1
Reyes 8:27; 2 Crón. 2:6; 6:18; Sal. 139:7 y
Teología Propia: La Doctrina de Dios
25
ss.; Prov. 15:3; Isa. 66:1; Jer. 23:24; Mat.
18:20; 28:20; Hechos 17:27; Heb. 4:13;
13:5.
Pero ¿es verdad que Dios morará so-
bre la tierra? He aquí que los cielos,
los cielos de los cielos, no te pueden
contener; ¿cuánto menos esta casa
que yo he edificado? [1 Reyes 8:27].
¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a
dónde huiré de tu presencia? Si subie-
re a los cielos, allí estás tú; Y si en el
Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú
estás. [Sal. 139:7-8].
Los ojos de Jehová están en todo lu-
gar, Mirando a los malos y a los
buenos. [Prov. 15:3].
¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en
escondrijos que yo no lo vea? ¿No
lleno yo, dice Jehová, el cielo y la
tierra? [Jer. 23:24].
4. Dios es Inmutable.
Aunque Dios puede y de hecho cambia sus
obras, El nunca modifica sus atributos. El es
infinito en perfección. El no puede mejorar
porque ya es perfecto. El no puede empeorar
ya que dejaría de ser perfecto. Este atributo
se relaciona con la confiabilidad de sus
promesas y lo predecible que son sus normas
(Mal. 3:6; Sant. 1:17; Heb. 1:12, 13:8).
Porque yo Jehová no cambio; por
esto, hijos de Jacob, no habéis sido
consumidos. [Mal. 3:6].
…Pero tú eres el mismo… [Heb.
1:12].
Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y
por los siglos. [Heb. 13:8].
Toda buena dádiva y todo don per-
fecto desciende de lo alto, del Padre
de las luces, en el cual no hay mu-
danza, ni sombra de variación.
[Santiago 1:17].
5. Dios es Omnisciente.
Dios es conocimiento infinito. El conoce la
creación inanimada (Sal. 147:4), los anima-
les (Mat. 10:29), el Seol (Job 26:6; Sal.
139:8; Prov. 15:11), Los días de la vida del
hombre (Job 14:5; Sal. 139:16), y los cabe-
llos de su cabeza (Mat. 10:30). Dios conoce
el futuro (Isa. 41:22; 42:9; 44:7; 46:10;
Hechos 2:23) y nuestras necesidades antes
que nosotros las descubramos (Mat. 6:8, 32).
Dios conoce todo lo que va a suceder en el
futuro real y todo lo que puede suceder en el
futuro potencial (1 Sam. 23:11-12; 2 Sam.
12:8; 2 Reyes 13:19; Sal. 81:14-15; Jer. 1:5;
38:17-20; Ez. 3:5-7; Mat. 11:21-24). Dios
conoce los pensamientos más secretos (1
Sam. 16:7; 1 Reyes 8:39; 2 Crón. 16:9; Job
34:22; Sal. 44:21; 139:1, 4, 23-24; Prov.
16:2; Jer. 11:20; 17:9-10; 20:12; Ez. 11:5;
Lucas 16:15; Rom. 8:27; 1 Cor. 3:20). La
omnisciencia de Dios es apoyada por nume-
rosos textos Bíblicos (Sal. 147:5; Isa. 40:13-
14, 28; Juan 2:24; 16:30; 21:17; Rom. 11:33-
34; 1 Juan 3:20).
Grande es el Señor nuestro, y de mu-
cho poder, y su entendimiento es in-
finito. [Sal. 147:5].
… y su entendimiento no hay quien
lo alcance [Isa. 40:28].
Señor, tú lo sabes todo [Juan 21:17].
¡Oh profundidad de las riquezas de
la sabiduría y de la ciencia de Dios!
¡Cuán insondables son sus juicios, e
inescrutables sus caminos! [Rom.
11:33].
Mayor que nuestro corazón es Dios,
y él sabe todas las cosas. [1 Juan
3:20].
6. Dios es Auto-Existente.
Algunos le llaman a este atributo “aseidad.”
Dios es auto-suficiente. El nunca ha depen-
dido e alguien más para existir. El es la pri-
mera causa no causada, infinito en auto-
suficiencia.
No Solo de Pan
26
Porque como el Padre tiene vida en
sí mismo… [Juan 5:26].
YO SOY EL QUE SOY.… [Ex.
3:14 (véase también Juan 8:58)].
Porque de él, y por él, y para él, son
todas las cosas… [Rom. 11:36].
El es la imagen del Dios invisible, el
primogénito de toda creación. Por-
que en él fueron creadas todas las co-
sas… [Col. 1:15-16].
7. Dios es Omnipotente.
Dios es infinito en poder. Lo cual da por
hecho que El no obrará contrariamente a Su
propia naturaleza. El no puede negarse a Sí
mismo (2 Tim. 2:13), mentir (Núm. 23:19; 1
Sam. 15:29; Tito 1:2; Heb. 6:18), ser tentado
con el mal (Sant. 1:13), cambiar (Sant. 1:17),
o tolerar el pecado (Hab. 1:13). Esto hace
que surjan unas interesantes preguntas.
¿Puede Dios caber dentro de una caja de
zapatos? ¿Puede Dios hacer una piedra tan
grande que no pueda levantar? Otros textos
adicionales que comprueban la omnipotencia
de Dios son los que describen Sus nombres
(véase Gén. 17:1; 18:14; Ex. 6:3; Job 42:2;
Sal. 62:11; Isa. 9:6; 26:4; Jer. 32:17, 27;
Mat. 19:26; 28:18; Lucas 1:37; 18:27; Ef.
3:20; Ap. 1:8; 4:8, 11; 16:14; 17:14; 19:6,
15-16).
¿Hay para Dios alguna cosa difí-
cil?… [Gén. 18:14].
¡Oh Señor Jehová! he aquí que tú
hiciste el cielo y la tierra con tu gran
poder, y con tu brazo extendido, ni
hay nada que sea difícil para ti;
[Jer. 32:17].
He aquí que yo soy Jehová, Dios de
toda carne; ¿habrá algo que sea
difícil para mí? [Jer. 32:27].
Para los hombres esto es imposible;
mas para Dios todo es posible…
[Mat. 19:26].
Porque nada hay imposible para
Dios [Lucas 1:37].
Y a Aquel que es poderoso para
hacer todas las cosas mucho más
abundantemente de lo que pedimos
o entendemos, según el poder que
actúa en nosotros… [Ef. 3:20].
... y no cesaban día y noche de decir:
Santo, santo, santo es el Señor Dios
Todopoderoso, el que era, el que es,
y el que ha de venir. [Ap. 4:8].
“¡Aleluya, porque el Señor nuestro
Dios Todopoderoso reina!” [Ap.
19:6].
...Dios Todopoderoso. Y en su vestidura
y en su muslo tiene escrito este nombre:
REY DE REYES Y SEÑOR DE
SEÑORES. [Ap. 19:15, 16].
8. Dios es Unido
(Véase “La Unidad y la Trinidad de la Dei-
dad,” sección IV, pág.17.)
B. Los Atributos Morales de Dios
1. Dios es Santo.
Santidad significa que Dios está separado y
es distinto de todas Sus criaturas, exaltado
sobre ellas, transcendente. Santidad también
significa que Dios está totalmente separado
de todo pecado e impureza. Algunos teólo-
gos hacen una distinción entre “santidad
majestuosa” y “santidad ética.” Santidad
majestuosa significa que Dios es está sepa-
rado y es trascendente sobre Sus criaturas.
La Santidad ética significa que El es separa-
do de todo pecado. La palabra Santo se usa
aproximadamente 699 veces en el Antiguo
Testamento, 111 de ellas se refieren a alguno
de los atributos de Dios. El Nuevo Testa-
mento contiene 230 referencias a la santidad.
(Aproximadamente 94 de ellas atribuyen
santidad al Espíritu Santo, 6 a Dios el Padre,
y 3 a Dios el Hijo.) Las últimas 4 referencias
de esta lista no contienen la palabra santo
pero afirman que Dios el Hijo es “sin peca-
Teología Propia: La Doctrina de Dios
27
do” (Ex. 15:11; Lev. 11:44; 19:2; 20:26;
21:8; Jos. 24:19; 1 Sam. 2:2; 6:20; Job 6:10;
Sal. 22:3; 30:4; 47:8; 60:6; 89:35; 92:15;
97:12; 99:3, 5, 9; 145:17; Isa. 5:16; 6:3;
43:14; 47:4; 49:7; 57:15; Ez. 39:7; Os. 11:9;
Hab. 1:12-13; Lucas 1:49; Juan 17:11; Heb.
12:10; 1 Pedro 1:15-16; Ap. 4:8; 15:4; Mar-
cos 1:24; Lucas 4:34; Juan 6:69; 8:46; 2 Cor.
5:21; Heb. 4:15; 1 Pedro 2:22).
…¿Quién como tú, magnífico en
santidad? [Ex. 15:11].
…y seréis santos, porque yo soy
santo… [Lev. 11:44].
Y el uno al otro daba voces, dicien-
do: Santo, santo, santo, Jehová de
los ejércitos; toda la tierra está llena
de su gloria. [Isa. 6:3].
Porque así dijo el Alto y Sublime, el
que habita la eternidad, y cuyo nom-
bre es el Santo [Isa. 57:15].
¿No eres tú desde el principio, oh Je-
hová, Dios mío, Santo mío? …Muy
limpio eres de ojos para ver el mal
[Hab. 1:12-13].
…diciendo: ¡Ah! ¿Qué tienes con
nosotros, Jesús nazareno? ¿Has veni-
do para destruirnos? Sé quién eres, el
Santo de Dios [Marcos 1:24].
…Padre santo, a los que me has da-
do, guárdalos en tu nombre [Juan
17:11].
…el cual no hizo pecado, ni se halló
engaño en su boca [1 Pedro 2:22].
2. Dios es Veraz.
Para afirmar que Dios es veraz hemos de
involucrar por lo menos a tres conceptos
característicos. Primero, Dios da la verdad
real. Segundo, El es verdad en el sentido de
ser confiable como en la frase “un amigo
verdadero.” Tercero, decir que Dios es ver-
dad significa que El es real, o genuino o sea
El es Dios verdadero y no un dios falso.
Podríamos decir que Dios es veraz en el sen-
tido objetivo, ético y metafísico. Los textos
que prueban la veracidad real y ética de Dios
están entrelazados.
a. Dios es objetivamente verdadero (Ex.
34:6; Juan 14:6, 17; 15:26; 16:13; 17:17; 1
Juan 4:6). Estos versículos contienen las
siguientes frases: “yo soy el camino, y la
verdad,” “el Espíritu de verdad,” y “tu
Palabra es la verdad.” Dios no comete
errores objetivos El siempre está en lo co-
rrecto.
b. Dios es verdadero éticamente. Dios es
digno de confianza. Su verdad ética es un
sinónimo de Su fidelidad. Dios jamás nos
mentirá ni nos engañará. El no solo es obje-
tivamente correcto sino que también es fiel a
Sus promesas (Núm. 23:19; Deut. 32:4; 1
Sam. 15:29; 2 Sam. 7:28; Sal. 19:9; 25:10;
31:5; 33:4; 36:5; 57:3; 89:14; 111:7; 119:86,
142, 151; 138:2; Isa. 25:1; Jer. 5:3; Lam.
3:23; Rom. 1:25; 3:4; 1 Cor. l:9; 2 Cor. 1:20;
1 Tes. 5:24; Tito 1:2; Heb. 6:18).
Dios no es hombre, para que mien-
ta, Ni hijo de hombre para que se
arrepienta. El dijo, ¿y no hará?
Habló, ¿y no lo ejecutará? [Núm.
23:19].
Además, el que es la Gloria de Isra-
el no mentirá, ni se arrepentirá, por-
que no es hombre para que se
arrepienta. [1 Sam 15:29].
Jehová, hasta los cielos llega tu mise-
ricordia, y tu fidelidad alcanza has-
ta las nubes. [Sal. 36:5].
Nuevas son cada mañana; grande es
tu fidelidad. [Lam. 3:23].
…De ninguna manera; antes bien sea
Dios veraz, y todo hombre mentiro-
so… [Rom. 3:4].
Fiel es Dios… [1 Cor. 1:9].
Fiel es el que os llama, el cual tam-
bién lo hará [1 Tes. 5:24].
…Dios, que no miente… [Tito 1:2].
No Solo de Pan
28
…es imposible que Dios mienta…
[Heb. 6:18].
c. Dios es verdadero metafísicamente.
Dios es real y Genuino. Cualquier otra
persona que reclame ser divino miente.
Mas Jehová es el Dios verdadero…
[Jer. 10:10].
Y esta es la vida eterna: que te co-
nozcan a ti, el único Dios verdade-
ro… [Juan 17:3].
…y cómo os convertisteis de los ído-
los a Dios, para servir al Dios vivo y
verdadero, [1 Tes. l: 9].
…Este es el verdadero Dios, y la vi-
da eterna. [1 Juan 5:20].
3. Dios es Bueno.
El concepto de la bondad de Dios abarca una
cantidad masiva de verdad además de otras
características (misericordia, longanimidad,
gracia, amor, amabilidad, ternura, y es posi-
ble abarcar aún la santidad ética que equi-
valdría a la impecabilidad y la verdad ética
que equivaldría a la fidelidad). Algunos cla-
sifican las características anteriores como
atributos, es quizás más lógico que las consi-
deremos como extensiones de la bondad de
Dios.
Porque Jehová es bueno; para siem-
pre es su misericordia, Y su verdad
por todas las generaciones. [Sal.
100:5].
Bueno es Jehová para con todos,
y sus misericordias sobre todas sus
obras [Sal. 145:9].
Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas
bueno? Ninguno hay bueno, sino
sólo uno, Dios. [Marcos 10:18].
Toda buena dádiva y todo don per-
fecto desciende de lo alto, del Padre
de las luces… [Santiago 1:17].
a. Dios es misericordioso. La misericordia
de Dios es una expresión de Su bondad para
todos aquellos que se encuentran en miseria
o sufrimiento. Es similar a la pena o a la
compasión (Sal. 103:13; 116:5; Isa. 55:7;
Lam. 3:22; Mat. 9:13, 36; Lucas 1:50; Rom.
11:32; 12:1; 15:9; 2 Cor. 1:3-4; Ef. 2:4; Fil.
1:8; Tito 3:5; Heb. 2:17; 4:16; Santiago 5:11;
1 Pedro. 1:3).
Como el padre se compadece de los
hijos, Se compadece Jehová de los
que le temen [Sal. 103:13].
Por la misericordia de Jehová no
hemos sido consumidos, porque nun-
ca decayeron sus misericordias.
[Lam. 3:22].
Y al ver las multitudes, tuvo compa-
sión de ellas… [Mat. 9:36].
…para tener misericordia de to-
dos. [Rom. 11:32].
Pero Dios, que es rico en misericor-
dia… [Ef. 2:4].
Nos salvó, no por obras de justicia
que nosotros hubiéramos hecho, sino
por su misericordia… [Tito 3:5].
Acerquémonos, pues, confiadamente
al trono de la gracia, para alcanzar
misericordia y hallar gracia para el
oportuno socorro [Heb. 4:16].
…que según su grande misericordia
nos hizo renacer [1 Pedro 1:3].
b. Dios es longánimo. La longanimidad es
una expresión de la bondad de Dios para
aquellos que merecen castigo. El es paciente
con aquellos que merecen castigo inmediato
(Ex. 34:6; Núm. 14:18; Neh. 9:17; Sal.
86:15; 103:8; 145:8; Joel 2:13; Jonás 4:2;
Neh. 1:3; Rom. 2:4; 3:25; 9:22; 1 Tim. 1:16;
2:4; 2 Pedro 3:9,15).0
...¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, miseri-
cordioso y piadoso; tardo para la
ira… [Ex. 34:6].
Teología Propia: La Doctrina de Dios
29
Misericordioso y clemente es Jehová;
Lento para la ira, y grande en mise-
ricordia [Sal. 103:8].
Jehová es tardo para la ira [Nahúm
1:3].
¿O menosprecias las riquezas de su
benignidad, paciencia y longanimi-
dad…? [Rom. 2:4].
Pero por esto fui recibido a miseri-
cordia, para que Jesucristo mostrase
en mí el primero toda su clemencia
[1 Tim. 1:16].
El SEÑOR no retarda su promesa,
según algunos la tienen por tardanza,
sino que es paciente para con noso-
tros, no queriendo que ninguno pe-
rezca, sino que todos procedan al
arrepentimiento. [2 Pedro 3:9].
c. Dios obra en base a Su gracia y esta es
una demostración de Su bondad para con
aquellos que merecen castigo. Sin Embargo,
existe una distinción entre la longanimidad y
la gracia. En Su longanimidad Dios detiene
el castigo para aquellos que merecen castigo.
En Su gracia Dios muestra benevolencia y
favor para aquellos que merecen ira y casti-
go. La gracia de Dios es favor inmerecido y
bondad sin precio (Ex. 34:6; Juan 1:14,17;
Rom. 3:24; 5:20; Ef. 2:7-9; Tito 2:11; 1 Ped
5:10).
¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericor-
dioso y piadoso… [Ex. 34:6].
…(y vimos su gloria, gloria como del
unigénito del Padre), lleno de gracia
y de verdad. Pues la ley por medio de
Moisés fue dada, pero la gracia y la
verdad vinieron por medio de Jesu-
cristo. [Juan 1:14, 17].
…las abundantes riquezas de su gra-
cia… [Ef. 2:7].
Mas el Dios de toda gracia…1 Pedro
5:10].
d. Dios es amor. El amor de Dios es una
expresión de Su bondad. Es un compromiso
de hacer lo que es mejor para quienes son los
objetos de Su amor sin importar el dolor o el
precio. El amor de Dios es eterno, de sacrifi-
cio e incondicional. Podríamos clasificar la
bondad y la ternura bajo la categoría de amor
(Juan 3:16; 15:13; Rom. 5:8; Gál. 2:20; 1
Juan 3:1; 4:8-10).
Porque de tal manera amó Dios al
mundo... [Juan 3:16].
Nadie tiene mayor amor que este,
que uno ponga su vida por sus ami-
gos. [Juan 15:13].
Mas Dios muestra su amor para con
nosotros, en que siendo aún pecado-
res, Cristo murió por nosotros.
[Rom. 5:8].
…el cual me amó y se entregó a sí
mismo por mí. [Gál. 2:20].
…Dios es amor [1 Juan 4:8].
4. Dios es Recto y Justo.
Algunos combinan los atributos de justicia y
santidad, especialmente la santidad ética. Sin
embargo, tanto en hebreo como en griego las
palabras de justicia difieren de las palabras
de santidad. La justicia comunica acción, no
así la santidad. Al decir que Dios es santo
queremos decir que El está separado del pe-
cado. Es santo por lo que El no hace. Al de-
cir que Dios es recto queremos decir que El
actúa en rectitud y debe exigir que todas las
demás criaturas también lo hagan. La Santi-
dad es más intransitiva y está relacionada a
Su Trascendencia. Es lo que Dios es. A la
rectitud se le ha denominado la “santidad
transitiva”. La rectitud involucra aquellas
cosas que un Dios santo hace e insiste que
otros las hagan. Se relaciona más con Su
Inmanencia.7
Al hablar de la rectitud y la
7
El autor está en deuda con George Pardington
por estos pensamientos. [Estudios Bosquejados
de Doctrina Cristiana de George Pardington,
No Solo de Pan
30
justicia de Dios hablamos de esa fase de la
santidad de Dios que es evidente en el trato
con Sus criaturas. Dios es llamado recto o
justo aproximadamente 112 veces en el An-
tiguo Testamento y 44 veces en el Nuevo
Testamento (véase Deut. 10:17; 32:4; Job
37:23; Sal. 19:9; 33:5; 89:14; 92:15; 96:13;
103:6; 111:7; Jer. 9:23-24; Juan 17:25;
Hechos 3:14; 17:31; Rom. 3:26; 2 Tes. l:5-9;
y 1 Juan 2:1).
Porque todos sus caminos son rec-
titud; Dios de verdad, y sin ninguna
iniquidad en él; Es justo y recto
[Deut. 32:4].
El ama justicia y juicio… [Sal.
33:5].
Justicia y juicio son el cimiento de
tu trono… [Sal. 89:14].
…en él no hay injusticia. [Sal.
92:15].
…que yo soy Jehová, que hago mise-
ricordia, juicio y justicia en la tie-
rra… [Jer. 9:24].
Padre justo… [Juan 17:25].
Mas vosotros negasteis al Santo y al
Justo… [Hechos 3:14].
…abogado tenemos para con el Pa-
dre, a Jesucristo el justo. [1 Juan
2:1].
5. Dios es Sabio.
Al mencionar que Dios es sabio no necesa-
riamente nos estamos refiriendo a su om-
nisciencia. Dios es más que una
“computadora infinita” El lo sabe todo pero
El también puede seleccionar los mejores
medios para llegar al mejor fin.
El es sabiduría ya que El aplica Su omnis-
ciencia para lograr el mejor control posible
(Harrisburg, PA: Christian Publications, Inc.,
1926) 80].
del universo (Sal. 19:7; Prov. 1:7; 8:22, 27;
Rom. 16:27; 1 Cor. 1:24, 30).
Jehová me poseía (a mí, la sabiduría)
en el principio, Ya de antiguo, antes
de sus obras. Cuando formaba los
cielos, allí estaba yo (la sabiduría)
[Prov. 8:22, 27].
…Cristo Jesús, el cual nos ha sido
hecho por Dios sabiduría… [1 Cor.
1:30].
6. Dios es Bendito.
Al referirnos al carácter íntimo de Dios,
bendito significa que Dios está completa y
eternamente satisfecho consigo mismo. El
está gozoso y contento con Su propia per-
fección. No hemos de contemplar este co-
mo un atributo, ya que Dios es bendito
internamente debido a Sus perfecciones
provenientes de Sus atributos. La felicidad
humana está cimentada en este aspecto de la
persona de Dios. Nuestro Dios, que es per-
fecto en Persona y obras, es la fuente de
nuestra satisfacción en la vida. La suma de
Sus atributos es igual a la perfección. Esta
perfección hace que El sea “bendito” in-
ternamente.”
…el glorioso evangelio del Dios
bendito Tim. 1:11].
…bienaventurado y solo Soberano,
Rey de reyes, y Señor de señores, [1
Tim. 6:15].
7. Dios es Glorioso.
La suma de la perfección de Dios da como
resultado Su bienaventuranza interior y
también Su gloria exterior. Recordemos que
la gloria, no es un atributo en el sentido
estricto de la palabra. Dios es glorioso en
todos Sus atributos. Los humanos deberán
reconocer la Gloria de Dios y por ende glo-
rificarle (Sal. 24:7-10; 96:3; 138:5; Isa. 6:3;
42:8; Mat. 25:31; Juan 1:14; 17:5; Rom.
3:23; Ef. 1:17; Heb. 1:3; Sant. 2:1).
Teología Propia: La Doctrina de Dios
31
Yo Jehová; este es mi nombre; y a
otro no daré mi gloria… [Is. 42:8].
Y aquel Verbo fue hecho carne, y
habitó entre nosotros (y vimos su
gloria, gloria como del unigénito del
Padre), lleno de gracia y de verdad.
[Juan 1:14].
…para que el Dios de nuestro
SEÑOR Jesucristo, el Padre de glo-
ria… [Ef. 1:17].
El cual, [el Hijo] siendo el resplandor
de su gloria [del Padre]… [Heb.
1:3].
Hermanos míos, que vuestra fe en
nuestro glorioso Señor Jesucristo
sea sin acepción de personas. [San-
tiago 2:1].
No Solo de Pan
32
33
Capítulo 3
ANGELOLOGIA
La Doctrina de los Angeles
BOSQUEJO
I. La Existencia de los Angeles 33
II. El Origen de los Angeles 34
A. Todas las Cosas Creadas por Dios
B. Los Angeles y la Creación
C. El Tiempo de la Creación de los
Angeles
D. Los Angeles Creados como Angeles
E. La Población de los Angeles
1. Las Huestes Celestiales
2. Millares de Angeles 35
3. Las Doce Legiones de Angeles de
Cristo
F. El Propósito de la Creación Angélica
G. Los Angeles y el Pecado
H. Las Limitaciones de los Angeles
III. La Naturaleza de los Angeles
A. Los Angeles y la Persona
B. Los Angeles y la Santidad
C. Los Angeles y el Poder
1. En Relación al Hombre 36
2. En Relación a Dios
D. Los Angeles y la Materia Física
E. La Inmortalidad y el Género de los
Angeles
IV. La Apariencia de los Angeles 37
A. En la Tierra
B. En las Escenas no Terrenales
1. Serafín 38
2. Querubín
3. Criaturas Vivientes
4. El Angel de Ap.10:1-3
V. Los Nombres y las Clasificaciones de los
Angeles
A. Nombres Generales
B. Nombres Específicos y Clasificaciones
1. Querubín
2. Serafín
3. Miguel
4. Gabriel
VI.La Morada de los Angeles
VII. Los Deberes de los Angeles
A. Sus Obras en el Pasado
B. Sus Obras en el Presente
1. Proteger a los Creyentes
2. Ayudar en Respuesta a la Oración
3. Llevar las Almas al Cielo 39
4. Involucrarse en el Gobierno Civil
C. Sus Obras en el Futuro
ANGELOLOGIA:
LA DOCTRINA DE LOS
ANGELES
I. La Existencia de los Angeles
Los Angeles no son los personajes principales
en las Escrituras. Sin embargo, si de alguna
manera los pudiéramos extraer de la Biblia,
muchos grandes pasajes serían alterados en
gran manera (por ejemplo, el nacimiento, la
tentación, la agonía en Getsemaní, la
resurrección y la ascensión de Cristo). Hay
referencias a los ángeles y a los querubines en
34 de los 66 libros de la Biblia (17 en cada
Testamento). La palabra hebrea traducida
ángel, Malak, está relacionada con el nombre
Malaquías, “mi mensajero.” Chafer contó por
lo menos 108 referencias a los ángeles en el
Antiguo Testamento.1
La palabra Griega
traducida ángel es ággelos de la cual se deriva
parcialmente la palabra evangelismo. La
palabra ángeles se encuentra aproxima-
damente 165 veces en el Nuevo Testamento.2
El Señor Jesucristo enseñó claramente sobre
la existencia de los ángeles. Lo saduceos no
creían ni en la Resurrección ni en los ángeles.
1
Lewis Sperry Chafer, Systematic Theology, vol. 2
(Dallas: Dallas Seminary Press, 1947) 3. Sus
números por lo regular son exactos, pero hay
muchos más si se incluyen las referencias a los
Querubines y Serafines.
2
Ibid.
No Solo de Pan
34
Con una sola declaración Cristo les reprendió
diciéndoles que en la resurrección los seres
humanos serían como los ángeles con respecto
al matrimonio (Mat. 22:30). El Señor dijo que
en Su segunda venida los ángeles vendrían
con El (Mat. 24:31; 25:31). El dijo que podría
llamar 12 legiones de ángeles para evitar Su
crucifixión (Mat. 26:53). Las personas que
respetan a Jesucristo aceptan la existencia de
los ángeles.
II. El Origen de los Angeles
A. Todo lo que Existe fue Creado por Dios
Dios es el creador de todas las cosas, ya que
es el único que posee la inmortalidad. Por
deducción todos los seres deberán ser creados,
incluso los ángeles.
Todas las cosas por él fueron hechas…
[Juan 1:3].
Porque en él fueron creadas todas las
cosas, las que hay en los cielos y las
que hay en la tierra, visibles e
invisibles; sean tronos, sean dominios,
sean principados, sean potestades; todo
fue creado por medio de él y para él.
[Col. 1:16].
El único que tiene inmortalidad… [1
Tim. 6:16].
B. A los Angeles se les Menciona en la
Obra Creadora de Dios
Alabadle, vosotros todos sus ángeles;
Alabadle, vosotros todos sus ejércitos
Alaben el nombre de JEHOVA;
Porque él mandó, y fueron creados.
[Sal. 148:2, 5].
C. El tiempo de la Creación de lo Angeles
En Job capítulos 1 y 2, el término hijos de
Dios se usa para designar a seres espirituales
incluyendo a Satanás. También parece que
con frecuencia se agrupa a los ángeles y a las
estrellas en la frase huestes celestiales.3
3
En Dt. 4:19 y Sof. 1:5 huestes significa estrellas,
pero en 1 Reyes 22:19 y Lucas 2:13 huestes
Estos dos factores nos conducen a creer que
Job 38:4-7 enseña que los Angeles fueron
creados antes del planeta tierra.
“¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba
la tierra? Házmelo saber, si tienes
inteligencia. Cuando alababan todas
las estrellas del alba y se regocijaban
todos los hijos de Dios” [Job 38:4, 7].
Si los hijos de Dios de Job 38 no son los
ángeles, entonces ¿quiénes son? No pueden
ser humanos ya que estos no existieron antes
que el planeta tierra. Sal. 148:2 y los
versículos siguientes, relacionan la creación
de los ángeles con la creación del resto del
universo físico. Ex. 20:11 enseña que
“Porque en seis días hizo Jehová los cielos y
la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos
hay” Es preferible entonces, considerar que la
creación de los ángeles se llevó a cabo en el
primer día, quizás después de los cielos pero
antes de la tierra.
D. Los Angeles Fueron Creados como
Angeles
Algunos piensan inocentemente que los
ángeles son humanos exaltados o glorifica-
dos. La Biblia enseña que los ángeles fueron
creados como ángeles sin ser una transforma-
ción proveniente de algo más. Heb. 12:22-23
nos da una lista de habitantes del cielo y
nombra “muchos millares de ángeles” y por
separado menciona a “los espíritus de los
justos hechos perfectos.” En la descripción del
cielo de Ap. 21-22, los ángeles y los humanos
son grupos distintos. Los humanos no se
convertirán en ángeles en el futuro, lo que si
sucederá es que los creyentes humanos
juzgarán a los ángeles (1 Cor. 6:3).
E. La Población de Angeles
En la creación en número de ángeles fue
determinado y fijado por toda la eternidad.
Estos nunca mueren y nunca se reproducen.
(Mat. 22:30; Marcos: 12:25; Lucas 20:35-36).
Ya que el Capítulo 2 de Génesis indica que
significa Angeles. Véase también Ap. 12:1-4.
Angelología: La Doctrina de los Angeles
35
Dios ya no está involucrado en la obra
creadora, el número de ángeles debe ser
constante.
“mas los que fueren tenidos por dignos
de alcanzar aquel siglo y la
resurrección de entre los muertos, ni se
casan, ni se dan en casamiento. Porque
no pueden ya más morir, pues son
iguales a los ángeles, y son hijos de
Dios, al ser hijos de la resurrección.”
[Lucas 20:35-36].
El número exacto de ángeles es un misterio,
pero existen indicaciones de que es una
cantidad extremadamente grande.
1. Ya que el término “huestes celestiales”
puede referirse a las estrellas o a los ángeles,
podemos deducir de esto que el número de
ángeles al igual al número de las estrellas, en
potras palabras, es imposible de contar.
2. Heb. 12:22 menciona “muchos millares de
ángeles,” Por lo que podemos agruparlos por
conjuntos de 1,000. Lo mismo podemos hacer
con la información de Sal. 68:17; Dan. 7:10; y
Ap. 5:11. Por otra parte 2 Reyes 6:17 y Lucas
2:13 hacen uso del término general de
“multitudes” de Angeles.
Los carros de Dios se cuentan por
veintenas de millares de millares; [Sal.
68:17].
“…millares de millares le servían, y
millones de millones asistían delante
de él…” [Dan. 7:10].
Y miré, y oí la voz de muchos ángeles
alrededor del trono, y de los seres
vivientes, y de los ancianos; y su
número era millones de millones [Ap.
5:11].
3. Cristo mencionó que El podía contar con
más de doce legiones de ángeles (una legión
romana podría consistir de hasta 6,000
hombres de guerra) en Mat. 26:53.
F. El Propósito de la Creación Angélica
Los ángeles fueron creados para ser
servidores de Dios. Esto se puede deducir de
las declaraciones que se hacen acerca de la
creación en general (Rom. 11:36; Col. 1:16;
Ap. 4:11). Sin Embargo, La Biblia es más
específica en cuanto a la creación de los
ángeles.
Ciertamente de los ángeles dice:
El que hace a sus ángeles espíritus,
y a sus ministros llama de fuego... ¿No
son todos espíritus ministradores,
enviados para servicio a favor de los
que serán herederos de la salvación?
[Heb. 1:7, 14].
G. Los Angeles y el Pecado
Como Dios no puede ser tentado por el mal
(Santiago 1:13) y tampoco soporta la
presencia del pecado (Hab. 1:12-13), existe la
plena certeza que Dios no creó a los ángeles
con pecado; todos ellos fueron creados santos.
H. Las limitaciones de los Angeles
Las siguientes referencias (véase sección C.1.,
pág. 36) darán por establecido que los ángeles
tienen habilidades sobrehumanas. Sin
embargo, ellos son criaturas. No pueden estar
en más de un lugar a la vez. Gabriel necesitó
tiempo para viajar (Dan. 9:21-23). Un ángel
cuyo nombre permanece anónimo tuvo una
demora su viaje. Así que, los ángeles tienen
fuerza limitada (Dan. 10:13). Ap. 12:7
menciona luchas entre ángeles santos y no
santos. Finalmente, los ángeles tienen
limitaciones en cuanto al conocimiento. No
conocen el tiempo de la Segunda Venida
(Mat. 24:36). Aprenden cuando observan a la
Iglesia (Ef. 3:10; 1 Tim. 3:16; 5:21; 1 Pedro
1:12; y posiblemente 1 Cor. 11:10). En
resumen, los ángeles son criaturas que no son
omnipresentes, omnipotentes u omniscientes.
III. La Naturaleza de los Angeles
A. Los Angeles y la Persona
La definición normal de persona es un ser
autoconsciente que tiene intelecto, emociones
y voluntad. Mediante esta definición a los
ángeles se les podría clasificar como personas.
No Solo de Pan
36
Ellos deben poseer inteligencia para aprender
(Ef. 3:10; 1 Pedro 1:12), emociones para
alabar y adorar (Job 38:7; Isa. 6:3; Ap. 5:11-
12) y para apreciar el gozo de Dios (Lucas
15:10) y voluntad para obedecer Sus
mandatos (Mat. 24:31; Heb. 1:6).
B. Los Angeles y la Santidad
La consistencia nos dicta que un Dios crea
ángeles santos. Y como los ángeles son
llamados los hijos de Dios (Job 1:6; 2:1;
38:7), deducimos sin lugar a dudas que ellos
fueron creados en la imagen de Dios. La
Biblia nos enseña que algunos ángeles son
santos todavía y serán santos en el tiempo de
la Segunda Venida de Cristo (Marcos 8:38;
Lucas 9:26; Hechos 10:22; Ap. 14:10). El
hecho de que algunos ángeles son llamados
Sus ángeles escogidos (1 Tim. 5:21) y que
ellos todavía serán encontrados sin pecado en
el tiempo de la Segunda Venida conduce a
varios maestros Bíblicos a concluir que los
santos ángeles han sido confirmados en
santidad. Ya no es posible que estos ángeles
se rebelen en contra de Dios. Es muy probable
que los ángeles santos sean incapaces de
pecar.
C. Los Angeles y el Poder
1. En Relación al Hombre
La Biblia enseña directamente y mediante
ejemplos que los ángeles tienen poderes
sobrehumanos. Heb. 2:7 y 9 describen a la
humanidad como menor que los ángeles.
Algunas traducciones traducen la variante “lo
hiciste por un poco tiempo, menor que los
Angeles.” Los ángeles destruyeron Sodoma
(Génesis 19). Un ángel mató a 185,000
hombres del ejército Asirio (Isaías 37), La
Escritura nos da a entender que un ángel mató
a 70,000 hebreos (2 Samuel 24). Un ángel
pudo haber destruido Jerusalén (2 Samuel 24).
Eliseo oró y su siervo pudo observar que el
ejército Sirio no era ningún rival para los
ejércitos de Dios (2 Reyes 6). Los ángeles se
mencionan en Apocalipsis más que en
cualquier otro libro. Sus poderes en el tiempo
del fin serán, realmente increíbles. Parece que
ellos tienen poder sobre los vientos, sobre el
fuego y sobre el sol (Ap. 7:1; 14:18-19; 16:8-
9) y ayudarán a destruir al Anticristo en la
guerra de Armagedón (Ap. 14:18). En el
futuro, los seres humanos exaltados serán
superiores a los ángeles (Heb. 2:5 y ss.; Rom.
8:17).4
¡Bendecid a Jehová, vosotros sus
ángeles, Poderosos en fortaleza, que
ejecutáis su palabra, Obedeciendo a la
voz de su precepto! [Sal. 103:20].
Mientras que los ángeles, que son
mayores en fuerza y en potencia... [2
Pedro 2:11].
2. En Relación a Dios
Aunque los ángeles tienen poderes
sobrehumanos, ellos tienen limitantes y están
sujetos a la autoridad de Dios (2 Sam. 24:16;
Ap. 7:1-4). Los conflictos angélicos revelan
limitaciones en cuanto al poder (Dan. 10:13,
20; Judas 9; Ap. 12:7-9). La principal
enseñanza de Heb. 1:4 y ss., es que Cristo es
superior a los ángeles.
La cual operó en Cristo,.... sentándole
sobre todo principado y autoridad y
poder y señorío......, [Ef. 1:20-21].
Quien habiendo subido al cielo está a
la diestra de Dios; y a él están sujetos
ángeles, autoridades y potestades [1
Pedro 3:22].
4
Debido a que la forma del hebreo es la misma
para la frase “El Angel del SEÑOR” y para “un
ángel del SEÑOR,” es muchas veces difícil
identificar si la acción destructora está siendo
ejecutada por Dios el Hijo como “El Angel del
SEÑOR” o un ángel ordinario. Aún si algunos de
estos ejemplos de destrucción masiva se refieren a
Dios el Hijo y no solo a un ángel, todavía tenemos
suficiente evidencia como para probar que los
Angeles son superiores al hombre en cuanto al
poder.
Angelología: La Doctrina de los Angeles
37
D. Los Angeles y la Materia Física
Aunque los ángeles pueden aparecer con
forma física, son por naturaleza seres
espirituales (Sal. 104:4; Heb. 1:7,14; véase
también Ef. 6:12 en referencia a los ángeles
caídos). Si asumimos que los demonios son
ángeles caídos, también podríamos deducir
que una legión de ángeles santos ocuparía el
mismo espacio (Marcos 5:9, 13; Lucas 8:30).
Por lo que podemos decir que los ángeles no
son seres físicos que no están limitados por el
espacio. El hecho de que los ángeles sean
seres espirituales no significa que sean
omnipresentes. Le tomo a un ángel tres
semanas en viajar, y otro fue demorado (Dan.
10:12 y ss., véase también Dan. 9:21-23).
Ciertamente de los ángeles dice: El que
hace a sus ángeles espíritus, Y a sus
ministros llama de fuego ¿No son
todos espíritus ministradores,
enviados para servicio a favor de los
que serán herederos de la salvación?
[Heb. 1:7, 14].
E. La Inmortalidad y el Género de los An-
geles
Los ángeles son inmortales (Lucas 20:35-36).
Y aunque aparecen como hombres y se usen
pronombres masculinos al hablar de ellos
(Génesis 19), también existe la posibilidad de
que no tengan género. También se usan los
pronombres masculinos cuando se habla del
Espíritu Santo y sin embargo El no es un
hombre. La ausencia de capacidad
reproducto-ra en los ángeles puede explicarse
si tenemos en cuenta que ellos son asexuales
en vez de pensar que todos ellos son
masculinos. Hemos de hacer una distinción al
hablar de los seres espirituales entre lo que es
apariencia y esencia.5
5
Los ángeles son espíritus (Heb. 1:14). Por
definición un espíritu no posee en si mismo carne ni
sangre (observe las declaraciones de Cristo en Lucas
24:39). Al parecer los ángeles siempre se aparecen como
hombres en el ambiente terrenal. Sin embargo, cuando
ellos aparecen en la escena celestial no se ven como
hombres. Su esencia parece no tener género sexual.
IV.La Apariencia de los Angeles
Los Angeles son seres espirituales y
normalmente son invisibles. Sin embargo,
algunas veces Dios permite que ellos sean
visibles al hombre.
A. Sobre la Tierra
Cuando a los ángeles se les observa en la
escena terrenal, generalmente se ven como
humanos y siempre son masculinos (a menos
que Zac. 5:9 y su contexto sea interpretado
como la única excepción). Cuando algunos
ángeles vinieron a visitar a Abraham y a Sara,
ellos se sentaron, caminaron y comieron como
seres humanos normales, (Génesis 18). El
escritor de Hebreos quizás tiene este mismo
acontecimiento en mente cuando escribe que,
“...algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles”
(Heb. 13:2). Los ángeles se veían tan
humanos que los pervertidos sodomitas
querían abusar sexualmente de ellos (Gén.
19:1, 5). Otros pasajes que hablan de los
ángeles que se aparecen como hombres son
Marcos 16:5; Lucas 24:4; y Hechos 1:10. En
las frecuentes ocasiones en que los ángeles
aparecieron como “hombres”, lo hicieron
como sobrehumanos en el sentido de que
tenían un resplandor asombroso y
atemorizador tanto en su persona como en sus
vestiduras (Dan. 10:5 y contexto; Mat. 28:3;
Lucas 24:4).
B. En las Escenas no Terrenales
Cuando los ángeles aparecen en la tierra lo
hacen básicamente como humanos; pero
cuando estos aparecen en otras escenas ellos
aparecen como criaturas no tan ordinarias.
1. Los Serafines de Isaías 6, tienen seis alas.
2. Los Querubines de los Capítulos uno y
Además es más razonable suponer que Dios creó a los
ángeles sin sexo (y por lo tanto incapaces de reproducirse)
que suponer que El creó un sinnúmero de ángeles
masculinos sin un número correspondiente de ángeles
femeninos.
No Solo de Pan
38
diez de Ezequiel tienen las siguientes
características:
• Cuatro caras en una cabeza (hombre,
león, buey y águila)
• Cuatro alas
• Llenos de ojos
• Sin coyunturas en las piernas
• Pies con pezuñas
• Una rueda debajo de ellos para que nunca
den vueltas (¿un mecanismo como un
giroscopio?)
• Manos de humano bajo sus alas
3. Los seres vivientes de Ap. 4:6-8 tienen lo
siguiente:
• Muchos ojos
• Seis alas
• Caras de un hombre, león, becerro y
águila
4. Un ángel de Ap. 10:1-3 está
• Vestido con una nube
• Tiene el arco iris como corona
V. Los Nombres y las Clasificaciones de los
Angeles
A. Nombres Generales
• Angeles = mensajeros
• Espíritus ministradores (Heb. 1:14) =
siervos
• Huestes celestiales (Lucas 2:13) =
Ejércitos de Dios
• Vigilantes (Dan. 4:13-17) = observadores
y supervisores de gobiernos civiles
• Hijos de Dios (Job l:6; 2:1; 38:7) = su
carácter original era a la imagen de Dios
• Estrella (vea Ap. 12:3-4, 9) = aquellos que
moran en el cielo
B. Nombres Específicos y Clasificaciones
1. Existe un número sorprendente de
referencias a los querubines en el Antiguo
Testamento (más de 90). Los primeros
ángeles que se mencionan en la Biblia son los
querubines que hicieron guardia en el huerto
de Edén a fin de que el hombre no regresara
(Gén. 3:24). Había imágenes de querubines
bordadas en la tapicería del tabernáculo, y el
arca tenía inter construidos dos querubines de
oro (Ex. 25:17-22; 26:1, 31). La apariencia de
los querubines se describe en Ez. 10:1 y ss., y
probablemente también en Ez 1:4-28. La
presencia de Dios se indica frecuentemente
con la frase entronado arriba de los
querubines o que mora entre los querubines
(véase 1 Sam. 4:4; 2 Sam. 6:2; 2 Reyes 19:15;
1 Crón. 13:6; Sal. 80:1; 99:1; vea también Sal.
18:9-10). De Gén. 3:24 podemos deducir que
los querubines guardan la santidad de Dios.
Ellos son también indicadores de Su
presencia. El simbolismo del tabernáculo tuvo
su contraparte en el cielo. Así como los
querubines rodeaban la presencia de Dios
sobre el arca, así han también de rodear Su
presencia en el trono celestial.
2. Serafín, esta palabra se usa solamente dos
veces en la Biblia refiriéndose a seres
angélicos (Isa. 6:2, 6). Parece que se deriva de
de la palabra hebrea quemar o encender.
Estos son criaturas centellantes y ardientes.
Su propósito parece ser la adoración directa
de Dios.
3. Miguel es uno de los dos únicos ángeles
cuyo nombre aparece en las Escrituras. Su
nombre significa “¿Quien como Dios?” y
aparece 5 veces (Dan. 10:13, 21; 12:1; Judas
9; Ap. 12:7).
Parece que los ángeles tienen rango como en
una organización militar (Rom. 8:38; Ef. 1:21;
3:10; 6:12; Col. 1:16; 2:10, 15). Se menciona
a Miguel entre uno de los principales
príncipes en Dan. 10:13. En Judas 9 él es el
único ángel al cual se le denomina el
arcángel (Judas 1:9), él también dirigirá a los
ejércitos angélicos contra Satanás durante la
Tribulación (Ap. 12:7 y ss.). Quizás haya
otros ángeles que se le comparen, pero él es
el arcángel encargado de la protección de
Israel (Dan. 10:21; 12:1). Es muy probable
que Miguel sea el instrumento que anuncie el
Arrebatamiento (1 Tes. 4:16).
4. Al ángel Gabriel, cuyo nombre significa
“Poderoso de Dios,” se le menciona 4 veces
en la Escritura (Dan. 8:16; 9:21; Lucas 1:19,
Angelología: La Doctrina de los Angeles
39
26). A Gabriel no se le llama arcángel. Parece
que él es un mensajero especial. El interpretó
las visiones de Daniel y anunció los
nacimientos de Juan el Bautista y Jesús.
VI.La Morada de los Angeles
Aunque los ángeles visiten la tierra y
probablemente vivan o visiten los cielos
estelares (ya que las estrellas y los ángeles
suelen aparecer juntos), la Biblia presenta al
cielo como su morada principal. Lucas 1:19
dice, “Yo soy Gabriel, que estoy delante de
Dios…” (Véase también Lucas 15:10). Otras
frases pertinentes son “los ángeles de Dios en
el cielo.” (Mat. 22:30) y “un ángel del cielo”
(Gál. 1:8).
VII. Los deberes de los Angeles
A. Sus Obras en el Pasado
Las obras que los ángeles efectuaron en el
pasado son tan numerosas que no las
mencionaremos en detalle. Ellos fueron
testigos de la creación (Job 38:7). Ellos
ayudaron a derramar las plagas sobre Egipto y
estuvieron presentes en la entrega de la ley
(Sal. 78:43, 49; Gál. 3:19; Heb. 2:2). Ellos
anunciaron los nacimientos de Juan el
Bautista y de Cristo (Lucas 1:11-13, 26-37).
Ellos fortalecieron a Cristo en Su tentación y
en Getsemaní (Mat. 4:11; Lucas 22:43). Ellos
anunciaron la resurrección (Mat. 28:1-2, 6) y
observaron la ascensión (Hechos 1:10).
B. Sus Obras en el Presente
1. Los Angeles protegen a los creyentes.
Existen razones para creer en ángeles
guardianes. No se conoce si ellos están
presentes todo el tiempo o si a cada creyente
se le asigna un ángel específico. Lo que sí
sabemos es que es un deber angélico proteger
y atender a los creyentes cuando surjan
peligros.
El ángel de Jehová acampa alrededor
de los que le temen, y los defiende.
[Sal. 34:7].
Pues a sus ángeles mandará acerca de
ti, Que te guarden en todos tus
caminos. En las manos te llevarán,
Para que tu pie no tropiece en piedra.
[Sal. 91:11-12].
“Mirad que no menospreciéis a uno de
estos pequeños; porque os digo que
sus ángeles en los cielos ven siempre
el rostro de mi Padre que está en los
cielos.” [Mat. 18:10].
¿No son todos espíritus ministradores,
enviados para servicio a favor de los
que serán herederos de la salvación?
[Heb. 1:14].
2. Los ángeles probablemente ayudan a
cumplir las respuestas de Dios a la oración. La
evidencia de esto es el ejemplo de la vida de
Daniel. Un ser enviado como respuesta a la
oración de Daniel menciona a Miguel como
su colega en Dan. 10:13; por lo que creemos
que este ser es angélico. Existe razón
suficiente como para concluir que Dios obra
en circunstancias similares hoy en día.
“Al principio de tus ruegos fue dada
la orden, y yo he venido para
enseñártela, porque tú eres muy
amado…” [Dan. 9:23].
“Entonces me dijo: Daniel, no temas;
porque desde el primer día que
dispusiste tu corazón a entender y a
humillarte en la presencia de tu Dios,
fueron oídas tus palabras; y a causa de
tus palabras yo he venido” [Dan.
10:12].
3. Uno de los deberes de los ángeles es
llevar las almas al cielo. La historia del
hombre rico y Lázaro nos da a entender que
los ángeles transportan las almas de otros
creyentes al paraíso.
“Aconteció que murió el mendigo, y
fue llevado por los ángeles al seno de
Abraham...” [Lucas 16:22].
4. Otro deber de los Angeles es el de
involucrarse en el gobierno civil. Parece que
tanto los ángeles santos y los malvados tienen
No Solo de Pan
40
miembros que son asignados para tener su
influencia en los reinos de este mundo Dan.
10:13 y 20 hacen mención del malvado
“príncipe de Persia” y el “príncipe de
Grecia”. Miguel es el ángel santo asignado a
Israel (Dan. 10:21; 12:1).
C. Sus Obras en el Futuro
Los ángeles estarán involucrados en el
arrebatamiento (1 Tes. 4:16). Ellos serán
juzgados por los seres humanos (1 Cor. 6:3).
Estarán involucrados en llevar a cabo el juicio
de Dios durante la Tribulación (Ap. 8:2 y ss.,
16:1 y ss.). Las huestes celestiales ayudarán
en la batalla de Armagedón (Ap. 14:18-19),
regresarán con Cristo y ayudarán a reunir las
gentes del mundo para el juicio (Mat. 24:31;
25:31). Casi al finalizar la Biblia, Juan escribe
acerca de un ángel que encadena a Satanás en
el abismo (Ap. 20:1-2).
41
Capítulo 4
SATANOLOGIA
La Doctrina Acerca de Satanás
BOSQUEJO
I. La Existencia de Satanás 42
II. La Personalidad de Satanás
A. Elementos de la Persona
B. Pronombres Personales
C. Responsabilidad Moral
III. Nombres y Títulos de Satanás
A. Lucifer
B. Satanás
C. Diablo 43
1. Usos de Diábolos
2. Etimología de Diábolos
D. Serpiente Antigua
E. Destructor
F. Gran Dragón
G. maligno
H. Belial
I. Querubín Protector 44
J. Príncipe de Este Mundo
K. Príncipe de la Potestad del Aire
L. El dios de Este Siglo
M. Beelzebub
N. Tentador
O. Acusador de los Hermanos 45
IV. Origen, Estado Original y su Primer Peca-
do
A. El Estado Original de Satanás
B. Naturaleza del Primer Pecado de Satanás
47
C. Consecuencias del Primer Pecado de
Satanás
D. Consecuencias para los Angeles 48
E. El tiempo del primer pecado de Satanás
V. Las Obras de Satanás
A. Las Obras de Satanás en el Pasado
1. Mintió a Adán y Eva
2. Trató de corromper a la
Raza Humana
3. Afligió a Job
4. Peleó contra Miguel
5. Obstruyó a Israel (ej.: El Censo de
David)
6. Acusó a Josué
7. Tentó a Cristo
8. Probó a Pedro y entró en Judas
9. Estorbó a Pablo
10. Influenció a Ananías y a Safira
para mentir
B. Las Obras Presentes de Satanás 49
1. Ciega al Perdido
a. Mediante Religiones Falsas
(1) Mediante Doctrinas Falsas
(2) Mediante Ministros Falsos
(3) Mediante Cristos Falsos
(4) Mediante Seguidores Falsos
(5) Mediante un Evangelio
Falso y Pervertido
(6) Mediante Falsos Poderes
b. Mediante Religiones y Filoso-
fías Anticristianas 50
(1) Materialismo
(2) Hedonismo
(3) Espiritismo
(a) Adoración Directa a
Demonios
(b) Idolatría
(c) Auto-adoración,
Humanismo
2. Satanás se Opone al Pueblo de Dios
a. Mediante la Tentación
(1) Hacia el Materialismo
(2) Hacia la Inmoralidad 51
(3) Hacia el Orgullo
(4) Hacia la Mentira
(5) Hacia la Duda
b. Mediante la Creación de
Divisiones
c. Mediante la Acusación de
los Creyentes
d. Mediante la Destrucción de los
Líderes Cristianos 52
e. Mediante la Mezcla de Incrédu-
los en la Iglesia
No Solo de Pan
42
f. Al Causar Problemas
Físicos
g. Mediante los Gobiernos
Civiles y la Persecución.
h. Mediante Métodos Gene-
rales:
Mentiras, Milagros Falsos
C. Las Obras de Satanás en el
Futuro
SATANOLOGIA:
LA DOCTRINA ACERCA
DE SATANAS
I. La Existencia de Satanás
En el Antiguo Testamento a Satanás no se
le da mucho énfasis aunque haya sufi-
ciente material para confirmar su existen-
cia. No existe ninguna palabra hebrea que
corresponda a la palabra demonio. Sa-
tanás es un término usado para describir
al malvado que se opone a Dios y se en-
cuentra 16 veces en tres pasajes del Anti-
guo Testamento (1 Crón. 21:1; Job 1-2;
Zac. 3). A la serpiente de Gén. 3 no se le
llama Satanás en el Antiguo Testamento,
pero Ap. 12:9 nos enseña con claridad
que la serpiente en Génesis es Satanás. El
Nuevo Testamento enseña de una manera
más amplia la existencia de Satanás. Cada
autor del Nuevo Testamento habla de
“Satanás” o del “Diablo.” 19 de los 27
libros mencionan al diablo con otro nom-
bre. 23 de los 27 libros mencionan ya sea
al Diablo o a los demonios usando otros
nombres. Cristo habla de Satanás 25 ve-
ces.1
Para quienes respetan la autoridad
de la Biblia y de Cristo, la existencia de
Satanás es indiscutible.
II. La Personalidad de Satanás
Algunos piensan que “Satanás” es una
fuerza o una influencia y no un ser perso-
nal. Algunas veces se trata a Satanás solo
1
Vea Angels Elect and Evil por C. Fred
Dickason, (Chicago: Moody Press, 1975) 116.
como un título para el mal o la tentación.
La Escritura nos enseña que Satanás es un
ser personal.
A. Los Elementos de la Personalidad
Satanás tiene intelecto. El es muy sabio
(Ez. 28:12,17). El tiene estrategias y sabe
engañar (Gén. 3:1 y ss.; 2 Cor. 11:3; Ap.
12:9). Satanás tiene emociones. El tendrá
una “gran ira” ya que sabrá que le queda
poco tiempo (Ap. 12:12). Satanás tiene
voluntad y en su función de tentador, trata
de influir en las decisiones (ej. Lucas 4:3,
9). Es muy persistente y obstinado en su
oposición contra Dios aún cuando sabe
que no logrará nada (Ap. 20:7-9).
B. Pronombres Personales
La Biblia usa pronombres personales para
referirse a Satanás (Mat. 4:10; Juan 8:44;
2 Cor. 11:14-15).
C. Responsabilidad Moral
Los objetos inanimados no poseen res-
ponsabilidad moral, en cambio Satanás si
ya que será castigado (Mat. 25:41; Juan
12:31; 16:11).
III. Los Nombres y Títulos de Satanás
A. Lucifer (Isa. 14:12-14)
Este nombre es la traducción de la palabra
Hebrea Helel de la versión Inglesa del rey
Santiago que significa “Luminoso,” “hijo
de la mañana,” o “estrella de la mañana.”
Isaías 14 es probable que se refiera a Sa-
tanás (aunque la relación sea motivo de
debate). Si Isaías 14 es una referencia a
Satanás, el nombre “Lucero” habla de la
gloria y majestad que Satanás poseía ori-
ginalmente. En dado caso que Isaías 14
no se refiera a Satanás como la persona
que estuvo detrás del rey de Babilonia,
Pablo de igual manera enseña que el de-
monio se disfraza como “ángel de Luz”
en 2 Cor. 11:14. La versión Inglesa dice:
“How art thou fallen from heaven,
O Lucifer, son of the morning!…”
Satanología: La Doctrina Acerca de Satanás
43
[Isa. 14:12 (Versión Inglesa del
rey Santiago)].
Nota: La Reina Valera lo traduce
“Lucero”
B. Satanás
Satanás es una palabra Hebrea que signi-
fica “resistir, ser adversario, impedir el
progreso.” Esta palabra se usa un total de
25 veces en el Antiguo Testamento (16 de
ellas se refieren a Satanás) y 36 veces en
el Nuevo Testamento.2
Algunos pasajes
que nos ayudan a comprender el carácter
de Satanás y que usan la palabra Satanás
en el sentido original de “resistir” son los
siguientes:
Y la ira de Dios se encendió por-
que él [Balam] iba; y el ángel de
Jehová se puso en el camino por
adversario [en Hebreo Satanás]
suyo. [Núm. 22:22; véase también
el vs.32].
“… no sea que en la batalla [Da-
vid] se nos vuelva enemigo
[Hebreo Sata-nás]…” [1 Sam.
29:4].
… y Satanás estaba a su mano de-
recha para acusarle [del hebreo
Satanás] [Zac. 3:1].
C. Diablo
El término diablo no existe en el Antiguo
Testamento. Diablo es estrictamente
hablando una palabra del Nuevo Testa-
mento y aparece 38 veces en total de es-
tas, 35 se refieren a la persona. Ap. 12:9
claramente conecta a Satanás con el dia-
blo, lo hacen también Mat. 4:1-11 y Mar-
cos 4:15 al ser comparados con su pasaje
paralelo que es Lucas 8:12. La palabra
griega es diábolos de donde se deriva en
español la palabra “diablo” o “diabóli-
co.” La palabra diablo significa “calum-
2
Podríamos añadir el Sal. 109:6.
niador” o “acusador.” En Ap. 12:10 al
Diablo se le llama “el acusador de nues-
tros hermanos.” El significado original de
diábolos arroja luz en cuanto al carácter
de Satanás.
1. Usos de la palabra Diábolos
… no calumniadoras, (del griego
diábolos)… [1 Tim. 3:11].
… en los postreros días vendrán
tiempos peligrosos. Porque habrá
hombres...calumniadores (del
griego diábolos)… [2 Tim. 3:1-3].
Las ancianas asimismo sean reve-
rentes en su porte; no calumnia-
doras, (del griego diábolos)…
[Tito 2:3].
2. Etimología de diabolos
Dia significa “a través de” como por
ejemplo en la palabra “diámetro,” o sea la
línea que atraviesa el centro de un círculo.
Bolos se relaciona con la palabra ballo,
que significa arrojar o aventar. Un diabo-
los, era originalmente una persona que
arrojaba una lanza verbal para hacer una
hendidura entre las personas. El diablo
acusa con mentiras (y también con la ver-
dad) con el propósito de hacer una sepa-
ración. El desea que los creyentes se acu-
sen a sí mismos delante de Dios, que acu-
sen a otros hermanos y que se acusen
entre ellos mismos.
D. La Serpiente Antigua (Ap. 12:9; 20:2)
El apóstol Juan cuando llama al Diablo la
serpiente antigua en Ap. 12:9 y 20:2, se
está refiriendo a la caída del hombre de
Gén. 3 y nos recuerda la característica
principal de su carácter. Satanás es sutil,
engañoso astuto y lleno de artimañas. El
fácilmente tuerce la verdad para lograr
sus malvados propósitos (Gén. 3:1; 2 Cor.
11:3; 1 Tim. 2:14). También puede citar y
malinterpretar a Dios (Gén. 3:1; Mat.
4:6).
No Solo de Pan
44
Y prendió al dragón, la serpiente
antigua, que es el diablo y Sa-
tanás, y lo ató por mil años; [Ap.
20:2].
E. El Destructor
Juan usa el hebreo y el griego de Ap. 9:11
para otorgarle dos nombres a Satanás.
El hebreo es Abadón. El griego es Apo-
lión. Ambos significan destructor. Sa-
tanás desea destruir a Dios y Su reino. En
realidad el mismo se encuentra en un
sendero de autodestrucción para él y para
todos sus seguidores. Sabemos que estos
nombres se refieren a Satanás ya que el
tema que trata este pasaje es el rey de los
que están en el abismo.
Y tienen por rey sobre ellos al
ángel del abismo, cuyo nombre en
hebreo es Abadón, y en griego,
Apolión [Ap. 9:11]
F. El Gran Dragón (Ap. 12: 3, 7, 9)
El hecho de mencionar a Satanás como
dragón es presentarlo a la vez como des-
tructor. El es feroz, violento y salvaje en
su carácter. El es un homicida.
Y fue lanzado fuera el gran
dragón, la serpiente antigua, que
se llama diablo y Satanás, el cual
engaña al mundo entero; fue arro-
jado a la tierra, y sus ángeles fue-
ron arrojados con él. [Ap. 12:9].
G. El Maligno (Juan 17:15; 1 Juan
5:18-19)
A Satanás se le denomina el maligno en la
parábola del sembrador (compare Mat.
l3:19, 38-39 con Marcos 4:15 y Lucas
8:12). Satanás no solo se satisface con ser
maligno sino que desea promover el mal
arduamente e influenciar a otros para
unirse a su maldad. El es una persona que
corrompe.
Sabemos que somos de Dios, y el
mundo entero está bajo el malig-
no. [1 Juan. 5:19].
H. Belial (2 Cor. 6:15)
La palabra Hebrea Belial significa “sin
valor.” En los tiempos del Nuevo Testa-
mento esta se convirtió en un nombre
aplicado a Satanás. Este nombre nos de-
clara lo que Dios piensa del carácter de
Satanás. El alguien “sin valor alguno”
¿Y qué concordia Cristo con Be-
lial?… [2 Cor. 6:15].
I. Querubín protector (Ez. 28:14, 16)
Como querubín protector Satanás estaba
entre los seres angélicos de más alto ran-
go o quizás el era el de más alto rango.
Como querubín el identificaba y guardaba
la presencia misma de Dios. La mayoría
de los intérpretes consideran que el per-
sonaje de Ezequiel 28:11-19 es Satanás.
Satanás era el poder tras el Rey de Tiro.
De otra manera no habría ningún indica-
dor para identificar al querubín protector.
“Tú, querubín grande, protec-
tor…” [Ez. 28:14].
J. Príncipe de Este Mundo (Juan 12:31;
14:30; y16:11)
Satanás es la cabeza de un sistema mal-
vado en el que están incluidos los ángeles
caídos y los humanos que no son salvos.
Y aunque se encuentre confinado en los
límites que Dios le ha establecido (vea
Job 1-2; 2 Tes. 2:6), Satanás, en cierto
sentido, gobierna este mundo. El es el
padre de los incrédulos (Juan. 8:44). El
mundo entero está bajo su control (1 Juan
5:19). Dios tiene el control final de los
reinos del mundo (Dan. 4:17; Rom. 13:1-
4), sin embargo, Satanás tiene algo de
control sobre los mismos, (Mat. 4:8-9;
Dan. 10:13 y contexto). Cristo vino a
destruir al maligno (1 Juan. 3:8; Heb.
2:14-15). Por lo tanto, Juan 12:31 se re-
fiere a Satanás.
“Ahora es el juicio de este mundo;
ahora el príncipe de este mundo
será echado fuera.” [Juan 12:31].
Satanología: La Doctrina Acerca de Satanás
45
K. Príncipe de la Potestad del Aire (Ef.
2:2)
Satanás es el mejor candidato que identi-
fica a este espíritu. Además de poseer un
control limitado sobre la tierra, Satanás
parece poseer cierto control sobre la
atmósfera y aún el firmamento. En éstos
se desarrolla la escena del conflicto angé-
lico (Daniel 10).
…en los cuales anduvisteis en otro
tiempo, siguiendo la corriente de
este mundo, conforme al príncipe
de la potestad del aire... [Ef. 2:2].
L. El dios de este Siglo o Mundo (2 Cor.
4:4)
Nosotros usamos términos tales como era
espacial o era atómica para designar una
idea importante que dominaba el pensa-
miento y esfuerzo humano en un período
de tiempo en particular. Satanás se identi-
fica muy bien como el dios de este siglo
ya que él desea la adoración (Mat. 4:9),
ciega el entendimiento hacia el evangelio
(Marcos 4:15) y controla al mundo (1
Juan 5:19). Dios describe el tiempo pre-
sente como la era Satánica. Todos los
sistemas de pensamiento no bíblicos,
promueven directa o indirectamente la
adoración de Satanás.
En los cuales el dios de este siglo
[del griego eon] cegó el entendi-
miento de los incrédulos… [2 Cor.
4:4].
M. Beelzebúb, Príncipe de los Demonios
(Mat. 12:24; Lucas 11:15)
Los antiguos hebreos llamaron al dios
filisteo con el nombre de “Baalzebub” (2
Reyes 1:2). Este nombre significa “Señor
de las moscas” y era quizás una modifica-
ción hebrea del nombre real de este dios a
manera de insulto. El mejor texto del
Nuevo Testamento lee “Beelzebú.” Algu-
nos podrían decir que esta es otra forma
de decir “Señor de las moscas.” Sin em-
bargo, Beelzebú significa más precisa-
mente “Señor de la casa.” Es preferible
pensar que el nombre original de este dios
falso era Beelzebú y que Beelzebub era
una derivación a manera de burla. Mat.
10:25 sugiere la definición “Señor de la
casa,” y tanto en Mateo 12 como en Lucas
11, Cristo habla de una “casa dividida”
poco después de referirse a Beelzebú. Se
dice que Beelzebú es el “gobernante de
los demonios.” Además después que le
llamaron al Señor Beelzebú, El responde
a la acusación hablando acerca de Sa-
tanás. Por estas dos razones, Beelzebú es
un nombre usualmente aplicado a Sa-
tanás. Aparentemente los Judíos antiguos,
habían transferido el nombre original de
un dios falso al ser que está detrás de to-
dos los dioses falsos, o sea, al mismo,
Satanás.
Pero algunos de ellos decían: Por
Beelzebú, príncipe de los demo-
nios, echa fuera los demonios.
[Lucas 11:15].
N. Tentador (Mat. 4:3; 1 Tes. 3:5)
Este título señala a Satanás por una de sus
actividades más básicas. Su tentación es
una invitación para hacer el mal con el fin
de manifestar un fracaso.
Y vino a él el tentador, y le dijo:
Si eres Hijo de Dios, di que estas
piedras se conviertan en pan. [Mat.
4:3].
O. Acusador de los hermanos (Ap.
12:10)
Este título atribuye a Satanás el carácter
de diábolos. Puede también referirse a sus
esfuerzos “para zarandear como a trigo”
(Lucas 22:31). Al demonio le agrada ex-
poner la cizaña y las impurezas en la vida
de los creyentes. Mediante estas acusa-
ciones él puede desacreditar y desanimar.
Entonces oí una gran voz en el cie-
lo, que decía: Ahora ha venido la
salvación, el poder, y el reino de
nuestro Dios, y la autoridad de su
No Solo de Pan
46
Cristo; porque ha sido lanzado
fuera el acusador de nuestros
hermanos, el que los acusaba de-
lante de nuestro Dios día y noche.”
[Ap. 12:10].
IV.El Origen, Estado original y Primer
Pecado de Satanás
A. El Estado Original de Satanás
“Vino a mí palabra de Jehová, di-
ciendo: Hijo de hombre, levanta
endechas sobre el rey de Tiro, y
dile: Así ha dicho Jehová el Señor:
Tú eras el sello de la perfección,
lleno de sabiduría, y acabado de
hermosura. En Edén, en el huerto
de Dios estuviste; de toda piedra
preciosa era tu vestidura; de corne-
rina, topacio, jaspe, crisólito, beri-
lo y ónice; de zafiro, carbunclo,
esmeralda y oro; los primores de
tus tamboriles y flautas estuvieron
preparados para ti en el día de tu
creación. Tú, querubín grande,
protector, yo te puse en el santo
monte de Dios, allí estuviste; en
medio de las piedras de fuego te
paseabas. Perfecto eras en todos
tus caminos desde el día que fuiste
creado, hasta que se halló en ti
maldad. A causa de la multitud de
tus contrataciones fuiste lleno de
iniquidad, y pecaste; por lo que yo
te eché del monte de Dios, y te
arrojé de entre las piedras del fue-
go, oh querubín protector. Se
enalteció tu corazón a causa de tu
hermosura, corrompiste tu sabi-
duría a causa de tu esplendor; yo
te arrojaré por tierra; delante de
los reyes te pondré para que miren
en ti. Con la multitud de tus mal-
dades y con la iniquidad de tus
contrataciones profanaste tu san-
tuario; yo, pues, saqué fuego de en
medio de ti, el cual te consumió, y
te puse en ceniza sobre la tierra a
los ojos de todos los que te miran.
Todos los que te conocieron de en-
tre los pueblos se maravillarán so-
bre ti; espanto serás, y para siem-
pre dejarás de ser. ” [Ez. 28:11-
19].
La lógica dictamina que Satanás es una
criatura y que fue creado sin pecado. La
Biblia enseña que Dios creó a todos los
seres (Juan 1:3; Col. 1:16-17) incluyendo
a los ángeles (Sal. 148:2-5). La lógica
también dictamina que Dios creó a todos
los seres sin pecado. Así que, la creación
y el pecado de Satanás pueden deducirse
sin hacer uso de alguna Escritura en par-
ticular.
Sin Embargo, Ezequiel 28 parece referir-
se específicamente al origen de Satanás.
Si Ez. 28:11-19 no se refriere a Satanás,
entonces el pasaje quedaría sin ninguna
explicación. Se menciona dos veces que
él es un querubín (vss. 14 y 16), y Ez.
28:15 habla de perfección “desde el día
que fuiste creado.” A Satanás se le men-
ciona juntamente con los ángeles en otros
textos (ej., Mat. 25:41; Ap. 12:7, 9). Tal
como estos ángeles, el también es un ser
creado.
Siendo un ángel, Satanás inicialmente
compartió las características de todos los
ángeles, como se vio en el capítulo ante-
rior. (El por supuesto ha perdido su santi-
dad; pero mantiene mucho de lo que es
estrictamente natural, en oposición a las
características morales de los ángeles).
Satanás fue creado como un espíritu sin
pecado con una inteligencia y poder so-
brehumanos. Aún hasta el día de hoy Sa-
tanás es hermoso (2 Cor. 11:14-15) y
poderoso (Judas 9).
No solamente se describe a Satanás como
un ángel, sino que se clasifica al parecer
como una clase especial de ángeles (que-
rubín protector) y quizás el era el más
grande de todos los ángeles. Ezequiel 28
enseña que él era un querubín protector
(vss. 14 y 16), que era perfecto en sabi-
duría y belleza (v. 12), que vivía en el
Satanología: La Doctrina Acerca de Satanás
47
paraíso (v. 13), y que fue creado sin pe-
cado (vs. 15). Y aunque Miguel sea victo-
rioso en su lucha contra el diablo (Ap.
12:7 y ss.), parece que le respeta como si
fuera un igual o aun superior en poder
(Judas 9). Satanás era y probablemente
aún es, de los seres creados el más inteli-
gente y poderoso.
B. La Naturaleza del Primer Pecado de
Satanás
Aunque no haya una cita directa de la
Escritura que describa el primer pecado
de Satanás, por lógica tenemos que dedu-
cir que existió tal pecado. Sin embargo,
Ezequiel 28 nos ofrece algo de informa-
ción en lo que a esto respecta. Es el único
texto en la Biblia que ofrece con claridad
de detalle información acerca de este pri-
mer pecado.3
Ez. 28:17 enseña que el
3
Ez. 28:2 se dirige al príncipe de Tiro.
Ez. 28:12 se dirige al príncipe de Tiro. Algu-
nos intérpretes no ven ninguna referencia a
Satanás en todo el capítulo. Los primeros diez
versículos parecen referirse exclusivamente a
un gobernante terrenal (véase vss. 2 y 9). Sin
embargo, comenzando en el vs. 11, el capítulo
parece hablar no solo de este gobernante te-
rrenal sino de un ser sobrenatural que energiza
al mismo. El único candidato que se conoce
para tal función es el mismo Satanás. De otra
manera, el pasaje no podría ser entendido. En
los vss. 14 y 16, se dice que el rey fue un que-
rubín; en el vs. 12 se le atribuyen la perfec-
ción en sabiduría y belleza; en el vs. 13 se dice
que vivió en Edén, y los vss. 14 y 16 dicen
que el vivió en el monte de Dios. En el vs. 15,
se dice que este ser era sin pecado al ser crea-
do. Estas descripciones casi obligan al intér-
prete a concluir que Ez. 28:11 y ss., se refie-
ren no solamente al rey humano de Tiro sino
también a un ser malvado y sobrenatural
detrás de él. De esta manera, Ezequiel 28
enseña probablemente acerca del estado origi-
nal de Satanás y su primer pecado. Este estu-
dio presupone que así es. Aún así, las conclu-
siones básicas no serían afectadas si es que
Ezequiel 28 no se refiere a Satanás.
Isa. 14:4 se dirige al “rey de Babilo-
nia”. Si Isaías 14 se refiere exclusivamente a
primer pecado básicamente fue el orgullo
(véase también 1 Tim. 3:6).
“Se enalteció tu corazón a causa
de tu hermosura, corrompiste tu
sabiduría a causa de tu esplen-
dor;…” [Ez. 28:17].
C. Consecuencias del primer pecado de
Satanás.
Ez. 28:16-17 enseña que Satanás fue
arrojado del monte de Dios hacia la tierra.
Su orgullo causó que se le despojara de
sus deberes como querubín que guarda la
presencia de Dios. En este sentido Sa-
tanás “cayó” del cielo. Sin embargo, Sa-
tanás tiene todavía un acceso limitado a
los cielos no para servicio, sino por moti-
vos de comunicación (Job 1:6, 2:1; Zac.
3:1; Ap. 12:10). El hará guerra en el cielo
un rey de Babilonia del pasado, entonces,
probablemente no se refiere en ninguna mane-
ra a Satanás. A diferencia de Ezequiel 28 no
existe nada en el contexto que haga que el
lector concluya que Isaías ha ido más allá de
una simple condenación de un gobernante
terrenal.
Es posible considerar a Isaías 14 como un
pasaje de doble referencia. Si así fuera, no
solo se estaría hablando de un gobernante del
pasado sino también de uno futuro. Existen
indicaciones tanto en Isaías 13 como 14 que
dentro del marco de las declaraciones de Isaías
se encuentra un juicio al final de los tiempos, a
la vez que Apocalipsis 17-18 da énfasis en el
juicio futuro de Babilonia. (véase Isa. 13:4, 6,
9, 10, 11, 13, 20; 14:2, 3, 7, 15, 17 en lo con-
cerniente a la destrucción de los últimos tiem-
pos) Si Isaías se refiere a la destrucción final
de Babilonia en los últimos tiempos, luego
Satanás puede ser considerado como la fuerza
sobrehumana que se encuentra detrás del rey
de Babilonia. (Sin embargo, parece que en
Ap. 7:16, la bestia satánica odia a Babilonia.)
Pero aún si estas especulaciones fueran váli-
das, Isaías 14 se referiría a una futura caída
de Satanás de los cielos y no a una caída en el
pasado. (Vea Ap. 12:7 y sig., que habla de
esa caída futura.) Así que en este estudio, no
usaremos Isaías 14 para construir enseñanzas
acerca del estado original de Satanás.
No Solo de Pan
48
durante la Tribulación (Ap. 12:7 y ss.) y
caerá del cielo en el sentido pleno de la
palabra. Satanás definitivamente ha caído
en el sentido moral. Sin embargo, debido
a que la palabra caída pudiera indicar una
futura y total exclusión del cielo, esta la
hemos evitado cuando nos referimos a su
pecado original.
D. El primer pecado de Satanás y las
consecuencias para los ángeles
Sabemos con certidumbre que Satanás es
el líder de otros ángeles malvados (Mat.
25:41; Ap. 12:7-9). Ap. 12:4 nos da a
entender que una tercera parte de los
ángeles decidió seguir a Satanás. Sobre
este tema se tiene poca información dire-
cta. Conocemos que otros ángeles tam-
bién han pecado. Conocemos que Satanás
es ahora su líder. Basándonos en la supo-
sición que los ángeles no hubieran pecado
cuando vieron las consecuencias del pri-
mer pecado de Satanás, es mejor concluir
que otros ángeles participaron con Sa-
tanás en su primer pecado debido a su
incitación.
E. El Tiempo del Primer Pecado de Sa-
tanás
Si los ángeles fueron creados al mismo
tiempo que la creación material como lo
parece indicar Ex. 20:11 y Sal. 148:2-5,
entonces Satanás fue creado en el primer
día de la creación antes que la tierra fuera
creada (Job 38:7). Su primer pecado debe
haber ocurrido antes que la serpiente ten-
tara a Eva en Gén. 3:1. Por lo tanto, Sa-
tanás pecó en un instante de tiempo entre
el primer día de la creación y la tentación
del hombre. Durante la semana de la
creación Dios dijo que su obra era buena;
y al final del sexto día El calificó su
creación como “buena en gran manera”
(Gén. 1:31). Sería difícil calificar una
creación como “buena en gran manera” si
ésta estuviera ya manchada por un con-
flicto cósmico de grandes proporciones.
El mejor tiempo para colocar el primer
pecado de Satanás es después de la sema-
na de la creación pero antes de la tenta-
ción de Eva. No conocemos el período de
tiempo entre la creación del hombre y la
caída.4
(La teoría del “paréntesis” debería
respetuosamente ser rechazada ya que no
proviene del buen hebreo o de la buena
ciencia.)
V. Las Obras de Satanás
Existe mucha información en las Escritu-
ras en lo que corresponde a las obras de
Satanás. Este estudio pondrá énfasis en
sus actividades presentes mencionando
también de manera breve sus actividades
pasadas y futuras.
A. Las Actividades de Satanás en el pa-
sado.
1. Satanás mintió a Adán y a Eva cau-
sando así la muerte (Gén. 3:1 y sig., Juan
8:44; 1 Juan. 3:8).
2. Quizás Satanás trató de corromper la
raza humana con el fin de que el Mesías
no naciera (Gén. 6:1-4).
3. Satanás acusó a Job y le fue permitido
afligirle. El tenía el poder de provocar
una tormenta con viento fuerte, bajar fue-
go del cielo y causar enfermedades (Job
caps. 1-2).
4. Satanás peleó con Miguel por el cuer-
po de Moisés (Judas 9).
5. El se opuso a Israel al tentar a David
para llevar a cabo un censo (1 Crón.
4
Ez. 28:13 menciona que Satanás caminó
en Edén. Sin embargo, Edén significa “pa-
raíso.” Esta podría ser una referencia a la
misma presencia de Dios y no al jardín de
Edén. Ezequiel enseña que Satanás fue arro-
jado del “monte de Dios” y que el se paseaba
en medio de las “piedras de fuego.” Así que,
Edén podría equivaler a la presencia de Dios
en Ezequiel 28. Por lo tanto, la sola presencia
de Satanás en Edén, no podría probar que la
tierra fue creada antes del primer pecado de
Satanás.
Satanología: La Doctrina Acerca de Satanás
49
21:1).
6. El acusó a Josué el sumo sacerdote
(Zac. 3:1-3).
7. El Diablo tentó a Cristo (Mat. 4:1-11;
Marcos1:12-13; Lucas 4:1-13).
8. El tentó a Pedro y se posesionó de
Judas (Mat. 16:22-23; Marcos 8:33; Lu-
cas 22:31-32).
9. Satanás estorbó a Pablo y le afligió
físicamente (1 Tes. 2:18; 2 Cor. 12:7).
10. El influenció a Ananías y Safira para
mentir (Hechos 5:3-4, 8).
En relación al pasado de Satanás, hemos
también de incluir el hecho de que su
destrucción fue asegurada mediante la
derrota del pecado efectuada por Cristo
en la cruz. Antes de la muerte de Cristo la
santidad de Dios hubiera demandado la
destrucción de todos los seres humanos
incluyendo a Satanás. Mediante la cruz
Cristo hizo posible que los humanos fue-
ran librados de Satanás. Así que el juicio
inevitable del Diablo comenzó en el Cal-
vario. Cuando ya termine el programa de
salvación, entonces Dios destruirá a Sa-
tanás (Juan 12:31; 16:11; Co1. 2:14-15;
Heb. 2:14-15; 1 Juan 3:8).
B. Las Obras Presentes de Satanás
La doctrina de Satanás deberá tener su
balance justo. El es poderoso. Pero tam-
bién está restringido y espera su condena.
Satanás es todavía un homicida, mentiro-
so y pecador tal como lo ha sido desde el
principio (Juan 8:44; 1 Juan 3:8). El to-
davía se opone a Dios y a Su pueblo (1
Pedro 5:8). Y aunque él sea el príncipe de
este mundo (Juan 12:31; 16:11; 1 Juan
5:19), el dios de este siglo, (2 Cor. 4:4), el
gobernador de los ángeles caídos (Mat.
25:41; Ap. 12:9) y el príncipe de los de-
monios (Mat. 12:24; Lucas 11:15), el
está restringido (2 Tes. 2:6) y debe operar
dentro de los confines de la autoridad de
Dios (Job 1:12; 2:6; Juan 17:15; 1 Juan
4:4; 5:18).
Aunque Satanás tenga un dominio res-
tringido, su rango de operaciones es to-
davía muy amplio
1. Satanás ciega a los perdidos (Mat.
13:19; Marcos 4:15; Lucas 8:12; 2 Cor.
4:4).
“Y éstos son los de junto al cami-
no: en quienes se siembra la pala-
bra, pero después que la oyen, en
seguida viene Satanás, y quita la
palabra que se sembró en sus co-
razones.” [Mar. 4:15].
En los cuales el dios de este siglo
cegó el entendimiento de los in-
crédulos, para que no les resplan-
dezca la luz del evangelio de la
gloria de Cristo, el cual es la ima-
gen de Dios. [2 Cor. 4:4].
a. Satanás ciega usando religiones falsas
que pretenden imitar al cristianismo ge-
nuino.
(1) Mediante falsas doctrinas (1 Tim. 4:1)
Pero el Espíritu dice claramente
que en los postreros tiempos algu-
nos apostatarán de la fe, escu-
chando a espíritus engañadores y a
doctrinas de demonios; 1 Tim.
4:1].
(2) Mediante falsos ministros (Mat. 7:15,
21-23; 2 Cor. 11:13-15)
Y no es maravilla, porque el mis-
mo Satanás se disfraza como ángel
de luz. Así que, no es extraño si
también sus ministros se disfrazan
como ministros de justicia; cuyo
fin será conforme a sus obras [2
Cor. 11:14-15].
(3) Mediante falsos Cristos (Mat. 24:23-
24; 1 Juan 2:18, 22; 4:3)
Hijitos, ya es el último tiempo; y
según vosotros oísteis que el anti-
cristo viene, así ahora han surgi-
No Solo de Pan
50
do muchos anticristos; por esto
conocemos que es el último tiem-
po. [1 Juan 2:18]. Amados, no cre-
áis a todo espíritu, sino probad los
espíritus si son de Dios; porque
muchos falsos profetas han salido
por el mundo. [1 Juan 4:1].
Y todo espíritu que no confiesa
que Jesucristo ha venido en carne,
no es de Dios; y este es el espíritu
del anticristo, el cual vosotros
habéis oído que viene, y que ahora
ya está en el mundo. [1 Juan 4:3].
(4) Mediante seguidores falsos (Mat.
13:25, 36-39)
“…y la cizaña son los hijos del
malo. Y el enemigo que la sembró
es el diablo…” [Mat: 13:38-39].
(5) Mediante un evangelio falso, compli-
cado y pervertido (2 Cor. 11:3-4; Gál.
1:8)
Pero temo que como la serpiente con su
astucia engañó a Eva, vuestros sentidos
sean de alguna manera extraviados de la
sincera fidelidad a Cristo. Porque si viene
alguno predicando a otro Jesús que el que
os hemos predicado, o si recibís otro espí-
ritu que el que habéis recibido, u otro
evangelio que el que habéis aceptado,
bien lo toleráis; [2 Cor. 11:3-4].
(6) Mediante poderes falsos
Es posible que Satanás permita que per-
sonas con poderes “milagrosos” manipu-
len espíritus malignos para aparentar te-
ner poder sobrenatural (Mat. 12:27; 2
Tim. 3:8; Ap. 2:9).
“Y si yo echo fuera los demonios
por Beelzebú, ¿por quién los
echan vuestros hijos? Por tanto,
ellos serán vuestros jueces.” [Mat.
12:27].
“Yo conozco tus obras, y tu tribu-
lación, y tu pobreza (pero tú eres
rico), y la blasfemia de los que se
dicen ser judíos, y no lo son, sino
sinagoga de Satanás.” [Ap. 2:9].
b. Satanás causa ceguera mediante reli-
giones y filosofías que son evidentemente
anticristianas.
(1) Mediante el materialismo, el deseo de
los ojos.
Si la “raíz de todos los males es el amor al
dinero” como lo declara 1 Tim. 6:10, en-
tonces lógicamente podremos encontrar
en el maligno el origen de la promoción
del materialismo. El amor a este mundo,
incluyendo el materialismo que Dios con-
dena en 1 Juan 2:15 y ss., es un amor a un
mundo dominado por Satanás, 1 Juan
5:19. Además si la idolatría es adoración
de demonios y la avaricia es idolatría
(Col. 3:5), entonces el materialismo es
una herramienta que evita que la adora-
ción sea solo a Dios. El ejemplo más so-
bresaliente donde vemos a Satanás pro-
moviendo el materialismo es el de Judas
Iscariote.
Y cuando cenaban, como el dia-
blo ya había puesto en el co-
razón de Judas Iscariote, hijo de
Simón, que le entregase,… [Juan
13:2].
Y después del bocado, Satanás
entró en él… [Juan 13:27].
(2) Mediante el hedonismo, el deseo de la
carne (Ef. 2:1-3; Juan 3:19-20)
Y él os dio vida a vosotros, cuando
estabais muertos en vuestros delitos
y pecados, en los cuales anduvisteis
en otro tiempo, siguiendo la co-
rriente de este mundo, conforme al
príncipe de la potestad del aire, el
espíritu que ahora opera en los
hijos de desobediencia, entre los
cuales también todos nosotros vi-
vimos en otro tiempo en los dese-
os de nuestra carne, haciendo la
voluntad de la carne y de los pen-
samientos, y éramos por naturaleza
Satanología: La Doctrina Acerca de Satanás
51
hijos de ira, lo mismo que los de-
más. [Ef. 2:1-3].
(3) Mediante el espiritismo (el ocultismo
que se estudia en el capítulo 5, “Demo-
nología”)
(a) Adoración directa del demonio (Lev.
19:31; 20:6, 27; Deut. 18:9-12)
(b) Idolatría
La idolatría es simplemente la adoración
de los demonios (Deut. 32:16-17; Sal.
106:36-37). Todas las religiones falsas
son idolatría. Ciertamente todo lo que
estorba la devoción a Dios es un ídolo.
(c) La Auto adoración, el humanismo, la
vanagloria de la vida.
Samuel equipara al orgullo rebelde con la
brujería (1 Sam. 15:23). La adoración de
uno mismo es una forma de idolatría y
toda idolatría es una adoración indirecta
de Satanás. Además, Satanás es amo su-
premo de la raza humana que no posee la
salvación (1 Juan 5:19; Ef. 2:2). Por lo
que la adoración del yo o de la raza
humana en general es también un home-
naje al príncipe de este sistema del mun-
do. Al final, el espíritu humano es solo
eso, un espíritu. La adoración de la
humanidad (o humanismo) es una forma
de espiritismo aunque esta no sea acepta-
da como tal.
2. Satanás se opone al pueblo de Dios
(Mat. 16:23; 2 Cor. 2:11; Ef. 6:11-12)
Para que Satanás no gane venta-
ja alguna sobre nosotros; pues
no ignoramos sus maquinaciones.
[2 Cor. 2:11].
Vestíos de toda la armadura de
Dios, para que podáis estar firmes
contra las asechanzas del diablo.
Porque no tenemos lucha contra
sangre y carne, sino contra princi-
pados, contra potestades, contra
los gobernadores de las tinieblas
de este siglo, contra huestes espi-
rituales de maldad en las regio-
nes celestes. [Ef. 6:11-12].
a. Satanás se opone a los creyentes a
través de la tentación (Mat. 4:1; 1 Tes.
3:5).
(1) Tentación hacia el materialismo (Mat.
6:24; 1 Juan 2:15-17)
Aunque el Señor equipara a las riquezas
como si fueran un amo, el análisis final
determina que Satanás es el amo que usa
el amor al dinero para controlar a los
hombres. El es el líder del mundo y a los
creyentes se les ordena que no amen al
mundo (1 Juan 2:15-17; 5:19) y él es la
base de toda adoración a los ídolos inclu-
yendo el materialismo (Col. 3:5).
Ninguno puede servir a dos seño-
res; porque o aborrecerá al uno y
amará al otro, o estimará al uno y
menospreciará al otro. No podéis
servir a Dios y a las riquezas.
[Mat. 6:24].
(2) Tentación a la inmoralidad
No os neguéis el uno al otro, a no
ser por algún tiempo de mutuo
consentimiento, para ocuparos so-
segadamente en la oración; y vol-
ved a juntaros en uno, para que no
os tiente Satanás a causa de
vuestra incontinencia. [1 Cor.
7:5].
(3) Tentación al orgullo y a la autosufi-
ciencia
Este es el método que usó Satanás para
tentar a David de tal manera que hizo un
censo del pueblo de Israel (1 Crón. 21:1 y
ss.).
No un neófito, no sea que envane-
ciéndose caiga en la condenación
del diablo. [1 Tim. 3:6].
(4) Tentación para mentir
El es el padre de las mentiras (Juan 8:44y
No Solo de Pan
52
sig.).
Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué
llenó Satanás tu corazón para que
mintieses? [Hechos 5:3].
(5) Tentación para dudar
El Diablo no solo quería que Adán y Eva
dudaran en la verdad de la palabra de
Dios, por su cuestionamiento él insinuó
que deberían dudar de la justicia de los
mandatos de Dios. Se les dio la impresión
que quizás Dios no había dicho algo,
quizás Dios se había equivocado en lo
que dijo, o que quizás Dios les estaba
dando muchas restricciones porque no
quería que el hombre disfrutara los place-
res del pecado.
Pero la serpiente era astuta, más
que todos los animales del campo
que Jehová Dios había hecho; la
cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios
os ha dicho: No comáis de todo
árbol del huerto? Y la mujer
respondió a la serpiente: Del fruto
de los árboles del huerto podemos
comer; pero del fruto del árbol que
está en medio del huerto dijo Dios:
No comeréis de él, ni le tocaréis,
para que no muráis. Entonces la
serpiente dijo a la mujer: No mo-
riréis; sino que sabe Dios que el
día que comáis de él, serán abiertos
vuestros ojos, y seréis como Dios,
sabiendo el bien y el [Gén. 3:1-5].
b. Satanás se opone a los creyentes a
través de la creación de divisiones. A él le
agrada usar la ira y la amargura.
Airaos, pero no pequéis; no se pon-
ga el sol sobre vuestro enojo, ni
deis lugar al diablo. [Ef. 4:26-27].
Pero si tenéis celos amargos y con-
tención en vuestro corazón, no os
jactéis, ni mintáis contra la verdad;
porque esta sabiduría no es la que
desciende de lo alto, sino terrenal,
animal, diabólica. Porque donde
hay celos y contención, allí hay
perturbación y toda obra perversa.
[Santiago 3:14-16].
c. Satanás se opone a los creyentes
acusándoles y de esta manera desanimán-
doles. La expresión “zarandear como a
trigo” podría indicar que Satanás recalca
nuestra “cáscara” (o sea los aspectos in-
servibles de nuestra vida) para que nos
sintamos desanimados (Lucas 22:31).
Cristo es nuestra ayuda y nuestra defensa
(1 Juan. 2:1-2). Por algo 1 Pedro 5:7, que
nos dice que arrojemos toda nuestra an-
siedad sobre El, está antes de 1 Pedro 5:8,
que enseña que el diablo está tratando de
destruir a los creyentes. Diábolos es un
calumniador, un mentiroso y un acusador
que desea que estemos desanimados y
preocupados continuamente (vea Ap.
12:10).
Dijo también el Señor: Simón,
Simón, he aquí Satanás os ha pedi-
do para zarandearos como a trigo;
pero yo he rogado por ti, que tu fe
no falte; y tú, una vez vuelto, con-
firma a tus hermanos.[Lucas 22:31-
32].
d. Satanás se opone a los creyentes me-
diante el intento de destruir a los líderes
cristianos (1 Crón. 21:1 y se da a entender
en 1 Tim. 3:7).
Pero Satanás se levantó contra
Israel, e incitó a David a que
hiciese censo de Israel. [1 Crón.
21:1].
e. Satanás se opone a los creyentes infil-
trando incrédulos en la iglesia (Mat.
13:25, 36-39; Hechos 20:29).
Guardaos de los falsos profetas,
que vienen a vosotros con vestidos
de ovejas, pero por dentro son lo-
bos rapaces. [Mat. 7:15].
Porque yo sé que después de mi
partida entrarán en medio de voso-
tros lobos rapaces, que no perdo-
Satanología: La Doctrina Acerca de Satanás
53
narán al rebaño. [Hechos 20:29].
f. Satanás puede oponerse a los creyen-
tes causando problemas de tipo físico
(Job 1-2; Lucas 13:11, 16; 2 Cor. 12:7).
Entonces salió Satanás de la pre-
sencia de Jehová, e hirió a Job
con una sarna maligna desde la
planta del pie hasta la coronilla de
la cabeza. [Job 2:7].
…me fue dado un aguijón en mi
carne, un mensajero de Satanás
que me abofetee, para que no me
enaltezca sobremanera [2 Cor.
12:7].
g. Satanás puede oponerse a los creyen-
tes por medio del gobierno civil y la per-
secución (Dan. 10:10y vss. siguientes;
Ap. 2:10).
No temas en nada lo que vas a pa-
decer. He aquí, el diablo echará a
algunos de vosotros en la cárcel,
para que seáis probados, y tendréis
tribulación por diez días. Sé fiel
hasta la muerte, y yo te daré la co-
rona de la vida. [Ap. 2:10].
h. Satanás se opone a los creyentes por
los métodos comunes como la mentira
(Juan 8:44), los falsos milagros (2 Tes.
2:9) y otros estorbos que no se describen
específicamente (1 Tes. 2:18).
(Las limitaciones de la obra de Satanás
para destruir a los creyentes se tratan en
el Capítulo 5, “Demonología.”)
C. Las obras futuras de Satanás
Un listado completo de las obras futuras
de Satanás haría este estudio muy exten-
so. (Véase Capitulo 12, “Escatología,”
para mayor información.) Después de la
terminación de la edad
de la Iglesia, Satanás será capaz de domi-
nar al mundo a través del gobierno del
anticristo (2 Tes. 2:3-10; Ap. 13:3-4). El
perseguirá a los creyentes (Ap. 13:7-8) y
se opondrá a la segunda venida de Cristo
en la batalla de Armagedón (Ap. 17:14;
19:11-20:3). Después de la Tribulación,
Satanás será atado en el abismo por
1,000 años, el Milenio completo (Ap.
20:1-3). El intentara una rebelión más
después del Milenio y posteriormente será
arrojado al eterno Lago de Fuego (Ap.
20:7-10).
No Solo de Pan
54
55
Capítulo 5
DEMONOLOGIA
La Doctrina de los demonios
BOSQUEJO
I. La Existencia de los demonios 55
II. El Origen de los demonios 56
A. Espíritus de Hombres Preadánicos
B. Espíritus de Hijos que Resultaron de
la Unión de los Angeles Caídos.
III. La Persona de los demonios y las Mu-
jeres.
C. Angeles Pecadores
IV.Las Propiedades de los demonios 57
A. Los demonios son Seres Espirituales
B. Los demonios son Perversos Moral-
mente
C. Los demonios son Invisibles pero
Capaces de Manifestarse
V. Los Poderes de los demonios
A. Fuerza Sobrehumana pero Limitada
B. Inteligencia Sobrehumana pero Limi-
tada
C. En Relación al Espacio su Poder es
sobrehumano
VI.Las Obras de los demonios 58
A. Obras en General
1. Los demonios son una Extensión
del Poder de Satanás
2. Los demonios Influyen en la Filo-
sofía y la Actividad de los Líderes
del Mundo
3. Los demonios Promueven Reli-
giones Falsas
4. Los demonios Promueven la In-
moralidad
5. Los demonios Pueden Afligir el
Cuerpo y la Mente Humana
B. Los demonios y el Ocultismo
1. La Adivinación
a. Las Escrituras que Tratan el
Tema 59
b. Las Escrituras que Tratan de la
Astrología
c. Conclusión
2. El Espiritismo
3. La Magia 61
4. El Uso Ilícito de Drogas
VII. Posesión de demonios
A. Definición y Causa
B. Características de la Posesión de de-
monios
1. Características Bíblicas de la pose-
sión de demonios
a. Fuerza Física que no es Común
b. Alejamiento de la Sociedad
c. Ataques de Ira
d. Doble Personalidad
e. Resistencia a las Cosas espiri-
tuales
f. Inteligencia Sobrenatural
g. Alteraciones en la Voz
h. Ataques
i. Inmundicia
j. Tendencias Suicidas
2. Características de la Posesión De-
moniaca que Sugieren los Conse-
jeros y Misioneros
C. La Posesión de demonios y los Cristia-
nos 62
1. La Destrucción del Diablo
2. La Liberación y la Preservación del
Creyente
3. Conclusión 64
DEMONOLOGIA:
LA DOCTRINA ACERCA DE
LOS DEMONIOS
I. La Existencia de los demonios
Los demonios no son tan prominentes en el
Antiguo Testamento, lo son mas en el Nuevo
Testamento, se mencionan en (Deut. 32:17;
Sal. 106:37). A los demonios se les mencio-
na en el Nuevo Testamento más de cien veces:
No Solo de Pan
56
demonio, aproximadamente 63 veces; demo-
nizar, 13 veces; y cierto tipo de espíritu in-
mundo o maligno cerca de 43 veces. Todos
los autores del Nuevo testamento con la ex-
cepción del escritor del libro de hebreos hacen
referencia a los demonios.
Los que se adhieren a la autoridad de Cristo
creen en la existencia de los demonios. El
habló con los demonios (Mat. 8:29), El Les
dio a sus discípulos autoridad sobre ellos
(Mat. 10:1 y siguientes), Y el Señor se refiere
al Diablo como “el Príncipe de los demo-
nios” (Mat. 12:24-30).
II. El Origen de los demonios
La Biblia no enseña directamente el origen de
los demonios. Existe una diferencia de opi-
nión en cuanto al mismo, aunque el punto de
vista que los demonios son ángeles caídos es
aceptado por la mayoría de estudiantes de la
Biblia.
A. Espíritus de Hombres Preadánicos
Algunas personas de las que aceptan que exis-
te un paréntesis de tiempo entre Gén. 1:1 y
1:2 han concluido que los demonios son espí-
ritus de una raza preadánica que vivió antes
de la creación de la humanidad. Dios juzgó a
aquel mundo; y los espíritus ya sin cuerpo de
los muertos, buscan ahora poseer cuerpos
humanos. Este punto de vista considera que
los ángeles caídos y los demonios son diferen-
tes.
La teoría del paréntesis es lo suficientemente
débil, además este punto de vista acerca de
los demonios añade especulación a la impro-
babilidad.
B. Espíritus de Descendencia Monstruosa que
Resultaron de la Unión entre ángeles caídos y
mujeres
En Génesis 6 encontramos una razón para
creer que los ángeles caídos tomaron forma
humana o poseyeron a cuerpos de hombres y
se mezclaron con mujeres para producir una
descendencia hibrida.1
Algunos llevan este
concepto una etapa más adelante y declaran
que cuando esta raza mezclada se ahogó en el
diluvio, sus espíritus fueron los que se convir-
tieron en los demonios. La afirmación no es
en sí ninguna evidencia. Sea cual sea la inter-
pretación de Génesis 6, este punto de vista es
mera declaración que no ofrece ninguna evi-
dencia acerca del origen de los demonios.
Notemos que según este punto de vista los
ángeles caídos están relacionados pero no son
idénticos a los demonios.
C. Angeles Pecadores
Cuando las Escrituras no enseñan directamen-
te un tema en particular, nuestro siguiente y
mejor recurso es apoyarnos en las deduccio-
nes de la Escritura misma. La Biblia no decla-
ra directamente que los demonios son ánge-
les caídos pero esta es la interpretación más
probable de la evidencia Bíblica que existe
respecto al tema. De Satanás se dice que él es
líder de los demonios (Mat. 12:24 y ss.) y de
los ángeles malignos (Mat. 25:41; Ap. 12:7-
9). Tanto los demonios (Mat. 8:16; Lu-
cas10:17-20) como los ángeles son llamados
seres espirituales (Heb. 1:14). El ángel peca-
minoso, llamado Satanás, puede entrar y con-
trolar a los hombres (Lucas 22:3; Juan 13:27),
los demonios procuran también entrar y con-
trolar a los hombres (Mat. 12:22 y ss., Lucas
11:14-15). Y aunque no se mencione en abso-
luto que los demonios y los ángeles malignos
1
Los ángeles santos no se reproducen (Véase Lu-
cas 20:35-36 y el Capítulo 3, Págs. 34-35). Pode-
mos suponer que los ángeles son todos masculinos
o que son neutros en esencia. Solo aparecen en la
tierra como hombres. Sin Embargo, Las acciones
de los ángeles santos pueden no excluir la función
reproductora entre los ángeles caídos. Quizás
cuando los ángeles aparecen con formas humanas
podrían reproducirse hipotéticamente, o quizás los
ángeles caídos pueden poseer cuerpos de hombres
y causar alteraciones genéticas. El punto de vista
de Génesis 6 que trata de una mezcla de ángeles
caídos y mujeres no deberá excluirse en base a que
los ángeles santos no se reproducen. Sin embargo
esto es una explicación débil del origen de los
demonios.
Demonología: La Doctrina Acerca de los Demonios
57
sean los mismos, estas similitudes nos condu-
cen a la conclusión de que los demonios son
ángeles caídos.
Suponiendo que los demonios sean ángeles
malvados, estos se convirtieron en demonios
cuando pecaron por primera vez. Tenemos
poca información al respecto, pero es lógico
suponer que estos ángeles (quizás la tercera
parte de todos los ángeles, vea Ap. 12:4) pe-
caron junto con Satanás. El es su líder, no es
probable que ellos se revelaran en contra de
Dios después de observar las consecuencias
del pecado en la experiencia misma del dia-
blo.
Existen dos clases de ángeles malvados: algu-
nos son libres para viajar por la tierra hacien-
do la obra de Satanás tal como lo narran los
evangelios, mientras que otros están confina-
dos al abismo (2 Pedro. 2:4; Judas 6; Ap. 9:2
y ss.), el cual es un lugar intermedio de juicio
para los ángeles que esperan el castigo final
en el lago del fuego (Lucas 8:31). Es posible
que los ángeles pecaminosos tuvieron relacio-
nes con mujeres para producir una raza mez-
clada y que estos sean los ángeles caídos que
se encuentran encadenados en el abismo.
III. La Personalidad de los Demonios.
Algunos podrían pensar que la palabra demo-
nio se refiere a una influencia para hacer mal-
dad o que es un nombre usado por los pueblos
antiguos ignorantes para describir las enfer-
medades mentales.2
Sin embargo la Biblia
enseña que los demonios son personas en el
sentido que poseen intelecto, emociones y
voluntad. Poseen inteligencia y están entera-
dos de los cristianos que se encuentran en
lugares prominentes (Marcos 1:24, 34; Lucas
4:34; 8:28; Hechos 19:15). Conocen la teolog-
ía (Santiago 2:19). Tienen emociones, la Bi-
blia recalca que ellos manifiestan temor (Lu-
cas 8:28; Santiago 2:19). Los demonios tam-
bién tienen voluntad. Ellos decidieron entrar
2
Vase Steven Waterhouse, Life’s Tough Questions
(Amarillo, TX: Westcliff Press, 2005) Págs. 79-119
la distinción entre la enfermedad mental y la pose-
sión de demonios.
en los cerdos en vez de ir al abismo (Lucas
8:32). Sus voluntades estas sujetas a la autori-
dad de Cristo (Mat. 8:16; 10:1; Marcos 1:27).
Otra evidencia de que los demonios son per-
sonas es los pronombres personales que se
usan para describirles.
Diciendo ¡Ah! ¿Qué tienes con noso-
tros Jesús Nazareno? ¿Has venido para
destruirnos? Sé quién eres, el Santo
de Dios. [Marcos 1:24].
IV.Las Propiedades de los Demonios
A. Los Demonios son Seres Espirituales
A los demonios se les llama espíritus aproxi-
madamente cuarenta y tres veces en el Nuevo
Testamento (Ej. Mat. 8:16; Lucas 10:17-20).
A ellos se les denomina con el término opues-
to a carne y sangre (Ef. 6:12). Ya que son
espíritu, ellos son normalmente invisibles, y
no están sujetos a las limitaciones del espacio.
Tal parece que hasta dos mil demonios pue-
den tener residencia en el espacio de un cuer-
po humano (véase Marcos 5:9 y versículos
siguientes).
B. Los demonios son Perversos Moralmente
A Los demonios no solamente se les llama
espíritus, sino que se les llama espíritus in-
mundos (Mat. 10:1; Marcos 1:23; Lucas
11:24), espíritus malos (Lucas 7:21), gober-
nadores de las tinieblas y huestes espirituales
de maldad (Ef. 6:12). Unos son mas malvados
que otros (Mat. 12:45).
C. Los demonios son Invisibles pero Capa-
ces de Manifestarse
En su esencia los demonios son seres espiri-
tuales y por lo tanto, son invisibles. Pueden
aparecerse como ángeles de luz (2 Cor. 11:14
por deducción). Pero cuando estos aparecen
en eventos proféticos, se presentan como
horribles y repugnantes (Ap. 9:7-10, 17;
16:13-16).
V. Los Poderes de los Demonios
A. Los Demonios son Sobrehumanos pero
Limitados en Cuanto a su Fuerza
No Solo de Pan
58
Las personas poseídas por demonios tienen
fuerza sobrehumana. Pueden romper cadenas
(Marcos 5:3-4; Lucas 8:29). Los demonios
fácilmente dominaron a los exorcistas de
Hechos 19:16. Cuando las huestes demonía-
cas se levantan del abismo en la Tribulación,
Dios no les permitirá matar. Pero el tormento
que ellos administren será tan insoportable
que las personas preferirán la muerte (Ap.
9:1-11). Los demonios también tienen habili-
dades sobrenaturales para hacer milagros.
(Los magos en Exodo 7-8; Mat. 7:21-23;
24:24; Hechos 8:9 y ss.; 16:16; 2 Tes. 2:9; 2
Tim. 3:8; Ap. 13:13; 16:13-14.)
Y vi salir de la boca del dragón, y de la
boca de la bestia, y de la boca del falso
profeta, tres espíritus inmundos a ma-
nera de ranas; pues son espíritus de
demonios, que hacen señales, y van a
los reyes de la tierra en todo el mundo,
para reunirlos a la batalla de aquel gran
día del Dios Todopoderoso. [Ap.
16:13-14].
B. Los Demonios Tienen Inteligencia Sobre-
humana pero Limitada
Debido a que los demonios han existido desde
la creación, ellos han tenido una oportunidad
mayor para aprender a diferencia de los seres
humanos. Y como los ángeles poseen una
inteligencia superior a la de los humanos, así
también los demonios (2 Sam. 14:20).
C. Los Demonios son Sobrehumanos en Re-
lación al Espacio
Debido a que dos mil o mas demonios pueden
residir en el mismo lugar, los demonios no se
encuentran limitados por el espacio (Marcos
5:9 y ss.). Y como también pueden poseer un
cuerpo, esto muestra que los demonios pueden
pasar por barreras físicas. Sin embargo estos
no son omnipresentes así como tampoco lo
son los ángeles.
VI.Las Obras de los demonios
A. Obras en General
1. Los demonios extienden el poder de Sa-
tanás al sujetarse a él (Mat. 12:24; 25:41; Ap.
12:7) y debido a que trabajan en unión con él
y con los demás (Mat. 12:26, 45; Ef. 6:11-12;
1 Tim. 4:1). La pereza puede que sea “el taller
del Diablo” como lo dijo Franklin pero el
Demonio mismo nunca esta perezoso. Job 1:7
dice que Satanás anda rodeando la tierra. 1
Pedro 5:8 lo presenta como un león rugiente.
Haciendo uso de sus demonios el diablo pue-
de hacer sentir su influencia en muchos luga-
res y con fuerza, esto sería imposible de hacer
sin sus asistentes.
2. Los demonios influyen la filosofía y la
actividad de los líderes mundiales. Daniel 10
menciona al príncipe demoníaco de Persia (v.
13) y al príncipe demoníaco de Grecia (v. 20).
Tanto la sociedad persa como la griega esta-
ban involucradas intensamente en el ocultis-
mo. Es muy posible que el “dios de este mun-
do” tenga todavía agentes demoníacos que
influyen en los gobiernos del mundo.
3. Los demonios promueven religiones fal-
sas. Deut. 32:17; Sal. 106:36-38 y 1 Cor.
10:20 enseñan que lo que realmente estaba
detrás de las religiones paganas de los tiempos
bíblicos era la adoración de los demonios.
Hay muchas razones para creer que los demo-
nios están todavía detrás de las falsas religio-
nes de la actualidad.
4. Los demonios promueven la inmoralidad.
Ef. 2:1-3 enseña que Satanás promueve la
inmoralidad. Es lógico deducir que los demo-
nios también están involucrados en lo mismo.
5. Los demonios pueden afligir la mente y el
cuerpo humano. Pablo escribe acerca de un
mensajero de Satanás que le estaba afligiendo
físicamente (2 Cor. 12:7). También Lucas en
Lucas 13:11, menciona una enfermedad cau-
sada por un espíritu que había sido enviado
por Satanás (v. 16). La Biblia definitivamente
no atribuye todas las enfermedades a los de-
monios. Sin embargo, establece una relación
de origen demoníaco en ciertos casos de ce-
guera, sordera, mudez, deformidad y ataques
(Mat. 12:22; Marcos 9:20-29; Lucas 13:11).
Además de afligir al cuerpo, la influencia de-
moniaca puede dañar también a las personas
emocionalmente. Las víctimas de posesión
Demonología: La Doctrina Acerca de los Demonios
59
demoniaca en los evangelios se apartaban de
los demás, eran inmundos (andaban desnudos,
vivían en los cementerios) y suicidas (Marcos
5:3,5; 9:22; Lucas 8:27; 9:39).
Que tenía su morada en los sepulcros,
y nadie podía atarle, ni aun con cade-
nas. Y siempre, de día y de noche, an-
daba dando voces en los montes y en
los sepulcros, e hiriéndose con pie-
dras. [Marcos 5:3, 5].
“Y muchas veces le echa en el fuego y
en el agua, para matarle; pero si
puedes hacer algo, ten misericordia de
nosotros, y ayúdanos.” [Marcos 9:22].
B. Los demonios y el Ocultismo
Oculto es un término que proviene del latín y
significa escondido, secreto, misterioso. Me-
diante el ocultismo Satanás usa a los demo-
nios para desviar a la gente de la verdad de
Dios.
1. La Adivinación es la predicción del futuro.
Existen muchas maneras por las cuales las
personas involucradas en el ocultismo afirman
hacer sus predicciones: astrología, varas y
péndulos, tablas guija, lectura de la palma de
las mano, cristales, señales presagios, adivina-
ción por augurios, hojas de té, sueños, visio-
nes, etc. Las Escrituras condenan la adivina-
ción en general y la astrología en particular.
Dios se opone en gran manera a la adivina-
ción o a la predicción del futuro.
a. Las Escrituras que tratan el tema de la
adivinación son las siguientes:
Que deshago las señales de los adivi-
nos, y enloquezco a los agoreros; [Isa.
44:25].
“Porque así ha dicho Jehová de los
ejércitos, Dios de Israel: No os enga-
ñen vuestros profetas que están entre
vosotros, ni vuestros adivinos; ni
atendáis a los sueños que soñáis. Por-
que falsamente os profetizan ellos en
mi nombre; no los envié, ha dicho Je-
hová. [Jer. 29:8-9].
Porque los terafines han dado vanos
oráculos, y los adivinos han visto
mentira, han hablado sueños vanos, y
vano es su consuelo; por lo cual el
pueblo vaga como ovejas, y sufre por-
que no tiene pastor. [Zac. 10:2].
Aconteció que mientras íbamos a la
oración, nos salió al encuentro una
muchacha que tenía espíritu de adivi-
nación, la cual daba gran ganancia a
sus amos, adivinando. [Hechos 16:16].
(Véase también Ez. 21:21 y ss.)
b. Las Escrituras que tratan de la astrología
son las siguientes:
Cuando se hallare en medio de ti, en
alguna de tus ciudades que Jehová tu
Dios te da, hombre o mujer que haya
hecho mal ante los ojos de Jehová tu
Dios traspasando su pacto, que hubie-
re ido y servido a dioses ajenos, y se
hubiere inclinado a ellos, ya sea al sol,
o a la luna, o a todo el ejército del cie-
lo, lo cual yo he prohibido; entonces
sacarás a tus puertas al hombre o a la
mujer que hubiere hecho esta mala co-
sa, sea hombre o mujer, y los apedre-
arás, y así morirán. [Deut.17:2-3, 5].
“Comparezcan ahora y te defiendan los
contempladores de los cielos, los que
observan las estrellas, los que cuentan
los meses, para pronosticar lo que
vendrá sobre ti. He aquí que serán co-
mo tamo; fuego los quemará, no sal-
varán sus vidas del poder de la llama;
no quedará brasa para calentarse, ni
lumbre a la cual se sienten.” [Isa.
47:13-14].
Así dijo Jehová: “No aprendáis el ca-
mino de las naciones, ni de las señales
del cielo tengáis temor, aunque las
naciones las teman.” [Jer. 10:2].
Extenderé mi mano sobre Judá, y sobre
todos los habitantes de Jerusalén, y ex-
terminaré de este lugar los restos de
Baal, y el nombre de los ministros idó-
No Solo de Pan
60
latras con sus sacerdotes; y a los que
sobre los terrados se postran al ejérci-
to del cielo, y a los que se postran ju-
rando por Jehová y jurando por Mil-
com; [Sof. 1:4-5].
(Véase también 2 de Reyes 23:1 y s.; Amós
5:26; Hechos 7:41-43.)
c. Conclusión
La Biblia tanto en el Antiguo como en el
Nuevo Testamento advierte a los Creyentes
acerca de los falsos profetas. Declara que hay
muchos de ellos y que algunas veces sus pre-
dicciones serán verdaderas. Sin embargo, Sa-
tanás no conoce el futuro con plena exactitud.
Por consiguiente sus predicciones no son
siempre exactas. Los santos del Antiguo Tes-
tamento pudieron probar al falso profeta ob-
servando si su mensaje se ajustaba a la Escri-
tura y si sus predicciones eran correctas todo
el tiempo (Deut. 13:1-5; 18:20-22; Isa. 8:19-
20). Bajo el sistema de la iglesia debemos
rechazar cualquier pretensión de ser profeta
debido a que los apóstoles y los profetas fue-
ron parte de la fundación de la iglesia (Ef.
2:20). Con frecuencia los que afirman profeti-
zar por revelación divina actualmente, no co-
nocen a Cristo (Mat. 7:15; 24:24). (¡Aun si
algunas de sus predicciones pudieran resultar
ciertas! El Antiguo Testamento da por hecho
que los falsos profetas algunas veces pueden
hacer predicciones exactas.) Los demonios
usan falsos profetas humanos para entregar
sus mensajes mentirosos. En las situaciones
en donde no exista un reclamo de ser un pro-
feta, el mensaje de todas maneras deberá ser
evaluado para ver si está de acuerdo con las
Escrituras (1 Juan 4:1 y ss.).
2. El Espiritismo.
Por espiritismo, nos referimos a los intentos
de hacer contacto con los muertos. A las per-
sonas que tratan de hacer contacto con los
muertos se les llama medios, nigromantes, y
hechiceros. Es crucial que entendamos que no
es posible hacer contacto con los humanos
que ya han muerto. La historia del hombre
rico y Lázaro nos enseña que entre los terre-
nales y los espíritus que ya partieron de este
mundo no existe ninguna comunicación (Lu-
cas 16:24 y ss.; véase también Sal. 88:10;
Heb. 9:27).3
Cualquier comunicación que se
lleve a cabo será con demonios. Los demo-
nios han estado aquí desde la creación y ellos
poseen mucha información acerca de las vidas
de los humanos que han vivido en el pasado y
aun es posible que puedan imitar sus voces.
Mediante el espiritismo, los demonios hacen
que la mente humana se interese más en el
poder de lo oculto que en el poder salvador de
la cruz. Ya que no estamos bajo la Ley de
Moisés entonces la pena de muerte por practi-
car el espiritismo no es aplicable, sin embar-
go, los pasajes de la Ley nos muestran la acti-
tud de Dios en cuanto a esta actividad. (Vea
también 1 Sam. 28:7 y ss.; 1 Crón. 10:13-14;
2 Reyes 23:24.)
“No os volváis a los encantadores ni a
los adivinos; no los consultéis, con-
taminándoos con ellos. Yo Jehová
vuestro Dios” [Lev. 19:31].
“Y la persona que atendiere a encan-
tadores o adivinos, para prostituirse
tras de ellos, yo pondré mi rostro
contra la tal persona, y la cortaré de
entre su pueblo.” [Lev. 20:6].
“Y el hombre o la mujer que evocare
espíritus de muertos o se entregare a
la adivinación, ha de morir; serán
apedreados; su sangre será sobre
ellos.” [Lev. 20:27].
Y si os dijeren: Preguntad a los encan-
tadores y a los adivinos, que susurran
hablando, responded: ¿No consultará
el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los
muertos por los vivos? ¡A la ley y al
testimonio! Si no dijeren conforme a
esto, es porque no les ha amanecido.
[Isa. 8:19-20].
3
La Comunicación con el profeta Samuel llevada a
cabo en 1 Sam. 28 fue una excepción especial
permitida por Dios. Nótese que la adivina de En-
dor estaba sorprendida al ver a Samuel (1 Sam.
28:12).
Demonología: La Doctrina Acerca de los Demonios
61
3. La Magia
Al referirnos a la magia en el contexto de las
cosas ocultas, no estamos hablando de ilusio-
nes ópticas, sino de la invocación de fuerzas
demoníacas con el propósito de realizar algún
tipo de hazaña que está más allá de la habili-
dad normal del hombre. A la gente involucra-
da en la práctica de la magia la Biblia les
denomina “magos,” “hechiceros,” o “brujos.”
En las áreas de la magia oculta se incluye el
vudú, los encantamientos, hechizos o drogas
para la fertilidad, amuletos, pociones para el
amor e hipnotismo. La Escritura reconoce
totalmente el poder de Satanás y los demonios
para hacer milagros. (Vea la sección V, pági-
na 54 de este capítulo que trata de los poderes
de los demonios. Vea también 2 de Reyes
21:6; 2 Crón. 33:6.)
“A la hechicera no dejarás que viva.”
[Ex. 22:18].
“Cuando se levantare en medio de ti
profeta, o soñador de sueños, y te
anunciare señal o prodigios, y si se
cumpliere la señal o prodigio que él te
anunció, diciendo: Vamos en pos de
dioses ajenos, que no conociste, y
sirvámosles; no darás oído a las pala-
bras de tal profeta, ni al tal soñador de
sueños; porque Jehová vuestro Dios os
está probando, para saber si amáis a
Jehová vuestro Dios con todo vuestro
corazón, y con toda vuestra alma. En
pos de Jehová vuestro Dios andaréis; a
él temeréis, guardaréis sus mandamien-
tos y escucharéis su voz, a él serviréis,
y a él seguiréis” [Deut. 13:1-4].
“No sea hallado en ti quien haga
pasar a su hijo o a su hija por el fuego,
ni quien practique adivinación, ni ago-
rero, ni sortílego, ni hechicero, ni en-
cantador, ni adivino, ni mago, ni
quien consulte a los muertos. [Deut.
18:10-11].
4. Uso Ilícito de Drogas
Las escrituras relacionan las actividades ocul-
tas con el uso ilícito de drogas. Esto es más
fácil de entender si tenemos en cuenta las ac-
tividades del “médico curandero” o “medico
brujo.” Mediante el uso de drogas, los demo-
nios influyen y controlan con facilidad la
mente humana. No es coincidencia que el
abuso de las drogas y el ocultismo se hayan
incrementado en las nuevas generaciones. La
relación entre el uso de drogas ilícitas y el
ocultismo se puede ver más claramente por la
palabra griega farmakeia, de donde obtene-
mos la palabra farmacia. La palabra misma
que se aplica a los hechiceros contiene dentro
de ella un recordatorio del papel que desem-
peña el uso de las drogas ilícitas en el ocul-
tismo. (Vea también Ap. 9:21; 18:23.)
Y manifiestas son las obras de la carne,
que son: adulterio, fornicación, inmun-
dicia, lascivia, idolatría, hechicerías,
(farmakia) enemistades, pleitos, celos,
iras, contiendas, disensiones, herejías,
[Gál. 5:19-20].
Pero los cobardes e incrédulos, los
abominables y homicidas, los fornica-
rios y hechiceros (farmakoi), los idóla-
tras y todos los mentirosos tendrán su
parte en el lago que arde con fuego y
azufre, que es la muerte segunda [Ap.
21:8].
Mas los perros estarán fuera (de la ciu-
dad celestial), y los hechiceros (far-
makoi), los fornicarios, los homicidas,
los idólatras, y todo aquel que ama y
hace mentira. [Ap. 22:15].
VII. Posesión de demonios
A. Definición y Causa
La posesión demoniaca es la condición en la
cual uno o más demonios habitan el cuerpo de
un ser humano y toman control de la víctima.
La Escritura no menciona una causa específi-
ca de posesión aunque muchos creen que la
víctima es responsable por mostrar el interés
inicial en las actividades ocultas o rendir el
control de su mente de manera voluntaria a las
No Solo de Pan
62
fuerzas sobrenaturales. En el caso de los niños
menores de edad, el entremetimiento de los
padres en las cosas ocultas es quizás lo que
conduce a la posesión (Marcos 9:21).
B. Características de la Posesión Demoniaca
El corazón humano es lo suficientemente per-
verso como para involucrarse en el hábito del
pecado sucio sin ninguna influencia demo-
niaca (Jer. 17:9; Mat. 15:19 y ss). El dia-
gnóstico de la posesión de demonios ha de
efectuarse con gran cautela. Los cristianos
ingenuos que con rapidez atribuyen toda clase
de problemas al entremetimiento directo con
los demonios pueden hacer gran daño a una
persona. La descripción que ofrecen los
Evangelios acerca de las personas poseídas
tiene características distintas.
1. Las características Bíblicas de la posesión
de demonios se dan en los relatos de Mat.
8:28 y ss.; Marcos 5:1 y ss.; 9:17 y ss.; y Lu-
cas 8:26 y ss. Las características de un indivi-
duo poseído por demonios se enumeran a con-
tinuación.
a. Fuerza física anormal (no pudo ser atado
por cadenas)
b. Alejado de la sociedad (vive en tumbas)
c. Ataques de ira (gritos)
d. Personalidad dividida (corriendo a Jesús
para adorar y al mismo tiempo oponiéndose a
Jesús)
e. Resistencia a las cosas espirituales (desea
que el Señor lo deje solo)
f. Inteligencia sobrenatural (conoce la iden-
tidad de Cristo y Su poder para condenar)
g. Alteraciones en la voz (Los demonios
hablando a través del cuerpo)
h. Ataques y espuma por la boca (Marcos
9:18 y ss.)
i. Inmundicia (desnudez, viviendo en el ce-
menterio)
j. Tendencias suicidas (cortarse con piedras,
correr hacia el fuego o el agua)
2. Características de posesión demoniaca que
han sido sugeridas por consejeros y misione-
ros. La siguiente es una lista de característi-
cas que se han observado en las personas y se
cree que se deben a la posesión demoniaca:
• Proyección de una nueva personalidad
• Conocimiento sobrehumano que incluye
la habilidad de hablar en idiomas que no
han sido previamente aprendidos.
• Fuerza sobrehumana
• Depravación moral
• Depresión profunda
• Comportamiento extático (exaltado) o
feroz
• Momentos de inconsciencia
• Espumarajos por la boca
• Resistencia a la oración o a las Escrituras
• Reacción al nombre de Jesús
• Temor
• Sentimientos de dolor que no se relacio-
nan con ninguna enfermedad o trauma4
C. La Posesión de Demonios en los Cristia-
nos
Los Maestros Bíblicos conservadores no están
de acuerdo en el asunto de si los cristianos
pueden o no ser poseídos por demonios. Ge-
neralmente, el hecho de que el Espíritu Santo
mora en un creyente se presenta como eviden-
cia de que los cristianos no pueden ser poseí-
dos. Sin embargo, este mismo punto se da
como argumento de que el pecado no puede
morar en el creyente. Ya que el espíritu Santo
reside en la presencia del pecado obviamente,
El simple hecho de su presencia no es sufi-
ciente para enseñar confiadamente que la po-
sesión demoniaca sea imposible en los creyen-
tes. Es plenamente seguro concluir que aun si
fuera posible que los cristianos pudieran ser
poseídos por un demonio esto solo sería un
control temporal que no causaría la perdida de
salvación y que cualquier posesión tendría
que ser iniciada por la cooperación voluntaria
del creyente.
4
Véase C. Fred Dickason, Angels: Elect and Evil
(Chicago: Moody Press, 1975) 185-86.
Demonología: La Doctrina Acerca de los Demonios
63
1. La Biblia enseña que la cruz ha derrotado
a Satanás – y a los demonios.
“Ahora es el juicio de este mundo;
ahora el príncipe de este mundo será
echado fuera.” [Juan 12:31].
Y de juicio, por cuanto el príncipe de
este mundo ha sido ya juzgado [Juan
16:11].
Y despojando a los principados y a las
potestades, los exhibió públicamente,
triunfando sobre ellos en la cruz.
[Col. 2:15].
Así que, por cuanto los hijos participa-
ron de carne y sangre, él también parti-
cipó de lo mismo, para destruir por
medio de la muerte al que tenía el im-
perio de la muerte, esto es, al diablo,
[Heb. 2:14].
Para esto apareció el Hijo de Dios, pa-
ra deshacer las obras del diablo. The
[1 Juan 3:8].
2. La derrota del diablo mediante la cruz
estableció la base justa para que Dios liberase
a las personas de su control. Antes del pago
por los pecados de la humanidad, Satanás
tenía un reclamo legítimo sobre la humanidad
caída. La Cruz hizo posible que hubiera una
base justa para la liberación ya que Cristo
pagó por completo el precio del pecado y des-
truyó así cualquier control que Satanás pudie-
ra reclamar sobre un ser humano. Aunque los
demonios estén todavía activos, la cruz ya ha
destruido inevitablemente su poder.
El creyente ha sido liberado del dominio in-
evitable e involuntario de Satanás y sus ánge-
les. Y esto significa por lo menos que no exis-
te tal cosa como el control involuntario de los
demonios. Un Creyente que no desea y que
no coopere no puede ser poseído por demo-
nios. Si es que existe tal cosa como una pose-
sión para el creyente, solo puede darse en la
vida de un cristiano receptor, que desea, que
es voluntario y que coopera.
Además, los cristianos nunca pueden otra vez
retroceder al nivel de una posición en el reino
de las tinieblas o de tener al diablo como se-
ñor. Sin importar su vida práctica, la posición
del creyente está en el Reino de Cristo Jesús y
en posición de siervo. No hay tal cosa como
un cristiano en el reino del diablo o un cristia-
no como esclavo del diablo. Por consiguiente,
si es que la posesión demoniaca es posible en
el creyente entonces se debe observar como
solo una condición temporal que no altera
la posición del cristiano en Cristo. Supo-
niendo que la Biblia no deseche del todo la
posesión demoniaca en un cristiano, tal pose-
sión será en el peor de los casos solo un con-
trol voluntario y temporal y nunca un control
involuntario y permanente.
“y conoceréis la verdad, y la verdad os
hará libres. Así que, si el Hijo os li-
bertare, seréis verdaderamente li-
bres.” [Juan 8:32, 36].
“No ruego que los quites del mundo,
sino que los guardes del mal (malig-
no)” [Juan 17:15].
Pero gracias a Dios, que aunque erais
esclavos del pecado, habéis obedecido
de corazón a aquella forma de doctrina
a la cual fuisteis entregados; y liberta-
dos del pecado, vinisteis a ser siervos
de la justicia Porque cuando erais es-
clavos del pecado, erais libres acerca
de la justicia. [Rom. 6:17-18, 20].
Por lo cual estoy seguro de que ni la
muerte, ni la vida, ni ángeles, ni prin-
cipados, ni potestades, ni lo presente,
ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profun-
do, ni ninguna otra cosa creada nos
podrá separar del amor de Dios, que
es en Cristo Jesús Señor nuestro.
[Rom. 8:38-39].
Porque en otro tiempo erais tinieblas,
mas ahora sois luz en el Señor; andad
como hijos de luz [Ef. 5:8].
No Solo de Pan
64
El cual nos ha librado de la potestad
de las tinieblas, y trasladado al reino de
su amado Hijo, [Col. 1:13].
Someteos, pues, a Dios; resistid al
diablo, y huirá de vosotros. [Santiago
4:7].
Y librar a todos los que por el temor
de la muerte estaban durante toda la
vida sujetos a servidumbre [Heb.
2:15].
Sed sobrios, y velad; porque vuestro
adversario el diablo, como león ru-
giente, anda alrededor buscando a
quien devorar; al cual resistid firmes
en la fe… [1 Pedro. 5:8-9].
Hijitos, vosotros sois de Dios, y los
habéis vencido; porque mayor es el
que está en vosotros, que el que está
en el mundo. [1 Juan 4:4].
…Aquel que fue engendrado por Dios
le guarda, y el maligno no le toca. [1
Juan. 5:18b].
3. Conclusión
Sin importar el punto de vista en particular en
cuanto a la posesión demoniaca y el cristiano
todos estamos de acuerdo que los creyentes
pueden ser influenciados por el diablo a través
de los demonios (2 Cor. 11:13-15; Ef. 4:27;
Santiago 3:15). Un creyente fiel ha de evitar
cualquier afición a las cosas ocultas. El asunto
de la posesión demoniaca para el creyente de
esa manera solo será un punto teórico de de-
bate y nunca será un problema práctico.
65
Capítulo 6
ANTROPOLOGIA
La Doctrina del Hombre
BOSQUEJO
I. El Origen del Hombre 65
A. El Hecho de la Creación
B. El Tiempo de la Creación 66
II. La Condición Original del hombre
A. Creado a la Imagen de Dios
B. El Estado actual del Hombre en rela-
ción a la Imagen de Dios 67
1. El Hombre en la Imagen Moral de
Dios
2. El Hombre a la Imagen personal
de Dios
III. La Caída del Hombre 68
A. El Hecho de la Caída
B. Las Consecuencias de la Caída
1. Separación
2. Muerte Física
3. Muerte Espiritual 69-71
a. Adán como el Origen de la
Muerte Espiritual 72
b. Todos Somos Nacidos Muer-
tos Espiritualmente
c. La Asociación del Pecado
Personal con la Muerte Espi-
ritual
d. Otros Pasajes que tratan de la
Muerte espiritual
4. La Depravación Universal y To
tal
a. Un Problema del Corazón 73
b. Un Problema Universal
5. Consecuencias de la Caída, en la
Mujer 74
6. Consecuencias de la Caída en el
Hombre
7. Consecuencias de la Caída en el
Resto de la Creación
IV.El Origen del Alma 75
V. La Composición de la Naturaleza Inma-
terial del Hombre
A. Evidencias del Punto de Vista Dico-
tómico
1. Los Términos Alma y Espíritu
son con frecuencia intercambia-
bles
2. Algunas Veces se Dice que
Cuerpo y Espíritu Constituyen al
Hombre por Completo
3. Refutación del Punto de Vista
Tricotómico
B. Evidencia del Punto de Vista Tri
cotómico 76
C. Pensamientos Sobre el Asunto
VI. El Ser Físico del Hombre 77
ANTROPOLOGIA:
LA DOCTRINA DEL
HOMBRE
I. El origen del Hombre
Un estudio de las fallas científicas de la te-
oría de la Evolución le corresponde más
bien a la apologética y no a la Teología
Bíblica. Aquellos que desean la verdad
científica que apoya al Creacionismo deben
solicitar un catálogo de publicaciones de
aquellas organizaciones que promuevan la
ciencia de la creación o el diseño inteligente.
Como estudiantes de Teología Bíblica, nues-
tro interés inmediato es la enseñanza de las
Escrituras acerca del origen del hombre. La
Biblia afirma la creación directa e instantá-
nea del hombre por Dios sin ningún meca-
nismo evolutivo.
A. El Hecho de la Creación
La creación del hombre se enseña repetida-
mente y con claridad en las Escrituras de tal
manera que no podemos decir que los que
niegan esta doctrina creen en la Biblia.
Además, se pone en tela de juicio la autori-
No Solo de Pan
66
dad del Señor Jesucristo ya que él creyó y
enseño la creación literal del primer hombre,
Adán (vea Job 38; Salmos 8 y 148; Marcos
10:6; Heb. 2:7).
Entonces dijo Dios: Hagamos al
hombre a nuestra imagen, conforme
a nuestra semejanza; [Gén. 1:26].
Entonces Jehová Dios formó al
hombre del polvo de la tierra, y
sopló en su nariz aliento de vida, y
fue el hombre un ser viviente [Gén.
2:7].
Porque en seis días hizo Jehová los
cielos y la tierra, el mar, y todas las
cosas que en ellos hay, [Ex. 20:11].
Tú solo eres Jehová; tú hiciste los
cielos, y los cielos de los cielos, con
todo su ejército, la tierra y todo lo
que está en ella, los mares y todo lo
que hay en ellos; y tú vivificas todas
estas cosas, y los ejércitos de los cie-
los te adoran. [Neh. 9:6].
Por la palabra de Jehová fueron
hechos los cielos, Y todo el ejército
de ellos por el aliento de su boca.
Porque él dijo, y fue hecho; El
mandó, y existió. [Sal. 33:6, 9].
Él, respondiendo, les dijo: ¿No hab-
éis leído que el que los hizo al prin-
cipio, varón y hembra los hizo?
[Mat. 19:4].
Por tanto, como el pecado entró en el
mundo por un hombre, y por el pe-
cado la muerte, así la muerte pasó a
todos los hombres, por cuanto todos
pecaron. No obstante, reinó la muerte
desde Adán hasta Moisés, [Rom.
5:12, 14a].
Porque así como en Adán todos
mueren, también en Cristo todos
serán vivificados. Así también está
escrito: Fue hecho el primer hom-
bre Adán alma viviente; [1 Cor.
15:22, 45].
Señor, digno eres de recibir la gloria y la
honra y el poder; porque tú creaste todas
las cosas, y por tu voluntad existen y fueron
creadas. [Ap. 4:11].
B. El Tiempo de la Creación
La idea hebrea de engendrar significa “lle-
gar a ser el antepasado de.” Asimismo, la
frase el hijo de un hombre habla de sus
“descendientes” (considere la frase “Padre
Abraham” o “hijo de David"). Se sabe que
hay espacios en las genealogías Bíblicas (ej.,
a Uzías se le presenta como el hijo de Jo-
ram, en Mat. 1:8 aunque él era técnicamente
su tataranieto).1
Al parecer, el autor desea-
ba enumerar solamente a la gente prominen-
te en el linaje de la familia y no a cada gene-
ración.
No es necesario creer que el hombre fue
creado en el 4004 A.C. como lo concluye
Bishop Ussher al estudiar las genealogías
de Génesis 5 y 11. Sin embargo, la costum-
bre de enlistar solamente a las personas más
importantes del linaje familiar no permite de
ninguna manera darle a la raza humana una
cantidad de tiempo exagerada. Si se consi-
dera que la raza humana tiene una antigüe-
dad de un millón de años es darle a los espa-
cios entre las genealogías un promedio de
50,000 años entre cada uno de los nombres
desde Adán hasta Abraham. Esto sería cla-
ramente una extensión ridícula de los posi-
bles espacios en las genealogías y convertir-
ía a las mismas en un cómico desperdicio.
Estos espacios desconocidos otorgarían al
hombre por lo mucho unos cuantos miles de
años que podemos añadir al 4004 a.C. Sien-
do la fecha exacta un misterio. Aun conside-
rando unos cuantos espacios o paréntesis, la
raza humana es relativamente joven.
II. La Condición Original del Hombre
A. Creado a la Imagen de Dios
1
Vea The Words and Works of Jesus Christ por
J. Dwight Pentecost, (Grand Rapids, Zondervan
Publishing, 1981) 33-39 que es un estudio exce-
lente acerca de las genealogías.
Antropología: La Doctrina del Hombre
67
Tanto la palabra hebrea como la griega que
se traduce alma se usa para definir a los
animales (ej., Gén. 1:20-21, 24, 30; Ap.:
8.9; 16:3), y se dice también que los anima-
les tienen el “aliento de vida” en ellos (Gén.
6:17; 7:15, 22).2
Por lo tanto, el factor real-
mente distintivo entre los hombres y los
animales es que los seres humanos fueron
creados a la imagen de Dios. El hecho de
que Dios sopló especialmente en el polvo
para crear al hombre demuestra que el hom-
bre es más importante que los animales. Y
aunque los animales poseen el aliento de
vida, nunca se dice que ellos sean objetos
especiales de Su aliento dador de la vida.
(Gén. 2:7). Sin Embargo, la característica
principal y sobresaliente del hombre es que
está hecho a la imagen de Dios. (Gén. 1:26).
La definición de ser hecho a la imagen de
Dios se entiende de una manera más clara en
los versículos que tratan de acerca de la per-
dida y/o retención de esa imagen en la Caí-
da del hombre de Gén. 3.
Entonces dijo Dios: Hagamos al
hombre a nuestra imagen, confor-
me a nuestra semejanza; [Gén.
1:26].
B. El Estado Actual del hombre en relación
a la Imagen de Dios
Gén. 9:6; 1 Cor. 11:7 y Santiago 3:9 ense-
ñan que aún después de la Caída, el hombre
retuvo algunos elementos de la imagen de
Dios. Por lo tanto, la maldición y el asesina-
to no son aceptados por Dios, ya que aún un
hombre que no es salvo todavía retiene par-
te de la imagen de Dios. El respeto por la
vida humana se pierde en proporción directa
a la rebelión de nuestra sociedad hacia esta
doctrina. El valor del hombre está arraigado
en su creación a la imagen de Dios. Al grado
2
No se debe de ninguna manera por esto enseñar
que los animales tienen la misma clase de alma
que los humanos, sino que esto nos ayuda a esta-
blecer que la principal superioridad de los hom-
bres sobre los animales se debe a que los hom-
bres fueron creados a la imagen de Dios.
en que la doctrina de la creación es despre-
ciada, a ese grado será despreciada la cria-
tura que es el hombre.
“El que derramare sangre de hom-
bre, por el hombre su sangre será de-
rramada; porque a imagen de Dios
es hecho el hombre” [Gén. 9:6].
Porque el varón no debe cubrirse la
cabeza, pues él es imagen y gloria de
Dios; pero la mujer es gloria del
varón. [1 Cor. 11:7].
Con ella (la lengua) bendecimos al
Dios y Padre, y con ella maldecimos
a los hombres, que están hechos a la
semejanza de Dios. [Santiago 3:9].
Aunque los versículos anteriores nos ense-
ñan que los hombres caídos (aun los in-
crédulos, no salvos) han retenido algunos
elementos de la imagen de Dios, Ef. 4:24 y
Col. 3:10 también enseñan que un creyente
por su posición en Cristo ha recuperado
parte de la imagen original de Dios y de una
manera práctica y constante se está acercan-
do cada vez más a la imagen de Dios. Estos
dos textos hacen una conexión entre la par-
te de la imagen de Dios que los hombres
perdieron por el pecado y las áreas de ver-
dad y santidad.
Y renovaos en el espíritu de vuestra
mente, y vestíos del nuevo hombre,
creado según Dios en la justicia y
santidad de la verdad [Ef. 4:23-24].
Y revestido del nuevo, el cual con-
forme a la imagen del que lo creó
se va renovando hasta el conoci-
miento pleno, [Col. 3:10].
Todos los pasajes relevantes reunidos en su
conjunto nos llevan a hacer una distinción
entre los aspectos de la imagen de Dios que
los hombres perdieron con la Caída y los
aspectos que fueron retenidos. Estas dos
categorías se describen mejor como La
imagen moral de Dios y la imagen perso-
nal de Dios. El hombre caído perdió la
No Solo de Pan
68
primera y la puede recuperar en Cristo. El
nunca perdió la segunda, por lo que todas
las personas son valiosas.
1. El Hombre a la Imagen Moral de Dios
La imagen moral de Dios se perdió con la
Caída. El hombre perdió el verdadero cono-
cimiento de Dios y Su verdad (lo que inclu-
ye el bien y el mal) de acuerdo con Col.
3:10. El hombre perdió santidad y rectitud
de acuerdo con Ef. 4:24. Cuando hablamos
de la condición original, la imagen de Dios
significa que el hombre fue creado con una
gran cantidad de conocimiento de Dios y de
Su creación. El fue creado con el mismo
sentido de santidad y rectitud que Dios tie-
ne. Al pecar, el hombre se distanció mucho
de la imagen de Dios en las áreas de cono-
cimiento espiritual, santidad y rectitud.
2. El Hombre a la Imagen Personal de Dios
Se nos ha enseñado que aun el hombre caí-
do retiene algo de la imagen personal de
Dios. No se nos dan detalles. Sin embargo,
las deducciones lógicas provenientes de la
comparación de Dios con el hombre arrojan
conceptos prometedores. Dios es una perso-
na (con intelecto, emociones y voluntad). El
Hombre es una persona (con intelecto, emo-
ciones, y voluntad). Dios es un ser espiri-
tual. El hombre es un ser espiritual funda-
mentalmente hablando. Dios es inmortal. El
alma del hombre es inmortal. Dios es el go-
bernador de todo. El hombre es como Dios
en el aspecto del dominio.
Es posible que Dios use lenguaje y sea un
ser sociable así que la imagen de Dios in-
cluye al hombre como un ser sociable que
usa el lenguaje. Aun caído, el hombre es un
espíritu eterno que retiene algunos de los
elementos de la imagen personal de Dios.
Por lo que cada ser humano salvo o no salvo
es precioso y tiene valor.3
3
Algunos sugieren que así como Dios es un ser
tripartito compuesto de tres personas, así también
el hombre es tripartito compuesto de cuerpo,
alma y espíritu. La comparación no parece tener
III. La Caída del Hombre
A. El Hecho de la Caída
La doctrina del hombre esta tan entrelazada
con la doctrina del pecado que es imposible
separarlas totalmente. En este momento re-
pasaremos el hecho de la caída del hombre y
después bajo la sección de la depravación
universal usaremos los textos Bíblicos más
ampliamente.
Pero la serpiente era astuta, más que
todos los animales del campo que Je-
hová Dios había hecho; la cual dijo a
la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho:
No comáis de todo árbol del huerto?
Y la mujer respondió a la serpiente:
Del fruto de los árboles del huerto
podemos comer; pero del fruto del
árbol que está en medio del huerto
dijo Dios: No comeréis de él, ni le
tocaréis, para que no muráis. Enton-
ces la serpiente dijo a la mujer: No
moriréis; sino que sabe Dios que el
día que comáis de él, serán abiertos
vuestros ojos, y seréis como Dios,
sabiendo el bien y el mal. Y vio la
mujer que el árbol era bueno para
comer, y que era agradable a los
ojos, y árbol codiciable para alcanzar
la sabiduría; y tomó de su fruto, y
comió; y dio también a su marido, el
cual comió así como ella. [Gén. 3:1-
6].
B. Las Consecuencias de la Caída
En esta sección enlistaremos los resultados
trágicos de la Caída. En el Capítulo 7 deno-
minado “Hamartiología: la Doctrina del
Pecado” trataremos el tema más difícil de la
imputación del pecado de Adán a toda su
descendencia, (Págs. 84-86).
1. Separación
La pareja original fue separada del Jardín
paralelo exacto. Los hombres no son seres com-
puestos de tres personas que se comunican e
interactúan una con la otra.
Antropología: La Doctrina del Hombre
69
de Edén, del árbol de la vida, y de Dios
(Gén. 3:22-24).
2. La Muerte Física
La muerte física es la separación del espíri-
tu del cuerpo (Santiago 2:26). Dios le dijo a
Adán que una de las consecuencias de su
pecado era que regresaría al polvo (Gén.
3:19; vea también Gén. 5:5). Pablo enseña
que el pecado de Adán pasó la muerte física
a toda la humanidad (Rom. 5:12-14; 1 Cor.
15:21-22).
Por tanto, como el pecado entró en el
mundo por un hombre, y por el pe-
cado la muerte, así la muerte pasó a
todos los hombres, por cuanto todos
pecaron. No obstante, reinó la muer-
te desde Adán hasta Moisés, aun en
los que no pecaron a la manera de la
trasgresión de Adán, el cual es figura
del que había de venir [Rom. 5:12,
14].
Porque por cuanto la muerte entró
por un hombre, también por un
hombre la resurrección de los muer-
tos. Porque así como en Adán todos
mueren... [1 Cor. 15:21-22].
Otros versículos enseñan que el pecado cau-
sa la muerte pero en vez de enseñar directa-
mente que el pecado de Adán causó la muer-
te física estos atribuyen la muerte al pecado
en general sea el pecado imputado de Adán,
el principio del pecado residente o los actos
individuales de pecado. El pecado indivi-
dual no fue imputado antes de la ley (Rom.
5:13). Sin embargo, las personas que vivie-
ron antes de la ley murieron debido al pe-
cado de Adán. A partir del establecimiento
de ley, es muy posible que la muerte física
sea el resultado de lo siguiente: la imputa-
ción del pecado de Adán, la “naturaleza” de
pecado de cada persona y los pecados per-
sonales. 4
4
Es posible que la naturaleza de pecado y los
actos de pecado personales sean un factor en la
“Nuestro padre murió en el desierto;
y él no estuvo en la compañía de los
que se juntaron contra Jehová en el
grupo de Coré, sino que en su pro-
pio pecado murió, y no tuvo hijos.”
[Núm. 27:3].
“Por eso os dije que moriréis en
vuestros pecados; porque si no cre-
éis que yo soy, en vuestros pecados
moriréis.” [John 8:24].
... el cuerpo en verdad está muerto
a causa del pecado …[Rom. 8:10].
Ya que el aguijón de la muerte es
el pecado … [1 Cor. 15:56].
3. La Muerte Espiritual
Dios advirtió a la primer pareja que el dia
que ellos le desobedecieran sería un dia de
muerte (Gén. 2:17). Adán y Eva murieron
espiritualmente en el momento en que peca-
ron y las consecuencias de la muerte espiri-
tual afectan a todos los miembros de la raza
humana que nacen. Un ser humano nace
muerto espiritualmente, lo cual significa que
nace separado de Dios. Lucas 15:24 y 32
nos prueban que la muerte equivale a la se-
paración. El estudio acerca de bases de la
muerte eterna no encaja directamente en el
bosquejo de este tema, pero los teólogos que
son cuidadosos tendrán a bien considerar el
causa de la muerte física de los que no son sal-
vos. Los creyentes son perdonados de todo peca-
do y aun ellos mueren físicamente. La causa
principal de la muerte física de una persona espi-
ritual es probablemente el pecado imputado, no
tanto los pecados personales. La muerte para el
creyente no es considerada como un castigo sino
como una bendición (Fil. 1:23; Ap. 14:13). Es
más bien una consecuencia natural del pecado.
Dios no invierte las consecuencias naturales del
pecado sino que las transfiere como un medio
para llegar a la gloria. Existe sin embargo, la
posibilidad de que los pecados personales persis-
tentes que no son confesados sean un factor en la
muerte física de un creyente (1 Cor. 11:30; 1
Juan 5:16).
No Solo de Pan
70
material que se da a continuación. 5
5
Aunque el autor cree sin reserva en la doctrina
del castigo eterno, el no puede con una buena
consciencia clasificar la muerte eterna como una
consecuencia de la Caída. Muchos considerarían
que el castigo eterno del infierno es uno de los
resultados del pecado de Adán o de los actos
personales de pecado. El autor cree que la base
Bíblica de la muerte eterna es solo el rechazo de
Cristo (ya sea un rechazo directo o un rechazo
indirecto basado en el preconocimiento de Dios
que toma en cuenta que la persona nunca creería
o que no tiene ningún potencial para la fe). El
destino eterno de una persona es autodeterminado
y no se basa en lo que Adán hizo o no hizo. Rom.
5:12-20 contiene unos de los misterios más difí-
ciles de la Biblia y humilla a todos los teólogos.
Afortunadamente, el punto principal sigue siendo
obvio a pesar de todas las especulaciones teoló-
gicas: solo una persona puede dar vida. El mate-
rial que Adán nos ofrece es una ilustración del
hecho de que una vida puede afectar a toda la
humanidad. Pablo no nos está dando una diserta-
ción acerca de Adán. El ejemplo de Adán com-
prueba que una vida puede afectar a todo el mun-
do de la misma manera en que un Salvador puede
dar vida al mundo. Pablo hace esta segunda com-
paración con el propósito de contestar todas las
complejidades de la culpa heredada. Todos los
intérpretes terminan con cuestionamientos sin
respuesta que se originan de esta información con
respecto a Adán de Romanos 5. ¿Como es que se
transmite el alma humana de una generación a la
otra? ¿Que ramificaciones tiene la respuesta
cuando hablamos del control de la natalidad o del
aborto? ¿Que significa la culpa adquirida para la
salvación de los infantes al morir estos? Los
cargos legales precisos que realmente traen la
condenación eterna puede ser uno de los cuestio-
namientos que no se contestan completamente en
este pasaje. Romanos 5 enseña que el pecado de
un hombre pasó la muerte a la humanidad. El
argumento de Pablo es suficiente si definimos
que las muertes aquí son la física y la espiritual y
no incluimos la muerte eterna. Así como Adán
pasó la muerte física y la espiritual al mundo,
Cristo es la fuente de la vida para toda la raza
humana. De hecho, la explicación posterior que
hace Pablo en el versículo 14 puede no incluir la
muerte eterna. Con la única excepción de Enoc,
Todas las personas desde Adán hasta Moisés
murieron físicamente y todos nacieron muertos
espiritualmente (separados de Dios). Sin embargo
la muerte eterna no reinó sobre todos de manera
universal en ese periodo. Heb. 11:1-22 nos da los
nombres sobresalientes que nos indican lo contra-
rio. Si la muerte del versículo 14 solamente se
refiere a la muerte física y la espiritual entonces
el versículo 12 solo se refiere a estos dos tipos de
muerte.
Romanos 5 enseña que sin Cristo la culpa
transmitida desde Adán es la causante de la
muerte espiritual universal (separación de Dios)
y también de la condenación actual delante de
Dios nuestro Juez (vss. 16 y 18). La condición
natural de cada ser humano es que tanto el hom-
bre como la mujer están muertos e injustificados.
Estas verdades están relacionadas definitivamen-
te con la muerte eterna. Pablo espera que enten-
damos que nuestra condición natural heredada de
Adán es la que nos hace vulnerables a la muerte
eterna y que la muerte eterna será el resultado al
no tener la vida que da el Señor Jesucristo. Según
nuestro estado natural todo lo que necesitamos
hacer para llegar a la muerte eterna es nada. De
hecho, es posible entender por Romanos 5 que el
pecado heredado es el cargo legal que conduce a
la condenación eterna. Sin embargo, Según el
argumento de Pablo podemos llegar a la conclu-
sión que nuestra condición heredada nos coloca
en un riesgo de muerte eterna si es que no hace-
mos algo, y Pablo no nos da los detalles aquí en
Romanos 5 acerca de la causa específica de la
condenación en la corte de Dios. Una interpreta-
ción alternativa adecuada sería que entendamos
que estamos en riesgo de muerte eterna según el
curso natural de los eventos y que Cristo es la
única esperanza de escapar. En base a la infor-
mación especifica dada a continuación (vea tam-
bién las Págs. 121-122,126) el autor prefiere
tomar Romanos 5 como una advertencia de los
peligros de muerte eterna que se originan por
nuestra condición natural pero considera que
otros versículos nos ofrecen una base más clara
para la condenación eterna. Los puntos principa-
les son sencillamente que todos hemos nacido
muertos espiritualmente e injustificados (conde-
nados) por causa de Adán y que solo una persona
puede danos vida. Aquellos que rechazan la justi-
ficación por la fe (Rom. 5:1) y no “reciben la
abundancia de la gracia y del don de la justicia”
(Rom. 5:17) terminarán bajo la ira de Dios (Rom.
5:9) debido a que ellos no serán “salvos por Su
vida.” (Rom. 5:10). Si la condenación eterna es
Antropología: La Doctrina del Hombre
71
un hecho, ¿Cuál seria exactamente el cargo legal
bajo el sistema de justicia de Dios? Adán real-
mente expuso a toda la raza humana al desastre
eterno. Si nuestro riesgo natural se convierte en
realidad, ¿acaso no estaría claro que la condena-
ción se lleva a cabo debido a que un individuo es
responsable por su destino eterno ya que no se ha
preocupado por tener una relación con El que da
la vida? Esta falla se produce por rechazo direc-
to, indiferencia o aún el preconocimiento de Dios
de que el hombre o la mujer nunca aceptarían a
Cristo. Adán coloco a todos en el camino al in-
fierno, pero ¿A quién se le atribuye la culpa re-
almente si un individuo permanece en ese camino
producto del estado natural? El cargo legal es-
pecífico en el juicio del Gran Trono Blanco que
será más probable es que “el nombre no se en-
cuentra en el libro de la vida del Cordero” y no
que “es debido a la condición natural de la
humanidad.” Hemos de entender de la misma
manera los versículos que relacionan los pecados
pasados con la muerte. En el caso del incrédulo,
los pecados personales son causa de una muerte
física de la cual no habrá una resurrección glori-
ficada. Además, el énfasis de Rom. 6:16, 21, 23,
y Santiago 1:15 puede ser que el pecado personal
causa muerte espiritual en esta vida presente (la
separación del alma de Dios) y nos coloca en una
dirección que lleva a la muerte eterna (la separa-
ción eterna del alma de Dios en el infierno). Los
lectores deben comprender que el pecado perso-
nal nos deja en una condición desesperante y
peligrosa que necesita ser alterada mediante la fe
en Cristo. De otra manera, nuestra vida pecami-
nosa hará su transición a muerte eterna aun cuan-
do los pecados personales no sean parte de los
cargos que causan la muerte eterna. Aun si estos
pasajes tienen la intención de enseñarnos que el
pecado personal causa la muerte eterna, entonces
todavía puede ser que el rechazo (o el rechazo
con preconocimiento) es el pecado personal
principal o quizás exclusivo que trae la eventual
muerte eterna. Los pecados personales son un
factor en el grado de castigo en el infierno y traen
consigo la ira (castigo) temporal de Dios en esta
vida. Seria justo que Dios nos condenara tanto
por los pecados personales como por los hereda-
dos. Sin embargo, al considerar todas las ense-
ñanzas que tratan acerca de las bases para la con-
denación eterna, uno puede cuestionarse si El
realmente lo hace. El hecho de creer que El no lo
hace no tiene ningún efecto en la doctrina de la
salvación o en el hecho del castigo eterno. Sin
embargo, este asunto si tiene un efecto en nuestro
propio entendimiento de la justicia y la gracia de
Dios y en el punto de vista propio del pleno po-
der de la cruz sobre el pecado. La Biblia da por
hecho que si Cristo no hubiese venido, entonces
el hombre sería eternamente condenado por sus
pecados personales y/o su participación misterio-
sa en el pecado de Adán (vea Capítulo 7,
“Hamartiología: la Doctrina del Pecado”). Sin
embargo, la Biblia no dice que Dios condena al
hombre hablando en sentido eterno por sus actos
de pecado o por el pecado de Adán. Una persona
va al infierno por rechazar a Cristo, no por actos
individuales de pecado. Es como si Dios conde-
nase al hombre por una infracción más grande,
por ejemplo, rechazar a Cristo, y ni siquiera se
molesta en juzgar por las infracciones relativa-
mente menores de los pecados personales o de la
culpa heredada de Adán. Juan 3:18 y 2 Tes. 1:8-9
enseñan que la base para la muerte eterna es el
rechazo de Cristo (quizás Juan 3:36 también
cubra el tema, vea la obra Greek-English Lexi-
con of the New Testament de Bauer, Arndt, y
Gingrich, Pág. 82, acerca de la palabra apeitheo,
Sección 3). “… pero el que no cree, ya ha sido
condenado, porque no ha creído...” [Juan
3:18,]. Juan 16:9 muestra que el único pecado del
cual el Espíritu Santo convence al mundo es el no
creer en Cristo. Este pecado es el que más le
concierne a Dios. Una de las razones principales
por las que el pecado personal no debe conside-
rarse como la base de la ira eterna es que 1 Juan
2:2 declara que Dios ha sido propiciado por los
pecados de de toda la humanidad. Por lo que el
intérprete puede ver que el hombre es culpable de
los actos personales de pecado y merecedor del
castigo eterno por ellos. Pero nuestra teología
debe ajustarse para que no veamos a Dios airado
por los pecados personales del hombre en sentido
eterno. Porque Dios estaba en Cristo reconci-
liando consigo al mundo, no tomándoles en
cuenta a los hombres sus pecados (2 Cor.
5:19), |y en un sentido Jesús quitó los pecados del
mundo, Juan 1:29. Cuando se menciona que Dios
está airado por los pecados o que los hombres
son castigados por los actos personales de pecado
(Rom. 1:18; Ef. 5:6; Col. 3:6), las enseñanzas de
1 Juan 2:2; 2 Cor. 5:19 y Juan 1:29 demandan
que entendamos que la ira sea definida como ira
temporal o sea, el castigo en esta vida. La ira de
Dios por los pecados de una persona tiene tam-
No Solo de Pan
72
a. Adán Como el que da Origen a la Muer-
te Espiritual
Por tanto, como el pecado entró en el
mundo por un hombre, y por el peca-
do la muerte, así la muerte pasó a to-
dos los hombres, por cuanto todos
pecaron. [Rom. 5:12].6
b. Todos Nacemos Muertos Espiritualmen-
te
Ya que el pecado es universal, comienza en
el momento de la concepción y es la base de
la muerte espiritual, entonces todos nacemos
muertos espiritualmente.
...estabais muertos en vuestros deli-
tos y pecados [Ef. 2:1].
Nosotros sabemos que hemos pasa-
do de muerte a vida...[1 Juan 3:14].
(Vea también Sal. 51:5; 58:3; Job 14:4;
15:14 y la Sección III.B.4., págs. 72-73).
bién una influencia probable en el grado de cas-
tigo del incrédulo en el infierno sin ser estos la
base principal para que una persona vaya a ese
lugar (quizás Col. 3:6; Ef. 5:6). En algunos casos
(como por ejemplo Romanos 2) el autor puede
estar hablando de ira eterna pero, en un sentido
hipotético, mostrando lo que hubiera sucedido si
Cristo no hubiera hecho posible un destino alter-
nativo para el hombre. (Considere las consecuen-
cias de este punto de vista para el caso de la sal-
vación de los infantes y de aquellos que están
imposibilitados mentalmente.) Vea el libro, True
Evangelism, de Lewis Sperry Chafer editorial.
(Grand Rapids: Zondervan, 1973) Págs. 33-34,
64 en donde se llega a una conclusión similar en
base a la condenación eterna.
6
El Hecho que la muerte espiritual deba remon-
tarse a Adán puede deducirse del hecho que el
pecado (que es la causa de la muerte) es univer-
sal, comienza en la concepción y entra al mundo
por Adán. También, Rom. 5: 12, 14 está ense-
ñando probablemente que la muerte física y la
espiritual tuvieron su origen en Adán. En los vss.
18 y 21, el tema es la vida eterna. Por lo que un
contraste idóneo de vida eterna sería la muerte
espiritual en el vs. 17 y el contexto anterior, ej.
vss. 12 y 14.
c. La Relación del Pecado personal y la
Muerte Espiritual
Rom. 6:23 y Santiago 1:15 no hacen la dis-
tinción entre el pecado de Adán que ha sido
imputado a todas las personas y los pecados
personales. Estos pasajes enfatizan la “natu-
raleza” de pecado del individuo y los actos
de pecado. Ambos tipos de pecado son fac-
tores en la muerte espiritual.
¿Pero qué fruto teníais de aquellas
cosas de las cuales ahora os aver-
gonzáis? Porque el fin de ellas [por
ejemplo los pecados personales] es
muerte. [Rom. 6:21].
Porque la paga del pecado es muer-
te …[Rom. 6:23].
Entonces la concupiscencia, después
que ha concebido, da a luz el peca-
do; y el pecado, siendo consumado,
da a luz la muerte. [Santiago 1:15].
d. Otros Textos que Tratan sobre la Muerte
Espiritual
“De cierto, de cierto os digo: El que
oye mi palabra, y cree al que me en-
vió, tiene vida eterna; y no vendrá a
condenación, mas ha pasado de
muerte a vida. De cierto, de cierto
os digo: Viene la hora, y ahora es,
cuando los muertos oirán la voz del
Hijo de Dios; y los que la oyeren vi-
virán.” [Juan 5:24-25].
Teniendo el entendimiento entene-
brecido, ajenos de la vida de Dios
por la ignorancia que en ellos hay,
por la dureza de su corazón [Ef.
4:18].
(Vea también Mat. 8:22; Juan 8:51; 11:26.)
4. La depravación Total y Universal
El pecado de Adán y Eva dio como resulta-
do la muerte pero también la depravación
total y universal. Universal se refiere a su
cobertura y total a la condición completa-
mente sin esperanza debido a la ausencia del
Antropología: La Doctrina del Hombre
73
Señor Jesucristo. El Hombre tiene una ten-
dencia al pecado. Esta prejuiciado a favor
del mismo y se inclina a este. Es un rebelde
incorregible que no puede agradar a Dios
por ningún mérito propio. Esta tendencia al
pecado debe trazarse hasta Adán y se puede
deducir de la enseñanza de las Escrituras
que es una tendencia universal. Todo hom-
bre nace con ella (vea III.B.3.b., pág. 72).
Sin embargo, Rom. 5:12 enseña directamen-
te que todo pecado entró en el mundo por
Adán. La forma singular pecado recalca
que el pecado como un principio (o sea, la
naturaleza de pecado dentro de cada perso-
na) tuvo su origen en la Caída en el huerto
de Edén. Todos los actos particulares de
pecado se originan de la depravación uni-
versal de la raza como resultado del pecado
original de Adán. 7
a. Un Problema del Corazón
Los versos siguientes nos enseñan que los
actos individuales de pecado del hombre
provienen de un corazón que está inclinado
al pecado. En otras palabras, recalcan no
solo los pecados del hombre, sino que este
es por naturaleza un pecador incorregible
esclavizado al dominio del pecado. Aunque
la mayoría de los pasajes no mencionan a
Adán, esta condición de depravación uni-
versal se originó con él. (Vea también Gén.
8:21; Sal. 51:5; 58:3; Mat. 12:33-35; Lucas
6:43-45; Rom. 7:5, 14-24; Ef. 2:3; Col. 3:5-
7; Tito 3:3; 1 Pedro 4:4.)
Y vio Jehová que la maldad de los
hombres era mucha en la tierra, y
que todo designio de los pensa-
mientos del corazón de ellos era de
continuo solamente el mal. [Gén.
6:5].
“Engañoso es el corazón más que
todas las cosas, y perverso; ¿quién
7
La depravación del hombre le ha llevado a una
obscuridad de la mente y como resultado este es
ciego a las cosas espirituales (1 Cor. 1:18; 2:14; 2
Cor. 4:4; Ef. 4:18).
lo conocerá?” [Jer. 17:9].
“Pero lo que sale de la boca, del co-
razón sale; y esto contamina al
hombre. Porque del corazón salen
los malos pensamientos, los homici-
dios, los adulterios, las fornicaciones,
los hurtos, los falsos testimonios, las
blasfemias” [Mat. 15:18-19].
“Pues si vosotros, siendo malos,
sabéis dar buenas dádivas a vuestros
hijos, ¿cuánto más vuestro Padre ce-
lestial dará ?..” [Lucas 11:13].
Jesús les respondió: De cierto, de
cierto os digo, que todo aquel que
hace pecado, esclavo es del pecado.
[Juan 8:34].
Pero gracias a Dios, que aunque
erais esclavos del pecado...[Rom.
6:17].
Porque cuando erais esclavos del pe-
cado... [Rom. 6:20].
b. Un problema Universal
Los versículos siguientes enfatizan la cober-
tura universal del corazón depravado del
hombre. Depravación no significa necesa-
riamente que todo hombre es lo mas extre-
madamente sucio y perverso que puede ser.
Existe también el bien humano relativo (ej.,
Cornelio en Hechos 10:1-2 a quien se le
llama devoto aunque no era salvo, y Rom.
2:14-15). Depravación significa que cada
persona que no es salva es un rebelde y por
lo tanto aún su bien relativo no agrada a
Dios ya que es efectuado con un corazón
rebelde (Prov. 15:8; 21:4; 21:27). Aun el
bien humano es sucio delante de Dios (Isa.
64:6). La Depravación en vez de definirse
como: cada hombre es lo más vil que puede
ser, se define como: cada hombre es un re-
belde que está esclavizado a un corazón que
se ha apartado de Dios. Nadie agrada a de la
manera que El quiere. Nadie puede ganarse
la salvación. El materialista vano que confía
en una salvación por obras y asiste a una
No Solo de Pan
74
iglesia liberal no es considerado perverso
según las normas humanas, pero él no es
más aceptable por Dios que una persona que
abusa de los niños, y el está caminando en
una senda que está igual de opuesta de Dios
(aunque no muestra los pecados más viles).8
“Si pecaren contra ti (porque no hay
hombre que no peque)...” [1 Reyes
8:46].
Jehová miró desde los cielos sobre
los hijos de los hombres, para ver si
había algún entendido, que buscara a
Dios. Todos se desviaron, a una se
han corrompido; No hay quien haga
lo bueno, no hay ni siquiera uno.
[Sal. 14:2-3].
Cada uno se había vuelto atrás; todos
se habían corrompido No hay quien
haga lo bueno, no hay ni aun uno
[Sal. 53:3].
JAH, si mirares a los pecados,
¿Quién, oh Señor, podrá mantenerse?
[Sal. 130:3].
Y no entres en juicio con tu siervo;
Porque no se justificará delante de
ti ningún ser humano. [Sal. 143:2].
¿Quién podrá decir: Yo he limpiado
mi corazón, Limpio estoy de mi pe-
cado? [Prov.: 20:9].
Ciertamente no hay hombre justo
en la tierra, que haga el bien y nun-
ca peque. [Ecl. 7:20].
Todos nosotros nos descarriamos
como ovejas, cada cual se apartó por
su camino; mas Jehová cargó en él el
8
Los versículos que hablan de la condenación
universal sin Cristo prueban también por deduc-
ción la depravación universal (Juan 3:18,36;
Rom. 11:32; Gal. 3:22; 1 Juan 5:12). Este con-
cepto de la universalidad de la depravación es
esencial para tomar decisiones saludables en la
ley y el gobierno. Un punto de vista no Bíblico
conlleva a toda clase de decisiones no sabias de
parte de los cuerpos gobernantes.
pecado de todos nosotros. [Isa. 53:6].
¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejo-
res que ellos? En ninguna manera;
pues ya hemos acusado a judíos y a
gentiles, que todos están bajo peca-
do. Como está escrito: No hay justo,
ni aun uno; [Rom. 3:9-10].
Pero sabemos que todo lo que la ley
dice, lo dice a los que están bajo la
ley, para que toda boca se cierre y
todo el mundo quede bajo el juicio
de Dios; [Rom. 3:19].
Por cuanto todos pecaron, y están
destituidos de la gloria de Dios..
[Rom. 3:23].
Mas la Escritura lo encerró todo ba-
jo pecado...[Gál. 3:22].
Porque todos ofendemos muchas
veces... [Santiago 3:2].
Si decimos que no tenemos pecado,
nos engañamos a nosotros mismos,
y la verdad no está en nosotros...Si
decimos que no hemos pecado, le
hacemos a él mentiroso, y su palabra
no está en nosotros. [1 Juan 1:8, 10].
5. Consecuencias de la Caída en la Mujer
La mujer tendría ahora dolores del parto y
continuaría en sujeción a su marido, lo cual
se complicaría debido a la tendencia al pe-
cado.
A la mujer dijo: Multiplicaré en gran
manera los dolores en tus preñeces;
con dolor darás a luz los hijos; y tu
deseo será para tu marido, y él se en-
señoreará de ti. [Gén. 3:16].
6. Consecuencias de la Caída en el Hombre
El hombre ahora tomaría el trabajo como
algo detestable y como un asunto de sobre-
vivencia.
Y al hombre dijo: Por cuanto obede-
ciste a la voz de tu mujer, y comiste
del árbol de que te mandé diciendo:
Antropología: La Doctrina del Hombre
75
No comerás de él; maldita será la tie-
rra por tu causa; con dolor comerás
de ella todos los días de tu vida.
Espinos y cardos te producirá, y co-
merás plantas del campo. Con el su-
dor de tu rostro comerás el pan
hasta que vuelvas a la tierra, porque
de ella fuiste tomado; pues polvo
eres, y al polvo volverás. [Gén.
3:17-19].
7. Consecuencias de la Caída en el Resto
de la Creación
La Caída dio como resultado la maldición de
la tierra, el dolor y la muerte para toda la
vida animal. La maldición será removida
parcialmente durante el Reino milenial (vea
Isa. 11:6 y ss.; 65:25 y los versículos que
tratan de la fertilidad agrícola en el Reino).
“…maldita será la tierra por tu cau-
sa…” [Gén. 3:17].
Porque sabemos que toda la crea-
ción gime a una, y a una está con
dolores de parto hasta ahora; [Rom.
8:22].
IV. El Origen del Alma
El origen de la parte inmaterial del hombre
es un tema apropiado para la Antropología o
la Hamartiología. ¿Acaso crea Dios una
nueva alma cada vez que un niño es conce-
bido o cada vez que nace? ¿Existe algún
proceso mediante el cual los padres procrean
una nueva alma humana así como un cuerpo
infantil? El tema del origen del alma es
tratado en el Capítulo 7, “Harmartiología:
La Doctrina del Pecado,” que trata del ori-
gen del pecado en la raza humana, (Págs.
83-86).
V. La Composición de la Naturaleza inma-
terial del Hombre.
Existen dos puntos de vista en cuanto a la
composición de la naturaleza inmaterial del
hombre entre los cristianos conservadores.
Algunos creen que el hombre está compues-
to de solo dos partes, cuerpo y alma, con
siendo los términos espíritu y alma total-
mente intercambiables. A este punto de vista
se le denomina dicotomía. Otros creen que
el hombre es un ser tripartito compuesto de
cuerpo, alma y espíritu. A este punto de
vista se le llama tricotomía.
A. Evidencias del punto de vista dicotómi-
co del hombre
1. Los términos Alma y Espíritu son con
frecuencia intercambiables (compare Gén.
41:8 con Sal. 42:6)
Sucedió que por la mañana estaba
agitado su espíritu, y envió e hizo
llamar a todos los magos de Egipto, y
a todos sus sabios; y les contó Faraón
sus sueños, más no había quien los
pudiese interpretar a Faraón. [Gén.
41:8].
Dios mío, mi alma está abatida en
mí… [Sal. 42:6].
Compare Juan 12:27 con 13:21.
“Ahora está turbada mi alma...”
[Juan 12:27].
Habiendo dicho Jesús esto, se con-
movió en espíritu... [Juan 13:21].
Compare Mat. 20:28 con Mat. 27:50.
“como el Hijo del Hombre no vino
para ser servido, sino para servir, y
para dar su vida [en el griego dice
alma] en rescate por muchos” [Mat.
20:28].
Más Jesús, habiendo otra vez clama-
do a gran voz, entregó el espíritu.
[Mat. 27:50].
Compare Ap. 6:9 con Heb. 12:23.
Cuando abrió el quinto sello, vi bajo
el altar las almas de los que habían
sido muertos por causa de la palabra
de Dios y por el testimonio que ten-
ían. [Rev. 6:9].
A la congregación de los primogéni-
No Solo de Pan
76
tos que están inscritos en los cielos, a
Dios el Juez de todos, a los espíritus
de los justos hechos perfectos, [Heb.
12:23].
2. Algunas veces “Cuerpo y Alma,” o
“Cuerpo y Espíritu,” se usan para indicar el
hombre completo.
“Y no temáis a los que matan el
cuerpo, mas el alma no pueden ma-
tar; temed más bien a aquel que pue-
de destruir el alma y el cuerpo en el
infierno” [Mat. 10:28].
Ciertamente yo, como ausente en
cuerpo, pero presente en espíritu, ya
como presente he juzgado al que tal
cosa ha hecho. [1 Cor. 5:3].
Amado, yo deseo que tú seas prospe-
rado en todas las cosas, y que tengas
salud, [cuerpo], así como prospera
tu alma. [3 Juan 1:2].
3. Refutación del punto de vista Tricotó-
mico
Los adherentes del punto de vista Tricotó-
mico enseñan generalmente que el espíritu
del hombre es la parte religiosa de su natura-
leza inmaterial mientras que el alma contie-
ne el intelecto, las emociones y la voluntad.
Sin embargo, los dicotomistas señalan que
aun de los animales se dice que tienen un
“espíritu” en Ecl. 3:21 y que los ejercicios
más sublimes de la religión se atribuyen al
alma (Marcos 12:30; Lucas 1:46; Heb. 6:18-
19; y Santiago 1:21). Dios es un ser espiri-
tual, pero se menciona que El tiene un alma
(en el Hebreo de Amós 6:8). A los muertos
incorpóreos en el cielo se les llama almas
(Rev. 6:9; 20:4). Por lo tanto, no existe una
separación rígida en la Escritura en donde el
espíritu se refiera solamente a la relación del
hombre para con Dios, y alma se refiera
estrictamente a su relación con sus semejan-
tes. El alma es también claramente una parte
del hombre que se relaciona con intereses
espirituales.
Para el dicotomista, 1 Tes. 5:23 no prueba
que el alma y el espíritu están separados. En
la frase “cuerpo, alma, y espíritu” las últi-
mas dos palabras se toman como sinónimos
así como se observa en el patrón de Marcos
12:30 que menciona una lista de elementos
sinónimos (“Y amarás al Señor tu Dios con
todo tu corazón, y con toda tu alma, y con
toda tu mente...”). De la misma manera, para
el dicotomista, Heb. 4:12 habla de alma y
espíritu en términos sinónimos. Declarar que
la Palabra de Dios divide el alma y el espíri-
tu no es lo mismo que declarar que divide al
alma del espíritu. Este pasaje afirma sim-
plemente que la Palabra de Dios penetra en
la parte de la naturaleza inmaterial del hom-
bre (alma y espíritu siendo sinónimos). La
Palabra de Dios corta o divide en el ser más
profundo del hombre al cual se le puede
llamar alma o espíritu.
B. Evidencia del Punto de Vista Tricotómi-
co
Varias veces los términos espíritu y alma
son separados y varias veces se mencionan
como distintos.
Y el mismo Dios de paz os santifique
por completo; y todo vuestro ser,
espíritu, alma y cuerpo, sea guarda-
do irreprensible para la venida de
nuestro Señor Jesucristo... [1Tes.
5:23].
Porque la palabra de Dios es viva y
eficaz, y más cortante que toda espa-
da de dos filos; y penetra hasta par-
tir el alma y el espíritu, las coyuntu-
ras y los tuétanos, y discierne los
pensamientos y las intenciones del
corazón. [Heb. 4:12].
Pero el hombre natural (del griego
que opera solo con alma) En cambio
el espiritual... [1 Cor. 2:14-15].
Se siembra cuerpo animal, (del grie-
go que opera solo con alma) resuci-
tará cuerpo espiritual. …[1 Cor.
15:44].
Antropología: La Doctrina del Hombre
77
Pablo considera que el hombre es tripartito
en 1 Tes. 5:23. Así mismo, el autor de
Hebreos hace una distinción entre el alma y
el espíritu en Heb. 4:12. En 1 de Corintios 2
y 1 Corintios 15, hay una clave para dife-
renciar el alma del espíritu. El alma se refie-
re al hombre en relaciones no celestiales
sino naturales. El espíritu se refiere al hom-
bre en las relaciones celestiales. Un trico-
tomista contiende que el alma es la parte
inmaterial de la naturaleza del hombre que
se relaciona con otros humanos, consigo
mismo y con la creación. El espíritu se refie-
re a la parte de la naturaleza inmaterial del
hombre que tiene la capacidad para una re-
lación con Dios (llamada también religio-
sa).9
C. Pensamientos sobre este Asunto
Ambas posiciones tienen su mérito. El pro-
blema se origina cuando no se hace una
diferencia entre la división de algo en dos
partes y la distinción entre las diferentes
funciones. No podemos dividir totalmente el
chocolate de la vainilla en un helado combi-
nado, pero si podemos distinguir la diferen-
cia con facilidad. La verdad de la posición
dicotomista es que la naturaleza inmaterial
del hombre no está compuesta de dos partes
cortadas una llamada alma y otra llamada
espíritu. La naturaleza inmaterial del hom-
bre es una sola entidad. Por lo que al hablar
en términos generales acerca de la naturale-
za inmaterial del hombre, es perfectamente
correcto que usemos las palabras alma y
espíritu de forma intercambiable sin hacer
diferencia en su significado al igual que lo
9
Es la creencia del autor que aun una persona
que no es salva puede tener un espíritu. Tiene
uno, pero no está funcionando correctamente.
Existe una diferencia entre tener un automóvil y
tener un automóvil que funciona. Las personas no
salvas todavía tienen en su ser un lado espiritual
aunque su adoración sea falsa. (Considere el
concepto de un espíritu maligno y lea también 1
Cor. 2:11; 2 Cor. 7:1; Heb. 12:9; Santiago 4:5
para ver que la idea de que este “espíritu” puede
ser un espíritu malvado.)
hicieron los autores Bíblicos por lo general.
Sin embargo, podemos hacer una distinción
entre el alma y el espíritu si deseamos usar
un lenguaje preciso. En ciertos contextos, el
autor Bíblico, quiere ser técnico y preciso.
Por lo que él hace la distinción entre alma y
espíritu. En tales contextos, es mejor consi-
derar el alma como la composición inmate-
rial del hombre (intelecto, emoción, y volun-
tad) que tiene interacción con las cosas de
este mundo, consigo mismo y con otros
humanos. Espíritu se refiere a la composi-
ción inmaterial del hombre (intelecto, emo-
ción, y voluntad) que interactúa con las rea-
lidades no terrenales o sobrenaturales. La
verdad de la tricotomía es que las funciones
de la naturaleza inmaterial del hombre pue-
den distinguirse aún si la naturaleza inmate-
rial del hombre no está estrictamente dividi-
da en dos partes antitéticas.
VI.El Ser Físico del Hombre
A diferencia de la filosofía del dualismo
donde lo material se consideraba malvado y
lo espiritual bueno. La Biblia no condena al
cuerpo porque es físico. Ciertamente el
cuerpo puede estar controlado por el pecado
(Rom. 6:12-13), pero los cristianos no deben
considerar al cuerpo como malvado por na-
turaleza. El factor clave es de que manera la
persona usa el cuerpo. Se supone que debe
ser un “sacrificio santo” a Dios. (Rom. 12:1-
2), y para los creyentes el cuerpo es el tem-
plo donde hace su morada el Espíritu Santo
(1 Cor. 6:19-20).10
10
Para consultar temas relacionados con el valor
de los que no han nacido y la salvación de los
infantes, vea por favor Westcliff Bible Church
cassetes titulados El punto de vista de Dios acer-
ca de los que no han nacido (Marzo 10, 1985) y
también 2 Sam. 12:15-31 (Junio 17, 1987). Vea
también Steven Waterhouse, Las preguntas difí-
ciles de la vida (Amarillo TX, Westcliff Press,
2005) Capítulo 4.
No Solo de Pan
78
79
Capítulo 7
HAMARTIOLOGIA
La Doctrina del Pecado
BOSQUEJO
I. La Definición del Pecado 79
A. Descripciones Bíblicas del Pecado
1. Infracción de la Ley
2. Injusticia
3. Lo que no Proviene de la Fe
4. Altivez de Ojos, Orgullo de Co-
razón
5. Saber lo Bueno y no Practicarlo
6. Defraudar el Alma 80
B. Estudio de Palabras Selectas de
los Términos Usados en la Biblia
Para Definir el Pecado
1. Palabras Hebreas Instructivas
Usadas Para Definir el Pecado
a. Hatá (Pecado)
b. Pashá (Trasgresión)
c. Awón (Iniquidad)
d. Ra (Malvado)
e. Resumen de las Palabras Usa-
das en el Antiguo Testamento
2. Palabras Griegas que Instruyen
Usadas para Definir al Pecado 81
a. Hamartía, Harmartano (Pe-
cado)
b. Otras Palabras Además de
Hamartía
(1) Adikeo, Adikía (Injusticia)
(2) Paraptoma (Trasgresión,
Ofensa)
(3) Anomía (Infracción de la
Ley, Iniquidad)
(4) Parábasis (Trasgresión)
(5) Asebía (Impiedad) 82
(6) Kakós (Malo, Inicuo)
(7) Ponerós (Maligno)
3. Resumen
II. El Origen del Pecado
A. Origen del Pecado en el Universo
B. Origen del Pecado en la Raza Huma-
na
C. El Origen del Pecado en el Indivi-
duo
1. Transmisión del Pecado a Cada
Generación
a. La Posición Creacionista
b. El Concepto Traducia-
nista 83
2. Imputación, el Pecado de Adán a
Nosotros 84
a. El Punto de Vista Pelagiano
b. El Punto de Vista Semi
Pelagiano
c. El Punto de Vista de la Ca-
beza Universal
d. El Punto de Vista Agusti-
no, Punto de Vista Natural
o Seminal 86
e. Conclusiones en Cuanto a la
Imputación del Pecado de
Adán en Nosotros
III. La Extensión del Pecado
IV. Las dos Naturalezas del Creyente
A. Definición Precisa del Término
Naturaleza
B. La Vieja Naturaleza 87
C. La Nueva Naturaleza 88
HAMARTIOLOGIA:
LA DOCTRINA DEL
PECADO
I. La Definición del Pecado
A. Descripciones Bíblicas del Peca-
do
La Biblia no nos proporciona una definición
exhaustiva del pecado, pero si nos ofrece
varias descripciones del mismo.
No Solo de Pan
80
1. Infracción de la ley
...es infracción de la ley [1 Juan 3:4].
2. Injusticia
Toda injusticia es pecado...[1 Juan 5:17].
3. Lo que no Procede de fe
...y todo lo que no proviene de fe, es
pecado [Rom. 14:23].
4. Altivez de Ojos, Orgullo de Corazón
Altivez de ojos, y orgullo de corazón,
Y pensamiento de impíos, son pecado
[Prov. 21:4].
5. Saber Hacer lo Bueno y no Hacerlo
Y al que sabe hacer lo bueno, y no lo
hace, le es pecado. [Santiago 4:17].
6. Defraudar el alma
Mas el que peca contra mí, defrauda su
alma; (Prov. 8:36a).
B. Estudio de Palabras Selectas de los
Términos usados en la Biblia para defi-
nir al Pecado
1. Palabras Hebreas Instructivas Usadas
Para Definir el Pecado
a. Hatá – pronunciada Jatá (Pecado)
Esta es la palabra más común que se tradu-
ce pecado en el Antiguo Testamento. Apa-
rece aproximadamente 580 veces. En con-
textos seculares, se refiere a errar en el
blanco o en el camino Jueces. 20:16 habla
de hombres zurdos que tiraban piedras con
hondas y que podían dar en el blanco sin
fallar (literalmente ¡sin pecar!). Prov. 19:2
habla de un hombre apresurado (distraído)
que peca con sus pies, o sea que pasa por
alto el camino correcto al viajar. La palabra
en su contexto moral se refiere a “no vivir
según las expectativas,” “falla en respetar
los derechos e intereses de otros,” y “oposi-
ción personal fuerte”1
1
Vea Theological Word Book of the Old Tes-
tament, por Harris, Archer & Waltke, editores, 2
vols, (Moody Press, 1980) 1:277-79.
b. Pashá (Trasgresión)
Esta palabra aparece aproximadamente 93
veces como sustantivo y 41 veces como
verbo. En contextos políticos significa rebe-
larse contra la autoridad. (1 Reyes 12:19; 2
Reyes 3:7; 8:20). En contextos que se rela-
cionan con Dios, significa “rechazar la auto-
ridad de Dios,” “renunciar a la lealtad hacia
Dios.” La traducción más común en español
es “transgresión.”
c. Awón (Iniquidad)
Este sustantivo aparece 231 veces y como
verbo 17.2
La traducción principal en espa-
ñol es “iniquidad”. El significado básico es
“doblar, torcer, distorsionar.” Sal. 38:6 dice,
“Estoy encorvado estoy humillado en gran
manera….” Lam. 3:9 dice refiriéndose a la
disciplina de Dios “Cercó mis caminos con
piedra labrada, torció mis senderos.” En
contextos de comportamiento moral, la pa-
labra adquirió el significado de “comporta-
miento torcido, perversiones, infracciones,
iniquidad.” Es muy interesante que en la
mente hebrea haya una conexión fuerte e
inevitable entre la acción malvada y su cas-
tigo. Esta palabra iniquidad tiene un rango
de significado que incluye las ideas tanto del
acto como del castigo, ej. Isa. 53:6: “mas
Jehová cargó en él el pecado [el castigo por
la iniquidad] de todos nosotros.”3
Iniquidad
es una palabra colectiva que con frecuencia
se refiere a la suma de las malas obras
humanas más bien que a un pecado en parti-
cular.
d. Ra (malvado)
Esta palabra es usada aproximadamente 444
2
Ibid., 2:650-51.
3
La palabra hatá, tiene un rango de significa-
do que incluye la idea de castigo. Núm. 32:23
dice, “…vuestro pecado os alcanzará.” Esto in-
cluye la idea que el castigo de tu pecado te va a
encontrar. Es importante que el castigo y el peca-
do están claramente entrelazados ya que las pala-
bras usadas para pecado también pueden signifi-
car castigo.
Hamartiología: La Doctrina del Pecado
81
veces.4
Se contrasta con la palabra Hebrea
traducida bueno (tov - Gén. 3:5; Prov.
14:22). En usos no teológicos significa “rui-
na,” “lesión,” o “desastre” Ra describe al
ganado enfermo o débil (Gén. 41:21, 27),
agua o comida envenenada (2 Reyes 2:19;
4:41), calamidad (Isa. 45:7), mercancía “in-
servible” (Prov. 20:14), o un mal mensajero
(Prov. 13:17). Por esta palabra observamos
que el pecado causa lesiones y ruina para sí
mismo y para otros. Por eso ra no es acep-
table a Dios (Mal. 2:17). Tanto Dios como
Su pueblo deben despreciar la maldad y el
daño que esta causa. (Sal. 97:10; Prov.
8:13).
e. Resumen de las Palabras del Antiguo
Testamento
Los términos que el Antiguo Testamento usa
para pecado se refieren a la desviación de
una norma. Pecado es la falla en cumplir
con esa norma. “Trasgresión” es la rebelión
o desviación de la norma. “Iniquidad” es la
alteración de la norma al seleccionar una
manera perversa de vida.
2. Palabras Griegas que Instruyen Usadas
Para Describir el Pecado
a. Hamartía y Harmartano (Pecado, Pecar)
La familia de palabras de Hamartía es la
más común en el Nuevo Testamento. El
verbo aparece aproximadamente 43 veces y
el sustantivo 174 veces. En la Septuaginta,
hamartía regularmente se usa para traducir
la palabra Hebrea hatá (aproximadamente
238 veces).5
Esto indica que la palabra tiene
el significado básico de “errar o no dar en el
blanco.”
El uso en el Griego Antiguo de esta palabra
en la literatura secular confirma esta defini-
ción. Homero uso la palabra más de 100
4
Vea Basic Theology por Charles C. Ryrie,
(Wheaton, IL: Victor Books, 1986) 209.
5
Vea The Theological Dictionary of the New
Testament, por G. Kittel and G. Freidrich, eds.,
10 vols., (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Pu-
blishing Co., 1967) 1:268.
veces al referirse al guerrero que lanzaba su
lanza pero no daba en el blanco. Tucidides
usó la palabra para describir la incapacidad
de un poeta para exponer hábilmente un
tema en particular. Platón y Xenofón usaron
la palabra para subrayar un error ético.6
El trasfondo tanto del hebreo como del grie-
go clásico, indica una definición básica de
“no dar en el blanco.” Rom. 3:23 es el
ejemplo más claro de esta definición.
Por cuanto todos pecaron y están
destituidos de la gloria de Dios
[Rom. 3:23].
b. Otras Palabras Además de Hamartía
(1) Adikeo, Adikía (Injusticia)
El verbo es usado 26 veces y el sustantivo
otras 26 veces. Esta palabra significa “injus-
ticia” o “obrar mal.” También puede conte-
ner la idea de lastimar a otros. Es lo contra-
rio de la justicia, el carácter o las normas de
Dios. La letra alfa (a) al principio de la pa-
labra se llama alfa privativo e indica una
negación o una ausencia.
(2) Paraptoma (Transgresión, Ofensa)
Esta palabra se usa 21 veces en el Nuevo
Testamento. Viene de una palabra original
que significa “caer a un lado de (o junto a)”
(parapipto). Raramente se usa en el griego
clásico pero a veces se usa para denotar los
errores literarios. Polibio usó el sustantivo
para definir una “equivocación, o error.”7
La palabra en el Nuevo Testamento puede
usarse para señalar los pecados que no son
muy severos. (Gál. 6:1), pero este no siem-
pre es el caso (Ef. 2:1). Los traductores es-
pañoles normalmente traducen este término
como “transgresión” u “ofensa.” Aparente-
mente “caer a un lado de” es lo suficiente-
mente parecido a “no dar en el blanco” tanto
6
Ibid., 1:293; vea también Synonyms of the
New Testament, por Richard C. Trench,edición
reimpresa (Grand Rapids: Wm. B Eerdmans Pu-
blishing Co., 1976) 241.
7
Ibid. 246.
No Solo de Pan
82
que los dos significados son sinónimos. La
palabra trasgresión se relaciona entonces
con “tropezar” o “caer”.
(3)Anomía (Infracción de la Ley, Iniquidad)
Esta palabra se usa 15 veces. Significa ac-
tuar en contra de la ley o estar sin ley.
(4) Parábasis (Trasgresión)
Parábasis, a diferencia del pecado, ésta solo
puede llevarse a cabo cuando existe una ley
que se puede violar.8
Rom. 4:15 enseña,
que “donde no hay ley, no hay transgre-
sión.” (parábasis). De manera que, el termi-
no transgresión hace la aclaración que el
pecado humano no debería verse como un
error honesto o una falla natural humana. Es
también es una violación deliberada y vo-
luntaria de una ley conocida. En el griego
clásico, el término era usado para romper un
acuerdo, por ejemplo, un tratado de paz o
de rendición. Los significados originales de
las palabras que se traducen como “trasgre-
sión” eran “pasarse más allá de” o “pisar
encima de.”9
Parábasis generalmente se
traduce como “transgresión” y se encuentra
siete veces. También existe un término simi-
lar, llamado parábatis que se usa cinco ve-
ces.
(5)Asebía (Impiedad)
Se refiere a la acción de no dar a Dios lo que
es digno de El tanto en actitud como en ac-
ción. Esta palabra se usa seis veces.
(6) Kakós (Malo)
8
Rom. 5:13 enseña que el pecado se llevó a
cabo en la ausencia de la Ley. Sin embargo, Dios
en Su gracia no imputó los pecados personales en
la ausencia de la ley de Moisés. Antes de la ley,
los hombres murieron por causa del pecado de
Adán no por los pecados personales. Aunque el
pecado se lleve a cabo en la ausencia de la Ley,
la transgresión implica que se ha establecido un
límite moral (en este caso la ley).
9
Vea The Theological Dictionary of the New
Testament por G. Kittel and G. Freidrich, edito-
res, 10 vols. (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans
Publishing Co., 1967), 5:736 y ss.
Lázaro el mendigo experimentó cosas “ma-
las” en su vida mientras que el rico que no
era salvo experimentó cosas buenas (Lucas
16:25). Kakós también puede referirse a la
“mala” salud (Marcos 1:32). En el sentido
moral, esta palabra nos recuerda que el pe-
cado causa daño, heridas, que afectan a uno
mismo y a otros. Cuando la gente pecamino-
sa insiste en su libertad para pecar, lo que
realmente desean es libertad para destruirse
a sí mismos y a otros. El amor al dinero
puede conducir a todo tipo de males (1 Tim.
6:10).
(7) Ponerós (Malvado)
Esta palabra Griega que se traduce “malva-
do” tiene mucho en común con el término
anterior. Sin embargo, a menudo tiene la
idea adicional de involucrar activamente a
otros en el pecado a fin de que la corrupción
se haga extensa. La criatura “malvada” no se
satisface pecando en la soledad sino que,
desea promover la maldad e incluir a otros
en ella. Uno de los nombres de Satanás es
“el malo” o “el maligno” (Mateo. 13:19, 38;
1 Juan 2:13,14; 5:18).
3. Resumen
Se han ofrecido varias definiciones de peca-
do por los teólogos. La declaración siguiente
nos define clara y verdaderamente el pecado
en una sola oración: “Pecado es la transgre-
sión o la desobediencia al carácter santo de
Dios.”
II. El Origen del Pecado
A. El Origen del Pecado en el Universo
En la creación del hombre, los hijos de Dios
(los ángeles) se regocijaron (Job 38:7). Por
lo que, hasta ese momento, no existía
ningún pecado. Y como Dios declaró que
todo lo que había hecho era “bueno en gran
manera” aún en el sexto día (Gén. 1:31), es
muy probable que hasta ese momento del
tiempo no existía el pecado en el universo.
Del demonio se dice que él es el padre de la
mentira y el primer homicida (Juan 8:44). El
es el primer ser en la Biblia que se describe
Hamartiología: La Doctrina del Pecado
83
con pecado (Gén. 3:1, compárese con Ap.
12:9). En un momento del tiempo, El primer
pecado se llevo a cabo después de la crea-
ción del hombre pero con seguridad antes de
la tentación en el huerto de Edén. Quizás
exista una duda en cuanto al momento pre-
ciso del origen del pecado en el universo,
pero no existe duda en cuanto a la persona
que le dio origen. El demonio fue creado
perfecto pero la maldad se encontró en él,
(Ez. 28:12 y vss. siguientes). Ez. 28:17 dice
específicamente, “Se enalteció tu corazón a
causa de tu hermosura, corrompiste tu sabi-
duría a causa de tu esplendor…”
B. El Origen del Pecado en la Raza Huma-
na
El pecado se originó en la raza humana a
través de Adán, como ya lo hemos explicado
en el capítulo 6, “Antropología: La Doctrina
del Hombre”, págs. 68-75 (también véase,
Génesis 3; Rom. 5:12 y ss.; 1 Cor. 15:21y
ss.; 1 Tim. 2:14).
C. El Origen del Pecado en el Alma del
Individuo
El origen del pecado en el individuo implica
dos preguntas distintas. Primero, ¿Cómo es
que se transmite el principio (naturaleza)
del pecado en cada individuo que nace en el
mundo? Segundo, ¿Cómo puede ser que el
pecado de Adán en el Huerto de Edén ha
sido imputado a las personas que viven en el
mundo hoy?
1. La Transmisión del Pecado en Cada Ge-
neración
Para entender lo que la Biblia dice acerca de
la transmisión del pecado, es necesario su-
mergirnos en la materia más profunda del
origen (o transmisión) del alma humana.
Hay dos posiciones básicas acerca del ori-
gen del alma.
a. La Posición Creacionista
La posición creacionista sostiene que la ma-
dre y el padre hacen el cuerpo de un ser
humano según las leyes naturales de la pro-
creación. Sin embargo, el creacionista sos-
tiene que Dios crea, en un acto especial, el
alma en el momento que un bebe es conce-
bido e infunde esta alma en el cuerpo en
desarrollo. Los versículos que se usan para
apoyar esta idea a menudo se refieren a Dios
como el “Dios de los Espíritus” (Núm.
16:22; Ecl. 12:7; Isa. 57:16; Zac. 12:1; Heb.
12:9).10
Hay algunas debilidades importantes en la
posición creacionista con respecto al origen
del alma. Los versículos anteriores pueden
estar diciendo que Dios creó el alma huma-
na de una manera indirecta a través de la
reproducción natural. Esto es lo que sucede
en el desarrollo físico de un bebé que no ha
nacido. Por medio del proceso natural, los
padres son los que hacen cuerpos para sus
hijos, pero también es cierto hablando Bíbli-
camente que Dios es el creador del aspecto
físico de un niño (Sal. 139:13-16). Además,
Gén. 2:1 con su contexto posterior y Heb.
4:4 y ss., enseñan que Dios está descansan-
do de su trabajo creativo. Esto nos dificulta
el hecho de creer que Dios está creando mi-
les de almas nuevas cada día. Finalmente, la
objeción más fuerte a la posición creacionis-
ta es que da a entender que Dios es el que
crea el principio del pecado o que de alguna
manera haga que more en cada persona.
b. La Posición Traducianista
La posición traducianista sostiene que los
padres son los agentes principales en el ori-
gen de una nueva alma. Esta posición tiene
ventaja ya que sostiene que el pecado es
transmitido por los padres y no por un acto
específico de Dios. También mantiene que
Dios ha dejado de crear.
El traducianismo declara que los padres (por
medio de un proceso desconocido) generan
los elementos materiales e inmateriales del
hombre. Hay varios versículos que apoyan
10
Los que tienen la tradición Calvinista tien-
den a ser creacionistas. Queda bien con la idea de
Cabeza federal de la imputación de pecado y con
la teología del pacto.
No Solo de Pan
84
(pero no prueban el traducianismo). La tra-
ducción literal de Gén. 2:7 nos enseña que
“Dios... soplo en su nariz aliento de vida
(plural, vidas) a Adán. El plural puede suge-
rir que de alguna manera Adán tenía el po-
tencial de generar las naturalezas inmateria-
les de todos sus descendientes. Gén. 5:3
enseña que Adán engendró un hijo a su
imagen y semejanza. Parece que esto se re-
fiere a algo más que a una característica
física. Adán engendró un hijo a su imagen y
semejanza en lo que a una condición peca-
minosa se refiere. Varios versículos enseñan
que las personas son concebidas en pecado
(Sal. 51:5; 58:3; Job 14:1,4; 15:14; Ef. 2:1).
Nunca se menciona que Dios puso este pe-
cado en el alma de las personas en el mo-
mento de la creación. Al contrario, estos
versículos nos dan la impresión que ser
humano que no ha nacido hereda el pecado
de sus padres. Heb. 7:9,10 muestra que Dios
considera que las almas de los que no han
nacido están de alguna manera dentro de los
padres. (Dios considera que Leví paga
diezmos a Melquisedec a través de Abra-
ham, abuelo de Leví.) Esto apoya la idea
que las almas de los niños son producidas de
alguna manera por los padres en vez de por
creación directa de Dios. El pasaje clave de
la hamartiología es Rom. 5:12.11
Por tanto, como el pecado entró en el
mundo por un hombre, y por el peca-
do la muerte, así la muerte pasó a to-
dos los hombres, por cuanto todos
pecaron [Rom. 5:12].
La frase final “por cuanto todos pecaron”
favorece a una clase de participación más
bien real y no representativa en el pecado de
Adán. Esto se ajusta muy bien con el punto
de vista traducianista en el que los padres
producen de alguna, manera las almas de sus
11
Rom. 5:12 podría explicarse por la teoría
creacionista si se acepta la teoría federal de la
imputación.
hijos.12
Ya que la posición traducianista es la que
mejor explica la transmisión del alma
humana, también provee la mejor explica-
ción del origen del pecado dentro del indivi-
duo. La tendencia innata a pecar se transmi-
te de padres a hijos al igual que todos los
componentes básicos de la naturaleza inma-
terial del ser humano y al igual que el cuer-
po. La única excepción fue Jesucristo ya que
El fue concebido por el Espíritu Santo, y el
Espíritu Santo cubrió a María con su sombra
a fin de que Cristo naciera sin pecado. Para
todos los demás, el pecado del individuo se
origina de sus padres y hace su acto de pre-
sencia en el momento de la concepción13
2. La Imputación del Pecado de Adán a
Nosotros
Thiessen enseña que la teoría traducianista
acerca del origen del alma es suficiente para
contestar la interrogante ¿De qué manera
nos fue imputado el pecado de Adán?14
En
esto hay bastante verdad, si los padres pro-
ducen el alma de su hijo al igual que produ-
cen el cuerpo, entonces todos estuvimos
presentes de alguna manera misteriosa en el
momento en que Adán pecó. Aunque todos
los detalles son un misterio, fue nuestra pre-
sencia con nuestro padre Adán la que de
alguna forma contribuyó a la imputación del
pecado hacia nosotros. A través de los si-
glos se han expuesto varias teorías acerca de
la imputación del pecado. Será benéfico
12
La Teología luterana tiende hacia el Tradu-
cianismo.
13
El Autor cree que la madre transmite la natu-
raleza de pecado en la misma cantidad que lo
hace el padre. Aparentemente, fue la “cobertura
con la sombra del Espíritu Santo” lo que impidió
que María pasara el pecado a su hijo. Quizás la
ciencia en el futuro permitirá que se lleve a cabo
la producción de hijos sin la participación de los
varones. Tales seres también tendrán naturalezas
de pecado.
14
Lecturas en Teología Sistemática por Henry
Thiessen, (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans,
1949), 260.
Hamartiología: La Doctrina del Pecado
85
tratar este importante pero difícil tema más
detalladamente.
a. La posición Pelagianista
La posición Pelagianista mantiene que el
pecado de Adán solo le afectó a él. La única
relación que él tiene con nosotros es que es
un mal ejemplo. Los pelagianistas creen que
el alma es creada inocente sin ninguna ten-
dencia hacia el pecado. Solo el pecado per-
sonal y consciente puede acarrear condena-
ción a una persona. Esta posición no es de
ninguna manera Bíblica (véase el Capítulo
6, Págs. 72-77, “Antropología: La Doctrina
del Hombre” acerca de la depravación uni-
versal del hombre).
b. La Posición Semipelagiana
Los semipelagianistas sienten que cada
humano nace con una tendencia maligna
pero que no existe culpa o castigo a no ser
que exista la base de los actos personales y
conscientes de pecado. El pecado de Adán,
aunque causó una tendencia a pecar, no trajo
nada de culpa o condenación a sus descen-
dientes.
La enseñanza primordial de Romanos 5:14
es que todas las personas antes de la Ley de
Moisés experimentaron muerte física a cau-
sa del pecado de Adán. Aunque no había
Ley y las personas no eran responsabilizadas
por los pecados personales (véase Rom.
4:15; 5:13), la gente aún así moría física-
mente a causa del pecado de Adán. Por lo
tanto el pecado de Adán no solo causó ten-
dencias morales hacia la maldad en la raza
humana, sino que también se dice que fue el
factor principal de la culpa, la condenación,
y la muerte, tanto física como espiritual. La
posición Semipelagiana se basa más en los
razonamientos que en la exégesis.15
c. El Punto de Vista de la Cabeza Univer-
sal
Aquellos que proponen esta posición creen
15
Muchos metodistas tuvieron conceptos se-
mipelagianistas.
que el pecado de Adán es la causa de la rui-
na de la humanidad. Creen que el pecado de
Adán causó la naturaleza de pecado, la
muerte física y la espiritual. Nosotros somos
los receptores de la culpa y la condenación
por la caída del hombre en Edén.
Esta teoría también denominada teoría fede-
ral de la imputación mantiene que Adán fue
el representante de la raza humana. Esta
posición sostiene que Dios hizo un pacto
con Adán en el que él seria el representante
de toda la humanidad. Por eso, Adán “votó”
por todos nosotros de la misma manera que
los representantes en el congreso votan por
las leyes en nuestro lugar. Nosotros no te-
nemos una voz personal en la creación de la
ley, pero lo que nuestros representantes de-
ciden si nos afecta. Cuando Adán pecó, él
hizo una decisión por nosotros. A partir de
entonces, Dios consideró a todos los huma-
nos como pecadores culpables y creó a cada
alma con una naturaleza innata pecaminosa.
Es a causa de la decisión de nuestro repre-
sentante que heredamos la culpa, la conde-
nación, una naturaleza pecaminosa, y la
muerte. Ya que la posición de liderazgo
federal normalmente no considera que estu-
vimos presentes con Adán en la caída, la
posición federal es a menudo fusionada con
una posición creacionista en el origen del
alma (aunque el Traducianismo y la Posi-
ción de liderazgo federal acerca de la impu-
tación tal vez no sean mutuamente exclu-
yentes).
La teoría de la imputación según la posición
de liderazgo federal es seguramente orto-
doxa y probablemente tenga un elemento de
verdad. Tal vez Adán fue un representante.
Pero, aun hay varias debilidades. La Biblia
no habla de un pacto entre Dios y Adán
donde Adán seria el representante de toda la
humanidad. También, la posición de lide-
razgo federal normalmente tiene la tensión
de hacer a Dios directamente responsable
por crear cada alma con su naturaleza pe-
caminosa en vez de considerar que la natu-
raleza pecaminosa se origina directamente
de los padres remontándose por último en
No Solo de Pan
86
un sentido directo a Adán. Finalmente,
Romanos 5:12 no dice que todos son consi-
derados o tratados como pecadores porque
Adán fue nuestro representante. Dice que:
“...así la muerte paso a todos los hombres,
por cuanto todos pecaron.” Parece que hubo
un nivel de participación personal por parte
de “todos” cuando Adán pecó. Admitimos
que esto es difícil de explicar bajo cualquier
teoría de imputación del pecado; pero la
próxima posición se acerca más que la Posi-
ción federal.
d. El Punto de Vista Agustino, Natural, o
Seminal
Esta posición enseña que a causa de la uni-
dad de la raza humana, todos nosotros estu-
vimos presentes en un sentido latente cuan-
do Adán pecó. En realidad participamos en
su pecado. Por tanto, heredamos una natu-
raleza pecaminosa, la culpa, y la muerte a
causa del pecado de Adán (vea págs. 73-75).
Esta posición tiene ventaja porque no tiene
que apoyarse en la posición creacionista del
origen del alma. También nos considera
como teniendo por lo menos algún tipo de
participación en el primer pecado humano.
Admitimos que es muy difícil entender
cómo podemos ser responsables por estar
presentes en forma de germen dentro de
nuestro primer padre cuando el pecó. Sin
embargo, la posición Agustina permite que
haya por lo menos un poco de participación
en la caída, y por lo tanto, concuerda más
con el sentido de justicia y participación
actual que se implica en Rom. 5:12. El prin-
cipio de la posición seminal es establecido
en Heb. 7:9,10. La posición Agustina o Se-
minal concuerda mejor con la posición Tra-
ducianista del origen del alma y la transmi-
sión de la naturaleza pecaminosa.
e. Conclusiones en Cuanto a la Imputación
del Pecado de Adán a nosotros
Sin importar la posición que se adopte para
explicar como el pecado de Adán fue o pudo
haber sido imputado a nosotros, sabemos
que es un hecho Bíblico que Adán es la base
y causa inmediata de la depravación innata,
la culpa y la muerte física y espiritual de la
raza humana. Cualquier teoría que trata de
explicar este hecho debe luchar con la difi-
cultad de cómo es que podemos ser respon-
sabilizados por la trasgresión de Adán. Si él
era nuestro representante, nosotros no lo
elegimos como tal. Si estuvimos presentes
de alguna manera misteriosa cuando Adán
peco, no estuvimos de una manera cons-
ciente participando en la decisión que él
hizo. El estudiante de la Biblia que conside-
ra que el pecado innato del hombre tal vez
no sea la base de la condenación eterna se
acercará más a la solución del problema de
la justicia de Dios que nos imputa el pecado
de Adán.16
III. La Extensión del pecado
Consulta para este tema el Capítulo 6, “An-
tropología: La Doctrina del Hombre”, págs.
68-73.
IV.Las Dos Naturalezas del Creyente
A. Precisión al Usar el Término Naturaleza
Antes de usar los términos naturaleza vieja
y naturaleza nueva, seria benéfico definir lo
que se quiere decir cuando se usa la palabra
naturaleza. Si por naturaleza nos referimos
a la porción inmaterial del hombre, entonces
el término naturaleza está siendo usado
incorrectamente si hablamos de éste tema.
Cuando una persona es convertida a Cristo,
Dios no crea una nueva porción de “alma”
y la añade a las partes originales del alma.
Igualmente, en la muerte o la glorificación,
la parte inmaterial de nuestro ser (la natura-
leza pecaminosa antigua) no es podada y
abandonada en la tierra o en el infierno. Ya
que Dios ha terminado con su trabajo crea-
dor, no debemos pensar que El está creando
una nueva porción del alma (naturaleza nue-
va) en el momento de la conversión y la une
con el alma antigua. Los cristianos tampoco
deben verse a sí mismos como parcialmente
salvados, o sea como si la nueva naturaleza
16
vea el Capítulo seis, nota 5, págs. 70-72.
Hamartiología: La Doctrina del Pecado
87
(o porción del alma) es salvada y dirigida al
cielo, mientras nuestra naturaleza vieja (o
porción del alma) no es ni salvada ni dirigi-
da al cielo. Si el termino naturaleza no es
cuidadosamente definido, entonces surgirán
muchos conceptos falsos como este.
A lo que en realidad nos referimos con la
frase vieja naturaleza pecaminosa es a un
proceso de comportamiento o a un meca-
nismo de comportamiento que solo estaba
funcionando en la vida antes de salvación.
Este era el único proceso de comportamien-
to antes de fe en Cristo. La frase nueva na-
turaleza denota un proceso de comporta-
miento nuevo o un mecanismo de compor-
tamiento nuevo que también puede funcio-
nar en la vida de un creyente. La persona
que es salva es capaz de superar el dominio
inevitable del pecado y no vivir según el
patrón del proceso de comportamiento viejo.
Se pueden usar varios términos para descri-
bir los procesos de comportamiento y así
evitar los malos entendimientos al tratarse
de porciones concretas del alma humana:
Mecanismo de Mecanismo de
Comportamiento Comportamiento
Viejo……………………. Nuevo
Vieja Condición……… .Nueva Condición
De Pecado
Función Vieja…………..Función Nueva
Proceso Viejo…………...Proceso Nuevo
Los términos vieja naturaleza y nueva natu-
raleza serán retenidos en este estudio ya
que son en uso común. Aunque, deberían ser
usados para referirse a mecanismos o proce-
sos de comportamiento en vez de a partes
concretas del alma humana.
B. La Vieja Naturaleza
El material anterior ha demostrado que cada
persona nace con una tendencia hacia la
maldad. En personas que no son salvas el
principio de pecado (o naturaleza pecamino-
sa) es el que domina inevitablemente. El
Señor Jesús dice que el que no es salvo “es-
clavo es del pecado” (Juan 8:34-36) al igual
que Pablo (Rom. 6:14, 16-18, 20-22; 7:15,
25).17
Rom. 7:5 enseña: “Porque mientras
estábamos en la carne [cuando éramos no
salvos, vea Rom. 8:9 primera parte], las pa-
siones pecaminosas que eran por la ley
obraban en nuestros miembros llevando
fruto para muerte.” Rom. 6:14 implica que
antes de la salvación las personas están bajo
el dominio absoluto del mecanismo de pe-
cado.
¿Continúa en la vida del creyente la vieja
naturaleza, o sea este proceso de compor-
tamiento? La respuesta adecuada es “sí.” El
mecanismo de comportamiento viejo que
funciona inevitablemente en la vida de una
persona que no ha sido regenerada todavía
existe en el cristiano en el sentido que existe
la posibilidad y la opción para que éste fun-
cione. No sería correcto afirmar que el me-
canismo de pecado funciona igual que antes
de salvación. La situación es muy diferente
para el cristiano porque el ahora tiene una
nueva alternativa de mecanismo de compor-
tamiento. Antes de la salvación, el domino
del pecado era inevitable; después de la sal-
vación, el control del pecado es posible pero
no inevitable, y el control del pecado siem-
pre ocurre bajo el consentimiento del cre-
yente.
Tal vez una ilustración del cambio de posi-
ción del creyente sea de alguna ayuda. An-
tes de la Guerra Civil Americana, los escla-
vos estaban legalmente obligados a servir a
sus amos. No tenían ninguna opción. Esta-
ban inevitablemente bajo el dominio de su
amo.
Pero, después de la Proclamación de Eman-
cipación, el estado legal del esclavo cambió.
El esclavo ya no estaba obligado a servir a
su amo que en realidad ya no era su amo en
el sentido legal o por posición. Sin embargo,
aun después que se había otorgado la liber-
tad y se había obtenido la victoria, muchos
17
Rom. 7:25 es capaz de una clasificación
diferente, pero podría decirse que también se
refiere a la esclavitud de Pablo al pecado antes de
su conversión.
No Solo de Pan
88
esclavos se quedaron y siguieron sirviendo a
sus antiguos amos. Legalmente, ya no tenían
que hacerlo, pero en el sentido práctico ellos
consentían y permitían que el dominio de su
amo continuara aun después de que ya no
eran esclavos.
En el ámbito espiritual hay varias similari-
dades. Los cristianos ya no están bajo el
dominio del pecado por posición. Ya no
tienen que permitir que el viejo mecanismo
de comportamiento opere. A diferencia de
las personas que no son salvas, hay una al-
ternativa de un nuevo mecanismo de com-
portamiento. Sin embargo, los cristianos
todavía tienen la opción de escoger servir a
un amo anterior que en realidad no es un
amo en el sentido legal o posicional. El me-
canismo viejo, las condiciones viejas, y la
vieja naturaleza todavía existen en los cre-
yentes pero su poder inevitable y su dere-
cho posicional de autoridad han sido des-
truidos. Los textos que enseñan que la posi-
bilidad de pecar todavía existe en el creyen-
te son: Rom. 6:12,13; Gál. 5:13, 16-17; Fil.
3:12-15; Santiago 3:2 primera parte; 1 Juan
1:8, 10. Todos los mandamientos del Nuevo
Testamento que están en contra de pecar, y
todas las enseñanzas acerca de la necesidad
que los creyentes tienen del poder del Espí-
ritu Santo implican que los creyentes todav-
ía pecan.
C. La Nueva Naturaleza
Cuando las personas confían en Cristo, son
regeneradas o nacidas de nuevo (Juan 3:3-7;
Tito 3:5; Santiago 1:18; 1 Pedro. 1:3, 23;
Rom. 6:4) y son llamados hijos de Dios
(Juan 1:12; 1 Juan 5:1, 4; las imágenes de
adopción de Rom. 8:15, 16 y Gál. 4:5-7). El
nacimiento nuevo significa que al creyente
le es dado el compartir la vida de Dios com-
partir de la resurrección de Cristo (vea Rom.
6:1y ss.). Ya que un nuevo creyente compar-
te en la vida de Cristo y también es bautiza-
do en el nombre del Espíritu Santo que mo-
ra en él, hay un nuevo mecanismo de com-
portamiento disponible para él a través del
cual puede operar y vivir por medios dife-
rentes a los del pasado. El puede rendirse a
si mismo activamente a Dios y depender del
Espíritu Santo para tener la habilidad sufi-
ciente para vivir la vida de Cristo. (Rom.
6:11-13; Gál. 5:22-25).
Este nuevo mecanismo de comportamiento
es lo que comúnmente se denomina como
nueva naturaleza (vea Rom. 6:4-6; Ef. 4:24;
Col. 3:10). El cristiano tiene dos naturale-
zas en el sentido que tiene una opción o al-
ternativa de operar siguiendo el mecanismo
de comportamiento viejo que lo dominaba
antes de su conversión, o puede operar de
una manera nueva bajo el poder del Cristo
vivo y del Espíritu Santo que vive en él.
Ciertamente él es capaz de pecar pero tam-
bién es capaz de no pecar (Juan 8:36; Rom.
6:14; 1 Cor. 10:13). Dentro de amplias limi-
taciones el creyente puede decidir el proceso
que controle su cuerpo y alma.18
El cristiano
es libre, no en el sentido de no tener un amo
o Señor. Es libre en el sentido de que ahora
puede escoger obedecer a su nuevo Amo y
no ser esclavo del amo anterior.
18
Dios disciplinará al creyente si su compor-
tamiento es maligno. Sin embargo, dentro de
limitaciones, Dios le da la libertad de escoger el
pecado o la rectitud.
89
Capítulo 8
CRISTOLOGIA
La Doctrina de Cristo
BOSQUEJO
I. Preexistencia y Eternidad de Cristo 90
A. Declaraciones Directas con Respecto
a la Preexistencia de Cristo
B. Evidencia Indirecta de la Preexisten-
cia de Cristo
II. La Encarnación y el Nacimiento Virginal
91
A. La Encarnación
B. El Nacimiento Virginal
1. Prueba del Nacimiento Virginal
2. Importancia del Nacimiento Vir-
ginal
III. La Deidad de Cristo 92
A. A Cristo se le Llama “Dios” Direc-
tamente en los Textos
B. El Dios del Antiguo Testamentos
Equivale al Cristo del Nuevo Testa-
mento
1. Isa. 40:3/Lucas 1:76
2. Sal. 102:24-28/Heb. 1:8a, 10 93
3. Zac. 12:10/Ap. 1:7
4. Sal. 68:17-18/Ef. 4:7-8
5. Isa. 8:13-14/1 Pedro. 2:7-8
6. Isa. 6:1, 3/Juan 12:41-42
7. Joel 3:1-2/Mat. 25:31-32 94
8. Isa. 44:6/Ap. 22:13
C. El Angel del Señor del Antiguo Tes-
tamento era Dios y era Cristo
D. Cristo como Señor del Sábado
E. Cristo Hace Obras de Dios
1. Cristo Creador de Todas las Co-
sas
2. Cristo Preservador de Todas las
Cosas
3. Cristo el Autor de la Vida
4. Cristo el Juez de Toda la Tierra
95
5. Cristo Perdona Pecados
F. Cristo Posee Atributos de Dios
1. Cristo es Eterno y Auto existente
2. Cristo es Inmutable
3. Cristo es Omnipresente
4. Cristo es Omnisciente
5. Cristo es Omnipotente
G. Cristo Aceptó Adoración y sin Em-
bargo Enseño que Solo a Dios se de-
bería Adorar 97
H. Las Formulas Trinitarias Apoyan la
Deidad de Cristo
IV.La Humanidad de Cristo 98
A. Declaraciones Acerca de la Hu-
manidad de Cristo
B. Evidencia de la Humanidad de Cristo
1. Creció de la Infancia a la Madu-
réz
2. Experimentó Hambre como Hu-
mano, Comió Alimento
3. Estuvo Cansado
4. Lloró
5. Apareció como un Hombre Ordi-
nario
6. Tuvo un Cuerpo
7. El Sufrimiento, la Sangre, y la
Muerte Establecieron Su Huma-
nidad
C. El Significado de la Kenosis
D. Perpetuidad de la Humanidad de
Cristo
1. Sus Apariciones Después de la
Resurrección
2. Su Ascensión y su Manifestación
en Visiones Posteriormente 99
3. Por ser el Sumo Sacerdote To-
davía es Humano
4. Regresará como Hijo de David e
Hijo del Hombre
5. Los Creyentes serán, como Cristo
en el Arrebatamiento, Por lo tanto
El es Todavía Humano
V. La Tentación de Cristo
VI. Sus Nombres Mayores
A. Señor
B. Jesús
No Solo de Pan
90
C. Cristo 100
D. Hijo de Dios
E. Hijo del Hombre
F. La Palabra, o Palabra de Dios
G. Salvador
H. Cordero de Dios
I. Maestro 101
VII. Las Obras y los Oficios Mayores de
Cristo
A. El es Profeta
B. El es Sacerdote
C. El es Rey
D. Otros Oficios, Obras y Títulos 102
E. Cristo, el que Cumple la Ley
F. Las Obras de la Muerte de Cristo
G. La Resurrección
1. Acontecimientos Bíblicos, la
Resurrección 103
2. Los Hechos significativos de la
Resurrección
a. Demuestra la Deidad de Cris-
to
b. Comprueba que Dios estaba
Satisfecho
c. Establece una base para que
los Cuerpos de los Creyentes
sean resucitados
d. Significa que Cristo está vivo
e. Significa que los Creyentes
Nunca Podrán Morir en el
sentido Máximo
f. Significan que Cristo Viene
Otra Vez
3. La Naturaleza del Cuerpo de Re-
surrección de Cristo 104
H. La Ascensión, la Exaltación
y el Ministerio Presente de
Cristo
1. Cristo la Cabeza de la Iglesia
2. Sumo Sacerdote e Intercesor
3. Nuestro Abogado
4. Otorgador de Dones por Medio
del Espíritu Santo
I. La Obra de Cristo en la Segunda Ve-
nida
CRISTOLOGIA:
LA DOCTRINA DE CRISTO
I. La Preexistencia y Eternidad de Cristo
A. Declaraciones Directas Acerca de la
Preexistencia de Cristo
La Escritura no deja lugar a dudas en cuanto
a que Cristo no comenzó Su existencia co-
mo un bebé en Belén. El Señor Jesucristo ya
existía en la eternidad pasada. Cristo mismo
afirmó varias veces que él ya había existido
previamente y que había venido a la tierra
procedente de Dios que está en el cielo
(Juan 3:13; 6:38, 41, 42, 50, 51, 58; 7:29;
8:23, 42). El libro de Apocalipsis declara
que Cristo es el “primero y el último, el
principio y el fin” (Ap. 1:8, 17; 2:8; 21:6;
22:13).
Porque un niño nos es nacido, hijo
nos es dado, y el principado sobre su
hombro; y se llamará su nombre
Admirable, Consejero, Dios Fuerte,
Padre Eterno, Príncipe de Paz. [Isa.
9:6].
“Pero tú, Belén Efrata, pequeña para
estar entre las familias de Judá, de ti
me saldrá el que será Señor en Israel;
y sus salidas son desde el principio,
desde los días de la eternidad”
[Miqueas 5:2].
En el principio era el Verbo, y el
Verbo era con Dios, y el Verbo era
Dios. Este era en el principio con
Dios. Todas las cosas por él fueron
hechas, y sin él nada de lo que ha si-
do hecho, fue hecho. [Juan 1:1-3].
Jesús les dijo: De cierto, de cierto os
digo: Antes que Abraham fuese, yo
soy [Juan 8:58].
Porque en él [Cristo] fueron creadas
todas las cosas, las que hay en los
cielos y las que hay en la tierra, visi-
bles e invisibles; sean tronos, sean
dominios, sean principados, sean po-
testades; todo fue creado por medio
Cristología: La Doctrina de Cristo
91
de él y para él. Y él es antes de to-
das las cosas, y todas las cosas en él
subsisten; [Col. 1:16-17].
El cual, siendo en forma de Dios...
[Fil. 2:6].
Mas del Hijo dice: ...Tú, oh Señor,
en el principio fundaste la tierra, y
los cielos son obra de tus manos.
[Heb. 1:8, 10].
B. Evidencia Indirecta de la Preexistencia
de Cristo.
El Antiguo Testamento declara que el Angel
del Señor es Dios.1
Sin embargo, Juan 1:18
enseña que nadie ha visto a Dios el Padre y
que Dios el Hijo es el revelador del Padre.2
Por lo tanto el Angel de Jehová del Antiguo
Testamento es el Cristo preexistente (vea
Capítulo 2, “Teología Propia: La Doctrina
de Dios”).
II. La Encarnación y el Nacimiento Virginal
El Preexistente Hijo de Dios se hizo carne
humana al nacer de una virgen. Y además.
esta encarnación es permanente ya que Cris-
to es todavía humano.
El poseerá una naturaleza humana y un
cuerpo glorificado por toda la eternidad
(Zac. 12:10; Hechos 1:11).
A. La Encarnación
Los pasajes que enseñan que Cristo se hizo
humano son demasiado numerosos como
para enlistarlos todos aquí; sin embargo, en
esta lista parcial incluiremos a: Gén. 3:15;
Isa. 9:6-7; Mat. 1:23; Lucas 2:11; Juan 1:14;
Rom. 8:3; Gál. 4:4; Fil. 2:6 y ss.; Col. 1:22;
2:9; 1 Tim. 3:16; Heb. 2:14; 10:5.
Y aquel Verbo fue hecho carne, y
1
Vea Gén. 16:13, 22:11-12; Ex. 3:2,6; Jueces 2:1,
6:11-16, 13:21-22.
2
Vea también 1 Tim. 1:17, 6:16; Juan 6:46; 1
Juan 4:12 acerca del tema: nadie ha visto a Dios
el Padre. Una comparación de Juan 8:58 con
Exodo 3:14 muestra también la existencia preen-
carnada de Cristo.
habitó entre nosotros (y vimos su
gloria, gloria como del unigénito del
Padre), lleno de gracia y de verdad
[Juan 1:14].
Pero cuando vino el cumplimiento
del tiempo, Dios envió a su Hijo, na-
cido de mujer y nacido bajo la ley,
[Gál. 4:4].
Así que, por cuanto los hijos partici-
paron de carne y sangre, él también
participó de lo mismo, para destruir
por medio de la muerte al que tenía
el imperio de la muerte, esto es, al
diablo, [Heb. 2:14].
B. El Nacimiento Virginal
1. Prueba del Nacimiento Virginal
El pasaje clásico de Isaías 7:14 predice con
claridad un nacimiento virginal. La palabra
Hebrea almah tiene una gama de significa-
dos la cual incluye la palabra virgen. En
Gén. 24:16, A Rebeca se le llama bethulah,
un término que según el consenso general
significa virgen. Después en el verso 43 se
dice que ella es una almah. Por consiguien-
te, la palabra hebrea almah puede significar
virgen.3
Los traductores de la Septuaginta
tradujeron la palabra almah de Isa. 7:14
como parthenos, o sea, virgen. Ellos enten-
dieron que el contexto de Isaías demanda
una señal que no es muy usual. Demanda
algo que se puede comparar con la expre-
sión “profundo como el Seol o alto como
los cielos” (Isa. 7:11). No es extraño que
una mujer joven conciba y dé a luz; pero lo
que Isaías predice si está fuera de lo común,
el predice el nacimiento virginal.
El Nuevo Testamento usa la Palabra part-
henos (virgen) al referirse a María tres ve-
ces: Mat. 1:23 y dos veces en Lucas 1:27.
Además, existen frases bastante descriptivas
3
La palabra Ugarítica, “almah” puede también
referirse a una virgen. Vea el Ugartic Handbook
de Cyrus H. Gordon, (Roma: Instituto Bíblico
pontificio, 1965) 183.
No Solo de Pan
92
que dejan al lector objetivo sin ninguna du-
da en cuanto al significado de parthenos.
Estas son lo suficientemente claras de mane-
ra que no podemos pasarlas por alto:
... antes que se juntasen... [Mat.
1:18].
Pero no tuvo relaciones conyugales
con ella. ..[Mat. 1:25NVI].
“Entonces María dijo al ángel:
¿Cómo será esto? pues no conozco
varón.” [Lucas 1:34].
La negación del nacimiento virginal no es
un error honesto de interpretación sino una
negación de una doctrina Bíblica clara y
reiterada.
2. La Importancia del Nacimiento Virginal
Quizás algunos desatentos pudieran clasifi-
car el nacimiento virginal como una doctrina
secundaria. La verdad es que el nacimiento
virginal es inseparable de las doctrinas prin-
cipales de la Cristología. Si se niega el na-
cimiento virginal, también debe negarse la
deidad de Cristo, ya que El no sería diferen-
te a cualquier ser humano. Sin el nacimiento
virginal, sin el “cubrimiento de la sombra” o
sea la concepción mediante el Espíritu San-
to, sería imposible apoyar la impecabilidad
de Cristo. Estos dos principios a su vez afec-
tarían la doctrina de la expiación de Cristo.
Si El no fuera Dios, El no tendría la capaci-
dad de morir por toda la humanidad o de
cargar con el castigo eterno en unas cuantas
horas. Si él no estuviera sin pecado, El no
hubiera podido calificar para ser el Salva-
dor. El nacimiento virginal es clasificado
apropiadamente como uno de los fundamen-
tos de la fe.
III. La Deidad de Cristo
La marca principal de un culto es que niega
la Deidad de Cristo lo cual es increíble es-
pecialmente cuando consideramos la evi-
dencia Bíblica tan extensa que apoya esta
verdad.
A. A Cristo se le Llama “Dios” Directamen-
te en los Textos Bíblicos.
A Cristo se le llama Dios u otros términos
que indican Deidad directamente, en mu-
chos textos (vea Isa. 7:14; Sal. 110:1; Jer.
23:5-6; Mat. 1:23; Juan 5:18; 8:58; 10:30;
14:9; Hechos 16:31-34; Rom. 9:5; 2 Cor.
4:4; Fil. 2:5-8; Col. 1:15a; Heb. 3:4 se en-
tiende por el contexto; 2 Pedro 1:1; 2:20).
Porque un niño nos es nacido, hijo
nos es dado, y el principado sobre su
hombro; y se llamará su nombre
Admirable, Consejero, Dios Fuerte,
Padre Eterno, Príncipe de Paz. [Isa.
9:6].
En el principio era el Verbo, y el
Verbo era con Dios, y el Verbo era
Dios. [Juan 1:1].
A Dios nadie le vio jamás; el unigé-
nito Hijo, que está en el seno del Pa-
dre, él le ha dado a conocer. [Juan
1:18].
Entonces Tomás respondió y le dijo:
“¡Señor mío, y Dios mío!” [Juan
20:28].
“Por tanto, mirad por vosotros, y por
todo el rebaño en que el Espíritu
Santo os ha puesto por obispos, para
apacentar la iglesia del Señor, la
cual él ganó por su propia sangre.”
[Hechos 20:28].
Porque en él habita corporalmente
toda la plenitud de la Deidad [Col.
2: 9].
Aguardando la esperanza bienaven-
turada y la manifestación gloriosa de
nuestro gran Dios y Salvador Jesu-
cristo, [Tito 2:13].
El cual, siendo el resplandor de su
gloria, y la imagen misma [en Grie-
go, carácter, tal como sucede en una
máquina de escribir en donde se im-
prime el mismo tipo exacto que está
en el teclado] de su sustancia...
Cristología: La Doctrina de Cristo
93
[Heb. 1:3].
Mas del Hijo dice: “Tu trono, oh
Dios, por el siglo del siglo; Cetro de
equidad es el cetro de tu reino” [Heb.
1:8].
Pero sabemos que el Hijo de Dios ha
venido, y nos ha dado entendimiento
para conocer al que es verdadero; y
estamos en el verdadero, en su Hijo
Jesucristo. Este es el verdadero
Dios, y la vida eterna [1 Juan 5:20].
B. El Dios del Antiguo Testamento Equiva-
le al Cristo del Nuevo Testamento
En varias ocasiones el Dios del Antiguo Tes-
tamento es equiparado con Jesucristo del
Nuevo Testamento.4
1. Isa. 40:3/Lucas 1:76
Voz que clama en el desierto: Prepa-
rad camino a Jehová; enderezad cal-
zada en la soledad a nuestro Dios...”
“Y tú, niño, profeta del Altísimo
serás llamado; Porque irás delante de
la presencia del Señor, para prepa-
rar sus caminos.”
Cuando Juan el Bautista preparó los corazo-
nes para Jesús, el estaba anunciando la ve-
nida de Dios.
2. Sal. 102:24-28/Heb. 1:8a, 10-12
Dije: Dios mío, no me cortes en la
mitad de mis días; Por generación de
generaciones son tus años. Desde el
principio tú fundaste la tierra, Y los
cielos son obra de tus manos. Ellos
perecerán, mas tú permanecerás; Y
todos ellos como una vestidura se
envejecerán; Como un vestido los
mudarás, y serán mudados; Pero tú
eres el mismo, Y tus años no se aca-
4
Existe otro pasaje paralelo entre Jer. 23:1-6, Jer.
33:15-16 y 1 Cor. 1:30 donde al SEÑOR del An-
tiguo Testamento y al Cristo del Nuevo Testa-
mento se les llama “justicia”.
barán. Los hijos de tus siervos habi-
tarán seguros, Y su descendencia
será establecida delante de ti.
Mas del Hijo dice: ... Tú, oh Señor,
en el principio fundaste la tierra, y
los cielos son obra de tus manos.
Ellos perecerán, mas tú permaneces;
Y todos ellos se envejecerán como
una vestidura, y como un vestido los
envolverás, y serán mudados; Pero tú
eres el mismo, y tus años no aca-
barán
3. Zac. 12:10/ Ap. 1:7
“Y derramaré sobre la casa de David,
y sobre los moradores de Jerusalén,
espíritu de gracia y de oración; y mi-
rarán a mí, a quien traspasaron, y
llorarán como se llora por hijo
unigénito, afligiéndose por él como
quien se aflige por el primogénito.”
He aquí que viene con las nubes, y
todo ojo le verá, y los que le traspa-
saron; y todos los linajes de la tierra
harán lamentación por él [Jesucristo].
Sí, amén.
4. Sal. 68:17-18/Ef. 4:7-8
Los carros de Dios se cuentan por
veintenas de millares de millares; El
Señor viene del Sinaí a su santuario.
Subiste a lo alto, cautivaste la cauti-
vidad, tomaste dones para los hom-
bres, y también para los rebeldes, pa-
ra que habite entre ellos JAH Dios.
Pero a cada uno de nosotros fue dada
la gracia conforme a la medida del
don de Cristo. Por lo cual dice: Su-
biendo a lo alto, llevó cautiva la cau-
tividad, Y dio dones a los hombres.
5. Isa. 8:13-14/1 Pedro 2:7-8
“A Jehová de los ejércitos, a él san-
tificad; sea él vuestro temor, y él sea
vuestro miedo. Entonces él será por
santuario; pero a las dos casas de Is-
No Solo de Pan
94
rael, por piedra para tropezar, y por
tropezadero para caer...
En Isaías, la roca es el Señor de los ejér-
citos.
Para vosotros, pues, los que creéis, él
es precioso; pero para los que no cre-
en, La piedra que los edificadores
desecharon, Ha venido a ser la cabe-
za del ángulo; y: Piedra de tropiezo,
y roca que hace caer...
En 1 de Pedro, la roca es Cristo.
6. Isa. 6:1, 3/Juan 12:41-42
En el año que murió el rey Uzías vi
yo al Señor sentado sobre un trono
alto y sublime, y sus faldas llenaban
el templo.... Y el uno al otro daba
voces, diciendo: Santo, santo, santo,
Jehová de los ejércitos; toda la tie-
rra está llena de su gloria.
Isaías dijo esto cuando vio su gloria,
y habló acerca de él. Con todo eso,
aun de los gobernantes, muchos cre-
yeron en él; pero a causa de los fari-
seos no lo confesaban, para no ser
expulsados de la sinagoga
7. Joel 3:1-2/Mat. 25:31-32
“Porque he aquí que en aquellos
días... reuniré [Dios] a todas las
naciones...”
“Cuando el Hijo del Hombre venga
en su gloria, y todos los santos ánge-
les con él, entonces se sentará en su
trono de gloria, y serán reunidas de-
lante de él todas las naciones; y
apartará los unos de los otros, como
aparta el pastor las ovejas de los ca-
britos.
8. Isa. 44:6/Rev. 22:13
“...Yo soy el primero, y yo soy el
postrero, y fuera de mí no hay Dios”
(Vea también Isa. 41:4 y 48:12.)
“Yo soy el Alfa y la Omega, el prin-
cipio y el fin, el primero y el últi-
mo.”
(Vea también Ap. 1:8, 17.)
C. El Ángel del SEÑOR del Antiguo
Testamento era Dios y era Cristo
Cristo declaró que ningún hombre había
visto a Dios el Padre (Juan 1:18, 6:46).5
Sin
Embargo, existen muchas Teofanías (apari-
ciones de Dios) en el Antiguo Testamento
(Gén. 16:13; 18:1; 31:13; 32:30; Ex. 3:6;
Jue. 2:1; 6:14-16; 13:22).6
Tal parece que
todas las teofanías del Antiguo Testamento
(incluyendo las del Angel del Señor) eran
manifestaciones de Cristo. Este hecho esta-
blece indirectamente que Cristo es Dios.
D. Cristo Como el Señor del Sábado
Debido al lugar tan prominente que tuvo el
sábado bajo el sistema del Antiguo Testa-
mento, el titulo “Señor del Sábado” es un
título bastante impresionante. El reclamo de
tener autoridad sobre el Sábado es un recla-
mo a tener la autoridad misma de Dios (vea
también Mat. 12:8; Lucas 6:5).
Por tanto, el Hijo del Hombre es Se-
ñor aun del día de reposo. [Marcos
2:28].
E. Cristo Hace las Obras de Dios
1. Cristo como Creador de todas las Cosas
Entonces dijo Dios: Hagamos al
hombre a nuestra imagen, conforme
a nuestra semejanza... [Gén. 1:26].
Todas las cosas por él fueron hechas,
y sin él nada de lo que ha sido hecho,
fue hecho. [Juan 1:3].
Porque en él fueron creadas todas las
5
Vea también los versículos del pie de la nota 2
6
Vea también los versículos del pie de la nota 1.
Algunas teofanías del Antiguo Testamento no
usan el nombre Angel del Señor. A esto se debe-
que hayamos enlistado aquí algunos versículos
adicionales (ej., Gén. 18:1).
Cristología: La Doctrina de Cristo
95
cosas, las que hay en los cielos y las
que hay en la tierra, visibles e invisi-
bles; sean tronos, sean dominios, se-
an principados, sean potestades; todo
fue creado por medio de él y para él.
[Col. 1:16].
Más del Hijo dice... Tú, oh Señor, en
el principio fundaste la tierra, y los
cielos son obra de tus manos. [Heb.
1:8a, 10].
2. Cristo el Preservador de Todas las Cosas
Y él es antes de todas las cosas, y to-
das las cosas en él subsisten; [Col.
1:17].
El cual, siendo el resplandor de su
gloria, y la imagen misma de su sus-
tancia, y quien sustenta todas las
cosas con la palabra de su poder...
[Heb. 1:3].
3. Cristo el Autor de la Vida
En él estaba la vida, y la vida era la
luz de los hombres. [Juan 1:4].
“Porque como el Padre tiene vida en
sí mismo, así también ha dado al
Hijo el tener vida en sí mismo”
[Juan 5:26].
Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección
y la vida; el que cree en mí, aunque
esté muerto, vivirá. [Juan 11:25].
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la
verdad, y la vida; nadie viene al Pa-
dre, sino por mí. [Juan 14:6].
Y matasteis al Autor de la vida, a
quien Dios ha resucitado de los
muertos, de lo cual nosotros somos
testigos. [Hechos 3:15].
Porque así como en Adán todos mue-
ren, también en Cristo todos serán
vivificados. [1 Cor. 15:22].
4. Cristo el Juez de Toda la Tierra
Note que Dios es el Juez en Gén. 18:25 y
Sal. 9:7-8, pero todo juicio ha sido dado al
Hijo. Por lo tanto el Hijo debe ser Dios.
Cuando el Hijo del Hombre venga
en su gloria, y todos los santos ánge-
les con él, entonces se sentará en su
trono de gloria, y serán reunidas de-
lante de él todas las naciones... [Mat.
25:31-32].
Porque el Padre a nadie juzga, sino
que todo el juicio dio al Hijo, [Juan
5:22].
Por cuanto ha establecido un día en
el cual juzgará al mundo con justi-
cia, por aquel varón a quien de-
signó, dando fe a todos con haberle
levantado de los muertos. [Hechos
17:31].
Y a vosotros que sois atribulados, da-
ros reposo con nosotros, cuando se
manifieste el Señor Jesús desde el
cielo con los ángeles de su poder, en
llama de fuego, para dar retribu-
ción a los que no conocieron a Dios,
ni obedecen al evangelio de nuestro
Señor Jesucristo;[2 Tes.1:7-8].
5. Cristo Perdona el Pecado
Al ver él la fe de ellos, le dijo: Hom-
bre, tus pecados te son perdonados.
Entonces los escribas y los fariseos
comenzaron a cavilar, diciendo:
¿Quién es éste que habla blasfemias?
¿Quién puede perdonar pecados
sino sólo Dios? Jesús entonces, co-
nociendo los pensamientos de ellos,
respondiendo les dijo: ¿Qué caviláis
en vuestros corazones? ¿Qué es más
fácil, decir: Tus pecados te son per-
donados, o decir: Levántate y anda?
Pues para que sepáis que el Hijo del
Hombre tiene potestad en la tierra
para perdonar pecados... [Lucas
5:20-24].
Y vuelto a la mujer, dijo a Simón:
¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y
No Solo de Pan
96
no me diste agua para mis pies; mas
ésta ha regado mis pies con lágrimas,
y los ha enjugado con sus cabellos.
No me diste beso; mas ésta, desde
que entré, no ha cesado de besar mis
pies. No ungiste mi cabeza con acei-
te; mas ésta ha ungido con perfume
mis pies. Por lo cual te digo que sus
muchos pecados le son perdonados,
porque amó mucho; mas aquel a
quien se le perdona poco, poco ama.
Y a ella le dijo: Tus pecados te son
perdonados. Y los que estaban jun-
tamente sentados a la mesa, comen-
zaron a decir entre sí: ¿Quién es
éste, que también perdona peca-
dos? [Lucas 7:44-49].
(Vea también Mat. 9:1-6; Marcos 2:5 y ss.)
F. Cristo Posee los Atributos de Dios
1. Cristo es Eterno y Auto existente
Pero tú, Belén Efrata, pequeña para
estar entre las familias de Judá, de ti
me saldrá el que será Señor en Israel;
y sus salidas son desde el principio,
desde los días de la eternidad. [Mi-
queas 5:2].
En el principio era el Verbo, y el
Verbo era con Dios, y el Verbo era
Dios. [Juan 1:1].
Jesús les dijo: De cierto, de cierto os
digo: Antes que Abraham fuese, yo
soy. [Juan 8:58].
Yo soy el Alfa y la Omega, el prin-
cipio y el fin, el primero y el últi-
mo. [Ap. 22:13].
(Vea también Isa. 9:6; Juan 5:26.)
2. Cristo es Inmutable
Mas del Hijo dice:...Pero tú eres el
mismo, Y tus años no acabarán.
[Heb. 1:8a, 12b].
Jesucristo es el mismo ayer, y hoy,
y por los siglos [Heb. 13:8].
3. Cristo es Omnipresente
Porque donde están dos o tres con-
gregados en mi nombre, allí estoy yo
en medio de ellos. [Mat. 18:20].
Enseñándoles que guarden todas las
cosas que os he mandado; y he aquí
yo estoy con vosotros todos los
días, hasta el fin del mundo. Amén.
[Mat. 28:20].
Respondió Jesús y le dijo: El que me
ama, mi palabra guardará; y mi Padre
le amará, y vendremos a él, y hare-
mos morada con él. [Juan 14:23].
Aquel que todo lo llena en todo [Ef.
1:23].
(Vea Heb.13:5b.)
4. Cristo es Omnisciente
Pero Jesús mismo no se fiaba de
ellos, porque conocía a todos, [Juan
2:24].
Ahora entendemos que sabes todas
las cosas... [Juan 16:30].
...y le respondió: Señor, tú lo sabes
todo; [Juan 21:17].
(Vea Mat. 12:25; Marcos 2:8; 9:34; Lucas
5:22; 6:8; 7:39ff.; 9:47; 11:17; Juan 1:47-
48; 4:17-19 que relatan las habilidades de
Cristo para leer el pensamiento.)
5. Cristo es Omnipotente
Y Jesús se acercó y les habló dicien-
do: Toda potestad me es dada en el
cielo y en la tierra. [Mat. 28:18].
Como le has dado potestad sobre
toda carne, para que dé vida eterna a
todos los que le diste. [Juan 17:2].
Sobre todo principado y autoridad
y poder y señorío, y sobre todo nom-
bre que se nombra, no sólo en este
siglo, sino también en el venidero;
[Ef. 1:21].
Cristología: La Doctrina de Cristo
97
El cual transformará el cuerpo de la
humillación nuestra, para que sea
semejante al cuerpo de la gloria suya,
por el poder con el cual puede tam-
bién sujetar a sí mismo todas las
cosas. [Fil. 3:21].
Y vosotros estáis completos en él,
que es la cabeza de todo principado
y potestad. [Col. 2:10].
El cual, siendo el resplandor de su
gloria, y la imagen misma de su sus-
tancia, y quien sustenta todas las
cosas con la palabra de su poder...
[Heb. 1:3].
Yo soy el Alfa y la Omega, principio
y fin, dice el Señor, el que es y que
era y que ha de venir, el Todopode-
roso. [Ap.1:8; vea también Ap. 1:17
y 22:13 para identificar a Jesús como
el sujeto de Ap. 1:8].
G. Cristo Aceptó Adoración Aunque El
Enseñó que solo Dios debería ser Adorado
Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás,
porque escrito está: Al Señor tu Dios
adorarás, y a él sólo servirás. [Mat.
4:10].
Entonces los que estaban en la barca
vinieron y le adoraron, diciendo:
Verdaderamente eres Hijo de Dios.
[Mat. 14:33].
Oyó Jesús que le habían expulsado; y
hallándole, le dijo: ¿Crees tú en el
Hijo de Dios? Respondió él y dijo:
¿Quién es, Señor, para que crea en
él? Le dijo Jesús: Pues le has visto, y
el que habla contigo, él es. Y él dijo:
Creo, Señor; y le adoró. [Juan 9:35-
38].
Entonces Tomás respondió y le dijo:
¡Señor mío, y Dios mío! [Juan
20:28].
(Vea también Ex. 34:14; Isa. 42:8.)
H. Las fórmulas trinitarias que relacionan a
Cristo con el Triuno Dios apoyan la Deidad
de Cristo. (Estas las enlistamos en el Capítu-
lo Dos, “Teología Propia: La Doctrina de
Dios”, pág.20.)7
7
Algunos cultos hacen mal uso de los términos
“primogénito” (Rom. 8:29; Col. 1:15, 18; Heb.
1:6; Ap. 1:5) y “unigénito” (Juan 1:14, 18; 3:16,
18; 1 Juan 4:9) para enseñar que Cristo fue el
primero de los seres creados.
No existe argumento en cuanto a que la pala-
bra “primogénito” pueda referirse a nacimiento.
Esto sucede en Mat. 1:25 (en algunos manuscri-
tos) y Lucas 2:7. Sin embargo, en algunos con-
textos la palabra tiene muy poco o nada que ver
con nacimiento u origen. Significa “supremo,
principal, honorable.” La palabra hebrea que se
traduce primogénito se usa en Job 18:13, “el
primogénito de los muertos,” e Isa. 14:30, “el
primogénito de los pobres,” (vea las notas al
margen de la Biblia de las Américas). En cada
caso la idea del tiempo de nacimiento se ha eli-
minado por la idea de supremacía ya que en el
pensamiento hebreo “primogénito” denota la idea
de supremacía en cuanto al asunto de la herencia.
En Job 18:13, “el primogénito de la muerte”
significa “la más mortífera de las enfermedades”
y en Isa. 14:30, “los primogénitos de los pobres”
significa el más pobres. En la LXX prototokos,
que por cierto es la misma palabra que se usa
acerca de Cristo en el Nuevo Testamento, a veces
enfatiza una posición que tiene muy poco o nada
que ver con origen. Israel es el “primogénito” de
las naciones aunque no fue la primera nación
hablando en términos de tiempo u origen. Este
término significa que Israel tiene supremacía
sobre las otras naciones (Ex. 4:22; Jer. 31:9; 38:9
en la LXX). Deut 21:16 habla de la posibilidad
teórica de hacer que un hijo que ha nacido en
segundo lugar sea el “primogénito” en cuanto a
rango se refiere. También, Sal. 89:27 (88:27 en la
LXX) enseña que Dios va a hacer de David (y su
descendencia) su primogénito. Esto se refiere al
rango supremo de David y no tiene nada que ver
con el tiempo de nacimiento u origen. Algunas
traducciones de la LXX usan el título primogéni-
to en la frase “caudillo de los treinta” al referirse
a los hombres valientes de David (1 Crón. 11:11).
Los usos no bíblicos de la palabra arrojan
también luz a la gama de significados de la mis-
ma. En 4 Esdras 6:58, a Israel se le llama “mi
primogénito, único, elegido y amado.” Aquí
también, la palabra prototokos se refiere a rango,
No Solo de Pan
98
posición y supremacía. El Rabí Bechai escribió,
“Dios es el primogénito del mundo” [vea J. B.
Lightfoot, Las Epístolas de San Pablo a los Co-
losenses y a Filemón. Ed. rev. (Grand Rapids:
Zondervan, 1977) págs. 146-47]. Esto significa
que Dios es supremo, de ninguna manera signifi-
ca que Dios es nacido. Los padres de la iglesia
primitiva le llamaron al hereje Marcion “el pri-
mogénito de Satanás.” Lo cual significa que el
era uno de los principales obreros satánicos y no
tiene nada que ver con nacimiento. (Policarpo,
citado por Ireneo, Contra Herejías, 3:3:4. Para
finalizar, a los hijos adoptivos también se les
puede llamar primogénitos. El Diccionario Te-
ológico del Nuevo Testamento cita un antiguo
documento de adopción que dice “a fin de que
sea tu hijo genuino y primogénito como el que es
engendrado de tu propia sangre.” Vea el Diccio-
nario Teológico del Nuevo Testamento de Wil-
helm Michaelis, editado por Gerhard Kittel y
Gerhard Friedrich, traducido por Geoffrey Bro-
miley, (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Publis-
hing Co., 1968), VI 872. (Traducción del griego
original de este autor) Todas estas referencias
establecen que “primogénito” tiene una gama de
significados la cual incluye las ideas de ser su-
premo sin ninguna referencia al nacimiento.
En el contexto de Col. 1:15, el vs. 16 nos de-
clara la razón tras la declaración del vs. 15. El
verso 16 declara, “Porque en él fueron creadas
todas las cosas.” Cristo es el primogénito porque
El creó todas las cosas. En este contexto el signi-
ficado de supremo encaja muy bien. Sin embar-
go, la idea de que El es el primer ser creado se
excluye ya que El es creador de todas las cosas.
Col. 1:15 enseña que Cristo es supremo sobre
toda la creación. De ninguna manera está ense-
ñando que El tuvo un origen en el tiempo. De la
misma manera, la descripción de “unigénito” no
deberá tomarse para enseñar que Cristo tuvo un
origen en el tiempo. Este término (monogenes)
no se refiere necesariamente a nacimiento u ori-
gen. Al igual que sucede con “primogénito” este
término se refiere a una posición exaltada. En
Heb. 11:17 a Isaac se le llama el unigénito hijo
de Abraham. Sin embargo, Abraham también
fue el padre de Ismael (Gén. 16:16) y por lo me-
nos otros seis hijos (Gen. 25:1-2). Por lo que,
Isaac era un “unigénito” no en el sentido de el
único que le nació sino en el sentido de su posi-
ción especial y prioridad. Cristo es el unigénito
del Padre no en el sentido de que El tiene un
IV.La Humanidad de Cristo
A. Declaraciones Acerca de la Humanidad
de Cristo.
(Vea las secciones II.A. y B., 89-90, de este
capítulo que trata de la Encarnación y el
nacimiento virginal.)
B. La Humanidad de Cristo
1. El creció de la infancia a la edad adulta
(Lucas 2:40, 52).
2. El experimentó el hambre humana y
comió alimentos (Mat. 4:2; Marcos 11:12;
Lucas 22:19 y ss.; 24:30; Juan 21:12 y ss.).
3. Cristo Estuvo Cansado (Mat. 8:24; Mar-
cos 4:38; Juan 4:6).
4. El lloró (Mat. 23:37; Juan 11:35).
5. El se Apareció Como un Hombre Ordi-
nario (Isa. 53:2 y ss.; Juan 4:9; Fil. 2:7-8).
6. El Tuvo un Cuerpo (Juan 1:14), Alma
(Mat. 26:38), y Espíritu (Lucas 23:46).
7. El Sufrimiento, la Sangre y la Muerte
Establecieron Su Humanidad (Mat. 26:26-
29).
C. El Significado de La Kenosis
nacimiento o un origen en el tiempo. El es el Hijo
especial del Padre.
Existe también algo de dudas en cuanto a que
si la palabra monogenes se deriva de mono (solo)
y gennao (ser nacido). Se entendería mejor si
mono (solo) y gen (que es la raíz del segundo
aoristo de ginomai “ser”). Nótese que existen
dos n en gennao pero solo una n tanto en la raíz
gen como en la palabra monogenes. La traduc-
ción resultante sería “el único, el único hijo de Su
clase,” y así sucesivamente. La NVI en Inglés
parece favorecer esta derivación alternativa (vea
Juan 1:14, 18; 3:16, 18; 1 Juan 4:9 en Inglés).
Juan deseaba que nosotros conociéramos que
Cristo es el Hijo de Dios en un sentido único
diferente al significado que entendemos cuando
se nos llama a los creyentes hijos de Dios (Juan
1:12; 1 Juan 5:1). La manera en que Pablo hace
esta misma distinción es cuando compara a los
creyentes con los hijos adoptados (Rom. 8:15;
Gál. 4:5-6).
Cristología: La Doctrina de Cristo
99
El término griego kenosis viene del verbo
kenao de Fil. 2:7. Significa vaciarse o des-
pojarse de algo. Algunos debaten que Cristo
al hacerse humano se despojó de Su deidad.
Tal interpretación errónea no es apoyada ni
por el contexto ni por otras declaraciones de
la naturaleza de Cristo.
La inmutabilidad es un atributo de Dios
(Mal. 3:6; Santiago1:17). Siendo Dios, Je-
sucristo no puede cambiar en Sus atributos
(Heb. 1:8-12; 13:8). Por lo que, es imposible
que Fil. 2:7 enseñe que Cristo se despojó de
sus atributos divinos.
En su contexto, la interpretación más senci-
lla de Fil. 2:7 es que Cristo se despojó de
sus propios intereses legítimos con el fin de
hacerse humano. Varios textos enseñan
acerca de la humildad de Cristo (Mat. 11:29;
Juan 13:3 y ss.). Otra interpretación posible
es que Cristo dejó a un lado su gloria visible
y/o el uso independiente de Sus atributos
divinos. Ya que le fue dado el atributo de la
inmutabilidad, entonces concluimos que
Cristo se hizo hombre sin dejar de ser Dios.
D. La Perpetuidad de la Humanidad de
Cristo
Es falso que Cristo dejara de ser humano al
ascender a los cielos. Toda la evidencia de
las Escrituras nos dirige a la conclusión que
Cristo es y será humano por toda la eterni-
dad.
1. En sus apariciones después de la resu-
rrección Cristo era humano (Mat. 28:9; Lu-
cas 24:39; Juan 20:14-15).
2. En Su ascensión y en las visiones poste-
riores, Cristo aparece como humano. El
regresará “de la misma manera” que El par-
tió (Hechos 1:11; note las frases Hijo del
Hombre en Hechos 7:56 y como el Hijo del
Hombre en Ap. 1:13).
3. Como Cristo es nuestro sumo sacerdote
entonces El debe ser humano todavía (Rom.
8:34; Heb. 3:1; 4:14-16; 7:23 y ss.; 9:24 y
ss.).
4. Cristo regresará como el “Hijo de Da-
vid” y el “Hijo del Hombre.” Todo ojo verá
al que fue traspasado (2 Sam. 7:12-16; Sal.
89:2-4; 132:11; Isa. 9:6,7; Jer. 23:5-6; Dan.
7:13,14; Zac. 12:10; Mat. 24:30; 25:31,
26:64; y Ap. 1:7).
5. Los Creyentes serán como Cristo en el
arrebatamiento. Por lo tanto, El es todavía
humano (Rom. 8:29; 1 Cor. 15:49; Fil. 3:21;
1 Juan 3:2).
V. La Tentación de Cristo
Hay un pleno acuerdo entre los creyentes
Bíblicos en el hecho de que Cristo fue tenta-
do (Mat. 4:1 y ss.; Marcos 1:12 y ss.; Lucas
4:1 y ss.; Heb. 2:18; 4:15) y que venció toda
tentación en Su perfección sin pecado (2
Cor. 5:21; Heb. 4:15; 1 Pedro. 2:22). La
Tentación fue dirigida contra Su naturaleza
humana solamente ya que Dios no puede ser
tentado con el mal (Santiago 1:13). Cristo
fue concebido por el Espíritu Santo y no
poseía una naturaleza pecaminosa en su
humanidad. Por lo que surge el asunto de si
el Señor pudo haber pecado. ¿Era el Pecable
o Impecable?8
¿Era Su tentación una tenta-
ción real?
A menos que hagamos una separación entre
las dos naturalezas (la humana y la divina),
parece ser que Su deidad demanda que con-
sideremos la totalidad de su persona como
impecable.9
Dios no puede pecar ni ser ten-
tado al pecado.
La posibilidad, sin embargo, de una tenta-
ción genuina es apoyada si nos hacemos el
planteamiento de que Su naturaleza humana
puede ser completamente abandonada por
Su naturaleza divina, entonces se tiene una
susceptibilidad a pecar. Por lo tanto El tuvo
una naturaleza pecable (su naturaleza huma-
8
Pecable significa capaz de pecar. Impecable
significa incapaz de pecar.
9
Cristo el mediador entre Dios y el hombre (1
Tim. 2:5) es el Dios-hombre. El término teológi-
co que define la unión de sus dos naturalezas en
una sola persona es la “unión hipostática”.
No Solo de Pan
100
na), lo cual hizo que la tentación fuera real,
pero El fue impecable en la totalidad de Su
persona. El Hecho de que una persona im-
pecable pueda enfrentarse a la tentación no
es más extraño que el hecho de que un ejér-
cito invencible pueda ser asaltado. Una vari-
ta aislada puede ser susceptible a doblarse o
romperse. Pero cuando atamos muchas de
ellas en un manojo, nadie puede romperla.
Un pedazo de papel puede ser roto, pero
cuando este pedazo de papel se une a varios
cientos de hojas como en el caso de un libro
de directorio telefónico, este no se puede
romper. De la misma manera, la naturaleza
humana de Cristo fue capaz de ser tentada
pero sus dos naturalezas unidas en una per-
sona fueron incapaces de pecar.
Pues en cuanto él mismo padeció
siendo tentado, es poderoso para so-
correr a los que son tentados. [Heb.
2:18].
Porque no tenemos un sumo sacerdo-
te que no pueda compadecerse de
nuestras debilidades, sino uno que
fue tentado en todo según nuestra
semejanza, pero sin pecado. [Heb.
4:15].
VI. Nombres Mayores
Un estudio completo de los nombres de
Cristo haría este estudio demasiado extenso.
Sin embargo hemos de definir los nombres
mayores del Señor.
A. Señor
El título Señor proviene del griego (kurios).
Tiene una gama de significados que van
desde el simple “señor” (Juan 4:11 y ss.;
20:15) hasta la referencia de la deidad (Mat.
4:10; Ap. 1:8). En muchas ocasiones a Jesús
del Nuevo Testamento se le asocia con el
SEÑOR del Antiguo Testamento (vea III.B.
de este capítulo) para asegurarnos de que
Señor debe entenderse como un título que se
atribuye a la deidad cuando se usa para el
nombre de Cristo.
B. Jesús
El nombre Jesús tiene implicaciones huma-
nas y divinas. El nombre griego (Iesous) es
una forma del hebreo Yeshua (Joshua). El
significado original es “Yahvé salva” o “la
salvación es de Yahvé.” De una manera indi-
recta, esto se refiere a Cristo quien es el
Dios que salva. Y sin embargo, fundamen-
talmente Jesús es el nombre humano de
Cristo.
C. Cristo
Xristós es el equivalente griego de la palabra
hebrea Mesías y significa “ungido.” En el
Antiguo Testamento, el título Mesías fue
usado con frecuencia para referirse a los
sacerdotes y reyes que eran ungidos (ej.
Lev. 4:3, 5, 16; 1 Sam. 16:6; 2 Sam. 23:1).
La referencia al Mesías de Dan. 9:25-26 y
Sal. 2:2 fue la causa de que este título de
usara de manera limitada para designar al
ungido principal de Dios. En los tiempos
del Nuevo Testamento, Xristós, “ungido,”
fue el título del ungido liberador quien fue
prometido claramente en el Antiguo Testa-
mento.
D. Hijo de Dios
Este título de ninguna manera significa que
Dios contrajo matrimonio y engendró un
hijo con su esposa. Los israelitas usaron
comúnmente la figura hijo de para atribuir a
un hijo las características de alguien. Tanto
el Antiguo como el Nuevo Testamento están
repletos de ejemplos:
• Deut. 25:2 – “Hijos de azote” lo cual
significa un delincuente merecedor de
azotes
• 2 Sam. 13:28 – “Hijos de valor” que
significa valor
• Job 41:34 – “Hijos de orgullo” que sig-
nifica personas orgullosas
• Jer. 48:45 – “Hijos de tumulto” lo cual
significa gente involucrada en rebeldía.
• Marcos 3:17 – “Hijos del trueno” que
significa con disposición iracunda.
Cristología: La Doctrina de Cristo
101
• Hechos 4:36 – “un hijo de consolación”
que significa alguien que ofrece consue-
lo.
Cuando a Cristo se le llama Hijo de Dios,
se está afirmando que El tiene las carac-
terísticas de Dios. Las autoridades judías
entendieron plenamente lo que implicaba el
título “Hijo de Dios.”
Por esto los judíos aun más procura-
ban matarle, porque no sólo quebran-
taba el día de reposo, sino que tam-
bién decía que Dios era su propio
Padre, haciéndose igual a Dios.
[Juan 5:18].
E. Hijo del Hombre
Este es el título favorito de Cristo al referir-
se a Sí mismo. Aunque el nombre recalca Su
humanidad, el énfasis de la frase se encuen-
tra en otros lugares. El “Hijo del Hombre”
de Dan. 7:13-14 es el rey venidero cuyo
reino es universal y eterno. Este significado
es la intención principal de Cristo al usar el
título “Hijo del Hombre” (vea Mat. 24:30;
25:31; 26:64; Juan 1:51).
Miraba yo en la visión de la noche, y
he aquí con las nubes del cielo venía
uno como un hijo de hombre, que
vino hasta el Anciano de días, y le
hicieron acercarse delante de él. Y le
fue dado dominio, gloria y reino,
para que todos los pueblos, naciones
y lenguas le sirvieran; su dominio es
dominio eterno, que nunca pasará, y
su reino uno que no será destruido.
[Dan. 7:13-14].
F. El Verbo, o Verbo de Dios 1:1, 14; Ap.
19:13)
Existen varias fuentes de las cuales Juan
pudo haber tomado este título. Sin importar
la derivación exacta, Juan está resuelto a
enseñar que Jesucristo es la expresión exter-
na y la revelación de la mente interior y el
pensamiento de Dios.
G. Salvador (Tito 2:13; Fil. 3:20)
La palabra salvación se estudia por separado
en el Capítulo 9, “Soteriología.” Llamar a
Cristo Salvador significa que El es el libe-
rador de la paga y del poder del pecado.
Eventualmente, El salvará a los creyentes de
la presencia misma del pecado.
H. El Cordero de Dios (Juan 1:29; 1 Pedro.
1:18-19; Ap. 5:6 y ss.)
En base a la práctica del sacrificio de san-
gre expiatorio del Antiguo Testamento, El
Nuevo Testamento le llama a Cristo “el
Cordero.”
I. Maestro (Juan 13:13)
Proveniente de la palabra griega didáskalos
traducida correctamente en español como
“maestro.” Un maestro es alguien que domi-
na el arte de enseñar y Cristo fue el mejor
ejemplo de ello.
VII. Las Mayores Obras y Oficios de Cristo
A. El es Profeta
Cristo es el cumplimiento de la predicción
del Antiguo Testamento de un Gran Profeta
(Dt. 18:15; Juan 1:21, 45; 6:14; Hechos
3:22; 7:37). Jesús fue el máximo profeta que
dio explicación a los hombres acerca de
Dios (Juan 1:18; Heb. 1:1-2; Ap. l: l, 19:10).
El profetizó mientras estaba en la tierra (ej.
Mateo capítulos 13, 24, y 25) y continuó su
obra profética después de Su ascensión por
medio del Espíritu Santo (Juan 16:13).
Profeta de en medio de ti, de tus
hermanos, como yo, te levantará Je-
hová tu Dios; a él oiréis; [Deut.
18:15].
Dios, habiendo hablado muchas ve-
ces y de muchas maneras en otro
tiempo a los padres por los profe-
tas, en estos postreros días nos ha
hablado por el Hijo, a quien consti-
tuyó heredero de todo, y por quien
asimismo hizo el universo; [Heb.
1:1-2].
No Solo de Pan
102
B. El es Sacerdote
Sal.110:4 predijo que el hijo mayor de Da-
vid sería un sacerdote no de la tribu y orden
de Leví sino de Melquisedec. Siendo nues-
tro Sumo Sacerdote, El era el sacrificio y el
sacrificador que ofreció un sacrificio una
vez por todas que no era necesario repetir (1
Cor. 15:3-4; Heb. 1:3; 7:27; 9:12, 28; 10:10-
14, 18; 1 Pedro 3:18). También relacionada
con Su obra de Sumo Sacerdote están sus
funciones de intercesor (Rom. 8:34; Heb.
7:25) y mediador (1 Tim. 2:5). El ministerio
intercesor de Cristo estaba en operación aun
antes de ir a la cruz (Lucas 22:32; Juan 17).
Cristo es sumo sacerdote para siempre (Sal.
110:4; Heb. 5:6, 9-10; 7:16-17, 23-25).10
Todos los Creyentes en Cristo también son
sacerdotes (1 Pedro 2:5, 9; Ap. 1:6; 5:10;
20:6). Por lo tanto, tenemos sacrificios que
ofrecer: nuestros cuerpos (Rom. 12:1,2),
alabanza (Heb. 13:15), y riqueza material
(Fil. 4:18). Como sacerdotes también tene-
mos acceso sacerdotal con Dios por medio
de la oración sin necesidad de pasar por
ningún mediador humano (Juan 14:13-14;
16:24; Ef. 2:18; Heb. 4:16; 10:19-22).
Juró Jehová, y no se arrepentirá: Tú
eres sacerdote para siempre Según
el orden de Melquisedec [Sal.110:4].
... vino a ser autor de eterna salva-
ción para todos los que le obede-
cen; y fue declarado por Dios sumo
sacerdote según el orden de Melqui-
sedec.
[Heb. 5:9-10].
C. El es Rey
Cristo es la cabeza de un reino espiritual en
10
Ya que la función de Cristo como Sacerdote es
eterna, esto muestra que su humanidad también
es perpetua. Esto también tiene relación con la
doctrina de la seguridad eterna. Ya que El es
siempre nuestro Sacerdote, El siempre intercede
y Su sangre siempre hace expiación (vea Heb.
7:25).
el mundo actual, ej. La Iglesia (Rom. 14:17;
1 Cor. 4:20; Col. 1:13; 4:11). Sin embargo,
El será el monarca de un reino político a
nivel mundial cuando El regrese otra vez
para tomar la autoridad sobre el trono de
David en Jerusalén (2 Sam. 7:12-16; Salmos
2, 45, 72, 89; Isa. 9:6-7; 33:22; Jer. 23:5- 6;
33:22; Dan. 7:13-14; Miqueas 5:2; Zac. 9:9;
14:9; Mat. 2:2; Lucas 1:32-33; Juan 1:49;
Rom.11:26; 1 Cor. 15:25; Ap. 1:5-6; 17:14;
19:16).
Porque Jehová es nuestro juez, Je-
hová es nuestro legislador, Jehová es
nuestro Rey; él mismo nos salvará.
[Isa. 33:22].
Este será grande, y será llamado Hijo
del Altísimo; y el Señor Dios le dará
el trono de David su padre; y rei-
nará sobre la casa de Jacob para
siempre, y su reino no tendrá fin
[Lucas 1:32-33].
D. Otros Oficios, Obras y Títulos
• El Postrer Adán (1 Cor. 15:21 y ss.)
• La cabeza de una nueva creación (2 Cor.
5:17)
• La cabeza del cuerpo (1 Cor. 12:12 y ss.;
Ef. 4:15,16)
• El Gran Pastor de las Ovejas (Juan 10:11
y ss.; Heb. 13:20; 1 Pedro 5:4)
• La Vid y los Pámpanos (Juan 15)
• La Piedra Angular del edificio (Mat.
21:42; 1 Cor. 3:11; Ef. 2:20; 1 Pedro
2:5 y ss.)
• El Marido de la novia (Ef. 5:22 y ss.)
E. Cristo como el Cumplidor de la Ley
Cristo vino para cumplir la ley (Mat. 5:17).
El obedeció la Ley en su totalidad (2 Cor.
5:21; Heb. 4:15; 1 Pedro 2:22). Su rectitud
perfecta se ha acreditado a la cuenta de to-
dos los que creen en El (2 Cor. 5:21). Así
que, la función de Cristo como el que da
cumplimiento a la Ley no es una función
Cristología: La Doctrina de Cristo
103
que no tenga su importancia para los creyen-
tes. Rom. 5:10 enseña que, “seremos salvos
por su vida.” Ya que Cristo es eternamente y
totalmente justo y ya que somos salvos me-
diante Su justicia y no la nuestra, los creyen-
tes tenemos salvación eterna y completa.
F. Las Obras de la Muerte de Cristo
A la obra expiatoria se le considera mayor-
mente en el Capítulo 9, “Soteriología: La
Doctrina de la Salvación.”
G. La Resurrección
1. Los Acontecimientos Bíblicos de la Re-
surrección
Los Evangelios enseñan claramente la resu-
rrección corporal de Jesucristo (Mat. 28:5 y
ss.; Marcos 16:6 y ss.; Lucas 24:1 y ss.;
Juan 20-21). Hubo apariciones después de la
resurrección a María y a las otras mujeres
que regresaban de la tumba, a Pedro, a los
discípulos en el camino a Emaús, a los
discípulos con excepción de Tomás, a los
discípulos estando Tomás presente, a los
siete en el mar de Galilea, a Santiago y a
más de 500 hermanos a la misma vez (vea 1
Cor. 15:1-8).11
11
La evidencia histórica de la resurrección le
corresponde más al tema de las Evidencias Cris-
tianas que a la doctrina. De manera breve, consi-
dera que la tumba debería haber estado vacía en
el primer domingo de resurrección o de otra ma-
nera Sus enemigos la hubieran convertido en una
exhibición con el fin de suprimir los reclamos de
una resurrección, lo cual hubiera sucedido si
ellos hubieran encontrado el cuerpo muerto de
Jesús. ¿Cómo es que la tumba llegó a estar vac-
ía? La lógica descarta todas las opciones excepto
una, la resurrección. Si los discípulos hubieran
ido a la tumba incorrecta o si ellos solo estuvie-
ran alucinando, entonces el cuerpo todavía estu-
viera en la tumba correcta y hubiera sido encon-
trado. La acusación de que los discípulos se
robaron el cuerpo era una mentira tan evidente
tanto que Pilato nunca arrestó a nadie por robo de
tumbas ya que no había ninguna evidencia. Pri-
mero, los guardias en aquellos tiempos no se
dormían en el servicio ya que existía la pena de
No está aquí, pues ha resucitado,
como dijo. Venid, ved el lugar donde
fue puesto el Señor. [Mat. 28:6].
2. La Importancia de la Resurrección
La Resurrección es uno de los principales
postulados del Cristianismo (1 Cor. 15:14 y
ss.). Fue un elemento principal en el mensa-
je de la iglesia primitiva. Un examen de la
palabra testigo en el libro de Hechos arro-
jará como resultado que la iglesia primitiva
estaba dando testimonio principalmente de
la realidad de la resurrección (vea Hechos
2:32; 3:15; 5:30-32, etc.).
a. La Resurrección Demostró la Deidad de
Cristo (Rom. 1:4).
Que fue declarado Hijo de Dios con
poder, según el Espíritu de santidad,
por la resurrección de entre los
muertos... [Rom. 1:4].
muerte para aquellos soldados romanos que lo
hacían. Los guardias Judíos que lo hacían eran
castigados despojándoles de sus ropas y encen-
diéndoles fuego (Ap. 16:15). En segundo lugar,
las personas dormidas no son testigos de nada y
no pueden hacer ninguna acusación de algún
robo de tumbas. Tercero, nadie pudo haber re-
movido la inmensa piedra y el cuerpo sin hacer
algún tipo de ruido que haya despertado a los
guardias. Era evidente que ni aun Pilato creyó
las historias de los guardias.
Otra objeción de la resurrección es la teoría de
“la pérdida del sentido”, la cual declara que Jesús
no murió en la cruz, sino que después recobró el
sentido y las fuerzas y afirmo que había resucita-
do. Sin embargo, los soldados de Pilato certifica-
ron su muerte (Marcos 15:43-45; Juan 19:34).
Vea también “La Muerte física de Jesucristo” de
Edwards , Publicación de la sociedad Médica
Americana Marzo 21, 1986, Vol. 255, No. 11;
1463: “…Las interpretaciones que se basan en la
suposición de que Cristo no murió en la cruz son
contrarias al conocimiento médico moderno.”
La mejor explicación de la tumba vacía es la
resurrección. Los discípulos eran hombres de
ética que murieron declarando que Jesús había
resucitado. No podemos pedir testigos más con-
fiables que ellos o más evidencia que confirme
un evento de la historia.
No Solo de Pan
104
b. La resurrección comprobó que Dios es-
taba satisfecho, que ya estaba asegurada una
manera de justificación (Rom. 4:25).
El cual fue entregado por nuestras
transgresiones, y resucitado para
nuestra justificación. [Rom. 4:25].
c. La resurrección de Cristo establece una
base para la resurrección de los cuerpos de
los creyentes (Juan 14:19; 1 Cor. 15:20).
Todavía un poco, y el mundo no me
verá más; pero vosotros me veréis;
porque yo vivo, vosotros también
viviréis [Juan 14:19].
Mas ahora Cristo ha resucitado de
los muertos; primicias de los que
durmieron es hecho. [1 Cor. 15:20].
d. La resurrección significa que Cristo
Jesús está vivo con el fin de ser nuestro su-
mo Sacerdote e intercesor (Heb. 7:25).
Por lo cual puede también salvar
perpetuamente a los que por él se
acercan a Dios, viviendo siempre
para interceder por ellos. [Heb.
7:25].
e. La resurrección significa que los creyen-
tes nunca pueden morir eternamente. Noso-
tros compartimos Su vida y Su vida no tiene
fin (Juan 11:25-26; Rom. 6:9-10).
Sabiendo que Cristo, habiendo resu-
citado de los muertos, ya no muere;
la muerte no se enseñorea más de él.
[Rom. 6:9].
f. La resurrección significa que Cristo re-
gresará otra vez (Hechos 1:11) y reinará
como el Hijo del hombre sobre toda la
humanidad (Isa. 9:6-7; Dan. 7:13-14; Lucas
l:32-33).
Los cuales también les dijeron: Va-
rones galileos, ¿por qué estáis miran-
do al cielo? Este mismo Jesús, que ha
sido tomado de vosotros al cielo, así
vendrá como le habéis visto ir al cie-
lo [Hechos 1:11].
3. La Naturaleza del Cuerpo de Resurrec-
ción de Cristo.
Ya que los creyentes tendremos un cuerpo
glorificado semejante al de Jesucristo (1
Cor. 15:49; 1 Juan 3:2), es interesante que
consideremos la naturaleza de Su cuerpo de
resurrección. Estaba constituido de carne y
hueso (Lucas 24:39). Y a pesar de eso, El se
pudo trasladar con rapidez y las barreras
físicas no fueron ningún estorbo (Juan
20:19,26). Su cuerpo de resurrección dis-
frutó de alimentos (Lucas 24:30; Juan
21:12-13) y es glorioso (Fil. 3:21).
H. La Ascensión, exaltación y el ministerio
Actual de Cristo
La Ascensión de Cristo a los cielos se regis-
tra en Hechos 1:11 y ss. Antes de Su cruci-
fixión Cristo oró para que le fuera restable-
cida su gloria previa (Juan 17:1, 5). La Bi-
blia enseña que Cristo está ahora a la diestra
de Dios en la gloria (Hechos 7:56; Col. 3:1;
Heb. 1:3; 8:1; 12:2). El no se encuentra de
ningún modo inactivo.
1. Cristo es la Cabeza de la Iglesia (Ef.
1:20-23; Col. 2:10).
La cual operó en Cristo, resucitándo-
le de los muertos y sentándole a su
diestra en los lugares celestia-
les, sobre todo principado y autori-
dad y poder y señorío, y sobre todo
nombre que se nombra, no sólo en
este siglo, sino también en el veni-
dero; y sometió todas las cosas bajo
sus pies, y lo dio por cabeza sobre
todas las cosas a la iglesia, la cual
es su cuerpo, la plenitud de Aquel
que todo lo llena en todo [Ef. 1:20-
23].
2. El es Nuestro Sumo Sacerdote e Interce-
sor (Rom. 8:34; Heb. 7:25).
¿Quién es el que condenará? Cristo
es el que murió; más aun, el que
también resucitó, el que además está
a la diestra de Dios, el que también
Cristología: La Doctrina de Cristo
105
intercede por nosotros [Rom. 8:34].
3. El es Nuestro Abogado, o sea, nuestro
socorro y defensa contra las acusaciones de
Satanás (1 Juan 2:1).
Hijitos míos, estas cosas os escribo
para que no pequéis; y si alguno
hubiere pecado, abogado tenemos
para con el Padre, a Jesucristo el
justo. [1 Juan 2:1].
4. El es el Otorgador de Dones Mediante el
Espíritu Santo (Ef. 4:7).
Pero a cada uno de nosotros fue dada
la gracia conforme a la medida del
don de Cristo. [Ef. 4:7].
I. La Obra de Cristo en Su Segunda Veni-
da
La obra futura de Cristo será estudiada con
detalle en el Capítulo 12, “Escatología.”
No Solo de Pan
106
107
Capítulo 9
SOTERIOLOGIA
La Doctrina de la Salvación
PARTE 1:
SALVACION PROVISTA
BOSQUEJO
I. Un Estudio de la Palabra Salvación 108
A. Usos de la palabra Salvación
1. Salvar
2. Salvación
3. Salvador
4. Salvación
B. El Significado de Salvación
1. En Contextos no Teológicos
a. Liberación de la Enfermedad
b. Liberación de los Demonios 109
c. Rescate de los Enemigos
d. Liberación de la Muerte
e. Rescate del Peligro
2. Contextos Teológicos
a. Salvados del Pecado
b. Salvados de la Ira, del Juicio, y
de la Condenación
c. Salvados de una Generación
Perversa
d. Salvados de un Estado Perdido
e. Salvados de la Muerte
f. Salvados de Perecer 110
C. El Tiempo de la Salvación
1. En el Pasado, Los Creyentes Sal-
vados de la Paga del Pecado
2. En el Presente, Los Creyentes Sal-
vados del Poder del Pecado
3. En el Futuro, Los Creyentes Salva-
dos de la Presencia del Pecado y de
Toda Ira
D. Resumen
II. Expiación Substitutiva (Vicaria)
A. Teoría de la Expiación Accidental
B. Teoría de la Expiación del Ejemplo
C. Teoría de la Expiación de la In-
fluencia Moral 111
D. Teoría de la Expiación Gubernamental
E. Defensa de la Teoría de la Expiación
Substitutiva
1. La Palabra Anti 112
2. La Palabra Huper
3. El Establecimiento del Punto de
Vista Sustitutivo con otros argu-
mentos aparte de Anti y Huper 114
4. Conclusión Sobre la Expiación
Substitutiva
III. Redención: El Aspecto de la Expiación
dirigido hacia el Pecado
A. Agorazo 115
1. Uso Secular
2. Uso Bíblico
3. Conclusión
B. Exagorazo
1. Uso Secular
2. Uso Bíblico 116
C. Lutrao
1. Uso Secular
2. Uso Bíblico
D. Lutron
1. Uso Secular
2. Uso Bíblico
E. Lutrosis
F. Apolutrosis 118
1. Uso Secular
2. Uso Bíblico
G. Resumen y Conclusiones en Cuanto a
la Redención 119
1. ¿A Quien se le Pagó el Precio de la
Redención?
2. La Redención el Aspecto de la Ex-
piación Dirigido hacia el Pecado
3. Diferencias Sutiles entre los Gru-
pos de Palabras
a. Grupo Agorazo
b. Grupo Lutrao
IV.La Reconciliación: El Aspecto de la Ex-
piación Dirigido Hacia el Hombre 120
A. Trasfondo de la Idea de Reconciliación
No Solo de Pan
108
B. El Significado de las Palabras Traduci-
das reconciliación
1. Uso en Mundo Antiguo Secular
2. Uso Bíblico
a. En Contextos que no tratan de
Salvación
b. En Contextos que tratan de
Salvación
C. Detalles acerca de la Doctrina de la
Reconciliación 121
1. Dos Fases de Reconciliación Ob-
servadas
2. Dos Fases de Reconciliación
Explicadas 122
a. Reconciliación Universal en la
Cruz
b. Reconciliación Individual en el
Momento de Salvación
3. Dios como el Iniciador de la Re-
conciliación
4. Resumen 123
V. Propiciación: El Aspecto de la Expiación
dirigido hacia Dios
A. Definición de Propiciación
1. Uso Secular Antiguo del Grupo de
Palabras referentes a Propiciación
2. Uso Bíblico del Grupo de Palabras
Referentes a la Propiciación 125
a. Dios Airado por el Pecado
b. Propiciación en la Septuaginta
c. Propiciación en el Nuevo
Testamento
B. Tres Aplicaciones o Fases de la
Propiciación 126
1. Propiciación Para Todo el Mundo
En el Momento de la Cruz
2. Propiciación que Ocurre en el
Momento de la Fe en Cristo
3. Propiciación que Ocurre Cuando el
Creyente Confiesa el Pecado
C. Implicaciones Mayores de la Doctrina
de la Propiciación 128
VI.La Función de la Sangre de Cristo en la
Expiación
A. Observaciones Acerca de la Sangre en
la Biblia 128-130
B. Conclusiones Acerca de la Función de
la Sangre de Cristo en la Expiación 130
1. La Sangre es Más que un Símbolo
2. Otros Factores a Considerar en la
Provisión de la Salvación
VII. Significado y Extensión de la Expia-
ción 131
A. El Término Expiación en el Antiguo
Testamento
1. Cubrir el Pecado
2. Desviar la Ira
3. Dar un Pago Para Asegurar un Fa-
vor
4. Reconciliar 132
5. Resumen
B. Expiación Como un Término Teológi-
co
C. La Extensión de la Expiación 133
D. La Finalidad de la Expiación
PARTE 1:
SALVACION PROVISTA
I. Estudio de la Palabra Salvación
A. Usos
1. Salvar (sozo) se usa entre 106 y 108 veces
en el Nuevo Testamento dependiendo del ma-
nuscrito que se use para el conteo.
2. Salvación (soteria) se usa entre 45 y 46
veces en el Nuevo Testamento dependiendo
de los manuscritos que se usen para el conteo.
3. Salvador (soter) se usa aproximadamente
24 veces en el Nuevo Testamento.
4. Salvación (soterion) se usa cuatro veces.
El Total que se usan estos cuatro términos es
de 180 veces dependiendo si se usan los tex-
tos críticos o de la mayoría.
B. El Significado de Salvación
1. En los contextos que no son teológicos la
palabra salvación se usa de varias maneras
que no tienen nada que ver con la liberación
de la paga del pecado. Esto nos ayuda a esta-
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 1
109
blecer que la palabra significa básicamente
“rescatar o liberar.”
a. Es común en el Nuevo Testamento, espe-
cialmente en los Evangelios que a la “libera-
ción de la enfermedad” se le llame salvación.
Salvación puede referirse a la restauración de
la salud, o sea cuando el bienestar de la per-
sona es restaurado. (Vea Mat. 9:21-22; Mar-
cos 3:4; 5:23, 28, 34; 6:56; 10:52; Lucas 6:9;
7:50; 17:19; 18:42; Juan 11:12; Hechos 4:9;
14:9; 27:34; 2 Cor. 1:6; Santiago 5:15.)
… porque decía dentro de sí: Si tocare
solamente su manto, seré salva (buena
traducción del griego). Pero Jesús,
volviéndose y mirándola, dijo: Ten
ánimo, hija; tu fe te ha salvado. Y la
mujer fue salva desde aquella hora.
[Mat. 9:21-22].
… Y la oración de fe salvará al enfer-
mo... [Santiago 5:15a].
b. Salvación puede referirse a la liberación
de los demonios (Lucas 8:36).
c. Salvación puede referirse al rescate o la
liberación de los enemigos (Lucas 1:71;
Hechos 7:25).
“Salvación de nuestros enemigos…”
[Lucas 1:71a].
d. Jesucristo mismo usó esta palabra. Esto
nos ayuda a mostrar que la palabra significa
“liberación.”
“Ahora está turbada mi alma; ¿y qué
diré? ¿Padre, sálvame de esta hora?
Mas para esto he llegado a esta hora.”
[Juan 12:27].
Y Cristo, en los días de su carne, ofre-
ciendo ruegos y súplicas con gran cla-
mor y lágrimas al que le podía librar
(salvar) de la muerte, fue oído a causa
de su temor reverente. [Heb. 5:7].
e. La palabra salvación se usa para hablar del
rescate del peligro en un sinnúmero de situa-
ciones : tormentas en el mar (Mat. 8:25;
14:30; Hechos 27:20, 31); liberación al final
del periodo de tribulación (Mat. 10:22; 24:13,
22; Marcos 13:13, 20); rescate de la cruz
(Mat. 27:40, 42, 49; Marcos 15:30, 31; Lucas
23:35, 37, 39); de problemas (1 Tim. 4:16); de
prisión (Fil. 1:19); de la esclavitud en Egipto
(Judas 5); del diluvio (Heb. 11: 7).
Antes que los autores cristianos del Nuevo
Testamento usaran la palabra salvar, esta se
usó para referirse a los peligros comunes que
asechaban al hombre. Salvación significa “Li-
beración, rescate, preservación, ayuda, asis-
tencia, auxilio, escape de un problema.”
2. Los autores Bíblicos tomaron una palabra
normal que significaba “liberación” y la usa-
ron en un sentido teológico. Los creyentes son
“salvados” de un sinnúmero de problemas.
a. Los creyentes son salvos del pecado (Mat.
1:21; Lucas 1:77, 7:50; 1 Tim. 1:15).
“Y dará a luz un hijo, y llamarás su
nombre JESÚS, porque él salvará a su
pueblo de sus pecados.” [Mat. 1:21].
Palabra fiel y digna de ser recibida por
todos: que Cristo Jesús vino al mundo
para salvar a los pecadores, de los
cuales yo soy el primero. [1 Tim.
1:15].
b. Los creyentes son salvos de la ira, juicio y
la condenación (Juan 3:17; Rom. 1:16 en con-
texto, vea vs. 18; 5:9; 1 Tes. 5:9; 1 Pedro
4:17-18).
Pues mucho más, estando ya justifica-
dos en su sangre, por él seremos sal-
vos de la ira. [Rom. 5:9].
c. Los creyentes son salvos de una genera-
ción perversa, o de un mundo malvado
(Hechos 2:40).
… y les exhortaba, diciendo: ¡Sed sal-
vos de esta perversa generación!
[Hechos 2:40].
d. Los creyentes son salvos de un estado
perdido (Lucas 19:10).
No Solo de Pan
110
“Porque el Hijo del Hombre vino a
buscar y a salvar lo que se había per-
dido” [Lucas 19:10].
e. Los creyentes son salvos de la muerte
(Mat. 16:25; Marcos 8:35; Lucas 9:24.) Vea,
también, los siguientes versículos que hablan
de la liberación de la muerte pero que no usan
la palabra salvación: Juan 5:24; Rom. 6:23;
Ef. 2:1.
“Porque todo el que quiera salvar su
vida, la perderá; y todo el que pierda
su vida por causa de mí, éste la sal-
vará” [Lucas 9:24].
f. Los creyentes son salvados de perecer (1
Cor. 1:18; 2 Cor. 2:15-16) y de destrucción
(Santiago 4:12).
Porque para Dios somos grato olor de
Cristo en los que se salvan, y en los
que se pierden [2 Cor. 2:15].
Uno solo es el dador de la ley, que
puede salvar y perder; pero tú, ¿quién
eres para que juzgues a otro? [Santiago
4:12].
C. El Tiempo de la Salvación
Un estudiante de la Biblia deberá entender el
hecho de que la Biblia habla algunas veces de
la salvación en el pasado, algunas veces en el
presente y algunas veces en el futuro.
1. En el pasado, los creyentes en Cristo fue-
ron salvos de la paga del pecado (Rom.
8:24; Ef. 2:5, 8; 2 Tim. 1:9; Tito 3:5).
Porque por gracia sois salvos [tiempo
pasado] por medio de la fe; y esto no
de vosotros, pues es don de Dios…
[Ef. 2:8].
Nos salvó, [tiempo pasado] no por
obras de justicia que nosotros hubié-
ramos hecho, sino por su misericordia,
por el lavamiento de la regeneración y
por la renovación en el Espíritu Santo,
[Tito 3:5].
2. En el presente, los creyentes están siendo
salvados del poder del pecado (Fil. 2:12; 1
Pedro 2:2).
Por tanto, amados míos, como siempre
habéis obedecido, no como en mi pre-
sencia solamente, sino mucho más
ahora en mi ausencia, ocupaos en
vuestra salvación con temor y temblor
[Fil. 2:12].
3. En el futuro, seremos salvos de la pre-
sencia del pecado y de toda ira (Rom. 5:10;
13:11; 1 Tes. 5:9; 2 Tim. 4:18; Heb. 1:14;
9:28; 1 Pedro 1:5; 4:18).
… seremos salvos [tiempo futuro] por
su vida. [Rom. 5:10].
D. Resumen
Salvar significa liberar, rescatar, ayudar, auxi-
liar, etc. Esto se ha mostrado en contextos no
teológicos (rescatar de la enfermedad, demo-
nios, enemigos, tormentas, esclavitud, etc.).
En contextos teológicos el significado es el
mismo. Los cristianos son librados del peca-
do, la ira, el juicio, la condenación, de un
mundo malvado, de un estado perdido, de la
muerte y de la destrucción. Los creyentes ha
sido salvos de la paga del pecado, están sien-
do salvados de su poder y serán salvos de su
presencia.
II. Expiación Substitutiva (Vicaria)
La expiación es un término teológico y se
refiere a todo lo que Cristo hizo en la Cruz.
En las secciones III a la VII de este mismo
capítulo haremos un estudio más completo del
tema de la expiación. Esta sección es, sin em-
bargo más limitada y concierne con los si-
guientes cuestionamientos: ¿Cuál fue el
propósito de la muerte de Cristo? ¿Qué es lo
que El estaba tratando de cumplir en la Cruz?
Se han propuesto varias teorías que son defi-
cientes o incorrectas.
A. Teoría de la Expiación Accidental
La teoría de la expiación accidental es total-
mente un punto de vista liberal. Sus adeptos
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 1
111
sostienen que Cristo fue un gran maestro mo-
ral pero que el destino terminó con Su vida
trágicamente. Al igual que Lincoln, Kennedy,
King, o Gandhi, Su muerte no tuvo ni sentido
ni propósito. Este punto de vista es totalmente
deficiente a la luz de las Escrituras.
B. Teoría de la Expiación del Ejemplo
Si el punto de vista de la expiación del ejem-
plo es cierto, entonces Cristo murió como un
mártir para entregarnos solamente el ejemplo
supremo de la devoción a la verdad y al deber.
Los que sostienen este punto de vista gene-
ralmente creen que El se hizo mártir con el
propósito (no por accidente) de mostrarnos
que nosotros hemos de estar dispuestos a mo-
rir por nuestros principios y a provocar una
gran devoción hacia la causa de la fe cristiana.
Es verdad que Cristo es nuestro ejemplo. Sin
embargo, no es suficiente considerar que el
único propósito de Su muerte fue el de un
martirio planeado. Esto convierte a Cristo en
un fanático religioso quien busca la muerte
para entrar a las glorias de los mártires.
C. Teoría de la Expiación de la Influencia
Moral
La teoría de la influencia moral es similar a la
teoría del ejemplo. De acuerdo con esta teoría,
Jesús murió de manera similar a un doctor
que muere ayudando durante una epidemia, o
un guarda costa, en un atentado de rescate.
Esta teoría sostiene que el propósito de Su
muerte fue, no para convertirse en un mártir
por una causa, sino más bien, para demostrar
Su gran amor. El propósito de Su muerte fue
el de ablandar nuestros corazones mediante la
influencia de Su amor. De ésta manera, El
tuvo la esperanza de que Su muerte obrara en
nosotros un cambio en nuestro camino perver-
so, y además la oportunidad de obrar para
obtener la salvación mediante la santidad.
La muerte de Cristo fue una demostración de
Su amor, y debería cambiar nuestras vidas.
Sin embargo, este punto de vista elimina la ira
de Dios sobre el pecado y el pago que hizo
Cristo por el mismo. Esta teoría hace de la
demostración del amor el único propósito de
la muerte de Cristo, y por lo tanto, no hace
justicia a la enseñanza de las Escrituras.
D. Teoría de la Expiación Gubernamental.
La teoría de la expiación gubernamental es
también popular en los círculos que tienden a
creer en la salvación por obras. De acuerdo a
esta teoría, Dios tiene un gobierno con leyes.
Si Cristo no hubiese muerto para mostrar
respeto y honor por estas leyes, entonces la
raza humana hubiese incrementado su falta
de respeto hacia Dios y hacia Sus leyes. Sin
embargo, la realidad es que violación de las
leyes se debe a que no se ha hecho un buen
trabajo en acatarlas. Este punto de vista no
sostiene que Cristo tuvo que morir para satis-
facer a un Dios ofendido, sino que su muerte
sería de utilidad para alertar a otros en cuanto
a la seriedad de obrar para la salvación me-
diante la observancia de las leyes. Algunas
personas pudieran haber sido salvas sin la
muerte de Cristo, pero muchas más irían tras
la salvación con la muerte de Cristo. Por lo
tanto, la muerte de Cristo fue diseñada para
promover el respeto hacia la ley de Dios dan-
do seriedad a la naturaleza de las infracciones
en contra de esa ley. Como resultado de la
muerte de Cristo, las personas obrarían más
arduamente para guardar las leyes de Dios a
fin de obtener salvación.
Este punto de vista suena ortodoxo para algu-
nos, pero es muy deficiente. Cristo no sólo
murió para que el gobierno de Dios pudiera
continuar operando sin dificultad por el debi-
do respeto por la ley. Mientras que Su muerte
si tiene relación con las leyes que se han in-
fringido y debiera promover el respeto hacia
las leyes de Dios, no era la intención que este
merecido respeto a la ley condujera a las per-
sonas a obrar por la salvación. Este punto de
vista hace de la muerte de Cristo una herra-
mienta opcional pero sabia para mantener el
orden en el gobierno de Dios y promueve la
salvación por obras. Esta teoría fracasa en
observar que la muerte de Cristo fue un factor
absolutamente necesario en la salvación y que
la ofensa no fue sólo contra la ley sino contra
No Solo de Pan
112
el carácter de Dios. Su muerte no fue necesa-
ria para promover la salvación por obras; fue
necesaria para proveer la salvación que nunca
sería obtenida mediante las obras. Cristo mu-
rió, no solo para hacer respetar las leyes de
Dios, sino para pagar el precio por su viola-
ción.
E. Defensa de la Teoría de la Expiación
Substitutiva (Vicaria)
Las teorías anteriores de la expiación contie-
nen verdades parciales. Cristo fue nuestro
ejemplo. El demostró lo que es el deber por
una causa. El demostró lo que es el amor. La
muerte de Cristo mostró la importancia de la
ley y promovió el respeto por la misma. Sin
embargo, ninguna de estas ideas es primordial
y ninguna está completa.
El punto de vista Bíblico en cuanto a la ex-
piación es que Cristo murió como nuestro
substituto. El murió en nuestro lugar toman-
do nuestro castigo y pagando nuestro precio; y
por consiguiente, El satisfizo a un Dios indig-
nado. Los otros propósitos de Su muerte son
secundarios.
Para establecer la doctrina de la expiación
substitutiva, es esencial que comprobemos
que la palabra por tiene el significado de
substitución (en lugar de) en tales frases como
“Cristo murió por nosotros”. Una persona con
un punto de vista liberal o con una orientación
hacia las obras pudiera tomar la frase “Cristo
murió por nosotros” con el significado de
simplemente, “Cristo murió para beneficiar-
nos”. ¿Cómo es que conocemos que la expia-
ción substitutiva es la enseñanza de los textos
Bíblicos que dicen que “Cristo murió por
nosotros”?
1. Una palabra griega que habla definitiva-
mente de substitución es la palabra anti. El
anticristo será un substituto de Cristo. Existen
bastantes antecedentes para traducir anti como
“en vez de”. Considere los siguientes ejem-
plos:
“… ‘Ojo por (que significa en vez de
o a cambio de) ojo, y diente por dien-
te” [Mat. 5:38].
“… ¿o si pescado, en lugar de (o en
vez de) pescado, le dará una serpien-
te?” [Lucas 11:11].
“…No paguéis a nadie mal por (a
cambio de o en lugar de) mal…”
[Rom. 12:17].
…mal por mal… [1 Tes. 5:15].
…no devolviendo mal por mal, ni
maldición por maldición… [1 Pedro
3:9].
…como Esaú, que por (en vez de o a
cambio de) una sola comida vendió su
primogenitura [Heb. 12:16].
Mat. 20:28 y Marcos 10:45 son los textos
claves de la doctrina de la expiación substitu-
tiva. Ya que anti significa sustitución, la frase
“Un rescate por muchos” significa que Cristo
entregó su vida como un substituto por los
muchos.1
El murió en lugar de los pecado-
res. Su vida fue entregada a cambio de nues-
tras vidas que deberían de haber sido penali-
zad
r (en lugar
rescate por muchos.”
cate por (anti) todos… [1
Tim. 2:5-6].
as.
“…como el Hijo del Hombre no vino
para ser servido, sino para servir, y pa-
ra dar su vida en rescate po
de) muchos” [Mat. 20:28].
“Porque el Hijo del Hombre no vino
para ser servido, sino para servir, y pa-
ra dar su vida en
[Marcos 10:45].
Porque hay un solo Dios, y un solo
mediador entre Dios y los hombres, Je-
sucristo hombre, el cual se dio a sí
mismo en res
1
La palabra Muchos en estos pasajes algunos la
limitan los elegidos. Otros versículos contienden
que Cristo murió por todo el mundo. El punto prin-
cipal aquí es que la muerte del Señor fue substituto.
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 1
113
2. Otra palabra que se traduce “por” es la
palabra huper. Esta palabra puede tener el
significado de “para el beneficio de”, pero
también significa “en lugar de” Filemón 1:13
y 2 Cor. 5:14-,15 son dos textos importantes
que establecen que huper se refiere a substitu-
ción. Cuando Pablo dice “Yo quisiera retener-
le conmigo, para que en lugar tuyo (huper)
me sirviese en mis prisiones por el evangelio”
[Filemón 13], el está diciendo que le hubiera
gustado retener a Onésimo para ministrar en
lugar de Filemón.
El siguiente pasaje de 2 Corintios es quizás el
más importante que comprueba huper se re-
fiere a substitución en los contextos que
hablan de la muerte de Cristo.
Porque el amor de Cristo nos constri-
ñe, pensando esto: que si uno murió
por (huper) todos, luego todos murie-
ron; y por (huper) todos murió, para
que los que viven, ya no vivan para sí,
sino para aquel que murió y resucitó
por ellos [2 Cor. 5:14-15].
En este contexto Pablo deduce que todos
hemos muerto con Cristo por que El murió
por todos. Por lo tanto, todos murieron con
El. Además, Pablo afirma que así como Cristo
dió Su vida por las nuestras, aquellos que vi-
ven le deben sus vidas a El. Esto significa
evidentemente que Cristo dió su vida a cam-
bio de la nuestra, de tal manera que los cre-
yentes le debemos nuestra vida a cambio.
Mat. 20:28 y Marcos 10:45 enseñan claramen-
te la expiación substitutiva al igual que lo
hacen los textos siguientes en la sección 3.
Filemón 1:13 y 2 Cor. 5:14-,15 muestra que
los textos que usan la palabra huper pueden
ser usados para enseñar la expiación substitu-
tiva. Muchos pasajes usan huper para referir-
se a la expiación. Sin la evidencia de los pasa-
jes claves anteriores, sería difícil conocer si
estos pasajes dicen que Cristo murió en nues-
tro lugar o solamente que Cristo murió a nues-
tro favor. Sin embargo, por Filemón 1:13 y 2
Cor.5:14-15, el autor cree que muchos versí-
culos que son menos claros se entienden me-
jor si consideramos el concepto de la expia-
ción substitutiva. Quizás la mayoría de ellos
también quieren decir que Cristo murió “a
nuestro favor” pero el punto de vista princi-
pal que es apoyado Bíblicamente en lo que a
la expiación se refiere debe ser que Cristo
murió en nuestro lugar como nuestro subs-
tituto. Esto debería ser incluido como una
parte del significado de los siguientes textos:
“Porque esto es mi sangre del nuevo
pacto, que por muchos es derrama-
da…” [Mat. 26:28].
“…Esto es mi sangre del nuevo pac-
to, que por muchos es derramada”
[Marcos 14:24].
“…Esta copa es el nuevo pacto en mi
sangre, que por vosotros se derrama”
[Lucas 22:20].
“… y el pan que yo daré es mi carne, la
cual yo daré por (a cambio de y a be-
neficio de) la vida del mundo” [Juan
6:51].
“… el buen pastor su vida da por las
ovejas” [Juan 10:11].
“Nadie tiene mayor amor que este, que
uno ponga su vida por sus amigos”
[Juan 15:13].
…Porque Cristo, cuando aún éramos
débiles, a su tiempo murió por los
impíos [Rom. 5:6].
… en que siendo aún pecadores, Cristo
murió por nosotros [Rom. 5:8].
El que no escatimó ni a su propio Hijo,
sino que lo entregó por todos noso-
tros… [Rom. 8:32].
…Que Cristo murió por nuestros pe-
cados, conforme a las Escrituras2
[1
Cor. 15:3].
2
Quizás esto significaría que Cristo murió “para
beneficiarnos” en relación al pecado, pero esto no
significa que Cristo murió para beneficiar al peca-
do. Sin embargo, la declaración se hace más clara
No Solo de Pan
114
Al que no conoció pecado, por (en es-
te uso de huper la sustitución es sobre-
saliente) nosotros lo hizo pecado,… [2
Cor. 5:21].
El cual se dio a sí mismo por nuestros
pecados… [Gál. 1:4].
Con Cristo estoy juntamente crucifica-
do…el cual me amó y se entregó a sí
mismo por mí [Gál. 2:20].
Cristo nos redimió de la maldición de
la ley, hecho por nosotros maldición…
[Gál. 3:13].
Quien se dio a sí mismo por noso-
tros… [Tito 2:14].
… por la gracia de Dios gustase la
muerte por todos [Heb. 2:9].
Porque también Cristo padeció una so-
la vez por los pecados, el justo por los
injustos... [1 Pedro 3:18]
3. El punto de vista substitutivo puede ser
establecido en otras bases sin hacer uso de las
preposiciones anti y huper. El concepto de
Cristo como el Cordero de Dios quién llevó
nuestros pecados también apoya el concepto
de Su muerte substitutiva. Además, Pablo en
Romanos 6 y Colosenses 2 enseña que los
creyentes murieron cuando Cristo murió en la
cruz. Este hecho está íntimamente ligado a la
idea de que El murió en nuestro lugar.
Ciertamente llevó él nuestras enferme-
dades, y sufrió nuestros dolores… [Isa.
53:4].
Todos nosotros nos descarriamos como
ovejas, cada cual se apartó por su ca-
mino; mas Jehová cargó en él el peca-
do de todos nosotros [Isa. 53:6].
… por la rebelión de mi pueblo fue
herido [Isa. 53:8b].
si se interpreta Cristo murió “en intercambio por
nuestras culpas”, por ejemplo, como nuestro substi-
tuto, El tomó nuestra culpa.” (Vea también Gál.
1:4.)
Con todo eso, Jehová quiso quebran-
tarlo, sujetándole a padecimiento.
Cuando haya puesto su vida en ex-
piación por el pecado… [Isa. 53:10a].
Quien llevó él mismo nuestros peca-
dos en su cuerpo sobre el madero…
[1 Pedro 2:24a].
Así también Cristo fue ofrecido una
sola vez para llevar los pecados de
muchos… [Heb. 9:28].
Porque si fuimos plantados junta-
mente con él en la semejanza de su
muerte, así también lo seremos en la
de su resurrección; sabiendo esto, que
nuestro viejo hombre fue crucificado
juntamente con él, para que el cuerpo
del pecado sea destruido, a fin de que
no sirvamos más al pecado [Rom. 6:5-
6].
4. Conclusión: Aunque otras teorías de la
expiación contienen verdades parciales, La
Biblia es clara en cuanto al propósito principal
de la muerte de Cristo que fue el de morir en
nuestro lugar. La expiación substitutiva ha
sido considerada como uno de los fundamen-
tos de la fe.
III. Redención: El Aspecto de la Expiación
Dirigido Hacia el Pecado
Aunque la redención trata el asunto entre
Dios y el hombre, puede decirse que esta es el
aspecto de la expiación que se dirige princi-
palmente hacia el asunto del pecado. Cristo
pagó el precio de la redención por el pecado y
rescató al hombre de la esclavitud al mismo.
Cuando se declara que Cristo nos redimió del
pecado significa que El nos compró. Más es-
pecíficamente, significa que El nos rescató del
pecado (y de la maldición de la ley) mediante
el pago de un precio de la misma manera que
alguien podría rescatar a un rehén, un esclavo
o a un prisionero de guerra. La redención in-
cluía el pago del precio y en su sentido más
pleno la libertad del rehén.
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 1
115
Detrás de la palabra redención existen muchas
formas griegas. Ya que la palabra redención
se usó para traducir palabras de uso común en
el mundo antiguo, sería de gran ayuda estu-
diar tanto el uso secular como el uso sagrado.
Los autores del Nuevo Testamento tomaron
una palabra que fue usada secularmente y le
dieron un significado teológico.
A. Agorazo (verbo) – Comprar, adquirir, re-
dimir.
1. Uso secular- Agorazo se relaciona con la
palabra Agora, que significa “mercado”
(Hechos 17:17). Esta era una palabra común
en los documentos de ventas.3
Existen ejem-
plos donde la palabra se usó con respecto a la
compra de esclavos, trigo y casas. Aunque
agorazo se usó en la compra de esclavos, esta
era una palabra básica usada para comprar en
general.4
2. Uso Bíblico – En la Septuaginta, la palabra
agorazo se usa para la compra de cualquier
cosa en general (por ejemplo en los capítulos
41-44 de Génesis cuando los hermanos de
José redimieron grano de él). El Nuevo Tes-
tamento usa agorazo de 30 a 31 veces, depen-
diendo de los manuscritos que se usen para el
conteo. La palabra significa comprar o adqui-
rir y generalmente se usa de manera no teoló-
gica (por ejemplo, en la compra de un campo
o una perla- Mat. 13:44, 46; 27:7; alimentos -
Mat. 14:15; cosas para la sepultura de Jesús -
Marcos 15:46; 16:1; la compra y la venta en
el templo - Marcos 11:15; tierra y bueyes -
Lucas 14:18-19).
Varias veces en el Nuevo Testamento los au-
tores usan agorazo en contextos relacionados
con la salvación de los creyentes (1 Cor. 6:20;
7:23; Ap. 5:9; 14:3, 4). Todas estas referen-
cias hablan de la redención en tiempo pasado.
3
Vea El Vocabulario del Testamento Griego de
James Hope Moulton y George Milligan, (1930;
Glasgow, Scotland: Hodder y Stroughton Edición
limitada 1972) 6.
4
La Predicción Apostólica de la Cruz, por Leon
Morris, 3ra.Edición (1965; Grand Rapids: Wm. B.
Eerdman Publishing Co., 1980) 53-55.
Agorazo se usa una vez en referencia a los que
no son salvos (2 Pedro 2:1).
Porque habéis sido comprados por
precio… [1 Cor. 6:20].
Y cantaban un nuevo cántico, dicien-
do: Digno eres de tomar el libro y de
abrir sus sellos; porque tú fuiste inmo-
lado, y con tu sangre nos has redimido
para Dios, de todo linaje y lengua y
pueblo y nación; [Ap. 5:9].
Pero hubo también falsos profetas en-
tre el pueblo, como habrá entre voso-
tros falsos maestros, que introducirán
encubiertamente herejías destructoras,
y aun negarán al Señor que los res-
cató, (compró) atrayendo sobre sí
mismos destrucción repentina [2 Pedro
2:1].
3. Conclusión: La palabra agorazo es una
palabra general cuyo significado es “comprar
algo”. Puede usarse en la compra de personas,
pero fue usada comúnmente para la compra de
cualquier propiedad. Agorazo recalca el pago
de un precio (El Cuerpo partido de Cristo y su
sangre derramada) y la transferencia resultan-
te de propietario. No recalca sin embargo, la
liberación del cautiverio, como lo hacen las
siguientes palabras de la redención. Por lo
tanto, esta palabra se usa apropiadamente para
“redención” de personas no salvas. Cristo ha
pagado el precio de ellos. El los compró y a El
le pertenecen. Sin embargo, ellos todavía no
han sido liberados.
B. Exagorazo (verbo) – Esta palabra es sim-
plemente la palabra agorazo con el prefijo Ex
(fuera de). También significa “comprar, ad-
quirir y redimir.”
1. En algunos contextos de uso secular, esta
palabra puede significar volver a comprar
algo que estaba perdido. Los teólogos se apre-
suran a señalar que Cristo compró otra vez a
No Solo de Pan
116
personas que ya le pertenecían, pero que se
habían convertido en esclavos del pecado. 5
2. Exagorazo Se usa solamente cuatro veces
en el Nuevo Testamento. Dos de estas veces
tiene el significado de pagar un precio para
retener posesión del tiempo (redimiendo el
tiempo - Ef. 5:16; Col. 4:5).
Los otros dos usos tienen importancia para la
doctrina de la salvación ya que enseñan que
Cristo redimió a los creyentes de la maldición
de la Ley (Gál. 3:13; 4:5). Esto es similar a
hablar de redención del pecado ya que el pe-
cado es lo que causa la maldición de la Ley.
En ambos versículos la redención ya ha ocu-
rrido para los creyentes. Cristo pagó el precio
de la redención, y por lo tanto, los creyentes
han sido liberados de la maldición de la Ley
(y ciertamente de la misma Ley).
Cristo nos redimió de la maldición de
la ley, hecho por nosotros maldición…
[Gál. 3:13a].
Para que redimiese a los que estaban
bajo la ley… [Gál. 4:5a].
A diferencia de agorazo, exagorazo se usa
solo en referencia a los creyentes y menciona
una completa liberación es difícil determinar
si la idea adicional de liberación proviene del
contexto y del tema o si está incluida en el
prefijo Ex como sucede en la palabra éxodo,
de ahí que la palabra exagorazo tenga el signi-
ficado de comprar y extraer.
C. Lutrao (verbo) – Esta palabra nos da más
claramente la idea de pagar el precio del res-
cate con el fin de liberar. Lo cual significa
“rescatar, redimir”
1. En el uso secular lutrao con frecuencia
significa comprar algo que se ha poseído con
anterioridad. He aquí algunos ejemplos: “el
manto todavía no ha sido redimido de la tien-
5
The Greek-English Lexicon of the New Testament
and Other Early Christian Literature por Moulton
y Milligan 220; y Walter Baur, Lexico, trad. Wm.
F. Arndt y F. Wilbur Gingrich (Chicago: Universi-
ty of Chicago Press, 1957) 271.
da de empeño,” “redime mi ropa,” y “por fa-
vor redime mi propiedad.”6
Aquí no sola-
mente hay énfasis en volver a comprar, lutrao
también da énfasis en el precio que se ha pa-
gado para liberar esclavos. Morris enseña que
cuando una persona del primer siglo escucha-
ba esta palabra, esta pensaba naturalmente en
el precio que se pagaba para liberar esclavos
del cautiverio.7
La siguiente cita de Josefo
nos ofrece una ilustración de la idea de pagar
un precio de rescate y así asegurar la libera-
ción de un rehén: “…A causa de no conocer
de lo que habría de suceder con su hermano,
[Herodes el Grande], estaba apresurado para
redimirle (lutrao) de la mano de sus enemi-
gos, y dispuesto a entregar trescientos talentos
por el precio de su redención.”8
El uso secular de lutrao enfatiza el pago de un
precio para asegurar la libertad de un esclavo,
un prisionero o un rehén. Este significado
secular predomina en el Nuevo Testamento en
donde la mayoría de las veces se cita el pre-
cio del rescate en el contexto donde se en-
cuentra la palabra y las derivaciones de lutrao.
9
2. El Nuevo Testamento usa lutrao en tres
lugares (Lucas 24:21; Tito 2:14; y 1 Pedro
1:18-19).
Quien se dio a sí mismo por nosotros
para redimirnos de toda iniquidad y
purificar para sí un pueblo pro-
pio, celoso de buenas obras [Tito
2:14].
Sabiendo que fuisteis rescatados (re-
dimidos) de vuestra vana manera de
vivir, la cual recibisteis de vuestros
6
Moulton y Milligan 383.
7
Morris 14.
8
Las Obras de Josefo por Josefo, trad. William
Whiston, (Peabody, Massachusetts: Hendrickson
Publicadores, 1985) 308.
9
El precio no se describe en Lucas 1:68, 2:38 y
24:21. Sin embargo, estos versículos hablan prin-
cipalmente de la salvación nacional de Israel.
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 1
117
padres, no con cosas corruptibles, co-
mo oro o plata, sino con la sangre pre-
ciosa de Cristo, como de un cordero
sin mancha y sin contaminación [1 Pe-
dro 1:18-19].
Nótese que en ambas referencias de las epísto-
las, se describe el precio de la redención. Tito
2:14 dice que Cristo se entregó a Si mismo
para redimirnos. 1 Pedro 1:18 basa la reden-
ción en el precio de la “sangre preciosa”.
Los liberales tienden a creer que la redención
sólo se refiere a una liberación. Sin embargo,
el Nuevo Testamento no sólo relaciona la re-
dención a una liberación sino al precio que
garantiza la misma. Tanto en Tito 2 como en 1
Pedro 1, la redención para el creyente parece
ocurrir en el pasado, aunque esto se observa
más claramente en 1 Pedro. 1:18-19. (Tito 2
se refiere a una liberación presente del poder
del pecado.)
La Biblia describe al perdido como un esclavo
del pecado (Juan 8:34; Rom. 6:6, 14, 17, 20;
7:14 y ss.) y cautivo al temor de la muerte
(Heb. 2:14-15). Por razón que los derivados
de lutrao en el mundo secular se usaban
comúnmente para la liberación de esclavos y
porque la Biblia enseña que el hombre es es-
clavo del pecado, y porque Tito 2 y 1 Pedro 1
mencionan la liberación de una previa esclavi-
tud a la maldad,10
la imagen de rescatar a un
prisionero o un esclavo parece estar en las
mentes de los escritores Bíblicos cuando ellos
usan esta palabra de la redención. Cristo pagó
el precio para comprar a los esclavos del pe-
cado y para asegurar su libertad.
Agorazo enfatiza el precio de la compra y la
transferencia de la propiedad pero no la libe-
ración. Esa es la razón por la cual se usa esta
palabra para los no salvos. Lutrao da énfasis
tanto al precio como a la liberación. Por esta
10
Tito 2:14 menciona redención de “toda iniqui-
dad,” y 1 Pedro 1:18 habla de la redención de una
“vana manera de vivir, la cual recibisteis de vues-
tros padres, ”
razón nunca se usa para referirse a los que no
son salvos.
D. Lutron (sustantivo) – Esta palabra signifi-
ca “rescate,” o sea el “precio pagado para
asegurar la liberación.”
1. En el uso secular, esta era la palabra usada
por los antiguos para designar el dinero de la
compra y liberación de esclavos.11
Podríamos
ofrecer muchos pasajes del historiador Josefo
en los que lutron significa “el precio de la
liberación o del rescate.”12
2. Lutron solo se usa dos veces en el Nuevo
Testamento, pero ambos textos son muy signi-
ficativos en cuanto a la doctrina de la salva-
ción se refiere ya que estos son los dos textos
que más claramente enseñan la doctrina de la
expiación substitutiva.
“Como el Hijo del Hombre no vino pa-
ra ser servido, sino para servir, y para
dar su vida en rescate por muchos”
[Mat. 20:28].
“Porque el Hijo del Hombre no vino
para ser servido, sino para servir, y pa-
ra dar su vida en rescate por muchos”
[Marcos 10:45].
Cristo enseño que el precio del rescate que
sería pagado sería Su vida. Si tenemos presen-
te que anti significa “en lugar de, a cambio de,
como sustituto,” entonces la idea del precio es
intensificada. Cristo dió Su vida como rescate,
por nosotros o sea, en lugar de nosotros y con
el fin de comprarnos.
E. Lutrosis (sustantivo)
Esta palabra de redención se usa solo tres ve-
ces en el Nuevo Testamento (Lucas 1:68;
2:38; Heb. 9:12). Se puede estudiar en con-
junto con la siguiente palabra que es la forma
11
Moulton y Milligan 382-383; Baur, Arndt, y
Gingrich 483-84.
12
Diccionario Teológico del Nuevo Testamento
por Gerhard Kittel, ed., vol. 4, trad. Geoffrey W.
Bromiley (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Pu-
blishing Co., 1967) 340.
No Solo de Pan
118
compuesta apolutrosis. Es significativo que
Heb. 9:12 habla de “redención eterna.” Una
vez que Cristo nos redime de la esclavitud del
pecado, en el sentido posicional, ya no puede
haber más esclavitud al mismo. Un creyente
puede practicar servicio al pecado, pero este
nunca vuelve a estar en la posición de servi-
dumbre al mismo. La obra de la cruz ha pro-
visto una liberación total y permanente. Lu-
trosis se traduce “redención” lo cual significa
“una liberación que ha sido asegurada me-
diante el pago de un precio.”
F. Apolutrosis (sustantivo)
Esta palabra significa una liberación asegura-
da por el pago de un precio.
1. En el mundo secular antiguo, la palabra
apolutrosis fue utilizada con no mucha fre-
cuencia, pero esta se refirió claramente a la
liberación de los esclavos o los rehenes que se
aseguraba por el pago de un rescate.13
Plutar-
co habla del rescate de ciudades cautivas.14
Filo habla de un esclavo que se suicidó ya que
sentía que nadie podría pagar su redención.15
La Epístola de Aristeas usa la palabra al
hablar del rescate de prisioneros de guerra a
un precio de “veinte dracmas por cabeza.”16
Josefo en una de sus secciones menciona que
el costo por la redención de las personas cap-
turadas era “más de cuatrocientos talentos.”17
En tales contextos, con frecuencia encontra-
mos la idea de volver a comprar. No cabe la
menor duda que cuando los lectores originales
del Nuevo Testamento leyeron la palabra apo-
lutrosis, ellos tenían en sus mentes la situa-
ción de un rehén o un esclavo. Una persona
era libre debido a que alguien más pagaba un
precio.
2. La palabra apolutrosis ocurre diez veces
en el Nuevo Testamento. Con frecuencia se
13
Baur, Arndt, and Gingrich 95; Morris 16.
14
Ibid. 16.
15
Ibid. 16-17.
16
Ibid.
17
Ibid.
menciona el precio específico que asegura la
liberación (sangre - Rom. 3:24-25; Ef. 1:7;
Co1. 1:1418
; muerte y sangre - Heb. 9:12, 15;
también Ef. 1:14, por el contexto).
…siendo justificados gratuitamente
por su gracia, mediante la redención
que es en Cristo Jesús, a quien Dios
puso como propiciación por medio de
la fe en su sangre [Rom. 3:24-25].
En quien tenemos redención por su
sangre… [Ef. 1:7].
Así que, por eso es mediador de un
nuevo pacto, para que interviniendo
muerte para la remisión (redención) de
las transgresiones que había bajo el
primer pacto, los llamados reciban la
promesa de la herencia eterna [Heb.
9:15].
Dado el uso antiguo común de la palabra que
habla de un rescate, dadas las enseñanzas
Bíblicas generales acerca del precio que se
pagaba y dados los versículos que recalcan el
precio, es saludable que concluyamos que la
redención en términos teológicos se aproxima
a la idea secular de redención. Cristo pagó el
precio de la compra de aquellos que estaban
en esclavitud al pecado y en seguida les dió
libertad. El precio fue Su vida entregada al
morir, Su cuerpo partido, y Su sangre derra-
mada.
Aunque el Nuevo Testamento por lo general
considera la redención como un acontecimien-
to pasado, apolutrosis se usa tres veces para
referirse a una redención futura (Rom. 8:23;
Ef. 1:14; Ef. 4:30). Existe un aspecto futuro
de la redención ya que la liberación total (li-
bertad) del pecado y sus efectos en nuestros
cuerpos se llevará a cabo en el futuro. Si lo
vemos desde ese ángulo, los creyentes todav-
ía estamos esperando una redención futura y
completa.
18
Si la sangre no se menciona en el texto original,
esta sería aún con esto el precio de la compra co-
rroborada por el pasaje paralelo de Ef. 1:7.
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 1
119
Y no sólo ella, sino que también noso-
tros mismos, que tenemos las primicias
del Espíritu, nosotros también gemi-
mos dentro de nosotros mismos, espe-
rando la adopción, la redención de
nuestro cuerpo [Rom. 8:23].
…que es las arras de nuestra herencia
hasta la redención de la posesión ad-
quirida, para alabanza de su gloria [Ef.
1:14].
Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios,
con el cual fuisteis sellados para el día de
la redención [Ef. 4:30].
Este aspecto futuro de la redención ha de es-
perarse con anticipación. Sin embargo, este
está basado en el pago tan fundamental que se
efectuó en el pasado en la cruz y en la libera-
ción que se llevó a cabo en la conversión que
ha experimentado el creyente. Es más común
que el Nuevo Testamento hable de la reden-
ción como un evento pasado que tiene el re-
sultado de ser una posesión en el presente (ej.
Ef. 1:7, “tenemos redención”; 1 Cor. 1:30).
Los creyentes ya han sido redimidos de la
maldición de la Ley, de la paga del pecado y
del dominio del pecado. Estas son las bases
para cualquier tipo de redención de la presen-
cia del pecado que se lleve a cabo en el futu-
ro.19
En todos los contextos apolutrosis habla de
una liberación completa. Por lo que a dife-
rencia de agorazo, esta nunca se usa para
referirse a los incrédulos. Algunos piensan
que la idea de liberación es intensificada por
el prefijo apo (que significa fuera de como en
19
Los otros dos usos de apolutrosis se encuentran
en Lucas 21:28 y Heb. 11:35. Es difícil determinar
si Lucas 21 se refiere a la redención futura de indi-
viduos o a la liberación nacional de Israel de sus
enemigos. La referencia de Hebreos 11 es acerca
de la apostasía como precio de la liberación de la
tortura.
apostasía).20
Otros sostienen que esto es solo
una variante en el estilo y que la liberación
completa proviene del contexto y no del prefi-
jo apo.21
Sin importar la diferencia, apolutro-
sis significa liberación asegurada por el pago
de un precio o rescate.
G. Resumen y Conclusiones acerca de la Re-
dención
1. La Biblia no menciona a quien se le pagó
el precio de la redención. Algunos creen que
Dios el hijo pagó el precio a Dios el Padre.
Otros piensan que Cristo pagó el precio a Sa-
tanás para asegurar la liberación de los huma-
nos de la cautividad a Satanás. Este asunto
continua sin resolver. Sin embargo es justo
que concluyamos que la Biblia da énfasis a la
idea de un precio. La redención no es solo una
liberación, libertad o rescate. Es la liberación
que se obtuvo mediante el pago de un precio
(La muerte de Cristo, Su sangre).
2. La Redención es el aspecto de la expiación
dirigido hacia el pecado. Somos redimidos del
pecado (Rom. 3:23-24, Col. 1:14, Ef. 1:7), de
toda iniquidad (Tito 2:14), de transgresiones
(Heb. 9:12, 15), y de nuestra vana manera de
vivir (1 Pedro 1:18-19). El hecho de enseñar
que los creyentes son redimidos de la maldi-
ción de la ley no es tan diferente del hecho de
enseñar que somos redimidos del pecado (Gál.
3:13, 4:5). Fue el pecado el que provocó que
la ley maldijera al hombre y lo obligara e
estar bajo el castigo de la ley.22
3. Aunque los diferentes grupos de palabras
de agorazo y lutrao son muy similares, si
deseamos profundizar nuestro entendimiento
de la redención, debemos conocer las diferen-
cias sutiles entre estos.
20
Sinónimos Del Nuevo Testamento por Richard
Chenevix Trench, (1880; Grand Rapids: Wm. B.
Eerdmans Publishing Co., 1976) 290.
21
Morris, 16.
22
El contexto tanto de Gálatas 3-4 como de
Hebreos 9 muestra como los creyentes han sido
redimidos no solo de la maldición de la Ley sino
también de la Ley misma.
No Solo de Pan
120
a. Aunque los derivados de la palabra agora-
zo se pueden usar para referirse a la compra
de esclavos o para comprar algo otra vez, esta,
es una palabra genérica que se usa para la
compra de cualquier cosa. Esta palabra habla
de un precio que se paga y de transferencia
de propietario, pero puede o no referirse a la
liberación. Por lo que, sería correcto que dijé-
ramos que todo el mundo ha sido redimido (2
Pedro 2:1). Cristo pagó el precio para la com-
pra de toda la raza humana. Aquí el énfasis se
coloca en la compra y la transferencia de pro-
pietario.
b. Los derivados de la palabra lutrao pueden
usarse para la compra de objetos pero esta
palabra es más específica que agorazo y con
frecuencia se refiere a la compra o rescate de
seres humanos tales como esclavos, rehenes o
prisioneros de guerra. Esta palabra se refiere
de una manera más clara a la compra de algo
que antes se poseía originalmente. La antigua
y común imagen de la liberación de los escla-
vos y prisioneros mediante el pago de un res-
cate encaja muy bien con las enseñanzas del
Nuevo Testamento acerca de las personas que
eran prisioneras del pecado y de la muerte.23
A diferencia de agorazo, que no necesita men-
cionar el hecho de la liberación, el grupo de
palabras lutrao (tal como se usan en el Nuevo
Testamento) siempre mencionan una libera-
ción, librar a alguien, o poner en libertad del
pecado. Por lo tanto, esta palabra nunca se usa
para referirse a los no salvos. Su énfasis es la
libertad, liberación que ha sido asegurada, con
el precio pagado por Cristo.
IV.Reconciliación – El Aspecto de la Expia-
ción Dirigido Hacia el Hombre
A. Trasfondo de la Idea de Reconciliación
La verdad de la reconciliación presupone que
el hombre fue o es el enemigo de Dios. La
i-
sa y hostil
s palabras que se tra-
ducen reconciliación.
23
Vea Juan 5:24, 8:34; Rom. 6:6, 14, 18, 22; 7:14,
23; 8:2; 1 Cor. 15:24-26; 2 Tim. 1:10, Heb. 2:14-
15; 1 Juan. 3:14. Heb. 2:14-15 nos da el concepto
de la redención de la muerte pero no usa precisa-
mente la palabra redención.
enemistad del hombre hacia Dios se enseña no
solo en los contextos que hablan de reconci-
liación (Rom. 5:10; Col. 1:21-22), sino tam-
bién en muchos otros pasajes (Lucas 19:27;
Rom. 8:7, “de la carne” se refieren a los no
salvos, 1 Cor. 15:25; Fil. 3:18).
…Por cuanto los designios de la carne
(los incrédulos) son enemistad contra
Dios; porque no se sujetan a la ley de
Dios, ni tampoco pueden24
[Rom.
8:7].
Porque por ahí andan muchos, de los
cuales os dije muchas veces, y aun
ahora lo digo llorando, que son enem
gos de la cruz de Cristo [Fil. 3:18].
Es evidente por la experiencia que los no sal-
vos son hostiles hacia Dios. Para dar el pano-
rama completo hemos de añadir que Dios ama
a Sus enemigos (Juan 3:16; Rom. 5:8, etc.). El
distanciamiento, fue la culpa del hombre. Fue
el hombre quien causó la separación. El hom-
bre le dio la espalda a Dios y se extravió de
El. Dios no tiene culpa alguna. Sin embargo,
Dios reaccionó a la hostilidad humana con
una indignación justa y santa. Por consiguien-
te es correcto decir que la hostilidad era mu-
tua. El hombre veía a Dios como un enemigo,
y Dios también veía al hombre como Su ene-
migo. La diferencia es que el hombre era pe-
cador en su hostilidad hacia Dios y Dios era
plenamente justificado en Su hostilidad hacia
el hombre. La doctrina de la reconciliación
toma en consideración la manera en que la
obra de la Cruz afectó la tan ten
relación entre Dios y el hombre.
B. El significado de la
24
Rom. 8:9 define aquellos que están en la carne
como los que no poseen el Espíritu Santo y que no
pertenecen a Cristo. Por lo que, por la definición de
Pablo “en la carne” en este contexto se refiere a los
no salvos que carecen del Espíritu Santo. Por esta
razón el verso 7 que se cita aquí, los clasifica co-
mo enemigos hostiles a Dios (que carecen de re-
conciliación).
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 1
121
1. En el mundo secular antiguo, el término
reconciliación al parecer tuvo su origen como
un término de las finanzas. Se usó para el in-
tercambio de un tipo de moneda en otro (ya
sea para hacer cambio o para intercambiar
dinero extranjero). Con el paso del tiempo el
mundo la usó para referirse al cambio en la
relación entre la gente, y hablando específi-
camente un cambio de una relación de hostili-
dad a una de paz.25
En cierta forma el uso
secular del término no ha cambiado. La re-
conciliación todavía tiene que ver con las fi-
nanzas (por ejemplo, al reconciliar las cuen-
tas) y relaciones (por ejemplo, una pareja con
problemas en el matrimonio se reconcilia).
2. En las Escrituras, la palabra reconciliación
se usa tanto en contextos que no hablan de
salvación como en contextos que si hablan de
salvación.
a. En contextos que no se refieren a la salva-
ción prevalece la idea de cambiar una relación
para mejorarla. Existe un cambio de hostilidad
a paz y amistad. Se usa la palabra diallasso en
estos casos:
“…porque ¿con qué cosa (David) se
reconciliaría (diallasso) con su señor
(Saúl) que con las cabezas de estos
hombres?” [1 Sam. 29:4 (LXX)].
“… anda, reconcíliate (diallasso) pri-
mero con tu hermano, y entonces ven y
presenta tu ofrenda” [Mat. 5:24].
…y si se separa, quédese sin casar, o
reconcíliese (katallasso) con su mari-
do… [1 Cor. 7:11].
b. Note que la idea de hostilidad se presenta
en la mayoría de las veces que se usa la pala-
bra reconciliado. A esta realidad, le agrega-
mos la enseñanza general en cuanto a la ene-
mistad del hombre con Dios y como resultado
tenemos la validación de que no existe ningún
cambio de significado cuando se usa la pala-
bra reconciliación en los contextos que no
25
Morris, 215.
hablan de salvación ya que se habla de un
cambio en la relación de la hostilidad a la paz.
Porque si siendo enemigos, fuimos re-
conciliados con Dios por la muerte de
su Hijo, mucho más, estando reconci-
liados, seremos salvos por su vida.
[Rom. 5:10].
Y a vosotros también, que erais en otro
tiempo extraños y enemigos en vues-
tra mente, haciendo malas obras, ahora
os ha reconciliado… [Col. 1:21-22].
Porque él es nuestra paz, que de ambos
pueblos hizo uno, derribando la pared in-
termedia de separación, aboliendo en su
carne las enemistades, la ley de los man-
damientos expresados en ordenanzas, para
crear en sí mismo de los dos un solo y
nuevo hombre, haciendo la paz, y median-
te la cruz reconciliar con Dios a ambos en
un solo cuerpo, matando en ella las ene-
mistades26
[Ef. 2:14-16].
Las Escrituras usan reconciliación en el senti-
do ordinario de cambiar una relación a fin de
que esta se mejore. La relación es alterada de
enemistad y hostilidad a amistad y paz.
C. Detalles sobre la doctrina de la reconcilia-
ción
1. La Biblia nos ofrece dos aspectos, o fases
para la reconciliación. En un sentido objetivo
la reconciliación ya se ha llevado a cabo en el
pasado en la Cruz. Todo el mundo fue recon-
ciliado sea creyente o incrédulo. Sin embargo,
en un sentido subjetivo el individuo es re-
conciliado con Dios en el momento de la
conversión. Se pueden observar estas dos
fases de reconciliación en los principales pa-
sajes Bíblicos que tratan del tema. Las seccio-
nes recalcadas con letra más obscura indican
la reconciliación universal en la cruz. Las
palabras en letra cursiva indican la reconcilia-
26
Ef. 2:14-16 incluye la reconciliación de los pue-
blos uno con otro (Judío y gentil) además de la
reconciliación con Dios.
No Solo de Pan
122
ción individual en el momento de confiar en
Cristo para la salvación.
Porque si siendo enemigos, fuimos
reconciliados con Dios por la muerte
de su Hijo, mucho más, estando recon-
ciliados, seremos salvos por su vida. Y
no sólo esto, sino que también nos glo-
riamos en Dios por el Señor nuestro
Jesucristo, por quien hemos recibido
ahora la reconciliación. [Rom. 5:10-
11].
Pablo comunica a sus lectores que en un sen-
tido, ellos fueron reconciliados con Dios en el
pasado en el momento de la muerte de Cristo;
pero en otro sentido ellos están siendo recon-
ciliados con Dios ahora, en el momento de la
salvación.
Y todo esto proviene de Dios, quien
nos reconcilió consigo mismo por
Cristo, y nos dio el ministerio de la re-
conciliación; que Dios estaba en Cristo
reconciliando consigo al mundo, no
tomándoles en cuenta a los hombres
sus pecados, y nos encargó a nosotros
la palabra de la reconciliación. Así
que, somos embajadores en nombre de
Cristo, como si Dios rogase por medio
de nosotros; os rogamos en nombre de
Cristo: Reconciliaos con Dios [2 Cor.
5:18-20].
Aunque Dios por medio de Cristo ha reconci-
liado a todo el mundo consigo mismo, Pablo
declaraba que él (Pablo) estaba rogando a los
individuos que se reconciliaran con Dios. El
“ministerio de la reconciliación” es la obra de
ofrecer la reconciliación a individuos que, en
un sentido más universal, ya han sido reconci-
liados por la cruz.
…y por medio de él reconciliar con-
sigo todas las cosas, así las que están
en la tierra como las que están en los
cielos, haciendo la paz mediante la
sangre de su cruz. Y a vosotros tam-
bién, que erais en otro tiempo extraños
y enemigos en vuestra mente, haciendo
malas obras, ahora os ha reconcilia-
do en su cuerpo de carne, por medio de
la muerte, para presentaros santos y sin
mancha e irreprensibles delante de él
[Col. 1:20-22].
El verso veinte habla de una reconciliación
universal que ocurrió por medio de la cruz. El
verso veintidós se refiere a la reconciliación
individual que para los creyentes ocurre en el
momento de la salvación.
2. Las dos fases de la reconciliación son la
universal y la individual.
a. La reconciliación universal se llevó a cabo
en la cruz. ¿Qué es lo que quiere decir la Bi-
blia cuando enseña que todo el mundo ha sido
reconciliado con Dios? Ciertamente no signi-
fica que todos han sido salvos o que ya han
dejado de ser enemigos de Dios. ¿En qué sen-
tido ha restaurado la cruz la relación entre el
hombre y Dios? y ¿En qué sentido la ha mejo-
rado?
El autor cree que la clave para descifrar esto
se encuentra en 2 Cor. 5:19 donde está escrito
“que Dios estaba en Cristo reconciliando con-
sigo al mundo, no tomándoles en cuenta a
los hombres sus pecados” Antes de la caída,
el pecado no era ningún factor que amenazara
al hombre con el infierno eterno; después de
la caída el pecado entró en el mundo y se con-
virtió en la base potencial de la condenación
eterna del hombre. En relación al pecado que
fue la base de la muerte eterna, la cruz recon-
cilió a todos los hombres y los llevó a su rela-
ción original con Dios. La cruz derrotó al pe-
cado de una manera tal que ahora la base para
la muerte eterna no es el pecado sino el recha-
zo de Cristo.27
El pecado ya no es el asunto
importante que determina el destino eterno de
una persona. Dios solo está interesado en lo
que una persona hace con Su Hijo Jesucristo.
Sobre este punto restringido pero importante,
el mundo entero ha sido restaurado a su con-
dición original. Los que no son salvos son
27
Vea la discusión de la nota número 5 bajo la
“Doctrina del Hombre,” Capítulo 6, págs. 70-72.
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 1
123
todavía culpables y Dios pudo haber conde-
nado justamente a la raza humana por el peca-
do; pero Dios, por medio de la Cruz, es justo
y lleno de gracia por cuanto no ejecuta esta
acción. Nadie sufrirá el castigo en el sentido
eterno ni por el pecado de Adán ni por sus
pecados individuales. Si las personas entran
en el infierno, será por la indiferencia hacia
Cristo. En relación a la condenación eterna
que fue causada por el pecado solamente, el
mundo entero es reconciliado con Dios. El
mundo ha regresado a su relación original con
Dios.
b. La reconciliación individual se lleva a
cabo en el momento de la salvación. El mun-
do entero fue reconciliado en la cruz en el
sentido limitado ya que el pecado no es la
base de la condenación eterna. Sin embargo,
las personas que no son salvas son todavía
culpables de pecado. Todavía son hostiles,
separados y enemigos de Dios. Por lo tanto,
debe llevarse a cabo una reconciliación indi-
vidual con el fin de eliminar por completo
cualquier área en la que Dios y el hombre
tengan disparidad – una reconciliación sin
restricciones.
Cada creyente es reconciliado con Dios de
forma individual en el momento de la salva-
ción. A esto le podríamos llamar la segunda
fase de la reconciliación, reconciliación subje-
tiva o reconciliación individual. En ese mo-
mento cesan ya la hostilidad y el antagonismo
y son reemplazados con comunión, amistad y
paz (compare las palabras paz y reconcilia-
ción en el mismo contexto, por ejemplo Rom.
5:1, 10-11; Ef. 2:14-16; Col. 1:20).
3. La Biblia siempre menciona a Dios co-
mo el que toma la iniciativa en el proceso de
la reconciliación y al hombre como el que es
reconciliado. Dios reconcilió al hombre con-
sigo mismo. El hombre es reconciliado. Dios
lo lleva a cabo. Al hombre se le presenta co-
mo rebelde y sin ningún interés de amistad
con Dios. A Dios se le presenta como alcan-
zando al hombre, haciendo todo esfuerzo para
reconciliarlo. Es entendible que al hombre se
le mencione siempre con la necesidad de la
reconciliación ya que él es quien ocasionó la
relación de tensión al principio.
Aunque la Biblia describa a Dios reconcilián-
dose con el hombre, los teólogos se cuestio-
nan si es correcto pensar de esa manera. El
Hombre necesitaba reconciliarse con Dios
definitivamente. El fue quien creó la enemis-
tad, y él es quien necesita “el cambio para
mejorar.” Sin embargo, la rebelión del hombre
cambió la manera en la que Dios obra y trata
con el hombre. Por esta razón, el autor cree
que es correcto decir que Dios fue también
reconciliado al hombre por medio de la cruz
(aunque la Biblia siempre exprese este cambio
en la relación como el hombre siendo reconci-
liado con Dios). La cruz cambió la relación
del hombre hacia Dios pero también cambió la
relación de Dios hacia el hombre.
4. Resumen: Reconciliar significa cambiar
una relación. Hablando específicamente, de
una relación de hostilidad y enemistad a una
de paz y amistad. El mundo entero fue recon-
ciliado con Dios en la cruz en el sentido en
que el pecado heredado y los actos de pecado
ya no son la base que amenaza con condena-
ción. El rechazo del Salvador trae la condena-
ción eterna. Por lo que, todavía hay una nece-
sidad de apelar a los individuos para que conf-
íen en Cristo como Salvador y para recibir una
reconciliación individual y personal que eli-
mine todas las áreas en donde Dios y el hom-
bre estén enemistados y a la vez lleve al hom-
bre a la comunión y a la paz con Dios.
V. La Propiciación: El Aspecto de la Expia-
ción Dirigido hacia Dios
Cuando decimos que Cristo propició a Dios
significa que El removió la ofensa del pecado
y por lo tanto eliminó la ira de Dios. Otras
maneras de explicar el concepto son las si-
guientes: La cruz apaciguó la ira de Dios,
calmó la ira de Dios, y aplacó la ira de Dios.
La muerte de Cristo satisfizo la recta ira de
Dios de modo que Su ira fue desviada de no-
sotros. Así como la redención es aspecto de la
expiación dirigido al pecado y la reconcilia-
ción es el aspecto de la expiación dirigido al
No Solo de Pan
124
hombre, la propiciación es el aspecto de la
expiación dirigido a Dios.
La Redención presenta al hombre como un
esclavo prisionero como un rehén del pecado.
La reconciliación presenta al hombre como un
enemigo que está alejado de Dios. La propi-
ciación presenta al hombre como un criminal
culpable cuya ofensa ha airado justamente al
Juez.28
Ha habido una tendencia en tiempos moder-
nos para eliminar la traducción de propicia-
ción. Ha de tenerse mucho cuidado para que
los conservadores no imiten el pensamiento
liberal de este mundo. Por causa de que los
liberales vacilan en dar énfasis a la ira de
Dios, ellos piensan en términos de la muerte
de Cristo co- mo una muerte satisfactoria o
expiatoria. De una manera que no se especifi-
ca, esa muerte fue satisfactoria para Dios y
expió (o cubrió) nuestros pecados. Esta muer-
te quitó nuestra culpa y obligación por el pe-
cado. Estos conceptos son verdaderos pero la
Biblia es más específica. La muerte de Cristo
fue satisfactoria ya que desvió la ira de Dios.
A fin de propiciar a Dios, Cristo tuvo en rea-
lidad que expiar (o cubrir) el pecado, pero a
menos que se incluya la desviación de la ira,
estaremos dando una definición deficiente de
propiciación. Es mejor retener el término de la
propiciación y explicarlo con exactitud para
que las personas se acostumbren a él.29
Ya
que ha existido un movimiento para redefinir
28
Por medio de Su muerte Cristo ya ha pagado el
precio de la redención por el pecado. El ha propi-
ciado la ira de Dios y reconciliado al hombre con
Dios. No hay un orden cronológico ya que todo se
cumplió al mismo tiempo. Sin embargo, el orden
lógico sería: primero, Cristo pagó la redención por
el pecado; segundo, El propició la ira de Dios ya
que se ha pagado el precio de la redención; y terce-
ro, El reconcilió el hombre con Dios ya que se
habia pagado el precio de la redención y se había
satisfecho la ira de Dios.
29
La Nueva Versión Internacional no traduce pro-
piciación en 1 Juan 2:2 y usa el sacrificio por el
perdón.
la propiciación, la siguiente sección presenta
el caso de la definición tradicional.
A. Definición de Propiciación
1. En el griego no Bíblico existen bastantes
ejemplos antiguos donde se usa el grupo de
palabras de la propiciación para apaciguar la
ira y particularmente la ira de los dioses.
Homero escribe estas líneas: “así que todo el
día procuraron apaciguar la ira de los dioses
con una canción,” “que al primero de los dio-
ses yo pueda propiciar sea a Atena.”30
Jose-
fo escribe del incidente del Antiguo Testa-
mento que se encuentra en 1 Samuel 14 donde
Saúl había proferido una maldición en contra
de todo aquel que comiera en el día de la bata-
lla. Jonatán, quien no estaba enterado de la
maldición de su padre, había comido algo de
miel. Saúl quería sacrificar a Jonatán y así
apaciguar la ira de Dios.
Ciertamente juro por Dios mismo que
aunque fuera mi propio hijo Jonatán
que hubiese cometido este pecado, lo
mataré y propiciaré así a Dios, como
si fuera un extraño sin parentesco
conmigo de quien yo me vengaría.31
Filo quien vivió en la época de los apóstoles
usa también la idea de aplacar la ira de Dios.
En la siguiente cita la palabra “amor” se re-
fiere a Dios.
Porque yo (Dios) acepto tanto al que
desea gozar de mi poder benéfico y de
esta manera participar de bendiciones
como aquel que propicia el dominio y
autoridad del amo (Dios) para evitar
el castigo.32
Aun después de los tiempos del Nuevo Tes-
tamento, El grupo de palabras de la propicia-
ción continuó refiriéndose a la satisfacción de
la ira. El Pastor de Hermas, que fue escrito
30
La Ilíada y La Odisea de Homero, Vol. 1 (Bi-
blioteca Clásica Loeb) 99 y 39.
31
Jewish Antiquities de Josefo, Vol. 5 (Biblioteca
Clásica Loeb) 229.
32
Filo, Vol. 6 (Biblioteca Clásica Loeb) 67.
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 1
125
aproximadamente en el 160 DC, en una de
sus secciones menciona lo siguiente: “Si este
pecado se me ha asignado, ¿Cómo puedo ser
salvo?, o ¿Cómo propiciaré a Dios…?”33
Todos estos ejemplos muestran que el mundo
antiguo consideraba que el significado de la
palabra propiciación era la satisfacción de la
ira de los dioses (o de Dios).
Cuando el estudiante de la Biblia se remite a
las Escrituras, este deberá demandar una evi-
dencia fuerte antes de dar una redefinición de
la palabra propiciación. En la ausencia de tal
evidencia, se deberá conservar la definición
de “aplacar o apaciguar la Ira de Dios”.
2. El grupo de palabras de la propiciación se
usa en las Escrituras para expresar la desvia-
ción de la ira de Dios y se encuentra en la
Septuaginta y en el Nuevo testamento.
a. Es evidente aún para el lector casual de la
Biblia que esta presenta a Dios airado por el
pecado. Esto es tan común que no es necesa-
rio dar una lista completa de pasajes (Juan
3:36; Rom. 1:18, 12:19; Ef. 5:6; Col. 3:6; 2
Tes. 1:7-8; Heb. 10:31, 12:29; Ap. 6:16;
19:15, 20:11-15). El fondo histórico del uso
no bíblico del grupo de palabras de la propi-
ciación sumado a la enseñanza general de la
ira de Dios llevaría a los intérpretes a traducir
la palabra propiciación como la desviación o
la satisfacción de la ira. Si los contextos
Bíblicos donde encontramos la palabra propi-
ciación también mencionan la ira de Dios en-
tonces no debe haber ninguna duda en cuanto
al significado del término.
b. El Antiguo Testamento hebreo fue tradu-
cido al griego aproximadamente en el año
200 A.C. Como los autores del Nuevo Tes-
tamento estaban familiarizados con el Antiguo
Testamento griego (llamado Septuaginta), las
definiciones de las palabras de la Septuaginta
influenciaron su pensamiento. En ciertos con-
33
Los Padres Ante-Nicenos por Alexander Roberts
y James Donaldson, ed., vol. 2 (Grand Rapids:
Wm. B. Eerdmans) 10. (Vea también 1 Clemente
7:17.)
textos de la Septuaginta, se observa que las
palabras que se usan para propiciación signi-
fican claramente desviar la ira. En Exodo 32
Moisés descubre que los israelitas habían
adorado a un becerro de oro. Moisés está
tratando de persuadir a Dios pare que no los
elimine “de sobre la faz de la tierra” en Su
santa ira. Luego en Ex. 32:14 la Septuaginta
dice, “y el Señor fue propiciado para preser-
var a Su Pueblo.” Por su intercesión Moisés
desvió la ira de Dios que iba dirigida hacia su
nación idólatra. Otro ejemplo del Antiguo
Testamento donde se usa el grupo de palabras
de la propiciación para referirse a apaciguar la
ira es Sal. 130:3-4 (LXX, Sal. 129). El verso 3
enseña que todos los hombres son culpables
de pecado y que ninguno podría permanecer
delante de la ira de Dios si El no diera gracia:
“Si tú, oh Señor, marcaras las iniquidades, Oh
Señor, ¿quién permanecerá?” Luego el verso
4 usa un elemento del grupo de palabras de la
propiciación para explicar que la ira de Dios
no requiere acarrear destrucción: “Porque
contigo hay propiciación.” La palabra en este
contexto significa satisfacción o desviación de
la ira. Dado el uso antiguo secular, la doctrina
de la ira recta de Dios, y el trasfondo histórico
del Antiguo Testamento griego, si la ira de
Dios se menciona en los contextos del Nuevo
Testamento que contienen la palabra propicia-
ción, entonces su definición deberá entenderse
como el apaciguamiento de la ira.34
c. La Propiciación en el Nuevo Testamento
Las palabras que pertenecen a la familia de la
propiciación (del griego: ilasmos) se encuen-
tran solo unas cuantas veces en el Nuevo Tes-
tamento. El verbo (propiciar) aparece en Lu-
cas 18:13 y Heb. 2:17, y las dos formas del
pronombre griego (traducidas ambas propi-
ciación) aparecen en Rom. 3:25; Heb. 9:5; 1
Juan 2:2 y 4:10. Finalmente, el adjetivo (pro-
picio) aparece en Heb. 8:12 y Mat. 16:22.
Rom. 3:25 es un pasaje clave tanto en el libro
de Romanos como en la doctrina de la propi-
34
Vea también 2 Macabeos. 7:32-38; 4 Macabeos.
6:28, 9:24, 12:18.
No Solo de Pan
126
ciación: “a quien Dios puso como propicia-
ción por medio de la fe en su sangre” ¿Acaso
se encuentra la idea de la ira de Dios en el
contexto? Al principio en Rom. 1:18, el obje-
tivo de Pablo en la primera sección de Roma-
nos ha sido establecer que todos somos peca-
dores culpables con la amenaza de la ira santa
de Dios. El declara, “Porque la ira de Dios se
revela desde el cielo contra toda impiedad e
injusticia de los hombres…” (Rom. 1:18). El
apóstol continua diciendo en Rom. 2:6-8 “el
cual pagará a cada uno conforme a sus
obras…. ira y enojo a los que son contencio-
sos y no obedecen a la verdad, sino que obe-
decen a la injusticia” Delante de este Dios
lleno de ira, todos somos pecadores (Rom.
3:10, 23) y todos somos culpables (Rom.
3:19). Es dentro de este contexto que Rom.
3:25 afirma que Cristo Jesús es la propicia-
ción. Existen bastantes razones para creer que
el concepto que se quiere transmitir aquí es el
de la desviación de la ira. Recordemos que
Pablo está escribiendo a los gentiles. No
tendría sentido que Pablo seleccionara una
palabra que universalmente significa la satis-
facción de la ira entre los autores paganos y
que esperara que sus lectores entendieran algo
diferente.
Lucas 18:13 también contiene la idea de la
desviación de la ira. Una persona puede cubrir
o expiar el pecado (ya que es un acto o una
acción) pero una persona propicia a Dios (que
es persona). El ruego, “Dios, sé propicio a mí,
pecador,” no es una petición para ser cubierto
por Dios. Ya que la persona involucrada es
Dios y no el pecado, este ruego tiene que lle-
var implícita la desviación de la ira.
Aunque las palabras ira o enojo no se encuen-
tran en el contexto de 1 Juan 2:1-2, parece
más lógico deducir que Juan estaba pensando
en la indignación potencial de Dios. En el
versículo uno él dice a sus lectores que no
pequen, pero el también desea que ellos ten-
gan consuelo y seguridad en caso que ellos lo
hagan. Podemos tener paz porque, como lo
afirma el versículo dos, Cristo es la propicia-
ción por nuestros pecados.
Parecería que la mayor preocupación que los
pecadores pueden tener sería concerniente a la
ira de Dios. Si el creyente peca, ¿Acaso no
infligirá castigo Dios nuestro Juez? La res-
puesta es, “¡No!” Cristo es nuestro abogado y
El es nuestra propiciación.
Si alguno piensa que la idea de cubrir los pe-
cados es suficiente en este contexto, Entonces
la pregunta que surgiría seria, “¿Porqué es tan
importante para un pecador creyente que Cris-
to haya cubierto nuestros pecados?” A noso-
tros nos produce alivio el hecho de que El ha
cubierto nuestros pecados ya que sin esta ben-
dición estaríamos sujetos a la ira eterna de
Dios. La necesidad de seguridad para el cre-
yente que ha pecado proviene probablemente
de un temor hacia la ira potencial de Dios. Así
que aunque la palabra ira no aparezca, aquí la
interpretación más lógica de 1 Juan 2:1-2 es
que Juan está consolando a los creyentes re-
beldes enseñándoles a la vez que Cristo ha
satisfecho la ira de Dios.
En los pasajes teológicos restantes que invo-
lucran la doctrina de la propiciación (Heb.
2:17, 8:12; 1 Juan 4:10), el concepto de des-
viación de la ira no se puede excluir de mane-
ra concluyente ni se puede probar de manera
definitiva. Los versículos podrán referirse a
cubrir el pecado o a desviar la ira. Sin embar-
go, a menos que exista una evidencia abun-
dante de lo contrario, a la palabra deberá
dársele su significado de costumbre. La ex-
piación del pecado es ciertamente necesaria
para llevar a cabo la propiciación de Dios,
pero el dar énfasis al primer concepto y des-
cuidar el segundo sería tener un concepto no
completamente Bíblico de la expiación. Cristo
sobre la cruz satisfizo y desvió la ira de Dios
por nuestros pecados. Este es el significado de
la propiciación.
B. Tres Aplicaciones o Fases de la Propicia-
ción
Ya se ha establecido que propiciar es aplacar
y desviar la ira de Dios. El Nuevo Testamento
nos ofrece tres diferentes aspectos de la propi-
ciación.
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 1
127
1. En la cruz se llevó a cabo la propiciación
para el mundo entero. 1 Juan 2:2 enseña que
Cristo propició a Dios con respecto a los pe-
cados de todo el mundo. En cierto sentido la
ira de Dios por los pecados de todo el mun-
do fue satisfecha a través de la muerte de
Cristo sobre la cruz. Esta idea no se conside-
ra generalmente cuando se formula la teolog-
ía. Parece ser que la ira de Dios se ha desvia-
do en el sentido de que El no inflige condena-
ción eterna en base a los pecados heredados o
personales. La ira de Dios por los pecados del
mundo ya ha sido satisfecha en lo que a la
condenación por los pecados se refiere. Es
verdad que los no salvos todavía son culpa-
bles de pecado. Sin Embargo, la ira eterna está
basada ahora en el pecado principal de no
obedecer al Evangelio (2 Tes. 1:8; Juan 3:18).
Otros textos que hablan de la ira de Dios por
el pecado hablan de una ira temporal (por
ejemplo Rom. 1:18 donde el castigo no es el
infierno sino la desolación causada por un
estilo de vida perverso), o también de lo que
hubiera pasado si Cristo no hubiera venido a
dar una solución (ej. Rom. 2:6-8). Y aunque
los pecados individuales juegan un papel para
determinar el grado de castigo (Lucas 12:48),
la base para la condenación eterna no es el
pecado personal o el heredado sino el rechazo
de Cristo. En relación a la ira eterna de Dios,
El ya ha sido propiciado por el pecado de todo
el mundo (1 Juan 2:2; compárese con 2 Cor.
5:19).
Y él es la propiciación por nuestros
pecados; y no solamente por los nues-
tros, sino también por los de todo el
mundo [1 Juan 2:2].
1 Juan 2:2 es el único versículo que enseña
claramente que la propiciación en el momento
de la cruz es de alcance universal. Sin embar-
go, hay otros dos textos más que hablan de la
propiciación en el momento de la cruz benefi-
ciando a un pueblo entero: El pueblo de Dios
o los elegidos (vea Heb. 2:17 y 1 Juan 4:10).
2. La propiciación para el individuo ocurre
en el momento de establecer la fe en Cristo.
Aunque Juan enseña en 1 Juan 2:2 que la ira
eterna de Dios por el pecado ya ha sido satis-
fecha, el enseña también en Juan 3:36 y 16:9
que Dios está airado eternamente con aquellos
que rechazan a Su Hijo (vea también 2 Tes.
1:8-9). De manera que, aunque la propiciación
por los pecados en general se llevó a cabo en
la cruz, la propiciación por el pecado principal
de incredulidad no sucede hasta que una per-
sona confía en Cristo para la salvación. Rom.
3:25 es lo suficientemente amplio como para
cubrir ambos aspectos de la propiciación. Este
versículo enseña que Cristo a la hora de Su
muerte vino a ser propiciación. Esta enseñan-
za muestra el concepto de Su muerte como la
satisfacción de la ira eterna de Dios por los
pecados personales y heredados. Sin embargo,
la frase “por medio de la fe” da énfasis al
hecho de que una plena eliminación de la ira
de Dios llega en el momento de la fe. Aunque
se tenga el concepto de que los pecados per-
sonales por si solos no condenan eternamente,
el incrédulo todavía está sujeto a la ira de
Dios por el pecado de incredulidad. Una plena
propiciación de la ira eterna de Dios no se
lleva a cabo hasta que se ha colocado la fe en
Cristo como nuestra propiciación. Aunque sea
correcto declarar que la base de esta remoción
plena de la ira eterna de Dios es lo que se
llevó a cabo en la cruz, la ira permanece hasta
el momento de la fe.
A quien Dios puso como propiciación
por medio de la fe en su sangre,…
[Rom. 3:25a].
3. La propiciación de la ira de Dios ocurre
cuando el creyente confiesa el pecado. Antes
de la salvación una persona está relacionada
con Dios principalmente en su función de
Juez. Después de la salvación Dios se consi-
dera a sí mismo con una nueva función de
Padre. En su función de Juez, Dios ya ha sido
propiciado por todos los pecados del creyente.
Dios no puede airarse con el creyente en el
sentido eterno (Juan 5:24; Rom. 5:9, 8:1; 1
Tes. 5:9). Sin embargo, en Su función de Pa-
dre, Dios puede ser contristado cuando el cre-
yente peca y puede airarse. Juan desea que los
creyentes conozcan que Dios es propiciado
No Solo de Pan
128
con respecto a los pecados de Sus hijos (1
Juan 2:1-2). Ya que Cristo es nuestra propi-
ciación entonces tenemos dos verdades que
resultan de esto. Primero, es imposible que el
hijo de Dios sea el objeto de la ira eterna de
Dios. Esto ofrece seguridad al creyente que
peca. Segundo, Dios es propicio, o sea que se
inclina o se predispone a cesar Su ira paternal
por nuestro pecado. Debido a la propiciación
de Cristo por los pecados de los creyentes,
Dios con facilidad desvía Su ira temporal y
perdona. Esto también es una verdad consola-
dora para los creyentes “si alguno pecare” (1
Juan 2:1). A partir de la cruz, Dios es siempre
propicio. La propiciación de la ira paternal de
Dios por los pecados de los creyentes se lleva
a cabo en el momento de la confesión de los
mismos (1 Juan l:9).35
C. Implicaciones Mayores de la Doctrina de
la Propiciación
La satisfacción de la ira de Dios debido a los
pecados personales y heredados efectuada por
Cristo tiene un impacto en la doctrina de la
salvación de los infantes y en las bases para la
condenación eterna. Debido a que Dios con-
dena a un alma al infierno no por el pecado
personal sino por rechazar a Cristo o porque
Dios sabe que esa alma no tiene potencial para
la fe, podemos estar seguros que El derramará
Su gracia para con aquellos que no han hecho
uso de su voluntad tales como los infantes.
Además, la condenación en su sentido eterno
se basa en la respuesta de la persona hacia el
Señor Jesucristo. Este tema ya ha sido tratado
en el capítulo 6 págs. 69-72.
VI.La Función de la Sangre de Cristo en la
Expiación.
35
Algunos han considerado la oración de Lucas
18:13 como innecesaria después de la cruz. A partir
de la muerte de Cristo, no es necesario orar para
que Dios sea propiciado. El ya ha sido propiciado
por los pecados del mundo entero. Sin embargo,
como El todavía está airado por el pecado del in-
crédulo (2 Tes. 1:8-9), la oración del pecador de
Lucas 18 parece ser todavía adecuada para el mo-
mento de la fe en Cristo.
La función exacta de la sangre de Cristo ha
provocado gran controversia dentro de los
círculos cristianos. Algunos han contendido
que la sangre es un símbolo que habla del
sufrimiento y la muerte de Cristo y que la
sangre física o literal juega un papel compara-
tivamente insignificante. Se contiende que la
muerte de Cristo proveyó la salvación y no
necesariamente Su sangre física. Han de con-
siderarse varias preguntas. ¿Es la sangre un
símbolo del sufrimiento y la muerte de Cris-
to?, o ¿Se refiere realmente a la sangre física?
¿Era necesaria la sangre física de Cristo para
dar salvación? Si así fue, ¿Era eso todo lo
necesario?, o ¿Existen otros aspectos en Su
sacrificio?
A. Observaciones acerca de la Sangre en la
Biblia
La palabra sangre ocurre aproximadamente
noventa y nueve veces en el Nuevo Testamen-
to y eso depende de los manuscritos que se
usen para el conteo.36
Hay aproximadamente
treinta y ocho referencias a la sangre de Cris-
to. El resto se refieren a la sangre humana o
de animales. He aquí los textos que enseñan
acerca de la sangre de Cristo en relación con
la provisión de la salvación.
Y tomando la copa, y habiendo dado
gracias, les dio, diciendo: Bebed de
ella todos; porque esto es mi san-
gre del nuevo pacto, que por muchos
es derramada para remisión de los pe-
cados [Mat. 26:27-28].
(Vea también Marcos 14:24; Lucas
22:20)
Jesús les dijo: De cierto, de cierto os
digo: Si no coméis la carne del Hijo
del Hombre, y bebéis su sangre, no
tenéis vida en vosotros. [Juan 6:53].
(Vea también Juan 6:55-56.)
36
Col. 1:14 tiene variantes concernientes a la pala-
bra sangre.
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 1
129
“…para apacentar la iglesia del Señor,
la cual él ganó por su propia sangre.”
[Hechos 20:28].
A quien Dios puso como propiciación
por medio de la fe en su sangre…
[Rom. 3:25].
Pues mucho más, estando ya justifica-
dos en su sangre… [Rom. 5:9].
La copa de bendición que bendecimos,
¿no es la comunión de la sangre de
Cristo? [1 Cor. 10:16a].
“Asimismo tomó también la copa, des-
pués de haber cenado, diciendo: Esta
copa es el nuevo pacto en mi san-
gre; haced esto todas las veces que la
bebiereis, en memoria de mí.
Así, pues, todas las veces que co-
miereis este pan, y bebiereis esta copa,
la muerte del Señor anunciáis hasta
que él venga. De manera que cualquie-
ra que comiere este pan o bebiere esta
copa del Señor indignamente, será cul-
pado del cuerpo y de la sangre del Se-
ñor.” [1 Cor. 11:25-27].
En quien tenemos redención por su
sangre, el perdón de pecados según las
riquezas de su gracia, [Ef. 1:7].
Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros
que en otro tiempo estabais lejos, hab-
éis sido hechos cercanos por la sangre
de Cristo. [Ef. 2:13].
Y por medio de él reconciliar consigo
todas las cosas, así las que están en la
tierra como las que están en los cielos,
haciendo la paz mediante la sangre de
su cruz [Col. 1:20].
(Vea Col. 1:14 en algunas versiones.)
Y no por sangre de machos cabríos ni
de becerros, sino por su propia sangre,
entró una vez para siempre en el Lugar
Santísimo, habiendo obtenido eterna
redención [Heb. 9:12].
Así que, hermanos, teniendo libertad
para entrar en el Lugar Santísimo por
la sangre de Jesucristo, [Heb. 10:19].
¿Cuánto mayor castigo pensáis que
merecerá el que pisoteare al Hijo de
Dios, y tuviere por inmunda la sangre
del pacto en la cual fue santificado…?
[Heb. 10:29].
Porque aún no habéis resistido hasta la
sangre, combatiendo contra el pecado
[Heb. 12:4].
A Jesús el Mediador del nuevo pacto, y
a la sangre rociada [Heb. 12:24a].
Por lo cual también Jesús, para santifi-
car al pueblo mediante su propia san-
gre… [Heb. 13:12].
Y el Dios de paz que resucitó de los
muertos a nuestro Señor Jesucristo, el
gran pastor de las ovejas, por la sangre
del pacto eterno, os haga aptos en toda
obra buena para que hagáis su volun-
tad… [Heb. 13:20-21].
Elegidos según la presciencia de Dios
Padre en santificación del Espíritu, pa-
ra obedecer y ser rociados con la san-
gre de Jesucristo: Gracia y paz os sean
multiplicadas… [1 Pedro 1:2].
Sabiendo que fuisteis rescatados de
vuestra vana manera de vivir, la cual
recibisteis de vuestros padres, no con
cosas corruptibles, como oro o pla-
ta, sino con la sangre preciosa de Cris-
to, como de un cordero sin mancha y
sin contaminación [1 Pedro 1:18-19].
Pero si andamos en luz, como él está
en luz, tenemos comunión unos con
otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo
nos limpia de todo pecado [1 Juan 1:7].
Este es Jesucristo, que vino mediante
agua y sangre; no mediante agua so-
lamente, sino mediante agua y sangre.
Y el Espíritu es el que da testimonio;
porque el Espíritu es la verdad. Y tres
No Solo de Pan
130
son los que dan testimonio en la tierra:
el Espíritu, el agua y la sangre; y estos
tres concuerdan [1 Juan 5:6, 8].
Al que nos amó, y nos lavó de nuestros
pecados con su sangre, [Ap. 1:5b].
… Digno eres de tomar el libro y de
abrir sus sellos; porque tú fuiste inmo-
lado, y con tu sangre nos has redimido
para Dios, de todo linaje y lengua y
pueblo y nación [Ap. 5:9].
… Estos son los que han salido de la
gran tribulación, y han lavado sus ro-
pas, y las han emblanquecido en la
sangre del Cordero [Ap. 7:14].
Y ellos le han vencido por medio de la
sangre del Cordero… [Ap. 12:11].
B. Conclusiones Acerca de la Función de la
Sangre de Cristo en la Expiación
1. La sangre es más que un símbolo. El con-
cluir que en la agonía de Cristo había más que
sangrado es comprensible. Sin embargo, esta
verdad no debe relegar la sangre literal a un
factor insignificante en el logro de la salva-
ción. El derramamiento de sangre pudo no
haber sido el único sacrificio o costo para el
Salvador. Sin embargo, este era un aspecto
necesario del sacrificio de Cristo. La Salva-
ción no podría haberse ofrecido sin el derra-
mamiento de sangre. El Nuevo Testamento da
un claro énfasis a la sangre de Cristo y la rela-
ciona con todos los aspectos mayores de la
expiación (ej. Perdón de pecados - Mat.
26:28, Ef. 1:7; justificación - Rom. 5:9; re-
dención - Ef. 1:7, Heb. 9:12, 1 Pedro 1:19,
Ap. 5:9; reconciliación - Co1. 1:20; y propi-
ciación - Rom. 3:25).
Uno de los castigos del pecado es la muerte
física. Sin el derramamiento de la sangre físi-
ca, que es un requisito esencial para la salva-
ción del hombre, no hubiera existido perdón,
redención, propiciación, reconciliación y jus-
tificación para la humanidad. La “sangre” de
Cristo no debiera considerarse solo un símbo-
lo o un elemento menor en la provisión de la
salvación. Sin embargo, también se comete un
error al negar que Cristo hizo sacrificios adi-
cionales y soportó dolores adicionales que
eran de igual y vital importancia. Además, es
probable que cuando los autores del Nuevo
Testamento usaron la palabra sangre, querían
decir su sangre literal además de todos los
otros aspectos de Su sufrimiento y muerte.
Sangre significa sangre, pero también tiene
otro dignificado más profundo: habla de una
muerte más grande, agonía y sacrificio.
2. Existen otros factores además de la sangre
de Cristo que están en juego en la provisión
de la salvación. Es difícil entender la totalidad
de la cruz. Podemos estar seguros que hay
otros factores además de la sangre en la obra
de la cruz. Como ser humano normal en senti-
do físico, Jesús se desangró cuando fue cir-
cuncidado y cuando mudó de dientes como
cualquier niño. Quizás sangró en el taller de
carpintería o al viajar en los caminos ásperos
de Israel. Sangró cuando los hombres de Pila-
to le azotaron y cuando las espinas atravesa-
ron Su frente. Sin embargo esas gotas de san-
gre por si solas no fueron suficientes para la
expiación.
Hemos de considerar primordialmente que la
declaración “la paga del pecado es muerte” se
refiere principalmente a la muerte espiritual.
Cristo pagó el castigo con la muerte física.
Fue literal y absolutamente necesaria. Sin
embargo, También debe haber pagado el dolor
de la muerte espiritual y eterna. El soportó la
muerte espiritual o sea la separación de Dios
el Padre (Mat. 27:46), y la muerte eterna en el
lago de fuego. Debió haber soportado un cas-
tigo no idéntico al castigo del infierno eterno
pero si equivalente. De alguna manera Cristo
sintió la agonía del infierno eterno multiplica-
do por billones para pagar por el pecado de
billones y lo hizo durante esas cortas horas en
la cruz. El sangrado fue necesario, pero la
diferencia entre el sangrado de Cristo en la
circuncisión y el sangrado de Cristo sobre la
cruz es que Cristo fue el portador de los peca-
dos en el momento en que estaba sobre la cruz
El flujo de sangre fue necesario, pero tuvo
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 1
131
que ser el flujo de sangre en el momento pre-
ciso en que estaba llevando el peso del pe-
cado o de lo contrario la sangre por sí misma
no hubiera cumplido el objetivo de Dios. Fue
la sangre de Cristo en el momento en el que El
fue el portador de los pecados la que fue tan
necesaria para la salvación, y la importancia
de cargar con el pecado nos abre la mente a
las profundidades de las agonías adicionales
que Cristo sufrió. La sangre de Cristo fue lite-
ral y necesaria pero existen agonías adiciona-
les que ignoramos. No las entenderíamos al
igual que no entendemos el concepto del cielo
o del infierno. De esta manera la Biblia pre-
senta la sangre como el aspecto más recalcado
del sufrimiento de Cristo. La sangre fue nece-
saria y fue el factor que nosotros entendemos
mejor, pero la salvación era más complicada y
aun más dolorosa que el hecho de sangrar.
Con todo eso, Jehová quiso quebran-
tarlo, sujetándole a padecimiento.
Cuando haya puesto su vida en expia-
ción por el pecado… [Is. 53:10].
“…Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por
qué me has desamparado?” [Mat.
27:46].
VII. El Significado y la Extensión de la Ex-
piación
A. El término Expiación del Antiguo Testa-
mento
Como un término Bíblico, expiación es es-
trictamente hablando un término del Antiguo
testamento que habla de sacrificios de anima-
les. El verbo kapar (como en Yom Kippur,
Día de la Expiación) ocurre aproximadamente
102 veces, y 3 formas diferentes del sustanti-
vo se usan un total de 52 veces. La Expiación
parece ser una idea compleja que tiene mu-
chos aspectos.
1. Un aspecto de la expiación es la cobertura
del pecado o la expiación del pecado (o sea el
remover o eliminar la culpa y la obligación
del pecado). La forma verbal y sustantiva
aparece en Gén. 6:14 cuando Dios le dice a
Noé “la calafatearás” (al arca) con brea por
dentro y por fuera. Gén. 6:14 podría estar
dándonos el significado original de, cubrir, a
las palabras que se usan para la expiación. Los
sacerdotes cubrieron el propiciatorio (traduci-
do bien del hebreo) con sangre. Rom. 3:25 y
Heb. 9-10 parecen enseñar que los pecados
fueron cubiertos temporalmente bajo el siste-
ma del Antiguo Testamento pero no fueron
removidos de forma permanente. El sacrificio
de Cristo expió de manera definitiva el peca-
do. Es probablemente sabio que consideremos
la expiación del Antiguo Testamento como la
cobertura de los pecados o la remoción tem-
poral de la obligación por el pecado hasta la
venida de Cristo.
2. Un segundo aspecto de la expiación es la
propiciación o la desviación de la ira. Si un
estudiante de la Biblia tuviese que elegir un
concepto del Nuevo Testamento que se rela-
cione o que esté más cercano al término para
la expiación del Antiguo Testamento tendría
que ser el término propiciación. La traducción
más común que se usa en la Septuaginta para
la palabra hebrea kapar es el término griego
para la propiciación. Además, Heb. 2:17 es un
pasaje clave que relaciona la obra de un sa-
cerdote (Cristo por el contexto) con la propi-
ciación mediante un sacrificio.
Por lo cual debía ser en todo semejante
a sus hermanos, para venir a ser mise-
ricordioso y fiel sumo sacerdote en lo
que a Dios se refiere, para expiar los
pecados del pueblo [Heb. 2:17].
Existen varios ejemplos en el Antiguo Testa-
mento en los que se usa una palabra que se
deriva de la expiación para ofrecer un o pago
o un regalo con el fin de desviar la ira. Cuan-
do Jacob estaba a punto de reunirse con su
hermano separado Esaú, El envía regalos de
ganado para desviar la ira de su hermano.
Porque dijo: Apaciguaré (del hebreo,
expiar) su ira con el presente que va
delante de mí, y después veré su rostro;
quizá le seré acepto. [Gén. 32:20].
Proverbios 16:14 se refiere a un hombre sabio
que procura expiar (o sea apaciguar o calmar)
No Solo de Pan
132
la ira de un rey. La idea de propiciar debe
incluirse en la definición de expiación.
3. Un tercer aspecto de la expiación es el de
dar un pago para asegurar un favor; o sea re-
dención. La forma del sustantivo hebreo en el
grupo de la expiación con frecuencia se tradu-
ce rescate. El pago del precio hecho por al-
guien inocente a favor de alguien culpable no
es difícil de observar en los ritos de los sacri-
ficios del Antiguo Testamento. Varios textos
del Antiguo Testamento que usan la forma del
sustantivo de la expiación se refieren al pago
de un precio. Con frecuencia el precio es pa-
gado para asegurar un favor. En Ex. 32:30
Moisés les dice a los hijos de Israel que el va
a tratar aplacar a Dios por el pecado de adorar
el becerro de oro. En seguida el procede a
ofrecer su propia vida como pago a cambio de
preservar al pueblo de Israel. Núm. 35:31
instruye a las autoridades civiles a no hacer
expiación por la vida de un asesino. Esto sig-
nifica que no deberían de tomar una cantidad
de dinero para asegurar el favor de los jueces.
1 Sam. 12:3 nos define de manera similar la
expiación. Samuel está a punto de reconfirmar
al rey de Israel pero antes, el defiende su pro-
pia integridad.
“…si he calumniado a alguien, si he
agraviado a alguno, o si de alguien he
tomado cohecho (dinero para expia-
ción) para cegar mis ojos con él?…”
[1 Sam. 12:3].
En este pasaje la palabra relacionada a expia-
ción se refiere al precio pagado para asegurar
un determinado favor, un soborno o un resca-
te. Moisés, en Dt. 32:43, promete que Dios
vengará la sangre de los hebreos mediante la
destrucción de sus enemigos. El por lo tanto
“hará expiación por la tierra de su pueblo.”
Dios hará que los enemigos de Israel paguen
el precio con el fin de satisfacer a la tierra y al
pueblo. Estos pasajes sugieren que el hecho
de pagar una cantidad para asegurar un favor
es otro aspecto de la expiación. La expiación
involucra redención en el sentido de que se
tiene que pagar un precio para corregir una
relación.37
En Sal. 49:7 redención y expia-
ción se presentan como paralelos.
4. Un cuarto aspecto de la expiación es la
reconciliación. Es obvio que el propósito de
los sacrificios del Antiguo Testamento era el
de traer al hombre a fin de que este tenga una
relación con Dios o sea para efectuar una re-
conciliación. Los traductores de la Reina Va-
lera pensaron que expiación significaba re-
conciliación en Lev. 8:15. Otros pasajes que
tratan el asunto son: Ez. 45:15, 17, etc.).
5. Resumen: La palabra expiación es una
palabra que usa el Antiguo Testamento para
describir la importancia de los sacrificios
animales. El concepto contiene varios facto-
res. La sangre de los animales cubría los pe-
cados de manera temporal hasta que fuese
sacrificado el verdadero Cordero de Dios.
Existía una remoción temporal de la culpa y la
obligación del pecado (o sea expiación) en
vista de la remoción final a ser efectuada por
la cruz en el futuro.
Cuando la persona en el Antiguo Testamento
expresaba su fe en Dios y ofrecía los sacrifi-
cios (a diferencia de ofrecer con una actitud
de orgullo y auto justificación tratando de
ganar la salvación), estaba mostrando que era
salva.38
37
Otros versículos que incluyen la idea de pagar
un precio son: Ex. 30:12; Núm. 31:50; Deut. 21:1-
9; Is. 43:3. El Antiguo Testamento parece tener una
idea general del concepto de redención. Fue nece-
sario pagar un precio para asegurar una presenta-
ción delante de Dios. El Nuevo Testamento rela-
ciona más específicamente la redención con la
compra y la liberación de un esclavo.
38
Los sacrificios de animales por si solos no traer-
ían la salvación (Sal. 40:6; 51:16-17; Isa 1:11 y ss.;
Amós 5:22; Miqueas 6:6-8). Los santos del Anti-
guo Testamento eran salvos por la fe (Gén. 15:6;
Rom. 4; Heb. 11:2 y ss.). Dios deseaba que los
santos del Antiguo Testamento expresaran su fe al
hacer los sacrificios. Sin conocer la función preci-
sa de la sangre de los animales, ellos supieron que
la sangre de los animales no era suficiente. Sin
conocer la función precisa de la sangre de los ani-
males, ellos simplemente cumplieron con los requi-
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 1
133
Antes de la muerte de Cristo, aquellos sacrifi-
cios que fueron ofrecidos como una expresión
de la fe en Dios hacían una expiación. Estos
cubrieron el pecado (expiaron) quitando de
manera tentativa la obligación y la culpa. Es-
tos pagaron el precio (redención) para asegu-
rar el favor de Dios al aplacar Su ira (propi-
ciación). El resultado de la fe que fue expre-
sada por los sacrificios fue una relación con
Dios (reconciliación). Expiación es una pala-
bra que se usa para referirse a todo lo que fue
cumplido por los sacrificios de los animales
(expiación, redención, propiciación, y recon-
ciliación).
B. La Expiación Considerada Como un
Término Teológico
Expiación no es una palabra solo del Nuevo
Testamento. (Se encuentra en la versión ingle-
sa del rey Santiago en Rom. 5:11 pero es una
mala traducción.) Sin Embargo, el Nuevo
Testamento, especialmente el libro de Hebre-
os, enseña que los sacrificios del Antiguo Tes-
tamento representaban el sacrificio de Cristo.
Por lo que es común entre los teólogos que se
use la palabra expiación como un término que
abarca toda la obra de la cruz. Expiación se
refiere a todo lo que la muerte de Cristo llevó
a cabo con el fin de proveer la salvación.
Cuando deseamos poner énfasis en todo lo
que se llevó a cabo por la obra de Cristo y no
solo en un aspecto (tal como la redención,
reconciliación, propiciación), el término ex-
piación es apropiado.
C. La Extensión de la Expiación
Los calvinistas de “Cinco puntos” afirman que
Cristo murió solo por los elegidos. Aunque
sitos de Dios y confiaron que El a Su tiempo y a Su
manera se ocuparía de los detalles de la salvación.
Esencialmente, Dios le dijo al pueblo del Antiguo
Testamento, “los sacrificios por si solos no pueden
salvarte pero muéstrame que confías en Mi al ofre-
cerlos. Confía que yo obraré todas las provisiones
adicionales que se requieren en la salvación.” Los
que sacrificaron sin fe pensando que sus obras de
justicia les salvarían erraron en comprender el ob-
jetivo de los sacrificios animales.
reconocemos que muchos buenos cristianos
creen en este tipo de “expiación limitada”, la
Biblia enseña una expiación ilimitada. Existe
una manera en que la redención (2 Pedro
2:1), la reconciliación (2 Cor. 5:19; Col.
1:20), y la propiciación (1 Juan 2:2) se lleva-
ron a cabo para todo el mundo. Entre los Tex-
tos que enseñan la expiación ilimitada se en-
cuentran los siguientes:
“… He aquí el Cordero de Dios, que
quita el pecado del mundo.” [Juan
1:29].
“Porque de tal manera amó Dios al
mundo…” [Juan 3:16].
“…verdaderamente éste es el Salvador
del mundo, el Cristo” [Juan 4:42].
“…y el pan que yo daré es mi carne, la
cual yo daré por la vida del mundo.
…” [Juan 6:51].
“Y yo, si fuere levantado de la tierra, a
todos atraeré a mí mismo.” [Juan
12:32].
“…porque no he venido a juzgar al
mundo, sino a salvar al mundo.” [Juan
12:47].
“…Pero Dios… ahora manda a todos
los hombres en todo lugar, que se
arrepientan” [Hechos 17:30].
… Que Dios estaba en Cristo reconci-
liando consigo al mundo, no tomándo-
les en cuenta a los hombres sus peca-
dos, [2 Cor. 5:19].
El cual quiere que todos los hombres
sean salvos y vengan al conocimiento
de la verdad. [1 Tim. 2:4].
El cual se dio a sí mismo en rescate por
todos,… [1 Tim. 2:6].
Que es el Salvador de todos los hom-
bres, mayormente de los que creen. [1
Tim. 4:10].
No Solo de Pan
134
Porque la gracia de Dios se ha mani-
festado para salvación a todos los
hombres, [Tito 2:11].
Para que por la gracia de Dios gustase
la muerte por todos [Heb. 2:9].
Pero hubo también falsos profetas en-
tre el pueblo, como habrá entre voso-
tros falsos maestros, que introducirán
encubiertamente herejías destructoras,
y aun negarán al Señor que los res-
cató, (redimió) atrayendo sobre sí
mismos destrucción repentina. [2 Pe-
dro 2:1].
Y él es la propiciación por nuestros
pecados; y no solamente por los nues-
tros, sino también por los de todo el
mundo. [1 Juan 2:2].
D. La Finalidad de la Expiación
Los reformadores creían que el punto de vista
Católico Romano acerca de la eucaristía era
ofensivo particularmente ya que implicaba
que Cristo era sacrificado una y otra vez ya
que se ofrecía en cada misa el cuerpo y la
sangre reales del Señor. Las Escrituras ense-
ñan que la expiación en la cruz fue suficiente
y final. Nunca más habrá necesidad de una
obra o sacrificio adicional. Con frecuencia se
usa la expresión una sola vez al referirse a la
cruz. Además, el concepto de la posición de
Cristo a la diestra del Padre comunica una
obra ya completa (véase Col. 3:1; Heb. 1:3,
8:1, 10:12, 12:1-2, que son pasajes que hablan
de la posición de Cristo a la diestra del Padre
después de haber terminado Su obra), a dife-
rencia de los sacerdotes Levitas que ofrecían
sacrificios animales de manera continua (vea
Rom. 6:10; Heb. 7:27; 9:12; 9:26, 28; 10:10;
10:14; 1 Pedro 3:18).
Y no por sangre de machos cabríos ni
de becerros, sino por su propia sangre,
entró una vez para siempre en el Lu-
gar Santísimo, habiendo obtenido eter-
na redención. [Heb. 9:12].
De otra manera le hubiera sido necesa-
rio padecer muchas veces desde el
principio del mundo; pero ahora, en la
consumación de los siglos, se presentó
una vez para siempre por el sacrificio
de sí mismo para quitar de en medio el
pecado [Heb. 9:26].
En esa voluntad somos santificados
mediante la ofrenda del cuerpo de Je-
sucristo hecha una vez para siempre.
[Heb.10:10].
Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez
para siempre un solo sacrificio por
los pecados, se ha sentado a la diestra
de Dios, [Heb. 10:12].
Porque con una sola ofrenda hizo
perfectos para siempre a los santifi-
cados. [Heb. 10:14].
…“Consumado es”… [Juan 19:30].
135
Capítulo 9
SOTERIOLOGIA
La Doctrina de la salvación
Parte II:
SALVACION APLICADA
BOSQUEJO
I. La Salvación Aplicada por Dios en la Eter-
nidad Pasada 136
A. Factores que Influyen Nuestro Punto
de Vista acerca de la Elección
1. Dios Ama a Todo el Mundo
2. Cristo Murió por el Mundo Entero
3. El Mensaje del Evangelio de Salva-
ción se Dirige a Todas las Personas
4. Dios Desea que Todos Sean Salvos
137
5. La Base de la Condenación Eterna
es el Error de no Aceptar a Cristo
6. Conclusión
B. La Razón del Programa de Dios Acer-
ca de la Elección
C. La Base del Programa de Dios Acerca
de la Elección 138
D. El Objetivo Final del Programa de
Dios en la Elección 139
II. La Salvación Aplicada en Esta Vida Para
Aquellos que Cumplen con la Condición
de Dios Para la Salvación 141
A. Introducción
B. Creer, Confiar, Tener Fe 141-143
1. Trasfondo Hebreo del significado
de la fe 143
2. La Fe Salvadora: Lo Que No Es
144
3. La Fe Salvadora: Lo Que Si Es 145
(a) Fe Salvadora: Su Contenido 146
(b) Fe Salvadora: Su Confianza
y Compromiso 146
(1) La Palabra del Nuevo Tes-
tamento Para la Fe: pistuo
147
(2) El Mandato no es Creer a
Cristo, sino Creer en Cristo
(3) La Fe Salvadora Significa
Confianza 148
(4) Las Frases Paralelas Mues-
tran que la Fe Salvadora es
Equivalente a Confianza
(5) Creer en el Nombre se Re-
fiere a la Confianza en la
Persona de Cristo
4. Resumen de Creer, Confiar y Tener
Fe
C. Arrepentimiento como una condición
para la Salvación 150
1. El Significado de Arrepentimiento
2. Arrepentimiento Como una Nece-
sidad Para la Salvación
3. Arrepentimiento y Evangelismo
151
4. Arrepentimiento vs. “Abandono”
del Pecado como un Prerequisito
Para la Salvación 152
5. El Arrepentimiento y la Salvación
del Señorío
6. Resumen: Arrepentimiento Como
una Condición para la Salvación
D. Conversión Como una Condición para
la Salvación 153
E. Recibir o Aceptar a Jesús como Salva-
dor
F. Creer, Obrar Para Obtener la Salvación
154-156
G. Creer y Ser Bautizado Para Obtener la
Salvación 156
1. Marcos 16:15-16 157
2. Juan 3:5
3. Hechos 2:38 158
4. Rom. 6:3-4 159
5. Col. 2:11-12
6. 1 Pedro. 3:21 161
7. El Bautismo de Juan y la Salvación
162
No Solo de Pan
136
H. Confesar a Jesús Delante de los Hom-
bres 164
1. Rom. 10:9-10
2. Mat. 10:32-33, Lucas 12:8-9 165
a. El Punto de Vista Apostólico
b. El Punto de Vista Tribulacio-
ario
c. El Punto de vista de las Recom-
pensas 167
d. El Punto de Vista de Cualquier
Extremo
e. En Punto de Vista “el aquí” vs.
“el más allá”
f. El Punto de Vista de la Des-
cripción General 169
3. Resumen 170
I. Pide a Jesús que venga a tu corazón
Para ser Salvo
J. Confiesa los Pecados para obtener Sal-
vación 171
K. Perdona a Otros Para Ser Salvo 172
L. Negarse a Sí Mismo y Abandonarlo
Todo para ser salvo
1. Lucas 9:23-26 173
(Vea también Mat. 16:24-28; Mar-
cos 8:34-38)
a. Malos Entendimientos
b. Significado Para los Incrédulos
c. Significado Para los Creyentes
175
2. Lucas 14:26-33 177
(Vea también Mat. 10:37-39)
a. Malos Entendimientos
b. Significado para los Incrédulos
c. Significado Para los Creyentes
178
M. La Salvación del Señorío179
N. La Oración y la Fe Salvadora 180
O. Conclusión 181
Parte 2
Salvación Aplicada
I. La Salvación Aplicada por Dios en la
Eternidad Pasada
Dios tiene un plan predeterminado para las
edades (Isa. 46:10; Hechos 4:28). La muerte
de Cristo en la cruz no fue una sorpresa para
Dios ya que esta había sido planeada en los
consejos eternos de Dios (Hechos 2:23; Heb.
13:20; 1 Pedro 1:20; Ap. 13:8). Dios determi-
na todos los eventos ya sea en un sentido di-
recto haciendo que algo se lleve a cabo o en
sentido indirecto permitiendo que algo acon-
tezca mediante su conocimiento previo pero
sin intervenir con el fin de alterarlo. Durante
el curso de nuestra vida, actuamos y hacemos
decisiones que a nuestra perspectiva parecen
provenir de nuestras propias elecciones, sin
embargo, Dios lo controla todo. En algunas
ocasiones Dios ha limitado nuestro plan de
acción de tal manera que no teníamos ninguna
opción. Otras veces actuamos genuinamente
con iniciativa propia con el permiso de Dios.
Los aspectos soteriológicos más importantes
del control soberano de Dios están contenidos
en los temas de la predestinación y la elec-
ción. ¿En qué sentido selecciona y predestina
Dios a una persona para su salvación?
A. Factores que Influyen en Nuestro Punto de
Vista acerca de la Elección
El método correcto de interpretar la Escritura
es interpretar las verdades difíciles (como la
elección y la predestinación) a la luz de las
verdades más claras. No existe ninguna duda
en cuanto a que la compasión de Dios y Su
plan de salvación son de alcance universal.
1. Dios Ama al Mundo
“Porque de tal manera amó Dios al
mundo, que ha dado a su Hijo unigé-
nito, para que todo aquel que en él
cree, no se pierda, mas tenga vida eter-
na” [Juan 3:16].
2. Cristo Murió por Todo el Mundo
(Vea los versos acerca de la expiación ilimita-
da en el Capítulo 9, Parte 1, VII.C, Pág. 133.)
La obra de la cruz fue para todo el mundo
(redención, 2 Pedro 2:1; reconciliación, 2 Cor.
5:19; propiciación, 1 Juan 2:2).
“El siguiente día vio Juan a Jesús que
venía a él, y dijo: He aquí el Cordero
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2
137
de Dios, que quita el pecado del mun-
do” [Juan 1:29].
“… y el pan que yo daré es mi carne, la
cual yo daré por la vida del mundo”
[Juan 6:51].
“…Pero Dios…. ahora manda a todos
los hombres en todo lugar, que se arre-
pientan” [Hechos 17:30].
… para que por la gracia de Dios gus-
tase la muerte por todos [Heb. 2:9].
3. El Mensaje del Evangelio de Salvación se
Dirige a todos los Pueblos
“Por tanto, id, y haced discípulos a to-
das las naciones, bautizándolos en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo” [Mat. 28:19]
“y que se predicase en su nombre el
arrepentimiento y el perdón de pecados
en todas las naciones…” [Lucas
24:47].
“…pero recibiréis poder, cuando haya
venido sobre vosotros el Espíritu San-
to, y me seréis testigos en Jerusalén, en
toda Judea, en Samaria, y hasta lo
último de la tierra” [Hechos 1:8].
4. Dios Desea que Todos Sean Salvos
“Así, no es la voluntad de vuestro
Padre que está en los cielos, que se
pierda uno de estos pequeños”
[Mat.18:14].
…el cual quiere que todos los hom-
bres sean salvos… [1 Tim. 2:4].
El Señor no retarda su promesa, según
algunos la tienen por tardanza, sino
que es paciente para con nosotros, no
queriendo que ninguno perezca, sino
que todos procedan al arrepenti-
miento. [2 Pedro 3:9].
… y el que quiera, tome del agua de la
vida gratuitamente [Ap. 22:17].
5. La Base de la Condenación Eterna es el
Error de no Aceptar a Cristo
(Vea detalles en el Capítulo 6, pie de nota 5,
Págs 70-72.)
Cada persona es responsable por su propio
destino en la eternidad.
“El que en él cree, no es condenado;
pero el que no cree, ya ha sido conde-
nado, porque no ha creído en el nom-
bre del unigénito Hijo de Dios” [Juan
3:18].
…cuando se manifieste el Señor Jesús
desde el cielo con los ángeles de su
poder, en llama de fuego, para dar re-
tribución a los que no conocieron a
Dios, ni obedecen al evangelio de
nuestro Señor Jesucristo. [2 Tes. 1: 7-
8].
6. Conclusión
Estas simples realidades Bíblicas deberán
formar parte de las ideas que se tengan en
cuanto a la elección y la predestinación. Ya
que Dios desea que “todos sean salvos y ven-
gan al conocimiento de la verdad,” es difícil
creer que El ha decretado que solo algunos
sean salvos. Y como Dios ha mandado que
“todos los hombres procedan al arrepenti-
miento,” es difícil creer que El ha diseñado un
sistema en el que la mayor responsabilidad
para el arrepentimiento o la ausencia del mis-
mo se encuentra en El mismo y no en el hom-
bre. Y como la base principal de la condena-
ción eterna no es el pecado heredado o perso-
nal, sino el rechazo de Cristo, es difícil tomar
una posición teológica en la cual la mayoría
no tenga ninguna responsabilidad real por el
hecho de aceptar o rechazar a Cristo. Cierta-
mente si el Calvinismo fuera verdad, la ma-
yoría de las personas simplemente no son ca-
paces de aceptar a Cristo ya que Dios no los
ha escogido. El resultado es que no queda
ninguna base para la condenación eterna. Dios
no condena en un sentido eterno por el peca-
do. ¿Cómo puede El condenar un alma por
incredulidad si Dios mismo es responsable
No Solo de Pan
138
principalmente por el creer o el no creer?
Algunas personas están dispuestas a aceptar
todas estas contradicciones en su teología.
Para ellos las doctrinas de la elección y la
predestinación son una gran confusión o doc-
trinas misteriosas que han de ser aceptadas
aunque no se entiendan. Es verdad que una
doctrina puede ser verdad aunque no sea en-
tendida claramente sin embargo, es mejor no
darse por vencido de antemano en nuestro
esfuerzo por entender la Biblia. Quizás sea
posible que consideremos la elección y la pre-
destinación de una manera tal que estas sean
compatibles con las realidades tan simples
como lo son la compasión universal de Dios y
Su plan de salvación que abarca a toda la
humanidad.
B. La Razón del Programa de Elección de
Dios
Satanás ciega a todas las personas no salvas
hacia el Evangelio. A menos que haya convic-
ción por el Espíritu Santo, el hombre natural
no puede ver la importancia de la verdad que
está siendo revelada. Es posible que conozca
de una manera intelectual acerca de una cruz y
una muerte, pero la ceguera le impide la re-
ceptividad o la apreciación de la verdad. La
verdad no es bienvenida. No existe la impre-
sión de la importancia, el valor, la relevancia
y el significado del Evangelio. Si Dios no
hiciera algo para disipar esta ceguera, no
habría salvación de ninguna manera. Sin la
intervención de Dios, nadie hubiera entendi-
do el Evangelio.
La ceguera de la humanidad incrédula es un
factor primordial que hace que un sistema de
elección sea absolutamente imperativo. Dios
tiene que tomar la iniciativa para disipar la
oscuridad y la ceguera en el corazón de una
persona perdida. El Espíritu Santo penetra
esa oscuridad para que el Evangelio pueda ser
entendido en su totalidad. Entonces, y sólo
entonces, es posible que la persona coloque
su propia fe en Cristo. Tendremos más prue-
bas del papel que juega el Espíritu Santo en la
elección en las páginas siguientes. Dios no da
la fe, sino que hace posible que la fe se expre-
se. Estos versículos establecen que el hombre
está cegado a la verdad. Por lo tanto, fue ne-
cesario un programa de elección a fin de que
la salvación pudiera aplicarse.
“Ninguno puede venir a mí, si el Pa-
dre que me envió no le trajere; y yo le
resucitaré en el día postrero” [Juan
6:44].
Entonces una mujer llamada Lidia,
vendedora de púrpura, de la ciudad de
Tiatira, que adoraba a Dios, estaba
oyendo; y el Señor abrió el corazón
de ella para que estuviese atenta a lo
que Pablo decía. [Hechos 16:14].
“Para que abras sus ojos, para que se
conviertan de las tinieblas a la luz, y de
la potestad de Satanás a Dios…”
[Hechos 26:18].
Porque la palabra de la cruz es locura
a los que se pierden… [1 Cor. 1:18].
Pero el hombre natural no percibe
las cosas que son del Espíritu de Dios,
porque para él son locura, y no las
puede entender, porque se han de dis-
cernir espiritualmente [1 Cor. 2:14].
En los cuales el dios de este siglo cegó
el entendimiento de los incrédulos,
para que no les resplandezca la luz del
evangelio… [2 Cor. 4:4].
C. Las Bases del Programa de Elección de
Dios
La escritura hace una conexión directa entre la
elección, la predestinación y la presciencia.
Dios no selecciona arbitraria e incondicional-
mente un alma para el cielo y otra a un infier-
no inevitable. Dios conoce todas las personas
que van a creer, si se les provee iluminación.
Sin embargo, incluso aquellos con un poten-
cial latente para la fe no responderán a menos
que su ceguera sea penetrada y disipada por
Dios mismo para que su fe pueda ejercerse.
Por lo tanto, Dios tiene un programa de elec-
ción para alcanzar a todos aquellos a quienes
conoce de antemano que van a creer si la ce-
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2
139
guera se disipa. Su elección es condicional ya
que está condicionada a un previo conoci-
miento de la fe potencial. Dios no causa la fe
de una manera irresistible, sino que causa la
comprensión del evangelio, para que pueda
llevarse a cabo la expresión de la fe de la per-
sona. Dios también conoce a los que no tienen
ningún potencial para la fe.
O sea los que no creen a pesar de la cantidad
de los esfuerzos de la gracia de Dios. Al pare-
cer, muchos de ellos siguen recibiendo con-
vicción (Juan 16:8-11), sin embargo, a pesar
de que estos "no elegidos" son los destinata-
rios de una obra de convicción del Espíritu
Santo, Dios sabe que nunca va a creer.
El los hace responsables por no tener poten-
cial latente para la fe, y ciertamente no decretó
directamente su incredulidad (aunque El no
obliga a creer, por tanto indirectamente decre-
ta su incredulidad). Ninguna persona que en
algún momento hubiera creído estará en el
infierno.39
Así como es un error el hecho de
no incorporar el amor universal de Dios en Su
soberanía, también el hecho de no poner
atención a la conexión entre la elección, la
predestinación y el preconocimiento es tam-
bién un serio error. La elección y la predesti-
nación de Dios nos enseñan que cada persona
que tenga un potencial para la fe de acuerdo al
preconocimiento de Dios, tendrá la oportuni-
dad de que el Espíritu Santo le quite la cegue-
ra para que pueda entender el evangelio para
que el resultado sea la fe y la salvación.
Porque a los que antes conoció, tam-
bién los predestinó para que fuesen
hechos conformes a la imagen de su
Hijo, para que él sea el primogénito
39
El autor no considera que la voluntad del hombre
es totalmente libre. Aún así, Dios puede rectamen-
te hacer que una persona sea responsable por su
destino eterno. Una persona rechaza la verdad des-
pués de una iluminación directa, o Dios conoce de
antemano que la persona rechazaría la verdad por
la eternidad aunque reciba iluminación. Dios sabe
que la persona no pondrá su fe en Cristo a pesar de
la frecuencia o la intensidad de Sus misericordiosos
esfuerzos.
entre muchos hermanos. [Rom. 8:29].
… elegidos según la presciencia de
Dios Padre en santificación del Espíri-
tu, para obedecer y ser rociados con la
sangre de Jesucristo… [1 Pedro 1:2].
Ya que el hombre no salvo está ciego (1 Cor.
1:18; 2:14; 2 Cor. 4:4) y es necesaria la obra
de Dios para penetrar su obscuridad (Juan
6:44; 16:8-11; Hechos 16:14; 26:18), entonces
uno esperaría que las Escrituras asociaran la
elección con el ministerio de convicción del
Espíritu Santo. Una persona no necesariamen-
te es seleccionada para la salvación: en reali-
dad Dios selecciona a aquellos que poseen un
potencial latente para la fe para que sean los
recipientes del ministerio del Espíritu Santo
que produce la iluminación para entender el
evangelio. Luego la fe latente del individuo
puede convertirse en una fe expresada. La
conexión entre el Espíritu Santo y la elección
se encuentra en 2 Tes. 2:13 y 1 Pedro 1:2.
Recordemos que la palabra santificación quie-
re decir “apartarse de”. Los elegidos son se-
leccionados para ser apartados para una obra
muy especial de gracia y de influencia del
Espíritu Santo. El espíritu penetra y desplaza
la ceguera y en ese momento puede producir-
se la fe.
… Dios os haya escogido desde el
principio para salvación, mediante la
santificación por el Espíritu y la fe
en la verdad [2 Tes. 2:13].
… elegidos según la presciencia de
Dios Padre en santificación del Espí-
ritu, para obedecer y ser rociados con
la sangre de Jesucristo… [1 Pedro 1:2].
D. El Objetivo Final del Programa de la Elec-
ción de Dios
Es común que las doctrinas de la predestina-
ción y elección produzcan un enfoque en el
momento de la conversión. Estas doctrinas de
hecho si tienen que ver con el tiempo de la
salvación. Sin embargo, las enseñanzas de la
predestinación y la elección tienen implica-
ciones que van mucho más allá del momento
No Solo de Pan
140
de la iluminación y la recepción de Cristo
como Salvador. Ef. 1:5 dice, " habiéndonos
predestinado para ser adoptados hijos su-
yos...." Si bien el término adopción hace sur-
gir la idea del tiempo en que una persona en-
tra en una familia, los autores Bíblicos le dan
a esta palabra el sentido más general de colo-
car a un hijo, y comúnmente asocian la adop-
ción con herencia y nivel de madurez.
En Gál. 4:5-7 el término adopción ciertamente
se refiere al instante en el que la persona en-
tra en la familia de Dios y llega a ser “herede-
ro presunto” (o sea nombrado heredero pero
que todavía no posee toda la herencia). El
creyente en Cristo es colocado en la posición
de un hijo maduro lo cual contrasta con el
grado menor de madurez que poseían los
“hijos” de Dios bajo el sistema de la Ley.
Ahora es un heredero pero no tiene todavía
plena posesión de la herencia.
Sin Embargo, en Rom. 8:23 el término adop-
ción tiene una proyección hacia el futuro. Se
refiere a la “redención de nuestro cuerpo” o
sea, al momento cuando seremos “colocados
como hijos”, cuando llegamos a ser semejan-
tes al Señor Jesucristo, en Su humanidad glo-
rificada (1 Juan 3:2). En ese momento futuro
los creyentes llegarán a ser hijos maduros, y
entonces obtendrán la herencia plena y ya no
seremos llamados solamente herederos. Estas
etapas progresivas se incluyen en el contexto
de Rom. 8:15. Los que poseen el Espíritu de
adopción (vs. 15) son herederos (vs. 17). Sin
embargo, están en espera de su plena herencia
y plena gloria (vss. 17-18). Las primicias o la
herencia parcial ya son una realidad (vs. 23),
Pero una más completa “colocación como
hijos” será un evento en el futuro cuando
nuestros cuerpos sean convertidos en hijos de
Dios maduros conforme el patrón de Cristo
(vs. 23; véase también 1 Juan 3:2). Es de gran
importancia para las doctrinas de la predesti-
nación y la elección la conexión que Pablo
hace en el contexto posterior, El conecta el
resultado de la predestinación al hecho de
conformarse a la imagen de Cristo (vs. 29) y
a la glorificación plena (vs. 30). La Adop-
ción, que habla de la entrada en la familia
de Dios en el momento de la salvación, tam-
bién habla de una futura “colocación como
hijos” en el momento en que los creyentes
serán hijos maduros según la imagen del Cris-
to glorificado. Pablo enseña en Romanos 8
que los cristianos están predestinados para
esta adopción futura o “colocación como
hijos.”
Al considerar el contexto de Ef. 1, será mejor
que pensar en el término adopción con una
orientación hacia el futuro tal como se hace en
Rom. 8:23 (en vez de una orientación presen-
te, Gá1. 4:5 y Rom. 8:15). La frase misma,
“habiéndonos predestinado para ser adoptados
hijos suyos,” tiene también el significado, “El
nos predestinó para entrar en la familia de
Dios en el momento de la salvación” o “El
nos predestinó para obtener la glorificación,
una plena herencia, y una plena colocación
como hijos cuando seamos hijos maduros
como Cristo.” En el contexto de Efesios 1,
Pablo continúa hablando sobre el tópico de la
herencia. Los creyentes poseen un anticipo, o
“arras,” de su herencia pero la herencia com-
pleta será en el futuro (vs. 14). El versículo 14
trata además de la redención de los cuerpos de
los creyentes y por su ideología y fraseología
nos recuerda el pasaje de Romanos 8. Tanto
Ef. 1:5 como Rom. 8:15 y ss., enseñan que los
creyentes obtendrán plena herencia y reden-
ción de sus cuerpos. Romanos 8 en especial
incluye la idea de una adopción (o colocación
como hijos) futura predestinada. De hecho, la
meta final de la predestinación no es la
conversión sino la glorificación. Por los con-
ceptos paralelos de Romanos 8 y Efesios 1, es
difícil excluir los aspectos futuros que Pablo
trata cuando habla de predestinación hacia la
adopción o colocación como hijos en Ef. 1:5.
Ambos libros fueron escritos por el mismo
autor.
Cuando Pablo nos enseña acerca de la predes-
tinación y de la "adopción de los hijos" en Ef.
1:5, probablemente tiene en mente la idea de
la "colocación de los hijos" (cuando el hijo es
colocado inicialmente en la familia de Dios)
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2
141
tal como lo hace en Gál. 4:5 y ss., y Rom.
8:15. Sin embargo, si decimos que eso es to-
do, estaríamos dando información incompleta.
En realidad, no se logra llegar al objetivo
principal de la predestinación de Dios. Pablo
también enseña que los creyentes han sido
predestinados para obtener su plena “coloca-
ción como hijos” es decir, la glorificación de
sus cuerpos a la imagen de un hijo maduro, es
decir de Jesucristo. Los creyentes están pre-
destinados para la posesión de su herencia.
Tanto a la elección como a la predestinación
se les debe dar un impulso o énfasis futuro ya
que son enseñanzas que hacen que la doctrina
de la Seguridad Eterna sea incuestionable.
Los elegidos son predestinados para la glo-
ria eterna.
En resumen, Dios conoce de antemano a todos
aquellos que tienen un potencial latente de fe.
Todos tendrán la oportunidad de la salvación.
El los selecciona para que sean recipientes
especiales de la iluminación del Espíritu San-
to. La ceguera es eliminada para que la fe de
la persona pueda responder. Esto conduce a la
persona a "ser colocada como un hijo" o a lo
que normalmente llamamos adopción. Sin
embargo, la elección y la predestinación no
terminan en la conversión. Independientemen-
te de si la elección es considerada condicional
o incondicional todos deben estar de acuerdo
en que una visión correcta de la soberanía de
Dios deberá que incluir una orientación hacia
el futuro. Estas doctrinas son controvertidas,
pero a la vez son una bendición. Los creyentes
son predestinados inevitablemente hacia una
futura "colocación como hijos", con su heren-
cia y gloria que son conforme a la imagen de
su Hijo (Rom. 8:29-30). Nada ni nadie puede
detener este destino ya que es un decreto in-
mutable de un Dios soberano.
II. La Salvación Aplicada en Esta Vida Para
Aquellos que Cumplen con la Condición de
Dios Para la Salvación
A. Introducción
Si uno le echa un vistazo a los folletos típicos
que se encuentran en el estante de una iglesia
que cree en la Biblia, se sorprendería al ver el
número de términos y frases que se usan para
describir las condiciones de la salvación. En-
contramos apelaciones evangelísticas tales
como "cree", "arrepiéntete", "confiesa", "nié-
gate a ti mismo", "ríndete", "entrégate", "reci-
be", "acepta", "hacer que Jesús sea el Señor",
"pide que Jesús venga a tu corazón "," déjalo
todo", etc. Algunas veces los términos se
combinan resultando en tres, cuatro, o cinco
pasos a la salvación (por ejemplo, primero
arrepiéntete, a continuación, cree, entonces
confiesa, y así sucesivamente).
¿Significan todos estos términos una misma
cosa? ¿Hay una, o hay más de una, condición
para la salvación? Antes de que un cristiano
esté dispuesto a dar testimonio, y ciertamente
antes de que un evangelista esté preparado
para hablar en público, la pregunta: "¿Qué hay
que hacer para ser salvo?" deberá responderse
con exactitud.
B. Creer, Confiar, y Tener Fe
Muchos textos de la Escritura nos presentan la
única condición para la salvación la cual es
creer (cuyas palabras sinónimas son: confiar
y tener fe). De hecho existen más de 150 pa-
sajes en el Nuevo Testamento donde la salva-
ción está condicionada a creer solamente. Si
se añade cualquier otro requisito, se tendrá
como resultado que estos pasajes parezcan
incompletos o engañosos. Por lo tanto, todos
los términos que expresen una condición
genuinamente necesaria para la salvación
(tales como el arrepentimiento) deberán, in-
terpretarse como términos compatibles con
la salvación basada solamente en la fe.
Los términos que no pueden hacerse compati-
bles con la fe solamente como condición para
la salvación son en el mejor de los casos utili-
zados indebidamente y peligrosamente y en el
peor de los casos son pura herejía. Todos los
teólogos cristianos comenzaron con el princi-
pio básico de la Reforma, sola fide, solo la fe.
En seguida te presentamos algunos de los tex-
tos clave en los que la Biblia declara que solo
la fe produce la salvación:
No Solo de Pan
142
“Porque de tal manera amó Dios al
mundo, que ha dado a su Hijo unigéni-
to, para que todo aquel que en él cree,
no se pierda, mas tenga vida eterna.”
[Juan 3:16].
“El que en él cree, no es condenado;
pero el que no cree, ya ha sido conde-
nado, porque no ha creído en el nom-
bre del unigénito Hijo de Dios.” [Juan
3:18].
“De cierto, de cierto os digo: El que
oye mi palabra, y cree al que me en-
vió, tiene vida eterna; y no vendrá a
condenación, mas ha pasado de muerte
a vida.” [Juan 5:24].
“Y esta es la voluntad del que me ha
enviado: Que todo aquél que ve al
Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y
yo le resucitaré en el día postrero”
[Juan 6:40].
“De cierto, de cierto os digo: El que
cree en mí, tiene vida eterna.” [Juan
6:47].
Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y
la vida; el que cree en mí, aunque esté
muerto, vivirá. Y todo aquel que vive
y cree en mí, no morirá eternamente.
¿Crees esto? [Juan 11:25-26].
Hizo además Jesús muchas otras seña-
les en presencia de sus discípulos, las
cuales no están escritas en este libro.
Pero éstas se han escrito para que cre-
áis que Jesús es el Cristo, el Hijo de
Dios, y para que creyendo, tengáis
vida en su nombre. [Juan 20:30-31].
“.. En él es justificado todo aquel que
cree…” [Hechos 13:39].
“y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué
debo hacer para ser salvo? Ellos dije-
ron: Cree en el Señor Jesucristo, y
serás salvo, tú y tu casa.” [Hechos
16:30-31].
Porque no me avergüenzo del evange-
lio, porque es poder de Dios para sal-
vación a todo aquel que cree… [Rom.
1:16].
… la justicia de Dios por medio de la
fe en Jesucristo, para todos los que
creen en él… [Rom. 3:22].
A quien Dios puso como propiciación
por medio de la fe en su sangre.
[Rom. 3:25].
Concluimos, pues, que el hombre es
justificado por fe sin las obras de la
ley. [Rom. 3:28].
…Porque Dios es uno, y él justificará
por la fe a los de la circuncisión, y por
medio de la fe a los de la incircunci-
sión. [Rom. 3:30].
Mas al que no obra, sino cree en aquel
que justifica al impío, su fe le es con-
tada por justicia. Rom. 4:5].
Justificados, pues, por la fe, tenemos
paz para con Dios por medio de nues-
tro Señor Jesucristo; [Rom. 5:1].
Pues la Escritura dice: Todo aquel que
en él creyere, no será avergonzado.
Así que la fe es por el oír, y el oír, por
la palabra de Dios. [Rom. 10:11,17].
“Sabiendo que el hombre no es justifi-
cado por las obras de la ley, sino por
la fe de Jesucristo, nosotros también
hemos creído en Jesucristo, para ser
justificados por la fe de Cristo y no
por las obras de la ley, por cuanto por
las obras de la ley nadie será justifica-
do.” [Gál. 2:16]
Así Abraham creyó a Dios, y le fue
contado por justicia. Sabed, por tanto,
que los que son de fe, éstos son hijos
de Abraham. [Gál. 3:6-7].
Y que por la ley ninguno se justifica
para con Dios, es evidente, porque: El
justo por la fe vivirá; [Gál. 3:11].
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2
143
Mas la Escritura lo encerró todo bajo
pecado, para que la promesa que es
por la fe en Jesucristo fuese dada a los
creyentes. [Gál. 3:22].
De manera que la ley ha sido nuestro
ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de
que fuésemos justificados por la fe.
[Gál. 3:24].
Pues todos sois hijos de Dios por la fe
en Cristo Jesús [Gál. 3:26].
Porque por gracia sois salvos por me-
dio de la fe; y esto no de vosotros,
pues es don de Dios; no por obras, para
que nadie se gloríe. [Ef. 2:8-9].
Es posible aceptar la realidad Bíblica que de-
clara que solo la fe salva, y dar a la vez una
definición incorrecta de la fe. Es imperativo
que definamos la fe salvadora con exactitud
de acuerdo a los contextos de las Escrituras.
1. El Trasfondo Histórico Hebreo del Signi-
ficado de la Fe
Con la excepción del Dr. Lucas, todos los
autores del Nuevo Testamento fueron judíos,
y todos los autores estaban familiarizados con
el Antiguo Testamento. Su comprensión de la
fe se basó en el significado de la fe en el An-
tiguo Testamento
La palabra hebrea que se traduce "creer" es
amán, y se relaciona con la palabra Amén. En
algunas estructuras verbales (como qal y ni-
fal), la palabra significa "estar firme, apoyar-
se, estar seguro, ser fiel." BB Warfield, el
gran teólogo de Princeton, dijo que amán des-
cribe "lo que sostiene, que es estable, o en lo
que se puede confiar o depender.”40
Esta defi-
nición se basa en la observación de los usos
de amán en el Antiguo Testamento.
Amán (en la estructura qal) se usa para des-
cribir a las personas que cuidan niños y que a
40
Estudios Bíblicos y Teológicos, por Benjamin B.
Warfield, ed. Samuel G. Craig, reimpresión ed.
(Philadelphia: The Presbyterian and Reformed
Publishing Co., 1968) 429.
la vez los apoyan y sustentan (apoyar al car-
garlos literalmente o mediante sostenimiento
económico). La palabra significa “padre adop-
tivo” o “nodriza” en Núm. 11:12, Rut 4:16, 2
Sam. 4:4, 2 Reyes 10:1,5; Est. 2:7; Isa. 49:23;
Lam. 4:5. Un guardián, nodriza, niñera, padre
adoptivo es alguien de quien el infante depen-
de últimamente. El o ella es seguro, digno de
confianza, alguien en quien se puede depen-
der, firme, y alguien en quien apoyarse. Amán
se usa (en la estructura qal) para describir a un
poste de una puerta o a un pilar que sostiene,
que es seguro o firme como en 2 Reyes
18:16 y también como lo contrario en Jer.
15:18 que describe a una corriente de agua
que no es estable.
Otra forma gramatical de la palabra amán (o
sea la forma nifal) nos arroja el mismo signi-
ficado. La palabra se refiere a algo que es fir-
me, que es apoyo y de confianza. Isaías usa la
palabra para hablar de un muro que puede con
seguridad sostener un clavo en Isa. 22:23, 25
y para dar apoyo a los niños en Isa. 60:4. Hay
referencias que hablan de una corriente de
agua que es confiable y que no se seca en Isa.
33:16 y un reino que se mantiene estable en 2
Sam. 7:16. Cuando esta forma de amán se
utiliza para hablar de personas como Dios el
significado es que se puede confiar que El
cumpla sus promesas (por ejemplo, en Deut.
7:9; Sal. 89:28) o cuando se habla de un teso-
rero, se puede confiar que el maneje el dinero
correctamente (Neh. 13:13). Estos ejemplos
demuestran que la palabra hebrea amán se
refiere a la firmeza, la confiabilidad, fidelidad,
honradez y seguridad.
A partir de estos usos se podría esperar que la
forma causativa de amán (o sea la forma
hifil) significa no tanto ser firme, confiable
sino "considerar a alguien o algo como fir-
me, confiable, fiel, digno de confianza y segu-
ro." La diferencia es que aquí se considera a
otra persona como fiel. Cuando considera-
mos que otra persona tiene estas característi-
cas es que estamos confiando en ella o depen-
diendo de ella. Este es el sentido fundamental
de las ideas hebreas acerca de la fe. Los signi-
No Solo de Pan
144
ficados específicos van desde aceptar intelec-
tualmente un hecho hasta confiar en una per-
sona.
Hab. 1:5 usa la palabra creer en el sentido
intelectual de creer la verdad de un mensaje
dado. Los pasajes que parecen contener la
idea de confianza usan con frecuencia la frase
creer en. La idea de confianza se incluye en
estas referencias del Antiguo Testamento que
usan el verbo amán (en su estructura hifil)
Gén. 15:6; Ex. 14:31; Núm. 14:11; Deut.
1:32; 9:23; 28:66; 2 Reyes 17:14; 2 Crón.
20:20; Job 24:22; Sal. 27:13; 78:22; 106:24;
Isa. 28:16; 43:10. Algunas veces la idea de
creer intelectualmente un hecho dado y con-
fiar en una persona se combinan. En Núm.
14:11, Deut. 1:32, y 9:23, la palabra creer se
encuentra en oposición al fracaso de los israe-
litas al no invadir Canaán desde Cades-
barnea. En otras palabras, debieron haber
creído de manera intelectual el mensaje de la
promesa de la tierra hecha por Dios, pero
también debieron haber confiado en El lo su-
ficiente como para comenzar la conquista. En
Ex. 4:31 el pueblo creyó intelectualmente el
mensaje de Dios por medio de Moisés que
declaraba que Dios los iba a sacar de Egipto,
pero también creyeron en el sentido de tener
confianza. En Isa. 7:9 Isaías desea que el rey
Acaz crea intelectualmente en la predicción
acerca de la liberación de los enemigos, pero
también desea que el rey tenga confianza y
seguridad en la promesa de la gracia de Dios.
Los contrastes y los pasajes paralelos ayudan
en la definición de una palabra. En Sal. 27:13-
14 amán es una palabra paralela a la palabra
esperanza y en Sal. 78:22 es paralela a otra
palabra hebrea que significa confiar. 2 Reyes
17:14 y Deut. 9:23 muestran que la fe es lo
opuesto a la rebelión, o sea es lealtad.41
En
Hab. 2:4, la frase “el justo por su fe vivirá,” es
contrastada con el orgullo que manifestaban
41
Este estudio sostiene que la fe salvadora puede
existir en un corazón que no está completamente
rendido a la autoridad de Cristo. Sin embargo, esto
no significa que la fe salvadora pueda existir donde
existe una rebelión total.
los babilonios quienes eran un pueblo insolen-
te y muy seguro de sí mismo. Por lo que la fe,
es la dependencia humilde.
Los autores del Nuevo Testamento toman
estos conceptos acerca de la fe y los transmi-
ten en sus enseñanzas. Por lo tanto, se anticipa
que para ellos la fe en Dios significa conside-
rar a Dios como alguien seguro, firme, fiable
y digno de confianza. Visto desde la perspec-
tiva humana a esto se le llama confianza,
dependencia y fiabilidad.
2. La Fe Salvadora: Lo Que Esta No Es
El Nuevo Testamento deja claro que la fe sal-
vadora es más que una creer intelectualmente
en ciertos hechos o eventos acerca de Jesús o
de las doctrinas ortodoxas (Santiago 2:19;
Juan 2:23-24; 3:2). Nicodemo creyó en la
existencia de Dios y en el hecho que Jesús fue
enviado por Dios como alguien que hace mi-
lagros, pero el Señor le dijo que aún con esto,
el necesitaba la salvación (Juan 3:3 y ss.).
Santiago nos recuerda que aun los demonios
creen intelectualmente en la doctrina correcta
(Santiago 2:19; vea también Mat. 4:3; 8:29;
Marcos 1:34; 3:11; 5:7; Lucas 8:28; Hechos
16:17; 19:15).42
La fe salvadora incluye por
cierto creer en ciertos aspectos principales
acerca de Cristo. Pero la fe salvadora es más
que una simple fe intelectual.
Tú crees que Dios es uno; bien haces.
También los demonios creen, y tiem-
blan. [Santiago 2:19].
Si la aceptación intelectual de la doctrina no
es la fe salvadora, tampoco lo es la actitud que
podría llamarse fe emocional o temporal. La
fe emocional es la clase de fe que las multitu-
des expresaron cuando proclamaron a Cristo
como su Rey en la entrada triunfal (Mateo
21:1-11, Marcos 11:1-11, Lucas 19:28-40,
Juan 12:12 -19). En estos relatos leemos acer-
ca de las grandes afirmaciones emocionales
acerca de Cristo. La multitud gritó: "¡Bendito
el rey de Israel!" "¡Bendito el que viene en el
42
En Mat. 4:3 si significa “ya que.” Satanás acep-
ta que Jesús es el Hijo de Dios.
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2
145
nombre del Señor!" y "Hosanna al Hijo de
David" Sin embargo, una semana más tarde la
misma multitud gritó: "¡Crucifícalo!", "Su
sangre sea sobre nosotros y sobre nuestros
hijos" (Mateo 27:22 y 25), y "No tenemos
más rey que el César" (Juan 19: 15). ¿Por qué
hubo tal cambio?.
El pueblo judío en la entrada triunfal estaba
expresando una fe emocional o temporal. Su
deseo era solo aceptar a Jesús como un liber-
tador político de sus aflicciones presentes, o
sea, los romanos.
A principios de Su ministerio, la gente desea-
ba hacer de Jesús un rey por la fuerza (Juan
6:15). Ellos deseaban que Jesús los salvara de
sus problemas temporales, pero eso es todo lo
que realmente querían de El (Juan 6:26). Ellos
no se preocupaban por un Salvador espiritual
que los librara del pecado. Cristo resistió ese
tipo de fe tan emocional y temporal. La multi-
tud se entusiasmó y estaba dispuesta a creer
que El podía librarlos de los problemas tem-
poral políticos, pero no había ningún interés
espiritual en la salvación del pecado. Este tipo
de fe emocional se describe como "la semilla
que cayó en terreno pedregoso" en la parábola
del sembrador. El mensaje es recibido con
gozo emocional, pero como no hay profundi-
dad, los resultados son solo temporales (Ma-
teo 13:20-21, Marcos 4:16-17, Lucas 8:13).
Ellos querían un salvador político, o un salva-
dor médico, o un salvador económico, pero no
un Salvador del pecado.
Hoy en día una persona puede desear que
Jesús lo salve de la enfermedad, de una rela-
ción rota, del combate, de las presiones finan-
cieras, etc., y realmente creer que El puede
resolver estos problemas temporales. Incluso
se puede estar entusiasmado con él. Por su-
puesto que no es ni malo ni imprudente desear
la ayuda de Cristo para estas pruebas, pero
este tipo de fe en sí mismo no es la fe salvado-
ra. Si todo lo que una persona quiere de Jesu-
cristo es que El le resuelva un problema tem-
poral determinado, y no le interesa ser salvo
de sus pecados, esto no es fe salvadora. Creer
que Jesús puede ayudar a eliminar un proble-
ma no es lo mismo que creer en Jesús como
Salvador del pecado y la culpa propios. Mu-
chas personas responden a las invitaciones del
evangelio en las cuales existe una alta presión
debido a la agitación emocional o la confu-
sión. Ellos pasan al frente con el corazón car-
gado de problemas. Es posible que crean que
Cristo puede resolver estos problemas y le
suplican que lo haga. Sin embargo, si no exis-
te la confianza en Jesucristo para salvar del
pecado, entonces todo lo que hay es una expe-
riencia emocional religiosa que hace que uno
sienta un alivio temporal de los problemas de
la vida. Una fe tan emocional o temporal en
Jesús para hacer la vida mejor no es la fe sal-
vadora y este tipo de fe no es duradera.
“Los de sobre la piedra son los que
habiendo oído, reciben la palabra con
gozo; pero éstos no tienen raíces; creen
por algún tiempo, y en el tiempo de la
prueba se apartan.” [Lucas 8:13].
3. La Fe Salvadora: Lo Que Esta Si Es
Hay aproximadamente 480 referencias del
verbo creer y del sustantivo fe en el Nuevo
Testamento. (Fe y creer son la misma palabra
en griego.) Es imposible examinar cada una
de estas referencias en un estudio tan limitado.
Sin embargo, podemos clasificar los grupos y
discutirlos de una forma lógica.
La fe salvadora es más que el apego intelec-
tual a ciertos hechos y es más que una atrac-
ción emocional a Jesús que se demuestra
cuando solo creemos que El puede ayudarnos
en las pruebas temporales. Sin embargo,
habiendo dicho esto, hay que subrayar que la
verdadera fe salvadora involucra la actividad
de cada uno de los tres principales componen-
tes del alma humana: el intelecto, las emocio-
nes, y voluntad.
Con la mente, una persona debe creer intelec-
tualmente ciertas verdades básicas acerca de
la persona y la obra de Cristo. Este es el con-
tenido de la fe salvadora. Sin embargo, aun-
que una persona crea con su mente que el
evangelio es objetivamente cierto, con sus
emociones es con las que desarrolla una con-
No Solo de Pan
146
vicción acerca de los hechos. La persona no
solo considera que estos hechos son ciertos,
sino también como la satisfacción de una ne-
cesidad importante de su vida. Con las emo-
ciones se da consentimiento al valor del
Evangelio y se cree en el de manera personal
(en contraste a una manera estrictamente te-
ológica). Los hechos no sólo son considerados
como verdaderos, sino también como necesa-
rios e imprescindibles lo personal.
La fe que se expresa en la mente y en las
emociones no está completa sin la fe expresa-
da por la voluntad. Con la voluntad un peca-
dor decide poner su confianza (fe, seguridad,
dependencia) en Cristo y en Su sangre derra-
mada, y lo expresa al creer en Jesucristo y en
la cruz para obtener salvación. Es la naturale-
za de la fe salvadora elegir encomendar el
destino eterno del alma a Jesucristo y su obra
perfecta en la cruz. La mente, las emociones y
la voluntad, todos juegan un papel en la fe
salvadora genuina (aunque el proceso a me-
nudo se lleve a cabo simultáneamente). La
definición de la fe salvadora se puede estudiar
mejor con las tres palabras que ya hemos indi-
cado con anterioridad (contenido, confianza y
compromiso).
a. La Fe Salvadora: Su Contenido
A esta sección le podemos denominar los
“cree que” del evangelio. Una persona que
cree que Jesucristo fue un gurú o que solo fue
un gran líder religioso no posee esa fe salva-
dora ya que no cree en el “Cristo Bíblico.” Ha
habido, hay y habrá muchas personas que
pretenden ser Cristo. Hay también muchas
personas que tienen un concepto muy errado
acerca de Jesús de Nazaret. A pesar de que la
fe salvadora es más que una fe intelectual, Las
Escrituras aclaran que la fe salvadora si tiene
sus aspectos intelectuales. Existe un contenido
en la fe salvadora. Aunque un pecador no
necesita conocer todo un sistema doctrinal
complejo, este debe aceptar ciertas verdades
básicas acerca de Jesucristo y de la cruz para
creer en el Cristo de la Biblia y no en un Cris-
to de su propia imaginación o fabricación
humana. El contenido intelectual de la fe sal-
vadora puede ser estudiado siguiendo la frase
“cree que.” En veinte ocasiones la palabra
griega traducida creer (pisteuo) es seguida de
la palabra que (hoti) Esta construcción revela
los hechos que han de creerse de manera inte-
lectual a fin de confiar en Cristo.
Un pecador debe creer “que Cristo murió por
nuestros pecados conforme a las Escrituras”,
que fue sepultado, y resucitado al tercer día
conforme a las Escrituras” (1 Cor. 15:3-4;
compare con Rom. 10:9-10; 1 Tes. 4:14). Un
pecador debe creer que “Jesús es el Cristo el
Hijo de Dios” (Juan 20:30-31; compare con
Juan 8:24; 11:27). Lo cual implica aceptarle
como Señor en el sentido de reconocer Su
deidad (Rom. 10:9). Un pecador debe creer
que Jesucristo fue enviado por Dios (Juan
11:42; 16:27; 17:8,21; 1 Juan 2:22) y que Je-
sucristo es el Hijo de Dios que tomó forma
humana (1 Juan 4:2-3). Por supuesto que creer
que uno es pecador y que necesita ayuda se da
por hecho al venir a Cristo para encontrar la
salvación.
Estas doctrinas son el contenido intelectual de
la fe salvadora. Para tener este tipo de fe de-
bemos creer en el Cristo de la Biblia. Para
tener fe salvadora debemos creer intelectual-
mente que Jesucristo es el hijo de Dios (en su
deidad), Señor y Mesías enviado por Dios.
Debemos creer que Dios el Hijo se hizo carne,
murió por nuestros pecados, y es ahora el Sal-
vador resucitado. Si una persona dice que cree
en Dios o que es cristiano pero niega la dei-
dad de Cristo o la resurrección, está mintiendo
o ha sido engañado en gran manera.
Nótese que la fe salvadora reconoce que Jesús
es Dios, y por lo tanto, también es Dueño,
Amo y Señor. Esto no quiere decir que
hagamos un compromiso de vivir para El,
pero existe el reconocimiento de que Jesús
como Amo tiene el derecho de ordenar.
b. La Fe Salvadora: Su Confianza y Com-
promiso
La fe salvadora tiene su contenido espiritual.
Sin embargo, al testificar a otros, un cristiano
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2
147
no solo le está pidiendo al incrédulo que crea
que Jesús estaba diciendo la verdad o que
conscientemente acepte ciertos hechos acerca
de Jesús. Se está instando al incrédulo que
crea en Jesucristo lo cual significa que debe
colocar su confianza, fe y seguridad en Jesu-
cristo y en Su cruz. La fe salvadora contiene
datos, pero también deposita la confianza en
una persona y Su Obra a saber: Jesucristo.
En los asuntos terrenales uno puede confiar en
otra persona sin encomendarle el alma. Sin
embargo, la naturaleza de la fe salvadora es
que la confianza en Cristo es inseparable y
deberá ser expresada por la decisión de en-
comendar el destino eterno del alma a Cris-
to. Aunque una persona pueda recitar y creer
cada aspecto del credo de los apóstoles, no
tiene salvación sin una confianza personal en
Cristo y el acto de encomendar el alma a Su
cuidado.
¿Cómo sabemos que la fe intelectual o emo-
cional por sí sola no es la fe salvadora?
¿Cómo sabemos que el tipo de fe que salva se
refiere a la confianza y al compromiso? Los
siguientes puntos establecen que la palabra
griega creer tiene la gama de significados que
hablan específicamente de la confianza, la fe,
la dependencia, y también muestran que este
significado específico es el que los autores del
Nuevo Testamento quisieron transmitir para la
fe salvadora
(1) La palabra del Nuevo Testamento para la
fe o creer (pisteuo, verbo, pistis, sustantivo)
significa específicamente confianza.
El material previo del estudio de la palabra
hebrea para la fe (amán) demostró que podía
referirse a la confianza, la fe y la dependencia.
Cuando el verbo creer del Nuevo Testamento
se usa en la Septuaginta, es siempre (excepto
en Prov. 26:25) una traducción de amán. Uno
puede, por tanto, concluir con seguridad que
los autores del Nuevo Testamento considera-
ron que uno de los matices específicos de la
familia verbal griega de pisteuo es la confian-
za.
Una pista que nos da el Nuevo Testamento
para indicarnos que la fe salvadora implica la
encomienda del destino del alma es que la
palabra griega creer (pisteuo) se traduce como
"fiar o confiar" (RV 1960) en Juan 2:24, Lu-
cas 16:11 (forma activa del verbo) y Rom.3:2,
1 Cor. 9:17; Gál. 2:7, 1 Tim. 1:11 y Tito 1:3
(forma pasiva del verbo). Significa lo mismo
en 1 Tes. 2:4 donde se traduce "confiase."
Creer en esos contextos es equivalente a en-
cargar o encomendar. Así que tanto el tras-
fondo del Antiguo Testamento como el uso
del Nuevo Testamento de la palabra pisteuo
(creer) establece que uno de sus principales
significados confiar, o encomendar, o sea,
tener la confianza o encomendar algo a al-
guien por ser confiable. Las siguientes seccio-
nes continúan afirmando que el significado
específico de confianza no es sólo uno de los
posibles significados de la palabra creer, sino
que es el significado específico que los auto-
res quisieron transmitir en relación con la sal-
vación.
(2) El mandato no es creer a Jesucristo sino
creer en Jesucristo. Esto habla de confianza o
fe.
El verbo griego creer (pisteuo) a menudo apa-
rece con preposiciones. BB Warfield dice:
"Cuando avanzamos en el estudio en las cons-
trucciones con preposiciones, entramos en un
campo en el que la que el sentido profundo de
la palabra, que es el de la firme confianza o
fiabilidad, adquiere su pleno propósito y sig-
nificado.”43
La verdad de la conclusión de Warfield puede
comprenderse si reflexionamos en el hecho de
que la invitación del Evangelio no es sólo a
creer que lo que Jesucristo está diciendo es la
verdad, sino más bien a creer en Jesucristo
para ser salvo. La declaración, "Yo creo al
político," quiere decir: "Yo creo que él está
43
Estudios Bíblicos y teológicos, por Benjamin B.
Warfield, ed. Samuel G. Craig, reimpresión ed.
(Philadelphia: The Presbyterian and Reformed
Publishing Co., 1968) 437.
No Solo de Pan
148
diciendo la verdad", es decir, que no miente.
Sin embargo, la declaración, "Yo creo en el
político," no sólo significa que él está dicien-
do la verdad, sino también, "Tengo una con-
fianza personal en su liderazgo y en sus ide-
as". Hay una gran diferencia entre creer acerca
de Jesús y creer en Jesús. Esta última frase
expresa la confianza y la fe. Es muy interesan-
te que la frase creer en (pisteuo con eis) es
prácticamente desconocida en el griego
secular, pero en el Nuevo Testamento, creer
es seguido de eis, que es una preposición
griega que indica la meta o el objeto de la fe,
cuarenta y nueve veces. Los autores del
Nuevo Testamento tuvieron la intención de
indicar la diferencia. Ellos a propósito invitan
a la fe en Jesucristo, no sólo a creer en lo que
El hizo.
Entre las cuarenta y nueve veces en las que
creer es seguido de en (por ejemplo pisteuo
con la preposición eis) se encuentran estas:
Juan 1:12; 3:16, 18, 36; 6:29, 40; 11:25,26;
14:1, 12; 16:9; 17:20; Rom. 10:14; Gál. 2:16;
1 Pedro 1:8; 1 Juan 5:13. Doce veces encon-
tramos a creer seguido de sobre (pisteuo con
epi en el caso dativo cinco veces y en el acu-
sativo siete veces) como en Rom. 4:5, 24;
Hechos 9:42; 11:1; 16:31; 22:19. El verbo
Creer es seguido de otra palabra griega que
significa en (o sea pisteuo con la preposición
en) entre una y tres ocasiones dependiendo del
manuscrito que se considere. El uso de pis-
teuo con estas varias preposiciones nos revela
que los autores del Nuevo Testamento nos
invitan urgentemente a la fe, la confianza o
sea, a creer en Jesucristo a fin de ser salvos.
[Encontramos entre sesenta a tres y sesenta y
cinco referencias a la palabra creer con las
preposiciones anteriores. Veinte veces la pa-
labra creer es seguida de que, (pisteuo con
hoti), y cuarenta y cinco veces creer es se-
guida de una palabra en el caso dativo. Pis-
teuo se usa noventa y tres veces de manera
absoluta].
(3) La fe Salvadora significa confianza si
usamos el proceso de eliminación.
Una manera obvia de establecer que la fe sal-
vadora es la confianza (que se expresa me-
diante el acto de encomendar el alma a Jesús)
es por eliminación. Ya se ha demostrado que
el Nuevo Testamento enseña claramente que
la fe intelectual o la emocional no son sufi-
cientes para salvar. Ya que se han descartado
los matices de la fe intelectual y emocional,
los escritores del Nuevo Testamento, hacen
hincapié en algo más cuando mencionan la fe
salvadora. Debieron haber tenido en sus men-
tes el significado específico de confianza o de
fe cuando utilizaron el verbo pisteuo en rela-
ción con la adquisición de la salvación.
(4) Los pasajes paralelos muestran que la fe
salvadora equivale a confianza (fe)
Otro método para demostrar que la Biblia se
refiere a la confianza (fe) cuando habla de la
fe salvadora consiste en examinar las frases
paralelas y que hablan del mismo tema de
creer en Jesús. Estas expresiones indican con-
fianza y compromiso, no sólo una fe intelec-
tual (lo cual es simplemente lo contrario de
ateísmo). Creer en Cristo para la salvación es
sinónimo de estar “seguro que es poderoso
para guardar mi depósito (el alma) para aquel
día” en 2 Tim.1: 12, y en Heb. 6:18 “un fortí-
simo consuelo los que hemos acudido para
asirnos de la esperanza…” que habla de huir a
un refugio seguro. Heb. 11:6, habla de acer-
carnos a Dios. Juan 1:12 de recibir o dar la
bienvenida a Jesús. Juan 3:14 habla de poner
los ojos en Jesús para ser liberados así como
los hijos de Israel miraban a la serpiente de
bronce. Juan 4 y 6 habla de comer y beber de
El. Estas frases hablan de algo más que un
apego intelectual a un credo. Hablan de una
apropiación personal de la obra de la cruz,
sobre todo cuando se mencionan las palabras
comer y beber, y también de una relación per-
sonal de confianza, en la que uno se entrega a
Jesucristo para liberación y protección (huir a,
mirar a, venir a). Por lo tanto, el significado
de la fe salvadora debe implicar una confian-
za personal en Cristo expresada por confiar
(encomendar) el destino de nuestra alma a El.
(5) Creer en Su Nombre se Refiere a Confiar
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2
149
(Creer) en la Persona de Cristo
Una última razón para dar al verbo creer el
significado de confianza cuando se habla de
la fe salvadora es la invitación que se hace a
"creer en su nombre" (Juan 1:12, 3:18, 1 Juan
3:23; 5:13). ¿Enseñan acaso estos versos que
la salvación se concede a todos los que creen
intelectualmente que hace mucho tiempo
existía un hombre llamado Jesús? Eso sería
una interpretación que no tiene sentido algu-
no. En los contextos de estos pasajes, creer
debe referirse a tener confianza, a creer en la
persona de Cristo, en lugar de creer en el
hecho de que hace ya algún tiempo existió una
persona llamada Jesucristo.
4. Resumen Acerca de Creer, Confiar o Ejer-
cer Fe.
La fe salvadora involucra la mente, las emo-
ciones y la voluntad. Con la mente el pecador
debe creer que Jesucristo es el Hijo de Dios y
Señor (o sea Dios) que se hizo carne y fue
enviado por Dios a este mundo como el Mes-
ías para morir por nuestros pecados y resucitar
de los muertos. La fe salvadora implica estos
hechos en su contenido. Sin embargo, la fe
salvadora es algo más que creer intelectual-
mente ciertos hechos básicos acerca de Cristo.
Existe también una aceptación emocional en
la cual el alma cree que estos hechos no solo
son ciertos sino deseables, importantes y ne-
cesarios a nivel personal.
Aunque la fe intelectual en el contenido de los
hechos acerca de Jesús y la fe emocional que
dice que estos hechos son esenciales para la
persona, son útiles para una plena fe salvado-
ra, no por eso son suficientes. La invitación
del evangelio no es sólo a creer los hechos
acerca de Jesús o a creer que El nos puede
ayudar, sino a creer en Cristo, es decir, per-
sonalmente confiar en El.
La fe que salva existe cuando la voluntad de
una persona encomienda el destino eterno de
su alma a Cristo y su cruz, es decir que, por
un acto de su voluntad la persona decide po-
ner su confianza en el Señor Jesucristo y su
obra consumada de la cruz.
Una persona enferma de muerte puede creer
intelectualmente que una medicina determina-
da le puede salvar. Es posible que crea emo-
cionalmente que la píldora es necesaria e im-
portante para su problema. Sin embargo, sólo
cuando decide depender de ese medicamento
de manera personal y expresa su confianza en
el al tomarlo, o sea al apropiárselo personal-
mente, entonces se lleva a cabo la sanidad. La
salvación se lleva a cabo cuando una persona
cree o sea, se apropia personalmente de los
beneficios de la muerte de Cristo mediante la
fe (es decir, la confianza, seguridad, y depen-
dencia).
La única condición para la salvación es con-
fiar en el Cristo de la Biblia como Salvador.
Todas las formas legítimas en las que se co-
munica esta condición para la salvación son
sinónimos de la fe o hablan de un aspecto
especializado de la fe. Todos los términos y
frases que a veces se usan y que no son com-
patibles con la fe solamente como condición
para la salvación se usan erróneamente.
C. El Arrepentimiento Como Una Condición
Para la Salvación
1. El Significado de la Palabra Arrepenti-
miento
El verbo se arrepentirse (metanoeo) se utiliza
treinta y cinco veces en el Nuevo Testamento
y el sustantivo (metanoya) se encuentra vein-
tidós veces. Su uso es frecuente en Lucas,
Hechos y Apocalipsis. Probablemente la ma-
yoría de las personas piensa en "sentir pena" o
"sentirse culpable" cuando escucha la palabra
arrepentimiento. Sin embargo, varios análisis
demuestran que el sentirse mal, no es un sinó-
nimo de arrepentimiento.
Primero, esta palabra es una palabra compues-
ta que se deriva de meta que significa “cam-
biar” (como en la palabra metamorfosis) y
noeo que se refiere a la mente (o sea la no-
ción). Según la etimología el significado es
“cambiar la mente.” Los ejemplos Bíblicos
nos confirman esta definición. Y aunque el
sentirse compungido acompaña con frecuen-
cia y puede promover el arrepentimiento, 2
No Solo de Pan
150
Cor. 7:9-10 y Heb. 12:17 nos muestran que la
tristeza no es lo mismo que el arrepentimien-
to. Ya que 2 Cor. 7:9-10 enseña que la tristeza
puede con frecuencia conducir al arrepenti-
miento, debemos entonces concluir que la
tristeza y el arrepentimiento no son lo mismo.
Heb. 12:17 es aun más claro, a Esaú se le pre-
senta como una persona que se sintió muy
triste, hasta derramar las lágrimas, cuando
vendió su primogenitura. Sin embargo, el no
fue capaz de arrepentirse de haber vendido su
primogenitura por un plato de lentejas (Gén.
25:34). El arrepentimiento en el caso de Esaú
no solo significo que debía sentirse triste (lo
cual hizo), sino que significó un cambio de
mente con respecto a la venta (lo cual no
hizo). Arrepentirse entonces no significa “sen-
tirse apenado” o “sentirse culpable.” Significa
“cambiar la mente.”
Varias veces la Biblia asocia al arrepentimien-
to con el repudio y el alejamiento de una posi-
ción anterior. Hechos 3:19 dice: "arrepentíos y
convertíos." Hechos 26:20 usa la frase "que se
arrepintiesen y se convirtiesen a Dios" (ver
también Heb. 6:1 y Hechos 8:22). Por lo tan-
to, el arrepentimiento consiste en alejarse de
algo para ir a otro lugar o persona. Esto debe
implicar un cambio de mente ya que uno pue-
de sentirse apenado o culpable sin repudiar
una idea o una fe anterior. Cuando uno se
arrepiente de una creencia o de cierto compor-
tamiento, no sólo debe sentir lástima, sino que
debe también cambiar su actitud mental con
respecto a esa cuestión. Por lo tanto, el arre-
pentimiento hace hincapié en un cambio de
mentalidad que implica a su vez alejarse de
algo para acercarse a algo más.
Hasta ahora, hemos definido el arrepentimien-
to. El asunto que sigue es definir si la Biblia
enseña o no el arrepentimiento como algo
necesario para la salvación.
2. El Arrepentimiento Como una Condición
Para la Salvación
Cuando el concepto de arrepentimiento se
define adecuadamente y se usa de una manera
compatible con el concepto de sola fide (la fe
sola), entonces este es un término legítimo
para expresar la condición para la salvación.
Esto es evidente en textos como los siguien-
tes: Lucas 15:7, 10; Hechos 2:38; 3:19; 17:30;
26:20 (verbo arrepentirse); y Lucas 15:7;
24:47; Hechos 11:18; 20:21; 26:20; Rom. 2:4;
y 2 Pedro 3:9 (sustantivo, arrepentimiento).44
“Pero Dios, habiendo pasado por alto
los tiempos de esta ignorancia, ahora
manda a todos los hombres en todo
lugar, que se arrepientan” [Hechos
17:30].
Y les dijo: Así está escrito, y así fue
necesario que el Cristo padeciese, y re-
sucitase de los muertos al tercer día; y
que se predicase en su nombre el
arrepentimiento y el perdón de peca-
dos en todas las naciones, comenzando
desde Jerusalén. [Lucas 24:46-47].
El Señor no retarda su promesa, según
algunos la tienen por tardanza, sino
que es paciente para con nosotros, no
queriendo que ninguno perezca, sino
que todos procedan al arrepenti-
miento. [2 Pedro. 3:9].
El papel de arrepentimiento para la salvación
da lugar a muchas preguntas. Como el arre-
pentimiento implica un cambio de mente y el
alejamiento de una posición anterior, ¿cuáles
son las cosas de las que una persona no salva
debe apartarse para ser salvo? ¿Cuáles son las
verdades por las cuales una persona debe
cambiar su mente para ser salva?
El asunto del cual una persona tiene que arre-
pentirse no es el mismo en cada pasaje. En
Hechos 2:38 y 3:19 Pedro parece estar pidien-
do a los judíos que cambien de mentalidad
acerca de lo que le hicieron a Cristo o sea Su
44
Los versículos que contienen el llamado al arre-
pentimiento de Juan el Bautista no se incluyen en
esta sección. Su llamado al arrepentimiento parece
estar relacionado con la preparación para la salva-
ción futura que Cristo ofrecería. Para mayor infor-
mación sobre el llamado al arrepentimiento y el
bautismo de Juan el Bautista vea las Págs. 162-164.
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2
151
ejecución, es decir, a cambiar de actitud acer-
ca de Su persona. No todo el mundo estaba
directamente involucrado en la culpabilidad
de enviar a Cristo a morir en el mismo sentido
que lo estaban estos judíos del primer siglo.
Por lo tanto, este objeto específico de arrepen-
timiento, o sea, el cambio de la mente en
cuanto a la participación en la crucifixión de
Cristo no sería aplicable a todo el mundo.
Heb. 6:1 menciona un cambio de mente en
cuanto a las obras muertas. Este objeto de
arrepentimiento es aplicable a todos los perdi-
dos en las religiones que enseñan que las
obras son un medio de obtener salvación. Sin
embargo, el típico ex ateo, nunca creyó en las
“obras muertas” porque en primer lugar nunca
creyó en la existencia de un cielo por el cual
el hombre tenía que trabajar. Por lo tanto, no
hay necesidad de que el ateo cambie de acti-
tud acerca de las obras muertas. Las personas
de diferentes religiones falsas y filosofías fal-
sas con diferentes ideas necesitan cambiar sus
mentes, es decir, arrepentirse, de diferentes
conceptos erróneos. Hechos 20:21 y 1 Tesalo-
nicenses 1:9 mencionan que las personas de-
ben cambiar de actitud acerca de Dios. El
arrepentimiento acerca de Dios es probable-
mente llevado a cabo en cada conversión. Sin
embargo, las cosas o ideas concretas de las
cuales un pecador se arrepiente son muy di-
versas. El idólatra necesita sin duda a cambiar
de actitud en cuanto a Dios para ser salvo. El
tiene que arrepentirse de los ídolos (1 Tes.
1:9). Sin embargo, un cambio de mentalidad
acerca de Dios implicaría una idea diferente
para un adorador de Satanás o un ateo o un
judío ortodoxo. Todos debemos creer en Cris-
to para ser salvos, pero los errores y obstácu-
los que hay que cambiar con el fin de creer
son muy diversos. En varios lugares donde el
arrepentimiento está relacionado con la salva-
ción, el objeto del arrepentimiento no se espe-
cifica: Hechos 11:18; 17:30; 26:20, Lucas
24:47; 2 Pedro 3:9.
La lógica y los ejemplos de las Escrituras in-
dican que, existe un cierto grado de arrepen-
timiento en cada conversión, pero las ideas o
la acción específica de la cual cada persona
debe cambiar su mente es diferente en cada
persona. Una persona no salva tiene que
cambiar su mente (arrepentirse) de cual-
quier cosa que se interponga en el camino
para llegar a la fe en Cristo. Para algunos
esto sería un cambio de una filosofía, por
ejemplo, la adoración de ídolos. Para otros, es
un cambio de mentalidad acerca del pecado,
por ejemplo, el negarse a confiar en Cristo,
porque saben que El les va a ordenar terminar
con un asunto de inmoralidad. El objeto del
arrepentimiento no es el mismo en dos indi-
viduos. Una persona tiene que arrepentirse
de cualquier cosa que le estorbe para tener
la fe solo en Cristo.
3. El Arrepentimiento y el Evangelismo
El hecho de que un evangelista no conoce la
falsedad exacta de la cual un converso poten-
cial debe arrepentirse no debería ser motivo
de enfado o confusión. Dado que la única
condición para la salvación es la fe, es lógico
pensar que si la fe es colocada en Cristo, en-
tonces el arrepentimiento ya se ha llevado a
cabo. Cuando una persona honesta y seria le
confía el destino eterno de su alma a Cristo,
entonces esa persona también ha cambiado de
actitud acerca de lo que hasta ahora había sido
una barrera para venir a Cristo. La fe y el
arrepentimiento no son dos condiciones dife-
rentes para tener la salvación. El arrepenti-
miento es un aspecto particular de la fe salva-
dora. Al confiar en Cristo, la persona ha
cambiado de actitud, es decir, se ha arrepenti-
do, de lo que le había impedido hasta ahora
aceptar al Salvador. El acto de fe contiene en
sí todo el arrepentimiento que hay que hacer
para asegurar la salvación. La fe en Cristo
incluye tanto los objetos específicos de los
cuales hay que arrepentirse y también el grado
de arrepentimiento que debe llevarse a cabo.
Al entregarnos por la fe a Jesucristo, el alma
ya ha cumplido con todos los "cambios de
pensamiento" y "los alejamientos" que se re-
quieren para la salvación. Es cierto que el
arrepentimiento es necesario para la salvación
de todo el mundo, pero el tipo específico de
arrepentimiento varía según los individuos y
No Solo de Pan
152
en última instancia, es desconocido para el
evangelista. La responsabilidad del evangelis-
ta es enseñar que la persona debe confiar en
Cristo (y evidentemente esto implica cambiar
de actitud en cuanto cualquier cosa que obsta-
culice la fe en Cristo). No es asunto del evan-
gelista determinar las cosas específicas o los
pecados que representan una barrera, tampoco
le corresponde hacer una lista de elementos de
los cuales una persona debe apartarse. Si se ha
dado un "giro hacia" Cristo, entonces el paso
de "alejarse de" se llevará a cabo por sí mis-
mo. (Véase Hechos 3:19; 20:21; 26:20; 1 Te-
salonicenses 1:9).
4. El concepto de “Arrepentimiento” contra el
concepto de “Abandonar el Pecado” como un
Prerequisito para la Salvación
Debemos ser precavidos para no usar el tér-
mino arrepentimiento de tal manera que se
transmita una salvación basada en obras. No
nos atrevamos a decirle a un converso poten-
cial que debe alejarse de los pecados, A, B y
C antes de que pueda ser salvo. La salvación
se basa solo en la fe. Si una persona es capaz
de creer, entonces ya ha arrepentido de lo
que le impedía tener fe y eso es todo el
arrepentimiento que necesita para tener la
salvación. Ningún hombre tiene autoridad
para agregar otro fundamento en la salvación.
La Biblia no exige como un requisito previo
para la salvación la renuncia a los pecados
en general o a un pecado en particular, como
el alcoholismo por ejemplo. Esto no solo
haría de la salvación un método de obras sino
un método imposible para ser salvo. Pedirle a
un converso potencial que obtenga la victoria
sobre algún pecado de adicción antes de la
convertirse es pedirle la victoria sobre algo
en lo cual él no tiene ningún poder. El manda-
to "arrepiéntanse" no es lo mismo que el
mandato "cesen de pecar" o de cualquier
practicar un pecado específico antes de obte-
ner a salvación. Además, la Biblia nunca re-
quiere que una persona prometa poner fin a
un pecado en particular a fin de encontrar la
salvación. El arrepentimiento no se debe con-
fundir con la promesa de dejar de hacer o po-
ner fin a un pecado en particular que tienta al
individuo Requerir un compromiso para ce-
sar un pecado es requerir un compromiso que
no se puede hacer antes de la conversión. No
existe el poder en la vida de la persona para
hacer esa promesa que no es realista. De
hecho, la invitación para hacer un juramento
para dejar de pecar alienta a los inconversos a
tener confianza en sus propias habilidades, y
eso es contrario a la fe salvadora. Un conver-
so potencial debe darse cuenta que él no tiene
ninguna habilidad para vencer el pecado y que
aún con toda la sinceridad no puede prometer
dejar de hacerlo. El está irremediablemente
dominado por el pecado. Es por eso que el
debe creer en Cristo. La salvación se puede
representar como una mano vacía que toma la
bendición de Dios como un regalo: "nada ten-
go en mis manos para ofrecer, simplemente a
tu cruz me aferro" dice un viejo himno. La
salvación no está basada en una mano llena
que hace ofertas a Dios para que El le otorgue
la tenga vida eterna.
5. El Arrepentimiento y la Salvación del Se-
ñorío
El concepto de "salvación del señorío" será
tratado por separado. Es suficiente por ahora
que mencionemos que no hay nada en el
término arrepentimiento que incluya lo que
comúnmente se denomina "Salvación del Se-
ñorío". Decirle a una persona que debe dejar
de pecar o que prometa dejar de pecar antes
de la salvación es poner un obstáculo insal-
vable frente a él y añadir a la única condición
para la salvación. Una persona no salva que
ha intentado en repetidas ocasiones y sin éxito
romper una adicción pecaminosa no tiene, ni
entiende, el poder de Cristo que viene después
de la salvación. Podría ser que tenga la fe su-
ficiente para confiar en Cristo para la salva-
ción, pero carece de la fe en sí mismo para
prometer dejar de hacer un pecado que le ha
dominado. Es posible que haya la fe suficiente
para confiar en Cristo, pero la persona siente
que no puede honestamente hacer ninguna
promesa de abandonar el pecado, ya que nun-
ca ha sido capaz de superarlo en su vida ante-
rior a la conversión. Para ese tipo de personas,
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2
153
pedir que prometan abandonar al pecado es
inútil e hipócrita. Debido a que no se entiende
correctamente el arrepentimiento, algunos
cristianos hacen que la gente tan desesperada
sienta que no puede cumplir con la condición
de Dios para la salvación. Aunque pudieran
creer en Cristo, las personas saben que ellos
no son capaces de prometer dejar de pecar. El
arrepentimiento mal comunicado que deman-
da el cese del pecado o el juramento a no vol-
verlo a hacer antes de la conversión, crea una
condición adicional para la obtención de la
salvación lo cual se clasifica como doctrina
falsa o herejía. De hecho, es mejor que un
incrédulo se sienta sin ninguna esperanza en
cuanto a la victoria sobre la esclavitud del
pecado. Es mejor que se dé cuenta que por sí
mismo no puede dejar el pecado o aun prome-
ter abandonarlo y que necesita la ayuda divi-
na. Todo lo que Dios requiere de un peca-
dor es que desee la liberación del pecado lo
suficiente como para confiar en Cristo.
Es lógico que cada converso quiera liberación
del pecado por lo menos en cierto grado. Y
como la salvación implica creer que Cristo es
Dios, también es lógico que todo converso
reconozca que Cristo tiene el derecho de diri-
gir la vida del individuo en virtud de ser Dios.
Por lo tanto, es cierto que la fe salvadora no
puede coexistir con una rebelión total contra
el gobierno de Cristo como Amo o con una
absoluta ausencia del deseo de liberación del
pecado. Sin embargo, esto no tiene nada que
ver con la conclusión de que se requieren los
esfuerzos para obedecer a Cristo como Amo o
los compromisos en los que se promete un
cese del pecado y un rendimiento a la autori-
dad de Cristo antes de la salvación. El pecador
de hecho reconoce la autoridad de Cristo, en
virtud de creer en la deidad de Cristo. Sin
embargo, no está obligado a obedecer la auto-
ridad o prometer hacerlo antes de que pueda
ser salvado. Dios no exige tanto de los peca-
dores para ser salvos. Tampoco debemos exi-
girlo nosotros. Si un converso potencial
puede confiar en Cristo, entonces él ha re-
conocido la autoridad de Cristo en un gra-
do suficiente. Este ha hecho todos los com-
promisos que tiene que hacer, ha deseado
toda la liberación del pecado que tiene que
desear, y ha hecho todo el arrepentimiento
que hay que hacer para tener la salvación.
No debemos atrevernos a definir incorrecta-
mente el arrepentimiento y añadir así algún
requisito a la fe sola para la salvación. Arre-
pentirse significa, “cambiar la mente.” Si una
persona puede llegar al punto en que confía en
Cristo, ya se ha arrepentido (ya ha cambiado
su mente y ha hecho un giro para retirarse de)
cualquier idea o comportamiento que le haya
estorbado hasta ahora para establecer la fe en
Cristo. Esto es todo lo que Dios requiere en lo
que al tipo y grado de arrepentimiento se re-
fiere.
6. Resumen acerca del Arrepentimiento co-
mo Condición para la Salvación
Si se define correctamente, el arrepentimiento
es una condición genuina para la salvación.
No sólo es compatible con la palabra fe, sino
que es una parte de la fe. Al acudir a Cristo,
tiene que haber un alejamiento de todo lo
que ha obstaculizado a la fe. El arrepenti-
miento se puede distinguir pero no se puede
separar de la fe salvadora. El fundador del
Seminario Teológico de Dallas, escribió esto
sobre el arrepentimiento:
“Es verdad que se puede requerir correcta-
mente el arrepentimiento como una condición
para la salvación, pero solo por razón del
cambio de mente que ya se ha llevado a cabo
al alejarse de cualquier otra confianza para ir a
la confianza que es necesaria, en Cristo. Tal
acercamiento no se podría llevar a cabo sin un
cambio de mente. Esta novedad de mente vital
es después de todo una parte de creer y por lo
tanto puede ser usada y de hecho lo es como
un sinónimo de creer en algunas ocasio-
nes...”45
D. La Conversión como una Condición para
la Salvación
45
Teología Sistemática por Lewis Sperry Chafer,
Vol. 7 (Dallas, Dallas Seminary Press, 1948)
7:265.
No Solo de Pan
154
Aunque Convertirse no se usa con la frecuen-
cia de otros términos, expresa una condición
legítima para la salvación en tanto que se de-
fina correctamente. La palabra griega que
significa convertirse se usa entre 36 y 39 ve-
ces dependiendo de los manuscritos en los que
se lleve el conteo. Por el uso en los pasajes
que no se refieren a la salvación, podemos
definir que significa “volverse hacia” o “vol-
verse de” (Ej. Mat. 12:44; 24:18; Marcos
5:30; 8:33; 13:16; Lucas 8:55; 17:31; Juan
21:20; Hechos 9:40; 15:36; 16:18; Gál. 4:9; 2
Pedro. 2:22; Ap. 1:12). Cuando una persona
confía en Jesucristo para la salvación, ella va
hacia El para la salvación. Por lo tanto, la fe
salvadora equivale a la conversión en el sen-
tido de volverse a Cristo en un acto de fe para
el salve y también, volverse a Dios ya que
todos nos hemos desviado de El (Isa. 53:6).
Por lo general, la Biblia no usa el mandato
"convertíos" en las invitaciones de evangeli-
zación como una condición para la salvación
tal como lo hace en Hechos 3:19. Es mucho
más común que un autor Bíblico haga refe-
rencia a su conversación al pasado o sea el
momento de la salvación y le llame conver-
sión o se refiera a la conversión o ausencia de
conversión de una tercera persona (Mat.
13:15 y Marcos 04:12, Juan 12:40; Hechos
9:35; 11:21; 15:19; 26:18, 20; 28:27, 2 Cor.
3:16; 1 Tes. 1:9 y 1 Pedro 2:25) En otras pa-
labras, es más común que la Biblia utilice la
palabra conversión para enseñar a los creyen-
tes lo que sucedió en el momento en que
creyeron que para atraer a los inconversos
hacia la conversión. La palabra conversión
aquí debe definirse como "volverse a Cristo
con la fe salvadora" y no se debe mal interpre-
tar esta definición como una adición a la fe
como la única condición para la salvación.
Conversión significa simplemente tener fe de
salvación. Esto no significa que una persona
debe cambiar totalmente su estilo de vida para
que se le pueda conceder la salvación. La
conversión es volverse a Cristo con fe para
obtener la salvación.
E. Recibir o Aceptar a Jesús como Salvador
Este término no es abundante como una con-
dición Bíblica para la salvación, pero si se
encuentra en Juan 1:12.
Mas a todos los que le recibieron, a
los que creen en su nombre, les dio
potestad de ser hechos hijos de Dios;
[Juan 1:12].
Juan 1:12 con claridad explica que recibir a
Jesús es lo mismo que creer en Su nombre.
Los significados son los mismos. Creer da
más énfasis a la naturaleza activa de la fe sal-
vadora. Hemos de decidir confiar en Cristo.
Recibir da énfasis al aspecto más pasivo de la
fe salvadora. Al creer hemos de estar dispues-
tos a recibir una salvación gratuita del Señor
Jesucristo. Creer y recibir son una misma
condición para la salvación considerada con
un énfasis un poco diferente. Si por recibir o
aceptar a Jesucristo como Salvador queremos
decir confiar en El y en Su obra en la cruz,
entonces es correcto que usemos la invitación
“recibe (que significa dar la bienvenida) o
acepta a Cristo como Salvador.”
F. Creer y Obrar para Ganar la Salvación
Entre los errores teológicos que se han espar-
cido hay pocos que son más peligrosos que la
doctrina que predica que las obras o los ritua-
les religiosos (o ambos) son condiciones para
la salvación. Para comenzar positivamente,
este estudio ya ha demostrado que ¡hay más
de 150 textos Bíblicos que establecen que la
fe sola es la condición para la salvación! Si se
añaden obras o rituales a la fe, todos estos
pasajes se volverían contradictorios y los que
los aprobaron serían mentirosos (incluyendo
al Señor Jesucristo).
Pablo respondió a la tendencia de los gálatas
hacia una salvación por obras con el lenguaje
más duro de toda la Biblia. El punto de vista
que predica que la salvación puede ganarse a
través de las obras es una “herejía mayor.”
¡La debemos de rechazar fuertemente!
Mas si aun nosotros, o un ángel del
cielo, os anunciare otro evangelio di-
ferente del que os hemos anunciado,
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2
155
sea anatema. Como antes hemos di-
cho, también ahora lo repito: Si alguno
os predica diferente evangelio del que
habéis recibido, sea anatema. [Gál.
1:8-9].
Si bien todos nosotros somos como
suciedad, y todas nuestras justicias
como trapo de inmundicia [Isa.
64:6].
Entonces le dijeron: ¿Qué debemos
hacer para poner en práctica las obras
de Dios? Respondió Jesús y les dijo:
Esta es la obra de Dios, que creáis en
el que él ha enviado [Juan 6:28-29].
Y que de todo aquello de que por la
ley de Moisés no pudisteis ser justifi-
cados, en él es justificado todo aquel
que cree [Hechos 13:39].
Ya que por las obras de la ley ningún
ser humano será justificado delante
de él; porque por medio de la ley es el
conocimiento del pecado [Rom. 3:20].
Concluimos, pues, que el hombre es
justificado por fe sin las obras de la
ley. [Rom. 3:28].
Mas al que no obra, sino cree en
aquel que justifica al impío, su fe le es
contada por justicia. [Rom. 4:5].
Mas Israel, que iba tras una ley de jus-
ticia, no la alcanzó. ¿Por qué? Porque
iban tras ella no por fe, sino como por
obras de la ley, pues tropezaron en la
piedra de tropiezo, [Rom. 9:31-32].
Y si por gracia, ya no es por obras; de
otra manera la gracia ya no es gracia.
Y si por obras, ya no es gracia; de otra
manera la obra ya no es obra. [Rom.
11:6].
“sabiendo que el hombre no es justifi-
cado por las obras de la ley, sino por
la fe de Jesucristo, nosotros también
hemos creído en Jesucristo, para ser
justificados por la fe de Cristo y no
por las obras de la ley, por cuanto
por las obras de la ley nadie será jus-
tificado.” [Gál. 2:16].
Y que por la ley ninguno se justifica
para con Dios, es evidente, porque: El
justo por la fe vivirá; [Gál. 3:11].
Porque por gracia sois salvos por me-
dio de la fe; y esto no de vosotros,
pues es don de Dios; no por obras, pa-
ra que nadie se gloríe. [Ef. 2:8-9].
Quien nos salvó y llamó con llama-
miento santo, no conforme a nuestras
obras, sino según el propósito suyo y
la gracia que nos fue dada en Cristo
Jesús antes de los tiempos de los si-
glos, [2 Tim. 1:9].
Nos salvó, no por obras de justicia
que nosotros hubiéramos hecho, sino
por su misericordia, por el lavamiento
de la regeneración y por la renovación
en el Espíritu Santo, [Tito 3:5].
¿Cuánto más la sangre de Cristo, el
cual mediante el Espíritu eterno se
ofreció a sí mismo sin mancha a Dios,
limpiará vuestras conciencias de
obras muertas para que sirváis al Dios
vivo? [Heb. 9:14].
Existen textos en las Escrituras que pueden
ser interpretados erróneamente y de hecho se
usan para enseñar que las buenas obras son
una condición para la salvación. Sin embargo,
el intérprete se debe enfrentar a la realidad de
los 150 versículos que establecen que la sal-
vación es solo por la fe y que el Nuevo Tes-
tamento es inmovible en cuanto a la verdad
de que las obras no conducen a la salvación.
La solución, en esos textos que parecen indi-
car que la salvación viene por los méritos,
consiste simplemente en encontrar otra inter-
pretación igualmente válida que sea compati-
ble con la fe solamente como única condición
para la salvación. De hecho, casi siempre se
da el caso de que la interpretación que hace
que el texto sea compatible con el resto de las
Escrituras también será la que mejor encaja
No Solo de Pan
156
con el contexto y con las ideas del propio
autor en otros pasajes.
Como ejemplo, considere Santiago 2:26: "...
la fe sin obras es muerta." Por supuesto, este
pasaje puede ser obstinadamente interpretado
como una contradicción de los versos que se
citaron anteriormente en esta sección. Sin
embargo, Santiago 2:26 puede y debe ser in-
terpretado de tal modo que sea consecuente
con el contexto anterior.
En el contexto, Santiago había definido la fe
como la fe intelectual colocada ciertos hechos
ortodoxos acerca de Dios, o sea el monoteís-
mo: " Tú crees que Dios es uno; bien haces.
También los demonios creen, y tiemblan.
[Santiago 2:19]. El versículo 26 significa sim-
plemente que una fe intelectual en ciertos
hechos o información acerca de Dios no es
suficiente para la salvación. La genuina fe
salvadora es la que resulta en buenas obras.
Una paráfrasis válida sería "El tipo de fe que
es sólo una creencia en hechos acerca de Dios
y no da lugar a obras está muerta".
La teología que resulta no contradice a la doc-
trina de la fe por si sola recalcada por Pablo y
desarrollada bajo la definición de la Fe salva-
dora en este libro. Santiago había preguntado
previamente en el vs.14, “¿Podrá ese [tipo de]
fe salvarle?” Santiago contesta, “No,” y Pablo
hubiera estado también de acuerdo. La fe inte-
lectual por sí sola no salva a nadie. Pablo
también hubiera estado de acuerdo en que la
fe salvadora genuina da como resultado las
buenas obras (Ef. 2:8-10). Cuando la palabra
fe se define como la aceptación intelectual de
la doctrina correcta, como aparece en Santia-
go 2, entonces la fe sola no le podrá salvar.
Cuando la palabra fe significa confianza, fe y
fidelidad, como en los escritos de Pablo, en-
tonces ese tipo de fe salva y también resulta
en buenas obras. El intérprete debe notar que
Santiago y Pablo usan la palabra fe con dife-
rentes matices de significado.
Santiago 2 enseña que la fe intelectual no sal-
va. Sin embargo, no puede y no debe utilizar-
se para refutar que la fe sola (que se define en
el sentido de la confianza) es insuficiente para
obtener la salvación. Cuando se da especial
atención a la definición precisa que cada autor
emplea, estas declaraciones en Santiago no
contradicen a la salvación por medio de la fe
(o sea la confianza). Cada texto que parece
enseñar la salvación por obras se interpreta
mejor de manera que sea compatible con la
salvación por la fe solamente.
G. Creer y Ser Bautizado para Obtener Salva-
ción
Si el lector ha comenzado a leer en este pun-
to, sería de beneficio volver a estudiar las
páginas 129-140, que establecen que la única
condición de Dios para la salvación es la fe.
Además, es recomendable considerar la sec-
ción anterior que establece que las obras y los
rituales religiosos no pueden salvar.
Si se estudian algunos versos en forma aislada
del resto de la Escritura, entonces se podrían
usar para probar que el bautismo es esencial
para la salvación. Sin embargo, estos mismos
textos, también pueden interpretarse de ma-
nera compatible con la fe sola como condición
para la salvación. Obviamente, la interpreta-
ción correcta es la que armoniza con todas las
Escrituras y no la que causa contradicciones
entre las Escrituras. Ya que más de 150 versí-
culos describen que solo la fe es la única con-
dición para la salvación, el bautismo no puede
ser considerado como un requisito para la
misma (aunque el bautismo es un requisito
para una obediencia completa a Dios.)
Es común que se den ejemplos de Jesús (Juan
4:2) y de Pablo (1 Cor. 1:17) en una discusión
acerca del bautismo y la salvación. Ninguno
de ellos estaba involucrado personalmente en
bautizar a otros de manera significativa. Pablo
declaró que Dios le había dado la tarea de
predicar el Evangelio (la palabra griega signi-
fica "evangelizar") en lugar de dar énfasis al
bautismo. Además, el ladrón en la cruz es un
ejemplo de alguien que obtuvo la salvación
sin el bautismo (Lucas 23:43), Y Cornelio fue
claramente salvo antes de ser bautizado
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2
157
(Hechos 10:47).46
Estos puntos son legítimos.
Sin embargo, son solo de importancia secun-
daria si se comparan con el hecho principal
de que una regeneración bautismal convertiría
a las Escrituras en una contradicción masiva.
Si la salvación es por fe, entonces no podemos
añadir nada a la misma. Si los textos “pro-
blemáticos” pueden ser interpretados de ma-
nera compatible con la fe sola como condi-
ción para la salvación, entonces esa sería la
interpretación correcta. El resto de esta sec-
ción muestra que los textos utilizados para
probar que el bautismo es esencial para la
salvación, son realmente compatibles con la
posición la fe sola para la salvación.
1. Marcos 16:15-16
Y les dijo: Id por todo el mundo y pre-
dicad el evangelio a toda criatura. El
que creyere y fuere bautizado, será
salvo; mas el que no creyere, será con-
denado.
Existe la probabilidad de que esta sección de
Marcos no se encontraba los manuscritos
originales del Nuevo Testamento. Las traduc-
ciones más modernas así como los comenta-
rios mencionan la nota que Marcos 16:9 y ss.,
no se encuentra en los manuscritos existentes
más antiguos.
Sin embargo, aún si consideramos que estas
declaraciones son genuinas, se les puede in-
terpretar de manera compatible con la fe sola.
La última parte del versículo 16 muestra que
la incredulidad (y no la falta de bautismo) es
la única condición que trae condenación eter-
na. Por lo tanto, es el creer lo que produce la
salvación. La primera parte del vs.16, es ver-
dadera y menciona a la fe y al bautismo como
las respuestas que Dios requiere. Enseña que
46
El ladrón en la cruz murió antes del inicio del
bautismo cristiano. Sin embargo, el vivió durante el
período en el que se requería el bautismo de Juan el
Bautista. Por lo tanto, su ejemplo sigue siendo una
muestra de que una persona puede ser salva sin el
bautismo.
Dios quiere tanto a la fe como el bautismo, y
que los que cumplen son salvos. Sin embargo,
todavía es posible ver que, de estas dos nece-
sidades reales, la fe es el único elemento que
produce la salvación. Las opciones del intér-
prete son, o bien interpretar a Marcos 16:16
de esta manera o hacer de este pasaje una con-
tradicción con muchos otros pasajes de la
Escritura que son más claros
2. Juan 3:5
Respondió Jesús: De cierto, de cierto
te digo, que el que no naciere de agua
y del Espíritu, no puede entrar en el re-
ino de Dios.
Se pueden obtener muchos puntos de vista de
Juan 3:5 que son compatibles con la posición
de la fe sola como la única condición para la
salvación. El propósito de este estudio, no es
demostrar cual es el mejor. Entre tanto se use
legítimamente este pasaje para enseñar algo
que no requiera una regeneración bautismal
para ser salvo, el resultado será el mismo, o
sea, no existe aquí la prueba de que el bautis-
mo es el que regenera.
Algunos enseñan que el agua se refiere al na-
cimiento físico (es decir, la bolsa de agua que
envuelve a un bebé), porque el versículo 6,
hace un contraste entre el nacimiento físico y
el nacimiento espiritual. Otra posibilidad de la
gramática del pasaje es considerar la declara-
ción como una "endíadis." Esto haría que la
traducción se leyera, "el que no naciere de
agua, o sea del Espíritu". Así, el agua sería un
símbolo del Espíritu Santo. Existe el prece-
dente para asociar el Espíritu Santo con el
agua en Ezequiel. 36:25-27; Isa. 44:3; Juan
7:38-39, Tito 3:5. Un tercer punto de vista
considera el agua como símbolo de la Palabra
de Dios. Es verdad que el Espíritu Santo usa
la Palabra para producir el nuevo nacimiento
(Santiago 1:18, 1 Pedro 1:23). Y que el agua
se asocia con la Palabra de Dios en otros pasa-
jes (Juan 15:3; Ef. 5:26).
Finalmente, también es posible considerar el
agua como una referencia al bautismo de Juan
y aun con esto no leemos ninguna regenera-
No Solo de Pan
158
ción bautismal en esta declaración. El bautis-
mo de Juan el Bautista es diferente al bautis-
mo de Cristo. Ni siquiera es practicado hoy en
día.47
Sin embargo, era practicado en la época
de Juan 3, y Nicodemo observó que Juan y
Jesús requerían que las personas fueran bauti-
zadas. Tal vez Juan 3:5 es la manera en que
Cristo enseñó que el bautismo por sí solo no
es suficiente. Una paráfrasis de este pasaje
podría ser la siguiente: "Nicodemo es cierto
que requiero que mis seguidores sean bautiza-
do. Sin embargo, si eso es todo lo que tienen,
no entrarán en el reino de Dios. Requiero el
bautismo de Juan, pero el requisito para entrar
en el reino de Dios es nacer del Espíritu." Si
esta interpretación es correcta, entonces Cristo
estaba enseñando que, si bien el bautismo de
Juan era la voluntad de Dios, es el nuevo na-
cimiento por el Espíritu el que produce la sal-
vación. Nicodemo no debería haber pensado
que el rito del bautismo por si solo (aunque
era necesario) tuviera algún mérito de salva-
ción. La salvación es una obra del Espíritu
que da nueva vida en base a la fe (vea Juan
3:16 en su contexto). Así que, el agua podría
estar hablando del bautismo de Juan 3:5 de
esa manera no se obliga al texto a enseñar una
regeneración mediante el bautismo. De hecho,
Jesús estaba diciendo lo contrario. Aunque El
aprobaba el bautismo de Juan, El deseaba que
Nicodemo entendiera claramente que el agua
del bautismo no podría salvarle. A Nicodemo
se le enseñó que la vida que proviene sólo por
el Espíritu, a través de la fe es la que produce
la salvación.
No hay que complicar la verdad principal con
muchos detalles. Juan 3:5 puede interpretarse
de manera que no se enseñe que el bautismo
es un requisito para la salvación. Independien-
47
Juan estaba bautizando al pueblo preparándolo
para aceptar el ministerio y el reinado del Mesías
en este mundo. Israel como nación rechazó el rei-
nado del Señor sobre la tierra en Su primer venida.
Por lo que el bautismo de preparación de Juan ha
cesado. El bautismo cristiano que tiene como base
la muerte, sepultura y resurrección del Señor, es
diferente al bautismo de Juan.
temente del punto de vista que se adopte, se
puede hacer que Juan 3:5 sea compatible con
los textos claros que enseñan que la salvación
es solo por la fe.
3. Hechos 2:38
Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese
cada uno de vosotros en el nombre de
Jesucristo para perdón de los pecados;
y recibiréis el don del Espíritu Santo.
Este versículo es un favorito de los que creen
que el bautismo es una condición para la sal-
vación. Sin embargo, también se puede inter-
pretar para que encaje muy bien con la posi-
ción sola fide (sólo por fe). La palabra para
tiene muchos usos. Uno de sus significados es
“a causa de.” En la oración, “La policía lo
arrestó por robo,” es evidente que la palabra
por significa “a causa de.” La policía lo
arrestó a causa de robo. La palabra griega eis
que se traduce “para” en Hechos 2:38, tiene
también una amplia gama de significados. Así
como se le traduce en español para la palabra
eis también significa “a causa de.” Mat. 12:41
habla de los hombres de Nínive y dice que
ellos: “se arrepintieron a la (eis) predicación
de Jonás,” (El pueblo se arrepintió a causa de
la predicación de Jonás.) Este mismo signifi-
cado predomina en Lucas 11:32. Es también
posible que eis signifique “debido a” en Mat.
3:11, que dice: “Yo a la verdad os bautizo en
agua para (eis) arrepentimiento” A la declara-
ción de Juan el Bautista se le puede compren-
der mejor si se le traduce “Yo a la verdad os
bautizo en agua debido a su arrepentimiento”
(Véase también Rom. 4:20; 11:32; y Tito 3:14
donde encontramos otros usos de eis.) La so-
lución para reconciliar Hechos 2:38 con el
resto de las Escrituras se encuentra en la con-
sideración de que para, tanto en español como
en griego, puede tener el significado de “a
causa de”, “debido a” o “por”. “porque”. Pe-
dro está diciendo, “¡Arrepentíos, y bautíce-
se… porque sus pecados ya han sido perdo-
nados!” En vez de decirles que se bauticen
con el fin de obtener el perdón, les está di-
ciendo que se bauticen debido al perdón que
se les ha otorgado por el arrepentimiento.
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2
159
Los intérpretes tienen la opción con Hechos
2:38. Pueden interpretar este pasaje de manera
aislada y hacerlo que contradiga el resto de la
Escritura, o pueden adoptar otro significado
legítimo (y admitimos que más raro), de la
palabra para. Esta última opción es evidente-
mente preferible ya que armoniza mejor con la
Escritura manteniendo sin mancha el principio
de la salvación que es por fe solamente.48
Aún
si insistiéramos que la preposición eis es para
enfatizar el propósito o resultado el versículo
puede ser compatible con la salvación que es
solo por la fe. Debemos entender que “arre-
pentirse” es un elemento esencial para condu-
cir a la “remisión de los pecados.” En el con-
texto de Hechos 2, el arrepentimiento consis-
tiría en el cambio de mentalidad en cuanto al
asesinato de Jesús ya que lo consideraron co-
mo un falso Mesías y su aceptación como el
Cristo, el Salvador (ver Hechos 2:23, 36). Tal
arrepentimiento reúne los requisitos para el
bautismo y trae consigo la salvación. Tenga
en cuenta la cuestión precisa que se plantea
con la pregunta "¿qué haremos?", ellos no
preguntaron "¿qué debemos hacer para ser
salvos?" La respuesta de Pedro menciona al
arrepentimiento y al bautismo como el proce-
dimiento a seguir por las personas que eran
directamente culpables de matar a Jesús si
ellas quisieran agradar a Dios. Sin embargo,
su respuesta incluye más que cumplir con un
requisito mínimo para la salvación. Dios de-
seaba que los oyentes tuvieran un cambio de
mentalidad en cuanto a la persona y obra de
Cristo y Dios deseaba que ellos fueran bauti-
zados. Sin embargo si insistimos que la prepo-
sición eis es de propósito o resultado en
48
Existen otras explicaciones acerca de Hechos
2:38 que no involucran la regeneración bautismal,
El bautismo podría también ser un símbolo de la fe
ya que de ninguna manera era bautizado un in-
crédulo dada la persecución de los cristianos en los
tiempos del Nuevo testamento, Tampoco se daba el
caso de un creyente que no estuviera bautizado.
(Véase una lógica paralela en la nota al pié de la
página 49, especialmente en la parte recalcada con
letra obscura, o la explicación acerca de Juan 3:5,
dada anteriormente.)
Hechos 2:38, entonces al arrepentimiento
(que califica para el bautismo) deberá consi-
derársele como el factor salvador. De otra
manera, Hechos 2:38 estaría en contradicción
con los cientos de pasajes que enseñan que la
salvación es solo por la fe. La mayoría de
estos pasajes ni siquiera mencionan la palabra
bautismo.
4. Rom. 6:3-4
¿O no sabéis que todos los que hemos
sido bautizados en Cristo Jesús,
hemos sido bautizados en su muerte?
Porque somos sepultados juntamente
con él para muerte por el bautismo, a
fin de que como Cristo resucitó de los
muertos por la gloria del Padre, así
también nosotros andemos en vida
nueva.
Este texto puede dar lugar a cierta confusión
si ignoramos la doctrina del bautismo del
Espíritu. Juan el Bautista continúa con la pre-
dicción de Cristo bautizando con el Espíritu
en vez de bautizar con agua (Mateo 3:11,
Marcos 1:8, Lucas 3:16, Juan 1:33). Al prin-
cipio del libro de los Hechos, Cristo dice a sus
seguidores que esperen este bautismo del
Espíritu (Hechos 1:5), y por las declaraciones
de Pedro en Hechos 11:15-16 nos damos
cuenta que el primer bautismo del Espíritu se
llevó a cabo el día de Pentecostés (Hechos 2).
Pablo explica que la colocación de una perso-
na en Cristo se lleva a cabo por el bautismo
del Espíritu (1 Cor. 12:13). Y ya que Pablo
usa la palabra todos y el bautismo del Espíritu
se lleva a cabo en el instante de la unión con
Cristo, es obvio entonces que cada creyente es
bautizado con el Espíritu Santo en el momen-
to de la salvación, o sea, en el momento de la
fe en Cristo como Salvador. Este bautismo del
Espíritu causa una unión con Cristo y trae
consigo todos los beneficios de la muerte y la
resurrección de Cristo. También causa una
unión con todos los otros creyentes quienes
también están “en Cristo.” Cuando Pablo dice
en Ef. 4:5 que hay “un bautismo,” probable-
mente se está refiriendo a la realidad del “bau-
tismo del Espíritu” lo que convierte en a una
No Solo de Pan
160
persona en cristiana, y no al símbolo, o sea,
“el bautismo en agua.” Sin ningún lugar a
dudas las Escrituras le dan más importancia al
bautismo del Espíritu que al bautismo en
agua. El bautismo del Espíritu está basado en
la fe (vea el Capítulo 10). Es suficiente por el
momento recalcar que las Escrituras enseñan
que el bautismo en agua no es el único y que
el bautismo del Espíritu es el más importante
de los dos. El bautismo del Espíritu es la rea-
lidad mientras que el bautismo en agua es un
símbolo.
Hay varias opciones para tratar con el texto de
Romanos 6:3-4. En primer lugar, se puede
interpretar el texto de manera que se considere
al bautismo como una condición para la sal-
vación. Esta interpretación hace que las Es-
crituras sean incompatibles entre sí. La se-
gunda opción es considerar al bautismo como
una referencia al bautismo del Espíritu. El
bautismo del Espíritu viene por la fe en Cristo
como Salvador el cual une al creyente con los
beneficios de Su muerte y Su vida de resu-
rrección. Esto no solo hace que las Escrituras
armonicen sino que también engrana con lo
que se conoce acerca del bautismo del Espíri-
tu. Pablo enseñó en 1 Cor. 12:13 que el bau-
tismo del Espíritu une al creyente con Cristo.
Probablemente, Rom. 6:3-4 enseña un tipo de
bautismo que une al creyente con la muerte de
Cristo y Su vida de resurrección. Rom. 6:3-4
deberá ser relacionado con el bautismo del
Espíritu y no con el bautismo en agua. 49
49
Aunque el autor prefiere adoptar la posición de
que Rom. 6:3,4 se refiere al bautismo del Espíritu,
alguien podría entender que Pablo se refería al
bautismo de agua sin la inferencia de que este fuera
un requisito para salvación. El bautismo es para el
creyente lo que un anillo de bodas es para un hom-
bre o una mujer en el matrimonio. Es el símbolo de
una relación. Es posible llevar puesto un anillo y
no estar casado (así como alguien podría ser bauti-
zado y no ser un creyente). También es posible
estar casado sin llevar puesto un anillo (así como
alguien podría ser salvo sin ser bautizado). Sin
embargo los anillos de bodas normalmente son
indicadores del matrimonio. El Apóstol Pablo con
toda probabilidad no se imaginaria a nadie en su
5. Col. 2:11-12
En él también fuisteis circuncidados
con circuncisión no hecha a mano, al
echar de vosotros el cuerpo pecamino-
so carnal, en la circuncisión de Cristo;
sepultados con él en el bautismo, en el
cual fuisteis también resucitados con
él, mediante la fe en el poder de Dios
que le levantó de los muertos.
Este es el texto que usan los que creen que el
bautismo de agua aplicado a los infantes tiene
algún mérito de redención. Debido a que no se
aprecia correctamente la gran diferencia de la
edad de la iglesia entonces existe la creencia
de que el bautismo de los infantes ha reempla-
zado a la circuncisión de los infantes practica-
da en el Antiguo Testamento. Dado que el
bautismo de infantes no es Bíblico, la única
"prueba" que se puede ofrecer a su favor es
que el bautismo de infantes debe ser el reem-
plazo de Dios para la circuncisión. Por lo tan-
to, al llegar a Col 2:11-12 aparece un punto
ciego que los hace pensar solamente en el
bautismo de agua cuando leen la palabra
circuncisión. Sin embargo, la Biblia habla de
una circuncisión espiritual al igual que de un
bautismo del Espíritu. (Ver Deuteronomio
época siendo bautizado sin fe. Y dado que ser
cristiano podría ser motivo de persecución, solo
aquellos que poseían una fe genuina deseaban el
bautismo en agua. Tampoco Pablo podría imagi-
narse a un creyente rechazando el bautismo de
agua. (rara vez existe una razón válida para que un
creyente rechace el bautismo en agua hoy en día.)
Para Pablo no existía un incrédulo bautizado o un
creyente no bautizado. Por lo que el bautismo era
una señal de fe aun más segura que un anillo de
bodas. Si Rom. 6:3-4 no es considerado como una
referencia al Bautismo del Espíritu, a Pablo se le
podría entender diciendo que el bautismo en agua
tal como se practicaba en la iglesia del Nuevo
Testamento en condiciones de persecución era
una evidencia cierta de fe. Es la fe simbolizada
por el bautismo la que salva. Romanos 6 estaría
enseñando que la fe que resulta inevitablemente en
el bautismo (la fe demostrada por el bautismo)
produce una participación en el beneficio de la
muerte sepultura y resurrección de Cristo.
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2
161
10:16; 30:6; Jeremías 4:4; 9:25-26; Ezequiel
44:7-9; Rom. 2:26-29; y Filipenses 3:3.) "La
circuncisión espiritual " es una figura de dic-
ción que se refiere a la eliminación del control
inevitable de la carne en la vida del creyente.
Rom. 6:3-4 enseña que el creyente participa
en la resurrección de Cristo por medio del
bautismo del Espíritu. Luego continúa con el
tema de la remoción del control inevitable de
la carne en el creyente. La palabra muerte
significa separación. Y como hemos muerto
con Cristo mediante el bautismo del Espíritu,
se ha llevado a cabo una separación del con-
trol inevitable del “cuerpo de pecado” (Rom.
6:6 y ss.).
Es evidente que en Col. 2:11, Pablo habla de
la circuncisión espiritual, no de la literal.
¿Cuán más claro podría expresarlo, "una cir-
cuncisión no hecha a mano"? Por otra parte,
también es evidente que las enseñanzas de
Romanos 6 y Colosenses 2 son paralelas. Los
creyentes han sido unidos con Cristo y han
muerto con él. La muerte significa la separa-
ción, no el cese de la existencia. Por lo tanto,
los creyentes han muerto al "cuerpo carnal"
no en el sentido del que el pecado ha dejado
de existir, sino en el sentido de que su domi-
nio se ha retirado, separado de ellos. Esta es la
circuncisión espiritual. Por último, debería ser
evidente que la unión con Cristo y los benefi-
cios procedentes de la misma se basan en el
bautismo en el Espíritu y no en el bautismo de
agua. Colosenses 2 enseña lo mismo que Ro-
manos 6 (aunque con diferente terminología).
Aquellos que han sido unidos a Cristo por el
bautismo del Espíritu han experimentado lo
que Pablo llama una "circuncisión" espiritual
en Colosenses 2 y la "muerte al pecado" en
Romanos 6. Ambas imágenes se refieren a un
retiro o separación del control del pecado.
La única explicación que puede darse para
creer que Col. 2:11-12 enseña que el bautismo
salva es el prejuicio teológico. Si uno quiere
apoyar sus propias ideas, entonces interpreta
los diferentes textos para apoyarlas (incluso si
el resultado contradice el resto de la Biblia).
Es evidente una mejor interpretación de Col.
2:11-12 es la que se refiere al bautismo del
Espíritu en vez del bautismo de agua. Este
punto de vista armoniza con el resto de las
Escrituras que enseñan que la salvación es
por la fe sola, hace un paralelismo claro con
Romanos 6, y elimina las bases del bautismo
de infantes o de la regeneración bautismal. El
bautismo del Espíritu es un resultado inmedia-
to de la fe en Cristo y es la causa de que los
creyentes tengamos una participación de los
beneficios de la muerte y la vida de resurrec-
ción de Cristo. También trae consigo una cir-
cuncisión espiritual, o sea un corte con el po-
der inevitable del pecado. Otra alternativa
aceptable para el bautismo de Col. 2:12 es
considerarlo como bautismo en agua sin creer
que este es un requisito para la salvación. Pa-
blo estaría suponiendo en este caso que el
bautismo en agua sería como una prenda de
fe. La fe que se representa o simboliza por el
bautismo sería la base real para la participa-
ción en los beneficios de la muerte y la resu-
rrección de Cristo. La fe que se muestra me-
diante el bautismo sería la base para la separa-
ción del control de la inmundicia sobre la vida
del creyente o sea, la circuncisión espiritual.
(Vea una interpretación paralela de Romanos
6 en la nota 49 al pie de la página.)
6. 1 Pedro 3:21 (traducción literal)
La cual [agua] aun a vosotros como
una figura, ahora salva, o sea, el bau-
tismo (no quitando las inmundicias de
la carne, sino para una buena concien-
cia una apelación hacia Dios) por la re-
surrección de Jesucristo.
Esta traducción literal del versículo con un
orden aproximado en que aparecen las pala-
bras griegas muestra que es una declaración
difícil y obscura. La doctrina deberá ser cons-
truida en los pasajes claros y que se repiten.
Además que las declaraciones sencillas nos
deberán ayudar en la interpretación de las
difíciles. La insistencia en que 1 Pedro 3:21
puede derribar la enseñanza de más de 150
versos que son claros, es una insistencia bas-
tante obstinada.
No Solo de Pan
162
Primero notemos que en el contexto, Pedro
está haciendo una comparación de las aguas
del bautismo con las aguas del diluvio en los
días de Noé. El agua no salvó a Noé sino el
arca. Noé estaba en el arca y esta lo transportó
sobre las aguas de diluvio. Las aguas del dilu-
vio le recuerdan a Pedro las aguas del bautis-
mo. Para la iglesia primitiva, no existían los
creyentes no bautizados. El bautismo era lo
que seguía correcta e inevitablemente a una fe
genuina en Cristo. La comparación de Pedro
era parecida a lo siguiente, “Así como Noé
fue salvo por el arca y pasó a través de las
aguas, así ustedes han sido salvados por Cris-
to y han pasado por las aguas.” Se puede
hacer una comparación en la cual se tienen los
elementos de la salvación de Noé a través de
las aguas del diluvio y la salvación de los cre-
yentes a través de las aguas bautismales sin
necesidad de hacer que 1 Pedro 3:21 enseñe la
regeneración bautismal.
A continuación hay que destacar que no hay
necesidad de interpretar a Pedro como alguien
que está enseñando que el bautismo salva. Es
igualmente válido considerar que Pedro está
enseñando que el bautismo salva en un senti-
do figurado. Si quitamos los paréntesis del
pasaje, el sentido figurado en el que el bau-
tismo salva está asociado con la resurrección
de Cristo. El bautismo simboliza la unión con
Cristo en Su muerte y resurrección. Salir del
agua simboliza una participación en la vida
nueva de Cristo o sea, la resurrección. La rea-
lidad que está detrás de esta figura en efecto,
salva. Por el bautismo del Espíritu el creyente
se une para participar en los beneficios de la
muerte de Cristo y también para participar en
Su vida de resurrección. El bautismo en agua
simboliza esta participación de la vida de re-
surrección de Cristo. De esta manera, Pedro
en sentido figurado puede decir que el bau-
tismo salva.
Por último, notemos que Pedro añade un ma-
terial entre paréntesis para que sus lectores no
crean que él está enseñando la regeneración a
través del bautismo. El autor explica a qué se
refiere cuando dice que el bautismo salva. No
es el lavamiento literal de la suciedad del
cuerpo lo que produce la salvación. Es más
bien la petición a Dios para la purificación del
corazón, lo que ha traído la salvación y a la
vez ha calificado al pecador como candidato
para el bautismo en agua. La limpieza de la
carne mediante un rito es absolutamente inútil
para salvar. Sin embargo, la apelación que
hace el candidato a Dios para que lo limpie
del pecado por la sangre de Cristo es la base
tanto para la salvación como para un legítimo
bautismo en agua.
1 Pedro 3:21 enseña que el bautismo de agua
salva en un sentido figurado ya que simboliza
la participación en la vida de Cristo que se
llevó a cabo mediante la fe. Además, el único
elemento del bautismo de agua que salva en
realidad es la apelación que se hace a Dios
para que haga limpieza (por fe en Cristo) y
esto es lo que hace que una persona sea califi-
cada para ser bautizada. De ninguna manera
tenemos autorización para interpretar que 1
Pedro 3:21 niega la salvación por medio de la
fe solamente y enseña la regeneración me-
diante el bautismo.
7. El Bautismo de Juan y la Salvación
La mayoría de los maestros de la Biblia esta-
blecen correctamente la diferencia entre el
bautismo de Juan y el bautismo cristiano. El
bautismo de Juan el Bautista era un bautismo
de preparación y veía hacia el futuro. Su obje-
tivo era que la gente estuviera preparada para
darle la bienvenida al Rey. El bautismo Cris-
tiano está orientado hacia el pasado. Simboli-
za la identificación con la muerte, sepultura y
resurrección de Jesucristo (Rom. 6:3,4 por
aplicación). Cristo instituyó el bautismo cris-
tiano en la gran comisión (Mat. 28:18-20).
Obviamente, un rito que es simbólico de la
muerte y resurrección de Cristo no pudo ser
instituido antes de la crucifixión y la resurrec-
ción. El bautismo de Juan entonces es diferen-
te al bautismo cristiano.
A partir del rechazo del Rey, el bautismo de
Juan el Bautista deja de ser practicado. Aun
aquellos que creen que el bautismo es esencial
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2
163
para la salvación no se apoyan en los textos
que tratan de Juan el Bautista para probar su
enseñanza errónea. Sin embargo ya que estos
pasajes pueden ser causa de confusión los
estudiaremos en esta sección.
“Yo a la verdad os bautizo en agua pa-
ra arrepentimiento…” [Mat. 3:11].
Bautizaba Juan en el desierto, y predi-
caba el bautismo de arrepentimiento
para perdón de pecados. [Marcos 1:4].
Y él fue por toda la región contigua al
Jordán, predicando el bautismo del
arrepentimiento para perdón de peca-
dos, [Lucas 3:3].
El llamado “Preparad el camino del Señor”
enseña que la obra de Juan era básicamente
una preparación. El técnicamente no tenía ni
ofrecía el perdón de pecados. El estaba dando
testimonio directo de Aquel que ofrecería ese
perdón a Su llegada. El estaba haciendo un
llamado al pueblo de “Arrepentíos,” o sea, un
llamado a un cambio de mente. El pueblo de
Judea en especial requería un cambio de men-
te acerca del Mesías y Su pronta venida. Era
necesario que ellos tuvieran un cambio de
actitud y estuvieran preparados para aceptar al
Rey. La declaración que dice “bautismo del
arrepentimiento para perdón de pecados,” no
deberá tomarse para entender que las personas
eran salvas automáticamente por el bautismo
de Juan. La palabra para puede significar
“con la mira a.” (Ej. Marcos está alistándose
para su graduación el próximo año, o sea, con
la mira a graduarse el año que viene.) Juan el
Bautista estaba comunicando al pueblo que se
arrepintiera (que cambiara sus pensamientos
acerca de la venida del Mesías) y que fueran
bautizados con la mira a obtener el perdón de
los pecados que el Mesías traería a su llegada.
Los versos anteriores no enseñan concluyen-
temente que todos los que obedecieron a la
obra de Juan fueron salvos en el momento del
bautismo. Si una persona profesaba estar pre-
parada mentalmente, dispuesta a aceptar al
Rey y era bautizada por Juan sobre esta base,
todavía tenía que aceptar al Rey después de su
llegada a fin de obtener salvación y perdón. El
mensaje y el bautismo de Juan prepararon a
la persona para aceptar al Rey con la mira al
perdón de los pecados lo cual el Rey daría a
Su llegada. El perdón de pecados prometido
no se llevaba a cabo a menos que el Rey fuera
en verdad aceptado en Su venida a Israel. Es
probable que algunas personas que Juan bau-
tizó, más tarde rechazaran el reclamo mesiáni-
co de Jesús, y el hecho de que ellos fueron
bautizados por sí mismo no les otorgaba la
salvación. (Véase los comentarios anteriores
sobre Juan 3:5.) Los textos anteriores pueden
parafrasearse de la siguiente manera:
“Yo los bautizo en agua por causa de
arrepentimiento” (o sea, por un cambio
de pensamiento que está preparado pa-
ra aceptar el Rey que viene) [Mat.
3:11].50
Juan el Bautista apareció en el desierto
predicando un bautismo basado en
arrepentimiento con la mira del perdón
de pecados que el Rey traería [Marcos
1:4].
Y el vino a todo el distrito del Jordán,
predicando un bautismo basado en
arrepentimiento (o sea, una mente
cambiada acerca del Mesías venidero)
con la mira del perdón de pecados que
el Rey traería [Lucas 3:3].
Es mejor que consideremos la obra de Juan
como una obra meramente preparatoria. El
mismo no ofrecía el perdón de los pecados al
pueblo. Hizo un llamamiento para que las
personas estuvieran mental y moralmente
transformadas y dispuestas a aceptar al que
50
Mat. 3:11 puede también traducirse: “yo os bau-
tizo en agua con la mira al arrepentimiento.” De-
berá entenderse que el arrepentimiento era una
condición previa al bautismo de Juan pero, que
también, se pretendía que el bautismo produjera
aun más arrepentimiento. Tal traducción haría un
buen paralelo con 1 Cor. 12:13: (Juan bautizó en
agua con mira al arrepentimiento; Cristo bautiza en
el Espíritu Santo con la mira a la unión en un cuer-
po).
No Solo de Pan
164
otorgaría el perdón en su llegada. El bautismo
de Juan era símbolo de la disposición para
aceptar al futuro rey y Su futuro perdón. El
bautismo de Juan se relacionaba con la salva-
ción al preparar a la gente para aceptar al Sal-
vador. Sin embargo, el perdón de pecado
prometido tenía que esperar hasta la llegada
del Rey. Juan preparó para la salvación me-
diante el bautismo. Cristo dio la salvación
solo mediante la fe.
Si uno insistiera en que el ministerio de Juan
en realidad otorgó el perdón, en lugar de ser
una preparación para un perdón futuro que
Cristo ofrecería, entonces uno podría argu-
mentar que tal perdón debe haberse basado en
el arrepentimiento y no en el bautismo
Si Juan en realidad hubiera ofrecido el perdón
de los pecados, este se hubiera basado en el
arrepentimiento no el bautismo. Sin embargo,
hay muchas razones para creer que Juan no
era el que ofrecía el perdón. Su bautismo
simbolizó una preparación para recibir el
perdón de los pecados en un tiempo futuro
cuando el Mesías lo traería consigo. Por últi-
mo, el bautismo de Juan no se ha practicado
desde el rechazo del Rey. Por lo tanto, no
existe ninguna base para usar los textos que
tratan del bautismo de Juan el Bautista como
evidencia de que el bautismo es una condición
para la salvación.
H. Confesar a Jesús Ante los Hombres Para
ser Salvo.
La práctica de hacer una invitación para que
las personas pasen al frente con el fin de con-
fiar en Cristo no es ni Bíblica ni anti Bíblica.
No se ordena ni tampoco se prohíbe. Las igle-
sias tienen varias opiniones en cuanto a lo
sabio de este método de evangelización. Sin
embargo, existe el peligro de cometer un gra-
ve error con el fin de presionar a la gente para
que “pase al frente”.
Las Escrituras establecen a la fe por sí sola
como la base de la Salvación. Si alguien aña-
de una “confesión pública acerca de Jesús” a
la única condición de la fe, entonces está pre-
dicando “otro evangelio”. El acto de agregar
una “confesión pública de la fe en Jesús”
como un requerimiento para la salvación se
hace con la actitud errónea que tiene el lema
de que “el fin justifica los medios”. También
puede suceder por pura ignorancia, hábitos de
descuido, deseo de contar el número de con-
versiones o la incuestionable aceptación de
una tradición sin consideración de las bases
bíblicas. Al decirle a las personas que es nece-
sario hacer una confesión pública para ser
salvo, los oradores crean presión para obtener
“decisiones.” Sin embargo, consideremos a la
pobre alma tímida que no tiene ningún pro-
blema para confiar en Cristo pero no tiene el
valor suficiente para pasar al frente en una
iglesia llena de gente. Para tal persona, el
orador ha ofrecido una condición para la sal-
vación que es errónea y fabricada por el hom-
bre. Esta es una barrera artificial para la sal-
vación que es contraria a la Palabra de Dios y
no debe ser aceptada por la iglesia. ¿Será po-
sible creer en Cristo en lugares donde no es
posible la confesión pública, como la habita-
ción de un motel con una Biblia de los Ge-
deones o una habitación tranquila con la ma-
dre? ¿Sería también posible hacer una profe-
sión pública sin tener la verdadera fe? El texto
que más se abusa para demostrar que la confe-
sión pública es necesaria para la salvación es
Rom. 10:9-10a.51
1. Rom. 10:9-10
…que si confesares con tu boca que
Jesús es el Señor, y creyeres en tu co-
razón que Dios le levantó de los muer-
tos, serás salvo. Porque con el corazón
se cree para justicia, pero con la boca
se confiesa para salvación.
51
Obviamente, ninguno de los contextos de los
pasajes que se examinan se refieren a la práctica
moderna del llamado a pasar al altar. Además,
pocas personas quieren llevar este punto de vista a
su conclusión lógica hacer que la salvación se base
en testificar. Esto terminaría en un sistema basado
en obras parecido al concepto de los Testigos de
Jehová en el cual la salvación viene a través de la
obra de testificar.
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2
165
En Rom. 10:9-10 Pablo está dando un ejem-
plo de su método para evangelizar a los jud-
íos. (Vea Rom. 10:1.) El dice que su método
incluye confesar con la boca al Señor Jesús y
creer con el corazón que Dios le resucitó de
los muertos. Pablo como un buen expositor de
la Biblia, prueba que su método de evange-
lismo es válido ya que lo apoya con las Escri-
turas. El contexto inmediato del vs. 10 com-
prueba con el Antiguo Testamento que Pablo
hace lo correcto al pedir que crean y confie-
sen. El verso 11 prueba que su petición para
creer en la resurrección es válida: “Pues la
Escritura dice [en Isa. 28:16]: Todo aquel que
en él creyere, no será avergonzado.” Luego en
el verso 13 Pablo nos da una prueba Bíblica
de su apelación para confesar que Jesús es
Señor (o sea, Dios, Mesías, Maestro). Al citar
a Joel 2:32, en el vs. 13 nos dice, “porque
todo aquel que invocare el nombre del Señor,
será salvo.” En versión condensada el argu-
mento de Pablo es como sigue: “Yo le pido a
los Judíos que crean en el Señor resucitado
porque Isa. 28:16 pide que crean, y yo les
pido que confiesen porque Joel 2:32 da la
invitación a invocar al Señor para la salva-
ción.” Nota cuidadosamente que el vs. 13 de-
fine el tipo de confesión que Pablo quería. El
He instó al pueblo a “confesar” en el sentido
de “invocar el Nombre del Señor.” La confe-
sión que Pablo requería se hace en una
oración a Dios. El no está pensando en una
confesión delante de los humanos. Confesar
en Romanos 10:9 equivale a invocar a Dios en
oración y reconocer delante de El que Jesús es
el Señor de Rom. 10:13. El argumento de este
texto arroja luz sobre el significado de la con-
fesión del verso 9, la cual se lleva a cabo in-
vocando el nombre del Señor (tal como en los
vss. 12-13). Pablo no está pidiendo a su
pueblo Judío que de una confesión de fe
ante los hombres con el fin de obtener sal-
vación. El les pide a ellos que confiesen que
Jesucristo es su Señor (Mesías) en una ora-
ción a Dios. Reconocer que Jesucristo es el
Hijo de Dios es una parte esencial de la fe
salvadora. Un buen método aprobado por las
Escrituras para expresar este reconocimiento
es a través de una oración a Dios. Sin embar-
go, Rom. 10:9-10 no tiene nada que ver con
una confesión hecha a otras personas, ya sea
en público o privado.
2. Mateo 10:32-33 y Lucas 12:8-9
“A cualquiera, pues, que me confiese
delante de los hombres, yo también le
confesaré delante de mi Padre que está
en los cielos. Y a cualquiera que me
niegue delante de los hombres, yo
también le negaré delante de mi Padre
que está en los cielos.” [Mateo 10:32-
33].
“Os digo que todo aquel que me confe-
sare delante de los hombres, también el
Hijo del Hombre le confesará delante
de los ángeles de Dios; mas el que me
negare delante de los hombres, será
negado delante de los ángeles de
Dios.” [Lucas 12:8-9].
Mateo 10:32 y ss., Lucas 12:8 y ss., son tam-
bién textos que se han usado para establecer
que la confesión pública de Jesús es un requi-
sito para la salvación. Así se pueden interpre-
tar estos textos si se consideran de manera
aislada del resto de las Escrituras. Sin embar-
go, el resultado sería una contradicción con
más de 150 textos que establecen a la fe sola
como la única condición para la salvación.
Si consideramos a las declaraciones del Señor
de una manera que estén en armonía con el
resto de la Escritura, entonces no sólo se man-
tiene la posición de la fe sola sino también la
infalibilidad Bíblica. No es de fundamental
importancia cuál de los siguientes puntos de
vista de Mateo 10:32 y de Lucas 12:8 sea el
correcto. El asunto importante es que hay in-
terpretaciones que si armonizan con todas las
Escrituras y preservan tanto la infalibilidad
Bíblica como la doctrina de sola fide (sólo la
fe). Cualquiera de estas interpretaciones es
preferible a la de tomar estos dos textos para
fabricar una contradicción en las Escrituras.
Las posibilidades se discutirán a continuación.
a. El Punto de Vista Apostólico
No Solo de Pan
166
Una manera de reconciliar Mateo 10:32 y
Lucas 12:8-9 con los otros 150 versículos que
enseñan la fe solamente es la de interpretar-
los y aplicarlos a las personas a las cuales
fueron dirigidos. Son Textos paralelos que se
entregaron principalmente a los apóstoles
(Mat. 10:1-2; Lucas 12:1 “a sus discípulos,
primeramente…”) quienes estaban anuncian-
do el Reino (Mat. 10:7) a Israel solamente
(Mat. 10:6). Si la advertencia se limita a los
doce, entonces el énfasis en reconocer a Cris-
to al confesarle o al negarle pudo haber sido
para el beneficio de Judas Iscariote. Quizás la
verdad se aplica solo a aquellos de los doce
que confiesen a Cristo, ellos serán honrados
en los cielos, pero los que le hayan negado
(Judas) serán negados por Cristo delante del
Padre en los cielos. Cuando se limitan estas
declaraciones a las personas específicas a las
cuales se dirigieron, entonces se pueden ma-
nejar de manera que no se contradiga con el
principio sola fide.52
b. Punto de Vista de la Tribulación
Cristo pudo bien haber considerado a los
apóstoles como representantes de los santos
de la tribulación y de eso existe un preceden-
te. Aparentemente, Cristo consideró a los san-
tos de la tribulación como extensiones de la
obra apostólica, y El pudo ver esa conexión
más directamente sin el sistema de la iglesia
de por medio. Esto sucede en Lucas 21 donde
el discurso de Cristo acerca de la destrucción
de Jerusalén en los tiempos apostólicos termi-
na por unirse a los conflictos al fin de los
tiempos. El Señor habla a Sus apóstoles como
si ellos fueran los que han de experimentar la
angustia de la Tribulación al final de los si-
glos. En el contexto de Mat. 10:32-33 se des-
cribe este mismo proceso. En Mat. 10:6 Cristo
les dice a sus apóstoles que vayan solo a Is-
rael, pero, antes de la terminación del discur-
so, Cristo aparentemente ve a sus apóstoles
52
El contexto de Mateo 10 nos ofrecería el apoyo
más fuerte para limitar estos comentarios a los
apóstoles, aún más que el de Lucas 12. El Señor
habla “primeramente a sus discípulos” aunque la
multitud estaba escuchando (Lucas 12:1).
como los representantes de los santos de la
tribulación. El dice que ellos serán llevados
ante gobernantes y gentiles para dar testimo-
nio (Mat. 10:18). En un lenguaje parecido al
relato de la Tribulación de Mat. 24:9 y 13,
Cristo les dice que serán odiados por todos
(Mat. 10:22) y que serán librados de este
tiempo de tribulación mediante la perseveran-
cia hasta el fin (Mat. 10:22). Mat. 10:23 es
uno de los pasajes tribulacionales más explíci-
tos. Menciona que los testigos perseguidos no
terminarán de recorrer todas las ciudades de
Israel “antes que venga el Hijo del Hombre.”
Es posible considerar que las palabras de Cris-
to en Mateo. 10:32-33 hacen una doble refe-
rencia tanto a los apóstoles como a los santos
de la Tribulación. Esto da lugar a posibilida-
des interesantes para la reconciliación de los
textos con la doctrina de la fe sola que se en-
seña en otras partes de la Escritura. Durante la
tribulación los creyentes se verán obligados a
identificarse con Cristo o en contra de El por
la aceptación o el rechazo de la marca de la
bestia, es decir, el Anticristo (vea Ap. 13:16-
17). La única condición que Dios nos impone
para la salvación es la fe. Sin embargo, las
condiciones serán tales durante la tribulación
que un requisito fabricado por Satanás para
ser un creyente será la confesión pública de
Cristo mediante el rechazo de la marca (Ap.
20:4). Todos los que no creen en Cristo lo
negarán mediante la misma marca. Dios re-
quiere sólo la fe para ser salvo, pero el sistema
del diablo requerirá el rechazo de una marca
para identificarte como creyente. Por lo tanto,
el resultado es que todos los creyentes de la
Tribulación confesarán públicamente a
Cristo y todos los incrédulos en la Tribula-
ción lo negarán.
Si el intérprete restringe las palabras de Mat.
10:32-33 y Lucas 12:8-9 estrictamente a los
apóstoles y a la generación de Tribulación, la
interpretación resultante se encuentra en ar-
monía con sola fide. La única condición de
Dios para la salvación es la fe. Sin embargo,
con los doce, y con los cristianos de la Tribu-
lación (considerados como una extensión de
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2
167
la obra apostólica), las condiciones en la tierra
serán tales estos grupos serán obligados a
confesar o negar a Cristo de una manera
definitiva e irrevocable. Aunque se puedan
extraer aplicaciones para otros grupos del
pueblo de Dios (incluyendo los que, en nues-
tra época están bajo presión para negar a Cris-
to), ningún otro grupo se enfrentará a una
presión tan absoluta para confesar o negar a
Cristo en un sentido tan irrevocable. Estos
versículos nos enseñan por aplicación que un
creyente, en el momento actual, nunca debe
negar a Cristo. Sin embargo, la vergüenza
actual de ser cristiano no se compara al hecho
de traicionar en público al Mesías para darle
muerte (Judas) o vender el alma al Anticristo.
Si las declaraciones de Mat. 10:32-33 y Lucas
12:8-9 se restringen a las condiciones especia-
les a las que se enfrentaban los apóstoles y la
generación de la Tribulación, entonces estos
pasajes pueden estar en armonía con la verdad
de que la fe en Cristo es único requisito de
Dios para la salvación. Las personas con una
visión dispensacional de la Escritura (lo cual
se examina en el capítulo 11, bajo el tema
"Eclesiología") estarán más dispuestos a adop-
tar este medio posible de reconciliar
Mat.10:32-33 y Lucas 12:8-9 con la posición
solo por la fe. No es extraño aplicar una ver-
dad a los apóstoles o a los santos de la Tribu-
lación, y no directamente a la iglesia. Sin em-
bargo, es posible comprender a Mat. 10:32-33
y Lucas 12: 8-9 de manera que no se restrin-
gen y que a la vez sean compatibles con la
doctrina de la fe sola.53
53
Un problema del punto de vista apostólico es que
Pedro si negó al Señor en un sentido limitado mien-
tras que Judas confesó a Jesús por algunos años.
Si limitamos a Mateo 10 y Lucas 12 a los apósto-
les, entonces Jesús estaría hablando de descripcio-
nes apostólicas que revelan con exactitud la fe de la
personas. En el caso de Pedro, el por costumbre
confesó a Jesús si vemos su tendencia por toda su
vida (aunque tuvo caídas ocasionalmente). En el
caso de Judas, el confesó a Jesús por un tiempo
pero le negó a tal grado que demostró que el no
tenía fe. Cualquier interpretación de Mateo 10 y
Lucas 12 deberá incluir el hecho de que las pala-
c. El Punto de Vista de las Recompensas
Quizás Jesús se está refiriendo a las recom-
pensas futuras en vez de a la salvación.
Quizás Jesús quiso decir que aquellos que le
confiesen como Salvador digno serán confe-
sados como dignos de recompensas en el Tri-
bunal de Cristo. Aquellas personas que no
crean que el Señor sea digno de reconoci-
miento aquí en la tierra no serán reconocidas
como dignas de una plena recompensa en los
cielos. Aunque Mat. 10:28 y Lucas 12:5 se
refieren al destino eterno del alma, es preferi-
ble considerar que el texto en su totalidad se
refiere a las recompensas de un creyente en
vez de contradecir la doctrina de la salvación
que es por la fe en Cristo solamente. Este pun-
to de vista tiene la ventaja de ser sencillo.
d. El Punto de Vista de “Cualquier Extremo”
Quizás Jesús presupone que las palabras con-
fesión o negación revelan verdaderamente la
fe o la ausencia de la misma en una persona.
Podríamos limitar el pasaje a las puras defini-
ciones de confesión o negación que estén es-
trictamente de acuerdo con la salvación por
medio de la fe. La confesión sería virtualmen-
te un sinónimo de creer y la negación signifi-
caría el rechazo a creer.
En el extremo, la persona que siempre niega
a Cristo muestra que es un incrédulo. Por otra
parte, un creyente confesará a Cristo a otros
(por lo menos a otros creyentes) en un mo-
mento de su vida. La persona no le negará
siempre (como un típico incrédulo).
De este modo, el intérprete podría dar por
hecho que el Señor habla solamente de un tipo
de confesión a otros que se basa en la fe o un
tipo de negación a otros que se basa en la in-
credulidad aunque el texto no ofrezca esa res-
bras no siempre revelan el corazón y que los in-
crédulos han confesado ocasionalmente mientras
que los creyentes pueden ocasionalmente negar.
Aún si limitamos las palabras del Señor habladas
directamente a los apóstoles, acabamos con un
punto de vista similar al de la subsección “f”,
Pág.167.
No Solo de Pan
168
tricción tan explícita. La enseñanza del Señor
se podría parafrasear de la siguiente manera:
“Los incrédulos manifiestan su rechazo al
negarme constantemente durante todas sus
vidas. Los que me niegan y rechazan siem-
pre prueban que no son salvos. Un creyente
en un momento en su vida confesará a otros
que me conoce, por lo menos a otros cristia-
nos dignos de confianza. Un creyente podría
negarme ocasionalmente pero no me negará
siempre. El alguna vez admitirá que tiene fe a
alguna otra persona.”
La persona que siempre niega es un incrédulo.
El que es creyente reconocerá a Cristo en
algún momento.54
La aplicación directa para
los oyentes originales consistiría en confesar a
Cristo en lugares donde hay persecución en
vez de lugares quietos donde no hay ninguna
presión, donde hay amigos de confianza. Los
creyentes confesarán a Cristo por lo menos
algunas veces. Estarán firmes durante la per-
secución y no actuarán como incrédulos típi-
cos que siempre niegan a Cristo. El contexto
de estos pasaje advierte claramente acerca de
la persecución, (Mat. 10:28, 34-39) pero
quizás la confesión o la negación que estamos
considerando no solo necesita llevarse a cabo
en condiciones de persecución. 55
e. El punto de vista “El Aquí” vs. “El Mas
allá” o de la “Confesión a Dios”
54
Usando la analogía deportiva, puede ser que un
creyente no le pegue a la pelota con el bate el
100% de las veces, pero, tampoco un verdadero
creyente le va a pegar 0%, eso se lo dejamos a la
persona que niega a Cristo constantemente.
55
Quizás el lector se de cuenta del porque el autor
le llame a este punto de vista “de cualquier extre-
mo.” Una persona que niega a Cristo todo el tiem-
po durante su vida revela que no tiene fe. Un cre-
yente confesará a Cristo por lo menos de una ma-
nera mínima. Confesará a algunas personas y en
algunas situaciones, (quizás en una conversación
privada o en una habitación del hospital con un
pastor) que el cree. A causa de que la negación del
incrédulo va a ser total y la confesión del creyente
podría ser mínima, tímida y ocasional, la intensidad
del comportamiento irá en la dirección contraria.
Las palabras de Mateo 10 y Lucas 12 parecen
contrastar el "aquí" y el "más allá", la tierra y
el cielo, el ahora y la eternidad. Supongamos
que no consideramos que la frase delante de
los hombres se refiera a una confesión (o ne-
gación) efectuadas en la presencia de los de-
más, sino que más bien entendemos que signi-
fica algo así como "durante tu tiempo entre los
hombres." El Señor estaría contrastando la
vida presente que se vive entre o ante los
hombres, considerando también un futuro en
el cielo. Además si la confesión que estamos
considerando se hace al Padre (como en
Rom. 10:9-10), entonces las enseñanzas de
Jesús se han reconciliado con la verdad de la
salvación que es solo por la fe. El significado
resultante sería el siguiente: "Si me confiesan
al Padre durante su vida delante de los hom-
bres, os confesaré para con el Padre en la
eternidad delante de los ángeles. Si me niegan
como Salvador durante su vida delante de los
hombres, os negaré con el Padre y delante de
los ángeles en la eternidad. Los destinos con-
trastantes serían la confesión al Padre ahora
en esta vida delante de los hombres, o la ne-
gación de Cristo al Padre en un momento en
el futuro delante de los ángeles.56
Si entende-
mos que la confesión se hace a Dios y toma-
mos la frase delante de los hombres en el sen-
tido de la vida en la tierra, entonces no existe
ningún conflicto con la doctrina de salvación
solo por la fe. Es preferible aceptar esta posi-
ción en vez de aceptar que se debe hacer una
confesión pública para ser salvo. Esta opción
final puede sostenerse por sí sola o traslapar-
se con los puntos de vista a y b (vea nota al
56
El contexto se refiere a la persecución. La perse-
cución da la oportunidad de confesar a Cristo a
otros o también ofrece la tentación para negar a
Cristo a otros. Sin embargo Jesús pudo haber esta-
do pensando en una confesión de fe hecha al Pa-
dre in Mat. 10:32-33 y Lucas 12:8-9. El estaría
elaborando acerca de una confesión que se hace al
Padre como un ejemplo de como un creyente debe
confesar a Jesús consecuentemente en tiempos de
persecución. Debemos confesar a Jesús a otros así
como le hemos confesado al Padre.
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2
169
pie de la página 53).
f. Punto de Vista de la Descripción General
Los creyentes por lo general (no siempre)
admiten que conocen al Señor. Los no creyen-
tes por lo general (no siempre) niegan al Se-
ñor. Si las maneras anteriores de conciliar
Mateo 10 y Lucas 12, con la doctrina de la
salvación que es solo por la fe son inacepta-
bles, es probable que este último intento de
explicación sea satisfactorio ya que es muy
sencillo.
Las palabras del Señor no son una condición
para la salvación sino más bien una descrip-
ción general de la mayoría de los creyentes la
mayoría de las veces.57
Como una tendencia
general durante sus vidas La mayoría de los
creyentes suelen confesar y admitir que cono-
cen a Jesús. Esto es especialmente cierto si
tenemos en cuenta todo tipo de situaciones y
no sólo las que contienen intimidación o pre-
sión (por ejemplo, casi siempre los creyentes
confesamos nuestra fe a otros creyentes). Y
como tendencia general durante su vida, la
mayoría de los no creyentes suelen negar y no
reconocer a Jesús. Una vez más, esto es espe-
cialmente cierto en situaciones donde no hay
57
Jesús emplea un patrón de pensamiento similar
en Mat. 25:31-46. Las ovejas que alimentan, visten
y visitan a los hermanos del Señor (técnicamente
hablando a los Judíos en el periodo de la Tribula-
ción) no se ganan la salvación por estas buenas
obras. Alimentar, vestir y visitar no son condicio-
nes para la salvación sino que son descripciones
que revelan que la persona tiene fe. Solo aquellos
que tiene fe ministrarán a los judíos y esto estará en
contra de los deseos del Anticristo. La salvación
viene por la fe, pero los salvos pueden describirse
como aquellas personas que hacen buenas obras.
La fe se demuestra por el comportamiento. Así
mismo, en Mateo 10 y Lucas 12 la confesión no es
una condición para la salvación sino una descrip-
ción de la manera en que un creyente debe y por lo
general actúa. La negación describe la manera en
que el incrédulo actúa por lo general. Un cristiano
que niega no está llevando a cabo la descripción
normal de un creyente sino que está actuando hipó-
critamente como un incrédulo.
presión en las que están involucrados otros no
cristianos. El Señor no estaría enseñando que
la salvación se basa en la confesión o el testi-
monio, o que la salvación se pierde por la
negación. Su enseñanza sería que sus discí-
pulos deben ser consecuentes con el com-
portamiento típico y general, que muestran
con frecuencia a lo largo de sus vidas. En el
tiempo de amenaza o persecución su compor-
tamiento deberá ser el mismo que exhiben la
mayoría de los creyentes en la mayoría de las
veces, no deberán alterarlo.
Haciendo una descripción general y relaja-
da, los creyentes admiten que creen. Los in-
crédulos niegan que creen. Quizás haya indi-
viduos que sean la excepción a la regla gene-
ral. Además muchas personas son capaces de
emitir palabras ocasionalmente que son incon-
sistentes con su patrón regular. Sin embargo,
como tendencia básica los creyentes recono-
cen a Cristo y los incrédulos no. El Señor de-
sea que seamos consistentes con la tendencia
y la descripción general del cristiano en situa-
ciones donde sería mejor hablar como el in-
crédulo. El punto de vista de la descripción
general es otra manera de reconciliar a Mateo
10 y Lucas 12 con la salvación que esta sola-
mente condicionada a la fe. 58
58
Si consideramos las palabras del Señor como una
descripción general y aproximada de los creyentes
(y no como una condición para la salvación) tene-
mos la ventaja de tomar en consideración otros
pasajes de la Escritura. El resto de la Biblia enseña
que los creyentes pueden fracasar en admitir que
tienen fe delante de otros. Pedro es el ejemplo
sobresaliente (Juan 18:25), y Juan 12:42 también
enseña que había Fariseos que creían pero que no
confesaban al Señor públicamente ya que temían a
las autoridades judías. Aparentemente, un creyente
puede fracasar en confesar a Cristo en algunas
ocasiones pero aún así puede tener una vida en la
que por lo general se le describa como “confesor.”
Quizás pueda admitir su fe en situaciones seguras
con un pastor, otros creyentes o amigos o familia
de confianza. Sin duda que en los países Musul-
manes existen creyentes tímidos que en nuestra
época no se atreverían a hacer una confesión públi-
ca.
No Solo de Pan
170
3. Resumen
Rom. 10:9-10 no está tratando de una confe-
sión pública, ya que la confesión que está aso-
ciada con la salvación es una confesión priva-
da que se hace a Dios solamente. Rom. 10:9
deberá ser equiparado con Rom. 10:12-13. La
Confesión equivale a invocar el nombre del
Señor para ser salvo.
De la misma manera, Mat. 10:32-33 y Lucas
12:8-9 no tienen porque interpretarse en con-
tradicción con los más de 150 versos que en-
señan que la fe es la única condición para la
salvación. Podríamos limitar la interpretación
de estos pasajes y dirigirlos a los apóstoles
solamente o también a los santos de la Tribu-
lación quienes a diferencia de otras personas,
enfrentarán condiciones sin precedentes. Si
por los contextos alguien no se siente conven-
cido de que estos pasajes se están dirigiendo
a grupos especiales, entonces todavía existen
otras interpretaciones que son compatibles
con la fe sola. Quizás el tema sea la ganancia
o la perdida de recompensas y no la salvación
Por otra parte, tenemos el ejemplo de Judas y el
que se describe en Mat. 7:21-23 que demuestran
que el incrédulo puede hacer de vez en cuando una
confesión de fe, pero la descripción de su vida en
general sería una vida de negación o rechazo.
Mientras entendamos que la confesión registra-
da en Mateo 10 y Lucas 12 se hace a otras
personas (no a Dios el Padre), será necesario
comprender las palabras del Señor como des-
cripciones generales y aproximadas que se
califican por otras Escrituras. La mayoría de
los creyentes por lo general admiten al Salva-
dor. La mayoría de los incrédulos por lo gene-
ral lo niegan. Tenga en cuenta que la inten-
ción principal de Mateo 10 y Lucas 12 es tra-
tar la manera en la que los creyentes deben
comportarse frente a la oposición. La
Soteriología no es tema principal del Señor
aquí. Por lo tanto, El podría describir sólo la
conducta típica de la mayoría de los creyentes
(y no creyentes) sin enumerar en detalle todas
las excepciones. El requiere de los creyentes
un comportamiento típico que le confiesa aun
en tiempos de persecución.
(Repase el tema de las recompensas). Quizás
Cristo quiso decir que un creyente le confesar-
ía por lo menos en algún grado y que aque-
llos que le niegan constantemente son in-
crédulos (Punto de Vista de “Cualquier Ex-
tremo”). Otra idea sería que Cristo enseñó que
aquellos que le confiesen al Padre en esta vida
delante de los hombres se evitarían que Cristo
les niegue delante de los ángeles de Dios
(Punto de Vista de "el Aquí" vs."El Más
Allá"). Otra sugerencia sería que el Señor da
descripciones habituales del comportamiento
de los creyentes y no de las condiciones para
ser salvo (El Punto de Vista de la Descripción
General). Las lecciones que los oyentes origi-
nales obtienen en tres de las opciones anterio-
res son las mismas. Los discípulos ya habían
confesado a Jesús delante de Dios y estaban a
punto de confesarle delante de los hombres.
El deseaba que ellos fueran leales a esa confe-
sión en tiempos de adversidad.
No es necesario discutir sobre cuál de los
tres puntos de vista anteriores es correcto.
El punto principal es estos son alternativas
al pensamiento de que además de la fe se
requiere la confesión pública como una
condición para la salvación.
I. Recibir o Pedir que Cristo venga a Tu Co-
razón Para ser Salvo
Esta frase se utiliza a menudo para expresar
una condición para la salvación cuando se
habla a los niños. Puede entenderse como
equivalente de recibir a Jesús como Salvador
por la fe. Por lo tanto, a muchos niños se les
ha comunicado el Evangelio con esta frase y
realmente han confiado en Cristo.
Sin embargo, la frase "invitar a Jesús a tu co-
razón" puede producir una gran confusión.
Incluso es posible que una persona pida que
Jesús “venga a su corazón” y que sea total-
mente ignorante de la muerte y la resurrección
del Salvador o de la idea de la confianza. Por
otra parte, la entrada de Cristo en el corazón
es el resultado de la salvación y no una condi-
ción para la misma. La Biblia nunca usa tal
terminología en la evangelización, y debe ser
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2
171
evitada.
La palabra griega que se traduce corazón es
kardia de la cual se deriva la palabra cardia-
co. Se utiliza entre 157-160 veces dependien-
do de los manuscritos que se usen para el con-
teo. El alumno podrá consultar una concor-
dancia para satisfacer su propio intelecto y
observar que "pedir que Jesús venga al co-
razón" nunca se encuentra como una condi-
ción para la salvación en la Biblia. Para de-
cirlo de otra manera, se podría afirmar que las
personas están siendo salvadas constantemen-
te sin necesidad de pedir que Jesús venga a
sus corazones. Simplemente no es una condi-
ción para la salvación. Las Escrituras si men-
cionan que se cree con el Corazón (Lucas
24:25; Hechos 15:9; Rom.10:9-10), Pero ni el
Evangelio de Juan, ni los sermones evangelís-
ticos del libro de los Hechos, ni en el gran
tratado teológico de Romanos, ni en alguna
otra parte del Nuevo Testamento se encuentra
el hecho de “pedir que Jesús venga a nuestro
corazón” como una condición para la salva-
ción. No debemos confundir el resultado de
la salvación con el requisito para la salva-
ción.
Es posible que pedir que Jesús venga al co-
razón se considere como una condición para
la salvación debido a una interpretación su-
perficial de Ap. 3:20.
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo;
si alguno oye mi voz y abre la puerta,
entraré a él, y cenaré con él, y él con-
migo” [Rev. 3:20].
Note que la palabra corazón ni siquiera apare-
ce en Ap. 3:20. El intérprete debe también de
darse cuenta por otros pasajes de la Biblia que
las palabras “a él” no necesariamente signifi-
can entrar dentro de él. Este verso está dicien-
do en realidad que el Señor vendrá hacia
donde está la persona y hacia adentro de la
persona. La frase griega de Ap. 3:20 (eiser-
komai) se usa otras ocho veces en el Nuevo
Testamento, y nunca significa “adentro de”
(Marcos 7:25; 15:43; Lucas 1:28; Hechos
10:3; 11:3; 16:40; 17:2; 28:8). En Marcos
15:43 José de Arimatea “vino y entró osada-
mente a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús.”
¡José de Arimatea no vino y se metió dentro
de Pilato! El fue “a” o “hacia” Pilato. De la
misma manera, Ap. 3:20 enseña que Jesús
desea venir “a” una persona para tener comu-
nión con ella. Ap. 3:20, no habla de la obra
de Cristo de invadir el corazón de una perso-
na. Ningún versículo enseña que pedir que
Jesús venga al corazón de una persona es una
condición para la salvación.
J. Confesar los Pecados para Obtener la Sal-
vación
La confesión del pecado es una doctrina cris-
tiana muy importante. Sin embargo, necesita-
mos estudiarla en su posición apropiada. Las
enseñanzas acerca de la confesión de pecados
se dirigen principalmente a los creyentes. En
su papel de Juez, Dios ya ha perdonado todos
los pecados de los creyentes (Col. 2:13). En
su papel de Padre, Dios todavía puede airarse
y el perdón tendrá que ser obtenido por medio
de la confesión del creyente (es decir, el reco-
nocimiento del pecado). Por lo tanto, a los
creyentes se les insta a confesar sus pecados
para obtener el perdón del Padre (compara 1
Juan 1:9; con 1 Corintios 11:31; y Mat. 6:12).
En su lugar correcto, la doctrina de la con-
confesión de pecados es muy verdadera y
vital.
Sin embargo, las Escrituras no colocan a la
confesión de pecados, como condición para la
salvación. Es cierto que una persona que co-
loca su fe en Cristo, está implícitamente admi-
tiendo su propia maldad en un sentido gene-
ral, pero esto es diferente al hecho de estable-
cer un nuevo requisito que consiste en nom-
brar, y confesar delitos específicos con el fin
de obtener la salvación. Esta última actividad
podría en realidad ser considerada como una
obra de “penitencia” haciendo que la salva-
ción se obtenga por el acto meritorio de la
confesión de pecados. Consideremos que una
persona pueda enumerar y confesar muchos
pero muchos pecados sin tener el conocimien-
to básico de la cruz o ni la fe en la persona de
Jesucristo. ¿Acaso no estaban los monasterios
No Solo de Pan
172
de la Edad Media, llenos de pobres infelices
que confesaban un pecado tras otro, pero nun-
ca confiaban en Cristo para obtener perdón?
Además, considere la realidad de que en nin-
guna parte de la Escritura se hace de la confe-
sión de los pecados específicos un requisito
para la salvación. Así como una persona pue-
de confesar muchos pecados sin confiar en
Cristo, así también una persona puede confiar
en Cristo sin confesar ningún pecado específi-
co. Es suficiente que una persona reconozca
su pecaminosidad en un sentido general y
quiera la liberación que resulta de la confianza
en Cristo. La confesión de un pecado en parti-
cular es la manera correcta en la que un cre-
yente obtiene perdón de Dios en su papel de
Padre. Sin Embargo, el medio por el cual un
pecador obtiene perdón de Dios en Su papel
de Juez en solo por la fe.
Algunas personas usan 1 Juan 1:9 para argu-
mentar que la confesión de un pecado en par-
ticular es una condición para que una persona
perdida sea salvada. Sin embargo, el contexto
y la fraseología muestran que el versículo se
dirige a los creyentes. En 1 Juan 2:1, Juan
muestra que está escribiendo a los "hijitos", es
decir, a creyentes. El escribe a aquellos que
tienen a Cristo como Abogado o Consolador.
En 1 Juan 2:2, Juan distingue entre sus lecto-
res y el mundo. Es fácil establecer que 1 Juan
1:9 se dirige a creyentes y no a incrédulos. La
confesión de pecados específicos no es una
condición para la salvación Bíblica. Dios en
su papel de juez perdona el pecado, sobre la
base de la fe en Cristo. Si una persona real-
mente ha puesto su fe en Cristo, ya ha recono-
cido su pecado a un grado que es suficiente
para la salvación.
K. Perdonar a Otros con el Fin de Ser salvo
Una iglesia que es numerosa anunciaba "De
gracia perdonen como Cristo los perdonó a
ustedes", como una condición para la salva-
ción en uno de sus anuncios de una “reunión
de reavivamiento.” El anuncio en concreto
decía que esta era una de las “condiciones” de
Dios para la salvación. No existe ninguna
duda de que la Biblia fomenta el perdón, pero
hay tenemos grandes problemas si decimos
que la Biblia enseña que el perdón a los de-
más es una condición para la salvación. En
primer lugar, en el sentido verdadero, es im-
posible que alguien que no conoce a Cristo
perdone como Cristo lo hizo. Primero es nece-
sario que uno sea salvo para experimentar el
perdón de Dios a fin de perdonar verdadera-
mente a otros. El exigir que se perdone a to-
dos los demás antes de ser salvos coloca una
barrera insuperable sobre una persona que
quiere ser perdonada por Dios pero todavía no
se atreve a perdonar a aquellos que han abu-
sado de ella. De hecho, ¡Dios no perdona
todos los pecados cometidos contra El! Los
cristianos deben perdonar con facilidad, pero
si el delito es demasiado grande, aún un cris-
tiano no está obligado a perdonar en el sentido
de anular la responsabilidad de la otra perso-
na. (Véase Mat. 18:15-17.) Si los cristianos e
incluso Dios mismo no siempre perdonan, es
absurdo que hagamos que el perdón completo
de los demás sea una condición que tienen
que cumplir los perdidos con el fin de obtener
la salvación. En segundo lugar, el hecho de
requerir el perdón condiciona la salvación a
algo que una persona hace en vez de aceptar
lo que Cristo ha hecho. Se añade la obra a la
fe pura que acepta la pura gracia de Dios. En
tercer lugar, incluso si fuera posible un perdón
hipotético hacia todos los demás, la persona
todavía estaría perdida en el pecado. Si un
hombre natural pudiera perdonar completa-
mente a los demás, él todavía estaría sin sal-
vación hasta que aprenda acerca de Cristo y
confíe en El y en Su obra en la cruz. Final-
mente, No existe ninguna Escritura que apoye
la idea de que Dios demanda que una persona
le perdone todo a todo a otra antes de que esta
sea salva.
Mat. 6:14-15 podría ser mal interpretado y
usado para enseñar que el “perdón de los de-
más” es una condición para la salvación. Sin
Embargo, Cristo les está hablando a los que
ya son salvos (vs. 9, “…Padre nuestro que
estás en los cielos…”). El está enseñando que
aquellos creyentes que tengan rencores im-
perdonables contra otros no obtendrán perdón
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2
173
de parte de Dios en su papel de Padre. Dios ya
ha perdonado a los creyentes en su papel de
Juez por virtud de la fe en Cristo. Sin embar-
go, si un creyente rehúsa absolutamente per-
donar a otro que le ha pedido perdón, El cre-
yente mismo permanecerá sin perdón en el
sentido de que no estará en comunión con
Dios. La comunión con Dios el Padre está
condicionada al perdón de aquellos que since-
ramente lo han pedido. Sin embargo, la salva-
ción está condicionada a la fe solamente.
L. Negarse a Si Mismo y Abandonarlo Todo
para Ser Salvo
Hay varios pasajes en los que Cristo pide una
dedicación completa hacia El mismo. Nadie
discute el hecho de que Cristo requiere una
lealtad total y la negación de uno mismo. Sin
embargo, es discutible que El exija una nega-
ción total de sí mismo con el fin de obtener la
salvación. Hay una distinción entre lo que
Dios requiere después de la salvación y lo que
requiere para la salvación.
Antes que examinemos los textos que invitan
a la abnegación, debemos admitir que estos
podrían interpretarse como pasajes que re-
quieren un sacrificio máximo, abnegación y
obediencia para obtener la salvación. Sin em-
bargo, también pueden interpretarse en ar-
monía con la posición claramente Bíblica de
que la salvación es por gracia mediante la fe.
No es raro que una enseñanza tenga más que
una interpretación, especialmente si esta se
aísla del resto de las Escrituras. Sin embargo,
la lógica y la autoridad de las Escrituras de-
mandan dar preferencia a cualquier interpreta-
ción que elimine las contradicciones. Cristo le
dijo al joven rico que diera todo lo que pose-
ía a los pobres y le siguiera (Mat. 19:21-
22). Aislado de otras Escrituras, este texto es
capaz de enseñar que la salvación se gana
por dar con sacrificio. Sin embargo, tam-
bién podría entenderse que la salvación se
obtendría por seguir a Cristo. Ya que la ri-
queza del hombre le impidió seguir a Cris-
to, en su caso individual era esencial renun-
ciar a la riqueza para convertirse en un cre-
yente. Por lo tanto, su salvación iba a ser solo
por la fe y no por obras de caridad, pero Cris-
to quería que el eliminara la barrera que el
dinero estaba causando para que él se convir-
tiera en creyente. El texto en sí mismo es pue-
de tener ambas interpretaciones. Sin embar-
go, la correcta es esta última, ya que armoniza
con el resto de las Escrituras.
1. Lucas 9:23-26
(Vea también Mat. 16:24-28 y Marcos 8:34-
38).
“Y decía a todos: Si alguno quiere ve-
nir en pos de mí, niéguese a sí mismo,
tome su cruz cada día, y síga-
me. Porque todo el que quiera salvar su
vida, la perderá; y todo el que pierda
su vida por causa de mí, éste la sal-
vará. Pues ¿qué aprovecha al hombre,
si gana todo el mundo, y se destruye o
se pierde a sí mismo?
Porque el que se avergonzare de mí y
de mis palabras, de éste se avergonzará
el Hijo del Hombre cuando venga en
su gloria, y en la del Padre, y de los
santos ángeles.”
¿A quién le dirige Jesús estas palabras? ¿Son
los oyentes creyentes, incrédulos o una mez-
cla de ambos? El contexto en Lucas 9:18
habla de sus discípulos (vea también Mat.
16:24), pero el vs. 23 usa la palabra todos.
Marcos 8:34 dice, “Y llamando a la gente y a
sus discípulos...”
Los discípulos (apóstoles) eran creyentes,
pero muchos de la multitud eran incrédulos.
No sería raro, ni entonces ni ahora, predicar
un sermón a un público mixto. Mientras que
Jesús está preparando a los creyentes para la
persecución, muchas personas que no eran
salvas estaban escuchado la conversación. La
mejor manera de explicar este pasaje es estu-
diando el significado de la enseñanza del Se-
ñor en Lucas 9:23-26 para los no creyentes y
luego considerar lo que el Señor pretende
transmitir a los creyentes. En primer lugar,
No Solo de Pan
174
debemos aclarar lo que este pasaje no enseña.
a. Los malos entendimientos
Lucas 9:23 no puede enseñar que la salva-
ción viene a través de la abnegación, el sacri-
ficio constante, o un gran esfuerzo. La
búsqueda de la salvación sería un proceso
diario. O nunca estaríamos seguros de cuando
tendríamos las obras suficientes para merecer
la salvación, o habría que estar luchando
constantemente para mantenerla. Cada
día sería una nueva prueba.
Si tuviéramos que seguir un enfoque similar al
de los vss. 24 y 25, entonces la salva-
ción vendría a través del martirio, pero solo
unos pocos se salvarían. La teolog-
ía resultante sería como las falsas religiones,
que prometen el cielo a los fanáticos que mue-
ren por su causa. Uno también puede to-
mar los vss. 24 y 25 para referirse a la pérdida
de control (autoridad) sobre la propia vi-
da. Aunque esta interpretación tiene algún
mérito, sería un grave malentendi-
do inferir entonces que la salvación sería ob-
tenida por obras. Estas conclusiones contra-
dicen a los más de 150 versículos que ense-
ñan que la salvación es por la fe solamente.
b. Dirigida a los Incrédulos: “Cree sin que te
importe el costo.”
En Lucas 9:23 el Señor invita a los oyentes a
seguirle sin limitaciones. Sin Embargo, mu-
chas personas en la multitud todavía no hab-
ían comenzado el proceso de seguirle. Para
ellos, la aplicación más urgente sería la de dar
el primer paso. Ellos tenían que comenzar a
seguir al Señor con el primer paso: la salva-
ción por la fe.
Para los incrédulos, Lucas 9:23 significa
principalmente que si las condiciones socia-
les son tales que una persona debe sufrir
y correr riesgos para llegar a ser un cre-
yente, entonces que crea sin importar los
riesgos. La salvación no puede ser ganada
por la abnegación, la persecución permanente,
o la aceptación de riesgos. Sin embargo, si la
colocación de la fe en Cris-
to implica peligro, ser ridiculizado, o conduce
al dolor, entonces ese precio deberá ser paga-
do con el fin de convertirse en un creyen-
te. Sólo la fe salva. Dios, el Juez no acepta la
excusa: "Yo no podía confiar en Jesús, por-
que hacerlo habría significado el rechazo,
la persecución, o posible martirio.”
Lucas 9:24 en su primera parte nos advierte
que aquellas personas que son intimidadas a
tal grado que se niegan a creer en Jesús tienen
la oportunidad de salvar sus vidas físicas, pe-
ro pierden la vida eterna. La deci-
sión aparentemente sin riesgos de rechazar a
Jesús preserva esta vida pero se corre el ries-
go de la muerte eterna.
La fe puede ser bloqueada no sólo por las
dificultades potenciales, la ridiculización,
o las amenazas de muerte, sino que también el
mundo puede recompensar a aquellos que se
apartan y no siguen a Cristo una vez iniciada
la fe salvadora (vs. 25). Cuando una perso-
na cede ante las presiones de no aceptar a
Jesús por la fe, esta a menudo encuentra
aceptación por parte del sistema incrédulo del
mundo. Incluso la persona puede ser “bende-
cida” y exaltada por el mundo, obteniendo no
sólo la preservación de su vida, sino también
una "buena vida", como el mundo la define.
Jesús advierte a los incrédulos de la multitud
que no acepten los beneficios superficiales
que vienen por rechazarle para ganar la acep-
tación Quizás estas personas obtienen una
ganancia social; sin embargo, pierden la vida
genuina. Las personas se pierden eternamente
y además desperdician también el potencial
para vivir aquí. O también pueden optar por
poner sus vidas en peligro mortal constante
("cada día") por la fe en Cristo, o pue-
den colocar sus almas en peligro eterno por
rechazarle como Salvador de una mane-
ra segura, cómoda, tal vez rentable.
El tipo de vergüenza que se observa en el
versículo 26 es una vergüenza que hace que
uno se aleje en incredulidad del Señor. Si
uno está tan avergonzado de Cristo, de tal
manera que lo rechazamos como Salvador,
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2
175
entonces Cristo lo rechazará al final. Si la
vergüenza lleva a una persona a la increduli-
dad en esta vida, el Señor también estará in-
cómodo y avergonzado de la persona como
para tener una relación eterna. Para los in-
crédulos, las palabras de Jesús en Lucas
9:23 quieren decir que ellos deben super-
ar cualquier temor o seducción del mundo y
confiar en él. A pesar de que la invitación del
versículo 23 es seguirlo por completo, el in-
crédulo debe comenzar por creer en el Señor
Jesús. La seguridad e incluso las ganancias
son un intercambio bastante miserable por la
muerte eterna.
Las palabras del Señor son una advertencia
para que los incrédulos comiencen a seguir-
le cueste lo que cueste. Sin embargo, Sus en-
señanzas también tienen un significado para
los discípulos (los apóstoles) que ya son sal-
vos. ¿Qué les está enseñando
el Señor? ¿Cómo vamos a aplicar las ideas del
Señor a los creyentes de hoy?
c. Significado Para los Creyentes: “No actúes
como ellos hoy”, y “El mundo te puede perse-
guir pero no te puede quitar la vida eterna”.
Jesús le había dicho a los discípulos en Lucas
9:22 que se aproximaba el rechazo y el sufri-
miento. Aunque ellos ya habían ignorado los
riesgos, y aceptado los peligros y las amena-
zas de ser creyentes, ellos se enfrentaban a
presiones similares a las que enfrentan las
personas que recién han creído en Cristo. Sí,
ellos habían decidido dar el primer paso. Por
fe ellos ya habían comenzado el proceso de
seguirle, pero la decisión de seguir a Cristo
más intensamente frente a los problemas, sería
una decisión que había que hacer repetida-
mente durante esta vida. El peligro y las difi-
cultades constantes se estaban aproximando.
Los riesgos no se terminaban con la
fe. La opción de ignorar las amenazas y las
tentaciones de ganancia por no seguir a Jesús
tendrían que hacerse perpetuamente. Al igual
que el mundo presiona al incrédulo para
no dar el primer paso (el de la fe) para seguir
a Jesús, el mundo amenaza con conflictos
y usa de las tentaciones para impedir que los
creyentes le sigan sin limitaciones. Los discí-
pulos no habían tenido ningún impedimento
para empezar a seguir a Jesús hasta aho-
ra, pero ¿Dejarían ellos de seguir plenamente
a Jesús en los días críticos y de alta presión
que están por venir?
Con la excepción de una breve frase (que se
trata principalmente del martirio al final del
Lucas 9:24), los versículos 24 - 26 se refieren
probablemente a los incrédulos.59
Pero aún
así, estas verdades que tratan de los incrédulos
se aplican a los discípulos. Los creyentes
podemos aprender de las personas que han
elegido la seguridad y la comodidad en vez de
la fe en Cristo. Estos son ejemplos extrema-
damente negativos de la forma en que no de-
bemos pensar. ¿Cuál es la lección que debe-
mos aprender los creyentes que debemos se-
guir a Cristo sin reservas cuando observamos
que una persona elige la seguridad y las ga-
nancias en vez de elegir a Cristo aun en la
primera etapa de la fe?
En el vs. 24 El Señor usa un método llamado
en latín “reductio ad absurdum” (reducción a
lo absurdo) para enseñar a sus discípulos a no
permitir que la oposición del mundo les límite
para seguir a Cristo. Visto de una manera
extrema, los que desean salvar sus vidas no
confiarán en Cristo. Evitan ser ridiculizados.
Esas personas evitarán la cruz de Cristo para
59
si deseamos interpretar a Lucas 9:29 y ss. como
un pasaje que se dirige solamente a los creyentes,
entonces la palabra vergüenza del vs. 26 podría
referirse a la pérdida de recompensas. La frase
perder la vida al principio del vs. 24 hablaría del
martirio o simplemente del hecho de rendirse a la
autoridad de Cristo en esta vida al renunciar al
control propio de la vida. La salvación de la vida
del final del verso 24 incluiría muy probablemente
el hecho de salvar esta vida para no desperdiciar su
potencial para con Dios. Sin embargo, la referencia
a todos (Lucas 9:23) y la palabra multitud (Marcos
8:34) unidas a las advertencias acerca de la pérdida
de un alma (Mat. 16:26; Marcos 8:36) parecen
indicar que el Señor estaba hablando a una au-
diencia mixta con diferentes aplicaciones tanto
para los creyentes como para los incrédulos.
No Solo de Pan
176
la salvación y cualquier otra cruz de sufri-
miento. Ellos también pierden la vida eterna.
Esas personas ganarán el mundo pero se per-
derán a sí mismas por toda la eternidad. Los
discípulos no estaban de acuerdo con esta
lógica de otra manera ellos no hubieran dado
el primer paso en el proceso de seguir a Jesús,
o sea, ellos no hubieran puesto su fe en Cristo.
Los discípulos ya habían comenzado a recha-
zar el pensamiento cobarde en el momento en
que ellos creyeron. ¿Deberían ellos regresar
ahora a una actitud cobarde, mundana y
egoísta y limitar el grado en que seguían a
Jesús? Ellos se habían arriesgado en la etapa
inicial de seguir a Cristo; ¿deberían ahora
acobardarse? Los incrédulos pierden sus
máximos valores con este tipo de razonamien-
to. Aunque los discípulos ya poseían la vida
eterna, de nada les serviría pensar y actuar
como los incrédulos. Ellos habían tomado
riesgos cuando comenzaron a seguir a Jesús.
Ahora ellos deberían decidir seguirle con una
entrega total.
La primera parte de Lucas 9:24 describe a los
incrédulos que han elegido conservar esta
vida en vez de poner la fe en Cristo. La última
parte de Lucas 9:24 describe a los discípulos.
Ellos ya habían ignorado cualquier riesgo de
muerte al convertirse en creyentes. Si esa de-
cisión de comenzar a seguir al Señor por la fe
(y sus futuras decisiones o acciones que resul-
tarían de un seguir continuo) les iba a costar
la vida eventualmente por la causa de Cristo,
ellos todavía poseían la vida eterna. La vida
eterna no se obtiene por el mérito del sufri-
miento del martirio. La vida eterna llegó a
ellos y les fue garantizada en el pasado en el
momento en que los discípulos arriesgaron sus
vidas con el fin de creer, pero el recordatorio
del Señor en este momento le sostenía a ellos
en tiempos de peligro constante que resulta-
ban de la decisión original de confiar en El.
En el caso de perder la vida física por seguir
a Cristo (ya sea en la primera etapa de la fe o
en un seguir continuo en obediencia), enton-
ces el creyente todavía tiene el consuelo de su
seguridad de la vida eterna.60
Desde un punto
de vista eterno el mundo no puede infligir
ningún daño. El significado del Señor para los
discípulos es que ningún tipo de persecu-
ción puede matar la vida eterna.
Jesús les asegura a sus discípulos que ellos
han hecho la decisión correcta ya que recha-
zaron irse por el lado fácil. Así como ellos
arriesgaron sus vidas a fin de dar el primer
paso de la fe ellos deberían continuar siguién-
dole sin importar el peligro o el precio. Cua-
lesquiera que sean las dificultades por seguir a
Cristo (ya sea al principio o durante la vida
del creyente) definitivamente vale la pena.
Aquellas personas que han descartado las
posibles dificultades que vienen al comenzar a
seguir a Jesús no deben actuar como incrédu-
los cobardes limitando el grado en que deben
seguirle y obedecerle después de la salvación.
Nada bueno resulta de la decisión que hace un
incrédulo cuando éste elige la seguridad, la
comodidad o la ganancia en vez de confiar en
el Señor Jesús. Tampoco existe algún benefi-
cio cuando los creyentes eligen las mismas
cosas en vez de seguir a Cristo en continua
dedicación. Ir en pos de Cristo "diariamente"
también nos guarda de perder esta vida en el
sentido de desperdiciarla, y no vivirla en su
pleno potencial [los vss. 24y 25 se interpretan
no solo con un enfoque en la supervivencia
versus martirio, sino que también como un
contraste entre un creyente necio que retiene
("o salva") aparentemente el control sobre su
vida y por lo tanto la desperdicia versus un
60
se pueden observar los esfuerzos para seguir a
Cristo después de hacer la decisión inicial de fe
como esfuerzos enraizados en la elección original
de confiar en Cristo. Si no hubiera existido la fe, no
hubiera existido ningún peligro de persecución que
era resultado de la obediencia continua. El hecho
de continuar siguiéndole constantemente se deriva
del principio del proceso de la fe. En este sentido
extenso, el discípulo corría el riesgo de muerte
debido a su decisión fundamental de haber confia-
do en Cristo en el pasado (aunque las acciones de
obediencia siguientes de acuerdo a la fe original
serían las que realmente desencadenarían un peli-
gro a un mayor).
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2
177
creyente dedicado que entrega ("o pierde") las
obras de su vida a Cristo y por lo tanto pre-
serva su vida terrenal dándole un valor genui-
no]. Por deducción, Lucas 9:26 significa que
el Maestro estará justamente orgulloso (en vez
de avergonzado) de aquellos discípulos entre-
gados que le siguen sin limitaciones. Lucas
9:27 y el relato siguiente de la transfiguración
nos recuerda que, dependiendo del grado que
le sigamos hoy, será el grado de gloria que
compartamos con el Señor en la eternidad.
Lucas 9:23-26 y sus pasajes paralelos pueden
ser interpretados de una manera compatible
con la salvación que es sólo por medio de la
fe. Para los incrédulos, esto significa la acep-
tación del precio que tenga que pagarse con el
fin de comenzar a seguir mediante el estable-
cimiento de la confianza en Cristo. Para los
creyentes, el pasaje significa seguirle conti-
nuamente sin importar las presiones o las
tentaciones que nos invitan a dejar de hacerlo
y que se interponen en nuestro camino. Jesús
llama a los creyentes para que le sigan un más
allá y menciona el ejemplo trágico de aquellos
que favorecieron la seguridad total en esta
vida y no confiaron en El Salvador. Este
ejemplo de ellos tan desastroso enseña a los
creyentes que no se comporten cobardemente
cuando se requiere seguirle de una manera
total. Los cristianos deben tener cuidado al
usar conceptos como el de la abnegación, el
abandono de uno mismo y el sufrimiento en
un ambiente evangelístico. Estos tienen vali-
dez solamente para comunicar los riesgos por
los que habría que pasar para confiar en
Cristo. No existe ninguna base para permitir
que otras personas piensen que se puede obte-
ner la salvación a través del sufrimiento por la
causa de Jesús.
2. Lucas 14:26 -27,33
(Véase también Mat. 10:37-39.)
“Si alguno viene a mí, y no aborrece a
su padre, y madre, y mujer, e hijos, y
hermanos, y hermanas, y aún también
su propia vida, no puede ser mi discí-
pulo y el que no lleva su cruz y viene
en pos de mí, no puede ser mi discípu-
lo. Así, pues, cualquiera de vosotros
que no renuncia a todo lo que posee,
no puede ser mi discípulo.”
Por lo general la palabra discípulo significa
"un aprendiz o un seguidor." El término discí-
pulo parece tener una definición un poco
flexible con varios matices de significado.
Juan 6:66 registra que algunos de los discípu-
los de Cristo le abandonaron permanentemen-
te. Al parecer, es posible que una persona sea
un discípulo breve (aprendiz) sin ser un cre-
yente. Sin embargo, cuando a los discípulos se
les compara con las multitudes que estaban
escuchando a Jesús, debemos concluir que
ellos son creyentes como lo muestran los pa-
sajes que ya se han estudiado en la sección
anterior. (Vea Marcos 8:34; Lucas 9:18, 20.)
En Juan 8:31, Cristo parece distinguir entre
discípulos y verdaderos discípulos. Aquellos
que creen son llamados a un discipulado más
profundo. En los Evangelios existen discípu-
los curiosos (sólo aprendices), discípulos
convencidos (creyentes), y discípulos entre-
gados (creyentes dedicados). ¿Cuál es el tipo
de discípulos del que habla Jesús en Lucas
14:26 y ss.? Las palabras que se encuentran
en Mat. 10:37-39 se dirigen a creyentes (o sea
a los apóstoles cuyos nombres se dan en Mat.
10:1-2). Lucas 14:25 se dirige a las multitu-
des. Un intérprete puede usar las palabras de
Lucas 14 como una invitación para ser un
discípulo convencido (un creyente) o un
discípulo entregado (un creyente dedicado),
pero las palabras no deben ser usadas para
añadir alguna condición que va más allá de la
fe para la salvación. Nosotros debemos de-
terminar cómo deben aplicarse estas enseñan-
zas a los incrédulos y a los creyentes (en las
diferentes etapas de la vida espiritual o del
desarrollo) de tal forma que sean compatibles
con la salvación que es sólo mediante la fe.
a. Malos entendimientos
Lucas 14:26 y ss., pueden ser usados de una
manera errónea para enseñar que la salvación
es por la entrega y el sacrificio. Si el Señor
está dando una condición para la salvación,
No Solo de Pan
178
entonces la salvación parece que debe ser ob-
tenida solamente por obras muy rigurosas.
Debemos sufrir y obedecer para obtener la
salvación (vs. 27). Uno debe entregar el con-
trol de todas las posesiones materiales (vs.33)
sin embargo ¿qué pasa con la gracia y con los
más de 150 textos que establecen que la con-
dición para la salvación es la fe solamente?
b. El Significado Para los Incrédulos
Aún si Lucas 14:26 y ss., se aplica a los que
no son salvos, todavía es posible reconciliar
este texto con la posición de la fe sola. Si las
condiciones sociales son tales que a fin de
llegar a ser un creyente una persona tiene que
separarse de su familia, soportar rechazo y
vergüenza, enfrentarse al dolor y a las amena-
zas de muerte (o sea cargar la cruz) o perder la
propiedad, entonces todavía la persona deberá
elegir poner su fe en Cristo. Si el hecho de
creer acarrea grandes dificultades, aún así
todavía se debe creer, porque la salvación
viene a través de la fe. Cualquier persona que
estuviera entre la multitud y todavía no hubie-
ra creído esta persona debería convertirse en
un discípulo convencido (o sea un creyente)
sin importar el riesgo o el precio. Y más allá
de este principio de la vida en Cristo, el Señor
también desea un discipulado aún más pro-
fundo. Existe una diferencia entre lo que Dios
requiere para la salvación (o sea la fe) y lo
que Dios requiere de aquellos que han comen-
zado a seguirle. Los incrédulos de la multitud
necesitaban concentrarse primeramente en
vencer los temores lo cual se requería para
llegar a ser discípulos formales por medio de
la aceptación de Jesús como el Mesías.61
Para
61
el autor ha usado una frase un tanto difícil de
manejar discípulo formal a causa de que las multi-
tudes ya son discípulos en el sentido de que son
aprendices casuales (como los que se describen en
Juan 6:66). Sin embargo, la mayoría de ellos no
ha hecho ninguna decisión para seguir a Cristo. En
otro sentido estas personas no son realmente discí-
pulos. En Lucas 14 el Señor hace el llamado al
discipulado. Para los incrédulos, la aplicación más
profunda de este mensaje no sería pertinente hasta
que ellos hubieran hecho la decisión inicial de
ellos este aspecto del discipulado en el más
importante, pero había implicaciones adicio-
nales en el mensaje del Señor. Para aquellos
quienes ya habían creído, existían otras ver-
dades del mensaje de Jesús relacionadas con
el discipulado que eran más pertinentes.
c. El Significado Para los Creyentes
Es posible que el sermón sobre discipulado
que se encuentra en Lucas 14 estuviera dirigi-
do a una multitud mixta. A los incrédulos que
se encontraban en la audiencia les será nece-
sario comenzar su convicción de discípulos a
través de la fe. La entrada inicial era la res-
puesta más importante que Jesús requería de
ellos. Los apóstoles ya eran discípulos con-
vencidos. Para ellos (y todos los demás que
habían recibido la salvación), las palabras del
Señor acerca del discipulado les estimulaban a
un nivel de entrega y compromiso total. El
Señor les invita a mantener e incrementar el
nivel de lealtad que ellos le habían mostrado
al aceptarle desde el principio. Cristo requiere
que aquellas personas que ya han sido salvas
le entreguen principalmente lealtad sobre
toda relación humana (vs.26). El les pide a los
creyentes que acepten el sufrimiento por Su
causa y desea una obediencia total (vs.27). El
requiere que todas las posesiones sean colo-
cadas a Su disposición (vs. 33). El llamado
del Señor al discipulado se aplica a los após-
toles (y a otros creyentes) en un nivel más
avanzado de vida espiritual. Para los incrédu-
los la respuesta al llamado tendría que comen-
zar aceptando los riesgos de un mundo lleno
de peligros con el fin de creer.
Preferiríamos que la interpretación de Lucas
14:26-33 se limitara de forma que los comen-
tarios del Señor se dirigieran solamente a los
que no son salvos (y les dijera confíen en mí
aceptar a Jesús como Salvador. En el nivel donde
ellos se encuentran Cristo principalmente desea que
ellos confían en El. Los apóstoles ya habían deci-
dido creer en El y en su nivel de desarrollo espiri-
tual, el mensaje que Cristo tenía para ellos era que
continúen en un discipulado que se caracteriza por
una entrega total.
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2
179
sin importar el precio o el costo) o sólo a los
que son salvos (diciendo entrégame lealtad
principal y total). Sin embargo no podemos
usar Lucas 14:26-33 en formas que sugieran
que la salvación resulte de un sacrificio, su-
frimiento, u obediencia personal
M. La Salvación del Señorío
La fe salvadora implica la aceptación del
hecho de que Jesús es el Señor (Rom. 10:9;
Hechos 16:31). A Cristo se le debe ver como
el Hijo de Dios y también como el Señor. De
esta manera podemos identificar al Cristo de
la Biblia. También existe la entrega del alma a
Cristo para la salvaguarda eterna. Dentro del
acto de confiar en Cristo para la salvación
existe implícito el deseo de liberación del pe-
cado, por lo menos de la liberación de la paga
del pecado. Dado que el Antiguo Testamento
hace un contraste entre la fe y la rebelión, no
es muy posible que la fe salvadora pueda co-
existir con una actitud de rebelión total. La
persona que cree que Cristo es Dios también
debe conocer que debe obedecerle.
Si "la Salvación del Señorío" solamente con-
sidera estos hechos, entonces a esta se le podr-
ía considerar como verdadera. Sin embargo
una cosa es reconocer que Cristo es el Amo y
Señor y que hay que obedecerle; y otra cosa
muy diferente es obedecerle activamente o
aún prometer obedecerle. Todos los cristianos
deben proclamar que a Cristo se le debe dar
una obediencia total. Pero ninguno obedece a
Cristo totalmente. De la misma manera, una
cosa es entregar el destino eterno del alma a
Cristo y otra es rendir cada área de nuestra
vida a él. Aún un pecador podría desear obe-
decer a Cristo y no creer que sea capaz de
hacerlo. También debemos recordar que una
persona que puede confiar en Cristo ya ha
deseado liberación del pecado a un grado
suficiente para la salvación.
Nadie estaría en desacuerdo en que la obe-
diencia completa a Cristo es una consecuencia
lógica y consistente de la fe salvadora. Si en-
tregamos el destino eterno de nuestra alma a
Cristo, entonces debemos entregarle todo él.
Si reconocemos que Cristo es Dios y que debe
ser obedecido, el siguiente paso debería ser la
obediencia. Sin embargo, es un error peligro-
so hacer de esa plena obediencia o de una
promesa de obediencia plena una condición
para obtener la salvación, eso es lo que sucede
frecuentemente con aquellas personas que
adoptan del concepto de salvación del señorío.
La frase "si Cristo no es Señor de todo, enton-
ces El no es Señor," suena piadosa y justa,
pero debe ser rechazada y tomada como un
error serio. Primero, el Nuevo Testamento
está repleto de mandamientos que se dirigen a
personas salvadas invitándoles urgentemente
a rendirse por completo a Cristo (ejemplo
Rom. 6:12-13; 12:1-2 Fil. 3:12-15; Santiago
3:2; 4:8, etc.). Cada mandamiento lleva implí-
cito que una persona puede ser un creyente y a
la vez no estar plenamente rendida a Dios. Por
lo tanto, es evidente que una persona puede
ser salva sin dar una plena obediencia a Cristo
(aunque esto no sea consistente).
En segundo lugar, debemos distinguir entre lo
que Dios requiere y lo que requiere para la
salvación. Existen más de 150 versos en la
Escritura que condicionan la salvación a la fe
solamente. Esto significa que la persona que
cree en Cristo ya ha reconocido Su señorío al
grado suficiente y ha obedecido al grado sufi-
ciente como para obtener salvación. Es cierto,
Dios requiere una completa sumisión al se-
ñorío de Cristo, pero el requisito para la sal-
vación es la fe solamente.
Un tercer problema al que se enfrenta la sal-
vación del señorío es que esta es una forma
sutil de obras. Es cierto, la fe salvadora re-
quiere que tengamos la actitud en la que reco-
nocemos que Cristo es el Amo. De esta mane-
ra, el pecador conoce que a Cristo se le debe
obedecer. Sin embargo, esos aspectos de la fe
salvadora forman parte del reconocimiento de
la identidad del verdadero Jesucristo. Si uno
considera que la salvación depende de una
obediencia total al señorío de Cristo o de un
voto para un rendimiento total a su señorío,
entonces la salvación está condicionada al
esfuerzo humano (un esfuerzo muy grande).
No Solo de Pan
180
Si uno considera que la salvación está basada
en rendirse aunque no totalmente al señorío de
Cristo, entonces ¿cuál es el problema con el
punto de vista que considera que la fe en Cris-
to implica todo el rendimiento necesario a Su
señorío para proveer salvación? El llamado
para rendirse al señorío de Cristo es un llama-
do legítimo si es que este llamado no se cons-
tituye como una condición para la salva-
ción. Cuando un señorío pleno es atado a la
salvación, el resultado son obras, en otras
palabras se tiene una falsa doctrina. Finalmen-
te, la salvación del señorío es una condición
imposible de cumplir para una persona que no
es salva. Aquí podemos hacer una compara-
ción con los judaizantes celosos que insistían
que la salvación era por guardar la ley. Guar-
dar la ley es una condición imposible para la
salvación (Gál.2:14 -16). También lo es la
salvación del señorío. Pedir que una persona
abandone el pecado (o que prometa hacerlo) y
que se someta totalmente a la autoridad de
Cristo antes de que ésta persona sea salva, es
pedir lo imposible de un pecador. Una perso-
na que no es salva no puede romper el domi-
nio del pecado (Juan 8:34), y la fe salvadora
no tiene ninguna confianza en la persona
misma de manera que podamos asegurar con
un juramento la victoria sobre el pecado y la
obediencia a Cristo de por vida. La fe salva-
dora incluye el reconocimiento que Jesucristo
es y debe ser el Amo. Sin embargo, la fe sal-
vadora es también una actitud de incapacidad
personal de tener la victoria sobre el pecado.
Dios requiere la fe en Cristo para librarnos del
pecado, pero no la fe en la habilidad de uno
mismo como para prometer grandiosamente el
abandono y la rendición total. La fe salvadora
no consiste en el poder de uno mismo para
jactarse de promesas para abandonar el peca-
do o para obedecer totalmente a Cristo. Sólo
después de la salvación es posible tener el
poder para hacer tal compromiso. Sólo des-
pués de la salvación existe la posibilidad de
algún tipo de éxito en el área del abandono del
pecado y de hacer a Jesús Señor.
La persona adicta a las drogas que se encuen-
tra en un lugar de rehabilitación puede tener
suficiente fe como para confiar en Cristo.
Esta persona cree que Jesucristo es el Señor y
desea liberación del pecado. Sin embargo,
cuando un cristiano le dice que debe abando-
nar este hábito y rendirse totalmente en obe-
diencia al señorío de Cristo, el cristiano está
pidiendo lo imposible al pobre pecador. El
adicto sabe perfectamente que él no puede
abandonar su pecado, también sabe que
honestamente no puede prometer abandonar-
lo. Quizás el pueda desear hacer Jesús Señor,
pero el hecho es que él no puede, y lo sabe.
¡Esta es la razón por la que él necesita un Sal-
vador! Los cristianos ignorantes le pueden
decir a este hombre que él debe abandonar el
pecado, y que prometa dejar de hacerlo y que
haga a Jesús Señor. Sin embargo, Dios quiere
todo lo opuesto. El quiere que el hombre se
sienta completamente incapaz y sin esperanza.
Dios quiere una completa desesperación y la
ausencia de promesas hipócritas y jactancio-
sas para cambiarlo. El desea que las personas
que han sido atrapadas en el pecado se den
cuenta de que tales juramentos o promesas no
pueden ser hechos genuinamente. Dios quiere
que el adicto y todos los otros pecadores sien-
tan que el pecado es tan poderoso que sólo el
Señor Jesucristo puede liberarlos de su poder
así como de su paga. Dios no requiere jura-
mentos de reforma de la vida para la salva-
ción. La actitud opuesta de estar atrapado en
el pecado y sin esperanza es más compatible
con una fe que reconoce una plena dependen-
cia en el Señor Jesucristo para todo tipo de
esperanza de liberación (primero de la paga
del pecado, luego de su poder). A Satanás le
encanta que aquellos cristianos “bien inten-
cionados” confundan el Evangelio con condi-
ciones adicionales para la salvación. El quiera
que los evangelistas confusos exijan fe en uno
mismo de tal manera que se hagan votos de
reforma arrogantes y vacíos. Todo lo que
Dios requiere es que el pecador deseé libe-
ración del pecado al grado de creer en el
señor Jesucristo y en Su cruz.
N. La Oración y la Fe Salvadora
La oración es definitivamente el medio apro-
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2
181
bado por Dios para expresar la fe. En Roma-
nos 10:8 Pablo nos da su ejemplo de cómo es
que él hace el evangelismo. La frase, "la pala-
bra de fe, que predicamos," se podría parafra-
sear de la siguiente manera "las palabras que
usamos en el evangelismo producen la fe." En
el contexto siguiente podemos observar con
claridad que el apóstol Pablo exhorta a todas
las personas a "invocar el nombre del Señor"
(vss. 12 -13) confesando a Dios que Jesucristo
es Señor (vs. 9) probablemente el mejor
método de evangelismo viene acompañado de
una instrucción en la oración para expresar la
fe en Cristo.
Sin embargo, es la fe expresada mediante una
oración es la que salva, no la oración en sí. No
es que alguien pueda repetir desahogadamente
unas cuantas líneas de alguna oración mágica
para obtener la salvación. Sin la fe expresada
mediante la oración, no hay salvación.
Una cuestión fundamental es "¿Debe haber
una oración para que haya salvación?" Los
textos principales que enseñan sólo la fe como
la condición para la salvación no contienen
ninguna referencia a la oración. El mandato es
"cree en Cristo" y no “cree y ora”.
Por consiguiente, el estudiante de la Biblia se
encontraría en apuros tratando de encontrar el
momento en el que los personajes Bíblicos
como Pedro, Santiago y Juan oraron para ob-
tener la salvación. Aunque la oración es el
mejor medio para expresar la fe, la condición
que trae la salvación es la fe, exista o no la
expresión de la oración. Si se presenta la con-
fianza en Cristo, entonces la salvación es
otorgada. Es de beneficio que exista una ora-
ción que exprese la fe ya que provee la segu-
ridad a la persona de que el asunto de la sal-
vación ya ha sido resuelto. Sin embargo, Dios
sabe que la fe existe en el corazón aunque ésta
no sea expresada mediante una oración.
Debe de existir un balance en el área de la
oración y la salvación. Es de sabios exhortar a
las personas para que oren fin de expresar su
fe. Sin embargo, el hecho que una persona no
pueda recordar el tiempo en que expresó una
oración específica no debe ser la base para
concluir que esta persona no es salva. Muchas
personas han confiado en Cristo para la salva-
ción pero no recuerdan la fecha exacta ni tam-
poco recuerdan la experiencia dramática del
principio de su fe. Aunque es precioso ser
capaz de recordar el tiempo en que comenzó
la fe, el asunto de gran importancia es la pre-
sencia de la fe, no el tiempo en que esta co-
menzó. Si una persona puede honestamente y
sinceramente afirmar que tiene fe en Cristo y
en su obra en la cruz, él tiene la salvación. La
fe puede surgir lentamente, como lo hizo con
Pedro, o la fe puede surgir dramáticamente
como pasó en el caso de Pablo. La salvación
está condicionada a la fe. El tiempo del origen
de la fe o la manera en que ésta fue expresada
es de importancia secundaria en comparación
con la presencia de la fe.
O. Conclusión
Todos estos estudios tan complejos terminan
con una simple conclusión y con un simple
Evangelio: la salvación está condicionada a la
fe solamente "no traigo nada en mis manos,
simplemente me aferro a tu cruz." La salva-
ción no consiste en ofrecer a Dios unas manos
llenas de una vida perfecta. La salvación es
una mano vacía que recibe toda la gracia y
misericordia de los méritos de El Salvador y
su obra perfecta en la cruz. El tipo de fe que
se nos ordena tener en la Biblia es confianza,
dependencia y confiabilidad en Jesucristo y su
obra en la cruz. Algunas personas pueden
burlarse de esta doctrina y decir "es un Evan-
gelio barato". ¡Pero la Biblia lo llama gracia!
No Solo de Pan
182
183
Capítulo 9
SOTERIOLOGÍA
La Doctrina de la Salvación
Parte III:
Los Resultados de la Salvación
BOSQUEJO
I. Vida Eterna 185
II. Regeneración - Nuevo Nacimiento 186
III. El Hecho de Llegar a ser Hijos/La Adop-
ción Como Hijos
IV.La Justificación 187
A. La Definición de Justificación: ¿Hacer
o Declarar a una Persona Justa?
1. Justificación en el Griego Secular
2. Justificación, en el Antiguo Tes-
tamento
3. Justificación en el Nuevo Testa-
mento 189
4. Atendiendo al Uso de las Palabras
Griegas Relacionadas con la Justi-
ficación 191
B. El Tiempo de la Justificación: ¿Pasado
o Futuro?
1. El Tiempo de la Salvación como
Trasfondo para el Tiempo de la
Justificación
2. Los Usos Verbales de la Palabra
Justificar en el Tiempo Pasado 192
a. 1 Cor. 6:11
b. Tito 3:7
c. Rom. 5:1, 9
d. Rom. 6:7 193
e. Rom. 8:30
3. Los Usos Verbales de Justificar en
el Tiempo Presente 194
a. Hechos 13:39 195
b. Rom. 3:28
c. Rom. 3:24
d. Otros
4. Versículos que Hablan de la Justi-
ficación como un Hecho Potencial
196
a. Gál. 2:16-17
b. Gál. 3:8-9
c. Gál. 3:24-26
5. El Ejemplo de Abraham
6. Las Formas del Sustantivo Justifi-
cación que la Presentan Como una Obra ya
Consumada 197
a. Justificación
(1) Rom. 3:22
(2) Rom. 4:5
(3) Rom. 5:17
(4) Rom. 9:30
(5) Rom. 10:4, 6a, 10a
(6) 1 Cor. 1:30
b. La Forma Griega para Describir
a una Persona " Justa"
(1) El Trasfondo del Antiguo
Testamento (Hab. 2:4)
(2) la Cita de Pablo, Hab. 2:4
199
(a) Rom. 1:16-17
(b) Gál. 3:11
7. Conclusión Acerca del Tiempo de
la Justificación
C. La Base de la Justificación: La Fe 201
1. Los Textos que Establecen la Justi-
ficación por la Fe en Cristo
a. Formas Verbales de Justificar
b. El Sustantivo de la Justificación
c. La Forma del Sustantivo la Pala-
bra Justo
2. Los Textos que Enseñan que la
Justificación es un Regalo Obse-
quiado por Gracia
3. Los Textos que Enseñan que la
Justificación no es Por Obras
D. El Origen de la Justicia del Creyente
1. Trasfondo del Antiguo Testamento
que Demuestra que la Justicia de
Dios se Acredita al Pueblo de Dios
2. La Enseñanza del Nuevo Testamen-
to donde la Justicia de Dios se
Acredita al Pueblo de Dios
No Solo de Pan
184
E. Conclusiones Sobre la Justificación 203
V. Las Buenas Obras
A. La Salvación Genuina Tiene Como
Resultado Buenas Obras
B. La Salvación Genuina no es Compati-
ble con la Práctica Habitual del Pecado
C. La Compatibilidad con las Doctrinas de
la Seguridad Eterna, y la no Erradica-
ción del Pecado 204
D. Consideraciones Prácticas
1. Advertencia Acerca de la Negación
Categórica de la Salvación que está
Basada Solo en una Vida Pecaminosa
2. Las Dudas Tentativas
3. El Autoexamen 205
4. Una Reacción Peligrosa Hacia los
Pecadores que Profesan Salvación.
VI. La Santificación
A. La Santificación en el Antiguo Testa-
mento
B. La Santificación en el Nuevo Testa-
mento
1. Las Estadísticas 206
2. El Uso que Enfatiza una Posición
de ser Apartado
3. Usos que Enfatizan la Separación
Moral del Pecado
4. El Aspecto del Tiempo Pasado de
la Santificación 207
5. El Aspecto del Tiempo Presente de
la Santificación
6. El Aspecto del Tiempo Futuro de la
Santificación
7. El Santificador
8. Los Medios de la Santificación
VII. La Seguridad Eterna 209
A. Evidencia de la Seguridad Eterna
1. Observando al Sujeto Desde una
Perspectiva Negativa
a. Si un cristiano puede perder su
salvación, entonces Cristo debe
perder su justicia
b. Si un cristiano puede perder su
salvación, entonces Dios no es to-
dopoderoso y la Biblia está equivo-
cada en el tema de la predestina-
ción 210
c. Si un cristiano pierde su salva-
ción por obrar mal o por la ausen-
cia de obras, entonces la salvación
estaría basada en las obras 212
d. Si el cristiano pierde su salva-
ción y va al infierno por pecado,
entonces la obra expiatoria de Cris-
to no trató de manera perfecta con
todos los pecados
e. Si un cristiano puede perder su
salvación, entonces Dios el Hijo
puede fallar como intercesor y abo-
gado 213
f. Si un cristiano pierde su salva-
ción entonces el Espíritu Santo ha
fallado en su ministerio de sellar
214
g. Si un cristiano puede perder su
salvación, entonces las promesas de
la Biblia no son verdaderas 215
h. Si un cristiano puede perder su
salvación, entonces Dios ha fallado
en Su intención de guardarnos
i. Si un cristiano puede perder su
salvación, la Biblia es confusa ya
que no específica las causas que la
remueven. 216
2. Observando el Tema Desde un
Punto de Vista Positivo, la Seguri-
dad Eterna es Verdadera por las Si-
guientes Razones:
a. La justicia de Cristo salva; no
podemos perder la salvación
b. La elección y la predestinación
comprueban la seguridad eterna
c. La salvación no se obtiene ni se
mantiene por obras
d. La expiación de Cristo es perfec-
ta y completa
e. Cristo como abogado garantiza
la seguridad
f. El sello del Espíritu Santo no
puede ser roto
g. Muchas promesas garantizan la
seguridad
h. Dios nos guarda por su poder
i. No existe ninguna base bíblica
para perder la Salvación
B. Explicación de Pasajes Problemáticos
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3
185
1. Sal. 51:11 217
2. Ez. 33:12-20
3. Mat. 24:13
a. Salvación Física (rescate)
de la Tribulación 218
b. Salvación Espiritual
(1) La Fe Salvadora
(2) Las Condiciones en la Tri-
bulación
4. Mat. 25:30 220
5. Juan 15:1-8
a. Judas Como el Pámpano Corta-
do b. Advertencia de
6. Rom. 11:11-32
a. El Asunto Judío - Gentil 224
b. El Olivo Original
c. La Relación de los Gentiles con
el Olivo Original
d. Conclusión 225
7. 1 Cor. 6:9-10
8. 1 Cor. 9:24-27
9. 1 Cor. 11:28-32 226
10. 1 Cor. 15:1-2
11. Gál. 5:1-4 228
a. La Ley Versus la Gracia
b. Ningún Beneficio en Esta Vida
229
c. Separados de Cristo
d. Conclusión de Gál. 5:1-4
12. 2 Tim. 2:12b
13. Pasajes de Advertencia de Hebreos
a. Los Lectores Originales de
Hebreos 231
b. El Primer Pasaje – Heb. 2:1-4
233
(1) Dirigido a los no Salvos
entre los Hebreos
(2) Dirigido a los Creyentes
(3) Conclusión
c. Segundo Pasaje de Advertencia,
Heb. Capítulos 3-4
(1) Dirigido Hacia las Personas
que no Eran Salvas Entre los
Hebreos 234
(2) Dirigido Hacia los Creyen-
tes
(3) conclusión 237
d. Tercer Pasaje de Advertencia –
Heb. 6:1-12
(1) Dirigido a los Incrédulos
237
(2) Dirigido a los Creyentes
(3) Conclusión 240
e. Cuarto Pasaje de Advertencia –
Heb. 10:26-31
(1) Dirigido a los Incrédulos
(2) Dirigido a los Creyentes
242
(a) Una Exposición de
Hebreos 10:26-31
(b) Una Exposición de
Hebreos 10:32-39 243
(3) Conclusión 244
f. Quinto Pasaje de Advertencia
– Heb. 12:25-29
(1) Dirigido a los Incrédulos
(2) Dirigido los Creyentes
(3) Conclusión
g. Conclusión de los Pasajes de
Advertencia de Hebreos
14. Santiago 2:18-26 245
15. Santiago 5:19-20
16. 2 Pedro 1:10-11
17. 2 Pedro 2:20-22 247
18. 1 Juan 5:16 248
19. El Libro de la Vida – Ap. 3:1-6
249
C. Conclusiones Acerca de la Seguridad
Eterna
VIII. Conclusiones Acerca de la Soteriología
250
Parte 3
Los resultados de la salva-
ción
I. La vida eterna
Existen muchos pasajes bíblicos que prometen
vida eterna a los que creen en Cristo (Juan
3:15-16; 4:14; 5:24; 6:40, 47; 10:28; Rom.
6:23; 1 Juan 5:13).
“ De cierto, de cierto os digo: El que
oye mi palabra, y cree al que me envió,
No Solo de Pan
186
tiene vida eterna; y no vendrá a con-
denación, mas ha pasado de muerte a
vida.” [Juan 5:24].
“y yo les doy vida eterna; y no pere-
cerán jamás, ni nadie las arrebatará de
mi mano.” [Juan 10:28].
Porque la paga del pecado es muerte,
mas la dádiva de Dios es vida eterna
en Cristo Jesús Señor nuestro [Rom.
6:23].
Estas cosas os he escrito a vosotros
que creéis en el nombre del Hijo de
Dios, para que sepáis que tenéis vida
eterna, y para que creáis en el nombre
del Hijo de Dios. [1Juan 5:13].
Las palabras que describen la duración de la
vida de aquellas personas que son salvas son
las mismas palabras que se usan para describir
la duración de la vida de Dios en Rom. 16:26;
1 Tim.1:17 y Ap. 4:10. Por lo tanto, estas pa-
labras se refieren a una vida que nunca termi-
na. También hay palabras como no morirá
(Juan 11:25-26) e inmortalidad (1 Cor. 15:51
y ss.; 2 Tim. 1:10) que nos confirman esta
verdad.
La vida eterna habla de extensión, pero tam-
bién de calidad o tipo de vida. Cristo define la
vida eterna como el conocimiento de Dios
(Juan 17:3). La vida que se le otorga a un cre-
yente es en realidad una participación de la
misma vida de Cristo. La vida de Cristo nunca
termina. Por lo tanto, la vida de los creyentes
es eterna en cuanto a su extensión. Entre los
pasajes que declaran que la esencia de la vida
eterna es una participación en la vida de Cris-
to están los siguientes:
“todavía un poco, y el mundo no me
verá más; pero vosotros me veréis;
porque yo vivo, vosotros también vi-
viréis. En aquel día vosotros conocer-
éis que yo estoy en mi padre, y voso-
tros en mí, y yo en vosotros.” [Juan
14:19-20].
Porque somos sepultados juntamente
con él para muerte por el bautismo, a
fin de que como Cristo resucitó de los
muertos por la gloria del padre, así
también nosotros andemos en vida
nueva. [Rom. 6:4].
“Con Cristo estoy juntamente crucifi-
cado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo
en mi; y lo que ahora vivo en la carne,
lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el
cual me amó y se entregó a sí mismo
por mi” [Gál. 2:20].
A quienes Dios quiso dar a conocer las
riquezas de la gloria de este misterio
entre los gentiles; que es Cristo en vo-
sotros, la esperanza de gloria [Col.
1:27].
Y a vosotros, estando muertos en pe-
cados y en la incircuncisión de vuestra
carne, os dio vida juntamente con él,
perdonándoos todos los pecados [Col.
2:13].
Si, pues, habéis resucitado con Cris-
to, buscar las cosas de arriba, donde
está Cristo sentado a la diestra de Dios.
[Col. 3:1].
II. Regeneración-Nuevo Nacimiento
La vida eterna la inicia el Espíritu Santo
(Juan 3:5 y ss.; Tito 3:5) usando la Palabra de
Dios. El convence e ilumina a través de Su
propia Palabra (Santiago 1:18; 1 Pedro. 1:23)
a fin de que la fe sea expresada y la nueva
vida de Cristo sea impartida. Al principio de
la participación de la vida de Cristo se le lla-
ma regeneración (Tito 3:5) o nuevo nacimien-
to (Juan 3:5 y ss.; 1 Pedro. 1:3, 23; 1 Juan
5:1). Ya que la regeneración es clasificada
tradicionalmente como la obra del Espíritu
Santo, a ésta la trataremos de una manera más
completa en el Capítulo 10.
III. El Hecho de ser Hijos/La Adopción Como
Hijos
A aquellos que confían en Jesucristo como
Salvador les es dada la vida eterna y llegan a
formar parte de la familia de Dios. Jesús dijo
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3
187
en Mateo 12:50 (también en Marcos 3:35 y
Lucas 8:21) que cualquiera que hace la volun-
tad de Dios es parte de Su familia. Así que es
Bíblico que llamemos a Cristo nuestro herma-
no (Rom. 8:29; Heb. 2:11-12).
Los autores del Nuevo Testamento están de
acuerdo en que los creyentes forman parte de
la familia de Dios, y también establecen una
diferencia en el sentido en el que Jesucristo es
Hijo de Dios y en el sentido en el que los cre-
yentes son también hijos de Dios. Es intere-
sante que las imágenes y las frases sean dife-
rentes aún entre los mismos autores Bíblicos
pero el resultado doctrinal es el mismo. El
apóstol Juan nos presenta una imagen de los
creyentes que nacen en la familia de Dios y
son llamados hijos. (Vea nuevo nacimiento:
en Juan 1:13; 3:3-8; 1 Juan 2:29; 3:9; 4:7;
5:1, 4, 18; e hijos: en Juan 1:12; 11:52; 1
Juan 3:1, 2, 10; 5:2.) La manera en que el
apóstol Juan hace una diferencia entre los
creyentes como hijos de Dios y Cristo como el
Hijo de Dios es reservando la palabra griega
hijo (huios) para aplicarla a Cristo y haciendo
énfasis que él es "el unigénito" o sea el único
Hijo (Juan 1:14, 18; 3:16, 18; 1 Juan 4:9).62
Los creyentes nacen dentro de la familia de
Dios como hijos, pero Cristo es el único Hijo.
Pablo enseña estas mismas verdades, pero su
método es diferente al de Juan. Aunque tam-
bién Pablo usa la palabra hijos (tekna) en refe-
rencia a los creyentes al igual que lo hace
Juan, a diferencia de Juan, Pablo llama a los
creyentes “hijos de Dios” (huios) (Rom. 8:14,
19; 2 Cor. 6:18; Gál. 3:26; 4:5-7). Pablo no da
énfasis a la imagen del nuevo nacimiento o de
Cristo como el unigénito Hijo.63
La manera en
que él hace una diferencia entre Cristo como
Hijo y el creyente como hijo es comparando a
los creyentes con hijos adoptados, una palabra
que Juan nunca usa. (Para el tema de la adop-
62
la única excepción parece ser la de Ap. 21:7
donde hijo se refiere a los creyentes.
63
Pablo se acerca a la idea de ser nacidos de nuevo
en 1 Cor. 4:15 y luego usa el término regeneración
en Tito 3:5.
ción en el tiempo de la salvación, vea Rom.
8:15; Gál. 4:5; y Ef. 1:5.)
Estas diferencias sólo son asunto de predilec-
ciones en cuanto a la expresión. Juan enseña
que los creyentes son parte de la familia de
Dios pero no en el mismo sentido que Jesu-
cristo como Hijo de Dios. Juan habla de un
nuevo nacimiento de los hijos de Dios pero le
llama Cristo el unigénito Hijo, siendo Hijo de
una manera diferente a los creyentes quienes
también son hijos. Pablo también enseña que
los creyentes son parte de la familia de Dios
pero no en el mismo sentido en que Jesucristo
es hijo de Dios. Pablo habla de la adopción en
la familia mientras que la posición de Cristo
como Hijo no se relaciona a alguna adopción.
El es el Hijo de Dios en el sentido más pleno
de la palabra.
IV. La Justificación
Existen cuatro asuntos importantes que debe-
mos de tratar al desarrollar la doctrina Bíblica
de la justificación. Primero, ¿cuál es la defini-
ción correcta del término justificar (dikaioo
en griego)? ¿Se está refiriendo a un proceso
en el que la persona llega a ser más y más
justo? O ¿Se refiere más bien a una declara-
ción que se hace de una persona como una
persona justa (o sea, una declaración legal
donde a una persona no se le encuentra culpa-
ble y ha sido exonerada plenamente)?
Un segundo factor principal es el tiempo de la
justificación. ¿Es una persona justificada a lo
largo de un período de tiempo en el esta se
hace cada vez más y más justa? o ¿se lleva a
cabo la justificación en el momento en que
colocamos la fe en Cristo? El primer punto de
vista significa que la justificación no estaría
asegurada sino hasta el juicio final. El segun-
do declararía que le justificación para una
persona que tiene fe ya se ha llevado a cabo.
El tercer asunto al que hay que dar nuestra
atención es la base de la justificación. ¿Qué
debe hacer un ser humano para ser justifica-
do? Finalmente, debemos considerar el origen
de la justificación, o sea la justicia de Cristo.
No Solo de Pan
188
La definición y el tiempo de la justificación
eran temas de debate bastante fuerte durante
la Reforma. La posición católico romana que
confrontaban los reformadores contendía que
la justificación era un proceso mediante el
cual una persona con la fe en Dios podría, por
gracia conferida a través de los sacramentos,
pasar por un proceso de llegar a ser más y más
justa en su conducta. El resultado de este pro-
ceso era una justificación que se creía que
acontecería eventualmente en el día del juicio
final. La justificación se entendía como un
objetivo al cual el hombre debería dirigirse.
Era el sentimiento que la justificación era un
proceso y a la vez un evento con un potencial
futuro.
En oposición a la posición católico romana, se
encontraban los reformadores quienes insist-
ían que la justificación era un término legal.
Justificar no significaba "llegar a ser justo,"
sino que significaba "declarar justo a alguien."
Ellos también insistían que la justificación no
era un proceso sino una acción y que una per-
sona era justificada en el momento de colocar
su fe en Cristo.
A. La Definición de Justificación: Hacer o
Declarar a una Persona Justa
Existe una evidencia abundante de que la ac-
ción de justificar (dikaioo) es un término legal
que significa “declarar a alguien justo, absol-
ver o vindicar.”
1. La Justificación en el Griego Secular
Moulton y Milligan nos dan estos ejemplos
provenientes de los escritos antiguos: “El
consideraba justo que nosotros deberíamos
pagar el capital principal y recuperar así la
propiedad” (55-65D.C.). “Se declaró que la
suma era justa mediante el contrato.”64
Estos
dos ejemplos nos muestran que el término
griego dikaioo era un término legal que signi-
64
El Vocabulario del Testamento Griego por Ja-
mes Hope Houlton y George Milligan, (1930:
Hodder y Stoughton Limitada, 1972) 162. Las
traducciones del griego son de este autor.
ficaba "declarar o considerar justo a alguien o
algo"
2. La Justificación en el Antiguo Testamento
Las traducciones griegas antiguas del Antiguo
Testamento muestran que los hebreos anti-
guos consideraban la justificación como un
término legal. La justificación es lo opuesto a
la condenación. La Septuaginta usa algunas
formas de la palabra dikaioo en los versículos
siguientes:
“De palabra de mentira te alejarás, y
no matarás al inocente y justo; porque
yo no justificaré al impío.” [Ex. 23:7].
“Si hubiere pleito entre algunos, y
acudieren al tribunal para que los jue-
ces los juzguen, éstos absolverán al
justo, y condenarán al culpable. …”
[Deut. 25:1].
Tú oirás desde el cielo y actuarás, y
juzgarás a tus siervos, condenando al
impío y haciendo recaer su proceder
sobre su cabeza, y justificando al justo
para darle conforme a su justicia. [1
Reyes 8:32].
El que justifica al impío, y el que
condena al justo, Ambos son igual-
mente abominación a Jehová [Prov.
17:15].
Los que justifican al impío mediante
cohecho, ¡y al justo quitan su derecho!
[Isa. 5:23].
La justificación en el Antiguo Testamento es
un término forense. Se usa en contextos judi-
ciales. Es lo opuesto de condenación. Los
sinónimos en el idioma español serían "decla-
rar a alguien inocente," "absolver a alguien,"
"exonerar" o "vindicar." Quizás sea significa-
tivo que en Dan. 8:14 en la gramática hebrea
la raíz causativa del verbo zedek, que signifi-
ca "hacer a alguien justo" no es traducida por
el verbo dikaioo en la Septuaginta. Aparen-
temente, la palabra justificación no era un
término apropiado para la idea de hacer a al-
guien justo ya que justificación significa "de-
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3
189
clarar justicia."
La palabra justificación no solamente se usa
en las cortes humanas del Antiguo Testamen-
to, sino que también se usa para describir a
una persona que está siendo declarada justa, o
vindicada delante del tribunal de Dios. Los
autores del Antiguo Testamento hicieron las
preparaciones para una nueva revelación del
Nuevo Testamento sobre el tema de la justifi-
cación. Ellos enseñaron que Dios conferiría su
propia justicia sobre Su pueblo o que Dios
proveería justicia a Su pueblo. Los autores del
Antiguo Testamento también enseñaron que el
pueblo sería justificado. Esto significa que la
justificación estaría basada en la concesión de
la propia justicia de Dios o en un sentido más
general una justicia que Dios mismo proveer-
ía.
“En Jehová será justificada y se glo-
riará toda la descendencia de Israel.”
[Isa. 45:25].
“Haré que se acerque mi justicia; no
se alejará, y mi salvación no se de-
tendrá. Y pondré salvación en Sion, y
mi gloria en Israel.” [Isa. 46:13].
… justificará mi siervo justo a mu-
chos, y llevará las iniquidades de ellos
[Isa. 53:11].
“...y su salvación de mí vendrá, dijo
Jehová.... [Isa. 54:17].
En gran manera me gozaré en Jehová,
mi alma se alegrará en mi Dios; porque
me vistió con vestiduras de salvación,
me rodeó de manto de justicia…
[Isa. 61:10]. (Vea también Jer. 23:6.)
Muchas veces en el libro de Isaías, se dice que
la justicia de Dios vendrá para traer salvación.
El Antiguo Testamento no es tan claro como
el Nuevo Testamento en lo que concierne a la
doctrina de la justificación. Sin embargo, a la
salvación se le relaciona con la justicia veni-
dera de Dios y a los santos del Antiguo Tes-
tamento se les prometía un tipo de justifica-
ción. El varón de dolores proveería la justifi-
cación para muchos, y sería una justificación
basada en la propia justicia de Dios (Isa.
45:24) o por lo menos, una justicia que El
mismo daría a Su pueblo (Isa. 61:10). Todas
estas verdades prepararon al pueblo de Dios
para recibir una revelación más profunda en el
Nuevo Testamento concerniente a la doctrina
de la justificación.
Hasta ahora la evidencia ha demostrado que la
palabra justificación (dikaioo) era un término
legal que significaba "declarar a alguien
justo" tanto en el griego secular como en el
pensamiento hebreo. Justificación es lo
opuesto a condenación. El Antiguo Testa-
mento también contiene el concepto de Dios
quien provee justicia para los humanos a fin
de que ellos sean justificados. Cualquier des-
viación de esta definición y el concepto de
Dios como proveedor de justicia para el peca-
dor demandarían una evidencia más fuerte del
Nuevo Testamento.
3. La Justificación en el Nuevo Testamento
El Nuevo Testamento hace uso de la palabra
dikaioo (justificar) y esto confirma las conclu-
siones que hemos obtenido hasta ahora.
Cuando se usa la palabra justificación hablan-
do de Dios, es obvio que esta palabra significa
“declarar a alguien justo” y no “hacer a al-
guien justo.” ¡Es imposible que a Dios se le
haga más justo! Por lo tanto, la palabra signi-
fica declarar que Dios es justo. He aquí algu-
nos ejemplos que mencionan que Dios es jus-
tificado:
Y todo el pueblo y los publicanos,
cuando lo oyeron, justificaron a Dios,
bautizándose con el bautismo de Juan.
[Lucas 7:29].
De ninguna manera; antes bien sea
Dios veraz, y todo hombre mentiroso;
como está escrito: Para que seas justi-
ficado…” [Rom. 3:4].
E indiscutiblemente, grande es el mis-
terio de la piedad: Dios fue manifesta-
do en carne, Justificado en el Espíri-
tu, Visto de los ángeles, Predicado
No Solo de Pan
190
a los gentiles, Creído en el mundo,
Recibido arriba en gloria. [1 Tim.
3:16].
El Nuevo Testamento también tiene ejemplos
donde a la justificación se contrasta con la
condenación. Lo opuesto de condenación es
vindicación, exoneración, y declaración de
justicia. En Mat. 12:37 Jesús dice, “Porque
por tus palabras serás justificado, y por tus
palabras serás condenado”. El contraste entre
justificación y condenación dentro de un con-
texto que habla del día del Juicio comprueba
el hecho que la palabra dikaioo es un término
legal que tiene por significado declarar a al-
guien justo. Pablo también establece el con-
traste entre justificación y condenación.
Y con el don no sucede como en el ca-
so de aquel uno que pecó; porque cier-
tamente el juicio vino a causa de un so-
lo pecado para condenación, pero el
don vino a causa de muchas transgre-
siones para justificación [Rom. 5:16].
Así que, como por la transgresión de
uno vino la condenación a todos los
hombres, de la misma manera por la
justicia de uno vino a todos los hom-
bres la justificación [Rom. 5:18].
¿Quién acusará a los escogidos de Dios?
Dios es el que justifica. ¿Quién es el que
condenará? [Rom. 8:33-34a].
Porque si el ministerio de condena-
ción fue con gloria, mucho más abun-
dará en gloria el ministerio de justifi-
cación [2 Cor. 3:9].
El Nuevo Testamento usa claramente la justi-
ficación como un término legal. Esto se ve
claramente en Rom. 8:33-34 donde Pablo usa
los términos acusar a los elegidos de Dios.
Rom. 2:13-16 habla de una justificación y del
Día del Juicio como términos muy cercanos
entre sí. La justificación tiene matices legales
y judiciales. Es una palabra apropiada para
una corte judicial. Rom. 3:19-20 enseña que la
ley comprueba que el mundo entero es culpa-
ble delante de Dios. Es dentro de este pano-
rama legal, que Pablo procede a enseñar acer-
ca del tema de la justificación. La referencia a
la propiciación en Rom. 3:25 hace que enfo-
quemos la atención a la ira de Dios y a Su
función como Juez. También existen tonos
legales en Gálatas 3 donde Pablo enseña de
manera alternada acerca de la justificación y
de la maldición que es por la ley. Finalmente,
2 Cor. 5:21 enseña que Cristo se hizo pecado
por nosotros "para que nosotros fuésemos
hechos justicia (justificación en griego) de
Dios en él". Justicia (justificación) en 2 Cor.
5:21 debe tener un sentido forense ya que este
es el único sentido posible en el que Cristo
pudiera hacerse pecado por nosotros. La con-
ducta de Cristo ciertamente fue impecable.
Pablo se estaba refiriendo al pecado que fue
cargado a la cuenta de Cristo para que en un
sentido legal El llevara nuestros pecados. De
la misma manera, la justificación debe referir-
se a la acreditación de la justicia de Cristo a
los creyentes a fin de que nosotros podamos
legalmente reclamar Su posición justa delante
de Dios Juez. La justificación es un término
usado en la corte. Este término nos habla de
alguien que es declarado justo en contra de las
demandas de la ley. Este término no necesa-
riamente se refiere a nuestras obras de justicia
así como también el hecho de que Cristo se
hizo pecado tampoco se refiere a que Jesucris-
to realmente pecó.
Lucas 10:29 nos ofrece una prueba final de
que la palabra justificar significa declarar a
alguien justo en vez de hacer a alguien justo.
Este pasaje describe el momento donde un
escriba le pregunta a Jesús acerca del más
grande de los mandamientos. Jesús le dijo que
el primer mandamiento es amar a Dios y el
segundo amar al prójimo. El texto dice, “Pero
él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a
Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?” Este hombre
no hizo la pregunta porque quería hacerse más
y más justo. El pensaba que él era lo suficien-
temente justo. El significado de la palabra
justificar en este pasaje es el de vindicarse
asimismo. El quería declararle su propia justi-
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3
191
cia a Jesús. Su objetivo era declararse inocen-
te por haber fracasado en amar a su prójimo
ya que él no conocía quien era el prójimo.
Obviamente, la palabra justificación en Lucas
10:29 significa declarar a alguien justo y no
hacerse más y más justo. Otros versículos
donde justificar equivale a vindicar son, Mat.
11:19; Lucas 7:35, y 16:15.
4. Atendiendo al uso de las palabras griegas
relacionadas con la justificación
Cuando prestamos atención al uso de las pala-
bras griegas que se relacionan con la doctrina
de la justificación, podemos tener confianza
en que los reformadores tenían razón en su
concepto de la justificación. La justificación
no es un proceso mediante el cual una persona
se hace cada vez más justa. Es un término
judicial que significa declarar a alguien justo,
inocente, o vindicado. Esto se puede compro-
bar por el uso de esta palabra en muchos con-
textos judiciales, por su contraste con la pala-
bra condenación, y por su uso cuando se trata
de Dios mismo (quien no puede ser más justo
pero que puede ser vindicado en sus accio-
nes). Justificar equivale a declarar a alguien
justo y absuelto ante la justicia de Dios. Se
trata de una declaración en un momento en el
tiempo; y no de un proceso arduo y extenso.
La siguiente cuestión importante es el tiempo
de esta declaración. ¿Es la justificación un
hecho que ya ha acontecido? ¿Es algo que
debemos esperar para el Juicio Final que se
llevará a cabo en el futuro?
B. El tiempo de la justificación: ¿pasado o
futuro?
La absolución que hace Dios ante Su justicia
¿se lleva a cabo en esta vida, o se llevará a
cabo en un juicio futuro en el que sólo los que
han sido persistentes son declarados justos?
¿Es la justificación una obra ya concluida para
el creyente, o es solamente un objetivo y una
esperanza en el futuro?
1. El tiempo de la salvación como un tras-
fondo para el tiempo de la justificación
Será de gran ayuda para poder determinar el
tiempo de la justificación que examinemos el
tiempo de la salvación. Existen varios versícu-
los clave que colocan el tiempo de la salva-
ción de la paga del pecado en el pasado para
una persona que tiene fe. Se podría construir
un caso y mencionar que estos versículos se
cuentan entre los más importantes de la Bi-
blia.
“De cierto, de cierto os digo: El que
oye mi palabra, y cree al que me envió,
tiene vida eterna; y no vendrá a conde-
nación, mas ha pasado [tiempo perfec-
to, que significa una realidad que se ha
cumplido y que tiene resultados que
continúan] de muerte a vida.” [Juan
5:24].
Esta declaración afirma que la persona que
cree ya posee la vida eterna. Su transición de
la muerte hacia la vida es un evento que se
llevó a cabo en el pasado con resultados que
continúan ahora en su vida presente.
Porque por gracia sois salvos por medio de la
fe; y esto no de vosotros, pues es don de
Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.
[Ef. 2:8-9].
Ef. 2:8 hace uso de una construcción gramati-
cal perifrástica con un verbo en el tiempo pre-
sente y un participio perfecto. La enseñanza
que resulta de esta gramática es que una per-
sona que tiene fe ya ha sido salvada y este
estado de salvación es una acción continua y
un estado permanente. No es de sorprendernos
que Efesios 2:8-9 es uno de los pasajes más
estimados entre los Cristianos.
Nos salvó, no por obras de justicia que
nosotros hubiéramos hecho, sino por
su misericordia… [Tito 3:5].
Tito 3:5 presenta la salvación como un evento
pasado usando un verbo en el tiempo de la
gramática griega llamado aoristo, del modo
indicativo. Esto significa que para un creyen-
te, la salvación ya es un hecho consumado, y
no una esperanza en el futuro. 1 Juan 5:4
también podría ser incluido aquí. Enseña que
la fe es la victoria que "ha vencido" al mun-
No Solo de Pan
192
do.
Aún los versículos que hacen uso de los ver-
bos en tiempo presente cuando hablan de la
vida eterna y de la salvación atestiguan que la
salvación es ya un evento consumado para el
creyente (ejemplos Juan 3:16,18, 36; 5:24 que
usan la frase “tiene vida eterna”; 6:40, 47,
etc.).
Esto debe ser verdad ya que si una persona se
encuentra en el tiempo presente y es poseedor
de la vida eterna, entonces esta persona fue
salvada en algún momento anterior al presen-
te. Suponer que si una persona tiene vida eter-
na en el tiempo presente y que no puede per-
derla es también una lógica correcta. Si una
persona pudiera perder la vida eterna, enton-
ces por definición, esta persona nunca la po-
seyó. Por lo tanto, cuando Cristo enseña que
un creyente que se encuentra en El tiene la
vida eterna entonces El quiere decir que la
salvación ya es un evento consumado (en el
tiempo pasado) para el creyente. Por esta
razón 1Juan 5:12-13 nos asegura que los cre-
yentes sí pueden saber o conocer que tienen la
vida eterna.
Estas verdades concernientes al tiempo de la
salvación son aplicables al sistema del tiempo
de la justificación. Es inconcebible que una
persona pueda tener la salvación y la vida
eterna sin ser justificado. Es inconcebible que
una persona pueda tener una salvación que
está basada en la fe sin tener también una jus-
tificación basada en la fe. Por lo tanto, al
acercarnos a los pasajes Bíblicos que tratan el
tema de la justificación, debemos tener una
expectación de encontrar en ellos la idea de la
justificación considerada como un hecho con-
sumado en el cristiano. (Esto no elimina una
reafirmación en el futuro que se hace acerca
de una declaración en el pasado en cuanto a
la justicia en el día del Juicio, por ejemplo
Mat. 12:36-37.)
2. Los Usos Verbales de la Palabra Justifi-
car en el Tiempo Pasado
Las formas verbales del verbo justificar (di-
kaioo) que se encuentran en el tiempo pasado
confirman positivamente que la justificación
en el creyente es un acto que ya se ha llevado
a cabo. La justificación no es la culminación
final de un largo proceso.
a. 1 Cor. 6:11
Y esto erais algunos; mas ya habéis si-
do lavados, ya habéis sido santifica-
dos, ya habéis sido justificados en el
nombre del Señor Jesús, y por el Espí-
ritu de nuestro Dios [1 Cor. 6:11].
Pablo enseñó a los corintios, que eran un gru-
po no muy espiritual, que ellos ya habían sido
justificados. Esta declaración de justicia no
requería ninguna evaluación futura al final de
la vida de los corintios. A ellos ya se les había
declarado justos.
Algunas personas tratarían de atenuar la ense-
ñanza de este pasaje declarando que la justifi-
cación se refiere a una persona que se hace
más justa y no a alguien que ha sido declarado
justo en un momento del tiempo. Sin embar-
go, tal definición del verbo justificar no se
establece claramente en el Nuevo Testamento.
El uso que hace el Nuevo Testamento de la
palabra justificar nos lleva a la conclusión que
significa "declarar a alguien justo" y no "hacer
a alguien justo". Los dos contextos que pudie-
ran permitir la definición "llegar a ser justo"
(Rom. 6:7 y Ap. 22:11) pueden muy fácilmen-
te ser interpretados como "ser declarado ino-
cente" o "ser declarado justo." Además, en el
contexto de 1 Cor. 6:11 el significado de
"hacerse más justo" sería redundante por las
palabras lavar y santificar. No hay ninguna
base para alterar la definición que Pablo da al
verbo justificar.
b. Tito 3:7
Para que justificados por su gracia,
viniésemos a ser herederos conforme a
la esperanza de la vida eterna. [Tito
3:7].
En el idioma griego el tiempo de un participio
depende del tiempo del verbo principal en la
oración. Ya que la Biblia enseña que los cre-
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3
193
yentes ya son herederos por anticipado de la
vida eterna (Rom. 8:16-17; Gál. 4:7; etc.),
Tito 3:7 afirma que nosotros ya hemos sido
justificados (un verbo en el tiempo aoristo
participio pasivo usado con un verbo en tiem-
po aoristo pasivo del modo subjuntivo). Los
creyentes llegaron a ser herederos en el tiem-
po pasado y la justificación se llevó a cabo
antes de esto (siguiendo por lo menos el orden
lógico en que se mencionan los conceptos en
este pasaje).
c. Rom. 5:1, 9
Justificados, pues, por la fe, tenemos
paz para con Dios por medio de nues-
tro Señor Jesucristo; Pues mucho más,
estando ya justificados en su sangre,
por él seremos salvos de la ira. [Rom.
5:1, 9].
Tanto Rom. 5:1 y 9 usan participios en el
tiempo aoristo. Esto nos marca un tiempo an-
terior al tiempo del verbo principal. Los ma-
nuscritos griegos difieren en cuanto a si el
tiempo del verbo principal en Rom. 5:1 es
indicativo (nosotros tenemos paz) o subjunti-
vo (tengamos paz), pero sea cual sea el tiempo
es presente. Los romanos ya tenían o deberían
haber tenido paz con Dios en el presente y la
justificación ya se había llevado a cabo antes
de ese presente. La declaración de justicia ya
se había dado y no se tendría que esperar has-
ta un juicio futuro después de esta vida para
recibirla. Esta conclusión es reforzada por la
palabra ya del vs.9. Además, la palabra pues
del versículo uno nos dirige hacia Romanos 4,
que enseña que el creyente ya posee la justifi-
cación.
d. Rom. 6:7
Porque el que ha muerto, ha sido justi-
ficado (traducida literalmente) del pe-
cado. [Rom. 6:7].
En su contexto Rom. 6:7 trata de los recursos
que el creyente tiene para vencer el pecado.
Rom. 6:7 dice literalmente, “porque el que
muere ya ha sido justificado del pecado.” No
existe ninguna razón para buscar una nueva
definición de justificación en este contexto. El
punto que Pablo quiere dejar claro es que
aquellos que han muerto con Cristo han sido
declarados justos, inocentes, y liberados de
los cargos del pecado. En el contexto la razón
por la cual Pablo declara esto, es que una libe-
ración tal de los cargos del pecado también
implica una liberación del poder del pecado.
Las imágenes que se presentan de una corte
judicial, son todavía apropiadas ya que el cre-
yente ha sido legalmente exonerado de los
cargos del pecado, ahora el pecado ya no
tiene una obligación o control inevitable en su
vida. La declaración de inocencia (o sea la
justificación) ha conducido a la libertad de la
obligación del pecado sobre el creyente (ya
sea de sus cargos o de su poder). Por el con-
texto, los traductores de este pasaje general-
mente lo traducen "ha sido justificado" o "ha
sido liberado", lo cual es correcto. La justifi-
cación del creyente fue una exoneración o una
liberación de los cargos del pecado lo cual dió
como resultado que el pecado ya no tenía
ningún poder u obligación sobre la persona.
Aunque Rom. 6:7 por su contexto de énfasis
en particular a la bendición de la justificación
o sea a la liberación de la paga del pecado y
de su poder, es necesario que consideremos
que la palabra original significa "ha sido justi-
ficado." Además, el tiempo del verbo enseña
que la justificación ya se ha llevado a cabo y
que tiene resultados continuos. La justifica-
ción no es una declaración que se hará al final
de la vida, sino que ya se ha llevado a cabo en
la vida de cada creyente.
e. Rom. 8:30
Y a los que predestinó, a éstos también
llamó; y a los que llamó, a éstos tam-
bién justificó; y a los que justificó, a
éstos también glorificó. [Rom. 8:30].
Cuando observamos estrictamente ese tiempo
pasado desde la perspectiva eterna de Dios, el
verbo justificar de Rom. 8:30 nos enseñaría
muy poco acerca del tiempo de la justificación
en la vida del hombre. Viéndolo desde la
perspectiva eterna de Dios la justificación se
llevó a cabo antes de que el mundo fuese
No Solo de Pan
194
creado, y Rom. 8:30 está dando un orden
lógico en vez de un orden cronológico.
Sin embargo, es probable que Rom. 8:30 nos
quiera decir algo concerniente al tiempo de la
predestinación, del llamamiento, de la justifi-
cación y de la glorificación. Ciertamente este
pasaje nos describe el orden en que se llevan a
cabo estas acciones en el tiempo de la huma-
nidad (o sea, la predestinación en la eternidad
pasada, luego el llamado, después la justifica-
ción, y finalmente la glorificación). Además,
la aplicación de estas verdades en los versícu-
los siguientes (o sea, Rom. 8:31-39) parece
indicar que la justificación ya se había llevado
a cabo en los creyentes de Roma. El versículo
34 nos enseña que Cristo se encuentra en el
tiempo presente a la diestra de Dios y que está
intercediendo por nosotros. Este ministerio
presente de Cristo ha protegido a los creyentes
romanos de todos los cargos de pecado (vs.
33) y de toda condenación (vs. 34). La acción
de justificar es lo opuesto a la acción de tener
los cargos del pecado y de estar legalmente
condenado delante de Dios. Ya que el ministe-
rio presente de Cristo fue el de guardar a los
creyentes de Roma de la acción de ser acusa-
dos con los cargos del pecado y de ser conde-
nados delante de Dios el Juez, entonces la
conclusión inevitable es que Pablo estaba en-
señando que los creyentes de Roma ya habían
sido justificados. Por lo tanto, es preferible
darle al verbo justificar de Rom. 8:30 que se
encuentra en tiempo pasado, toda su intensi-
dad. Los creyentes ya han sido justificados.
3. Los usos verbales de justificar en el tiem-
po presente
Debemos tener un método para estudiar el
material que se presenta en este estudio en su
debido orden. Un estudio de la doctrina de la
justificación debe primero definir cuidadosa-
mente la palabra justificación. Las enseñanzas
Bíblicas sobre la justificación han sido con-
fundidas por algunas generaciones ya que se
ha tenido la definición incorrecta. Se han te-
nido problemas especialmente con los versí-
culos que muestran la palabra justificar en el
tiempo presente.
Si a la justificación se le considera como un
proceso en el cual la persona se convierte en
alguien cada vez más justo, entonces esta pa-
labra usada en tiempo presente pareciera en-
señar que la justificación es por medio de las
obras. Entonces Rom. 3:28, que declara que
“el hombre es justificado por medio de la fe”
sería considerado como un pasaje que signifi-
ca que "un hombre que tiene fe está involu-
crado en un proceso de justificación gradual
en el que éste se convierte en una persona
cada vez más justa." Así que, un católico del
tiempo anterior a la reforma podría leer esta
declaración de la justificación mediante la fe
en tiempo presente y obviamente tener el con-
cepto equivocado. Como aquellas personas
estaban cegadas por una definición falsa, usa-
ron esas palabras para reforzar un proceso
extenso de obras a fin de poder escuchar en el
futuro la declaración de Dios otorgando una
justicia producida durante la vida en vez de la
imputación de la justicia de Cristo. Cuando
Lutero y los demás descubrieron la verdad, o
sea, que la justificación es un término judicial
que significa declarar a alguien justo (en vez
de hacer alguien más y más justo), se terminó
entonces el oscurantismo. La justificación no
es un proceso en el que una persona llega a
ser más justa.65
Es un acto judicial en el cual
Dios declara que uno es legalmente justo ante
El mismo en su función de Juez. Esta defini-
ción correcta revoluciona el impacto del tiem-
po presente de la declaración "el hombre es
justificado por la fe."
El tiempo presente habla generalmente de
una acción en el tiempo presente, una acción
que es por naturaleza perdurable o lineal (o
sea una acción que se está llevando a cabo y
que permanece). La definición precisa de jus-
tificar (diakaioo) es “declarar a alguien jus-
to”; la definición no es "hacer a alguien jus-
to". El tiempo presente no permite la posibili-
dad de un proceso en el cual una persona se
convierte gradualmente en alguien justo. Una
65
Tal concepto es claramente una violación a la
verdad que la salvación no proviene por las buenas
obras.
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3
195
declaración es por definición un acto y no un
proceso. A una persona se le declara justa en
Cristo, o no se la declara justa en Cristo. Ser
parte de un "proceso" hacia la justificación
equivale a no ser justificado. La declaración
de Rom. 3:28 que dice “un hombre es justifi-
cado por la fe” significa que un hombre es
declarado justo al tener fe. Si negamos que
una declaración de justicia se lleve a cabo en
el momento de la fe, entonces estamos dicien-
do que es posible tener fe y estar injustificado.
Sin embargo, esto sería una contradicción de
la enseñanza de este pasaje y de la definición
correcta de la palabra justificación.
Cuando se usa el tiempo presente del verbo
justificar en la declaración "el hombre es justi-
ficado por la fe," el significado no puede ser
otro que el hombre que tiene fe es declarado
justo en el presente. La deducción correcta y
realmente la única es que la declaración inicial
de justicia debe haberse hecho de manera si-
multánea a la fe inicial. En el momento en que
la fe se convirtió en una realidad presente así
también la declaración inicial de justicia. Si
una persona desea enfatizar el aspecto presen-
te o continuo del tiempo, entonces el énfasis
estaría en el hecho de que Dios continúa en
este tiempo afirmando esta declaración de
justicia. Dios justifica inicialmente cuando
existe la fe, y el continúa afirmando esta justi-
ficación en el tiempo presente.
No existe ninguna base para el punto de vista
católico romano de la justificación que se de-
fine como una meta futura al final de un pro-
ceso largo que culminará en el día del juicio.
Los usos que se dan del verbo justificar en el
tiempo pasado muestran a la justificación co-
mo una realidad ya consumada. El uso en el
tiempo presente de la palabra justificar nos da
como resultado la misma enseñanza o sea, que
la justificación ya se ha llevado a cabo (o por
lo menos estos resultados son correctos si se
maneja la definición correcta del término jus-
tificar). Y ya que hay una declaración presen-
te de justicia cuando se presenta la fe, enton-
ces es verdad que la justificación es una reali-
dad pasada cuando la observamos en retros-
pectiva el momento de la conversión inicial.
La justificación se llevó a cabo en el momento
de la fe. De esta manera, ya se le puede consi-
derar en tiempo pasado. Además, Dios en el
tiempo presente todavía declara la justifi-
cación de un creyente.
El tiempo presente de la frase "un hombre es
justificado por la fe" no significa que un hom-
bre se está haciendo gradualmente cada vez
más justo por medio de la fe. Por el contrario,
enseña que la justificación se presentó cuando
se presentó también la fe. De esta manera,
viendo hacia el pasado un creyente deberá
observar la justificación como un acto ya con-
sumado. Este pasaje también enseña que para
los creyentes esta declaración de justicia es
vigente para cualquier época incluyendo el
presente.66
a. Hechos 13:39
Y que de todo aquello de que por la ley
de Moisés no pudisteis ser justificados,
en él es justificado todo aquel que cree.
[Hechos 13:39].
Cuando se capta bien la definición precisa de
la palabra justificación, podemos observar que
Hechos 13:39 transmite que una persona que
cree en el presente, ya posee la declaración de
rectitud delante de la justicia de Dios.
b. Rom. 3:28
Concluimos, pues, que el hombre es
justificado por fe sin las obras de la
ley. [Rom. 3:28].67
66
aquellos que tienen una fe salvadora inicial son
guardados en la fe en el tiempo presente. (Vea 1
Pedro 1:4-5 y 1 Juan 2:19.) Por lo tanto, a los cre-
yentes todavía se les está declarando justos en
Cristo.
67
La forma griega de la palabra justificar es un
presente infinitivo. Sin embargo, se trata de un
verbo en infinitivo de discurso directo. Y como tal,
el infinitivo en el tiempo presente refleja un verbo
en el tiempo presente. Así que, los traductores en
las versiones inglesas (KJV, NASV, NIV) lo han
No Solo de Pan
196
Como hemos notado anteriormente, este
verbo sería confuso si a la justificación se
le define como el "acto de llegar a ser o
de hacerse justo" una vez que entendemos
que el verbo justificar es un término judi-
cial que quiere decir declarar alguien jus-
to, entonces este versículo puede ser inter-
pretado correctamente. El apóstol Pablo
está enseñando que la persona que tiene fe
es poseedor en el tiempo presente del ve-
redicto de inocencia por parte de Dios. La
persona que tiene fe también tiene la vin-
dicación, o sea la declaración de justicia,
delante de la Justicia misma de Dios. Ob-
viamente esta justificación se llevó a cabo
en el momento de la fe. De manera que, la
justificación puede considerarse como un
hecho consumado. La justificación tam-
bién es una realidad en el presente ya que
la declaración de justicia de Dios todavía
está en vigencia para el creyente en este
momento.
c. Rom. 3:24
Siendo justificados gratuitamente por
su gracia, mediante la redención que es
en Cristo Jesús [Rom. 3:24].
La frase siendo justificados de Rom. 3:24 no
se refiere a un proceso gradual de justificación
para un individuo. Es mejor que consideremos
este verbo de una manera corporativa ya que
Rom. 3:23 ve a la humanidad como un solo
grupo, “…todos hemos pecado.” Cualquier
progreso en lo que concierne a la definición
del término ser justificado se refiere a un
proceso de los elegidos vistos como un todo y
que van obteniendo gradualmente justifica-
ción individual al ser justificado cada uno
mediante la fe personal.68
Cuando a la raza
humana se le ve como un grupo, entonces la
justificación para los elegidos a través de la
tomado el infinitivo como si fuera un verbo en el
tiempo presente.
68
otra opción sería tomar el tiempo presente como
una declaración constante y presente de justicia que
recibe el creyente como individuo como se explica
en la sección anterior.
historia sería un proceso gradual. Sin embar-
go, no existe ninguna base para pensar que la
justificación individual es un proceso gra-
dual. A nivel individual, la justificación ya se
ha llevado a cabo en el pasado y es una pose-
sión presente de aquel que tiene fe. Las pala-
bras gratuitamente y gracia de este versículo
no dan lugar a la noción de que la justifica-
ción individual se basa en un proceso largo de
esfuerzo.
d. Otros
Tenemos participios en tiempo presente en
Rom. 3:26; 4:5 y 8:33. Todos se refieren a
Dios. Significan “el que justifica” o también
se pueden traducir como “el justificador.”
...el que justifica al que es de la fe de
Jesús... [Rom. 3:26].
Mas al que no obra, sino cree en aquel
que justifica al impío, su fe le es con-
tada por justicia. [Rom. 4:5].
Dios es el que justifica.… [Rom. 8:33].
Estos versículos ciertamente no dan ningún
apoyo a la idea de que la justificación es un
evento en el futuro y que se basa en los resul-
tados de un proceso. Dios está involucrado al
presente en el acto de la justificación. Dios en
este tiempo presente declara a una persona
que tiene fe en Cristo como una persona justa.
Por deducción esto significa también que el
veredicto de justicia se dió en el momento de
la presencia inicial de la fe y que todavía está
vigente. A Rom. 3:26 se le podría parafrasear
de la siguiente manera “Dios es quien declara
justo al que tiene fe en Jesús.”
4. Pasajes que Hablan de la Justificación
Como un Hecho Potencial.
En algunas ocasiones Pablo hace uso de una
forma verbal que habla de la justificación que
no está en el tiempo pasado ni en el tiempo
presente, sino que habla de una justificación
como una bendición potencial si es que la
persona cumple las condiciones de Dios. En
estos versículos el tiempo del verbo por sí
solo no es suficiente para probar que la justi-
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3
197
ficación es un hecho consumado. Sin embar-
go, la declaración en general si conduce a la
conclusión de que aquellos que han reunido la
condición de Dios, o sea, la fe, ya han obteni-
do la justificación.
a. Gál. 2:16-17
Sabiendo que el hombre no es justificado
por las obras de la ley, sino por la fe de Je-
sucristo, nosotros también hemos creído
en Jesucristo, para ser justificados por la
fe de Cristo y no por las obras de la ley,
por cuanto por las obras de la ley nadie
será justificado. Y si buscando ser justifi-
cados en Cristo, también nosotros somos
hallados pecadores, ¿es por eso Cristo mi-
nistro de pecado? En ninguna manera.
[Gál. 2:16-17].
El versículo 16 enseña que Pablo creyó a fin
de ser justificado. Técnicamente, este tiempo
verbal no declara el tiempo en que ocurre la
justificación. Sin embargo, en Gál. 2:17 Pablo
reacciona de horrorizado hacia la idea de que
una persona que ha creído en Cristo podría
todavía ser declarado como un pecador culpa-
ble en un sentido judicial ante el trono de la
justicia de Dios. Esto implicaría no sólo que
Cristo ha fallado sino que también es un falso
profeta. Obviamente, Pablo está enseñando
que aquellos que tienen fe ya no son conside-
rados como pecadores condenados. La con-
clusión de la cual no podemos escapar es que
el apóstol Pablo consideró que la justificación
es una realidad consumada para aquellos que
han creído.
b. Gál. 3:8-9
Y la Escritura, previendo que Dios había
de justificar por la fe a los gentiles, dio de
antemano la buena nueva a Abraham, di-
ciendo: En ti serán benditas todas las na-
ciones. De modo que los de la fe son ben-
decidos con el creyente Abraham. [Gál.
3:8,9].
El tiempo en el que se encuentra el verbo jus-
tificar en el vs. 8 por sí solo nos da el tiempo
de la justificación. Habla de la justificación en
términos potenciales. Sin embargo, el verso
nueve enseña que aquellos que tienen fe ya
comparten las bendiciones de Abraham. En el
contexto, la bendición más pronunciada es la
bendición de la justificación. Los creyentes ya
son poseedores de la justificación.
c. Gál. 3:24-26
De manera que la ley ha sido nuestro ayo,
para llevarnos a Cristo, a fin de que fué-
semos justificados por la fe. Pero venida
la fe, ya no estamos bajo ayo, pues todos
sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús;
[Gál. 3:24-26].
La cláusula, "que fuésemos justificados por la
fe" no nos da el tiempo exacto de la justifica-
ción. Sin embargo, las siguientes declaracio-
nes nos indican que el objetivo de la instruc-
ción de la ley (o sea la justificación en Cristo)
ya ha sido obtenido por aquellos que tienen fe.
La ley puede ser abrogada ya que la justifica-
ción mediante la fe es una realidad presente y
no meramente un objetivo futuro al final de
un proceso prolongado.
5. El ejemplo de Abraham
El ejemplo sobresaliente de la justificación es
el padre Abraham. Abraham ciertamente no
tuvo que esperar hasta el fin de su vida o hasta
un juicio futuro para obtener la justificación.
Abraham poseyó la justificación cuando él
tuvo fe. De esta manera, la justificación fue
para Abraham, nuestro ejemplo, un decreto
pasado con una realidad presente (Rom. 4:3,
9, 11; Gál. 3:6, 9).
Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó
Abraham a Dios, y le fue contado por
justicia. [Justificación] [Rom. 4:3].
Así Abraham creyó a Dios, y le fue
contado por justicia [justificación]
[Gál. 3:6].
6. Formas de Sustantivo Justificación que las
Presentan Como una Obra ya Consumada
a. Justificación
No Solo de Pan
198
Con frecuencia, el griego es más específico
que el español. Sin embargo, no sucede así
con la palabra justicia (dikaiosunee). Cuando
el lector ve la palabra justicia, ésta puede refe-
rirse a una justicia real o una justicia declara-
da o sea, a la justificación. La forma de la
palabra es idéntica. Solamente el contexto nos
ofrece una clave para descifrar el significado
que quiso darle el autor. El lector debe darse
cuenta y observar si el contexto está tratando
de la doctrina de la salvación o la doctrina de
la vida cristiana. Si el tema es la salvación, la
justicia probablemente es justicia declarada o
justicia imputada, o sea la justificación. Si el
contexto es la vida cristiana, entonces el signi-
ficado que el autor requiere es probablemente
la justicia efectiva. Una buena manera de co-
nocer las intenciones del autor es la de susti-
tuir la palabra justificación por la palabra jus-
ticia y ver si el contexto la acepta. Existen
muchos usos de la palabra justicia que hablan
de "justicia declarada." Estos textos también
establecen que Dios ya ha declarado justos a
aquellos que tienen fe.
(1) Rom. 3:22
La justicia de Dios por medio de la fe
en Jesucristo, para todos los que creen
en él. Porque no hay diferencia, [Rom.
3:22].
Este pasaje enseña que "la justicia declarada"
viene por medio de la fe y pertenece a todos
los que creen. El contexto inmediato trata de
una situación judicial en la cual el mundo
entero es culpable delante de Dios quien es el
Juez (vss. 19-20). En el extenso argumento
del libro, es claro que la justificación es lo
opuesto de la condenación (Rom. 5:16, 18,
etc.). Entonces, la palabra justicia significa
justificación, y se ofrece a todo aquel que
cree.
(2) Rom. 4:5
Mas al que no obra, sino cree en aquel
que justifica al impío, su fe le es con-
tada por justicia. [Justificación] [Rom.
4:5].
Por una parte, Romanos 4:5 nos enseña que la
justificación no está basada en las obras, Por
otra, que la justificación se basa en la fe. El
tiempo del verbo contar establece que cuando
la fe hace acto de presencia también lo hace la
justicia declarada. Quizás éste sea el mejor
momento para tratar con el asunto de la impu-
tación. La traducción Reina-Valera de Rom.
4:5 es correcta. Usa la palabra "le es contada".
La palabra significa básicamente" tomar en
cuenta" mentalmente. Podríamos considerar
otras palabras como "considerar, reconocer,
contar." Una palabra muy cercana a esta trata
de la acción de "depositar algo en la cuenta
de alguien" en sentido financiero. La mejor
ilustración del Nuevo Testamento se encuen-
tra en Filemón 18. (Véase también Rom.
5:13.)
Y si en algo te dañó, o te debe, ponlo a
mi cuenta. [Filemón18].
Es muy probable que Pablo esté pensando en
este significado específico al escribir Rom.
4:5 y otras declaraciones similares. Dios acre-
dita una justicia declarada a la cuenta de aquel
que cree. Los teólogos le llaman imputación a
esta transferencia de la justicia de Cristo a la
cuenta de cada creyente.
(3)Rom. 5:17
Pues si por la transgresión de uno solo
reinó la muerte, mucho más reinarán
en vida por uno solo, Jesucristo, los
que reciben la abundancia de la gracia
y del don de la justicia. [Rom. 5:17].
Romanos 5:17 no nos da el tiempo de la justi-
ficación, pero menciona claramente que es un
don.
(4) Rom. 9:30
¿Qué, pues, diremos? Que los gentiles,
que no iban tras la justicia, [justifica-
ción], han alcanzado la justicia, [justi-
ficación], es decir, la justicia [justifi-
cación], que es por fe; [Rom. 9:30].
En el contexto Pablo está hablando de la sal-
vación de los gentiles (Rom. 9:24) y los judíos
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3
199
(Rom. 10:1, 12). La justicia en Rom. 9:30
deberá interpretarse como la justicia declarada
o la justificación. Aquellos que tenían fe aún
entre los gentiles ya habían obtenido la justifi-
cación. La justificación es algo que puede
obtenerse en esta vida y no es solamente un
objetivo futuro o una esperanza.
(5) Rom.10: 4, 6a, 10a
Porque el fin de la ley es Cristo, para
justicia [justificación] a todo aquel que
cree. Pero la justicia [justificación] que
es por la fe dice así... Porque con el
corazón se cree para justicia, [justifica-
ción]… [Rom. 10:4, 6a, 10a].
Sería difícil no darse cuenta que el tema de
Romanos 10 es la salvación y no la santidad
(Rom. 10:1, 9, 12-13, etc.). Por lo tanto, las
intenciones del apóstol Pablo es que se en-
tienda la justicia como una justicia declarada
o imputada o sea la justificación. El vs. 4 en-
seña que la justificación es una realidad que
está muy presente. Se otorga en base a la fe.
Además, se otorga a cualquiera que cree.
También el verso 10 es claro en cuanto a que
la justificación es algo que un creyente ya
posee en vez de algo por lo cual hay que lu-
char.
(6) 1 Cor. 1:30
Mas por él estáis vosotros en Cristo
Jesús, el cual nos ha sido hecho por
Dios sabiduría, justificación, santifi-
cación y redención; [1 Cor. 1:30].
La justicia en 1 Cor. 1:30 se entiende como
justificación o sea, justicia imputada. Esto
evita la redundancia con el término santifica-
ción. El verbo se encuentra en tiempo pasado
y significa que la justificación ya es un hecho
consumado para el creyente
b. La Forma Griega Empleada para Describir
a una Persona Justa.
La forma griega para describir a una persona
justa o recta (dikaios) tiene también la capa-
cidad de describir a una persona que es "justa
en sus acciones" o a una persona que ha sido
"declarada justa". La mayoría de las veces se
refiere al comportamiento justo como en la
declaración siguiente, “José su marido, como
era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla
secretamente.” (Mat. 1:19). Sin embargo, el
Nuevo Testamento cita a Hab. 2:4 tres veces,
y en estas referencias, la palabra justo se
refiere a “alguien declarado justo” (Rom.
1:17; Gál. 3:11; Heb. 10:38).
(1) El Trasfondo del Antiguo Testamento
(Hab. 2:4)
El profeta Habacuc estaba preocupado por la
invasión de los babilonios. El desafió a Dios
en cuanto a si era correcto permitir que Babi-
lonia conquistara a Israel. Parte de la respues-
ta de Dios a este desafío se encuentra en Hab.
2:4: “mas el justo por su fe (o fidelidad) vi-
virá.” Esta declaración puede tener dos signi-
ficados. Podría significar que la persona que
ha sido declarada justa mediante la fe seguirá
teniendo vida eterna aún en tiempo de aflic-
ción. Esta declaración daría consuelo a los
creyentes de Judá quienes experimentarían
tiempos difíciles. Esta frase también podría
significar "el hombre justo sobreviviría
(hablando de sobrevivir físicamente durante la
invasión) debido a su fidelidad." 69
Quizás
Dios quería trasmitir los dos pensamientos al
pueblo en la época de Habacuc.
(2) la cita de Pablo de Hab. 2:4
Aunque Hab. 2:4 podría haber dado esperan-
69
Heb. 10:38 considera que Hab. 2:4 quiere co-
municar que una persona justificada deberá vivir
una vida de fidelidad. Los santos del Antiguo Tes-
tamento que se enlistan en Hebreos 11 ilustran esta
interpretación de Hab. 2:4. Pablo en Rom. 1:16-17
y Gál. 3:11, consideran que las palabras de Haba-
cuc se refieren a la justificación por la fe. Por lo
que ambas ideas son compatibles con las intencio-
nes de Dios en la declaración original del Antiguo
Testamento. El hecho de que Heb.10:38 considera
que Hab. 2:4 se refiera a una fidelidad de por vida
nos ayuda a explicar la razón por la cual el escritor
pensó que era necesario incluir material que mues-
tra la forma en que Pablo entendió este pasaje clave
del Antiguo Testamento.
No Solo de Pan
200
za mediante la promesa de la vida física para
el fiel y el justo, Pablo definitivamente inter-
pretó o aplicó el pasaje para enseñar que el
justificado viviría espiritualmente debido a la
fe. La frase por sí sola es capaz de cualquiera
de los dos significados, pero esta se encuentra
en los contextos del Nuevo Testamento que
tratan definitivamente de vida espiritual y
también de una justicia declarada en vez de
una justicia actual.
(a) Rom. 1:16-17
Porque no me avergüenzo del evangelio,
porque es poder de Dios para salvación a
todo aquel que cree; al judío primera-
mente, y también al griego. Porque en el
evangelio la justicia de Dios se revela por
fe y para fe, como está escrito: Mas el jus-
to por la fe vivirá. [Rom. 1:16, 17].
El significado específico que Pablo quiere
transmitir mediante la declaración, “el justo
por la fe vivirá” es más claro si observamos el
argumento del resto de Romanos. Aunque las
palabras “el justo por la fe vivirá” podrían
utilizarse erróneamente para enseñar un siste-
ma de obras, el resto del libro no permitiría tal
interpretación. Rom. 1:16-17 contiene una de
las tesis de Romanos. Por el resto del libro nos
damos cuenta que Pablo en Rom. 1:17a quiere
decir, “el justificado tendrá vida eterna por
causa de su fe.”
Hemos de considerar que la cita de Hab. 2:4
es realmente un apoyo secundario para la de-
claración principal que se encuentra en Rom.
1:16-17a. La declaración principal es que “la
justicia [justificación] de Dios se revela… a
[aquellos que tienen] fe.” Es claro que el tema
es la salvación (vs. 16). La frase “justicia de
(o de parte de) Dios” se refiere a la justifica-
ción que El hace y que se basa en Su propia
(de Cristo) justicia (compare con Rom.
3:21-22; 10:4), y uno de los tópicos principa-
les del libro es la justicia declarada. Por lo
tanto, la primera parte del verso 17 está tra-
tando con el tema de la justificación, por lo
que la declaración, “el justo por la fe vivirá.”
También trata del mismo tema. Y ya conside-
rada la evidencia, Pablo está enseñando en
Rom. 1:17, que la justificación es una bendi-
ción presente para el creyente y no algo que
este espera obtener en el futuro. Una manera
satisfactoria de considerar la frase “por fe y
para fe” es la de considerar a la fe continua
como las conversiones constantes de los indi-
viduos a través de la historia humana. El si-
guiente verso (Rom. 1:18) se refiere a la ira de
Dios que se revela a través del tiempo en con-
tra del pecado. Por lo tanto, Rom. 1:17 podría
parafrasearse de la siguiente manera: “Porque
en el evangelio la justicia declarada de Dios se
revela a través de las edades por fe de uno y
para fe del siguiente”(o sea, de manera pro-
gresiva).
(b) Gál. 3:11
Y que por la ley ninguno se justifica
para con Dios, es evidente, porque: El
justo por la fe vivirá; [Gál. 3:11].
Rom. 1:17 nos da la primera declaración de
una tesis, así que el estudiante deberá leer más
adelante para ver la forma en que Pablo usa la
frase, “el justo por la fe vivirá.” Sin embargo,
Gál. 3:11 se encuentra en medio de un libro y
también de un argumento. Pablo en Gál. 3:6
habla claramente de una justicia declarada, (la
justicia imputada a Abraham), y claramente se
encuentra en un contexto que está enfocado en
asuntos judiciales (la maldición de la ley, Gál.
3:10).
Por lo tanto, la frase “el justo por la fe vivirá”
significa que una persona que ha sido declarada
justa por medio de la fe continuará teniendo
vida espiritual (eterna). Pablo creyó que esta
era la esperanza consoladora que sostuvo a los
hebreos en los días de Habacuc o por lo menos
él fue guiado por el Espíritu Santo para aplicar
esta frase de esta manera.
7. Conclusión sobre el tiempo de la justifica-
ción
La noción que la justificación es un proceso
que ocurre durante toda una vida no tiene
ningún sentido. Sin importar el ángulo con el
cual una persona se aproxime al tema de la
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3
201
justificación (el tiempo pasado de la salva-
ción, los tiempos del verbo pasado y presente,
los pasajes en los que la justificación se pre-
senta como hecho potencial, el ejemplo de
Abraham, o los usos del sustantivo), la Biblia
enseña que la justificación es un hecho con-
sumado y ya establecido para aquellos que
tienen fe. (Véase también los pasajes que
enseñan una ausencia de condenación: Juan
5:24; Rom. 8:1, 33-34.)
C. La Base de la Justificación: La Fe
Para hablar de la definición y del tiempo de la
justificación, ha sido necesario hacer un tras-
lape con el tema de la base de la justificación
la cual es la fe. Nos pareció bien definir pri-
meramente la justificación antes que concen-
trarnos plenamente en la base. Ahora la aten-
ción se concentrará en los versículos que en-
señan que la justificación se basa en la fe en
Cristo. La evidencia de la justificación por la
fe es tan abrumadora que es difícil compren-
der como es que una persona puede negar que
la salvación es solo mediante la fe. ¡No existe
ningún creyente injustificado o que no sea
salvo! He aquí unos versos representativos
con una lista más completa de referencias:
1. Textos que Basan la Justificación en la Fe
en Cristo
a. Formas verbales de justificar: Hechos
13:39; Rom. 3:26, 28, 30; 4:5; 5:1, 9; Gál.
2:16-17; 3:8; y 3:24
b. El sustantivo justificación: (o sea, una justi-
cia declarada): Rom. 1:17; 3:22; 4:3, 5, 9, 11,
13, 22-24; 9:30; 10:4, 6, 10; Gál. 3:6; y Heb.
11:7
c. La forma sustantiva justo: Rom. 1:17; Gál.
3:11; y Heb. 10:38
Concluimos, pues, que el hombre es
justificado por fe sin las obras de la
ley. [Rom. 3:28].
Mas al que no obra, sino cree en aquel
que justifica al impío, su fe le es con-
tada por justicia. [Rom. 4:5].
Justificados, pues, por la fe, tenemos
paz para con Dios por medio de nues-
tro Señor Jesucristo; Pues mucho más,
estando ya justificados en su sangre,
por él seremos salvos de la ira. [Rom.
5:1, 9].
Y la Escritura, previendo que Dios
había de justificar por la fe a los genti-
les, dio de antemano la buena nueva a
Abraham, diciendo: En ti serán bendi-
tas todas las naciones. De modo que
los de la fe son bendecidos con el cre-
yente Abraham. [Gál. 3:8-9].
La justicia de Dios por medio de la fe
en Jesucristo, para todos los que creen
en él. Porque no hay diferencia, [Rom.
3:22]
Porque el fin de la ley es Cristo, para
justicia [justificación] a todo aquel
que cree. [Rom. 10:4].
Porque con el corazón se cree para jus-
ticia [justificación]… [Rom.10:10a].
2. Textos que enseñan que la justificación se
entrega gratuitamente por la gracia
Siendo justificados gratuitamente por
su gracia, mediante la redención que
es en Cristo Jesús, [Rom. 3:24].
Pues si por la transgresión de uno solo
reinó la muerte, mucho más reinarán
en vida por uno solo, Jesucristo, los
que reciben la abundancia de la gracia
y del don de la justicia. [Rom. 5:17].
Para que justificados por su gracia, vi-
niésemos a ser herederos conforme a la
esperanza de la vida eterna. [Tito 3:7].
3. Textos que enseñan que la justificación no
es por obras
a. Formas verbales de justificar. Hechos
13:39; Rom. 3:20; 4:2; Gál. 2:16; 3:11
b. Formas sustantivas de justificación, o sea,
declarar justa a una persona: Rom. 4:5; 9:31;
Gál. 2:21; 3:21
Y que de todo aquello de que por la
No Solo de Pan
202
ley de Moisés no pudisteis ser justifi-
cados, en él es justificado todo aquel
que cree. [Hechos 13:39].
Ya que por las obras de la ley ningún
ser humano será justificado delante
de él porque por medio de la ley es el
conocimiento del pecado [Rom. 3:20].
Mas al que no obra, sino cree en
aquel que justifica al impío, su fe le es
contada por justicia. [Rom. 4:5].
Y que por la ley ninguno se justifica
para con Dios, es evidente, porque: El
justo por la fe vivirá [Gál. 3:11].
D. El origen de la justicia del creyente
Cuando Dios declara que una persona es justa
en base a la fe, no está declarando una menti-
ra. El no declara justo algo que es injusto. No
podemos negar la verdad que revela que todos
los humanos son injustos en sus acciones. Sin
embargo, el Nuevo Testamento enseña que la
justicia de Cristo se acredita a la cuenta de
cada creyente. De esta forma, Dios puede ob-
servar a la justicia de Cristo, no la del creyen-
te. En base a la justicia de Cristo que se da a
cada creyente, Dios puede verdaderamente
declarar que un creyente es legalmente justo.
Es la justicia de Cristo lo que nos salva y no la
nuestra. Y como El nunca puede perder esta
justicia, tampoco un creyente nunca podrá
perder su salvación. La posición legal del cre-
yente delante de Dios está basada en la justi-
cia eterna e inmaculada de Cristo. Esta defini-
ción de justificación deberá incluir que la de-
claración está basada en la justicia de Cristo
que se ha acreditado legalmente al creyente,
no la justicia propia (la cual todavía sigue
siendo injusticia aún en sus mejores galas, Isa.
64:6).
1. El Trasfondo del Antiguo Testamento que
demuestra que la Justicia de Dios se Acredita
al Pueblo de Dios.
El Antiguo Testamento, y en particular los
profetas mayores, nos dan un trasfondo con-
cerniente al concepto de que Dios proveería
Su propia justicia a Su pueblo y luego decla-
raría para ellos una posición justa delante de
Su ley. Algunos versículos relacionan la sal-
vación con la justicia de Dios de una manera
general (Isa. 45:17; 46:13; 51:5; y 59:16-17).
Otros enseñan que Dios proveería una justicia
para el hombre a fin de que éste fuera consi-
derado un hombre justo (Isa. 53:11; 54:17;
61:10). Otras pasajes enseñan que Dios daría
Su propia justicia al hombre (Isa. 45:25; Jer.
23:6; 33:16).
2. La Enseñanza del Nuevo Testamento
Donde la Justicia de Dios se Acredita al Pue-
blo de Dios
La frase la justicia de Dios se refiere tanto a la
justicia que le pertenece a Dios como a la jus-
ticia que proviene de Dios hacia el hombre.
En el argumento del libro de Romanos, la
frase la justicia de Dios puede significar la
justicia de Dios que se imputa a los creyentes
(Rom. 1:17; 3:21-22; 10:3-4). Para ser más
específicos, la justicia de Cristo se acredita a
la cuenta del libro mayor del creyente que
trata de su posición legal ante Dios. (Véase
también nuestra posición en El en Rom. 5:10;
Ef. 1:7; 3:12; Co1. 2:10.)
Pues si por la transgresión de uno solo
reinó la muerte, mucho más reinarán
en vida por uno solo, Jesucristo, los
que reciben la abundancia de la gracia
y del don de la justicia. Así que, como
por la transgresión de uno vino la con-
denación a todos los hombres, de la
misma manera por la justicia de uno
vino a todos los hombres la justifica-
ción de vida. Porque así como por la
desobediencia de un hombre los mu-
chos fueron constituidos pecadores, así
también por la obediencia de uno, los
muchos serán constituidos justos
[Rom. 5:17-19].
Mas por él estáis vosotros en Cristo
Jesús, el cual nos ha sido hecho por
Dios sabiduría, justificación, santifica-
ción y redención; [1 Cor. 1:30].
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3
203
Al que no conoció pecado, por noso-
tros lo hizo pecado, para que nosotros
fuésemos hechos justicia de Dios en él
[2 Cor. 5:21].
E. Conclusiones sobre la justificación
El estudio anterior ha considerado y clasifica-
do todas las referencias acerca de la justifica-
ción que se encuentran en el Nuevo Testa-
mento. Este término se refiere claramente a
una declaración de justicia efectuada por Dios
quien es el Juez, no se refiere a un proceso en
el que las personas llegan a ser cada vez más
justas con el paso del tiempo. Todas las per-
sonas que tienen su fe en Cristo han sido justi-
ficadas en el pasado y tienen la seguridad de
permanecer justificadas en el presente. Dios
puede reafirmar la justificación de los creyen-
tes en un día de juicio futuro. Una referencia
probable se encuentra en Mat. 12:37, pero el
contexto indica que las personas a las que se
está dirigiendo este pasaje serán condenadas a
causa de haber rechazado a Cristo. Sin embar-
go, cualquier declaración futura de justifica-
ción solamente repite y confirma un asunto
que ya ha sido resuelto. La justificación ya se
ha llevado a cabo para los creyentes. La con-
fianza que tenemos de la justificación por la fe
no es un asunto pendiente que está en espera
de una solución en el futuro. La justificación
mediante la fe ya fue un resultado de la salva-
ción y ahora es también una posesión presen-
te para todos los creyentes.
V. Las Buenas Obras
A. La Salvación Genuina Tiene como Resul-
tado las Buenas Obras
Los autores del Nuevo Testamento concuer-
dan en el tema de la fe salvadora genuina que
tiene como resultado las buenas obras. No es
que la fe más las obras resultan en salvación
sino que, la fe resulta en salvación más buenas
obras. Una cita que frecuentemente se le atri-
buye a Juan Calvino dice lo siguiente: "la fe
por sí sola salva, pero el tipo de fe que salva
no viene sólo". Las buenas obras no son un
requisito antes de la salvación, pero éstas des-
criben por lo general a la persona que ha sido
salvada.
Porque por gracia sois salvos por me-
dio de la fe; y esto no de vosotros,
pues es don de Dios; no por obras, pa-
ra que nadie se gloríe. Porque somos
hechura suya, creados en Cristo Jesús
para buenas obras, las cuales Dios
preparó de antemano para que andu-
viésemos en ellas. [Ef. 2:8-10].
Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo
tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus
obras, y yo te mostraré mi fe por mis
obras. Porque como el cuerpo sin Espí-
ritu está muerto, así también la fe sin
obras está muerta [Santiago 2:18, 26].
B. La Salvación Genuina no es Compatible
con la Práctica Habitual del Pecado
¿No sabéis que los injustos no here-
darán el reino de Dios? No erréis; ni
los fornicarios, ni los idólatras, ni los
adúlteros, ni los afeminados, ni los que
se echan con varones, ni los ladrones,
ni los avaros, ni los borrachos, ni los
maldicientes, ni los estafadores, here-
darán el reino de Dios [1 Cor. 6:9-10].
Algunas personas interpretan la frase “here-
darán el reino de Dios” como una referencia a
las recompensas plenas. Sin embargo en esta
misma frase habla de la glorificación en 1
Cor. 15:50.
Y manifiestas son las obras de la carne,
que son: adulterio, fornicación, inmun-
dicia, lascivia, idolatría, hechicerías,
enemistades, pleitos, celos, iras, con-
tiendas, disensiones, herejías, envi-
dias, homicidios, borracheras, orgías, y
cosas semejantes a estas; acerca de las
cuales os amonesto, como ya os lo he
dicho antes, que los que practican ta-
les cosas no heredarán el reino de
Dios. [Gál. 5:19-21].
Porque sabéis esto, que ningún forni-
cario, o inmundo, o avaro, que es idó-
latra, tiene herencia en el reino de Cris-
No Solo de Pan
204
to y de Dios. [Ef. 5:5].
Hijitos, nadie os engañe; el que hace
justicia es justo, como él es justo. El
que practica el pecado es del diablo.
Todo aquel que es nacido de Dios, no
practica el pecado, porque la simiente
de Dios permanece en él; y no puede
pecar, porque es nacido de Dios. [1
Juan 3:7, 8a, 9].
C. La Compatibilidad con las Doctrinas de la
Seguridad Eterna y la No Erradicación del
Pecado
Un creyente es seguro por toda la eternidad
pero todavía es capaz de pecar y ésta es una
verdad que requiere que los versículos de la
sección anterior hagan referencia a una prácti-
ca habitual de pecado y no sólo a un pecado
ocasional. Pablo no está diciendo en Gál.
5:19-21 que un acto de inmoralidad, contien-
das, celos, ira, envidias, o borrachera provoca
la pérdida de la salvación o indica que una
persona nunca ha sido salva. Pablo se está
refiriendo a la práctica habitual del pecado. En
lenguaje moderno, se podría expresar usando
la palabra "estilo de vida". Aquellos que lle-
van un estilo de vida de maldad sin ningún
remordimiento dan indicios de que nunca han
sido salvos. La práctica habitual y la carac-
terística continua de pecado también se expre-
sa por el verbo practicar en Gál. 5:21 y por
de la naturaleza continua del tiempo presente
en 1 Juan 3. Aunque es posible que un cristia-
no cometa actos de pecado, aquellos que
practican el pecado dan evidencia de nunca
haber tenido una fe salvadora.
D. Consideraciones Prácticas
Dios obviamente tuvo la intención que la doc-
trina que enseña que las buenas obras son
resultado de la salvación tuviese aplicaciones
prácticas. Sin embargo, ya que el destino eter-
no del alma está en juego, se deberá tener
mucho cuidado y hacer aplicaciones que sean
válidas en relación a ésta verdad.
1. Advertencia Acerca de la Negación Ca-
tegórica de la Salvación que está Basada Solo
en una Vida Pecaminosa
La salvación resulta en buenas obras. ¿Cuán-
tas? ¿Cuándo? La Salvación genuina no co-
existe con el pecado habitual. ¿Qué es pecado
habitual? ¿Una vez al mes? ¿Una vez al día?
Al final, ignoramos la constitución de lo que
es la práctica habitual del pecado. Si una per-
sona vive para el Señor Jesucristo cinco años
y luego se desvía los siguientes tres, ¿ha caído
en la práctica del pecado? El Nuevo Testa-
mento enseña definitivamente que los cristia-
nos pueden ser pecadores (Rom. 6:12; Gál.
5:17 y ss.). Aunque Dios nos ha dado las ver-
dades generales, debemos confesar que somos
ignorantes en cuanto a los detalles. Si una
persona entiende la muerte, sepultura, y resu-
rrección de Cristo; reconoce que Jesús es el
Cristo, el Hijo de Dios; y profesa a haber con-
fiado sinceramente en El para la salvación del
pecado, no es posible que neguemos categóri-
ca y dogmáticamente que ésta persona sea
salva basándonos solamente en la ausencia de
las buenas obras. Una tercera persona sim-
plemente no conoce exactamente lo que cons-
tituye un "pecado habitual" en la vida de otra
persona. El hecho de negar toda posibilidad
de salvación en base sólo a una vida deficien-
te debe ser evitado. 2 Tim. 2:19 enseña que, al
final, “Conoce el Señor a los que son suyos.”
2. Dudas Tentativas
¿Cual deberá ser nuestra actitud con aquellas
personas que profesan a Cristo pero que no
viven como cristianos? Aunque no tengamos
la autoridad para hacer la afirmación, “defini-
tivamente no eres salvo no importa cuál sea tu
profesión,” es ciertamente propio tener dudas,
expresar dudas y hacer decisiones en base a
ellas. Existen mentirosos que profesan salva-
ción solamente por presión social. Existen
mentirosos que profesan fe para infiltrarse en
el pueblo de Cristo. También existen aquellas
personas que honestamente creen que son
salvos pero que solamente poseen una fe inte-
lectual o emocional. Existe una diferencia
entre una negación dogmática de salvación de
otra persona y una duda tentativa acerca de la
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3
205
misma. Existe una diferencia entre decir, "yo
sé que no eres salvo no me importa lo que
profeses," a decir, "por la vida que estás vi-
viendo, no estoy seguro que seas salvo."
Quizás no sea correcto afirmar con plena con-
fianza que otra persona está pérdida basándo-
nos en nuestra evaluación de su vida, pero es
correcto tener dudas y exhortar al que profesa
fe pero vive en pecado a examinar su vida
para ver si realmente entiende la salvación.
Además, aunque los líderes de las iglesias
deberán ser cautelosos cuando dicen a los
cristianos que no son salvos, estos también
deberán de excluir a aquellos cuya salvación
es cuestionable para que no se involucren en
posiciones de algún cargo de autoridad en la
iglesia.
3. El Autoexamen
Dios no enseña que la salvación resulta en
buenas obras para que los cristianos profesan-
tes sean los jueces finales de la salvación de
los demás. La razón principal por la que la
Biblia declara que un pecador habitual no es
salvo es la de conducir al individuo para auto
examinar su propia vida. Aquellas personas
que están involucradas gravemente en pecado
deberán reaccionar con el hecho de que los
salvos no son pecadores habituales y su reac-
ción deberá ser un minucioso autoexamen
para ver si plenamente entienden el Evangelio
y sinceramente están confiando en Cristo. No
es la función de otros juzgar aquellos que
están en pecado como personas que no son
salvas definitivamente, sino que su preocupa-
ción principal deberá ser la de exhortarlos
hacia el autoexamen como lo hizo Pablo en 2
Cor. 13:5.
Examinaos a vosotros mismos si estáis
en la fe; probaos a vosotros mismos…
[2 Cor. 13:5].
4. Una reacción peligrosa hacia los profesan-
tes pecadores de la fe cristiana
No es incorrecto tener dudas en cuanto a la
salvación de aquellos que están involucrados
en pecado continuo. La reacción correcta es la
de exhortarles para que hagan un autoexamen
y consideren el Evangelio. Una reacción que
es muy peligrosa para aquellos profesantes
cristianos que están en pecado es la de alterar
el Evangelio y hacerlo más difícil demandan-
do una vida santa antes de poder obtener la
salvación. Es ciertamente frustrante observar a
los cristianos profesantes en sus vidas de pe-
cado. Sin embargo, no existe en lo absoluto
ninguna justificación para añadir obras al
Evangelio en un esfuerzo por implantar una
mejor moral en otras personas. La salvación
que es por la fe solamente tendrá como resul-
tado las buenas obras en un grado que no se
especifica y en un tiempo que no se especifi-
ca. No es necesario ayudar a Dios alterando el
Evangelio de la gracia en un intento por pro-
ducir buenas obras en el momento y en el ni-
vel de satisfacción que nosotros requerimos.
La solución para aquellos cristianos profesan
tes que están en pecado es una reevaluación
del mismo Evangelio, no la proclamación de
otro diferente (Gál. 1:6-7).
VI. Santificación
Las palabras originales que se usan para santi-
ficación también se relacionan con las pala-
bras santo y santidad
A. La Santificación en el Antiguo Testamento
Las formas de las palabras que se relacionan
con la santidad y la santificación se encuen-
tran más de 830 veces en el Antiguo Testa-
mento (350 en el Pentateuco).70
El origen no
se sabe a ciencia cierta. Algunos rastrean la
palabra y la relacionan con el verbo “cortar,
dividir, separar." Es posible que esto sea pre-
ciso. Sin embargo, los contextos y el uso de la
palabra ilustran que el significado básico de
santidad o santificación es "apartar algo o
alguien para el servicio de Dios." La palabra
hebrea kadosh es lo opuesto de profano o
común en 1 Sam. 21:5; Ez. 22:26; 42:20;
44:23. La palabra Española que describe la
palabra kadosh en estos contextos sería la
70
“Santidad” por A.S. Wood, en La Enciclopedia
Pictórica de la Biblia Zondervan (Grand Rapids:
Zondervan Publishing House, 1976) 3:174.
No Solo de Pan
206
palabra sagrado que es lo opuesto a “secular”
o “común.” El énfasis se encuentra en la opo-
sición y la relación, no tanto en las cualidades
éticas. El énfasis en la posición de ser "sagra-
do" o "separado para el uso de Dios" a dife-
rencia de algo que posee cualidades morales
aparece varias veces en objetos que no son
animados o que no son morales a los cuales se
les dice "santos." Algunos ejemplos de obje-
tos "santos" en el Antiguo Testamento serían:
el campamento de Israel, el cielo, Sión, la
zarza ardiente y la tierra que pisaba Moisés,
Jerusalén, el tabernáculo, el templo, la carne
del sacrificio, los utensilios, el aceite, el in-
cienso, el pan, los candelabros, el sábado, la
"Santa" asamblea, el año del jubileo, la ropa
de las vestiduras, la "consagración y santidad"
para la batalla. De estos ejemplos, el signifi-
cado primario de la palabra santidad es "ser
apartado para el servicio de Dios”. No es ne-
cesario considerar el aspecto moral o ético. El
contexto por sí solo deberá determinar si el
énfasis de la palabra santidad implica una
separación de la impureza o si el énfasis es
simplemente una separación de posición en
relación con Dios. Por supuesto, cuando se
dice que Dios es santo, existe un énfasis en la
separación del pecado (Lev. 19:2; 20:7, 8, 26;
21:6, 8, 15, 23; Is. 6:3-8; Hab. 1:12-13).
B. Santificación en el Nuevo Testamento
1. Las Estadísticas
El verbo Griego santificar, hagiazo, se en-
cuentra aproximadamente 29 veces en el Nue-
vo Testamento. El sustantivo hagios que sig-
nifica “santo” se encuentra aproximadamente
236 veces: 94 veces para referirse al Espíritu
Santo, 61 veces a los creyentes. La forma para
la palabra “santificación” se encuentra 10
veces.
2. Uso que enfatiza una posición de ser
Apartado
Algunas veces los miembros de la familia de
palabras hagiazo dan énfasis a la posición o
al hecho de ser separado, dedicado, o consa-
grado a Dios, o sea separado para su uso, lo
cual no necesariamente implica un alto grado
de excelencia moral. Tal como en el Antiguo
Testamento, esto es más claro cuando se
habla de objetos inanimados (el templo - Mat.
23:17, 19; la comida -1 Tim. 4:5; los utensi-
lios - 2 Tim 2:21; la ciudad santa - Mat. 4:5,
27:53, Ap. 11:2; 21:2, 10; 22:19; el lugar san-
to - Mat. 24:15, Hechos 6:13, 21:28, etc.; la
tierra - Hechos 7:33, 2 Pedro 1:18). Los obje-
tos anteriores no son santos en un sentido mo-
ral o ético. Su "santidad" consiste en que esos
objetos fueron apartados para el servicio de
Dios. Además, algunas veces se dice que el
pueblo debe ser santo o santificado. Sin em-
bargo, es evidente que el pueblo no era alta-
mente espiritual (por ejemplo los corintios - 1
Cor. 1:1-2; 6:11; las personas que no son sal-
vas y están con los cristianos son santificadas
- 1 Cor. 7:14; los hijos de matrimonios mixtos
- 1 Cor. 7:14; todos los hijos varones - Lucas
2:23). Otra manera de comprobar que la santi-
ficación enfatiza primordialmente la posición
y no la "santidad moral" es enfocarnos en las
veces que se usa el verbo "santificar" refirién-
dose a Dios mismo. Dios no puede llegar a ser
más y más santo en un sentido moral. El no
puede mejorar éticamente ya que El ya es per-
fecto. Por lo tanto, los versículos que hablan
de Cristo siendo santificado no son pasajes
que hablan de un progreso en cuanto Su santi-
dad moral. Estos pasajes no pueden referirse
al Hijo convirtiéndose en alguien cada vez
menos malvado. Estos pasajes significan que
Cristo es exaltado posicionalmente o más se-
parado posicionalmente para una obra de Dios
determinada, (Juan 10:36; 17:19).71
Todas
estas consideraciones nos muestran que con
frecuencia el énfasis de la santificación se
encuentra en la posición y no en la moralidad.
Algo puede ser santo en el sentido de que es
apartado para Dios. Puede ser santo en el sen-
tido de sagrado (que pertenece a Dios) sin
tanto énfasis en la separación moral o ética del
pecado.
71
Mat. 6:9; Lucas 11:2 y 1 Pedro 3:15 no se refie-
ren a Dios como alguien que se está haciendo cada
vez más puro. El ya es infinitamente separado del
pecado. Estos pasajes son referencias a Dios quien
es separado de nosotros en el sentido de exaltación.
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3
207
3. Usos que Enfatizan la Separación Moral
del Pecado
La sección anterior sugiere que en algunos
contextos la santificación da énfasis a una
posición de separación para el servicio de
Dios en vez de involucrar a la justicia ética.
Pero no podemos negar que en otros contextos
la santificación si está ligada a la separación
moral o ética del pecado. Santificar significa
"ser apartado". El contexto por lo general in-
dica si el apartarse significa santidad posicio-
nal o santidad ética. El concepto de santifica-
ción puede y con frecuencia contiene una idea
importante de separación del pecado y esto es
evidente en los versículos siguientes: Rom.
6:19, 22 en donde la santificación es lo opues-
to a la impureza y el desorden; 1 Tes. 4:3, 7
donde la santificación equivale a abstenerse
de inmoralidad y se relaciona con la pureza y
el honor; Marcos 6:20, Hechos 3:14 donde
santo es paralelo a justo o recto; 1 Pedro
1:14-16 donde santidad es lo opuesto a lasci-
via y vida en ignorancia; y Ef. 1:4, 5:27 donde
santidad está conectada a la ausencia de cul-
pabilidad. La santificación puede simplemente
enfatizar una separación en cuanto a posición
para el servicio de Dios, o también podría
referirse a una separación práctica del pecado.
Es probable que cada vez que se usa esta pa-
labra se involucran en cierta medida ambos
conceptos, pero el énfasis puede cambiar de-
pendiendo del contexto. Teniendo en cuenta
los varios matices del énfasis de la santifica-
ción, podemos prepararnos para entender que
existen tres tiempos de santificación para el
creyente.
4. El Aspecto del Tiempo Pasado de la Santi-
ficación
Todos los creyentes ya han sido santificados.
Cada creyente ya ha sido apartado posicio-
nalmente para el servicio de Dios. Los versí-
culos que enseñan el tiempo pasado de la san-
tificación son Hechos 20:32; 26:18; Rom.
15:16; así como los siguientes:
A la iglesia de Dios que está en Corin-
to, a los santificados en Cristo Jesús,
llamados a ser santos con todos los que
en cualquier lugar invocan el nombre
de nuestro Señor Jesucristo, Señor de
ellos y nuestro: [1 Cor. 1:2].
Mas por él estáis vosotros en Cristo
Jesús, el cual nos ha sido hecho por
Dios sabiduría, justificación, santifi-
cación y redención; [1 Cor. 1:30].
Y esto erais algunos; mas ya habéis si-
do lavados, ya habéis sido santificados,
ya habéis sido justificados en el nom-
bre del Señor Jesús, y por el Espíritu
de nuestro Dios. [1 Cor. 6:11].
En esa voluntad somos santificados
mediante la ofrenda del cuerpo de Je-
sucristo hecha una vez para siempre.
[Heb. 10:10].
Además del uso de las palabras santificar y
santificación, se dice que todos los creyentes
son santos y son llamados de igual manera.
Esta es una gran verdad en cuanto a su posi-
ción, sin importar que tan bajo sea el nivel de
santidad práctica y de eso se nos da un ejem-
plo muy claro en la iglesia de Corinto. (Vea
Rom. 1:7; 1 Cor. 1:2; 2 Cor. 1:1; Ef. 1:1; Fil.
1:1; Col.1:12-13; 2 Tim. 1:9; Heb. 3:1; 1 Pe-
dro 2:5, 9.)
Con gozo dando gracias al Padre que
nos hizo aptos para participar de la
herencia de los santos en luz; el cual
nos ha librado de la potestad de las ti-
nieblas, y trasladado al reino de su
amado Hijo, [Col. 1:12-13].
Vosotros también, como piedras vivas,
sed edificados como casa espiritual y
Sacerdocio santo, para ofrecer sacrifi-
cios espirituales aceptables a Dios por
medio de Jesucristo. Mas vosotros sois
linaje escogido, real sacerdocio, nación
santa, pueblo adquirido por Dios, para
que anunciéis las virtudes de aquel que
os llamó de las tinieblas a su luz admi-
rable; [1 Pedro 2:5, 9].
No todos los creyentes poseen en alto grado
No Solo de Pan
208
de pureza característico de los santos (Ef.
5:3), sin embargo todos han sido santificados.
Este tiempo pasado de la santificación hace
énfasis en la posición de separación para el
uso de Dios. Sin duda que dentro de los usos
del tiempo pasado para la santificación del
creyente se encuentra el aspecto de la separa-
ción del pecado. Cada creyente ha sido sepa-
rado de la paga del pecado y cada creyente
genuino ha experimentado algún tipo de se-
paración práctica del pecado. Sin embargo, el
énfasis del tiempo pasado de la santificación
deberá permanecer en la separación posicional
para el servicio de Dios. Todos los creyentes
han sido santificados posicionalmente, sin
importar su ética práctica. Esto se llevó a cabo
en el momento de la salvación, a esto se le
puede considerar como uno de los resultados
de la salvación.
5. El aspecto del Tiempo Presente de la San-
tificación
Así como existe el aspecto del tiempo presen-
te de la salvación, así también existe el aspec-
to del tiempo presente de la santificación. Los
creyentes fueron santificados en el pasado
(por posición). Sin embargo, los creyentes
también están siendo progresivamente santifi-
cados en el tiempo presente (por la práctica).
Se supone que los cristianos se someten a un
mejoramiento ético, moral y experimentan
una separación mayor del pecado y una dedi-
cación más profunda al servicio de Dios. El
Nuevo Testamento enseña este progreso en el
crecimiento usando varias frases: colocándose
el nuevo hombre - Colosenses 3 y Efesios 4;
el fruto del Espíritu - Gálatas 5; creciendo en
la gracia y el conocimiento - 2 Pedro 3; avan-
zando hacia la meta de la carrera de la vida -
Filipenses 3; llegando a ser más y más a la
imagen de Cristo - 2 Corintios 3; y transfor-
mando nuestra mente - Romanos 12. El aspec-
to del tiempo presente de la santificación da
énfasis a la separación del pecado y a la sepa-
ración para el servicio de Dios.72
Cada cristia-
72
Vea también Ef. 4:12 y 5:3 cuando los santos
deberán llegar a ser aún más santificados. 1 Tes.
no tiene la decisión de cooperar o estorbar el
proceso presente de la santificación.
“Santifícalos en tu verdad; tu palabra
es verdad” [Juan 17:17].
Hablo como humano, por vuestra
humana debilidad; que así como para
iniquidad presentasteis vuestros miem-
bros para servir a la inmundicia y a la
iniquidad, así ahora para santificación
presentad vuestros miembros para ser-
vir a la justicia. [Rom. 6:19].
Así que, amados, puesto que tenemos
tales promesas, limpiémonos de toda
contaminación de carne y de Espíritu,
perfeccionando la santidad en el te-
mor de Dios. [2 Cor. 7:1].
Para santificarla, habiéndola purificado
en el lavamiento del agua por la palabra,
a fin de presentársela a sí mismo, una
iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni
arruga ni cosa semejante, sino que fuese
santa y sin mancha. [Ef. 5:26-27].73
Pues la voluntad de Dios es vuestra
santificación; que os apartéis de forni-
cación; Pues no nos ha llamado Dios a
inmundicia, sino a santificación.[1 Tes.
4:3, 7].
Así que, si alguno se limpia de estas
cosas, será instrumento para honra,
santificado, útil al Señor, y dispuesto
para toda buena obra. [2 Tim. 2:21].
Seguid la paz con todos, y la santi-
dad… [Heb. 12:14].
Como hijos obedientes, no os con-
forméis a los deseos que antes teníais
estando en vuestra ignorancia; sino,
3:13 y 5:23 hablan de un proceso de santificación
que tiene su culminación en una futura y plena
santificación. Aún así este proceso se está llevando
a cabo en el tiempo presente.
73
Ef. 5:26-27 podría también referirse a una santi-
ficación posicional. Quizás aquí se incluyen todas
las fases de la santificación.
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3
209
como aquel que os llamó es santo, sed
también vosotros santos en toda vues-
tra manera de vivir; porque escrito
está: Sed santos, porque yo soy santo
[1 Pedro 1:14-16].
6. El Aspecto del Tiempo Futuro de la Santi-
ficación
Existe un aspecto del tiempo futuro de la san-
tificación. En el futuro, los creyentes estarán
totalmente separados del pecado y totalmente
dedicados al servicio de Dios. Esta futura y
final “separación” del pecado y dedicación a
Dios se llevará a cabo cuando le veamos y
seamos como El en lo que concierne a la au-
sencia de pecado, 1 Juan 3:2.
Para que sean afirmados vuestros co-
razones, irreprensibles en santidad de-
lante de Dios nuestro Padre, en la ve-
nida de nuestro Señor Jesucristo con
todos sus santos. [1 Tes. 3:13].
Y el mismo Dios de paz os santifique
por completo; y todo vuestro ser,
Espíritu, alma y cuerpo, sea guardado
irreprensible para la venida de nuestro
Señor Jesucristo. [1 Tes. 5:23].
7. El Santificador
Algunas veces la Biblia presenta al Padre
como la Persona que santifica: Juan 17:17; 1
Tes. 5:23; y Judas 24-25. En otros textos el
Hijo es el que Santifica: 1 Cor. 1:2; Ef.
5:26-27; y Heb. 2:11. El Espíritu Santo santi-
fica según Rom. 15:16; 2 Tes. 2:13; y 1 Pe-
dro 1:2 (estos últimos dos textos tratan de una
“separación” por el Espíritu Santo para que
sea desvanecida la ceguera hacia el evange-
lio).
8. Los Medios de la Santificación
Debemos tener cuidado para no hacer de una
doctrina Bíblica, algo abstracto y vago. Con la
palabra santificación debe haber una explica-
ción sobre la manera en la que el creyente
llega a ser santificado. La separación del
tiempo pasado de este mundo y la reunión con
Dios se llevan a cabo por la sangre, la ofrenda
de Jesucristo (Heb. 9:13-14; 10:10, 14).
Aquellos que confían en Cristo ya han sido
santificados por Su cuerpo y por Su sangre.
El medio del aspecto presente de la santifica-
ción es la palabra de Dios. Esto se presenta
de una manera muy clara tanto en Juan 17:17
como en Hechos 20:32.
“Santifícalos en tu verdad; tu palabra
es verdad.”[Juan 17:17].
“Y ahora, hermanos, os encomiendo a
Dios, y a la palabra de su gracia, que
tiene poder para sobreedificaros y da-
ros herencia con todos los santifica-
dos.” [Hechos 20:32].
Es Obvio por Gál. 5:1 y ss., que el Espíritu
Santo produce santidad en la vida del creyen-
te. Sin embargo, no existen dos maneras de
santificación: una por el Espíritu Santo y otra
por la palabra escrita. La espada del Espíritu
es la palabra de Dios (Ef. 6:17). Por lo tanto,
el Espíritu Santo usa Su propia palabra para
producir santificación en la vida del creyente
que no solamente escucha la palabra de Dios
sino que la obedece (Santiago 1:22). La obra
del Espíritu Santo no debe divorciarse de de
la Palabra de Dios escrita. El medio para la
santificación en este tiempo presente es la
Palabra de Dios escrita.
VII. La Seguridad Eterna
Debido a que muchas doctrinas mayores con-
firman la seguridad eterna de la salvación del
creyente, es lógico que estudiemos la seguri-
dad eterna después de haber estudiado las
doctrinas más básicas. Cuando entendemos las
doctrinas de la predestinación y la justifica-
ción mediante la fe, entonces la doctrina que
debemos entender luego es la seguridad eter-
na. Nos será de gran ayuda organizar las evi-
dencias de la seguridad eterna mediante un
método que se enfoca en las inconsistencias
que suceden al negarla. A continuación tene-
mos nueve declaraciones que señalan esas
inconsistencias.
A. Evidencias de la Seguridad Eterna.
No Solo de Pan
210
1. Observando el tema desde una perspectiva
negativa.
a. Si un cristiano puede perder su salva-
ción, entonces Cristo deberá perder Su jus-
ticia.
Al entender correctamente la justificación
mediante la fe, nos enteramos que ésta apoya
la seguridad eterna del creyente. Cuando Cris-
to murió, nuestros pecados le fueron imputa-
dos (o acreditados) a Su cuenta. Cuando una
persona confía en Cristo, la justicia de Cristo
es "imputada" (acreditada) a la a la cuenta del
creyente. Dios ahora ve la posición del cre-
yente "en Cristo" y a este cubierto con la
justicia de Cristo. En base a esto, al creyente
se le declara legalmente justo. La justicia de
Cristo (no la justicia y el mérito humano) es
la base de la aceptación del creyente y de su
posición delante de Dios. La justicia propia o
auto justicia nunca salva, y no es la base me-
diante la cual la salvación tiene continuación.
La justicia de Cristo es la que trae salvación.
Así que, el asunto real en la seguridad eterna
del creyente no es la perseverancia por la jus-
ticia humana sino la naturaleza eterna de la
justicia de Cristo.
Un creyente no puede perder su justicia o su
posición legal justa delante de Dios a menos
que Cristo pierda Su justicia, y eso no sucede.
Su justicia es eterna. Nuestra justicia propia
humana es como trapos sucios en su mejor
momento y no tiene nada que ver con el don
de la salvación (Isa. 64:6). Es la justicia de
Cristo y la justicia de Cristo solamente, la que
justifica al que cree (Rom. 4:5). En relación
con la justificación, Dios nunca consideró
nuestra justicia propia o la ausencia de la
misma sino que observó la justicia santa y
perfecta de Cristo que ha sido imputada (acre-
ditada) al creyente. (Vea Rom. 5:17-19; 1
Cor. 1:30; 2 Cor. 5:21, y también Ef. 1:6-7; y
Col. 2:10). Defender el concepto que un cre-
yente puede perder la salvación y llegar a ser
injustificado sería lo mismo que creer que
Cristo puede perder Su justicia ya que Su jus-
ticia en la que deberá perderse a fin de que
una persona llegue a ser "injustificada." Un
creyente no puede perder Su justificación has-
ta que Cristo pierda Su justicia. Aún la idea de
proponer este concepto es absurda. La muerte
de Cristo provee salvación, pero Su vida tam-
bién juega un papel significativo en el plan de
salvación. Rom. 5:10 enseña que así como la
muerte de Cristo salva al creyente, así también
Su vida. Si la fe en Cristo nos reconcilia con
Dios en un tiempo en que nosotros éramos
enemigos, cuanto más segura se encuentra la
posición del creyente ahora que éste ha sido
acreditado con la justicia de la vida santa per-
fecta y sin pecado de Cristo. Pablo con con-
fianza afirma, "seremos salvos por su vida."
Los méritos de la vida santa, perfecta, sin pe-
cado y justa de Cristo pertenecen a aquellos
que tienen fe. Su vida justa nunca perderá
justicia. De manera que, Pablo puede afirmar
que el resultado futuro para un creyente es,
"seremos salvos," y los creyentes no deberán
preocuparse acerca del futuro de su salvación.
Esta se encuentra ciertamente segura.
Porque si siendo enemigos, fuimos re-
conciliados con Dios por la muerte de
su Hijo, mucho más, estando reconci-
liados, seremos salvos por su vida
[Rom. 5:10].
Al que no conoció pecado, por noso-
tros lo hizo pecado, para que nosotros
fuésemos hechos justicia de Dios en él.
[2 Cor. 5:21].
b. Si un cristiano puede perder su salva-
ción entonces Dios no es todopoderoso, y la
Biblia se equivocó en cuanto a la predesti-
nación.
Sin dar importancia al punto de vista personal
de la elección ya sea elección condicional
(basada en el reconocimiento de Dios de
aquellos que tienen el potencial para creer) o
incondicional, todos debemos estar de acuer-
do en que el programa de predestinación de
Dios abarca mucho más allá del tiempo de la
conversión, este incluye la gloria futura en la
eternidad.
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3
211
Porque a los que antes conoció, tam-
bién los predestinó para que fuesen
hechos conformes a la imagen de su
Hijo, para que él sea el primogénito
entre muchos hermanos. Y a los que
predestinó, a éstos también llamó; y a
los que llamó, a éstos también justi-
ficó; y a los que justificó, a éstos tam-
bién glorificó. [Rom. 8:29-30].
Cada persona que ha sido justificada (o sea
cada creyente) está tan segura de su glorifica-
ción que la gloria de la que se habla se en-
cuentra en tiempo pasado. El creyente (justi-
ficado) es predestinado para la gloria por de-
creto de Dios. El objetivo de la predestinación
es conformarnos a la imagen del Hijo de Dios.
Esto se lleva a cabo en el Rapto. Todos aque-
llos predestinados (o sea todos los creyentes)
deberán obtener este beneficio, “cuando él se
manifieste, seremos semejantes a él...” (1
Juan 3:2). Además, la frase “habiéndonos
predestinado para ser adoptados hijos suyos”
de Ef. 1:5 apoya una predestinación a una
gloria futura.
En amor habiéndonos predestinado
para ser adoptados hijos suyos por
medio de Jesucristo, según el puro
afecto de su voluntad, [Ef. 1:5].
La terminación “nos” en habiéndonos de Ef.
1:5 se refiere a aquellos que están “en El” o
“en Cristo” como lo comprueba el contexto de
Efesios. El verso 13 establece que las declara-
ciones de Pablo pertenecen a todos los creyen-
tes. Los creyentes, entonces, son predestina-
dos para adopción, o para ser colocados co-
mo hijos. ¿Cuál es la definición completa de
Pablo acerca de la adopción o la “colocación
como hijos”? Rom. 8:23 nos da la respuesta:
Y no sólo ella, sino que también noso-
tros mismos, que tenemos las primicias
del Espíritu, nosotros también gemi-
mos dentro de nosotros mismos, espe-
rando la adopción, la redención de
nuestro cuerpo. [Rom. 8:23].
Rom. 8:23 enseña que un aspecto de esta
“colocación como hijos” es la redención
total del cuerpo de los efectos y la presencia
del pecado mismo.74
Existe en un aspecto
futuro de la adopción de los hijos donde los
hijos de Dios llegarán a ser hijos maduros
como Cristo Jesús y obtendrán su herencia.
Las ideas de obtener una herencia y ser redi-
midos de la maldición del pecado se encuen-
tran en el contexto de Romanos 8. Esta adop-
ción futura de Romanos 8:23 equivale a lle-
gar a ser hijos maduros conformados a la ima-
gen de Su Hijo. Romanos 8:29, por lo tanto,
Romanos 8 enseña que los creyentes son
predestinados para una plena adopción
como hijos cuando ellos obtengan su heren-
cia, serán como Jesucristo, serán redimidos
físicamente de los efectos del pecado. El ser
predestinado para adopción como hijos signi-
fica que los creyentes son predestinados a ser
como el Señor Jesucristo en gloria y perfec-
ción sin pecado. No podría existir una eviden-
cia más fuerte para la seguridad externa.
El contexto de Efesios 1, ha de tratar también
con un aspecto futuro de la “adopción de los
hijos”. Así como Romanos 8, Efesios 1 trata
de la herencia (vss. 11 y 14) y parece referirse
a la redención del cuerpo del creyente (vs.
14). Efesios 1 claramente tiene una orienta-
ción hacia el futuro, y no hay razón para pasar
por alto el paralelo que tiene con Romanos 8.
El autor es el mismo y en ambos lugares el
74
“Colocación de hijos” es una traducción literal (y
admitimos que algo rara) de la palabra griega pero
tiene la ventaja de mostrar que la palabra va más
allá de una entrada inicial a una familia no así el
término español "adopción". Una plena definición
de Pablo incluye un tiempo de madurez del hijo en
el que una persona que ya está en la familia se
convierte en un hijo pleno en el sentido de crecer
más allá del estado de un hijo menor y de obtener
los plenos derechos de un hijo adulto. El autor no
está enterado de ceremonias antiguas de colocación
de hijos adultos, pero el concepto es similar a un
bar mitzvah judío en donde un hijo es reconocido
como un hijo maduro. Los creyentes son predesti-
nados no sólo a la entrada de la familia de Dios si
no también para llegar a ser perfectos (hijos madu-
ros) como el Señor Jesucristo.
No Solo de Pan
212
tema es "la adopción" y la predestinación.
Notemos cuidadosamente que tanto en
Romanos 8, como en Efesios 1, un creyente
es predestinado para obtener la posición
plena de un hijo maduro.
Aquellos que niegan la seguridad eterna del
creyente deben estar en desacuerdo con el
hecho que el creyente es predestinado para la
gloria. Deberán negar que los creyentes sean
predestinados para obtener una plena "adop-
ción como hijos." Ya que Dios ha dado el
decreto que aquellos que han sido justificados
son considerados como ya glorificados y ha
decretado que aquellos que están "en Cristo"
obtendrán la adopción como hijos (o sea
herencia, redención del cuerpo, plena adop-
ción según la imagen de Cristo), aquellos que
niegan la seguridad sin darse cuenta niegan
también que Dios puede cumplir Sus propias
promesas. Si un creyente no obtiene gloria o
plena "adopción como un hijo," entonces Dios
se contradice a Sí mismo, o no es capaz de
cumplir con las obligaciones que el mismo se
ha establecido. O Dios estaba equivocado en
estas enseñanzas acerca de la predestinación
para la gloria, o El no tiene el poder o la habi-
lidad para garantizar una plena adopción de
los hijos. Si un cristiano puede perder la sal-
vación, entonces Dios no es todopoderoso y la
Biblia está errada en el tema de la predestina-
ción.
c. Si un cristiano pierde su salvación por
obrar mal o por la ausencia de obras, en-
tonces la salvación estaría basada en las
obras.
El concepto de que la salvación no es otorga-
da en base a las obras es uno de los más claros
en las Escrituras. El hecho de negar que la
salvación sea segura finalmente nos conduce a
una salvación por obras. Muchos de los que
abrazan la idea de la "inseguridad" del creyen-
te alegan que esta es una distorsión mentirosa
y una mala representación de su punto de vis-
ta. Ellos niegan la salvación por obras. Insis-
ten que la salvación es inicialmente otorgada
como un don gratuito por medio de la fe, pero
que después de la salvación una persona debe
mantener cierto nivel de justicia para mante-
nerla. Sin embargo, aún así, este es un sistema
de obras.
Si Dios entrega la salvación inicial sin ningún
esfuerzo pero luego requiere que nosotros
trabajemos a fin de mantenerla, entonces la
salvación no es un don sino algo por lo que
nosotros debemos trabajar. No existe mucha
diferencia entre ese sistema y un vendedor de
autos que entrega un automóvil sin costo pero
luego espera que el cliente trabaje fielmente
para hacer los pagos a fin de mantener la po-
sesión de tal auto. Tal relación no es la rela-
ción de un don gratuito; es un contrato de
obras. Si un cristiano debe obrar en la justicia
para mantener la posesión de la salvación en-
tonces la posesión de la salvación finalmente
descansa en las obras aunque alguien declare
que ésta fue dada inicialmente de una manera
gratuita. La salvación es un regalo. Se da
por gracia por medio de la fe en el Señor Je-
sucristo. Las obras no juegan ningún papel
para obtener o mantener la posesión de la sal-
vación.
Mas al que no obra, sino cree en aquel que
justifica al impío, su fe le es contada por
justicia. [Rom. 4:5].
Porque por gracia sois salvos por me-
dio de la fe; y esto no de vosotros,
pues es don de Dios; no por obras, para
que nadie se gloríe [Ef. 2:8-9].
Nos salvó, no por obras de justicia que
nosotros hubiéramos hecho, sino por
su misericordia, por el lavamiento de la
regeneración y por la renovación en el
Espíritu Santo, [Tito 3:5].
d. Si un cristiano pierde su salvación y va
al infierno por el pecado, Entonces la obra
expiatoria de Cristo no trató de manera
perfecta con todos los pecados.
Las personas que niegan la seguridad eterna
no están enteradas que su posición implica
que hay un defecto en la Cruz. Sin embargo,
si un alma puede perder la salvación a causa
del pecado y pasar la eternidad en el infierno,
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3
213
entonces también tendríamos el caso de algu-
nos pecados cuyo precio no fue pagado. Exis-
tiría el pecado por el cual el ex hijo de Dios
estaría sufriendo en el infierno. Si un cristiano
puede perder su salvación y sufrir castigo a
causa de sus pecados, entonces de alguna ma-
nera la obra de Cristo en la cruz no solucionó
completamente el problema del pecado ya que
se tienen aquellos pecados "que ocasionan la
pérdida de la vida". El debió haber muerto por
algunos pecados de los creyentes pero no por
todos. De ser así, hay algunos pecados que el
creyente puede cometer potencialmente por
los cuales él sería responsable y tendría que
sufrir.
La idea errónea que contempla que la Cruz no
resolvió completamente el problema del peca-
do y que potencialmente el creyente mismo
debería de pagar por algunos pecados es un
insulto para la obra de Cristo en la cruz. Esto
significa que hay algunos pecados potenciales
por los cuales no se pagó la redención, pero la
Escritura habla de la redención del creyente
como un proceso que ya se llevó a cabo y que
la libertad completa del mercado de esclavi-
tud del pecado ya ha sido consumada. (Vea
Gál. 3:13 - tiempo pasado; Tito 2:14 -
redimido de toda iniquidad; Heb. 9:12 - re-
dención eterna; Ef. 1:7 - la redención ya como
una posesión; 1 Pedro 1:18, 19 - redención en
tiempo pasado). La posibilidad de que existan
pecados que causen que un cristiano pase la
eternidad bajo la ira de Dios significa que la
Cruz no propició completamente la ira de
Dios a causa del pecado, pero las Escrituras
enseñan lo contrario. (Vea Rom. 3:25; 1 Juan
2:1-2, 4:10.) La redención ya se ha llevado a
cabo o no se ha llevado a cabo. O ya se ha
llevado a cabo la propiciación de la ira de
Dios o todavía no. La muerte de Cristo ter-
minó con el problema del pecado, o no ter-
minó (Juan 19:30). O el sacrificio de Cristo
fue completo y fue total o fue parcial y tenta-
tivo. O fue completamente suficiente o sólo
parcialmente suficiente. (Vea Heb. 9:12, 26,
28a; 10:10, 12, 14.) El punto de vista que en-
seña que la expiación de Cristo trató comple-
tamente con el problema del pecado de la raza
humana implica creer que ya no existen más
pecados por los cuales un creyente tenga que
sufrir. El punto de vista que enseña que hay
pecados potenciales por los cuales un creyente
deberá ser responsable de su castigo implica
la idea que el remedio de la Cruz para el pe-
cado era sólo parcial, no total.
Quien se dio a sí mismo por nosotros
para redimirnos de toda iniquidad y
purificar para sí un pueblo propio, ce-
loso de buenas obras. [Tito 2:14].
Y a vosotros, estando muertos en pe-
cados y en la incircuncisión de vuestra
carne, os dio vida juntamente con él,
perdonándoos todos los pecados, [Col.
2:13].
e. Si un cristiano puede perder su salva-
ción, entonces Dios el Hijo puede fallar co-
mo un intercesor o un abogado.
En Juan 17:11 Cristo ora, “Padre santo, guar-
darlos en tu nombre...” en el contexto, Cristo
se está refiriendo a guardar o preservar de la
perdición (vea vs. 12), y El incluye dentro del
alcance de su oración no sólo a los apóstoles
sino a todos los creyentes (vea v. 20). Por lo
tanto, Cristo ha orado que todos los que creen
en El sean guardados de la destrucción. Si un
creyente al fin se pierde, entonces Cristo en
Juan 17 hizo una petición que estaba fuera de
la voluntad de Dios y Cristo falló como inter-
cesor. El hizo una petición a Dios el Padre y
le fue rechazada.
El Señor Jesucristo todavía intercede a favor
de los creyentes. (Rom. 8:34; Heb. 7:24-25).
Aparentemente El todavía está pidiendo la
salvaguarda de todos los creyentes. Heb. 7:25
enseña que un Salvador que vive para siempre
es capaz de interceder en todo momento. Esta
intercesión constante da como resultado una
salvación que es eterna. Dios el Padre honra la
petición interminable de Cristo a favor de los
creyentes. Juan 11:42 enseña que el Padre
siempre escucha al Hijo. La vida interminable
de Cristo, resulta en una intersección intermi-
nable, lo cual a su vez resulta en una salva-
No Solo de Pan
214
ción interminable ¿podrías imaginar a Cristo
intercediendo por 2000 años con una petición
que ha sido periódicamente rechazada por no
estar dentro de la voluntad de Dios? Por su-
puesto que no. Dentro de la voluntad de Dios
está que todo creyente sea guardado, y El
siempre honra la petición del Hijo.
Mas éste, por cuanto permanece para
siempre, tiene un sacerdocio inmuta-
ble; por lo cual puede también salvar
perpetuamente a los que por él se
acercan a Dios, viviendo siempre para
interceder por ellos.[Heb. 7:24-25].
La obra de Cristo como nuestro intercesor está
relacionada con Su obra como Abogado. Sa-
tanás es el acusador de los hermanos
(Ap.12:10) pero en cada acusación de pecado
Cristo nuestro Señor es nuestro abogado de-
fensor y contiende a nuestro favor (1 Juan
2:1) Su defensa nunca pierde un caso.
f. Si un cristiano pierde la salvación, en-
tonces el Espíritu Santo ha fallado en su
ministerio de sellar
El cual también nos ha sellado, y nos
ha dado las arras del Espíritu en nues-
tros corazones [2 Cor. 1:22].
En él también vosotros, habiendo oído
la palabra de verdad, el evangelio de
vuestra salvación, y habiendo creído en
él, fuisteis sellados con el Espíritu
Santo de la promesa, que es las arras
de nuestra herencia hasta la redención
de la posesión adquirida, para alabanza
de su gloria. [Ef. 1:13-14].
Y no contristéis al Espíritu Santo de
Dios, con el cual fuisteis sellados para
el día de la redención. [Ef. 4:30].
Varias veces Pablo enseña que el Espíritu
Santo sella al creyente (2 Cor. 1:22; Ef.
1:13-14; 4:30). En los tiempos antiguos un
sello con su marca impresa era significado de
propiedad y autoridad. El sello del rey en un
documento llevaba su autoridad. El sello en
un objeto tal como una vasija de aceite o un
odre de vino, significaba propiedad. Existe
también la idea de aprobación o confirmación
(Juan 3:33). Aún hoy en día podemos escu-
char la frase de "sello de aprobación." Final-
mente, el acto de sellar hablaba de protección.
La tumba del Señor estaba sellada por protec-
ción (Mat. 27:66). Un documento podría ser
sellado con el fin de protegerlo. El acto de
romper un sello podría exponer el documento
a alteraciones como en el caso de un testa-
mento. Por lo tanto, sólo una persona con au-
toridad podría romper un sello legal (Ap. 5:9).
El sello del Espíritu habla de propiedad, apro-
bación y protección de Dios para el creyente.
¿Existen límites para esta protección? Ef. 4:30
enseña que los creyentes son sellados para el
día de la redención o sea, hasta la redención
nuestros cuerpos cuando obtengamos plena
gloria y plena herencia. El Espíritu Santo sella
a los creyentes por toda esta vida terrenal. El
periodo de tiempo o la duración de la protec-
ción del Espíritu en lo que respecta a Su pro-
piedad se extienden hasta llegar a la glorifica-
ción. Si el cristiano puede perder su salvación,
entonces el sello del Espíritu podría ser roto
antes del día de la redención. Si un cristiano
puede perder su salvación, entonces Ef. 4:30
estaría en un error.
Tanto 2 Cor. 1:22 como Ef. 1:13-14 mencio-
nan al Espíritu Santo como las arras en la
misma oración que habla de Su obra de sellar
(Vea también 2 Cor. 5:5.) El Espíritu Santo
es mencionado como las arras o la promesa de
nuestra herencia plena. La frase "enganche"
comunica mejor el concepto de la palabra
griega que significa "anillo de compromiso"
en el griego moderno. El Espíritu Santo es
como el enganche o el anillo de compromiso.
El es la promesa o la garantía de bendiciones
más grandes que están por venir. Otro térmi-
no que expresa la misma verdad es las primi-
cias (Rom. 8:23). El Espíritu Santo es la ga-
rantía del comienzo de grandes bendiciones en
el futuro. Su función de sellar hasta el día de
la redención significa que el Espíritu Santo es
una promesa segura y cierta de una bendición
futura que será obtenida. Sin embargo, si un
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3
215
cristiano pierde su salvación, entonces el
Espíritu Santo no fue las primicias de una
bendición futura, y tampoco fue el enganche
con la promesa de una herencia más grande.
Si el Espíritu Santo ciertamente sella para el
día de la redención y si El es la promesa de
una herencia más grande, entonces es lógico
que la seguridad del creyente sea eterna.
g. Si un cristiano puede perder su salva-
ción entonces las promesas de la Biblia no
son verdaderas.
La Biblia enseña que un creyente no sufrirá
condenación y que no está sujeto a la ira eter-
na de Dios. Sin embargo, si un cristiano pier-
de su salvación, entonces él está sujeto a la
condenación y a la ira eterna de Dios.
“De cierto, de cierto os digo: el que
oye mi palabra, y cree al que me envió,
tiene vida eterna; y no vendrá a conde-
nación, más ha pasado de muerte a vi-
da” [Juan 5:24].
Ahora, pues, ninguna condenación hay
para los que están en Cristo Jesús,
[Rom. 8:1].
Pues mucho más, estando ya justifica-
dos en su sangre, por él seremos salvos
de la ira. [Rom. 5:9].
Porque no nos ha puesto Dios para ira,
sino para alcanzar salvación por medio
de nuestro Señor Jesucristo, [1 Tes.
5:9].
Si la salvación final de un creyente es muta-
ble, entonces Juan 5:24 deberá leer, "aquel
que oye mi palabra y cree al que me envió
podría tener vida eterna y probablemente no
vendrá a condenación sino que probablemente
ha pasado de muerte a vida.” Rom. 8:1 deber-
ía decir, "ahora pues probablemente no hay
ninguna condenación para los que están en
Cristo."
Heb. 13:5 dice, "no te desampararé, ni se de-
jaré." Si un creyente pudiera perder su salva-
ción, entonces Cristo lo abandonaría. Heb.
13:5 promete que El nunca abandona. (La
frase original griega tiene cinco negaciones
en este pasaje).
Juan 6:37 dice "… y al que a mi viene no le
echo fuera” (en griego esta frase tiene doble
negativo para énfasis). Aquellos que enseñan
que un creyente puede perder la salvación
deberán considerar lo que realmente se está
prometiendo aquí. Ciertamente, la frase tiene
vida eterna es común. (Por ejemplo en Juan
6:47). Si una persona tiene una vida eterna
que tiene final, esa vida por definición, nunca
sería eterna. Cristo enseña que el que cree ya
posee la vida eterna. Por definición esto sig-
nifica que su vida no tendrá fin.
Rom. 8:38-39 enseña que nada puede separar
al creyente del amor de Cristo. Si un cristiano
pierde la salvación, entonces algo debe causar
esta separación. De igual manera, en Juan
10:28 Cristo promete que, “no perecerán
jamás” (encontramos una negación doble otra
vez “no” y “jamás”). Si un creyente pierde la
salvación y perece entonces esta promesa es
falsa. Un creyente que pierde la salvación
nunca poseyó la vida eterna. El vendrá a jui-
cio y estará sujeto a la ira eterna de Dios. Dios
olvidaría a Su ex hijo y luego el sería arrojado
fuera, separado del amor de Dios, y perecería.
La Biblia no permite estas posibilidades.
h. Si un cristiano puede perder la salva-
ción, entonces Dios ha fallado en su inten-
ción de guardarnos.
… Para una herencia incorruptible, y
contaminada e inmarcesible, reserva-
da en los cielos para vosotros, que sois
guardados por el poder de Dios me-
diante la fe, para alcanzar la salvación
que está preparada para ser manifesta-
da en el tiempo postrero [1 Pedro
1:4-5].
Y aquel que es poderoso para guarda-
ros sin caída, y presentaros sin mancha
delante de su gloria con gran alegría
[Judas 24].
Si un cristiano puede perder la salvación, en-
tonces el cielo no está reservado, y ningún
No Solo de Pan
216
creyente está protegido por el poder de Dios.
Si un cristiano puede perder la salvación, en-
tonces Dios no le guarda de tropiezo y tampo-
co le trae a Su gloria. Sin embargo, estos dos
pasajes presentan a un Dios soberano cuya
intención es la de proteger y preservar a los
creyentes en la fe para que no tropiecen y cai-
gan.
i. Si un cristiano puede perder la salva-
ción, la Biblia es confusa ya que no especí-
fica las causas que la remueven.
No existe ninguna enseñanza en la Biblia que
enliste el tipo de pecado que remueva la sal-
vación o que mencione el grado de pecado
que expone a la persona al riesgo de perder la
salvación. A menos que la seguridad eterna
sea verdadera, entonces sería inconcebible
que Dios borrara todas las instrucciones acer-
ca de la pérdida de la salvación. El desearía
que Su pueblo fuera advertido de los peligros
específicos. Sin embargo, no existen tales
advertencias. En vez de eso, 1 Cor.3:15 indi-
ca que todos los creyentes, aún aquellos que
tienen una deficiencia en sus buenas obras
serán salvos en el tribunal de Cristo:
Si la obra de alguno se quemare, el su-
frirá pérdida, si bien el mismo será sal-
vo… [1 Cor. 3:15].
2. Estudiando el Tema desde un Punto de
Vista Positivo, la Seguridad Eterna es Verda-
dera
Hasta este momento hemos considerado el
tema de la seguridad eterna de una forma ne-
gativa, observando todos los absurdos y las
inconsistencias que serían verdaderas si la
salvación pudiera perderse. Quizás sería mejor
repasar las mismas verdades expresándolas
desde un punto de vista positivo. En este con-
texto, entonces la seguridad eterna es verdade-
ra por las siguientes nueve razones:
a. La justicia de Cristo (y no la nuestra) es
la que salva; no podemos perder la salva-
ción.
La justificación que es mediante la fe significa
que la justicia de Cristo es la que salva al cre-
yente. Ya que El nunca puede perder su justi-
cia, entonces un creyente nunca podrá perder
su justificación.
b. La elección y la predestinación com-
prueban la seguridad eterna
La enseñanza Bíblica acerca de la elección y
la predestinación comprueba la seguridad
eterna. Aquellos que Dios ha justificado son
considerados ya glorificados.
c. La salvación no se obtiene ni se mantie-
ne por las obras.
La salvación no se entrega por buenas obras,
tampoco las buenas obras pueden mantenerla
o preservarla.
d. La expiación de Cristo es perfecta y
completa
La expiación de Cristo es perfecta y completa.
El ya ha pagado por todos los pecados. No
existe algún pecado por el cual un creyente
tenga que pagar con sufrimiento.
e. Cristo como abogado garantiza seguri-
dad
Los ministerios de Cristo de intercesor y abo-
gado garantizan seguridad.
f. El sello del Espíritu Santo no puede ser
roto.
El Espíritu Santo sella a los creyentes hasta el
día de la redención. Este sello no podrá ser
roto. El también es nuestra promesa y nuestra
garantía de una herencia futura.
g. Muchas promesas garantizan la seguri-
dad.
Existen muchas promesas que garantizan la
vida eterna sin condenación. La vida eterna
por definición propia no puede tener fin.
h. Dios es capaz de guardarnos sin caída.
Dios dice que El es capaz de guardarnos sin
caída y que somos guardados por Su poder.
i. No existen ningunas bases Bíblicas para
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3
217
perder la salvación.
La Biblia nunca describe las bases para perder
la salvación. Aún los creyentes con vidas
poco productivas y solo unas cuantas buenas
obras serán salvos en el juicio del tribunal de
Cristo.
B. Explicación de Pasajes Problemáticos
En el ámbito teológico, aquellos que niegan la
seguridad eterna se llaman Arminianos por el
teólogo Holandés Jacobo Arminio (1560-
1609). La mayoría de los grupos que provie-
nen de la tradición de Wesley tales como los
metodistas son Arminianos ya que no están de
acuerdo con la seguridad eterna. Este asunto
no se encuentra entre los asuntos fundamenta-
les de la fe, pero la seguridad del creyente se
encuentra entre las doctrinas más importantes
que dividen a los creyentes. Los pensadores
Arminianos usan algunos textos Bíblicos para
comprobar que un cristiano puede perder la
salvación. Sin embargo, cada uno de estos
textos también puede ser interpretado de ma-
nera que sea completamente compatible con la
doctrina de la seguridad eterna.
1. Sal. 51:11
(Vea también Jueces 16:20 y 1 Sam. 16:14.)
No me eches de delante de ti, y no qui-
tes de mí tu santo Espíritu. [Sal.
51:11].
David parecía estar preocupado de que el
Espíritu Santo le abandonaría. Bajo el sistema
de la ley el Espíritu Santo no moraba en todos
los creyentes (Juan 7:39) tampoco Dios había
prometido que el Espíritu Santo permanecería
para siempre (como en Juan 14:16-17). A
diferencia del ministerio del Espíritu a partir
del día de Pentecostés (hechos 2), bajo la ley
de Moisés, el Espíritu Santo podría partir de
un creyente. Esto resultaba en una vida y en
un ministerio ineficiente pero no en la pérdida
de la salvación. Otra interpretación tomaría la
palabra, "Espíritu" como una referencia al
espíritu mismo de David. El estaría diciendo,
"por favor no quites el espíritu de santidad de
mi vida". En otras palabras, no dejes que pier-
da mi convicción fuerte acerca del pecado o el
deseo de la santidad en mi vida. No me aban-
dones. Continúa reprendiéndome y haciéndo-
me desear la santidad. El capítulo diez,
“Pneumatología”, incluye estudios detallados
sobre los cambios en el ministerio del Espíritu
a partir del día de Pentecostés (en Hechos
2).75
2. Ez. 33:12-20
(Vea también Ez. 3:20; 18:20.)
“Y tú, hijo de hombre, dí a los hijos de
tu pueblo: la justicia del justo no lo li-
brará el día que se rebelare; y la impie-
dad del impío no le será estorbo el día
que se volviere de su impiedad; y el
justo no podrá vivir por su justicia el
día que pecare. Cuando yo dije de al
justo: de cierto vivirás, y el confiado
en su justicia hiciere iniquidad, todas
sus justicias no serán recordadas, sino
que morirá por su iniquidad que hizo”
[Ez. 33:12-13].
Las advertencias del profeta Ezequiel acerca
de la muerte a causa del pecado se refieren a
la muerte física (ya sea la pena capital como
en Ez.18:20, o la muerte en guerra con los
enemigos de Israel). Ezequiel 33 es una pre-
dicción de un ataque con la "espada sobre la
tierra" (v.2). Dios prometió liberación para
aquellos que estaban viviendo en la justicia en
el tiempo de la destrucción. El advierte acerca
de la muerte para aquellos que estaban vi-
viendo en iniquidad. La cuestión de la salva-
ción eterna no es el tema de este pasaje. La
muerte se refiere a la muerte física a causa del
pecado. Existen otras referencias que también
pueden entenderse incorrectamente tratan con
el asunto de la vida o la muerte física.
75
un punto de vista alternativo sostiene que el
Espíritu Santo si moró en todos los creyentes del
Antiguo Testamento. El también vendría sobre
todos los líderes para darles un poder especial.
Podríamos concluir que David teme la pérdida de
esta unción especial del Espíritu Santo para los
líderes.
No Solo de Pan
218
3. Mat. 24:13
(Vea también Mat. 10:22; Marcos 13:13; Lu-
cas 21:19.)
“Más el que persevere hasta el fin, éste
será salvo.” [Mat. 24:13].
“Con vuestra paciencia ganaréis vues-
tras almas.” [Lucas 21:19].
La salvación en estos pasajes podría ser libe-
ración física o liberación espiritual. En cual-
quiera de estas dos interpretaciones la clave
para entender los pasajes es la de colocar las
declaraciones en su ámbito histórico co-
rrecto el cual es la Tribulación. El Señor se
refiere a un periodo de sufrimiento que suce-
derá antes de la Segunda Venida. Mat. 24:21
dice, “... porque habrá entonces gran tribula-
ción, la cual no la ha habido desde el princi-
pio del mundo hasta ahora, ni la habrá.” Este
periodo que es absolutamente único en la his-
toria será un tiempo de gran persecución para
los creyentes en el cual habrá mucha pérdida
de vida física. Además, las personas estarán
obligadas a mostrar su fidelidad al dictador
malvado del fin de los tiempos aceptando una
marca en su cuerpo. El rechazo de la marca
será una indicación segura de la fe en Cristo
lo cual resultará en un sufrimiento inevitable
(Ap. 13:16-18). Así que, puede decirse que
aquellos que soporten la persecución del anti-
cristo obtendrán salvación espiritual. Esta
salvación no vendrá en base a la buena obra
de soportar o perseverar. La decisión de con-
fiar en Cristo, aunque ésta resulte en persecu-
ción, trae salvación. Perseverar en la persecu-
ción en la Tribulación no será motivo de ob-
tener o retener salvación, sino de demostrarla.
El hecho de creer significará perseverar en el
sufrimiento. Perseverar significará creer. To-
das las demás personas se someterán a la ado-
ración de un Cristo falso. Es difícil saber si el
Señor habla de salvación física o salvación
espiritual.
a. Salvación Física (Rescate) de la Tribula-
ción
Las palabras del Señor podrían ser considera-
das como un aliento ya que el periodo de la
Tribulación es un periodo corto que no durará
indefinidamente. Aquellos que sean capaces
de soportar la persecución encontrarán rescate
(salvación física) cuando regrese el Señor a la
tierra al final del periodo.76
Estas pueden ser
palabras de esperanza y aliento para los santos
de la Tribulación. El conflicto tendrá un final.
El Señor regresará con poder para destruir a
los que atormentan y rescatar (salvar) a los
creyentes de un sufrimiento posterior.
b. Salvación Espiritual
La traducción Reina-Valera de Lucas 21:19
parece a favor de una liberación física. En el
contexto de Lucas, el vs. 19 podría ser una
promesa de que aquellos apóstoles que todav-
ía se encontraban con vida en el año 70 D.C.
sobrevivirían la destrucción de Jerusalén aun-
que algunos creyentes morirían (vs. 16). Sin
embargo por la fraseología griega de Lucas
sería difícil limitarse a un rescate (salvación)
meramente físico al final del período de la
Tribulación como lo hace su pasaje paralelo
en Mat. 24:13.
“Por vuestra perseverancia ganaréis
vuestras almas” [Lucas 21:19 (traduc-
ción literal)].
En Lucas 21:16 el Señor dice, “…y matarán a
algunos de vosotros.” Luego en el vs. 18 El
dice, “Pero ni un cabello de vuestra cabeza
perecerá.” Esto parece como si Cristo intenta
hacer un contraste entre la muerte física y la
salvación espiritual. “les pueden matar pero
realmente no les pueden hacer daño espiri-
tual.” Suponiendo que Lucas 21:19 se refiera
a la salvación espiritual, aún así no hay nin-
guna posibilidad de que se refiera a la pérdida
de la salvación. Si fuera así, este pasaje tam-
bién estaría enseñando que las buenas obras
obtienen la salvación. Claramente, tiene que
haber una mejor manera de entender estos dos
pasajes. Como un trasfondo, nosotros debe-
76
El fin en este punto de vista se refiere al final del
periodo de la Tribulación. En el siguiente punto de
vista el fin se refiere al fin de la vida misma.
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3
219
mos primero considerar la naturaleza de la fe
salvadora y las condiciones en el período de la
Tribulación.
(1) La Fe Salvadora
Los creyentes genuinos son guardados en la
fe. Los creyentes creen. Haremos una discu-
sión más completa para explicar esta conclu-
sión analizando el siguiente pasaje que se
considera problemático (1 Cor. 15:1-2; Col.
1:21-23). Jesús dice en Juan 10:5 que Sus
ovejas “no escuchan la voz de los extraños."
Un cristiano pudiera negar su fe delante de
otros en situaciones de vergüenza o peligro
como lo hizo Pedro. Sin embargo, Pedro nun-
ca negó a Cristo delante de Dios Padre, tam-
poco le negó en su propio corazón. Los cre-
yentes genuinos no niegan que Cristo sea el
Hijo de Dios o que El muriera por nuestros
pecados y haya resucitado otra vez. En las
condiciones de la Tribulación, esto significa
que los creyentes genuinos no adorarán al
anticristo ni aceptarán su marca.
(2) Las Condiciones de la Tribulación
Al comienzo de la Tribulación todos los habi-
tantes de la tierra serán incrédulos. Después
que el anticristo, tome la autoridad dictatorial
sobre el mundo, el forzará a todos los pueblos
para que decidan adorarle o para que adoren
al Cristo verdadero.77
(Mat. 24:15; 2 Tes. 2:4;
Ap. 13:15-18). Además, Dios participará indi-
rectamente en el proceso. Aquellos que no
reciban la verdad de Cristo serán cegados con
el fin de creer las mentiras del anticristo (2
Tes. 2:11-12). Las presiones, tanto satánicas
como divinas, forzarán a todos los pueblos a
hacer una elección. Durante la Tribulación,
algunos que comenzaron este período siendo
incrédulos se convertirán a la fe de Cristo (los
santos que se mencionan en Daniel y Apoca-
lipsis por ejemplo Ap. 7:9, 14). Virtualmente
en ningún otro tiempo de la historia se ha re-
querido que la fe se demuestre de esta manera
77
Esto, por supuesto, supone la posición pretribu-
lacional acerca del rapto. Vea el Capítulo 12, Esca-
tología.
tan irrevocable y permanente. La decisión de
aceptar la marca de la bestia es la demostra-
ción de un rechazo de Cristo que es final e
irrevocable. Todos los incrédulos eventual-
mente se entregarán al poder del anticristo y le
adorarán, sellando esta decisión con una mar-
ca en sus cuerpos. Por otra parte, solamente
los creyentes y todos ellos, le rechazarán. Un
verdadero creyente no será capaz de rechazar
a Cristo de esta manera final y permanente.
Por el contrario, los creyentes demostrarán fe
rechazando la marca y provocando el odio del
anticristo. Se puede decir que verdadera-
mente en el período de la Tribulación aque-
llos que todavía perseveren hasta el final
durante la persecución de la bestia son ge-
nuinamente salvos. Ellos no han ganado ni
mantienen su salvación mediante la perseve-
rancia, sino que ellos revelan y exhiben su fe.
La fe salvadora conduce a no adorar a la bes-
tia ni aceptar su marca de lealtad permanente.
Los individuos que rechacen adorar a la bestia
hasta el final de la Tribulación son aquellos
individuos que han obtenido su salvación con-
fiando en Cristo. Debido a la decisión de con-
fiar en Cristo y rechazar así al anticristo, ellos
tendrán sufrimiento inevitable, pero ellos ya
han sido salvados. Aquellos que opten por la
fe en Cristo soportarán sufrimiento y quizás la
muerte, pero también ganarán sus almas por
esa decisión. Aquellos que decidan adorar a la
bestia y aceptar su marca no es que pierden la
salvación; sino que demuestran que nunca la
tuvieron. Podemos parafrasear las palabras de
Jesús de esta manera: "aquellos que perseve-
ren hasta el fin contra el anticristo son los
salvos." La verdad también puede declararse
de la siguiente manera, "aquel que es salvo
perseverará". Esto nos ofrece la misma verdad
pero con un énfasis diferente. El énfasis estar-
ía en que cada creyente verdadero rechazará
la adoración del anticristo y por ende sufrirá
por esa decisión. Jesús quiso enfatizar lo posi-
tivo. Ellos obtendrán salvación por la decisión
de aceptar a Cristo (no al anticristo aunque
esto lleve a la persecución y con frecuencia a
la muerte.
No Solo de Pan
220
4. Mat. 25:30
(Vea también Mat. 8:11-12.)
“Y al siervo inútil echadle en las tinie-
blas de afuera; allí será el lloro y el
crujir de dientes.” [Mat. 25:30].
Aquí tenemos el caso de un siervo que termi-
na en las tinieblas de afuera. ¿Acaso es este
un cristiano que ha perdido su salvación? Re-
cordemos que la Iglesia no comienza sino
hasta Hechos 2. Aunque muchas de las ense-
ñanzas del Señor se dirigen hacia la futura
dispensación de la Iglesia, muchas otras de-
claraciones se dirigen a Israel. En un sentido
todos los judíos fueron siervos de Dios, pero
no todos los judíos fueron salvos. Muchos no
tuvieron fe. Por lo tanto, un siervo de Dios
judío podría terminar en castigo. Sin embar-
go, esto no puede ser un ejemplo del creyente
en Cristo que pierde su salvación. El contexto
de Mat. 8:12 comprueba que el Señor está
tratando aquí con Israel incrédulo.
5. Juan 15:1-8
“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre
es el labrador. Todo pámpano que en
mí no lleva fruto, lo quitará; y todo
aquel que lleva fruto, lo limpiará, para
que lleve más fruto. Ya vosotros estáis
limpios por la palabra que os he habla-
do. Permaneced en mí, y yo en voso-
tros. Como el pámpano no puede llevar
fruto por sí mismo, si no permanece en
la vid, así tampoco vosotros, si no
permanecéis en mí. Yo soy la vid, vo-
sotros los pámpanos; el que permanece
en mí, y yo en él, éste lleva mucho fru-
to; porque separados de mí nada podéis
hacer. El que en mí no permanece,
será echado fuera como pámpano, y se
secará; y los recogen, y los echan en el
fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y
mis palabras permanecen en vosotros,
pedid todo lo que queréis, y os será
hecho. En esto es glorificado mi Pa-
dre, en que llevéis mucho fruto, y seáis
así mis discípulos. [Juan 15:1-8].
El pámpano que ha sido cortado y desechado
de Juan 15 ha sido interpretado como un cre-
yente que pierde su salvación. Sin embargo,
existen otros puntos de vista, que interpretan
este pasaje de manera se puede preservar la
seguridad eterna. Este pasaje podría ser una
explicación acerca de la salida de Judas de la
compañía apostólica, o podría ser una adver-
tencia acerca del castigo del creyente en esta
vida.
a. Judas como el Pámpano Cortado
Quizás Juan 15 se dirige de manera muy cer-
cana a los oyentes originales. El pámpano que
ha sido quitado y desechado explica la salida
de Judas poco tiempo antes en esa misma tar-
de (vea Juan 13:26-30). El llamado a perma-
necer exhorta a los otros apóstoles a permane-
cer en la fe y a ser leales a Cristo durante el
arresto, los juicios y la muerte que son inmi-
nentes. Aunque podemos obtener lecciones
para todas las épocas, varios indicios en este
contexto nos muestran que la enseñanza del
Señor se dirige principalmente a aquellos que
estaban en el aposento alto, que recién habían
salido, y se dirigían hacia el jardín (compare
Juan 14:31 con 18:1). Entretanto, Judas estaba
traicionando a Jesús y pronto moriría. Consi-
dere los varios indicios que nos dicen que el
Señor está hablando principalmente de Sus
apóstoles:
“Mas el Consolador, el Espíritu Santo,
a quien el Padre enviará en mi nombre,
él os enseñará todas las cosas, y os re-
cordará todo lo que yo os he dicho.”
[Juan 14:26].
“Y vosotros daréis testimonio también,
porque habéis estado conmigo desde el
principio.” [Juan 15:27].
“Os expulsarán de las sinagogas…”
[Juan 16:2].
“…Esto no os lo dije al principio, por-
que yo estaba con vosotros.” [Juan
16:4b].
“Aún tengo muchas cosas que deciros,
pero ahora no las podéis sobrellevar.”
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3
221
[Juan 16:12].
“Mas no ruego solamente por éstos, si-
no también por los que han de creer en
mí por la palabra de ellos,” [Juan
17:20].
El discurso del aposento alto parece estar diri-
gido principalmente a los discípulos. Ningún
cristiano de hoy estaba con el Señor "desde el
principio" (Juan 15:27 o 16:4). Aun Juan
17:20, que menciona a aquellas personas de
las siguientes generaciones que creerían en
Cristo debido al mensaje apostólico, refuerza
la idea que las enseñanzas del Señor están
dirigidas principalmente a los apóstoles. Si
consideramos que Juan 15 se dirige princi-
palmente a los apóstoles, entonces el Señor
está explicando la salida de Judas y dando
mandamiento a los demás apóstoles para con-
servar la fe en los días oscuros que se aproxi-
man.
Juan 15:2 habla de un pámpano sin fruto que
es quitado.78
Aunque este pámpano esté visi-
blemente conectado a la vid (como lo estaba
Judas a Cristo sólo por asociación), no existe
un intercambio de vida desde adentro. La vida
no fluía de la vid a este pámpano muerto. Por
lo tanto, Dios lo quita (lo remueve). Aunque
Judas estaba conectado a Cristo externamente,
Judas nunca había absorbido la vida que pro-
cede de Cristo. El realmente no es un ejemplo
del creyente que pierde su salvación. El es
ejemplo de alguien que está asociado con el
cristianismo de una manera externa pero que
no tiene una vida interior. El versículo dos
dice a los discípulos que el Judas sin fruto y
muerto ha sido removido de toda asociación
78
La frase en Mi parece referirse a la asociación
externa. Había dos clases de pámpanos en Cristo.
Primero, los pámpanos muertos que no tenían co-
nexión interna ni vida. Segundo, los pámpanos con
fruto que tenían una conexión viva en su interior.
Solo los segundos eran capaces de obedecer el
mandato de permanecer. Los pámpanos muertos
tienen una conexión visible al Cristianismo pero no
poseen la vida. Estos no pueden permanecer en una
relación que no tienen.
con Cristo. El también pronto sería removido
por medio de la muerte.
Los discípulos que han permanecido son co-
mo el pámpano que produce algo de fruto.
Además de una asociación externa, ellos están
conectados internamente (unidos) con el Se-
ñor Jesús. La vida fluye de El hacia ellos.
Ellos pueden ser podados y de hecho se espe-
ra que lo sean (con dificultades y disciplina)
lo cual producirá aún más fruto.
En Juan 15:4 Jesús exhorta a los demás após-
toles y les dice que “permanezcan en Mí.” El
mandato de "permanecer" incluye una invita-
ción a una relación más profunda que consiste
en guardar todos los mandamientos del Señor.
Es un mandato para absorber una vida más
íntima de la vid. Esta es la definición de per-
manecer según 1 Juan 3:24. El mandato de
permanecer incluye más que el tema de la
salvación ya que abarca la obediencia. (Vea
Juan 15:5, 10.) Sin embargo, el mandato de
permanecer no incluye algo menor que el te-
ma de la salvación.79
Permanecer significa
quedarse. Jesús les está diciendo a Sus apósto-
79
En 1 Juan 4:15, “permanece en El” parece ser el
equivalente de ser salvo, quizás también 1 Juan 2:6
(donde “permanecer” equivale a “en El” en el
vs.5). En 1 Juan 3:24 permanecer significa obede-
cer los mandamientos del Señor. Quizás se inclu-
yan ambas ideas en Juan 15. Jesús no le esta di-
ciendo a los incrédulos que entren a la salvación
(aunque el texto se aplique se esa manera en los
sermones modernos). El les está mandando a los
apóstoles salvos que permanezcan en la relación
que ya poseen, o sea que, mantengan la fe que ya
tienen, y que también obedezcan Sus mandamien-
tos. En el caso de Judas no se habla de alguien que
dejó de permanecer. Solo los pámpanos vivos podr-
ían permanecer. Estos podrían permanecer en la fe
y mediante la obediencia. Existen dos tipos de
pámpanos “en Mí” (o sea, asociados con Cristo
exteriormente). Aquellos que se encuentran conec-
tados visiblemente pero sin fruto están muertos.
Aquellos que se encuentran conectados visiblemen-
te y que llevan algo de fruto están vivos. Solo los
pámpanos vivos tienen una unión mediante la cual
ellos podrían permanecer y crecer más profunda-
mente.
No Solo de Pan
222
les que guarden Sus mandamientos, pero tam-
bién les está llamando a permanecer en la fe
durante los tiempos difíciles que se aproxi-
man.
¿Por qué razón alguien que cree en la doctrina
de la seguridad eterna piensa que Jesús nece-
sita decirles a los apóstoles que permanezcan
en la fe? Uno de los métodos de Dios para
mantener a los creyentes en la fe (1 Pedro 1:4-
5) es mediante los mandatos de las Escrituras
que tratan de ese tema. En un sentido hipotéti-
co, uno perdería la fe y la salvación si no
fuera por la obra de Dios de preservar al cre-
yente en la fe. Si no fuera por la advertencia
de Jesús y los mandatos de Su gracia en Juan
15, quizás los apóstoles hubieran abandonado
su fe en este período tan crítico. Sin embargo,
el Señor tenía la intención de mantenerlos
seguros al no permitir que esto sucediera. El
mismo mandato para los discípulos acerca de
permanecer (quedarse) en la fe muestra los
medios de Dios para mantener a estos hom-
bres en la fe durante la noche oscura y el día
fatal de la crucifixión que pronto llegaría.
¿No es esto lo que el Señor quería decir Juan
16:1? Aplicando esto a los tiempos modernos
podemos observar que los mandatos Bíblicos
para mantenerse en la fe no son incompatibles
con la doctrina de la seguridad eterna. Los
mandatos para permanecer en la fe de Cristo
fueron uno de los medios que Dios usó para
mantener seguros a los creyentes. Cuando el
Señor dijo a Sus apóstoles que permanecie-
ran, El incluyó tanto la idea de permanecer en
la fe como la de guardar Sus mandamientos.
Este mandato realmente no está dirigido a
Judas o a las personas como él. Judas como
un pámpano muerto asociado por conexión a
la vid, estaba conectado exteriormente a Jesús
sin ninguna vida interior. Judas no permane-
cería porque Judas no puede permanecer. No
se puede mantener lo que no se tuvo. Judas no
pudo permanecer en una fe que nunca tuvo
principio. El tampoco pudo preservar una
unión viva con Cristo ni entrar en una unión
más íntima guardando todos los mandamien-
tos de Cristo. Judas es un pámpano muerto
arrojado en el fuego.
Judas ilustraría el tipo de persona de hoy que
está exteriormente conectada a Cristo por aso-
ciación, como por ejemplo una persona con
una membrecía de una iglesia, pero sin fe. Sin
la fe no existe ninguna unión espiritual. Tal
persona no puede permanecer porque no pue-
de continuar en una relación que aún no ha
comenzado. Ciertamente no puede profundi-
zar una relación obedeciendo los mandatos del
Señor a menos que confíe en Cristo. Even-
tualmente al igual que Judas, será cortado de
cualquier conexión aparente con Cristo y será
arrojado a las llamas.
Al interpretar Juan 15 considerando de cerca
su trasfondo original, nos damos cuenta que el
texto no necesariamente habla de un cristiano
genuino que pierde la salvación. Judas es el
pámpano muerto. El no perdió su salvación.
El nunca tuvo la salvación. El no permaneció
y entonces perdió su salvación. El no pudo
permanecer (y mucho menos profundizar) en
una relación que nunca poseyó. Judas es una
advertencia para todos aquellos que exterior-
mente se asocian con los asuntos de Cristo
pero sin ninguna unión real mediante la fe.
Muchos de los que aceptan la seguridad eterna
no aceptarían la interpretación anterior de
Juan 15. Prefieren que el fuego no sea una
referencia al castigo eterno. Tampoco enten-
derían que el mandato de permanecer incluye
la invitación para permanecer en la fe. Para
ellos, el fuego habla de la pérdida de recom-
pensas y de disciplina temporal para el cre-
yente. El llamado de permanecer es un llama-
do a una profunda y plena obediencia que no
tiene nada que ver con permanecer en la fe.
Aunque el autor prefiere "el punto de vista de
Judas que es el pámpano muerto", este segun-
do punto de vista es digno de respeto.
b. El punto de vista de la advertencia de cas-
tigo y la pérdida de recompensas
Quizás Juan 15 no se refiere a “un tipo como
Judas” que tiene asociaciones con el cristia-
nismo, pero que no tiene fe. Si las palabras de
Cristo se refieren a creyentes exclusivamente,
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3
223
entonces El les está advirtiendo para que per-
manezcan en una vida de obediencia y lealtad
plena. Aquellos que rechacen pueden sufrir
disciplina, muerte física y pérdida de recom-
pensas.
Juan 15:2 habla de aquellos que están “en Mí”
que no llevan fruto y aquellos que tienen algo
de fruto.80
A los cristianos que no tienen nin-
guna producción se les puede separar de este
mundo a través de la muerte física (compare
con 1 Cor. 11:30). Los cristianos que produ-
cen algo para Cristo pueden esperar dificulta-
des (ser podados) con el fin de incrementar la
productividad.
El llamado a permanecer del vs. 4 es un lla-
mado a guardar los mandamientos de Cristo.
“Y el que guarda sus mandamientos,
permanece en Dios…” [1 Juan 3:24].
(Vea también 1 Juan 2:28.)
Aquellos que se nieguen a guardar Sus man-
damientos son como el pámpano del vs. 6. El
hecho de arder pudiera ser una metáfora de la
agricultura. Los agricultores queman un cam-
po para purificarlo de la hierba e incrementar
la producción.81
Aquellos que no permanez-
80
A diferencia del “punto de vista de Judas como
el pámpano”, el punto de vista de la disciplina in-
terpreta los dos tipos de ramas en el vs. 2 como
personas salvas. Ambas tienen unión espiritual
interior. Existirían pámpanos salvos “en Mí” sin
ningún fruto y otros pámpanos salvos con algún
fruto. Sin embargo así como en el “punto de vista
de Judas como el pámpano,” la frase en Mí del vs.
2 no equivaldría a estar permaneciendo. Todavía
tendríamos el caso en el que aquellos que están “en
Mí” pudieran no estar permaneciendo, o sea, guar-
dando Sus mandamientos.
81
El autor cree que el fuego de Heb. 6:8 si habla
del fuego de la disciplina de un creyente. Sin em-
bargo, note que en Hebreos 6 la ilustración es la de
un campo. El fuego en este caso quema las hierbas
y las impurezas de un campo e incrementa su pro-
ducción sin destruirlo. Sin embargo, Juan 15 usa
como ilustración una rama o pámpano. El fuego
destruiría totalmente un pámpano. El punto de vista
de “Judas como pámpano” tiene la ventaja de in-
terpretar la advertencia como el infierno. Además
can se enfrentarán al castigo purificador de
Dios. Esto no se refiere a la pérdida de la sal-
vación; sino, que esta disciplina está diseñada
para mejorar al creyente. Además podría
haber aquí una referencia a la pérdida de re-
compensas.
1 Cor. 3:15 menciona que en el tribunal de
Cristo del creyente se dará cuenta que algunas
de las obras que hizo en su vida serán quema-
das. El mismo será salvo, pero perderá sus
recompensas. Esta segunda interpretación
posible de la naturaleza del fuego de Juan
15:6 evita cualquier contradicción con los
textos que enseñan la seguridad eterna. Tam-
bién tiene la ventaja de ser simple e incluye la
definición del apóstol Juan del concepto de
permanecer que es equivalente a la obediencia
en 1 Juan 3:24.82
El autor cree que el punto de
vista anterior da una mejor atención al escena-
rio original y ofrece la mejor explicación del
pámpano en la metáfora del fuego. Sin impor-
tar la interpretación que se prefiera, deberá ser
evidente que Juan 15:1-8 no tiene por qué
contradecir la doctrina de la seguridad eterna.
6. Rom. 11:11-32
Pues las ramas, dirás, fueron desgaja-
das para que yo fuese injertado. Bien;
por su incredulidad fueron desgajadas,
pero tú por la fe estás en pie. No te en-
soberbezcas, sino teme. Porque si Dios
no perdonó a las ramas naturales, a ti
tampoco te perdonará. Mira, pues, la
bondad y la severidad de Dios; la seve-
ridad ciertamente para con los que ca-
yeron, pero la bondad para contigo, si
permaneces en esa bondad; pues de
otra manera tú también serás cortado.
si el fuego equivale a disciplina en Juan 15:6 ¿Que
significa entonces podar en el vs.2? ¿No sería me-
jor considerar la disciplina incluida en la poda (vs.
2) con fuego (vs. 6) como una referencia a un peli-
gro más severo?
82
En contraste, 1 Juan 2:5-6 y 4:15 parece tomar la
palabra permanecer como una referencia a ser sal-
vo.
No Solo de Pan
224
Y aun ellos, si no permanecieren en
incredulidad, serán injertados, pues
poderoso es Dios para volverlos a in-
jertar. [Rom. 11:19-23].
a. El Asunto Judío-Gentil
La pregunta de Pablo en Rom. 11:1 trata de si
Dios ya ha rechazado a Israel. No, El no ha
rechazado a Israel ya que todavía existe un
remanente creyente. Sin Embargo, por la in-
credulidad de los Judíos (vs. 20) Dios ha sus-
pendido Su obra para Israel como un pueblo
especial sobre todos los pueblos. Ahora Dios
ha incluido a los gentiles en Su lugar de ben-
dición. Israel como nación fue cortada del
lugar de bendición de Dios pero esto no per-
mite la arrogancia de los gentiles hacia Israel.
Pablo explica que los celos por la bendición
de los gentiles podrían conducir a algunos
judíos a poner su fe en Cristo (vss. 11, 14). En
el futuro reino milenial Dios regresará a Israel
a su posición especial (vss. 25-27). Mientras
tanto, los gentiles no deben pensar que la
atención que Dios les está dando les da dere-
cho a sentirse superiores sobre los judíos. Al
explicar la relación entre los judíos y los gen-
tiles, Pablo usa la ilustración del árbol del
olivo.
b. El Arbol del Olivo Original
El árbol del olivo en Romanos 11 no es la
Iglesia. En un sentido general es el lugar del
favor de Dios, el lugar de la oportunidad espi-
ritual y de las bendiciones. Para ser más es-
pecíficos, el árbol del olivo es el lugar de las
bendiciones a través de Abraham. Ya que la
raíz es Santa (Abraham y los patriarcas), así
también lo son las ramas (las siguientes gene-
raciones de judíos, especialmente aquellos que
tienen fe). Los gentiles deben todos sus bene-
ficios espirituales a Israel.
Note cuidadosamente que árbol de olivo ori-
ginal (el judaísmo del Antiguo Testamento)
tenía ramas de judíos que eran salvos y no
salvos algunas de las ramas judías eran cre-
yentes, pero algunas no tenían fe (vs. 20). Por
lo tanto, este árbol no es el árbol de la salva-
ción. Sino un árbol que representa un amplio
rango de oportunidades espirituales y bendi-
ción. Las bendiciones que vienen desde la raíz
de Abraham incluyen la salvación eterna (sólo
para aquellos que tienen fe). Sin embargo las
bendiciones de Abraham hacia los judíos in-
cluyen otras áreas tales como conocimiento
abundante de Dios a través de las Escrituras y
el liderazgo profético; sabiduría práctica en el
ámbito de la familia, negocios, las relaciones
gubernamentales; las bendiciones de un acce-
so inmediato a Dios y de una vida en una na-
ción con muchos creyentes. Aún los israelitas
que no eran salvos disfrutaron de muchos de
estos privilegios.
Sin embargo, a causa de la incredulidad Dios
separó a todos los judíos incrédulos de ese
lugar de bendición especial. Dios abrogó la
ley de Moisés y también al judaísmo. El hecho
de remover a estos judíos incrédulos del lugar
de la atención especial de Dios no involucró
una pérdida de salvación ya que aquellas per-
sonas que no tenían fe nunca tuvieron la sal-
vación. La definición primaria de "romper o
quebrar" una rama no es una pérdida de salva-
ción sino una dureza (vea vss. 7-25). El endu-
recimiento del Israel incrédulo constituye un
desgajamiento del lugar de bendiciones espe-
ciales para Israel.
c. La Relación de los Gentiles con el Arbol
del Olivo
Dios removió al Israel incrédulo de tal mane-
ra que éste ya no era el beneficiario de opor-
tunidad y privilegio especial. Después Dios
extendió oportunidades y bendiciones espe-
ciales a todas las naciones (gentiles). Así co-
mo el árbol original tenía ramas salvas y no
salvas de judíos, la unión de los gentiles en el
lugar de bendición también incluye a gentiles
salvos y no salvos. En Romanos 11, Pablo se
dirige a sus lectores como gentiles (vs. 13). El
pronombre tú en su argumento se dirige a los
romanos como gentiles. El pronombre ellos se
refiere a los judíos. Tal como sucedió en el
judaísmo, aun los gentiles que no son salvos
pueden beneficiarse del cristianismo a través
de bendiciones que son comunes. Los gentiles
incrédulos todavía pueden tener acceso a la
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3
225
verdad a través de las Escrituras y a través de
las iglesias. Las culturas y los individuos que
se adhieren a la ética Bíblica se benefician en
las áreas de la familia, negocios, gobierno, y
en asuntos criminales y judiciales. Sin em-
bargo, las bendiciones permanentes de Dios
vienen sólo a los que tienen fe. El versículo
20 enseña que "tú (gentil) por la fe estás en
pie." Los gentiles que tienen una posición
permanente dentro del árbol de las bendicio-
nes de Dios poseen esta posición por medio
de la fe. Ningún gentil deberá pensar que el
interés que Dios tiene por él es debido a algu-
na superioridad inherente sobre los judíos.
Podemos fácilmente darnos cuenta del peligro
que tenían los romanos de ser arrogantes hacia
los judíos. Sin embargo, todos los gentiles
tienen una deuda con Israel por la verdad en
las Escrituras Judías, los profetas Judíos y un
Mesías Judío (vss. 18).
Los gentiles que se encuentran en una posi-
ción permanente de bendición solo están allí
por la fe (vs. 20). Sin embargo, los gentiles
incrédulos tienen la misma oportunidad de
salvación que los judíos incrédulos. Quizás
existan bendiciones temporales debido a la
Influencia cristiana, y la exposición a la ver-
dad cristiana, pero los gentiles que no tienen
fe serán separados de las bendiciones eternas.
La advertencia en los vss. 20-22 no tiene nada
que ver con la pérdida de la salvación. Los
gentiles que no creen y que comparten mu-
chas bendiciones por la obra de Dios que se
hace entre ellos, se encuentran en peligro de
ser removidos de toda bendición en esta vida
y en la eternidad. El acto de ser cortado, no se
refiere a la pérdida de salvación ya que los
incrédulos por principio de cuentas no son
salvos. El acto de ser cortado se refiere al en-
durecimiento de los gentiles incrédulos así
como también al endurecimiento de los judíos
incrédulos (vss. 7 y 25). La permanencia en la
bondad de Dios viene solo por la fe (compare
Rom. 2:4 donde la bondad de Dios conduce al
arrepentimiento). Un Incrédulo puede experi-
mentar la gracia temporal y común de Dios,
pero solo los creyentes tienen una continuidad
en la gracia eterna. El peligro de ser removido
de la bendición de Dios proviene de la incre-
dulidad, (vs. 20). Ser cortados del lugar de
bendición significa ser removidos de la bendi-
ción temporal tal como la instrucción cristiana
y ser cegado hacia la verdad. Esto no es una
pérdida de la salvación pero si se relaciona a
ella. Los gentiles incrédulos que son endure-
cidos, o sea cegados hacia la verdad, nunca
podrán creer y por lo tanto no tienen esperan-
za de salvación.
d. Conclusión
Rom. 11:11-32 no debe ser usado para opo-
nerse a la seguridad eterna. Las ramas que son
cortadas del árbol del olivo son incrédulos que
son removidos del lugar de bendición de Dios
y son endurecidos en su incredulidad. La gra-
cia común se extiende a todos los gentiles. Sin
Embargo, solo aquellas personas con fe con-
tinúan en la gracia de Dios por la eternidad
(vs. 20). Las bendiciones permanentes vienen
por la fe, no por alguna superioridad de una
raza sobre otra, en este caso de gentiles sobre
judíos.
7. 1 Cor. 6:9-10 (Gál. 5:19-21, Vea también
Ef. 5:5)
Estos textos ya se han estudiado bajo la sec-
ción V de este capítulo, "La Salvación Genui-
na Resulta en Buenas Obras”. Las palabras de
Pablo significan que una "práctica" continua
de pecado sin ninguna convicción de arrepen-
timiento nos da una indicación de que una
persona nunca ha sido salva. Los cristianos
son ciertamente capaces de involucrarse aisla-
damente en cualquier pecado. Sin embargo, el
pecado habitual no es consistente con la sal-
vación. Nosotros no conocemos la definición
de Dios de la práctica de pecado. Por lo tanto,
estas advertencias se convierten principalmen-
te en una advertencia personal a los que están
involucrados en pecado por un largo período
de tiempo. Estas personas deberían examinar-
se a sí mismas para considerar si realmente
han creído en Cristo (2 Cor. 13:5). En relación
con la evaluación de otras personas, nunca se
deberá negar categóricamente su salvación de
otros basándonos solamente en su comporta-
No Solo de Pan
226
miento si es que ellos profesan la fe. Sin em-
bargo, se puede suponer de una manera
práctica que una persona involucrada en un
pecado permanente pudiera no ser un creyente
genuino. En tales casos un obrero cristiano
debería repetir el Evangelio de la gracia. El
asunto en los textos anteriores no es la pérdida
de la salvación sino más bien la evidencia
práctica de una persona que nunca la ha teni-
do.
8. 1 Cor. 9:24-27
¿No sabéis que los que corren en el es-
tadio, todos a la verdad corren, pero
uno solo se lleva el premio? Corred de
tal manera que lo obtengáis. Todo
aquel que lucha, de todo se abstiene;
ellos, a la verdad, para recibir una co-
rona corruptible, pero nosotros, una in-
corruptible. Así que, yo de esta mane-
ra corro, no como a la ventura; de esta
manera peleo, no como quien golpea el
aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo
pongo en servidumbre, no sea que
habiendo sido heraldo para otros, yo
mismo venga a ser eliminado. [1 Cor.
9:24-27].
El tema del apóstol Pablo no puede ser la sal-
vación. La salvación no viene a través del
esfuerzo humano. La imagen que presenta el
apóstol de los atletas describe las recompensas
del creyente en el tribunal de Cristo. La men-
ción de la descalificación en el vs. 27 no
equivale a la pérdida de la salvación. Pablo
está preocupado acerca de ser eliminado del
ministerio a causa del pecado. El obra ardua-
mente para no ser descalificado y perder una
recompensa plena. (Referencias probables de
la pérdida de recompensas: Col. 2:18; 2 Juan
8; Ap. 3:11.)
9. 1 Cor. 11:28-32
Por tanto, pruébese cada uno a sí mis-
mo, y coma así del pan, y beba de la
copa. Porque el que come y bebe in-
dignamente, sin discernir el cuerpo del
Señor, juicio come y bebe para sí mas
siendo juzgados, somos castigados por
el Señor, para que no seamos condena-
dos con el mundo. [1 Cor. 11:28, 29,
32].
No hay necesidad de hacer alguna conclusión
de este texto que trata de la comunión. Quizás
la traducción de la Reina-Valera de la palabra
"juicio" en el vs. 29 pudiera ser causa de al-
guna dificultad. Sin embargo, la advertencia
para los creyentes de Corinto es acerca de un
juicio que difiere claramente del juicio para
condenación que recibe el mundo. El peligro
en este pasaje no es la condenación eterna
sino la disciplina temporal que pudiera ser
debilidad, enfermedad, o muerte física (vs.
30).
10. 1 Cor. 15:1-2; Col. 1:21-23 83
Por el cual asimismo, si retenéis la pa-
labra que os he predicado, sois salvos,
si no creísteis en vano [1 Cor. 15:2].
Si en verdad permanecéis fundados y
firmes en la fe, y sin moveros de la es-
peranza del evangelio que habéis oído,
el cual se predica en toda la creación
que está debajo del cielo; del cual yo
Pablo fui hecho ministro [Col. 1:23].
Las invitaciones Bíblicas para continuar en la
83
es difícil conocer si podemos incluir a Lucas
9:62 en esta clasificación. Jesús está diciendo
probablemente que el discípulo que "mira hacia
atrás" de una manera especial no es digno de la
gracia de Dios y de sus bendiciones, pero no está
diciendo que no tiene la salvación. Tal persona no
está calificado para el ministerio. Sin embargo, si el
tema es la salvación y no la vida cristiana, entonces
Lucas 9:62 enseña que la persona que repudia a
Cristo nunca tuvo la fe salvadora tal como se puede
observar en la línea de razonamiento anterior (1
Cor. 15:1-2 y Col. 1:21-23). Una persona que sigue
a Jesús visiblemente y o participa en la obra cris-
tiana pero que retrocede y llega a repudiar la Cruz
como al principio en el mejor de los casos esta
persona posee una fe intelectual o emocional pero
nunca confió en Jesús. (vea Capítulo 9, Parte 2:
“Salvación Aplicada” sección II.B.2, pág. 144, para
encontrar una explicación de la fe intelectual o
emocional).
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3
227
fe son bastante consistentes con la seguridad
de los creyentes. Dios usa tales mandatos
Bíblicos para conservar a los creyentes en la
fe y por lo tanto guardarlos en salvación.
Las personas con una fe genuina pueden tener
dudas, o desobedecer, o aún en ocasiones ne-
gar al cristianismo delante de otros, pero los
creyentes genuinos no repudian sinceramente
a Dios, ni la resurrección o la sangre de Cristo
dentro de sus corazones o delante de Dios el
Padre. Jesús dice en Juan 10:4b-5, “…y las
ovejas le siguen, porque conocen su voz. Mas
al extraño no seguirán, sino huirán de él, por-
que no conocen la voz de los extraños.” 1
Juan 2:19 enseña que aquellos que renuncian
a Cristo y a Su Cruz nunca fueron salvos por
principio de cuentas: “Salieron de nosotros,
pero no eran de nosotros; porque si hubiesen
sido de nosotros, habrían permanecido con
nosotros; pero salieron para que se manifesta-
se que no todos son de nosotros.” Los creyen-
tes genuinos siempre creen. Aunque la salva-
ción para el creyente es un asunto del tiempo
pasado (Ef. 2:8, 9; Tito 3:5, ambos verbos se
encuentran en tiempo pasado en griego), la fe
en la Biblia se encuentra con frecuencia en el
tiempo presente (ej. Juan 3:16 “…para que
todo aquel que en él cree, no se pierda...”).
Los creyentes genuinos siempre creen ya que
Dios los guarda en la fe.
Y a aquel que es poderoso para guar-
daros sin caída, y presentaros sin
mancha delante de su gloria con gran
alegría… [Judas 24].
Para una herencia incorruptible, incon-
taminada e inmarcesible, reservada en
los cielos para vosotros, que sois
guardados por el poder de Dios me-
diante la fe, para alcanzar la salvación
que está preparada para ser manifesta-
da en el tiempo postrero. [1 Pedro 1:4-
5].84
84
Pedro no explica si fe en 1 Pedro 1:5 se refiere a
una fe en el pasado, o sea a una fe salvadora inicial
o a una de que permanece hasta el presente. Aque-
llas personas que se adhieren a la seguridad eterna
Las advertencias de la Biblia que hablan acer-
ca de "mantener la fe" no son inconsistentes
con el concepto de que los verdaderos creyen-
tes de hecho, se mantendrán en la fe. Una de
las formas en las que Dios mantiene a los cre-
yentes en la fe es a través de mandatos y ad-
vertencias Bíblicas. Para aquellos que poseen
la fe genuina, los mandatos que tratan acerca
de continuar les ayudarán a asegurar esa con-
tinuación. Además, tales mandatos advierten a
los incrédulos que se encuentran dentro de la
iglesia visible. Existe la necesidad de minis-
tros que imiten el ejemplo de Pablo, que ad-
viertan a los creyentes para que ellos "con-
tinúen" y "prueben si están en la fe" (2 Cor.
13:5). Algunos que creen que tienen la fe sal-
vadora realmente tienen una fe intelectual o
emocional. (Vea el Capítulo 9, Parte 2: “Sal-
vación Aplicada,” sección II.B., pág.141.) Las
advertencias de Pablo de 1 Cor. 15:1-2 y Col.
1:21-23 son preocupaciones genuinas de Pa-
blo por si algunas de las iglesias del Nuevo
Testamento mostraban falta de confianza en
Cristo. Cualquier otra definición de fe aparte
de la confianza constituye una fe vana que no
es duradera. De esta manera, las advertencias
de Pablo no tratan de creyentes que pudieran
generalmente consideran la fe del vs. 5 como un
acto de fe inicial que se hizo en el pasado. La fe
inicial en Cristo nos trae la protección de Dios que
nos produce una reservación en los cielos. Por otra
parte, los Arminianos naturalmente consideran la fe
del vs. 5 como una fe continua. Entretanto una
persona tenga una fe continua, él tendrá la protec-
ción de Dios de la salvación y la reservación en los
cielos. Para ser justos, la salvación en 1 Pedro 1:5
se refiere a una salvación futura de la presencia del
pecado, no a la salvación pasada de la paga del
pecado del pecado. Por lo tanto, la fe en el vs. 5 no
se refiere al acto pasado de la fe inicial en Cristo
sino a la fe continua en la vida cristiana. La perso-
na que se acerca a 1 Pedro 1:4-5 que ya cree en la
seguridad eterna puede estar de acuerdo con los
Arminianos en el concepto de que la fe se refiere a
una fe continua. Sin embargo, no existe ninguna
duda que un creyente continuará creyendo. 1 Pe-
dro 1:4-5 probablemente significa que el poder
de Dios protege a los creyentes guardándolos en
la fe.
No Solo de Pan
228
perder su salvación, sino de aquellos cuyo
concepto de fe no involucra la confianza (de-
pendencia o fiabilidad) en Cristo, Dios el Hijo
quien murió y resucitó otra vez. Estas perso-
nas no perderían la salvación, ya que no la
tienen, porque carecen de la clase de fe que
salva.
11. Gál. 5:1-4
Estad, pues, firmes en la libertad con
que Cristo nos hizo libres, y no estéis
otra vez sujetos al yugo de esclavitud.
He aquí, yo Pablo os digo que si os
circuncidáis, de nada os aprovechará
Cristo. De Cristo os desligasteis, los
que por la ley os justificáis; de la gra-
cia habéis caído. [Gál. 5:1, 2,4].
a. La Ley Versus la Gracia
El debate que se desarrolla en el libro de
Gálatas trata de una decisión entre la ley y la
gracia. ¿Son las personas salvadas por guardar
la ley (ya sea la ley de Moisés u otros sistemas
de leyes) o son salvas por la gracia? Pablo en
Gálatas habla a favor de la doctrina de la gra-
cia y no de la ley (vea Gál. 2:16; 3:11; etc.).
Podemos citar páginas con versículos que
enseñan que la salvación no viene por buenas
obras. (Vea Capítulo 9, Parte 2: “Salvación
Aplicada,” sección II.F., pág. 154 “Creer y
Obrar Para Obtener Salvación.”) No existe
ninguna excusa para añadir obras a la fe como
requerimiento para la salvación. Sin embargo,
algunos cristianos desde los tiempos del Nue-
vo Testamento hasta el presente han estado
confundidos. Muchos tratan de unificar la fe
con las obras. Sólo la fe salva. Las obras no
añaden absolutamente nada. Cuando una per-
sona confía en sus buenas obras o en los ritua-
les religiosos definitivamente no es salva;
pero ¿cómo hemos de evaluar la condición
espiritual de aquellas personas que mezclan la
fe con las obras, la gracia con la ley? La herej-
ía es confusa. Es erróneo confiar tanto en
Cristo como en guardar la ley para salvación,
pero muchos adoptan esta falsa manera de
pensar.
Con seguridad, millones de personas confían
en su propia bondad o en su religión sin tener
ninguna fe real en Jesucristo y en Su obra en
la cruz. Estas personas no son salvas a pesar
de estar asociados con organizaciones cristia-
nas y cumplir con las ceremonias o los ritua-
les.
Sin embargo, Hechos 15:5 habla de los "fari-
seos que habían creído" y que insistían que la
circuncisión y la obediencia hacia la ley eran
también esenciales para la salvación. Por lo
tanto, es posible que los cristianos genuinos
lleguen a confundirse en cuanto a las condi-
ciones para la salvación. Aún los creyentes
pueden ser desviados por una falsa enseñanza.
Los escritos de Pablo en el libro de Gálatas
describen su preocupación por las personas
que son salvas y que pueden caer de la ver-
dadera doctrina de la gracia. Aquellos que
insisten en guardar la ley para la salvación
pudieran ser salvos, o pudieran no serlo ("los
falsos hermanos," Gál. 2:4). Solo Dios sabe si
los que tienen estas falsas ideas han puesto su
fe en Cristo (2 Tim. 2:19). Dios puede saber
cuando una persona realmente está confiando
en su propia bondad o en una iglesia para sal-
vación. Dios también puede determinar si
alguien tiene una fe débil en la cruz de Cristo
y sin necesidad trata de obrar más para "ga-
rantizar" la salvación puesto que carece de
seguridad. Estas personas son salvas pero
agregan las obras a la fe como un medio extra
de asegurarse de obtener Salvación. Ellos
guardan la ley como una medida extra de pre-
caución. Sin duda las personas de una fe tan
débil realmente se sorprenderán al conocer
que ellos tenían la salvación por medio de la
gracia solamente y que tuvieron que soportar
mucha ansiedad innecesaria en esta vida.
Aunque el libro de Gálatas tiene un mensaje
fuerte para los incrédulos que basan su salva-
ción en su bondad, los receptores originales
de la epístola ya eran salvos. En Gálatas 5
Pablo les exhorta para que continúen sus vidas
libres de la ley. El desea que ellos continúen
en la teología de la gracia y en una vida cris-
tiana basada en la misma, que no caigan de las
doctrinas de la gracia y de una vida cristiana
que está orientada hacia la misma.
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3
229
b. Ningún Beneficio en Esta Vida (Gál. 5:2)
¿Qué les sucede a los creyentes que confían
en el Señor Jesús pero que luego agregan la
idea de guardar la ley (la ley de Moisés u otras
formas de leyes) para obtener o mantener la
salvación?
No debemos mal interpretar a Pablo como si
estuviese advirtiendo a los Gálatas acerca de
perder la salvación. Sin embargo, al adoptar
una mezcla entre la ley y la gracia pierden
todos los beneficios de Cristo en lo que co-
rresponde a esta vida. Los creyentes que
abandonan la doctrina de la gracia no pierden
la vida eterna, pero si pierden las verdades
que son absolutamente necesarias para vivir la
vida cristiana. La teología de las obras con-
duce inevitablemente a la falta de seguri-
dad. La motivación para obrar es el temor, no
la gratitud. Un creyente que cree que la salva-
ción está en duda si no se le agrega obras no
disfruta el amor y la gracia incondicional de
Dios y tampoco puede tener los beneficios de
un cristianismo verdadero. Cristo no opera a
través de un sistema de ley. Por lo tanto, en un
sentido, no es ni siquiera posible vivir la vida
cristiana verdadera mezclando la ley y la gra-
cia. Los creyentes que intentan añadir la ley a
la gracia realmente no están viviendo una vida
cristiana como la que se nos enseña en el
Nuevo Testamento. Cuando Pablo dice en
Gál. 5:2 que los que mezclan la ley y la gracia
se desligan o pierden el beneficio de Cristo,
no pretende decir que pierden la vida eterna.
El quiere decir que pierden todos los benefi-
cios de la vida cristiana en este mundo. Gál.
5:4 describe el tipo más fuerte de advertencia
hacia los creyentes (los Gálatas eran creyentes
– Gál. 5:1) que están en peligro de caer de la
doctrina de la gracia.
c. Desligados de Cristo (Gál. 5:4)
La frase "caer de la gracia" de Gál. 5:4 no se
refiere a la pérdida de la salvación. Aquellos
que se colocan otra vez bajo el yugo de la ley
caen de la doctrina de la gracia, de la pers-
pectiva y de una relación con Cristo que está
basada en el sistema de gracia. Estar "desliga-
do de Cristo" significa estar separado de Cris-
to, de Su visión y de Su relación que se basa
en la gracia. Ser “desligado de Cristo” signifi-
ca que aquellas personas que caen de la teo-
logía de la gracia y de la vida cristiana que
surge de la misma, están separadas de la
comunión con Cristo. El acto de abandonar
la verdadera vida cristiana y cambiarlo por
una forma no Bíblica que Dios no aprueba,
significa estar separado de oportunidades
de crecimiento cristiano y de servicio. Una
persona todavía puede ser salva aunque inten-
te añadir obras a la gracia. Sin embargo, esta
persona realmente no podrá experimentar la
vida cristiana. Además, las personas con tales
falsas doctrinas están totalmente descalifi-
cadas para ministrar a otros. Esto sería el
equivalente teológico de lo que llamamos "un
error médico": se daña a otros espiritualmente
por los errores. Además de estar separados
de la comunión y del ministerio genuino,
también están separados del crecimiento y
de las actividades cristianas. Cristo y el
Espíritu de Cristo operan por la gracia, no por
la ley. Aquellas personas que añaden obras a
la fe se separan a sí mismas de la única mane-
ra en que Cristo desea guiarles.
d. Conclusión sobre Gál. 5:1-4
Las advertencias de Gál. 5:1-4 pueden inter-
pretarse de manera consistente con la seguri-
dad eterna. Pablo de ninguna manera amenaza
con la pérdida de la vida eterna. Sin embargo,
sus palabras son lo más firmes posible pero
sin implicar una eternidad en el infierno. Los
creyentes que adquieren ideas extrañas como
que la salvación requiere guardar la ley pier-
den todos los beneficios de Cristo que se rela-
cionan con vivir un cristianismo real (vs. 2).
Caer de la doctrina de la gracia y de la forma
cristiana de vivir que se origina de ella es es-
tar separados de la comunión con Cristo (vs.
4). Y ya que las verdades acerca de la gracia
de Dios son esenciales para una manera de
vivir cristiana Bíblica, los creyentes que no
están de acuerdo son separados del potencial
de crecimiento y ministerio (vs. 4). Los cre-
yentes que no entienden la gracia no pierden
No Solo de Pan
230
la salvación, pero si pierden la base para la
vida cristiana. Estas consecuencias extremas
nos ayudan a entender la preocupación pro-
funda que tiene el apóstol Pablo con respecto
a los Gálatas.
12. 2 Tim. 2:12b
... Si le negáremos, él también nos ne-
gará.... [2 Tim. 2:12b].
En el contexto, Pablo le ha dicho a Timo-
teo que "sea fuerte" (vs. 1) y que "sufra
penalidades" (v. 3). En seguida él nos da
ejemplos de vidas disciplinadas, un solda-
do (vs. 4), un atleta (vs. 5), y un agricultor
(v. 6).
La declaración de 2 Tim. 2:12b es parte de
un antiguo himno Cristiano. Y aunque la
interpretación específica de cada frase
pueda ser difícil, el himno en general nos
enseña los méritos que se obtienen por la
dedicación y la disciplina.
Si el pronombre "nosotros" de la primera
parte del verso 12 se limita a las personas
que son salvas, entonces la frase podría
significar que a aquellos que se avergüen-
zan en admitir que son creyentes (vea 2
Tim. 1:8) se les negarán las recompensas
plenas que Dios deseaba entregarles. Esto
no sería una pérdida de salvación sino una
pérdida de coronas, de posiciones más
altas en el reino, o de una gloria más pro-
funda en el cuerpo de resurrección (vea 1
Cor. 3:15; Col. 2:18; 1 Juan 2:28; 2 Juan
8; Ap. 3:11 que son versículos que pudie-
ran hablar de un creyente que pierde las
recompensas en el tribunal del juicio de
Cristo). Realmente, la siguiente declara-
ción es quizás una afirmación de como la
salvación del creyente está asegurada aún
si a este se le niegan las recompensas. “Si
fuéremos infieles, él permanece fiel...” (2
Tim. 2:13a).
Si el pronombre "nosotros" de 2Tim. 2:12
b no se restringe solamente a los creyen-
tes e involucra a las personas en general,
entonces tendríamos otra interpretación.
Aquellos que niegan a Cristo como Salva-
dor en esta vida, o sea, que no creen en El,
el Señor les negará en el juicio futuro (vea
Mat. 7:22-23). Entonces el siguiente versí-
culo (vs.13) significa que aquellos que son
infieles (incrédulos) se enfrentarán al jui-
cio eterno. Dios será fiel a Su propia justi-
cia y a Sus advertencias de destrucción.
El primer punto de vista se ajusta a un
contexto que invita a los creyentes a so-
portar las dificultades. Si somos desobe-
dientes se nos negarán las recompensas.
Sin embargo, el segundo punto de vista
también se ajusta al tema de los vss. 9-10
(soportando dificultades para que los ele-
gidos obtengan salvación y gloria eterna).
Quizás 2 Tim. 2:11-12a se refiere a las
personas salvas que obtienen vida y tam-
bién recompensas. Entonces 2 Tim. 2:12b-
13 se refiere a aquellos que niegan a Cristo
como Salvador y son infieles (incrédulos).
Ellos se perderán de la gloria eterna y les
será negada la salvación. De cualquier
forma que se entienda esta frase, será
compatible con la doctrina que enseña que
un creyente no pierde la salvación.
13. Los Pasajes de Advertencia de Hebreos
El Autor de Hebreos nos entrega cinco pasajes
de advertencia en su libro: 2:1-4; 3:6-4:11
(especialmente 3:6, 12, 14, 4:11); 6:4-8;
10:26-31; 12:25-29. Los que niegan la Segu-
ridad Eterna señalan a Heb. 6:4-6 y 10:26-31
como fuertes evidencias de su posición. Sin
embargo, todos estos textos se pueden enten-
der mejor de manera que sean compatibles
con la seguridad eterna. Antes de explicarlos,
será necesario dar una opinión acerca de los
receptores originales del libro de Hebreos.
¿Eran los lectores una mezcla de judíos salvos
y no salvos? Si es así, los pasajes de adverten-
cia pueden ser leídos, como advertencias a
los que no son salvos para que establezcan su
fe en Cristo y así no ser condenados al fuego
del infierno. Si los lectores originales son es-
trictamente creyentes, entonces las adverten-
cias les exhortan a evitar los fuegos de la dis-
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3
231
ciplina.85
En vez de olvidarse de la eternidad,
los creyentes deben trabajar para obtener una
plena recompensa y compartir en el Reino
venidero de Cristo. La interpretación exacta
de los pasajes de advertencia depende de qué
punto de vista tengamos acerca de los reci-
pientes si estos no son salvos (tendremos ad-
vertencias evangelísticas) si son salvos (ten-
dremos advertencias para evitar la infidelidad)
sin embargo, ambas opciones pueden condu-
cirnos a interpretaciones que sean consistentes
con la doctrina de la seguridad eterna. Des-
pués de haber tocado el punto de la identidad
de los lectores originales, haremos un estudio
sobre cada uno de los pasajes de advertencia.
a. Los Lectores Originales de Hebreos
Los receptores de Hebreos eran obviamente
judíos. Estos tenían afiliaciones en las esferas
cristianas pero alguien les estaba exhortando
para que regresaran al judaísmo.86
El autor les
advierte para que ellos no hagan tal elección.
Obviamente, una iglesia local puede tener
miembros que no son salvos. ¿Pudieran estar
dirigidas estas advertencias a los incrédulos
que se encontraban en las iglesias hebreas?
Entonces éstas serían advertencias de tipo
evangelístico invitándolos a la fe en Cristo.
La otra opción es que las advertencias se diri-
gen a creyentes genuinos. Estas exhortan a los
creyentes a no olvidarse de la Iglesia visible y
a no volver a la asociación de la sinagoga. Al
hacer una decisión errónea, éstos creyentes
soportarían los fuegos de la disciplina de Dios
(dificultades en esta vida pero no en el infier-
no) y la pérdida de recompensas plenas en el
cielo. ¿Cual punto de vista es el mejor?
Admitimos que la elección es difícil. Sin em-
85
El fuego aquí sería una metáfora de la agricultu-
ra que habla de la limpieza de un campo de las
impurezas o en este caso, del fuego que quema las
obras que no tienen valor de un creyente que pierde
recompensas, 1 Cor. 3:15.
86
No debemos preocuparnos en este momento si
los lectores están siendo arrastrados al judaísmo
principal o hacia una secta Judía derivada de este.
bargo, el autor prefiere tomar los textos de
advertencia de Hebreos como textos que se
dirigen a los creyentes. La definición de sal-
vación de Hebreos favorece al concepto de
que estas advertencias se dirigen a aquellos
que ya son salvos. ¿Qué es lo que quiere decir
el autor de Hebreos con la palabra salvación?
En la Biblia existe una salvación en el tiempo
pasado. Un creyente ya ha sido salvo (tiempo
pasado) de la paga del pecado. Si Hebreos
pretende transmitir esta definición de salva-
ción, entonces los textos de advertencia son
evangelísticos. Sin embargo, la Biblia también
habla de un futuro aspecto de la salvación aun
para aquellos que ya son salvos de la paga del
pecado. En el futuro los creyentes serán sal-
vos de la presencia del pecado mismo (Rom.
13:11). La liberación (o salvación) que hace
Cristo en el futuro lleva incluidas todas las
bendiciones de Su segunda venida (como el
hecho de que el diablo este atado, un cuerpo
de resurrección para los santos de la Iglesia,
recompensas y posiciones de autoridad en el
reino).87
Aunque todos los creyentes se en-
contrarán en el cielo, habrá varios niveles de
recompensas (coronas), varias posiciones de
autoridad compartiendo el gobierno de Cristo
(Lucas 19:17, 19), y aún diferentes niveles de
gloria entre los cuerpos de resurrección (1
Cor. 15:41-42). Y aunque ningún cristiano
pierde su admisión a los cielos, habrá grados
de participación en el Reino. Si consideramos
que la palabra salvación en Hebreos se refiere
a una liberación futura en la venida de Cristo,
entonces los pasajes de advertencia se aplican
a los creyentes. Estas serían advertencias para
no ser negligentes en cuanto a vivir para la
eternidad. La infidelidad resultará en una par-
ticipación menor de las bendiciones de la sal-
vación futura.
Hebreos definitivamente nos da un panorama
del futuro; (1) “heredero de todas las cosas”
Heb. 1:2, (2) “y otra vez cuando introduce al
Primogénito en el mundo” o sea en la Segun-
da Venida, Heb. 1:6 (3) “el mundo venidero”
87
Todos estos temas se cubren en el Capítulo 12,
“Escatología.”
No Solo de Pan
232
Heb. 2:5, (4) “habiendo de llevar muchos
hijos a la gloria” Heb. 2:10, (5) “llamamiento
celestial” Heb. 3:1, (6) “del siglo venidero”
Heb. 6:5, (7) “aquel día se acerca” Heb.
10:25. Y lo que es aún más importante, los
varios usos del término salvación muestran
que el autor la define como una liberación
futura de la presencia del pecado y de su mal-
dición (y no sólo la salvación en el pasado que
es de la paga del pecado).
¿No son todos espíritus ministradores,
enviados para servicio a favor de los
que serán herederos de la salvación?
[Heb. 1:14].
Así también Cristo fue ofrecido una
sola vez para llevar los pecados de
muchos; y aparecerá por segunda vez,
sin relación con el pecado, para salvar
a los que le esperan. [Heb. 9:28].
La posición que considera las advertencias del
libro de Hebreos como advertencias evan-
gelísticas a los incrédulos acerca de la salva-
ción de la paga del pecado es una posición
válida. Esta posición preserva la doctrina de la
Seguridad Eterna. Sin embargo, Hebreos con
toda probabilidad entrega advertencias a los
cristianos para que ellos no se pierdan las
bendiciones completas de la salvación futura.
A los creyentes se les insta a vivir no sola-
mente para esta vida, siendo negligentes del
Regreso del Señor. Si así lo fueran, muy bien
podrían perderse de algunos aspectos de la
liberación (salvación) futura. Los creyentes ya
han sido salvos de la paga del pecado, pero
todavía pueden perderse de su pleno potencial
de recompensas y de bendiciones en la salva-
ción futura que Cristo traerá. Una ilustración
acerca de una herencia terrenal nos ayudará a
poner en claro la perspectiva del libro de
Hebreos acerca de nuestra herencia celestial.
Suponga que un hombre tiene el potencial de
obtener una herencia asombrosa. La cantidad
que él podrá compartir en el futuro está fuera
de nuestro entendimiento. El está en la posi-
ción de heredar la bendición más grande que
cualquiera en la historia del mundo. Sin em-
bargo, suponga que debido a la negligencia de
su benefactor recibe solamente una pequeña
fracción de lo que él debiera haber heredado.
El todavía obtuvo una gran suma. Desde una
perspectiva él no se perdió de la herencia. Sin
embargo desde otra perspectiva la pérdida del
potencial para la herencia plena puede ser
considerada como la pérdida de su herencia.
Por pura negligencia él se perdió de lo que
pudo haber poseído.
El Señor regresará para traer una salvación
completa a este mundo. Habrá salvación de la
presencia del pecado (y de su maldición). To-
dos los creyentes ya han sido salvados eter-
namente de la paga del pecado. Sin embargo,
habrá varios grados de participación en la
salvación futura. Ningún creyente va a perder
totalmente sus beneficios. Aún así, debido a la
infidelidad y a una vida que no tiene en cuenta
el rescate futuro de Cristo, muchos creyentes
se perderán de una herencia plena que de otra
manera hubieran obtenido. Todos partici-
parán de la liberación futura que el Señor tra-
erá en Su Segunda Venida, pero muchos se
perderán de las bendiciones máximas de esta
salvación. Esta será una gran pérdida de la
posesión que de otra manera se hubiera obte-
nido por lo que puede considerarse como una
pérdida de participación más profunda de la
salvación. No es que un creyente pueda ir al
infierno o perderse la entrada a los cielos,
pero si puede perder las bendiciones plenas de
la liberación de Cristo en el futuro (las recom-
pensas, la posición en el Reino, los grados de
gloria en los cuerpos de resurrección, etc.).
Con mucha probabilidad el libro de Hebreos
advierte a los creyentes para que éstos no sean
negligentes y vivan para obtener una recom-
pensa a un nivel más profundo en la salvación
venidera. Hebreos probablemente advierte
acerca del fuego de la disciplina durante esta
vida y la pérdida de recompensas.
Ahora vamos a estudiar cada pasaje de adver-
tencia en particular. El primer punto de vista
nos ofrece una interpretación que se basa en la
suposición de que la advertencia es de natura-
leza evangelística (dirigida a los incrédulos).
El segundo punto de vista nos ofrece una in-
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3
233
terpretación que es resultado de la suposición
de que la advertencia es para los creyentes.
Sin importar el punto de vista que se adopte,
no deberá perderse la verdad principal: exis-
ten formas de entender el libro de Hebreos
que son consistentes con la doctrina de la
seguridad eterna.
b. El Primer Pasaje de Advertencia: Heb.
2:1-4
¿Cómo escaparemos nosotros, si des-
cuidamos una salvación tan grande? La
cual, habiendo sido anunciada prime-
ramente por el Señor, nos fue confir-
mada por los que oyeron, [Heb. 2:3].
(1) Dirigida a los no Salvos de Entre los
Hebreos
Los que creen que entre los lectores origina-
les había algunas personas que no eran salvas
consideran esta advertencia como evangelísti-
ca. Presten atención al Evangelio (Heb. 2:1a).
No vayan por la vida siendo negligentes a
invitación a la fe en Cristo (Heb. 2:1b). Aque-
llos que desobedecieron la ley sufrieron casti-
go (Heb. 2:2). Aquellos que son negligentes a
la salvación (de la paga del pecado) ofrecida
por medio de la fe en Cristo no escaparán del
castigo eterno (Heb. 2: 3).
(2) Dirigida a los Creyentes
Los que piensan que Hebreos habla solamente
a los creyentes consideran que esta es una
advertencia para vivir a la luz de la eternidad.
La salvación en este caso habla de un rescate
futuro mediante la Segunda Venida del Se-
ñor. Habrá Una liberación futura de este sis-
tema malvado del mundo y de todos los as-
pectos de la maldición (tales como la enfer-
medad y la muerte física). Esta salvación futu-
ra incluye las recompensas, las posiciones de
autoridad en el Reino Milenial y en la eterni-
dad. Los cristianos deberán prestar mucha
atención a lo que el Señor enseñó acerca de su
liberación futura (ej. Heb. 2:1a – una salva-
ción futura). Si deseamos compartir a un nivel
más profundo las recompensas, bendiciones,
y autoridad en estos aspectos futuros de la
salvación, entonces debemos dejar de divagar
en esta vida (Heb. 2:1b). Algunos creyentes
son perezosos y apáticos en cuanto a su nivel
de recompensa y autoridad en el reino futuro
también son descuidados en lo que han apren-
dido acerca de su rescate (salvación) futuro de
la presencia del pecado y de este sistema
mundano. Los creyentes que sólo viven para
el presente y son negligentes en cuanto a la
enseñanza de Cristo acerca de Su salvación
futura recibirán la disciplina en esta vida y la
pérdida de recompensas más tarde (vs. 2 –
“sólo recompensa”). Los que prestan atención
a lo que Cristo enseñó acerca del futuro no
van divagar en esta vida ni van a ser negligen-
tes en cuanto a la salvación futura. Ellos van a
vivir ahora de manera que puedan obtener la
participación más plena posible cuando Cristo
regrese a salvarnos y a librarnos de este mun-
do pecaminoso y transitorio.88
También
obrarán en este mundo considerando el bene-
ficio que se obtendrá en el "mundo venidero"
(v. 5).
La consideración de la salvación desde un
ángulo futuro probablemente sería algo extra-
ño para los cristianos que leen la Biblia en
este tiempo presente. Nuestro pensamiento da
énfasis a la salvación de la paga del pecado.
Sin embargo, la advertencia de Heb. 2:1-4 se
encuentra entre dos referencias de la salvación
futura. Hebreos 1:14 usa claramente la salva-
ción para abarcar todas las bendiciones futu-
ras. Además, Heb. 2:5 está unido al argumen-
to del 2:1-4. Heb. 2:5 habla del "mundo veni-
dero”. Mientras vivan en este mundo, los cre-
yentes deben prestar atención y ver la forma
de obtener mejores recompensas y de partici-
par más profundamente en el reinado, poder, y
la gloria del mundo por venir.
(3) Conclusión
88
El Señor salvará a los creyentes y los llevará
fuera de este mundo en el arrebatamiento. Esto
también se considera una salvación o liberación del
sufrimiento, la persecución y las tentaciones de
este mundo (que se producen por vivir en un mun-
do dominado por Satanás y un sistema que se opo-
ne a Cristo).
No Solo de Pan
234
El primer pasaje de advertencia no está ense-
ñando que los creyentes pueden perder la sal-
vación de la paga del pecado por alejarse o
por ser negligentes. Se nos han dado todas las
interpretaciones alternativas. La sección ante-
rior revela la preferencia del autor. Sin em-
bargo, ambas interpretaciones satisfacen la
necesidad para que entendamos que Heb. 2:1-
4 es un pasaje compatible con la doctrina de la
seguridad eterna.
c. El Segundo Pasaje de Advertencia:
Hebreos Capítulos 3-4
Pero Cristo como hijo sobre su casa, la
cual casa somos nosotros, si retenemos
firme hasta el fin la confianza y el glo-
riarnos en la esperanza. [Heb. 3:6].
Mirad, hermanos, que no haya en nin-
guno de vosotros corazón malo de in-
credulidad para apartarse del Dios vi-
vo; [Heb. 3:12].
Porque somos hechos participantes de
Cristo, con tal que retengamos firme
hasta el fin nuestra confianza del prin-
cipio [Heb. 3:14].
Procuremos, pues, entrar en aquel re-
poso, para que ninguno caiga en seme-
jante ejemplo de desobediencia. [Heb.
4:11].
(1) Dirigido a los no Salvos Entre los Hebre-
os
Una conclusión que obtuvimos anteriormente
en este estudio fue que la fe salvadora genuina
conserva la fe. Dios mantiene al creyente cre-
yendo. Una persona que ha confiado en Jesu-
cristo como Salvador no renunciará a la dei-
dad, la sangre o la resurrección de Cristo.
(Vea VII.B.10., pág. 226 que trata de 1 Cor.
15:1-2). El tipo de fe (o confianza) que salva,
conduce a una fe que es continua. Otros tipos
de fe como la fe intelectual en ciertos hechos
acerca de Dios (Santiago 2:19) o la fe emo-
cional en la que Jesús puede librar solo de
dificultades temporales (sin ningún interés en
la salvación del pecado [por ej. Lucas 8:13]
no salvan, vea Parte 2, II.B.2., pág. 144 de ese
capítulo). Las advertencias de Hebreos 3-4
pueden estar dirigidas a incrédulos que se han
asociado con las Iglesias Judías. Ellos no po-
seen el tipo de fe que salva y la que permane-
ce (que se aferra). Con este tipo de entendi-
miento, la palabra casa de Heb. 3:6 habla de
formar parte de la familia de Dios, y la pala-
bra participante de Heb. 3:14 se refiere a la
unión salvadora con Cristo. Heb. 3:6 es una
advertencia para examinar si es que algunos
de los lectores carecían de la fe salvadora (la
clase de fe que continua creyendo). Heb. 3:12
advierte en contra de ser un incrédulo que se
desprende de Dios, rechazando la invitación
de confiar en Jesús. A los lectores hebreos se
les está invitando para que abandonen la igle-
sia y regresen a la sinagoga. Como ya dijimos,
en Heb. 3:14, el autor puede estar exhortando
a los lectores a asegurarse de tener una fe per-
sonal en Cristo. (Personal en el sentido de
confiar y no solo una fe intelectual en la
información de los hechos acerca de Jesús o
una fe emocional que ve a Cristo ayudando
solo con los problemas temporales). El tipo de
fe que salva continúa creyendo. Otras defini-
ciones de la fe no involucran la fe salvadora.
El autor no está preocupado de que un creyen-
te pierda su salvación. En está preocupado de
que algunos lectores, aunque están unidos a
una iglesia, nunca hayan confiado en Cristo.
Heb. 4:11 llega a ser otra invitación evan-
gelística para entrar en la salvación y descan-
sar en Cristo a través de la fe y descansar de
las obras como una manera de obtenerla
(4:10).
(2) Dirigidas a Creyentes
También podemos entender las advertencias
en Hebreos 3-4 como advertencias dirigidas a
los creyentes invitándoles a permanecer acti-
vos en el servicio de adoración, a seguir
obrando en participación activa con Cristo y
para entrar en una herencia (recompensa) ple-
na. Recuerde que los hebreos están teniendo
un conflicto con la tentación de abandonar la
iglesia visible y regresar a su asociación con
el judaísmo. Las "casas" en Hebreos 3 no pa-
recen referirse a la familia de Dios. La casa de
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3
235
Moisés en Hebreos 3:5 se refiere al sistema de
adoración y servicio en el tabernáculo. Sola-
mente los sacerdotes podían servir en la "casa
de Dios". Esa era su función sacerdotal limi-
tada sólo a ellos dentro del lugar santo y
Santísimo. En el Antiguo Testamento una
persona todavía podía ser salva sin participar
activamente en la casa de Dios (ya que era el
lugar y el sistema de los sacerdotes). La casa
de Cristo en el vs. 6 probablemente se refiere
a la participación activa en la adoración sa-
cerdotal. A diferencia de la ley donde sólo una
minoría podía ser sacerdote, en el Nuevo Tes-
tamento (pacto o convenio) todos los creyen-
tes tienen la posición de sacerdotes para con
Dios; pero algunos se retraen y no se involu-
cran en las actividades de adoración y servi-
cio. Los cristianos no pueden ser arrojados de
la familia de Dios, pero sí pueden rechazar la
participación en el sistema de adoración y
servicio de Dios. Ellos pueden removerse a sí
mismos de la casa de Dios cuando rechazan
congregarse con otros creyentes sacerdotes en
el tiempo de adoración. La invitación familiar
para congregarse que se encuentra en Heb.
10:25 se encuentra precedida por la declara-
ción de Heb. 10:21 que menciona que Cristo
es el Sumo sacerdote sobre la casa de Dios.
De esta manera, el mandato para no dejar de
congregarse equivale a la advertencia para
permanecer en la casa de Dios. Heb. 3:6 es
probablemente una advertencia para que los
creyentes judíos no abandonen la casa de Dios
(la cual no es un edificio, si no una congrega-
ción de creyentes sacerdotes que le adoran) y
regresen a la sinagoga.89
Una persona puede
89
La casa de Moisés en Heb. 3:5 se refiere al ta-
bernáculo (la casa de Dios) con su lugar santo y
también se refiere a la función del sacerdocio del
Antiguo Testamento quienes adoraban y servían en
ese lugar. La definición de casa en Heb. 3:6 inclu-
ye tanto el lugar de adoración como los partici-
pantes (o los sacerdotes en sus diferentes funciones
de adoración y servicio). Por el término la “casa”
de Cristo el autor de Hebreos se refiere al taberná-
culo celestial y a su lugar santo (la presencia de
Dios en Su trono) con un sacerdocio del Nuevo
Testamento para adorar y servir a Dios. Un creyen-
ser salva y ser parte de la familia de Dios pero
también puede cometer el error de no involu-
crarse con la Iglesia, que es la casa de adora-
ción. Heb. 3:6 nos exhorta a permanecer acti-
vos en "la casa de Cristo".
Suponiendo que el autor se dirige a las perso-
nas que son salvas, Heb. 3:12 se estaría refi-
riendo a la fe permanente de la vida cristiana.
Una persona que es salva ya ha creído en la
cruz pero también debe creer constantemente
en los mandatos y las enseñanzas de la Biblia.
Un cristiano judío mostraría una gran falta de
fe si este abandona la iglesia debido a presio-
nes sociales y regresa a las asociaciones con el
judaísmo. Abandonar la iglesia no sería causa
de pérdida de salvación sino que rompería la
comunión con Dios y podría ser clasificado
Bíblicamente como "apartarse del Dios vivo"
(v. 12).
Heb. 3:14 puede ser considerado como una
advertencia restringida totalmente a los cre-
yentes. Hay posibilidad de no captar la inten-
ción de la advertencia si es que entendemos
la palabra partícipe como una unión salvado-
ra con Cristo. Lucas 5:7 usa la misma palabra
griega para hablar de los socios de un negocio
de pesca. La definición de "partícipe" o "co-
partícipe" también encaja en el uso de Heb.
1:9 (“compañeros,” en la versión inglesa
NASB) y 3:1 (“participantes del llamamiento
celestial”). No es necesario enfatizar la unión
espiritual aquí sino que debemos enfatizar la
participación activa como colaboradores con
Cristo en la obra del ministerio. Así como el
concepto de "casa" en Heb. 3:6 advierte acer-
ca de abandonar la actividad en el sistema de
adoración de Dios, de la misma manera Heb.
3:14 nos advierte para no fracasar como partí-
cipes activos con Cristo en el servicio. Los
creyentes que son participantes activos en la
obra de Cristo en este mundo tendrán una
participación más plena en Su poder y en Su
gloria posteriormente. Nosotros debemos
te siempre tendrá la posición de sacerdote pero
puede salirse de las funciones de servicio y adora-
ción.
No Solo de Pan
236
permanecer en la casa de adoración de Cristo
(la iglesia) y también ser participantes activos
con El para lograr el pleno potencial para la
herencia.
Si Heb. 4:11 se dirige a los creyentes, enton-
ces se trata de un mandato para esforzarse con
diligencia hacia la obtención de la herencia
más plena posible. Quizás consideremos que
el concepto de descanso no tiene ninguna re-
lación con la herencia pero debemos entender
el contexto y la manera de pensar de los jud-
íos. Para ellos el descanso está relacionado
muy de cerca con la herencia. Después que
Dios descansó de Su obra creadora, El pudo
disfrutar la herencia que había hecho para Sí
mismo. La generación del éxodo fue llamada
a conquistar la tierra prometida. Después ellos
pudieron entrar en el descanso y disfrutar la
herencia. Nótese la conexión entre descanso
y herencia en Deut. 3:18-20 y 12:9-11.
Porque hasta ahora no habéis entrado
al reposo y a la heredad que os da Je-
hová vuestro Dios. Mas pasaréis el
Jordán, y habitaréis en la tierra que Je-
hová vuestro Dios os hace heredar; y él
os dará reposo de todos vuestros ene-
migos alrededor, y habitaréis seguros.
[Deut. 12:9-10].
El autor de Hebreos nos está comunicando
que aun Josué no condujo al pueblo de Dios a
un pleno descanso y a una plena herencia en
la tierra (Heb. 4:8). La herencia más grande
todavía se encuentra en el futuro. Los creyen-
tes todavía no han entrado en un descanso de
la labor. Ahora es el tiempo de trabajar, el
descanso y la herencia están cerca.
Algún día nosotros descansaremos de todas
las labores terrenales (en la muerte o el arre-
batamiento). Sin embargo, el presente no es
un periodo de descanso sino de labor, o aún
de guerra como nos muestran los pasajes pa-
ralelos del Antiguo Testamento que hablan de
luchar para obtener la herencia plena en la
Tierra Prometida. Heb. 4:11 definitivamente
no es una indicación para obtener la salvación
del infierno mediante un esfuerzo diligente. El
mandato de Heb. 4:11 le comunica a los cre-
yentes que sean diligentes para así entrar en
la herencia que Dios quiere darles. La defini-
ción que el autor tiene de la palabra herencia
no es una liberación mínima del castigo eter-
no sino la de una posesión plena de recom-
pensas y bendiciones que Dios quiere que
sean conferidas. Cuando definimos el término
herencia estrictamente como la "posesión o
herencia plena", es posible que pasemos por
alto la herencia y obtengamos solamente el
rescate de la condenación. Esto todavía es una
bendición grande pero no es la herencia plena
que puede ser poseída mediante la diligencia.
Todos los creyentes entrarán en el descanso
eterno, y este es el significado común de la
frase, el descanso de todos los problemas te-
rrenales. Sin embargo, algunos heredarán más
recompensas y bendiciones que otros. Todos
los creyentes serán ciudadanos y residentes
del Reino de Dios, pero muchos se perderán la
herencia (completa) que Dios quería darles.
Así como muchas personas en la generación
del Exodo fueron salvas pero no obtuvieron
su herencia en la tierra prometida, así los cre-
yentes pueden ser salvados del infierno y per-
derse de la herencia que Dios desea dar. Así
como los creyentes en la generación de Josué
fueron salvados y escaparon del infierno pero
no obtuvieron la herencia plena que Dios de-
seaba darles, así también el creyente está en
peligro de solo ir al cielo y perderse de la
herencia plena que Dios le ofrece. Si la
herencia la consideramos como el potencial
para la bendición más grande posible, es pro-
bable que un creyente se pierda del descanso
prometido por falta de diligencia. Heb. 4:11
nos advierte para que obedezcamos y obremos
ahora para así entrar en una herencia y des-
canso plenos en el futuro.
Todas las advertencias que se encuentran en
Hebreos 3-4 pueden ser tomadas como adver-
tencias a creyentes que no implican perdida de
salvación del castigo eterno: (1) “Permanece
en la casa de Dios” (Heb. 3:6) o sea, perma-
nece en la asamblea de la iglesia que es el
sistema de adoración y de servicio sacerdotal;
(2) “No te apartes de la comunión con el Dios
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3
237
vivo regresando a las ataduras del judaísmo”
(Heb. 3:12). (3) “Mantén tu participación tra-
bajando para Cristo” Heb. 3:14; (4) “No des-
canses todavía. Se diligente y obediente para
que no te pierdas de ninguna porción del des-
canso (la herencia completa) que Dios te quie-
re dar” (Heb. 4:11). Los hebreos que habían
creído no perderían su salvación al salirse de
la Iglesia. Sin embargo, ellos si podían retirar-
se de la casa de Dios (del sistema de adora-
ción, vs. 6). Ellos podían desprenderse de la
comunión con Dios (vs. 12). Podían dejar de
ser participantes activos en la obra de Cristo
(vs. 14). Al igual que los hebreos en los tiem-
pos del Antiguo Testamento (muchos de los
cuales eran también salvos), ellos podrían
fallar y no entrar en la herencia (descanso)
que Dios les quería dar (4:11). Ellos tendrían
la salvación del infierno, pero Dios les quería
dar mucho más. Si ellos abandonan la Iglesia
y regresan abiertamente al judaísmo, ellos
pasarían por alto el reposo (o herencia) que
Dios quiere que posean (pero no pasarían por
alto el cielo mismo).
(3) Conclusión
El Segundo pasaje de advertencia exhorta a
los incrédulos que se afilian a la Iglesia a es-
tablecer su fe en Cristo. También puede ex-
hortar a los creyentes a mantenerse diligentes
e involucrados para obtener la herencia plena
que Dios quiere para ellos. Este pasaje no
contradice las doctrinas básicas de la Biblia
que enseñan la seguridad eterna del creyente.
d. El Tercer Pasaje de Advertencia: Heb. 6:1-
12
Porque es imposible que los que una
vez fueron iluminados y gustaron del
don celestial, y fueron hechos partíci-
pes del Espíritu Santo, y asimismo gus-
taron de la buena palabra de Dios y los
poderes del siglo venidero, y recaye-
ron, sean otra vez renovados para arre-
pentimiento, crucificando de nuevo pa-
ra sí mismos al Hijo de Dios y expo-
niéndole a vituperio. Porque la tierra
que bebe la lluvia que muchas veces
cae sobre ella, y produce hierba prove-
chosa a aquellos por los cuales es la-
brada, recibe bendición de Dios; pero
la que produce espinos y abrojos es re-
probada, está próxima a ser maldecida,
y su fin es el ser quemada [Heb. 6:4-8].
Si una persona se acerca a este texto con la
idea preconcebida que los creyentes pueden
perder la salvación, entonces interpretará estos
versículos como una confirmación. Sin em-
bargo, suponiendo que este sea el punto de
vista correcto, entonces Heb. 6:6 estaría ense-
ñando que una vez se ha perdido una perso-
na, esta siempre estará perdida. Aquellos
que se apartan “es imposible (que) sean otra
vez renovados para arrepentimiento.” La ver-
dadera interpretación de Heb. 6:1-12 nos vie-
ne de otra dirección. Como ya dijimos, el re-
sultado preciso depende de si creemos que el
autor dirige su advertencia a las personas no
salvas que están asociadas con la iglesia visi-
ble o a los creyentes específicamente. Si las
palabras son para los incrédulos, esta es una
advertencia para que ellos coloquen su fe en
Cristo. Deberán marchar hacia la madurez, o
sea, salir del Judaísmo hacia el pleno cristia-
nismo (Heb. 6:1). La maldición y el fuego del
vs. 8 serían una referencia al infierno. Por otra
parte, esta advertencia podría estar dirigida a
los creyentes. Entonces el fuego del vs. 8 sería
una metáfora de un campo que es quemado
para remover las impurezas (yerba) y para que
sea más fértil. Note que la figura misma que
se emplea es la de un campo. El fuego se refe-
riría a la disciplina administrada por Dios en
la vida del creyente y quizás a la pérdida de
recompensas en el tribunal de Cristo (1 Cor.
3:15). Aunque la interpretación exacta de este
pasaje varíe dependiendo de la conclusión
respecto a los recipientes, en ningún caso
Hebreos 6 debe de entenderse como un pa-
saje que trata de los cristianos que pierden
la salvación. Ahora veamos el pasaje en deta-
lle.
(1) Dirigido a Incrédulos
Supongamos que el autor dirige sus adverten-
cias a los incrédulos que se encuentran dentro
No Solo de Pan
238
de las iglesias Hebreas. El acto de abandonar
la enseñanza elemental y avanzar hacia la
madurez sería un llamado para abandonar
permanentemente todas las formas de judaís-
mo y entrar por medio de la fe y al sistema
más avanzado de Dios, el cristianismo. Pero
puede ser que esto no se lleve a cabo. La re-
novación imposible de Heb. 6:6 pudiera sig-
nificar que algunos de los hebreos han recha-
zado a Cristo hasta un punto en que no se
puede regresar, o quizás esto significa que ya
el autor no pudo decir o hacer algo para pro-
ducir en ellos arrepentimiento para la salva-
ción. Sin embargo, Dios puede cambiar los
corazones (vs. 3). La evidencia más fuerte de
que este pasaje está tratando con personas que
no son salvas proviene de la frase del versícu-
lo 6 “crucificando de nuevo para sí mismos al
hijo de Dios,” y del vs.9, “cosas que pertene-
cen a la salvación,”. Si una persona realmente
cree que Jesús fue un Mesías falso que mere-
ció la muerte, esta persona ciertamente no es
salva. Además, el hecho de que el autor men-
ciona que espera mejores cosas de sus lecto-
res, “cosas que pertenecen a la salvación,”
implica que sus palabras anteriores describen
a los que no son salvos. Quizás la descripción
de los vss. 4-6 se refiera a personas que han
sido expuestas al pueblo cristiano y a la ver-
dad pero que no ha puesto su fe en Cristo. En
el lenguaje de la época, nosotros les llamaría-
mos "buscadores". Estos están considerando
colocar la fe en Cristo. Se han retirado del
judaísmo pero no se han acercado a la fe cris-
tiana. Ellos poseen algunas verdades acerca
del Señor Jesús (la iluminación del vs. 4).
Ellos han tenido alguna experiencia de lo que
significa la salvación ya que se han asociado
con las personas que son salvas (gustaron del
don celestial de la salvación, vs. 4). Ellos tu-
vieron algo de participación con el del minis-
terio de convicción del Espíritu Santo (partí-
cipes del vs. 4). Ellos han gustado (probado)
las bendiciones de la Escritura y han visto
milagros (vs. 5). Sin embargo, había presión
sobre estas personas judías a fin de que se
separaran de la iglesia y rechazaran la posibi-
lidad de ser influenciados para colocar su fe
en Cristo. Si ellos regresan hasta llegar a la
conclusión que Jesús era un Cristo falso que
mereció la muerte (crucificando de nuevo para
sí mismos al Hijo de Dios, vs. 6), ellos podr-
ían experimentar ceguera y tener una mente
reprobada. En el menor de los casos nada de
lo que pudiera hacer el autor del libro lograría
que cambiaran su actitud (o sea, que fueran
renovados para arrepentimiento, vs. 6). Sólo
Dios podría cambiar este tipo serio de apos-
tasía (vs. 3), y a menos que esta situación sea
revertida, el final podría ser el fuego (vs. 8).
Heb. 6:1-8 puede ser interpretado como una
advertencia para los incrédulos (buscadores) a
fin de que ellos se conviertan a la fe en Cristo
y que no regresen al judaísmo. El resultado
final es compatible con la doctrina de la segu-
ridad eterna. Otra opción sería considerar este
pasaje, como una advertencia de fuego para
los creyentes vs. 8 lo cual consistiría en un
castigo severo para el creyente que se aparta
de la Iglesia.
(2) Dirigida Hacia los Creyentes
La descripción "crucificando para sí mismos
al hijo de Dios" (vs. 6) y “cosas que pertene-
cen a la salvación” (vs. 9) no necesariamente
eliminan el punto de vista de que Hebreos 6
está dirigido a aquellos que ya son salvos.
Suponga que la descripción “crucificar a Cris-
to” no se refiere a una posición teológica es-
pecífica. Sino que, pudiera ser una descrip-
ción inadvertida, inconsciente y sin ninguna
mala intención de alguien que se aparta (que
deja o abandona – Heb. 10:25) de la Iglesia y
regresa a sus asociaciones con el judaísmo. La
descripción, "crucificar a Cristo," pudiera muy
bien no describir una convicción teológica de
corazón si no un comportamiento sociológico.
Cualquiera que se aparte de una asamblea
cristiana para escuchar a los falsos maestros
de un culto judío sin darse cuenta se coloca
por asociación, al lado de quienes le dieron
muerte a Cristo. Un cristiano genuino que
abandona la Iglesia puede colocarse por aso-
ciación, al lado de los enemigos de Cristo. El
autor no estaría clasificando a los lectores
como en incrédulos, sino que estaría usando la
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3
239
táctica "culpa por asociación”. En sus creen-
cias teológicas en ellos no estaban de acuerdo
con la crucifixión, pero mediante su afiliación
con los enemigos de Cristo, sus acciones no
eran consistentes con sus creencias. Los cris-
tianos no deberán regresar a las esferas reli-
giosas de quienes dieron muerte a Cristo. Si
ellos abandonan la Iglesia y regresan a invo-
lucrarse con el judaísmo, ellos estarían apo-
yando al mismo grupo de aquellos líderes que
querían que Jesús muriera ya que para ellos El
era un Mesías falso. Lo más probable es que
los lectores hebreos nunca se dieron cuenta de
todas las ramificaciones de la decisión de
apartarse de las esferas cristianas y regresar
con sus viejos amigos del judaísmo. Quizás
ellos pensaron que sería un cambio simple e
inocente. El autor quiere que ellos se den
cuenta de que, aún sin pensarlo, aquellos que
abandonan la Iglesia y regresan al judaísmo
estarían colocándose del lado (por asociación
no por fe) de aquellos que dieron muerte a
Jesús por considerarlo un falso mesías. Salir
de la comunión de la Iglesia podría ser un
asunto muy serio, podría ofender a Dios más
de lo que los creyentes hebreos pudieran ima-
ginarse. Si la frase (crucificando al Hijo de
Dios) se interpreta como un comportamiento
sociológico y no como una creencia teológica,
aún así ésta puede hacer referencia a los cris-
tianos genuinos.
De la misma manera, la frase "cosas que per-
tenecen a la salvación" (Heb. 6:9) no necesa-
riamente implica que los lectores eran in-
crédulos. La salvación en el libro de Hebreos
tiene un énfasis en el tiempo futuro. Cristo
regresará para salvar a los creyentes, librarlos
este mundo, sacarlos fuera del mismo y libe-
rarlos de la maldición del pecado. Esta libera-
ción implica niveles de recompensas, un go-
bierno juntamente con Cristo con varios ran-
gos de autoridad, y niveles de gloria en el
cuerpo de resurrección. Todos los creyentes
tendrán una participación en este tipo futuro
de salvación. Algunos tendrán un grado más
glorioso de participación que otros. Los cre-
yentes judíos que se apartan de la Iglesia y
regresan al judaísmo, pueden ser salvos de la
paga del pecado en el infierno eterno. Sin
embargo ellos pasarán por alto las bendiciones
más profundas de la futura salvación en la
segunda venida del Señor. “Las cosas que
pertenecen a la salvación” del vs. 9, equivalen
a la frase “vamos adelante a la perfección”
de Heb. 6 1-3. También equivale a la descrip-
ción de los vss.11-12. En Heb. 6:11-12, el
autor invita a la diligencia y a evitar la pere-
za. El resultado será la realización de una es-
peranza plena para los creyentes. Con fe y con
perseverancia en esta vida, los creyentes pue-
den tener la plena herencia y la plena realiza-
ción de todas las promesas de liberación (sal-
vación) futura al retorno del Señor. El asunto
no es si los creyentes son salvos del infierno y
van al cielo. El asunto es si los creyentes sal-
vos se apartan de la Iglesia y pasan por alto
las recompensas de la salvación futura.
Las frases que parecen comprobar que Hebre-
os 6 trata con incrédulos, pueden también ser
aplicadas a los creyentes. Un judío salvo no
podría crucificar a Cristo en el sentido de la
creencia teológica, pero sí podría apoyar a los
enemigos de Cristo apartándose de la Iglesia y
regresando a su afiliación con el judaísmo.
"Las cosas que pertenecen a la salvación"
probablemente se refiere a un creyente que
está avanzando hacia la madurez compartien-
do las bendiciones plenas de la salvación
futura en el retorno de Cristo. Una vez que
hemos explicado que estas frases clave se
refieren a los creyentes, se pueden descubrir
otras pistas en Heb. 6:4-6 que indican que el
autor está escribiendo a los creyentes. Los
lectores han sido “una vez iluminados.” En
Heb. 10:32 el autor usa la palabra “ilumina-
dos” para describir la fe salvadora. La palabra
una vez no se refiere al Espíritu Santo con-
venciendo varias veces a la persona perdida
sino que habla de una penetración en la ce-
guera hecha de una vez por todas, que condu-
ce a la fe salvadora en Cristo. La palabra gus-
tase de Heb. 2:9 no significa “comer una
muestra o una pieza pequeña”; significa una
experiencia plena. Cristo probó muerte por
cada ser humano. Nosotros debemos interpre-
tar las palabras tomando la misma definición
No Solo de Pan
240
del autor. Por lo tanto, el hecho de probar el
don celestial de Heb. 6:4 se refiere a experi-
mentar plenamente la salvación (el don); no se
refiere a un incrédulo tomando muestras indi-
rectamente de la salvación asistiendo a una
iglesia. Es preferible considerar la advertencia
de Heb. 6:4-6 como una advertencia a los jud-
íos que son salvos para que no se aparten de la
Iglesia y regresen a sus nexos sociales y reli-
giosos con el judaísmo. Si ellos lo hicieran
así, sería imposible que los líderes cristianos
dijeran o hicieran algo para conducirles al
arrepentimiento. (vs. 4).90
Solo Dios podría
cambiar sus pensamientos (vs. 3). Un abando-
no tal de la Iglesia, que causaría vergüenza a
Cristo (vs. 6) por los nexos con aquellos que
lo odian, afectaría definitivamente la relación
del creyente con Dios. En vez de madurez, se
tendría sin duda severa disciplina. La figura
de los vss. 7-8 no es la del infierno eterno. Es
una figura de un campo. El campo produce
una abundancia de cosechas y bendición de
parte de Dios en una temporada (vs. 7), pero
en la siguiente estación de cosechas este mis-
mo campo es inservible ya que es infructífero
(vs. 8). Y está a punto de ser maldecido (pero
no completamente). El granjero quema las
hierbas y las impurezas del campo a fin de
que este campo vuelva a tener una temporada
de producción. Podemos quemar las espinas y
los cardos (como en Juan 15:6), pero no po-
demos realmente destruir un campo al que-
marlo. Este tipo de actividad en realidad me-
jora al campo. Los cristianos judíos que aban-
donan la Iglesia y se dirigen hacia el judaísmo
rechazan el proceso de madurez. Quizás pien-
sen que a Dios no le interesa lo que ellos están
haciendo. Al contrario, Dios los quemará en el
sentido de probarlos y disciplinarlos en esta
vida (pero no en el infierno) con el fin de me-
jorarlos. La advertencia no tiene nada que ver
con la pérdida de salvación sino con la indig-
90
Un buen título para un sermón basado en Heb.
6:6 sería “¿Qué más puedo decir?” El autor de
Hebreos quiere decir que ya no hay nada más que
el pueda decir o hacer para hacer cambiar la actitud
de sus lectores si ellos rechazan las advertencias
que el les hace en la epístola.
nación de Dios hacia los creyentes que son
apáticos hacia la madurez pasan sus vidas
asociándose y haciendo amistad con aquellos
que odian a Cristo.
(3) Conclusión
Sin importar el punto de vista que se adopte
con respecto al significado preciso de Heb.
6:1-12, no existe la necesidad de considerar la
declaración como una advertencia acerca de
los creyentes que pierden la salvación del cas-
tigo eterno. Hemos demostrado alternativas
válidas para el punto de vista que declara que
Hebreos 6 contradice la doctrina de la seguri-
dad eterna. Y dado que las doctrinas básicas
de las Escrituras apoyan la seguridad eterna,
cualquier punto de vista es mucho mejor que
el que considera que Hebreos 6 apoya al Ar-
minianismo.
e. El Cuarto Pasaje de Advertencia: Heb.
10:26-31
Porque si pecáremos voluntariamente
después de haber recibido el conoci-
miento de la verdad, ya no queda más
sacrificio por los pecados, sino una
horrenda expectación de juicio, y de
hervor de fuego que ha de devorar a
los adversarios. El que viola la ley de
Moisés, por el testimonio de dos o de
tres testigos muere irremisiblemente.
¿Cuánto mayor castigo pensáis que
merecerá el que pisoteare al Hijo de
Dios, y tuviere por inmunda la sangre
del pacto en la cual fue santificado, e
hiciere afrenta al Espíritu de gracia?
Pues conocemos al que dijo: Mía es la
venganza, yo daré el pago, dice el Se-
ñor. Y otra vez: El Señor juzgará a su
pueblo. ¡Horrenda cosa es caer en ma-
nos del Dios vivo! [Heb. 10:26-31].
Heb. 10:26-31 parece enseñar que un cristiano
puede perder la salvación. La dificultad puede
ser resuelta de una manera más fácil de lo que
se piensa. Es importante interpretar primero
un texto bíblico y sólo después de haberlo
interpretado, hacer la aplicación. Muchas
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3
241
veces y de manera apresurada al preparar un
sermón importante, un ministro pasa por alto
la interpretación cuidadosa. El libro de
Hebreos se escribió para lectores que están
siendo tentados para regresar al judaísmo (o a
una derivación de un culto judaico). Heb.
10:26-31 debe ser interpretado comparando el
trasfondo histórico de la transición del ju-
daísmo al cristianismo.
Aquellos que afirman que Heb. 10:26-31,
nuestro cuarto pasaje de advertencia, trata de
la pérdida de la salvación tendrán también un
conflicto con la frase “ya no queda más sacri-
ficio por los pecados.” Si Heb. 10:23-31 apo-
ya al Arminianismo, entonces también enseña
“una vez perdido siempre perdido.” Tal inter-
pretación es errónea.
(1) Dirigida a Incrédulos
Un punto de vista considera que esta adver-
tencia está dirigida hacia los incrédulos que se
reúnen dentro de la Iglesia Hebrea. Estos
"buscadores" pudieron estar a punto de creer
en Cristo, pero sus parientes y amistades tam-
bién les están exhortando para que regresen al
judaísmo. La decisión de retirarse de un lugar
donde ellos tienen la oportunidad para colocar
su fe en Cristo les conduciría a "una horrenda
expectación de juicio", (Heb. 10:27).
Heb. 10:29 parece referirse a incrédulos. Si
una persona cree que el Hijo de Dios debe ser
pisoteado, y cree que la sangre de Cristo es
inmunda, y esta persona insulta completamen-
te la obra de convicción del Espíritu, entonces
esta persona ciertamente no es salva. Supo-
niendo que la advertencia se dirige a los in-
crédulos judíos dentro de la Iglesia (buscado-
res judíos), entonces la advertencia de juicio
estaría hablando del infierno.
Esta advertencia no involucraría a un creyente
que pierde su salvación sino a un incrédulo
judío que juega con el concepto de la fe en
Cristo y aún se reúne con la Iglesia. El pecado
deliberado de Heb. 10:26 se ha definido en el
vs. 25 (abandonar la Iglesia y regresar al ju-
daísmo). “Después de haber recibido el cono-
cimiento de la verdad” (el Evangelio), algunos
deciden seguir rechazando al Mesías (o sea
seguir pecando deliberadamente), y regresar al
judaísmo. El autor de Hebreos no les va a
permitir que piensen que rechazar a Cristo de
esa manera y abandonar la influencia de la
Iglesia hebrea para conducirles a la fe en El
Salvador judío es solamente una pequeña de-
cisión. Ellos no deben pensar que ambos pun-
tos de vista acerca de Jesús son aceptables a
Dios. El pecado voluntario de rechazar a
Jesús y alejarse de ser un buscador dentro de
la Iglesia le conducirá inevitablemente al jui-
cio. Si una persona conoce la verdad y peca
voluntariamente rechazando en Cristo, “ya no
queda más sacrificio por los pecados” (vs.
26). En general esta declaración advierte que
la Cruz es la única respuesta para los pecados.
Sin embargo, el significado específico, se
encuentra en el vs. 18, “no hay más ofrenda
por el pecado.” La primera parte de Hebreos
10 da por hecho que los sacrificios animales
del Antiguo Testamento fueron solamente una
solución temporal para el pecado del hombre.
(Vea Heb. 10:4.) La muerte de Cristo efectua-
da una sola vez y para siempre en la solución
completa de Dios para el pecado (Heb. 10:10,
12, 14). Ahora Dios puede ofrecer el perdón
en Cristo, y ya no tiene ningún respeto para el
sacrificio animal por el pecado. El significado
preciso de la frase “ya no queda más sacrificio
por los pecados”, (vs. 26) es que Dios ha
hecho a un lado del sacrificio animal. Las
personas judías que pecan rechazando al Mes-
ías no deben pensar que los sacrificios anima-
les del templo serían una alternativa para tener
una buena relación con Dios.
Al estudiar con atención el argumento del
libro, podemos evitar el error de pensar que
Hebreos 10 enseña que la salvación se pierde.
Una alternativa es que el autor advierte a los
judíos incrédulos que han asistido a la asam-
blea de la Iglesia y han escuchado la verdad
acerca de Cristo. Si ellos pecan voluntaria-
mente rechazándole (vs. 26) y abandonando la
verdad ofrecida por la Iglesia regresando lue-
go al judaísmo (vs. 25), entonces ellos no de-
ben pensar que Dios todavía cubre los peca-
dos a través de los sacrificios animales (vs.
No Solo de Pan
242
26). La decisión de rechazar la fe en Cristo y
regresar al judaísmo traería la indignación, el
juicio y la retribución de Dios (vss. 29-31).
(2) Dirigida a Creyentes
(a) Una Exposición de Heb. 10:26-31
El material previo de los pasajes de adverten-
cia nos ha ofrecido evidencia que se dirige a
los creyentes. Heb. 10:26-31 puede ser inter-
pretado como una advertencia a los cristianos
Judíos para que no abandonen la iglesia y
regresen a involucrarse con el Judaísmo. Heb.
10:29 nos provee del apoyo más fuerte para
creer que los receptores eran incrédulos. Por
definición, un creyente en Cristo no podría
estar de acuerdo con las posiciones teológicas
expresadas en el vs. 29. Sin embargo, en el
ámbito sociológico, un creyente que ayudó y
exhortó al Judaísmo del primer siglo estaría
efectivamente apoyando la persecución del
Salvador y la obra de la cruz. Sin darse cuenta
de todas las implicaciones, los lectores esta-
ban siendo influenciados para regresar y apo-
yar a un movimiento que si “pisoteó al hijo de
Dios, tuvo por inmunda la sangre del pacto e
hizo afrenta al ofrecimiento de gracia del
Espíritu” por medio de la fe. Y aunque los
cristianos no creen en tales cosas, los creyen-
tes son muy capaces de apartarse de la verda-
dera iglesia y de apoyar con sus finanzas y su
amistad a grupos que odian al Señor Jesús.
Quienes lo hacen, participan en acciones y
asociaciones contrarias a sus creencias. Con
frecuencia lo hacen sin darse cuenta o sin
pensarlo. Haciendo uso de las palabras del
Señor “no saben lo que hacen.” Una vez que
nos damos cuenta que Heb. 10:29 puede refe-
rirse a los creyentes, entonces es más fácil
encontrar el apoyo adicional del capítulo 10
para el concepto de que Heb. 10:26-31 advier-
te a los cristianos genuinos de la manera si-
guiente:
Los lectores son santificados (Heb. 10:10).
Los lectores han sido perfeccionados en cuan-
to a su posición para con Dios (Heb. 10:14).
Los lectores son hermanos (Heb. 10:19).
Los lectores deben aferrarse a una confesión
de esperanza (o sea, permanecer con la igle-
sia, vs. 25) para dar testimonio o confesar a
Cristo a sus amigos Judíos incrédulos (Heb.
10:23).
El autor hace aplicación de este peligro para sí
mismo al hacer uso del pronombre “noso-
tros.” El autor de Hebreos es ciertamente un
creyente (Heb. 10:26).
El fuego no necesariamente se refiere al in-
fierno (Heb. 10:27). La cita original de Is.
26:11 puede referirse a la muerte física.
Además la expresión, “hervor de fuego” es
una figura de “llama de ira intensa.” Sof. 1:18
habla del “fuego de Su celo.”
La disciplina que se considera aquí es la
muerte física y no la muerte eterna (Heb.
10:28).
Aún el versículo que nos ofrece el mejor apo-
yo para considerar que esta advertencia se
dirige a los incrédulos menciona que los re-
ceptores han sido “santificados” (Heb. 10:29).
“El Señor juzgará a Su pueblo” (Heb. 10:30).
Cuando somos sensibles a los argumentos del
libro de Hebreos, entonces podemos conside-
rar las advertencias del capítulo 10, como
advertencias que se dirigen a los cristianos
pero que no llevan implícita la pérdida de
salvación. Quizás debido a que Hebreos 10
advierte de una manera muy firme, muchos
adherentes de la doctrina de la seguridad eter-
na piensan que la advertencia es para incrédu-
los. Sería mejor pensar que Dios está indigna-
do hacia los creyentes que abandonan una
Iglesia que cree en Su palabra, la Biblia y que
se asocian con grupos e insultan la obra de la
Cruz.
Suponiendo que esta advertencia pertenece a
las personas que son salvas, cuando hacemos
una exposición de la misma, concluimos que
está de acuerdo con la seguridad eterna. Los
receptores han recibido el conocimiento de la
verdad y son salvos (vs. 26). En un caso de
que ellos pecasen deliberadamente al abando-
nar la iglesia (vss. 25-26) y regresar a sus aso-
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3
243
ciaciones con el judaísmo, ellos no deberían
pensar que los sacrificios animales continuar-
ían cubriendo sus pecados y dándoles comu-
nión con Dios (vs. 26, vea también vs. 18, que
define la terminación de los sacrificios). Los
pecados del creyente ya han sido perdonados
delante de Dios en Su capacidad como Juez (a
esto se le llama justificación mediante la fe).
Sin embargo, los creyentes también tienen
necesidad de perdón diario por parte de Dios
en Su función como Padre. Los lectores del
libro de Hebreos no debieran pensar que ellos
pueden abandonar la asamblea y regresar a
involucrarse con el judaísmo sin ninguna cul-
pa. Los cristianos Judíos que no se reúnen con
los creyentes, sino que retornan a su antigua
afiliación con el judaísmo tendrán la llama de
la indignación de Dios (vs. 27). Aquellos que
hicieron a un lado el Antiguo Pacto fueron
merecedores de la muerte. Los creyentes que
hacen a un lado la práctica del nuevo pacto
son merecedores de una muerte aún más
horrible y dolorosa (o muerte lenta) que la
muerte del apedreado. Y aunque un creyente
genuino no crea la teología expresada en el
vs. 29, este sí puede abandonar la Iglesia y
promover estas ideas involucrándose con un
grupo falso (tal como el judaísmo). Si estos
creyentes Judíos se retiran de la Iglesia y re-
gresan al Judaísmo, se enfrentarán a la ira de
Dios.91
Esta será “una horrenda expectación
de juicio” (vs. 27). Dios manifestará ira ar-
diente (vs. 27).92
Un abandono y una coopera-
ción de esas características con un sistema que
se opone a Cristo merecen una horrible muer-
te física a través de la disciplina de Dios, de-
91
Por favor no tome esta exposición de Hebreos
10 como si tuviera una actitud Anti-Semita. Tal
como sucedió con el apóstol Pablo, es posible amar
a Israel y no estar de acuerdo con el rechazo del
Mesías (Rom. 9:1-5, 10:1).
92
El “hervor de fuego” del vs. 27 podría ser una
descripción de una “ira de fuego.” La Disciplina es
como fuego. La pérdida de recompensas en el tri-
bunal de Cristo es también como el fuego que con-
sume las obras inservibles (1 Cor. 3:15).
nominada venganza en el vs. 30 (vss. 28-
31).93
El pasaje de advertencia mismo se pue-
de entender como un pasaje que se dirige a los
creyentes sin hacer referencia a la pérdida de
salvación. La sección siguiente la hemos in-
cluido para mostrar que esta interpretación es
consistente y apoyada por el resto de Hebreos
10.
b. Una Exposición de Heb. 10:32-39
El final de Hebreos 10 también se ajusta per-
fectamente al punto de vista anterior que trata
de que la advertencia es hacia los creyentes
que se enfrentan a la disciplina severa de
Dios. En vez de abandonar la asamblea de los
cristianos, los creyentes Judíos deben seguir
las enseñanzas del resto de Hebreos10. En el
vs. 35 ellos no deben hacer a un lado su auda-
cia (confianza) en las cosas de Cristo. La
permanencia con el compromiso con Cristo
demostrada al quedarse en la asamblea les
llevaría a "una gran recompensa" en la eterni-
dad (v. 35). La perseverancia trae las recom-
pensas que se han prometido (v. 36). Desde
un punto de vista eterno, la persecución sólo
iba a durar "un poco de tiempo" antes de la
venida de Cristo (v. 37). Entretanto las perso-
nas salvas deberían vivir su vida entera por la
fe (vs. 38a).94
(Hebreos 11 aprovecha este
argumento y ofrece numerosas ilustraciones
93
Otros casos de disciplina divina se encuentran en
Hechos 5:1-11; 1 Cor. 11:30; y 1 Juan 5:16.
94
La cita familiar de Heb. 10:38 es capaz de más
de una interpretación en su contexto original en
Habacuc 2. "El justo vivirá por la fe" significa que
la justificación es por la fe, como Pablo enseña
(Romanos 1:17; Gál 3:11). Sin embargo, en Haba-
cuc 2, estas palabras también significan que Dios
espera que los que son salvos hagan frente a la
invasión de los babilonios que está por venir te-
niendo fe en que Dios cumplirá sus promesas. El
autor de Hebreos entiende la frase, "El justo por la
vivirá", con el significado de que "la gente salva
debe vivir toda su vida en una fe continua." Todo el
capítulo 11 ilustra lo que el autor quiere decir. Los
judíos creyentes no deben permitir que la persecu-
ción o presiones les impidan una vida de fe como
lo demuestran los grandes santos del Antiguo Tes-
tamento en Hebreos 11.
No Solo de Pan
244
de personas justificadas que vivieron sus vi-
das por la fe. Estas personas no permitieron
que la persecución o la presión de un grupo
determinado hicieran que se retiraran de una
vida de fe.) Dios se indignaría con el que se
retrae (abandona) la asamblea (vs. 25) y re-
gresa a la participación en la sinagoga
(vs.38b). El autor habla de sí mismo en el
versículo 39, pero el también supone que
otros creyentes judíos se mantendrán fieles
después de entender todas las implicaciones y
los peligros de abandonar la iglesia. No de-
bemos tener miedo del Nuevo Pacto y de la
Iglesia. Eso llevaría a la ruina (destrucción) en
esta vida viviendo fuera de la voluntad de
Dios y desperdiciándola o a acarreando disci-
plina que lleva hasta la muerte.95
En lugar de
ello, las personas que viven sus vidas por la
fe, preservarán sus almas. Esto podría signifi-
car que ellos no se encuentran en peligro de
muerte prematura.96
Sin embargo, sería mejor
incluir los aspectos no materiales del hombre
en la definición que el autor nos da del alma
en el versículo 39. Los que llevan una vida de
fe, que no dejan de reunirse con los santos, sí
preservan su psique (alma en griego) de gran
peligro y dolor.97
Los fines para los cuales el
alma de una persona ha sido traída este mundo
sólo pueden ser cumplidos a través de una
vida de fe. Un creyente puede preservar su
95
La palabra traducida “destrucción” en Heb.
10:39 es la misma palabra que se traduce “desper-
dicio” en Marcos14:4.
96
La palabra griega psique significa "alma", pero a
menudo en el Nuevo Testamento, se refiere a la
vida física, por ejemplo, en Mateo. 2:3-20, donde
Herodes buscaba la vida (alma) de Cristo cuando
era niño.
97
En los estudios de tesis de doctorado del autor se
hace una encuesta de familiares de personas con
esquizofrenia. Uno de los factores principales que
se correlaciona con los bajos puntajes de ajuste
emocional es el abandono de la iglesia. Vea el
libro de Steven Waterhouse, Familias de los en-
fermos mentales, disertación., Seminario teológico
de Dallas 1995.
alma (su existencia) mediante una vida de fe
y así evitar que esta sea un desperdicio duran-
te su tiempo en la tierra. (1 Tim. 4:16 tiene un
pensamiento similar.) Empero si sucede lo
contrario, no se ocasionaría una pérdida eterna
del alma, sino una ruina del plan de Dios para
esa alma y su propósito de haber venido a este
mundo. Una vida de fe da significado al alma
como lo ilustra la vida de la fe del capítulo 11.
Todos los héroes de la fe conservaron el
propósito y la intención para la cual Dios creó
sus almas en este mundo. Se espera que los
creyentes hebreos sigan su ejemplo y no des-
perdicien las oportunidades que Dios tiene
para ellos en esta vida. El libro de Hebreos no
debe utilizarse para negar la seguridad eterna.
Una aplicación moderna en una predicación
sería que Dios se indigna con aquellos creyen-
tes que abandonan las Iglesias que creen en la
Biblia para asociarse con grupos que insultan
al Salvador y a la cruz.
(3) Conclusión
Ya sea que el autor tenga la intención de ad-
vertir a los incrédulos o a los creyentes, Heb.
10:26-31 debe interpretarse en su contexto
original. El "pecado voluntario" del versículo
26 es el "dejar de" del versículo 25. La frase
"ya no queda más sacrificio por los pecados"
(vs. 26) significa que los sacrificios de ani-
males del judaísmo después del sacrificio final
y perfecto de Cristo (v. 18), ya no cubren pe-
cados. Un punto de vista es que el autor ad-
vierte a los no creyentes (buscadores que se
reúnen con la Iglesia) que no rechacen a Cris-
to y no vuelvan al judaísmo. Los que cometen
este pecado no deben pensar que los sacrifi-
cios del templo les van a salvar. Otro punto de
vista más probable es que el autor advierte a
los creyentes acerca de desertar de la iglesia y
regresar a la participación de la sinagoga. Es-
tos Cristianos hebreos no se dan cuenta que
tal medida ayudaría a promover puntos de
vista que no ellos no aceptan. Además, Dios
responderá a su deslealtad con la ira y la dis-
ciplina de fuego aun hasta llegar a la muerte.
Si alguien todavía piensa que Heb. 10:26-31
refuta la seguridad eterna, debe estar prepara-
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3
245
do para hacer frente a la frase "no queda más
sacrificio por los pecados" después del "peca-
do voluntario." Si esta advertencia se refiere a
la perdida de la salvación, entonces la ense-
ñanza es que la salvación no puede ser recu-
perada. El autor ha asesorado personalmente a
creyentes que estaban considerando el suici-
dio a causa de tales interpretaciones desafor-
tunadas e innecesarias.
f. El Quinto Pasaje de Advertencia: Heb.
12:25-29
Mirad que no desechéis al que habla.
Porque si no escaparon aquellos que
desecharon al que los amonestaba en la
tierra, mucho menos nosotros, si des-
echáremos al que amonesta desde los
cielos. [Heb. 12:25].
El pasaje de advertencia final de Hebreos no
contiene un lenguaje tan polémico como el de
las advertencias anteriores. Ya sea que uno
piense que la advertencia se aplique a los cre-
yentes o no creyentes, es fácil ver que las pa-
labras no están en contradicción con la segu-
ridad eterna.
(1) Dirigida a los No Creyentes
Si el autor está pensando en los lectores que
no son salvos, el les está advirtiendo para que
no rechacen la invitación de confiar en Cristo.
(2) Dirigida a los Creyentes
Si el autor dirige a los creyentes, él les está
diciendo a los cristianos que no se nieguen a
obedecer a Dios. En lugar de alejarse de la
iglesia (Hebreos 10:25) y volver a participar
en el judaísmo, los creyentes deben "tener
gratitud" y "servir a Dios agradándole con
temor y reverencia" (v. 28). Aquellos que no
prestan atención a la advertencia se darán
cuenta que Dios puede disciplinarles severa-
mente. La referencia al "fuego" habla de la
disciplina de los creyentes. (Ver Heb. 12:5-
13.).
g. Conclusión Acerca de las Advertencias de
Hebreos
Cualquier estudiante del libro de Hebreos
tiene sus luchas con respecto a la identidad de
los lectores originales. ¿Son ellos incrédulos
que se reúnen dentro de las Iglesias Hebreas?
¿Son ellos judíos cristianos estrictamente
hablando? El entendimiento preciso que uno
tenga de los pasajes de advertencia estará in-
fluenciado por la conclusión acerca del estado
espiritual de los lectores. Sin embargo, las dos
opciones nos pueden permitir interpreta-
ciones que no involucran advertencias
acerca de la perdida de salvación. El autor
podría haber ofrecido advertencias evangelís-
ticas a los hebreos que no eran creyentes.
Quizás esto se hebreos están buscando la ver-
dad y se han reunido en la Iglesia para exami-
nar los reclamos de Cristo. Por supuesto, sus
amigos judíos desde están exhortando para
que regresen a la sinagoga. Si los receptores
no son salvos, el autor les estaría advirtiendo
para que confiaran en Cristo y se escaparan
del fuego del infierno.
Lo más probable es que las advertencias de
hebreos se dirigen a creyentes. Esos cristianos
están siendo invitados para alejarse de la Igle-
sia y regresar a los nexos sociales de la sina-
goga. Y aunque ellos crean en Jesús, se en-
frentan al peligro de asociarse con aquellos
que se oponen a Cristo. El autor advierte que
el creyente hebreo que abandona la Iglesia se
enfrentará con la indignación ardiente de Dios
en forma de disciplina en esta vida y la pérdi-
da de recompensas en el tribunal de Cristo.
Cualquier interpretación, mantiene consisten-
cia con la doctrina de la seguridad eterna.
14. Santiago 2:18-26
Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo
tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus
obras, y yo te mostraré mi fe por mis
obras. Tú crees que Dios es uno; bien
haces. También los demonios creen, y
tiemblan. Porque como el cuerpo sin
espíritu está muerto, así también la fe
sin obras está muerta [Santiago 2:18-
19, 26].
(Un estudio adicional de Santiago 2 se en-
cuentra en Capítulo 9, Parte 2: “Salvación
Aplicada,” sección II. F., pág. 154“Creer y
No Solo de Pan
246
Obrar para Obtener la Salvación.”) La clave
para entender Santiago 2 es que Santiago de-
fine la fe como fe intelectual solamente en
la doctrina ortodoxa o fundamental (vea vs.
19).98
Ese tipo de fe no salva. La fe genuina
da como resultado alguna cantidad de buenas
obras en algún momento. Si una persona nun-
ca tiene buenas obras, nos revela que nunca ha
puesto su confianza en Cristo y no que ha
perdido la salvación.
Es virtualmente imposible saber la manera en
que Dios definiría una completa ausencia de
buenas obras; pero la advertencia de Santiago
nos exhorta a un examen para saber si hemos
realmente confiado en Cristo o solamente te-
nemos una fe intelectual en ciertos hechos
teológicos. Si un obrero cristiano se da cuenta
de un patrón de pecado sin arrepentimiento en
la vida de otro, sería adecuado darle el Evan-
gelio, suponiendo de acuerdo a una hipótesis
práctica que tal persona no ha puesto su con-
fianza en Cristo. Sin embargo, no sería hones-
to pensar que la persona ha perdido su salva-
ción. La situación en el libro de Santiago sería
la de una persona que nunca ha sido salva
porque su tipo de fe es solamente intelectual y
no una confianza personal en Cristo como
Salvador.
15. Santiago 5:19-20
Hermanos, si alguno de entre vosotros
98
Además, Santiago parece tener una definición de
justificación diferente a la de Pablo. Justificación
significa “declarar justo.” Pablo escribe acerca de
la justificación efectuada por Dios. Delante de Dios
en Su función de Juez, una persona es justificada
solo mediante la fe. Sin embargo, Santiago parece
referirse a la declaración de justicia efectuada por
otras personas. ¿Cómo saben otras personas si un
determinado hombre o mujer es salvo(a)? Las de-
más personas declaran a una persona como justa en
base tanto a la fe como a las buenas obras que se
pueden observar. Debido a la fe y a las buenas
obras otras personas pudieron declarar que Abra-
ham era justo en el sentido de justificado para con
Dios (salvo) y en el sentido de vivir una vida justa.
Basados tanto en la fe como en las buenas obras
otras personas pudieron llamar a Abraham “el ami-
go de Dios” (vs. 23).
se ha extraviado de la verdad, y alguno
le hace volver, sepa que el que haga
volver al pecador del error de su cami-
no, salvará de muerte un alma, y cu-
brirá multitud de pecados. [Santiago
5:19-20].
La palabra griega que se traduce alma (psy-
che) puede referirse a la existencia física de
la vida. Y aunque la mayoría de los estudian-
tes de la Biblia interpretarían la frase que
habla de un alma que muere como la muerte
espiritual, la Biblia con frecuencia compara la
muerte física con la pérdida del alma. He aquí
algunas referencias que incluyen la palabra en
el idioma original: Mat. 2:20; Hechos 15:26 y
27:22. Santiago 5:20 exhorta a los cristianos
que retroceden a apartarse de los errores de
doctrina y de moral. Los que rescatan creyen-
tes que andan vagando perdidos pueden pre-
servar una vida de la muerte física. La disci-
plina de Dios puede conducir a la separación
de este mundo a través de la muerte (1 Cor.
11:30; 1 Juan 5:16). Además, varios pecados
conducen de manera natural a la muerte física
sin necesidad de que Dios la cause directa-
mente (inmoralidad, suicidio, alcoholismo,
crímenes etc.). El libro de proverbios advierte
constantemente acerca de la relación entre el
pecado y la muerte física. (Vea Prov. 2:18;
5:5; 14:12; 21:16.)
El contexto de Santiago 5 incluye la posibili-
dad de que algunas enfermedades se originan
a causa del pecado. De esta manera, la confe-
sión de las faltas puede ser un factor para que
Dios restaure la salud (5:15b-16). Santiago
cierra su libro haciendo una extensión de estas
ideas. La persona que conduce a un creyente
al arrepentimiento podría muy bien estar pro-
longando su vida física. El asunto de Santiago
5 es una posible pérdida de vida física pero no
una pérdida de vida eterna.
16. 2 Pedro. 1:10-11
Por lo cual, hermanos, tanto más pro-
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3
247
curad hacer firme vuestra vocación y
elección; porque haciendo estas cosas,
no caeréis jamás. Porque de esta mane-
ra os será otorgada amplia y generosa
entrada en el reino eterno de nuestro
Señor y Salvador [2 Pedro 1:10-11].
Las palabras de Pedro se dirigen definitiva-
mente a los cristianos (vs. 3). Sin embargo,
algunos cristianos se olvidan de todas las ben-
diciones que Dios les ha dado. 2 Pedro 1:9
nos presenta el cuadro de la edad avanzada.
Al igual que sucede en la edad avanzada, una
persona que ha sido salva por muchos años
puede hacerse miope y no ver bien las bendi-
ciones y responsabilidades del cristiano y ol-
vidar las bendiciones de su conversión inicial
a Cristo.
En los vss. 10-11, Pedro advierte en contra de
la vejez espiritual. El verso 10 hace uso de un
verbo que en la gramática griega se encuentra
en la voz media. Puede ser traducido “procu-
rad vosotros mismos hacer firme vuestra vo-
cación y elección.” Es una realidad objetiva
que la elección del creyente ya es un hecho.
Dios llevará al creyente a los cielos. Sin em-
bargo, algunos cristianos no tienen el senti-
miento de seguridad acerca de la de la certeza
que ya poseen. La diligencia en la vida cris-
tiana no hace que un creyente esté seguro,
pero si puede profundizar la seguridad interna.
Una manera de vencer las dudas impertinentes
e innecesarias acerca de la salvación es crecer
en la fe hasta tener el carácter como el del
Señor Jesucristo. Una vida cercana al Espíritu
Santo incrementa la seguridad de la salvación
(Rom. 8:16; 1 Juan 5:7, 10-11). 2 Pedro 1:10
exhorta a los creyentes a profundizar su segu-
ridad subjetiva de la salvación mediante la
diligencia. Haciendo esto, un creyente no tro-
pezará en las dudas o el dominio práctico del
pecado. Un creyente no se alejará por tropie-
zos de una vida de comunión con Cristo.
2 Pedro 1:11 describe la bendición que produ-
ce tal diligencia. Pedro no está ofreciendo una
entrada a los cielos por las buenas obras, sino
que está hablando de una abundante entrada.
Algunos creyentes serán salvos pero tendrán
pocas recompensas (de una manera mínima
entran en el reino de Dios pero no disfrutarán
una entrada abundante o generosa, 1 Cor.
3:15). Los que escuchan el mandato de Pedro
tendrán una abundante entrada en el reino de
Dios. Las alternativas en 2 Pedro 1 no son la
salvación o la pérdida de la salvación. Las
alternativas son la seguridad de la salvación o
las dudas. Son un simple arribo a los cielos
comparado con una entrada abundante.
17. 2 Pedro 2:20-22
Ciertamente, si habiéndose ellos esca-
pado de las contaminaciones del mun-
do, por el conocimiento del Señor y
Salvador Jesucristo, enredándose otra
vez en ellas son vencidos, su postrer
estado viene a ser peor que el prime-
ro. Porque mejor les hubiera sido no
haber conocido el camino de la justi-
cia, que después de haberlo conocido,
volverse atrás del santo mandamiento
que les fue dado. Pero les ha aconteci-
do lo del verdadero proverbio: El perro
vuelve a su vómito, y la puerca lavada
a revolcarse en el cieno. [2 Pedro 2:20-
22].
Pedro definitivamente se está refiriendo aquí
a personas que no son salvas. El capítulo co-
mienza hablando de los "falsos profetas" que
"niegan al Señor" (vs. 1). Otros indicios que
nos dicen que estas personas no son salvas se
encuentran a través de todo el argumento. En
el vs. 9 estos están reservados “para el Día del
Juicio.” El verso 12 menciona la palabra
“destrucción” y el vs. 14 dice que estas perso-
nas son “hijos de maldición.” La descripción
de fuentes “sin agua” (vs. 17) nos recuerda
que les falta el agua que da vida (Juan 4:14).
El mismo versículo nos dice que estas perso-
nas están reservadas para la más densa obscu-
ridad (vs. 17). Judas nos ofrece un pasaje pa-
ralelo a Segunda de Pedro. En Judas 19 se nos
dice que los falsos maestros “no tienen al
Espíritu.” Obviamente, el comentario de Pe-
dro trata acerca de personas que no son salvas.
Pedro debe interpretarse refiriéndose a perso-
nas que nunca han confiado en Cristo (no a
No Solo de Pan
248
creyentes que han perdido la salvación). Estos
profetas falsos si experimentaron un escape
temporal de una contaminación moral profun-
da mediante el conocimiento del Señor Jesús.
Conocimiento obviamente no significa que
conocieron a Cristo como Salvador en el sen-
tido de confiar en El. Ellos tenían un conoci-
miento de la obra y la enseñanza de Cristo que
les llevó a una mejoría moral pero no a una
regeneración verdadera mediante la fe en
Cristo. Muchas personas que no son salvas
experimentan un progreso moral al estar en
contacto con la enseñanza cristiana. Ellos co-
nocen los Diez Mandamientos, la Regla de
Oro, la parábola del buen Samaritano, etc.
Este conocimiento por sí solo no equivale a la
fe salvadora pero si puede mejorar la conducta
moral.
Sin embargo, Pedro había observado que
aquellos que experimentan un progreso ético
si la fe salvadora terminan en una situación
peor cuando regresan a sus antiguos hábitos
de pecado.99
Una persona que repudia el co-
nocimiento de los santos mandamientos de
Dios sin haber confiado en Cristo se encuentra
en una peor situación por lo menos tres aspec-
tos. Primero, la persona será más difícil de
alcanzar con el Evangelio la próxima vez que
la encontremos. El rechazo del Evangelio con
frecuencia causa un endurecimiento hacia
futuras invitaciones para confiar en Jesús.
Segundo, los que repudian las normas éticas
del cristianismo con frecuencia desvían su
péndulo moral y terminan en una contamina-
ción peor que cuando se pusieron en contacto
con las normas cristianas. El rechazo del
Evangelio unido al rechazo de los manda-
mientos para la santidad puede conducir a una
rebelión y a una maldad más profunda. Final-
mente, quienes rechazan a Cristo a pesar de
un gran conocimiento de la verdad recibirán
un mayor castigo eterno. Nos parece que el
Señor enseña esto en Mat. 10:15; 11:20-24;
Lucas 10:12, 14; y Lucas 12:47-48. Aquellos
que se apartan en incredulidad y en pecado a
99
Esta misma verdad puede obtenerse por aplica-
ción de la enseñanza del Señor de Mat. 12:43-45.
pesar de la gran exposición de la verdad de
Dios experimentarán un peor castigo eterno
que aquellos que no tuvieron esas oportunida-
des.
18. 1 Juan 5:16
Si alguno viere a su hermano cometer
pecado que no sea de muerte, pedirá, y
Dios le dará vida; esto es para los que
cometen pecado que no sea de muerte.
Hay pecado de muerte, por el cual yo
no digo que se pida [1 Juan5:16].
El tema de 1 Juan 5:16 es la oración por un
hermano que se encuentra en un pecado serio
Solo Dios conoce la naturaleza o la intensidad
del pecado que conduce a que un cristiano sea
removido de esta vida, pero Dios algunas ve-
ces envía a casa a cristianos pecadores. Las
palabras de Juan se pueden entender mejor de
la siguiente manera: “Hay pecado (sin especi-
ficar) que conduce a la muerte.”
En algunas ocasiones Dios castiga a un cre-
yente con una muerte física repentina (como
en el caso de Hechos 5:1-11). La frase “por el
cual (o sea, esta situación, muerte repentina)
yo no digo que se pida.” No es una prohibi-
ción en contra de la oración, sino una excep-
ción especial de mandamiento de orar por los
hermanos en pecado. Podríamos parafrasearla
de la siguiente manera, “yo no quiero decir
que ustedes son responsables de orar por los
hermanos que pecan en secreto y luego mue-
ren repentinamente, sino que ustedes son res-
ponsables de orar por los hermanos (que vi-
ven) en pecado serio y conocido.”
La muerte de un amigo puede ocasionar sen-
timientos de una culpa falsa que son irraciona-
les. El apóstol Juan no desea que alguien sufra
una culpa falsa cuando un creyente muere
repentinamente, a través de una aparente dis-
ciplina de Dios debido a pecados escondidos
que son revelados después de la muerte del
hermano. Las almas que son sensibles pudie-
ran pensar que la muerte de un amigo tiene
algo que ver con la falta de sus oraciones aún
cuando ellos no tenían el conocimiento que la
Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3
249
persona estaba envuelta en un pecado serio.
En situaciones como la de una muerte inespe-
rada de un creyente que estaba en un pecado
secreto, Juan desea que sus lectores conozcan
que Dios no los va a hacer responsables de
orar por un hermano cuando se ignoran los
pecados del mismo. Aquí ellos deberán consi-
derarse exentos del mandamiento de 1 Juan
5:16, de orar por los hermanos en pecado.
En la mayoría de los casos un creyente que se
encuentra en un pecado serio no muere repen-
tinamente. Otros cristianos tienen el tiempo
para preocuparse y orar por el arrepentimiento
de su hermano. Aunque el creyente aún viva,
este arriesga literalmente su vida viviendo
continuamente en pecado. (1 Cor. 11:30; San-
tiago 5:19-20). Quizás la paciencia de Dios
llegue a su término. En otras ocasiones el pe-
cado conduce a una muerte prematura a través
de un proceso lento y despilfarrador (Prov.
10:27, 11:19, 13:14, 19:16, 21:16). En las
situaciones en las que el hermano pecador no
experimenta una muerte repentina, otros cris-
tianos que se han dado cuenta de la maldad
están bajo el mandamiento de orar dado por
Juan. Obviamente, en estos casos no es muy
tarde para arrepentirse aunque el pecado necio
ponga en peligro la vida. Y ya que el tema de
Juan es el riesgo de perder la vida física, 1
Juan 5:16 no puede ser usado como una ad-
vertencia sobre la pérdida de la salvación es-
piritual.
19. Ap. 3:1-6 – El Libro de la Vida
En Ap.3:1-6, el Señor Jesús se dirige a la igle-
sia de Sardis. Muchos de esta iglesia están
muertos (vs. 2, no son salvos). Otros aspectos
de la vida de esta iglesia están a punto de mo-
rir (por ej. El remanente de doctrina y ética
verdadera). Unos pocos son salvos y están
vestidos con la justicia de Cristo (vs. 4). En
Ap. 3:5 el Señor Jesús promete que los vence-
dores no serán borrados del libro de la vida.
El mismo autor, el apóstol Juan en 1 Juan 5:4
define al vencedor como una persona que
tiene la fe en Cristo (nótese el tiempo pasado).
Por lo tanto, Ap. 3:5 promete a los que tienen
fe que no serán borrados del libro de la vida.
“El que venciere será vestido de vesti-
duras blancas; y no borraré su nombre
del libro de la vida, y confesaré su
nombre delante de mi Padre, y delante
de sus ángeles” [Ap. 3:5].
Un versículo que promete que los creyentes
no serán borrados del libro de la vida no cons-
tituye un buen pasaje para probar que los cre-
yentes pueden perder la vida eterna.
El Antiguo Testamento contiene referencias
adicionales que hacen mención de un nombre
que es borrado del libro de la vida. Moisés
por ejemplo, ruega que su nombre sea borrado
del libro de la vida en Ex. 32:32. El Salmista
ruega que sus perseguidores sean borrados del
libro de la vida en Sal. 69:28. Una interpreta-
ción consiste en que el Antiguo Testamento
pudiera estarse refiriendo a un libro de la vida
física. La Biblia habla de los libros de Dios en
plural (Dan. 7:10; Ap. 20:12). El libro de la
vida del Cordero es definitivamente un libro
de vida eterna. Sin embargo, es posible que el
libro de la vida en el Antiguo Testamento se
refiera a un libro de la vida física. Si esto es
así, Moisés está pidiendo la muerte. El Sal-
mista está pidiendo la muerte para aquellos
que persiguen al Mesías. (El Salmo 69 es de-
finitivamente Mesiánico).
Una segunda propuesta sostiene que el libro
de la vida en el Antiguo Testamento es un
libro de vida eterna no de vida física. Sin
embargo, a la petición de Moisés de éxodo 32
se le considera como una demanda imposible.
Es obvio que Dios ignoró la imprudencia y la
petición imposible de Moisés. Las palabras de
Moisés son similares a los pensamientos de
Pablo en Rom. 9:1-3. Si fuera posible, Pablo
intercambiaría su propia salvación por la sal-
vación de su pueblo Israel. Sal. 69:28 puede
también ser considerado como un pasaje que
se refiere al libro de la vida eterna. Suponga
que cada alma está registrada originalmente
en el libro de la vida y tiene un potencial para
la salvación. Sin embargo, a la hora de la
muerte Dios borra los nombres de los no cre-
yentes pero cumple su promesa de no borrar
los nombres de aquellos que tienen fe. Si el
No Solo de Pan
250
libro de la vida comienza incluyendo los
nombres de todos los vivientes, entonces Sal.
69:28 podría ser una petición para que sean
condenados eternamente los que directamente
dieron muerte al Mesías. (Vea Sal. 69:21.)
Ellos ya estaban endurecidos de tal manera
que no tenían ya ninguna esperanza de creer.
De esta manera, cuando ellos murieran sin
Cristo, sus nombres serían borrados del libro
de la vida.
Existen muchas referencias en la Biblia acerca
de los libros de Dios (Ex. 32:32-33; Sal. 56:8;
69:28; Dan. 7:10; 12:1; Mal. 3:16; Lucas
10:20; Fil. 4:3; Heb. 12:23; Ap. 3:5; 13:8;
20:12-15). El autor cree que es mejor pensar
en muchas clases de registros y considerar
cada pasaje con su propio contexto y no tratar
de considerarlos como un solo libro. Debe de
ser aparente que las referencias acerca de los
nombres que son borrados de los libros de
Dios no son un peligro para la doctrina de la
seguridad eterna. Estas referencias hablan de
la pérdida de la vida física o de un incrédulo
en el momento de la muerte que está siendo
eliminado de todo el potencial para la vida
eterna. De todas maneras, los creyentes nunca
serán borrados del Libro de la vida eterna del
Cordero.
C. Conclusión Acerca de la Seguridad Eterna
Este estudio ha sido en realidad un esfuerzo
honesto para tratar con las objeciones comu-
nes hacia la doctrina de la seguridad eterna del
creyente. El apoyo para la seguridad eterna se
encuentra en las enseñanzas más básicas y
claras de la Biblia (la justificación por medio
de la fe, la predestinación, el sello del Espíri-
tu, etc.). Las objeciones hacia la doctrina de la
seguridad del creyente se basan en versículos
que pueden ser muy bien interpretadas de ma-
neras que sean compatibles con la seguridad
de los creyentes. La doctrina de la seguridad
eterna permite al siervo de Dios enseñar y
aconsejar a otros con la verdad y sin temor.
La seguridad de la salvación es una base para
tener una visión precisa de Dios y de uno
mismo. Solamente a partir de la seguridad del
creyente es que podemos experimentar la
bendición plena de Dios en la vida cristiana.
VIII. Conclusiones sobre la Soteriología
La Santa Trinidad ha provisto y aplicado “una
salvación tan grande” (Heb. 2:3). Mientras los
ángeles estudian a la Iglesia, ellos aprenden
acerca de las profundidades de la sabiduría de
Dios y le alaban por lo mismo (Ef. 3:10).
Nuestro Señor Jesucristo pagó por nuestra
redención del pecado en la cruz, satisfizo la
ira de Dios y estableció los medios para una
plena reconciliación del hombre con Dios.
Esta salvación se aplica a los individuos a
través de la gracia mediante la fe en Cristo
solamente. Los creyentes somos bendecidos
más de lo que nos podemos imaginar con
realidades tales como el ser vestidos con la
justicia de Cristo (la justificación por medio
de la fe) y la seguridad eterna. Después de la
salvación existen oportunidades para la vida y
el servicio cristianos muchas de las cuales
provienen del Espíritu Santo.
PARTE 1:
LA DOCTRINA DEL
ESPIRITU SANTO
BOSQUEJO
I. Introducción 253
II. La Persona del Espíritu Santo
A. La Gramática y el Espíritu
B. Los Elementos de la Persona
1. Intelecto
2. Emociones 254
3. Voluntad
C. Acciones Personales del Espíritu
Santo
1. Enseña
2. Habla
3. Redarguye
4. Ora, Intercede
5. Guía
6. Testifica
7. Da Vida
8. Ordena, Señala
9. Tiene Comunión
D. El Espíritu Santo es Tratado como
Persona
1. Puede Ser Contristado y Resis-
tido
2. Se le Puede Mentir
3. Puede ser Probado
4. Puede Ser Insultado
5. Puede Ser Blasfemado
E. La Trinidad y la Persona del Espíri-
tu Santo
III. La Deidad del Espíritu Santo
A. Declaraciones de Deidad
B. Pruebas de la Trinidad 255
C. El Dios del Antiguo Testamento
como el Espíritu en el Nuevo Tes-
tamento
D. El Espíritu y las Obras/Atributos de la
Deidad
1. Omnipresencia
2. Eternidad
3. Omnisciencia
4. Creador
5. Dador de Vida
6. Autor de la Escritura
7. Blasfemia Contra el Espíritu
IV. Símbolos del Espíritu Santo
A. Paloma
B. Agua
C. Fuego
D. Viento
E. Aceite
F. Vino
G. Sello 256
H. Arras/Promesa
V. La Procedencia del Espíritu Santo
VI.La Obra del Espíritu Santo en la Ad-
ministración de la Ley 257
A. Distinguiendo Entre Espíritu Bajo
la Ley y Espíritu Bajo la Gracia
B. Los Recipientes del Espíritu en el
Antiguo Testamento
C. La Duración del Ministerio del
Espíritu en el Antiguo Testamento
258
VII. La Obra del Espíritu Santo en la
Administración de la Iglesia 259
A. La Obra en los Incrédulos
1. Convicción
a. La Necesidad del Ministerio
de Convicción del Espíritu
Santo
b. Herramientas del Espíritu
Para Convencer al Mundo
c. Areas Principales de la Obra
de Convicción del Espíritu
d. Lo que Debe Incluirse Co-
mo Convicción 261
2. La Obra de Restricción 262
CAPITULO 10
PNEUMATOLOGIA
La Doctrina del Espíritu Santo
251
Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo
B. La Obra del Espíritu Santo en los
Creyentes
1. Regeneración
2. Morada 264
a. Con los que Hace Su Mora-
da 265
b. Cómo y Cuando se Obtiene
266
c. ¿Por Cuánto Tiempo Mora
el Espíritu?
3. El Bautismo en el Espíritu San-
to 268
a. Introducción, Definición
b. El Bautismo del Espíritu y
el Sistema de la Iglesia
c. Bautismo del Espíritu y la
Unión en Cristo 269
(1) El Bautismo en el Espíri-
tu Santo Hace la Unión en
Cristo 270
(2) La Unión en Cristo co-
necta a Todos los Cre-
yentes
d. Recipientes del Bautismo
del Espíritu
(1) Los que reciben el
Bautismo en el Espíritu
(2) El Momento del Bautis-
mo Del Espíritu 271
(3) Los Medios para obtener
El Bautismo del Espíritu
(4) Duración del Bautismo
Del Espíritu
(5) Conclusión
4. Sellar 273
5. Llenar
a. Conclusiones Firmes
(1) Llenar Equivale a Con-
trol e Influencia
(2) El Espíritu Santo Con-
trola mediante Su Propia
Palabra 274
(3) Definición de Llenar 275
(4) Descripción del Proceso
de Llenar
(a) El Control del Espíri-
tu Santo Definido
como Renovación de
La Mente y Trans-
formación
(i) El Creyente Con-
fiesa el Pecado, y el
mismo se Dedica a
Dios 276
(ii) El Creyente Ve
la Gloria de Dios en
la Biblia
(iii) El Espíritu Santo
usa Su Palabra para
Mostrar la Gloria de
Cristo y los errores
de los Creyentes
(iv) La Decisión de
Cambiar del Creyen-
te depende de si el
Espíritu Produce el
Cambio
(v) El Espíritu Santo
Usa la Palabra Escri-
ta Para Transformar-
nos Hasta Tener el
Carácter de Cristo
(b) Al Control del Espí-
ritu se le Describe
como Plenitud o Lle-
nura
(i) Sed llenos con el
Espíritu Santo
(ii) Andad por el
Espíritu Santo 277
(iii) No Apaguéis al
Espíritu Santo 279
(iv) No Contristéis al
Espíritu Santo
(v) El Fruto del
Espíritu
(b) Resumen,
Conclusiones cobre
la llenura del Espíri-
tu Santo 280
(5) Resultados Optimos de
Una Vida Llena del
Espíritu 281
(a)“Resultados” Artifi-
ciales de una Vida Llena
del Espíritu
(b)Resultados Reales de
252
No Solo de Pan
Una Vida Llena del
Espíritu 283
(6) Temas Relacionados al
Llenamiento del Espíritu
Santo 284
(a) Iluminación
(b) Guía 286
(i) Guía a Través de
Voces Audibles
(ii) Impulsos e
Impresiones
Inaudibles 288
(c) La Oración en el
Espíritu Santo 289
(d) La Seguridad 290
(e) El Fruto del Espíritu
b. Misterios Concernientes al
Llenamiento del Espíritu
291
(1) Razones en cuanto a la
Ambigüedad acerca de
Obtener Más del Espíri-
tu 292
(2) Llenos del Espíritu San-
to, Lucas, Hechos
(a) Punto de Vista Uno
(b) Punto de Vista Dos
(c) Punto de Vista Tres
293
(d) Punto de Vista Cua-
tro
(3) El Significado de
Efesios 5:18
(a)Interpretación, Espí-
ritu se refiere al
Espíritu Humano
(b) Por o Con el Espíritu
295
(i) Lleno por el
Espíritu
(ii) Lleno con el
Espíritu
(iii) Lleno en el
Espíritu
(4) Conclusión, Obteniendo
Más del Espíritu Santo
LA DOCTRINA DEL ESPI-
RITU SANTO
I. Introducción
Las Escrituras contienen muchas enseñan-
zas en relación a la tercer Persona de la
Trinidad, el Espíritu Santo. Debido a que
algunos textos hacen referencia al espíritu
humano (con e minúscula) y al Espíritu
Santo (con e mayúscula), no es posible ser
completamente dogmáticos en cuanto al
número exacto de las veces que se usa la
palabra. Hay aproximadamente 75 referen-
cias al Espíritu Santo en el Antiguo Tes-
tamento y entre 220 y 230 referencias del
Espíritu en el Nuevo Testamento. (Depen-
diendo de los manuscritos griegos que se
usen para contar, el Nuevo Testamento
menciona entre 92 y 94 veces la palabra
Santo unida a la palabra Espíritu). El con-
cepto de un Espíritu causa problemas a
aquellos que niegan la realidad de lo invi-
sible. Por lo tanto, los que no consideran la
Biblia de gran estima, enseñan que el Espí-
ritu Santo no es una persona sino una
fuerza impersonal o influencia. Consideran
al Espíritu Santo como un "Espíritu de
lucha" de un equipo de atletas o como un
"Espíritu navideño". Por lo tanto, los estu-
dios de la Pneumatología con frecuencia
comienzan tratando el tema de la persona
del Espíritu Santo.
II. La Persona del Espíritu Santo
A. La Gramática y la Persona del Espíritu
Algunas veces un poco de conocimiento es
peligroso. Tenemos por ejemplo el caso
relevante donde algunos aseveran que el
Espíritu Santo no puede ser una persona ya
que el idioma griego usa la palabra
(pneuma) que se encuentra en el género
neutro.
Aquellos que estudian el idioma griego
descubren que hay tres declinaciones (ter-
minaciones) principales en los sustantivos.
253
Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo
A causa de que muchos objetos evidente-
mente femeninos tienden a tener la misma
terminación, a todas las palabras que si-
guen ese patrón se les llama femeninas. Y
como también los objetos que son clara-
mente masculinos parecen tener la misma
terminación, todas las palabras que siguen
ese patrón se clasifican como masculinas.
Sin embargo, estas son designaciones que
se hacen en forma general pero que no
siempre implican que cada objeto de un
grupo determinado sea hombre o mujer.
Las palabras griegas camino y epístola son
femeninas. Sin embargo, ¡no son mujeres!
Las palabras griegas fruta y mundo son
masculinas y ¡no son hombres! La palabra
espíritu ciertamente es neutra. Y es sim-
plemente la palabra griega que se traduce
viento (de ahí obtenemos la palabra neu-
monía). Los autores usaron comúnmente
esta palabra neutra designada para el vien-
to para referirse a los elementos y a los
seres invisibles (así como el viento es
invisible). Los humanos son espíritus. Los
ángeles son espíritus. Los demonios son
espíritus malvados o inmundos. De la
misma manera, Dios es Espíritu (Juan
4:24). Cuando los autores de la Biblia de-
cidieron convertir la palabra espíritu en un
nombre propio, denominado Espíritu San-
to, no estaban tratando de negar la Persona
del Espíritu como tampoco se niega cuan-
do a un ser humano se le llama espíritu.
Probablemente, la intención de la palabra
era expresar Su naturaleza invisible y Su
poder (así como el viento es invisible y
también tiene poder).
El estudiante del Espíritu Santo deberá
además darse cuenta que existen bastantes
referencias al mismo las cuales no son
neutras sino masculinas la palabras conso-
lador (ayudador en la NASB versión en
inglés) y Abogado son masculinas. Cristo
dijo que el Espíritu Santo sería “otro con-
solador” (Juan 14:16, 26; 15:26; 16:7) o
sea, otro de la misma clase del Señor mis-
mo. Así como el Señor Jesucristo es una
persona, así también lo es el Espíritu San-
to. Además, en muchos lugares encontra-
mos pronombres personales masculinos
que se usan para hablar del Espíritu Santo
(Juan 15:26–ekeinos, 16:7–auton, 16:8–
ekeinos, 16:13–ekeinos, 16:14–ekeinos;
Ef. 1:14–ekeinos).
B. Elementos de la Persona
Los teólogos con frecuencia describen a
una persona como un ser con intelecto,
emoción y voluntad. Al Espíritu Santo se
le presenta en las Escrituras como alguien
que posee todos estos elementos de la per-
sona.
1. Intelecto
El Espíritu Santo escudriña las verdades
profundas de Dios (1 Cor. 2:10,11). De
acuerdo con Rom. 8:27, El tiene una men-
te.
Pero Dios nos las reveló a nosotros
por el Espíritu; porque el Espíritu
todo lo escudriña, aun lo profun-
do de Dios. Porque ¿quién de los
hombres sabe las cosas del hombre,
sino el espíritu del hombre que está
en él? Porque ¿quién de los hom-
bres sabe las cosas del hombre, sino
el espíritu del hombre que está en
él? Así tampoco nadie conoció las
cosas de Dios, sino el Espíritu de
Dios. [1 Cor. 2:10-11].
Mas el que escudriña los corazones
sabe cuál es la intención del Espí-
ritu, porque conforme a la voluntad
de Dios intercede por los santos.
[Rom. 8:27].
2. Emociones
Ya que el Espíritu Santo puede ser contris-
tado, entonces El debe tener emociones.
Y no contristéis al Espíritu Santo
de Dios, con el cual fuisteis sella-
dos para el día de la redención. [Ef.
4:30].
3. Voluntad
254
No Solo de Pan
El Espíritu Santo decide que don o dones
reparte a cada creyente. El definitivamente
tiene una voluntad.
Pero todas estas cosas las hace uno
y el mismo Espíritu, repartiendo a
cada uno en particular como él
quiere [1 Cor. 12:11].
C. El Espíritu Santo Realiza Acciones
Personales
1. Enseña (Juan 14:26)
2. Habla (Hechos 13:2; 21:11; Gál. 4:6;
1 Tim. 4:1; Ap. 2:7, 11, 17, 29)
3. Redarguye (Gén. 6:3; Juan 16: 8 y ss.)
4. Ora o intercede (Rom. 8:26)
5. Guía (Hechos 16:6; Rom. 8:14; Gál.
5:18)
6. Testifica (Juan 15:26; Rom. 8:16)
7. Da vida (Juan 3:6; Tito 3:5)
8. Ordena y designa (Hechos 13:1-4;
20:28)
9. Tiene comunión (2 Cor. 13:14)
D. El Espíritu Santo es Tratado Como
una Persona
1. Se le puede contristar y resistir (Gén.
6:3; Is. 63:10; Ef. 4:30)
2. Se le puede mentir (Hechos 5:3)
3. Puede ser probado (Hechos 5:9)
4. Se le puede insultar (Heb. 10:29)
5. Se le puede blasfemar (Mat. 12:31)
E. La Trinidad y la Persona del Espíritu
Santo
Toda la evidencia de la Deidad del Espíritu
Santo y de la doctrina de la Trinidad esta-
blece también la persona del Espíritu San-
to. (Vea el material siguiente y el Capítulo
2, “Teología Propia: La Doctrina de
Dios”)
III. La Deidad del Espíritu Santo
A. Declaraciones de Deidad
Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué
llenó Satanás tu corazón para que
mintieses al Espíritu Santo, y sus-
trajeses del precio de la heredad?
Reteniéndola, ¿no se te quedaba a
ti? y vendida, ¿no estaba en tu po-
der? ¿Por qué pusiste esto en tu co-
razón? No has mentido a los hom-
bres, sino a Dios. [Hechos 5:3-4].
Porque el Señor es el Espíritu; y
donde está el Espíritu del Señor,
allí hay libertad. [2 Cor. 3:17].
Respondiendo el ángel, le dijo: El
Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el
poder del Altísimo te cubrirá con
su sombra; por lo cual también el
Santo Ser que nacerá, será llamado
Hijo de Dios. (Aquí está implícita
la Deidad del Espíritu Santo) [Lu-
cas 1:35].
¿No sabéis que sois templo de
Dios, y que el Espíritu de Dios mo-
ra en vosotros? (La Deidad del
Espíritu Santo está implícita) [1
Cor. 3:16].
B. Pruebas de la Trinidad
Cada evidencia de la Trinidad es también
una prueba de la Deidad del Espíritu San-
to. La Teología propia es la mejor sección
en la que discutimos ampliamente la doc-
trina de la Trinidad. (Vea Capítulo 2,
“Teología Propia: La Doctrina de Dios”
para mayores detalles.) He aquí algunas
fórmulas Trinitarias comunes del Nuevo
Testamento: Mat. 3:16-17; 28:19; Juan
14:16-17; 15:26; 16:7-15; Rom. 8:14-17;
15:30; Gál. 4:4-6; Ef. 1:3-14; 4:4-6; 1 Cor.
12:4-6; 2 Cor. 1:21-22; 13:14; Heb. 9:14; 1
Pedro 1:2. Note que al Espíritu Santo se le
menciona por primera vez en Ef. 4:4-6 y
por segunda en Rom. 15:30.
C. El Dios del Antiguo Testamento como
el Espíritu Santo del Nuevo Testamento
En múltiples ocasiones cuando un pasaje
255
Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo
del Antiguo Testamento menciona a Dios,
en el Nuevo Testamento el autor al citar
este pasaje del Antiguo Testamento hace
referencia al Espíritu Santo. Compare Isa.
6:8-10 con Hechos 28:25-27; Sal. 95:7-11
con Heb. 3:7-11; y Jer. 31:31-34 con Heb.
10:15-17.
D. Los Atributos y Obras de la Deidad
del Espíritu Santo
1. Omnipresencia (Sal. 139:7-10)
2. Eternidad (Heb. 9:14)
3. Omnisciencia (1 Cor. 2:10-11)
4. Creador (Gén. 1:2; Job 33:4; posible-
mente Job 26:13 y Sal. 104:30)
5. Dador de vida (Juan 3:6; Tito 3:5; de
resurrección en Rom. 8:11)
6. Autor de Escrituras (2 Sam. 23:1-2; 2
Pedro. 1:21)
7. La blasfemia contra el Espíritu es más
seria que la blasfemia contra Dios el Hijo
(Mat. 12:31-32)
IV. Símbolos del Espíritu Santo
A. Paloma (Mat. 3:16; Marcos 1:10; Lu-
cas 3:22)
Como Paloma, el Espíritu Santo debe estar
asociado con amor, paz, y amabilidad.
B. Agua (Ez. 36:25, 27; Is. 44:3; Juan
7:37-39; Tito 3:5)
Como agua, el Espíritu Santo da vida, ple-
nitud, refresca, y da pureza. Las Escrituras
algunas veces hablan del Espíritu que es
“derramado.”
C. Fuego (Mat. 3:11; Lucas 3:16; Hechos
2:3)
El fuego en la Biblia puede representar la
presencia de Dios (Ex. 3:1y ss.), el poder
de Dios (1 Reyes 18:38-39), la protección
de Dios (Ex.13:21), y el juicio purificador
de Dios (Heb. 12:29).
D. Viento (Juan 3:3-8; Hechos 2:2y ss.; 2
Pedro 1:21; la palabra movía se usa para
referirse al viento que sopla en las velas de
una embarcación en Hechos 27:15, 17)
En hebreo (ruach) y en griego (pneuma),
el término que se traduce espíritu es el
mismo que se traduce viento. Como vien-
to, el Espíritu es invisible y poderoso.
Además, el aliento de Dios está relaciona-
do con la creación — la creación del hom-
bre (Gén. 2:7), la re-creación de la nación
de Israel (Ez. 37), la regeneración o nuevo
nacimiento (Juan 3:3-8), y la creación o
“exhalación” de las Escrituras (2 Tim. 3:16
y 2 Pedro 1:21).
E. Aceite
La Biblia relaciona al aceite con el Espíritu
Santo y usa la palabra ungir en conexión
con el Espíritu (vea 1 Sam. 10:1, 6; 16:13;
Is. 61:1; Lucas 4:18; Hechos 10:38; 2 Cor.
1:21, 22; 1 Juan 2:20, 27). El aceite está
relacionado con la sanidad (Lucas 10:34;
Santiago 5:14), y las bendiciones de Dios
como el gozo y el consuelo (Sal. 23:5;
45:7; 104:15; Joel 1:10; 2:24), la inaugura-
ción de una nueva labor (Ex. 29:7; 1 Sam.
10:1, 16:13, etc.) y la luz (Sal. 119:105, o
sea, la lámpara de aceite). El Espíritu San-
to nos sana espiritualmente al darnos vida.
El provee gozo y alegría. El nos entrega la
verdad, y El es la fuente de poder para
servir a Dios.
F. Vino (Lucas 1:15; Hechos 2:13; Ef.
5:18)
Al Espíritu Santo se le contrasta con el
vino. El ofrece una clase de control y ver-
dadero gozo que es diferente (benéfica).
G. Sello
Al Espíritu Santo se le compara con un
sello. Este tema se trató en las págs. 214-
215; 273).
H. Enganche o arras
Este tema ya ha sido tratado en la sección
acerca de la seguridad eterna (vea págs.
214-215).
V. La Procedencia del Espíritu
256
No Solo de Pan
El Espíritu Santo ha sido enviado al mun-
do tanto por el Padre, como por el Hijo.
Esto se enseña claramente en Juan 15:26 y
16:7. La doctrina de la procedencia del
Espíritu Santo es notable debido a su im-
pacto en la historia humana. Las iglesias
católico romana y griega ortodoxa se divi-
dieron en el año 1054 debido a la doctrina
del Espíritu Santo. La posición católico
romana es que el Espíritu procede tanto del
Padre como del Hijo, mientras que la posi-
ción ortodoxa es que el Espíritu procede
sólo del Hijo.
VI. La obra del Espíritu Bajo la Adminis-
tración de la Ley
A. La importancia de la Distinción Entre
el Espíritu Bajo la Ley y el Espíritu Bajo la
Gracia.
Uno de los más grandes errores que se
cometen al estudiar el Espíritu Santo es
ignorar y o ser negligentes de las diferen-
cias entre la obra del Espíritu Santo bajo la
ley y Su obra bajo la gracia. El estudiante
que ignora el gran cambio en Pentecostés
(Hechos 2) del judaísmo a la Iglesia (de la
ley a la gracia) probablemente nunca en-
tenderá las obras del Espíritu Santo. El
patrón de la obra del Espíritu Santo
bajo el sistema de la Iglesia no se en-
cuentra en el Antiguo Testamento ni en
los Evangelios. No hay excusa para pasar
por alto los anuncios de los Evangelios que
hablan de un gran cambio inminente en
cuanto a la obra del Espíritu Santo. Juan el
Bautista habló constantemente del bau-
tismo del Espíritu como un evento futuro
(Mat. 3:11; Marcos 1:8; Lucas 3:16). Aún
en el momento de la Ascensión, Cristo dijo
a Sus seguidores que el bautismo del Espí-
ritu era un evento futuro que ocurriría
pronto (Hechos 1:5). Ya en el tiempo de
Hechos 11:15-16, este bautismo del Espíri-
tu ya había ocurrido. En el día de Pente-
costés se llevó a cabo el cambio que esta-
ba anunciado. La obra del Espíritu Santo
después de Pentecostés no es la misma
que antes. Por lo tanto, no podemos del
Antiguo Testamento y los Evangelios
obtener el patrón para la obra del Espíritu
para esta época.
Existen otros indicadores que muestran
que se aproximaba un gran cambio en la
obra del Espíritu Santo en los Evangelios.
Juan 7:37-39 enseña que todos los creyen-
tes serían los depósitos de la habitación del
Espíritu Santo, pero también enseña cla-
ramente que esta obra del Espíritu Santo
daría comienzo después de la glorificación
de Cristo. De igual manera, el Discurso del
Aposento Alto dado la noche antes de la
muerte del Señor (Juan 14:16) está repleto
con la anticipación que el Espíritu Santo
comenzaría sus nuevos ministerios des-
pués de la Ascensión de Cristo.
Las personas que sólo consideran el Anti-
guo Testamento y los Evangelios para ob-
tener las normas de operación del Espíritu
Santo para esta época, sólo pueden culpar-
se a sí mismas por su confusión. Hay bas-
tantes indicaciones de que la obra del Espí-
ritu cambiaría radicalmente después de la
resurrección y ascensión del Señor. Aun-
que es cierto que los santos del Antiguo
Testamento (incluyendo los discípulos
obtuvieron el Espíritu Santo después del
tiempo de la salvación, en este tiempo o
sea, en la dispensación de la Iglesia, el
Espíritu Santo obra de manera diferente.
Debemos entender las diferencias entre la
obra del Espíritu bajo el judaísmo y la obra
del Espíritu bajo la Iglesia para poder tener
un punto de vista Bíblico del Espíritu San-
to. En seguida daremos una lista de las
diferencias y una explicación de la obra
del Espíritu Santo en el Antiguo Testa-
mento.
B. Los Receptores del Espíritu Santo en
el Antiguo Testamento
Bajo el sistema de la ley el Espíritu Santo
generalmente "venía sobre" o "llenaba " a
una persona mucho tiempo después de la
salvación. El obraba en las vidas de unos
pocos individuos sobresalientes, no en
257
Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo
todos los creyentes.1
Bajo la gracia el
Espíritu Santo obra en la vida de cada
creyente y comienza su obra en el mo-
mento de la salvación (Juan 7:37-39; Rom.
8:9; 1 Cor. 12:13; Gál. 3:2; 1 Juan 4:13).
Los que se dan cuenta de este cambio en la
obra del Espíritu en Pentecostés se oponen
a la idea de una "Segunda Bendición"
donde el Espíritu Santo supuestamente
entra en la vida de un creyente durante una
crisis o al llegar a cierta madurez después
de la salvación. También se oponen a una
teología donde unos creyentes tienen el
Espíritu Santo y otros no. La doctrina en la
cual algunos creyentes han tenido una
"Segunda Bendición" y por lo tanto, tienen
el Espíritu Santo mientras que otros no, se
basa en un patrón de la Ley. Esta no es la
manera en la que el Espíritu Santo obra en
la Iglesia. Entre los ejemplos del Antiguo
Testamento donde el Espíritu Santo vino
sobre unos cuantos líderes sobresalientes
(no en todos los creyentes como lo hace en
la edad de la Iglesia) en un tiempo subse-
cuente a la salvación (no en el momento
de la salvación como lo hace la edad de la
Iglesia) se encuentran los siguientes:
• Bezaleel – el artesano del tabernáculo
(lleno con el Espíritu , Ex. 31:3;
35:31)
• Moisés y los 70 ancianos de Israel,
sobre quienes descansó el Espíritu
Santo, (Números 11:17-29)
1
Existe el punto de vista que opina que las
siguientes referencias del Antiguo Testamento
acerca de la obra del Espíritu Santo solamente a
otorgaba bendición en cuanto a las habilidades
para el liderazgo a sólo unos pocos. Esto inclu-
ía el ungimiento para el servicio, no la habita-
ción o la morada. Considerando este punto de
vista, estos pasajes del Antiguo Testamento
definitivamente no serían un patrón para califi-
car la obra del Espíritu Santo en la vida del
creyente desde el día de Pentecostés. Sin im-
portar la interpretación de la información del
Antiguo Testamento, un estudio del Espíritu
Santo deberá enfatizar los textos concerniente a
sus obras después del día de Pentecostés.
• Josué – en quién moró el Espíritu
(Núm. 27:18)
• Otoniel – el Espíritu vino sobre él
(Jueces 3:10
• Gedeón – El Espíritu vino sobre él
(Jueces 6:34)
• Jefté – El Espíritu vino sobre él (Jue-
ces 11:29)
• Sansón – El Espíritu vino sobre él y se
manifestó (Jueces 13:25; 14:6, 19;
15:14)
• Saúl – El Espíritu vino sobre él (1
Sam. 10:6, 10; 11:6)
• David – El Espíritu vino sobre él (1
Sam. 16:13; vea también 2 Sam. 23:2)
• Amasai, uno de los oficiales de David
– el Espíritu vino sobre él (1 Crón.
12:18)
• Azarías el profeta – el Espíritu vino
sobre él (2 Crón. 15:1)
• Jahaziel el profeta – el Espíritu vino
sobre él (2 Crón. 20:14)
• Zacarías el hijo de Joiada el profeta –
el Espíritu vino sobre él (2 Crón.
24:20)
• Ezequiel – el Espíritu vino sobre él
(Ez. 11:5)
• Miqueas – fue lleno con el Espíritu
(Miqueas 3:8)
C. La Duración del Ministerio del Espíri-
tu Santo en una Persona
La primera diferencia entre la obra del
Espíritu Santo bajo la Ley y Su obra bajo
la Gracia radica en las personas con las
cuales el trabaja. Bajo la ley el Espíritu
vino solamente sobre unos cuantos indivi-
duos seleccionados (no todos) y en algún
tiempo después de la salvación. La segun-
da diferencia más grande de Su obra en el
Antiguo Testamento comparada con su
obra en el Nuevo Testamento tiene que
258
No Solo de Pan
ver con la duración de Su obra en la vida
de una persona. Bajo el sistema de la Igle-
sia el Espíritu Santo mora para siempre
en la vida de un creyente (vea Juan 14:16-
17 y Ef. 4:30). Sin embargo bajo el siste-
ma de la Ley el Espíritu podía ir y venir.
Se comete un serio error cuando se con-
funden los dos diferentes sistemas y se
cree que el Espíritu Santo puede partir de
un creyente hoy o que su continua presen-
cia depende de la santidad del creyente.
Esos malos y graves conceptos dan como
resultado nociones no Bíblicas tales como
las de rogar que el Espíritu Santo vuelva a
entrar a una vida y no vuelva a salir. La
remoción permanente de la presencia del
Espíritu Santo de la vida de un creyente
pertenece estrictamente a la administración
la ley. El Espíritu Santo si abandonó a
Sansón y a Saúl; también David estaba
preocupado acerca de la posibilidad de que
se le quitara el Espíritu.2
Y (Dalila) le dijo: ¡Sansón, los fi-
listeos sobre ti! Y luego que des-
pertó él de su sueño, se dijo: Esta
vez saldré como las otras y me es-
caparé. Pero él no sabía que Jehová
ya se había apartado de él [Jueces
16:20].
El Espíritu de Jehová se apartó
de Saúl… [1 Sam. 16:14a].
No me eches de delante de ti,
Y no quites de mí tu santo Espíritu.
[Sal. 51:11].
VII. La Obra del Espíritu Santo Bajo la
Administración de la Iglesia
A. La Obra del Espíritu Santo en Rela-
ción con los Incrédulos
1. Convicción
Es común en las esferas cristianas que se
2
algunas veces el Espíritu Santo trabajaba en la
vida de personas pecaminosas. Existen aún
casos donde el Espíritu Santo influenciaba tem-
poralmente a los incrédulos (Núm. 24:2; 1 Sam.
19:20-24).
use la palabra convicción refiriéndose a la
obra del Espíritu Santo en la conciencia de
un creyente tratando con el asunto de los
pecados personales. Esto es legítimo, ya
que la Palabra de Dios es útil para "redar-
güir e instruir" (2 Tim. 3:16). No hay du-
da que el Espíritu Santo usa la Palabra
para convencer a los creyentes de sus fal-
tas. Sin embargo, las enseñanzas Bíblicas
explícitas acerca del Espíritu Santo y Su
obra de convicción se dirigen a los perdi-
dos y no a los creyentes. Juan 16:7-11 es el
pasaje principal.
“Pero yo os digo la verdad: Os
conviene que yo me vaya; porque si
no me fuera, el Consolador no
vendría a vosotros; mas si me fuere,
os lo enviaré. Y cuando él venga,
convencerá al mundo de pecado, de
justicia y de juicio. De pecado, por
cuanto no creen en mí; de justicia,
por cuanto voy al Padre, y no me
veréis más; y de juicio, por cuanto
el príncipe de este mundo ha sido
ya juzgado.” [Juan 16:7-11].
a. La Necesidad del Ministerio de Con-
vicción del Espíritu Santo
El material previo de este estudio ha expli-
cado la manera en que Satanás ciega la
mente de las personas que no son salvas.
Ningún incrédulo puede entender el Evan-
gelio sin la iluminación que proviene del
Espíritu Santo (vea Juan 6:44; Hechos
16:14; 26:18; 1 Cor. 1:18; 2:14; 2 Cor.
4:3-4 y Capítulo 4, págs. 49-51; Capítulo
6, pág. 73; y en especial la elección del
Capítulo 9, págs. 136-141). Dios conoce
que sin los esfuerzos del Espíritu Santo
para penetrar la ceguera infundida por Sa-
tanás nadie podría comprender la impor-
tancia y el valor del Evangelio. El resulta-
do catastrófico sería que nadie creería. Por
lo tanto, Dios tiene un programa de elec-
ción. Todas aquellas personas que Dios
conoce de antemano que tienen un poten-
cial para la fe son elegidas para ser recep-
tores del Espíritu Santo y así dispersar su
259
Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo
oscuridad a fin de que su fe pueda ser ex-
presada. Esta "separación" para convicción
o iluminación efectuada por el Espíritu
Santo se enseña mediante la palabra santi-
ficación en 2 Tes. 2:13 y 1 Pedro. 1:2.
b. Las Herramientas del Espíritu Santo
Para Convencer al Mundo
No hay duda de que la Palabra de Dios es
una herramienta principal usada por el
Espíritu Santo para producir convicción
(vea Santiago 1:18; 1 Pedro 1:23; Rom.
10:14-17). Y ya que los agentes humanos
esparcen la Palabra de Dios, es correcto
pensar en que los creyentes son una fuente
para traer convicción al mundo. Los cre-
yentes convencen al mundo mediante un
mensaje verbal (Hechos 5:32; 1 Cor.
14:24; Ef. 5:11) y al vivir una vida justa
(Mat. 5:16; Fil. 2:15-16; 1 Pedro 2:12, 15).
c. Areas Principales de la Obra de Con-
vicción del Espíritu
Aunque el Espíritu Santo a través de la
palabra y a través de los creyentes sin duda
convence al mundo de pecados personales
específicos (Juan 3:20), los pecados perso-
nales no son el enfoque principal de la
obra de convicción del Espíritu Santo. La
restricción que se hace de la obra del
Espíritu Santo al reducirla solo a una obra
en la conciencia acerca de la borrachera o
la pornografía o un mal temperamento, es
un error que limita la apreciación del obje-
tivo real del Espíritu en la obra de convic-
ción. Debemos notar que la palabra peca-
do en Juan 16:8,9 es singular y que se
define como una falla en creer en Juan
16:9 3
. El Espíritu Santo se esfuerza prin-
cipalmente por convencer al mundo de un
gran pecado o sea, el pecado de increduli-
dad. Todos los otros aspectos de Su con-
vicción vienen a ser secundarios compara-
dos con esta imperiosa preocupación. El
pecado de incredulidad es el único pecado
3
La palabra griega, hoti, de Juan 16:9, se puede
traducir “que”. El pecado principal es “que no
crean en Mí”.
imperdonable y que envía a una persona a
la condenación eterna. El objetivo del
ministerio de convicción del Espíritu Santo
no es la reforma moral de un mal hábito.
El desea iluminar la mente que no es salva
para que entienda el valor del Evangelio
mediante el desplazamiento de la ceguera
satánica, y El desea convencer a la con-
ciencia no regenerada de lo terrible que es
el pecado de rechazar a Jesucristo y así
persuadir a la persona para creer. La obra
principal del Espíritu Santo hacia los per-
didos es de naturaleza soteriológica, no
ética. Cualquier convicción de pecados
personales es una "contribución secunda-
ria" comparada con la convicción acerca
de lo maligno que es la incredulidad.
Además, la convicción del Espíritu Santo
acerca de la justicia es con el propósito de
salvación. La incapacidad que tiene el
mundo para ver a Cristo en persona hace
que sea necesaria la obra del Espíritu San-
to para convencerle de justicia (de acuerdo
con Juan 16:10). Por lo tanto, el tipo de
justicia de la cual el Espíritu Santo con-
vence al mundo es la justicia propia de
Cristo. El Espíritu Santo no está tan inte-
resado en promover una justicia moral en
la etapa pre salvación sino en convencer
al incrédulo acerca de la justicia de Cristo.
El Espíritu Santo procura marcar la con-
ciencia no salva con lo atractiva que es la
justicia de Cristo y con la necesidad de ser
justificado por medio de la fe en El (obte-
niendo así un reclamo de Su justicia) y con
la iluminación para darse cuenta de la
maldad que es tratar a Cristo como un en-
gañador injusto.
El último elemento del ministerio de con-
vicción del Espíritu Santo de Juan 16:7-11
es el elemento de juicio. La obra de la
Cruz ciertamente dictó la perdición de
Satanás. Mediante la Cruz, Dios puede
justamente salvar a los hombres del domi-
nio de Satanás ya que el Señor Jesús tomó
el juicio por nuestros pecados, logrando así
una liberación justa del dominio de Sa-
tanás. Los creyentes son justamente libe-
260
No Solo de Pan
rados de Satanás y de la paga del pecado.
Cuando el último de los elegidos sea salvo,
Dios se deshará del diablo. El Espíritu
Santo convence (persuade) al mundo del
juicio que vendrá sobre aquellos que son
culpables del pecado de incredulidad en
Cristo, que ignoran la verdad y la atracción
de Su justicia.
d. Cuestiones Concernientes a lo que
debe Incluirse como “Convicción”
Parece que por el uso de la palabra mundo
en Juan 16:8 y por la experiencia, que el
Espíritu Santo convence a muchas perso-
nas que al final rechazan la verdad. El las
ilumina penetrando la ceguera satánica.
Ellos entienden la importancia del Evange-
lio y la maldad de la incredulidad, la reali-
dad de la justicia de Cristo y el peligro del
juicio al rechazarle. Pero aun así, se rehú-
san a creer. Esto nos conduce a cuestionar
la extensión de la obra de convicción del
Espíritu Santo. ¿Convence el Espíritu San-
to a cada persona que nace en este mundo?
o ¿Acaso Juan 16:8 quiere decir que el
Espíritu Santo está obrando en el “sistema
del mundo” (cosmos) y no necesariamente
enseña que El convence a cada individuo
de ese sistema? También relacionado con
esta pregunta se encuentra el tema de si el
Espíritu Santo convence en ausencia de la
revelación escrita, ya que muchas personas
viven sin una proclamación formal de la
Biblia.
Las respuestas a estas preguntas no afectan
realmente nuestro conocimiento acerca de
lo que realmente está haciendo el Espíritu
Santo en el mundo que no es salvo. El al-
cance y la magnitud de Su obra siguen
siendo los mismos independientemente de
si optamos por agrupar todo bajo la cate-
goría de “convicción.”
Es una verdad innegable que las personas
que rechazan las verdades de la creación
(Job 12:7-9; Sal. 19:1-3; Rom. 1:19-20),
de una conciencia moral (Rom. 2:14-15), y
de una creencia innata (2 Pedro 3:5) en
Dios, son suficientemente culpables como
para ser condenados sin ninguna presenta-
ción explícita del evangelio partiendo de la
Biblia. Dios el Espíritu Santo estimula o
mueve los corazones de los perdidos me-
diante la revelación natural (Rom. 10:18).
El único asunto real en el tema del alcance
de la “convicción” es si la iluminación
mediante la revelación natural (en oposi-
ción a la escrita) deberá ser clasificada
como “convicción” o deberá ser conside-
rada como una obra del Espíritu Santo por
separado.
Si decidimos clasificar la promesa de Cris-
to acerca de la obra de convicción del
Espíritu Santo de Juan 16 como un minis-
terio por separado, entonces tendríamos
una tendencia a colocar la iluminación a
través de la revelación natural en una cate-
goría diferente y no como una convicción
específica acerca de la persona de Cristo.
La convicción será considerada como una
obra limitada totalmente a esta época y
como algo que requiere una presentación
explícita del Evangelio. Sería algo que el
Espíritu Santo hace en el “mundo” pero
no necesariamente en cada individuo.
Sin embargo, podríamos también conside-
rar la obra de Juan 16 como una exten-
sión de una obra anterior del Espíritu San-
to que sería más específica después de la
ascensión. De esta manera, la convicción
sería considerada tanto iluminación como
revelación natural (lo cual ocurrió antes de
la ascensión) y después de la ascensión
como una iluminación más específica
acerca de la persona de Cristo. Si inclui-
mos bajo la clasificación de convicción la
iluminación mediante la revelación natu-
ral, entonces literalmente cada persona
madura del mundo es convencida por el
Espíritu Santo.
De nuevo, la magnitud de la obra del Espí-
ritu Santo sería la misma de cualquier ma-
nera. El único problema que se tiene es si
clasificamos la iluminación mediante la
revelación natural como la convicción del
Espíritu Santo o si la consideramos como
261
Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo
una obra que hace el Espíritu Santo por
separado. El Espíritu Santo puede definiti-
vamente obrar en los corazones de los per-
didos sin palabras escritas. Lo hizo así en
los días de Noé (Gén. 6:3). Existen proba-
blemente muchas obras del Espíritu Santo
en los corazones de los perdidos que nos
son desconocidas (Juan 3:8).
2. La Obra de Retricción
El mundo parece ser terriblemente malva-
do. Sin embargo dada la profunda degra-
dación potencial del corazón humano, es
sorprendente que las condiciones del mun-
do no sean mucho peores. La medida de
civilización que existe en el mundo se de-
be totalmente a la gracia de Dios.
Las Escrituras enseñan que viene un per-
íodo de Tribulación con horrores inimagi-
nables que llenarán la tierra. Y aunque la
ira de Dios será la causa de algo de este
sufrimiento, gran parte de este sufrimiento
el hombre lo traerá sobre sí mismo. El
mundo todavía está por ver la toda la mise-
ria que el hombre puede traer sobre sí
mismo debido al pecado sin control y sin
restricción. 2 Tes. 2:6-7 enseña que al-
guien está deteniendo la anarquía o iniqui-
dad en el mundo en el tiempo presente. El
que detiene impide el surgimiento del
"hombre del pecado" (el anticristo) quien
de otra manera controlaría al mundo antes
del tiempo señalado por Dios.
Y ahora vosotros sabéis lo que lo de-
tiene, a fin de que a su debido tiempo
se manifieste. Porque ya está en acción
el misterio de la iniquidad; sólo que
hay quien al presente lo detiene, hasta
que él a su vez sea quitado de en me-
dio. [2 Tes. 2: 6-7].
La persona que lo detiene de 2 Tes. 2:6-7
debe tener poder sobrenatural ya que so-
lamente ese tipo de poder puede oponerse
al objetivo de Satanás de dominar al mun-
do a través del hombre de pecado. El ver-
so 7 hace uso de la forma masculina
(“quien al presente lo detiene”). Por lo que
se concluye que El que lo detiene es una
persona. La mejor interpretación que se le
puede dar a este texto es que el Espíritu
Santo detiene ahora la iniquidad en el sis-
tema del mundo. Si no fuera así, existiría
un tremendo aumento en la deshumaniza-
ción del hombre hacia el hombre, y el anti-
cristo surgiría pronto en el poder. La opi-
nión de que el Espíritu Santo es el que lo
detiene también ayuda a explicar por qué
se usa la forma neutra en el versículo 6. Ya
que la palabra Espíritu es neutra, Pablo
utilizó el género neutro en el versículo 6.
Sin embargo, como él quería hacer hinca-
pié en Su personalidad utilizó la forma
masculina en v. 7.
La obra de restricción del Espíritu Santo
proporciona un apoyo secundario para el
Rapto pretribulacionario. Probablemente,
el Espíritu Santo usa la Iglesia universal
para reducir la perversidad en el mundo.
Los cristianos que creen en la Biblia han
influido en el mundo para que haya menos
maldad la cual de lo contrario sería patente
en ausencia de la iglesia. El Anticristo no
puede aparecer hasta que cese el trabajo
del Espíritu Santo a través de la iglesia, y
el trabajo de la Iglesia en la tierra sólo cesa
en el Arrebatamiento.
B. La Obra del Espíritu Santo en Rela-
ción con los Creyentes
1. Regeneración
La regeneración es el acto sobrenatural,
instantáneo y directo de Dios mediante el
cual El imparte vida eterna a todos los que
confían en Cristo. La mayoría de las veces,
los versículos relacionados con el tema de
la regeneración o el nuevo nacimiento no
incluyen una referencia al Espíritu Santo.
Sin embargo, estos dos pasajes claves si-
guientes aclaran que el Espíritu Santo está
involucrado en dar nueva vida a aquel que
cree.
Respondió Jesús y le dijo: De cier-
to, de cierto te digo, que el que no
naciere de nuevo, no puede ver el
reino de Dios. Respondió Jesús: De
262
No Solo de Pan
cierto, de cierto te digo, que el que
no naciere de agua y del Espíritu,
no puede entrar en el reino de Dios.
Lo que es nacido de la carne, carne
es; y lo que es nacido del Espíritu,
espíritu es. No te maravilles de que
te dije: Os es necesario nacer de
nuevo. El viento sopla de donde
quiere, y oyes su sonido; mas ni sa-
bes de dónde viene, ni a dónde va;
así es todo aquel que es nacido del
Espíritu. [Juan 3:3, 5-8].
Nos salvó, no por obras de justicia
que nosotros hubiéramos hecho, si-
no por su misericordia, por el la-
vamiento de la regeneración y por
la renovación en el Espíritu San-
to, [Tito 3:5].
La mayoría de los siguientes versículos no
mencionan directamente al Espíritu Santo.
Sin embargo, ya que hacen referencia a la
regeneración, enseñan acerca de una obra
que el Espíritu Santo realiza en la regene-
ración. El Espíritu Santo produce un "nue-
vo nacimiento", en el que cree (Juan 1:12-
13, Juan 3:3-8, 1 Cor. 4:15; 1 Pedro 1:3,
23; 1 Juan 5:1). El nacimiento físico trae
un niño a una familia. El nuevo nacimiento
también trae a una persona a una familia,
la familia de Dios (véase el Capítulo 9,
págs. 186-187, y también Juan 1:12-13,
Rom. 8:14-19; Gál. 3:26, 4:4-7, 1 Juan
3:1-2). El nuevo nacimiento, por supuesto,
también significa una nueva vida. Más
específicamente, el Espíritu Santo equipa
al creyente con la vida eterna (véase el
Capítulo 9, págs. 185-186, también Juan
3:16; 4:14, 5:24, 6:40, 47, 10:28, Rom. 6:
23, 1 Juan 5:13). La Biblia utiliza otros
términos aparte de regeneración, nuevo
nacimiento, y vida eterna para y transmitir
la misma verdad. A veces se refiere a la
regeneración usando la terminología de
una nueva vida de resurrección (ver Juan
5:21, 25; 14:19-20; Rom. 6:4, 11, 13, Gál.
2:20; Ef. 2:5; Col. 1:27; 2:12-13; 3:1-2).
La regeneración que el Espíritu Santo pro-
duce aporta una participación en la vida de
resurrección de Cristo. Es fácil ver que esa
vida debe ser eterna en duración, porque la
vida de Cristo, obviamente, nunca termina.
Otra manera en que la Biblia expresa la
regeneración es llamándola una nueva
creación que resulta en una nueva natura-
leza (una posible interpretación de 2 Cor.
5:17; y también Gál. 6:15; Ef. 2:10; 4:24;
2 Pedro 1:4).4
Por lo tanto, la doctrina de
la regeneración debe estar vinculada en
nuestro pensamiento con la idea del nuevo
nacimiento, la adopción, la vida nueva y
eterna, la vida de resurrección que compar-
te la vida de Cristo, y con una nueva natu-
raleza (es decir, mecanismo del compor-
tamiento).
Las Escrituras mencionan algunas veces al
Espíritu Santo produciendo el nuevo naci-
miento, pero otras veces mencionan que la
Palabra de Dios es la que lo produce. Estos
dos aspectos de la regeneración deben es-
tar unidos. El Espíritu Santo es el autor
final de la Escritura (2 Sam. 23:1-2; 1
Timoteo 4:1; 2 Pedro 1:20-21). El produce
nueva vida usando Su propia Palabra (San-
tiago 1:18; 1 Pedro 1:23.). El convence a
las personas y disipa la oscuridad satánica
usando la Palabra, para que una persona
pueda entender y creer en el Evangelio.
Debido a que tanto el bautismo del Espíri-
tu como la regeneración están relacionados
a la unión con Cristo, estos dos temas
4
2 Cor. 5:16 afirma que un creyente observa a
las personas de manera diferente después de la
salvación. Un incrédulo que conoció a Cristo
personalmente, obviamente, vio al Señor de
manera muy diferente después de la salvación.
Por lo tanto, 2 Cor. 5:17 puede estarse refirien-
do principalmente a las nuevas perspectivas y a
la evaluación de una persona acerca de de los
demás después de la salvación. Además, un
recién convertido tiene una nueva relación con
los que le habían precedido en la fe. Los cris-
tianos ven a un nuevo hermano o hermana de
manera diferente de cuando la persona todavía
estaba perdida. La conversión les hace ver a la
persona como una persona nueva, una “nueva
criatura”.
263
Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo
también deben estar vinculados estrecha-
mente. El Bautismo en el Espíritu significa
que Cristo coloca al creyente en el Espíritu
de Cristo, y por lo tanto, en unión con El
mismo. La unión con la vida de Cristo es
una nueva vida, es decir, una regeneración.
Los términos regeneración y bautismo en
el Espíritu son muy diferentes, pero en
realidad tanto uno como el otro se relacio-
nan con la unión con Cristo y la participa-
ción de Su vida. El Bautismo en el Espíritu
crea la unión con la vida de Cristo la cual
se puede llamar regeneración. La convic-
ción hace que sea posible la fe para que se
lleve a cabo el bautismo en el Espíritu. Así
que, las obras convicción, bautismo y re-
generación del Espíritu Santo están rela-
cionadas entre sí.
2. Habitación o Morada
La Morada o Habitación es el ministerio
del Espíritu Santo durante la administra-
ción de la iglesia que sucede en el momen-
to de la salvación en el cual El viene a
residir permanentemente en el creyente.
Los varios aspectos de esta definición
serán establecidos en el siguiente estudio.5
5
A la obra de unción no se le cataloga por se-
parado, ya que parece estar ligada a la morada
del Espíritu (durante la dispensación de gracia).
En el Antiguo Testamento, "unción" se asocia
con el llamado o la institución de un oficio o
una obra. Los sacerdotes eran ungidos con acei-
te (Ex. 29:7; Núm. 3:3) al igual que los gober-
nantes políticos (1 Sam. 9:16; 16:12; 2 Sam.
12:7; 1 Reyes 1:34).
A veces la palabra ungir fue utilizada en
conexión con el Espíritu Santo que moraba
inicialmente en una persona, generalmente un
líder, para darle el poder para cumplir con cier-
ta tarea (1 Sam.10:1, 6, 10; 16:13). Por lo tan-
to, la unción y la venida inicial del Espíritu
Santo están asociadas. Sin embargo, la única
persona bajo la Ley que las Escrituras indican
directamente que fue "ungido por el Espíritu"
es el Ungido, el Mesías (ver Is. 61:1; Lucas
4:18, Hechos 10:38). Es quizás seguro inferir
que otros, como David, también fueron ungidos
con el Espíritu Santo (aunque la Escritura no
enseña directamente esto). Tal unción del Espí-
ritu parece ser una referencia a la morada ini-
cial del Espíritu Santo apartando así a un líder y
otorgándole el poder para cumplir con ciertas
funciones. En tiempos del Antiguo Testamento,
el Espíritu Santo moró y por lo tanto, ungió
sólo a unos pocos, y esto después de la salva-
ción. Por lo tanto, Su obra de unción bajo la
Ley no sería un patrón preciso ahora que esta-
mos bajo la gracia.
En el sistema de la iglesia el Espíritu Santo
mora en todos en el momento de la salvación.
Por lo tanto, esperaríamos que cualquier ense-
ñanza del Nuevo Testamento que mencione al
Espíritu ungiendo, incluya a todos los creyentes
y comience al momento de la salvación. Y ese
es el caso.
2 Cor. 1:21, que puede ser para los apóstoles
pero que probablemente incluye a todos los
creyentes, y 1 Juan 2:20, 27 son los únicos
pasajes del Nuevo Testamento que mencionan
la unción efectuada por el Espíritu Santo.
Hacen de dicha unción la posesión de todos los
creyentes (ya que cada creyente ha sido habita-
do). No hay ninguna base Bíblica para rogar,
orar, o luchar por obtener alguna unción del
Espíritu en el momento de la salvación. Ahora
todos los creyentes ya han sido apartados (san-
tificados) para la obra del Señor y por tanto,
todos los creyentes han sido ungidos por el
Espíritu con el poder para llevar a cabo sus
responsabilidades.
Es posible usar la palabra "ungir" para referirse
a un creyente de hoy que es guiado por Dios
para una obra determinada y bendecido con
una habilidad especial para hacer ese trabajo
(por ejemplo, uno podría referirse a la ordena-
ción como una unción). Si bien no hay nada
malo con tal lenguaje y además se compara con
los ejemplos del Antiguo Testamento, donde la
unción otorgaba el poder para llevar a cabo una
tarea especial, parece que la unción del Espíritu
del Nuevo Testamento está aún más estrecha-
mente vinculada a la impartición de poder ini-
cial del Espíritu Santo en la vida de un indivi-
duo. Bajo la Ley, esta recepción inicial podría
venir después de la salvación (como en el caso
de David). Sin embargo, todos los creyentes
bajo la dispensación de gracia ya ha sido
ungidos por el Espíritu para un ministerio
especial. Todos ellos han sido apartados (santi-
ficados) para el servicio cristiano. Todos cuen-
tan con los recursos del Espíritu Santo para
ministrar (1 Cor. 12:7; Ef. 4:12). Por lo tanto,
264
No Solo de Pan
a. ¿Con Quien mora el Espíritu Santo?
Los que no captan una distinción entre la
ley y la gracia, entre el judaísmo y la Igle-
sia, no podrán entender la doctrina de la
habitación del Espíritu Santo, en la época
actual. Cristo, en Juan 7:37-39 y Juan
14:16-17, enseñó que habría un gran cam-
bio en la operación del Espíritu Santo des-
pués de Su glorificación y partida. Si con-
sideramos que el Antiguo Testamento o
los Evangelios nos dan la pauta a seguir
para la obra del Espíritu Santo, en la admi-
nistración de la iglesia, el resultado sería
confusión. Desde el tiempo de la glorifica-
ción de Cristo (lo cual incluye Su ascen-
sión), todo aquel que cree es habitado
por el Espíritu Santo. El Espíritu Santo
mora en todo aquel que pertenece a Cristo.
“El que cree en mí, como dice la
Escritura, de su interior correrán
ríos de agua viva. Esto dijo del
Espíritu que habían de recibir los
que creyesen en él; pues aún no
había venido el Espíritu Santo,
porque Jesús no había sido aún
glorificado. [Juan 7:38-39].
Y si alguno no tiene el Espíritu de
Cristo, no es de él. (De igual mane-
ra el que es de Cristo tiene el
Espíritu Santo) [Rom. 8:9b].
1 Cor. 12:13b dice, “y a todos se nos dio a
beber de un mismo Espíritu.” En su con-
texto, la palabra todos se refiere a todo el
que tiene unión con Cristo, y esto a su vez
es una referencia a todo el que cree.6
La
no es necesario que los cristianos rueguen por
una unción que ya se ha otorgado en virtud de
la presencia interior del Espíritu en la vida de
cada creyente.
6
Todos los creyentes tienen la unión con Cristo
(Ef. 2:4-9; Gál. 3:26-28.). Por lo tanto, todos
los creyentes han sido habitados por el Espíritu,
ya que la obra de la morada del Espíritu (y la
obra de bautismo) es por causa de la unión con
Cristo (1 Cor. 12:13). No hay razón alguna para
palabra beber nos hace pensar en una obra
que se lleva a cabo en el interior de la per-
sona. Por lo tanto, Pablo enseña que todos
los creyentes han sido habitados por el
Espíritu Santo.
La verdad misma que nos enseña que to-
dos los que obtengan la resurrección son
habitados por el Espíritu Santo nos lleva a
la misma conclusión (Rom. 8:11)7
y todos
los que son hijos de Dios han sido habita-
dos por el Espíritu Santo (Gál. 4:6; Rom.
8:14 entendidos correctamente).8
…el que levantó de los muertos a
Cristo Jesús vivificará también
vuestros cuerpos mortales por su
Espíritu que mora en vosotros.
[Rom. 8:11b].
Y por cuanto sois hijos, Dios en-
vió a vuestros corazones el Espíri-
tu de su Hijo, el cual clama ¡Abba,
Padre! [Gál. 4:6].
Cuando Pablo escribe a los corintios car-
nales, el no menciona una diferencia entre
los que son habitados por el Espíritu Santo
y los que no lo son. El hace una declara-
ción general a todos los que han sido habi-
tados por el Espíritu Santo.
¿O ignoráis que vuestro cuerpo es
templo del Espíritu Santo, el cual
está en vosotros, el cual tenéis de
Dios, y que no sois vuestros? [1
Cor. 6:19].
pensar en la idea de un cristiano que no posee
el Espíritu Santo.
7
Todos los creyentes tienen vida eterna (Juan
5:24; 11:25). Y como el Espíritu Santo es el
que da vida (Rom. 8:11), entonces el Espíritu
Santo ha hecho su habitación en todos. No hay
lugar para el concepto de un cristiano que no
posee el Espíritu Santo.
8
Todos los creyentes son hijos de Dios (Juan
1:12-13; Gál. 3:26). Y como el Espíritu Santo
es quien crea esta adopción (Gál. 4:6; Rom.
8:14), es absurdo pensar que un creyente no
tiene el Espíritu Santo. No existe lugar para
pensar en la idea de in cristiano que no posee el
Espíritu Santo.
265
Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo
Varias veces el Nuevo Testamento presen-
ta la morada del Espíritu Santo como una
realidad ya consumada para un creyente
(Rom. 5:5; 2 Cor. 5:05, 1 Juan 3:24, 4:13).
No existe ningún mandato en esta dispen-
sación para que un creyente procure obte-
ner la habitación del Espíritu Santo.
b. ¿Cómo y Cuando se Obtiene la Habita-
ción del Espíritu Santo?
Ya que el Espíritu Santo mora en todos los
creyentes, es obvio que se obtiene al cre-
er, y que El habita en el momento de la
fe. Juan 7:38-39 y Gál. 3:2 son pasajes
especialmente claros en cuanto a que el
Espíritu Santo se otorga en base a la fe en
Cristo. No puede darse el caso de alguien
que tenga fe pero que no tenga el Espíritu.
De esta manera, el Espíritu Santo mora en
base a la fe en Cristo y en el momento en
que esta comienza.
“El que cree en mí, como dice la
Escritura, de su interior correrán
ríos de agua viva. Esto dijo del
Espíritu que habían de recibir los
que creyesen en él; pues aún no
había venido el Espíritu Santo, por-
que Jesús no había sido aún glorifi-
cado. [Juan 7:38-39].
Esto solo quiero saber de vosotros:
¿Recibisteis el Espíritu por las
obras de la ley, o por el oír con fe?
[Gál. 3:2].9
Una vez más, todos aquellos que son Hijos
de Dios son habitados por el Espíritu (Gál.
4:6, Rom. 8:14.). Puesto que una persona
se convierte en un hijo de Dios por la fe y
9
Vea también Ef. 1:13. Si el participio de este
versículo es tomado como un participio causa-
tivo, debe leerse, “y por razón de haber creído
en él, fuisteis sellados en él con el Espíritu
Santo...” Aunque Ef. 1:13 pudiera también ser
compatible con la idea que el Espíritu Santo
viene después del momento de la salvación,
otros textos más claros que establecen que la
recepción del Espíritu Santo es por la fe apoyan
a la traducción anterior.
en el momento de la fe, entonces, la mora-
da del Espíritu Santo también se lleva a
cabo en ese mismo momento. De la mis-
ma manera, aquellos que tienen la unión
con Cristo son habitados por el Espíritu
Santo (Rom. 8:9b; 1 Cor.12:13b). Puesto
que una persona obtiene esta unión con
Cristo por la fe, la morada del Espíritu
Santo debe venir por fe. La fe en Cristo
traerá consigo una eventual resurrección
(Juan 6:40, 47) acompañada del Espíritu
Santo que se encarga de "dar vida a vues-
tros cuerpos mortales" (Rom. 8:11). Todas
las líneas de evidencia indican que el
Espíritu Santo habita en base a la fe y
que esta residencia se inicia en el mo-
mento de establecer la fe en Cristo.
Hechos 10:44 da un ejemplo de esto.
Cuando Pedro predicó el evangelio, algu-
nos creyeron. Aun antes de terminar el
sermón, y mucho antes que ellos fueran
bautizados, ellos obtienen el Espíritu San-
to.
c. ¿Por Cuánto Tiempo Mora el Espíritu
Santo?
A diferencia de la Ley, donde el Espíritu
Santo habitaba a una persona y después
podía partir, Cristo dijo a Sus discípulos
que bajo el nuevo ministerio del Espíritu
Santo, El permanecería para siempre. En la
misma ocasión, El también dejó en claro
que Sus palabras estaban destinadas a todo
Su pueblo y no sólo a Sus apóstoles.
“Y yo rogaré al Padre, y os dará
otro Consolador, para que esté con
vosotros para siempre: el Espíritu
de verdad, al cual el mundo no
puede recibir, porque no le ve, ni le
conoce; pero vosotros le conocéis,
porque mora con vosotros, y estará
en vosotros.…” Respondió Jesús y
le dijo: El que me ama, mi palabra
guardará; y mi Padre le amará, y
vendremos a él, y haremos morada
con él.” [Juan 14:16-17; 23].
Aunque Ef. 4:30 técnicamente se refiere al
sellado y no a la morada, este pasaje ense-
266
No Solo de Pan
ña que la obra del Espíritu Santo en la vida
de un creyente es permanente. El habita en
los creyentes, y seguirá obrando en ellos
por todas sus vidas.
Y no contristéis al Espíritu Santo
de Dios, con el cual fuisteis sella-
dos para el día de la redención [Ef.
4:30].
En realidad, la duración de la morada del
Espíritu Santo se entrelaza con la doctrina
de la seguridad eterna. Ya que el Espíritu
Santo mora en aquellos que son los hijos
de Dios (Gál. 4:6), que están en unión con
Cristo (1 Cor. 12:13b) y que serán resuci-
tados (Rom. 8:11), y ya que los creyentes
nunca dejarán de ser hijos de Dios, ni per-
derán la unión con Cristo, ni dejarán de
ser resucitados; la habitación del Espíritu
también debe ser permanente.
Los que piensan que el Espíritu viene y se
va, que enseñan que debemos de luchar,
rogar, suplicar o procurar la residencia del
Espíritu Santo lo hacen porque ignoran la
enseñanza de las Escrituras acerca de la
obra del Espíritu Santo en la dispensación
de la Iglesia.10
10
Lucas 11:13 se usa a menudo como un texto
de prueba para apoyar la idea de suplicar por el
Espíritu Santo. Sin embargo, estas palabras se
dieron bajo la dispensación de la Ley, cuando
muy pocos creyentes poseían el Espíritu Santo.
Cristo invitó a Sus discípulos para que pidieran
el Espíritu Santo. A pesar de que la obra de
morar del Espíritu Santo en todos los creyentes
no comenzaría sino hasta después de la glorifi-
cación de Cristo (Juan 7:38-39), Dios les habría
concedido el Espíritu Santo a algunos de los
que siguieron a Cristo durante el inicio de Su
ministerio. Sin embargo, no se tiene ningún
registro de que alguno de ellos haya pedido
alguna vez el Espíritu Santo. Existen ahora en
la dispensación de la Iglesia condiciones dife-
rentes a las que operaban cuando fue dado el
mensaje de Lucas 11:13. En la actualidad, todo
aquel que cree, ya tiene el Espíritu Santo, sin
tener que pedirlo. Mientras que Lucas 11:13
puede tener aplicaciones contemporáneas, el
Espíritu Santo ahora funciona de forma diferen-
te que en el momento de los evangelios antes
que comenzara la iglesia.
Juan 20:22 es otro texto que usan algunos que
argumentan que da un precedente para demos-
trar que las personas obtuvieron el Espíritu
Santo, mucho tiempo después de la salvación.
Sin embargo, una vez más el cambio de la ley a
la gracia, del judaísmo a la Iglesia, es un factor
determinante. Debe quedar muy claro que esta
transición no había ocurrido todavía, ya que en
Su ascensión, Cristo todavía estaba enseñando
que el bautismo del Espíritu era en el futuro
(Hechos 1:5). Juan 20:22 ocurrió antes que
comenzara la administración de la iglesia, por
lo que no dice nada acerca de la forma en que
el Espíritu Santo opera ahora.
Por otra parte, Juan 20:22 es un texto obscuro.
Un punto de vista es que Cristo se limita a dar
una autorización y bendición previa para el
bautismo del Espíritu que ocurriría en breve.
Otra idea es que le está ofreciendo a los apósto-
les una medida de bendiciones temporales del
Espíritu Santo para apoyarlos en los días difíci-
les y temerosos que vendrían justo después de
la crucifixión.
Además otro punto de vista es que el Señor está
pre autorizando a Sus apóstoles para obtener
revelación divina e inspiración del Espíritu
Santo. Por último, incluso si consideramos que
Juan 20:22 está otorgando una morada a los
apóstoles, esto aún no proporcionaría un mode-
lo de cómo Dios trabajaría con todos los cre-
yentes bajo la gracia. En síntesis, Juan 20:22 no
es un texto que puede ser utilizado para derro-
car a la conclusión de que todos los creyentes
en la dispensación de la Iglesia son habitados
por el Espíritu Santo.
Hechos 19:2 se usa a veces para demostrar que
el Espíritu Santo entra en una vida después de
la salvación. Sin embargo, el problema es sim-
plemente una labor de traducción. La versión
King James dice: "¿Habéis recibido el Espíritu
Santo desde que creísteis?" Esta traducción da
la impresión de que los creyentes suelen recibir
el Espíritu Santo, subsecuente a la salvación. Es
cierto que el Espíritu Santo viene después de la
fe en Cristo. Sin embargo, El viene inmedia-
tamente después de la fe. La gramática de
Hechos 19:2 permite una traducción que no
implica una extensión mensurable de tiempo
entre la fe y la recepción del Espíritu Santo.
Estos se llevan a cabo virtualmente al mismo
tiempo.
267
Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo
Dana y Mantey dicen: "... el [participio]
aoristo con frecuencia expresa acción contem-
poránea... [Manual de Gramática del Nuevo
Testamento Griego por HE Dana y Julius R.
Mantey, (Toronto: Collier-Macmillan Ltd.,
1955, 230,)]. Moulton escribe: "... existen nu-
merosos ejemplos del participio aoristo que
denotan una acción coincidente" [una gramáti-
ca de griego del Nuevo Testamento por (James
Hope Moulton y Nigel Turner, , 3 vols (Edim-
burgo: T. y T. Clark, 1963, 3: 79)]. Las traduc-
ciones más recientes, por lo tanto, son superio-
res ya que traducen Hechos 19:2 de manera que
leemos que la fe y la recepción del Espíritu
Santo son virtualmente simultáneas. La NASB
versión en Inglés lee “Recibieron el Espíritu
Santo cuando creyeron…”. La traducción en
Inglés NVI es idéntica. Estas traducciones
superiores eliminan cualquier implicación de
que el Espíritu Santo viene en un momento
posterior a la salvación.
Hechos 8:14-17 es probablemente el pasaje más
difícil de la Pneumatología. Trata de la Evange-
lización del pueblo samaritano hecha por Feli-
pe. A pesar de toda la evidencia anterior que
indica que todos los creyentes han sido habita-
dos por el Espíritu Santo (Juan 7:38-39; Rom.
8:9; 1 Cor.12:3b, etc.), los samaritanos no po-
seyeron el Espíritu inmediatamente al momento
en que ellos creyeron. Sino que se requirió el
reconocimiento oficial de los apóstoles Pedro y
Juan antes que los samaritanos obtuvieran el
Espíritu Santo.
Un estudiante de teología tiene dos opciones
con este ejemplo de la venida del Espíritu Santo
sobre los creyentes después de la salvación: o
bien se trata de una contradicción o una excep-
ción especial a la forma en que el Espíritu San-
to, normalmente obra. Una persona que es críti-
ca de la Biblia podría acusarla de contradic-
ción. Juan 7:38-39; Rom. 8:9, 1 Cor. 12:13 b,
etc. enseñan que todos los que creen son habi-
tados por el Espíritu de Dios, pero Hechos
8:14-17 es un ejemplo de algunos que creyeron,
pero no tuvieron el Espíritu de inmediato. (No-
ta: Hechos 9:17 trata de llenamiento no de mo-
rada y Hechos 10:44 proporciona un ejemplo
normal de la recepción del Espíritu Santo en el
momento de la fe).
La visión contradictoria, debe ser absolu-
tamente inaceptable para aquellos que respetan
la integridad de la Escritura. Obviamente, la
situación en Hechos 8:14-17 no es normal. En
3. El Bautismo en el Espíritu Santo
a. Introducción y Definición
Aunque el tema del bautismo del Espíritu
no sea uno de los más difíciles en lo que
concierne al Espíritu Santo, si es uno de
los temas que menos se entienden. Pode-
mos buscar exhaustivamente en el Nuevo
Testamento y nunca encontrar manda-
mientos que indiquen que debemos aspirar
al bautismo del Espíritu Santo. Podemos
también buscar en el Antiguo Testamento
de manera exhaustiva y nunca encontrar
referencias al bautismo del Espíritu.
El bautismo del Espíritu no es un senti-
miento ni una iniciación hacia un plano
elevado de una experiencia cristiana donde
las presiones y las tentaciones de la vida
desaparecen. Más que un sentimiento o
esta situación en la hay samaritanos involucra-
dos, es fácil inferir una razón lógica para tener
una excepción a la forma en que el Espíritu
Santo trabaja normalmente. En primer lugar,
esta es la primera vez en la corta historia de la
iglesia que el evangelio fue predicado a no-
judíos. En segundo lugar, los judíos y samarita-
nos se odiaban unos a otros (vea Juan 4:9). La
retención del Espíritu Santo a los samaritanos
eliminaba el peligro de una ruptura entre los
cristianos judíos y los samaritanos que aún
desconfiaban y se odiaban mutuamente. Los
apóstoles judíos se vieron obligados a recono-
cer públicamente la legitimidad de la conver-
sión de los samaritanos. Pudieron dar fe de la
venida del Espíritu Santo. Del mismo modo, los
samaritanos por la obtención del Espíritu Santo
a través de los apóstoles se vieron obligados a
reconocer la autoridad de los apóstoles judíos.
Teniendo en cuenta las condiciones culturales y
sociológicas que existían entre los judíos y los
samaritanos, lo mejor es ver a Hechos 8:14-17
como una excepción planeada y prevista de
manera general en que obra el Espíritu Santo en
lugar de pensar que la Biblia nos da dos méto-
dos contradictorios de operación del Espíritu.
El Espíritu Santo habita en cada creyente en el
momento de la salvación. Sin Embargo, en la
primera conversión de los samaritanos, El hizo
una espera para Su morada lo suficiente como
para que los dos grupos hostiles pudieran reco-
nocer su salvación mutua en Cristo.
268
No Solo de Pan
una experiencia, el bautismo del Espíritu
es fundamentalmente una posición. Las
siguientes definiciones son precisas:
“El acto del Espíritu Santo, mediante el
cual, en esta dispensación, El coloca a un
creyente ‘en Cristo’ en el momento de la
salvación.”11
El bautismo del Espíritu se lleva a cabo
cuando Cristo sumerge, cubre, o coloca a
un creyente en el Espíritu a fin de producir
una unión con el Espíritu de Cristo, que es
en última instancia, una unión con El y con
todos los demás creyentes.12
Estas definiciones expresan la misma con-
clusión con una fraseología diferente. La
primera considera a Cristo en Su función
de "enviar" al Espíritu, y la segunda "uti-
lizando" al Espíritu. Sin embargo, ambas
concluyen que el bautismo en el Espíritu
se refiere a alguien que es colocado en una
posición de "unión en Cristo." La base de
esta definición se establecerá en las sec-
ciones siguientes.
b. El Bautismo del Espíritu y el Sistema
de la Iglesia
Los evangelios presentan la obra del bau-
tismo del Espíritu como algo que no había
ocurrido todavía. Juan el Bautista se refer-
ía constantemente al bautismo del Espíritu
como una obra del Mesías que sería estric-
tamente futura, “y él os bautizará en
Espíritu Santo” (Lucas 3:16; vea también
Mat. 3:11; Marcos 1:8). Por otra parte,
Cristo colocó la obra del bautismo del
Espíritu para después del momento de su
ascensión en Hechos 1:5, " mas vosotros
seréis bautizados con el Espíritu Santo
dentro de no muchos días." Por lo tanto, no
debemos esperar que el Antiguo Testa-
mento u otros textos del Evangelio que
tratan de la obra del Espíritu Santo nos
proporcionen las verdades de la doctrina
11
Don Phillips, Lecturas de las Notas de Clase,
Grand Rapids School of the Bible and Music,
otoño 1975.
12
Esta es definición propia del autor.
del bautismo del Espíritu. Antes de la as-
censión de Cristo, no se había "bautismo
en el Espíritu." El primer bautismo en el
Espíritu se produjo “pocos días” después
de la ascensión. Pedro muestra que ya en
el tiempo de Hechos 11:15-16 la obra del
bautismo en el Espíritu estaba en opera-
ción. Nos vemos obligados a concluir que
la primera obra del bautismo del Espíritu
en el mundo ocurrió en Pentecostés en
Hechos 2. Esto no debería sorprendernos.
Si la definición anterior del bautismo del
Espíritu es correcta, entonces el bautismo
del Espíritu crea la unión de los creyentes
en Cristo, la cual es la iglesia. De manera
que, la obra del bautismo del Espíritu co-
menzó al mismo tiempo en que comenzó
la iglesia, en el Pentecostés de Hechos 2.
c. El Bautismo del Espíritu y la Unión
en Cristo.
En Juan 14:20, Cristo predijo una futura e
inminente relación que era " vosotros en
mí, y yo en vosotros." El aspecto "vosotros
en mí" viene a través de creyentes coloca-
dos (bautizados) en el Espíritu de Cristo.
("Yo en vosotros" se refiere a la morada o
habitación del Espíritu).
Un punto básico de partida para compren-
der el significado exacto del bautismo del
Espíritu se encuentra en un pasaje paralelo
que se repite seis veces en el Nuevo Tes-
tamento. Juan el Bautista bautizó “en,
con, o por agua” Cristo bautizaría en,
con y por el Espíritu Santo (vea Mat.
3:11; Marcos 1:8, Lucas 3:16, Juan 1:33,
Hechos 1:5, 11:16).13
Juan es el ejecutor
13
La palabra griega es frecuentemente en o un
caso dativo cuando se usa con agua seguido de
en en pasajes semejantes que tratan del Espíritu
Santo. Esta tabla nos ofrece las lecturas origina-
les:
Verso Agua Espíritu
Mat. 3:11 en en
Marcos 1:8 dativo en
Lucas 3:16 dativo en
Juan 1:33 en en
269
Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo
de la acción. Bautizar es la acción. El agua
es el agente o elemento que Juan usa para
bautizar. Asimismo, en el bautismo del
Espíritu, Cristo es el ejecutor, bautizar es
la acción. El Espíritu Santo es el agente o
elemento que Cristo utiliza para bautizar.
Técnicamente, por lo tanto, el bautismo
del Espíritu es una obra de Cristo. El Espí-
ritu es el elemento "en el que", "por el
cual," o "con el cual" Cristo bautiza. Sin
embargo, debido a que Cristo utiliza al
Espíritu Santo para bautizar, el bautismo
del Espíritu se clasifica comúnmente bajo
las obras del Espíritu tal como se hace en
este estudio.
Aunque la preposición griega en, que se
utiliza en los seis pasajes anteriores, puede
ser traducida "en", "por" o "con", hay bue-
nas razones para dar preferencia a la tra-
ducción, "bautismo en el Espíritu." Un
sentido figurado debe interpretarse en base
a uno literal. Dado que el significado lite-
ral de bautismo es "colocar en", esta defi-
nición debe ser transferida a la doctrina del
bautismo del Espíritu. Bautismo en el
Espíritu tiene mejor paralelo con la idea
del bautismo de Juan en agua. En segundo
lugar, cuando Pablo trata el tema del bau-
tismo del Espíritu pensó en agua tal como
lo muestra cuando usa la palabra beber en
1 Cor. 12:13. Esto también muestra que el
bautismo en el Espíritu es similar a la rela-
ción del bautismo en agua. El argumento
más fuerte para traducir la frase "bautismo
en el Espíritu" es que el bautismo del Espí-
ritu crea una unidad, una unión "en Cris-
to". Se crea la unidad entre el creyente y
Cristo y entre un creyente y todos los de-
más creyentes del cuerpo de Cristo, o sea,
la iglesia. El argumento de 1 Cor. 12:12-13
es claro ya que presenta al bautismo del
Espíritu creando la unidad en Cristo: "...
pero todos los miembros del cuerpo, sien-
do muchos, son un solo cuerpo. Porque por
un solo Espíritu fuimos todos bautizados
Hechos 1:5 dativo en
Hechos11:16 dativo en
1 Cor. 12:13 ---- en
en un cuerpo…”. Gál. 3:27 enseña tam-
bién que el bautismo del Espíritu produce
la unión con Cristo: “porque todos los que
habéis sido bautizados en Cristo…”.14
La
doctrina que enseña que el bautismo del
Espíritu crea unidad y unión es una verdad
primaria. Sin embargo, como un punto
secundario, la traducción en parece comu-
nicar mejor que con y mucho mejor que
por la formación de una unión. Esto tam-
bién sería paralelo a la frase común "en
Cristo", donde se emplea la misma prepo-
sición y a la frase "vosotros en mí" de Juan
14:20, que también utiliza la misma pre-
posición.
Independientemente de la traducción que
se prefiera de esta frase, la definición del
bautismo del Espíritu debe ser clara por 1
Cor. 12:12-13. El bautismo del Espíritu
debería ser considerado principalmente
como una posición. Cristo "inunda, su-
merge, cubre, rodea, coloca a un creyente
en (con o por) el Espíritu." Puesto que El
es el "Espíritu de Cristo", esto es lo equi-
valente a unir a un creyente con o en Cris-
to (vosotros en mí, Juan 14:20). Además,
dado que todos los creyentes son coloca-
dos en el Espíritu de Cristo, todos están
unidos en la misma posición. Hay una uni-
dad en Cristo que podría ser descrita de la
siguiente manera:
(1) El Bautismo en el Espíritu Hace la
Unión en Cristo (“vosotros en mí,” Juan
14:20)
14
La idea de bautismo “en” es idónea también
para aquellos textos donde existe dificultad en
interpretar si el autor estaba hablando de bau-
tismo del Espíritu o bautismo en agua (Rom.
6:3; Ef. 4:5; Col. 2:12; 1 Pedro 3:21.
270
No Solo de Pan
(2) Esta unión en Cristo une también a un
creyente con todos los otros creyentes.
d. Los Receptores del Bautismo del Espí-
ritu (¿Quiénes? ¿Cuándo? y ¿Cómo?)
El
Espíritu
Santo
Creyentes Individuales
En el Espíritu de Dios
=
En El Espíritu de Cristo
=
En Cristo
(1) Los Que Reciben el Bautismo en el
Espíritu
En lo que concierne al bautismo del Espíri-
tu no existen dos clases de creyentes. Es
falso que algunos creyentes hayan sido
bautizados en el Espíritu y otros todavía
tengan que obtenerlo. 1 Cor. 12:13 no deja
ningún lugar a dudas en cuanto al bautis-
mo universal en el Espíritu Santo para
todos los creyentes: "Porque por [o en] un
solo Espíritu fuimos todos bautizados en
un cuerpo."
Es Bíblicamente impensable la situación
en la que un creyente no ha sido bautizado
en el Espíritu. Como el bautismo del Espí-
ritu produce la unión en Cristo y crea uni-
dad en la Iglesia, un creyente "espiritual-
mente no bautizado" sería lo mismo que
un creyente que no está en Cristo y que no
es una parte de Su cuerpo, la Iglesia. Ra-
zonando de otra forma, debería ser fácil
darse cuenta que todos los que están en
Cristo y forman parte de la Iglesia (es de-
cir, todos los creyentes) han sido bautiza-
dos en el Espíritu (¡ya que el bautismo del
Espíritu crea la posición en Cristo y la
unidad en la Iglesia!).15
No puede haber tal
cosa como un creyente que no está en
Cristo, un creyente que no está en la Igle-
sia. Por lo tanto, no puede haber tal cosa
como un creyente que no ha sido Bautiza-
do en el Espíritu Santo.
(2) El Momento del Bautismo del Espíritu
15
Todos los creyentes están "en Cristo" (2 Cor.
5:21; Ef. 1:6-7, 2-4 ss.; Col 1:10). Por lo tanto
todos deben haber pasado por la operación
espiritual que crea esta unión, o sea, el bautis-
mo del Espíritu. Todos los creyentes son parte
de la Iglesia universal, el cuerpo de Cristo
(Rom. 12:5, 1 Cor. 12:13.). Por lo tanto, todos
deberían haberse sometido a la operación espi-
ritual que crea al cuerpo de Cristo, el bautismo
del Espíritu.
El
Espíritu
Santo
Muchos Creyentes
Unidos Todos
En El Espíritu de Dios
=
En El Espíritu de Cristo
=
En Cristo
=
La Iglesia
271
Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo
Varias líneas de pensamiento nos llevan a
la conclusión inevitable de que cada cre-
yente es bautizado en el Espíritu en el
momento mismo de la salvación.
En primer lugar, el hecho de que todos los
creyentes han experimentado el bautismo
del Espíritu (1 Cor. 12:13) significa que el
bautismo del Espíritu se remonta a una
experiencia común que es la fe en Jesucris-
to. Dado que todos los creyentes han sido
bautizados en el Espíritu, esto significa
que, si uno ha sido salvo por cinco minutos
o por sólo cinco segundos, ya ha sido
"bautizado en el Espíritu" El carácter uni-
versal del bautismo del Espíritu deja una
sola opción: El Bautismo del Espíritu se
lleva a cabo en el momento de la salva-
ción.
En segundo lugar, el bautismo del Espíritu
debe ocurrir en el momento en que un cris-
tiano se une a Cristo y pasa a ser uno con
el cuerpo de Cristo que es la Iglesia. La
pregunta, "¿Cuándo se produce el bautis-
mo del Espíritu?" equivaldría a la pregunta
"¿Cuándo se unió el creyente a Cristo?" El
Bautismo en el Espíritu se produce en el
momento de la unión con Cristo, que es el
momento de la fe. La salvación desde el
principio implica posición en Cristo (2
Cor. 5:21; Ef. 2,4 y ss.; Gál. 3:26-28, etc.).
Dios ve al creyente como ya en Cristo y lo
declara justificado por virtud de compartir
la justicia de Cristo. Ya que un creyente
comparte los méritos de la muerte y resu-
rrección de Cristo en el momento mismo
de la salvación, entonces deberá ser cierto
que el bautismo del Espíritu, que crea una
participación en la vida de Cristo, se lleva
a cabo en el momento mismo de la salva-
ción.
(3) Los Medios para Obtener el Bautismo
del Espíritu
Un estudio exhaustivo de todas las refe-
rencias del Espíritu Santo en todo el Nue-
vo Testamento revelará que no existe
ningún mandamiento asociado con el
Bautismo del Espíritu. Nunca se nos dijo
que oráramos o buscáramos el bautismo
del Espíritu. Nunca se nos ordena que nos
esforcemos por obtenerlo o que tratemos
de llegar a un cierto nivel en el que el
"bautismo" sucede.
El bautismo del Espíritu se presenta como
una obra soberana de Dios, que El lleva a
cabo de forma automática. 1 Cor. 12:13
describe al bautismo en el Espíritu como
una obra en tiempo pasado, que ya se ha
llevado a cabo en la vida de todos los cre-
yentes. El bautismo del Espíritu se refiere
a lo que Cristo hace a fin de producir una
unión en El. No se refiere a ninguna cosa
que hacemos nosotros.
(4) La Duración del Bautismo en el Espíri-
tu
Juan 14:16-17 enseña que la morada es
para siempre. Ef. 4:30 enseña que el sello
es permanente. De manera que, la obra del
Espíritu Santo en el creyente no cesa. Po-
demos, por lo tanto, deducir con seguridad
que el bautismo en el Espíritu es perma-
nente.
La doctrina de la seguridad eterna se refie-
re a la permanencia del bautismo del Espí-
ritu. Si el bautismo del Espíritu cesa, en-
tonces también cesa la unión de un creyen-
te en Cristo y su inclusión en la iglesia.
Por otra parte, si un creyente es eterna-
mente seguro en su posición en Cristo,
entonces el bautismo en el Espíritu que
forma esta unión también debe ser perma-
nente.
(5) Conclusión
Cuando las Escrituras desean hacer hinca-
pié en la presencia del Espíritu Santo en
los creyentes, utilizan el concepto de la
morada. Cuando las Escrituras desean
hacer hincapié en la presencia de un cre-
yente o de todos los creyentes en el Espí-
ritu Santo, entonces se utiliza el concepto
de bautizar.
La doctrina del bautismo en el Espíritu se
272
No Solo de Pan
puede resumir en tres palabras, "Unión en
Cristo." En la salvación, el creyente es
colocado en el Espíritu de Cristo. Esto
hace que él o ella sean uno con Cristo, y
con todos los demás creyentes. Si al bau-
tismo del Espíritu se le entendiera como
una posición se evitaría mucha confusión.
4. El Sello
El Espíritu Santo es la garantía o promesa
de grandes bendiciones por venir (2 Cor.
1:22; 5:5; Ef. 1:13-14). Su obra "sella" a
un creyente hasta el día de la redención.
En los tiempos antiguos un sello transmitía
pensamientos de propiedad, aprobación y
protección. El sello del Espíritu (2 Cor.
1:22; Ef. 1:13-14; 4:30) garantiza la segu-
ridad eterna del creyente. Esto se ha trata-
do más a fondo bajo este tema en el Capí-
tulo 9, págs. 214-215.
El cual también nos ha sellado, y
nos ha dado las arras del Espíritu en
nuestros corazones. [2 Cor. 1:22].
En él también vosotros, habiendo
oído la palabra de verdad, el evan-
gelio de vuestra salvación, y
habiendo creído en él, fuisteis se-
llados con el Espíritu Santo de la
promesa, que es las arras de nuestra
herencia hasta la redención de la
posesión adquirida, para alabanza
de su Gloria. [Ef. 1:13-14].
Y no contristéis al Espíritu Santo
de Dios, con el cual fuisteis sella-
dos para el día de la redención. [Ef.
4:30].
5. Llenura
El llenamiento es la única obra importante
del Espíritu Santo en los creyentes que
implica un proceso repetitivo. Sus otras
obras suelen ser un evento llevado a cabo
una sola vez y que no se repite. También,
es la única obra importante que implica un
mandato para la cooperación humana. El
mandato de Ef. 5:18 de "sed llenos en, con
o por el Espíritu" es pasivo lo cual signifi-
ca que el Espíritu Santo hace la obra, pero
el cristiano debe cooperar en el proceso.
Debido a que algunos asuntos que tienen
que ver con el llenamiento del Espíritu son
simples y sencillos y otros son complejos y
difíciles, este estudio estará subdividido en
las verdades que son ciertas y las especu-
laciones que no son claras.
a. Conclusiones Firmes
(1) El Llenamiento Equivale al Control e
Influencia
Podemos sentirnos seguros con la conclu-
sión de que la idea principal detrás del
llenamiento en, con o por el Espíritu es el
control o la influencia del Espíritu Santo.
Ser controlado por el Espíritu equivale a
ser llenado por el Espíritu. Este control
puede ser iniciado por una experiencia de
crisis, pero el llenado no es tanto una expe-
riencia de crisis sino un proceso continuo
mediante el cual el Espíritu Santo controla
al creyente.
Las Escrituras a menudo hacen un contras-
te entre ser llenos por el Espíritu y ser lle-
nos con vino (Lucas 1:15, Hechos 2:4, 15;
Ef. 5:18). El vino controla e influye a los
que son llenos por él. En lugar de estar
bajo la influencia del vino, los cristianos
deben permitir que el Espíritu Santo tenga
Su influencia y control sobre ellos (Ef.
5:18).
Las Escrituras usan la palabra "llenar" en
relación con muchas y diferentes actitudes
y comportamientos (lleno de ira, Lucas
4:28, lleno de temor, Lucas 5:26; lleno de
furor o de locura, Lucas 6:11; llenos de
asombro y espanto, Hechos 3:10; llenos
de celos, Hechos 5:17, 13:45; lleno de
confusión, Hechos 19:29; llena de gozo y
paz, Rom. 15:13; lleno de conocimiento,
Romanos 15:14 , lleno de consolación, 2
Cor. 7:4; lleno de frutos de justicia, Fil
1:11). La mayoría de estas frases transmite
la idea de control o influencia. Ser lleno de
ira o celos significa que la ira o los celos
impregnan e influyen en el comportamien-
273
Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo
to. Una ciudad llena de confusión es una
ciudad cuya conducta es controlada por la
confusión.
Ser llenado con o por el Espíritu debe in-
volucrar un control por el Espíritu. En la
siguiente sección se analiza la manera en
que el Espíritu Santo controla a los creyen-
tes.
(2) El Espíritu Santo Controla por Su Pro-
pia Palabra
Las epístolas que se escribieron al mismo
tiempo, por lo general tienen similitudes.
Esto es especialmente cierto en Efesios y
Colosenses. Ambos libros fueron escritos,
mientras Pablo estaba en una prisión ro-
mana. Hay muchas semejanzas.
Ef. 5:18 y ss., ordena a los efesios a ser
llenos por el Espíritu lo cual daría como
resultado "hablando entre vosotros con
salmos, con himnos y cánticos espirituales,
cantando y alabando al Señor en vuestros
corazones; dando siempre gracias por todo
al Dios..." Luego Pablo discute asuntos de
autoridad y sumisión. En Col. 3:16 y ss.
Pablo ordena: "la palabra de Cristo more
en abundancia en vosotros." Los resultados
son "enseñándoos y exhortándoos unos a
otros en toda sabiduría, cantando con gra-
cia en vuestros corazones al Señor con
salmos e himnos y cánticos espirituales."
Luego Pablo discute el tema de autoridad y
sumisión. Si comparamos Ef. 5:18 con
Colosenses 3:16, es evidente que ser lle-
no del Espíritu equivale a permitir que
la Palabra de Cristo habite en nosotros.
El Espíritu Santo tiene influencia y control
sobre los creyentes mediante la Palabra de
Dios. Esto no debería ser tan sorprendente,
ya que "la espada (herramienta) del Espíri-
tu es la Palabra de Dios" (Efesios 6:17). El
Espíritu Santo es el autor de la Escritura.
El movió a los profetas en el proceso de
escritura, 2 Ped. 1:21. Así que, cuando la
Palabra habla, el Espíritu Santo habla. Ser
Llenado por el Espíritu suena esotérico y
misterioso. En realidad, el cristiano que
lleva una vida controlada por la Palabra de
Dios es un cristiano que está lleno (contro-
lado) por el Espíritu. Es así de simple.
Existe un gran peligro cuando divorciamos
al Espíritu Santo de las Escrituras. No
existen varias maneras para que el cristia-
no crezca, no podemos decir que unos cris-
tianos maduran, siguiendo "la Palabra",
mientras que otros maduran siguiendo "al
Espíritu". Tengamos cuidado para no
cerrar nuestra mente a la Palabra y
pensar que estamos siguiendo así al
Espíritu. Esto no es otra cosa más que
seguir los impulsos carnales y razonar sub-
jetivamente que nuestras acciones deben
ser aceptables porque llamamos “Espíritu”
al impulso.
Hay una buena base Bíblica para forjar una
unión inseparable entre el Espíritu Santo y
la Palabra de Dios. Cristo está insepara-
blemente ligado a la Palabra de Dios (Juan
1:1 y Ap. 19:13). No deberíamos tener
ningún problema en ver que el Espíritu
Santo está también vinculado con la Pala-
bra escrita. Ef. 6:17 enseña que el Espíritu
Santo usa la Palabra, y 2 Pedro 1:21 ense-
ña que las palabras de las Escrituras son
las palabras del Espíritu Santo. Llenarse
con el Espíritu es equivalente a dejar que
la Palabra de Cristo controle nuestra vida
(Compare Ef. 5:18; con Col. 3:16).
Además, consideremos el patrón que exis-
te en la regeneración. El Espíritu Santo
produce el nuevo nacimiento (Juan 3),
pero El usa la palabra de Dios para hacerlo
(Rom.10:17; Santiago 1:18; 1 Pedro 1:23).
En otras palabras, el Espíritu Santo usa Su
propia Palabra para hacer Su obra. Hay
muchas razones por las cuales este patrón
para salvación también es válido para la
obra del Espíritu Santo en el área de la
santificación. El usa Su Palabra para hacer
Su obra.
Consideremos lo absurdo que sería si se-
paráramos el llenamiento del Espíritu del
control de la Palabra escrita. En realidad,
esto equivale a pensar que puede haber
crecimiento sin la Palabra de Dios. Aque-
274
No Solo de Pan
llos que piensan que pueden llegar a ser
cristianos maduros, sin someterse y practi-
car la Palabra de Dios deben considerar la
amonestación misma de la Biblia (véase
también, Josué 1:8, Salmo 1:2-3, 1 Tim
4:13-15; 2 Tim. 2:15; 4:2).
El respondió y dijo: Escrito está:
No sólo de pan vivirá el hombre,
sino de toda palabra que sale de la
boca de Dios. [Mat. 4:4].
Toda la Escritura es inspirada por
Dios, y útil para enseñar, para re-
dargüir, para corregir, para instruir
en justicia [2 Tim. 3:16].
Desead, como niños recién nacidos,
la leche espiritual no adulterada,
para que por ella crezcáis para sal-
vación, [1 Pedro 2:2].
El crecimiento cristiano, simplemente no
puede darse sin la Palabra escrita, y esto
significa que el Espíritu Santo siempre
utiliza la Palabra escrita para llenarnos. No
hay progreso sin el Espíritu (Zac. 4:6),
pero tampoco lo habrá sin la Palabra escri-
ta. Una de las principales obras del Espíri-
tu es la iluminación. Ha habido mucha
discusión acerca del crecimiento cristiano,
definido como la renovación de la mente.
Ambos conceptos sugieren que el Espíritu
Santo trabaja a través de la mente. Esto a
su vez, apoya la idea de unir la obra de
llenamiento del Espíritu con la Palabra
escrita.
(3) Definición de Llenamiento:
El ministerio continuo del Espíritu en esta
era presente mediante el cual El controla al
creyente que está rendido a El.16
(4) Una Descripción del Proceso de Llenar
A menos que haya claros indicios de lo
contrario, uno podría suponer que la Biblia
16
Don Phillips, Notas de Conferencia de Clase,
Escuela de la Biblia y Música Grand Rapids,
1975.
presenta sólo un proceso de maduración
para el creyente.17
Aunque el Nuevo Tes-
tamento usa diferentes frases o imágenes
para describir el proceso de crecimiento
cristiano, éstas realmente describen el
mismo proceso. Ya sea que al camino de
crecimiento se le llame transformación
(como en Romanos 12) o ser lleno o andar
por el Espíritu (como en Ef. 5:18 y Gál.
5:16-18), en realidad se está hablando del
mismo proceso. El Espíritu Santo usa la
Biblia para lograr que los creyentes lle-
guen a ser más como el Señor Jesús.
Esta conclusión se confirma mediante una
comparación de la enseñanza Bíblica con-
cerniente al proceso de santificación. Ya
sea que un autor Bíblico nos hable de "re-
novación" o "llenamiento" o de algún otro
término, el mecanismo para el crecimiento
cristiano, parece ser el mismo. En las sec-
ciones siguientes examinaremos las ense-
ñanzas Bíblicas acerca de la renovación
(transformación) y del llenamiento del
Espíritu. Cabe señalar que ambas implican
un mecanismo activo-dependiente en el
cual el creyente se esfuerza activamente
para obedecer, pero al mismo tiempo, de-
pende del poder del Espíritu que mora en
él para hacerlo (compare Gál. 5:22-23 con
1 Tim. 6:11. En 1 Timoteo, a los creyentes
se les dice que obren para producir las
mismas características que produce el
Espíritu Santo en Gál. 5:22-23).
Por otra parte, independientemente de los
términos que se utilicen para describir la
senda del crecimiento, todos implican tan-
to al Espíritu Santo como la Palabra de
Dios. Finalmente, los resultados son los
mismos: renovación de la mente (trans-
formación) que resulta en el fruto del Espí-
ritu, lo cual equivale a asemejarse a Cris-
to.
17
El creyente más reciente puede ser controla-
do por el Espíritu Santo a través de la Biblia y
por lo tanto ser espiritual. La madurez sin em-
bargo, se toma tiempo y nunca termina (1 Tes.
4:9,10 “abundéis en ello más y más...”, Fil. 1:9;
3:13-16).
275
Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo
Es obvio que sólo hay un proceso funda-
mental para llegar a la madurez cristiana.
Por lo tanto, aunque algunos versos sobre
la santificación no usen específicamente la
palabra "llenamiento", éstos nos dan una
idea de cómo el Espíritu Santo controla y
cambia una vida.
(a) El Control del Espíritu Santo Descrito
como Renovación de la Mente (o Trans-
formación)
Varios pasajes clave que tratan del creci-
miento cristiano lo comparan con la reno-
vación de la mente o la transformación.
Así que, hermanos, os ruego por las
misericordias de Dios, que present-
éis vuestros cuerpos en sacrificio
vivo, santo, agradable a Dios, que
es vuestro culto racional. No os
conforméis a este siglo, sino trans-
formaos por medio de la renova-
ción de vuestro entendimiento, para
que comprobéis cuál sea la buena
voluntad de Dios, agradable y per-
fecta. [Rom. 12:1-2].
Por tanto, nosotros todos, mirando
a cara descubierta como en un es-
pejo la gloria del Señor, somos
transformados de gloria en gloria
en la misma imagen, como por el
Espíritu del Señor. [2 Cor. 3:18].
Y renovaos en el espíritu de vues-
tra mente [Ef. 4:23].
En los tres textos anteriores, la transforma-
ción es pasiva, no activa. En otras pala-
bras, el creyente no efectúa la transforma-
ción sino que permite que le sea hecha. Un
agente externo hace la obra principal. El
pasaje de 2 Cor. 3:18 identifica claramen-
te a este agente como el Espíritu Santo.
También enseña que el Espíritu utiliza
verdades que vienen como a través de un
espejo para transformarnos. Santiago 1:23-
24 identifica la Palabra de Dios como un
espejo. Además, el contexto de 2 Corintios
3 es un contraste entre el Antiguo Pacto
(Testamento) y el Nuevo Pacto (Testa-
mento), que es superior y permite una ma-
yor revelación de la gloria de Dios. El
énfasis en la transformación de la mente
también hace que uno piense en los efectos
de la Biblia sobre la mente. Estas indica-
ciones, aunadas al uso típico que hace el
Espíritu Santo de las Escrituras en su mi-
nisterio de salvación, nos dan la confianza
que la transformación de la mente se
produce a través del Espíritu Santo usan-
do la Escritura.
Se dice que la meta a la que aspira esta
transformación es la imagen de Cristo (2
Cor. 3:18), la imagen de Dios (Ef. 4:24, cf.
Col. 3:10). En otras palabras, el Espíritu
Santo usa las verdades de la Palabra para
producir la semejanza de Cristo en los
creyentes. Rom. 12:1-2 da énfasis en el
mismo resultado viendo el lado opuesto
del proceso. Los que han sido transforma-
dos en la semejanza de Cristo, se asemejan
menos a este mundo.
Un formato por etapas del proceso de la
transformación es como sigue:
i. Un creyente confiesa su pecado y se
dedica a ser un sacrificio vivo como se
estipula en Rom. 12:1. Sin esta condición
inicial todo el crecimiento se detiene.
ii. El creyente ve la gloria de Dios en Cris-
to a medida que estudia el espejo de la
Palabra con el fin de ponerla en práctica.
El creyente estudia activamente, pero tam-
bién depende del Espíritu Santo para la
iluminación de su mente en cuanto a la
importancia y relevancia personal de la
Palabra.
iii. El Espíritu Santo usa Su propia Pala-
bra o sea, la Escritura, para mostrar la glo-
ria del carácter de Cristo y por lo tanto las
fallas, deficiencias, errores y pecados en la
vida del creyente.
iv. En este punto, el creyente puede elegir
ser "solo un oyente" o reconocer las faltas
y los pecados. Lo ideal sería confesar las
deficiencias y esforzarse para modelar el
carácter de Cristo como se revela en la
276
No Solo de Pan
Palabra. Al mismo tiempo que la persona
trata de mejorar, debe también tener una
dependencia en el poder del Espíritu que
mora en él para darle la fuerza necesaria
para lograr el cambio además de la depen-
dencia del Espíritu para resistir la tenta-
ción de un comportamiento que no es el de
Cristo.
v. Con el transcurso del tiempo, el Espíritu
Santo trata de utilizar la Palabra para reve-
lar el carácter de Cristo, en detalle y los
defectos del creyente también en detalle.
Si el creyente responde a este ministerio,
él o ella llegarán a ser poco a poco, punto
por punto, área por área, más como el Se-
ñor Jesucristo y menos como el mundo
Este proceso de renovación mental o trans-
formación no es misterioso, ni vago, ni
debe ser causa de miedo. Ahora descubri-
remos que éste equivale al llenamiento del
Espíritu.
(b) El Control del Espíritu Santo Descrito
como Llenamiento
Sólo hay cinco mandatos en todas las Es-
crituras que se dirigen a la Iglesia en rela-
ción con el Espíritu Santo. Cuatro de ellos
implican responsabilidad individual de
crecimiento cristiano y por lo general se
agrupan bajo el "llenamiento del Espíri-
tu."18
Por lo menos, hemos de reconocer
que estos mandatos están todos relaciona-
dos con el papel del Espíritu Santo en el
proceso de maduración. Además, estos
pasajes terminan describiendo el mismo
proceso que describen los pasajes que tra-
tan el tema de la transformación.
i. Sed Llenos por el Espíritu (Ef. 5:18)
No os embriaguéis con vino, en lo
cual hay disolución; antes bien sed
18
El quinto mandamiento está dirigido a la
iglesia en forma corporativa para guardar el
tesoro de verdad que nos ha sido encomendado
(2 Tim. 1:14). No existen mandatos para buscar
la morada o el bautismo por el Espíritu.
llenos del Espíritu [Ef. 5:18].19
Este versículo habla de un control del cre-
yente efectuado por el Espíritu Santo. Co-
losenses 3:16 que es el pasaje paralelo,
muestra que el Espíritu usa Su Palabra
para lograr ese control. No hay ninguna
razón para pensar que el llenamiento (o
control, influencia) por el Espíritu es dife-
rente al proceso en el cual el Espíritu con
el espejo de la Palabra influye (o trans-
forma) a un creyente.
ii. Andad por el Espíritu Gál. 5:16,25)20
Digo, pues: Andad en el Espíritu, y
no satisfagáis los deseos de la car-
ne. Si vivimos por el Espíritu, an-
demos también por el Espíritu [Gál.
5:16, 25].
Al caminar hacemos uso de nuestras pier-
nas, dependemos de ellas para tener la
fuerza y el poder. También, en el movi-
miento de caminar se tiene un impulso
hacia adelante que nos haría caer si una
pierna no estuviera frente al cuerpo. In-
conscientemente confiamos primero en
una pierna y luego en la otra para apoyar
nuestros cuerpos al caminar. Ambas ideas
se asemejan a los principios de una vida
guiada por el Espíritu. Caminar por el
Espíritu significa vivir dependiendo en El
para tener la fuerza y el poder para seguir
adelante. Además, el cristiano que camina
por el Espíritu está continuamente en un
proceso de confianza en el Espíritu. Se
confía en el Espíritu Santo no sólo para
obtener la fuerza, sino también para la
orientación. Si bien existe cierto margen
para creer en una orientación subjetiva del
Espíritu Santo en la cual Él guía a los indi-
19
Este verso podría haberse traducido “sed
llenos en, por o con el Espíritu.” (Vea la si-
guiente sección, “el significado de Ef. 5:18,
pág. 294”.)
20
Las palabras griegas que se traducen “cami-
nar” no son las mismas en estos dos versículos,
esto solo puede ser cuestión de un estilo de
escritura diferente.
277
Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo
viduos en asuntos que no están contenidos
en las Escrituras, el principal medio de la
guía del Espíritu Santo es a través de Su
propia Palabra escrita. El Espíritu muestra
a los creyentes la voluntad de Dios en la
Palabra de Dios. Los que caminan por el
Espíritu confían en estas instrucciones para
evitar "caer" espiritualmente. También
dependen del poder del Espíritu que mora
en ellos para tener la fuerza necesaria para
obedecer la instrucción del Espíritu Santo
que viene en la Biblia.
La frase "andar conforme al Espíritu"
(Rom. 8:4,) nos ofrece otro ángulo para
entender el concepto. Aunque "andar por
el Espíritu" y "andar conforme al Espíritu"
están relacionadas obviamente, parece que
tienen distintos énfasis. La preposición
"conforme" es una clave. En Rom. 8:4
significa "conforme a una norma de" o
"según". Cristo dijo en Juan 8:15, " Voso-
tros juzgáis según la carne." Esto significa
que los fariseos juzgaban de acuerdo con
las normas de la carne. Cuando Pablo en 1
Cor. 1:26 menciona la frase "sabios
según la carne" se refiere a los cristianos.
El dice que la mayoría de cristianos son
necios en un sentido objetivo. La frase
significa que los que juzgan por las normas
de la carne no consideran que muchos cris-
tianos son sabios. Caminar según el Espíri-
tu significa vivir bajo las normas del Espí-
ritu Santo. ¿Cuáles son las normas del
Espíritu Santo? Esto no debería ser tan
complicado. Las Escrituras nos dan las
normas por las que Dios quiere que los
creyentes vivamos. Técnicamente, todos
los creyentes andan según el Espíritu en
todo momento en el sentido de que la
Palabra de Dios es siempre nuestra norma
de conducta (incluso cuando no la estamos
cumpliendo, es decir, cuando no andamos
por el Espíritu).21
21
Gálatas 5:18 nos enseña que todos los cre-
yentes son guiados por el Espíritu en el senti-
do de que ningún creyente está bajo la Ley
como norma para vivir ("Pero si sois guiados
por el Espíritu [y lo sois], no estáis bajo la ley"
El mandato de andar en el Espíritu signifi-
ca simplemente practicar nuestra posición
de ser subyugados a la Palabra de Dios que
[y de hecho no lo estáis]). Cuando Rom. 8:14
se toma en su contexto, nos enseña además que
todos los creyentes son guiados por el Espíri-
tu de Dios. Está diciendo que todos los que son
hijos son guiados por el Espíritu. Los siguientes
versículos enseñan que todos los creyentes son
hijos. El Espíritu es, en todo momento nuestro
líder posicionalmente hablando (principalmente
por medio de Su Palabra escrita), aunque no
siempre tengamos la práctica de seguirle (o
caminar por) El. Romanos 8 parece hacer un
contraste entre la posición de un creyente que
está "en el Espíritu", y tiene capacidad para
hacer justicia, con los incrédulos que están "en
la carne" y no tienen capacidad de hacer justi-
cia. A pesar de la opinión común de que Roma-
nos 8 contrasta la lucha que hay dentro de cada
creyente (una lucha que se enseña en Gálatas
5), la propia definición que nos da Pablo de sus
palabras en Rom. 8:9a nos enseña que él tiene
la intención de que la frase "en la carne" des-
criba a alguien privado del Espíritu Santo es
decir, a un no creyente. Del mismo modo, en el
contexto de Romanos 8 todos los creyentes
están, "en el Espíritu." "... no vivís según la
carne, sino según el Espíritu, si es que el Espí-
ritu de Dios mora en vosotros..." (Romanos 8:
9a). Teniendo en cuenta las definiciones pro-
pias de Pablo de la frase "en la carne" y "en el
Espíritu" en Rom. 8:9, sería mejor que enten-
diéramos a Rom. 8:4 como la descripción de la
posición de un creyente. Todos los creyentes
andan "conforme" o "según el Espíritu" en todo
momento en el mismo sentido en que el Espíri-
tu Santo guía a todos los creyentes en todo
momento. Es el Espíritu, no la Ley, nuestra
norma de conducta. Por lo tanto, todos los cre-
yentes andan "conforme" o "según" el Espíritu
en el sentido de nuestra posición en todo mo-
mento. El Espíritu Santo es constantemente
nuestro líder ya que él ordena y guía a través de
las Escrituras. El dio las órdenes para la Iglesia
(no el sistema de Moisés). Aunque por nuestra
posición todos los creyentes constantemente
caminamos "conforme a" o "según" el Espíritu,
cada uno todavía individualmente tiene que
obedecer la orden de "andar por el Espíritu"
mediante una confianza constante y obediencia
real a la norma por la cual el Espíritu nos guía
siempre (Gál. 5:25).
278
No Solo de Pan
es el estándar para la vida. El creyente que
depende y que cumple con los escritos del
Espíritu Santo como norma, anda por el
Espíritu. Una vez más el camino hacia la
madurez cristiana es el mismo ya sea que
se hable en términos de llenamiento del
Espíritu, o en términos de la transforma-
ción de la mente. El Espíritu Santo usa la
Palabra para guiar y cambiar a los creyen-
tes para que ellos se asemejen cada vez
más a Cristo.
iii. No Apaguéis al Espíritu (1 Tes. 5:19)
No apaguéis al Espíritu. No me-
nospreciéis las profecías. [1 Tes.
5:19-20].
El mandamiento de no apagar al Espíritu
Santo debe ser estudiado en relación con el
verso que le sigue que prohíbe el desprecio
hacia la profecía. El tema de los impulsos
y las impresiones que hace el Espíritu San-
to en el corazón de un creyente se encuen-
tra en las págs. 287-288. Sin duda que ta-
les impulsos deben incluirse en la esfera de
acción de este mandamiento. Cuando un
creyente espiritual es movido a hacer algo
por el Espíritu Santo, él deberá obedecer.
Sin embargo, no debemos concentrarnos
en lo pequeño. Un creyente carnal también
puede confundir y razonar de manera que
interpreta el deseo carnal como la direc-
ción del Espíritu. El principal medio de
instrucción del Espíritu se encuentra en la
Biblia. Sólo aquellos que tienen práctica
en la obediencia de la Palabra escrita del
Espíritu Santo aprenderán a discernir y
distinguir entre las impresiones subjetivas
y los impulsos carnales. La manera princi-
pal en que el Espíritu Santo guía es a
través de la Palabra de Dios. Aunque no
haya profetas hoy en día, un creyente pue-
de despreciar la profecía cada vez que de-
safía la Palabra de Dios. La forma princi-
pal en la que un creyente moderno puede
apagar al Espíritu es haciendo caso omiso
de las órdenes y responsabilidades que da
el Espíritu Santo en la revelación divina.
El Espíritu Santo usa Su Palabra para guiar
y transformar a los creyentes. Los que
desprecian esta "profecía" escrita apagan
al Espíritu.
iv. No Contristéis al Espíritu (Ef. 4:30)
Y no contristéis al Espíritu Santo
de Dios, con el cual fuisteis sella-
dos para el día de la redención. [Ef.
4:30].
Pablo supone que sus lectores conocen los
comportamientos que causan dolor al Espí-
ritu Santo. No debe ser demasiado difícil
concluir que una forma principal de causar
tristeza al Espíritu Santo es desafiando las
Escrituras que El mismo nos ha dado. Los
cristianos que obedecen la Palabra escrita
de Dios agradan a Dios el Espíritu Santo.
v. Resultados de la Vida Controlada por el
Espíritu Santo: El Fruto del Espíritu
Mas el fruto del Espíritu es amor,
gozo, paz, paciencia, benignidad,
bondad, fe, mansedumbre, templan-
za; contra tales cosas no hay ley.
[Gál. 5:22-23].
Un creyente que sigue la guía del Espíritu
Santo (es decir, la Palabra escrita por el
Espíritu Santo) presenta las características
enumeradas en Gál. 5:22-23. Cualquiera
que esté preocupado por la "sensación" del
llenamiento del Espíritu Santo debería
tomar nota que el Espíritu Santo produce
"amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,
bondad, fe, mansedumbre y templanza."
Estos rasgos de la personalidad ejemplifi-
can la semejanza de Cristo y son la "expe-
riencia" que el Espíritu Santo quiere pro-
ducir en la vida de cada creyente. Aquellos
que menosprecian el privilegio de experi-
mentar la semejanza de Cristo y demandan
otras experiencias del Espíritu están
haciendo una mala elección. Los que están
descontentos e insatisfechos con la seme-
janza de Cristo (el fruto del Espíritu), ine-
vitablemente, serán infelices con cualquier
otra "experiencia espiritual". El Espíritu
Santo quiere producir la semejanza de
Cristo en el creyente. Esta es la verdadera
279
Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo
espiritualidad, y no hay espiritualidad sin
la semejanza de Cristo, independientemen-
te de los reclamos de experiencias miste-
riosas o emocionantes. El principal "sen-
timiento del llenamiento" es el fruto del
Espíritu. También podríamos añadir que la
llenura del Espíritu da la sensación de la
presencia del Espíritu Santo que mora en
nosotros a manera de una reserva de poder
para obedecer la Palabra. El poder para
obedecer (no poder para realizar trucos
sorprendentes), aunado al fruto del Espíri-
tu es la experiencia de un creyente lleno
del Espíritu. No hay nada de malo o infe-
rior con las verdaderas bendiciones que el
Espíritu Santo quiere dar. ¿Qué tiene de
inferior la semejanza de Cristo?
(c) Resumen y Conclusiones Acerca de la
Descripción del Llenamiento del Espíritu
Aunque la terminología varía, las ideas
que se han presentado muestran que sólo
hay un proceso de santificación en la Bi-
blia. Ya sea que se enseñe con la palabra
"renovación" o “llenamiento del Espíritu”
el proceso es idéntico. Si consideramos la
función del Espíritu Santo, el crecimiento
se produce mediante el uso de la espada
del Espíritu, que es la Palabra de Dios. Un
creyente debe vivir en una dependencia
activa de la Palabra del Espíritu como su
guía confiable; esforzándose activamente
para obedecer, pero al mismo tiempo, de-
pendiendo del poder del Espíritu Santo
para obtener la fuerza suficiente para
hacerlo. Los resultados de este proceso
pueden llamarse transformación o fruto
del Espíritu. Pero sin importar que Termi-
nología se utilice, el objetivo es llegar a la
semejanza de Cristo.
Es mejor que consideremos a la plenitud o
el llenamiento del Espíritu (o control efec-
tuado por el Espíritu) como un proceso
continuo de duración considerable, y no
como una experiencia de crisis. Un creyen-
te que obedece la Palabra de Dios (escrita
por el Espíritu) está controlado (o lleno)
por el Espíritu. Un creyente que está en
violación a los principios Bíblicos no está
siendo controlado (o lleno) por el Espíritu.
La confesión de pecados es la avenida para
reafirmar el control del Espíritu y esto hay
que practicarlo de por vida (vea 1 Juan
1:9).22
El proceso de control es lo que
constituye la llenura del Espíritu y no ne-
cesariamente las experiencias de crisis o
los estados de ánimo eufóricos. Si la y
transmisión de un automóvil se encuentra
en la posición neutra, es necesario colocar-
la en velocidad para que se ponga en mar-
cha. No hay nada de dramático al respecto.
Al decir esto, reconocemos que algunas
veces puede ser necesaria una crisis para
producir el deseo inicial en un creyente de
volver a someterse a la Palabra del Espíri-
tu.23
Además, si existe un período rebelión
profunda y prolongada, es posible que
ocurra una experiencia dramática para que
se lleve a cabo la confesión y la restaura-
ción. Sin embargo, si es necesaria una cri-
sis para llevar a cabo todas las confesio-
nes, entonces la vida sería una crisis cons-
tante, ya que la confesión de pecados debe
ser una actividad cotidiana. La experiencia
más normal es que el control del Espíritu
Santo se restaura mediante un acto simple
y rutinario de confesión. Una vez que la
sumisión a la Palabra de Dios es restaura-
da, entonces también lo es el llenamiento
(o control) del Espíritu. El creyente no
debe esperar una experiencia de crisis
dramática o una "señal" para demostrar
que el Espíritu lo ha llenado de nuevo.
22
El Llenamiento del Espíritu se basa en la
confesión de pecado conocido y una humilde
dependencia de la Biblia como la fuente de la
verdad para la vida. La llenura (o control) del
Espíritu no es compatible con apagar o entris-
tecer al Espíritu, que llevamos a cabo cuando
violamos Su palabra y rechazamos confesarlo
como pecado.
23
La idea de llegar a un momento de gran
cambio de dirección en la vida que conduce a
la sumisión y a la entrega a Dios es Bíblica
(Rom.6:11 y ss., Rom. 12:1-2). Este momento
puede o no ser provocado por una crisis.
280
No Solo de Pan
Después que el pecado se confiesa y un
creyente se coloca de nuevo bajo la sumi-
sión a la orientación del Espíritu Santo
mediante la Palabra, él o ella es, por defi-
nición, "lleno " sin importar cuales sean las
emociones o experiencias secundarias. Es
probablemente un insulto a Dios cuando
un creyente ignorante sigue rogando por el
llenamiento del Espíritu Santo después que
la confesión se ha llevado a cabo. Esto es
similar a la molesta experiencia que un
padre puede tener cuando un niño sigue
quejándose aún cuando el postre ya se ha
puesto delante de él. Si ha habido confe-
sión y restauración al sometimiento del
control del Espíritu Santo a través de la
Biblia, entonces el control del Espíritu o el
llenamiento del Espíritu ya se ha llevado a
cabo. Seguirá siempre y cuando haya una
dependencia activa en la herramienta del
Espíritu, que es la Palabra de Dios. En ese
momento, la persona que sigue mendi-
gando para volver a llenarse del Espíritu
está pidiendo algo que Dios ya le ha da-
do.24
Esto es similar a un creyente nuevo
que repetidamente está pidiendo la salva-
ción aún cuando él ya la ha obtenido por la
fe. Ambos tipos de oraciones deben moles-
tar a Dios, porque indican una clara falta
de fe en Su Palabra. Los que están bajo el
control del Espíritu a través de la Palabra
son llenos del Espíritu. Los que demandan
constantemente señales espectaculares del
llenamiento del Espíritu Santo revelan que
realmente no creen que la Palabra de Dios
sea una guía suficiente. La Biblia define la
llenura del Espíritu como el proceso donde
mora en abundancia la palabra de Cristo.
Sin embargo, aquellos que buscan fenó-
menos adicionales como evidencias de la
24
Llenamiento (o control) por el Espíritu ob-
viamente se relaciona con otras frases del Nue-
vo Testamento que involucran mandatos acerca
del Espíritu Santo. La persona que está llena (o
controlada) por el Espíritu no contrista ni apaga
al Espíritu desobedeciendo la Palabra sino que
anda por el Espíritu en el sentido de confiar y
obedecer las Palabras del Espíritu, o sea, las
Escrituras.
llenura del Espíritu actúan como si no
creyeran. Además, están concentrando sus
energías en la obtención de algo que ya
poseen y por lo tanto se desvían de lo que
Dios realmente quiere hacer en sus vidas.
La llenura del Espíritu es considerada co-
mo un proceso que repetitivo en Ef. 5:18.
Cuando la llenura del Espíritu se concibe
como el control del Espíritu a través de Su
espada (la Palabra de Dios), es fácil ver
por qué es un proceso que se repite. El
creyente debe acercarse repetidas veces al
control de las Escrituras a través de la con-
fesión.
Si un creyente conscientemente no apaga o
entristece al Espíritu (por desobedecer Su
Palabra), si un creyente anda por el Espíri-
tu (es decir, es guiado por la Palabra del
Espíritu), entonces este creyente pasará
por un proceso gradual de transformación.
Este proceso de transformación es la llenu-
ra del Espíritu. No se concede por súplicas,
sino por el acto de rendirse. Eso ocurre en
la vida del que está en sumisión a la espa-
da del Espíritu, es decir, la Palabra de
Dios, y esto ocurre incluso en ausencia de
experiencias extrañas e inexplicables. El
estudio y la práctica de la Palabra de Dios
son la esencia del método que Dios usa
para el llenamiento del Espíritu. Este pro-
ceso puede ser menos espectacular y
dramático y puede ser más lento de lo que
las personas impacientes esperan, pero es
el camino de Dios para el crecimiento. Los
resultados son muy superiores a los de
cualquier otro método no Bíblico para la
madurez cristiana, porque el fruto del
Espíritu, el asemejarse a Cristo, es más
precioso que cualquier "poder" o "expe-
riencia" que supuestamente viene por ma-
neras que no son Bíblicas y que prometen
la "espiritualidad".
(5) Resultados Optimos de la Vida Llena
del Espíritu
Un estudio Bíblico de los resultados ópti-
mos de la vida llena del Espíritu nos ayu-
dará a separar la realidad de la ficción (lo
281
Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo
posible de lo imposible) en el área de la
vida cristiana. Las Escrituras son la fuente
de lo que el creyente puede o no puede
obtener en esta vida. Mediante el estudio
de lo que las Escrituras dicen que deben
ser los resultados de una vida llena del
Espíritu, se pueden determinar los benefi-
cios que se obtienen legítimamente bajo el
control del Espíritu Santo. Y lo que es de
igual importancia, también se exponen las
exageraciones y afirmaciones falsas de
aquellos que son ignorantes o que buscan
atención al pretender obtener niveles de
experiencias "espirituales" que claramente
no se pueden obtener en esta vida.
(a) “Resultados” Artificiales o Ideados
que se Atribuyen al Llenamiento del Espí-
ritu.
La Biblia no ofrece ningún consuelo a
aquellos que consideran la vida cristiana
óptima con el llenamiento del Espíritu,
como una iniciación en un mundo irreal
sin problemas. Aquellos que pretenden
buscar una “llenura del Espíritu” Bíblica,
según sus propios deseos, en la cual se
logra llegar a una meseta donde no hay
sufrimiento o luchas, se llevan una gran
decepción cuando despiertan a la realidad
de las Escrituras y de la experiencia. La
Biblia simplemente no promueve la feli-
cidad utópica en esta vida. La vida llena
del Espíritu, incluso en su nivel óptimo,
no implica invencibilidad contra el pecado
o contra el sufrimiento. Habrá una lucha
continua contra el pecado y la tentación
(Gál. 5:17; Heb.2:18; 4:15, 1 Juan 1:8-9).
El llenamiento del Espíritu puede dar po-
der para romper el dominio inevitable de la
naturaleza del pecado, pero no erradica el
pecado o la necesidad de luchar contra él.
La vida cristiana, incluso en su nivel ópti-
mo, incluye todavía el dolor y la enferme-
dad (Rom. 8:18, 22-23; 2 Cor. 5:2-4; 12:7-
9). Los que afirman que "el llenamiento
del Espíritu" los inicia en un nivel de espi-
ritualidad, donde se llega a una vida fácil
y sin problemas están siendo engañados o
se han engañado a sí mismos. ¡La Biblia es
más realista! "Porque sabemos que toda la
creación gime a una, y a una está con dolo-
res de parto hasta ahora;…nosotros [los
creyentes] también gemimos dentro de
nosotros mismos…"(Romanos 8:22-23).
La gente egoísta exige gratificación ins-
tantánea en todo, pero no existe la madu-
rez cristiana instantánea. El crecimiento
cristiano es un proceso diario que requiere
tiempo y dedicación (Fil. 3:13-16). Los
que afirman que han sido transformados en
gigantes espirituales instantáneamente por
una obra especial de llenado del Espíritu
son inseguros, están solicitando atención
para sí mismos, o desean establecer autori-
dad espiritual sobre los demás sin estar
calificados para tenerla. Los que afirman
que la llenura del Espíritu conduce a po-
deres apostólicos y a una vida en la que los
milagros son constantes y normales tam-
bién están reclamando niveles que la Bi-
blia no permite en la vida cristiana óptima.
El Nuevo Testamento da ejemplos de
hombres y mujeres de Dios que fueron
pobres (Mat. 8:20, Lucas 16:20; 2 Cor.
8:1-5, 9), y personas malvadas que tuvie-
ron riquezas (Lucas 12:16 y ss.; 16:19 y
ss.; Mat 19:21 y ss.). La vida Llena del
Espíritu podría tener una tendencia hacia
la bendición material, pero no la garantiza.
También es verdad que la vida cristiana
óptima no garantiza grandes ministerios
con muchos seguidores, como fue evidente
en las vidas de Noé, Elías, Isaías, Jeremías
y otros que tuvieron una audiencia escasa.
Los creyentes deben tener expectativas
sobrias y lo que es más importante aún,
expectativas Bíblicas en cuanto a lo que
ofrece o no ofrece la vida cristiana óptima.
La vida llena del Espíritu es una vida ben-
decida, pero no necesariamente una vida
fácil, y ciertamente no es una vida sin pro-
blemas. De hecho, la madurez no es posi-
ble sin un cierto grado de sufrimiento con-
trolado por Dios (Santiago 1:2-3, 1 Pedro
4:12, 13; 5:10).
282
No Solo de Pan
(b) Resultados Reales de una Vida Llena
del Espíritu
La vida cristiana óptima produce muchos
beneficios maravillosos. Un creyente que
está satisfecho con estos resultados legíti-
mos del llenamiento del Espíritu será muy
bendecido.
El principal producto del Espíritu es la
semejanza de Cristo. El "fruto del Espíri-
tu" (vea Gál. 5:22-23, Fil. 1:11) aporta
una gran estabilidad y satisfacción en la
vida. La Plenitud del Espíritu trae el poder
del Espíritu Santo (Hechos 1:8; Rom.
15:13; Col. 1:11, 1 Tes. 1:5). Ese poder es
legítimamente considerado no como un
poder para hacer algo espectacular, sino un
poder para obedecer. El creyente lleno del
Espíritu puede extraer del Espíritu Santo
ya que él es una fuente constante y sufi-
ciente de poder para obedecer la Palabra
de Dios.25
La vida cristiana óptima no puede garanti-
zar que alguien sea un instrumento para
"cosechar almas." Sin embargo, es legíti-
mo que ganar almas sea una tendencia
general que surge de la espiritualidad (por
ejemplo, Juan 15:5), y el aumento en el
evangelismo sí proviene de la espirituali-
dad (Hechos 1:8).
Del mismo modo, la oración en el Espíritu
(la persona que ora en el contexto de una
vida que está bien relacionada con el Espí-
ritu Santo, Ef. 6:18, Judas 20) aumentará
la eficacia de la oración. La espiritualidad
no es garantía de respuestas afirmativas
para cada oración. Sin embargo, los que
obedecen Sus mandamientos si obtienen
mayores resultados en la oración (1 Juan
3:22; Santiago 5:16b). Las personas espiri-
tuales tienden a eliminar las oraciones que
son egoístas o que saben que están fuera
de la voluntad de Dios (Santiago 4:3, 1
25
Dios el Espíritu Santo es nuestra fortaleza
(vea los siguientes vss. del A.T. que hablan de
Dios como la fortaleza del creyente, Ex. 15:2;
Sal. 46:1,118:14; Neh. 8:10).
Juan 5:14-15). Por otra parte, una vida que
no está controlada por el Espíritu conduce
a la oración ineficaz (Sal. 66:18; 1 Pedro
3:12.). De este modo, La Plenitud del
Espíritu, si bien no puede garantizar una
respuesta afirmativa a todas las oraciones,
en un sentido general, aumenta en gran
medida la eficacia de la oración.
La seguridad de la salvación es otra área
de la bendición que surge de la vida cris-
tiana óptima. Mientras que un estudio de la
apologética produce datos objetivos para
apoyar al cristianismo, también debe haber
una seguridad subjetiva que viene del
Espíritu Santo con el fin de llegar a una
certeza absoluta. El Espíritu Santo produce
seguridad de la salvación en los corazones
de quienes están bajo Su control (ver Rom.
8:16; Gál. 4:6, 1 Juan 5:7,10).
Es difícil incluir aquí una discusión com-
pleta de la voluntad especializada de Dios.
Sin embargo, uno de los resultados de an-
dar por el Espíritu es una mayor capacidad
para descubrir la voluntad de Dios. Fil.
2:13 enseña " porque Dios es el que en
vosotros produce así el querer como el
hacer, por su buena voluntad." Dios dirige
nuestros caminos (Prov. 3:5-6; 16:9; Sal.
37:5-6). El proceso de transformación que
el Espíritu Santo quiere efectuar en la vida
de un creyente lo lleva a comprobar " cuál
sea la buena voluntad de Dios, agradable y
perfecta" (vea Rom. 12:1- 3, compare con
2 Cor. 3:18 para ver el papel del Espíritu
en el proceso). Hay también una medida
de confianza (o de "fe", Rom. 12:3) en lo
que concierne a los dones espirituales, e
incluso a las convicciones personales en
cuanto a asuntos de libertad cristiana
(Rom. 14:23). Los creyentes llenos del
Espíritu no ignoran la voluntad general o
específica de Dios (véase Ef. 5:17 justo
antes del mandato de ser llenos del Espíri-
tu). Aquellos creyentes que no son contro-
lados por el Espíritu no han cumplido las
condiciones para conocer la voluntad de
Dios.
283
Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo
La iluminación es parte del proceso por el
cual el Espíritu Santo llena (o controla) a
un creyente. El Espíritu Santo ilumina no
tanto el contenido actual (que puede ser
aprendido mediante el estudio, 2 Tim.
2:15, etc.), sino la importancia y relevancia
espiritual de la Escritura. El trata de ense-
ñar a los creyentes la importancia personal
de las Escrituras. Esta es una parte de la
transformación que hace en nuestras men-
tes para llegar a la imagen de Cristo.
Sin embargo, el aumento de iluminación
en la Escritura también puede clasificarse
como un resultado de la plenitud del Espí-
ritu. El Espíritu controla (o llena) por la
Palabra escrita, pero también en el proce-
so, El continuamente enseña aún más so-
bre la Palabra a quien está controlado. Por
lo tanto, La vida llena del Espíritu resulta
en una mayor apreciación y entendimiento
práctico de la Palabra de Dios (1 Cor.
2:15; 1 Juan 2:20, 27) El tema de la ilumi-
nación es un ministerio importante efec-
tuado por el Espíritu Santo y merece un
estudio por separado en la siguiente sec-
ción.
La vida llena del Espíritu resulta en estado
de gran bendición. Hay quienes no apre-
cian los verdaderos valores espirituales y,
por tanto, no están satisfechos con lo que
la vida cristiana óptima realmente ofrece.
Buscan más. Ellos desearían una plenitud
del Espíritu, que produce resultados que
ellos subjetivamente consideran deseables.
Sin embargo, los creyentes que tienen un
sentido correcto de las prioridades espiri-
tuales reconocerán los tesoros invaluables
de las bendiciones que Dios quiere ofrecer.
Estarán contentos con los resultados Bíbli-
camente legítimos de la vida cristiana
óptima porque entienden su valor infinita-
mente superior comparado con los jugue-
tes que ofrecen los defensores de una
Pneumatología carnal y pervertida. Las
bendiciones que Dios quiere dar son mu-
cho más preciosas que las que quieren
recibir los cristianos no espirituales (por
no decir meramente charlatanes). El fruto
del Espíritu, la presencia del Espíritu Santo
como fuente de poder para obedecer, ganar
almas, el aumento de la eficacia de la ora-
ción, la seguridad de la salvación, la orien-
tación a la voluntad de Dios para la vida,
la iluminación en las Escrituras, y aún más
son los resultados Bíblicos de una vida
llena del Espíritu de vida. Es difícil enten-
der por qué algunos están descontentos y
buscan "manifestaciones" adicionales del
Espíritu que son, en realidad, espiritual-
mente menos valiosas y en realidad, no
más milagrosas y que realmente están ex-
cluidas del ámbito de lo que el Biblia en-
seña que puede suceder en la vida cristia-
na, incluso en su nivel más óptimo.
(6) Temas Relacionados con la Plenitud
(Control) del Espíritu
(a) Iluminación
El Espíritu Santo es un maestro y un ilu-
minador de la verdad. La iluminación del
Espíritu Santo puede ser considerada como
uno de los principales pasos en el proceso
del control (o plenitud) del Espíritu o co-
mo resultado continuo del llenamiento del
Espíritu. El Espíritu Santo ilumina el en-
tendimiento de los creyentes relacionado
con la Palabra de Dios con el fin de con-
trolar (o llenar) por la Palabra de Dios. Sin
embargo, donde hay una vida con ese con-
trol hay todavía más iluminación con res-
pecto a la verdad.
Llenado implica algo más que entendi-
miento. También debe haber una respuesta
(es decir, una sumisión) a la Palabra con el
fin de ser llenado (o controlado). Por lo
tanto, la plenitud y la iluminación no son
sinónimas. La Plenitud consiste en algo
más que sólo iluminación. Sin embargo, la
iluminación debe darse como un paso ne-
cesario para el proceso de llenamiento (o
control). El Espíritu ilumina con el fin de
llenar (controlar).
Aunque el autor cree que pasajes como
Juan 14:26; 15:26-27, 16:12-14 y 1 Cor.
284
No Solo de Pan
2:6- 13 se refieren al ministerio del Espíri-
tu Santo de revelación divina a los após-
toles y no al tema de iluminación de cre-
yentes regulares, todavía hay numerosas
pruebas que demuestran que el Espíritu
Santo enseña a todos los creyentes.
Pero el hombre natural no percibe
las cosas que son del Espíritu de
Dios, porque para él son locura, y
no las puede entender, porque se
han de discernir espiritualmente.
En cambio el espiritual juzga todas
las cosas; pero él no es juzgado de
nadie. [1 Cor. 2:14-15].
Pero vosotros tenéis la unción del
Santo, y conocéis todas las cosas.
Pero la unción que vosotros recibis-
teis de él permanece en vosotros, y
no tenéis necesidad de que nadie os
enseñe; así como la unción misma
os enseña todas las cosas, y es ver-
dadera, y no es mentira, según ella
os ha enseñado, permaneced en él.
[1 Juan 2:20, 27].
Existe el peligro de dar un énfasis equivo-
cado al ministerio iluminador del Espíritu
Santo. Un mormón, una vez le dijo al autor
que el mormonismo debía ser la verdad,
porque el " ¡Espíritu Santo le dio una bue-
na sensación al respecto!"
Tenemos que darnos cuenta que la ilumi-
nación no es la revelación, no es inspira-
ción, y no se refiere principalmente a los
aspectos intelectuales de estudio de la Bi-
blia. La revelación es Dios impartiendo
verdades que de otra manera el hombre
nunca conocería. Dios reveló verdades a
los apóstoles y los profetas. La inspiración
es la supervisión de Dios en el proceso de
registro de Su revelación lo cual lo hace
inerrante y se transmite a todo el pueblo de
Dios. La iluminación es la obra de Dios en
la cual El habilita a Su pueblo para com-
prender la revelación inspirada. La ilumi-
nación no se refiere a la concesión de una
nueva revelación ni tampoco a la inspira-
ción que registra esa nueva revelación. Se
refiere a la comprensión de lo que ya ha
sido revelado y registrado sin errores (o
inspiración), o sea, la Biblia.
El ministerio del Espíritu Santo está rela-
cionado con una comprensión intelectual
de las Escrituras. El da el dominio propio
(o disciplina) que se necesita para enten-
der la Santa Biblia (Gál. 5:22-23). El Espí-
ritu Santo genera el hambre y la sed de la
verdad que conduce a un creyente con la
diligencia necesaria a comprender los
hechos de la Biblia. Sin embargo, también
es cierto que el énfasis de la iluminación
tiene otra dirección, no tanto hacia el inte-
lecto, sino también hacia las emociones y
la voluntad.
La doctrina Bíblica de la iluminación no
cancela el mandato de la Escritura de estu-
diar con el fin de comprender los hechos
de la Escritura. (Esdras 7:10; Sal. 1:2-3;
Mat. 4:4; 1 Tim. 4:13 y 5:17; 2 Tim. 2:15;
1 Pedro 2:2). El Espíritu Santo no enseñará
el contenido concreto de la Biblia a los
creyentes que son demasiado apáticos para
estudiar la preciosa Palabra. Por otra parte,
es cierto que uno puede entender los
hechos de la Biblia sin ningún tipo de ilu-
minación. Esto ocurre cuando un historia-
dor que no es salvo informa correctamente
los hechos del cristianismo o cuando un
Profesor liberal, entiende correctamente
las enseñanzas de Lutero sobre la justifica-
ción por la fe. La comprensión intelectual
sin la iluminación también se produce
cuando un estudiante de seminario estudia
la Biblia con una actitud mala y recibe
unas notas excelentes, o un ministro elabo-
ra un sermón doctrinal preciso sólo para
obtener un cheque de pago. Las Escrituras
que hablan del tema de la iluminación
definen la falta de comprensión, no tanto
como el fracaso de la inteligencia sino el
fracaso de las emociones ya que no apre-
cian la belleza y el valor de la Escritura y
el fracaso de la voluntad al no obedecer.
Porque la palabra de la cruz es lo-
cura a los que se pierden; pero a
285
Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo
los que se salvan, esto es, a noso-
tros, es poder de Dios. [1 Cor.
1:18].
Pero el hombre natural no percibe
las cosas que son del Espíritu de
Dios, porque para él son locura, y
no las puede entender, porque se
han de discernir espiritualmente.
En cambio el espiritual juzga todas
las cosas; pero él no es juzgado de
nadie. [1 Cor. 2:14-15].
1 Cor. 1:18 no niega que un no creyente
puede entender los hechos del Evangelio.
El puede intelectualmente entender que
Cristo dijo ser el Hijo de Dios. El sabe lo
que las palabras " muerte, sepultura y resu-
rrección" significan. El problema no es
con la comprensión de los hechos. El pro-
blema se encuentra en el área de la apre-
ciación y evaluación de estos hechos. Para
el no creyente el Evangelio no es incom-
prensible. Es más bien "locura" (palabra
griega relacionada con la palabra "imbé-
cil"). Es irrelevante, absurdo y ridículo.
1 Cor. 2:14 enseña que los incrédulos no
aceptan y no pueden apreciar correctamen-
te las verdades de las Escrituras. La pala-
bra "percibir" significa "dar la bienvenida"
(ver Mateo 10:14,40; 18:5). El problema
no es la incapacidad para entender los
hechos, sino la incapacidad para evaluarlos
correctamente. Las verdades cristianas
simples pueden ser comprendidas men-
talmente por un incrédulo. Sin embargo, él
no las acepta ni les da la bienvenida, por-
que es totalmente incapaz de evaluarlas. El
intelecto puede entender, pero las emocio-
nes no desean y la voluntad no aprecia.
Aunque los no salvos mentalmente puedan
comprender, sus emociones y su voluntad
evaluarán las verdades de las Escrituras y
las declararán absurdas, ridículas, de mal
gusto, y totalmente sin importancia y sin
ningún sentido.
La palabra "juzgar" o "discernir" de 1 Cor.
2:14 también muestra que la iluminación
se refiere, no tanto al intelecto como a las
emociones y la voluntad. Es un término
judicial que significa juzgar (Hechos 4:9,
12:19; 17:11; 24:8). Un hombre sin ilumi-
nación podría ser capaz de comprender el
Evangelio o la doctrina y la ética cristiana,
pero carece de la capacidad de juzgar, eva-
luar, valorar y evaluar estas verdades con
objetividad y sentido. El intelectual puede
comprender la Biblia, pero no la recibe ni
la aprecia. El con su voluntad elige no
obedecerla.
Los creyentes deben ver la obra de ilumi-
nación del Espíritu Santo como algo que
va mucho más allá de la comprensión
mental de los acontecimientos Bíblicos. El
Espíritu Santo desea iluminar en el sentido
de mostrar a un creyente lo significativo,
la belleza, la gloria, la relevancia personal,
lo precioso, la naturaleza vital y la impor-
tancia de la Escritura. Un cristiano carnal
puede intelectualmente comprender los
acontecimientos bíblicos. Un cristiano que
es enseñado por el Espíritu también en-
tiende el impacto personal de estos hechos,
los cambios que se deben hacer en la vida
y el beneficio personal al obedecer. Un
creyente carnal puede intelectualmente
entender el significado de una oración en
un tratado de teología. El creyente espiri-
tual aprecia el mismo pensamiento lo rela-
ciona con la Escritura, y ve el impacto en
la doctrina y también en la vida y la obra
de Dios en el mundo actual y real.
Aunque el Espíritu Santo juega un papel
importante en la comprensión académica
de la Biblia, Su labor docente se extiende
mucho más allá de ese punto. La ilumina-
ción se produce cuando el Espíritu Santo
enseña al hombre espiritual a entender la
importancia espiritual, la gloria espiritual,
y la sabiduría espiritual de la Biblia.
(b) Guía Individual del Espíritu Santo
Todos los creyentes son guiados por el
Espíritu en el sentido de que El procura
controlarnos por las normas de Su Palabra
(Rom. 8:14; Gál. 5:18). Primordialmente,
el Espíritu Santo enseña, guía y controla a
286
No Solo de Pan
través de las Escrituras. ¿Incluye Su minis-
terio una orientación que va más allá de la
enseñanza directa de las Escrituras? ¿Guía
alguna vez a una persona específicamen-
te?
Algunos creen que no existe una orienta-
ción individualizada del Espíritu Santo
para cada persona. Limitan la orientación
espiritual a lo que se enseña directamente
por la Escritura. Sin dejar de reconocer los
peligros del abuso ignorante o deliberado
del concepto de ser estimulado por el Espí-
ritu, el autor estima que la eliminación
total de la idea de la orientación individua-
lizada es una reacción extrema. Sería me-
jor tratar de reducir el abuso mediante una
instrucción cuidadosa sobre el tema
i. Guía Mediante Voces Audibles
¿Puede Dios el Espíritu Santo en un mo-
mento, guiar con voces audibles o visio-
nes durante la edad de la iglesia? Hay que
tener cuidado para no poner a Dios en una
caja insistiendo en que no puede actuar de
una manera determinada. Mientras que
Dios puede comunicarse verbalmente y es
probablemente lo haga, hay algunas ver-
dades de las Escrituras que deben controlar
nuestra comprensión acerca de este tipo de
comunicación.
En primer lugar, no hay apóstoles y profe-
tas hoy. Los apóstoles tuvieron que haber
visto al Señor resucitado (vea Hechos
1:21-22; 1 Cor. 9:1). Pablo era absoluta-
mente el último hombre que calificó para
esto (1 Cor. 15:8). Los apóstoles y profetas
eran parte del período de fundación de la
iglesia (Ef. 2:20). Ellos fueron los instru-
mentos por los cuales fue dada la revela-
ción a la iglesia (vea Juan capítulos 14-16;
Ef. 3:5). Para que un libro fuera incluido
en el canon del Nuevo Testamento tenía
que haber sido escrito por un apóstol o
bajo la autoridad de un apóstol. Debido a
que no hay apóstoles o profetas, no puede
haber tal cosa como una revelación mo-
derna, que es pertinente para toda la igle-
sia. Si bien una revelación estrictamente
personal en un sentido acústico podría ser
posible, no puede haber tal cosa como una
revelación autorizada por el Espíritu San-
to, que se aplique con autoridad sobre los
demás. Por lo tanto, cualquiera que afirme
que ha obtenido una nueva revelación y
nueva autoridad como un líder que puede
dar revelación divina a otros debe ser
rápidamente descartado. Si la revelación
divina audible sigue siendo posible, ten-
dría que ser una comunicación estricta-
mente personal. La autoridad para la Igle-
sia viene del Nuevo Testamento apostólico
y profético. El pueblo cristiano no debe
someterse a ciegas a otro que dice tener
una nueva revelación acerca de la voluntad
de Dios para él. Se trata de un engaño.
Otra consideración es que aunque el Espí-
ritu Santo puede dar una revelación directa
(pero muy personal), no debemos esperar
que esta sea la forma normal o común en
la que él trabaja. Su principal forma de
guiar es por la Escritura. En segundo
lugar, El también da susurros e impre-
siones inaudibles (véase la sección si-
guiente, ii, pág. 288). Si bien podrían ocu-
rrir revelaciones personales audibles, esta
no es la forma normal de obrar del Espíritu
Santo, y debe esperarse que esto sea un
fenómeno muy raro ya que no estamos en
la era apostólica. El autor se siente obliga-
do a calificar la mayoría de los reclamos
donde Dios habla directamente como con-
fusión, dispositivos de búsqueda de aten-
ción, o argumentos de un comportamiento
dudoso (por ejemplo, evangelistas que
dicen que Dios les dijo que “reunieran
grandes cantidades de dinero”).
Después de calificar las revelaciones audi-
bles como mensajes estrictamente persona-
les y la revelación de este tipo como algo
no muy frecuente, todavía hay cierto mar-
gen para la posibilidad de que el Espíritu
Santo pueda hablar audiblemente hoy. El
autor no se siente obligado a negar todos
esos reclamos. Si una persona dice que un
mensaje que recibió es válido para otros,
es un fraude. Si la persona dice que Dios
287
Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo
habla con allá con frecuencia, tampoco es
de fiar. Sin embargo, es posible creer en
una comunicación aislada y estrictamente
personal. Pablo es un ejemplo de alguien
que obtuvo tales revelaciones personales y
que no se jactó de esas experiencias. De
hecho, él no habló de eso durante 14 años
y aun cuando lo hizo, no entró en detalles
(2 Corintios 12). La pretensión de tener
una revelación sonora por el Espíritu Santo
es desmentida por el afán de alardear de
ello rápida y ampliamente. Tal revelación
debe contenerse en mensajes personales
que son tan intensamente personales que la
persona favorecida se muestra reacia a
llamar la atención sobre sí misma o sobre
la experiencia. No todos los reclamos de
un mensaje verbal del Espíritu Santo nece-
sariamente deben ser tratados como falsos.
Sin embargo, los que se utilizan para im-
poner autoridad sobre los demás son tan
ilegítimos como son los que, obviamente,
están en contradicción con la Palabra de
Dios. Además, los reclamos que se come-
ten con mayor frecuencia y que parecen
implicar un deseo de llamar la atención a
la persona misma en el mejor de los casos
son dudosos. Otro factor de credibilidad es
la fiabilidad de juicio de la persona en lo
que concierne a la verdad Bíblica. Si la
persona tiene una falta de juicio en rela-
ción con la interpretación de la Biblia, es
poco probable que su juicio sea confiable
en el área de estas experiencias.
ii. Los Impulsos e Impresiones Inaudibles
del Espíritu Santo
Hay una base Bíblica más extensa para
creer que el Espíritu Santo impulsa e im-
presiona de formas no audibles para guiar
a un creyente, que para creer en la posibi-
lidad de voces audibles. Sin embargo, esta
área es tan capaz de abusos y malos enten-
didos, como el área de las revelaciones o
visiones audibles.
No podemos dar advertencias en términos
muy estrictos contra la confusión entre
los impulsos carnales y "la guía del Espí-
ritu". Los impulsos internos, las impresio-
nes, las cargas, las convicciones, sólo son
fiables en un contexto de una vida que
sigue con consistencia la enseñanza clara
del Espíritu Santo en la Biblia. Si una per-
sona hace caso omiso de la orientación
clara del Espíritu Santo por la Palabra,
que ni se atreva a presumir que es capaz de
discernir la orientación individual del
Espíritu en una cuestión determinada. Los
sentimientos internos sólo son fiables si
provienen de un corazón que se somete a
Dios en cada área revelada en las Escritu-
ras. De lo contrario, hay mucho espacio
para la racionalización y la manipulación.
Los impulsos y las impresiones, sin la res-
tricción de la sumisión a la Escritura, son
una base muy pobre para la toma de deci-
siones o para el comportamiento. Recuer-
de, que estar lleno del Espíritu es lo mismo
que estar lleno de la Palabra de Cristo
(compare Ef. 5:18 con Colosenses 3:16).
Después de haber dado esta advertencia es
cierto que la Biblia fomenta la idea de que
el Espíritu Santo puede guiar a personas
espirituales por impulsos e impresiones.
Tal orientación inaudible nunca contradice
la Palabra escrita (Isa. 8:20). Nunca con-
duce a ningún secreto de la vida cristiana
que no esté ya contenido en la Biblia o
tampoco le da a una persona un recurso
para la vida no esté disponible para otros
creyentes. Solo las Escrituras contienen
todas las promesas esenciales para una
vida piadosa (2 Pedro 1:3) y todo el equipo
que se requiere para el servicio cristiano (2
Tim. 3:16-17).
Sin embargo, el cristianismo tiene algunos
aspectos muy personales e individuales.
Hay la necesidad de incluir algún ministe-
rio de guía personal del Espíritu Santo en
las áreas del conocimiento de la voluntad
específica y personal de Dios. No todos los
creyentes tienen las mismas convicciones
acerca de los comportamientos que no se
describen en la Biblia. Por lo que, aparen-
temente, debe haber alguna orientación
individualizada de parte de Dios en la ela-
288
No Solo de Pan
boración de normas de carácter personal
en el área de la libertad cristiana. Rom.
14:22-23 indica que los creyentes indivi-
duales tendrán una confianza (fe) diferente
en lo relacionado a lo propio o impropio
de las acciones en el área de libertad cris-
tiana. Es lógico suponer que el Espíritu
Santo desea desarrollar tales convicciones
por impulsos, impresiones, cargas para las
convicciones personales acerca de las
diversas cuestiones de la libertad cristiana
en la vida de los creyentes espirituales. Así
mismo, cada creyente tiene un don espiri-
tual, pero no todos tienen el mismo don.
Por lo tanto, al parecer, debe haber alguna
orientación mediante la cual un individuo
pueda discernir la identidad de su(s) don
(es). Es muy probable que el Espíritu San-
to proporcione una medida de confianza
(es decir, de fe, Rom. 12:3) a la persona
espiritual en relación o a lo que él o ella
debe estar haciendo en la obra de Dios. El
Espíritu Santo impulsa (sólo a las personas
espirituales) en las áreas de la convicción
personal y la identidad de los dones espiri-
tuales. Además, existe la evidencia de que
el Espíritu Santo impulsa e impresiona a
las personas espirituales para guiarles a
hacer decisiones según la voluntad especí-
fica de Dios (Fil. 2:13).26
La Biblia no
parece restringir la dirección de Dios dada
directamente en las Escrituras como una
guía general para todos los cristianos en
todas las épocas (Proverbios 3:5-6; Sal.
32:8; 37:4-5; 73:23-24). Aparentemente,
Dios también ofrece orientación individua-
lizada.
Algunos podrían criticar estas ideas sobre
los impulsos y las impresiones del Espíritu
Santo por ser demasiado subjetivas. Es
cierto que los que no son espirituales pue-
26
La Biblia da muchas razones por las que
Dios puede permitir la enfermedad y el sufri-
miento en la vida del creyente. ¿No es razona-
ble pensar que el Espíritu Santo puede dar con-
vicción en cuanto al propósito detrás de de
alguna dificultad especifica por la cual el cre-
yente tuvo que pasar?
den cometer abusos. Sin embargo, en últi-
ma instancia, la inclusión de impulsos co-
mo un ministerio de la guía del Espíritu
Santo descansa en una confianza en las
Escrituras que son objetivas. La Biblia
enseña que Dios el Espíritu Santo se en-
cuentra dentro del creyente. Nos enseña
que El obra en las facultades mentales de
las personas espirituales (Fil. 2:13) dando
cargas, convicciones y orientación acerca
de los asuntos de Su voluntad individual
(como en las áreas de la libertad cristiana,
Rom. 14:22-23, o de los dones espirituales,
Rom. 12:3). Si una persona no espiritual
confía en sus impulsos e impresiones, ter-
mina en el pecado porque confunde los
impulsos egoístas con la "guía del Espíri-
tu." Esto puede hacerse incluso por la
distorsión y manipulación deliberada de
una doctrina que de otro modo sería legí-
tima. Sin embargo, la persona espiritual
que confía en los impulsos e impresiones
está en realidad expresando confianza en
la enseñanza de la Escritura que trata de
cómo Dios opera de una manera determi-
nada en un corazón piadoso. Para la perso-
na espiritual confiar en la impresión no es
una participación en una subjetividad auto
engañosa. Se trata de una confianza en las
Escrituras que enseñan que Dios mora
adentro y que El guía de manera indivi-
dual hacia un conocimiento de las diferen-
tes convicciones, cargas, dones, y decisio-
nes. Si bien existe un posible abuso en el
área de las impresiones por medio del
Espíritu Santo, esto no significa que todo
el concepto debe ser rechazado. Cuando
los impulsos y las impresiones surgen de
una vida de espiritualidad, deberán ser
considerados como un medio legítimo por
el cual el Espíritu Santo da orientación
individual.
(c) La Oración en el Espíritu
Orando en todo tiempo con toda
oración y súplica en el Espíritu…
[Ef. 6:18].
Pero vosotros, amados, edificándo-
289
Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo
os sobre vuestra santísima fe,
orando en el Espíritu Santo [Ju-
das 20].
La oración en o por el Espíritu Santo es un
área que puede calificarse como parte del
proceso de control (o llenado) del Espíritu,
pero también puede considerarse como el
resultado continuo del control del Espíritu
en la vida de una persona.27
La oración "en
o por el Espíritu" se menciona en Ef. 6:18
y Judas 20. Ef. 2:18 también nos enseña
que el Espíritu Santo es un canal a través
del cual las oraciones se dirigen al Padre
(véase el título del Espíritu Santo, "Espíri-
tu de oración" en Zac. 12:10).
Por lo menos la frase "la oración en el
Espíritu" significa que los creyentes deben
tener una relación correcta con el Espíritu
Santo a fin de que la oración sea eficaz. El
contristar o apagar al Espíritu no es con-
sistente con una base sana para la oración,
porque el pecado hace que la oración no
sea efectiva (Sal. 66:18; 1 Pedro 3:7,12;
Sant. 4:3), mientras que la obediencia a los
mandatos de Dios, aumenta la eficacia de
la oración (1 Juan 3:22; Sant. 5:16).
Además, es probable que el Espíritu Santo
dé cargas, impulsos o impresiones en el
área de los asuntos para la oración. Una
relación correcta con el Espíritu que pro-
mueve la oración es parte del proceso de
llenamiento. Sin embargo, este llenamien-
to también se traduce en un aumento de
sensibilidad al Espíritu quien se encarga de
impulsar hacia oraciones adicionales.
Debemos estar debidamente advertidos
para no llevar el concepto de la oración en
o por el Espíritu a excesos que no son
Bíblicos. La frase no se refiere a convul-
siones de oración o trances. 1 Cor. 14:15 y
Mat. 6:7 enseñan que la oración debe ser
ofrecida en idiomas comprensibles. 1 Cor.
27
En otras palabras, una persona no es llena
por el espíritu a menos que el Espíritu controle
el área de la oración. Pero también el control
del Espíritu da como resultado una habilidad
más grande para orar por el Espíritu.
14:32 da un principio general que declara
que cuando Dios obra en Su pueblo, este
aún conserva el control de sus facultades
mentales.
“y orando, no uséis vanas repeti-
ciones, como los gentiles, que pien-
san que por su palabrería serán oí-
dos.” [Mat. 6:7].
¿Qué, pues? Oraré con el espíritu,
pero oraré también con el enten-
dimiento…. Y los espíritus de los
profetas están sujetos a los profetas;
pues Dios no es Dios de confusión,
sino de paz. Como en todas las
iglesias de los santos, [1 Cor.
14:15a; 32-33].
Rom. 8:26-27 no trata tanto de las oracio-
nes que los creyentes hacen en o por el
Espíritu Santo sino de la oración que hace
el Espíritu Santo por los creyentes. Este es
otro ministerio del Espíritu Santo en lo que
respecta a la oración. Sin embargo, esto es
diferente a "orar en el Espíritu", que con-
siste en pensamientos conscientes (pala-
bras a menudo audibles) que los creyentes
oran. El Espíritu Santo ora de una manera
misteriosa e inaudible intercediendo a
Dios el Padre a favor de los creyentes. No
estamos enterados o conscientes de cuándo
o cómo intercede.
(d) Seguridad
La seguridad de la salvación se lleva a
cabo por el Espíritu Santo en los corazo-
nes de los creyentes que son sumisos a su
llenamiento (o control). Este es un resulta-
do de la salvación y ya lo hemos estudiado
(ver Rom. 8:16; Gál. 4:6, 1 Juan 5:7,10).
(e) El Fruto del Espíritu Santo
Del mismo modo, el fruto del Espíritu es el
resultado del llenamiento (o control) del
Espíritu. El tema del fruto del Espíritu es
digno de un estudio más extenso, pero este
se extendería más allá del alcance de este
estudio que es limitado. El fruto del Espí-
ritu está en la lista de Gál. 5:22-23.
290
No Solo de Pan
Mas el fruto del Espíritu es amor,
gozo, paz, paciencia, benignidad,
bondad, fe, mansedumbre, tem-
planza; contra tales cosas no hay
ley. [Gál. 5:22-23].
Sería bueno notar aquí que estas carac-
terísticas deben profundizarse y crecer en
la vida de un cristiano. El converso más
reciente puede ser espiritual (es decir, con-
trolado por el Espíritu) y mostrar en cierto
grado el fruto de inmediato. Sin embargo,
la madurez lleva su tiempo, ya que a lo
largo de toda la vida una persona se vuel-
ve más y más como Cristo en carácter. El
Nuevo Testamento enseña claramente que
el amor, por ejemplo, profundiza con el
tiempo. Fil. 1:9 11 se refiere a una profun-
dización en amor, conocimiento, discerni-
miento, y justicia. Ef. 3:16 y ss., incluye
la mención del Espíritu Santo y la "pleni-
tud". Enseña que los creyentes crecen más
profundamente en el amor y el conoci-
miento de Cristo. 1 Tes. 4:8- 10 muestra
que aunque el Espíritu produce amor en
todos, hay una necesidad "abundar aún" en
amor.
Para que os dé, conforme a las ri-
quezas de su gloria, el ser fortaleci-
dos con poder en el hombre inter-
ior por su Espíritu; para que habi-
te Cristo por la fe en vuestros cora-
zones, a fin de que, arraigados y
cimentados en amor, seáis plena-
mente capaces de comprender con
todos los santos cuál sea la anchura,
la longitud, la profundidad y la al-
tura, y de conocer el amor de
Cristo, que excede a todo cono-
cimiento, para que seáis llenos de
toda la plenitud de Dios.[Ef.
3:16-19].
Y esto pido en oración, que vues-
tro amor abunde aun más y más
en ciencia y en todo conocimiento,
para que aprobéis lo mejor, a fin de
que seáis sinceros e irreprensibles
para el día de Cristo, llenos de fru-
tos de justicia que son por medio de
Jesucristo, para gloria y alabanza
de Dios. [Fil. 1:9-11].
Así que, el que desecha esto, no de-
secha a hombre, sino a Dios, que
también nos dio su Espíritu San-
to. Pero acerca del amor fraternal
no tenéis necesidad de que os es-
criba, porque vosotros mismos hab-
éis aprendido de Dios que os améis
unos a otros; y también lo hacéis
así con todos los hermanos que
están por toda Macedonia. Pero os
rogamos, hermanos, que abundéis
en ello más y más; [1 Tes. 4:8-10].
Si bien la espiritualidad, que incluye el
fruto del Espíritu está al acceso de todos
los creyentes, la madurez se lleva su tiem-
po. Todos los creyentes pueden ser espiri-
tuales. Sin embargo, si lo vemos estricta-
mente desde un presente inmediato, no
todos pueden ser maduros. El proceso de
madurez lleva tiempo, y no hay atajos para
llegar a una profundidad espiritual. Existe
el peligro de rechazar el programa de cre-
cimiento de Dios que es más extenuante y
prolongado cuando se acepta el concepto
fácil, rápido y completamente antibíblico
de que la madurez se puede conseguir de
forma instantánea mediante la iniciación
en el reino de los gigantes espirituales a
través de una crisis. Todos pueden tener el
fruto del Espíritu. Todos pueden ser espiri-
tuales. Sin embargo, profundizar en ese
fruto requiere tiempo y esfuerzo (depen-
dencia activa). No hay ninguna otra mane-
ra.
b. Los Misterios concernientes al Llena-
miento del Espíritu.
En Juan 3:8 el Señor enseñó que la obra
del Espíritu es tan misteriosa como el vien-
to.
Por lo tanto, no debería sorprendernos que
algunos aspectos de Su obra no sean bien
entendidos. En esta sección acerca del
llenamiento del Espíritu entraremos en una
291
Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo
zona donde posiblemente no exista una
respuesta definitiva. A veces nos ayuda el
hecho de saber que la Biblia no nos es lo
suficientemente clara acerca de un tema
determinado. Este reconocimiento de igno-
rancia nos puede ayudar a distinguir entre
la doctrina importante de la Biblia y las
cosas triviales, entre las búsquedas que
deberían estar en el centro de nuestros
esfuerzos y la especulación. Si una verdad
no se enseña explícitamente en la Escritu-
ra, los cristianos no tenemos porque "colar
el mosquito y tomar el camello", centrando
nuestras energías espirituales en un tema
que no tiene apoyo Bíblico firme.
La frase "llenamiento del Espíritu" natu-
ralmente da lugar a varias preguntas ¿Pue-
de un creyente en un momento de su vida
obtener más del Espíritu que en otro?
¿Puede un creyente obtener más del Espí-
ritu Santo que otro creyente? Este estudio
va a concluir que no sabemos con certeza
las respuestas a estas preguntas. Esta con-
clusión de ignorancia puede ser muy im-
portante ya que este aspecto particular de
la "llenura del Espíritu" es tan irrelevante
como el argumento medieval de cuántos
ángeles pueden bailar en la punta de un
alfiler.
Lo que sí sabemos es lo que debemos
hacer para ser llenos del Espíritu Santo y
sabemos cuáles son los resultados óptimos
de tener una vida llena del Espíritu. Así
que las responsabilidades y las expectati-
vas del cristiano han sido reveladas. En
realidad, no es de suma importancia cono-
cer lo que lo que el Espíritu hace invisi-
blemente y en secreto. Esta actividad no
nos es perceptible de todos modos. No hay
mandamientos en la Biblia que nos orde-
nen buscar o rogar más del Espíritu. Nues-
tra tarea es tener cuidado para no apagar o
entristecer al Espíritu y andar por el Espíri-
tu. Las energías gastadas en tratar de obte-
ner más del Espíritu son un desperdicio.
Sabemos nuestras tareas. Lo que el Espíri-
tu hace es Su asunto, y en última instancia,
no nos debe preocupar. No sabemos si
podemos obtener más de El o no. Desde la
perspectiva cristiana, no hay ninguna dife-
rencia práctica, ya sea en esfuerzos o en
resultados. Independientemente de si "lle-
nar" incluye más del Espíritu o no, nuestro
trabajo es el mismo y los resultados ópti-
mos son los mismos.
Los que no están contentos con lo que
Dios ha revelado sobre el Espíritu Santo y
con nuestras responsabilidades para con
El, se desvian por especulación y por la
búsqueda de obtener más del Espíritu. Ta-
les actividades ni siquiera se mencionan
(por no decir ni se ordenan) en la Palabra
de Dios. Tales esfuerzos son en realidad
una digresión de los esfuerzos que se reve-
lan en la Biblia para llegar a la madurez.
El camino de la madurez implica alegría y
satisfacción en las cosas que si podemos
conocer y concentración en lo que sabe-
mos que Dios quiere que hagamos (no el
rechazo de las enseñanzas claras y la acep-
tación de especulaciones sobre misterios
que no están bajo nuestro control o incluso
de nuestra percepción).
(1) Razones de la Ambigüedad acerca de
Obtener Más del Espíritu
Los versículos que hablan de "sed llenos",
del Espíritu, se encuentran prácticamente
en todos los escritos de Pablo y Lucas. Sin
Embargo, hay diferencias entre los dos
autores. En primer lugar, el verbo griego
"llenar" en Lucas y Hechos no es el mismo
que el que se encuentra en Ef. 5:18. En
segundo lugar, Lucas y Pablo usan prepo-
siciones diferentes. Lucas escribe de ser
"llenos del Espíritu" (por lo general el caso
genitivo sin preposición), mientras que
Pablo escribe de estar lleno "en, con, o
por el Espíritu." La discusión acerca de si
las diferencias son sólo de estilo o si refle-
jan un cambio real de tema es intermina-
ble. Enlistaremos ahora varias opciones.
Recuerde que el objetivo de este material
es mostrar que probablemente no sabemos
la respuesta. La ignorancia será fácil de
demostrar.
292
No Solo de Pan
(2) Llenos del Espíritu en Lucas y Hechos
Lucas usa alguna forma de ser llenos del
Espíritu en muchos pasajes (Juan el Bau-
tista, Lucas 1:15; Elisabet, Lucas 1:41;
Zacarías, Lucas 1:67; El día de Pente-
costés, Hechos 2:4; Pedro, Hechos 4:8;
Los primeros cristianos, Hechos 4:31;
Saúl, Hechos 9:17; 13:9).28
Esta frase pue-
de tener varios significados. Además, la
relación que tiene con el mandato de Pablo
de ser "lleno del Espíritu" en Ef. 5:18 pue-
de entenderse de diferentes maneras. Estas
son algunas de las distintas opciones. Es
difícil probar, cual es el punto de vista
correcto.
(a) La intención de Lucas de la frase "lle-
nos del Espíritu" era para referirse a un
llenamiento que el Espíritu realiza, y no se
refiere al hecho de obtener más de El (lo
que es similar a un genitivo subjetivo). El
Espíritu es el que llena, pero El llena de la
Palabra. Una buena comprensión sería
"lleno por Espíritu" (pero con la Palabra
escrita).
Por otra parte, este mandato se puede en-
tender igual que el mandato en Ef. 5:18.
Allí Pablo ordena a los creyentes que sean
"llenos del Espíritu." El Espíritu llena,
pero no con el mismo. El se llena con la
Palabra de Dios (ver Col. 3:16). Los cre-
yentes nunca obtienen más del Espíritu.
El primer punto de vista es la propuesta
popular en los círculos de la iglesia no
carismática. Se puede defender, pero no es
absolutamente cierta.
(b) Un segundo enfoque de la frase de Lu-
cas "llenos del Espíritu" considera que el
llenamiento en los escritos de Lucas es
diferente al llenamiento en los escritos de
Pablo y algo limitado a los tiempos apostó-
licos. Tal vez Lucas se refiere a la obten-
ción de más del Espíritu. La frase "llenos
atemos de obtener
18 se refiere a una expe-
star limitada a los tiempos apostóli-
28
Los usos del sustantivo “lleno” de Lucas
incluyen: Lucas 4:1 (Cristo), Hechos 6:3,5;
7:55 (Esteban) y 11:24 (Bernabé).
del Espíritu" puede referirse a un llena-
miento cuyo contenido es el mismo Espíri-
tu (un llenamiento que consiste en el Espí-
ritu, similar al del genitivo de conteni-
do).29
Sin embargo, se podría argumentar que la
familia de Juan el Bautista y la iglesia
primitiva son casos especiales. Ellos sí han
obtenido más del Espíritu, pero sus expe-
riencias se registran sólo como hechos
históricos (no como modelos que hemos
de seguir). No se refieren directamente a la
vida de hoy y no podían pasar más allá de
los tiempos apostólicos. Los libros históri-
cos de Lucas y Hechos solo registran algu-
nas personas que obtuvieron una medida
especial del Espíritu.30
No existe el man-
dato para que nosotros tr
una experiencia similar.
El único mandato relacionado con el lle-
nado Espíritu es Ef. 5:18. Allí Pablo usa
un verbo diferente y una preposición dife-
rente. El no se refiere a la obtención de
más cantidad del Espíritu, sino más bien
un llenado por el Espíritu con la Palabra.
Así que, Lucas escribe acerca de ejemplos
históricos, pero no da órdenes para vivir
hoy. Hoy en día nadie puede obtener más
del Espíritu. Ef. 5:
riencia diferente.
(c) Al igual que el segundo punto de vista,
este tercero distingue entre la frase de Lu-
cas "llenos del Espíritu" y la frase de Pablo
"lleno (se usa una palabra griega diferente)
de en, por o con el Espíritu." Sin embargo,
a diferencia del punto de vista número dos,
es posible creer que el otorgamiento de
una medida adicional del Espíritu no tiene
que e
cos.
29
El genitivo podría también ser un genitivo de
descripción, o sea, un llenamiento espiritual, o
podríamos tomar el caso griego para denotar
una fuente de origen, un medio por el cual se
lleva una acción, o una referencia.
30
Compare Juan 3:34.
293
Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo
Ef. 5:18 está ordenando a los creyentes
que sean "llenos por Espíritu", pero se
refiere al Espíritu llenándonos con la Pala-
bra escrita. Este es el único mandamiento
que se relaciona con el llenamiento del
Espíritu. Sin embargo, Dios soberanamen-
te puede conceder una porción extra del
Espíritu (usando la frase de Lucas) a una
persona el día de hoy si le place. Esto no
sería algo que debemos buscar o pedir,
pero es algo que Dios podría hacer. La
única diferencia entre el segundo y tercer
punto de vista es que los defensores de
este último consideran que una medida
adicional del Espíritu no es algo limitado a
alo
creyente puede obtener
más del Espíritu.
la ig
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  • 1. No Solo de Pan Una Guía Descriptiva de la Doctrina Bíblica El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Mat. 4:4 Dr. Steven Waterhouse Th. M., D. Min. Traducción del Ing. Mario García M. Westcliff Press P.O. Box 1521, Amarillo TX 79105
  • 2. Prefacio Sólo Dios puede escribir un libro perfecto. A un servidor le enseñaron que Lutero creía que podíamos entender solamente los fundamentos de la verdad de Dios, o sea la teología de la cruz, mientras que Calvino intentó escribir una teología sistemática completa. Ambos tenían razón. Una teología perfecta es imposible, pero la Palabra de Dios merece un esfuerzo más exhaustivo a fin de obtener la doctrina correcta. A pesar de nuestros mejores esfuerzos, ahora "vemos por espejo, oscuramente" (1 Cor. 13:12). Ninguno de nosotros puede comprender y clasificar toda la enseñanza de la Escritura ya que poseemos una mente caída y una fuerza y vida útil finitas. Proverbios advierte que sólo un necio se siente bien con su propia opinión (Proverbios 12:15). Dado que la imprenta no puede transmitir el tono emocional, quiero que quede claramente dicho que el autor está enterado que este libro de doctrina tiene defectos. Además, el (la) lector(a) no debe pensar que debe obtener las mismas conclusiones en todos los aspectos, con el fin de ser considerado como un compañero cristiano. De hecho, la investigación profunda de las Escrituras produce simpatía por otros creyentes que también buscan la verdad y caridad por aquellos que no están de acuerdo en los detalles. El descubrimiento de la verdad de Dios es una tarea demasiado imponente como para no apreciar a otros que hacen su mejor esfuerzo. Si confiamos solo en Jesucristo, el Hijo de Dios, que murió por nuestros pecados y resucitó de entre los muertos, este es un acuerdo suficiente en la doctrina para reconocer la salvación y el compañerismo.
  • 3. Sin embargo, Dios nos recuerda que lo busquemos con todo nuestro corazón (Jer. 29:13). El nos ordena meditar en Su Palabra día y noche (Josué 1:8). Pablo le dijo a Timoteo que se entregara totalmente a las Escrituras (1 Tim. 4:13, 15-16). La Palabra de Dios es nuestro pan de vida (Mat. 4:4). Si realmente creemos que las Escrituras son la Palabra de Dios, el más pequeño de los detalles será importante y debería ser de gran interés. Quizás no logremos entender la Biblia a la perfección, pero hay que llegar a ser obrero aprobado "que usa bien la palabra de verdad" (2 Tim. 2:15). Debemos prestar a la Biblia toda nuestra atención y aplicar todas nuestras fuerzas a su estudio. La mayoría de los cristianos se niegan a obedecer el mandato de estudiar exhaustivamente y con diligencia la Palabra. La mayoría de los cristianos se impulsan principalmente por sus emociones y experiencias. A la Iglesia se le debe advertir que las emociones tienen valor, solamente al ser una respuesta a la verdad de la Palabra de Dios. Todos los creyentes, especialmente los obreros cristianos, somos responsables ante Dios de examinar "cada día las Escrituras para ver si estas cosas son así" (Hechos 17:11). No me atrevo a afirmar que tengo las respuestas finales sobre cada asunto. Afirmo humildemente que esta investigación defectuosa ha sido mi sacrificio personal para darle a la Biblia el vigor de mis mejores años. Somos responsables ante Dios si es que descuidamos Su Palabra. Somos bendecidos y recompensados si esta se convierte en el pan de nuestra vida. Los líderes cristianos deben tener un mensaje antes de tener un ministerio. Es maravilloso hablar en nombre de Dios. En el libro de Job, Dios estaba furioso con los que hicieron sólo conjeturas y expresaron opiniones humanas en esfuerzos por enseñar y aconsejar (Job 38:2). Dios nos advierte que debemos saber de lo que estamos hablando (Santiago 3:1). Espero que estos estudios te ayuden y te bendigan y que le des a la Palabra de Dios, la diligencia, la atención y el respeto que se merece. Dr. Steven Waterhouse
  • 4. Otros Libros Por Steven Waterhouse (Disponibles en Inglés) Fuerza Para Su Pueblo, Un Ministerio Para las Familias de los Enfermos Mentales La Santidad de la Vida Seguridad Bendita: Una Defensa de la Doctrina de la Seguridad Eterna ¿Qué Debo Hacer Para Ser salvo? La Definición Bíblica de la Fe Salvadora Las Preguntas difíciles de la Vida Para Investigación Adicional que no ha Sido Publicada diríjase a www.webtheology.com ________________________________________________ Tercera Edición 2006 Copyright 2000 by Steven W. Waterhouse Todos los derechos reservados. Este libro o sus porciones no podrá ser reproducido de ninguna forma sin permiso escrito del publicador, excepto por pasajes breves usados en comentarios. Westcliff Press P.O. Box 1521 Amarillo TX 79105 1-806-359-6362 www.webtheology.com ISBN: 0970241887 Library of Congress Catalog Card Number 2006924419 (Version en Inglés) Notas sobre la Traducción empleada. La mayoría del texto Bíblico ha sido tomado de la Versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso.
  • 5. Reconocimientos Muchos siervos fieles de Dios trabajaron en este proyecto. Mis propias fuerzas hubieran fallado sin ustedes. Hugh Akin Daphne Barry Cox Dan Bentley Mary Daily Dwight Davis Stephen Hayward Janet Kampschroeder Alan N.Good, Editor
  • 6. Acerca del Autor Dr. Steven W. Waterhouse ha servido como pastor de la Iglesia Westcliff Bible Church en Amarillo, Texas, desde 1985. Tiene títulos de Dallas Theological Seminary (D. Min.); Capital Bible Seminary, Lanham, MD (Th. M., hebreo y griego); Spring Arbor University, Michigan (BA, Ciencias Sociales) y de la Universidad de Cornerstone en Grand Rapids, MI. El Dr. Waterhouse y su esposa, Marilyn, tienen tres hijos; Carlton, Nathan, y Rachel. Se puede acceder a información sobre este libro y otros escritos por el doctor Waterhouse a su sitio web en: http://www.webtheology.com
  • 7. Dedicación A la congregación de Westcliff Bible Church, de Amarillo, Texas. Dios ha grabado el compromiso de fidelidad al ministerio de la enseñanza de ustedes. El amor que ustedes tienen por la Palabra de Dios ha permitido que se dediquen años de trabajo al estudio de la Biblia y no al desvío en otras actividades secundarias. Aún más que el apoyo financiero, fue esta fidelidad a las Escrituras lo que hizo posible esta investigación. También me gustaría agradecer el buen ejemplo cristiano de mi suegro, Russell D. Aseltine, (1937-1990). La Biblia del Pastor Aseltine aparece en la portada (del original Inglés). Steven Waterhouse
  • 8. ABREVIACIONES Antiguo Testamento Génesis Gén Eclesiastés Ecl. Exodo Ex. Cantares Cant. Levítico Lev. Isaías Isa. Números Núm. Jeremías Jer. Deuteronomio Deut. Lamentaciones Lam. Josué Jos. Ezequiel Ez. Jueces Jue. Daniel Dan. Rut Rut Oseas Os. 1 Samuel 1 Sam. Joel Joel 2 Samuel 2 Sam. Amós Amós 1 Reyes 1 Reyes Abdías Abdías 2 Reyes 2 Reyes Jonás Jonás 1 Crónicas 1 Crón. Miqueas Miq. 2 Crónicas 2 Crón. Nahúm Nahúm Esdras Esdras Habacuc Hab. Nehemías Neh. Sofonías Sof. Ester Est. Ageo Ageo Job Job Zacarías Zac. Salmos Sal Malaquías Mal. Proverbios Prov. Nuevo Testamento Mateo Mat 2 Tesalonicenses 2 Tes. Marcos Marcos 1 Timoteo 1 Tim. Lucas Lucas 2 Timoteo 2 Tim. Juan Juan Tito Tito Hechos Hechos Filemón File. Romanos Rom. Hebreos Heb. 1 Corintios 1 Cor. Santiago Sant. 2 Corintios 2 Cor. 1 Pedro 1 Pedro Gálatas Gál. 2 Pedro 2 Pedro Efesios Ef. 1 Juan 1 Juan Filipenses Fil. 2 Juan 2 Juan Colosenses Col. 3 Juan 3 Juan 1 Tesalonicenses 1 Tes. Judas Judas Apocalipsis Ap. Otras Abreviaciones Mac. Macabeos LXX Septuaginta, traducción griega antigua del Antiguo Testamento KJV Versión del Rey Santiago NVI Nueva versión Internacional, NTV Nueva Traducción Viviente Y ss. Y versículos siguientes vs. Versículo vss. Versículos ibid igual que el anterior Comp. Compare con ej. Ejemplo Notas del Traductor La mayoría de la bibliografía citada es con su título original en inglés esto es para facilidad de consulta posterior del estudiante.
  • 9. Contenido No Solo de Pan Capítulo 1: Bibliología, La Doctrina de la Biblia 1 Capítulo 2: Teología Propia, La Doctrina de Dios 15 Capítulo 3: Angelología, La Doctrina de los Angeles 33 Capítulo 4: Satanología, La Doctrina de Satanás 41 Capítulo 5: Demonología, La Doctrina de los Demonios 55 Capítulo 6: Antropología, La Doctrina del Hombre 65 Capítulo 7: Hamartiología, La Doctrina del Pecado 79 Capítulo 8: Cristología, La Doctrina de Cristo 89 Capítulo 9: Soteriología, La Doctrina de la Salvación Parte 1: Salvación Provista 107 Parte 2: Salvación Aplicada 135 Parte 3: Resultados de la Salvación 183 Capítulo 10: Pneumatología Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo 251 Parte 2: Los Dones del Espíritu Santo 297 Capítulo 11: Eclesiología, Doctrina de la Iglesia 331 Capítulo 12: Escatología, Doctrina de los Eventos Futuros 401
  • 11. 1 Capítulo 1 BIBLIOLOGIA La Doctrina de la Biblia BOSQUEJO I. Introducción 2 A. Diferencia entre la Bibliología y Las Evidencias Cristianas 2 B. Método Clásico para Establecer la Infalibilidad de la Biblia 2 1. Fiabilidad de la Biblia 2. La Confiabilidad de Cristo 3. El Origen Divino de la Biblia II. Revelación 2 A. Definición B. Diferencia entre Revelación e Ins- piración C. Las Clases de Revelación 1. Revelación Natural o General 2. Revelación especial 3 a. Las Teofanías b. La Palabra Audible c. Milagros, Señales y Maravillas Visibles d. Los Mensajeros Angélicos e. El Acto de Echar Suertes f. El Urím y el Tumín g. Los Sueños h. Las Visiones i. La Historia de Israel j. La Vida y las Enseñanzas Verbales del Señor Jesucristo k. El Antiguo y el Nuevo Testamento D. La Revelación Escrita 1. Progresiva 2. No Exhaustiva 3. Simplificada 4. Revelación Especial de Dios al Hombre III. Inspiración A. Definición B. Puntos de Vista sobre la Inspiración 1. Incorrectos a. El Dictado b. Conceptual c. Parcial d. Natural 2. Correcto (Composición Dual) C. Doctrina del Antiguo Testamento Acerca de la Escritura 4 1. Frases Claves 2. Declaraciones de la Ley y los Profetas 3. Declaraciones de los Libros Poéticos 5 D. El Nuevo Testamento Afirma Igual- dad con el Antiguo Testamento 1. Los Autores del Nuevo Testa- mento Tuvieron la Misma Expe- riencia que los Autores del Anti- guo Testamento 2. El Nuevo Testamento se Deno- mina a si Mismo Escritura a. Según Pedro b. Según Pablo E. La Doctrina Neo Testamentaria de la Escritura 1. El Punto de Vista de Cristo Acer- ca de la Escritura a. Los Detalles no se Alteran b. Gran Interés por la Verdad c. La Inerrancia 5, 6 2. El Punto de Vista Apostólico Acerca de las Escrituras 7 IV. Iluminación 9 V. El Canon Bíblico A. El Canon del Antiguo Testamento B. El Canon del Nuevo Testamento 9 VI.Los Textos Bíblicos VII. La Bibliología y la Revelación Continua 10 A. La Base de la Autoridad de la Iglesia B. La Autoridad contemporánea de la Iglesia C. Otras Consideraciones VIII. Bibliología e Historia de la Iglesia
  • 12. No Solo de Pan 2 BIBLIOLOGIA: LA DOCTRINA DE LA BIBLIA I. Introducción A Diferencia entre la Bibliología y las Evidencias Cristianas Es importante entender la diferencia entre la Bibliología y la apologética. Es posible de- mostrar que las Escrituras son dignas de confianza por factores objetivos de varias áreas de estudio. Este es el propósito del estudio de la apologética o evidencias cris- tianas. La bibliología comienza donde ter- mina la apologética. El estudiante comienza con creyendo que la Biblia es confiable. Luego investiga las enseñanzas Bíblicas acerca del origen y la naturaleza de la Escri- tura. El propósito de la Bibliología no es confirmar la Escritura sino desarrollar lo que ella enseña sobre sí misma. Habrá quienes califiquen al material de ilógico y por lo tanto no entenderán la metodología del teó- logo conservador. A continuación se presen- ta una breve explicación del método clásico para establecer la infalibilidad de la Biblia. B. Método clásico para establecer la Infa- libilidad de la Biblia 1. Se ha encontrado que la Biblia es un documento seguro y confiable en todas las áreas en las que ha sido puesta a prueba (Es- ta área es del dominio de la Apologética) 2. En base a este documento fidedigno hemos de confiar en lo que Jesús y sus líde- res aprobados enseñan acerca de la Biblia y de todas las otras áreas de la teología. La mayoría de las declaraciones teológicas deberán aceptarse mediante la fe en la auto- ridad de Cristo ya que estas no están sujetas a la verificación. (Este es el fundamento de toda teología.) 3. Cristo, los apóstoles y los profetas en- señan que la Escritura es de origen divino y por lo tanto sin error. (Este es el dominio de la Bibliología.) II. Revelación A. Definición Revelación es la comunicación de la verdad de Dios al hombre. B. Diferencia entre Revelación e inspira- ción La revelación difiere de la inspiración. Se tiene revelación en el momento en que Dios imparte verdad al hombre, especialmente a los profetas y apóstoles. La inspiración ocu- rre cuando Dios garantiza el registro preciso de la revelación para que otros sean benefi- ciados. C. Clases de Revelación 1. La revelación natural o general es la verdad otorgada a todos los pueblos y en todas las edades mediante la creación o la consciencia (Job 12:7-9; Sal. 19:1-3; Juan 1:4; Hechos 14:15-17; 17:24-28; Rom. 1:19- 20; 2:14-15; 2 Pedro. 3:5). Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz. [Sal. 19:1-3]. Porque lo que de Dios se conoce les es ma- nifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. [Rom. 1:19-20]. Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su con- ciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, [Rom. 2:14-15].
  • 13. Bibliología: La Doctrina de la Biblia 3 2. La revelación Especial ocurrió cuando Dios entregó un mensaje específico a un individuo o a un grupo determinado. Algu- nas formas de revelación especial son: a. Las Teofanías (apariciones de Dios sobre la tierra, como es el caso del Angel del Señor) b. La palabra audible c. Los milagros, señales y maravillas visi- bles d. Los mensajeros angélicos e. El acto de echar suertes f. El Urím y el Tumín (que eran objetos mediante los cuales los sumos sacerdotes podían detectar la voluntad de Dios) g. Los sueños h. Las visiones i. La historia de Israel j. La vida y las enseñanzas verbales del Señor Jesucristo k. El Antiguo Testamento y el Nuevo Tes- tamento D. La Revelación escrita (La Escritura) La revelación escrita es una subcategoría de la revelación especial. 1. La revelación escrita era progresiva. Dios entregó Su verdad en pequeñas porcio- nes y a través de un período considerable de tiempo (ej. Dan. 12:8-9, 13; Mat. 13:17; Juan 16:12-13; 1 Pedro. 1:10-12). 2. La revelación escrita no es exhaustiva (Deut. 29:29; Isa. 40:13-14; Rom. 11:33). 3. La revelación escrita ha sido simplifi- cada con el fin que podamos entender algu- nas de las verdades acerca de Dios (Isa. 55:8-9; 1 Cor. 13:12). 4. La Biblia proclama ser una revelación especial de Dios al hombre. (Véase “Inspi- ración,” secciones III. C. y D. de este capítu- lo, págs. 4 y 5, que trata de los profetas del Antiguo Testamento y de la declaración del Nuevo Testamento en la cual afirma ser una revelación al igual que el Antiguo Testa- mento.) III. Inspiración A. Definición Inspiración es el acto mediante el cual Dios supervisa la producción de las Escrituras con el fin de que se produzcan sin error en los manuscritos originales. Inspiración sig- nifica que la Biblia es “exhalada” por Dios,” o sea que es una obra de Dios, una creación de Dios, un producto divino. Inerrancia sig- nifica que la Biblia como es una obra del Dios de verdad, no contiene ningún error. La Infalibilidad se entrelaza con la inerran- cia, pero el énfasis de esta no solo es la verdad objetiva sino también la confiabili- dad práctica. Los acontecimientos de la Bi- blia son verdaderos y sus promesas son completamente seguras y dignas de confian- za ya que nunca han fallado y jamás lo harán. B. Puntos de vista acerca de la Inspi- ración Para poder tener un entendimiento completo y preciso de las Escrituras es imperativo que reconozcamos los puntos de vista inco- rrec-tos de la inspiración con el fin de evi- tarlos y que entendamos los correctos. 1. Los siguientes son los puntos de vista incorrectos acerca de la inspiración. a. La teoría del dictado declara que Dios dictó cada palabra de la Biblia a los hombres y que estos simplemente las escri- bieron. b. La teoría conceptual menciona que Dios entregó las ideas a los hombres y que estos fueron abandonados posteriormente con el fin de que usaran sus propias habili- dades y registraran esas ideas. c. La teoría de la inspiración parcial declara que la Biblia es inspirada en las áre- as religiosas pero que en las áreas seculares puede cometer errores. d. La teoría de la inspiración natural sostiene que la Biblia se escribió como re- sultado de la estimulación natural o la inteli- gencia como es el caso de un buen músico o
  • 14. No Solo de Pan 4 poeta. 2. El punto de vista correcto (el de la composición dual) declara que la Escritura es una composición combinada divino- humana. Dios reveló el tema y supervisó la escritura para que esta estuviese libre de error. Sin embargo Dios permitió la libertad humana con su propia dicción, modismos y lógica. El resultado de la composición dual es que aunque cada autor humano escribió en su estilo muy particular, el producto final fue el registro inerrable de lo que Dios quiso comunicar. Varios pasajes afirman que Dios y el autor humano escribieron (Mat. 1:22; 2:15; 12:17; 19:4-5; 22:43; Mar 12:36; Hech. 1:16; 2:16; 3:18; 4:25; 28:25; 1 Cor. 14:37; 1 Tim. 4:1; Heb. 1:5-13; 2:12-13; 3:7; 4:7; 10:15). “…que el Espíritu Santo habló an- tes por boca de David…” [Hechos 1:16]. “Mas esto es lo dicho por el profeta Joel:” [Hechos 2:16]. ”Pero Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus profetas” [Hechos 3:18]. “que por boca de David tu siervo di- jiste …” [Hechos 4:25]. “… Bien habló el Espíritu Santo por medio del profeta Isaías a nues- tros padres” [Hechos 28:25]. C. Doctrina del Antiguo Testamento acer- ca de la Escritura 1. Las frases claves “Así dice el Señor” y “La Palabra del Señor vino a” se usan lite- ralmente miles de veces. 2. Las declaraciones de la Ley y los Profe- tas afirman no solo que el Antiguo testa- mento es una revelación divina, sino que de una manera específica, las palabras fueron dictadas algunas veces por Dios y en todo momento fueron guiadas por El mismo. A esto se le llama Inspiración Verbal. “Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare” [Deut. 18:18]. “Y nunca más se levantó profeta en Israel como Moisés, a quien haya co- nocido Jehová cara a cara”[Deut. 34:10]. “Estas son las palabras postreras de David. Dijo David hijo de Isaí, Dijo aquel varón que fue levantado en al- to, El ungido del Dios de Jacob, El dulce cantor de Israel: El Espíritu de Jehová ha hablado por mí, Y su palabra ha estado en mi lengua.” [2 Sam. 23:1-2]. “Porque Jehová me dijo de esta ma- nera con mano fuerte, y me enseñó que no caminase por el camino de es- te pueblo, diciendo... [Isa. 8:11]. ¡A la ley y al testimonio! Si no dije- ren conforme a esto, es porque no les ha amanecido. [Isa. 8:20]. Y este será mi pacto con ellos, dijo Jehová: El Espíritu mío que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo Jehová, desde ahora y para siempre” [Isa. 59:21]. Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca” [Jer. 1:9]. Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos” [Jer. 15:16].
  • 15. Bibliología: La Doctrina de la Biblia 5 “Así habló Jehová Dios de Israel, di- ciendo: Escríbete en un libro todas las palabras que te he hablado.” [Jer. 30:2]. “Me dijo: Hijo de hombre, come lo que hallas; come este rollo, y ve y habla a la casa de Israel. Y abrí mi boca, y me hizo comer aquel rollo. Y me dijo: Hijo de hombre, alimenta tu vientre, y llena tus entrañas de este rollo que yo te doy. Y lo comí, y fue en mi boca dulce como miel. Luego me dijo: Hijo de hombre, ve y entra a la casa de Israel, y habla a ellos con mis palabras” [Ez. 3:1-4]. 3. Las declaraciones de los libros poéticos dejan en claro que la Escritura es perfecta, pura y veraz (Sal. 12:6; 18:30; 19:7-8; 119:140, 142, 151, 160; Prov. 30:5). “La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sen- cillo. Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos.” [Sal. 19:7-8]. “Y tu ley la verdad…” [Sal. 119:142]. “Y todos tus mandamientos son verdad.” [Sal. 119:151]. La suma de tu palabra es verdad, Y eterno es todo juicio de tu justi- cia.” [Sal. 119:160]. D. El Nuevo Testamento Afirma igualdad con el Antiguo Testamento. Cristo pre autentificó el Nuevo Testamento al enseñar a sus apóstoles que el Espíritu Santo vendría y les guiaría a toda verdad (Juan 14:16). De esta manera el Nuevo tes- tamento es Escritura al igual que el Antiguo Testamento. 1. Los autores del Nuevo Testamento tu- vieron las mismas experiencias que los auto- res del Antiguo Testamento en lo que se refiere a recibir revelación y dirección del Espíritu Santo, y ellos demandaron la misma autoridad que tenían los autores del Anti- guo Testamento (Juan 14:26; 15:26-27; 16:12-14; Rom. 16:25-26; 1 Cor. 2:10, 13; 4:1; 11:23; 14:37; 2 Cor. 12:7; Gál. 1:11-12; Ef. 3:2-5; Col. 1:25-26; 1 Tes. 2:13; 2 Tes. 2:15; 3:6, 14; 1 Tim. 4:1; 2 Pedro 3:1-2; 1 Juan 4:6; Ap. 1:1). 2. El Nuevo Testamento se denomina a si mismo Escritura. Por lo que los pasajes principales que hablan acerca de las Escritu- ras se refieren a ambos Testamentos. a. 2 Pedro 3:15-16 se refiere a las epístolas de Pablo como “Escrituras” b. 1 Tim. 5:18 cita a Lucas 10:7 y la llama “Escritura.” E. La Doctrina del Nuevo Testamento acerca de la Escritura 1. El punto de vista del Señor es el factor determinante para desarrollar una teología de la Escritura. Cristo reconoció al Antiguo Testamento como infalible y El pre- autentificó el registro escrito del Nuevo Tes- tamento (véase la página 10). “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cum- plir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumpli- do” [Mat. 5:17-18]. Mat. 5:17-18 enseña que el hombre no tiene autoridad para cambiar aún el más pequeño detalle de la Escritura. Esto no enseña la inerrancia de una manera directa pero sin lugar a duda la enseñanza está implícita. Considere el siguiente razonamiento: a. Dios no desea que aún el más pequeño detalle de la Palabra escrita sea cambiado a El no le interesa retractar, volver a re decla-
  • 16. No Solo de Pan 6 rar, re enseñar, modificar o “corregir” nada del Antiguo Testamento. b. Dios es un Dios de verdad con un gran interés por la verdad (ej., Núm. 23:19; Juan 17:17; Tito 1:2; Heb. 6:18). c. Por lo tanto aún los más minúsculos detalles de la Escritura han de ser verdad, ya que Dios no se satisface con las imperfec- ciones. Además, no debe haber ninguna duda que Mat. 5:17-18 da por implícito la inerrancia de las Escrituras ya que el pasaje paralelo en Lucas 16:17 demuestra que Cris- to estaba enseñando la infalibilidad de la Biblia con las mismas palabras de Mateo. “Pero más fácil es que pasen el cielo y la tierra, que se frustre una tilde de la ley” [Lucas 16:17]. Este pasaje es quizás el mejor texto de la Biblia que habla del tema de la inerrancia. Muestra que Mat. 5:17-18 enseña la inerran- cia de las Escrituras ya que Lucas 16:17 es un pasaje paralelo. Además, Lucas 16:17 no solo implica la infalibilidad sino que la de- clara directamente. El Señor está enseñando que es imposible que el detalle más pequeño de la Biblia quede frustrado. Esto significa que la Biblia tuvo que ser escrita sin error, ya que si una porción tiene error, entonces la Biblia fracasa en el sentido más básico: en decir la verdad. Por lo que Cristo dice que es imposible que se frustre aún la más mínima porción de la Escritura. Además la palabra Griega que se traduce frustrar signi- fica caer. Este pasaje es una afirmación de la infalibilidad. Podemos entonces creer en que cada detalle de la Escritura es digno de confianza. “(…y la Escritura no puede ser que- brantada )” [Juan 10:35]. Los judíos estaban hablando constantemente acerca de “quebrantar la ley” o acerca de “no guardar el día de reposo”. Quebrantar la ley es hacerla a un lado o ignorarla. De esta manera cuando el Señor Jesucristo dice que “la Escritura no puede ser quebrantada,” Lo que está diciendo es que nadie puede hacer a un lado lo que ella dice. Una persona debe aceptar una declaración de la Escritura como efectiva y final, para cualquier argumento. Una vez que la Escritura ha hablado no ha de haber ningún desacuerdo. En el contexto de éste pasaje el Señor está discutiendo con sus oponentes pero después que El cita las Escrituras, da por hecho que el argumento ha llegado a su fin. Ya que el Señor no per- mite ningún desacuerdo con las Escritura, concluimos pues que El dio por hecho que la Biblia es inerrable. Si hubiera errores en la Escritura entonces habría desacuerdos legítimos con sus declaraciones. Sin embar- go, el Señor no permite que pasemos por alto la verdad que la Escritura declara. Entonces él les dijo: “¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!” [Lu- cas 24:25]. El Señor llama “insensato” a una persona que no cree en todo lo que los profetas han dicho Para Cristo es inconcebible que algo del Antiguo Testamento pueda negarse. Si existiera algún error en el Antiguo Testa- mento, entonces la declaración de Cristo sería ridícula ya que él estaría llamando “in- sensata” a la gente que no cree en los erro- res. “...tu palabra es verdad.” [Juan 17:17]. ¿Qué puede ser más claro que esta declara- ción del Señor? La Palabra de Dios es ver- dad y por definición libre de error. “Porque el mismo David dijo por el Espíritu Santo: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga tus enemigos por estrado de tus pies” [Marcos 12:36]. (Véase también Mat. 22:43-44.) Con la declaración anterior, Cristo enseña que cuando David escribió el estaba siendo guiado por el Espíritu Santo.
  • 17. Bibliología: La Doctrina de la Biblia 7 “El, respondiendo, les dijo: ¿No hab- éis leído que el que los hizo al prin- cipio, varón y hembra los hizo, y di- jo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? [Mat. 19:4- 5]. Cristo dijo que Dios los creó “varón y hem- bra y [Dios] dijo, ‘por esto el hombre dejará padre y madre....’ ”. Jesús está citando Gén. 2:24; Sin embargo, en el contexto de Géne- sis no hay una indicación directa de que Dios sea el que esté hablando. El lector podría pensar que Moisés por si solo escri- bió Gén. 2:24. Lo que implica este pasaje es que Cristo se tomó la plena libertad para seleccionar cualquier pasaje del Antiguo Testamento y afirmar que Dios es quien lo escribió. En el debate con los Saduceos de Mat. 22:29-33, el Señor construye su argumento usando un tiempo gramatical de un solo verbo. El debate el tema de la resurrección y la inmortalidad de las almas de Abraham, Isaac, y Jacob basándose en la declaración de Dios hecha en los días de Moisés, “Yo soy el Dios de Abraham, Isaac, y Jacob.” Si estos patriarcas no hubiesen tenido vida después de sus vidas terrenales, Dios le hubiera dicho a Moisés “Yo fui el Dios de Abraham, Isaac, y Jacob.” El Señor consi- deró que cada pequeño detalle de la Escritu- ra era significativo y verdadero. Cristo usó con frecuencia frases que indica- ban la naturaleza autoritativa de la Palabra Escrita: “Está escrito…”, “No habéis leí- do…”, “Erráis ignorando las Escrituras.” 2. El punto de vista apostólico de la Escri- tura Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu to- do lo escudriña, aun lo profundo de Dios lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual (pensamientos) a lo espiritual (pala- bras) [1 Cor. 2:10, 13]. Los pronombres nosotros y a nosotros en los primeros capítulos de 1 de Corintios pare-cen referirse a los apóstoles (ej. 1 Cor. 4:9). Pablo está diciendo que su mensaje no provenía de la filosofía humana sino de la revelación divina. Técnicamente, aquí se enfatiza un mensaje oral por lo que no se puede limitar solo a las Escrituras (comp. con el vs.13, hablamos). Sin embargo, el texto lleva implícito que las palabras de un mensaje escrito contienen la misma direc- ción del Espíritu Santo. Que [a los judíos] les ha sido confia- da la palabra de Dios [Rom. 3:2]. Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis nece- sidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesi- dad de leche, y no de alimento sóli- do. [Heb. 5:12]. Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendi- do; y que desde la niñez has sabido las Sa- gradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspira- da por Dios, y útil para enseñar, para redar- güir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. [2 Tim. 3:14-17]. La clave de este texto se encuentra en la frase Griega pasa grafe Theopneustos. La palabra pasa es una forma del sustantivo pan. Significa “todo” por ejemplo en la pa- labra panacea, pandemonio, Panamericana, panorama, etc. En esta estructura gramatical, la palabra generalmente significa “cada.” Al decir que “cada” Escritura es inspirada es- tamos afirmando realmente que “toda” ella
  • 18. No Solo de Pan 8 es inspirada. Sin embargo, la idea de la pa- labra “cada” se enfoca en todos los peque- ños detalles. Cada detalle de la Biblia es inspirado. Una buena traducción sería “Cualquier Escritura que vosotros consider- éis es inspirada.” Pablo declara que “Toda la Escritura y cada una de sus partes es inspi- rada.” Grafé es la palabra griega que se traduce Escritura. El contexto enfatiza la Escritura del Antiguo Testamento, ya que el Antiguo Testamento era el material de lectura de Timoteo durante su infancia. Sin embargo, es ciertísimo que Pablo también consideró que el Nuevo Testamento era Escritura co- mo se puede comprobar cuando el mismo cita a Lucas 10:7 como “Escritura” en 1 Tim. 5:18. Por lo tanto, tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento se encuentran clasificados dentro de esta decla- ración como Escrituras inspiradas. Theopneustos es la palabra griega que se traduce como “inspiración.” Esta proviene del Latín “inspiro” que significa inflar. Esto puede dar la impresión de que Dios exhaló en algunas Escrituras ya existentes para au- mentar su calidad. Esta no es la mejor tra- ducción (desgraciadamente es difícil elimi- narla por lo bien establecida que está). El término griego significa “exhalado por Dios,” : Theos - Dios; pneuma - respiración, por ejemplo en neumonía. No es que Dios haya exhalado en algunos libros existentes para “inflar” su calidad. Si no que, Dios exhaló la Escritura originalmente. La Escri- tura tiene su origen en Dios. Las Escrituras son una creación, una obra, un producto de Dios. En otros lugares de la Biblia, a la ac- ción de exhalar por parte de Dios se le rela- ciona con su poder creador (ej., Gén. 2:7; Sal. 33:6; Ez. 37:5 y ss.; Juan 3:8). Toda la Escritura y las partes que la contienen son una creación de Dios. A continuación veremos los argumentos a favor de la inerrancia de las Escrituras par- tiendo de 2 Tim. 3:16. Este pasaje enseña que cada detalle de la Biblia es una obra de Dios. Sin embargo, no enseña la inerrancia de una manera directa. Aunque, sería impo- sible concluir lo contrario. Premisa mayor: cada detalle de la Escritura es una obra de Dios. Premisa menor: La palabra de Dios es ver- dad (Juan 17:17). Conclusión: Cada detalle de la Escritura es verdad (inerrable). La premisa que la Biblia contiene errores es absurda según 2 Tim. 3:16. Premisa mayor: Cada detalle de la Escritura es una obra de Dios. Premisa menor: Existen errores en las Escri- turas. Conclusión: Dios comete errores cuando El escribe. (Véase también, “Inspiración,” págs. 3-4, para obtener información de los pasajes que tratan el tema de la composición dual y los reclamos al derecho de revelación divina) Entendiendo primero esto, que nin- guna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. [2 Pedro 1:20- 21]. Este pasaje enseña por lo menos tres verda- des importantes de las Escrituras. Primero, que no son solamente de origen humano. Segundo que los hombres que las escribie- ron hablaban de parte de Dios. Tercero, es- tos hombres eran movidos por el Espíritu Santo. La palabra inspirados realmente significa levantar y llevar. Esta misma palabra se usa para describir la acción del viento al empu- jar un barco en Hechos 27:15, 17. Pedro está diciendo que Dios el Espíritu Santo empujó a los autores de la Escritura en la dirección
  • 19. Bibliología: La Doctrina de la Biblia 9 en que él quería que fuesen en cuanto a la composición de la Biblia. De esta manera, 2 Pedro 1:20-21 confirma a 2 Tim. 3:16 en lo relacionado al tema del origen y diseño di- vino de las Escrituras son. De aquí conclui- mos que las Escrituras son inerrables. Dado que la Biblia es un producto del control y la dirección del Espíritu Santo, entonces esta no contiene imperfecciones. También hemos de tener en cuenta que 2 Pedro. 3:15-16 comprueba que Pedro consideró que los escritos del Nuevo Testamento eran Escritu- ra. IV. Iluminación La iluminación difiere de revelación e inspi- ración. Iluminación se refiere al ministerio de enseñanza del Espíritu Santo en el mo- mento en que El toma de su propia palabra y revela al creyente su verdadero significado, su belleza, y su importancia (Sal. 119:18; Juan 14:26 por aplicación; Juan 16:12-13 por aplicación; 1 Juan 2:20, 27; y 1 Cor. 2:15). V. Estudio del Canon Bíblico La palabra Canon proviene de la palabra griega canon de donde obtenemos la palabra caña. Al usar el término canon de la Escri- tura nos referimos a los libros mediante los cuales los cristianos deberán gobernar y medir sus vidas. El estudio del Canon trata el asunto de los libros que pertenecen a la Biblia. A. El Canon del Antiguo Testamento La Iglesia Católica Romana reconoce once libros más en el Antiguo Testamento La Iglesia Ortodoxa Oriental reconoce cuatro libros más. Los protestantes y los judíos reconocen el mismo material del Antiguo Testamento, aunque el orden y la suma de los libros sean diferentes. El asunto impor- tante de los cristianos debería ser ¿Qué li- bros reconoció el Señor Jesucristo? Es bas- tante claro que El fue partidario del canon Judío (y protestante) del Antiguo Testamen- to. “Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los jud- íos.” [Juan 4:22]. Los Samaritanos en los tiempos del Señor rechazaron la mayoría del Antiguo Testa- mento excepto la Ley de Moisés. Cuando Jesús dijo que, “la salvación viene de los Judíos,” Jesús se coloca al lado de los judíos en el debate contra los Samaritanos. Parte de aquel debate era acerca de cuántos libros pertenecían al Antiguo Testamento. “Desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que murió entre el altar y el templo; sí, os digo que será demandada de esta generación ” [Lucas 11:51]. (Véase el pasaje paralelo de Mat. 23:35.) Para poder apreciar este versículo debemos reconocer que el canon hebreo comienza con Génesis y termina con 2 Crónicas. La muerte de Abel se registra en Gén. 4:8. La muerte de Zacarías se registra en 2 Crón. 24:21. Abel fue el primer hombre de Dios que fue asesinado. Zacarías fue el último hombre de Dios que fue asesinado, según el orden del Antiguo Testamento. Jesús está diciendo “Desde Génesis hasta Crónicas ustedes son culpables de matar a los profe- tas.” Por lo tanto, Jesús aquí define y aprue- ba los límites del canon Judío del Antiguo Testamento. “…Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los sal- mos.…” [Lucas 24:44]. En lo que concierne a la división actual del canon hebreo, existe algo de evidencia de que esta misma data desde antes de Cristo. Recordemos que el libro de los Salmos era la sección más extensa y quizás la primera que fue denominada “Los Escritos” Por lo que Jesús quizás se esté refiriendo a las tres
  • 20. No Solo de Pan 10 secciones del canon Judío: La Ley, Los Pro- fetas y Los Escritos. En la Biblia Hebrea moderna los Ketubím, “Los Escritos,” co- mienza con el libro de los Salmos. “Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois? Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritu- ra no puede ser quebrantada.. ” [Juan 10:34-35]. En estos versículos Jesús cuando usa las palabras “vuestra ley” se está refiriendo a la ley oficial de los judíos, a esta ley también le llama “La Escritura”. En ningún momento Jesús tuvo algún tipo de debate con los jud- íos acerca de los libros del Antiguo Testa- mento. El Aceptó y usó los libros autoritati- vos de los Judíos al igual que lo hacen los evangélicos modernos. B. El Canon del Nuevo Testamento Los católicos, Los ortodoxos orientales y los cristianos están todos de acuerdo en que debe haber 27 libros en el canon del Nuevo Testamento. Cristo fundó Su Iglesia sobre los apóstoles del Nuevo Testamento (Ef. 2:20). Inclusive para conocer con exactitud si un determinado libro pertenecía o no al Nuevo Testamento era determinante si este era escrito por un apóstol o bajo la supervi- sión del mismo. La evidencia es rotunda para 20 de los 27 libros. Ninguna persona que sea objetiva duda de su origen apostóli- co. Siete libros del Nuevo Testamento esta- ban en discusión (Hebreos, Santiago, 2 Pe- dro, 2 Juan, 3 Juan, Judas y Apocalipsis). Sin embargo, existe la suficiente evidencia del origen apostólico de estos libros como para persuadir a su aceptación. Las doctrinas que presenta el cristianismo conservador no sufrirían ninguna alteración si se eliminaran de estos siete libros los textos que las com- prueban. Sin embargo el predominio de la evidencia mostrada con hechos señala que es sensato aceptarlos como genuinos. De la misma manera, para la persona que confía en la soberanía de Dios, existe una tendencia a aceptar que el acuerdo universal que tie- nen los 27 libros del Nuevo Testamento no es coincidencia sino providencia. VI. Textos de la Biblia La Crítica Textual se traslapa con la Biblio- logía en por lo menos un punto. Los críticos argumentan que la doctrina de la inerrancia es invalidada ya que los manuscritos origi- nales no existen. Sin embargo este pensa- miento es fallido ya que no toma en cuenta que los textos existentes están muy cercanos a los originales y que la confiabilidad de las declaraciones originales es un asunto de suma importancia. En lo que corresponde al Antiguo Testa- mento, poseemos copias que datan desde antes de Cristo. Por lo que virtualmente usamos las mismas Escrituras que El usó. Si Jesús las pudo aceptar en Su tiempo, entonces podemos confiar que estas fueron preservadas en un grado aceptable para no- sotros. En lo que concierne al Nuevo Testamento, encontramos que este es el libro mejor pre- servado del mundo antiguo tanto en número de manuscritos (5,000 griegos, 25,000 en total) como en su cercanía al tiempo de su composición (el manuscrito más antiguo tiene fecha del 125 DC). Los eruditos Bíbli- cos estiman que tenemos las palabras origi- nales con un 98% a99.5% de pureza. Las diferencias entre los manuscritos antiguos son similares a las diferencias entre la ver- sión NVI, La Biblia de las Américas y La Reina-Valera. Las posiciones doctrinales expuestas en este estudio serían las mismas sin importar las variantes de los manuscritos que se usen. VII. La Bibliología y la Revelación Conti- nua. ¿Deberá el estudiante de la Biblia estar abierto a la posibilidad de que Dios pudiera dar nuevas Escrituras en los tiempos actua- les? ¿Existen todavía autores que están reci- biendo revelación directa? ¿Pueden los nue-
  • 21. Bibliología: La Doctrina de la Biblia 11 vos escritos ser “inspirados por Dios”? A. La Base de la Autoridad para la Iglesia Un cristiano ve a Jesucristo como su autori- dad. En los días finales de Su ministerio el Señor Jesucristo les dijo a Sus apóstoles que el Espíritu Santo vendría como su maestro. El los guiaría a toda la verdad. El les ayu- daría a recordar y a entender las enseñanzas y los eventos del ministerio terrenal del Se- ñor. El les mostraría las “cosas que han de venir.” Estas instrucciones que se encuen- tran en Juan 14-16 son una pre- autentificación de que los apóstoles recibir- ían revelación divina y a la vez establecerían autoridad para la iglesia. Aunque las decla- raciones tales como las de Juan 14:26; 15:26, 27; y 16:12-14 pudieron aplicarse para mostrar el ministerio de iluminación del Espíritu Santo a cada creyente, técnica- mente estas declaraciones se aplican a los apóstoles. Considere a continuación las si- guientes declaraciones que muestran al Se- ñor hablando a los apóstoles: “Os he dicho estas cosas estando con vosotros” [Juan 14:25]. “Y os recordará todo lo que yo os he dicho…” [Juan 14:26]. “Y vosotros daréis testimonio tam- bién, porque habéis estado conmigo desde el principio” [Juan 15:27]. “Aún tengo muchas cosas que deci- ros, pero ahora no las podéis sobre- llevar” [Juan 16:12]. El Discurso del Aposento Alto, dado en la tarde antes de la crucifixión, fue dado a los apóstoles solamente. Estos son señalados por Cristo como los recipientes de la revela- ción divina proveniente del Espíritu Santo. Ef. 2:20 enseña que los apóstoles son el fundamento de la iglesia. 2 Pedro 3:2 enseña que los mandamientos de nuestro Señor y Salvador fueron pronunciados por los após- toles. 1 Cor. 12:28 menciona la frase “pri- meramente apóstoles.” Mat. 16:18 puede ser interpretado de diversas maneras; sin em- bargo, mientras no otorguemos a Pedro la presidencia sobre los otros apóstoles, es posible que Cristo haya dicho que El cons- truiría su iglesia sobre Pedro y el resto de los apóstoles. La iglesia primitiva hizo bien en asegurarse que un libro fuera apostólico antes de ser aceptado en el canon. Los após- toles eran la base de toda enseñanza autori- tativa y pertinente a la iglesia. (Véase la manera en que Pablo afirmó su autoridad mediante su apostolado.) B. La Autoridad Contemporánea para la Iglesia Hechos 1:21-22 y 1 Cor. 9:1 indican que para ser un apóstol una persona tenía que ser un testigo del Señor resucitado. No existe ninguna persona hoy en dia que haya visto al Señor ni haya sido testigo de Su ministe- rio después de Su resurrección. También, es absurdo pensar que estamos en el periodo de la fundación de la Iglesia (véase Ef. 2:20). Cristo pre autentificó a los apóstoles para que obtuvieran revelación divina del Espíri- tu Santo. El no dio la misma autoridad a otras personas. Y ya que no hay apóstoles el dia de hoy, nadie puede pretender tener re- velaciones que sean fidedignas para la igle- sia universal. No es posible que alguien añada más Escritura a la Biblia. C. Otras Consideraciones Existen varios versículos que enseñan que la fe (o sea el cuerpo de la doctrina para la iglesia) sería dada una vez y seria inmutable. Aunque la declaración al final del libro de Apocalipsis se refiere técnicamente al libro de Apocalipsis, es más que una coincidencia que se encuentre al final de la Biblia. Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesa- rio escribiros exhortándoos que con- tendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos [Judas 3]. Mas si aun nosotros, o un ángel del
  • 22. No Solo de Pan 12 cielo, os anunciare otro evangelio di- ferente del que os hemos anunciado, sea anatema [Gál. 1:8]. Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si algu- no quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciu- dad y de las cosas que están escritas en este libro. [Ap. 22:18-19]. VIII. Bibliología e Historia de la Iglesia La doctrina de la infalibilidad de la Biblia fue en un tiempo la base del origen de las grandes denominaciones. Los que han nega- do la inspiración de la Escritura están adop- tando por lo general una doctrina que sería clasificada como herejía por los fundadores de su propio grupo. La declaración del gru- po liberal que afirma que la inerrancia es un desarrollo de tiempos modernos o bién está basada en la ignorancia o bien e una inter- pretación errónea intencional. Porque a mi me parece de conse- cuencias por más que desastrosas el hecho de que creamos que en los li- bros Sagrados se encuentre algo fal- so; Esto significaría que los hombres mediante los cuales se nos ha dado la Escritura y quienes estuvieron dedi- cados a ponerla por escrito escribie- ron en estos libros algo falso… [Agustín, Período de la Pre-Reforma Católica].1 Lutero citó parte de la carta de Agustín a Jerónimo lo siguiente, “He aprendido esto: A tener en un honor tal solo aquellos libros que son lla- mados Santas Escrituras de la mane- ra que finalmente he llegado a creer que ninguno de santos escritores 1 La Palabra Incomparable de Dios por Harold Lindsell, (Wheaton, IL: Victor Books, 1977) 55. erraron alguna vez.” Lutero hizo su- yo el punto de vista de Agustín y lo declaró diciendo, “Las Escrituras no pueden errar. Es cierto que la Escri- tura no puede estar en desacuerdo con ella misma. Es imposible que la Escritura se contradiga, aunque así les parezca a los obstinados hipócri- tas e insensatos” [Martín Lutero (fundador de los Luteranos)].2 Por lo tanto, o creemos plena, com- pleta y rotundamente o no creemos en nada: El Espíritu Santo no permite ser amputado o partido, de tal manera que permita que se enseñe o se crea como verdad una parte y como men- tira otra…Porque es la costumbre de todos los herejes el comenzar al prin- cipio con una sola declaración., pero luego ha de negarse todo por comple- to, como un anillo que ya no es de valor cuando ha sido roto...[Martín Lutero].3 Juan Calvino, líder de las iglesias Presbite- riana y Reformada, dio las siguientes des- cripciones de la Escritura:4 ▪ El registro seguro e infalible ▪ La norma inerrable ▪ La pura Palabra de Dios ▪ La norma infalible de su Verdad Santa ▪ La certeza inerrable 2 Ibid., 58. 3 “La Doctrina de la iglesia acerca de la Inspira- ción Bíblica” por Juan Gerstner, , The Founda- tion of Biblical Authority, ed. James Montgomery Boice, (Grand Rapids: Zondervan Publishing Co. 1978) 35. 4 “Lo que creia la Iglesia acerca de la Biblia: Calvin and the Westminster Divines,” por Juan Gerstner, Summit Papers International Council of Biblical Inerrancy, ed. Norman Geisler, (Oa- kland, California: ICBI, 1978), paper 14, 8.
  • 23. Bibliología: La Doctrina de la Biblia 13 ▪ La norma cierta e inerrable ▪ Luz inerrable ▪ Palabra infalible de Dios ▪ No tiene algo mesclado en ella que pertenezca al hombre ▪ Inviolable ▪ Oráculo Infalible Tomás Cranmer, quien era uno de los fun- dadores de la Iglesia Anglicana, que en este continente viene a ser la Iglesia Episco- pal, hizo las siguientes observaciones: “Lo que se encuentra en la Santa Es- critura,” afirma Cranmer, “ha de ser considerado como el fundamento más seguro y la verdad infalible; y lo que no pueda confirmarse con ella, y que no conecte con nuestra fe, es una artimaña humana alterable e incier- ta.”5 Quedemos en silencio y certifique- mos nuestras conciencias con su in- falible certeza, verdad y seguridad perpetuas [Las Escrituras].6 Y Juan Wesley, el fundador de la iglesia Metodista dice: Si hay algunos errores en la Biblia entonces no importa si es uno o mil. Si existe alguna falsedad en ese libro entonces este no provino del Dios de la verdad. 5 Vea, La Teología de los Reformadores Ingleses por Philip E. Hughes, (Grand Rapids: Eerdmaans Publishing Co., 1965) 20. 6 Ibid., 22. Y finalmente, Carlos Haddon Spurgeon, el prominente bautista; Entonces , ya que Dios la ha escrito, observa Su veracidad. Si yo la hubie- ra escrito, existiría una multitud de críticos que como gusanos se reunir- ían y la cubrirían rápidamente con sus malignos huevecillos; si yo la hubiese escrito habría hombres que la hubieran roto inmediatamente en mil pedazos y quizás con mucha razón. Pero esta es la Palabra de Dios, venid críticos y buscad un error. Esta es una veta de oro puro, sin ninguna aleación de cuarzo o de cualquier otra sustancia terrena. Esta es una estrella sin mancha; un sol sin punto obscuro; una luz sin obscuri- dad; una luna sin palidez; una gloria sin disminución. ¡Oh Biblia! No se pueden decir esas cosas de ningún otro libro, que es perfecto y puro; pero acerca de ti podemos declarar que toda la sabiduría se reúne en ti sin ninguna partícula de locura. Ella es el Juez que termina con rencilla donde ha fallado la inteligencia y la razón. Este es el libro sin la mancha del error, puro, sin aleación y verdad perfecta.. ¿Porqué? Porque sencilla- mente Dios lo escribió. ¡Ah! Atribú- yele a Dios algún error si te atreves; dile que Su libro no es lo que debería ser. Bendita Biblia, eres toda ver- dad.7 7 Lindsell, 77.
  • 24. No Solo de Pan 14
  • 25. 15 Capítulo 2 TEOLOGIA PROPIA La Doctrina de Dios BOSQUEJO I. Definiciones de los puntos de vista acer- ca de Dios 16 A. Ateísmo B. Agnosticismo C. Teísmo 1. Deísmo 2. Politeísmo 3. Panteísmo 4. Monoteísmo| II. La Existencia de Dios A. El Argumento Cosmológico B. El Argumento Teleológico C. El Argumento Moral 17 D. El Argumento Ontológico III. La Definición de Dios IV. La Unidad y la Trinidad de Dios A. La Unidad de Dios B. La Naturaleza Triuna de Dios 18 1. La Trinidad en el Antiguo Testamento a. La Palabra Hebrea traducida Dios es Plural b. Referencias a Dios en Plural c. La diferencia entre Dios y Dios, aunque haya un solo Dios d. El Antiguo Testamento indica que Dios tiene un Hijo e. Al Angel del Señor se le dis- tingue de Dios y aún El es Dios (1) El Angel del Señor apare- ce separadamente de Dios (2) Al Angel del Señor se le reconoce como Dios por otros (3) El Angel del Señor afirma ser Dios 19 (4) Conclusiones f. El Mesías Enviado de Dios es Dios (1) El Mesías se muestra se- paradamente de Dios (2) El Mesías es Dios g. El Plural se usa al referirse a Dios 2. La Trinidad en el Nuevo Testa- mento a. Cada Persona de la Trinidad es denominada Dios (1) El Padre (2) El Hijo (3) El Espíritu 20 b. En la Deidad se asocian dos Personas c. Se pueden asociar Tres Per- sonas reunidas como Dios V. Los Nombres de Dios A. Elohim 1. El Shadai 21 2. El Elion 3. El Olam 4. El Gibor B. Yahvé 1. Pronunciación 22 2. Origen. 3. Significado 4. Nombres Secundarios Derivados de Yahvé a. Yahvé Sabaot b. Yahvé Jiré c. Yahvé Rafí d. Yahvé Nisí e. Yahvé Shalom 23 f. Yahvé Roí g. Yahvé Tsidkenu C. Adonai VI.Los Atributos de Dios A. No Morales 1. Dios es Espíritu
  • 26. No Solo de Pan 16 2. Dios Es Eterno 3. Dios Es Omnipresente 24 4. Dios Es Inmutable 5. Dios Es Omnisciente 25 6. Dios Es Auto-existente 7. Dios Es Omnipotente 8. Dios Es Unido 26 B. Los Atributos Morales de Dios 1. Dios Es Santo 2. Dios Es Verdad a. Objetivamente Verdadero 27 b Eticamente Verdadero c. Metafísicamente Verdadero 3. Dios Es Bueno a. Dios Es Misericordioso b. Dios Es Longánimo 28 c. Es Dios de Gracia d. Dios Es Amor 29 4. Dios Es Recto, o Justo 5. Dios Es Sabio 6. Dios Es Bendito 30 7. Dios Es Glorioso TEOLOGIA PROPIA: LA DOCTRINA DE DIOS I. Definiciones de los Puntos de Vista Acerca de Dios A. Ateísmo El ateísmo niega la existencia de Dios. El ateísmo es compatible con el humanismo y con el materialismo estricto. El humanismo cree que el hombre es autónomo y que el bien supremo es la gloria del hombre. El materialismo estricto sostiene que el univer- so físico es la realidad única. B. Agnosticismo El agnosticismo niega que el hombre pueda llegar a conocer de la existencia de Dios. El agnosticismo también es compatible con el humanismo y el materialismo. Un humanista puede reconocer que es posible que Dios exista. Pero como no es posible que conoz- camos acerca de Dios, entonces El no es de importancia para nuestras vidas. De la misma manera, una persona materialista puede vivir sin considerar a Dios aunque teóricamente puede admitir la posibilidad de la existencia de Dios. C. Teísmo El Teísmo se refiere a la creencia en cual- quier Dios. 1. Los Deístas (o teístas) afirman que Dios existe, sin embargo, Dios no tiene interés en intervenir en el mundo ni de comunicarse con el hombre. 2. El Politeísmo describe la creencia en muchos Dioses. 3. Los Panteístas creen que el universo mismo es Dios. Esta corriente de pensa- miento se aproxima mucho al materialismo ateo. Tanto los panteístas como los verda- deros materialistas creen que este universo físico es la única realidad. Sin embargo los panteístas consideran que el universo físico es el mismo “Dios.” 4. Los Monoteístas creen que solo existe un Dios. Los judíos, musulmanes, cristianos y varios cultos son monoteístas. II. La Existencia de Dios La información completa acerca de la exis- tencia de Dios se encuentra en la rama de las Evidencias Cristianas y no necesaria- mente en la Teología Propia. La prueba más grande de la existencia de Dios es el carác- ter sobrenatural de las Escrituras y la Perso- na del Señor Jesucristo. El objetivo de la Teología Propia es desarrollar lo que las Escrituras dicen acerca de Dios no el debatir Su existencia. Las Escrituras consideran la existencia de Dios como un hecho y califi- can a aquellos que la niegan como “necios” (véase Sal. 14:1; 53:1). El estudiante que deseé examinar el tema de la existencia de Dios deberá acudir a las Evidencias Cristia- nas. Sin Embargo los teólogos incluyen ge- neralmente en la Teología Propia los
  • 27. Teología Propia: La Doctrina de Dios 17 argumentos filosóficos básicos de la exis- tencia de Dios. Nosotros también los inclui- remos para ser minuciosos, sin embargo, el mejor argumento de la existencia de Dios es “Cristológico,” o sea, el que trata de la vida y persona de Cristo. A. El Argumento Cosmológico El argumento cosmológico pugna que cada efecto debe tener una causa suficiente. El universo es un efecto. Por lo tanto, su prime- ra causa ha de ser Dios. B. El Argumento Teleológico El argumento teleológico contiende que cada diseño implica un diseñador capaz. El uni- verso ofrece evidencia abundante acerca del diseño. Debe haber entonces un diseñador y este es Dios. C. El Argumento Moral El Argumento moral propone que la noción innata de la ley moral en el ser humano, señala hacia el autor de esa ley. Los seres humanos tienen un sentido de normas mo- rales. Esto se hace notorio especialmente en la actitud de indignación moral que se muestra cuando alguien es víctima de un mal. Ya que existe un sentido de ley, en- tonces debe haber un autor de la misma y este es Dios. D. El Argumento Ontológico El Argumento ontológico propone que el sentido de necesidad lleva implícito la satis- facción de esa necesidad. El niño que tiene hambre sabe de manera innata que el ali- mento existe. Ya que la mayoría de las per- sonas son teístas entonces debe de existir el Teos (Dios). III. La Definición de Dios Las Escrituras no definen a Dios de manera total. Se le describe como “espíritu” en Juan 4:24, como “luz” en 1 Juan 1:5, como “amor” en 1 Juan 4:16, y como un “fuego consumidor” en Heb. 12:29. Dada la defini- ción común de persona, Dios es una persona que posee intelecto, emoción y voluntad. Dios se describe como “el Dios viviente” (véase 1 Sam. 17:26; Mat. 16:16; 1 Tes. 1:9). Los teólogos luchan por dar una defi- nición concisa de Dios. Las definiciones siguientes son solo intentos válidos de defi- nir al Ser Supremo. “Dios es el Espíritu perfecto e infinito en quien todas las cosas tienen su origen., sus- tento y final.”1 “Dios es el Ser infinito y eterno, Creador y Preservador, Gobernador del universo quien es Espíritu, Amor y Luz y en quien todas las cosas tienen su origen y su final.”2 Mientras que entendamos que Dios no es la causa directa sino permisiva de los seres caídos y su maldad entonces podemos acep- tar la siguiente definición: Dios es Espíritu personal e invisible, infinito y bueno, causa auto-existente de todo. IV. La Unidad y la Trinidad de la Deidad La Enseñanza Bíblica acerca de Dios es que hay un Dios que existe en tres personas iguales: Padre, Hijo y Espíritu Santo. No es verdad que existen tres Dioses ni tampoco que hay un Dios que se manifiesta en dife- rentes ocasiones de diferentes formas. No es que Dios consiste de tres partes ya que Dios no puede ser dividido. Algunos aspectos de la Deidad se pueden entender, otros son inescrutables. Un autor desconocido con- cluyó: “La doctrina aceptada por la iglesia Cristiana puede justamente sintetizarse de la siguiente manera: Hemos sido enseñados por las Escrituras a creer que hay un solo 1 Systematic Theology por Augustus H. Strong, 3 vols. in 1, edición reimpresa (Old Tappan, N.J: Fleming H. Revell Co., 1976) 52. 2 “Doctrine,” de John Miles, notas no publicadas de clase, Grand Rapids School del Bible and Music, 1974) 16.
  • 28. No Solo de Pan 18 Dios y tres individuos iguales en la Deidad los cuales se describen como Personas, Pero no somos capaces de determinar en qué sen- tido los tres son separados y en qué sentido los tres son uno.” A. La Unidad de Dios Las Escrituras enseñan el monoteísmo. Exis- ten tres personas unidas en un solo Dios (Deut. 4:35; 6:4; 1 Reyes 8:60; 2 Reyes 19:15; Isa. 43:10; 44:6, 8; Zac. 14:9; 1 Cor. 8:6; Gál. 3:20; 1 Tim. 2:5; Sant. 2:19). Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Je- hová uno es. [Deut. 6:4]. Para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios [1 Cor. 8:6]. …pero Dios es uno [Gál. 3:20]. Porque hay un solo Dios,… [1 Tim. 2:5]. Tú crees que Dios es uno; bien haces... [Santiago. 2:19]. B. La Naturaleza Triuna de Dios Aunque la Trinidad no puede ser entendida completamente, deberá ser aceptada como una enseñanza clara y una doctrina Bíblica que se repite varias veces. 1. La Trinidad en el Antiguo Testamento Esta Doctrina es desarrollada plenamente en el Nuevo Testamento; Sin embargo, es interesante que la doctrina Trinitaria se en- cuentra presente también en el Antiguo Tes- tamento de una manera indirecta (Véase también Isa. 9:6, Sal. 110:1, Jer. 23:5-6). a. La palabra hebrea traducida Dios es plural (Elohim). Pero este simple hecho no comprueba la doctrina de la Trinidad. Los estudiosos de la gramática le llaman a esto “el plural de majestad.” Las palabras hebre- as que se traducen cara, agua y cielo tam- bién son plurales. Sin embargo la forma gramatical plural de Dios se ajusta bien al concepto Trinitario. Además tomando en cuenta otras evidencias más claras que se refieren a la Trinidad, podemos explicar satisfactoriamente que la forma plural fue intencionalmente diseñada como un indicio velado de la naturaleza triuna de Dios. b. Existe un número de textos en el Anti- guo Testamento donde los pronombres que se refieren a Dios son plurales. Estos por si solos no establecen la doctrina de la Trini- dad ya que existen otras explicaciones. Aún así, a la luz de otros textos más claros, esta sería una evidencia secundaria que apoya la doctrina de la Trinidad. “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, confor- me a nuestra semejanza...” [Gén. 1:26]. “Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros” [Gén. 3:22]. “Y dijo Jehová: Ahora, pues, des- cendamos, y confundamos allí su lengua,…” [Gén. 11:6, 7]. “Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?”…[Isa. 6:8]. Juan 12:41-42 indica que Cristo era quien estaba hablando sentado en el trono en Isa- ías 6. Hechos 28:25 y ss., declaran que el Espíritu Santo dijo estas cosas. En el con- texto de Isaías uno pensaría que Dios el Pa- dre era quien estaba hablando. La combinación de estos tres textos apoya la doctrina de la Trinidad. c. Dios parece distinguirse de Dios aunque solo haya un Dios. Y le dijo Dios: “Mas de la casa de Judá tendré misericordia, y los sal- varé por Jehová su Dios…” [Oseas 1:6-7]. d. Aún el Antiguo Testamento indica que Dios tiene un Hijo (Véase también Isa. 9:6).
  • 29. Teología Propia: La Doctrina de Dios 19 “Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te en- gendré hoy.” [Sal. 2:7]. Honrad al Hijo, para que no se eno- je, y perezcáis en el camino… [Sal. 2:12a]. ¿Quién afirmó todos los términos de la tierra? ¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si sabes? [Prov. 30:4]. e. El Angel del SEÑOR aparece como una persona diferente de Dios y sin embargo es Dios. (1) El Angel del SEÑOR es una persona separada de Dios. Respondió el ángel de JEHOVA y dijo: Oh JEHOVA de los ejércitos… [Zac. 1:12]. (2) Al Angel del SEÑOR se le reconoce como Dios • Por Agar - “Tú eres Dios que ve” [Gén. 16:13]. • Por Moisés el autor de Génesis - “En- tonces llamó el nombre de Jehová que con ella hablaba” [Gén.16:13]. • Por el autor del libro de los Jueces - “Y mirándole JEHOVA, le dijo…” [Jue. 6:14] y “JEHOVA le dijo…” [Jue. 6:16]. • Por Gedeón - “Ah, SEÑOR mío, ¿con qué salvaré yo a Israel?” [Jue. 6:15]. • Por los padres de Sansón - “…porque a Dios hemos visto” [Jue. 13:22]. (3) El Angel del SEÑOR afirma ser Dios (véase Gén. 22:11-12). Yo soy el Dios de Bet-el… [Gén. 31:13]. …Yo soy el Dios de tu padre… [Ex. 3:6]. El ángel de Jehová subió de Gilgal a Boquim, y dijo: Yo os saqué de Egipto, y os introduje en la tierra de la cual había jurado a vuestros pa- dres, diciendo: No invalidaré jamás mi pacto con vosotros” [Jue. 2:1]. (4) Conclusiones El Angel del SEÑOR es Dios, sin embargo, El también es separado de Dios. Podemos hacer dos conclusiones: o existen dos Dioses (lo cual la Escritura no permite), o el Anti- guo Testamento señala que hay más que una persona en la Deidad. f. El Mesías es enviado por Dios, Sin Em- bargo El es Dios (Sal. 110:1; Jer. 23:5-6; Isa. 7:14; 9:6). (1) El Mesías es separado de Dios: El es el siervo de Dios. He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las na- ciones [Isa. 42:1]. (2) El Mesías es Dios. Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. [Isa. 9:6]. g. Existen un sinnúmero de palabras en plural que se refieren a Dios (Por ej., verbos en Gén. 20:13 y 35:7; sustantivos en Ecl. 12:1 e Isa. 54:5). Claro que estos por si solos no constituyen la prueba de la Trinidad Cualquier persona que tuviera alguna obje- ción con respecto a la doctrina de la Trinidad clasificaría estos versículos como rarezas gramaticales. Ya que la Trinidad puede esta- blecerse mediante otros textos, es posible
  • 30. No Solo de Pan 20 entonces que veamos estas palabras en plural como indicios intencionales de la Trinidad.3 Acuérdate de tu Creador [en Hebreo: Creadores] en los días de tu juventud, [Ecl. 12:1]. Porque tu marido es tu Hacedor [en Hebreo: “Hacedores”] [Isa. 54:5]. 2. La Trinidad en el Nuevo Testamento a. Cada Persona de la Trinidad es llamada Dios o afirma ser deidad. (1) El Padre (Rom. 1:7; Gál. 1:3; Ef. 1:2; Fil. 1:2, etc.) (2) El Hijo (Juan 1:1, 18; 5:18; 8:58; 10:30; 14:9; 20:28; Hechos 20:28; Rom. 9:5; Fil. 2:6; Col. 1:15-16; 2:9; Tito 2:13; Heb. 1:8; 2 Pedro 1:1; 1 Juan 5:20. (Para un estudio más completo de la deidad de Cristo véase “Cris- tología,” Capítulo 8.) En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. [Juan 1:1]. Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡SEÑOR mío, y Dios mío! [Juan 20:28]. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, [Col. 2:9]. Aguardando la esperanza bienaven- tu-rada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesu- cristo [Tito 2:13]. Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro de equidad es el cetro de tu reino” [Heb. 1:8]. (3)El Espíritu Santo 3 (Gesenius Hebrew Grammar de F. H. W. Gesenius, r, editada y traducida F. Kautzch, Ap. A. F. Cowley, 2nda ed. (Oxford: Clarendon Press, 1910) 273, 399. Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sus- trajeses del precio de la heredad? Re- teniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.” [Hechos 5:3-4]. “Porque el SEÑOR es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.” [2 Cor. 3:17]. b. En la Deidad existe una asociación entre dos personas “…Este es mi Hijo amado…” [Mat. 17:5]. Yo y el Padre uno somos [Juan 10:30]. “…El que me ha visto a mí, ha visto al Padre…” [Juan 14:9]. c. También se pueden asociar a tres perso- nas reunidas como Dios. Hay un número de pasajes que se refieren a las tres personas de la Trinidad (véase Mat. 3:16-17; 28:19; Juan 14:16-17; 15:26; 16:7-15; Rom. 8:14-17; Gál. 4:4-6; Ef. 1:3-14; 4:4-6; 1 Cor. 12:4-6; 2 Cor. 1:21-22; 13:14; Heb. 9:14; 1 Pedro 1:2). Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía co- mo paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que de- cía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia. [Mat. 3:16-17]. …bautizándolos en el nombre (nóte- se el singular) del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; [Mat. 28:19]. Y yo (Dios el Hijo) rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, el Espíri- tu de verdad.... [Juan 14:16-17].
  • 31. Teología Propia: La Doctrina de Dios 21 Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, na- cido de mujer y nacido bajo la ley, ...Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama:¡Abba, Padre! [Gál. 4:4,6]. La gracia del SEÑOR Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos voso- tros. Amén [2 Cor. 13:14]. Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rocia- dos con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas. [1 Pedro 1:2]. V. Los Nombres de Dios. Frecuentemente la Biblia describe a una per- sona por su nombre. Un nombre no es siem- pre una indicación de la personalidad. Sin embargo al hablar de Dios, su personalidad se describe en gran manera por sus nombres. Podemos aprender acerca de El mediante el estudio de Sus nombres. A. Elohim Elohim se encuentra aproximadamente 2,570 veces en el Antiguo Testamento. La palabra griega que corresponde a esta es Teos. Técnicamente, este no es un nombre. La palabra Teos nos da más bien una clasifi- cación, por ejemplo, podríamos llamar a alguien “pastor” aunque el nombre real sea Ricardo. Elohim tiene la forma plural (al igual que serafín, querubín). Esto por sí solo no comprueba la Trinidad, pero puede ser un indicio de la naturaleza triuna de Dios. Elohim da énfasis a Dios en su oficio de Creador (Gén. 1:1; Isa. 45:18; Jonás 1:9), como Dios de toda la tierra y no solo de Is- rael (Gén. 24:7; Is. 37:16; 54:5; Jer. 32:27), y como Juez de toda la tierra (Sal. 50:6; 58:11; 75:7). Elohim también da énfasis a Dios como Salvador personal (Gén. 17:8; Ex. 3:6; Jer. 23:23).4 Elohim parece representar a Dios como Creador, Soberano y Salvador de toda la tierra. 1. El Shadai o Saddai (Gén. 17:1; Ex. 6:3) se encuentra 48 veces en el Antiguo Testa- mento (31 veces en Job). La palabra equiva- lente Griega es Pantokrator (Ap. 1:8; 19:6). Este término significa “Todopoderoso.” La raíz hebrea es difícil de trazar. Shaddad es hebreo y significa destructor. Shad significa pecho. Shadu es Acadio y significa montaña. Cualquiera de estas sugerencias es posible. El significado básico de Todopoderoso podr- ía haberse derivado de su poder para destruir al malvado, Su suficiencia plena como una nodriza, o Su fuerza imponente representada por la montaña.5 Es preferible que conside- remos el significado de la LXX (Septuagin- ta) y tomemos El Shaddai como “Todopoderoso” sin importar su raíz exacta. Como Dios es El Shaddai, entonces El es omnipotente y suficiente para cuidar al hom- bre. Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció JEHOVA y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto. [Gén. 17:1]. Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Ja- cob como Dios Omnipotente, mas en mi nombre JEHOVÁ no me di a conocer a ellos. [Ex. 6:3]. 2. El Elion (Gén. 14:18) significa Dios Altísimo. En las Escrituras esta palabra casi siempre es usada por los gentiles para refe- rirse a los mismos gentiles. Por lo tanto, este título enfatiza a Dios y Su gobierno sobre toda la tierra. Melquisedec le llama a El 4 (Véase, Theological Wordbook of the Old Tes- tament por Harris, Archer, Waltke, ed., 2 vols. Chicago: Moody Press, 1980), 1:44-45. 5 Ibid., 2:907.
  • 32. No Solo de Pan 22 Elion “creador de los cielos y de la tierra” (Gén. 14:19). Daniel enseña que “para que conozcan los vivientes que el Altísimo go- bierna el reino de los hombres, y que a quien él quiere lo da” (Dan. 4:17). El malvado rey de Babilonia y el espíritu maligno que le acompañaba querían ser como el Altísimo (Isa. 14:14). Como Dios es El Elion, El es propietario de todos los pueblos y todas las cosas. Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino; y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísi- mo, creador de los cielos y de la tie- rra; y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu ma- no. Y le dio Abram los diezmos de todo. [Gén. 14:18-20]. 3. El Olam (Gén. 21:33) en Español, “Dios Eterno,”. El es el Ser que siempre ha existido en el pasado y que siempre existirá en el futuro. ...e invocó allí el nombre de JEHOVA Dios eterno. [Gén. 21:33]. 4. El Gibbor (Isa. 9:6) se refiere al Mesías. El es Dios Fuerte. En la mayoría de las refe- rencias esta frase se atribuye a los hombres valientes. El Mesías es fuerte y valiente en batalla. B. Yahvé Yahvé es el título más común para la Deidad. Se usa 5,321 veces en el Antiguo Testamen- to y se traduce SEÑOR o JEHOVA (nótese todas las mayúsculas). La palabra Griega es kurios. Mientras que la palabra Elohim (Dios) describe a Dios, YHWH es el nombre real de Dios. 1. Por reverencia los judíos antiguos no se atrevían a pronunciar el nombre de Dios. Como consecuencia de esto, se han perdido los sonidos de las vocales. Por tradición las vocales de la palabra Adonai se han coloca- do entre las consonantes de YHWH para formar YaHoWai. Por cuestiones de interac- ción entre los Idiomas hebreo, alemán y es- pañol ahora tenemos una palabra que ni siquiera sabemos con certeza como se pro- nuncia “Jehová”. Yahvé es una Buena esti- mación. También obsérvese como el sonido Yah es predominante en palabras como Isa- ías, Jeremías, Zacarías, Aleluya, etc.). 2. Los Teólogos conservadores no están de acuerdo en la raíz del nombre de Dios. Quizás no exista ninguna. Algunos contien- den que el nombre de Dios se deriva de la forma del verbo ser (HWH) del hebreo anti- guo que en los tiempos Qal o Hifil imperfec- tos de la gramática sería YHWH. Existe una posibilidad de que esto sea correcto. Cuando Moisés pronunció el nombre de Dios, dijo “YO SOY EL QUE SOY” (Ex. 3:14-15). De esta manera también Cristo afirma su Deidad cuando dijo, “YO SOY” (vea Juan 8:58; también Ap. 1:8). Es posible que el nombre de Dios (YHWH) se refiera a su existencia propia o a Dios como la fuente de todas las cosas. 3. Al observar el uso del nombre, algunos argumentan que YHWH se refiere al Dios de los pactos. El es un Dios que tiene relaciones especiales con gente específica en vez de ser solo el Dios de todo el universo. Si la deri- vación anterior es correcta, el nombre YHWH también habla de un ser auto- existente. Nadie le dio origen., nadie originó o causó su existencia. El no depende de nada o de nadie para su sustento. 4. Existen varios nombres secundarios que se derivan de YHWH. a. Yahvé-Sabaot (1 Sam. 17:45; Sal.24:10; Santiago 5:4). Yahvé-Sabaot en Español significa “SEÑOR de los Ejércitos” El equivalente Griego es Kurios Sabaot. Es interesante que a Dios nunca se le llame “SEÑOR de los ejércitos” en la Ley de Moisés, sin embargo, este título es ex- tremadamente popular entre los profetas. Se usa aproximadamente 285 veces in- cluyendo 62 veces en Isaías, 77 en Je-
  • 33. Teología Propia: La Doctrina de Dios 23 remías, 53 en Zacarías, y 24 en Malaqu- ías.6 El título “SEÑOR de los Ejércitos” nos enseña que Dios es un guerrero y un capitán tanto de las huestes humanas co- mo de las angélicas. En Su guerra contra el maligno, El nunca sufre una pérdida. “Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y ja- balina; mas yo vengo a ti en el nom- bre de JEHOVA de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado” [1 Sam. 17:45]. ¿Quién es este Rey de gloria? JEHOVA de los ejércitos, El es el Rey de la gloria. Sela [Sal. 24:10]. b. Yahvé-Yire (Gén. 22:13-14) En Español es Jehová-Jiré. Significa, “el SEÑOR prove- erá.” El es el protector y sustentador de Su pueblo. Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, JEHOVA proveerá… [Gén. 22:14a]. c. Yahvé-Rafá (Ex. 15:26) en Español es “Jehová-Rafá” que significa “el SEÑOR que sana.” Es la fuente de la sanidad espiri- tual y física. Porque yo soy JEHOVA tu sanador [Ex. 15:26]. d. Yahvé-Nissi (Ex. 17:15) en Español es Jehová-Nisi y significa “el SEÑOR es mi bandera.” Este nombre tiene una idea simi- lar a “SEÑOR de los Ejércitos.” El SEÑOR protege, defiende, y lucha por Su pueblo. Y Moisés edificó un altar, y llamó su nombre Jehová-nisi [Ex. 17:15]. e. Yahvé-Shalom (Jue. 6:24) en Español es Jehová-Salom y significa “el SEÑOR es nuestra paz.” El SEÑOR envía paz a nues- tras vidas. En la salvación El nos da paz con El mismo (Rom. 5:1). En el crecimien- 6 Ibid., 2:750. to el da paz en nuestros corazones (Fil. 4:7). Y edificó allí Gedeón altar a Jehová, y lo llamó Jehová-salom [Jue. 6:24]. f. Yahvé-Rohi (Sal. 23:1) es Jehová-Roí en Español y significa “El SEÑOR es mi pas- tor.” El SEÑOR es nuestro guía, protector y proveedor. JEHOVA es mi pastor… [Sal. 23:l]. g. Yahvé-Tsidkenu (Jer. 23:6) es Jehová- Tsidkenu en Español y significa “Jehová es nuestra justicia.” Dios el Hijo es nuestra justicia cuando nosotros confiamos en El (2 Cor. 5:21). Y este será su nombre con el cual le llamarán: “Jehová, justicia nuestra” [Jer. 23:6]. C. Adonai En el Antiguo Testamento la palabra SEÑOR es traducción de (YHWH). La pala- bra señor (con minúsculas) es traducción de Adonai. Adonai no es un nombre técnica- mente. Es una manera de dirigirse a alguien y significa “Amo.” La palabra se puede usar para designar a un amo humano o al Amo divino. Esta palabra se usa 300 veces refiriéndose a Dios y nos enseña que El es nuestra autoridad absoluta en la vida. VI. Los Atributos de Dios Los atributos de Dios son aquellas cualida- des esenciales, permanentes que son carac- terísticas propias de Su persona. Una manera satisfactoria de clasificar los atribu- tos de Dios es dividiéndolos en morales y no morales. Otra estrategia probable es la de enlistar todos los atributos bajo “infini- dad” o “bondad.” Una tercer manera de clasificarlos sería atributos comunicables (atributos que los seres humanos jamás podrían compartir) y comunicables (atribu- tos que los seres humanos salvos pueden compartir en la gloria). A. Los atributos no morales de Dios
  • 34. No Solo de Pan 24 1. Dios es Espíritu. Aunque Dios puede tomar forma humana ya sea de manera temporal tal como en el caso del ángel del SEÑOR o de forma permanente como en el caso de Cristo, Dios no es un ser físico. Dios no necesita un cuerpo y Su plena esencia no puede ser contenida en un cuerpo. El carácter espiritual de Dios se relaciona también con su invisibilidad. Dios es espíritu… [Juan 4:24]. El es la imagen del Dios invisible, [Col. 1:15]. Por tanto, al Rey de los siglos, in- mortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los si- glos de los siglos. Amén. [1 Tim. 1:17]. A quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver… [1 Tim. 6:16]. 2. Dios es Eterno. Dios es infinito en relación al tiempo. El no tiene principio ni fin. Su carácter eterno sig- nifica no solamente que Dios mora en vida sin fin, de eternidad pasada a eternidad futu- ra, también significa que El mora en otra dimensión fuera del tiempo. Para Dios toda la historia aparece en el pasado. El cordero fue inmolado antes de la fundación del mun- do (Ap. 13:8). Los justificados se observan como ya glorificados (véase los tiempos pa- sados de Rom. 8:30). Toda la historia es también presente (Ex. 3:14; Juan 8:58). No- sotros observamos al tiempo desfilar desde la esquina de la calle. Dios observa todo el desfile pasado, presente y futuro al mismo tiempo. La eternidad parece ser un atributo “infinito” que es parcialmente comunicable a los creyentes. (Véase Gén. 21:33; Ex. 3:14; Deut. 32:40; Job 36:26; Sal. 90:2; 93:2; 102:27; Isa. 9:6; 40:28; 41:4; 57:15; Mique- as 5:2; Juan 1:1; 8:58; Rom. 16:26; 1 Tim. 1:17; 6:16; Heb. 1:10-12; 2 Pedro 3:8; Ap. 1:4, 8; 10:6; 15:7). Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios [Sal. 90:2]. ¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfalle- ce, ni se fatiga con cansancio... [Isa. 40:28]. Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad… [Isa. 57:15]. Por tanto, al Rey de los siglos… [1 Tim. 1:17]. .....Pero tú eres el mismo, Y tus años no acabarán [Heb. 1:12]. Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el SEÑOR, el que es y que era y que ha de venir, el Todo- poderoso. [Ap. 1:8]. 3. Dios es Omnipresente. Dios no solamente es infinito con respecto al tiempo, también lo es en relación al espacio. Dios no está sujeto a ninguno de los dos ya que es sobre ellos. El siempre está presente en el tiempo y en el espacio y es más grande que ambos. Sin embargo, la Biblia enseña que existe una presencia especial de Dios en ciertos lugares: el cielo (Mat. 6:9; Col. 3:1; Heb. 1:3; 12:2), el tabernáculo (Ex. 25:8; 40:34-35), el templo (Mat. 23:21), entre los querubines (Sal. 80:1), en Jerusalén (Mat. 5:35), dentro de los creyentes (Juan 14:16- 17, 23; Rom. 8:9-10; 1 Cor. 6:19-20), y con los humildes (Santiago. 4:6-8; Isa. 57:15). La Biblia también enseña que existe un sepa- ración especial de la presencia de Dios del malvado y arrogante (Isa. 59:1-2; Hab. 1:13; 2 Tes. 1:8-9; 1 Pedro 3:12). Así que aunque parezca difícil de entender, debemos hacer una distinción entre la presencia general de Dios en todo lugar y la presencia especial de Dios en ciertas localidades. He aquí los tex- tos que comprueban Su omnipresencia: 1 Reyes 8:27; 2 Crón. 2:6; 6:18; Sal. 139:7 y
  • 35. Teología Propia: La Doctrina de Dios 25 ss.; Prov. 15:3; Isa. 66:1; Jer. 23:24; Mat. 18:20; 28:20; Hechos 17:27; Heb. 4:13; 13:5. Pero ¿es verdad que Dios morará so- bre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado? [1 Reyes 8:27]. ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subie- re a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. [Sal. 139:7-8]. Los ojos de Jehová están en todo lu- gar, Mirando a los malos y a los buenos. [Prov. 15:3]. ¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra? [Jer. 23:24]. 4. Dios es Inmutable. Aunque Dios puede y de hecho cambia sus obras, El nunca modifica sus atributos. El es infinito en perfección. El no puede mejorar porque ya es perfecto. El no puede empeorar ya que dejaría de ser perfecto. Este atributo se relaciona con la confiabilidad de sus promesas y lo predecible que son sus normas (Mal. 3:6; Sant. 1:17; Heb. 1:12, 13:8). Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos. [Mal. 3:6]. …Pero tú eres el mismo… [Heb. 1:12]. Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. [Heb. 13:8]. Toda buena dádiva y todo don per- fecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mu- danza, ni sombra de variación. [Santiago 1:17]. 5. Dios es Omnisciente. Dios es conocimiento infinito. El conoce la creación inanimada (Sal. 147:4), los anima- les (Mat. 10:29), el Seol (Job 26:6; Sal. 139:8; Prov. 15:11), Los días de la vida del hombre (Job 14:5; Sal. 139:16), y los cabe- llos de su cabeza (Mat. 10:30). Dios conoce el futuro (Isa. 41:22; 42:9; 44:7; 46:10; Hechos 2:23) y nuestras necesidades antes que nosotros las descubramos (Mat. 6:8, 32). Dios conoce todo lo que va a suceder en el futuro real y todo lo que puede suceder en el futuro potencial (1 Sam. 23:11-12; 2 Sam. 12:8; 2 Reyes 13:19; Sal. 81:14-15; Jer. 1:5; 38:17-20; Ez. 3:5-7; Mat. 11:21-24). Dios conoce los pensamientos más secretos (1 Sam. 16:7; 1 Reyes 8:39; 2 Crón. 16:9; Job 34:22; Sal. 44:21; 139:1, 4, 23-24; Prov. 16:2; Jer. 11:20; 17:9-10; 20:12; Ez. 11:5; Lucas 16:15; Rom. 8:27; 1 Cor. 3:20). La omnisciencia de Dios es apoyada por nume- rosos textos Bíblicos (Sal. 147:5; Isa. 40:13- 14, 28; Juan 2:24; 16:30; 21:17; Rom. 11:33- 34; 1 Juan 3:20). Grande es el Señor nuestro, y de mu- cho poder, y su entendimiento es in- finito. [Sal. 147:5]. … y su entendimiento no hay quien lo alcance [Isa. 40:28]. Señor, tú lo sabes todo [Juan 21:17]. ¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! [Rom. 11:33]. Mayor que nuestro corazón es Dios, y él sabe todas las cosas. [1 Juan 3:20]. 6. Dios es Auto-Existente. Algunos le llaman a este atributo “aseidad.” Dios es auto-suficiente. El nunca ha depen- dido e alguien más para existir. El es la pri- mera causa no causada, infinito en auto- suficiencia.
  • 36. No Solo de Pan 26 Porque como el Padre tiene vida en sí mismo… [Juan 5:26]. YO SOY EL QUE SOY.… [Ex. 3:14 (véase también Juan 8:58)]. Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas… [Rom. 11:36]. El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Por- que en él fueron creadas todas las co- sas… [Col. 1:15-16]. 7. Dios es Omnipotente. Dios es infinito en poder. Lo cual da por hecho que El no obrará contrariamente a Su propia naturaleza. El no puede negarse a Sí mismo (2 Tim. 2:13), mentir (Núm. 23:19; 1 Sam. 15:29; Tito 1:2; Heb. 6:18), ser tentado con el mal (Sant. 1:13), cambiar (Sant. 1:17), o tolerar el pecado (Hab. 1:13). Esto hace que surjan unas interesantes preguntas. ¿Puede Dios caber dentro de una caja de zapatos? ¿Puede Dios hacer una piedra tan grande que no pueda levantar? Otros textos adicionales que comprueban la omnipotencia de Dios son los que describen Sus nombres (véase Gén. 17:1; 18:14; Ex. 6:3; Job 42:2; Sal. 62:11; Isa. 9:6; 26:4; Jer. 32:17, 27; Mat. 19:26; 28:18; Lucas 1:37; 18:27; Ef. 3:20; Ap. 1:8; 4:8, 11; 16:14; 17:14; 19:6, 15-16). ¿Hay para Dios alguna cosa difí- cil?… [Gén. 18:14]. ¡Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti; [Jer. 32:17]. He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí? [Jer. 32:27]. Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible… [Mat. 19:26]. Porque nada hay imposible para Dios [Lucas 1:37]. Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros… [Ef. 3:20]. ... y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir. [Ap. 4:8]. “¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!” [Ap. 19:6]. ...Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. [Ap. 19:15, 16]. 8. Dios es Unido (Véase “La Unidad y la Trinidad de la Dei- dad,” sección IV, pág.17.) B. Los Atributos Morales de Dios 1. Dios es Santo. Santidad significa que Dios está separado y es distinto de todas Sus criaturas, exaltado sobre ellas, transcendente. Santidad también significa que Dios está totalmente separado de todo pecado e impureza. Algunos teólo- gos hacen una distinción entre “santidad majestuosa” y “santidad ética.” Santidad majestuosa significa que Dios es está sepa- rado y es trascendente sobre Sus criaturas. La Santidad ética significa que El es separa- do de todo pecado. La palabra Santo se usa aproximadamente 699 veces en el Antiguo Testamento, 111 de ellas se refieren a alguno de los atributos de Dios. El Nuevo Testa- mento contiene 230 referencias a la santidad. (Aproximadamente 94 de ellas atribuyen santidad al Espíritu Santo, 6 a Dios el Padre, y 3 a Dios el Hijo.) Las últimas 4 referencias de esta lista no contienen la palabra santo pero afirman que Dios el Hijo es “sin peca-
  • 37. Teología Propia: La Doctrina de Dios 27 do” (Ex. 15:11; Lev. 11:44; 19:2; 20:26; 21:8; Jos. 24:19; 1 Sam. 2:2; 6:20; Job 6:10; Sal. 22:3; 30:4; 47:8; 60:6; 89:35; 92:15; 97:12; 99:3, 5, 9; 145:17; Isa. 5:16; 6:3; 43:14; 47:4; 49:7; 57:15; Ez. 39:7; Os. 11:9; Hab. 1:12-13; Lucas 1:49; Juan 17:11; Heb. 12:10; 1 Pedro 1:15-16; Ap. 4:8; 15:4; Mar- cos 1:24; Lucas 4:34; Juan 6:69; 8:46; 2 Cor. 5:21; Heb. 4:15; 1 Pedro 2:22). …¿Quién como tú, magnífico en santidad? [Ex. 15:11]. …y seréis santos, porque yo soy santo… [Lev. 11:44]. Y el uno al otro daba voces, dicien- do: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. [Isa. 6:3]. Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nom- bre es el Santo [Isa. 57:15]. ¿No eres tú desde el principio, oh Je- hová, Dios mío, Santo mío? …Muy limpio eres de ojos para ver el mal [Hab. 1:12-13]. …diciendo: ¡Ah! ¿Qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has veni- do para destruirnos? Sé quién eres, el Santo de Dios [Marcos 1:24]. …Padre santo, a los que me has da- do, guárdalos en tu nombre [Juan 17:11]. …el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca [1 Pedro 2:22]. 2. Dios es Veraz. Para afirmar que Dios es veraz hemos de involucrar por lo menos a tres conceptos característicos. Primero, Dios da la verdad real. Segundo, El es verdad en el sentido de ser confiable como en la frase “un amigo verdadero.” Tercero, decir que Dios es ver- dad significa que El es real, o genuino o sea El es Dios verdadero y no un dios falso. Podríamos decir que Dios es veraz en el sen- tido objetivo, ético y metafísico. Los textos que prueban la veracidad real y ética de Dios están entrelazados. a. Dios es objetivamente verdadero (Ex. 34:6; Juan 14:6, 17; 15:26; 16:13; 17:17; 1 Juan 4:6). Estos versículos contienen las siguientes frases: “yo soy el camino, y la verdad,” “el Espíritu de verdad,” y “tu Palabra es la verdad.” Dios no comete errores objetivos El siempre está en lo co- rrecto. b. Dios es verdadero éticamente. Dios es digno de confianza. Su verdad ética es un sinónimo de Su fidelidad. Dios jamás nos mentirá ni nos engañará. El no solo es obje- tivamente correcto sino que también es fiel a Sus promesas (Núm. 23:19; Deut. 32:4; 1 Sam. 15:29; 2 Sam. 7:28; Sal. 19:9; 25:10; 31:5; 33:4; 36:5; 57:3; 89:14; 111:7; 119:86, 142, 151; 138:2; Isa. 25:1; Jer. 5:3; Lam. 3:23; Rom. 1:25; 3:4; 1 Cor. l:9; 2 Cor. 1:20; 1 Tes. 5:24; Tito 1:2; Heb. 6:18). Dios no es hombre, para que mien- ta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará? [Núm. 23:19]. Además, el que es la Gloria de Isra- el no mentirá, ni se arrepentirá, por- que no es hombre para que se arrepienta. [1 Sam 15:29]. Jehová, hasta los cielos llega tu mise- ricordia, y tu fidelidad alcanza has- ta las nubes. [Sal. 36:5]. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. [Lam. 3:23]. …De ninguna manera; antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiro- so… [Rom. 3:4]. Fiel es Dios… [1 Cor. 1:9]. Fiel es el que os llama, el cual tam- bién lo hará [1 Tes. 5:24]. …Dios, que no miente… [Tito 1:2].
  • 38. No Solo de Pan 28 …es imposible que Dios mienta… [Heb. 6:18]. c. Dios es verdadero metafísicamente. Dios es real y Genuino. Cualquier otra persona que reclame ser divino miente. Mas Jehová es el Dios verdadero… [Jer. 10:10]. Y esta es la vida eterna: que te co- nozcan a ti, el único Dios verdade- ro… [Juan 17:3]. …y cómo os convertisteis de los ído- los a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, [1 Tes. l: 9]. …Este es el verdadero Dios, y la vi- da eterna. [1 Juan 5:20]. 3. Dios es Bueno. El concepto de la bondad de Dios abarca una cantidad masiva de verdad además de otras características (misericordia, longanimidad, gracia, amor, amabilidad, ternura, y es posi- ble abarcar aún la santidad ética que equi- valdría a la impecabilidad y la verdad ética que equivaldría a la fidelidad). Algunos cla- sifican las características anteriores como atributos, es quizás más lógico que las consi- deremos como extensiones de la bondad de Dios. Porque Jehová es bueno; para siem- pre es su misericordia, Y su verdad por todas las generaciones. [Sal. 100:5]. Bueno es Jehová para con todos, y sus misericordias sobre todas sus obras [Sal. 145:9]. Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios. [Marcos 10:18]. Toda buena dádiva y todo don per- fecto desciende de lo alto, del Padre de las luces… [Santiago 1:17]. a. Dios es misericordioso. La misericordia de Dios es una expresión de Su bondad para todos aquellos que se encuentran en miseria o sufrimiento. Es similar a la pena o a la compasión (Sal. 103:13; 116:5; Isa. 55:7; Lam. 3:22; Mat. 9:13, 36; Lucas 1:50; Rom. 11:32; 12:1; 15:9; 2 Cor. 1:3-4; Ef. 2:4; Fil. 1:8; Tito 3:5; Heb. 2:17; 4:16; Santiago 5:11; 1 Pedro. 1:3). Como el padre se compadece de los hijos, Se compadece Jehová de los que le temen [Sal. 103:13]. Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nun- ca decayeron sus misericordias. [Lam. 3:22]. Y al ver las multitudes, tuvo compa- sión de ellas… [Mat. 9:36]. …para tener misericordia de to- dos. [Rom. 11:32]. Pero Dios, que es rico en misericor- dia… [Ef. 2:4]. Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia… [Tito 3:5]. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro [Heb. 4:16]. …que según su grande misericordia nos hizo renacer [1 Pedro 1:3]. b. Dios es longánimo. La longanimidad es una expresión de la bondad de Dios para aquellos que merecen castigo. El es paciente con aquellos que merecen castigo inmediato (Ex. 34:6; Núm. 14:18; Neh. 9:17; Sal. 86:15; 103:8; 145:8; Joel 2:13; Jonás 4:2; Neh. 1:3; Rom. 2:4; 3:25; 9:22; 1 Tim. 1:16; 2:4; 2 Pedro 3:9,15).0 ...¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, miseri- cordioso y piadoso; tardo para la ira… [Ex. 34:6].
  • 39. Teología Propia: La Doctrina de Dios 29 Misericordioso y clemente es Jehová; Lento para la ira, y grande en mise- ricordia [Sal. 103:8]. Jehová es tardo para la ira [Nahúm 1:3]. ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimi- dad…? [Rom. 2:4]. Pero por esto fui recibido a miseri- cordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda su clemencia [1 Tim. 1:16]. El SEÑOR no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con noso- tros, no queriendo que ninguno pe- rezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. [2 Pedro 3:9]. c. Dios obra en base a Su gracia y esta es una demostración de Su bondad para con aquellos que merecen castigo. Sin Embargo, existe una distinción entre la longanimidad y la gracia. En Su longanimidad Dios detiene el castigo para aquellos que merecen castigo. En Su gracia Dios muestra benevolencia y favor para aquellos que merecen ira y casti- go. La gracia de Dios es favor inmerecido y bondad sin precio (Ex. 34:6; Juan 1:14,17; Rom. 3:24; 5:20; Ef. 2:7-9; Tito 2:11; 1 Ped 5:10). ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericor- dioso y piadoso… [Ex. 34:6]. …(y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesu- cristo. [Juan 1:14, 17]. …las abundantes riquezas de su gra- cia… [Ef. 2:7]. Mas el Dios de toda gracia…1 Pedro 5:10]. d. Dios es amor. El amor de Dios es una expresión de Su bondad. Es un compromiso de hacer lo que es mejor para quienes son los objetos de Su amor sin importar el dolor o el precio. El amor de Dios es eterno, de sacrifi- cio e incondicional. Podríamos clasificar la bondad y la ternura bajo la categoría de amor (Juan 3:16; 15:13; Rom. 5:8; Gál. 2:20; 1 Juan 3:1; 4:8-10). Porque de tal manera amó Dios al mundo... [Juan 3:16]. Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus ami- gos. [Juan 15:13]. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecado- res, Cristo murió por nosotros. [Rom. 5:8]. …el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. [Gál. 2:20]. …Dios es amor [1 Juan 4:8]. 4. Dios es Recto y Justo. Algunos combinan los atributos de justicia y santidad, especialmente la santidad ética. Sin embargo, tanto en hebreo como en griego las palabras de justicia difieren de las palabras de santidad. La justicia comunica acción, no así la santidad. Al decir que Dios es santo queremos decir que El está separado del pe- cado. Es santo por lo que El no hace. Al de- cir que Dios es recto queremos decir que El actúa en rectitud y debe exigir que todas las demás criaturas también lo hagan. La Santi- dad es más intransitiva y está relacionada a Su Trascendencia. Es lo que Dios es. A la rectitud se le ha denominado la “santidad transitiva”. La rectitud involucra aquellas cosas que un Dios santo hace e insiste que otros las hagan. Se relaciona más con Su Inmanencia.7 Al hablar de la rectitud y la 7 El autor está en deuda con George Pardington por estos pensamientos. [Estudios Bosquejados de Doctrina Cristiana de George Pardington,
  • 40. No Solo de Pan 30 justicia de Dios hablamos de esa fase de la santidad de Dios que es evidente en el trato con Sus criaturas. Dios es llamado recto o justo aproximadamente 112 veces en el An- tiguo Testamento y 44 veces en el Nuevo Testamento (véase Deut. 10:17; 32:4; Job 37:23; Sal. 19:9; 33:5; 89:14; 92:15; 96:13; 103:6; 111:7; Jer. 9:23-24; Juan 17:25; Hechos 3:14; 17:31; Rom. 3:26; 2 Tes. l:5-9; y 1 Juan 2:1). Porque todos sus caminos son rec- titud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; Es justo y recto [Deut. 32:4]. El ama justicia y juicio… [Sal. 33:5]. Justicia y juicio son el cimiento de tu trono… [Sal. 89:14]. …en él no hay injusticia. [Sal. 92:15]. …que yo soy Jehová, que hago mise- ricordia, juicio y justicia en la tie- rra… [Jer. 9:24]. Padre justo… [Juan 17:25]. Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo… [Hechos 3:14]. …abogado tenemos para con el Pa- dre, a Jesucristo el justo. [1 Juan 2:1]. 5. Dios es Sabio. Al mencionar que Dios es sabio no necesa- riamente nos estamos refiriendo a su om- nisciencia. Dios es más que una “computadora infinita” El lo sabe todo pero El también puede seleccionar los mejores medios para llegar al mejor fin. El es sabiduría ya que El aplica Su omnis- ciencia para lograr el mejor control posible (Harrisburg, PA: Christian Publications, Inc., 1926) 80]. del universo (Sal. 19:7; Prov. 1:7; 8:22, 27; Rom. 16:27; 1 Cor. 1:24, 30). Jehová me poseía (a mí, la sabiduría) en el principio, Ya de antiguo, antes de sus obras. Cuando formaba los cielos, allí estaba yo (la sabiduría) [Prov. 8:22, 27]. …Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría… [1 Cor. 1:30]. 6. Dios es Bendito. Al referirnos al carácter íntimo de Dios, bendito significa que Dios está completa y eternamente satisfecho consigo mismo. El está gozoso y contento con Su propia per- fección. No hemos de contemplar este co- mo un atributo, ya que Dios es bendito internamente debido a Sus perfecciones provenientes de Sus atributos. La felicidad humana está cimentada en este aspecto de la persona de Dios. Nuestro Dios, que es per- fecto en Persona y obras, es la fuente de nuestra satisfacción en la vida. La suma de Sus atributos es igual a la perfección. Esta perfección hace que El sea “bendito” in- ternamente.” …el glorioso evangelio del Dios bendito Tim. 1:11]. …bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores, [1 Tim. 6:15]. 7. Dios es Glorioso. La suma de la perfección de Dios da como resultado Su bienaventuranza interior y también Su gloria exterior. Recordemos que la gloria, no es un atributo en el sentido estricto de la palabra. Dios es glorioso en todos Sus atributos. Los humanos deberán reconocer la Gloria de Dios y por ende glo- rificarle (Sal. 24:7-10; 96:3; 138:5; Isa. 6:3; 42:8; Mat. 25:31; Juan 1:14; 17:5; Rom. 3:23; Ef. 1:17; Heb. 1:3; Sant. 2:1).
  • 41. Teología Propia: La Doctrina de Dios 31 Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria… [Is. 42:8]. Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. [Juan 1:14]. …para que el Dios de nuestro SEÑOR Jesucristo, el Padre de glo- ria… [Ef. 1:17]. El cual, [el Hijo] siendo el resplandor de su gloria [del Padre]… [Heb. 1:3]. Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas. [San- tiago 2:1].
  • 42. No Solo de Pan 32
  • 43. 33 Capítulo 3 ANGELOLOGIA La Doctrina de los Angeles BOSQUEJO I. La Existencia de los Angeles 33 II. El Origen de los Angeles 34 A. Todas las Cosas Creadas por Dios B. Los Angeles y la Creación C. El Tiempo de la Creación de los Angeles D. Los Angeles Creados como Angeles E. La Población de los Angeles 1. Las Huestes Celestiales 2. Millares de Angeles 35 3. Las Doce Legiones de Angeles de Cristo F. El Propósito de la Creación Angélica G. Los Angeles y el Pecado H. Las Limitaciones de los Angeles III. La Naturaleza de los Angeles A. Los Angeles y la Persona B. Los Angeles y la Santidad C. Los Angeles y el Poder 1. En Relación al Hombre 36 2. En Relación a Dios D. Los Angeles y la Materia Física E. La Inmortalidad y el Género de los Angeles IV. La Apariencia de los Angeles 37 A. En la Tierra B. En las Escenas no Terrenales 1. Serafín 38 2. Querubín 3. Criaturas Vivientes 4. El Angel de Ap.10:1-3 V. Los Nombres y las Clasificaciones de los Angeles A. Nombres Generales B. Nombres Específicos y Clasificaciones 1. Querubín 2. Serafín 3. Miguel 4. Gabriel VI.La Morada de los Angeles VII. Los Deberes de los Angeles A. Sus Obras en el Pasado B. Sus Obras en el Presente 1. Proteger a los Creyentes 2. Ayudar en Respuesta a la Oración 3. Llevar las Almas al Cielo 39 4. Involucrarse en el Gobierno Civil C. Sus Obras en el Futuro ANGELOLOGIA: LA DOCTRINA DE LOS ANGELES I. La Existencia de los Angeles Los Angeles no son los personajes principales en las Escrituras. Sin embargo, si de alguna manera los pudiéramos extraer de la Biblia, muchos grandes pasajes serían alterados en gran manera (por ejemplo, el nacimiento, la tentación, la agonía en Getsemaní, la resurrección y la ascensión de Cristo). Hay referencias a los ángeles y a los querubines en 34 de los 66 libros de la Biblia (17 en cada Testamento). La palabra hebrea traducida ángel, Malak, está relacionada con el nombre Malaquías, “mi mensajero.” Chafer contó por lo menos 108 referencias a los ángeles en el Antiguo Testamento.1 La palabra Griega traducida ángel es ággelos de la cual se deriva parcialmente la palabra evangelismo. La palabra ángeles se encuentra aproxima- damente 165 veces en el Nuevo Testamento.2 El Señor Jesucristo enseñó claramente sobre la existencia de los ángeles. Lo saduceos no creían ni en la Resurrección ni en los ángeles. 1 Lewis Sperry Chafer, Systematic Theology, vol. 2 (Dallas: Dallas Seminary Press, 1947) 3. Sus números por lo regular son exactos, pero hay muchos más si se incluyen las referencias a los Querubines y Serafines. 2 Ibid.
  • 44. No Solo de Pan 34 Con una sola declaración Cristo les reprendió diciéndoles que en la resurrección los seres humanos serían como los ángeles con respecto al matrimonio (Mat. 22:30). El Señor dijo que en Su segunda venida los ángeles vendrían con El (Mat. 24:31; 25:31). El dijo que podría llamar 12 legiones de ángeles para evitar Su crucifixión (Mat. 26:53). Las personas que respetan a Jesucristo aceptan la existencia de los ángeles. II. El Origen de los Angeles A. Todo lo que Existe fue Creado por Dios Dios es el creador de todas las cosas, ya que es el único que posee la inmortalidad. Por deducción todos los seres deberán ser creados, incluso los ángeles. Todas las cosas por él fueron hechas… [Juan 1:3]. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. [Col. 1:16]. El único que tiene inmortalidad… [1 Tim. 6:16]. B. A los Angeles se les Menciona en la Obra Creadora de Dios Alabadle, vosotros todos sus ángeles; Alabadle, vosotros todos sus ejércitos Alaben el nombre de JEHOVA; Porque él mandó, y fueron creados. [Sal. 148:2, 5]. C. El tiempo de la Creación de lo Angeles En Job capítulos 1 y 2, el término hijos de Dios se usa para designar a seres espirituales incluyendo a Satanás. También parece que con frecuencia se agrupa a los ángeles y a las estrellas en la frase huestes celestiales.3 3 En Dt. 4:19 y Sof. 1:5 huestes significa estrellas, pero en 1 Reyes 22:19 y Lucas 2:13 huestes Estos dos factores nos conducen a creer que Job 38:4-7 enseña que los Angeles fueron creados antes del planeta tierra. “¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia. Cuando alababan todas las estrellas del alba y se regocijaban todos los hijos de Dios” [Job 38:4, 7]. Si los hijos de Dios de Job 38 no son los ángeles, entonces ¿quiénes son? No pueden ser humanos ya que estos no existieron antes que el planeta tierra. Sal. 148:2 y los versículos siguientes, relacionan la creación de los ángeles con la creación del resto del universo físico. Ex. 20:11 enseña que “Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay” Es preferible entonces, considerar que la creación de los ángeles se llevó a cabo en el primer día, quizás después de los cielos pero antes de la tierra. D. Los Angeles Fueron Creados como Angeles Algunos piensan inocentemente que los ángeles son humanos exaltados o glorifica- dos. La Biblia enseña que los ángeles fueron creados como ángeles sin ser una transforma- ción proveniente de algo más. Heb. 12:22-23 nos da una lista de habitantes del cielo y nombra “muchos millares de ángeles” y por separado menciona a “los espíritus de los justos hechos perfectos.” En la descripción del cielo de Ap. 21-22, los ángeles y los humanos son grupos distintos. Los humanos no se convertirán en ángeles en el futuro, lo que si sucederá es que los creyentes humanos juzgarán a los ángeles (1 Cor. 6:3). E. La Población de Angeles En la creación en número de ángeles fue determinado y fijado por toda la eternidad. Estos nunca mueren y nunca se reproducen. (Mat. 22:30; Marcos: 12:25; Lucas 20:35-36). Ya que el Capítulo 2 de Génesis indica que significa Angeles. Véase también Ap. 12:1-4.
  • 45. Angelología: La Doctrina de los Angeles 35 Dios ya no está involucrado en la obra creadora, el número de ángeles debe ser constante. “mas los que fueren tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento. Porque no pueden ya más morir, pues son iguales a los ángeles, y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección.” [Lucas 20:35-36]. El número exacto de ángeles es un misterio, pero existen indicaciones de que es una cantidad extremadamente grande. 1. Ya que el término “huestes celestiales” puede referirse a las estrellas o a los ángeles, podemos deducir de esto que el número de ángeles al igual al número de las estrellas, en potras palabras, es imposible de contar. 2. Heb. 12:22 menciona “muchos millares de ángeles,” Por lo que podemos agruparlos por conjuntos de 1,000. Lo mismo podemos hacer con la información de Sal. 68:17; Dan. 7:10; y Ap. 5:11. Por otra parte 2 Reyes 6:17 y Lucas 2:13 hacen uso del término general de “multitudes” de Angeles. Los carros de Dios se cuentan por veintenas de millares de millares; [Sal. 68:17]. “…millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él…” [Dan. 7:10]. Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones [Ap. 5:11]. 3. Cristo mencionó que El podía contar con más de doce legiones de ángeles (una legión romana podría consistir de hasta 6,000 hombres de guerra) en Mat. 26:53. F. El Propósito de la Creación Angélica Los ángeles fueron creados para ser servidores de Dios. Esto se puede deducir de las declaraciones que se hacen acerca de la creación en general (Rom. 11:36; Col. 1:16; Ap. 4:11). Sin Embargo, La Biblia es más específica en cuanto a la creación de los ángeles. Ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus, y a sus ministros llama de fuego... ¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación? [Heb. 1:7, 14]. G. Los Angeles y el Pecado Como Dios no puede ser tentado por el mal (Santiago 1:13) y tampoco soporta la presencia del pecado (Hab. 1:12-13), existe la plena certeza que Dios no creó a los ángeles con pecado; todos ellos fueron creados santos. H. Las limitaciones de los Angeles Las siguientes referencias (véase sección C.1., pág. 36) darán por establecido que los ángeles tienen habilidades sobrehumanas. Sin embargo, ellos son criaturas. No pueden estar en más de un lugar a la vez. Gabriel necesitó tiempo para viajar (Dan. 9:21-23). Un ángel cuyo nombre permanece anónimo tuvo una demora su viaje. Así que, los ángeles tienen fuerza limitada (Dan. 10:13). Ap. 12:7 menciona luchas entre ángeles santos y no santos. Finalmente, los ángeles tienen limitaciones en cuanto al conocimiento. No conocen el tiempo de la Segunda Venida (Mat. 24:36). Aprenden cuando observan a la Iglesia (Ef. 3:10; 1 Tim. 3:16; 5:21; 1 Pedro 1:12; y posiblemente 1 Cor. 11:10). En resumen, los ángeles son criaturas que no son omnipresentes, omnipotentes u omniscientes. III. La Naturaleza de los Angeles A. Los Angeles y la Persona La definición normal de persona es un ser autoconsciente que tiene intelecto, emociones y voluntad. Mediante esta definición a los ángeles se les podría clasificar como personas.
  • 46. No Solo de Pan 36 Ellos deben poseer inteligencia para aprender (Ef. 3:10; 1 Pedro 1:12), emociones para alabar y adorar (Job 38:7; Isa. 6:3; Ap. 5:11- 12) y para apreciar el gozo de Dios (Lucas 15:10) y voluntad para obedecer Sus mandatos (Mat. 24:31; Heb. 1:6). B. Los Angeles y la Santidad La consistencia nos dicta que un Dios crea ángeles santos. Y como los ángeles son llamados los hijos de Dios (Job 1:6; 2:1; 38:7), deducimos sin lugar a dudas que ellos fueron creados en la imagen de Dios. La Biblia nos enseña que algunos ángeles son santos todavía y serán santos en el tiempo de la Segunda Venida de Cristo (Marcos 8:38; Lucas 9:26; Hechos 10:22; Ap. 14:10). El hecho de que algunos ángeles son llamados Sus ángeles escogidos (1 Tim. 5:21) y que ellos todavía serán encontrados sin pecado en el tiempo de la Segunda Venida conduce a varios maestros Bíblicos a concluir que los santos ángeles han sido confirmados en santidad. Ya no es posible que estos ángeles se rebelen en contra de Dios. Es muy probable que los ángeles santos sean incapaces de pecar. C. Los Angeles y el Poder 1. En Relación al Hombre La Biblia enseña directamente y mediante ejemplos que los ángeles tienen poderes sobrehumanos. Heb. 2:7 y 9 describen a la humanidad como menor que los ángeles. Algunas traducciones traducen la variante “lo hiciste por un poco tiempo, menor que los Angeles.” Los ángeles destruyeron Sodoma (Génesis 19). Un ángel mató a 185,000 hombres del ejército Asirio (Isaías 37), La Escritura nos da a entender que un ángel mató a 70,000 hebreos (2 Samuel 24). Un ángel pudo haber destruido Jerusalén (2 Samuel 24). Eliseo oró y su siervo pudo observar que el ejército Sirio no era ningún rival para los ejércitos de Dios (2 Reyes 6). Los ángeles se mencionan en Apocalipsis más que en cualquier otro libro. Sus poderes en el tiempo del fin serán, realmente increíbles. Parece que ellos tienen poder sobre los vientos, sobre el fuego y sobre el sol (Ap. 7:1; 14:18-19; 16:8- 9) y ayudarán a destruir al Anticristo en la guerra de Armagedón (Ap. 14:18). En el futuro, los seres humanos exaltados serán superiores a los ángeles (Heb. 2:5 y ss.; Rom. 8:17).4 ¡Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles, Poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra, Obedeciendo a la voz de su precepto! [Sal. 103:20]. Mientras que los ángeles, que son mayores en fuerza y en potencia... [2 Pedro 2:11]. 2. En Relación a Dios Aunque los ángeles tienen poderes sobrehumanos, ellos tienen limitantes y están sujetos a la autoridad de Dios (2 Sam. 24:16; Ap. 7:1-4). Los conflictos angélicos revelan limitaciones en cuanto al poder (Dan. 10:13, 20; Judas 9; Ap. 12:7-9). La principal enseñanza de Heb. 1:4 y ss., es que Cristo es superior a los ángeles. La cual operó en Cristo,.... sentándole sobre todo principado y autoridad y poder y señorío......, [Ef. 1:20-21]. Quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades [1 Pedro 3:22]. 4 Debido a que la forma del hebreo es la misma para la frase “El Angel del SEÑOR” y para “un ángel del SEÑOR,” es muchas veces difícil identificar si la acción destructora está siendo ejecutada por Dios el Hijo como “El Angel del SEÑOR” o un ángel ordinario. Aún si algunos de estos ejemplos de destrucción masiva se refieren a Dios el Hijo y no solo a un ángel, todavía tenemos suficiente evidencia como para probar que los Angeles son superiores al hombre en cuanto al poder.
  • 47. Angelología: La Doctrina de los Angeles 37 D. Los Angeles y la Materia Física Aunque los ángeles pueden aparecer con forma física, son por naturaleza seres espirituales (Sal. 104:4; Heb. 1:7,14; véase también Ef. 6:12 en referencia a los ángeles caídos). Si asumimos que los demonios son ángeles caídos, también podríamos deducir que una legión de ángeles santos ocuparía el mismo espacio (Marcos 5:9, 13; Lucas 8:30). Por lo que podemos decir que los ángeles no son seres físicos que no están limitados por el espacio. El hecho de que los ángeles sean seres espirituales no significa que sean omnipresentes. Le tomo a un ángel tres semanas en viajar, y otro fue demorado (Dan. 10:12 y ss., véase también Dan. 9:21-23). Ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus, Y a sus ministros llama de fuego ¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación? [Heb. 1:7, 14]. E. La Inmortalidad y el Género de los An- geles Los ángeles son inmortales (Lucas 20:35-36). Y aunque aparecen como hombres y se usen pronombres masculinos al hablar de ellos (Génesis 19), también existe la posibilidad de que no tengan género. También se usan los pronombres masculinos cuando se habla del Espíritu Santo y sin embargo El no es un hombre. La ausencia de capacidad reproducto-ra en los ángeles puede explicarse si tenemos en cuenta que ellos son asexuales en vez de pensar que todos ellos son masculinos. Hemos de hacer una distinción al hablar de los seres espirituales entre lo que es apariencia y esencia.5 5 Los ángeles son espíritus (Heb. 1:14). Por definición un espíritu no posee en si mismo carne ni sangre (observe las declaraciones de Cristo en Lucas 24:39). Al parecer los ángeles siempre se aparecen como hombres en el ambiente terrenal. Sin embargo, cuando ellos aparecen en la escena celestial no se ven como hombres. Su esencia parece no tener género sexual. IV.La Apariencia de los Angeles Los Angeles son seres espirituales y normalmente son invisibles. Sin embargo, algunas veces Dios permite que ellos sean visibles al hombre. A. Sobre la Tierra Cuando a los ángeles se les observa en la escena terrenal, generalmente se ven como humanos y siempre son masculinos (a menos que Zac. 5:9 y su contexto sea interpretado como la única excepción). Cuando algunos ángeles vinieron a visitar a Abraham y a Sara, ellos se sentaron, caminaron y comieron como seres humanos normales, (Génesis 18). El escritor de Hebreos quizás tiene este mismo acontecimiento en mente cuando escribe que, “...algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles” (Heb. 13:2). Los ángeles se veían tan humanos que los pervertidos sodomitas querían abusar sexualmente de ellos (Gén. 19:1, 5). Otros pasajes que hablan de los ángeles que se aparecen como hombres son Marcos 16:5; Lucas 24:4; y Hechos 1:10. En las frecuentes ocasiones en que los ángeles aparecieron como “hombres”, lo hicieron como sobrehumanos en el sentido de que tenían un resplandor asombroso y atemorizador tanto en su persona como en sus vestiduras (Dan. 10:5 y contexto; Mat. 28:3; Lucas 24:4). B. En las Escenas no Terrenales Cuando los ángeles aparecen en la tierra lo hacen básicamente como humanos; pero cuando estos aparecen en otras escenas ellos aparecen como criaturas no tan ordinarias. 1. Los Serafines de Isaías 6, tienen seis alas. 2. Los Querubines de los Capítulos uno y Además es más razonable suponer que Dios creó a los ángeles sin sexo (y por lo tanto incapaces de reproducirse) que suponer que El creó un sinnúmero de ángeles masculinos sin un número correspondiente de ángeles femeninos.
  • 48. No Solo de Pan 38 diez de Ezequiel tienen las siguientes características: • Cuatro caras en una cabeza (hombre, león, buey y águila) • Cuatro alas • Llenos de ojos • Sin coyunturas en las piernas • Pies con pezuñas • Una rueda debajo de ellos para que nunca den vueltas (¿un mecanismo como un giroscopio?) • Manos de humano bajo sus alas 3. Los seres vivientes de Ap. 4:6-8 tienen lo siguiente: • Muchos ojos • Seis alas • Caras de un hombre, león, becerro y águila 4. Un ángel de Ap. 10:1-3 está • Vestido con una nube • Tiene el arco iris como corona V. Los Nombres y las Clasificaciones de los Angeles A. Nombres Generales • Angeles = mensajeros • Espíritus ministradores (Heb. 1:14) = siervos • Huestes celestiales (Lucas 2:13) = Ejércitos de Dios • Vigilantes (Dan. 4:13-17) = observadores y supervisores de gobiernos civiles • Hijos de Dios (Job l:6; 2:1; 38:7) = su carácter original era a la imagen de Dios • Estrella (vea Ap. 12:3-4, 9) = aquellos que moran en el cielo B. Nombres Específicos y Clasificaciones 1. Existe un número sorprendente de referencias a los querubines en el Antiguo Testamento (más de 90). Los primeros ángeles que se mencionan en la Biblia son los querubines que hicieron guardia en el huerto de Edén a fin de que el hombre no regresara (Gén. 3:24). Había imágenes de querubines bordadas en la tapicería del tabernáculo, y el arca tenía inter construidos dos querubines de oro (Ex. 25:17-22; 26:1, 31). La apariencia de los querubines se describe en Ez. 10:1 y ss., y probablemente también en Ez 1:4-28. La presencia de Dios se indica frecuentemente con la frase entronado arriba de los querubines o que mora entre los querubines (véase 1 Sam. 4:4; 2 Sam. 6:2; 2 Reyes 19:15; 1 Crón. 13:6; Sal. 80:1; 99:1; vea también Sal. 18:9-10). De Gén. 3:24 podemos deducir que los querubines guardan la santidad de Dios. Ellos son también indicadores de Su presencia. El simbolismo del tabernáculo tuvo su contraparte en el cielo. Así como los querubines rodeaban la presencia de Dios sobre el arca, así han también de rodear Su presencia en el trono celestial. 2. Serafín, esta palabra se usa solamente dos veces en la Biblia refiriéndose a seres angélicos (Isa. 6:2, 6). Parece que se deriva de de la palabra hebrea quemar o encender. Estos son criaturas centellantes y ardientes. Su propósito parece ser la adoración directa de Dios. 3. Miguel es uno de los dos únicos ángeles cuyo nombre aparece en las Escrituras. Su nombre significa “¿Quien como Dios?” y aparece 5 veces (Dan. 10:13, 21; 12:1; Judas 9; Ap. 12:7). Parece que los ángeles tienen rango como en una organización militar (Rom. 8:38; Ef. 1:21; 3:10; 6:12; Col. 1:16; 2:10, 15). Se menciona a Miguel entre uno de los principales príncipes en Dan. 10:13. En Judas 9 él es el único ángel al cual se le denomina el arcángel (Judas 1:9), él también dirigirá a los ejércitos angélicos contra Satanás durante la Tribulación (Ap. 12:7 y ss.). Quizás haya otros ángeles que se le comparen, pero él es el arcángel encargado de la protección de Israel (Dan. 10:21; 12:1). Es muy probable que Miguel sea el instrumento que anuncie el Arrebatamiento (1 Tes. 4:16). 4. Al ángel Gabriel, cuyo nombre significa “Poderoso de Dios,” se le menciona 4 veces en la Escritura (Dan. 8:16; 9:21; Lucas 1:19,
  • 49. Angelología: La Doctrina de los Angeles 39 26). A Gabriel no se le llama arcángel. Parece que él es un mensajero especial. El interpretó las visiones de Daniel y anunció los nacimientos de Juan el Bautista y Jesús. VI.La Morada de los Angeles Aunque los ángeles visiten la tierra y probablemente vivan o visiten los cielos estelares (ya que las estrellas y los ángeles suelen aparecer juntos), la Biblia presenta al cielo como su morada principal. Lucas 1:19 dice, “Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios…” (Véase también Lucas 15:10). Otras frases pertinentes son “los ángeles de Dios en el cielo.” (Mat. 22:30) y “un ángel del cielo” (Gál. 1:8). VII. Los deberes de los Angeles A. Sus Obras en el Pasado Las obras que los ángeles efectuaron en el pasado son tan numerosas que no las mencionaremos en detalle. Ellos fueron testigos de la creación (Job 38:7). Ellos ayudaron a derramar las plagas sobre Egipto y estuvieron presentes en la entrega de la ley (Sal. 78:43, 49; Gál. 3:19; Heb. 2:2). Ellos anunciaron los nacimientos de Juan el Bautista y de Cristo (Lucas 1:11-13, 26-37). Ellos fortalecieron a Cristo en Su tentación y en Getsemaní (Mat. 4:11; Lucas 22:43). Ellos anunciaron la resurrección (Mat. 28:1-2, 6) y observaron la ascensión (Hechos 1:10). B. Sus Obras en el Presente 1. Los Angeles protegen a los creyentes. Existen razones para creer en ángeles guardianes. No se conoce si ellos están presentes todo el tiempo o si a cada creyente se le asigna un ángel específico. Lo que sí sabemos es que es un deber angélico proteger y atender a los creyentes cuando surjan peligros. El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende. [Sal. 34:7]. Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, Para que tu pie no tropiece en piedra. [Sal. 91:11-12]. “Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos.” [Mat. 18:10]. ¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación? [Heb. 1:14]. 2. Los ángeles probablemente ayudan a cumplir las respuestas de Dios a la oración. La evidencia de esto es el ejemplo de la vida de Daniel. Un ser enviado como respuesta a la oración de Daniel menciona a Miguel como su colega en Dan. 10:13; por lo que creemos que este ser es angélico. Existe razón suficiente como para concluir que Dios obra en circunstancias similares hoy en día. “Al principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy amado…” [Dan. 9:23]. “Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido” [Dan. 10:12]. 3. Uno de los deberes de los ángeles es llevar las almas al cielo. La historia del hombre rico y Lázaro nos da a entender que los ángeles transportan las almas de otros creyentes al paraíso. “Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham...” [Lucas 16:22]. 4. Otro deber de los Angeles es el de involucrarse en el gobierno civil. Parece que tanto los ángeles santos y los malvados tienen
  • 50. No Solo de Pan 40 miembros que son asignados para tener su influencia en los reinos de este mundo Dan. 10:13 y 20 hacen mención del malvado “príncipe de Persia” y el “príncipe de Grecia”. Miguel es el ángel santo asignado a Israel (Dan. 10:21; 12:1). C. Sus Obras en el Futuro Los ángeles estarán involucrados en el arrebatamiento (1 Tes. 4:16). Ellos serán juzgados por los seres humanos (1 Cor. 6:3). Estarán involucrados en llevar a cabo el juicio de Dios durante la Tribulación (Ap. 8:2 y ss., 16:1 y ss.). Las huestes celestiales ayudarán en la batalla de Armagedón (Ap. 14:18-19), regresarán con Cristo y ayudarán a reunir las gentes del mundo para el juicio (Mat. 24:31; 25:31). Casi al finalizar la Biblia, Juan escribe acerca de un ángel que encadena a Satanás en el abismo (Ap. 20:1-2).
  • 51. 41 Capítulo 4 SATANOLOGIA La Doctrina Acerca de Satanás BOSQUEJO I. La Existencia de Satanás 42 II. La Personalidad de Satanás A. Elementos de la Persona B. Pronombres Personales C. Responsabilidad Moral III. Nombres y Títulos de Satanás A. Lucifer B. Satanás C. Diablo 43 1. Usos de Diábolos 2. Etimología de Diábolos D. Serpiente Antigua E. Destructor F. Gran Dragón G. maligno H. Belial I. Querubín Protector 44 J. Príncipe de Este Mundo K. Príncipe de la Potestad del Aire L. El dios de Este Siglo M. Beelzebub N. Tentador O. Acusador de los Hermanos 45 IV. Origen, Estado Original y su Primer Peca- do A. El Estado Original de Satanás B. Naturaleza del Primer Pecado de Satanás 47 C. Consecuencias del Primer Pecado de Satanás D. Consecuencias para los Angeles 48 E. El tiempo del primer pecado de Satanás V. Las Obras de Satanás A. Las Obras de Satanás en el Pasado 1. Mintió a Adán y Eva 2. Trató de corromper a la Raza Humana 3. Afligió a Job 4. Peleó contra Miguel 5. Obstruyó a Israel (ej.: El Censo de David) 6. Acusó a Josué 7. Tentó a Cristo 8. Probó a Pedro y entró en Judas 9. Estorbó a Pablo 10. Influenció a Ananías y a Safira para mentir B. Las Obras Presentes de Satanás 49 1. Ciega al Perdido a. Mediante Religiones Falsas (1) Mediante Doctrinas Falsas (2) Mediante Ministros Falsos (3) Mediante Cristos Falsos (4) Mediante Seguidores Falsos (5) Mediante un Evangelio Falso y Pervertido (6) Mediante Falsos Poderes b. Mediante Religiones y Filoso- fías Anticristianas 50 (1) Materialismo (2) Hedonismo (3) Espiritismo (a) Adoración Directa a Demonios (b) Idolatría (c) Auto-adoración, Humanismo 2. Satanás se Opone al Pueblo de Dios a. Mediante la Tentación (1) Hacia el Materialismo (2) Hacia la Inmoralidad 51 (3) Hacia el Orgullo (4) Hacia la Mentira (5) Hacia la Duda b. Mediante la Creación de Divisiones c. Mediante la Acusación de los Creyentes d. Mediante la Destrucción de los Líderes Cristianos 52 e. Mediante la Mezcla de Incrédu- los en la Iglesia
  • 52. No Solo de Pan 42 f. Al Causar Problemas Físicos g. Mediante los Gobiernos Civiles y la Persecución. h. Mediante Métodos Gene- rales: Mentiras, Milagros Falsos C. Las Obras de Satanás en el Futuro SATANOLOGIA: LA DOCTRINA ACERCA DE SATANAS I. La Existencia de Satanás En el Antiguo Testamento a Satanás no se le da mucho énfasis aunque haya sufi- ciente material para confirmar su existen- cia. No existe ninguna palabra hebrea que corresponda a la palabra demonio. Sa- tanás es un término usado para describir al malvado que se opone a Dios y se en- cuentra 16 veces en tres pasajes del Anti- guo Testamento (1 Crón. 21:1; Job 1-2; Zac. 3). A la serpiente de Gén. 3 no se le llama Satanás en el Antiguo Testamento, pero Ap. 12:9 nos enseña con claridad que la serpiente en Génesis es Satanás. El Nuevo Testamento enseña de una manera más amplia la existencia de Satanás. Cada autor del Nuevo Testamento habla de “Satanás” o del “Diablo.” 19 de los 27 libros mencionan al diablo con otro nom- bre. 23 de los 27 libros mencionan ya sea al Diablo o a los demonios usando otros nombres. Cristo habla de Satanás 25 ve- ces.1 Para quienes respetan la autoridad de la Biblia y de Cristo, la existencia de Satanás es indiscutible. II. La Personalidad de Satanás Algunos piensan que “Satanás” es una fuerza o una influencia y no un ser perso- nal. Algunas veces se trata a Satanás solo 1 Vea Angels Elect and Evil por C. Fred Dickason, (Chicago: Moody Press, 1975) 116. como un título para el mal o la tentación. La Escritura nos enseña que Satanás es un ser personal. A. Los Elementos de la Personalidad Satanás tiene intelecto. El es muy sabio (Ez. 28:12,17). El tiene estrategias y sabe engañar (Gén. 3:1 y ss.; 2 Cor. 11:3; Ap. 12:9). Satanás tiene emociones. El tendrá una “gran ira” ya que sabrá que le queda poco tiempo (Ap. 12:12). Satanás tiene voluntad y en su función de tentador, trata de influir en las decisiones (ej. Lucas 4:3, 9). Es muy persistente y obstinado en su oposición contra Dios aún cuando sabe que no logrará nada (Ap. 20:7-9). B. Pronombres Personales La Biblia usa pronombres personales para referirse a Satanás (Mat. 4:10; Juan 8:44; 2 Cor. 11:14-15). C. Responsabilidad Moral Los objetos inanimados no poseen res- ponsabilidad moral, en cambio Satanás si ya que será castigado (Mat. 25:41; Juan 12:31; 16:11). III. Los Nombres y Títulos de Satanás A. Lucifer (Isa. 14:12-14) Este nombre es la traducción de la palabra Hebrea Helel de la versión Inglesa del rey Santiago que significa “Luminoso,” “hijo de la mañana,” o “estrella de la mañana.” Isaías 14 es probable que se refiera a Sa- tanás (aunque la relación sea motivo de debate). Si Isaías 14 es una referencia a Satanás, el nombre “Lucero” habla de la gloria y majestad que Satanás poseía ori- ginalmente. En dado caso que Isaías 14 no se refiera a Satanás como la persona que estuvo detrás del rey de Babilonia, Pablo de igual manera enseña que el de- monio se disfraza como “ángel de Luz” en 2 Cor. 11:14. La versión Inglesa dice: “How art thou fallen from heaven, O Lucifer, son of the morning!…”
  • 53. Satanología: La Doctrina Acerca de Satanás 43 [Isa. 14:12 (Versión Inglesa del rey Santiago)]. Nota: La Reina Valera lo traduce “Lucero” B. Satanás Satanás es una palabra Hebrea que signi- fica “resistir, ser adversario, impedir el progreso.” Esta palabra se usa un total de 25 veces en el Antiguo Testamento (16 de ellas se refieren a Satanás) y 36 veces en el Nuevo Testamento.2 Algunos pasajes que nos ayudan a comprender el carácter de Satanás y que usan la palabra Satanás en el sentido original de “resistir” son los siguientes: Y la ira de Dios se encendió por- que él [Balam] iba; y el ángel de Jehová se puso en el camino por adversario [en Hebreo Satanás] suyo. [Núm. 22:22; véase también el vs.32]. “… no sea que en la batalla [Da- vid] se nos vuelva enemigo [Hebreo Sata-nás]…” [1 Sam. 29:4]. … y Satanás estaba a su mano de- recha para acusarle [del hebreo Satanás] [Zac. 3:1]. C. Diablo El término diablo no existe en el Antiguo Testamento. Diablo es estrictamente hablando una palabra del Nuevo Testa- mento y aparece 38 veces en total de es- tas, 35 se refieren a la persona. Ap. 12:9 claramente conecta a Satanás con el dia- blo, lo hacen también Mat. 4:1-11 y Mar- cos 4:15 al ser comparados con su pasaje paralelo que es Lucas 8:12. La palabra griega es diábolos de donde se deriva en español la palabra “diablo” o “diabóli- co.” La palabra diablo significa “calum- 2 Podríamos añadir el Sal. 109:6. niador” o “acusador.” En Ap. 12:10 al Diablo se le llama “el acusador de nues- tros hermanos.” El significado original de diábolos arroja luz en cuanto al carácter de Satanás. 1. Usos de la palabra Diábolos … no calumniadoras, (del griego diábolos)… [1 Tim. 3:11]. … en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres...calumniadores (del griego diábolos)… [2 Tim. 3:1-3]. Las ancianas asimismo sean reve- rentes en su porte; no calumnia- doras, (del griego diábolos)… [Tito 2:3]. 2. Etimología de diabolos Dia significa “a través de” como por ejemplo en la palabra “diámetro,” o sea la línea que atraviesa el centro de un círculo. Bolos se relaciona con la palabra ballo, que significa arrojar o aventar. Un diabo- los, era originalmente una persona que arrojaba una lanza verbal para hacer una hendidura entre las personas. El diablo acusa con mentiras (y también con la ver- dad) con el propósito de hacer una sepa- ración. El desea que los creyentes se acu- sen a sí mismos delante de Dios, que acu- sen a otros hermanos y que se acusen entre ellos mismos. D. La Serpiente Antigua (Ap. 12:9; 20:2) El apóstol Juan cuando llama al Diablo la serpiente antigua en Ap. 12:9 y 20:2, se está refiriendo a la caída del hombre de Gén. 3 y nos recuerda la característica principal de su carácter. Satanás es sutil, engañoso astuto y lleno de artimañas. El fácilmente tuerce la verdad para lograr sus malvados propósitos (Gén. 3:1; 2 Cor. 11:3; 1 Tim. 2:14). También puede citar y malinterpretar a Dios (Gén. 3:1; Mat. 4:6).
  • 54. No Solo de Pan 44 Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Sa- tanás, y lo ató por mil años; [Ap. 20:2]. E. El Destructor Juan usa el hebreo y el griego de Ap. 9:11 para otorgarle dos nombres a Satanás. El hebreo es Abadón. El griego es Apo- lión. Ambos significan destructor. Sa- tanás desea destruir a Dios y Su reino. En realidad el mismo se encuentra en un sendero de autodestrucción para él y para todos sus seguidores. Sabemos que estos nombres se refieren a Satanás ya que el tema que trata este pasaje es el rey de los que están en el abismo. Y tienen por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en griego, Apolión [Ap. 9:11] F. El Gran Dragón (Ap. 12: 3, 7, 9) El hecho de mencionar a Satanás como dragón es presentarlo a la vez como des- tructor. El es feroz, violento y salvaje en su carácter. El es un homicida. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arro- jado a la tierra, y sus ángeles fue- ron arrojados con él. [Ap. 12:9]. G. El Maligno (Juan 17:15; 1 Juan 5:18-19) A Satanás se le denomina el maligno en la parábola del sembrador (compare Mat. l3:19, 38-39 con Marcos 4:15 y Lucas 8:12). Satanás no solo se satisface con ser maligno sino que desea promover el mal arduamente e influenciar a otros para unirse a su maldad. El es una persona que corrompe. Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el malig- no. [1 Juan. 5:19]. H. Belial (2 Cor. 6:15) La palabra Hebrea Belial significa “sin valor.” En los tiempos del Nuevo Testa- mento esta se convirtió en un nombre aplicado a Satanás. Este nombre nos de- clara lo que Dios piensa del carácter de Satanás. El alguien “sin valor alguno” ¿Y qué concordia Cristo con Be- lial?… [2 Cor. 6:15]. I. Querubín protector (Ez. 28:14, 16) Como querubín protector Satanás estaba entre los seres angélicos de más alto ran- go o quizás el era el de más alto rango. Como querubín el identificaba y guardaba la presencia misma de Dios. La mayoría de los intérpretes consideran que el per- sonaje de Ezequiel 28:11-19 es Satanás. Satanás era el poder tras el Rey de Tiro. De otra manera no habría ningún indica- dor para identificar al querubín protector. “Tú, querubín grande, protec- tor…” [Ez. 28:14]. J. Príncipe de Este Mundo (Juan 12:31; 14:30; y16:11) Satanás es la cabeza de un sistema mal- vado en el que están incluidos los ángeles caídos y los humanos que no son salvos. Y aunque se encuentre confinado en los límites que Dios le ha establecido (vea Job 1-2; 2 Tes. 2:6), Satanás, en cierto sentido, gobierna este mundo. El es el padre de los incrédulos (Juan. 8:44). El mundo entero está bajo su control (1 Juan 5:19). Dios tiene el control final de los reinos del mundo (Dan. 4:17; Rom. 13:1- 4), sin embargo, Satanás tiene algo de control sobre los mismos, (Mat. 4:8-9; Dan. 10:13 y contexto). Cristo vino a destruir al maligno (1 Juan. 3:8; Heb. 2:14-15). Por lo tanto, Juan 12:31 se re- fiere a Satanás. “Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.” [Juan 12:31].
  • 55. Satanología: La Doctrina Acerca de Satanás 45 K. Príncipe de la Potestad del Aire (Ef. 2:2) Satanás es el mejor candidato que identi- fica a este espíritu. Además de poseer un control limitado sobre la tierra, Satanás parece poseer cierto control sobre la atmósfera y aún el firmamento. En éstos se desarrolla la escena del conflicto angé- lico (Daniel 10). …en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire... [Ef. 2:2]. L. El dios de este Siglo o Mundo (2 Cor. 4:4) Nosotros usamos términos tales como era espacial o era atómica para designar una idea importante que dominaba el pensa- miento y esfuerzo humano en un período de tiempo en particular. Satanás se identi- fica muy bien como el dios de este siglo ya que él desea la adoración (Mat. 4:9), ciega el entendimiento hacia el evangelio (Marcos 4:15) y controla al mundo (1 Juan 5:19). Dios describe el tiempo pre- sente como la era Satánica. Todos los sistemas de pensamiento no bíblicos, promueven directa o indirectamente la adoración de Satanás. En los cuales el dios de este siglo [del griego eon] cegó el entendi- miento de los incrédulos… [2 Cor. 4:4]. M. Beelzebúb, Príncipe de los Demonios (Mat. 12:24; Lucas 11:15) Los antiguos hebreos llamaron al dios filisteo con el nombre de “Baalzebub” (2 Reyes 1:2). Este nombre significa “Señor de las moscas” y era quizás una modifica- ción hebrea del nombre real de este dios a manera de insulto. El mejor texto del Nuevo Testamento lee “Beelzebú.” Algu- nos podrían decir que esta es otra forma de decir “Señor de las moscas.” Sin em- bargo, Beelzebú significa más precisa- mente “Señor de la casa.” Es preferible pensar que el nombre original de este dios falso era Beelzebú y que Beelzebub era una derivación a manera de burla. Mat. 10:25 sugiere la definición “Señor de la casa,” y tanto en Mateo 12 como en Lucas 11, Cristo habla de una “casa dividida” poco después de referirse a Beelzebú. Se dice que Beelzebú es el “gobernante de los demonios.” Además después que le llamaron al Señor Beelzebú, El responde a la acusación hablando acerca de Sa- tanás. Por estas dos razones, Beelzebú es un nombre usualmente aplicado a Sa- tanás. Aparentemente los Judíos antiguos, habían transferido el nombre original de un dios falso al ser que está detrás de to- dos los dioses falsos, o sea, al mismo, Satanás. Pero algunos de ellos decían: Por Beelzebú, príncipe de los demo- nios, echa fuera los demonios. [Lucas 11:15]. N. Tentador (Mat. 4:3; 1 Tes. 3:5) Este título señala a Satanás por una de sus actividades más básicas. Su tentación es una invitación para hacer el mal con el fin de manifestar un fracaso. Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. [Mat. 4:3]. O. Acusador de los hermanos (Ap. 12:10) Este título atribuye a Satanás el carácter de diábolos. Puede también referirse a sus esfuerzos “para zarandear como a trigo” (Lucas 22:31). Al demonio le agrada ex- poner la cizaña y las impurezas en la vida de los creyentes. Mediante estas acusa- ciones él puede desacreditar y desanimar. Entonces oí una gran voz en el cie- lo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su
  • 56. No Solo de Pan 46 Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba de- lante de nuestro Dios día y noche.” [Ap. 12:10]. IV.El Origen, Estado original y Primer Pecado de Satanás A. El Estado Original de Satanás “Vino a mí palabra de Jehová, di- ciendo: Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho Jehová el Señor: Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura. En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de corne- rina, topacio, jaspe, crisólito, beri- lo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación. Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fue- go, oh querubín protector. Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabi- duría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti. Con la multitud de tus mal- dades y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu san- tuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran. Todos los que te conocieron de en- tre los pueblos se maravillarán so- bre ti; espanto serás, y para siem- pre dejarás de ser. ” [Ez. 28:11- 19]. La lógica dictamina que Satanás es una criatura y que fue creado sin pecado. La Biblia enseña que Dios creó a todos los seres (Juan 1:3; Col. 1:16-17) incluyendo a los ángeles (Sal. 148:2-5). La lógica también dictamina que Dios creó a todos los seres sin pecado. Así que, la creación y el pecado de Satanás pueden deducirse sin hacer uso de alguna Escritura en par- ticular. Sin Embargo, Ezequiel 28 parece referir- se específicamente al origen de Satanás. Si Ez. 28:11-19 no se refriere a Satanás, entonces el pasaje quedaría sin ninguna explicación. Se menciona dos veces que él es un querubín (vss. 14 y 16), y Ez. 28:15 habla de perfección “desde el día que fuiste creado.” A Satanás se le men- ciona juntamente con los ángeles en otros textos (ej., Mat. 25:41; Ap. 12:7, 9). Tal como estos ángeles, el también es un ser creado. Siendo un ángel, Satanás inicialmente compartió las características de todos los ángeles, como se vio en el capítulo ante- rior. (El por supuesto ha perdido su santi- dad; pero mantiene mucho de lo que es estrictamente natural, en oposición a las características morales de los ángeles). Satanás fue creado como un espíritu sin pecado con una inteligencia y poder so- brehumanos. Aún hasta el día de hoy Sa- tanás es hermoso (2 Cor. 11:14-15) y poderoso (Judas 9). No solamente se describe a Satanás como un ángel, sino que se clasifica al parecer como una clase especial de ángeles (que- rubín protector) y quizás el era el más grande de todos los ángeles. Ezequiel 28 enseña que él era un querubín protector (vss. 14 y 16), que era perfecto en sabi- duría y belleza (v. 12), que vivía en el
  • 57. Satanología: La Doctrina Acerca de Satanás 47 paraíso (v. 13), y que fue creado sin pe- cado (vs. 15). Y aunque Miguel sea victo- rioso en su lucha contra el diablo (Ap. 12:7 y ss.), parece que le respeta como si fuera un igual o aun superior en poder (Judas 9). Satanás era y probablemente aún es, de los seres creados el más inteli- gente y poderoso. B. La Naturaleza del Primer Pecado de Satanás Aunque no haya una cita directa de la Escritura que describa el primer pecado de Satanás, por lógica tenemos que dedu- cir que existió tal pecado. Sin embargo, Ezequiel 28 nos ofrece algo de informa- ción en lo que a esto respecta. Es el único texto en la Biblia que ofrece con claridad de detalle información acerca de este pri- mer pecado.3 Ez. 28:17 enseña que el 3 Ez. 28:2 se dirige al príncipe de Tiro. Ez. 28:12 se dirige al príncipe de Tiro. Algu- nos intérpretes no ven ninguna referencia a Satanás en todo el capítulo. Los primeros diez versículos parecen referirse exclusivamente a un gobernante terrenal (véase vss. 2 y 9). Sin embargo, comenzando en el vs. 11, el capítulo parece hablar no solo de este gobernante te- rrenal sino de un ser sobrenatural que energiza al mismo. El único candidato que se conoce para tal función es el mismo Satanás. De otra manera, el pasaje no podría ser entendido. En los vss. 14 y 16, se dice que el rey fue un que- rubín; en el vs. 12 se le atribuyen la perfec- ción en sabiduría y belleza; en el vs. 13 se dice que vivió en Edén, y los vss. 14 y 16 dicen que el vivió en el monte de Dios. En el vs. 15, se dice que este ser era sin pecado al ser crea- do. Estas descripciones casi obligan al intér- prete a concluir que Ez. 28:11 y ss., se refie- ren no solamente al rey humano de Tiro sino también a un ser malvado y sobrenatural detrás de él. De esta manera, Ezequiel 28 enseña probablemente acerca del estado origi- nal de Satanás y su primer pecado. Este estu- dio presupone que así es. Aún así, las conclu- siones básicas no serían afectadas si es que Ezequiel 28 no se refiere a Satanás. Isa. 14:4 se dirige al “rey de Babilo- nia”. Si Isaías 14 se refiere exclusivamente a primer pecado básicamente fue el orgullo (véase también 1 Tim. 3:6). “Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplen- dor;…” [Ez. 28:17]. C. Consecuencias del primer pecado de Satanás. Ez. 28:16-17 enseña que Satanás fue arrojado del monte de Dios hacia la tierra. Su orgullo causó que se le despojara de sus deberes como querubín que guarda la presencia de Dios. En este sentido Sa- tanás “cayó” del cielo. Sin embargo, Sa- tanás tiene todavía un acceso limitado a los cielos no para servicio, sino por moti- vos de comunicación (Job 1:6, 2:1; Zac. 3:1; Ap. 12:10). El hará guerra en el cielo un rey de Babilonia del pasado, entonces, probablemente no se refiere en ninguna mane- ra a Satanás. A diferencia de Ezequiel 28 no existe nada en el contexto que haga que el lector concluya que Isaías ha ido más allá de una simple condenación de un gobernante terrenal. Es posible considerar a Isaías 14 como un pasaje de doble referencia. Si así fuera, no solo se estaría hablando de un gobernante del pasado sino también de uno futuro. Existen indicaciones tanto en Isaías 13 como 14 que dentro del marco de las declaraciones de Isaías se encuentra un juicio al final de los tiempos, a la vez que Apocalipsis 17-18 da énfasis en el juicio futuro de Babilonia. (véase Isa. 13:4, 6, 9, 10, 11, 13, 20; 14:2, 3, 7, 15, 17 en lo con- cerniente a la destrucción de los últimos tiem- pos) Si Isaías se refiere a la destrucción final de Babilonia en los últimos tiempos, luego Satanás puede ser considerado como la fuerza sobrehumana que se encuentra detrás del rey de Babilonia. (Sin embargo, parece que en Ap. 7:16, la bestia satánica odia a Babilonia.) Pero aún si estas especulaciones fueran váli- das, Isaías 14 se referiría a una futura caída de Satanás de los cielos y no a una caída en el pasado. (Vea Ap. 12:7 y sig., que habla de esa caída futura.) Así que en este estudio, no usaremos Isaías 14 para construir enseñanzas acerca del estado original de Satanás.
  • 58. No Solo de Pan 48 durante la Tribulación (Ap. 12:7 y ss.) y caerá del cielo en el sentido pleno de la palabra. Satanás definitivamente ha caído en el sentido moral. Sin embargo, debido a que la palabra caída pudiera indicar una futura y total exclusión del cielo, esta la hemos evitado cuando nos referimos a su pecado original. D. El primer pecado de Satanás y las consecuencias para los ángeles Sabemos con certidumbre que Satanás es el líder de otros ángeles malvados (Mat. 25:41; Ap. 12:7-9). Ap. 12:4 nos da a entender que una tercera parte de los ángeles decidió seguir a Satanás. Sobre este tema se tiene poca información dire- cta. Conocemos que otros ángeles tam- bién han pecado. Conocemos que Satanás es ahora su líder. Basándonos en la supo- sición que los ángeles no hubieran pecado cuando vieron las consecuencias del pri- mer pecado de Satanás, es mejor concluir que otros ángeles participaron con Sa- tanás en su primer pecado debido a su incitación. E. El Tiempo del Primer Pecado de Sa- tanás Si los ángeles fueron creados al mismo tiempo que la creación material como lo parece indicar Ex. 20:11 y Sal. 148:2-5, entonces Satanás fue creado en el primer día de la creación antes que la tierra fuera creada (Job 38:7). Su primer pecado debe haber ocurrido antes que la serpiente ten- tara a Eva en Gén. 3:1. Por lo tanto, Sa- tanás pecó en un instante de tiempo entre el primer día de la creación y la tentación del hombre. Durante la semana de la creación Dios dijo que su obra era buena; y al final del sexto día El calificó su creación como “buena en gran manera” (Gén. 1:31). Sería difícil calificar una creación como “buena en gran manera” si ésta estuviera ya manchada por un con- flicto cósmico de grandes proporciones. El mejor tiempo para colocar el primer pecado de Satanás es después de la sema- na de la creación pero antes de la tenta- ción de Eva. No conocemos el período de tiempo entre la creación del hombre y la caída.4 (La teoría del “paréntesis” debería respetuosamente ser rechazada ya que no proviene del buen hebreo o de la buena ciencia.) V. Las Obras de Satanás Existe mucha información en las Escritu- ras en lo que corresponde a las obras de Satanás. Este estudio pondrá énfasis en sus actividades presentes mencionando también de manera breve sus actividades pasadas y futuras. A. Las Actividades de Satanás en el pa- sado. 1. Satanás mintió a Adán y a Eva cau- sando así la muerte (Gén. 3:1 y sig., Juan 8:44; 1 Juan. 3:8). 2. Quizás Satanás trató de corromper la raza humana con el fin de que el Mesías no naciera (Gén. 6:1-4). 3. Satanás acusó a Job y le fue permitido afligirle. El tenía el poder de provocar una tormenta con viento fuerte, bajar fue- go del cielo y causar enfermedades (Job caps. 1-2). 4. Satanás peleó con Miguel por el cuer- po de Moisés (Judas 9). 5. El se opuso a Israel al tentar a David para llevar a cabo un censo (1 Crón. 4 Ez. 28:13 menciona que Satanás caminó en Edén. Sin embargo, Edén significa “pa- raíso.” Esta podría ser una referencia a la misma presencia de Dios y no al jardín de Edén. Ezequiel enseña que Satanás fue arro- jado del “monte de Dios” y que el se paseaba en medio de las “piedras de fuego.” Así que, Edén podría equivaler a la presencia de Dios en Ezequiel 28. Por lo tanto, la sola presencia de Satanás en Edén, no podría probar que la tierra fue creada antes del primer pecado de Satanás.
  • 59. Satanología: La Doctrina Acerca de Satanás 49 21:1). 6. El acusó a Josué el sumo sacerdote (Zac. 3:1-3). 7. El Diablo tentó a Cristo (Mat. 4:1-11; Marcos1:12-13; Lucas 4:1-13). 8. El tentó a Pedro y se posesionó de Judas (Mat. 16:22-23; Marcos 8:33; Lu- cas 22:31-32). 9. Satanás estorbó a Pablo y le afligió físicamente (1 Tes. 2:18; 2 Cor. 12:7). 10. El influenció a Ananías y Safira para mentir (Hechos 5:3-4, 8). En relación al pasado de Satanás, hemos también de incluir el hecho de que su destrucción fue asegurada mediante la derrota del pecado efectuada por Cristo en la cruz. Antes de la muerte de Cristo la santidad de Dios hubiera demandado la destrucción de todos los seres humanos incluyendo a Satanás. Mediante la cruz Cristo hizo posible que los humanos fue- ran librados de Satanás. Así que el juicio inevitable del Diablo comenzó en el Cal- vario. Cuando ya termine el programa de salvación, entonces Dios destruirá a Sa- tanás (Juan 12:31; 16:11; Co1. 2:14-15; Heb. 2:14-15; 1 Juan 3:8). B. Las Obras Presentes de Satanás La doctrina de Satanás deberá tener su balance justo. El es poderoso. Pero tam- bién está restringido y espera su condena. Satanás es todavía un homicida, mentiro- so y pecador tal como lo ha sido desde el principio (Juan 8:44; 1 Juan 3:8). El to- davía se opone a Dios y a Su pueblo (1 Pedro 5:8). Y aunque él sea el príncipe de este mundo (Juan 12:31; 16:11; 1 Juan 5:19), el dios de este siglo, (2 Cor. 4:4), el gobernador de los ángeles caídos (Mat. 25:41; Ap. 12:9) y el príncipe de los de- monios (Mat. 12:24; Lucas 11:15), el está restringido (2 Tes. 2:6) y debe operar dentro de los confines de la autoridad de Dios (Job 1:12; 2:6; Juan 17:15; 1 Juan 4:4; 5:18). Aunque Satanás tenga un dominio res- tringido, su rango de operaciones es to- davía muy amplio 1. Satanás ciega a los perdidos (Mat. 13:19; Marcos 4:15; Lucas 8:12; 2 Cor. 4:4). “Y éstos son los de junto al cami- no: en quienes se siembra la pala- bra, pero después que la oyen, en seguida viene Satanás, y quita la palabra que se sembró en sus co- razones.” [Mar. 4:15]. En los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los in- crédulos, para que no les resplan- dezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la ima- gen de Dios. [2 Cor. 4:4]. a. Satanás ciega usando religiones falsas que pretenden imitar al cristianismo ge- nuino. (1) Mediante falsas doctrinas (1 Tim. 4:1) Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algu- nos apostatarán de la fe, escu- chando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; 1 Tim. 4:1]. (2) Mediante falsos ministros (Mat. 7:15, 21-23; 2 Cor. 11:13-15) Y no es maravilla, porque el mis- mo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras [2 Cor. 11:14-15]. (3) Mediante falsos Cristos (Mat. 24:23- 24; 1 Juan 2:18, 22; 4:3) Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anti- cristo viene, así ahora han surgi-
  • 60. No Solo de Pan 50 do muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiem- po. [1 Juan 2:18]. Amados, no cre- áis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. [1 Juan 4:1]. Y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo. [1 Juan 4:3]. (4) Mediante seguidores falsos (Mat. 13:25, 36-39) “…y la cizaña son los hijos del malo. Y el enemigo que la sembró es el diablo…” [Mat: 13:38-39]. (5) Mediante un evangelio falso, compli- cado y pervertido (2 Cor. 11:3-4; Gál. 1:8) Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo. Porque si viene alguno predicando a otro Jesús que el que os hemos predicado, o si recibís otro espí- ritu que el que habéis recibido, u otro evangelio que el que habéis aceptado, bien lo toleráis; [2 Cor. 11:3-4]. (6) Mediante poderes falsos Es posible que Satanás permita que per- sonas con poderes “milagrosos” manipu- len espíritus malignos para aparentar te- ner poder sobrenatural (Mat. 12:27; 2 Tim. 3:8; Ap. 2:9). “Y si yo echo fuera los demonios por Beelzebú, ¿por quién los echan vuestros hijos? Por tanto, ellos serán vuestros jueces.” [Mat. 12:27]. “Yo conozco tus obras, y tu tribu- lación, y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás.” [Ap. 2:9]. b. Satanás causa ceguera mediante reli- giones y filosofías que son evidentemente anticristianas. (1) Mediante el materialismo, el deseo de los ojos. Si la “raíz de todos los males es el amor al dinero” como lo declara 1 Tim. 6:10, en- tonces lógicamente podremos encontrar en el maligno el origen de la promoción del materialismo. El amor a este mundo, incluyendo el materialismo que Dios con- dena en 1 Juan 2:15 y ss., es un amor a un mundo dominado por Satanás, 1 Juan 5:19. Además si la idolatría es adoración de demonios y la avaricia es idolatría (Col. 3:5), entonces el materialismo es una herramienta que evita que la adora- ción sea solo a Dios. El ejemplo más so- bresaliente donde vemos a Satanás pro- moviendo el materialismo es el de Judas Iscariote. Y cuando cenaban, como el dia- blo ya había puesto en el co- razón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase,… [Juan 13:2]. Y después del bocado, Satanás entró en él… [Juan 13:27]. (2) Mediante el hedonismo, el deseo de la carne (Ef. 2:1-3; Juan 3:19-20) Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la co- rriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vi- vimos en otro tiempo en los dese- os de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pen- samientos, y éramos por naturaleza
  • 61. Satanología: La Doctrina Acerca de Satanás 51 hijos de ira, lo mismo que los de- más. [Ef. 2:1-3]. (3) Mediante el espiritismo (el ocultismo que se estudia en el capítulo 5, “Demo- nología”) (a) Adoración directa del demonio (Lev. 19:31; 20:6, 27; Deut. 18:9-12) (b) Idolatría La idolatría es simplemente la adoración de los demonios (Deut. 32:16-17; Sal. 106:36-37). Todas las religiones falsas son idolatría. Ciertamente todo lo que estorba la devoción a Dios es un ídolo. (c) La Auto adoración, el humanismo, la vanagloria de la vida. Samuel equipara al orgullo rebelde con la brujería (1 Sam. 15:23). La adoración de uno mismo es una forma de idolatría y toda idolatría es una adoración indirecta de Satanás. Además, Satanás es amo su- premo de la raza humana que no posee la salvación (1 Juan 5:19; Ef. 2:2). Por lo que la adoración del yo o de la raza humana en general es también un home- naje al príncipe de este sistema del mun- do. Al final, el espíritu humano es solo eso, un espíritu. La adoración de la humanidad (o humanismo) es una forma de espiritismo aunque esta no sea acepta- da como tal. 2. Satanás se opone al pueblo de Dios (Mat. 16:23; 2 Cor. 2:11; Ef. 6:11-12) Para que Satanás no gane venta- ja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones. [2 Cor. 2:11]. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra princi- pados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espi- rituales de maldad en las regio- nes celestes. [Ef. 6:11-12]. a. Satanás se opone a los creyentes a través de la tentación (Mat. 4:1; 1 Tes. 3:5). (1) Tentación hacia el materialismo (Mat. 6:24; 1 Juan 2:15-17) Aunque el Señor equipara a las riquezas como si fueran un amo, el análisis final determina que Satanás es el amo que usa el amor al dinero para controlar a los hombres. El es el líder del mundo y a los creyentes se les ordena que no amen al mundo (1 Juan 2:15-17; 5:19) y él es la base de toda adoración a los ídolos inclu- yendo el materialismo (Col. 3:5). Ninguno puede servir a dos seño- res; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. [Mat. 6:24]. (2) Tentación a la inmoralidad No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos so- segadamente en la oración; y vol- ved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia. [1 Cor. 7:5]. (3) Tentación al orgullo y a la autosufi- ciencia Este es el método que usó Satanás para tentar a David de tal manera que hizo un censo del pueblo de Israel (1 Crón. 21:1 y ss.). No un neófito, no sea que envane- ciéndose caiga en la condenación del diablo. [1 Tim. 3:6]. (4) Tentación para mentir El es el padre de las mentiras (Juan 8:44y
  • 62. No Solo de Pan 52 sig.). Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses? [Hechos 5:3]. (5) Tentación para dudar El Diablo no solo quería que Adán y Eva dudaran en la verdad de la palabra de Dios, por su cuestionamiento él insinuó que deberían dudar de la justicia de los mandatos de Dios. Se les dio la impresión que quizás Dios no había dicho algo, quizás Dios se había equivocado en lo que dijo, o que quizás Dios les estaba dando muchas restricciones porque no quería que el hombre disfrutara los place- res del pecado. Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No mo- riréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el [Gén. 3:1-5]. b. Satanás se opone a los creyentes a través de la creación de divisiones. A él le agrada usar la ira y la amargura. Airaos, pero no pequéis; no se pon- ga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo. [Ef. 4:26-27]. Pero si tenéis celos amargos y con- tención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. [Santiago 3:14-16]. c. Satanás se opone a los creyentes acusándoles y de esta manera desanimán- doles. La expresión “zarandear como a trigo” podría indicar que Satanás recalca nuestra “cáscara” (o sea los aspectos in- servibles de nuestra vida) para que nos sintamos desanimados (Lucas 22:31). Cristo es nuestra ayuda y nuestra defensa (1 Juan. 2:1-2). Por algo 1 Pedro 5:7, que nos dice que arrojemos toda nuestra an- siedad sobre El, está antes de 1 Pedro 5:8, que enseña que el diablo está tratando de destruir a los creyentes. Diábolos es un calumniador, un mentiroso y un acusador que desea que estemos desanimados y preocupados continuamente (vea Ap. 12:10). Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedi- do para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, con- firma a tus hermanos.[Lucas 22:31- 32]. d. Satanás se opone a los creyentes me- diante el intento de destruir a los líderes cristianos (1 Crón. 21:1 y se da a entender en 1 Tim. 3:7). Pero Satanás se levantó contra Israel, e incitó a David a que hiciese censo de Israel. [1 Crón. 21:1]. e. Satanás se opone a los creyentes infil- trando incrédulos en la iglesia (Mat. 13:25, 36-39; Hechos 20:29). Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lo- bos rapaces. [Mat. 7:15]. Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de voso- tros lobos rapaces, que no perdo-
  • 63. Satanología: La Doctrina Acerca de Satanás 53 narán al rebaño. [Hechos 20:29]. f. Satanás puede oponerse a los creyen- tes causando problemas de tipo físico (Job 1-2; Lucas 13:11, 16; 2 Cor. 12:7). Entonces salió Satanás de la pre- sencia de Jehová, e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza. [Job 2:7]. …me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera [2 Cor. 12:7]. g. Satanás puede oponerse a los creyen- tes por medio del gobierno civil y la per- secución (Dan. 10:10y vss. siguientes; Ap. 2:10). No temas en nada lo que vas a pa- decer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la co- rona de la vida. [Ap. 2:10]. h. Satanás se opone a los creyentes por los métodos comunes como la mentira (Juan 8:44), los falsos milagros (2 Tes. 2:9) y otros estorbos que no se describen específicamente (1 Tes. 2:18). (Las limitaciones de la obra de Satanás para destruir a los creyentes se tratan en el Capítulo 5, “Demonología.”) C. Las obras futuras de Satanás Un listado completo de las obras futuras de Satanás haría este estudio muy exten- so. (Véase Capitulo 12, “Escatología,” para mayor información.) Después de la terminación de la edad de la Iglesia, Satanás será capaz de domi- nar al mundo a través del gobierno del anticristo (2 Tes. 2:3-10; Ap. 13:3-4). El perseguirá a los creyentes (Ap. 13:7-8) y se opondrá a la segunda venida de Cristo en la batalla de Armagedón (Ap. 17:14; 19:11-20:3). Después de la Tribulación, Satanás será atado en el abismo por 1,000 años, el Milenio completo (Ap. 20:1-3). El intentara una rebelión más después del Milenio y posteriormente será arrojado al eterno Lago de Fuego (Ap. 20:7-10).
  • 64. No Solo de Pan 54
  • 65. 55 Capítulo 5 DEMONOLOGIA La Doctrina de los demonios BOSQUEJO I. La Existencia de los demonios 55 II. El Origen de los demonios 56 A. Espíritus de Hombres Preadánicos B. Espíritus de Hijos que Resultaron de la Unión de los Angeles Caídos. III. La Persona de los demonios y las Mu- jeres. C. Angeles Pecadores IV.Las Propiedades de los demonios 57 A. Los demonios son Seres Espirituales B. Los demonios son Perversos Moral- mente C. Los demonios son Invisibles pero Capaces de Manifestarse V. Los Poderes de los demonios A. Fuerza Sobrehumana pero Limitada B. Inteligencia Sobrehumana pero Limi- tada C. En Relación al Espacio su Poder es sobrehumano VI.Las Obras de los demonios 58 A. Obras en General 1. Los demonios son una Extensión del Poder de Satanás 2. Los demonios Influyen en la Filo- sofía y la Actividad de los Líderes del Mundo 3. Los demonios Promueven Reli- giones Falsas 4. Los demonios Promueven la In- moralidad 5. Los demonios Pueden Afligir el Cuerpo y la Mente Humana B. Los demonios y el Ocultismo 1. La Adivinación a. Las Escrituras que Tratan el Tema 59 b. Las Escrituras que Tratan de la Astrología c. Conclusión 2. El Espiritismo 3. La Magia 61 4. El Uso Ilícito de Drogas VII. Posesión de demonios A. Definición y Causa B. Características de la Posesión de de- monios 1. Características Bíblicas de la pose- sión de demonios a. Fuerza Física que no es Común b. Alejamiento de la Sociedad c. Ataques de Ira d. Doble Personalidad e. Resistencia a las Cosas espiri- tuales f. Inteligencia Sobrenatural g. Alteraciones en la Voz h. Ataques i. Inmundicia j. Tendencias Suicidas 2. Características de la Posesión De- moniaca que Sugieren los Conse- jeros y Misioneros C. La Posesión de demonios y los Cristia- nos 62 1. La Destrucción del Diablo 2. La Liberación y la Preservación del Creyente 3. Conclusión 64 DEMONOLOGIA: LA DOCTRINA ACERCA DE LOS DEMONIOS I. La Existencia de los demonios Los demonios no son tan prominentes en el Antiguo Testamento, lo son mas en el Nuevo Testamento, se mencionan en (Deut. 32:17; Sal. 106:37). A los demonios se les mencio- na en el Nuevo Testamento más de cien veces:
  • 66. No Solo de Pan 56 demonio, aproximadamente 63 veces; demo- nizar, 13 veces; y cierto tipo de espíritu in- mundo o maligno cerca de 43 veces. Todos los autores del Nuevo testamento con la ex- cepción del escritor del libro de hebreos hacen referencia a los demonios. Los que se adhieren a la autoridad de Cristo creen en la existencia de los demonios. El habló con los demonios (Mat. 8:29), El Les dio a sus discípulos autoridad sobre ellos (Mat. 10:1 y siguientes), Y el Señor se refiere al Diablo como “el Príncipe de los demo- nios” (Mat. 12:24-30). II. El Origen de los demonios La Biblia no enseña directamente el origen de los demonios. Existe una diferencia de opi- nión en cuanto al mismo, aunque el punto de vista que los demonios son ángeles caídos es aceptado por la mayoría de estudiantes de la Biblia. A. Espíritus de Hombres Preadánicos Algunas personas de las que aceptan que exis- te un paréntesis de tiempo entre Gén. 1:1 y 1:2 han concluido que los demonios son espí- ritus de una raza preadánica que vivió antes de la creación de la humanidad. Dios juzgó a aquel mundo; y los espíritus ya sin cuerpo de los muertos, buscan ahora poseer cuerpos humanos. Este punto de vista considera que los ángeles caídos y los demonios son diferen- tes. La teoría del paréntesis es lo suficientemente débil, además este punto de vista acerca de los demonios añade especulación a la impro- babilidad. B. Espíritus de Descendencia Monstruosa que Resultaron de la Unión entre ángeles caídos y mujeres En Génesis 6 encontramos una razón para creer que los ángeles caídos tomaron forma humana o poseyeron a cuerpos de hombres y se mezclaron con mujeres para producir una descendencia hibrida.1 Algunos llevan este concepto una etapa más adelante y declaran que cuando esta raza mezclada se ahogó en el diluvio, sus espíritus fueron los que se convir- tieron en los demonios. La afirmación no es en sí ninguna evidencia. Sea cual sea la inter- pretación de Génesis 6, este punto de vista es mera declaración que no ofrece ninguna evi- dencia acerca del origen de los demonios. Notemos que según este punto de vista los ángeles caídos están relacionados pero no son idénticos a los demonios. C. Angeles Pecadores Cuando las Escrituras no enseñan directamen- te un tema en particular, nuestro siguiente y mejor recurso es apoyarnos en las deduccio- nes de la Escritura misma. La Biblia no decla- ra directamente que los demonios son ánge- les caídos pero esta es la interpretación más probable de la evidencia Bíblica que existe respecto al tema. De Satanás se dice que él es líder de los demonios (Mat. 12:24 y ss.) y de los ángeles malignos (Mat. 25:41; Ap. 12:7- 9). Tanto los demonios (Mat. 8:16; Lu- cas10:17-20) como los ángeles son llamados seres espirituales (Heb. 1:14). El ángel peca- minoso, llamado Satanás, puede entrar y con- trolar a los hombres (Lucas 22:3; Juan 13:27), los demonios procuran también entrar y con- trolar a los hombres (Mat. 12:22 y ss., Lucas 11:14-15). Y aunque no se mencione en abso- luto que los demonios y los ángeles malignos 1 Los ángeles santos no se reproducen (Véase Lu- cas 20:35-36 y el Capítulo 3, Págs. 34-35). Pode- mos suponer que los ángeles son todos masculinos o que son neutros en esencia. Solo aparecen en la tierra como hombres. Sin Embargo, Las acciones de los ángeles santos pueden no excluir la función reproductora entre los ángeles caídos. Quizás cuando los ángeles aparecen con formas humanas podrían reproducirse hipotéticamente, o quizás los ángeles caídos pueden poseer cuerpos de hombres y causar alteraciones genéticas. El punto de vista de Génesis 6 que trata de una mezcla de ángeles caídos y mujeres no deberá excluirse en base a que los ángeles santos no se reproducen. Sin embargo esto es una explicación débil del origen de los demonios.
  • 67. Demonología: La Doctrina Acerca de los Demonios 57 sean los mismos, estas similitudes nos condu- cen a la conclusión de que los demonios son ángeles caídos. Suponiendo que los demonios sean ángeles malvados, estos se convirtieron en demonios cuando pecaron por primera vez. Tenemos poca información al respecto, pero es lógico suponer que estos ángeles (quizás la tercera parte de todos los ángeles, vea Ap. 12:4) pe- caron junto con Satanás. El es su líder, no es probable que ellos se revelaran en contra de Dios después de observar las consecuencias del pecado en la experiencia misma del dia- blo. Existen dos clases de ángeles malvados: algu- nos son libres para viajar por la tierra hacien- do la obra de Satanás tal como lo narran los evangelios, mientras que otros están confina- dos al abismo (2 Pedro. 2:4; Judas 6; Ap. 9:2 y ss.), el cual es un lugar intermedio de juicio para los ángeles que esperan el castigo final en el lago del fuego (Lucas 8:31). Es posible que los ángeles pecaminosos tuvieron relacio- nes con mujeres para producir una raza mez- clada y que estos sean los ángeles caídos que se encuentran encadenados en el abismo. III. La Personalidad de los Demonios. Algunos podrían pensar que la palabra demo- nio se refiere a una influencia para hacer mal- dad o que es un nombre usado por los pueblos antiguos ignorantes para describir las enfer- medades mentales.2 Sin embargo la Biblia enseña que los demonios son personas en el sentido que poseen intelecto, emociones y voluntad. Poseen inteligencia y están entera- dos de los cristianos que se encuentran en lugares prominentes (Marcos 1:24, 34; Lucas 4:34; 8:28; Hechos 19:15). Conocen la teolog- ía (Santiago 2:19). Tienen emociones, la Bi- blia recalca que ellos manifiestan temor (Lu- cas 8:28; Santiago 2:19). Los demonios tam- bién tienen voluntad. Ellos decidieron entrar 2 Vase Steven Waterhouse, Life’s Tough Questions (Amarillo, TX: Westcliff Press, 2005) Págs. 79-119 la distinción entre la enfermedad mental y la pose- sión de demonios. en los cerdos en vez de ir al abismo (Lucas 8:32). Sus voluntades estas sujetas a la autori- dad de Cristo (Mat. 8:16; 10:1; Marcos 1:27). Otra evidencia de que los demonios son per- sonas es los pronombres personales que se usan para describirles. Diciendo ¡Ah! ¿Qué tienes con noso- tros Jesús Nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Sé quién eres, el Santo de Dios. [Marcos 1:24]. IV.Las Propiedades de los Demonios A. Los Demonios son Seres Espirituales A los demonios se les llama espíritus aproxi- madamente cuarenta y tres veces en el Nuevo Testamento (Ej. Mat. 8:16; Lucas 10:17-20). A ellos se les denomina con el término opues- to a carne y sangre (Ef. 6:12). Ya que son espíritu, ellos son normalmente invisibles, y no están sujetos a las limitaciones del espacio. Tal parece que hasta dos mil demonios pue- den tener residencia en el espacio de un cuer- po humano (véase Marcos 5:9 y versículos siguientes). B. Los demonios son Perversos Moralmente A Los demonios no solamente se les llama espíritus, sino que se les llama espíritus in- mundos (Mat. 10:1; Marcos 1:23; Lucas 11:24), espíritus malos (Lucas 7:21), gober- nadores de las tinieblas y huestes espirituales de maldad (Ef. 6:12). Unos son mas malvados que otros (Mat. 12:45). C. Los demonios son Invisibles pero Capa- ces de Manifestarse En su esencia los demonios son seres espiri- tuales y por lo tanto, son invisibles. Pueden aparecerse como ángeles de luz (2 Cor. 11:14 por deducción). Pero cuando estos aparecen en eventos proféticos, se presentan como horribles y repugnantes (Ap. 9:7-10, 17; 16:13-16). V. Los Poderes de los Demonios A. Los Demonios son Sobrehumanos pero Limitados en Cuanto a su Fuerza
  • 68. No Solo de Pan 58 Las personas poseídas por demonios tienen fuerza sobrehumana. Pueden romper cadenas (Marcos 5:3-4; Lucas 8:29). Los demonios fácilmente dominaron a los exorcistas de Hechos 19:16. Cuando las huestes demonía- cas se levantan del abismo en la Tribulación, Dios no les permitirá matar. Pero el tormento que ellos administren será tan insoportable que las personas preferirán la muerte (Ap. 9:1-11). Los demonios también tienen habili- dades sobrenaturales para hacer milagros. (Los magos en Exodo 7-8; Mat. 7:21-23; 24:24; Hechos 8:9 y ss.; 16:16; 2 Tes. 2:9; 2 Tim. 3:8; Ap. 13:13; 16:13-14.) Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos a ma- nera de ranas; pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso. [Ap. 16:13-14]. B. Los Demonios Tienen Inteligencia Sobre- humana pero Limitada Debido a que los demonios han existido desde la creación, ellos han tenido una oportunidad mayor para aprender a diferencia de los seres humanos. Y como los ángeles poseen una inteligencia superior a la de los humanos, así también los demonios (2 Sam. 14:20). C. Los Demonios son Sobrehumanos en Re- lación al Espacio Debido a que dos mil o mas demonios pueden residir en el mismo lugar, los demonios no se encuentran limitados por el espacio (Marcos 5:9 y ss.). Y como también pueden poseer un cuerpo, esto muestra que los demonios pueden pasar por barreras físicas. Sin embargo estos no son omnipresentes así como tampoco lo son los ángeles. VI.Las Obras de los demonios A. Obras en General 1. Los demonios extienden el poder de Sa- tanás al sujetarse a él (Mat. 12:24; 25:41; Ap. 12:7) y debido a que trabajan en unión con él y con los demás (Mat. 12:26, 45; Ef. 6:11-12; 1 Tim. 4:1). La pereza puede que sea “el taller del Diablo” como lo dijo Franklin pero el Demonio mismo nunca esta perezoso. Job 1:7 dice que Satanás anda rodeando la tierra. 1 Pedro 5:8 lo presenta como un león rugiente. Haciendo uso de sus demonios el diablo pue- de hacer sentir su influencia en muchos luga- res y con fuerza, esto sería imposible de hacer sin sus asistentes. 2. Los demonios influyen la filosofía y la actividad de los líderes mundiales. Daniel 10 menciona al príncipe demoníaco de Persia (v. 13) y al príncipe demoníaco de Grecia (v. 20). Tanto la sociedad persa como la griega esta- ban involucradas intensamente en el ocultis- mo. Es muy posible que el “dios de este mun- do” tenga todavía agentes demoníacos que influyen en los gobiernos del mundo. 3. Los demonios promueven religiones fal- sas. Deut. 32:17; Sal. 106:36-38 y 1 Cor. 10:20 enseñan que lo que realmente estaba detrás de las religiones paganas de los tiempos bíblicos era la adoración de los demonios. Hay muchas razones para creer que los demo- nios están todavía detrás de las falsas religio- nes de la actualidad. 4. Los demonios promueven la inmoralidad. Ef. 2:1-3 enseña que Satanás promueve la inmoralidad. Es lógico deducir que los demo- nios también están involucrados en lo mismo. 5. Los demonios pueden afligir la mente y el cuerpo humano. Pablo escribe acerca de un mensajero de Satanás que le estaba afligiendo físicamente (2 Cor. 12:7). También Lucas en Lucas 13:11, menciona una enfermedad cau- sada por un espíritu que había sido enviado por Satanás (v. 16). La Biblia definitivamente no atribuye todas las enfermedades a los de- monios. Sin embargo, establece una relación de origen demoníaco en ciertos casos de ce- guera, sordera, mudez, deformidad y ataques (Mat. 12:22; Marcos 9:20-29; Lucas 13:11). Además de afligir al cuerpo, la influencia de- moniaca puede dañar también a las personas emocionalmente. Las víctimas de posesión
  • 69. Demonología: La Doctrina Acerca de los Demonios 59 demoniaca en los evangelios se apartaban de los demás, eran inmundos (andaban desnudos, vivían en los cementerios) y suicidas (Marcos 5:3,5; 9:22; Lucas 8:27; 9:39). Que tenía su morada en los sepulcros, y nadie podía atarle, ni aun con cade- nas. Y siempre, de día y de noche, an- daba dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con pie- dras. [Marcos 5:3, 5]. “Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos.” [Marcos 9:22]. B. Los demonios y el Ocultismo Oculto es un término que proviene del latín y significa escondido, secreto, misterioso. Me- diante el ocultismo Satanás usa a los demo- nios para desviar a la gente de la verdad de Dios. 1. La Adivinación es la predicción del futuro. Existen muchas maneras por las cuales las personas involucradas en el ocultismo afirman hacer sus predicciones: astrología, varas y péndulos, tablas guija, lectura de la palma de las mano, cristales, señales presagios, adivina- ción por augurios, hojas de té, sueños, visio- nes, etc. Las Escrituras condenan la adivina- ción en general y la astrología en particular. Dios se opone en gran manera a la adivina- ción o a la predicción del futuro. a. Las Escrituras que tratan el tema de la adivinación son las siguientes: Que deshago las señales de los adivi- nos, y enloquezco a los agoreros; [Isa. 44:25]. “Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: No os enga- ñen vuestros profetas que están entre vosotros, ni vuestros adivinos; ni atendáis a los sueños que soñáis. Por- que falsamente os profetizan ellos en mi nombre; no los envié, ha dicho Je- hová. [Jer. 29:8-9]. Porque los terafines han dado vanos oráculos, y los adivinos han visto mentira, han hablado sueños vanos, y vano es su consuelo; por lo cual el pueblo vaga como ovejas, y sufre por- que no tiene pastor. [Zac. 10:2]. Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivi- nación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando. [Hechos 16:16]. (Véase también Ez. 21:21 y ss.) b. Las Escrituras que tratan de la astrología son las siguientes: Cuando se hallare en medio de ti, en alguna de tus ciudades que Jehová tu Dios te da, hombre o mujer que haya hecho mal ante los ojos de Jehová tu Dios traspasando su pacto, que hubie- re ido y servido a dioses ajenos, y se hubiere inclinado a ellos, ya sea al sol, o a la luna, o a todo el ejército del cie- lo, lo cual yo he prohibido; entonces sacarás a tus puertas al hombre o a la mujer que hubiere hecho esta mala co- sa, sea hombre o mujer, y los apedre- arás, y así morirán. [Deut.17:2-3, 5]. “Comparezcan ahora y te defiendan los contempladores de los cielos, los que observan las estrellas, los que cuentan los meses, para pronosticar lo que vendrá sobre ti. He aquí que serán co- mo tamo; fuego los quemará, no sal- varán sus vidas del poder de la llama; no quedará brasa para calentarse, ni lumbre a la cual se sienten.” [Isa. 47:13-14]. Así dijo Jehová: “No aprendáis el ca- mino de las naciones, ni de las señales del cielo tengáis temor, aunque las naciones las teman.” [Jer. 10:2]. Extenderé mi mano sobre Judá, y sobre todos los habitantes de Jerusalén, y ex- terminaré de este lugar los restos de Baal, y el nombre de los ministros idó-
  • 70. No Solo de Pan 60 latras con sus sacerdotes; y a los que sobre los terrados se postran al ejérci- to del cielo, y a los que se postran ju- rando por Jehová y jurando por Mil- com; [Sof. 1:4-5]. (Véase también 2 de Reyes 23:1 y s.; Amós 5:26; Hechos 7:41-43.) c. Conclusión La Biblia tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento advierte a los Creyentes acerca de los falsos profetas. Declara que hay muchos de ellos y que algunas veces sus pre- dicciones serán verdaderas. Sin embargo, Sa- tanás no conoce el futuro con plena exactitud. Por consiguiente sus predicciones no son siempre exactas. Los santos del Antiguo Tes- tamento pudieron probar al falso profeta ob- servando si su mensaje se ajustaba a la Escri- tura y si sus predicciones eran correctas todo el tiempo (Deut. 13:1-5; 18:20-22; Isa. 8:19- 20). Bajo el sistema de la iglesia debemos rechazar cualquier pretensión de ser profeta debido a que los apóstoles y los profetas fue- ron parte de la fundación de la iglesia (Ef. 2:20). Con frecuencia los que afirman profeti- zar por revelación divina actualmente, no co- nocen a Cristo (Mat. 7:15; 24:24). (¡Aun si algunas de sus predicciones pudieran resultar ciertas! El Antiguo Testamento da por hecho que los falsos profetas algunas veces pueden hacer predicciones exactas.) Los demonios usan falsos profetas humanos para entregar sus mensajes mentirosos. En las situaciones en donde no exista un reclamo de ser un pro- feta, el mensaje de todas maneras deberá ser evaluado para ver si está de acuerdo con las Escrituras (1 Juan 4:1 y ss.). 2. El Espiritismo. Por espiritismo, nos referimos a los intentos de hacer contacto con los muertos. A las per- sonas que tratan de hacer contacto con los muertos se les llama medios, nigromantes, y hechiceros. Es crucial que entendamos que no es posible hacer contacto con los humanos que ya han muerto. La historia del hombre rico y Lázaro nos enseña que entre los terre- nales y los espíritus que ya partieron de este mundo no existe ninguna comunicación (Lu- cas 16:24 y ss.; véase también Sal. 88:10; Heb. 9:27).3 Cualquier comunicación que se lleve a cabo será con demonios. Los demo- nios han estado aquí desde la creación y ellos poseen mucha información acerca de las vidas de los humanos que han vivido en el pasado y aun es posible que puedan imitar sus voces. Mediante el espiritismo, los demonios hacen que la mente humana se interese más en el poder de lo oculto que en el poder salvador de la cruz. Ya que no estamos bajo la Ley de Moisés entonces la pena de muerte por practi- car el espiritismo no es aplicable, sin embar- go, los pasajes de la Ley nos muestran la acti- tud de Dios en cuanto a esta actividad. (Vea también 1 Sam. 28:7 y ss.; 1 Crón. 10:13-14; 2 Reyes 23:24.) “No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, con- taminándoos con ellos. Yo Jehová vuestro Dios” [Lev. 19:31]. “Y la persona que atendiere a encan- tadores o adivinos, para prostituirse tras de ellos, yo pondré mi rostro contra la tal persona, y la cortaré de entre su pueblo.” [Lev. 20:6]. “Y el hombre o la mujer que evocare espíritus de muertos o se entregare a la adivinación, ha de morir; serán apedreados; su sangre será sobre ellos.” [Lev. 20:27]. Y si os dijeren: Preguntad a los encan- tadores y a los adivinos, que susurran hablando, responded: ¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos? ¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido. [Isa. 8:19-20]. 3 La Comunicación con el profeta Samuel llevada a cabo en 1 Sam. 28 fue una excepción especial permitida por Dios. Nótese que la adivina de En- dor estaba sorprendida al ver a Samuel (1 Sam. 28:12).
  • 71. Demonología: La Doctrina Acerca de los Demonios 61 3. La Magia Al referirnos a la magia en el contexto de las cosas ocultas, no estamos hablando de ilusio- nes ópticas, sino de la invocación de fuerzas demoníacas con el propósito de realizar algún tipo de hazaña que está más allá de la habili- dad normal del hombre. A la gente involucra- da en la práctica de la magia la Biblia les denomina “magos,” “hechiceros,” o “brujos.” En las áreas de la magia oculta se incluye el vudú, los encantamientos, hechizos o drogas para la fertilidad, amuletos, pociones para el amor e hipnotismo. La Escritura reconoce totalmente el poder de Satanás y los demonios para hacer milagros. (Vea la sección V, pági- na 54 de este capítulo que trata de los poderes de los demonios. Vea también 2 de Reyes 21:6; 2 Crón. 33:6.) “A la hechicera no dejarás que viva.” [Ex. 22:18]. “Cuando se levantare en medio de ti profeta, o soñador de sueños, y te anunciare señal o prodigios, y si se cumpliere la señal o prodigio que él te anunció, diciendo: Vamos en pos de dioses ajenos, que no conociste, y sirvámosles; no darás oído a las pala- bras de tal profeta, ni al tal soñador de sueños; porque Jehová vuestro Dios os está probando, para saber si amáis a Jehová vuestro Dios con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma. En pos de Jehová vuestro Dios andaréis; a él temeréis, guardaréis sus mandamien- tos y escucharéis su voz, a él serviréis, y a él seguiréis” [Deut. 13:1-4]. “No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni ago- rero, ni sortílego, ni hechicero, ni en- cantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. [Deut. 18:10-11]. 4. Uso Ilícito de Drogas Las escrituras relacionan las actividades ocul- tas con el uso ilícito de drogas. Esto es más fácil de entender si tenemos en cuenta las ac- tividades del “médico curandero” o “medico brujo.” Mediante el uso de drogas, los demo- nios influyen y controlan con facilidad la mente humana. No es coincidencia que el abuso de las drogas y el ocultismo se hayan incrementado en las nuevas generaciones. La relación entre el uso de drogas ilícitas y el ocultismo se puede ver más claramente por la palabra griega farmakeia, de donde obtene- mos la palabra farmacia. La palabra misma que se aplica a los hechiceros contiene dentro de ella un recordatorio del papel que desem- peña el uso de las drogas ilícitas en el ocul- tismo. (Vea también Ap. 9:21; 18:23.) Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmun- dicia, lascivia, idolatría, hechicerías, (farmakia) enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, [Gál. 5:19-20]. Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornica- rios y hechiceros (farmakoi), los idóla- tras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda [Ap. 21:8]. Mas los perros estarán fuera (de la ciu- dad celestial), y los hechiceros (far- makoi), los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira. [Ap. 22:15]. VII. Posesión de demonios A. Definición y Causa La posesión demoniaca es la condición en la cual uno o más demonios habitan el cuerpo de un ser humano y toman control de la víctima. La Escritura no menciona una causa específi- ca de posesión aunque muchos creen que la víctima es responsable por mostrar el interés inicial en las actividades ocultas o rendir el control de su mente de manera voluntaria a las
  • 72. No Solo de Pan 62 fuerzas sobrenaturales. En el caso de los niños menores de edad, el entremetimiento de los padres en las cosas ocultas es quizás lo que conduce a la posesión (Marcos 9:21). B. Características de la Posesión Demoniaca El corazón humano es lo suficientemente per- verso como para involucrarse en el hábito del pecado sucio sin ninguna influencia demo- niaca (Jer. 17:9; Mat. 15:19 y ss). El dia- gnóstico de la posesión de demonios ha de efectuarse con gran cautela. Los cristianos ingenuos que con rapidez atribuyen toda clase de problemas al entremetimiento directo con los demonios pueden hacer gran daño a una persona. La descripción que ofrecen los Evangelios acerca de las personas poseídas tiene características distintas. 1. Las características Bíblicas de la posesión de demonios se dan en los relatos de Mat. 8:28 y ss.; Marcos 5:1 y ss.; 9:17 y ss.; y Lu- cas 8:26 y ss. Las características de un indivi- duo poseído por demonios se enumeran a con- tinuación. a. Fuerza física anormal (no pudo ser atado por cadenas) b. Alejado de la sociedad (vive en tumbas) c. Ataques de ira (gritos) d. Personalidad dividida (corriendo a Jesús para adorar y al mismo tiempo oponiéndose a Jesús) e. Resistencia a las cosas espirituales (desea que el Señor lo deje solo) f. Inteligencia sobrenatural (conoce la iden- tidad de Cristo y Su poder para condenar) g. Alteraciones en la voz (Los demonios hablando a través del cuerpo) h. Ataques y espuma por la boca (Marcos 9:18 y ss.) i. Inmundicia (desnudez, viviendo en el ce- menterio) j. Tendencias suicidas (cortarse con piedras, correr hacia el fuego o el agua) 2. Características de posesión demoniaca que han sido sugeridas por consejeros y misione- ros. La siguiente es una lista de característi- cas que se han observado en las personas y se cree que se deben a la posesión demoniaca: • Proyección de una nueva personalidad • Conocimiento sobrehumano que incluye la habilidad de hablar en idiomas que no han sido previamente aprendidos. • Fuerza sobrehumana • Depravación moral • Depresión profunda • Comportamiento extático (exaltado) o feroz • Momentos de inconsciencia • Espumarajos por la boca • Resistencia a la oración o a las Escrituras • Reacción al nombre de Jesús • Temor • Sentimientos de dolor que no se relacio- nan con ninguna enfermedad o trauma4 C. La Posesión de Demonios en los Cristia- nos Los Maestros Bíblicos conservadores no están de acuerdo en el asunto de si los cristianos pueden o no ser poseídos por demonios. Ge- neralmente, el hecho de que el Espíritu Santo mora en un creyente se presenta como eviden- cia de que los cristianos no pueden ser poseí- dos. Sin embargo, este mismo punto se da como argumento de que el pecado no puede morar en el creyente. Ya que el espíritu Santo reside en la presencia del pecado obviamente, El simple hecho de su presencia no es sufi- ciente para enseñar confiadamente que la po- sesión demoniaca sea imposible en los creyen- tes. Es plenamente seguro concluir que aun si fuera posible que los cristianos pudieran ser poseídos por un demonio esto solo sería un control temporal que no causaría la perdida de salvación y que cualquier posesión tendría que ser iniciada por la cooperación voluntaria del creyente. 4 Véase C. Fred Dickason, Angels: Elect and Evil (Chicago: Moody Press, 1975) 185-86.
  • 73. Demonología: La Doctrina Acerca de los Demonios 63 1. La Biblia enseña que la cruz ha derrotado a Satanás – y a los demonios. “Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.” [Juan 12:31]. Y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado [Juan 16:11]. Y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. [Col. 2:15]. Así que, por cuanto los hijos participa- ron de carne y sangre, él también parti- cipó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el im- perio de la muerte, esto es, al diablo, [Heb. 2:14]. Para esto apareció el Hijo de Dios, pa- ra deshacer las obras del diablo. The [1 Juan 3:8]. 2. La derrota del diablo mediante la cruz estableció la base justa para que Dios liberase a las personas de su control. Antes del pago por los pecados de la humanidad, Satanás tenía un reclamo legítimo sobre la humanidad caída. La Cruz hizo posible que hubiera una base justa para la liberación ya que Cristo pagó por completo el precio del pecado y des- truyó así cualquier control que Satanás pudie- ra reclamar sobre un ser humano. Aunque los demonios estén todavía activos, la cruz ya ha destruido inevitablemente su poder. El creyente ha sido liberado del dominio in- evitable e involuntario de Satanás y sus ánge- les. Y esto significa por lo menos que no exis- te tal cosa como el control involuntario de los demonios. Un Creyente que no desea y que no coopere no puede ser poseído por demo- nios. Si es que existe tal cosa como una pose- sión para el creyente, solo puede darse en la vida de un cristiano receptor, que desea, que es voluntario y que coopera. Además, los cristianos nunca pueden otra vez retroceder al nivel de una posición en el reino de las tinieblas o de tener al diablo como se- ñor. Sin importar su vida práctica, la posición del creyente está en el Reino de Cristo Jesús y en posición de siervo. No hay tal cosa como un cristiano en el reino del diablo o un cristia- no como esclavo del diablo. Por consiguiente, si es que la posesión demoniaca es posible en el creyente entonces se debe observar como solo una condición temporal que no altera la posición del cristiano en Cristo. Supo- niendo que la Biblia no deseche del todo la posesión demoniaca en un cristiano, tal pose- sión será en el peor de los casos solo un con- trol voluntario y temporal y nunca un control involuntario y permanente. “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Así que, si el Hijo os li- bertare, seréis verdaderamente li- bres.” [Juan 8:32, 36]. “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal (malig- no)” [Juan 17:15]. Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; y liberta- dos del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia Porque cuando erais es- clavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. [Rom. 6:17-18, 20]. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni prin- cipados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profun- do, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. [Rom. 8:38-39]. Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz [Ef. 5:8].
  • 74. No Solo de Pan 64 El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, [Col. 1:13]. Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. [Santiago 4:7]. Y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre [Heb. 2:15]. Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león ru- giente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe… [1 Pedro. 5:8-9]. Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo. [1 Juan 4:4]. …Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca. [1 Juan. 5:18b]. 3. Conclusión Sin importar el punto de vista en particular en cuanto a la posesión demoniaca y el cristiano todos estamos de acuerdo que los creyentes pueden ser influenciados por el diablo a través de los demonios (2 Cor. 11:13-15; Ef. 4:27; Santiago 3:15). Un creyente fiel ha de evitar cualquier afición a las cosas ocultas. El asunto de la posesión demoniaca para el creyente de esa manera solo será un punto teórico de de- bate y nunca será un problema práctico.
  • 75. 65 Capítulo 6 ANTROPOLOGIA La Doctrina del Hombre BOSQUEJO I. El Origen del Hombre 65 A. El Hecho de la Creación B. El Tiempo de la Creación 66 II. La Condición Original del hombre A. Creado a la Imagen de Dios B. El Estado actual del Hombre en rela- ción a la Imagen de Dios 67 1. El Hombre en la Imagen Moral de Dios 2. El Hombre a la Imagen personal de Dios III. La Caída del Hombre 68 A. El Hecho de la Caída B. Las Consecuencias de la Caída 1. Separación 2. Muerte Física 3. Muerte Espiritual 69-71 a. Adán como el Origen de la Muerte Espiritual 72 b. Todos Somos Nacidos Muer- tos Espiritualmente c. La Asociación del Pecado Personal con la Muerte Espi- ritual d. Otros Pasajes que tratan de la Muerte espiritual 4. La Depravación Universal y To tal a. Un Problema del Corazón 73 b. Un Problema Universal 5. Consecuencias de la Caída, en la Mujer 74 6. Consecuencias de la Caída en el Hombre 7. Consecuencias de la Caída en el Resto de la Creación IV.El Origen del Alma 75 V. La Composición de la Naturaleza Inma- terial del Hombre A. Evidencias del Punto de Vista Dico- tómico 1. Los Términos Alma y Espíritu son con frecuencia intercambia- bles 2. Algunas Veces se Dice que Cuerpo y Espíritu Constituyen al Hombre por Completo 3. Refutación del Punto de Vista Tricotómico B. Evidencia del Punto de Vista Tri cotómico 76 C. Pensamientos Sobre el Asunto VI. El Ser Físico del Hombre 77 ANTROPOLOGIA: LA DOCTRINA DEL HOMBRE I. El origen del Hombre Un estudio de las fallas científicas de la te- oría de la Evolución le corresponde más bien a la apologética y no a la Teología Bíblica. Aquellos que desean la verdad científica que apoya al Creacionismo deben solicitar un catálogo de publicaciones de aquellas organizaciones que promuevan la ciencia de la creación o el diseño inteligente. Como estudiantes de Teología Bíblica, nues- tro interés inmediato es la enseñanza de las Escrituras acerca del origen del hombre. La Biblia afirma la creación directa e instantá- nea del hombre por Dios sin ningún meca- nismo evolutivo. A. El Hecho de la Creación La creación del hombre se enseña repetida- mente y con claridad en las Escrituras de tal manera que no podemos decir que los que niegan esta doctrina creen en la Biblia. Además, se pone en tela de juicio la autori-
  • 76. No Solo de Pan 66 dad del Señor Jesucristo ya que él creyó y enseño la creación literal del primer hombre, Adán (vea Job 38; Salmos 8 y 148; Marcos 10:6; Heb. 2:7). Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; [Gén. 1:26]. Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente [Gén. 2:7]. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, [Ex. 20:11]. Tú solo eres Jehová; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú vivificas todas estas cosas, y los ejércitos de los cie- los te adoran. [Neh. 9:6]. Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, Y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca. Porque él dijo, y fue hecho; El mandó, y existió. [Sal. 33:6, 9]. Él, respondiendo, les dijo: ¿No hab- éis leído que el que los hizo al prin- cipio, varón y hembra los hizo? [Mat. 19:4]. Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pe- cado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, [Rom. 5:12, 14a]. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. Así también está escrito: Fue hecho el primer hom- bre Adán alma viviente; [1 Cor. 15:22, 45]. Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas. [Ap. 4:11]. B. El Tiempo de la Creación La idea hebrea de engendrar significa “lle- gar a ser el antepasado de.” Asimismo, la frase el hijo de un hombre habla de sus “descendientes” (considere la frase “Padre Abraham” o “hijo de David"). Se sabe que hay espacios en las genealogías Bíblicas (ej., a Uzías se le presenta como el hijo de Jo- ram, en Mat. 1:8 aunque él era técnicamente su tataranieto).1 Al parecer, el autor desea- ba enumerar solamente a la gente prominen- te en el linaje de la familia y no a cada gene- ración. No es necesario creer que el hombre fue creado en el 4004 A.C. como lo concluye Bishop Ussher al estudiar las genealogías de Génesis 5 y 11. Sin embargo, la costum- bre de enlistar solamente a las personas más importantes del linaje familiar no permite de ninguna manera darle a la raza humana una cantidad de tiempo exagerada. Si se consi- dera que la raza humana tiene una antigüe- dad de un millón de años es darle a los espa- cios entre las genealogías un promedio de 50,000 años entre cada uno de los nombres desde Adán hasta Abraham. Esto sería cla- ramente una extensión ridícula de los posi- bles espacios en las genealogías y convertir- ía a las mismas en un cómico desperdicio. Estos espacios desconocidos otorgarían al hombre por lo mucho unos cuantos miles de años que podemos añadir al 4004 a.C. Sien- do la fecha exacta un misterio. Aun conside- rando unos cuantos espacios o paréntesis, la raza humana es relativamente joven. II. La Condición Original del Hombre A. Creado a la Imagen de Dios 1 Vea The Words and Works of Jesus Christ por J. Dwight Pentecost, (Grand Rapids, Zondervan Publishing, 1981) 33-39 que es un estudio exce- lente acerca de las genealogías.
  • 77. Antropología: La Doctrina del Hombre 67 Tanto la palabra hebrea como la griega que se traduce alma se usa para definir a los animales (ej., Gén. 1:20-21, 24, 30; Ap.: 8.9; 16:3), y se dice también que los anima- les tienen el “aliento de vida” en ellos (Gén. 6:17; 7:15, 22).2 Por lo tanto, el factor real- mente distintivo entre los hombres y los animales es que los seres humanos fueron creados a la imagen de Dios. El hecho de que Dios sopló especialmente en el polvo para crear al hombre demuestra que el hom- bre es más importante que los animales. Y aunque los animales poseen el aliento de vida, nunca se dice que ellos sean objetos especiales de Su aliento dador de la vida. (Gén. 2:7). Sin Embargo, la característica principal y sobresaliente del hombre es que está hecho a la imagen de Dios. (Gén. 1:26). La definición de ser hecho a la imagen de Dios se entiende de una manera más clara en los versículos que tratan de acerca de la per- dida y/o retención de esa imagen en la Caí- da del hombre de Gén. 3. Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, confor- me a nuestra semejanza; [Gén. 1:26]. B. El Estado Actual del hombre en relación a la Imagen de Dios Gén. 9:6; 1 Cor. 11:7 y Santiago 3:9 ense- ñan que aún después de la Caída, el hombre retuvo algunos elementos de la imagen de Dios. Por lo tanto, la maldición y el asesina- to no son aceptados por Dios, ya que aún un hombre que no es salvo todavía retiene par- te de la imagen de Dios. El respeto por la vida humana se pierde en proporción directa a la rebelión de nuestra sociedad hacia esta doctrina. El valor del hombre está arraigado en su creación a la imagen de Dios. Al grado 2 No se debe de ninguna manera por esto enseñar que los animales tienen la misma clase de alma que los humanos, sino que esto nos ayuda a esta- blecer que la principal superioridad de los hom- bres sobre los animales se debe a que los hom- bres fueron creados a la imagen de Dios. en que la doctrina de la creación es despre- ciada, a ese grado será despreciada la cria- tura que es el hombre. “El que derramare sangre de hom- bre, por el hombre su sangre será de- rramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre” [Gén. 9:6]. Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón. [1 Cor. 11:7]. Con ella (la lengua) bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios. [Santiago 3:9]. Aunque los versículos anteriores nos ense- ñan que los hombres caídos (aun los in- crédulos, no salvos) han retenido algunos elementos de la imagen de Dios, Ef. 4:24 y Col. 3:10 también enseñan que un creyente por su posición en Cristo ha recuperado parte de la imagen original de Dios y de una manera práctica y constante se está acercan- do cada vez más a la imagen de Dios. Estos dos textos hacen una conexión entre la par- te de la imagen de Dios que los hombres perdieron por el pecado y las áreas de ver- dad y santidad. Y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad [Ef. 4:23-24]. Y revestido del nuevo, el cual con- forme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conoci- miento pleno, [Col. 3:10]. Todos los pasajes relevantes reunidos en su conjunto nos llevan a hacer una distinción entre los aspectos de la imagen de Dios que los hombres perdieron con la Caída y los aspectos que fueron retenidos. Estas dos categorías se describen mejor como La imagen moral de Dios y la imagen perso- nal de Dios. El hombre caído perdió la
  • 78. No Solo de Pan 68 primera y la puede recuperar en Cristo. El nunca perdió la segunda, por lo que todas las personas son valiosas. 1. El Hombre a la Imagen Moral de Dios La imagen moral de Dios se perdió con la Caída. El hombre perdió el verdadero cono- cimiento de Dios y Su verdad (lo que inclu- ye el bien y el mal) de acuerdo con Col. 3:10. El hombre perdió santidad y rectitud de acuerdo con Ef. 4:24. Cuando hablamos de la condición original, la imagen de Dios significa que el hombre fue creado con una gran cantidad de conocimiento de Dios y de Su creación. El fue creado con el mismo sentido de santidad y rectitud que Dios tie- ne. Al pecar, el hombre se distanció mucho de la imagen de Dios en las áreas de cono- cimiento espiritual, santidad y rectitud. 2. El Hombre a la Imagen Personal de Dios Se nos ha enseñado que aun el hombre caí- do retiene algo de la imagen personal de Dios. No se nos dan detalles. Sin embargo, las deducciones lógicas provenientes de la comparación de Dios con el hombre arrojan conceptos prometedores. Dios es una perso- na (con intelecto, emociones y voluntad). El Hombre es una persona (con intelecto, emo- ciones, y voluntad). Dios es un ser espiri- tual. El hombre es un ser espiritual funda- mentalmente hablando. Dios es inmortal. El alma del hombre es inmortal. Dios es el go- bernador de todo. El hombre es como Dios en el aspecto del dominio. Es posible que Dios use lenguaje y sea un ser sociable así que la imagen de Dios in- cluye al hombre como un ser sociable que usa el lenguaje. Aun caído, el hombre es un espíritu eterno que retiene algunos de los elementos de la imagen personal de Dios. Por lo que cada ser humano salvo o no salvo es precioso y tiene valor.3 3 Algunos sugieren que así como Dios es un ser tripartito compuesto de tres personas, así también el hombre es tripartito compuesto de cuerpo, alma y espíritu. La comparación no parece tener III. La Caída del Hombre A. El Hecho de la Caída La doctrina del hombre esta tan entrelazada con la doctrina del pecado que es imposible separarlas totalmente. En este momento re- pasaremos el hecho de la caída del hombre y después bajo la sección de la depravación universal usaremos los textos Bíblicos más ampliamente. Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Je- hová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Enton- ces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. [Gén. 3:1- 6]. B. Las Consecuencias de la Caída En esta sección enlistaremos los resultados trágicos de la Caída. En el Capítulo 7 deno- minado “Hamartiología: la Doctrina del Pecado” trataremos el tema más difícil de la imputación del pecado de Adán a toda su descendencia, (Págs. 84-86). 1. Separación La pareja original fue separada del Jardín paralelo exacto. Los hombres no son seres com- puestos de tres personas que se comunican e interactúan una con la otra.
  • 79. Antropología: La Doctrina del Hombre 69 de Edén, del árbol de la vida, y de Dios (Gén. 3:22-24). 2. La Muerte Física La muerte física es la separación del espíri- tu del cuerpo (Santiago 2:26). Dios le dijo a Adán que una de las consecuencias de su pecado era que regresaría al polvo (Gén. 3:19; vea también Gén. 5:5). Pablo enseña que el pecado de Adán pasó la muerte física a toda la humanidad (Rom. 5:12-14; 1 Cor. 15:21-22). Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pe- cado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. No obstante, reinó la muer- te desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la trasgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir [Rom. 5:12, 14]. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muer- tos. Porque así como en Adán todos mueren... [1 Cor. 15:21-22]. Otros versículos enseñan que el pecado cau- sa la muerte pero en vez de enseñar directa- mente que el pecado de Adán causó la muer- te física estos atribuyen la muerte al pecado en general sea el pecado imputado de Adán, el principio del pecado residente o los actos individuales de pecado. El pecado indivi- dual no fue imputado antes de la ley (Rom. 5:13). Sin embargo, las personas que vivie- ron antes de la ley murieron debido al pe- cado de Adán. A partir del establecimiento de ley, es muy posible que la muerte física sea el resultado de lo siguiente: la imputa- ción del pecado de Adán, la “naturaleza” de pecado de cada persona y los pecados per- sonales. 4 4 Es posible que la naturaleza de pecado y los actos de pecado personales sean un factor en la “Nuestro padre murió en el desierto; y él no estuvo en la compañía de los que se juntaron contra Jehová en el grupo de Coré, sino que en su pro- pio pecado murió, y no tuvo hijos.” [Núm. 27:3]. “Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no cre- éis que yo soy, en vuestros pecados moriréis.” [John 8:24]. ... el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado …[Rom. 8:10]. Ya que el aguijón de la muerte es el pecado … [1 Cor. 15:56]. 3. La Muerte Espiritual Dios advirtió a la primer pareja que el dia que ellos le desobedecieran sería un dia de muerte (Gén. 2:17). Adán y Eva murieron espiritualmente en el momento en que peca- ron y las consecuencias de la muerte espiri- tual afectan a todos los miembros de la raza humana que nacen. Un ser humano nace muerto espiritualmente, lo cual significa que nace separado de Dios. Lucas 15:24 y 32 nos prueban que la muerte equivale a la se- paración. El estudio acerca de bases de la muerte eterna no encaja directamente en el bosquejo de este tema, pero los teólogos que son cuidadosos tendrán a bien considerar el causa de la muerte física de los que no son sal- vos. Los creyentes son perdonados de todo peca- do y aun ellos mueren físicamente. La causa principal de la muerte física de una persona espi- ritual es probablemente el pecado imputado, no tanto los pecados personales. La muerte para el creyente no es considerada como un castigo sino como una bendición (Fil. 1:23; Ap. 14:13). Es más bien una consecuencia natural del pecado. Dios no invierte las consecuencias naturales del pecado sino que las transfiere como un medio para llegar a la gloria. Existe sin embargo, la posibilidad de que los pecados personales persis- tentes que no son confesados sean un factor en la muerte física de un creyente (1 Cor. 11:30; 1 Juan 5:16).
  • 80. No Solo de Pan 70 material que se da a continuación. 5 5 Aunque el autor cree sin reserva en la doctrina del castigo eterno, el no puede con una buena consciencia clasificar la muerte eterna como una consecuencia de la Caída. Muchos considerarían que el castigo eterno del infierno es uno de los resultados del pecado de Adán o de los actos personales de pecado. El autor cree que la base Bíblica de la muerte eterna es solo el rechazo de Cristo (ya sea un rechazo directo o un rechazo indirecto basado en el preconocimiento de Dios que toma en cuenta que la persona nunca creería o que no tiene ningún potencial para la fe). El destino eterno de una persona es autodeterminado y no se basa en lo que Adán hizo o no hizo. Rom. 5:12-20 contiene unos de los misterios más difí- ciles de la Biblia y humilla a todos los teólogos. Afortunadamente, el punto principal sigue siendo obvio a pesar de todas las especulaciones teoló- gicas: solo una persona puede dar vida. El mate- rial que Adán nos ofrece es una ilustración del hecho de que una vida puede afectar a toda la humanidad. Pablo no nos está dando una diserta- ción acerca de Adán. El ejemplo de Adán com- prueba que una vida puede afectar a todo el mun- do de la misma manera en que un Salvador puede dar vida al mundo. Pablo hace esta segunda com- paración con el propósito de contestar todas las complejidades de la culpa heredada. Todos los intérpretes terminan con cuestionamientos sin respuesta que se originan de esta información con respecto a Adán de Romanos 5. ¿Como es que se transmite el alma humana de una generación a la otra? ¿Que ramificaciones tiene la respuesta cuando hablamos del control de la natalidad o del aborto? ¿Que significa la culpa adquirida para la salvación de los infantes al morir estos? Los cargos legales precisos que realmente traen la condenación eterna puede ser uno de los cuestio- namientos que no se contestan completamente en este pasaje. Romanos 5 enseña que el pecado de un hombre pasó la muerte a la humanidad. El argumento de Pablo es suficiente si definimos que las muertes aquí son la física y la espiritual y no incluimos la muerte eterna. Así como Adán pasó la muerte física y la espiritual al mundo, Cristo es la fuente de la vida para toda la raza humana. De hecho, la explicación posterior que hace Pablo en el versículo 14 puede no incluir la muerte eterna. Con la única excepción de Enoc, Todas las personas desde Adán hasta Moisés murieron físicamente y todos nacieron muertos espiritualmente (separados de Dios). Sin embargo la muerte eterna no reinó sobre todos de manera universal en ese periodo. Heb. 11:1-22 nos da los nombres sobresalientes que nos indican lo contra- rio. Si la muerte del versículo 14 solamente se refiere a la muerte física y la espiritual entonces el versículo 12 solo se refiere a estos dos tipos de muerte. Romanos 5 enseña que sin Cristo la culpa transmitida desde Adán es la causante de la muerte espiritual universal (separación de Dios) y también de la condenación actual delante de Dios nuestro Juez (vss. 16 y 18). La condición natural de cada ser humano es que tanto el hom- bre como la mujer están muertos e injustificados. Estas verdades están relacionadas definitivamen- te con la muerte eterna. Pablo espera que enten- damos que nuestra condición natural heredada de Adán es la que nos hace vulnerables a la muerte eterna y que la muerte eterna será el resultado al no tener la vida que da el Señor Jesucristo. Según nuestro estado natural todo lo que necesitamos hacer para llegar a la muerte eterna es nada. De hecho, es posible entender por Romanos 5 que el pecado heredado es el cargo legal que conduce a la condenación eterna. Sin embargo, Según el argumento de Pablo podemos llegar a la conclu- sión que nuestra condición heredada nos coloca en un riesgo de muerte eterna si es que no hace- mos algo, y Pablo no nos da los detalles aquí en Romanos 5 acerca de la causa específica de la condenación en la corte de Dios. Una interpreta- ción alternativa adecuada sería que entendamos que estamos en riesgo de muerte eterna según el curso natural de los eventos y que Cristo es la única esperanza de escapar. En base a la infor- mación especifica dada a continuación (vea tam- bién las Págs. 121-122,126) el autor prefiere tomar Romanos 5 como una advertencia de los peligros de muerte eterna que se originan por nuestra condición natural pero considera que otros versículos nos ofrecen una base más clara para la condenación eterna. Los puntos principa- les son sencillamente que todos hemos nacido muertos espiritualmente e injustificados (conde- nados) por causa de Adán y que solo una persona puede danos vida. Aquellos que rechazan la justi- ficación por la fe (Rom. 5:1) y no “reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia” (Rom. 5:17) terminarán bajo la ira de Dios (Rom. 5:9) debido a que ellos no serán “salvos por Su vida.” (Rom. 5:10). Si la condenación eterna es
  • 81. Antropología: La Doctrina del Hombre 71 un hecho, ¿Cuál seria exactamente el cargo legal bajo el sistema de justicia de Dios? Adán real- mente expuso a toda la raza humana al desastre eterno. Si nuestro riesgo natural se convierte en realidad, ¿acaso no estaría claro que la condena- ción se lleva a cabo debido a que un individuo es responsable por su destino eterno ya que no se ha preocupado por tener una relación con El que da la vida? Esta falla se produce por rechazo direc- to, indiferencia o aún el preconocimiento de Dios de que el hombre o la mujer nunca aceptarían a Cristo. Adán coloco a todos en el camino al in- fierno, pero ¿A quién se le atribuye la culpa re- almente si un individuo permanece en ese camino producto del estado natural? El cargo legal es- pecífico en el juicio del Gran Trono Blanco que será más probable es que “el nombre no se en- cuentra en el libro de la vida del Cordero” y no que “es debido a la condición natural de la humanidad.” Hemos de entender de la misma manera los versículos que relacionan los pecados pasados con la muerte. En el caso del incrédulo, los pecados personales son causa de una muerte física de la cual no habrá una resurrección glori- ficada. Además, el énfasis de Rom. 6:16, 21, 23, y Santiago 1:15 puede ser que el pecado personal causa muerte espiritual en esta vida presente (la separación del alma de Dios) y nos coloca en una dirección que lleva a la muerte eterna (la separa- ción eterna del alma de Dios en el infierno). Los lectores deben comprender que el pecado perso- nal nos deja en una condición desesperante y peligrosa que necesita ser alterada mediante la fe en Cristo. De otra manera, nuestra vida pecami- nosa hará su transición a muerte eterna aun cuan- do los pecados personales no sean parte de los cargos que causan la muerte eterna. Aun si estos pasajes tienen la intención de enseñarnos que el pecado personal causa la muerte eterna, entonces todavía puede ser que el rechazo (o el rechazo con preconocimiento) es el pecado personal principal o quizás exclusivo que trae la eventual muerte eterna. Los pecados personales son un factor en el grado de castigo en el infierno y traen consigo la ira (castigo) temporal de Dios en esta vida. Seria justo que Dios nos condenara tanto por los pecados personales como por los hereda- dos. Sin embargo, al considerar todas las ense- ñanzas que tratan acerca de las bases para la con- denación eterna, uno puede cuestionarse si El realmente lo hace. El hecho de creer que El no lo hace no tiene ningún efecto en la doctrina de la salvación o en el hecho del castigo eterno. Sin embargo, este asunto si tiene un efecto en nuestro propio entendimiento de la justicia y la gracia de Dios y en el punto de vista propio del pleno po- der de la cruz sobre el pecado. La Biblia da por hecho que si Cristo no hubiese venido, entonces el hombre sería eternamente condenado por sus pecados personales y/o su participación misterio- sa en el pecado de Adán (vea Capítulo 7, “Hamartiología: la Doctrina del Pecado”). Sin embargo, la Biblia no dice que Dios condena al hombre hablando en sentido eterno por sus actos de pecado o por el pecado de Adán. Una persona va al infierno por rechazar a Cristo, no por actos individuales de pecado. Es como si Dios conde- nase al hombre por una infracción más grande, por ejemplo, rechazar a Cristo, y ni siquiera se molesta en juzgar por las infracciones relativa- mente menores de los pecados personales o de la culpa heredada de Adán. Juan 3:18 y 2 Tes. 1:8-9 enseñan que la base para la muerte eterna es el rechazo de Cristo (quizás Juan 3:36 también cubra el tema, vea la obra Greek-English Lexi- con of the New Testament de Bauer, Arndt, y Gingrich, Pág. 82, acerca de la palabra apeitheo, Sección 3). “… pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído...” [Juan 3:18,]. Juan 16:9 muestra que el único pecado del cual el Espíritu Santo convence al mundo es el no creer en Cristo. Este pecado es el que más le concierne a Dios. Una de las razones principales por las que el pecado personal no debe conside- rarse como la base de la ira eterna es que 1 Juan 2:2 declara que Dios ha sido propiciado por los pecados de de toda la humanidad. Por lo que el intérprete puede ver que el hombre es culpable de los actos personales de pecado y merecedor del castigo eterno por ellos. Pero nuestra teología debe ajustarse para que no veamos a Dios airado por los pecados personales del hombre en sentido eterno. Porque Dios estaba en Cristo reconci- liando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados (2 Cor. 5:19), |y en un sentido Jesús quitó los pecados del mundo, Juan 1:29. Cuando se menciona que Dios está airado por los pecados o que los hombres son castigados por los actos personales de pecado (Rom. 1:18; Ef. 5:6; Col. 3:6), las enseñanzas de 1 Juan 2:2; 2 Cor. 5:19 y Juan 1:29 demandan que entendamos que la ira sea definida como ira temporal o sea, el castigo en esta vida. La ira de Dios por los pecados de una persona tiene tam-
  • 82. No Solo de Pan 72 a. Adán Como el que da Origen a la Muer- te Espiritual Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el peca- do la muerte, así la muerte pasó a to- dos los hombres, por cuanto todos pecaron. [Rom. 5:12].6 b. Todos Nacemos Muertos Espiritualmen- te Ya que el pecado es universal, comienza en el momento de la concepción y es la base de la muerte espiritual, entonces todos nacemos muertos espiritualmente. ...estabais muertos en vuestros deli- tos y pecados [Ef. 2:1]. Nosotros sabemos que hemos pasa- do de muerte a vida...[1 Juan 3:14]. (Vea también Sal. 51:5; 58:3; Job 14:4; 15:14 y la Sección III.B.4., págs. 72-73). bién una influencia probable en el grado de cas- tigo del incrédulo en el infierno sin ser estos la base principal para que una persona vaya a ese lugar (quizás Col. 3:6; Ef. 5:6). En algunos casos (como por ejemplo Romanos 2) el autor puede estar hablando de ira eterna pero, en un sentido hipotético, mostrando lo que hubiera sucedido si Cristo no hubiera hecho posible un destino alter- nativo para el hombre. (Considere las consecuen- cias de este punto de vista para el caso de la sal- vación de los infantes y de aquellos que están imposibilitados mentalmente.) Vea el libro, True Evangelism, de Lewis Sperry Chafer editorial. (Grand Rapids: Zondervan, 1973) Págs. 33-34, 64 en donde se llega a una conclusión similar en base a la condenación eterna. 6 El Hecho que la muerte espiritual deba remon- tarse a Adán puede deducirse del hecho que el pecado (que es la causa de la muerte) es univer- sal, comienza en la concepción y entra al mundo por Adán. También, Rom. 5: 12, 14 está ense- ñando probablemente que la muerte física y la espiritual tuvieron su origen en Adán. En los vss. 18 y 21, el tema es la vida eterna. Por lo que un contraste idóneo de vida eterna sería la muerte espiritual en el vs. 17 y el contexto anterior, ej. vss. 12 y 14. c. La Relación del Pecado personal y la Muerte Espiritual Rom. 6:23 y Santiago 1:15 no hacen la dis- tinción entre el pecado de Adán que ha sido imputado a todas las personas y los pecados personales. Estos pasajes enfatizan la “natu- raleza” de pecado del individuo y los actos de pecado. Ambos tipos de pecado son fac- tores en la muerte espiritual. ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os aver- gonzáis? Porque el fin de ellas [por ejemplo los pecados personales] es muerte. [Rom. 6:21]. Porque la paga del pecado es muer- te …[Rom. 6:23]. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el peca- do; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. [Santiago 1:15]. d. Otros Textos que Tratan sobre la Muerte Espiritual “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me en- vió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida. De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vi- virán.” [Juan 5:24-25]. Teniendo el entendimiento entene- brecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón [Ef. 4:18]. (Vea también Mat. 8:22; Juan 8:51; 11:26.) 4. La depravación Total y Universal El pecado de Adán y Eva dio como resulta- do la muerte pero también la depravación total y universal. Universal se refiere a su cobertura y total a la condición completa- mente sin esperanza debido a la ausencia del
  • 83. Antropología: La Doctrina del Hombre 73 Señor Jesucristo. El Hombre tiene una ten- dencia al pecado. Esta prejuiciado a favor del mismo y se inclina a este. Es un rebelde incorregible que no puede agradar a Dios por ningún mérito propio. Esta tendencia al pecado debe trazarse hasta Adán y se puede deducir de la enseñanza de las Escrituras que es una tendencia universal. Todo hom- bre nace con ella (vea III.B.3.b., pág. 72). Sin embargo, Rom. 5:12 enseña directamen- te que todo pecado entró en el mundo por Adán. La forma singular pecado recalca que el pecado como un principio (o sea, la naturaleza de pecado dentro de cada perso- na) tuvo su origen en la Caída en el huerto de Edén. Todos los actos particulares de pecado se originan de la depravación uni- versal de la raza como resultado del pecado original de Adán. 7 a. Un Problema del Corazón Los versos siguientes nos enseñan que los actos individuales de pecado del hombre provienen de un corazón que está inclinado al pecado. En otras palabras, recalcan no solo los pecados del hombre, sino que este es por naturaleza un pecador incorregible esclavizado al dominio del pecado. Aunque la mayoría de los pasajes no mencionan a Adán, esta condición de depravación uni- versal se originó con él. (Vea también Gén. 8:21; Sal. 51:5; 58:3; Mat. 12:33-35; Lucas 6:43-45; Rom. 7:5, 14-24; Ef. 2:3; Col. 3:5- 7; Tito 3:3; 1 Pedro 4:4.) Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensa- mientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. [Gén. 6:5]. “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién 7 La depravación del hombre le ha llevado a una obscuridad de la mente y como resultado este es ciego a las cosas espirituales (1 Cor. 1:18; 2:14; 2 Cor. 4:4; Ef. 4:18). lo conocerá?” [Jer. 17:9]. “Pero lo que sale de la boca, del co- razón sale; y esto contamina al hombre. Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homici- dios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias” [Mat. 15:18-19]. “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre ce- lestial dará ?..” [Lucas 11:13]. Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. [Juan 8:34]. Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado...[Rom. 6:17]. Porque cuando erais esclavos del pe- cado... [Rom. 6:20]. b. Un problema Universal Los versículos siguientes enfatizan la cober- tura universal del corazón depravado del hombre. Depravación no significa necesa- riamente que todo hombre es lo mas extre- madamente sucio y perverso que puede ser. Existe también el bien humano relativo (ej., Cornelio en Hechos 10:1-2 a quien se le llama devoto aunque no era salvo, y Rom. 2:14-15). Depravación significa que cada persona que no es salva es un rebelde y por lo tanto aún su bien relativo no agrada a Dios ya que es efectuado con un corazón rebelde (Prov. 15:8; 21:4; 21:27). Aun el bien humano es sucio delante de Dios (Isa. 64:6). La Depravación en vez de definirse como: cada hombre es lo más vil que puede ser, se define como: cada hombre es un re- belde que está esclavizado a un corazón que se ha apartado de Dios. Nadie agrada a de la manera que El quiere. Nadie puede ganarse la salvación. El materialista vano que confía en una salvación por obras y asiste a una
  • 84. No Solo de Pan 74 iglesia liberal no es considerado perverso según las normas humanas, pero él no es más aceptable por Dios que una persona que abusa de los niños, y el está caminando en una senda que está igual de opuesta de Dios (aunque no muestra los pecados más viles).8 “Si pecaren contra ti (porque no hay hombre que no peque)...” [1 Reyes 8:46]. Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, para ver si había algún entendido, que buscara a Dios. Todos se desviaron, a una se han corrompido; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. [Sal. 14:2-3]. Cada uno se había vuelto atrás; todos se habían corrompido No hay quien haga lo bueno, no hay ni aun uno [Sal. 53:3]. JAH, si mirares a los pecados, ¿Quién, oh Señor, podrá mantenerse? [Sal. 130:3]. Y no entres en juicio con tu siervo; Porque no se justificará delante de ti ningún ser humano. [Sal. 143:2]. ¿Quién podrá decir: Yo he limpiado mi corazón, Limpio estoy de mi pe- cado? [Prov.: 20:9]. Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nun- ca peque. [Ecl. 7:20]. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el 8 Los versículos que hablan de la condenación universal sin Cristo prueban también por deduc- ción la depravación universal (Juan 3:18,36; Rom. 11:32; Gal. 3:22; 1 Juan 5:12). Este con- cepto de la universalidad de la depravación es esencial para tomar decisiones saludables en la ley y el gobierno. Un punto de vista no Bíblico conlleva a toda clase de decisiones no sabias de parte de los cuerpos gobernantes. pecado de todos nosotros. [Isa. 53:6]. ¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejo- res que ellos? En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo peca- do. Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; [Rom. 3:9-10]. Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios; [Rom. 3:19]. Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.. [Rom. 3:23]. Mas la Escritura lo encerró todo ba- jo pecado...[Gál. 3:22]. Porque todos ofendemos muchas veces... [Santiago 3:2]. Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros...Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros. [1 Juan 1:8, 10]. 5. Consecuencias de la Caída en la Mujer La mujer tendría ahora dolores del parto y continuaría en sujeción a su marido, lo cual se complicaría debido a la tendencia al pe- cado. A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se en- señoreará de ti. [Gén. 3:16]. 6. Consecuencias de la Caída en el Hombre El hombre ahora tomaría el trabajo como algo detestable y como un asunto de sobre- vivencia. Y al hombre dijo: Por cuanto obede- ciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo:
  • 85. Antropología: La Doctrina del Hombre 75 No comerás de él; maldita será la tie- rra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y co- merás plantas del campo. Con el su- dor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. [Gén. 3:17-19]. 7. Consecuencias de la Caída en el Resto de la Creación La Caída dio como resultado la maldición de la tierra, el dolor y la muerte para toda la vida animal. La maldición será removida parcialmente durante el Reino milenial (vea Isa. 11:6 y ss.; 65:25 y los versículos que tratan de la fertilidad agrícola en el Reino). “…maldita será la tierra por tu cau- sa…” [Gén. 3:17]. Porque sabemos que toda la crea- ción gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; [Rom. 8:22]. IV. El Origen del Alma El origen de la parte inmaterial del hombre es un tema apropiado para la Antropología o la Hamartiología. ¿Acaso crea Dios una nueva alma cada vez que un niño es conce- bido o cada vez que nace? ¿Existe algún proceso mediante el cual los padres procrean una nueva alma humana así como un cuerpo infantil? El tema del origen del alma es tratado en el Capítulo 7, “Harmartiología: La Doctrina del Pecado,” que trata del ori- gen del pecado en la raza humana, (Págs. 83-86). V. La Composición de la Naturaleza inma- terial del Hombre. Existen dos puntos de vista en cuanto a la composición de la naturaleza inmaterial del hombre entre los cristianos conservadores. Algunos creen que el hombre está compues- to de solo dos partes, cuerpo y alma, con siendo los términos espíritu y alma total- mente intercambiables. A este punto de vista se le denomina dicotomía. Otros creen que el hombre es un ser tripartito compuesto de cuerpo, alma y espíritu. A este punto de vista se le llama tricotomía. A. Evidencias del punto de vista dicotómi- co del hombre 1. Los términos Alma y Espíritu son con frecuencia intercambiables (compare Gén. 41:8 con Sal. 42:6) Sucedió que por la mañana estaba agitado su espíritu, y envió e hizo llamar a todos los magos de Egipto, y a todos sus sabios; y les contó Faraón sus sueños, más no había quien los pudiese interpretar a Faraón. [Gén. 41:8]. Dios mío, mi alma está abatida en mí… [Sal. 42:6]. Compare Juan 12:27 con 13:21. “Ahora está turbada mi alma...” [Juan 12:27]. Habiendo dicho Jesús esto, se con- movió en espíritu... [Juan 13:21]. Compare Mat. 20:28 con Mat. 27:50. “como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida [en el griego dice alma] en rescate por muchos” [Mat. 20:28]. Más Jesús, habiendo otra vez clama- do a gran voz, entregó el espíritu. [Mat. 27:50]. Compare Ap. 6:9 con Heb. 12:23. Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que ten- ían. [Rev. 6:9]. A la congregación de los primogéni-
  • 86. No Solo de Pan 76 tos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos, [Heb. 12:23]. 2. Algunas veces “Cuerpo y Alma,” o “Cuerpo y Espíritu,” se usan para indicar el hombre completo. “Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden ma- tar; temed más bien a aquel que pue- de destruir el alma y el cuerpo en el infierno” [Mat. 10:28]. Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho. [1 Cor. 5:3]. Amado, yo deseo que tú seas prospe- rado en todas las cosas, y que tengas salud, [cuerpo], así como prospera tu alma. [3 Juan 1:2]. 3. Refutación del punto de vista Tricotó- mico Los adherentes del punto de vista Tricotó- mico enseñan generalmente que el espíritu del hombre es la parte religiosa de su natura- leza inmaterial mientras que el alma contie- ne el intelecto, las emociones y la voluntad. Sin embargo, los dicotomistas señalan que aun de los animales se dice que tienen un “espíritu” en Ecl. 3:21 y que los ejercicios más sublimes de la religión se atribuyen al alma (Marcos 12:30; Lucas 1:46; Heb. 6:18- 19; y Santiago 1:21). Dios es un ser espiri- tual, pero se menciona que El tiene un alma (en el Hebreo de Amós 6:8). A los muertos incorpóreos en el cielo se les llama almas (Rev. 6:9; 20:4). Por lo tanto, no existe una separación rígida en la Escritura en donde el espíritu se refiera solamente a la relación del hombre para con Dios, y alma se refiera estrictamente a su relación con sus semejan- tes. El alma es también claramente una parte del hombre que se relaciona con intereses espirituales. Para el dicotomista, 1 Tes. 5:23 no prueba que el alma y el espíritu están separados. En la frase “cuerpo, alma, y espíritu” las últi- mas dos palabras se toman como sinónimos así como se observa en el patrón de Marcos 12:30 que menciona una lista de elementos sinónimos (“Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente...”). De la misma manera, para el dicotomista, Heb. 4:12 habla de alma y espíritu en términos sinónimos. Declarar que la Palabra de Dios divide el alma y el espíri- tu no es lo mismo que declarar que divide al alma del espíritu. Este pasaje afirma sim- plemente que la Palabra de Dios penetra en la parte de la naturaleza inmaterial del hom- bre (alma y espíritu siendo sinónimos). La Palabra de Dios corta o divide en el ser más profundo del hombre al cual se le puede llamar alma o espíritu. B. Evidencia del Punto de Vista Tricotómi- co Varias veces los términos espíritu y alma son separados y varias veces se mencionan como distintos. Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guarda- do irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo... [1Tes. 5:23]. Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espa- da de dos filos; y penetra hasta par- tir el alma y el espíritu, las coyuntu- ras y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. [Heb. 4:12]. Pero el hombre natural (del griego que opera solo con alma) En cambio el espiritual... [1 Cor. 2:14-15]. Se siembra cuerpo animal, (del grie- go que opera solo con alma) resuci- tará cuerpo espiritual. …[1 Cor. 15:44].
  • 87. Antropología: La Doctrina del Hombre 77 Pablo considera que el hombre es tripartito en 1 Tes. 5:23. Así mismo, el autor de Hebreos hace una distinción entre el alma y el espíritu en Heb. 4:12. En 1 de Corintios 2 y 1 Corintios 15, hay una clave para dife- renciar el alma del espíritu. El alma se refie- re al hombre en relaciones no celestiales sino naturales. El espíritu se refiere al hom- bre en las relaciones celestiales. Un trico- tomista contiende que el alma es la parte inmaterial de la naturaleza del hombre que se relaciona con otros humanos, consigo mismo y con la creación. El espíritu se refie- re a la parte de la naturaleza inmaterial del hombre que tiene la capacidad para una re- lación con Dios (llamada también religio- sa).9 C. Pensamientos sobre este Asunto Ambas posiciones tienen su mérito. El pro- blema se origina cuando no se hace una diferencia entre la división de algo en dos partes y la distinción entre las diferentes funciones. No podemos dividir totalmente el chocolate de la vainilla en un helado combi- nado, pero si podemos distinguir la diferen- cia con facilidad. La verdad de la posición dicotomista es que la naturaleza inmaterial del hombre no está compuesta de dos partes cortadas una llamada alma y otra llamada espíritu. La naturaleza inmaterial del hom- bre es una sola entidad. Por lo que al hablar en términos generales acerca de la naturale- za inmaterial del hombre, es perfectamente correcto que usemos las palabras alma y espíritu de forma intercambiable sin hacer diferencia en su significado al igual que lo 9 Es la creencia del autor que aun una persona que no es salva puede tener un espíritu. Tiene uno, pero no está funcionando correctamente. Existe una diferencia entre tener un automóvil y tener un automóvil que funciona. Las personas no salvas todavía tienen en su ser un lado espiritual aunque su adoración sea falsa. (Considere el concepto de un espíritu maligno y lea también 1 Cor. 2:11; 2 Cor. 7:1; Heb. 12:9; Santiago 4:5 para ver que la idea de que este “espíritu” puede ser un espíritu malvado.) hicieron los autores Bíblicos por lo general. Sin embargo, podemos hacer una distinción entre el alma y el espíritu si deseamos usar un lenguaje preciso. En ciertos contextos, el autor Bíblico, quiere ser técnico y preciso. Por lo que él hace la distinción entre alma y espíritu. En tales contextos, es mejor consi- derar el alma como la composición inmate- rial del hombre (intelecto, emoción, y volun- tad) que tiene interacción con las cosas de este mundo, consigo mismo y con otros humanos. Espíritu se refiere a la composi- ción inmaterial del hombre (intelecto, emo- ción, y voluntad) que interactúa con las rea- lidades no terrenales o sobrenaturales. La verdad de la tricotomía es que las funciones de la naturaleza inmaterial del hombre pue- den distinguirse aún si la naturaleza inmate- rial del hombre no está estrictamente dividi- da en dos partes antitéticas. VI.El Ser Físico del Hombre A diferencia de la filosofía del dualismo donde lo material se consideraba malvado y lo espiritual bueno. La Biblia no condena al cuerpo porque es físico. Ciertamente el cuerpo puede estar controlado por el pecado (Rom. 6:12-13), pero los cristianos no deben considerar al cuerpo como malvado por na- turaleza. El factor clave es de que manera la persona usa el cuerpo. Se supone que debe ser un “sacrificio santo” a Dios. (Rom. 12:1- 2), y para los creyentes el cuerpo es el tem- plo donde hace su morada el Espíritu Santo (1 Cor. 6:19-20).10 10 Para consultar temas relacionados con el valor de los que no han nacido y la salvación de los infantes, vea por favor Westcliff Bible Church cassetes titulados El punto de vista de Dios acer- ca de los que no han nacido (Marzo 10, 1985) y también 2 Sam. 12:15-31 (Junio 17, 1987). Vea también Steven Waterhouse, Las preguntas difí- ciles de la vida (Amarillo TX, Westcliff Press, 2005) Capítulo 4.
  • 88. No Solo de Pan 78
  • 89. 79 Capítulo 7 HAMARTIOLOGIA La Doctrina del Pecado BOSQUEJO I. La Definición del Pecado 79 A. Descripciones Bíblicas del Pecado 1. Infracción de la Ley 2. Injusticia 3. Lo que no Proviene de la Fe 4. Altivez de Ojos, Orgullo de Co- razón 5. Saber lo Bueno y no Practicarlo 6. Defraudar el Alma 80 B. Estudio de Palabras Selectas de los Términos Usados en la Biblia Para Definir el Pecado 1. Palabras Hebreas Instructivas Usadas Para Definir el Pecado a. Hatá (Pecado) b. Pashá (Trasgresión) c. Awón (Iniquidad) d. Ra (Malvado) e. Resumen de las Palabras Usa- das en el Antiguo Testamento 2. Palabras Griegas que Instruyen Usadas para Definir al Pecado 81 a. Hamartía, Harmartano (Pe- cado) b. Otras Palabras Además de Hamartía (1) Adikeo, Adikía (Injusticia) (2) Paraptoma (Trasgresión, Ofensa) (3) Anomía (Infracción de la Ley, Iniquidad) (4) Parábasis (Trasgresión) (5) Asebía (Impiedad) 82 (6) Kakós (Malo, Inicuo) (7) Ponerós (Maligno) 3. Resumen II. El Origen del Pecado A. Origen del Pecado en el Universo B. Origen del Pecado en la Raza Huma- na C. El Origen del Pecado en el Indivi- duo 1. Transmisión del Pecado a Cada Generación a. La Posición Creacionista b. El Concepto Traducia- nista 83 2. Imputación, el Pecado de Adán a Nosotros 84 a. El Punto de Vista Pelagiano b. El Punto de Vista Semi Pelagiano c. El Punto de Vista de la Ca- beza Universal d. El Punto de Vista Agusti- no, Punto de Vista Natural o Seminal 86 e. Conclusiones en Cuanto a la Imputación del Pecado de Adán en Nosotros III. La Extensión del Pecado IV. Las dos Naturalezas del Creyente A. Definición Precisa del Término Naturaleza B. La Vieja Naturaleza 87 C. La Nueva Naturaleza 88 HAMARTIOLOGIA: LA DOCTRINA DEL PECADO I. La Definición del Pecado A. Descripciones Bíblicas del Peca- do La Biblia no nos proporciona una definición exhaustiva del pecado, pero si nos ofrece varias descripciones del mismo.
  • 90. No Solo de Pan 80 1. Infracción de la ley ...es infracción de la ley [1 Juan 3:4]. 2. Injusticia Toda injusticia es pecado...[1 Juan 5:17]. 3. Lo que no Procede de fe ...y todo lo que no proviene de fe, es pecado [Rom. 14:23]. 4. Altivez de Ojos, Orgullo de Corazón Altivez de ojos, y orgullo de corazón, Y pensamiento de impíos, son pecado [Prov. 21:4]. 5. Saber Hacer lo Bueno y no Hacerlo Y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado. [Santiago 4:17]. 6. Defraudar el alma Mas el que peca contra mí, defrauda su alma; (Prov. 8:36a). B. Estudio de Palabras Selectas de los Términos usados en la Biblia para defi- nir al Pecado 1. Palabras Hebreas Instructivas Usadas Para Definir el Pecado a. Hatá – pronunciada Jatá (Pecado) Esta es la palabra más común que se tradu- ce pecado en el Antiguo Testamento. Apa- rece aproximadamente 580 veces. En con- textos seculares, se refiere a errar en el blanco o en el camino Jueces. 20:16 habla de hombres zurdos que tiraban piedras con hondas y que podían dar en el blanco sin fallar (literalmente ¡sin pecar!). Prov. 19:2 habla de un hombre apresurado (distraído) que peca con sus pies, o sea que pasa por alto el camino correcto al viajar. La palabra en su contexto moral se refiere a “no vivir según las expectativas,” “falla en respetar los derechos e intereses de otros,” y “oposi- ción personal fuerte”1 1 Vea Theological Word Book of the Old Tes- tament, por Harris, Archer & Waltke, editores, 2 vols, (Moody Press, 1980) 1:277-79. b. Pashá (Trasgresión) Esta palabra aparece aproximadamente 93 veces como sustantivo y 41 veces como verbo. En contextos políticos significa rebe- larse contra la autoridad. (1 Reyes 12:19; 2 Reyes 3:7; 8:20). En contextos que se rela- cionan con Dios, significa “rechazar la auto- ridad de Dios,” “renunciar a la lealtad hacia Dios.” La traducción más común en español es “transgresión.” c. Awón (Iniquidad) Este sustantivo aparece 231 veces y como verbo 17.2 La traducción principal en espa- ñol es “iniquidad”. El significado básico es “doblar, torcer, distorsionar.” Sal. 38:6 dice, “Estoy encorvado estoy humillado en gran manera….” Lam. 3:9 dice refiriéndose a la disciplina de Dios “Cercó mis caminos con piedra labrada, torció mis senderos.” En contextos de comportamiento moral, la pa- labra adquirió el significado de “comporta- miento torcido, perversiones, infracciones, iniquidad.” Es muy interesante que en la mente hebrea haya una conexión fuerte e inevitable entre la acción malvada y su cas- tigo. Esta palabra iniquidad tiene un rango de significado que incluye las ideas tanto del acto como del castigo, ej. Isa. 53:6: “mas Jehová cargó en él el pecado [el castigo por la iniquidad] de todos nosotros.”3 Iniquidad es una palabra colectiva que con frecuencia se refiere a la suma de las malas obras humanas más bien que a un pecado en parti- cular. d. Ra (malvado) Esta palabra es usada aproximadamente 444 2 Ibid., 2:650-51. 3 La palabra hatá, tiene un rango de significa- do que incluye la idea de castigo. Núm. 32:23 dice, “…vuestro pecado os alcanzará.” Esto in- cluye la idea que el castigo de tu pecado te va a encontrar. Es importante que el castigo y el peca- do están claramente entrelazados ya que las pala- bras usadas para pecado también pueden signifi- car castigo.
  • 91. Hamartiología: La Doctrina del Pecado 81 veces.4 Se contrasta con la palabra Hebrea traducida bueno (tov - Gén. 3:5; Prov. 14:22). En usos no teológicos significa “rui- na,” “lesión,” o “desastre” Ra describe al ganado enfermo o débil (Gén. 41:21, 27), agua o comida envenenada (2 Reyes 2:19; 4:41), calamidad (Isa. 45:7), mercancía “in- servible” (Prov. 20:14), o un mal mensajero (Prov. 13:17). Por esta palabra observamos que el pecado causa lesiones y ruina para sí mismo y para otros. Por eso ra no es acep- table a Dios (Mal. 2:17). Tanto Dios como Su pueblo deben despreciar la maldad y el daño que esta causa. (Sal. 97:10; Prov. 8:13). e. Resumen de las Palabras del Antiguo Testamento Los términos que el Antiguo Testamento usa para pecado se refieren a la desviación de una norma. Pecado es la falla en cumplir con esa norma. “Trasgresión” es la rebelión o desviación de la norma. “Iniquidad” es la alteración de la norma al seleccionar una manera perversa de vida. 2. Palabras Griegas que Instruyen Usadas Para Describir el Pecado a. Hamartía y Harmartano (Pecado, Pecar) La familia de palabras de Hamartía es la más común en el Nuevo Testamento. El verbo aparece aproximadamente 43 veces y el sustantivo 174 veces. En la Septuaginta, hamartía regularmente se usa para traducir la palabra Hebrea hatá (aproximadamente 238 veces).5 Esto indica que la palabra tiene el significado básico de “errar o no dar en el blanco.” El uso en el Griego Antiguo de esta palabra en la literatura secular confirma esta defini- ción. Homero uso la palabra más de 100 4 Vea Basic Theology por Charles C. Ryrie, (Wheaton, IL: Victor Books, 1986) 209. 5 Vea The Theological Dictionary of the New Testament, por G. Kittel and G. Freidrich, eds., 10 vols., (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Pu- blishing Co., 1967) 1:268. veces al referirse al guerrero que lanzaba su lanza pero no daba en el blanco. Tucidides usó la palabra para describir la incapacidad de un poeta para exponer hábilmente un tema en particular. Platón y Xenofón usaron la palabra para subrayar un error ético.6 El trasfondo tanto del hebreo como del grie- go clásico, indica una definición básica de “no dar en el blanco.” Rom. 3:23 es el ejemplo más claro de esta definición. Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios [Rom. 3:23]. b. Otras Palabras Además de Hamartía (1) Adikeo, Adikía (Injusticia) El verbo es usado 26 veces y el sustantivo otras 26 veces. Esta palabra significa “injus- ticia” o “obrar mal.” También puede conte- ner la idea de lastimar a otros. Es lo contra- rio de la justicia, el carácter o las normas de Dios. La letra alfa (a) al principio de la pa- labra se llama alfa privativo e indica una negación o una ausencia. (2) Paraptoma (Transgresión, Ofensa) Esta palabra se usa 21 veces en el Nuevo Testamento. Viene de una palabra original que significa “caer a un lado de (o junto a)” (parapipto). Raramente se usa en el griego clásico pero a veces se usa para denotar los errores literarios. Polibio usó el sustantivo para definir una “equivocación, o error.”7 La palabra en el Nuevo Testamento puede usarse para señalar los pecados que no son muy severos. (Gál. 6:1), pero este no siem- pre es el caso (Ef. 2:1). Los traductores es- pañoles normalmente traducen este término como “transgresión” u “ofensa.” Aparente- mente “caer a un lado de” es lo suficiente- mente parecido a “no dar en el blanco” tanto 6 Ibid., 1:293; vea también Synonyms of the New Testament, por Richard C. Trench,edición reimpresa (Grand Rapids: Wm. B Eerdmans Pu- blishing Co., 1976) 241. 7 Ibid. 246.
  • 92. No Solo de Pan 82 que los dos significados son sinónimos. La palabra trasgresión se relaciona entonces con “tropezar” o “caer”. (3)Anomía (Infracción de la Ley, Iniquidad) Esta palabra se usa 15 veces. Significa ac- tuar en contra de la ley o estar sin ley. (4) Parábasis (Trasgresión) Parábasis, a diferencia del pecado, ésta solo puede llevarse a cabo cuando existe una ley que se puede violar.8 Rom. 4:15 enseña, que “donde no hay ley, no hay transgre- sión.” (parábasis). De manera que, el termi- no transgresión hace la aclaración que el pecado humano no debería verse como un error honesto o una falla natural humana. Es también es una violación deliberada y vo- luntaria de una ley conocida. En el griego clásico, el término era usado para romper un acuerdo, por ejemplo, un tratado de paz o de rendición. Los significados originales de las palabras que se traducen como “trasgre- sión” eran “pasarse más allá de” o “pisar encima de.”9 Parábasis generalmente se traduce como “transgresión” y se encuentra siete veces. También existe un término simi- lar, llamado parábatis que se usa cinco ve- ces. (5)Asebía (Impiedad) Se refiere a la acción de no dar a Dios lo que es digno de El tanto en actitud como en ac- ción. Esta palabra se usa seis veces. (6) Kakós (Malo) 8 Rom. 5:13 enseña que el pecado se llevó a cabo en la ausencia de la Ley. Sin embargo, Dios en Su gracia no imputó los pecados personales en la ausencia de la ley de Moisés. Antes de la ley, los hombres murieron por causa del pecado de Adán no por los pecados personales. Aunque el pecado se lleve a cabo en la ausencia de la Ley, la transgresión implica que se ha establecido un límite moral (en este caso la ley). 9 Vea The Theological Dictionary of the New Testament por G. Kittel and G. Freidrich, edito- res, 10 vols. (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1967), 5:736 y ss. Lázaro el mendigo experimentó cosas “ma- las” en su vida mientras que el rico que no era salvo experimentó cosas buenas (Lucas 16:25). Kakós también puede referirse a la “mala” salud (Marcos 1:32). En el sentido moral, esta palabra nos recuerda que el pe- cado causa daño, heridas, que afectan a uno mismo y a otros. Cuando la gente pecamino- sa insiste en su libertad para pecar, lo que realmente desean es libertad para destruirse a sí mismos y a otros. El amor al dinero puede conducir a todo tipo de males (1 Tim. 6:10). (7) Ponerós (Malvado) Esta palabra Griega que se traduce “malva- do” tiene mucho en común con el término anterior. Sin embargo, a menudo tiene la idea adicional de involucrar activamente a otros en el pecado a fin de que la corrupción se haga extensa. La criatura “malvada” no se satisface pecando en la soledad sino que, desea promover la maldad e incluir a otros en ella. Uno de los nombres de Satanás es “el malo” o “el maligno” (Mateo. 13:19, 38; 1 Juan 2:13,14; 5:18). 3. Resumen Se han ofrecido varias definiciones de peca- do por los teólogos. La declaración siguiente nos define clara y verdaderamente el pecado en una sola oración: “Pecado es la transgre- sión o la desobediencia al carácter santo de Dios.” II. El Origen del Pecado A. El Origen del Pecado en el Universo En la creación del hombre, los hijos de Dios (los ángeles) se regocijaron (Job 38:7). Por lo que, hasta ese momento, no existía ningún pecado. Y como Dios declaró que todo lo que había hecho era “bueno en gran manera” aún en el sexto día (Gén. 1:31), es muy probable que hasta ese momento del tiempo no existía el pecado en el universo. Del demonio se dice que él es el padre de la mentira y el primer homicida (Juan 8:44). El es el primer ser en la Biblia que se describe
  • 93. Hamartiología: La Doctrina del Pecado 83 con pecado (Gén. 3:1, compárese con Ap. 12:9). En un momento del tiempo, El primer pecado se llevo a cabo después de la crea- ción del hombre pero con seguridad antes de la tentación en el huerto de Edén. Quizás exista una duda en cuanto al momento pre- ciso del origen del pecado en el universo, pero no existe duda en cuanto a la persona que le dio origen. El demonio fue creado perfecto pero la maldad se encontró en él, (Ez. 28:12 y vss. siguientes). Ez. 28:17 dice específicamente, “Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabi- duría a causa de tu esplendor…” B. El Origen del Pecado en la Raza Huma- na El pecado se originó en la raza humana a través de Adán, como ya lo hemos explicado en el capítulo 6, “Antropología: La Doctrina del Hombre”, págs. 68-75 (también véase, Génesis 3; Rom. 5:12 y ss.; 1 Cor. 15:21y ss.; 1 Tim. 2:14). C. El Origen del Pecado en el Alma del Individuo El origen del pecado en el individuo implica dos preguntas distintas. Primero, ¿Cómo es que se transmite el principio (naturaleza) del pecado en cada individuo que nace en el mundo? Segundo, ¿Cómo puede ser que el pecado de Adán en el Huerto de Edén ha sido imputado a las personas que viven en el mundo hoy? 1. La Transmisión del Pecado en Cada Ge- neración Para entender lo que la Biblia dice acerca de la transmisión del pecado, es necesario su- mergirnos en la materia más profunda del origen (o transmisión) del alma humana. Hay dos posiciones básicas acerca del ori- gen del alma. a. La Posición Creacionista La posición creacionista sostiene que la ma- dre y el padre hacen el cuerpo de un ser humano según las leyes naturales de la pro- creación. Sin embargo, el creacionista sos- tiene que Dios crea, en un acto especial, el alma en el momento que un bebe es conce- bido e infunde esta alma en el cuerpo en desarrollo. Los versículos que se usan para apoyar esta idea a menudo se refieren a Dios como el “Dios de los Espíritus” (Núm. 16:22; Ecl. 12:7; Isa. 57:16; Zac. 12:1; Heb. 12:9).10 Hay algunas debilidades importantes en la posición creacionista con respecto al origen del alma. Los versículos anteriores pueden estar diciendo que Dios creó el alma huma- na de una manera indirecta a través de la reproducción natural. Esto es lo que sucede en el desarrollo físico de un bebé que no ha nacido. Por medio del proceso natural, los padres son los que hacen cuerpos para sus hijos, pero también es cierto hablando Bíbli- camente que Dios es el creador del aspecto físico de un niño (Sal. 139:13-16). Además, Gén. 2:1 con su contexto posterior y Heb. 4:4 y ss., enseñan que Dios está descansan- do de su trabajo creativo. Esto nos dificulta el hecho de creer que Dios está creando mi- les de almas nuevas cada día. Finalmente, la objeción más fuerte a la posición creacionis- ta es que da a entender que Dios es el que crea el principio del pecado o que de alguna manera haga que more en cada persona. b. La Posición Traducianista La posición traducianista sostiene que los padres son los agentes principales en el ori- gen de una nueva alma. Esta posición tiene ventaja ya que sostiene que el pecado es transmitido por los padres y no por un acto específico de Dios. También mantiene que Dios ha dejado de crear. El traducianismo declara que los padres (por medio de un proceso desconocido) generan los elementos materiales e inmateriales del hombre. Hay varios versículos que apoyan 10 Los que tienen la tradición Calvinista tien- den a ser creacionistas. Queda bien con la idea de Cabeza federal de la imputación de pecado y con la teología del pacto.
  • 94. No Solo de Pan 84 (pero no prueban el traducianismo). La tra- ducción literal de Gén. 2:7 nos enseña que “Dios... soplo en su nariz aliento de vida (plural, vidas) a Adán. El plural puede suge- rir que de alguna manera Adán tenía el po- tencial de generar las naturalezas inmateria- les de todos sus descendientes. Gén. 5:3 enseña que Adán engendró un hijo a su imagen y semejanza. Parece que esto se re- fiere a algo más que a una característica física. Adán engendró un hijo a su imagen y semejanza en lo que a una condición peca- minosa se refiere. Varios versículos enseñan que las personas son concebidas en pecado (Sal. 51:5; 58:3; Job 14:1,4; 15:14; Ef. 2:1). Nunca se menciona que Dios puso este pe- cado en el alma de las personas en el mo- mento de la creación. Al contrario, estos versículos nos dan la impresión que ser humano que no ha nacido hereda el pecado de sus padres. Heb. 7:9,10 muestra que Dios considera que las almas de los que no han nacido están de alguna manera dentro de los padres. (Dios considera que Leví paga diezmos a Melquisedec a través de Abra- ham, abuelo de Leví.) Esto apoya la idea que las almas de los niños son producidas de alguna manera por los padres en vez de por creación directa de Dios. El pasaje clave de la hamartiología es Rom. 5:12.11 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el peca- do la muerte, así la muerte pasó a to- dos los hombres, por cuanto todos pecaron [Rom. 5:12]. La frase final “por cuanto todos pecaron” favorece a una clase de participación más bien real y no representativa en el pecado de Adán. Esto se ajusta muy bien con el punto de vista traducianista en el que los padres producen de alguna, manera las almas de sus 11 Rom. 5:12 podría explicarse por la teoría creacionista si se acepta la teoría federal de la imputación. hijos.12 Ya que la posición traducianista es la que mejor explica la transmisión del alma humana, también provee la mejor explica- ción del origen del pecado dentro del indivi- duo. La tendencia innata a pecar se transmi- te de padres a hijos al igual que todos los componentes básicos de la naturaleza inma- terial del ser humano y al igual que el cuer- po. La única excepción fue Jesucristo ya que El fue concebido por el Espíritu Santo, y el Espíritu Santo cubrió a María con su sombra a fin de que Cristo naciera sin pecado. Para todos los demás, el pecado del individuo se origina de sus padres y hace su acto de pre- sencia en el momento de la concepción13 2. La Imputación del Pecado de Adán a Nosotros Thiessen enseña que la teoría traducianista acerca del origen del alma es suficiente para contestar la interrogante ¿De qué manera nos fue imputado el pecado de Adán?14 En esto hay bastante verdad, si los padres pro- ducen el alma de su hijo al igual que produ- cen el cuerpo, entonces todos estuvimos presentes de alguna manera misteriosa en el momento en que Adán pecó. Aunque todos los detalles son un misterio, fue nuestra pre- sencia con nuestro padre Adán la que de alguna forma contribuyó a la imputación del pecado hacia nosotros. A través de los si- glos se han expuesto varias teorías acerca de la imputación del pecado. Será benéfico 12 La Teología luterana tiende hacia el Tradu- cianismo. 13 El Autor cree que la madre transmite la natu- raleza de pecado en la misma cantidad que lo hace el padre. Aparentemente, fue la “cobertura con la sombra del Espíritu Santo” lo que impidió que María pasara el pecado a su hijo. Quizás la ciencia en el futuro permitirá que se lleve a cabo la producción de hijos sin la participación de los varones. Tales seres también tendrán naturalezas de pecado. 14 Lecturas en Teología Sistemática por Henry Thiessen, (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans, 1949), 260.
  • 95. Hamartiología: La Doctrina del Pecado 85 tratar este importante pero difícil tema más detalladamente. a. La posición Pelagianista La posición Pelagianista mantiene que el pecado de Adán solo le afectó a él. La única relación que él tiene con nosotros es que es un mal ejemplo. Los pelagianistas creen que el alma es creada inocente sin ninguna ten- dencia hacia el pecado. Solo el pecado per- sonal y consciente puede acarrear condena- ción a una persona. Esta posición no es de ninguna manera Bíblica (véase el Capítulo 6, Págs. 72-77, “Antropología: La Doctrina del Hombre” acerca de la depravación uni- versal del hombre). b. La Posición Semipelagiana Los semipelagianistas sienten que cada humano nace con una tendencia maligna pero que no existe culpa o castigo a no ser que exista la base de los actos personales y conscientes de pecado. El pecado de Adán, aunque causó una tendencia a pecar, no trajo nada de culpa o condenación a sus descen- dientes. La enseñanza primordial de Romanos 5:14 es que todas las personas antes de la Ley de Moisés experimentaron muerte física a cau- sa del pecado de Adán. Aunque no había Ley y las personas no eran responsabilizadas por los pecados personales (véase Rom. 4:15; 5:13), la gente aún así moría física- mente a causa del pecado de Adán. Por lo tanto el pecado de Adán no solo causó ten- dencias morales hacia la maldad en la raza humana, sino que también se dice que fue el factor principal de la culpa, la condenación, y la muerte, tanto física como espiritual. La posición Semipelagiana se basa más en los razonamientos que en la exégesis.15 c. El Punto de Vista de la Cabeza Univer- sal Aquellos que proponen esta posición creen 15 Muchos metodistas tuvieron conceptos se- mipelagianistas. que el pecado de Adán es la causa de la rui- na de la humanidad. Creen que el pecado de Adán causó la naturaleza de pecado, la muerte física y la espiritual. Nosotros somos los receptores de la culpa y la condenación por la caída del hombre en Edén. Esta teoría también denominada teoría fede- ral de la imputación mantiene que Adán fue el representante de la raza humana. Esta posición sostiene que Dios hizo un pacto con Adán en el que él seria el representante de toda la humanidad. Por eso, Adán “votó” por todos nosotros de la misma manera que los representantes en el congreso votan por las leyes en nuestro lugar. Nosotros no te- nemos una voz personal en la creación de la ley, pero lo que nuestros representantes de- ciden si nos afecta. Cuando Adán pecó, él hizo una decisión por nosotros. A partir de entonces, Dios consideró a todos los huma- nos como pecadores culpables y creó a cada alma con una naturaleza innata pecaminosa. Es a causa de la decisión de nuestro repre- sentante que heredamos la culpa, la conde- nación, una naturaleza pecaminosa, y la muerte. Ya que la posición de liderazgo federal normalmente no considera que estu- vimos presentes con Adán en la caída, la posición federal es a menudo fusionada con una posición creacionista en el origen del alma (aunque el Traducianismo y la Posi- ción de liderazgo federal acerca de la impu- tación tal vez no sean mutuamente exclu- yentes). La teoría de la imputación según la posición de liderazgo federal es seguramente orto- doxa y probablemente tenga un elemento de verdad. Tal vez Adán fue un representante. Pero, aun hay varias debilidades. La Biblia no habla de un pacto entre Dios y Adán donde Adán seria el representante de toda la humanidad. También, la posición de lide- razgo federal normalmente tiene la tensión de hacer a Dios directamente responsable por crear cada alma con su naturaleza pe- caminosa en vez de considerar que la natu- raleza pecaminosa se origina directamente de los padres remontándose por último en
  • 96. No Solo de Pan 86 un sentido directo a Adán. Finalmente, Romanos 5:12 no dice que todos son consi- derados o tratados como pecadores porque Adán fue nuestro representante. Dice que: “...así la muerte paso a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.” Parece que hubo un nivel de participación personal por parte de “todos” cuando Adán pecó. Admitimos que esto es difícil de explicar bajo cualquier teoría de imputación del pecado; pero la próxima posición se acerca más que la Posi- ción federal. d. El Punto de Vista Agustino, Natural, o Seminal Esta posición enseña que a causa de la uni- dad de la raza humana, todos nosotros estu- vimos presentes en un sentido latente cuan- do Adán pecó. En realidad participamos en su pecado. Por tanto, heredamos una natu- raleza pecaminosa, la culpa, y la muerte a causa del pecado de Adán (vea págs. 73-75). Esta posición tiene ventaja porque no tiene que apoyarse en la posición creacionista del origen del alma. También nos considera como teniendo por lo menos algún tipo de participación en el primer pecado humano. Admitimos que es muy difícil entender cómo podemos ser responsables por estar presentes en forma de germen dentro de nuestro primer padre cuando el pecó. Sin embargo, la posición Agustina permite que haya por lo menos un poco de participación en la caída, y por lo tanto, concuerda más con el sentido de justicia y participación actual que se implica en Rom. 5:12. El prin- cipio de la posición seminal es establecido en Heb. 7:9,10. La posición Agustina o Se- minal concuerda mejor con la posición Tra- ducianista del origen del alma y la transmi- sión de la naturaleza pecaminosa. e. Conclusiones en Cuanto a la Imputación del Pecado de Adán a nosotros Sin importar la posición que se adopte para explicar como el pecado de Adán fue o pudo haber sido imputado a nosotros, sabemos que es un hecho Bíblico que Adán es la base y causa inmediata de la depravación innata, la culpa y la muerte física y espiritual de la raza humana. Cualquier teoría que trata de explicar este hecho debe luchar con la difi- cultad de cómo es que podemos ser respon- sabilizados por la trasgresión de Adán. Si él era nuestro representante, nosotros no lo elegimos como tal. Si estuvimos presentes de alguna manera misteriosa cuando Adán peco, no estuvimos de una manera cons- ciente participando en la decisión que él hizo. El estudiante de la Biblia que conside- ra que el pecado innato del hombre tal vez no sea la base de la condenación eterna se acercará más a la solución del problema de la justicia de Dios que nos imputa el pecado de Adán.16 III. La Extensión del pecado Consulta para este tema el Capítulo 6, “An- tropología: La Doctrina del Hombre”, págs. 68-73. IV.Las Dos Naturalezas del Creyente A. Precisión al Usar el Término Naturaleza Antes de usar los términos naturaleza vieja y naturaleza nueva, seria benéfico definir lo que se quiere decir cuando se usa la palabra naturaleza. Si por naturaleza nos referimos a la porción inmaterial del hombre, entonces el término naturaleza está siendo usado incorrectamente si hablamos de éste tema. Cuando una persona es convertida a Cristo, Dios no crea una nueva porción de “alma” y la añade a las partes originales del alma. Igualmente, en la muerte o la glorificación, la parte inmaterial de nuestro ser (la natura- leza pecaminosa antigua) no es podada y abandonada en la tierra o en el infierno. Ya que Dios ha terminado con su trabajo crea- dor, no debemos pensar que El está creando una nueva porción del alma (naturaleza nue- va) en el momento de la conversión y la une con el alma antigua. Los cristianos tampoco deben verse a sí mismos como parcialmente salvados, o sea como si la nueva naturaleza 16 vea el Capítulo seis, nota 5, págs. 70-72.
  • 97. Hamartiología: La Doctrina del Pecado 87 (o porción del alma) es salvada y dirigida al cielo, mientras nuestra naturaleza vieja (o porción del alma) no es ni salvada ni dirigi- da al cielo. Si el termino naturaleza no es cuidadosamente definido, entonces surgirán muchos conceptos falsos como este. A lo que en realidad nos referimos con la frase vieja naturaleza pecaminosa es a un proceso de comportamiento o a un meca- nismo de comportamiento que solo estaba funcionando en la vida antes de salvación. Este era el único proceso de comportamien- to antes de fe en Cristo. La frase nueva na- turaleza denota un proceso de comporta- miento nuevo o un mecanismo de compor- tamiento nuevo que también puede funcio- nar en la vida de un creyente. La persona que es salva es capaz de superar el dominio inevitable del pecado y no vivir según el patrón del proceso de comportamiento viejo. Se pueden usar varios términos para descri- bir los procesos de comportamiento y así evitar los malos entendimientos al tratarse de porciones concretas del alma humana: Mecanismo de Mecanismo de Comportamiento Comportamiento Viejo……………………. Nuevo Vieja Condición……… .Nueva Condición De Pecado Función Vieja…………..Función Nueva Proceso Viejo…………...Proceso Nuevo Los términos vieja naturaleza y nueva natu- raleza serán retenidos en este estudio ya que son en uso común. Aunque, deberían ser usados para referirse a mecanismos o proce- sos de comportamiento en vez de a partes concretas del alma humana. B. La Vieja Naturaleza El material anterior ha demostrado que cada persona nace con una tendencia hacia la maldad. En personas que no son salvas el principio de pecado (o naturaleza pecamino- sa) es el que domina inevitablemente. El Señor Jesús dice que el que no es salvo “es- clavo es del pecado” (Juan 8:34-36) al igual que Pablo (Rom. 6:14, 16-18, 20-22; 7:15, 25).17 Rom. 7:5 enseña: “Porque mientras estábamos en la carne [cuando éramos no salvos, vea Rom. 8:9 primera parte], las pa- siones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte.” Rom. 6:14 implica que antes de la salvación las personas están bajo el dominio absoluto del mecanismo de pe- cado. ¿Continúa en la vida del creyente la vieja naturaleza, o sea este proceso de compor- tamiento? La respuesta adecuada es “sí.” El mecanismo de comportamiento viejo que funciona inevitablemente en la vida de una persona que no ha sido regenerada todavía existe en el cristiano en el sentido que existe la posibilidad y la opción para que éste fun- cione. No sería correcto afirmar que el me- canismo de pecado funciona igual que antes de salvación. La situación es muy diferente para el cristiano porque el ahora tiene una nueva alternativa de mecanismo de compor- tamiento. Antes de la salvación, el domino del pecado era inevitable; después de la sal- vación, el control del pecado es posible pero no inevitable, y el control del pecado siem- pre ocurre bajo el consentimiento del cre- yente. Tal vez una ilustración del cambio de posi- ción del creyente sea de alguna ayuda. An- tes de la Guerra Civil Americana, los escla- vos estaban legalmente obligados a servir a sus amos. No tenían ninguna opción. Esta- ban inevitablemente bajo el dominio de su amo. Pero, después de la Proclamación de Eman- cipación, el estado legal del esclavo cambió. El esclavo ya no estaba obligado a servir a su amo que en realidad ya no era su amo en el sentido legal o por posición. Sin embargo, aun después que se había otorgado la liber- tad y se había obtenido la victoria, muchos 17 Rom. 7:25 es capaz de una clasificación diferente, pero podría decirse que también se refiere a la esclavitud de Pablo al pecado antes de su conversión.
  • 98. No Solo de Pan 88 esclavos se quedaron y siguieron sirviendo a sus antiguos amos. Legalmente, ya no tenían que hacerlo, pero en el sentido práctico ellos consentían y permitían que el dominio de su amo continuara aun después de que ya no eran esclavos. En el ámbito espiritual hay varias similari- dades. Los cristianos ya no están bajo el dominio del pecado por posición. Ya no tienen que permitir que el viejo mecanismo de comportamiento opere. A diferencia de las personas que no son salvas, hay una al- ternativa de un nuevo mecanismo de com- portamiento. Sin embargo, los cristianos todavía tienen la opción de escoger servir a un amo anterior que en realidad no es un amo en el sentido legal o posicional. El me- canismo viejo, las condiciones viejas, y la vieja naturaleza todavía existen en los cre- yentes pero su poder inevitable y su dere- cho posicional de autoridad han sido des- truidos. Los textos que enseñan que la posi- bilidad de pecar todavía existe en el creyen- te son: Rom. 6:12,13; Gál. 5:13, 16-17; Fil. 3:12-15; Santiago 3:2 primera parte; 1 Juan 1:8, 10. Todos los mandamientos del Nuevo Testamento que están en contra de pecar, y todas las enseñanzas acerca de la necesidad que los creyentes tienen del poder del Espí- ritu Santo implican que los creyentes todav- ía pecan. C. La Nueva Naturaleza Cuando las personas confían en Cristo, son regeneradas o nacidas de nuevo (Juan 3:3-7; Tito 3:5; Santiago 1:18; 1 Pedro. 1:3, 23; Rom. 6:4) y son llamados hijos de Dios (Juan 1:12; 1 Juan 5:1, 4; las imágenes de adopción de Rom. 8:15, 16 y Gál. 4:5-7). El nacimiento nuevo significa que al creyente le es dado el compartir la vida de Dios com- partir de la resurrección de Cristo (vea Rom. 6:1y ss.). Ya que un nuevo creyente compar- te en la vida de Cristo y también es bautiza- do en el nombre del Espíritu Santo que mo- ra en él, hay un nuevo mecanismo de com- portamiento disponible para él a través del cual puede operar y vivir por medios dife- rentes a los del pasado. El puede rendirse a si mismo activamente a Dios y depender del Espíritu Santo para tener la habilidad sufi- ciente para vivir la vida de Cristo. (Rom. 6:11-13; Gál. 5:22-25). Este nuevo mecanismo de comportamiento es lo que comúnmente se denomina como nueva naturaleza (vea Rom. 6:4-6; Ef. 4:24; Col. 3:10). El cristiano tiene dos naturale- zas en el sentido que tiene una opción o al- ternativa de operar siguiendo el mecanismo de comportamiento viejo que lo dominaba antes de su conversión, o puede operar de una manera nueva bajo el poder del Cristo vivo y del Espíritu Santo que vive en él. Ciertamente él es capaz de pecar pero tam- bién es capaz de no pecar (Juan 8:36; Rom. 6:14; 1 Cor. 10:13). Dentro de amplias limi- taciones el creyente puede decidir el proceso que controle su cuerpo y alma.18 El cristiano es libre, no en el sentido de no tener un amo o Señor. Es libre en el sentido de que ahora puede escoger obedecer a su nuevo Amo y no ser esclavo del amo anterior. 18 Dios disciplinará al creyente si su compor- tamiento es maligno. Sin embargo, dentro de limitaciones, Dios le da la libertad de escoger el pecado o la rectitud.
  • 99. 89 Capítulo 8 CRISTOLOGIA La Doctrina de Cristo BOSQUEJO I. Preexistencia y Eternidad de Cristo 90 A. Declaraciones Directas con Respecto a la Preexistencia de Cristo B. Evidencia Indirecta de la Preexisten- cia de Cristo II. La Encarnación y el Nacimiento Virginal 91 A. La Encarnación B. El Nacimiento Virginal 1. Prueba del Nacimiento Virginal 2. Importancia del Nacimiento Vir- ginal III. La Deidad de Cristo 92 A. A Cristo se le Llama “Dios” Direc- tamente en los Textos B. El Dios del Antiguo Testamentos Equivale al Cristo del Nuevo Testa- mento 1. Isa. 40:3/Lucas 1:76 2. Sal. 102:24-28/Heb. 1:8a, 10 93 3. Zac. 12:10/Ap. 1:7 4. Sal. 68:17-18/Ef. 4:7-8 5. Isa. 8:13-14/1 Pedro. 2:7-8 6. Isa. 6:1, 3/Juan 12:41-42 7. Joel 3:1-2/Mat. 25:31-32 94 8. Isa. 44:6/Ap. 22:13 C. El Angel del Señor del Antiguo Tes- tamento era Dios y era Cristo D. Cristo como Señor del Sábado E. Cristo Hace Obras de Dios 1. Cristo Creador de Todas las Co- sas 2. Cristo Preservador de Todas las Cosas 3. Cristo el Autor de la Vida 4. Cristo el Juez de Toda la Tierra 95 5. Cristo Perdona Pecados F. Cristo Posee Atributos de Dios 1. Cristo es Eterno y Auto existente 2. Cristo es Inmutable 3. Cristo es Omnipresente 4. Cristo es Omnisciente 5. Cristo es Omnipotente G. Cristo Aceptó Adoración y sin Em- bargo Enseño que Solo a Dios se de- bería Adorar 97 H. Las Formulas Trinitarias Apoyan la Deidad de Cristo IV.La Humanidad de Cristo 98 A. Declaraciones Acerca de la Hu- manidad de Cristo B. Evidencia de la Humanidad de Cristo 1. Creció de la Infancia a la Madu- réz 2. Experimentó Hambre como Hu- mano, Comió Alimento 3. Estuvo Cansado 4. Lloró 5. Apareció como un Hombre Ordi- nario 6. Tuvo un Cuerpo 7. El Sufrimiento, la Sangre, y la Muerte Establecieron Su Huma- nidad C. El Significado de la Kenosis D. Perpetuidad de la Humanidad de Cristo 1. Sus Apariciones Después de la Resurrección 2. Su Ascensión y su Manifestación en Visiones Posteriormente 99 3. Por ser el Sumo Sacerdote To- davía es Humano 4. Regresará como Hijo de David e Hijo del Hombre 5. Los Creyentes serán, como Cristo en el Arrebatamiento, Por lo tanto El es Todavía Humano V. La Tentación de Cristo VI. Sus Nombres Mayores A. Señor B. Jesús
  • 100. No Solo de Pan 90 C. Cristo 100 D. Hijo de Dios E. Hijo del Hombre F. La Palabra, o Palabra de Dios G. Salvador H. Cordero de Dios I. Maestro 101 VII. Las Obras y los Oficios Mayores de Cristo A. El es Profeta B. El es Sacerdote C. El es Rey D. Otros Oficios, Obras y Títulos 102 E. Cristo, el que Cumple la Ley F. Las Obras de la Muerte de Cristo G. La Resurrección 1. Acontecimientos Bíblicos, la Resurrección 103 2. Los Hechos significativos de la Resurrección a. Demuestra la Deidad de Cris- to b. Comprueba que Dios estaba Satisfecho c. Establece una base para que los Cuerpos de los Creyentes sean resucitados d. Significa que Cristo está vivo e. Significa que los Creyentes Nunca Podrán Morir en el sentido Máximo f. Significan que Cristo Viene Otra Vez 3. La Naturaleza del Cuerpo de Re- surrección de Cristo 104 H. La Ascensión, la Exaltación y el Ministerio Presente de Cristo 1. Cristo la Cabeza de la Iglesia 2. Sumo Sacerdote e Intercesor 3. Nuestro Abogado 4. Otorgador de Dones por Medio del Espíritu Santo I. La Obra de Cristo en la Segunda Ve- nida CRISTOLOGIA: LA DOCTRINA DE CRISTO I. La Preexistencia y Eternidad de Cristo A. Declaraciones Directas Acerca de la Preexistencia de Cristo La Escritura no deja lugar a dudas en cuanto a que Cristo no comenzó Su existencia co- mo un bebé en Belén. El Señor Jesucristo ya existía en la eternidad pasada. Cristo mismo afirmó varias veces que él ya había existido previamente y que había venido a la tierra procedente de Dios que está en el cielo (Juan 3:13; 6:38, 41, 42, 50, 51, 58; 7:29; 8:23, 42). El libro de Apocalipsis declara que Cristo es el “primero y el último, el principio y el fin” (Ap. 1:8, 17; 2:8; 21:6; 22:13). Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. [Isa. 9:6]. “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad” [Miqueas 5:2]. En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha si- do hecho, fue hecho. [Juan 1:1-3]. Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy [Juan 8:58]. Porque en él [Cristo] fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visi- bles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean po- testades; todo fue creado por medio
  • 101. Cristología: La Doctrina de Cristo 91 de él y para él. Y él es antes de to- das las cosas, y todas las cosas en él subsisten; [Col. 1:16-17]. El cual, siendo en forma de Dios... [Fil. 2:6]. Mas del Hijo dice: ...Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos. [Heb. 1:8, 10]. B. Evidencia Indirecta de la Preexistencia de Cristo. El Antiguo Testamento declara que el Angel del Señor es Dios.1 Sin embargo, Juan 1:18 enseña que nadie ha visto a Dios el Padre y que Dios el Hijo es el revelador del Padre.2 Por lo tanto el Angel de Jehová del Antiguo Testamento es el Cristo preexistente (vea Capítulo 2, “Teología Propia: La Doctrina de Dios”). II. La Encarnación y el Nacimiento Virginal El Preexistente Hijo de Dios se hizo carne humana al nacer de una virgen. Y además. esta encarnación es permanente ya que Cris- to es todavía humano. El poseerá una naturaleza humana y un cuerpo glorificado por toda la eternidad (Zac. 12:10; Hechos 1:11). A. La Encarnación Los pasajes que enseñan que Cristo se hizo humano son demasiado numerosos como para enlistarlos todos aquí; sin embargo, en esta lista parcial incluiremos a: Gén. 3:15; Isa. 9:6-7; Mat. 1:23; Lucas 2:11; Juan 1:14; Rom. 8:3; Gál. 4:4; Fil. 2:6 y ss.; Col. 1:22; 2:9; 1 Tim. 3:16; Heb. 2:14; 10:5. Y aquel Verbo fue hecho carne, y 1 Vea Gén. 16:13, 22:11-12; Ex. 3:2,6; Jueces 2:1, 6:11-16, 13:21-22. 2 Vea también 1 Tim. 1:17, 6:16; Juan 6:46; 1 Juan 4:12 acerca del tema: nadie ha visto a Dios el Padre. Una comparación de Juan 8:58 con Exodo 3:14 muestra también la existencia preen- carnada de Cristo. habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad [Juan 1:14]. Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, na- cido de mujer y nacido bajo la ley, [Gál. 4:4]. Así que, por cuanto los hijos partici- paron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, [Heb. 2:14]. B. El Nacimiento Virginal 1. Prueba del Nacimiento Virginal El pasaje clásico de Isaías 7:14 predice con claridad un nacimiento virginal. La palabra Hebrea almah tiene una gama de significa- dos la cual incluye la palabra virgen. En Gén. 24:16, A Rebeca se le llama bethulah, un término que según el consenso general significa virgen. Después en el verso 43 se dice que ella es una almah. Por consiguien- te, la palabra hebrea almah puede significar virgen.3 Los traductores de la Septuaginta tradujeron la palabra almah de Isa. 7:14 como parthenos, o sea, virgen. Ellos enten- dieron que el contexto de Isaías demanda una señal que no es muy usual. Demanda algo que se puede comparar con la expre- sión “profundo como el Seol o alto como los cielos” (Isa. 7:11). No es extraño que una mujer joven conciba y dé a luz; pero lo que Isaías predice si está fuera de lo común, el predice el nacimiento virginal. El Nuevo Testamento usa la Palabra part- henos (virgen) al referirse a María tres ve- ces: Mat. 1:23 y dos veces en Lucas 1:27. Además, existen frases bastante descriptivas 3 La palabra Ugarítica, “almah” puede también referirse a una virgen. Vea el Ugartic Handbook de Cyrus H. Gordon, (Roma: Instituto Bíblico pontificio, 1965) 183.
  • 102. No Solo de Pan 92 que dejan al lector objetivo sin ninguna du- da en cuanto al significado de parthenos. Estas son lo suficientemente claras de mane- ra que no podemos pasarlas por alto: ... antes que se juntasen... [Mat. 1:18]. Pero no tuvo relaciones conyugales con ella. ..[Mat. 1:25NVI]. “Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón.” [Lucas 1:34]. La negación del nacimiento virginal no es un error honesto de interpretación sino una negación de una doctrina Bíblica clara y reiterada. 2. La Importancia del Nacimiento Virginal Quizás algunos desatentos pudieran clasifi- car el nacimiento virginal como una doctrina secundaria. La verdad es que el nacimiento virginal es inseparable de las doctrinas prin- cipales de la Cristología. Si se niega el na- cimiento virginal, también debe negarse la deidad de Cristo, ya que El no sería diferen- te a cualquier ser humano. Sin el nacimiento virginal, sin el “cubrimiento de la sombra” o sea la concepción mediante el Espíritu San- to, sería imposible apoyar la impecabilidad de Cristo. Estos dos principios a su vez afec- tarían la doctrina de la expiación de Cristo. Si El no fuera Dios, El no tendría la capaci- dad de morir por toda la humanidad o de cargar con el castigo eterno en unas cuantas horas. Si él no estuviera sin pecado, El no hubiera podido calificar para ser el Salva- dor. El nacimiento virginal es clasificado apropiadamente como uno de los fundamen- tos de la fe. III. La Deidad de Cristo La marca principal de un culto es que niega la Deidad de Cristo lo cual es increíble es- pecialmente cuando consideramos la evi- dencia Bíblica tan extensa que apoya esta verdad. A. A Cristo se le Llama “Dios” Directamen- te en los Textos Bíblicos. A Cristo se le llama Dios u otros términos que indican Deidad directamente, en mu- chos textos (vea Isa. 7:14; Sal. 110:1; Jer. 23:5-6; Mat. 1:23; Juan 5:18; 8:58; 10:30; 14:9; Hechos 16:31-34; Rom. 9:5; 2 Cor. 4:4; Fil. 2:5-8; Col. 1:15a; Heb. 3:4 se en- tiende por el contexto; 2 Pedro 1:1; 2:20). Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. [Isa. 9:6]. En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. [Juan 1:1]. A Dios nadie le vio jamás; el unigé- nito Hijo, que está en el seno del Pa- dre, él le ha dado a conocer. [Juan 1:18]. Entonces Tomás respondió y le dijo: “¡Señor mío, y Dios mío!” [Juan 20:28]. “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.” [Hechos 20:28]. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad [Col. 2: 9]. Aguardando la esperanza bienaven- turada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesu- cristo, [Tito 2:13]. El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma [en Grie- go, carácter, tal como sucede en una máquina de escribir en donde se im- prime el mismo tipo exacto que está en el teclado] de su sustancia...
  • 103. Cristología: La Doctrina de Cristo 93 [Heb. 1:3]. Mas del Hijo dice: “Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro de equidad es el cetro de tu reino” [Heb. 1:8]. Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna [1 Juan 5:20]. B. El Dios del Antiguo Testamento Equiva- le al Cristo del Nuevo Testamento En varias ocasiones el Dios del Antiguo Tes- tamento es equiparado con Jesucristo del Nuevo Testamento.4 1. Isa. 40:3/Lucas 1:76 Voz que clama en el desierto: Prepa- rad camino a Jehová; enderezad cal- zada en la soledad a nuestro Dios...” “Y tú, niño, profeta del Altísimo serás llamado; Porque irás delante de la presencia del Señor, para prepa- rar sus caminos.” Cuando Juan el Bautista preparó los corazo- nes para Jesús, el estaba anunciando la ve- nida de Dios. 2. Sal. 102:24-28/Heb. 1:8a, 10-12 Dije: Dios mío, no me cortes en la mitad de mis días; Por generación de generaciones son tus años. Desde el principio tú fundaste la tierra, Y los cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán, mas tú permanecerás; Y todos ellos como una vestidura se envejecerán; Como un vestido los mudarás, y serán mudados; Pero tú eres el mismo, Y tus años no se aca- 4 Existe otro pasaje paralelo entre Jer. 23:1-6, Jer. 33:15-16 y 1 Cor. 1:30 donde al SEÑOR del An- tiguo Testamento y al Cristo del Nuevo Testa- mento se les llama “justicia”. barán. Los hijos de tus siervos habi- tarán seguros, Y su descendencia será establecida delante de ti. Mas del Hijo dice: ... Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán, mas tú permaneces; Y todos ellos se envejecerán como una vestidura, y como un vestido los envolverás, y serán mudados; Pero tú eres el mismo, y tus años no aca- barán 3. Zac. 12:10/ Ap. 1:7 “Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mi- rarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.” He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspa- saron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él [Jesucristo]. Sí, amén. 4. Sal. 68:17-18/Ef. 4:7-8 Los carros de Dios se cuentan por veintenas de millares de millares; El Señor viene del Sinaí a su santuario. Subiste a lo alto, cautivaste la cauti- vidad, tomaste dones para los hom- bres, y también para los rebeldes, pa- ra que habite entre ellos JAH Dios. Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo. Por lo cual dice: Su- biendo a lo alto, llevó cautiva la cau- tividad, Y dio dones a los hombres. 5. Isa. 8:13-14/1 Pedro 2:7-8 “A Jehová de los ejércitos, a él san- tificad; sea él vuestro temor, y él sea vuestro miedo. Entonces él será por santuario; pero a las dos casas de Is-
  • 104. No Solo de Pan 94 rael, por piedra para tropezar, y por tropezadero para caer... En Isaías, la roca es el Señor de los ejér- citos. Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no cre- en, La piedra que los edificadores desecharon, Ha venido a ser la cabe- za del ángulo; y: Piedra de tropiezo, y roca que hace caer... En 1 de Pedro, la roca es Cristo. 6. Isa. 6:1, 3/Juan 12:41-42 En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo.... Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tie- rra está llena de su gloria. Isaías dijo esto cuando vio su gloria, y habló acerca de él. Con todo eso, aun de los gobernantes, muchos cre- yeron en él; pero a causa de los fari- seos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga 7. Joel 3:1-2/Mat. 25:31-32 “Porque he aquí que en aquellos días... reuniré [Dios] a todas las naciones...” “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ánge- les con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas de- lante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los ca- britos. 8. Isa. 44:6/Rev. 22:13 “...Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios” (Vea también Isa. 41:4 y 48:12.) “Yo soy el Alfa y la Omega, el prin- cipio y el fin, el primero y el últi- mo.” (Vea también Ap. 1:8, 17.) C. El Ángel del SEÑOR del Antiguo Testamento era Dios y era Cristo Cristo declaró que ningún hombre había visto a Dios el Padre (Juan 1:18, 6:46).5 Sin Embargo, existen muchas Teofanías (apari- ciones de Dios) en el Antiguo Testamento (Gén. 16:13; 18:1; 31:13; 32:30; Ex. 3:6; Jue. 2:1; 6:14-16; 13:22).6 Tal parece que todas las teofanías del Antiguo Testamento (incluyendo las del Angel del Señor) eran manifestaciones de Cristo. Este hecho esta- blece indirectamente que Cristo es Dios. D. Cristo Como el Señor del Sábado Debido al lugar tan prominente que tuvo el sábado bajo el sistema del Antiguo Testa- mento, el titulo “Señor del Sábado” es un título bastante impresionante. El reclamo de tener autoridad sobre el Sábado es un recla- mo a tener la autoridad misma de Dios (vea también Mat. 12:8; Lucas 6:5). Por tanto, el Hijo del Hombre es Se- ñor aun del día de reposo. [Marcos 2:28]. E. Cristo Hace las Obras de Dios 1. Cristo como Creador de todas las Cosas Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza... [Gén. 1:26]. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. [Juan 1:3]. Porque en él fueron creadas todas las 5 Vea también los versículos del pie de la nota 2 6 Vea también los versículos del pie de la nota 1. Algunas teofanías del Antiguo Testamento no usan el nombre Angel del Señor. A esto se debe- que hayamos enlistado aquí algunos versículos adicionales (ej., Gén. 18:1).
  • 105. Cristología: La Doctrina de Cristo 95 cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisi- bles; sean tronos, sean dominios, se- an principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. [Col. 1:16]. Más del Hijo dice... Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos. [Heb. 1:8a, 10]. 2. Cristo el Preservador de Todas las Cosas Y él es antes de todas las cosas, y to- das las cosas en él subsisten; [Col. 1:17]. El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sus- tancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder... [Heb. 1:3]. 3. Cristo el Autor de la Vida En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. [Juan 1:4]. “Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo” [Juan 5:26]. Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. [Juan 11:25]. Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Pa- dre, sino por mí. [Juan 14:6]. Y matasteis al Autor de la vida, a quien Dios ha resucitado de los muertos, de lo cual nosotros somos testigos. [Hechos 3:15]. Porque así como en Adán todos mue- ren, también en Cristo todos serán vivificados. [1 Cor. 15:22]. 4. Cristo el Juez de Toda la Tierra Note que Dios es el Juez en Gén. 18:25 y Sal. 9:7-8, pero todo juicio ha sido dado al Hijo. Por lo tanto el Hijo debe ser Dios. Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ánge- les con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas de- lante de él todas las naciones... [Mat. 25:31-32]. Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, [Juan 5:22]. Por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justi- cia, por aquel varón a quien de- signó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos. [Hechos 17:31]. Y a vosotros que sois atribulados, da- ros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribu- ción a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo;[2 Tes.1:7-8]. 5. Cristo Perdona el Pecado Al ver él la fe de ellos, le dijo: Hom- bre, tus pecados te son perdonados. Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a cavilar, diciendo: ¿Quién es éste que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios? Jesús entonces, co- nociendo los pensamientos de ellos, respondiendo les dijo: ¿Qué caviláis en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados te son per- donados, o decir: Levántate y anda? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados... [Lucas 5:20-24]. Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y
  • 106. No Solo de Pan 96 no me diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos. No me diste beso; mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies. No ungiste mi cabeza con acei- te; mas ésta ha ungido con perfume mis pies. Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama. Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados. Y los que estaban jun- tamente sentados a la mesa, comen- zaron a decir entre sí: ¿Quién es éste, que también perdona peca- dos? [Lucas 7:44-49]. (Vea también Mat. 9:1-6; Marcos 2:5 y ss.) F. Cristo Posee los Atributos de Dios 1. Cristo es Eterno y Auto existente Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad. [Mi- queas 5:2]. En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. [Juan 1:1]. Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy. [Juan 8:58]. Yo soy el Alfa y la Omega, el prin- cipio y el fin, el primero y el últi- mo. [Ap. 22:13]. (Vea también Isa. 9:6; Juan 5:26.) 2. Cristo es Inmutable Mas del Hijo dice:...Pero tú eres el mismo, Y tus años no acabarán. [Heb. 1:8a, 12b]. Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos [Heb. 13:8]. 3. Cristo es Omnipresente Porque donde están dos o tres con- gregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. [Mat. 18:20]. Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. [Mat. 28:20]. Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y hare- mos morada con él. [Juan 14:23]. Aquel que todo lo llena en todo [Ef. 1:23]. (Vea Heb.13:5b.) 4. Cristo es Omnisciente Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, [Juan 2:24]. Ahora entendemos que sabes todas las cosas... [Juan 16:30]. ...y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; [Juan 21:17]. (Vea Mat. 12:25; Marcos 2:8; 9:34; Lucas 5:22; 6:8; 7:39ff.; 9:47; 11:17; Juan 1:47- 48; 4:17-19 que relatan las habilidades de Cristo para leer el pensamiento.) 5. Cristo es Omnipotente Y Jesús se acercó y les habló dicien- do: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. [Mat. 28:18]. Como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. [Juan 17:2]. Sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nom- bre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; [Ef. 1:21].
  • 107. Cristología: La Doctrina de Cristo 97 El cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede tam- bién sujetar a sí mismo todas las cosas. [Fil. 3:21]. Y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad. [Col. 2:10]. El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sus- tancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder... [Heb. 1:3]. Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopode- roso. [Ap.1:8; vea también Ap. 1:17 y 22:13 para identificar a Jesús como el sujeto de Ap. 1:8]. G. Cristo Aceptó Adoración Aunque El Enseñó que solo Dios debería ser Adorado Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. [Mat. 4:10]. Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios. [Mat. 14:33]. Oyó Jesús que le habían expulsado; y hallándole, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios? Respondió él y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él? Le dijo Jesús: Pues le has visto, y el que habla contigo, él es. Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró. [Juan 9:35- 38]. Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! [Juan 20:28]. (Vea también Ex. 34:14; Isa. 42:8.) H. Las fórmulas trinitarias que relacionan a Cristo con el Triuno Dios apoyan la Deidad de Cristo. (Estas las enlistamos en el Capítu- lo Dos, “Teología Propia: La Doctrina de Dios”, pág.20.)7 7 Algunos cultos hacen mal uso de los términos “primogénito” (Rom. 8:29; Col. 1:15, 18; Heb. 1:6; Ap. 1:5) y “unigénito” (Juan 1:14, 18; 3:16, 18; 1 Juan 4:9) para enseñar que Cristo fue el primero de los seres creados. No existe argumento en cuanto a que la pala- bra “primogénito” pueda referirse a nacimiento. Esto sucede en Mat. 1:25 (en algunos manuscri- tos) y Lucas 2:7. Sin embargo, en algunos con- textos la palabra tiene muy poco o nada que ver con nacimiento u origen. Significa “supremo, principal, honorable.” La palabra hebrea que se traduce primogénito se usa en Job 18:13, “el primogénito de los muertos,” e Isa. 14:30, “el primogénito de los pobres,” (vea las notas al margen de la Biblia de las Américas). En cada caso la idea del tiempo de nacimiento se ha eli- minado por la idea de supremacía ya que en el pensamiento hebreo “primogénito” denota la idea de supremacía en cuanto al asunto de la herencia. En Job 18:13, “el primogénito de la muerte” significa “la más mortífera de las enfermedades” y en Isa. 14:30, “los primogénitos de los pobres” significa el más pobres. En la LXX prototokos, que por cierto es la misma palabra que se usa acerca de Cristo en el Nuevo Testamento, a veces enfatiza una posición que tiene muy poco o nada que ver con origen. Israel es el “primogénito” de las naciones aunque no fue la primera nación hablando en términos de tiempo u origen. Este término significa que Israel tiene supremacía sobre las otras naciones (Ex. 4:22; Jer. 31:9; 38:9 en la LXX). Deut 21:16 habla de la posibilidad teórica de hacer que un hijo que ha nacido en segundo lugar sea el “primogénito” en cuanto a rango se refiere. También, Sal. 89:27 (88:27 en la LXX) enseña que Dios va a hacer de David (y su descendencia) su primogénito. Esto se refiere al rango supremo de David y no tiene nada que ver con el tiempo de nacimiento u origen. Algunas traducciones de la LXX usan el título primogéni- to en la frase “caudillo de los treinta” al referirse a los hombres valientes de David (1 Crón. 11:11). Los usos no bíblicos de la palabra arrojan también luz a la gama de significados de la mis- ma. En 4 Esdras 6:58, a Israel se le llama “mi primogénito, único, elegido y amado.” Aquí también, la palabra prototokos se refiere a rango,
  • 108. No Solo de Pan 98 posición y supremacía. El Rabí Bechai escribió, “Dios es el primogénito del mundo” [vea J. B. Lightfoot, Las Epístolas de San Pablo a los Co- losenses y a Filemón. Ed. rev. (Grand Rapids: Zondervan, 1977) págs. 146-47]. Esto significa que Dios es supremo, de ninguna manera signifi- ca que Dios es nacido. Los padres de la iglesia primitiva le llamaron al hereje Marcion “el pri- mogénito de Satanás.” Lo cual significa que el era uno de los principales obreros satánicos y no tiene nada que ver con nacimiento. (Policarpo, citado por Ireneo, Contra Herejías, 3:3:4. Para finalizar, a los hijos adoptivos también se les puede llamar primogénitos. El Diccionario Te- ológico del Nuevo Testamento cita un antiguo documento de adopción que dice “a fin de que sea tu hijo genuino y primogénito como el que es engendrado de tu propia sangre.” Vea el Diccio- nario Teológico del Nuevo Testamento de Wil- helm Michaelis, editado por Gerhard Kittel y Gerhard Friedrich, traducido por Geoffrey Bro- miley, (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Publis- hing Co., 1968), VI 872. (Traducción del griego original de este autor) Todas estas referencias establecen que “primogénito” tiene una gama de significados la cual incluye las ideas de ser su- premo sin ninguna referencia al nacimiento. En el contexto de Col. 1:15, el vs. 16 nos de- clara la razón tras la declaración del vs. 15. El verso 16 declara, “Porque en él fueron creadas todas las cosas.” Cristo es el primogénito porque El creó todas las cosas. En este contexto el signi- ficado de supremo encaja muy bien. Sin embar- go, la idea de que El es el primer ser creado se excluye ya que El es creador de todas las cosas. Col. 1:15 enseña que Cristo es supremo sobre toda la creación. De ninguna manera está ense- ñando que El tuvo un origen en el tiempo. De la misma manera, la descripción de “unigénito” no deberá tomarse para enseñar que Cristo tuvo un origen en el tiempo. Este término (monogenes) no se refiere necesariamente a nacimiento u ori- gen. Al igual que sucede con “primogénito” este término se refiere a una posición exaltada. En Heb. 11:17 a Isaac se le llama el unigénito hijo de Abraham. Sin embargo, Abraham también fue el padre de Ismael (Gén. 16:16) y por lo me- nos otros seis hijos (Gen. 25:1-2). Por lo que, Isaac era un “unigénito” no en el sentido de el único que le nació sino en el sentido de su posi- ción especial y prioridad. Cristo es el unigénito del Padre no en el sentido de que El tiene un IV.La Humanidad de Cristo A. Declaraciones Acerca de la Humanidad de Cristo. (Vea las secciones II.A. y B., 89-90, de este capítulo que trata de la Encarnación y el nacimiento virginal.) B. La Humanidad de Cristo 1. El creció de la infancia a la edad adulta (Lucas 2:40, 52). 2. El experimentó el hambre humana y comió alimentos (Mat. 4:2; Marcos 11:12; Lucas 22:19 y ss.; 24:30; Juan 21:12 y ss.). 3. Cristo Estuvo Cansado (Mat. 8:24; Mar- cos 4:38; Juan 4:6). 4. El lloró (Mat. 23:37; Juan 11:35). 5. El se Apareció Como un Hombre Ordi- nario (Isa. 53:2 y ss.; Juan 4:9; Fil. 2:7-8). 6. El Tuvo un Cuerpo (Juan 1:14), Alma (Mat. 26:38), y Espíritu (Lucas 23:46). 7. El Sufrimiento, la Sangre y la Muerte Establecieron Su Humanidad (Mat. 26:26- 29). C. El Significado de La Kenosis nacimiento o un origen en el tiempo. El es el Hijo especial del Padre. Existe también algo de dudas en cuanto a que si la palabra monogenes se deriva de mono (solo) y gennao (ser nacido). Se entendería mejor si mono (solo) y gen (que es la raíz del segundo aoristo de ginomai “ser”). Nótese que existen dos n en gennao pero solo una n tanto en la raíz gen como en la palabra monogenes. La traduc- ción resultante sería “el único, el único hijo de Su clase,” y así sucesivamente. La NVI en Inglés parece favorecer esta derivación alternativa (vea Juan 1:14, 18; 3:16, 18; 1 Juan 4:9 en Inglés). Juan deseaba que nosotros conociéramos que Cristo es el Hijo de Dios en un sentido único diferente al significado que entendemos cuando se nos llama a los creyentes hijos de Dios (Juan 1:12; 1 Juan 5:1). La manera en que Pablo hace esta misma distinción es cuando compara a los creyentes con los hijos adoptados (Rom. 8:15; Gál. 4:5-6).
  • 109. Cristología: La Doctrina de Cristo 99 El término griego kenosis viene del verbo kenao de Fil. 2:7. Significa vaciarse o des- pojarse de algo. Algunos debaten que Cristo al hacerse humano se despojó de Su deidad. Tal interpretación errónea no es apoyada ni por el contexto ni por otras declaraciones de la naturaleza de Cristo. La inmutabilidad es un atributo de Dios (Mal. 3:6; Santiago1:17). Siendo Dios, Je- sucristo no puede cambiar en Sus atributos (Heb. 1:8-12; 13:8). Por lo que, es imposible que Fil. 2:7 enseñe que Cristo se despojó de sus atributos divinos. En su contexto, la interpretación más senci- lla de Fil. 2:7 es que Cristo se despojó de sus propios intereses legítimos con el fin de hacerse humano. Varios textos enseñan acerca de la humildad de Cristo (Mat. 11:29; Juan 13:3 y ss.). Otra interpretación posible es que Cristo dejó a un lado su gloria visible y/o el uso independiente de Sus atributos divinos. Ya que le fue dado el atributo de la inmutabilidad, entonces concluimos que Cristo se hizo hombre sin dejar de ser Dios. D. La Perpetuidad de la Humanidad de Cristo Es falso que Cristo dejara de ser humano al ascender a los cielos. Toda la evidencia de las Escrituras nos dirige a la conclusión que Cristo es y será humano por toda la eterni- dad. 1. En sus apariciones después de la resu- rrección Cristo era humano (Mat. 28:9; Lu- cas 24:39; Juan 20:14-15). 2. En Su ascensión y en las visiones poste- riores, Cristo aparece como humano. El regresará “de la misma manera” que El par- tió (Hechos 1:11; note las frases Hijo del Hombre en Hechos 7:56 y como el Hijo del Hombre en Ap. 1:13). 3. Como Cristo es nuestro sumo sacerdote entonces El debe ser humano todavía (Rom. 8:34; Heb. 3:1; 4:14-16; 7:23 y ss.; 9:24 y ss.). 4. Cristo regresará como el “Hijo de Da- vid” y el “Hijo del Hombre.” Todo ojo verá al que fue traspasado (2 Sam. 7:12-16; Sal. 89:2-4; 132:11; Isa. 9:6,7; Jer. 23:5-6; Dan. 7:13,14; Zac. 12:10; Mat. 24:30; 25:31, 26:64; y Ap. 1:7). 5. Los Creyentes serán como Cristo en el arrebatamiento. Por lo tanto, El es todavía humano (Rom. 8:29; 1 Cor. 15:49; Fil. 3:21; 1 Juan 3:2). V. La Tentación de Cristo Hay un pleno acuerdo entre los creyentes Bíblicos en el hecho de que Cristo fue tenta- do (Mat. 4:1 y ss.; Marcos 1:12 y ss.; Lucas 4:1 y ss.; Heb. 2:18; 4:15) y que venció toda tentación en Su perfección sin pecado (2 Cor. 5:21; Heb. 4:15; 1 Pedro. 2:22). La Tentación fue dirigida contra Su naturaleza humana solamente ya que Dios no puede ser tentado con el mal (Santiago 1:13). Cristo fue concebido por el Espíritu Santo y no poseía una naturaleza pecaminosa en su humanidad. Por lo que surge el asunto de si el Señor pudo haber pecado. ¿Era el Pecable o Impecable?8 ¿Era Su tentación una tenta- ción real? A menos que hagamos una separación entre las dos naturalezas (la humana y la divina), parece ser que Su deidad demanda que con- sideremos la totalidad de su persona como impecable.9 Dios no puede pecar ni ser ten- tado al pecado. La posibilidad, sin embargo, de una tenta- ción genuina es apoyada si nos hacemos el planteamiento de que Su naturaleza humana puede ser completamente abandonada por Su naturaleza divina, entonces se tiene una susceptibilidad a pecar. Por lo tanto El tuvo una naturaleza pecable (su naturaleza huma- 8 Pecable significa capaz de pecar. Impecable significa incapaz de pecar. 9 Cristo el mediador entre Dios y el hombre (1 Tim. 2:5) es el Dios-hombre. El término teológi- co que define la unión de sus dos naturalezas en una sola persona es la “unión hipostática”.
  • 110. No Solo de Pan 100 na), lo cual hizo que la tentación fuera real, pero El fue impecable en la totalidad de Su persona. El Hecho de que una persona im- pecable pueda enfrentarse a la tentación no es más extraño que el hecho de que un ejér- cito invencible pueda ser asaltado. Una vari- ta aislada puede ser susceptible a doblarse o romperse. Pero cuando atamos muchas de ellas en un manojo, nadie puede romperla. Un pedazo de papel puede ser roto, pero cuando este pedazo de papel se une a varios cientos de hojas como en el caso de un libro de directorio telefónico, este no se puede romper. De la misma manera, la naturaleza humana de Cristo fue capaz de ser tentada pero sus dos naturalezas unidas en una per- sona fueron incapaces de pecar. Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para so- correr a los que son tentados. [Heb. 2:18]. Porque no tenemos un sumo sacerdo- te que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. [Heb. 4:15]. VI. Nombres Mayores Un estudio completo de los nombres de Cristo haría este estudio demasiado extenso. Sin embargo hemos de definir los nombres mayores del Señor. A. Señor El título Señor proviene del griego (kurios). Tiene una gama de significados que van desde el simple “señor” (Juan 4:11 y ss.; 20:15) hasta la referencia de la deidad (Mat. 4:10; Ap. 1:8). En muchas ocasiones a Jesús del Nuevo Testamento se le asocia con el SEÑOR del Antiguo Testamento (vea III.B. de este capítulo) para asegurarnos de que Señor debe entenderse como un título que se atribuye a la deidad cuando se usa para el nombre de Cristo. B. Jesús El nombre Jesús tiene implicaciones huma- nas y divinas. El nombre griego (Iesous) es una forma del hebreo Yeshua (Joshua). El significado original es “Yahvé salva” o “la salvación es de Yahvé.” De una manera indi- recta, esto se refiere a Cristo quien es el Dios que salva. Y sin embargo, fundamen- talmente Jesús es el nombre humano de Cristo. C. Cristo Xristós es el equivalente griego de la palabra hebrea Mesías y significa “ungido.” En el Antiguo Testamento, el título Mesías fue usado con frecuencia para referirse a los sacerdotes y reyes que eran ungidos (ej. Lev. 4:3, 5, 16; 1 Sam. 16:6; 2 Sam. 23:1). La referencia al Mesías de Dan. 9:25-26 y Sal. 2:2 fue la causa de que este título de usara de manera limitada para designar al ungido principal de Dios. En los tiempos del Nuevo Testamento, Xristós, “ungido,” fue el título del ungido liberador quien fue prometido claramente en el Antiguo Testa- mento. D. Hijo de Dios Este título de ninguna manera significa que Dios contrajo matrimonio y engendró un hijo con su esposa. Los israelitas usaron comúnmente la figura hijo de para atribuir a un hijo las características de alguien. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento están repletos de ejemplos: • Deut. 25:2 – “Hijos de azote” lo cual significa un delincuente merecedor de azotes • 2 Sam. 13:28 – “Hijos de valor” que significa valor • Job 41:34 – “Hijos de orgullo” que sig- nifica personas orgullosas • Jer. 48:45 – “Hijos de tumulto” lo cual significa gente involucrada en rebeldía. • Marcos 3:17 – “Hijos del trueno” que significa con disposición iracunda.
  • 111. Cristología: La Doctrina de Cristo 101 • Hechos 4:36 – “un hijo de consolación” que significa alguien que ofrece consue- lo. Cuando a Cristo se le llama Hijo de Dios, se está afirmando que El tiene las carac- terísticas de Dios. Las autoridades judías entendieron plenamente lo que implicaba el título “Hijo de Dios.” Por esto los judíos aun más procura- ban matarle, porque no sólo quebran- taba el día de reposo, sino que tam- bién decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios. [Juan 5:18]. E. Hijo del Hombre Este es el título favorito de Cristo al referir- se a Sí mismo. Aunque el nombre recalca Su humanidad, el énfasis de la frase se encuen- tra en otros lugares. El “Hijo del Hombre” de Dan. 7:13-14 es el rey venidero cuyo reino es universal y eterno. Este significado es la intención principal de Cristo al usar el título “Hijo del Hombre” (vea Mat. 24:30; 25:31; 26:64; Juan 1:51). Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido. [Dan. 7:13-14]. F. El Verbo, o Verbo de Dios 1:1, 14; Ap. 19:13) Existen varias fuentes de las cuales Juan pudo haber tomado este título. Sin importar la derivación exacta, Juan está resuelto a enseñar que Jesucristo es la expresión exter- na y la revelación de la mente interior y el pensamiento de Dios. G. Salvador (Tito 2:13; Fil. 3:20) La palabra salvación se estudia por separado en el Capítulo 9, “Soteriología.” Llamar a Cristo Salvador significa que El es el libe- rador de la paga y del poder del pecado. Eventualmente, El salvará a los creyentes de la presencia misma del pecado. H. El Cordero de Dios (Juan 1:29; 1 Pedro. 1:18-19; Ap. 5:6 y ss.) En base a la práctica del sacrificio de san- gre expiatorio del Antiguo Testamento, El Nuevo Testamento le llama a Cristo “el Cordero.” I. Maestro (Juan 13:13) Proveniente de la palabra griega didáskalos traducida correctamente en español como “maestro.” Un maestro es alguien que domi- na el arte de enseñar y Cristo fue el mejor ejemplo de ello. VII. Las Mayores Obras y Oficios de Cristo A. El es Profeta Cristo es el cumplimiento de la predicción del Antiguo Testamento de un Gran Profeta (Dt. 18:15; Juan 1:21, 45; 6:14; Hechos 3:22; 7:37). Jesús fue el máximo profeta que dio explicación a los hombres acerca de Dios (Juan 1:18; Heb. 1:1-2; Ap. l: l, 19:10). El profetizó mientras estaba en la tierra (ej. Mateo capítulos 13, 24, y 25) y continuó su obra profética después de Su ascensión por medio del Espíritu Santo (Juan 16:13). Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Je- hová tu Dios; a él oiréis; [Deut. 18:15]. Dios, habiendo hablado muchas ve- ces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profe- tas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien consti- tuyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; [Heb. 1:1-2].
  • 112. No Solo de Pan 102 B. El es Sacerdote Sal.110:4 predijo que el hijo mayor de Da- vid sería un sacerdote no de la tribu y orden de Leví sino de Melquisedec. Siendo nues- tro Sumo Sacerdote, El era el sacrificio y el sacrificador que ofreció un sacrificio una vez por todas que no era necesario repetir (1 Cor. 15:3-4; Heb. 1:3; 7:27; 9:12, 28; 10:10- 14, 18; 1 Pedro 3:18). También relacionada con Su obra de Sumo Sacerdote están sus funciones de intercesor (Rom. 8:34; Heb. 7:25) y mediador (1 Tim. 2:5). El ministerio intercesor de Cristo estaba en operación aun antes de ir a la cruz (Lucas 22:32; Juan 17). Cristo es sumo sacerdote para siempre (Sal. 110:4; Heb. 5:6, 9-10; 7:16-17, 23-25).10 Todos los Creyentes en Cristo también son sacerdotes (1 Pedro 2:5, 9; Ap. 1:6; 5:10; 20:6). Por lo tanto, tenemos sacrificios que ofrecer: nuestros cuerpos (Rom. 12:1,2), alabanza (Heb. 13:15), y riqueza material (Fil. 4:18). Como sacerdotes también tene- mos acceso sacerdotal con Dios por medio de la oración sin necesidad de pasar por ningún mediador humano (Juan 14:13-14; 16:24; Ef. 2:18; Heb. 4:16; 10:19-22). Juró Jehová, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre Según el orden de Melquisedec [Sal.110:4]. ... vino a ser autor de eterna salva- ción para todos los que le obede- cen; y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melqui- sedec. [Heb. 5:9-10]. C. El es Rey Cristo es la cabeza de un reino espiritual en 10 Ya que la función de Cristo como Sacerdote es eterna, esto muestra que su humanidad también es perpetua. Esto también tiene relación con la doctrina de la seguridad eterna. Ya que El es siempre nuestro Sacerdote, El siempre intercede y Su sangre siempre hace expiación (vea Heb. 7:25). el mundo actual, ej. La Iglesia (Rom. 14:17; 1 Cor. 4:20; Col. 1:13; 4:11). Sin embargo, El será el monarca de un reino político a nivel mundial cuando El regrese otra vez para tomar la autoridad sobre el trono de David en Jerusalén (2 Sam. 7:12-16; Salmos 2, 45, 72, 89; Isa. 9:6-7; 33:22; Jer. 23:5- 6; 33:22; Dan. 7:13-14; Miqueas 5:2; Zac. 9:9; 14:9; Mat. 2:2; Lucas 1:32-33; Juan 1:49; Rom.11:26; 1 Cor. 15:25; Ap. 1:5-6; 17:14; 19:16). Porque Jehová es nuestro juez, Je- hová es nuestro legislador, Jehová es nuestro Rey; él mismo nos salvará. [Isa. 33:22]. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y rei- nará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin [Lucas 1:32-33]. D. Otros Oficios, Obras y Títulos • El Postrer Adán (1 Cor. 15:21 y ss.) • La cabeza de una nueva creación (2 Cor. 5:17) • La cabeza del cuerpo (1 Cor. 12:12 y ss.; Ef. 4:15,16) • El Gran Pastor de las Ovejas (Juan 10:11 y ss.; Heb. 13:20; 1 Pedro 5:4) • La Vid y los Pámpanos (Juan 15) • La Piedra Angular del edificio (Mat. 21:42; 1 Cor. 3:11; Ef. 2:20; 1 Pedro 2:5 y ss.) • El Marido de la novia (Ef. 5:22 y ss.) E. Cristo como el Cumplidor de la Ley Cristo vino para cumplir la ley (Mat. 5:17). El obedeció la Ley en su totalidad (2 Cor. 5:21; Heb. 4:15; 1 Pedro 2:22). Su rectitud perfecta se ha acreditado a la cuenta de to- dos los que creen en El (2 Cor. 5:21). Así que, la función de Cristo como el que da cumplimiento a la Ley no es una función
  • 113. Cristología: La Doctrina de Cristo 103 que no tenga su importancia para los creyen- tes. Rom. 5:10 enseña que, “seremos salvos por su vida.” Ya que Cristo es eternamente y totalmente justo y ya que somos salvos me- diante Su justicia y no la nuestra, los creyen- tes tenemos salvación eterna y completa. F. Las Obras de la Muerte de Cristo A la obra expiatoria se le considera mayor- mente en el Capítulo 9, “Soteriología: La Doctrina de la Salvación.” G. La Resurrección 1. Los Acontecimientos Bíblicos de la Re- surrección Los Evangelios enseñan claramente la resu- rrección corporal de Jesucristo (Mat. 28:5 y ss.; Marcos 16:6 y ss.; Lucas 24:1 y ss.; Juan 20-21). Hubo apariciones después de la resurrección a María y a las otras mujeres que regresaban de la tumba, a Pedro, a los discípulos en el camino a Emaús, a los discípulos con excepción de Tomás, a los discípulos estando Tomás presente, a los siete en el mar de Galilea, a Santiago y a más de 500 hermanos a la misma vez (vea 1 Cor. 15:1-8).11 11 La evidencia histórica de la resurrección le corresponde más al tema de las Evidencias Cris- tianas que a la doctrina. De manera breve, consi- dera que la tumba debería haber estado vacía en el primer domingo de resurrección o de otra ma- nera Sus enemigos la hubieran convertido en una exhibición con el fin de suprimir los reclamos de una resurrección, lo cual hubiera sucedido si ellos hubieran encontrado el cuerpo muerto de Jesús. ¿Cómo es que la tumba llegó a estar vac- ía? La lógica descarta todas las opciones excepto una, la resurrección. Si los discípulos hubieran ido a la tumba incorrecta o si ellos solo estuvie- ran alucinando, entonces el cuerpo todavía estu- viera en la tumba correcta y hubiera sido encon- trado. La acusación de que los discípulos se robaron el cuerpo era una mentira tan evidente tanto que Pilato nunca arrestó a nadie por robo de tumbas ya que no había ninguna evidencia. Pri- mero, los guardias en aquellos tiempos no se dormían en el servicio ya que existía la pena de No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. [Mat. 28:6]. 2. La Importancia de la Resurrección La Resurrección es uno de los principales postulados del Cristianismo (1 Cor. 15:14 y ss.). Fue un elemento principal en el mensa- je de la iglesia primitiva. Un examen de la palabra testigo en el libro de Hechos arro- jará como resultado que la iglesia primitiva estaba dando testimonio principalmente de la realidad de la resurrección (vea Hechos 2:32; 3:15; 5:30-32, etc.). a. La Resurrección Demostró la Deidad de Cristo (Rom. 1:4). Que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos... [Rom. 1:4]. muerte para aquellos soldados romanos que lo hacían. Los guardias Judíos que lo hacían eran castigados despojándoles de sus ropas y encen- diéndoles fuego (Ap. 16:15). En segundo lugar, las personas dormidas no son testigos de nada y no pueden hacer ninguna acusación de algún robo de tumbas. Tercero, nadie pudo haber re- movido la inmensa piedra y el cuerpo sin hacer algún tipo de ruido que haya despertado a los guardias. Era evidente que ni aun Pilato creyó las historias de los guardias. Otra objeción de la resurrección es la teoría de “la pérdida del sentido”, la cual declara que Jesús no murió en la cruz, sino que después recobró el sentido y las fuerzas y afirmo que había resucita- do. Sin embargo, los soldados de Pilato certifica- ron su muerte (Marcos 15:43-45; Juan 19:34). Vea también “La Muerte física de Jesucristo” de Edwards , Publicación de la sociedad Médica Americana Marzo 21, 1986, Vol. 255, No. 11; 1463: “…Las interpretaciones que se basan en la suposición de que Cristo no murió en la cruz son contrarias al conocimiento médico moderno.” La mejor explicación de la tumba vacía es la resurrección. Los discípulos eran hombres de ética que murieron declarando que Jesús había resucitado. No podemos pedir testigos más con- fiables que ellos o más evidencia que confirme un evento de la historia.
  • 114. No Solo de Pan 104 b. La resurrección comprobó que Dios es- taba satisfecho, que ya estaba asegurada una manera de justificación (Rom. 4:25). El cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación. [Rom. 4:25]. c. La resurrección de Cristo establece una base para la resurrección de los cuerpos de los creyentes (Juan 14:19; 1 Cor. 15:20). Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis [Juan 14:19]. Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. [1 Cor. 15:20]. d. La resurrección significa que Cristo Jesús está vivo con el fin de ser nuestro su- mo Sacerdote e intercesor (Heb. 7:25). Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. [Heb. 7:25]. e. La resurrección significa que los creyen- tes nunca pueden morir eternamente. Noso- tros compartimos Su vida y Su vida no tiene fin (Juan 11:25-26; Rom. 6:9-10). Sabiendo que Cristo, habiendo resu- citado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. [Rom. 6:9]. f. La resurrección significa que Cristo re- gresará otra vez (Hechos 1:11) y reinará como el Hijo del hombre sobre toda la humanidad (Isa. 9:6-7; Dan. 7:13-14; Lucas l:32-33). Los cuales también les dijeron: Va- rones galileos, ¿por qué estáis miran- do al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cie- lo [Hechos 1:11]. 3. La Naturaleza del Cuerpo de Resurrec- ción de Cristo. Ya que los creyentes tendremos un cuerpo glorificado semejante al de Jesucristo (1 Cor. 15:49; 1 Juan 3:2), es interesante que consideremos la naturaleza de Su cuerpo de resurrección. Estaba constituido de carne y hueso (Lucas 24:39). Y a pesar de eso, El se pudo trasladar con rapidez y las barreras físicas no fueron ningún estorbo (Juan 20:19,26). Su cuerpo de resurrección dis- frutó de alimentos (Lucas 24:30; Juan 21:12-13) y es glorioso (Fil. 3:21). H. La Ascensión, exaltación y el ministerio Actual de Cristo La Ascensión de Cristo a los cielos se regis- tra en Hechos 1:11 y ss. Antes de Su cruci- fixión Cristo oró para que le fuera restable- cida su gloria previa (Juan 17:1, 5). La Bi- blia enseña que Cristo está ahora a la diestra de Dios en la gloria (Hechos 7:56; Col. 3:1; Heb. 1:3; 8:1; 12:2). El no se encuentra de ningún modo inactivo. 1. Cristo es la Cabeza de la Iglesia (Ef. 1:20-23; Col. 2:10). La cual operó en Cristo, resucitándo- le de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestia- les, sobre todo principado y autori- dad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el veni- dero; y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo [Ef. 1:20- 23]. 2. El es Nuestro Sumo Sacerdote e Interce- sor (Rom. 8:34; Heb. 7:25). ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también
  • 115. Cristología: La Doctrina de Cristo 105 intercede por nosotros [Rom. 8:34]. 3. El es Nuestro Abogado, o sea, nuestro socorro y defensa contra las acusaciones de Satanás (1 Juan 2:1). Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. [1 Juan 2:1]. 4. El es el Otorgador de Dones Mediante el Espíritu Santo (Ef. 4:7). Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo. [Ef. 4:7]. I. La Obra de Cristo en Su Segunda Veni- da La obra futura de Cristo será estudiada con detalle en el Capítulo 12, “Escatología.”
  • 116. No Solo de Pan 106
  • 117. 107 Capítulo 9 SOTERIOLOGIA La Doctrina de la Salvación PARTE 1: SALVACION PROVISTA BOSQUEJO I. Un Estudio de la Palabra Salvación 108 A. Usos de la palabra Salvación 1. Salvar 2. Salvación 3. Salvador 4. Salvación B. El Significado de Salvación 1. En Contextos no Teológicos a. Liberación de la Enfermedad b. Liberación de los Demonios 109 c. Rescate de los Enemigos d. Liberación de la Muerte e. Rescate del Peligro 2. Contextos Teológicos a. Salvados del Pecado b. Salvados de la Ira, del Juicio, y de la Condenación c. Salvados de una Generación Perversa d. Salvados de un Estado Perdido e. Salvados de la Muerte f. Salvados de Perecer 110 C. El Tiempo de la Salvación 1. En el Pasado, Los Creyentes Sal- vados de la Paga del Pecado 2. En el Presente, Los Creyentes Sal- vados del Poder del Pecado 3. En el Futuro, Los Creyentes Salva- dos de la Presencia del Pecado y de Toda Ira D. Resumen II. Expiación Substitutiva (Vicaria) A. Teoría de la Expiación Accidental B. Teoría de la Expiación del Ejemplo C. Teoría de la Expiación de la In- fluencia Moral 111 D. Teoría de la Expiación Gubernamental E. Defensa de la Teoría de la Expiación Substitutiva 1. La Palabra Anti 112 2. La Palabra Huper 3. El Establecimiento del Punto de Vista Sustitutivo con otros argu- mentos aparte de Anti y Huper 114 4. Conclusión Sobre la Expiación Substitutiva III. Redención: El Aspecto de la Expiación dirigido hacia el Pecado A. Agorazo 115 1. Uso Secular 2. Uso Bíblico 3. Conclusión B. Exagorazo 1. Uso Secular 2. Uso Bíblico 116 C. Lutrao 1. Uso Secular 2. Uso Bíblico D. Lutron 1. Uso Secular 2. Uso Bíblico E. Lutrosis F. Apolutrosis 118 1. Uso Secular 2. Uso Bíblico G. Resumen y Conclusiones en Cuanto a la Redención 119 1. ¿A Quien se le Pagó el Precio de la Redención? 2. La Redención el Aspecto de la Ex- piación Dirigido hacia el Pecado 3. Diferencias Sutiles entre los Gru- pos de Palabras a. Grupo Agorazo b. Grupo Lutrao IV.La Reconciliación: El Aspecto de la Ex- piación Dirigido Hacia el Hombre 120 A. Trasfondo de la Idea de Reconciliación
  • 118. No Solo de Pan 108 B. El Significado de las Palabras Traduci- das reconciliación 1. Uso en Mundo Antiguo Secular 2. Uso Bíblico a. En Contextos que no tratan de Salvación b. En Contextos que tratan de Salvación C. Detalles acerca de la Doctrina de la Reconciliación 121 1. Dos Fases de Reconciliación Ob- servadas 2. Dos Fases de Reconciliación Explicadas 122 a. Reconciliación Universal en la Cruz b. Reconciliación Individual en el Momento de Salvación 3. Dios como el Iniciador de la Re- conciliación 4. Resumen 123 V. Propiciación: El Aspecto de la Expiación dirigido hacia Dios A. Definición de Propiciación 1. Uso Secular Antiguo del Grupo de Palabras referentes a Propiciación 2. Uso Bíblico del Grupo de Palabras Referentes a la Propiciación 125 a. Dios Airado por el Pecado b. Propiciación en la Septuaginta c. Propiciación en el Nuevo Testamento B. Tres Aplicaciones o Fases de la Propiciación 126 1. Propiciación Para Todo el Mundo En el Momento de la Cruz 2. Propiciación que Ocurre en el Momento de la Fe en Cristo 3. Propiciación que Ocurre Cuando el Creyente Confiesa el Pecado C. Implicaciones Mayores de la Doctrina de la Propiciación 128 VI.La Función de la Sangre de Cristo en la Expiación A. Observaciones Acerca de la Sangre en la Biblia 128-130 B. Conclusiones Acerca de la Función de la Sangre de Cristo en la Expiación 130 1. La Sangre es Más que un Símbolo 2. Otros Factores a Considerar en la Provisión de la Salvación VII. Significado y Extensión de la Expia- ción 131 A. El Término Expiación en el Antiguo Testamento 1. Cubrir el Pecado 2. Desviar la Ira 3. Dar un Pago Para Asegurar un Fa- vor 4. Reconciliar 132 5. Resumen B. Expiación Como un Término Teológi- co C. La Extensión de la Expiación 133 D. La Finalidad de la Expiación PARTE 1: SALVACION PROVISTA I. Estudio de la Palabra Salvación A. Usos 1. Salvar (sozo) se usa entre 106 y 108 veces en el Nuevo Testamento dependiendo del ma- nuscrito que se use para el conteo. 2. Salvación (soteria) se usa entre 45 y 46 veces en el Nuevo Testamento dependiendo de los manuscritos que se usen para el conteo. 3. Salvador (soter) se usa aproximadamente 24 veces en el Nuevo Testamento. 4. Salvación (soterion) se usa cuatro veces. El Total que se usan estos cuatro términos es de 180 veces dependiendo si se usan los tex- tos críticos o de la mayoría. B. El Significado de Salvación 1. En los contextos que no son teológicos la palabra salvación se usa de varias maneras que no tienen nada que ver con la liberación de la paga del pecado. Esto nos ayuda a esta-
  • 119. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 1 109 blecer que la palabra significa básicamente “rescatar o liberar.” a. Es común en el Nuevo Testamento, espe- cialmente en los Evangelios que a la “libera- ción de la enfermedad” se le llame salvación. Salvación puede referirse a la restauración de la salud, o sea cuando el bienestar de la per- sona es restaurado. (Vea Mat. 9:21-22; Mar- cos 3:4; 5:23, 28, 34; 6:56; 10:52; Lucas 6:9; 7:50; 17:19; 18:42; Juan 11:12; Hechos 4:9; 14:9; 27:34; 2 Cor. 1:6; Santiago 5:15.) … porque decía dentro de sí: Si tocare solamente su manto, seré salva (buena traducción del griego). Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado. Y la mujer fue salva desde aquella hora. [Mat. 9:21-22]. … Y la oración de fe salvará al enfer- mo... [Santiago 5:15a]. b. Salvación puede referirse a la liberación de los demonios (Lucas 8:36). c. Salvación puede referirse al rescate o la liberación de los enemigos (Lucas 1:71; Hechos 7:25). “Salvación de nuestros enemigos…” [Lucas 1:71a]. d. Jesucristo mismo usó esta palabra. Esto nos ayuda a mostrar que la palabra significa “liberación.” “Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora.” [Juan 12:27]. Y Cristo, en los días de su carne, ofre- ciendo ruegos y súplicas con gran cla- mor y lágrimas al que le podía librar (salvar) de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. [Heb. 5:7]. e. La palabra salvación se usa para hablar del rescate del peligro en un sinnúmero de situa- ciones : tormentas en el mar (Mat. 8:25; 14:30; Hechos 27:20, 31); liberación al final del periodo de tribulación (Mat. 10:22; 24:13, 22; Marcos 13:13, 20); rescate de la cruz (Mat. 27:40, 42, 49; Marcos 15:30, 31; Lucas 23:35, 37, 39); de problemas (1 Tim. 4:16); de prisión (Fil. 1:19); de la esclavitud en Egipto (Judas 5); del diluvio (Heb. 11: 7). Antes que los autores cristianos del Nuevo Testamento usaran la palabra salvar, esta se usó para referirse a los peligros comunes que asechaban al hombre. Salvación significa “Li- beración, rescate, preservación, ayuda, asis- tencia, auxilio, escape de un problema.” 2. Los autores Bíblicos tomaron una palabra normal que significaba “liberación” y la usa- ron en un sentido teológico. Los creyentes son “salvados” de un sinnúmero de problemas. a. Los creyentes son salvos del pecado (Mat. 1:21; Lucas 1:77, 7:50; 1 Tim. 1:15). “Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.” [Mat. 1:21]. Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. [1 Tim. 1:15]. b. Los creyentes son salvos de la ira, juicio y la condenación (Juan 3:17; Rom. 1:16 en con- texto, vea vs. 18; 5:9; 1 Tes. 5:9; 1 Pedro 4:17-18). Pues mucho más, estando ya justifica- dos en su sangre, por él seremos sal- vos de la ira. [Rom. 5:9]. c. Los creyentes son salvos de una genera- ción perversa, o de un mundo malvado (Hechos 2:40). … y les exhortaba, diciendo: ¡Sed sal- vos de esta perversa generación! [Hechos 2:40]. d. Los creyentes son salvos de un estado perdido (Lucas 19:10).
  • 120. No Solo de Pan 110 “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había per- dido” [Lucas 19:10]. e. Los creyentes son salvos de la muerte (Mat. 16:25; Marcos 8:35; Lucas 9:24.) Vea, también, los siguientes versículos que hablan de la liberación de la muerte pero que no usan la palabra salvación: Juan 5:24; Rom. 6:23; Ef. 2:1. “Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la sal- vará” [Lucas 9:24]. f. Los creyentes son salvados de perecer (1 Cor. 1:18; 2 Cor. 2:15-16) y de destrucción (Santiago 4:12). Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden [2 Cor. 2:15]. Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro? [Santiago 4:12]. C. El Tiempo de la Salvación Un estudiante de la Biblia deberá entender el hecho de que la Biblia habla algunas veces de la salvación en el pasado, algunas veces en el presente y algunas veces en el futuro. 1. En el pasado, los creyentes en Cristo fue- ron salvos de la paga del pecado (Rom. 8:24; Ef. 2:5, 8; 2 Tim. 1:9; Tito 3:5). Porque por gracia sois salvos [tiempo pasado] por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios… [Ef. 2:8]. Nos salvó, [tiempo pasado] no por obras de justicia que nosotros hubié- ramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, [Tito 3:5]. 2. En el presente, los creyentes están siendo salvados del poder del pecado (Fil. 2:12; 1 Pedro 2:2). Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi pre- sencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor [Fil. 2:12]. 3. En el futuro, seremos salvos de la pre- sencia del pecado y de toda ira (Rom. 5:10; 13:11; 1 Tes. 5:9; 2 Tim. 4:18; Heb. 1:14; 9:28; 1 Pedro 1:5; 4:18). … seremos salvos [tiempo futuro] por su vida. [Rom. 5:10]. D. Resumen Salvar significa liberar, rescatar, ayudar, auxi- liar, etc. Esto se ha mostrado en contextos no teológicos (rescatar de la enfermedad, demo- nios, enemigos, tormentas, esclavitud, etc.). En contextos teológicos el significado es el mismo. Los cristianos son librados del peca- do, la ira, el juicio, la condenación, de un mundo malvado, de un estado perdido, de la muerte y de la destrucción. Los creyentes ha sido salvos de la paga del pecado, están sien- do salvados de su poder y serán salvos de su presencia. II. Expiación Substitutiva (Vicaria) La expiación es un término teológico y se refiere a todo lo que Cristo hizo en la Cruz. En las secciones III a la VII de este mismo capítulo haremos un estudio más completo del tema de la expiación. Esta sección es, sin em- bargo más limitada y concierne con los si- guientes cuestionamientos: ¿Cuál fue el propósito de la muerte de Cristo? ¿Qué es lo que El estaba tratando de cumplir en la Cruz? Se han propuesto varias teorías que son defi- cientes o incorrectas. A. Teoría de la Expiación Accidental La teoría de la expiación accidental es total- mente un punto de vista liberal. Sus adeptos
  • 121. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 1 111 sostienen que Cristo fue un gran maestro mo- ral pero que el destino terminó con Su vida trágicamente. Al igual que Lincoln, Kennedy, King, o Gandhi, Su muerte no tuvo ni sentido ni propósito. Este punto de vista es totalmente deficiente a la luz de las Escrituras. B. Teoría de la Expiación del Ejemplo Si el punto de vista de la expiación del ejem- plo es cierto, entonces Cristo murió como un mártir para entregarnos solamente el ejemplo supremo de la devoción a la verdad y al deber. Los que sostienen este punto de vista gene- ralmente creen que El se hizo mártir con el propósito (no por accidente) de mostrarnos que nosotros hemos de estar dispuestos a mo- rir por nuestros principios y a provocar una gran devoción hacia la causa de la fe cristiana. Es verdad que Cristo es nuestro ejemplo. Sin embargo, no es suficiente considerar que el único propósito de Su muerte fue el de un martirio planeado. Esto convierte a Cristo en un fanático religioso quien busca la muerte para entrar a las glorias de los mártires. C. Teoría de la Expiación de la Influencia Moral La teoría de la influencia moral es similar a la teoría del ejemplo. De acuerdo con esta teoría, Jesús murió de manera similar a un doctor que muere ayudando durante una epidemia, o un guarda costa, en un atentado de rescate. Esta teoría sostiene que el propósito de Su muerte fue, no para convertirse en un mártir por una causa, sino más bien, para demostrar Su gran amor. El propósito de Su muerte fue el de ablandar nuestros corazones mediante la influencia de Su amor. De ésta manera, El tuvo la esperanza de que Su muerte obrara en nosotros un cambio en nuestro camino perver- so, y además la oportunidad de obrar para obtener la salvación mediante la santidad. La muerte de Cristo fue una demostración de Su amor, y debería cambiar nuestras vidas. Sin embargo, este punto de vista elimina la ira de Dios sobre el pecado y el pago que hizo Cristo por el mismo. Esta teoría hace de la demostración del amor el único propósito de la muerte de Cristo, y por lo tanto, no hace justicia a la enseñanza de las Escrituras. D. Teoría de la Expiación Gubernamental. La teoría de la expiación gubernamental es también popular en los círculos que tienden a creer en la salvación por obras. De acuerdo a esta teoría, Dios tiene un gobierno con leyes. Si Cristo no hubiese muerto para mostrar respeto y honor por estas leyes, entonces la raza humana hubiese incrementado su falta de respeto hacia Dios y hacia Sus leyes. Sin embargo, la realidad es que violación de las leyes se debe a que no se ha hecho un buen trabajo en acatarlas. Este punto de vista no sostiene que Cristo tuvo que morir para satis- facer a un Dios ofendido, sino que su muerte sería de utilidad para alertar a otros en cuanto a la seriedad de obrar para la salvación me- diante la observancia de las leyes. Algunas personas pudieran haber sido salvas sin la muerte de Cristo, pero muchas más irían tras la salvación con la muerte de Cristo. Por lo tanto, la muerte de Cristo fue diseñada para promover el respeto hacia la ley de Dios dan- do seriedad a la naturaleza de las infracciones en contra de esa ley. Como resultado de la muerte de Cristo, las personas obrarían más arduamente para guardar las leyes de Dios a fin de obtener salvación. Este punto de vista suena ortodoxo para algu- nos, pero es muy deficiente. Cristo no sólo murió para que el gobierno de Dios pudiera continuar operando sin dificultad por el debi- do respeto por la ley. Mientras que Su muerte si tiene relación con las leyes que se han in- fringido y debiera promover el respeto hacia las leyes de Dios, no era la intención que este merecido respeto a la ley condujera a las per- sonas a obrar por la salvación. Este punto de vista hace de la muerte de Cristo una herra- mienta opcional pero sabia para mantener el orden en el gobierno de Dios y promueve la salvación por obras. Esta teoría fracasa en observar que la muerte de Cristo fue un factor absolutamente necesario en la salvación y que la ofensa no fue sólo contra la ley sino contra
  • 122. No Solo de Pan 112 el carácter de Dios. Su muerte no fue necesa- ria para promover la salvación por obras; fue necesaria para proveer la salvación que nunca sería obtenida mediante las obras. Cristo mu- rió, no solo para hacer respetar las leyes de Dios, sino para pagar el precio por su viola- ción. E. Defensa de la Teoría de la Expiación Substitutiva (Vicaria) Las teorías anteriores de la expiación contie- nen verdades parciales. Cristo fue nuestro ejemplo. El demostró lo que es el deber por una causa. El demostró lo que es el amor. La muerte de Cristo mostró la importancia de la ley y promovió el respeto por la misma. Sin embargo, ninguna de estas ideas es primordial y ninguna está completa. El punto de vista Bíblico en cuanto a la ex- piación es que Cristo murió como nuestro substituto. El murió en nuestro lugar toman- do nuestro castigo y pagando nuestro precio; y por consiguiente, El satisfizo a un Dios indig- nado. Los otros propósitos de Su muerte son secundarios. Para establecer la doctrina de la expiación substitutiva, es esencial que comprobemos que la palabra por tiene el significado de substitución (en lugar de) en tales frases como “Cristo murió por nosotros”. Una persona con un punto de vista liberal o con una orientación hacia las obras pudiera tomar la frase “Cristo murió por nosotros” con el significado de simplemente, “Cristo murió para beneficiar- nos”. ¿Cómo es que conocemos que la expia- ción substitutiva es la enseñanza de los textos Bíblicos que dicen que “Cristo murió por nosotros”? 1. Una palabra griega que habla definitiva- mente de substitución es la palabra anti. El anticristo será un substituto de Cristo. Existen bastantes antecedentes para traducir anti como “en vez de”. Considere los siguientes ejem- plos: “… ‘Ojo por (que significa en vez de o a cambio de) ojo, y diente por dien- te” [Mat. 5:38]. “… ¿o si pescado, en lugar de (o en vez de) pescado, le dará una serpien- te?” [Lucas 11:11]. “…No paguéis a nadie mal por (a cambio de o en lugar de) mal…” [Rom. 12:17]. …mal por mal… [1 Tes. 5:15]. …no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición… [1 Pedro 3:9]. …como Esaú, que por (en vez de o a cambio de) una sola comida vendió su primogenitura [Heb. 12:16]. Mat. 20:28 y Marcos 10:45 son los textos claves de la doctrina de la expiación substitu- tiva. Ya que anti significa sustitución, la frase “Un rescate por muchos” significa que Cristo entregó su vida como un substituto por los muchos.1 El murió en lugar de los pecado- res. Su vida fue entregada a cambio de nues- tras vidas que deberían de haber sido penali- zad r (en lugar rescate por muchos.” cate por (anti) todos… [1 Tim. 2:5-6]. as. “…como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y pa- ra dar su vida en rescate po de) muchos” [Mat. 20:28]. “Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y pa- ra dar su vida en [Marcos 10:45]. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Je- sucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en res 1 La palabra Muchos en estos pasajes algunos la limitan los elegidos. Otros versículos contienden que Cristo murió por todo el mundo. El punto prin- cipal aquí es que la muerte del Señor fue substituto.
  • 123. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 1 113 2. Otra palabra que se traduce “por” es la palabra huper. Esta palabra puede tener el significado de “para el beneficio de”, pero también significa “en lugar de” Filemón 1:13 y 2 Cor. 5:14-,15 son dos textos importantes que establecen que huper se refiere a substitu- ción. Cuando Pablo dice “Yo quisiera retener- le conmigo, para que en lugar tuyo (huper) me sirviese en mis prisiones por el evangelio” [Filemón 13], el está diciendo que le hubiera gustado retener a Onésimo para ministrar en lugar de Filemón. El siguiente pasaje de 2 Corintios es quizás el más importante que comprueba huper se re- fiere a substitución en los contextos que hablan de la muerte de Cristo. Porque el amor de Cristo nos constri- ñe, pensando esto: que si uno murió por (huper) todos, luego todos murie- ron; y por (huper) todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos [2 Cor. 5:14-15]. En este contexto Pablo deduce que todos hemos muerto con Cristo por que El murió por todos. Por lo tanto, todos murieron con El. Además, Pablo afirma que así como Cristo dió Su vida por las nuestras, aquellos que vi- ven le deben sus vidas a El. Esto significa evidentemente que Cristo dió su vida a cam- bio de la nuestra, de tal manera que los cre- yentes le debemos nuestra vida a cambio. Mat. 20:28 y Marcos 10:45 enseñan claramen- te la expiación substitutiva al igual que lo hacen los textos siguientes en la sección 3. Filemón 1:13 y 2 Cor. 5:14-,15 muestra que los textos que usan la palabra huper pueden ser usados para enseñar la expiación substitu- tiva. Muchos pasajes usan huper para referir- se a la expiación. Sin la evidencia de los pasa- jes claves anteriores, sería difícil conocer si estos pasajes dicen que Cristo murió en nues- tro lugar o solamente que Cristo murió a nues- tro favor. Sin embargo, por Filemón 1:13 y 2 Cor.5:14-15, el autor cree que muchos versí- culos que son menos claros se entienden me- jor si consideramos el concepto de la expia- ción substitutiva. Quizás la mayoría de ellos también quieren decir que Cristo murió “a nuestro favor” pero el punto de vista princi- pal que es apoyado Bíblicamente en lo que a la expiación se refiere debe ser que Cristo murió en nuestro lugar como nuestro subs- tituto. Esto debería ser incluido como una parte del significado de los siguientes textos: “Porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derrama- da…” [Mat. 26:28]. “…Esto es mi sangre del nuevo pac- to, que por muchos es derramada” [Marcos 14:24]. “…Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama” [Lucas 22:20]. “… y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por (a cambio de y a be- neficio de) la vida del mundo” [Juan 6:51]. “… el buen pastor su vida da por las ovejas” [Juan 10:11]. “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos” [Juan 15:13]. …Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos [Rom. 5:6]. … en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros [Rom. 5:8]. El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos noso- tros… [Rom. 8:32]. …Que Cristo murió por nuestros pe- cados, conforme a las Escrituras2 [1 Cor. 15:3]. 2 Quizás esto significaría que Cristo murió “para beneficiarnos” en relación al pecado, pero esto no significa que Cristo murió para beneficiar al peca- do. Sin embargo, la declaración se hace más clara
  • 124. No Solo de Pan 114 Al que no conoció pecado, por (en es- te uso de huper la sustitución es sobre- saliente) nosotros lo hizo pecado,… [2 Cor. 5:21]. El cual se dio a sí mismo por nuestros pecados… [Gál. 1:4]. Con Cristo estoy juntamente crucifica- do…el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí [Gál. 2:20]. Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición… [Gál. 3:13]. Quien se dio a sí mismo por noso- tros… [Tito 2:14]. … por la gracia de Dios gustase la muerte por todos [Heb. 2:9]. Porque también Cristo padeció una so- la vez por los pecados, el justo por los injustos... [1 Pedro 3:18] 3. El punto de vista substitutivo puede ser establecido en otras bases sin hacer uso de las preposiciones anti y huper. El concepto de Cristo como el Cordero de Dios quién llevó nuestros pecados también apoya el concepto de Su muerte substitutiva. Además, Pablo en Romanos 6 y Colosenses 2 enseña que los creyentes murieron cuando Cristo murió en la cruz. Este hecho está íntimamente ligado a la idea de que El murió en nuestro lugar. Ciertamente llevó él nuestras enferme- dades, y sufrió nuestros dolores… [Isa. 53:4]. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su ca- mino; mas Jehová cargó en él el peca- do de todos nosotros [Isa. 53:6]. … por la rebelión de mi pueblo fue herido [Isa. 53:8b]. si se interpreta Cristo murió “en intercambio por nuestras culpas”, por ejemplo, como nuestro substi- tuto, El tomó nuestra culpa.” (Vea también Gál. 1:4.) Con todo eso, Jehová quiso quebran- tarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en ex- piación por el pecado… [Isa. 53:10a]. Quien llevó él mismo nuestros peca- dos en su cuerpo sobre el madero… [1 Pedro 2:24a]. Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos… [Heb. 9:28]. Porque si fuimos plantados junta- mente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado [Rom. 6:5- 6]. 4. Conclusión: Aunque otras teorías de la expiación contienen verdades parciales, La Biblia es clara en cuanto al propósito principal de la muerte de Cristo que fue el de morir en nuestro lugar. La expiación substitutiva ha sido considerada como uno de los fundamen- tos de la fe. III. Redención: El Aspecto de la Expiación Dirigido Hacia el Pecado Aunque la redención trata el asunto entre Dios y el hombre, puede decirse que esta es el aspecto de la expiación que se dirige princi- palmente hacia el asunto del pecado. Cristo pagó el precio de la redención por el pecado y rescató al hombre de la esclavitud al mismo. Cuando se declara que Cristo nos redimió del pecado significa que El nos compró. Más es- pecíficamente, significa que El nos rescató del pecado (y de la maldición de la ley) mediante el pago de un precio de la misma manera que alguien podría rescatar a un rehén, un esclavo o a un prisionero de guerra. La redención in- cluía el pago del precio y en su sentido más pleno la libertad del rehén.
  • 125. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 1 115 Detrás de la palabra redención existen muchas formas griegas. Ya que la palabra redención se usó para traducir palabras de uso común en el mundo antiguo, sería de gran ayuda estu- diar tanto el uso secular como el uso sagrado. Los autores del Nuevo Testamento tomaron una palabra que fue usada secularmente y le dieron un significado teológico. A. Agorazo (verbo) – Comprar, adquirir, re- dimir. 1. Uso secular- Agorazo se relaciona con la palabra Agora, que significa “mercado” (Hechos 17:17). Esta era una palabra común en los documentos de ventas.3 Existen ejem- plos donde la palabra se usó con respecto a la compra de esclavos, trigo y casas. Aunque agorazo se usó en la compra de esclavos, esta era una palabra básica usada para comprar en general.4 2. Uso Bíblico – En la Septuaginta, la palabra agorazo se usa para la compra de cualquier cosa en general (por ejemplo en los capítulos 41-44 de Génesis cuando los hermanos de José redimieron grano de él). El Nuevo Tes- tamento usa agorazo de 30 a 31 veces, depen- diendo de los manuscritos que se usen para el conteo. La palabra significa comprar o adqui- rir y generalmente se usa de manera no teoló- gica (por ejemplo, en la compra de un campo o una perla- Mat. 13:44, 46; 27:7; alimentos - Mat. 14:15; cosas para la sepultura de Jesús - Marcos 15:46; 16:1; la compra y la venta en el templo - Marcos 11:15; tierra y bueyes - Lucas 14:18-19). Varias veces en el Nuevo Testamento los au- tores usan agorazo en contextos relacionados con la salvación de los creyentes (1 Cor. 6:20; 7:23; Ap. 5:9; 14:3, 4). Todas estas referen- cias hablan de la redención en tiempo pasado. 3 Vea El Vocabulario del Testamento Griego de James Hope Moulton y George Milligan, (1930; Glasgow, Scotland: Hodder y Stroughton Edición limitada 1972) 6. 4 La Predicción Apostólica de la Cruz, por Leon Morris, 3ra.Edición (1965; Grand Rapids: Wm. B. Eerdman Publishing Co., 1980) 53-55. Agorazo se usa una vez en referencia a los que no son salvos (2 Pedro 2:1). Porque habéis sido comprados por precio… [1 Cor. 6:20]. Y cantaban un nuevo cántico, dicien- do: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmo- lado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; [Ap. 5:9]. Pero hubo también falsos profetas en- tre el pueblo, como habrá entre voso- tros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los res- cató, (compró) atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina [2 Pedro 2:1]. 3. Conclusión: La palabra agorazo es una palabra general cuyo significado es “comprar algo”. Puede usarse en la compra de personas, pero fue usada comúnmente para la compra de cualquier propiedad. Agorazo recalca el pago de un precio (El Cuerpo partido de Cristo y su sangre derramada) y la transferencia resultan- te de propietario. No recalca sin embargo, la liberación del cautiverio, como lo hacen las siguientes palabras de la redención. Por lo tanto, esta palabra se usa apropiadamente para “redención” de personas no salvas. Cristo ha pagado el precio de ellos. El los compró y a El le pertenecen. Sin embargo, ellos todavía no han sido liberados. B. Exagorazo (verbo) – Esta palabra es sim- plemente la palabra agorazo con el prefijo Ex (fuera de). También significa “comprar, ad- quirir y redimir.” 1. En algunos contextos de uso secular, esta palabra puede significar volver a comprar algo que estaba perdido. Los teólogos se apre- suran a señalar que Cristo compró otra vez a
  • 126. No Solo de Pan 116 personas que ya le pertenecían, pero que se habían convertido en esclavos del pecado. 5 2. Exagorazo Se usa solamente cuatro veces en el Nuevo Testamento. Dos de estas veces tiene el significado de pagar un precio para retener posesión del tiempo (redimiendo el tiempo - Ef. 5:16; Col. 4:5). Los otros dos usos tienen importancia para la doctrina de la salvación ya que enseñan que Cristo redimió a los creyentes de la maldición de la Ley (Gál. 3:13; 4:5). Esto es similar a hablar de redención del pecado ya que el pe- cado es lo que causa la maldición de la Ley. En ambos versículos la redención ya ha ocu- rrido para los creyentes. Cristo pagó el precio de la redención, y por lo tanto, los creyentes han sido liberados de la maldición de la Ley (y ciertamente de la misma Ley). Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición… [Gál. 3:13a]. Para que redimiese a los que estaban bajo la ley… [Gál. 4:5a]. A diferencia de agorazo, exagorazo se usa solo en referencia a los creyentes y menciona una completa liberación es difícil determinar si la idea adicional de liberación proviene del contexto y del tema o si está incluida en el prefijo Ex como sucede en la palabra éxodo, de ahí que la palabra exagorazo tenga el signi- ficado de comprar y extraer. C. Lutrao (verbo) – Esta palabra nos da más claramente la idea de pagar el precio del res- cate con el fin de liberar. Lo cual significa “rescatar, redimir” 1. En el uso secular lutrao con frecuencia significa comprar algo que se ha poseído con anterioridad. He aquí algunos ejemplos: “el manto todavía no ha sido redimido de la tien- 5 The Greek-English Lexicon of the New Testament and Other Early Christian Literature por Moulton y Milligan 220; y Walter Baur, Lexico, trad. Wm. F. Arndt y F. Wilbur Gingrich (Chicago: Universi- ty of Chicago Press, 1957) 271. da de empeño,” “redime mi ropa,” y “por fa- vor redime mi propiedad.”6 Aquí no sola- mente hay énfasis en volver a comprar, lutrao también da énfasis en el precio que se ha pa- gado para liberar esclavos. Morris enseña que cuando una persona del primer siglo escucha- ba esta palabra, esta pensaba naturalmente en el precio que se pagaba para liberar esclavos del cautiverio.7 La siguiente cita de Josefo nos ofrece una ilustración de la idea de pagar un precio de rescate y así asegurar la libera- ción de un rehén: “…A causa de no conocer de lo que habría de suceder con su hermano, [Herodes el Grande], estaba apresurado para redimirle (lutrao) de la mano de sus enemi- gos, y dispuesto a entregar trescientos talentos por el precio de su redención.”8 El uso secular de lutrao enfatiza el pago de un precio para asegurar la libertad de un esclavo, un prisionero o un rehén. Este significado secular predomina en el Nuevo Testamento en donde la mayoría de las veces se cita el pre- cio del rescate en el contexto donde se en- cuentra la palabra y las derivaciones de lutrao. 9 2. El Nuevo Testamento usa lutrao en tres lugares (Lucas 24:21; Tito 2:14; y 1 Pedro 1:18-19). Quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo pro- pio, celoso de buenas obras [Tito 2:14]. Sabiendo que fuisteis rescatados (re- dimidos) de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros 6 Moulton y Milligan 383. 7 Morris 14. 8 Las Obras de Josefo por Josefo, trad. William Whiston, (Peabody, Massachusetts: Hendrickson Publicadores, 1985) 308. 9 El precio no se describe en Lucas 1:68, 2:38 y 24:21. Sin embargo, estos versículos hablan prin- cipalmente de la salvación nacional de Israel.
  • 127. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 1 117 padres, no con cosas corruptibles, co- mo oro o plata, sino con la sangre pre- ciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación [1 Pe- dro 1:18-19]. Nótese que en ambas referencias de las epísto- las, se describe el precio de la redención. Tito 2:14 dice que Cristo se entregó a Si mismo para redimirnos. 1 Pedro 1:18 basa la reden- ción en el precio de la “sangre preciosa”. Los liberales tienden a creer que la redención sólo se refiere a una liberación. Sin embargo, el Nuevo Testamento no sólo relaciona la re- dención a una liberación sino al precio que garantiza la misma. Tanto en Tito 2 como en 1 Pedro 1, la redención para el creyente parece ocurrir en el pasado, aunque esto se observa más claramente en 1 Pedro. 1:18-19. (Tito 2 se refiere a una liberación presente del poder del pecado.) La Biblia describe al perdido como un esclavo del pecado (Juan 8:34; Rom. 6:6, 14, 17, 20; 7:14 y ss.) y cautivo al temor de la muerte (Heb. 2:14-15). Por razón que los derivados de lutrao en el mundo secular se usaban comúnmente para la liberación de esclavos y porque la Biblia enseña que el hombre es es- clavo del pecado, y porque Tito 2 y 1 Pedro 1 mencionan la liberación de una previa esclavi- tud a la maldad,10 la imagen de rescatar a un prisionero o un esclavo parece estar en las mentes de los escritores Bíblicos cuando ellos usan esta palabra de la redención. Cristo pagó el precio para comprar a los esclavos del pe- cado y para asegurar su libertad. Agorazo enfatiza el precio de la compra y la transferencia de la propiedad pero no la libe- ración. Esa es la razón por la cual se usa esta palabra para los no salvos. Lutrao da énfasis tanto al precio como a la liberación. Por esta 10 Tito 2:14 menciona redención de “toda iniqui- dad,” y 1 Pedro 1:18 habla de la redención de una “vana manera de vivir, la cual recibisteis de vues- tros padres, ” razón nunca se usa para referirse a los que no son salvos. D. Lutron (sustantivo) – Esta palabra signifi- ca “rescate,” o sea el “precio pagado para asegurar la liberación.” 1. En el uso secular, esta era la palabra usada por los antiguos para designar el dinero de la compra y liberación de esclavos.11 Podríamos ofrecer muchos pasajes del historiador Josefo en los que lutron significa “el precio de la liberación o del rescate.”12 2. Lutron solo se usa dos veces en el Nuevo Testamento, pero ambos textos son muy signi- ficativos en cuanto a la doctrina de la salva- ción se refiere ya que estos son los dos textos que más claramente enseñan la doctrina de la expiación substitutiva. “Como el Hijo del Hombre no vino pa- ra ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” [Mat. 20:28]. “Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y pa- ra dar su vida en rescate por muchos” [Marcos 10:45]. Cristo enseño que el precio del rescate que sería pagado sería Su vida. Si tenemos presen- te que anti significa “en lugar de, a cambio de, como sustituto,” entonces la idea del precio es intensificada. Cristo dió Su vida como rescate, por nosotros o sea, en lugar de nosotros y con el fin de comprarnos. E. Lutrosis (sustantivo) Esta palabra de redención se usa solo tres ve- ces en el Nuevo Testamento (Lucas 1:68; 2:38; Heb. 9:12). Se puede estudiar en con- junto con la siguiente palabra que es la forma 11 Moulton y Milligan 382-383; Baur, Arndt, y Gingrich 483-84. 12 Diccionario Teológico del Nuevo Testamento por Gerhard Kittel, ed., vol. 4, trad. Geoffrey W. Bromiley (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Pu- blishing Co., 1967) 340.
  • 128. No Solo de Pan 118 compuesta apolutrosis. Es significativo que Heb. 9:12 habla de “redención eterna.” Una vez que Cristo nos redime de la esclavitud del pecado, en el sentido posicional, ya no puede haber más esclavitud al mismo. Un creyente puede practicar servicio al pecado, pero este nunca vuelve a estar en la posición de servi- dumbre al mismo. La obra de la cruz ha pro- visto una liberación total y permanente. Lu- trosis se traduce “redención” lo cual significa “una liberación que ha sido asegurada me- diante el pago de un precio.” F. Apolutrosis (sustantivo) Esta palabra significa una liberación asegura- da por el pago de un precio. 1. En el mundo secular antiguo, la palabra apolutrosis fue utilizada con no mucha fre- cuencia, pero esta se refirió claramente a la liberación de los esclavos o los rehenes que se aseguraba por el pago de un rescate.13 Plutar- co habla del rescate de ciudades cautivas.14 Filo habla de un esclavo que se suicidó ya que sentía que nadie podría pagar su redención.15 La Epístola de Aristeas usa la palabra al hablar del rescate de prisioneros de guerra a un precio de “veinte dracmas por cabeza.”16 Josefo en una de sus secciones menciona que el costo por la redención de las personas cap- turadas era “más de cuatrocientos talentos.”17 En tales contextos, con frecuencia encontra- mos la idea de volver a comprar. No cabe la menor duda que cuando los lectores originales del Nuevo Testamento leyeron la palabra apo- lutrosis, ellos tenían en sus mentes la situa- ción de un rehén o un esclavo. Una persona era libre debido a que alguien más pagaba un precio. 2. La palabra apolutrosis ocurre diez veces en el Nuevo Testamento. Con frecuencia se 13 Baur, Arndt, and Gingrich 95; Morris 16. 14 Ibid. 16. 15 Ibid. 16-17. 16 Ibid. 17 Ibid. menciona el precio específico que asegura la liberación (sangre - Rom. 3:24-25; Ef. 1:7; Co1. 1:1418 ; muerte y sangre - Heb. 9:12, 15; también Ef. 1:14, por el contexto). …siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre [Rom. 3:24-25]. En quien tenemos redención por su sangre… [Ef. 1:7]. Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión (redención) de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna [Heb. 9:15]. Dado el uso antiguo común de la palabra que habla de un rescate, dadas las enseñanzas Bíblicas generales acerca del precio que se pagaba y dados los versículos que recalcan el precio, es saludable que concluyamos que la redención en términos teológicos se aproxima a la idea secular de redención. Cristo pagó el precio de la compra de aquellos que estaban en esclavitud al pecado y en seguida les dió libertad. El precio fue Su vida entregada al morir, Su cuerpo partido, y Su sangre derra- mada. Aunque el Nuevo Testamento por lo general considera la redención como un acontecimien- to pasado, apolutrosis se usa tres veces para referirse a una redención futura (Rom. 8:23; Ef. 1:14; Ef. 4:30). Existe un aspecto futuro de la redención ya que la liberación total (li- bertad) del pecado y sus efectos en nuestros cuerpos se llevará a cabo en el futuro. Si lo vemos desde ese ángulo, los creyentes todav- ía estamos esperando una redención futura y completa. 18 Si la sangre no se menciona en el texto original, esta sería aún con esto el precio de la compra co- rroborada por el pasaje paralelo de Ef. 1:7.
  • 129. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 1 119 Y no sólo ella, sino que también noso- tros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemi- mos dentro de nosotros mismos, espe- rando la adopción, la redención de nuestro cuerpo [Rom. 8:23]. …que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión ad- quirida, para alabanza de su gloria [Ef. 1:14]. Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención [Ef. 4:30]. Este aspecto futuro de la redención ha de es- perarse con anticipación. Sin embargo, este está basado en el pago tan fundamental que se efectuó en el pasado en la cruz y en la libera- ción que se llevó a cabo en la conversión que ha experimentado el creyente. Es más común que el Nuevo Testamento hable de la reden- ción como un evento pasado que tiene el re- sultado de ser una posesión en el presente (ej. Ef. 1:7, “tenemos redención”; 1 Cor. 1:30). Los creyentes ya han sido redimidos de la maldición de la Ley, de la paga del pecado y del dominio del pecado. Estas son las bases para cualquier tipo de redención de la presen- cia del pecado que se lleve a cabo en el futu- ro.19 En todos los contextos apolutrosis habla de una liberación completa. Por lo que a dife- rencia de agorazo, esta nunca se usa para referirse a los incrédulos. Algunos piensan que la idea de liberación es intensificada por el prefijo apo (que significa fuera de como en 19 Los otros dos usos de apolutrosis se encuentran en Lucas 21:28 y Heb. 11:35. Es difícil determinar si Lucas 21 se refiere a la redención futura de indi- viduos o a la liberación nacional de Israel de sus enemigos. La referencia de Hebreos 11 es acerca de la apostasía como precio de la liberación de la tortura. apostasía).20 Otros sostienen que esto es solo una variante en el estilo y que la liberación completa proviene del contexto y no del prefi- jo apo.21 Sin importar la diferencia, apolutro- sis significa liberación asegurada por el pago de un precio o rescate. G. Resumen y Conclusiones acerca de la Re- dención 1. La Biblia no menciona a quien se le pagó el precio de la redención. Algunos creen que Dios el hijo pagó el precio a Dios el Padre. Otros piensan que Cristo pagó el precio a Sa- tanás para asegurar la liberación de los huma- nos de la cautividad a Satanás. Este asunto continua sin resolver. Sin embargo es justo que concluyamos que la Biblia da énfasis a la idea de un precio. La redención no es solo una liberación, libertad o rescate. Es la liberación que se obtuvo mediante el pago de un precio (La muerte de Cristo, Su sangre). 2. La Redención es el aspecto de la expiación dirigido hacia el pecado. Somos redimidos del pecado (Rom. 3:23-24, Col. 1:14, Ef. 1:7), de toda iniquidad (Tito 2:14), de transgresiones (Heb. 9:12, 15), y de nuestra vana manera de vivir (1 Pedro 1:18-19). El hecho de enseñar que los creyentes son redimidos de la maldi- ción de la ley no es tan diferente del hecho de enseñar que somos redimidos del pecado (Gál. 3:13, 4:5). Fue el pecado el que provocó que la ley maldijera al hombre y lo obligara e estar bajo el castigo de la ley.22 3. Aunque los diferentes grupos de palabras de agorazo y lutrao son muy similares, si deseamos profundizar nuestro entendimiento de la redención, debemos conocer las diferen- cias sutiles entre estos. 20 Sinónimos Del Nuevo Testamento por Richard Chenevix Trench, (1880; Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1976) 290. 21 Morris, 16. 22 El contexto tanto de Gálatas 3-4 como de Hebreos 9 muestra como los creyentes han sido redimidos no solo de la maldición de la Ley sino también de la Ley misma.
  • 130. No Solo de Pan 120 a. Aunque los derivados de la palabra agora- zo se pueden usar para referirse a la compra de esclavos o para comprar algo otra vez, esta, es una palabra genérica que se usa para la compra de cualquier cosa. Esta palabra habla de un precio que se paga y de transferencia de propietario, pero puede o no referirse a la liberación. Por lo que, sería correcto que dijé- ramos que todo el mundo ha sido redimido (2 Pedro 2:1). Cristo pagó el precio para la com- pra de toda la raza humana. Aquí el énfasis se coloca en la compra y la transferencia de pro- pietario. b. Los derivados de la palabra lutrao pueden usarse para la compra de objetos pero esta palabra es más específica que agorazo y con frecuencia se refiere a la compra o rescate de seres humanos tales como esclavos, rehenes o prisioneros de guerra. Esta palabra se refiere de una manera más clara a la compra de algo que antes se poseía originalmente. La antigua y común imagen de la liberación de los escla- vos y prisioneros mediante el pago de un res- cate encaja muy bien con las enseñanzas del Nuevo Testamento acerca de las personas que eran prisioneras del pecado y de la muerte.23 A diferencia de agorazo, que no necesita men- cionar el hecho de la liberación, el grupo de palabras lutrao (tal como se usan en el Nuevo Testamento) siempre mencionan una libera- ción, librar a alguien, o poner en libertad del pecado. Por lo tanto, esta palabra nunca se usa para referirse a los no salvos. Su énfasis es la libertad, liberación que ha sido asegurada, con el precio pagado por Cristo. IV.Reconciliación – El Aspecto de la Expia- ción Dirigido Hacia el Hombre A. Trasfondo de la Idea de Reconciliación La verdad de la reconciliación presupone que el hombre fue o es el enemigo de Dios. La i- sa y hostil s palabras que se tra- ducen reconciliación. 23 Vea Juan 5:24, 8:34; Rom. 6:6, 14, 18, 22; 7:14, 23; 8:2; 1 Cor. 15:24-26; 2 Tim. 1:10, Heb. 2:14- 15; 1 Juan. 3:14. Heb. 2:14-15 nos da el concepto de la redención de la muerte pero no usa precisa- mente la palabra redención. enemistad del hombre hacia Dios se enseña no solo en los contextos que hablan de reconci- liación (Rom. 5:10; Col. 1:21-22), sino tam- bién en muchos otros pasajes (Lucas 19:27; Rom. 8:7, “de la carne” se refieren a los no salvos, 1 Cor. 15:25; Fil. 3:18). …Por cuanto los designios de la carne (los incrédulos) son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden24 [Rom. 8:7]. Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enem gos de la cruz de Cristo [Fil. 3:18]. Es evidente por la experiencia que los no sal- vos son hostiles hacia Dios. Para dar el pano- rama completo hemos de añadir que Dios ama a Sus enemigos (Juan 3:16; Rom. 5:8, etc.). El distanciamiento, fue la culpa del hombre. Fue el hombre quien causó la separación. El hom- bre le dio la espalda a Dios y se extravió de El. Dios no tiene culpa alguna. Sin embargo, Dios reaccionó a la hostilidad humana con una indignación justa y santa. Por consiguien- te es correcto decir que la hostilidad era mu- tua. El hombre veía a Dios como un enemigo, y Dios también veía al hombre como Su ene- migo. La diferencia es que el hombre era pe- cador en su hostilidad hacia Dios y Dios era plenamente justificado en Su hostilidad hacia el hombre. La doctrina de la reconciliación toma en consideración la manera en que la obra de la Cruz afectó la tan ten relación entre Dios y el hombre. B. El significado de la 24 Rom. 8:9 define aquellos que están en la carne como los que no poseen el Espíritu Santo y que no pertenecen a Cristo. Por lo que, por la definición de Pablo “en la carne” en este contexto se refiere a los no salvos que carecen del Espíritu Santo. Por esta razón el verso 7 que se cita aquí, los clasifica co- mo enemigos hostiles a Dios (que carecen de re- conciliación).
  • 131. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 1 121 1. En el mundo secular antiguo, el término reconciliación al parecer tuvo su origen como un término de las finanzas. Se usó para el in- tercambio de un tipo de moneda en otro (ya sea para hacer cambio o para intercambiar dinero extranjero). Con el paso del tiempo el mundo la usó para referirse al cambio en la relación entre la gente, y hablando específi- camente un cambio de una relación de hostili- dad a una de paz.25 En cierta forma el uso secular del término no ha cambiado. La re- conciliación todavía tiene que ver con las fi- nanzas (por ejemplo, al reconciliar las cuen- tas) y relaciones (por ejemplo, una pareja con problemas en el matrimonio se reconcilia). 2. En las Escrituras, la palabra reconciliación se usa tanto en contextos que no hablan de salvación como en contextos que si hablan de salvación. a. En contextos que no se refieren a la salva- ción prevalece la idea de cambiar una relación para mejorarla. Existe un cambio de hostilidad a paz y amistad. Se usa la palabra diallasso en estos casos: “…porque ¿con qué cosa (David) se reconciliaría (diallasso) con su señor (Saúl) que con las cabezas de estos hombres?” [1 Sam. 29:4 (LXX)]. “… anda, reconcíliate (diallasso) pri- mero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda” [Mat. 5:24]. …y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese (katallasso) con su mari- do… [1 Cor. 7:11]. b. Note que la idea de hostilidad se presenta en la mayoría de las veces que se usa la pala- bra reconciliado. A esta realidad, le agrega- mos la enseñanza general en cuanto a la ene- mistad del hombre con Dios y como resultado tenemos la validación de que no existe ningún cambio de significado cuando se usa la pala- bra reconciliación en los contextos que no 25 Morris, 215. hablan de salvación ya que se habla de un cambio en la relación de la hostilidad a la paz. Porque si siendo enemigos, fuimos re- conciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconci- liados, seremos salvos por su vida. [Rom. 5:10]. Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vues- tra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado… [Col. 1:21-22]. Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared in- termedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los man- damientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y median- te la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las ene- mistades26 [Ef. 2:14-16]. Las Escrituras usan reconciliación en el senti- do ordinario de cambiar una relación a fin de que esta se mejore. La relación es alterada de enemistad y hostilidad a amistad y paz. C. Detalles sobre la doctrina de la reconcilia- ción 1. La Biblia nos ofrece dos aspectos, o fases para la reconciliación. En un sentido objetivo la reconciliación ya se ha llevado a cabo en el pasado en la Cruz. Todo el mundo fue recon- ciliado sea creyente o incrédulo. Sin embargo, en un sentido subjetivo el individuo es re- conciliado con Dios en el momento de la conversión. Se pueden observar estas dos fases de reconciliación en los principales pa- sajes Bíblicos que tratan del tema. Las seccio- nes recalcadas con letra más obscura indican la reconciliación universal en la cruz. Las palabras en letra cursiva indican la reconcilia- 26 Ef. 2:14-16 incluye la reconciliación de los pue- blos uno con otro (Judío y gentil) además de la reconciliación con Dios.
  • 132. No Solo de Pan 122 ción individual en el momento de confiar en Cristo para la salvación. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando recon- ciliados, seremos salvos por su vida. Y no sólo esto, sino que también nos glo- riamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación. [Rom. 5:10- 11]. Pablo comunica a sus lectores que en un sen- tido, ellos fueron reconciliados con Dios en el pasado en el momento de la muerte de Cristo; pero en otro sentido ellos están siendo recon- ciliados con Dios ahora, en el momento de la salvación. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la re- conciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios [2 Cor. 5:18-20]. Aunque Dios por medio de Cristo ha reconci- liado a todo el mundo consigo mismo, Pablo declaraba que él (Pablo) estaba rogando a los individuos que se reconciliaran con Dios. El “ministerio de la reconciliación” es la obra de ofrecer la reconciliación a individuos que, en un sentido más universal, ya han sido reconci- liados por la cruz. …y por medio de él reconciliar con- sigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz. Y a vosotros tam- bién, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconcilia- do en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él [Col. 1:20-22]. El verso veinte habla de una reconciliación universal que ocurrió por medio de la cruz. El verso veintidós se refiere a la reconciliación individual que para los creyentes ocurre en el momento de la salvación. 2. Las dos fases de la reconciliación son la universal y la individual. a. La reconciliación universal se llevó a cabo en la cruz. ¿Qué es lo que quiere decir la Bi- blia cuando enseña que todo el mundo ha sido reconciliado con Dios? Ciertamente no signi- fica que todos han sido salvos o que ya han dejado de ser enemigos de Dios. ¿En qué sen- tido ha restaurado la cruz la relación entre el hombre y Dios? y ¿En qué sentido la ha mejo- rado? El autor cree que la clave para descifrar esto se encuentra en 2 Cor. 5:19 donde está escrito “que Dios estaba en Cristo reconciliando con- sigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados” Antes de la caída, el pecado no era ningún factor que amenazara al hombre con el infierno eterno; después de la caída el pecado entró en el mundo y se con- virtió en la base potencial de la condenación eterna del hombre. En relación al pecado que fue la base de la muerte eterna, la cruz recon- cilió a todos los hombres y los llevó a su rela- ción original con Dios. La cruz derrotó al pe- cado de una manera tal que ahora la base para la muerte eterna no es el pecado sino el recha- zo de Cristo.27 El pecado ya no es el asunto importante que determina el destino eterno de una persona. Dios solo está interesado en lo que una persona hace con Su Hijo Jesucristo. Sobre este punto restringido pero importante, el mundo entero ha sido restaurado a su con- dición original. Los que no son salvos son 27 Vea la discusión de la nota número 5 bajo la “Doctrina del Hombre,” Capítulo 6, págs. 70-72.
  • 133. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 1 123 todavía culpables y Dios pudo haber conde- nado justamente a la raza humana por el peca- do; pero Dios, por medio de la Cruz, es justo y lleno de gracia por cuanto no ejecuta esta acción. Nadie sufrirá el castigo en el sentido eterno ni por el pecado de Adán ni por sus pecados individuales. Si las personas entran en el infierno, será por la indiferencia hacia Cristo. En relación a la condenación eterna que fue causada por el pecado solamente, el mundo entero es reconciliado con Dios. El mundo ha regresado a su relación original con Dios. b. La reconciliación individual se lleva a cabo en el momento de la salvación. El mun- do entero fue reconciliado en la cruz en el sentido limitado ya que el pecado no es la base de la condenación eterna. Sin embargo, las personas que no son salvas son todavía culpables de pecado. Todavía son hostiles, separados y enemigos de Dios. Por lo tanto, debe llevarse a cabo una reconciliación indi- vidual con el fin de eliminar por completo cualquier área en la que Dios y el hombre tengan disparidad – una reconciliación sin restricciones. Cada creyente es reconciliado con Dios de forma individual en el momento de la salva- ción. A esto le podríamos llamar la segunda fase de la reconciliación, reconciliación subje- tiva o reconciliación individual. En ese mo- mento cesan ya la hostilidad y el antagonismo y son reemplazados con comunión, amistad y paz (compare las palabras paz y reconcilia- ción en el mismo contexto, por ejemplo Rom. 5:1, 10-11; Ef. 2:14-16; Col. 1:20). 3. La Biblia siempre menciona a Dios co- mo el que toma la iniciativa en el proceso de la reconciliación y al hombre como el que es reconciliado. Dios reconcilió al hombre con- sigo mismo. El hombre es reconciliado. Dios lo lleva a cabo. Al hombre se le presenta co- mo rebelde y sin ningún interés de amistad con Dios. A Dios se le presenta como alcan- zando al hombre, haciendo todo esfuerzo para reconciliarlo. Es entendible que al hombre se le mencione siempre con la necesidad de la reconciliación ya que él es quien ocasionó la relación de tensión al principio. Aunque la Biblia describa a Dios reconcilián- dose con el hombre, los teólogos se cuestio- nan si es correcto pensar de esa manera. El Hombre necesitaba reconciliarse con Dios definitivamente. El fue quien creó la enemis- tad, y él es quien necesita “el cambio para mejorar.” Sin embargo, la rebelión del hombre cambió la manera en la que Dios obra y trata con el hombre. Por esta razón, el autor cree que es correcto decir que Dios fue también reconciliado al hombre por medio de la cruz (aunque la Biblia siempre exprese este cambio en la relación como el hombre siendo reconci- liado con Dios). La cruz cambió la relación del hombre hacia Dios pero también cambió la relación de Dios hacia el hombre. 4. Resumen: Reconciliar significa cambiar una relación. Hablando específicamente, de una relación de hostilidad y enemistad a una de paz y amistad. El mundo entero fue recon- ciliado con Dios en la cruz en el sentido en que el pecado heredado y los actos de pecado ya no son la base que amenaza con condena- ción. El rechazo del Salvador trae la condena- ción eterna. Por lo que, todavía hay una nece- sidad de apelar a los individuos para que conf- íen en Cristo como Salvador y para recibir una reconciliación individual y personal que eli- mine todas las áreas en donde Dios y el hom- bre estén enemistados y a la vez lleve al hom- bre a la comunión y a la paz con Dios. V. La Propiciación: El Aspecto de la Expia- ción Dirigido hacia Dios Cuando decimos que Cristo propició a Dios significa que El removió la ofensa del pecado y por lo tanto eliminó la ira de Dios. Otras maneras de explicar el concepto son las si- guientes: La cruz apaciguó la ira de Dios, calmó la ira de Dios, y aplacó la ira de Dios. La muerte de Cristo satisfizo la recta ira de Dios de modo que Su ira fue desviada de no- sotros. Así como la redención es aspecto de la expiación dirigido al pecado y la reconcilia- ción es el aspecto de la expiación dirigido al
  • 134. No Solo de Pan 124 hombre, la propiciación es el aspecto de la expiación dirigido a Dios. La Redención presenta al hombre como un esclavo prisionero como un rehén del pecado. La reconciliación presenta al hombre como un enemigo que está alejado de Dios. La propi- ciación presenta al hombre como un criminal culpable cuya ofensa ha airado justamente al Juez.28 Ha habido una tendencia en tiempos moder- nos para eliminar la traducción de propicia- ción. Ha de tenerse mucho cuidado para que los conservadores no imiten el pensamiento liberal de este mundo. Por causa de que los liberales vacilan en dar énfasis a la ira de Dios, ellos piensan en términos de la muerte de Cristo co- mo una muerte satisfactoria o expiatoria. De una manera que no se especifi- ca, esa muerte fue satisfactoria para Dios y expió (o cubrió) nuestros pecados. Esta muer- te quitó nuestra culpa y obligación por el pe- cado. Estos conceptos son verdaderos pero la Biblia es más específica. La muerte de Cristo fue satisfactoria ya que desvió la ira de Dios. A fin de propiciar a Dios, Cristo tuvo en rea- lidad que expiar (o cubrir) el pecado, pero a menos que se incluya la desviación de la ira, estaremos dando una definición deficiente de propiciación. Es mejor retener el término de la propiciación y explicarlo con exactitud para que las personas se acostumbren a él.29 Ya que ha existido un movimiento para redefinir 28 Por medio de Su muerte Cristo ya ha pagado el precio de la redención por el pecado. El ha propi- ciado la ira de Dios y reconciliado al hombre con Dios. No hay un orden cronológico ya que todo se cumplió al mismo tiempo. Sin embargo, el orden lógico sería: primero, Cristo pagó la redención por el pecado; segundo, El propició la ira de Dios ya que se ha pagado el precio de la redención; y terce- ro, El reconcilió el hombre con Dios ya que se habia pagado el precio de la redención y se había satisfecho la ira de Dios. 29 La Nueva Versión Internacional no traduce pro- piciación en 1 Juan 2:2 y usa el sacrificio por el perdón. la propiciación, la siguiente sección presenta el caso de la definición tradicional. A. Definición de Propiciación 1. En el griego no Bíblico existen bastantes ejemplos antiguos donde se usa el grupo de palabras de la propiciación para apaciguar la ira y particularmente la ira de los dioses. Homero escribe estas líneas: “así que todo el día procuraron apaciguar la ira de los dioses con una canción,” “que al primero de los dio- ses yo pueda propiciar sea a Atena.”30 Jose- fo escribe del incidente del Antiguo Testa- mento que se encuentra en 1 Samuel 14 donde Saúl había proferido una maldición en contra de todo aquel que comiera en el día de la bata- lla. Jonatán, quien no estaba enterado de la maldición de su padre, había comido algo de miel. Saúl quería sacrificar a Jonatán y así apaciguar la ira de Dios. Ciertamente juro por Dios mismo que aunque fuera mi propio hijo Jonatán que hubiese cometido este pecado, lo mataré y propiciaré así a Dios, como si fuera un extraño sin parentesco conmigo de quien yo me vengaría.31 Filo quien vivió en la época de los apóstoles usa también la idea de aplacar la ira de Dios. En la siguiente cita la palabra “amor” se re- fiere a Dios. Porque yo (Dios) acepto tanto al que desea gozar de mi poder benéfico y de esta manera participar de bendiciones como aquel que propicia el dominio y autoridad del amo (Dios) para evitar el castigo.32 Aun después de los tiempos del Nuevo Tes- tamento, El grupo de palabras de la propicia- ción continuó refiriéndose a la satisfacción de la ira. El Pastor de Hermas, que fue escrito 30 La Ilíada y La Odisea de Homero, Vol. 1 (Bi- blioteca Clásica Loeb) 99 y 39. 31 Jewish Antiquities de Josefo, Vol. 5 (Biblioteca Clásica Loeb) 229. 32 Filo, Vol. 6 (Biblioteca Clásica Loeb) 67.
  • 135. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 1 125 aproximadamente en el 160 DC, en una de sus secciones menciona lo siguiente: “Si este pecado se me ha asignado, ¿Cómo puedo ser salvo?, o ¿Cómo propiciaré a Dios…?”33 Todos estos ejemplos muestran que el mundo antiguo consideraba que el significado de la palabra propiciación era la satisfacción de la ira de los dioses (o de Dios). Cuando el estudiante de la Biblia se remite a las Escrituras, este deberá demandar una evi- dencia fuerte antes de dar una redefinición de la palabra propiciación. En la ausencia de tal evidencia, se deberá conservar la definición de “aplacar o apaciguar la Ira de Dios”. 2. El grupo de palabras de la propiciación se usa en las Escrituras para expresar la desvia- ción de la ira de Dios y se encuentra en la Septuaginta y en el Nuevo testamento. a. Es evidente aún para el lector casual de la Biblia que esta presenta a Dios airado por el pecado. Esto es tan común que no es necesa- rio dar una lista completa de pasajes (Juan 3:36; Rom. 1:18, 12:19; Ef. 5:6; Col. 3:6; 2 Tes. 1:7-8; Heb. 10:31, 12:29; Ap. 6:16; 19:15, 20:11-15). El fondo histórico del uso no bíblico del grupo de palabras de la propi- ciación sumado a la enseñanza general de la ira de Dios llevaría a los intérpretes a traducir la palabra propiciación como la desviación o la satisfacción de la ira. Si los contextos Bíblicos donde encontramos la palabra propi- ciación también mencionan la ira de Dios en- tonces no debe haber ninguna duda en cuanto al significado del término. b. El Antiguo Testamento hebreo fue tradu- cido al griego aproximadamente en el año 200 A.C. Como los autores del Nuevo Tes- tamento estaban familiarizados con el Antiguo Testamento griego (llamado Septuaginta), las definiciones de las palabras de la Septuaginta influenciaron su pensamiento. En ciertos con- 33 Los Padres Ante-Nicenos por Alexander Roberts y James Donaldson, ed., vol. 2 (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans) 10. (Vea también 1 Clemente 7:17.) textos de la Septuaginta, se observa que las palabras que se usan para propiciación signi- fican claramente desviar la ira. En Exodo 32 Moisés descubre que los israelitas habían adorado a un becerro de oro. Moisés está tratando de persuadir a Dios pare que no los elimine “de sobre la faz de la tierra” en Su santa ira. Luego en Ex. 32:14 la Septuaginta dice, “y el Señor fue propiciado para preser- var a Su Pueblo.” Por su intercesión Moisés desvió la ira de Dios que iba dirigida hacia su nación idólatra. Otro ejemplo del Antiguo Testamento donde se usa el grupo de palabras de la propiciación para referirse a apaciguar la ira es Sal. 130:3-4 (LXX, Sal. 129). El verso 3 enseña que todos los hombres son culpables de pecado y que ninguno podría permanecer delante de la ira de Dios si El no diera gracia: “Si tú, oh Señor, marcaras las iniquidades, Oh Señor, ¿quién permanecerá?” Luego el verso 4 usa un elemento del grupo de palabras de la propiciación para explicar que la ira de Dios no requiere acarrear destrucción: “Porque contigo hay propiciación.” La palabra en este contexto significa satisfacción o desviación de la ira. Dado el uso antiguo secular, la doctrina de la ira recta de Dios, y el trasfondo histórico del Antiguo Testamento griego, si la ira de Dios se menciona en los contextos del Nuevo Testamento que contienen la palabra propicia- ción, entonces su definición deberá entenderse como el apaciguamiento de la ira.34 c. La Propiciación en el Nuevo Testamento Las palabras que pertenecen a la familia de la propiciación (del griego: ilasmos) se encuen- tran solo unas cuantas veces en el Nuevo Tes- tamento. El verbo (propiciar) aparece en Lu- cas 18:13 y Heb. 2:17, y las dos formas del pronombre griego (traducidas ambas propi- ciación) aparecen en Rom. 3:25; Heb. 9:5; 1 Juan 2:2 y 4:10. Finalmente, el adjetivo (pro- picio) aparece en Heb. 8:12 y Mat. 16:22. Rom. 3:25 es un pasaje clave tanto en el libro de Romanos como en la doctrina de la propi- 34 Vea también 2 Macabeos. 7:32-38; 4 Macabeos. 6:28, 9:24, 12:18.
  • 136. No Solo de Pan 126 ciación: “a quien Dios puso como propicia- ción por medio de la fe en su sangre” ¿Acaso se encuentra la idea de la ira de Dios en el contexto? Al principio en Rom. 1:18, el obje- tivo de Pablo en la primera sección de Roma- nos ha sido establecer que todos somos peca- dores culpables con la amenaza de la ira santa de Dios. El declara, “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres…” (Rom. 1:18). El apóstol continua diciendo en Rom. 2:6-8 “el cual pagará a cada uno conforme a sus obras…. ira y enojo a los que son contencio- sos y no obedecen a la verdad, sino que obe- decen a la injusticia” Delante de este Dios lleno de ira, todos somos pecadores (Rom. 3:10, 23) y todos somos culpables (Rom. 3:19). Es dentro de este contexto que Rom. 3:25 afirma que Cristo Jesús es la propicia- ción. Existen bastantes razones para creer que el concepto que se quiere transmitir aquí es el de la desviación de la ira. Recordemos que Pablo está escribiendo a los gentiles. No tendría sentido que Pablo seleccionara una palabra que universalmente significa la satis- facción de la ira entre los autores paganos y que esperara que sus lectores entendieran algo diferente. Lucas 18:13 también contiene la idea de la desviación de la ira. Una persona puede cubrir o expiar el pecado (ya que es un acto o una acción) pero una persona propicia a Dios (que es persona). El ruego, “Dios, sé propicio a mí, pecador,” no es una petición para ser cubierto por Dios. Ya que la persona involucrada es Dios y no el pecado, este ruego tiene que lle- var implícita la desviación de la ira. Aunque las palabras ira o enojo no se encuen- tran en el contexto de 1 Juan 2:1-2, parece más lógico deducir que Juan estaba pensando en la indignación potencial de Dios. En el versículo uno él dice a sus lectores que no pequen, pero el también desea que ellos ten- gan consuelo y seguridad en caso que ellos lo hagan. Podemos tener paz porque, como lo afirma el versículo dos, Cristo es la propicia- ción por nuestros pecados. Parecería que la mayor preocupación que los pecadores pueden tener sería concerniente a la ira de Dios. Si el creyente peca, ¿Acaso no infligirá castigo Dios nuestro Juez? La res- puesta es, “¡No!” Cristo es nuestro abogado y El es nuestra propiciación. Si alguno piensa que la idea de cubrir los pe- cados es suficiente en este contexto, Entonces la pregunta que surgiría seria, “¿Porqué es tan importante para un pecador creyente que Cris- to haya cubierto nuestros pecados?” A noso- tros nos produce alivio el hecho de que El ha cubierto nuestros pecados ya que sin esta ben- dición estaríamos sujetos a la ira eterna de Dios. La necesidad de seguridad para el cre- yente que ha pecado proviene probablemente de un temor hacia la ira potencial de Dios. Así que aunque la palabra ira no aparezca, aquí la interpretación más lógica de 1 Juan 2:1-2 es que Juan está consolando a los creyentes re- beldes enseñándoles a la vez que Cristo ha satisfecho la ira de Dios. En los pasajes teológicos restantes que invo- lucran la doctrina de la propiciación (Heb. 2:17, 8:12; 1 Juan 4:10), el concepto de des- viación de la ira no se puede excluir de mane- ra concluyente ni se puede probar de manera definitiva. Los versículos podrán referirse a cubrir el pecado o a desviar la ira. Sin embar- go, a menos que exista una evidencia abun- dante de lo contrario, a la palabra deberá dársele su significado de costumbre. La ex- piación del pecado es ciertamente necesaria para llevar a cabo la propiciación de Dios, pero el dar énfasis al primer concepto y des- cuidar el segundo sería tener un concepto no completamente Bíblico de la expiación. Cristo sobre la cruz satisfizo y desvió la ira de Dios por nuestros pecados. Este es el significado de la propiciación. B. Tres Aplicaciones o Fases de la Propicia- ción Ya se ha establecido que propiciar es aplacar y desviar la ira de Dios. El Nuevo Testamento nos ofrece tres diferentes aspectos de la propi- ciación.
  • 137. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 1 127 1. En la cruz se llevó a cabo la propiciación para el mundo entero. 1 Juan 2:2 enseña que Cristo propició a Dios con respecto a los pe- cados de todo el mundo. En cierto sentido la ira de Dios por los pecados de todo el mun- do fue satisfecha a través de la muerte de Cristo sobre la cruz. Esta idea no se conside- ra generalmente cuando se formula la teolog- ía. Parece ser que la ira de Dios se ha desvia- do en el sentido de que El no inflige condena- ción eterna en base a los pecados heredados o personales. La ira de Dios por los pecados del mundo ya ha sido satisfecha en lo que a la condenación por los pecados se refiere. Es verdad que los no salvos todavía son culpa- bles de pecado. Sin Embargo, la ira eterna está basada ahora en el pecado principal de no obedecer al Evangelio (2 Tes. 1:8; Juan 3:18). Otros textos que hablan de la ira de Dios por el pecado hablan de una ira temporal (por ejemplo Rom. 1:18 donde el castigo no es el infierno sino la desolación causada por un estilo de vida perverso), o también de lo que hubiera pasado si Cristo no hubiera venido a dar una solución (ej. Rom. 2:6-8). Y aunque los pecados individuales juegan un papel para determinar el grado de castigo (Lucas 12:48), la base para la condenación eterna no es el pecado personal o el heredado sino el rechazo de Cristo. En relación a la ira eterna de Dios, El ya ha sido propiciado por el pecado de todo el mundo (1 Juan 2:2; compárese con 2 Cor. 5:19). Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nues- tros, sino también por los de todo el mundo [1 Juan 2:2]. 1 Juan 2:2 es el único versículo que enseña claramente que la propiciación en el momento de la cruz es de alcance universal. Sin embar- go, hay otros dos textos más que hablan de la propiciación en el momento de la cruz benefi- ciando a un pueblo entero: El pueblo de Dios o los elegidos (vea Heb. 2:17 y 1 Juan 4:10). 2. La propiciación para el individuo ocurre en el momento de establecer la fe en Cristo. Aunque Juan enseña en 1 Juan 2:2 que la ira eterna de Dios por el pecado ya ha sido satis- fecha, el enseña también en Juan 3:36 y 16:9 que Dios está airado eternamente con aquellos que rechazan a Su Hijo (vea también 2 Tes. 1:8-9). De manera que, aunque la propiciación por los pecados en general se llevó a cabo en la cruz, la propiciación por el pecado principal de incredulidad no sucede hasta que una per- sona confía en Cristo para la salvación. Rom. 3:25 es lo suficientemente amplio como para cubrir ambos aspectos de la propiciación. Este versículo enseña que Cristo a la hora de Su muerte vino a ser propiciación. Esta enseñan- za muestra el concepto de Su muerte como la satisfacción de la ira eterna de Dios por los pecados personales y heredados. Sin embargo, la frase “por medio de la fe” da énfasis al hecho de que una plena eliminación de la ira de Dios llega en el momento de la fe. Aunque se tenga el concepto de que los pecados per- sonales por si solos no condenan eternamente, el incrédulo todavía está sujeto a la ira de Dios por el pecado de incredulidad. Una plena propiciación de la ira eterna de Dios no se lleva a cabo hasta que se ha colocado la fe en Cristo como nuestra propiciación. Aunque sea correcto declarar que la base de esta remoción plena de la ira eterna de Dios es lo que se llevó a cabo en la cruz, la ira permanece hasta el momento de la fe. A quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre,… [Rom. 3:25a]. 3. La propiciación de la ira de Dios ocurre cuando el creyente confiesa el pecado. Antes de la salvación una persona está relacionada con Dios principalmente en su función de Juez. Después de la salvación Dios se consi- dera a sí mismo con una nueva función de Padre. En su función de Juez, Dios ya ha sido propiciado por todos los pecados del creyente. Dios no puede airarse con el creyente en el sentido eterno (Juan 5:24; Rom. 5:9, 8:1; 1 Tes. 5:9). Sin embargo, en Su función de Pa- dre, Dios puede ser contristado cuando el cre- yente peca y puede airarse. Juan desea que los creyentes conozcan que Dios es propiciado
  • 138. No Solo de Pan 128 con respecto a los pecados de Sus hijos (1 Juan 2:1-2). Ya que Cristo es nuestra propi- ciación entonces tenemos dos verdades que resultan de esto. Primero, es imposible que el hijo de Dios sea el objeto de la ira eterna de Dios. Esto ofrece seguridad al creyente que peca. Segundo, Dios es propicio, o sea que se inclina o se predispone a cesar Su ira paternal por nuestro pecado. Debido a la propiciación de Cristo por los pecados de los creyentes, Dios con facilidad desvía Su ira temporal y perdona. Esto también es una verdad consola- dora para los creyentes “si alguno pecare” (1 Juan 2:1). A partir de la cruz, Dios es siempre propicio. La propiciación de la ira paternal de Dios por los pecados de los creyentes se lleva a cabo en el momento de la confesión de los mismos (1 Juan l:9).35 C. Implicaciones Mayores de la Doctrina de la Propiciación La satisfacción de la ira de Dios debido a los pecados personales y heredados efectuada por Cristo tiene un impacto en la doctrina de la salvación de los infantes y en las bases para la condenación eterna. Debido a que Dios con- dena a un alma al infierno no por el pecado personal sino por rechazar a Cristo o porque Dios sabe que esa alma no tiene potencial para la fe, podemos estar seguros que El derramará Su gracia para con aquellos que no han hecho uso de su voluntad tales como los infantes. Además, la condenación en su sentido eterno se basa en la respuesta de la persona hacia el Señor Jesucristo. Este tema ya ha sido tratado en el capítulo 6 págs. 69-72. VI.La Función de la Sangre de Cristo en la Expiación. 35 Algunos han considerado la oración de Lucas 18:13 como innecesaria después de la cruz. A partir de la muerte de Cristo, no es necesario orar para que Dios sea propiciado. El ya ha sido propiciado por los pecados del mundo entero. Sin embargo, como El todavía está airado por el pecado del in- crédulo (2 Tes. 1:8-9), la oración del pecador de Lucas 18 parece ser todavía adecuada para el mo- mento de la fe en Cristo. La función exacta de la sangre de Cristo ha provocado gran controversia dentro de los círculos cristianos. Algunos han contendido que la sangre es un símbolo que habla del sufrimiento y la muerte de Cristo y que la sangre física o literal juega un papel compara- tivamente insignificante. Se contiende que la muerte de Cristo proveyó la salvación y no necesariamente Su sangre física. Han de con- siderarse varias preguntas. ¿Es la sangre un símbolo del sufrimiento y la muerte de Cris- to?, o ¿Se refiere realmente a la sangre física? ¿Era necesaria la sangre física de Cristo para dar salvación? Si así fue, ¿Era eso todo lo necesario?, o ¿Existen otros aspectos en Su sacrificio? A. Observaciones acerca de la Sangre en la Biblia La palabra sangre ocurre aproximadamente noventa y nueve veces en el Nuevo Testamen- to y eso depende de los manuscritos que se usen para el conteo.36 Hay aproximadamente treinta y ocho referencias a la sangre de Cris- to. El resto se refieren a la sangre humana o de animales. He aquí los textos que enseñan acerca de la sangre de Cristo en relación con la provisión de la salvación. Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi san- gre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pe- cados [Mat. 26:27-28]. (Vea también Marcos 14:24; Lucas 22:20) Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. [Juan 6:53]. (Vea también Juan 6:55-56.) 36 Col. 1:14 tiene variantes concernientes a la pala- bra sangre.
  • 139. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 1 129 “…para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.” [Hechos 20:28]. A quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre… [Rom. 3:25]. Pues mucho más, estando ya justifica- dos en su sangre… [Rom. 5:9]. La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? [1 Cor. 10:16a]. “Asimismo tomó también la copa, des- pués de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi san- gre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí. Así, pues, todas las veces que co- miereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga. De manera que cualquie- ra que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será cul- pado del cuerpo y de la sangre del Se- ñor.” [1 Cor. 11:25-27]. En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, [Ef. 1:7]. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, hab- éis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. [Ef. 2:13]. Y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz [Col. 1:20]. (Vea Col. 1:14 en algunas versiones.) Y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención [Heb. 9:12]. Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, [Heb. 10:19]. ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado…? [Heb. 10:29]. Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado [Heb. 12:4]. A Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada [Heb. 12:24a]. Por lo cual también Jesús, para santifi- car al pueblo mediante su propia san- gre… [Heb. 13:12]. Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su volun- tad… [Heb. 13:20-21]. Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, pa- ra obedecer y ser rociados con la san- gre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas… [1 Pedro 1:2]. Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o pla- ta, sino con la sangre preciosa de Cris- to, como de un cordero sin mancha y sin contaminación [1 Pedro 1:18-19]. Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado [1 Juan 1:7]. Este es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre; no mediante agua so- lamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad. Y tres
  • 140. No Solo de Pan 130 son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan [1 Juan 5:6, 8]. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, [Ap. 1:5b]. … Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmo- lado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación [Ap. 5:9]. … Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ro- pas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero [Ap. 7:14]. Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero… [Ap. 12:11]. B. Conclusiones Acerca de la Función de la Sangre de Cristo en la Expiación 1. La sangre es más que un símbolo. El con- cluir que en la agonía de Cristo había más que sangrado es comprensible. Sin embargo, esta verdad no debe relegar la sangre literal a un factor insignificante en el logro de la salva- ción. El derramamiento de sangre pudo no haber sido el único sacrificio o costo para el Salvador. Sin embargo, este era un aspecto necesario del sacrificio de Cristo. La Salva- ción no podría haberse ofrecido sin el derra- mamiento de sangre. El Nuevo Testamento da un claro énfasis a la sangre de Cristo y la rela- ciona con todos los aspectos mayores de la expiación (ej. Perdón de pecados - Mat. 26:28, Ef. 1:7; justificación - Rom. 5:9; re- dención - Ef. 1:7, Heb. 9:12, 1 Pedro 1:19, Ap. 5:9; reconciliación - Co1. 1:20; y propi- ciación - Rom. 3:25). Uno de los castigos del pecado es la muerte física. Sin el derramamiento de la sangre físi- ca, que es un requisito esencial para la salva- ción del hombre, no hubiera existido perdón, redención, propiciación, reconciliación y jus- tificación para la humanidad. La “sangre” de Cristo no debiera considerarse solo un símbo- lo o un elemento menor en la provisión de la salvación. Sin embargo, también se comete un error al negar que Cristo hizo sacrificios adi- cionales y soportó dolores adicionales que eran de igual y vital importancia. Además, es probable que cuando los autores del Nuevo Testamento usaron la palabra sangre, querían decir su sangre literal además de todos los otros aspectos de Su sufrimiento y muerte. Sangre significa sangre, pero también tiene otro dignificado más profundo: habla de una muerte más grande, agonía y sacrificio. 2. Existen otros factores además de la sangre de Cristo que están en juego en la provisión de la salvación. Es difícil entender la totalidad de la cruz. Podemos estar seguros que hay otros factores además de la sangre en la obra de la cruz. Como ser humano normal en senti- do físico, Jesús se desangró cuando fue cir- cuncidado y cuando mudó de dientes como cualquier niño. Quizás sangró en el taller de carpintería o al viajar en los caminos ásperos de Israel. Sangró cuando los hombres de Pila- to le azotaron y cuando las espinas atravesa- ron Su frente. Sin embargo esas gotas de san- gre por si solas no fueron suficientes para la expiación. Hemos de considerar primordialmente que la declaración “la paga del pecado es muerte” se refiere principalmente a la muerte espiritual. Cristo pagó el castigo con la muerte física. Fue literal y absolutamente necesaria. Sin embargo, También debe haber pagado el dolor de la muerte espiritual y eterna. El soportó la muerte espiritual o sea la separación de Dios el Padre (Mat. 27:46), y la muerte eterna en el lago de fuego. Debió haber soportado un cas- tigo no idéntico al castigo del infierno eterno pero si equivalente. De alguna manera Cristo sintió la agonía del infierno eterno multiplica- do por billones para pagar por el pecado de billones y lo hizo durante esas cortas horas en la cruz. El sangrado fue necesario, pero la diferencia entre el sangrado de Cristo en la circuncisión y el sangrado de Cristo sobre la cruz es que Cristo fue el portador de los peca- dos en el momento en que estaba sobre la cruz El flujo de sangre fue necesario, pero tuvo
  • 141. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 1 131 que ser el flujo de sangre en el momento pre- ciso en que estaba llevando el peso del pe- cado o de lo contrario la sangre por sí misma no hubiera cumplido el objetivo de Dios. Fue la sangre de Cristo en el momento en el que El fue el portador de los pecados la que fue tan necesaria para la salvación, y la importancia de cargar con el pecado nos abre la mente a las profundidades de las agonías adicionales que Cristo sufrió. La sangre de Cristo fue lite- ral y necesaria pero existen agonías adiciona- les que ignoramos. No las entenderíamos al igual que no entendemos el concepto del cielo o del infierno. De esta manera la Biblia pre- senta la sangre como el aspecto más recalcado del sufrimiento de Cristo. La sangre fue nece- saria y fue el factor que nosotros entendemos mejor, pero la salvación era más complicada y aun más dolorosa que el hecho de sangrar. Con todo eso, Jehová quiso quebran- tarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expia- ción por el pecado… [Is. 53:10]. “…Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” [Mat. 27:46]. VII. El Significado y la Extensión de la Ex- piación A. El término Expiación del Antiguo Testa- mento Como un término Bíblico, expiación es es- trictamente hablando un término del Antiguo testamento que habla de sacrificios de anima- les. El verbo kapar (como en Yom Kippur, Día de la Expiación) ocurre aproximadamente 102 veces, y 3 formas diferentes del sustanti- vo se usan un total de 52 veces. La Expiación parece ser una idea compleja que tiene mu- chos aspectos. 1. Un aspecto de la expiación es la cobertura del pecado o la expiación del pecado (o sea el remover o eliminar la culpa y la obligación del pecado). La forma verbal y sustantiva aparece en Gén. 6:14 cuando Dios le dice a Noé “la calafatearás” (al arca) con brea por dentro y por fuera. Gén. 6:14 podría estar dándonos el significado original de, cubrir, a las palabras que se usan para la expiación. Los sacerdotes cubrieron el propiciatorio (traduci- do bien del hebreo) con sangre. Rom. 3:25 y Heb. 9-10 parecen enseñar que los pecados fueron cubiertos temporalmente bajo el siste- ma del Antiguo Testamento pero no fueron removidos de forma permanente. El sacrificio de Cristo expió de manera definitiva el peca- do. Es probablemente sabio que consideremos la expiación del Antiguo Testamento como la cobertura de los pecados o la remoción tem- poral de la obligación por el pecado hasta la venida de Cristo. 2. Un segundo aspecto de la expiación es la propiciación o la desviación de la ira. Si un estudiante de la Biblia tuviese que elegir un concepto del Nuevo Testamento que se rela- cione o que esté más cercano al término para la expiación del Antiguo Testamento tendría que ser el término propiciación. La traducción más común que se usa en la Septuaginta para la palabra hebrea kapar es el término griego para la propiciación. Además, Heb. 2:17 es un pasaje clave que relaciona la obra de un sa- cerdote (Cristo por el contexto) con la propi- ciación mediante un sacrificio. Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser mise- ricordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo [Heb. 2:17]. Existen varios ejemplos en el Antiguo Testa- mento en los que se usa una palabra que se deriva de la expiación para ofrecer un o pago o un regalo con el fin de desviar la ira. Cuan- do Jacob estaba a punto de reunirse con su hermano separado Esaú, El envía regalos de ganado para desviar la ira de su hermano. Porque dijo: Apaciguaré (del hebreo, expiar) su ira con el presente que va delante de mí, y después veré su rostro; quizá le seré acepto. [Gén. 32:20]. Proverbios 16:14 se refiere a un hombre sabio que procura expiar (o sea apaciguar o calmar)
  • 142. No Solo de Pan 132 la ira de un rey. La idea de propiciar debe incluirse en la definición de expiación. 3. Un tercer aspecto de la expiación es el de dar un pago para asegurar un favor; o sea re- dención. La forma del sustantivo hebreo en el grupo de la expiación con frecuencia se tradu- ce rescate. El pago del precio hecho por al- guien inocente a favor de alguien culpable no es difícil de observar en los ritos de los sacri- ficios del Antiguo Testamento. Varios textos del Antiguo Testamento que usan la forma del sustantivo de la expiación se refieren al pago de un precio. Con frecuencia el precio es pa- gado para asegurar un favor. En Ex. 32:30 Moisés les dice a los hijos de Israel que el va a tratar aplacar a Dios por el pecado de adorar el becerro de oro. En seguida el procede a ofrecer su propia vida como pago a cambio de preservar al pueblo de Israel. Núm. 35:31 instruye a las autoridades civiles a no hacer expiación por la vida de un asesino. Esto sig- nifica que no deberían de tomar una cantidad de dinero para asegurar el favor de los jueces. 1 Sam. 12:3 nos define de manera similar la expiación. Samuel está a punto de reconfirmar al rey de Israel pero antes, el defiende su pro- pia integridad. “…si he calumniado a alguien, si he agraviado a alguno, o si de alguien he tomado cohecho (dinero para expia- ción) para cegar mis ojos con él?…” [1 Sam. 12:3]. En este pasaje la palabra relacionada a expia- ción se refiere al precio pagado para asegurar un determinado favor, un soborno o un resca- te. Moisés, en Dt. 32:43, promete que Dios vengará la sangre de los hebreos mediante la destrucción de sus enemigos. El por lo tanto “hará expiación por la tierra de su pueblo.” Dios hará que los enemigos de Israel paguen el precio con el fin de satisfacer a la tierra y al pueblo. Estos pasajes sugieren que el hecho de pagar una cantidad para asegurar un favor es otro aspecto de la expiación. La expiación involucra redención en el sentido de que se tiene que pagar un precio para corregir una relación.37 En Sal. 49:7 redención y expia- ción se presentan como paralelos. 4. Un cuarto aspecto de la expiación es la reconciliación. Es obvio que el propósito de los sacrificios del Antiguo Testamento era el de traer al hombre a fin de que este tenga una relación con Dios o sea para efectuar una re- conciliación. Los traductores de la Reina Va- lera pensaron que expiación significaba re- conciliación en Lev. 8:15. Otros pasajes que tratan el asunto son: Ez. 45:15, 17, etc.). 5. Resumen: La palabra expiación es una palabra que usa el Antiguo Testamento para describir la importancia de los sacrificios animales. El concepto contiene varios facto- res. La sangre de los animales cubría los pe- cados de manera temporal hasta que fuese sacrificado el verdadero Cordero de Dios. Existía una remoción temporal de la culpa y la obligación del pecado (o sea expiación) en vista de la remoción final a ser efectuada por la cruz en el futuro. Cuando la persona en el Antiguo Testamento expresaba su fe en Dios y ofrecía los sacrifi- cios (a diferencia de ofrecer con una actitud de orgullo y auto justificación tratando de ganar la salvación), estaba mostrando que era salva.38 37 Otros versículos que incluyen la idea de pagar un precio son: Ex. 30:12; Núm. 31:50; Deut. 21:1- 9; Is. 43:3. El Antiguo Testamento parece tener una idea general del concepto de redención. Fue nece- sario pagar un precio para asegurar una presenta- ción delante de Dios. El Nuevo Testamento rela- ciona más específicamente la redención con la compra y la liberación de un esclavo. 38 Los sacrificios de animales por si solos no traer- ían la salvación (Sal. 40:6; 51:16-17; Isa 1:11 y ss.; Amós 5:22; Miqueas 6:6-8). Los santos del Anti- guo Testamento eran salvos por la fe (Gén. 15:6; Rom. 4; Heb. 11:2 y ss.). Dios deseaba que los santos del Antiguo Testamento expresaran su fe al hacer los sacrificios. Sin conocer la función preci- sa de la sangre de los animales, ellos supieron que la sangre de los animales no era suficiente. Sin conocer la función precisa de la sangre de los ani- males, ellos simplemente cumplieron con los requi-
  • 143. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 1 133 Antes de la muerte de Cristo, aquellos sacrifi- cios que fueron ofrecidos como una expresión de la fe en Dios hacían una expiación. Estos cubrieron el pecado (expiaron) quitando de manera tentativa la obligación y la culpa. Es- tos pagaron el precio (redención) para asegu- rar el favor de Dios al aplacar Su ira (propi- ciación). El resultado de la fe que fue expre- sada por los sacrificios fue una relación con Dios (reconciliación). Expiación es una pala- bra que se usa para referirse a todo lo que fue cumplido por los sacrificios de los animales (expiación, redención, propiciación, y recon- ciliación). B. La Expiación Considerada Como un Término Teológico Expiación no es una palabra solo del Nuevo Testamento. (Se encuentra en la versión ingle- sa del rey Santiago en Rom. 5:11 pero es una mala traducción.) Sin Embargo, el Nuevo Testamento, especialmente el libro de Hebre- os, enseña que los sacrificios del Antiguo Tes- tamento representaban el sacrificio de Cristo. Por lo que es común entre los teólogos que se use la palabra expiación como un término que abarca toda la obra de la cruz. Expiación se refiere a todo lo que la muerte de Cristo llevó a cabo con el fin de proveer la salvación. Cuando deseamos poner énfasis en todo lo que se llevó a cabo por la obra de Cristo y no solo en un aspecto (tal como la redención, reconciliación, propiciación), el término ex- piación es apropiado. C. La Extensión de la Expiación Los calvinistas de “Cinco puntos” afirman que Cristo murió solo por los elegidos. Aunque sitos de Dios y confiaron que El a Su tiempo y a Su manera se ocuparía de los detalles de la salvación. Esencialmente, Dios le dijo al pueblo del Antiguo Testamento, “los sacrificios por si solos no pueden salvarte pero muéstrame que confías en Mi al ofre- cerlos. Confía que yo obraré todas las provisiones adicionales que se requieren en la salvación.” Los que sacrificaron sin fe pensando que sus obras de justicia les salvarían erraron en comprender el ob- jetivo de los sacrificios animales. reconocemos que muchos buenos cristianos creen en este tipo de “expiación limitada”, la Biblia enseña una expiación ilimitada. Existe una manera en que la redención (2 Pedro 2:1), la reconciliación (2 Cor. 5:19; Col. 1:20), y la propiciación (1 Juan 2:2) se lleva- ron a cabo para todo el mundo. Entre los Tex- tos que enseñan la expiación ilimitada se en- cuentran los siguientes: “… He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.” [Juan 1:29]. “Porque de tal manera amó Dios al mundo…” [Juan 3:16]. “…verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo” [Juan 4:42]. “…y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo. …” [Juan 6:51]. “Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.” [Juan 12:32]. “…porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo.” [Juan 12:47]. “…Pero Dios… ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan” [Hechos 17:30]. … Que Dios estaba en Cristo reconci- liando consigo al mundo, no tomándo- les en cuenta a los hombres sus peca- dos, [2 Cor. 5:19]. El cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. [1 Tim. 2:4]. El cual se dio a sí mismo en rescate por todos,… [1 Tim. 2:6]. Que es el Salvador de todos los hom- bres, mayormente de los que creen. [1 Tim. 4:10].
  • 144. No Solo de Pan 134 Porque la gracia de Dios se ha mani- festado para salvación a todos los hombres, [Tito 2:11]. Para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos [Heb. 2:9]. Pero hubo también falsos profetas en- tre el pueblo, como habrá entre voso- tros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los res- cató, (redimió) atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. [2 Pe- dro 2:1]. Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nues- tros, sino también por los de todo el mundo. [1 Juan 2:2]. D. La Finalidad de la Expiación Los reformadores creían que el punto de vista Católico Romano acerca de la eucaristía era ofensivo particularmente ya que implicaba que Cristo era sacrificado una y otra vez ya que se ofrecía en cada misa el cuerpo y la sangre reales del Señor. Las Escrituras ense- ñan que la expiación en la cruz fue suficiente y final. Nunca más habrá necesidad de una obra o sacrificio adicional. Con frecuencia se usa la expresión una sola vez al referirse a la cruz. Además, el concepto de la posición de Cristo a la diestra del Padre comunica una obra ya completa (véase Col. 3:1; Heb. 1:3, 8:1, 10:12, 12:1-2, que son pasajes que hablan de la posición de Cristo a la diestra del Padre después de haber terminado Su obra), a dife- rencia de los sacerdotes Levitas que ofrecían sacrificios animales de manera continua (vea Rom. 6:10; Heb. 7:27; 9:12; 9:26, 28; 10:10; 10:14; 1 Pedro 3:18). Y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lu- gar Santísimo, habiendo obtenido eter- na redención. [Heb. 9:12]. De otra manera le hubiera sido necesa- rio padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado [Heb. 9:26]. En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Je- sucristo hecha una vez para siempre. [Heb.10:10]. Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, [Heb. 10:12]. Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santifi- cados. [Heb. 10:14]. …“Consumado es”… [Juan 19:30].
  • 145. 135 Capítulo 9 SOTERIOLOGIA La Doctrina de la salvación Parte II: SALVACION APLICADA BOSQUEJO I. La Salvación Aplicada por Dios en la Eter- nidad Pasada 136 A. Factores que Influyen Nuestro Punto de Vista acerca de la Elección 1. Dios Ama a Todo el Mundo 2. Cristo Murió por el Mundo Entero 3. El Mensaje del Evangelio de Salva- ción se Dirige a Todas las Personas 4. Dios Desea que Todos Sean Salvos 137 5. La Base de la Condenación Eterna es el Error de no Aceptar a Cristo 6. Conclusión B. La Razón del Programa de Dios Acer- ca de la Elección C. La Base del Programa de Dios Acerca de la Elección 138 D. El Objetivo Final del Programa de Dios en la Elección 139 II. La Salvación Aplicada en Esta Vida Para Aquellos que Cumplen con la Condición de Dios Para la Salvación 141 A. Introducción B. Creer, Confiar, Tener Fe 141-143 1. Trasfondo Hebreo del significado de la fe 143 2. La Fe Salvadora: Lo Que No Es 144 3. La Fe Salvadora: Lo Que Si Es 145 (a) Fe Salvadora: Su Contenido 146 (b) Fe Salvadora: Su Confianza y Compromiso 146 (1) La Palabra del Nuevo Tes- tamento Para la Fe: pistuo 147 (2) El Mandato no es Creer a Cristo, sino Creer en Cristo (3) La Fe Salvadora Significa Confianza 148 (4) Las Frases Paralelas Mues- tran que la Fe Salvadora es Equivalente a Confianza (5) Creer en el Nombre se Re- fiere a la Confianza en la Persona de Cristo 4. Resumen de Creer, Confiar y Tener Fe C. Arrepentimiento como una condición para la Salvación 150 1. El Significado de Arrepentimiento 2. Arrepentimiento Como una Nece- sidad Para la Salvación 3. Arrepentimiento y Evangelismo 151 4. Arrepentimiento vs. “Abandono” del Pecado como un Prerequisito Para la Salvación 152 5. El Arrepentimiento y la Salvación del Señorío 6. Resumen: Arrepentimiento Como una Condición para la Salvación D. Conversión Como una Condición para la Salvación 153 E. Recibir o Aceptar a Jesús como Salva- dor F. Creer, Obrar Para Obtener la Salvación 154-156 G. Creer y Ser Bautizado Para Obtener la Salvación 156 1. Marcos 16:15-16 157 2. Juan 3:5 3. Hechos 2:38 158 4. Rom. 6:3-4 159 5. Col. 2:11-12 6. 1 Pedro. 3:21 161 7. El Bautismo de Juan y la Salvación 162
  • 146. No Solo de Pan 136 H. Confesar a Jesús Delante de los Hom- bres 164 1. Rom. 10:9-10 2. Mat. 10:32-33, Lucas 12:8-9 165 a. El Punto de Vista Apostólico b. El Punto de Vista Tribulacio- ario c. El Punto de vista de las Recom- pensas 167 d. El Punto de Vista de Cualquier Extremo e. En Punto de Vista “el aquí” vs. “el más allá” f. El Punto de Vista de la Des- cripción General 169 3. Resumen 170 I. Pide a Jesús que venga a tu corazón Para ser Salvo J. Confiesa los Pecados para obtener Sal- vación 171 K. Perdona a Otros Para Ser Salvo 172 L. Negarse a Sí Mismo y Abandonarlo Todo para ser salvo 1. Lucas 9:23-26 173 (Vea también Mat. 16:24-28; Mar- cos 8:34-38) a. Malos Entendimientos b. Significado Para los Incrédulos c. Significado Para los Creyentes 175 2. Lucas 14:26-33 177 (Vea también Mat. 10:37-39) a. Malos Entendimientos b. Significado para los Incrédulos c. Significado Para los Creyentes 178 M. La Salvación del Señorío179 N. La Oración y la Fe Salvadora 180 O. Conclusión 181 Parte 2 Salvación Aplicada I. La Salvación Aplicada por Dios en la Eternidad Pasada Dios tiene un plan predeterminado para las edades (Isa. 46:10; Hechos 4:28). La muerte de Cristo en la cruz no fue una sorpresa para Dios ya que esta había sido planeada en los consejos eternos de Dios (Hechos 2:23; Heb. 13:20; 1 Pedro 1:20; Ap. 13:8). Dios determi- na todos los eventos ya sea en un sentido di- recto haciendo que algo se lleve a cabo o en sentido indirecto permitiendo que algo acon- tezca mediante su conocimiento previo pero sin intervenir con el fin de alterarlo. Durante el curso de nuestra vida, actuamos y hacemos decisiones que a nuestra perspectiva parecen provenir de nuestras propias elecciones, sin embargo, Dios lo controla todo. En algunas ocasiones Dios ha limitado nuestro plan de acción de tal manera que no teníamos ninguna opción. Otras veces actuamos genuinamente con iniciativa propia con el permiso de Dios. Los aspectos soteriológicos más importantes del control soberano de Dios están contenidos en los temas de la predestinación y la elec- ción. ¿En qué sentido selecciona y predestina Dios a una persona para su salvación? A. Factores que Influyen en Nuestro Punto de Vista acerca de la Elección El método correcto de interpretar la Escritura es interpretar las verdades difíciles (como la elección y la predestinación) a la luz de las verdades más claras. No existe ninguna duda en cuanto a que la compasión de Dios y Su plan de salvación son de alcance universal. 1. Dios Ama al Mundo “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigé- nito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eter- na” [Juan 3:16]. 2. Cristo Murió por Todo el Mundo (Vea los versos acerca de la expiación ilimita- da en el Capítulo 9, Parte 1, VII.C, Pág. 133.) La obra de la cruz fue para todo el mundo (redención, 2 Pedro 2:1; reconciliación, 2 Cor. 5:19; propiciación, 1 Juan 2:2). “El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero
  • 147. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2 137 de Dios, que quita el pecado del mun- do” [Juan 1:29]. “… y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo” [Juan 6:51]. “…Pero Dios…. ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arre- pientan” [Hechos 17:30]. … para que por la gracia de Dios gus- tase la muerte por todos [Heb. 2:9]. 3. El Mensaje del Evangelio de Salvación se Dirige a todos los Pueblos “Por tanto, id, y haced discípulos a to- das las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” [Mat. 28:19] “y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones…” [Lucas 24:47]. “…pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu San- to, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” [Hechos 1:8]. 4. Dios Desea que Todos Sean Salvos “Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños” [Mat.18:14]. …el cual quiere que todos los hom- bres sean salvos… [1 Tim. 2:4]. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepenti- miento. [2 Pedro 3:9]. … y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente [Ap. 22:17]. 5. La Base de la Condenación Eterna es el Error de no Aceptar a Cristo (Vea detalles en el Capítulo 6, pie de nota 5, Págs 70-72.) Cada persona es responsable por su propio destino en la eternidad. “El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido conde- nado, porque no ha creído en el nom- bre del unigénito Hijo de Dios” [Juan 3:18]. …cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar re- tribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo. [2 Tes. 1: 7- 8]. 6. Conclusión Estas simples realidades Bíblicas deberán formar parte de las ideas que se tengan en cuanto a la elección y la predestinación. Ya que Dios desea que “todos sean salvos y ven- gan al conocimiento de la verdad,” es difícil creer que El ha decretado que solo algunos sean salvos. Y como Dios ha mandado que “todos los hombres procedan al arrepenti- miento,” es difícil creer que El ha diseñado un sistema en el que la mayor responsabilidad para el arrepentimiento o la ausencia del mis- mo se encuentra en El mismo y no en el hom- bre. Y como la base principal de la condena- ción eterna no es el pecado heredado o perso- nal, sino el rechazo de Cristo, es difícil tomar una posición teológica en la cual la mayoría no tenga ninguna responsabilidad real por el hecho de aceptar o rechazar a Cristo. Cierta- mente si el Calvinismo fuera verdad, la ma- yoría de las personas simplemente no son ca- paces de aceptar a Cristo ya que Dios no los ha escogido. El resultado es que no queda ninguna base para la condenación eterna. Dios no condena en un sentido eterno por el peca- do. ¿Cómo puede El condenar un alma por incredulidad si Dios mismo es responsable
  • 148. No Solo de Pan 138 principalmente por el creer o el no creer? Algunas personas están dispuestas a aceptar todas estas contradicciones en su teología. Para ellos las doctrinas de la elección y la predestinación son una gran confusión o doc- trinas misteriosas que han de ser aceptadas aunque no se entiendan. Es verdad que una doctrina puede ser verdad aunque no sea en- tendida claramente sin embargo, es mejor no darse por vencido de antemano en nuestro esfuerzo por entender la Biblia. Quizás sea posible que consideremos la elección y la pre- destinación de una manera tal que estas sean compatibles con las realidades tan simples como lo son la compasión universal de Dios y Su plan de salvación que abarca a toda la humanidad. B. La Razón del Programa de Elección de Dios Satanás ciega a todas las personas no salvas hacia el Evangelio. A menos que haya convic- ción por el Espíritu Santo, el hombre natural no puede ver la importancia de la verdad que está siendo revelada. Es posible que conozca de una manera intelectual acerca de una cruz y una muerte, pero la ceguera le impide la re- ceptividad o la apreciación de la verdad. La verdad no es bienvenida. No existe la impre- sión de la importancia, el valor, la relevancia y el significado del Evangelio. Si Dios no hiciera algo para disipar esta ceguera, no habría salvación de ninguna manera. Sin la intervención de Dios, nadie hubiera entendi- do el Evangelio. La ceguera de la humanidad incrédula es un factor primordial que hace que un sistema de elección sea absolutamente imperativo. Dios tiene que tomar la iniciativa para disipar la oscuridad y la ceguera en el corazón de una persona perdida. El Espíritu Santo penetra esa oscuridad para que el Evangelio pueda ser entendido en su totalidad. Entonces, y sólo entonces, es posible que la persona coloque su propia fe en Cristo. Tendremos más prue- bas del papel que juega el Espíritu Santo en la elección en las páginas siguientes. Dios no da la fe, sino que hace posible que la fe se expre- se. Estos versículos establecen que el hombre está cegado a la verdad. Por lo tanto, fue ne- cesario un programa de elección a fin de que la salvación pudiera aplicarse. “Ninguno puede venir a mí, si el Pa- dre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero” [Juan 6:44]. Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía. [Hechos 16:14]. “Para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios…” [Hechos 26:18]. Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden… [1 Cor. 1:18]. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de dis- cernir espiritualmente [1 Cor. 2:14]. En los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio… [2 Cor. 4:4]. C. Las Bases del Programa de Elección de Dios La escritura hace una conexión directa entre la elección, la predestinación y la presciencia. Dios no selecciona arbitraria e incondicional- mente un alma para el cielo y otra a un infier- no inevitable. Dios conoce todas las personas que van a creer, si se les provee iluminación. Sin embargo, incluso aquellos con un poten- cial latente para la fe no responderán a menos que su ceguera sea penetrada y disipada por Dios mismo para que su fe pueda ejercerse. Por lo tanto, Dios tiene un programa de elec- ción para alcanzar a todos aquellos a quienes conoce de antemano que van a creer si la ce-
  • 149. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2 139 guera se disipa. Su elección es condicional ya que está condicionada a un previo conoci- miento de la fe potencial. Dios no causa la fe de una manera irresistible, sino que causa la comprensión del evangelio, para que pueda llevarse a cabo la expresión de la fe de la per- sona. Dios también conoce a los que no tienen ningún potencial para la fe. O sea los que no creen a pesar de la cantidad de los esfuerzos de la gracia de Dios. Al pare- cer, muchos de ellos siguen recibiendo con- vicción (Juan 16:8-11), sin embargo, a pesar de que estos "no elegidos" son los destinata- rios de una obra de convicción del Espíritu Santo, Dios sabe que nunca va a creer. El los hace responsables por no tener poten- cial latente para la fe, y ciertamente no decretó directamente su incredulidad (aunque El no obliga a creer, por tanto indirectamente decre- ta su incredulidad). Ninguna persona que en algún momento hubiera creído estará en el infierno.39 Así como es un error el hecho de no incorporar el amor universal de Dios en Su soberanía, también el hecho de no poner atención a la conexión entre la elección, la predestinación y el preconocimiento es tam- bién un serio error. La elección y la predesti- nación de Dios nos enseñan que cada persona que tenga un potencial para la fe de acuerdo al preconocimiento de Dios, tendrá la oportuni- dad de que el Espíritu Santo le quite la cegue- ra para que pueda entender el evangelio para que el resultado sea la fe y la salvación. Porque a los que antes conoció, tam- bién los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito 39 El autor no considera que la voluntad del hombre es totalmente libre. Aún así, Dios puede rectamen- te hacer que una persona sea responsable por su destino eterno. Una persona rechaza la verdad des- pués de una iluminación directa, o Dios conoce de antemano que la persona rechazaría la verdad por la eternidad aunque reciba iluminación. Dios sabe que la persona no pondrá su fe en Cristo a pesar de la frecuencia o la intensidad de Sus misericordiosos esfuerzos. entre muchos hermanos. [Rom. 8:29]. … elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíri- tu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo… [1 Pedro 1:2]. Ya que el hombre no salvo está ciego (1 Cor. 1:18; 2:14; 2 Cor. 4:4) y es necesaria la obra de Dios para penetrar su obscuridad (Juan 6:44; 16:8-11; Hechos 16:14; 26:18), entonces uno esperaría que las Escrituras asociaran la elección con el ministerio de convicción del Espíritu Santo. Una persona no necesariamen- te es seleccionada para la salvación: en reali- dad Dios selecciona a aquellos que poseen un potencial latente para la fe para que sean los recipientes del ministerio del Espíritu Santo que produce la iluminación para entender el evangelio. Luego la fe latente del individuo puede convertirse en una fe expresada. La conexión entre el Espíritu Santo y la elección se encuentra en 2 Tes. 2:13 y 1 Pedro 1:2. Recordemos que la palabra santificación quie- re decir “apartarse de”. Los elegidos son se- leccionados para ser apartados para una obra muy especial de gracia y de influencia del Espíritu Santo. El espíritu penetra y desplaza la ceguera y en ese momento puede producir- se la fe. … Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad [2 Tes. 2:13]. … elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espí- ritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo… [1 Pedro 1:2]. D. El Objetivo Final del Programa de la Elec- ción de Dios Es común que las doctrinas de la predestina- ción y elección produzcan un enfoque en el momento de la conversión. Estas doctrinas de hecho si tienen que ver con el tiempo de la salvación. Sin embargo, las enseñanzas de la predestinación y la elección tienen implica- ciones que van mucho más allá del momento
  • 150. No Solo de Pan 140 de la iluminación y la recepción de Cristo como Salvador. Ef. 1:5 dice, " habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos su- yos...." Si bien el término adopción hace sur- gir la idea del tiempo en que una persona en- tra en una familia, los autores Bíblicos le dan a esta palabra el sentido más general de colo- car a un hijo, y comúnmente asocian la adop- ción con herencia y nivel de madurez. En Gál. 4:5-7 el término adopción ciertamente se refiere al instante en el que la persona en- tra en la familia de Dios y llega a ser “herede- ro presunto” (o sea nombrado heredero pero que todavía no posee toda la herencia). El creyente en Cristo es colocado en la posición de un hijo maduro lo cual contrasta con el grado menor de madurez que poseían los “hijos” de Dios bajo el sistema de la Ley. Ahora es un heredero pero no tiene todavía plena posesión de la herencia. Sin Embargo, en Rom. 8:23 el término adop- ción tiene una proyección hacia el futuro. Se refiere a la “redención de nuestro cuerpo” o sea, al momento cuando seremos “colocados como hijos”, cuando llegamos a ser semejan- tes al Señor Jesucristo, en Su humanidad glo- rificada (1 Juan 3:2). En ese momento futuro los creyentes llegarán a ser hijos maduros, y entonces obtendrán la herencia plena y ya no seremos llamados solamente herederos. Estas etapas progresivas se incluyen en el contexto de Rom. 8:15. Los que poseen el Espíritu de adopción (vs. 15) son herederos (vs. 17). Sin embargo, están en espera de su plena herencia y plena gloria (vss. 17-18). Las primicias o la herencia parcial ya son una realidad (vs. 23), Pero una más completa “colocación como hijos” será un evento en el futuro cuando nuestros cuerpos sean convertidos en hijos de Dios maduros conforme el patrón de Cristo (vs. 23; véase también 1 Juan 3:2). Es de gran importancia para las doctrinas de la predesti- nación y la elección la conexión que Pablo hace en el contexto posterior, El conecta el resultado de la predestinación al hecho de conformarse a la imagen de Cristo (vs. 29) y a la glorificación plena (vs. 30). La Adop- ción, que habla de la entrada en la familia de Dios en el momento de la salvación, tam- bién habla de una futura “colocación como hijos” en el momento en que los creyentes serán hijos maduros según la imagen del Cris- to glorificado. Pablo enseña en Romanos 8 que los cristianos están predestinados para esta adopción futura o “colocación como hijos.” Al considerar el contexto de Ef. 1, será mejor que pensar en el término adopción con una orientación hacia el futuro tal como se hace en Rom. 8:23 (en vez de una orientación presen- te, Gá1. 4:5 y Rom. 8:15). La frase misma, “habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos,” tiene también el significado, “El nos predestinó para entrar en la familia de Dios en el momento de la salvación” o “El nos predestinó para obtener la glorificación, una plena herencia, y una plena colocación como hijos cuando seamos hijos maduros como Cristo.” En el contexto de Efesios 1, Pablo continúa hablando sobre el tópico de la herencia. Los creyentes poseen un anticipo, o “arras,” de su herencia pero la herencia com- pleta será en el futuro (vs. 14). El versículo 14 trata además de la redención de los cuerpos de los creyentes y por su ideología y fraseología nos recuerda el pasaje de Romanos 8. Tanto Ef. 1:5 como Rom. 8:15 y ss., enseñan que los creyentes obtendrán plena herencia y reden- ción de sus cuerpos. Romanos 8 en especial incluye la idea de una adopción (o colocación como hijos) futura predestinada. De hecho, la meta final de la predestinación no es la conversión sino la glorificación. Por los con- ceptos paralelos de Romanos 8 y Efesios 1, es difícil excluir los aspectos futuros que Pablo trata cuando habla de predestinación hacia la adopción o colocación como hijos en Ef. 1:5. Ambos libros fueron escritos por el mismo autor. Cuando Pablo nos enseña acerca de la predes- tinación y de la "adopción de los hijos" en Ef. 1:5, probablemente tiene en mente la idea de la "colocación de los hijos" (cuando el hijo es colocado inicialmente en la familia de Dios)
  • 151. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2 141 tal como lo hace en Gál. 4:5 y ss., y Rom. 8:15. Sin embargo, si decimos que eso es to- do, estaríamos dando información incompleta. En realidad, no se logra llegar al objetivo principal de la predestinación de Dios. Pablo también enseña que los creyentes han sido predestinados para obtener su plena “coloca- ción como hijos” es decir, la glorificación de sus cuerpos a la imagen de un hijo maduro, es decir de Jesucristo. Los creyentes están pre- destinados para la posesión de su herencia. Tanto a la elección como a la predestinación se les debe dar un impulso o énfasis futuro ya que son enseñanzas que hacen que la doctrina de la Seguridad Eterna sea incuestionable. Los elegidos son predestinados para la glo- ria eterna. En resumen, Dios conoce de antemano a todos aquellos que tienen un potencial latente de fe. Todos tendrán la oportunidad de la salvación. El los selecciona para que sean recipientes especiales de la iluminación del Espíritu San- to. La ceguera es eliminada para que la fe de la persona pueda responder. Esto conduce a la persona a "ser colocada como un hijo" o a lo que normalmente llamamos adopción. Sin embargo, la elección y la predestinación no terminan en la conversión. Independientemen- te de si la elección es considerada condicional o incondicional todos deben estar de acuerdo en que una visión correcta de la soberanía de Dios deberá que incluir una orientación hacia el futuro. Estas doctrinas son controvertidas, pero a la vez son una bendición. Los creyentes son predestinados inevitablemente hacia una futura "colocación como hijos", con su heren- cia y gloria que son conforme a la imagen de su Hijo (Rom. 8:29-30). Nada ni nadie puede detener este destino ya que es un decreto in- mutable de un Dios soberano. II. La Salvación Aplicada en Esta Vida Para Aquellos que Cumplen con la Condición de Dios Para la Salvación A. Introducción Si uno le echa un vistazo a los folletos típicos que se encuentran en el estante de una iglesia que cree en la Biblia, se sorprendería al ver el número de términos y frases que se usan para describir las condiciones de la salvación. En- contramos apelaciones evangelísticas tales como "cree", "arrepiéntete", "confiesa", "nié- gate a ti mismo", "ríndete", "entrégate", "reci- be", "acepta", "hacer que Jesús sea el Señor", "pide que Jesús venga a tu corazón "," déjalo todo", etc. Algunas veces los términos se combinan resultando en tres, cuatro, o cinco pasos a la salvación (por ejemplo, primero arrepiéntete, a continuación, cree, entonces confiesa, y así sucesivamente). ¿Significan todos estos términos una misma cosa? ¿Hay una, o hay más de una, condición para la salvación? Antes de que un cristiano esté dispuesto a dar testimonio, y ciertamente antes de que un evangelista esté preparado para hablar en público, la pregunta: "¿Qué hay que hacer para ser salvo?" deberá responderse con exactitud. B. Creer, Confiar, y Tener Fe Muchos textos de la Escritura nos presentan la única condición para la salvación la cual es creer (cuyas palabras sinónimas son: confiar y tener fe). De hecho existen más de 150 pa- sajes en el Nuevo Testamento donde la salva- ción está condicionada a creer solamente. Si se añade cualquier otro requisito, se tendrá como resultado que estos pasajes parezcan incompletos o engañosos. Por lo tanto, todos los términos que expresen una condición genuinamente necesaria para la salvación (tales como el arrepentimiento) deberán, in- terpretarse como términos compatibles con la salvación basada solamente en la fe. Los términos que no pueden hacerse compati- bles con la fe solamente como condición para la salvación son en el mejor de los casos utili- zados indebidamente y peligrosamente y en el peor de los casos son pura herejía. Todos los teólogos cristianos comenzaron con el princi- pio básico de la Reforma, sola fide, solo la fe. En seguida te presentamos algunos de los tex- tos clave en los que la Biblia declara que solo la fe produce la salvación:
  • 152. No Solo de Pan 142 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigéni- to, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” [Juan 3:16]. “El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido conde- nado, porque no ha creído en el nom- bre del unigénito Hijo de Dios.” [Juan 3:18]. “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me en- vió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.” [Juan 5:24]. “Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero” [Juan 6:40]. “De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna.” [Juan 6:47]. Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? [Juan 11:25-26]. Hizo además Jesús muchas otras seña- les en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que cre- áis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre. [Juan 20:30-31]. “.. En él es justificado todo aquel que cree…” [Hechos 13:39]. “y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dije- ron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.” [Hechos 16:30-31]. Porque no me avergüenzo del evange- lio, porque es poder de Dios para sal- vación a todo aquel que cree… [Rom. 1:16]. … la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él… [Rom. 3:22]. A quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre. [Rom. 3:25]. Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley. [Rom. 3:28]. …Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircunci- sión. [Rom. 3:30]. Mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es con- tada por justicia. Rom. 4:5]. Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nues- tro Señor Jesucristo; [Rom. 5:1]. Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. [Rom. 10:11,17]. “Sabiendo que el hombre no es justifi- cado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justifica- do.” [Gál. 2:16] Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia. Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham. [Gál. 3:6-7]. Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; [Gál. 3:11].
  • 153. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2 143 Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes. [Gál. 3:22]. De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. [Gál. 3:24]. Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús [Gál. 3:26]. Porque por gracia sois salvos por me- dio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. [Ef. 2:8-9]. Es posible aceptar la realidad Bíblica que de- clara que solo la fe salva, y dar a la vez una definición incorrecta de la fe. Es imperativo que definamos la fe salvadora con exactitud de acuerdo a los contextos de las Escrituras. 1. El Trasfondo Histórico Hebreo del Signi- ficado de la Fe Con la excepción del Dr. Lucas, todos los autores del Nuevo Testamento fueron judíos, y todos los autores estaban familiarizados con el Antiguo Testamento. Su comprensión de la fe se basó en el significado de la fe en el An- tiguo Testamento La palabra hebrea que se traduce "creer" es amán, y se relaciona con la palabra Amén. En algunas estructuras verbales (como qal y ni- fal), la palabra significa "estar firme, apoyar- se, estar seguro, ser fiel." BB Warfield, el gran teólogo de Princeton, dijo que amán des- cribe "lo que sostiene, que es estable, o en lo que se puede confiar o depender.”40 Esta defi- nición se basa en la observación de los usos de amán en el Antiguo Testamento. Amán (en la estructura qal) se usa para des- cribir a las personas que cuidan niños y que a 40 Estudios Bíblicos y Teológicos, por Benjamin B. Warfield, ed. Samuel G. Craig, reimpresión ed. (Philadelphia: The Presbyterian and Reformed Publishing Co., 1968) 429. la vez los apoyan y sustentan (apoyar al car- garlos literalmente o mediante sostenimiento económico). La palabra significa “padre adop- tivo” o “nodriza” en Núm. 11:12, Rut 4:16, 2 Sam. 4:4, 2 Reyes 10:1,5; Est. 2:7; Isa. 49:23; Lam. 4:5. Un guardián, nodriza, niñera, padre adoptivo es alguien de quien el infante depen- de últimamente. El o ella es seguro, digno de confianza, alguien en quien se puede depen- der, firme, y alguien en quien apoyarse. Amán se usa (en la estructura qal) para describir a un poste de una puerta o a un pilar que sostiene, que es seguro o firme como en 2 Reyes 18:16 y también como lo contrario en Jer. 15:18 que describe a una corriente de agua que no es estable. Otra forma gramatical de la palabra amán (o sea la forma nifal) nos arroja el mismo signi- ficado. La palabra se refiere a algo que es fir- me, que es apoyo y de confianza. Isaías usa la palabra para hablar de un muro que puede con seguridad sostener un clavo en Isa. 22:23, 25 y para dar apoyo a los niños en Isa. 60:4. Hay referencias que hablan de una corriente de agua que es confiable y que no se seca en Isa. 33:16 y un reino que se mantiene estable en 2 Sam. 7:16. Cuando esta forma de amán se utiliza para hablar de personas como Dios el significado es que se puede confiar que El cumpla sus promesas (por ejemplo, en Deut. 7:9; Sal. 89:28) o cuando se habla de un teso- rero, se puede confiar que el maneje el dinero correctamente (Neh. 13:13). Estos ejemplos demuestran que la palabra hebrea amán se refiere a la firmeza, la confiabilidad, fidelidad, honradez y seguridad. A partir de estos usos se podría esperar que la forma causativa de amán (o sea la forma hifil) significa no tanto ser firme, confiable sino "considerar a alguien o algo como fir- me, confiable, fiel, digno de confianza y segu- ro." La diferencia es que aquí se considera a otra persona como fiel. Cuando considera- mos que otra persona tiene estas característi- cas es que estamos confiando en ella o depen- diendo de ella. Este es el sentido fundamental de las ideas hebreas acerca de la fe. Los signi-
  • 154. No Solo de Pan 144 ficados específicos van desde aceptar intelec- tualmente un hecho hasta confiar en una per- sona. Hab. 1:5 usa la palabra creer en el sentido intelectual de creer la verdad de un mensaje dado. Los pasajes que parecen contener la idea de confianza usan con frecuencia la frase creer en. La idea de confianza se incluye en estas referencias del Antiguo Testamento que usan el verbo amán (en su estructura hifil) Gén. 15:6; Ex. 14:31; Núm. 14:11; Deut. 1:32; 9:23; 28:66; 2 Reyes 17:14; 2 Crón. 20:20; Job 24:22; Sal. 27:13; 78:22; 106:24; Isa. 28:16; 43:10. Algunas veces la idea de creer intelectualmente un hecho dado y con- fiar en una persona se combinan. En Núm. 14:11, Deut. 1:32, y 9:23, la palabra creer se encuentra en oposición al fracaso de los israe- litas al no invadir Canaán desde Cades- barnea. En otras palabras, debieron haber creído de manera intelectual el mensaje de la promesa de la tierra hecha por Dios, pero también debieron haber confiado en El lo su- ficiente como para comenzar la conquista. En Ex. 4:31 el pueblo creyó intelectualmente el mensaje de Dios por medio de Moisés que declaraba que Dios los iba a sacar de Egipto, pero también creyeron en el sentido de tener confianza. En Isa. 7:9 Isaías desea que el rey Acaz crea intelectualmente en la predicción acerca de la liberación de los enemigos, pero también desea que el rey tenga confianza y seguridad en la promesa de la gracia de Dios. Los contrastes y los pasajes paralelos ayudan en la definición de una palabra. En Sal. 27:13- 14 amán es una palabra paralela a la palabra esperanza y en Sal. 78:22 es paralela a otra palabra hebrea que significa confiar. 2 Reyes 17:14 y Deut. 9:23 muestran que la fe es lo opuesto a la rebelión, o sea es lealtad.41 En Hab. 2:4, la frase “el justo por su fe vivirá,” es contrastada con el orgullo que manifestaban 41 Este estudio sostiene que la fe salvadora puede existir en un corazón que no está completamente rendido a la autoridad de Cristo. Sin embargo, esto no significa que la fe salvadora pueda existir donde existe una rebelión total. los babilonios quienes eran un pueblo insolen- te y muy seguro de sí mismo. Por lo que la fe, es la dependencia humilde. Los autores del Nuevo Testamento toman estos conceptos acerca de la fe y los transmi- ten en sus enseñanzas. Por lo tanto, se anticipa que para ellos la fe en Dios significa conside- rar a Dios como alguien seguro, firme, fiable y digno de confianza. Visto desde la perspec- tiva humana a esto se le llama confianza, dependencia y fiabilidad. 2. La Fe Salvadora: Lo Que Esta No Es El Nuevo Testamento deja claro que la fe sal- vadora es más que una creer intelectualmente en ciertos hechos o eventos acerca de Jesús o de las doctrinas ortodoxas (Santiago 2:19; Juan 2:23-24; 3:2). Nicodemo creyó en la existencia de Dios y en el hecho que Jesús fue enviado por Dios como alguien que hace mi- lagros, pero el Señor le dijo que aún con esto, el necesitaba la salvación (Juan 3:3 y ss.). Santiago nos recuerda que aun los demonios creen intelectualmente en la doctrina correcta (Santiago 2:19; vea también Mat. 4:3; 8:29; Marcos 1:34; 3:11; 5:7; Lucas 8:28; Hechos 16:17; 19:15).42 La fe salvadora incluye por cierto creer en ciertos aspectos principales acerca de Cristo. Pero la fe salvadora es más que una simple fe intelectual. Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiem- blan. [Santiago 2:19]. Si la aceptación intelectual de la doctrina no es la fe salvadora, tampoco lo es la actitud que podría llamarse fe emocional o temporal. La fe emocional es la clase de fe que las multitu- des expresaron cuando proclamaron a Cristo como su Rey en la entrada triunfal (Mateo 21:1-11, Marcos 11:1-11, Lucas 19:28-40, Juan 12:12 -19). En estos relatos leemos acer- ca de las grandes afirmaciones emocionales acerca de Cristo. La multitud gritó: "¡Bendito el rey de Israel!" "¡Bendito el que viene en el 42 En Mat. 4:3 si significa “ya que.” Satanás acep- ta que Jesús es el Hijo de Dios.
  • 155. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2 145 nombre del Señor!" y "Hosanna al Hijo de David" Sin embargo, una semana más tarde la misma multitud gritó: "¡Crucifícalo!", "Su sangre sea sobre nosotros y sobre nuestros hijos" (Mateo 27:22 y 25), y "No tenemos más rey que el César" (Juan 19: 15). ¿Por qué hubo tal cambio?. El pueblo judío en la entrada triunfal estaba expresando una fe emocional o temporal. Su deseo era solo aceptar a Jesús como un liber- tador político de sus aflicciones presentes, o sea, los romanos. A principios de Su ministerio, la gente desea- ba hacer de Jesús un rey por la fuerza (Juan 6:15). Ellos deseaban que Jesús los salvara de sus problemas temporales, pero eso es todo lo que realmente querían de El (Juan 6:26). Ellos no se preocupaban por un Salvador espiritual que los librara del pecado. Cristo resistió ese tipo de fe tan emocional y temporal. La multi- tud se entusiasmó y estaba dispuesta a creer que El podía librarlos de los problemas tem- poral políticos, pero no había ningún interés espiritual en la salvación del pecado. Este tipo de fe emocional se describe como "la semilla que cayó en terreno pedregoso" en la parábola del sembrador. El mensaje es recibido con gozo emocional, pero como no hay profundi- dad, los resultados son solo temporales (Ma- teo 13:20-21, Marcos 4:16-17, Lucas 8:13). Ellos querían un salvador político, o un salva- dor médico, o un salvador económico, pero no un Salvador del pecado. Hoy en día una persona puede desear que Jesús lo salve de la enfermedad, de una rela- ción rota, del combate, de las presiones finan- cieras, etc., y realmente creer que El puede resolver estos problemas temporales. Incluso se puede estar entusiasmado con él. Por su- puesto que no es ni malo ni imprudente desear la ayuda de Cristo para estas pruebas, pero este tipo de fe en sí mismo no es la fe salvado- ra. Si todo lo que una persona quiere de Jesu- cristo es que El le resuelva un problema tem- poral determinado, y no le interesa ser salvo de sus pecados, esto no es fe salvadora. Creer que Jesús puede ayudar a eliminar un proble- ma no es lo mismo que creer en Jesús como Salvador del pecado y la culpa propios. Mu- chas personas responden a las invitaciones del evangelio en las cuales existe una alta presión debido a la agitación emocional o la confu- sión. Ellos pasan al frente con el corazón car- gado de problemas. Es posible que crean que Cristo puede resolver estos problemas y le suplican que lo haga. Sin embargo, si no exis- te la confianza en Jesucristo para salvar del pecado, entonces todo lo que hay es una expe- riencia emocional religiosa que hace que uno sienta un alivio temporal de los problemas de la vida. Una fe tan emocional o temporal en Jesús para hacer la vida mejor no es la fe sal- vadora y este tipo de fe no es duradera. “Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan.” [Lucas 8:13]. 3. La Fe Salvadora: Lo Que Esta Si Es Hay aproximadamente 480 referencias del verbo creer y del sustantivo fe en el Nuevo Testamento. (Fe y creer son la misma palabra en griego.) Es imposible examinar cada una de estas referencias en un estudio tan limitado. Sin embargo, podemos clasificar los grupos y discutirlos de una forma lógica. La fe salvadora es más que el apego intelec- tual a ciertos hechos y es más que una atrac- ción emocional a Jesús que se demuestra cuando solo creemos que El puede ayudarnos en las pruebas temporales. Sin embargo, habiendo dicho esto, hay que subrayar que la verdadera fe salvadora involucra la actividad de cada uno de los tres principales componen- tes del alma humana: el intelecto, las emocio- nes, y voluntad. Con la mente, una persona debe creer intelec- tualmente ciertas verdades básicas acerca de la persona y la obra de Cristo. Este es el con- tenido de la fe salvadora. Sin embargo, aun- que una persona crea con su mente que el evangelio es objetivamente cierto, con sus emociones es con las que desarrolla una con-
  • 156. No Solo de Pan 146 vicción acerca de los hechos. La persona no solo considera que estos hechos son ciertos, sino también como la satisfacción de una ne- cesidad importante de su vida. Con las emo- ciones se da consentimiento al valor del Evangelio y se cree en el de manera personal (en contraste a una manera estrictamente te- ológica). Los hechos no sólo son considerados como verdaderos, sino también como necesa- rios e imprescindibles lo personal. La fe que se expresa en la mente y en las emociones no está completa sin la fe expresa- da por la voluntad. Con la voluntad un peca- dor decide poner su confianza (fe, seguridad, dependencia) en Cristo y en Su sangre derra- mada, y lo expresa al creer en Jesucristo y en la cruz para obtener salvación. Es la naturale- za de la fe salvadora elegir encomendar el destino eterno del alma a Jesucristo y su obra perfecta en la cruz. La mente, las emociones y la voluntad, todos juegan un papel en la fe salvadora genuina (aunque el proceso a me- nudo se lleve a cabo simultáneamente). La definición de la fe salvadora se puede estudiar mejor con las tres palabras que ya hemos indi- cado con anterioridad (contenido, confianza y compromiso). a. La Fe Salvadora: Su Contenido A esta sección le podemos denominar los “cree que” del evangelio. Una persona que cree que Jesucristo fue un gurú o que solo fue un gran líder religioso no posee esa fe salva- dora ya que no cree en el “Cristo Bíblico.” Ha habido, hay y habrá muchas personas que pretenden ser Cristo. Hay también muchas personas que tienen un concepto muy errado acerca de Jesús de Nazaret. A pesar de que la fe salvadora es más que una fe intelectual, Las Escrituras aclaran que la fe salvadora si tiene sus aspectos intelectuales. Existe un contenido en la fe salvadora. Aunque un pecador no necesita conocer todo un sistema doctrinal complejo, este debe aceptar ciertas verdades básicas acerca de Jesucristo y de la cruz para creer en el Cristo de la Biblia y no en un Cris- to de su propia imaginación o fabricación humana. El contenido intelectual de la fe sal- vadora puede ser estudiado siguiendo la frase “cree que.” En veinte ocasiones la palabra griega traducida creer (pisteuo) es seguida de la palabra que (hoti) Esta construcción revela los hechos que han de creerse de manera inte- lectual a fin de confiar en Cristo. Un pecador debe creer “que Cristo murió por nuestros pecados conforme a las Escrituras”, que fue sepultado, y resucitado al tercer día conforme a las Escrituras” (1 Cor. 15:3-4; compare con Rom. 10:9-10; 1 Tes. 4:14). Un pecador debe creer que “Jesús es el Cristo el Hijo de Dios” (Juan 20:30-31; compare con Juan 8:24; 11:27). Lo cual implica aceptarle como Señor en el sentido de reconocer Su deidad (Rom. 10:9). Un pecador debe creer que Jesucristo fue enviado por Dios (Juan 11:42; 16:27; 17:8,21; 1 Juan 2:22) y que Je- sucristo es el Hijo de Dios que tomó forma humana (1 Juan 4:2-3). Por supuesto que creer que uno es pecador y que necesita ayuda se da por hecho al venir a Cristo para encontrar la salvación. Estas doctrinas son el contenido intelectual de la fe salvadora. Para tener este tipo de fe de- bemos creer en el Cristo de la Biblia. Para tener fe salvadora debemos creer intelectual- mente que Jesucristo es el hijo de Dios (en su deidad), Señor y Mesías enviado por Dios. Debemos creer que Dios el Hijo se hizo carne, murió por nuestros pecados, y es ahora el Sal- vador resucitado. Si una persona dice que cree en Dios o que es cristiano pero niega la dei- dad de Cristo o la resurrección, está mintiendo o ha sido engañado en gran manera. Nótese que la fe salvadora reconoce que Jesús es Dios, y por lo tanto, también es Dueño, Amo y Señor. Esto no quiere decir que hagamos un compromiso de vivir para El, pero existe el reconocimiento de que Jesús como Amo tiene el derecho de ordenar. b. La Fe Salvadora: Su Confianza y Com- promiso La fe salvadora tiene su contenido espiritual. Sin embargo, al testificar a otros, un cristiano
  • 157. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2 147 no solo le está pidiendo al incrédulo que crea que Jesús estaba diciendo la verdad o que conscientemente acepte ciertos hechos acerca de Jesús. Se está instando al incrédulo que crea en Jesucristo lo cual significa que debe colocar su confianza, fe y seguridad en Jesu- cristo y en Su cruz. La fe salvadora contiene datos, pero también deposita la confianza en una persona y Su Obra a saber: Jesucristo. En los asuntos terrenales uno puede confiar en otra persona sin encomendarle el alma. Sin embargo, la naturaleza de la fe salvadora es que la confianza en Cristo es inseparable y deberá ser expresada por la decisión de en- comendar el destino eterno del alma a Cris- to. Aunque una persona pueda recitar y creer cada aspecto del credo de los apóstoles, no tiene salvación sin una confianza personal en Cristo y el acto de encomendar el alma a Su cuidado. ¿Cómo sabemos que la fe intelectual o emo- cional por sí sola no es la fe salvadora? ¿Cómo sabemos que el tipo de fe que salva se refiere a la confianza y al compromiso? Los siguientes puntos establecen que la palabra griega creer tiene la gama de significados que hablan específicamente de la confianza, la fe, la dependencia, y también muestran que este significado específico es el que los autores del Nuevo Testamento quisieron transmitir para la fe salvadora (1) La palabra del Nuevo Testamento para la fe o creer (pisteuo, verbo, pistis, sustantivo) significa específicamente confianza. El material previo del estudio de la palabra hebrea para la fe (amán) demostró que podía referirse a la confianza, la fe y la dependencia. Cuando el verbo creer del Nuevo Testamento se usa en la Septuaginta, es siempre (excepto en Prov. 26:25) una traducción de amán. Uno puede, por tanto, concluir con seguridad que los autores del Nuevo Testamento considera- ron que uno de los matices específicos de la familia verbal griega de pisteuo es la confian- za. Una pista que nos da el Nuevo Testamento para indicarnos que la fe salvadora implica la encomienda del destino del alma es que la palabra griega creer (pisteuo) se traduce como "fiar o confiar" (RV 1960) en Juan 2:24, Lu- cas 16:11 (forma activa del verbo) y Rom.3:2, 1 Cor. 9:17; Gál. 2:7, 1 Tim. 1:11 y Tito 1:3 (forma pasiva del verbo). Significa lo mismo en 1 Tes. 2:4 donde se traduce "confiase." Creer en esos contextos es equivalente a en- cargar o encomendar. Así que tanto el tras- fondo del Antiguo Testamento como el uso del Nuevo Testamento de la palabra pisteuo (creer) establece que uno de sus principales significados confiar, o encomendar, o sea, tener la confianza o encomendar algo a al- guien por ser confiable. Las siguientes seccio- nes continúan afirmando que el significado específico de confianza no es sólo uno de los posibles significados de la palabra creer, sino que es el significado específico que los auto- res quisieron transmitir en relación con la sal- vación. (2) El mandato no es creer a Jesucristo sino creer en Jesucristo. Esto habla de confianza o fe. El verbo griego creer (pisteuo) a menudo apa- rece con preposiciones. BB Warfield dice: "Cuando avanzamos en el estudio en las cons- trucciones con preposiciones, entramos en un campo en el que la que el sentido profundo de la palabra, que es el de la firme confianza o fiabilidad, adquiere su pleno propósito y sig- nificado.”43 La verdad de la conclusión de Warfield puede comprenderse si reflexionamos en el hecho de que la invitación del Evangelio no es sólo a creer que lo que Jesucristo está diciendo es la verdad, sino más bien a creer en Jesucristo para ser salvo. La declaración, "Yo creo al político," quiere decir: "Yo creo que él está 43 Estudios Bíblicos y teológicos, por Benjamin B. Warfield, ed. Samuel G. Craig, reimpresión ed. (Philadelphia: The Presbyterian and Reformed Publishing Co., 1968) 437.
  • 158. No Solo de Pan 148 diciendo la verdad", es decir, que no miente. Sin embargo, la declaración, "Yo creo en el político," no sólo significa que él está dicien- do la verdad, sino también, "Tengo una con- fianza personal en su liderazgo y en sus ide- as". Hay una gran diferencia entre creer acerca de Jesús y creer en Jesús. Esta última frase expresa la confianza y la fe. Es muy interesan- te que la frase creer en (pisteuo con eis) es prácticamente desconocida en el griego secular, pero en el Nuevo Testamento, creer es seguido de eis, que es una preposición griega que indica la meta o el objeto de la fe, cuarenta y nueve veces. Los autores del Nuevo Testamento tuvieron la intención de indicar la diferencia. Ellos a propósito invitan a la fe en Jesucristo, no sólo a creer en lo que El hizo. Entre las cuarenta y nueve veces en las que creer es seguido de en (por ejemplo pisteuo con la preposición eis) se encuentran estas: Juan 1:12; 3:16, 18, 36; 6:29, 40; 11:25,26; 14:1, 12; 16:9; 17:20; Rom. 10:14; Gál. 2:16; 1 Pedro 1:8; 1 Juan 5:13. Doce veces encon- tramos a creer seguido de sobre (pisteuo con epi en el caso dativo cinco veces y en el acu- sativo siete veces) como en Rom. 4:5, 24; Hechos 9:42; 11:1; 16:31; 22:19. El verbo Creer es seguido de otra palabra griega que significa en (o sea pisteuo con la preposición en) entre una y tres ocasiones dependiendo del manuscrito que se considere. El uso de pis- teuo con estas varias preposiciones nos revela que los autores del Nuevo Testamento nos invitan urgentemente a la fe, la confianza o sea, a creer en Jesucristo a fin de ser salvos. [Encontramos entre sesenta a tres y sesenta y cinco referencias a la palabra creer con las preposiciones anteriores. Veinte veces la pa- labra creer es seguida de que, (pisteuo con hoti), y cuarenta y cinco veces creer es se- guida de una palabra en el caso dativo. Pis- teuo se usa noventa y tres veces de manera absoluta]. (3) La fe Salvadora significa confianza si usamos el proceso de eliminación. Una manera obvia de establecer que la fe sal- vadora es la confianza (que se expresa me- diante el acto de encomendar el alma a Jesús) es por eliminación. Ya se ha demostrado que el Nuevo Testamento enseña claramente que la fe intelectual o la emocional no son sufi- cientes para salvar. Ya que se han descartado los matices de la fe intelectual y emocional, los escritores del Nuevo Testamento, hacen hincapié en algo más cuando mencionan la fe salvadora. Debieron haber tenido en sus men- tes el significado específico de confianza o de fe cuando utilizaron el verbo pisteuo en rela- ción con la adquisición de la salvación. (4) Los pasajes paralelos muestran que la fe salvadora equivale a confianza (fe) Otro método para demostrar que la Biblia se refiere a la confianza (fe) cuando habla de la fe salvadora consiste en examinar las frases paralelas y que hablan del mismo tema de creer en Jesús. Estas expresiones indican con- fianza y compromiso, no sólo una fe intelec- tual (lo cual es simplemente lo contrario de ateísmo). Creer en Cristo para la salvación es sinónimo de estar “seguro que es poderoso para guardar mi depósito (el alma) para aquel día” en 2 Tim.1: 12, y en Heb. 6:18 “un fortí- simo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza…” que habla de huir a un refugio seguro. Heb. 11:6, habla de acer- carnos a Dios. Juan 1:12 de recibir o dar la bienvenida a Jesús. Juan 3:14 habla de poner los ojos en Jesús para ser liberados así como los hijos de Israel miraban a la serpiente de bronce. Juan 4 y 6 habla de comer y beber de El. Estas frases hablan de algo más que un apego intelectual a un credo. Hablan de una apropiación personal de la obra de la cruz, sobre todo cuando se mencionan las palabras comer y beber, y también de una relación per- sonal de confianza, en la que uno se entrega a Jesucristo para liberación y protección (huir a, mirar a, venir a). Por lo tanto, el significado de la fe salvadora debe implicar una confian- za personal en Cristo expresada por confiar (encomendar) el destino de nuestra alma a El. (5) Creer en Su Nombre se Refiere a Confiar
  • 159. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2 149 (Creer) en la Persona de Cristo Una última razón para dar al verbo creer el significado de confianza cuando se habla de la fe salvadora es la invitación que se hace a "creer en su nombre" (Juan 1:12, 3:18, 1 Juan 3:23; 5:13). ¿Enseñan acaso estos versos que la salvación se concede a todos los que creen intelectualmente que hace mucho tiempo existía un hombre llamado Jesús? Eso sería una interpretación que no tiene sentido algu- no. En los contextos de estos pasajes, creer debe referirse a tener confianza, a creer en la persona de Cristo, en lugar de creer en el hecho de que hace ya algún tiempo existió una persona llamada Jesucristo. 4. Resumen Acerca de Creer, Confiar o Ejer- cer Fe. La fe salvadora involucra la mente, las emo- ciones y la voluntad. Con la mente el pecador debe creer que Jesucristo es el Hijo de Dios y Señor (o sea Dios) que se hizo carne y fue enviado por Dios a este mundo como el Mes- ías para morir por nuestros pecados y resucitar de los muertos. La fe salvadora implica estos hechos en su contenido. Sin embargo, la fe salvadora es algo más que creer intelectual- mente ciertos hechos básicos acerca de Cristo. Existe también una aceptación emocional en la cual el alma cree que estos hechos no solo son ciertos sino deseables, importantes y ne- cesarios a nivel personal. Aunque la fe intelectual en el contenido de los hechos acerca de Jesús y la fe emocional que dice que estos hechos son esenciales para la persona, son útiles para una plena fe salvado- ra, no por eso son suficientes. La invitación del evangelio no es sólo a creer los hechos acerca de Jesús o a creer que El nos puede ayudar, sino a creer en Cristo, es decir, per- sonalmente confiar en El. La fe que salva existe cuando la voluntad de una persona encomienda el destino eterno de su alma a Cristo y su cruz, es decir que, por un acto de su voluntad la persona decide po- ner su confianza en el Señor Jesucristo y su obra consumada de la cruz. Una persona enferma de muerte puede creer intelectualmente que una medicina determina- da le puede salvar. Es posible que crea emo- cionalmente que la píldora es necesaria e im- portante para su problema. Sin embargo, sólo cuando decide depender de ese medicamento de manera personal y expresa su confianza en el al tomarlo, o sea al apropiárselo personal- mente, entonces se lleva a cabo la sanidad. La salvación se lleva a cabo cuando una persona cree o sea, se apropia personalmente de los beneficios de la muerte de Cristo mediante la fe (es decir, la confianza, seguridad, y depen- dencia). La única condición para la salvación es con- fiar en el Cristo de la Biblia como Salvador. Todas las formas legítimas en las que se co- munica esta condición para la salvación son sinónimos de la fe o hablan de un aspecto especializado de la fe. Todos los términos y frases que a veces se usan y que no son com- patibles con la fe solamente como condición para la salvación se usan erróneamente. C. El Arrepentimiento Como Una Condición Para la Salvación 1. El Significado de la Palabra Arrepenti- miento El verbo se arrepentirse (metanoeo) se utiliza treinta y cinco veces en el Nuevo Testamento y el sustantivo (metanoya) se encuentra vein- tidós veces. Su uso es frecuente en Lucas, Hechos y Apocalipsis. Probablemente la ma- yoría de las personas piensa en "sentir pena" o "sentirse culpable" cuando escucha la palabra arrepentimiento. Sin embargo, varios análisis demuestran que el sentirse mal, no es un sinó- nimo de arrepentimiento. Primero, esta palabra es una palabra compues- ta que se deriva de meta que significa “cam- biar” (como en la palabra metamorfosis) y noeo que se refiere a la mente (o sea la no- ción). Según la etimología el significado es “cambiar la mente.” Los ejemplos Bíblicos nos confirman esta definición. Y aunque el sentirse compungido acompaña con frecuen- cia y puede promover el arrepentimiento, 2
  • 160. No Solo de Pan 150 Cor. 7:9-10 y Heb. 12:17 nos muestran que la tristeza no es lo mismo que el arrepentimien- to. Ya que 2 Cor. 7:9-10 enseña que la tristeza puede con frecuencia conducir al arrepenti- miento, debemos entonces concluir que la tristeza y el arrepentimiento no son lo mismo. Heb. 12:17 es aun más claro, a Esaú se le pre- senta como una persona que se sintió muy triste, hasta derramar las lágrimas, cuando vendió su primogenitura. Sin embargo, el no fue capaz de arrepentirse de haber vendido su primogenitura por un plato de lentejas (Gén. 25:34). El arrepentimiento en el caso de Esaú no solo significo que debía sentirse triste (lo cual hizo), sino que significó un cambio de mente con respecto a la venta (lo cual no hizo). Arrepentirse entonces no significa “sen- tirse apenado” o “sentirse culpable.” Significa “cambiar la mente.” Varias veces la Biblia asocia al arrepentimien- to con el repudio y el alejamiento de una posi- ción anterior. Hechos 3:19 dice: "arrepentíos y convertíos." Hechos 26:20 usa la frase "que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios" (ver también Heb. 6:1 y Hechos 8:22). Por lo tan- to, el arrepentimiento consiste en alejarse de algo para ir a otro lugar o persona. Esto debe implicar un cambio de mente ya que uno pue- de sentirse apenado o culpable sin repudiar una idea o una fe anterior. Cuando uno se arrepiente de una creencia o de cierto compor- tamiento, no sólo debe sentir lástima, sino que debe también cambiar su actitud mental con respecto a esa cuestión. Por lo tanto, el arre- pentimiento hace hincapié en un cambio de mentalidad que implica a su vez alejarse de algo para acercarse a algo más. Hasta ahora, hemos definido el arrepentimien- to. El asunto que sigue es definir si la Biblia enseña o no el arrepentimiento como algo necesario para la salvación. 2. El Arrepentimiento Como una Condición Para la Salvación Cuando el concepto de arrepentimiento se define adecuadamente y se usa de una manera compatible con el concepto de sola fide (la fe sola), entonces este es un término legítimo para expresar la condición para la salvación. Esto es evidente en textos como los siguien- tes: Lucas 15:7, 10; Hechos 2:38; 3:19; 17:30; 26:20 (verbo arrepentirse); y Lucas 15:7; 24:47; Hechos 11:18; 20:21; 26:20; Rom. 2:4; y 2 Pedro 3:9 (sustantivo, arrepentimiento).44 “Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan” [Hechos 17:30]. Y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y re- sucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de peca- dos en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. [Lucas 24:46-47]. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepenti- miento. [2 Pedro. 3:9]. El papel de arrepentimiento para la salvación da lugar a muchas preguntas. Como el arre- pentimiento implica un cambio de mente y el alejamiento de una posición anterior, ¿cuáles son las cosas de las que una persona no salva debe apartarse para ser salvo? ¿Cuáles son las verdades por las cuales una persona debe cambiar su mente para ser salva? El asunto del cual una persona tiene que arre- pentirse no es el mismo en cada pasaje. En Hechos 2:38 y 3:19 Pedro parece estar pidien- do a los judíos que cambien de mentalidad acerca de lo que le hicieron a Cristo o sea Su 44 Los versículos que contienen el llamado al arre- pentimiento de Juan el Bautista no se incluyen en esta sección. Su llamado al arrepentimiento parece estar relacionado con la preparación para la salva- ción futura que Cristo ofrecería. Para mayor infor- mación sobre el llamado al arrepentimiento y el bautismo de Juan el Bautista vea las Págs. 162-164.
  • 161. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2 151 ejecución, es decir, a cambiar de actitud acer- ca de Su persona. No todo el mundo estaba directamente involucrado en la culpabilidad de enviar a Cristo a morir en el mismo sentido que lo estaban estos judíos del primer siglo. Por lo tanto, este objeto específico de arrepen- timiento, o sea, el cambio de la mente en cuanto a la participación en la crucifixión de Cristo no sería aplicable a todo el mundo. Heb. 6:1 menciona un cambio de mente en cuanto a las obras muertas. Este objeto de arrepentimiento es aplicable a todos los perdi- dos en las religiones que enseñan que las obras son un medio de obtener salvación. Sin embargo, el típico ex ateo, nunca creyó en las “obras muertas” porque en primer lugar nunca creyó en la existencia de un cielo por el cual el hombre tenía que trabajar. Por lo tanto, no hay necesidad de que el ateo cambie de acti- tud acerca de las obras muertas. Las personas de diferentes religiones falsas y filosofías fal- sas con diferentes ideas necesitan cambiar sus mentes, es decir, arrepentirse, de diferentes conceptos erróneos. Hechos 20:21 y 1 Tesalo- nicenses 1:9 mencionan que las personas de- ben cambiar de actitud acerca de Dios. El arrepentimiento acerca de Dios es probable- mente llevado a cabo en cada conversión. Sin embargo, las cosas o ideas concretas de las cuales un pecador se arrepiente son muy di- versas. El idólatra necesita sin duda a cambiar de actitud en cuanto a Dios para ser salvo. El tiene que arrepentirse de los ídolos (1 Tes. 1:9). Sin embargo, un cambio de mentalidad acerca de Dios implicaría una idea diferente para un adorador de Satanás o un ateo o un judío ortodoxo. Todos debemos creer en Cris- to para ser salvos, pero los errores y obstácu- los que hay que cambiar con el fin de creer son muy diversos. En varios lugares donde el arrepentimiento está relacionado con la salva- ción, el objeto del arrepentimiento no se espe- cifica: Hechos 11:18; 17:30; 26:20, Lucas 24:47; 2 Pedro 3:9. La lógica y los ejemplos de las Escrituras in- dican que, existe un cierto grado de arrepen- timiento en cada conversión, pero las ideas o la acción específica de la cual cada persona debe cambiar su mente es diferente en cada persona. Una persona no salva tiene que cambiar su mente (arrepentirse) de cual- quier cosa que se interponga en el camino para llegar a la fe en Cristo. Para algunos esto sería un cambio de una filosofía, por ejemplo, la adoración de ídolos. Para otros, es un cambio de mentalidad acerca del pecado, por ejemplo, el negarse a confiar en Cristo, porque saben que El les va a ordenar terminar con un asunto de inmoralidad. El objeto del arrepentimiento no es el mismo en dos indi- viduos. Una persona tiene que arrepentirse de cualquier cosa que le estorbe para tener la fe solo en Cristo. 3. El Arrepentimiento y el Evangelismo El hecho de que un evangelista no conoce la falsedad exacta de la cual un converso poten- cial debe arrepentirse no debería ser motivo de enfado o confusión. Dado que la única condición para la salvación es la fe, es lógico pensar que si la fe es colocada en Cristo, en- tonces el arrepentimiento ya se ha llevado a cabo. Cuando una persona honesta y seria le confía el destino eterno de su alma a Cristo, entonces esa persona también ha cambiado de actitud acerca de lo que hasta ahora había sido una barrera para venir a Cristo. La fe y el arrepentimiento no son dos condiciones dife- rentes para tener la salvación. El arrepenti- miento es un aspecto particular de la fe salva- dora. Al confiar en Cristo, la persona ha cambiado de actitud, es decir, se ha arrepenti- do, de lo que le había impedido hasta ahora aceptar al Salvador. El acto de fe contiene en sí todo el arrepentimiento que hay que hacer para asegurar la salvación. La fe en Cristo incluye tanto los objetos específicos de los cuales hay que arrepentirse y también el grado de arrepentimiento que debe llevarse a cabo. Al entregarnos por la fe a Jesucristo, el alma ya ha cumplido con todos los "cambios de pensamiento" y "los alejamientos" que se re- quieren para la salvación. Es cierto que el arrepentimiento es necesario para la salvación de todo el mundo, pero el tipo específico de arrepentimiento varía según los individuos y
  • 162. No Solo de Pan 152 en última instancia, es desconocido para el evangelista. La responsabilidad del evangelis- ta es enseñar que la persona debe confiar en Cristo (y evidentemente esto implica cambiar de actitud en cuanto cualquier cosa que obsta- culice la fe en Cristo). No es asunto del evan- gelista determinar las cosas específicas o los pecados que representan una barrera, tampoco le corresponde hacer una lista de elementos de los cuales una persona debe apartarse. Si se ha dado un "giro hacia" Cristo, entonces el paso de "alejarse de" se llevará a cabo por sí mis- mo. (Véase Hechos 3:19; 20:21; 26:20; 1 Te- salonicenses 1:9). 4. El concepto de “Arrepentimiento” contra el concepto de “Abandonar el Pecado” como un Prerequisito para la Salvación Debemos ser precavidos para no usar el tér- mino arrepentimiento de tal manera que se transmita una salvación basada en obras. No nos atrevamos a decirle a un converso poten- cial que debe alejarse de los pecados, A, B y C antes de que pueda ser salvo. La salvación se basa solo en la fe. Si una persona es capaz de creer, entonces ya ha arrepentido de lo que le impedía tener fe y eso es todo el arrepentimiento que necesita para tener la salvación. Ningún hombre tiene autoridad para agregar otro fundamento en la salvación. La Biblia no exige como un requisito previo para la salvación la renuncia a los pecados en general o a un pecado en particular, como el alcoholismo por ejemplo. Esto no solo haría de la salvación un método de obras sino un método imposible para ser salvo. Pedirle a un converso potencial que obtenga la victoria sobre algún pecado de adicción antes de la convertirse es pedirle la victoria sobre algo en lo cual él no tiene ningún poder. El manda- to "arrepiéntanse" no es lo mismo que el mandato "cesen de pecar" o de cualquier practicar un pecado específico antes de obte- ner a salvación. Además, la Biblia nunca re- quiere que una persona prometa poner fin a un pecado en particular a fin de encontrar la salvación. El arrepentimiento no se debe con- fundir con la promesa de dejar de hacer o po- ner fin a un pecado en particular que tienta al individuo Requerir un compromiso para ce- sar un pecado es requerir un compromiso que no se puede hacer antes de la conversión. No existe el poder en la vida de la persona para hacer esa promesa que no es realista. De hecho, la invitación para hacer un juramento para dejar de pecar alienta a los inconversos a tener confianza en sus propias habilidades, y eso es contrario a la fe salvadora. Un conver- so potencial debe darse cuenta que él no tiene ninguna habilidad para vencer el pecado y que aún con toda la sinceridad no puede prometer dejar de hacerlo. El está irremediablemente dominado por el pecado. Es por eso que el debe creer en Cristo. La salvación se puede representar como una mano vacía que toma la bendición de Dios como un regalo: "nada ten- go en mis manos para ofrecer, simplemente a tu cruz me aferro" dice un viejo himno. La salvación no está basada en una mano llena que hace ofertas a Dios para que El le otorgue la tenga vida eterna. 5. El Arrepentimiento y la Salvación del Se- ñorío El concepto de "salvación del señorío" será tratado por separado. Es suficiente por ahora que mencionemos que no hay nada en el término arrepentimiento que incluya lo que comúnmente se denomina "Salvación del Se- ñorío". Decirle a una persona que debe dejar de pecar o que prometa dejar de pecar antes de la salvación es poner un obstáculo insal- vable frente a él y añadir a la única condición para la salvación. Una persona no salva que ha intentado en repetidas ocasiones y sin éxito romper una adicción pecaminosa no tiene, ni entiende, el poder de Cristo que viene después de la salvación. Podría ser que tenga la fe su- ficiente para confiar en Cristo para la salva- ción, pero carece de la fe en sí mismo para prometer dejar de hacer un pecado que le ha dominado. Es posible que haya la fe suficiente para confiar en Cristo, pero la persona siente que no puede honestamente hacer ninguna promesa de abandonar el pecado, ya que nun- ca ha sido capaz de superarlo en su vida ante- rior a la conversión. Para ese tipo de personas,
  • 163. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2 153 pedir que prometan abandonar al pecado es inútil e hipócrita. Debido a que no se entiende correctamente el arrepentimiento, algunos cristianos hacen que la gente tan desesperada sienta que no puede cumplir con la condición de Dios para la salvación. Aunque pudieran creer en Cristo, las personas saben que ellos no son capaces de prometer dejar de pecar. El arrepentimiento mal comunicado que deman- da el cese del pecado o el juramento a no vol- verlo a hacer antes de la conversión, crea una condición adicional para la obtención de la salvación lo cual se clasifica como doctrina falsa o herejía. De hecho, es mejor que un incrédulo se sienta sin ninguna esperanza en cuanto a la victoria sobre la esclavitud del pecado. Es mejor que se dé cuenta que por sí mismo no puede dejar el pecado o aun prome- ter abandonarlo y que necesita la ayuda divi- na. Todo lo que Dios requiere de un peca- dor es que desee la liberación del pecado lo suficiente como para confiar en Cristo. Es lógico que cada converso quiera liberación del pecado por lo menos en cierto grado. Y como la salvación implica creer que Cristo es Dios, también es lógico que todo converso reconozca que Cristo tiene el derecho de diri- gir la vida del individuo en virtud de ser Dios. Por lo tanto, es cierto que la fe salvadora no puede coexistir con una rebelión total contra el gobierno de Cristo como Amo o con una absoluta ausencia del deseo de liberación del pecado. Sin embargo, esto no tiene nada que ver con la conclusión de que se requieren los esfuerzos para obedecer a Cristo como Amo o los compromisos en los que se promete un cese del pecado y un rendimiento a la autori- dad de Cristo antes de la salvación. El pecador de hecho reconoce la autoridad de Cristo, en virtud de creer en la deidad de Cristo. Sin embargo, no está obligado a obedecer la auto- ridad o prometer hacerlo antes de que pueda ser salvado. Dios no exige tanto de los peca- dores para ser salvos. Tampoco debemos exi- girlo nosotros. Si un converso potencial puede confiar en Cristo, entonces él ha re- conocido la autoridad de Cristo en un gra- do suficiente. Este ha hecho todos los com- promisos que tiene que hacer, ha deseado toda la liberación del pecado que tiene que desear, y ha hecho todo el arrepentimiento que hay que hacer para tener la salvación. No debemos atrevernos a definir incorrecta- mente el arrepentimiento y añadir así algún requisito a la fe sola para la salvación. Arre- pentirse significa, “cambiar la mente.” Si una persona puede llegar al punto en que confía en Cristo, ya se ha arrepentido (ya ha cambiado su mente y ha hecho un giro para retirarse de) cualquier idea o comportamiento que le haya estorbado hasta ahora para establecer la fe en Cristo. Esto es todo lo que Dios requiere en lo que al tipo y grado de arrepentimiento se re- fiere. 6. Resumen acerca del Arrepentimiento co- mo Condición para la Salvación Si se define correctamente, el arrepentimiento es una condición genuina para la salvación. No sólo es compatible con la palabra fe, sino que es una parte de la fe. Al acudir a Cristo, tiene que haber un alejamiento de todo lo que ha obstaculizado a la fe. El arrepenti- miento se puede distinguir pero no se puede separar de la fe salvadora. El fundador del Seminario Teológico de Dallas, escribió esto sobre el arrepentimiento: “Es verdad que se puede requerir correcta- mente el arrepentimiento como una condición para la salvación, pero solo por razón del cambio de mente que ya se ha llevado a cabo al alejarse de cualquier otra confianza para ir a la confianza que es necesaria, en Cristo. Tal acercamiento no se podría llevar a cabo sin un cambio de mente. Esta novedad de mente vital es después de todo una parte de creer y por lo tanto puede ser usada y de hecho lo es como un sinónimo de creer en algunas ocasio- nes...”45 D. La Conversión como una Condición para la Salvación 45 Teología Sistemática por Lewis Sperry Chafer, Vol. 7 (Dallas, Dallas Seminary Press, 1948) 7:265.
  • 164. No Solo de Pan 154 Aunque Convertirse no se usa con la frecuen- cia de otros términos, expresa una condición legítima para la salvación en tanto que se de- fina correctamente. La palabra griega que significa convertirse se usa entre 36 y 39 ve- ces dependiendo de los manuscritos en los que se lleve el conteo. Por el uso en los pasajes que no se refieren a la salvación, podemos definir que significa “volverse hacia” o “vol- verse de” (Ej. Mat. 12:44; 24:18; Marcos 5:30; 8:33; 13:16; Lucas 8:55; 17:31; Juan 21:20; Hechos 9:40; 15:36; 16:18; Gál. 4:9; 2 Pedro. 2:22; Ap. 1:12). Cuando una persona confía en Jesucristo para la salvación, ella va hacia El para la salvación. Por lo tanto, la fe salvadora equivale a la conversión en el sen- tido de volverse a Cristo en un acto de fe para el salve y también, volverse a Dios ya que todos nos hemos desviado de El (Isa. 53:6). Por lo general, la Biblia no usa el mandato "convertíos" en las invitaciones de evangeli- zación como una condición para la salvación tal como lo hace en Hechos 3:19. Es mucho más común que un autor Bíblico haga refe- rencia a su conversación al pasado o sea el momento de la salvación y le llame conver- sión o se refiera a la conversión o ausencia de conversión de una tercera persona (Mat. 13:15 y Marcos 04:12, Juan 12:40; Hechos 9:35; 11:21; 15:19; 26:18, 20; 28:27, 2 Cor. 3:16; 1 Tes. 1:9 y 1 Pedro 2:25) En otras pa- labras, es más común que la Biblia utilice la palabra conversión para enseñar a los creyen- tes lo que sucedió en el momento en que creyeron que para atraer a los inconversos hacia la conversión. La palabra conversión aquí debe definirse como "volverse a Cristo con la fe salvadora" y no se debe mal interpre- tar esta definición como una adición a la fe como la única condición para la salvación. Conversión significa simplemente tener fe de salvación. Esto no significa que una persona debe cambiar totalmente su estilo de vida para que se le pueda conceder la salvación. La conversión es volverse a Cristo con fe para obtener la salvación. E. Recibir o Aceptar a Jesús como Salvador Este término no es abundante como una con- dición Bíblica para la salvación, pero si se encuentra en Juan 1:12. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; [Juan 1:12]. Juan 1:12 con claridad explica que recibir a Jesús es lo mismo que creer en Su nombre. Los significados son los mismos. Creer da más énfasis a la naturaleza activa de la fe sal- vadora. Hemos de decidir confiar en Cristo. Recibir da énfasis al aspecto más pasivo de la fe salvadora. Al creer hemos de estar dispues- tos a recibir una salvación gratuita del Señor Jesucristo. Creer y recibir son una misma condición para la salvación considerada con un énfasis un poco diferente. Si por recibir o aceptar a Jesucristo como Salvador queremos decir confiar en El y en Su obra en la cruz, entonces es correcto que usemos la invitación “recibe (que significa dar la bienvenida) o acepta a Cristo como Salvador.” F. Creer y Obrar para Ganar la Salvación Entre los errores teológicos que se han espar- cido hay pocos que son más peligrosos que la doctrina que predica que las obras o los ritua- les religiosos (o ambos) son condiciones para la salvación. Para comenzar positivamente, este estudio ya ha demostrado que ¡hay más de 150 textos Bíblicos que establecen que la fe sola es la condición para la salvación! Si se añaden obras o rituales a la fe, todos estos pasajes se volverían contradictorios y los que los aprobaron serían mentirosos (incluyendo al Señor Jesucristo). Pablo respondió a la tendencia de los gálatas hacia una salvación por obras con el lenguaje más duro de toda la Biblia. El punto de vista que predica que la salvación puede ganarse a través de las obras es una “herejía mayor.” ¡La debemos de rechazar fuertemente! Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio di- ferente del que os hemos anunciado,
  • 165. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2 155 sea anatema. Como antes hemos di- cho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema. [Gál. 1:8-9]. Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia [Isa. 64:6]. Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado [Juan 6:28-29]. Y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justifi- cados, en él es justificado todo aquel que cree [Hechos 13:39]. Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado [Rom. 3:20]. Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley. [Rom. 3:28]. Mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia. [Rom. 4:5]. Mas Israel, que iba tras una ley de jus- ticia, no la alcanzó. ¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras de la ley, pues tropezaron en la piedra de tropiezo, [Rom. 9:31-32]. Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra. [Rom. 11:6]. “sabiendo que el hombre no es justifi- cado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será jus- tificado.” [Gál. 2:16]. Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; [Gál. 3:11]. Porque por gracia sois salvos por me- dio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, pa- ra que nadie se gloríe. [Ef. 2:8-9]. Quien nos salvó y llamó con llama- miento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los si- glos, [2 Tim. 1:9]. Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, [Tito 3:5]. ¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? [Heb. 9:14]. Existen textos en las Escrituras que pueden ser interpretados erróneamente y de hecho se usan para enseñar que las buenas obras son una condición para la salvación. Sin embargo, el intérprete se debe enfrentar a la realidad de los 150 versículos que establecen que la sal- vación es solo por la fe y que el Nuevo Tes- tamento es inmovible en cuanto a la verdad de que las obras no conducen a la salvación. La solución, en esos textos que parecen indi- car que la salvación viene por los méritos, consiste simplemente en encontrar otra inter- pretación igualmente válida que sea compati- ble con la fe solamente como única condición para la salvación. De hecho, casi siempre se da el caso de que la interpretación que hace que el texto sea compatible con el resto de las Escrituras también será la que mejor encaja
  • 166. No Solo de Pan 156 con el contexto y con las ideas del propio autor en otros pasajes. Como ejemplo, considere Santiago 2:26: "... la fe sin obras es muerta." Por supuesto, este pasaje puede ser obstinadamente interpretado como una contradicción de los versos que se citaron anteriormente en esta sección. Sin embargo, Santiago 2:26 puede y debe ser in- terpretado de tal modo que sea consecuente con el contexto anterior. En el contexto, Santiago había definido la fe como la fe intelectual colocada ciertos hechos ortodoxos acerca de Dios, o sea el monoteís- mo: " Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. [Santiago 2:19]. El versículo 26 significa sim- plemente que una fe intelectual en ciertos hechos o información acerca de Dios no es suficiente para la salvación. La genuina fe salvadora es la que resulta en buenas obras. Una paráfrasis válida sería "El tipo de fe que es sólo una creencia en hechos acerca de Dios y no da lugar a obras está muerta". La teología que resulta no contradice a la doc- trina de la fe por si sola recalcada por Pablo y desarrollada bajo la definición de la Fe salva- dora en este libro. Santiago había preguntado previamente en el vs.14, “¿Podrá ese [tipo de] fe salvarle?” Santiago contesta, “No,” y Pablo hubiera estado también de acuerdo. La fe inte- lectual por sí sola no salva a nadie. Pablo también hubiera estado de acuerdo en que la fe salvadora genuina da como resultado las buenas obras (Ef. 2:8-10). Cuando la palabra fe se define como la aceptación intelectual de la doctrina correcta, como aparece en Santia- go 2, entonces la fe sola no le podrá salvar. Cuando la palabra fe significa confianza, fe y fidelidad, como en los escritos de Pablo, en- tonces ese tipo de fe salva y también resulta en buenas obras. El intérprete debe notar que Santiago y Pablo usan la palabra fe con dife- rentes matices de significado. Santiago 2 enseña que la fe intelectual no sal- va. Sin embargo, no puede y no debe utilizar- se para refutar que la fe sola (que se define en el sentido de la confianza) es insuficiente para obtener la salvación. Cuando se da especial atención a la definición precisa que cada autor emplea, estas declaraciones en Santiago no contradicen a la salvación por medio de la fe (o sea la confianza). Cada texto que parece enseñar la salvación por obras se interpreta mejor de manera que sea compatible con la salvación por la fe solamente. G. Creer y Ser Bautizado para Obtener Salva- ción Si el lector ha comenzado a leer en este pun- to, sería de beneficio volver a estudiar las páginas 129-140, que establecen que la única condición de Dios para la salvación es la fe. Además, es recomendable considerar la sec- ción anterior que establece que las obras y los rituales religiosos no pueden salvar. Si se estudian algunos versos en forma aislada del resto de la Escritura, entonces se podrían usar para probar que el bautismo es esencial para la salvación. Sin embargo, estos mismos textos, también pueden interpretarse de ma- nera compatible con la fe sola como condición para la salvación. Obviamente, la interpreta- ción correcta es la que armoniza con todas las Escrituras y no la que causa contradicciones entre las Escrituras. Ya que más de 150 versí- culos describen que solo la fe es la única con- dición para la salvación, el bautismo no puede ser considerado como un requisito para la misma (aunque el bautismo es un requisito para una obediencia completa a Dios.) Es común que se den ejemplos de Jesús (Juan 4:2) y de Pablo (1 Cor. 1:17) en una discusión acerca del bautismo y la salvación. Ninguno de ellos estaba involucrado personalmente en bautizar a otros de manera significativa. Pablo declaró que Dios le había dado la tarea de predicar el Evangelio (la palabra griega signi- fica "evangelizar") en lugar de dar énfasis al bautismo. Además, el ladrón en la cruz es un ejemplo de alguien que obtuvo la salvación sin el bautismo (Lucas 23:43), Y Cornelio fue claramente salvo antes de ser bautizado
  • 167. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2 157 (Hechos 10:47).46 Estos puntos son legítimos. Sin embargo, son solo de importancia secun- daria si se comparan con el hecho principal de que una regeneración bautismal convertiría a las Escrituras en una contradicción masiva. Si la salvación es por fe, entonces no podemos añadir nada a la misma. Si los textos “pro- blemáticos” pueden ser interpretados de ma- nera compatible con la fe sola como condi- ción para la salvación, entonces esa sería la interpretación correcta. El resto de esta sec- ción muestra que los textos utilizados para probar que el bautismo es esencial para la salvación, son realmente compatibles con la posición la fe sola para la salvación. 1. Marcos 16:15-16 Y les dijo: Id por todo el mundo y pre- dicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será con- denado. Existe la probabilidad de que esta sección de Marcos no se encontraba los manuscritos originales del Nuevo Testamento. Las traduc- ciones más modernas así como los comenta- rios mencionan la nota que Marcos 16:9 y ss., no se encuentra en los manuscritos existentes más antiguos. Sin embargo, aún si consideramos que estas declaraciones son genuinas, se les puede in- terpretar de manera compatible con la fe sola. La última parte del versículo 16 muestra que la incredulidad (y no la falta de bautismo) es la única condición que trae condenación eter- na. Por lo tanto, es el creer lo que produce la salvación. La primera parte del vs.16, es ver- dadera y menciona a la fe y al bautismo como las respuestas que Dios requiere. Enseña que 46 El ladrón en la cruz murió antes del inicio del bautismo cristiano. Sin embargo, el vivió durante el período en el que se requería el bautismo de Juan el Bautista. Por lo tanto, su ejemplo sigue siendo una muestra de que una persona puede ser salva sin el bautismo. Dios quiere tanto a la fe como el bautismo, y que los que cumplen son salvos. Sin embargo, todavía es posible ver que, de estas dos nece- sidades reales, la fe es el único elemento que produce la salvación. Las opciones del intér- prete son, o bien interpretar a Marcos 16:16 de esta manera o hacer de este pasaje una con- tradicción con muchos otros pasajes de la Escritura que son más claros 2. Juan 3:5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el re- ino de Dios. Se pueden obtener muchos puntos de vista de Juan 3:5 que son compatibles con la posición de la fe sola como la única condición para la salvación. El propósito de este estudio, no es demostrar cual es el mejor. Entre tanto se use legítimamente este pasaje para enseñar algo que no requiera una regeneración bautismal para ser salvo, el resultado será el mismo, o sea, no existe aquí la prueba de que el bautis- mo es el que regenera. Algunos enseñan que el agua se refiere al na- cimiento físico (es decir, la bolsa de agua que envuelve a un bebé), porque el versículo 6, hace un contraste entre el nacimiento físico y el nacimiento espiritual. Otra posibilidad de la gramática del pasaje es considerar la declara- ción como una "endíadis." Esto haría que la traducción se leyera, "el que no naciere de agua, o sea del Espíritu". Así, el agua sería un símbolo del Espíritu Santo. Existe el prece- dente para asociar el Espíritu Santo con el agua en Ezequiel. 36:25-27; Isa. 44:3; Juan 7:38-39, Tito 3:5. Un tercer punto de vista considera el agua como símbolo de la Palabra de Dios. Es verdad que el Espíritu Santo usa la Palabra para producir el nuevo nacimiento (Santiago 1:18, 1 Pedro 1:23). Y que el agua se asocia con la Palabra de Dios en otros pasa- jes (Juan 15:3; Ef. 5:26). Finalmente, también es posible considerar el agua como una referencia al bautismo de Juan y aun con esto no leemos ninguna regenera-
  • 168. No Solo de Pan 158 ción bautismal en esta declaración. El bautis- mo de Juan el Bautista es diferente al bautis- mo de Cristo. Ni siquiera es practicado hoy en día.47 Sin embargo, era practicado en la época de Juan 3, y Nicodemo observó que Juan y Jesús requerían que las personas fueran bauti- zadas. Tal vez Juan 3:5 es la manera en que Cristo enseñó que el bautismo por sí solo no es suficiente. Una paráfrasis de este pasaje podría ser la siguiente: "Nicodemo es cierto que requiero que mis seguidores sean bautiza- do. Sin embargo, si eso es todo lo que tienen, no entrarán en el reino de Dios. Requiero el bautismo de Juan, pero el requisito para entrar en el reino de Dios es nacer del Espíritu." Si esta interpretación es correcta, entonces Cristo estaba enseñando que, si bien el bautismo de Juan era la voluntad de Dios, es el nuevo na- cimiento por el Espíritu el que produce la sal- vación. Nicodemo no debería haber pensado que el rito del bautismo por si solo (aunque era necesario) tuviera algún mérito de salva- ción. La salvación es una obra del Espíritu que da nueva vida en base a la fe (vea Juan 3:16 en su contexto). Así que, el agua podría estar hablando del bautismo de Juan 3:5 de esa manera no se obliga al texto a enseñar una regeneración mediante el bautismo. De hecho, Jesús estaba diciendo lo contrario. Aunque El aprobaba el bautismo de Juan, El deseaba que Nicodemo entendiera claramente que el agua del bautismo no podría salvarle. A Nicodemo se le enseñó que la vida que proviene sólo por el Espíritu, a través de la fe es la que produce la salvación. No hay que complicar la verdad principal con muchos detalles. Juan 3:5 puede interpretarse de manera que no se enseñe que el bautismo es un requisito para la salvación. Independien- 47 Juan estaba bautizando al pueblo preparándolo para aceptar el ministerio y el reinado del Mesías en este mundo. Israel como nación rechazó el rei- nado del Señor sobre la tierra en Su primer venida. Por lo que el bautismo de preparación de Juan ha cesado. El bautismo cristiano que tiene como base la muerte, sepultura y resurrección del Señor, es diferente al bautismo de Juan. temente del punto de vista que se adopte, se puede hacer que Juan 3:5 sea compatible con los textos claros que enseñan que la salvación es solo por la fe. 3. Hechos 2:38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Este versículo es un favorito de los que creen que el bautismo es una condición para la sal- vación. Sin embargo, también se puede inter- pretar para que encaje muy bien con la posi- ción sola fide (sólo por fe). La palabra para tiene muchos usos. Uno de sus significados es “a causa de.” En la oración, “La policía lo arrestó por robo,” es evidente que la palabra por significa “a causa de.” La policía lo arrestó a causa de robo. La palabra griega eis que se traduce “para” en Hechos 2:38, tiene también una amplia gama de significados. Así como se le traduce en español para la palabra eis también significa “a causa de.” Mat. 12:41 habla de los hombres de Nínive y dice que ellos: “se arrepintieron a la (eis) predicación de Jonás,” (El pueblo se arrepintió a causa de la predicación de Jonás.) Este mismo signifi- cado predomina en Lucas 11:32. Es también posible que eis signifique “debido a” en Mat. 3:11, que dice: “Yo a la verdad os bautizo en agua para (eis) arrepentimiento” A la declara- ción de Juan el Bautista se le puede compren- der mejor si se le traduce “Yo a la verdad os bautizo en agua debido a su arrepentimiento” (Véase también Rom. 4:20; 11:32; y Tito 3:14 donde encontramos otros usos de eis.) La so- lución para reconciliar Hechos 2:38 con el resto de las Escrituras se encuentra en la con- sideración de que para, tanto en español como en griego, puede tener el significado de “a causa de”, “debido a” o “por”. “porque”. Pe- dro está diciendo, “¡Arrepentíos, y bautíce- se… porque sus pecados ya han sido perdo- nados!” En vez de decirles que se bauticen con el fin de obtener el perdón, les está di- ciendo que se bauticen debido al perdón que se les ha otorgado por el arrepentimiento.
  • 169. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2 159 Los intérpretes tienen la opción con Hechos 2:38. Pueden interpretar este pasaje de manera aislada y hacerlo que contradiga el resto de la Escritura, o pueden adoptar otro significado legítimo (y admitimos que más raro), de la palabra para. Esta última opción es evidente- mente preferible ya que armoniza mejor con la Escritura manteniendo sin mancha el principio de la salvación que es por fe solamente.48 Aún si insistiéramos que la preposición eis es para enfatizar el propósito o resultado el versículo puede ser compatible con la salvación que es solo por la fe. Debemos entender que “arre- pentirse” es un elemento esencial para condu- cir a la “remisión de los pecados.” En el con- texto de Hechos 2, el arrepentimiento consis- tiría en el cambio de mentalidad en cuanto al asesinato de Jesús ya que lo consideraron co- mo un falso Mesías y su aceptación como el Cristo, el Salvador (ver Hechos 2:23, 36). Tal arrepentimiento reúne los requisitos para el bautismo y trae consigo la salvación. Tenga en cuenta la cuestión precisa que se plantea con la pregunta "¿qué haremos?", ellos no preguntaron "¿qué debemos hacer para ser salvos?" La respuesta de Pedro menciona al arrepentimiento y al bautismo como el proce- dimiento a seguir por las personas que eran directamente culpables de matar a Jesús si ellas quisieran agradar a Dios. Sin embargo, su respuesta incluye más que cumplir con un requisito mínimo para la salvación. Dios de- seaba que los oyentes tuvieran un cambio de mentalidad en cuanto a la persona y obra de Cristo y Dios deseaba que ellos fueran bauti- zados. Sin embargo si insistimos que la prepo- sición eis es de propósito o resultado en 48 Existen otras explicaciones acerca de Hechos 2:38 que no involucran la regeneración bautismal, El bautismo podría también ser un símbolo de la fe ya que de ninguna manera era bautizado un in- crédulo dada la persecución de los cristianos en los tiempos del Nuevo testamento, Tampoco se daba el caso de un creyente que no estuviera bautizado. (Véase una lógica paralela en la nota al pié de la página 49, especialmente en la parte recalcada con letra obscura, o la explicación acerca de Juan 3:5, dada anteriormente.) Hechos 2:38, entonces al arrepentimiento (que califica para el bautismo) deberá consi- derársele como el factor salvador. De otra manera, Hechos 2:38 estaría en contradicción con los cientos de pasajes que enseñan que la salvación es solo por la fe. La mayoría de estos pasajes ni siquiera mencionan la palabra bautismo. 4. Rom. 6:3-4 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Este texto puede dar lugar a cierta confusión si ignoramos la doctrina del bautismo del Espíritu. Juan el Bautista continúa con la pre- dicción de Cristo bautizando con el Espíritu en vez de bautizar con agua (Mateo 3:11, Marcos 1:8, Lucas 3:16, Juan 1:33). Al prin- cipio del libro de los Hechos, Cristo dice a sus seguidores que esperen este bautismo del Espíritu (Hechos 1:5), y por las declaraciones de Pedro en Hechos 11:15-16 nos damos cuenta que el primer bautismo del Espíritu se llevó a cabo el día de Pentecostés (Hechos 2). Pablo explica que la colocación de una perso- na en Cristo se lleva a cabo por el bautismo del Espíritu (1 Cor. 12:13). Y ya que Pablo usa la palabra todos y el bautismo del Espíritu se lleva a cabo en el instante de la unión con Cristo, es obvio entonces que cada creyente es bautizado con el Espíritu Santo en el momen- to de la salvación, o sea, en el momento de la fe en Cristo como Salvador. Este bautismo del Espíritu causa una unión con Cristo y trae consigo todos los beneficios de la muerte y la resurrección de Cristo. También causa una unión con todos los otros creyentes quienes también están “en Cristo.” Cuando Pablo dice en Ef. 4:5 que hay “un bautismo,” probable- mente se está refiriendo a la realidad del “bau- tismo del Espíritu” lo que convierte en a una
  • 170. No Solo de Pan 160 persona en cristiana, y no al símbolo, o sea, “el bautismo en agua.” Sin ningún lugar a dudas las Escrituras le dan más importancia al bautismo del Espíritu que al bautismo en agua. El bautismo del Espíritu está basado en la fe (vea el Capítulo 10). Es suficiente por el momento recalcar que las Escrituras enseñan que el bautismo en agua no es el único y que el bautismo del Espíritu es el más importante de los dos. El bautismo del Espíritu es la rea- lidad mientras que el bautismo en agua es un símbolo. Hay varias opciones para tratar con el texto de Romanos 6:3-4. En primer lugar, se puede interpretar el texto de manera que se considere al bautismo como una condición para la sal- vación. Esta interpretación hace que las Es- crituras sean incompatibles entre sí. La se- gunda opción es considerar al bautismo como una referencia al bautismo del Espíritu. El bautismo del Espíritu viene por la fe en Cristo como Salvador el cual une al creyente con los beneficios de Su muerte y Su vida de resu- rrección. Esto no solo hace que las Escrituras armonicen sino que también engrana con lo que se conoce acerca del bautismo del Espíri- tu. Pablo enseñó en 1 Cor. 12:13 que el bau- tismo del Espíritu une al creyente con Cristo. Probablemente, Rom. 6:3-4 enseña un tipo de bautismo que une al creyente con la muerte de Cristo y Su vida de resurrección. Rom. 6:3-4 deberá ser relacionado con el bautismo del Espíritu y no con el bautismo en agua. 49 49 Aunque el autor prefiere adoptar la posición de que Rom. 6:3,4 se refiere al bautismo del Espíritu, alguien podría entender que Pablo se refería al bautismo de agua sin la inferencia de que este fuera un requisito para salvación. El bautismo es para el creyente lo que un anillo de bodas es para un hom- bre o una mujer en el matrimonio. Es el símbolo de una relación. Es posible llevar puesto un anillo y no estar casado (así como alguien podría ser bauti- zado y no ser un creyente). También es posible estar casado sin llevar puesto un anillo (así como alguien podría ser salvo sin ser bautizado). Sin embargo los anillos de bodas normalmente son indicadores del matrimonio. El Apóstol Pablo con toda probabilidad no se imaginaria a nadie en su 5. Col. 2:11-12 En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecamino- so carnal, en la circuncisión de Cristo; sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos. Este es el texto que usan los que creen que el bautismo de agua aplicado a los infantes tiene algún mérito de redención. Debido a que no se aprecia correctamente la gran diferencia de la edad de la iglesia entonces existe la creencia de que el bautismo de los infantes ha reempla- zado a la circuncisión de los infantes practica- da en el Antiguo Testamento. Dado que el bautismo de infantes no es Bíblico, la única "prueba" que se puede ofrecer a su favor es que el bautismo de infantes debe ser el reem- plazo de Dios para la circuncisión. Por lo tan- to, al llegar a Col 2:11-12 aparece un punto ciego que los hace pensar solamente en el bautismo de agua cuando leen la palabra circuncisión. Sin embargo, la Biblia habla de una circuncisión espiritual al igual que de un bautismo del Espíritu. (Ver Deuteronomio época siendo bautizado sin fe. Y dado que ser cristiano podría ser motivo de persecución, solo aquellos que poseían una fe genuina deseaban el bautismo en agua. Tampoco Pablo podría imagi- narse a un creyente rechazando el bautismo de agua. (rara vez existe una razón válida para que un creyente rechace el bautismo en agua hoy en día.) Para Pablo no existía un incrédulo bautizado o un creyente no bautizado. Por lo que el bautismo era una señal de fe aun más segura que un anillo de bodas. Si Rom. 6:3-4 no es considerado como una referencia al Bautismo del Espíritu, a Pablo se le podría entender diciendo que el bautismo en agua tal como se practicaba en la iglesia del Nuevo Testamento en condiciones de persecución era una evidencia cierta de fe. Es la fe simbolizada por el bautismo la que salva. Romanos 6 estaría enseñando que la fe que resulta inevitablemente en el bautismo (la fe demostrada por el bautismo) produce una participación en el beneficio de la muerte sepultura y resurrección de Cristo.
  • 171. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2 161 10:16; 30:6; Jeremías 4:4; 9:25-26; Ezequiel 44:7-9; Rom. 2:26-29; y Filipenses 3:3.) "La circuncisión espiritual " es una figura de dic- ción que se refiere a la eliminación del control inevitable de la carne en la vida del creyente. Rom. 6:3-4 enseña que el creyente participa en la resurrección de Cristo por medio del bautismo del Espíritu. Luego continúa con el tema de la remoción del control inevitable de la carne en el creyente. La palabra muerte significa separación. Y como hemos muerto con Cristo mediante el bautismo del Espíritu, se ha llevado a cabo una separación del con- trol inevitable del “cuerpo de pecado” (Rom. 6:6 y ss.). Es evidente que en Col. 2:11, Pablo habla de la circuncisión espiritual, no de la literal. ¿Cuán más claro podría expresarlo, "una cir- cuncisión no hecha a mano"? Por otra parte, también es evidente que las enseñanzas de Romanos 6 y Colosenses 2 son paralelas. Los creyentes han sido unidos con Cristo y han muerto con él. La muerte significa la separa- ción, no el cese de la existencia. Por lo tanto, los creyentes han muerto al "cuerpo carnal" no en el sentido del que el pecado ha dejado de existir, sino en el sentido de que su domi- nio se ha retirado, separado de ellos. Esta es la circuncisión espiritual. Por último, debería ser evidente que la unión con Cristo y los benefi- cios procedentes de la misma se basan en el bautismo en el Espíritu y no en el bautismo de agua. Colosenses 2 enseña lo mismo que Ro- manos 6 (aunque con diferente terminología). Aquellos que han sido unidos a Cristo por el bautismo del Espíritu han experimentado lo que Pablo llama una "circuncisión" espiritual en Colosenses 2 y la "muerte al pecado" en Romanos 6. Ambas imágenes se refieren a un retiro o separación del control del pecado. La única explicación que puede darse para creer que Col. 2:11-12 enseña que el bautismo salva es el prejuicio teológico. Si uno quiere apoyar sus propias ideas, entonces interpreta los diferentes textos para apoyarlas (incluso si el resultado contradice el resto de la Biblia). Es evidente una mejor interpretación de Col. 2:11-12 es la que se refiere al bautismo del Espíritu en vez del bautismo de agua. Este punto de vista armoniza con el resto de las Escrituras que enseñan que la salvación es por la fe sola, hace un paralelismo claro con Romanos 6, y elimina las bases del bautismo de infantes o de la regeneración bautismal. El bautismo del Espíritu es un resultado inmedia- to de la fe en Cristo y es la causa de que los creyentes tengamos una participación de los beneficios de la muerte y la vida de resurrec- ción de Cristo. También trae consigo una cir- cuncisión espiritual, o sea un corte con el po- der inevitable del pecado. Otra alternativa aceptable para el bautismo de Col. 2:12 es considerarlo como bautismo en agua sin creer que este es un requisito para la salvación. Pa- blo estaría suponiendo en este caso que el bautismo en agua sería como una prenda de fe. La fe que se representa o simboliza por el bautismo sería la base real para la participa- ción en los beneficios de la muerte y la resu- rrección de Cristo. La fe que se muestra me- diante el bautismo sería la base para la separa- ción del control de la inmundicia sobre la vida del creyente o sea, la circuncisión espiritual. (Vea una interpretación paralela de Romanos 6 en la nota 49 al pie de la página.) 6. 1 Pedro 3:21 (traducción literal) La cual [agua] aun a vosotros como una figura, ahora salva, o sea, el bau- tismo (no quitando las inmundicias de la carne, sino para una buena concien- cia una apelación hacia Dios) por la re- surrección de Jesucristo. Esta traducción literal del versículo con un orden aproximado en que aparecen las pala- bras griegas muestra que es una declaración difícil y obscura. La doctrina deberá ser cons- truida en los pasajes claros y que se repiten. Además que las declaraciones sencillas nos deberán ayudar en la interpretación de las difíciles. La insistencia en que 1 Pedro 3:21 puede derribar la enseñanza de más de 150 versos que son claros, es una insistencia bas- tante obstinada.
  • 172. No Solo de Pan 162 Primero notemos que en el contexto, Pedro está haciendo una comparación de las aguas del bautismo con las aguas del diluvio en los días de Noé. El agua no salvó a Noé sino el arca. Noé estaba en el arca y esta lo transportó sobre las aguas de diluvio. Las aguas del dilu- vio le recuerdan a Pedro las aguas del bautis- mo. Para la iglesia primitiva, no existían los creyentes no bautizados. El bautismo era lo que seguía correcta e inevitablemente a una fe genuina en Cristo. La comparación de Pedro era parecida a lo siguiente, “Así como Noé fue salvo por el arca y pasó a través de las aguas, así ustedes han sido salvados por Cris- to y han pasado por las aguas.” Se puede hacer una comparación en la cual se tienen los elementos de la salvación de Noé a través de las aguas del diluvio y la salvación de los cre- yentes a través de las aguas bautismales sin necesidad de hacer que 1 Pedro 3:21 enseñe la regeneración bautismal. A continuación hay que destacar que no hay necesidad de interpretar a Pedro como alguien que está enseñando que el bautismo salva. Es igualmente válido considerar que Pedro está enseñando que el bautismo salva en un senti- do figurado. Si quitamos los paréntesis del pasaje, el sentido figurado en el que el bau- tismo salva está asociado con la resurrección de Cristo. El bautismo simboliza la unión con Cristo en Su muerte y resurrección. Salir del agua simboliza una participación en la vida nueva de Cristo o sea, la resurrección. La rea- lidad que está detrás de esta figura en efecto, salva. Por el bautismo del Espíritu el creyente se une para participar en los beneficios de la muerte de Cristo y también para participar en Su vida de resurrección. El bautismo en agua simboliza esta participación de la vida de re- surrección de Cristo. De esta manera, Pedro en sentido figurado puede decir que el bau- tismo salva. Por último, notemos que Pedro añade un ma- terial entre paréntesis para que sus lectores no crean que él está enseñando la regeneración a través del bautismo. El autor explica a qué se refiere cuando dice que el bautismo salva. No es el lavamiento literal de la suciedad del cuerpo lo que produce la salvación. Es más bien la petición a Dios para la purificación del corazón, lo que ha traído la salvación y a la vez ha calificado al pecador como candidato para el bautismo en agua. La limpieza de la carne mediante un rito es absolutamente inútil para salvar. Sin embargo, la apelación que hace el candidato a Dios para que lo limpie del pecado por la sangre de Cristo es la base tanto para la salvación como para un legítimo bautismo en agua. 1 Pedro 3:21 enseña que el bautismo de agua salva en un sentido figurado ya que simboliza la participación en la vida de Cristo que se llevó a cabo mediante la fe. Además, el único elemento del bautismo de agua que salva en realidad es la apelación que se hace a Dios para que haga limpieza (por fe en Cristo) y esto es lo que hace que una persona sea califi- cada para ser bautizada. De ninguna manera tenemos autorización para interpretar que 1 Pedro 3:21 niega la salvación por medio de la fe solamente y enseña la regeneración me- diante el bautismo. 7. El Bautismo de Juan y la Salvación La mayoría de los maestros de la Biblia esta- blecen correctamente la diferencia entre el bautismo de Juan y el bautismo cristiano. El bautismo de Juan el Bautista era un bautismo de preparación y veía hacia el futuro. Su obje- tivo era que la gente estuviera preparada para darle la bienvenida al Rey. El bautismo Cris- tiano está orientado hacia el pasado. Simboli- za la identificación con la muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo (Rom. 6:3,4 por aplicación). Cristo instituyó el bautismo cris- tiano en la gran comisión (Mat. 28:18-20). Obviamente, un rito que es simbólico de la muerte y resurrección de Cristo no pudo ser instituido antes de la crucifixión y la resurrec- ción. El bautismo de Juan entonces es diferen- te al bautismo cristiano. A partir del rechazo del Rey, el bautismo de Juan el Bautista deja de ser practicado. Aun aquellos que creen que el bautismo es esencial
  • 173. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2 163 para la salvación no se apoyan en los textos que tratan de Juan el Bautista para probar su enseñanza errónea. Sin embargo ya que estos pasajes pueden ser causa de confusión los estudiaremos en esta sección. “Yo a la verdad os bautizo en agua pa- ra arrepentimiento…” [Mat. 3:11]. Bautizaba Juan en el desierto, y predi- caba el bautismo de arrepentimiento para perdón de pecados. [Marcos 1:4]. Y él fue por toda la región contigua al Jordán, predicando el bautismo del arrepentimiento para perdón de peca- dos, [Lucas 3:3]. El llamado “Preparad el camino del Señor” enseña que la obra de Juan era básicamente una preparación. El técnicamente no tenía ni ofrecía el perdón de pecados. El estaba dando testimonio directo de Aquel que ofrecería ese perdón a Su llegada. El estaba haciendo un llamado al pueblo de “Arrepentíos,” o sea, un llamado a un cambio de mente. El pueblo de Judea en especial requería un cambio de men- te acerca del Mesías y Su pronta venida. Era necesario que ellos tuvieran un cambio de actitud y estuvieran preparados para aceptar al Rey. La declaración que dice “bautismo del arrepentimiento para perdón de pecados,” no deberá tomarse para entender que las personas eran salvas automáticamente por el bautismo de Juan. La palabra para puede significar “con la mira a.” (Ej. Marcos está alistándose para su graduación el próximo año, o sea, con la mira a graduarse el año que viene.) Juan el Bautista estaba comunicando al pueblo que se arrepintiera (que cambiara sus pensamientos acerca de la venida del Mesías) y que fueran bautizados con la mira a obtener el perdón de los pecados que el Mesías traería a su llegada. Los versos anteriores no enseñan concluyen- temente que todos los que obedecieron a la obra de Juan fueron salvos en el momento del bautismo. Si una persona profesaba estar pre- parada mentalmente, dispuesta a aceptar al Rey y era bautizada por Juan sobre esta base, todavía tenía que aceptar al Rey después de su llegada a fin de obtener salvación y perdón. El mensaje y el bautismo de Juan prepararon a la persona para aceptar al Rey con la mira al perdón de los pecados lo cual el Rey daría a Su llegada. El perdón de pecados prometido no se llevaba a cabo a menos que el Rey fuera en verdad aceptado en Su venida a Israel. Es probable que algunas personas que Juan bau- tizó, más tarde rechazaran el reclamo mesiáni- co de Jesús, y el hecho de que ellos fueron bautizados por sí mismo no les otorgaba la salvación. (Véase los comentarios anteriores sobre Juan 3:5.) Los textos anteriores pueden parafrasearse de la siguiente manera: “Yo los bautizo en agua por causa de arrepentimiento” (o sea, por un cambio de pensamiento que está preparado pa- ra aceptar el Rey que viene) [Mat. 3:11].50 Juan el Bautista apareció en el desierto predicando un bautismo basado en arrepentimiento con la mira del perdón de pecados que el Rey traería [Marcos 1:4]. Y el vino a todo el distrito del Jordán, predicando un bautismo basado en arrepentimiento (o sea, una mente cambiada acerca del Mesías venidero) con la mira del perdón de pecados que el Rey traería [Lucas 3:3]. Es mejor que consideremos la obra de Juan como una obra meramente preparatoria. El mismo no ofrecía el perdón de los pecados al pueblo. Hizo un llamamiento para que las personas estuvieran mental y moralmente transformadas y dispuestas a aceptar al que 50 Mat. 3:11 puede también traducirse: “yo os bau- tizo en agua con la mira al arrepentimiento.” De- berá entenderse que el arrepentimiento era una condición previa al bautismo de Juan pero, que también, se pretendía que el bautismo produjera aun más arrepentimiento. Tal traducción haría un buen paralelo con 1 Cor. 12:13: (Juan bautizó en agua con mira al arrepentimiento; Cristo bautiza en el Espíritu Santo con la mira a la unión en un cuer- po).
  • 174. No Solo de Pan 164 otorgaría el perdón en su llegada. El bautismo de Juan era símbolo de la disposición para aceptar al futuro rey y Su futuro perdón. El bautismo de Juan se relacionaba con la salva- ción al preparar a la gente para aceptar al Sal- vador. Sin embargo, el perdón de pecado prometido tenía que esperar hasta la llegada del Rey. Juan preparó para la salvación me- diante el bautismo. Cristo dio la salvación solo mediante la fe. Si uno insistiera en que el ministerio de Juan en realidad otorgó el perdón, en lugar de ser una preparación para un perdón futuro que Cristo ofrecería, entonces uno podría argu- mentar que tal perdón debe haberse basado en el arrepentimiento y no en el bautismo Si Juan en realidad hubiera ofrecido el perdón de los pecados, este se hubiera basado en el arrepentimiento no el bautismo. Sin embargo, hay muchas razones para creer que Juan no era el que ofrecía el perdón. Su bautismo simbolizó una preparación para recibir el perdón de los pecados en un tiempo futuro cuando el Mesías lo traería consigo. Por últi- mo, el bautismo de Juan no se ha practicado desde el rechazo del Rey. Por lo tanto, no existe ninguna base para usar los textos que tratan del bautismo de Juan el Bautista como evidencia de que el bautismo es una condición para la salvación. H. Confesar a Jesús Ante los Hombres Para ser Salvo. La práctica de hacer una invitación para que las personas pasen al frente con el fin de con- fiar en Cristo no es ni Bíblica ni anti Bíblica. No se ordena ni tampoco se prohíbe. Las igle- sias tienen varias opiniones en cuanto a lo sabio de este método de evangelización. Sin embargo, existe el peligro de cometer un gra- ve error con el fin de presionar a la gente para que “pase al frente”. Las Escrituras establecen a la fe por sí sola como la base de la Salvación. Si alguien aña- de una “confesión pública acerca de Jesús” a la única condición de la fe, entonces está pre- dicando “otro evangelio”. El acto de agregar una “confesión pública de la fe en Jesús” como un requerimiento para la salvación se hace con la actitud errónea que tiene el lema de que “el fin justifica los medios”. También puede suceder por pura ignorancia, hábitos de descuido, deseo de contar el número de con- versiones o la incuestionable aceptación de una tradición sin consideración de las bases bíblicas. Al decirle a las personas que es nece- sario hacer una confesión pública para ser salvo, los oradores crean presión para obtener “decisiones.” Sin embargo, consideremos a la pobre alma tímida que no tiene ningún pro- blema para confiar en Cristo pero no tiene el valor suficiente para pasar al frente en una iglesia llena de gente. Para tal persona, el orador ha ofrecido una condición para la sal- vación que es errónea y fabricada por el hom- bre. Esta es una barrera artificial para la sal- vación que es contraria a la Palabra de Dios y no debe ser aceptada por la iglesia. ¿Será po- sible creer en Cristo en lugares donde no es posible la confesión pública, como la habita- ción de un motel con una Biblia de los Ge- deones o una habitación tranquila con la ma- dre? ¿Sería también posible hacer una profe- sión pública sin tener la verdadera fe? El texto que más se abusa para demostrar que la confe- sión pública es necesaria para la salvación es Rom. 10:9-10a.51 1. Rom. 10:9-10 …que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu co- razón que Dios le levantó de los muer- tos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. 51 Obviamente, ninguno de los contextos de los pasajes que se examinan se refieren a la práctica moderna del llamado a pasar al altar. Además, pocas personas quieren llevar este punto de vista a su conclusión lógica hacer que la salvación se base en testificar. Esto terminaría en un sistema basado en obras parecido al concepto de los Testigos de Jehová en el cual la salvación viene a través de la obra de testificar.
  • 175. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2 165 En Rom. 10:9-10 Pablo está dando un ejem- plo de su método para evangelizar a los jud- íos. (Vea Rom. 10:1.) El dice que su método incluye confesar con la boca al Señor Jesús y creer con el corazón que Dios le resucitó de los muertos. Pablo como un buen expositor de la Biblia, prueba que su método de evange- lismo es válido ya que lo apoya con las Escri- turas. El contexto inmediato del vs. 10 com- prueba con el Antiguo Testamento que Pablo hace lo correcto al pedir que crean y confie- sen. El verso 11 prueba que su petición para creer en la resurrección es válida: “Pues la Escritura dice [en Isa. 28:16]: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.” Luego en el verso 13 Pablo nos da una prueba Bíblica de su apelación para confesar que Jesús es Señor (o sea, Dios, Mesías, Maestro). Al citar a Joel 2:32, en el vs. 13 nos dice, “porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.” En versión condensada el argu- mento de Pablo es como sigue: “Yo le pido a los Judíos que crean en el Señor resucitado porque Isa. 28:16 pide que crean, y yo les pido que confiesen porque Joel 2:32 da la invitación a invocar al Señor para la salva- ción.” Nota cuidadosamente que el vs. 13 de- fine el tipo de confesión que Pablo quería. El He instó al pueblo a “confesar” en el sentido de “invocar el Nombre del Señor.” La confe- sión que Pablo requería se hace en una oración a Dios. El no está pensando en una confesión delante de los humanos. Confesar en Romanos 10:9 equivale a invocar a Dios en oración y reconocer delante de El que Jesús es el Señor de Rom. 10:13. El argumento de este texto arroja luz sobre el significado de la con- fesión del verso 9, la cual se lleva a cabo in- vocando el nombre del Señor (tal como en los vss. 12-13). Pablo no está pidiendo a su pueblo Judío que de una confesión de fe ante los hombres con el fin de obtener sal- vación. El les pide a ellos que confiesen que Jesucristo es su Señor (Mesías) en una ora- ción a Dios. Reconocer que Jesucristo es el Hijo de Dios es una parte esencial de la fe salvadora. Un buen método aprobado por las Escrituras para expresar este reconocimiento es a través de una oración a Dios. Sin embar- go, Rom. 10:9-10 no tiene nada que ver con una confesión hecha a otras personas, ya sea en público o privado. 2. Mateo 10:32-33 y Lucas 12:8-9 “A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.” [Mateo 10:32- 33]. “Os digo que todo aquel que me confe- sare delante de los hombres, también el Hijo del Hombre le confesará delante de los ángeles de Dios; mas el que me negare delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios.” [Lucas 12:8-9]. Mateo 10:32 y ss., Lucas 12:8 y ss., son tam- bién textos que se han usado para establecer que la confesión pública de Jesús es un requi- sito para la salvación. Así se pueden interpre- tar estos textos si se consideran de manera aislada del resto de las Escrituras. Sin embar- go, el resultado sería una contradicción con más de 150 textos que establecen a la fe sola como la única condición para la salvación. Si consideramos a las declaraciones del Señor de una manera que estén en armonía con el resto de la Escritura, entonces no sólo se man- tiene la posición de la fe sola sino también la infalibilidad Bíblica. No es de fundamental importancia cuál de los siguientes puntos de vista de Mateo 10:32 y de Lucas 12:8 sea el correcto. El asunto importante es que hay in- terpretaciones que si armonizan con todas las Escrituras y preservan tanto la infalibilidad Bíblica como la doctrina de sola fide (sólo la fe). Cualquiera de estas interpretaciones es preferible a la de tomar estos dos textos para fabricar una contradicción en las Escrituras. Las posibilidades se discutirán a continuación. a. El Punto de Vista Apostólico
  • 176. No Solo de Pan 166 Una manera de reconciliar Mateo 10:32 y Lucas 12:8-9 con los otros 150 versículos que enseñan la fe solamente es la de interpretar- los y aplicarlos a las personas a las cuales fueron dirigidos. Son Textos paralelos que se entregaron principalmente a los apóstoles (Mat. 10:1-2; Lucas 12:1 “a sus discípulos, primeramente…”) quienes estaban anuncian- do el Reino (Mat. 10:7) a Israel solamente (Mat. 10:6). Si la advertencia se limita a los doce, entonces el énfasis en reconocer a Cris- to al confesarle o al negarle pudo haber sido para el beneficio de Judas Iscariote. Quizás la verdad se aplica solo a aquellos de los doce que confiesen a Cristo, ellos serán honrados en los cielos, pero los que le hayan negado (Judas) serán negados por Cristo delante del Padre en los cielos. Cuando se limitan estas declaraciones a las personas específicas a las cuales se dirigieron, entonces se pueden ma- nejar de manera que no se contradiga con el principio sola fide.52 b. Punto de Vista de la Tribulación Cristo pudo bien haber considerado a los apóstoles como representantes de los santos de la tribulación y de eso existe un preceden- te. Aparentemente, Cristo consideró a los san- tos de la tribulación como extensiones de la obra apostólica, y El pudo ver esa conexión más directamente sin el sistema de la iglesia de por medio. Esto sucede en Lucas 21 donde el discurso de Cristo acerca de la destrucción de Jerusalén en los tiempos apostólicos termi- na por unirse a los conflictos al fin de los tiempos. El Señor habla a Sus apóstoles como si ellos fueran los que han de experimentar la angustia de la Tribulación al final de los si- glos. En el contexto de Mat. 10:32-33 se des- cribe este mismo proceso. En Mat. 10:6 Cristo les dice a sus apóstoles que vayan solo a Is- rael, pero, antes de la terminación del discur- so, Cristo aparentemente ve a sus apóstoles 52 El contexto de Mateo 10 nos ofrecería el apoyo más fuerte para limitar estos comentarios a los apóstoles, aún más que el de Lucas 12. El Señor habla “primeramente a sus discípulos” aunque la multitud estaba escuchando (Lucas 12:1). como los representantes de los santos de la tribulación. El dice que ellos serán llevados ante gobernantes y gentiles para dar testimo- nio (Mat. 10:18). En un lenguaje parecido al relato de la Tribulación de Mat. 24:9 y 13, Cristo les dice que serán odiados por todos (Mat. 10:22) y que serán librados de este tiempo de tribulación mediante la perseveran- cia hasta el fin (Mat. 10:22). Mat. 10:23 es uno de los pasajes tribulacionales más explíci- tos. Menciona que los testigos perseguidos no terminarán de recorrer todas las ciudades de Israel “antes que venga el Hijo del Hombre.” Es posible considerar que las palabras de Cris- to en Mateo. 10:32-33 hacen una doble refe- rencia tanto a los apóstoles como a los santos de la Tribulación. Esto da lugar a posibilida- des interesantes para la reconciliación de los textos con la doctrina de la fe sola que se en- seña en otras partes de la Escritura. Durante la tribulación los creyentes se verán obligados a identificarse con Cristo o en contra de El por la aceptación o el rechazo de la marca de la bestia, es decir, el Anticristo (vea Ap. 13:16- 17). La única condición que Dios nos impone para la salvación es la fe. Sin embargo, las condiciones serán tales durante la tribulación que un requisito fabricado por Satanás para ser un creyente será la confesión pública de Cristo mediante el rechazo de la marca (Ap. 20:4). Todos los que no creen en Cristo lo negarán mediante la misma marca. Dios re- quiere sólo la fe para ser salvo, pero el sistema del diablo requerirá el rechazo de una marca para identificarte como creyente. Por lo tanto, el resultado es que todos los creyentes de la Tribulación confesarán públicamente a Cristo y todos los incrédulos en la Tribula- ción lo negarán. Si el intérprete restringe las palabras de Mat. 10:32-33 y Lucas 12:8-9 estrictamente a los apóstoles y a la generación de Tribulación, la interpretación resultante se encuentra en ar- monía con sola fide. La única condición de Dios para la salvación es la fe. Sin embargo, con los doce, y con los cristianos de la Tribu- lación (considerados como una extensión de
  • 177. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2 167 la obra apostólica), las condiciones en la tierra serán tales estos grupos serán obligados a confesar o negar a Cristo de una manera definitiva e irrevocable. Aunque se puedan extraer aplicaciones para otros grupos del pueblo de Dios (incluyendo los que, en nues- tra época están bajo presión para negar a Cris- to), ningún otro grupo se enfrentará a una presión tan absoluta para confesar o negar a Cristo en un sentido tan irrevocable. Estos versículos nos enseñan por aplicación que un creyente, en el momento actual, nunca debe negar a Cristo. Sin embargo, la vergüenza actual de ser cristiano no se compara al hecho de traicionar en público al Mesías para darle muerte (Judas) o vender el alma al Anticristo. Si las declaraciones de Mat. 10:32-33 y Lucas 12:8-9 se restringen a las condiciones especia- les a las que se enfrentaban los apóstoles y la generación de la Tribulación, entonces estos pasajes pueden estar en armonía con la verdad de que la fe en Cristo es único requisito de Dios para la salvación. Las personas con una visión dispensacional de la Escritura (lo cual se examina en el capítulo 11, bajo el tema "Eclesiología") estarán más dispuestos a adop- tar este medio posible de reconciliar Mat.10:32-33 y Lucas 12:8-9 con la posición solo por la fe. No es extraño aplicar una ver- dad a los apóstoles o a los santos de la Tribu- lación, y no directamente a la iglesia. Sin em- bargo, es posible comprender a Mat. 10:32-33 y Lucas 12: 8-9 de manera que no se restrin- gen y que a la vez sean compatibles con la doctrina de la fe sola.53 53 Un problema del punto de vista apostólico es que Pedro si negó al Señor en un sentido limitado mien- tras que Judas confesó a Jesús por algunos años. Si limitamos a Mateo 10 y Lucas 12 a los apósto- les, entonces Jesús estaría hablando de descripcio- nes apostólicas que revelan con exactitud la fe de la personas. En el caso de Pedro, el por costumbre confesó a Jesús si vemos su tendencia por toda su vida (aunque tuvo caídas ocasionalmente). En el caso de Judas, el confesó a Jesús por un tiempo pero le negó a tal grado que demostró que el no tenía fe. Cualquier interpretación de Mateo 10 y Lucas 12 deberá incluir el hecho de que las pala- c. El Punto de Vista de las Recompensas Quizás Jesús se está refiriendo a las recom- pensas futuras en vez de a la salvación. Quizás Jesús quiso decir que aquellos que le confiesen como Salvador digno serán confe- sados como dignos de recompensas en el Tri- bunal de Cristo. Aquellas personas que no crean que el Señor sea digno de reconoci- miento aquí en la tierra no serán reconocidas como dignas de una plena recompensa en los cielos. Aunque Mat. 10:28 y Lucas 12:5 se refieren al destino eterno del alma, es preferi- ble considerar que el texto en su totalidad se refiere a las recompensas de un creyente en vez de contradecir la doctrina de la salvación que es por la fe en Cristo solamente. Este pun- to de vista tiene la ventaja de ser sencillo. d. El Punto de Vista de “Cualquier Extremo” Quizás Jesús presupone que las palabras con- fesión o negación revelan verdaderamente la fe o la ausencia de la misma en una persona. Podríamos limitar el pasaje a las puras defini- ciones de confesión o negación que estén es- trictamente de acuerdo con la salvación por medio de la fe. La confesión sería virtualmen- te un sinónimo de creer y la negación signifi- caría el rechazo a creer. En el extremo, la persona que siempre niega a Cristo muestra que es un incrédulo. Por otra parte, un creyente confesará a Cristo a otros (por lo menos a otros creyentes) en un mo- mento de su vida. La persona no le negará siempre (como un típico incrédulo). De este modo, el intérprete podría dar por hecho que el Señor habla solamente de un tipo de confesión a otros que se basa en la fe o un tipo de negación a otros que se basa en la in- credulidad aunque el texto no ofrezca esa res- bras no siempre revelan el corazón y que los in- crédulos han confesado ocasionalmente mientras que los creyentes pueden ocasionalmente negar. Aún si limitamos las palabras del Señor habladas directamente a los apóstoles, acabamos con un punto de vista similar al de la subsección “f”, Pág.167.
  • 178. No Solo de Pan 168 tricción tan explícita. La enseñanza del Señor se podría parafrasear de la siguiente manera: “Los incrédulos manifiestan su rechazo al negarme constantemente durante todas sus vidas. Los que me niegan y rechazan siem- pre prueban que no son salvos. Un creyente en un momento en su vida confesará a otros que me conoce, por lo menos a otros cristia- nos dignos de confianza. Un creyente podría negarme ocasionalmente pero no me negará siempre. El alguna vez admitirá que tiene fe a alguna otra persona.” La persona que siempre niega es un incrédulo. El que es creyente reconocerá a Cristo en algún momento.54 La aplicación directa para los oyentes originales consistiría en confesar a Cristo en lugares donde hay persecución en vez de lugares quietos donde no hay ninguna presión, donde hay amigos de confianza. Los creyentes confesarán a Cristo por lo menos algunas veces. Estarán firmes durante la per- secución y no actuarán como incrédulos típi- cos que siempre niegan a Cristo. El contexto de estos pasaje advierte claramente acerca de la persecución, (Mat. 10:28, 34-39) pero quizás la confesión o la negación que estamos considerando no solo necesita llevarse a cabo en condiciones de persecución. 55 e. El punto de vista “El Aquí” vs. “El Mas allá” o de la “Confesión a Dios” 54 Usando la analogía deportiva, puede ser que un creyente no le pegue a la pelota con el bate el 100% de las veces, pero, tampoco un verdadero creyente le va a pegar 0%, eso se lo dejamos a la persona que niega a Cristo constantemente. 55 Quizás el lector se de cuenta del porque el autor le llame a este punto de vista “de cualquier extre- mo.” Una persona que niega a Cristo todo el tiem- po durante su vida revela que no tiene fe. Un cre- yente confesará a Cristo por lo menos de una ma- nera mínima. Confesará a algunas personas y en algunas situaciones, (quizás en una conversación privada o en una habitación del hospital con un pastor) que el cree. A causa de que la negación del incrédulo va a ser total y la confesión del creyente podría ser mínima, tímida y ocasional, la intensidad del comportamiento irá en la dirección contraria. Las palabras de Mateo 10 y Lucas 12 parecen contrastar el "aquí" y el "más allá", la tierra y el cielo, el ahora y la eternidad. Supongamos que no consideramos que la frase delante de los hombres se refiera a una confesión (o ne- gación) efectuadas en la presencia de los de- más, sino que más bien entendemos que signi- fica algo así como "durante tu tiempo entre los hombres." El Señor estaría contrastando la vida presente que se vive entre o ante los hombres, considerando también un futuro en el cielo. Además si la confesión que estamos considerando se hace al Padre (como en Rom. 10:9-10), entonces las enseñanzas de Jesús se han reconciliado con la verdad de la salvación que es solo por la fe. El significado resultante sería el siguiente: "Si me confiesan al Padre durante su vida delante de los hom- bres, os confesaré para con el Padre en la eternidad delante de los ángeles. Si me niegan como Salvador durante su vida delante de los hombres, os negaré con el Padre y delante de los ángeles en la eternidad. Los destinos con- trastantes serían la confesión al Padre ahora en esta vida delante de los hombres, o la ne- gación de Cristo al Padre en un momento en el futuro delante de los ángeles.56 Si entende- mos que la confesión se hace a Dios y toma- mos la frase delante de los hombres en el sen- tido de la vida en la tierra, entonces no existe ningún conflicto con la doctrina de salvación solo por la fe. Es preferible aceptar esta posi- ción en vez de aceptar que se debe hacer una confesión pública para ser salvo. Esta opción final puede sostenerse por sí sola o traslapar- se con los puntos de vista a y b (vea nota al 56 El contexto se refiere a la persecución. La perse- cución da la oportunidad de confesar a Cristo a otros o también ofrece la tentación para negar a Cristo a otros. Sin embargo Jesús pudo haber esta- do pensando en una confesión de fe hecha al Pa- dre in Mat. 10:32-33 y Lucas 12:8-9. El estaría elaborando acerca de una confesión que se hace al Padre como un ejemplo de como un creyente debe confesar a Jesús consecuentemente en tiempos de persecución. Debemos confesar a Jesús a otros así como le hemos confesado al Padre.
  • 179. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2 169 pie de la página 53). f. Punto de Vista de la Descripción General Los creyentes por lo general (no siempre) admiten que conocen al Señor. Los no creyen- tes por lo general (no siempre) niegan al Se- ñor. Si las maneras anteriores de conciliar Mateo 10 y Lucas 12, con la doctrina de la salvación que es solo por la fe son inacepta- bles, es probable que este último intento de explicación sea satisfactorio ya que es muy sencillo. Las palabras del Señor no son una condición para la salvación sino más bien una descrip- ción general de la mayoría de los creyentes la mayoría de las veces.57 Como una tendencia general durante sus vidas La mayoría de los creyentes suelen confesar y admitir que cono- cen a Jesús. Esto es especialmente cierto si tenemos en cuenta todo tipo de situaciones y no sólo las que contienen intimidación o pre- sión (por ejemplo, casi siempre los creyentes confesamos nuestra fe a otros creyentes). Y como tendencia general durante su vida, la mayoría de los no creyentes suelen negar y no reconocer a Jesús. Una vez más, esto es espe- cialmente cierto en situaciones donde no hay 57 Jesús emplea un patrón de pensamiento similar en Mat. 25:31-46. Las ovejas que alimentan, visten y visitan a los hermanos del Señor (técnicamente hablando a los Judíos en el periodo de la Tribula- ción) no se ganan la salvación por estas buenas obras. Alimentar, vestir y visitar no son condicio- nes para la salvación sino que son descripciones que revelan que la persona tiene fe. Solo aquellos que tiene fe ministrarán a los judíos y esto estará en contra de los deseos del Anticristo. La salvación viene por la fe, pero los salvos pueden describirse como aquellas personas que hacen buenas obras. La fe se demuestra por el comportamiento. Así mismo, en Mateo 10 y Lucas 12 la confesión no es una condición para la salvación sino una descrip- ción de la manera en que un creyente debe y por lo general actúa. La negación describe la manera en que el incrédulo actúa por lo general. Un cristiano que niega no está llevando a cabo la descripción normal de un creyente sino que está actuando hipó- critamente como un incrédulo. presión en las que están involucrados otros no cristianos. El Señor no estaría enseñando que la salvación se basa en la confesión o el testi- monio, o que la salvación se pierde por la negación. Su enseñanza sería que sus discí- pulos deben ser consecuentes con el com- portamiento típico y general, que muestran con frecuencia a lo largo de sus vidas. En el tiempo de amenaza o persecución su compor- tamiento deberá ser el mismo que exhiben la mayoría de los creyentes en la mayoría de las veces, no deberán alterarlo. Haciendo una descripción general y relaja- da, los creyentes admiten que creen. Los in- crédulos niegan que creen. Quizás haya indi- viduos que sean la excepción a la regla gene- ral. Además muchas personas son capaces de emitir palabras ocasionalmente que son incon- sistentes con su patrón regular. Sin embargo, como tendencia básica los creyentes recono- cen a Cristo y los incrédulos no. El Señor de- sea que seamos consistentes con la tendencia y la descripción general del cristiano en situa- ciones donde sería mejor hablar como el in- crédulo. El punto de vista de la descripción general es otra manera de reconciliar a Mateo 10 y Lucas 12 con la salvación que esta sola- mente condicionada a la fe. 58 58 Si consideramos las palabras del Señor como una descripción general y aproximada de los creyentes (y no como una condición para la salvación) tene- mos la ventaja de tomar en consideración otros pasajes de la Escritura. El resto de la Biblia enseña que los creyentes pueden fracasar en admitir que tienen fe delante de otros. Pedro es el ejemplo sobresaliente (Juan 18:25), y Juan 12:42 también enseña que había Fariseos que creían pero que no confesaban al Señor públicamente ya que temían a las autoridades judías. Aparentemente, un creyente puede fracasar en confesar a Cristo en algunas ocasiones pero aún así puede tener una vida en la que por lo general se le describa como “confesor.” Quizás pueda admitir su fe en situaciones seguras con un pastor, otros creyentes o amigos o familia de confianza. Sin duda que en los países Musul- manes existen creyentes tímidos que en nuestra época no se atreverían a hacer una confesión públi- ca.
  • 180. No Solo de Pan 170 3. Resumen Rom. 10:9-10 no está tratando de una confe- sión pública, ya que la confesión que está aso- ciada con la salvación es una confesión priva- da que se hace a Dios solamente. Rom. 10:9 deberá ser equiparado con Rom. 10:12-13. La Confesión equivale a invocar el nombre del Señor para ser salvo. De la misma manera, Mat. 10:32-33 y Lucas 12:8-9 no tienen porque interpretarse en con- tradicción con los más de 150 versos que en- señan que la fe es la única condición para la salvación. Podríamos limitar la interpretación de estos pasajes y dirigirlos a los apóstoles solamente o también a los santos de la Tribu- lación quienes a diferencia de otras personas, enfrentarán condiciones sin precedentes. Si por los contextos alguien no se siente conven- cido de que estos pasajes se están dirigiendo a grupos especiales, entonces todavía existen otras interpretaciones que son compatibles con la fe sola. Quizás el tema sea la ganancia o la perdida de recompensas y no la salvación Por otra parte, tenemos el ejemplo de Judas y el que se describe en Mat. 7:21-23 que demuestran que el incrédulo puede hacer de vez en cuando una confesión de fe, pero la descripción de su vida en general sería una vida de negación o rechazo. Mientras entendamos que la confesión registra- da en Mateo 10 y Lucas 12 se hace a otras personas (no a Dios el Padre), será necesario comprender las palabras del Señor como des- cripciones generales y aproximadas que se califican por otras Escrituras. La mayoría de los creyentes por lo general admiten al Salva- dor. La mayoría de los incrédulos por lo gene- ral lo niegan. Tenga en cuenta que la inten- ción principal de Mateo 10 y Lucas 12 es tra- tar la manera en la que los creyentes deben comportarse frente a la oposición. La Soteriología no es tema principal del Señor aquí. Por lo tanto, El podría describir sólo la conducta típica de la mayoría de los creyentes (y no creyentes) sin enumerar en detalle todas las excepciones. El requiere de los creyentes un comportamiento típico que le confiesa aun en tiempos de persecución. (Repase el tema de las recompensas). Quizás Cristo quiso decir que un creyente le confesar- ía por lo menos en algún grado y que aque- llos que le niegan constantemente son in- crédulos (Punto de Vista de “Cualquier Ex- tremo”). Otra idea sería que Cristo enseñó que aquellos que le confiesen al Padre en esta vida delante de los hombres se evitarían que Cristo les niegue delante de los ángeles de Dios (Punto de Vista de "el Aquí" vs."El Más Allá"). Otra sugerencia sería que el Señor da descripciones habituales del comportamiento de los creyentes y no de las condiciones para ser salvo (El Punto de Vista de la Descripción General). Las lecciones que los oyentes origi- nales obtienen en tres de las opciones anterio- res son las mismas. Los discípulos ya habían confesado a Jesús delante de Dios y estaban a punto de confesarle delante de los hombres. El deseaba que ellos fueran leales a esa confe- sión en tiempos de adversidad. No es necesario discutir sobre cuál de los tres puntos de vista anteriores es correcto. El punto principal es estos son alternativas al pensamiento de que además de la fe se requiere la confesión pública como una condición para la salvación. I. Recibir o Pedir que Cristo venga a Tu Co- razón Para ser Salvo Esta frase se utiliza a menudo para expresar una condición para la salvación cuando se habla a los niños. Puede entenderse como equivalente de recibir a Jesús como Salvador por la fe. Por lo tanto, a muchos niños se les ha comunicado el Evangelio con esta frase y realmente han confiado en Cristo. Sin embargo, la frase "invitar a Jesús a tu co- razón" puede producir una gran confusión. Incluso es posible que una persona pida que Jesús “venga a su corazón” y que sea total- mente ignorante de la muerte y la resurrección del Salvador o de la idea de la confianza. Por otra parte, la entrada de Cristo en el corazón es el resultado de la salvación y no una condi- ción para la misma. La Biblia nunca usa tal terminología en la evangelización, y debe ser
  • 181. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2 171 evitada. La palabra griega que se traduce corazón es kardia de la cual se deriva la palabra cardia- co. Se utiliza entre 157-160 veces dependien- do de los manuscritos que se usen para el con- teo. El alumno podrá consultar una concor- dancia para satisfacer su propio intelecto y observar que "pedir que Jesús venga al co- razón" nunca se encuentra como una condi- ción para la salvación en la Biblia. Para de- cirlo de otra manera, se podría afirmar que las personas están siendo salvadas constantemen- te sin necesidad de pedir que Jesús venga a sus corazones. Simplemente no es una condi- ción para la salvación. Las Escrituras si men- cionan que se cree con el Corazón (Lucas 24:25; Hechos 15:9; Rom.10:9-10), Pero ni el Evangelio de Juan, ni los sermones evangelís- ticos del libro de los Hechos, ni en el gran tratado teológico de Romanos, ni en alguna otra parte del Nuevo Testamento se encuentra el hecho de “pedir que Jesús venga a nuestro corazón” como una condición para la salva- ción. No debemos confundir el resultado de la salvación con el requisito para la salva- ción. Es posible que pedir que Jesús venga al co- razón se considere como una condición para la salvación debido a una interpretación su- perficial de Ap. 3:20. “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él con- migo” [Rev. 3:20]. Note que la palabra corazón ni siquiera apare- ce en Ap. 3:20. El intérprete debe también de darse cuenta por otros pasajes de la Biblia que las palabras “a él” no necesariamente signifi- can entrar dentro de él. Este verso está dicien- do en realidad que el Señor vendrá hacia donde está la persona y hacia adentro de la persona. La frase griega de Ap. 3:20 (eiser- komai) se usa otras ocho veces en el Nuevo Testamento, y nunca significa “adentro de” (Marcos 7:25; 15:43; Lucas 1:28; Hechos 10:3; 11:3; 16:40; 17:2; 28:8). En Marcos 15:43 José de Arimatea “vino y entró osada- mente a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús.” ¡José de Arimatea no vino y se metió dentro de Pilato! El fue “a” o “hacia” Pilato. De la misma manera, Ap. 3:20 enseña que Jesús desea venir “a” una persona para tener comu- nión con ella. Ap. 3:20, no habla de la obra de Cristo de invadir el corazón de una perso- na. Ningún versículo enseña que pedir que Jesús venga al corazón de una persona es una condición para la salvación. J. Confesar los Pecados para Obtener la Sal- vación La confesión del pecado es una doctrina cris- tiana muy importante. Sin embargo, necesita- mos estudiarla en su posición apropiada. Las enseñanzas acerca de la confesión de pecados se dirigen principalmente a los creyentes. En su papel de Juez, Dios ya ha perdonado todos los pecados de los creyentes (Col. 2:13). En su papel de Padre, Dios todavía puede airarse y el perdón tendrá que ser obtenido por medio de la confesión del creyente (es decir, el reco- nocimiento del pecado). Por lo tanto, a los creyentes se les insta a confesar sus pecados para obtener el perdón del Padre (compara 1 Juan 1:9; con 1 Corintios 11:31; y Mat. 6:12). En su lugar correcto, la doctrina de la con- confesión de pecados es muy verdadera y vital. Sin embargo, las Escrituras no colocan a la confesión de pecados, como condición para la salvación. Es cierto que una persona que co- loca su fe en Cristo, está implícitamente admi- tiendo su propia maldad en un sentido gene- ral, pero esto es diferente al hecho de estable- cer un nuevo requisito que consiste en nom- brar, y confesar delitos específicos con el fin de obtener la salvación. Esta última actividad podría en realidad ser considerada como una obra de “penitencia” haciendo que la salva- ción se obtenga por el acto meritorio de la confesión de pecados. Consideremos que una persona pueda enumerar y confesar muchos pero muchos pecados sin tener el conocimien- to básico de la cruz o ni la fe en la persona de Jesucristo. ¿Acaso no estaban los monasterios
  • 182. No Solo de Pan 172 de la Edad Media, llenos de pobres infelices que confesaban un pecado tras otro, pero nun- ca confiaban en Cristo para obtener perdón? Además, considere la realidad de que en nin- guna parte de la Escritura se hace de la confe- sión de los pecados específicos un requisito para la salvación. Así como una persona pue- de confesar muchos pecados sin confiar en Cristo, así también una persona puede confiar en Cristo sin confesar ningún pecado específi- co. Es suficiente que una persona reconozca su pecaminosidad en un sentido general y quiera la liberación que resulta de la confianza en Cristo. La confesión de un pecado en parti- cular es la manera correcta en la que un cre- yente obtiene perdón de Dios en su papel de Padre. Sin Embargo, el medio por el cual un pecador obtiene perdón de Dios en Su papel de Juez en solo por la fe. Algunas personas usan 1 Juan 1:9 para argu- mentar que la confesión de un pecado en par- ticular es una condición para que una persona perdida sea salvada. Sin embargo, el contexto y la fraseología muestran que el versículo se dirige a los creyentes. En 1 Juan 2:1, Juan muestra que está escribiendo a los "hijitos", es decir, a creyentes. El escribe a aquellos que tienen a Cristo como Abogado o Consolador. En 1 Juan 2:2, Juan distingue entre sus lecto- res y el mundo. Es fácil establecer que 1 Juan 1:9 se dirige a creyentes y no a incrédulos. La confesión de pecados específicos no es una condición para la salvación Bíblica. Dios en su papel de juez perdona el pecado, sobre la base de la fe en Cristo. Si una persona real- mente ha puesto su fe en Cristo, ya ha recono- cido su pecado a un grado que es suficiente para la salvación. K. Perdonar a Otros con el Fin de Ser salvo Una iglesia que es numerosa anunciaba "De gracia perdonen como Cristo los perdonó a ustedes", como una condición para la salva- ción en uno de sus anuncios de una “reunión de reavivamiento.” El anuncio en concreto decía que esta era una de las “condiciones” de Dios para la salvación. No existe ninguna duda de que la Biblia fomenta el perdón, pero hay tenemos grandes problemas si decimos que la Biblia enseña que el perdón a los de- más es una condición para la salvación. En primer lugar, en el sentido verdadero, es im- posible que alguien que no conoce a Cristo perdone como Cristo lo hizo. Primero es nece- sario que uno sea salvo para experimentar el perdón de Dios a fin de perdonar verdadera- mente a otros. El exigir que se perdone a to- dos los demás antes de ser salvos coloca una barrera insuperable sobre una persona que quiere ser perdonada por Dios pero todavía no se atreve a perdonar a aquellos que han abu- sado de ella. De hecho, ¡Dios no perdona todos los pecados cometidos contra El! Los cristianos deben perdonar con facilidad, pero si el delito es demasiado grande, aún un cris- tiano no está obligado a perdonar en el sentido de anular la responsabilidad de la otra perso- na. (Véase Mat. 18:15-17.) Si los cristianos e incluso Dios mismo no siempre perdonan, es absurdo que hagamos que el perdón completo de los demás sea una condición que tienen que cumplir los perdidos con el fin de obtener la salvación. En segundo lugar, el hecho de requerir el perdón condiciona la salvación a algo que una persona hace en vez de aceptar lo que Cristo ha hecho. Se añade la obra a la fe pura que acepta la pura gracia de Dios. En tercer lugar, incluso si fuera posible un perdón hipotético hacia todos los demás, la persona todavía estaría perdida en el pecado. Si un hombre natural pudiera perdonar completa- mente a los demás, él todavía estaría sin sal- vación hasta que aprenda acerca de Cristo y confíe en El y en Su obra en la cruz. Final- mente, No existe ninguna Escritura que apoye la idea de que Dios demanda que una persona le perdone todo a todo a otra antes de que esta sea salva. Mat. 6:14-15 podría ser mal interpretado y usado para enseñar que el “perdón de los de- más” es una condición para la salvación. Sin Embargo, Cristo les está hablando a los que ya son salvos (vs. 9, “…Padre nuestro que estás en los cielos…”). El está enseñando que aquellos creyentes que tengan rencores im- perdonables contra otros no obtendrán perdón
  • 183. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2 173 de parte de Dios en su papel de Padre. Dios ya ha perdonado a los creyentes en su papel de Juez por virtud de la fe en Cristo. Sin embar- go, si un creyente rehúsa absolutamente per- donar a otro que le ha pedido perdón, El cre- yente mismo permanecerá sin perdón en el sentido de que no estará en comunión con Dios. La comunión con Dios el Padre está condicionada al perdón de aquellos que since- ramente lo han pedido. Sin embargo, la salva- ción está condicionada a la fe solamente. L. Negarse a Si Mismo y Abandonarlo Todo para Ser Salvo Hay varios pasajes en los que Cristo pide una dedicación completa hacia El mismo. Nadie discute el hecho de que Cristo requiere una lealtad total y la negación de uno mismo. Sin embargo, es discutible que El exija una nega- ción total de sí mismo con el fin de obtener la salvación. Hay una distinción entre lo que Dios requiere después de la salvación y lo que requiere para la salvación. Antes que examinemos los textos que invitan a la abnegación, debemos admitir que estos podrían interpretarse como pasajes que re- quieren un sacrificio máximo, abnegación y obediencia para obtener la salvación. Sin em- bargo, también pueden interpretarse en ar- monía con la posición claramente Bíblica de que la salvación es por gracia mediante la fe. No es raro que una enseñanza tenga más que una interpretación, especialmente si esta se aísla del resto de las Escrituras. Sin embargo, la lógica y la autoridad de las Escrituras de- mandan dar preferencia a cualquier interpreta- ción que elimine las contradicciones. Cristo le dijo al joven rico que diera todo lo que pose- ía a los pobres y le siguiera (Mat. 19:21- 22). Aislado de otras Escrituras, este texto es capaz de enseñar que la salvación se gana por dar con sacrificio. Sin embargo, tam- bién podría entenderse que la salvación se obtendría por seguir a Cristo. Ya que la ri- queza del hombre le impidió seguir a Cris- to, en su caso individual era esencial renun- ciar a la riqueza para convertirse en un cre- yente. Por lo tanto, su salvación iba a ser solo por la fe y no por obras de caridad, pero Cris- to quería que el eliminara la barrera que el dinero estaba causando para que él se convir- tiera en creyente. El texto en sí mismo es pue- de tener ambas interpretaciones. Sin embar- go, la correcta es esta última, ya que armoniza con el resto de las Escrituras. 1. Lucas 9:23-26 (Vea también Mat. 16:24-28 y Marcos 8:34- 38). “Y decía a todos: Si alguno quiere ve- nir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y síga- me. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la sal- vará. Pues ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo? Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras, de éste se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, y en la del Padre, y de los santos ángeles.” ¿A quién le dirige Jesús estas palabras? ¿Son los oyentes creyentes, incrédulos o una mez- cla de ambos? El contexto en Lucas 9:18 habla de sus discípulos (vea también Mat. 16:24), pero el vs. 23 usa la palabra todos. Marcos 8:34 dice, “Y llamando a la gente y a sus discípulos...” Los discípulos (apóstoles) eran creyentes, pero muchos de la multitud eran incrédulos. No sería raro, ni entonces ni ahora, predicar un sermón a un público mixto. Mientras que Jesús está preparando a los creyentes para la persecución, muchas personas que no eran salvas estaban escuchado la conversación. La mejor manera de explicar este pasaje es estu- diando el significado de la enseñanza del Se- ñor en Lucas 9:23-26 para los no creyentes y luego considerar lo que el Señor pretende transmitir a los creyentes. En primer lugar,
  • 184. No Solo de Pan 174 debemos aclarar lo que este pasaje no enseña. a. Los malos entendimientos Lucas 9:23 no puede enseñar que la salva- ción viene a través de la abnegación, el sacri- ficio constante, o un gran esfuerzo. La búsqueda de la salvación sería un proceso diario. O nunca estaríamos seguros de cuando tendríamos las obras suficientes para merecer la salvación, o habría que estar luchando constantemente para mantenerla. Cada día sería una nueva prueba. Si tuviéramos que seguir un enfoque similar al de los vss. 24 y 25, entonces la salva- ción vendría a través del martirio, pero solo unos pocos se salvarían. La teolog- ía resultante sería como las falsas religiones, que prometen el cielo a los fanáticos que mue- ren por su causa. Uno también puede to- mar los vss. 24 y 25 para referirse a la pérdida de control (autoridad) sobre la propia vi- da. Aunque esta interpretación tiene algún mérito, sería un grave malentendi- do inferir entonces que la salvación sería ob- tenida por obras. Estas conclusiones contra- dicen a los más de 150 versículos que ense- ñan que la salvación es por la fe solamente. b. Dirigida a los Incrédulos: “Cree sin que te importe el costo.” En Lucas 9:23 el Señor invita a los oyentes a seguirle sin limitaciones. Sin Embargo, mu- chas personas en la multitud todavía no hab- ían comenzado el proceso de seguirle. Para ellos, la aplicación más urgente sería la de dar el primer paso. Ellos tenían que comenzar a seguir al Señor con el primer paso: la salva- ción por la fe. Para los incrédulos, Lucas 9:23 significa principalmente que si las condiciones socia- les son tales que una persona debe sufrir y correr riesgos para llegar a ser un cre- yente, entonces que crea sin importar los riesgos. La salvación no puede ser ganada por la abnegación, la persecución permanente, o la aceptación de riesgos. Sin embargo, si la colocación de la fe en Cris- to implica peligro, ser ridiculizado, o conduce al dolor, entonces ese precio deberá ser paga- do con el fin de convertirse en un creyen- te. Sólo la fe salva. Dios, el Juez no acepta la excusa: "Yo no podía confiar en Jesús, por- que hacerlo habría significado el rechazo, la persecución, o posible martirio.” Lucas 9:24 en su primera parte nos advierte que aquellas personas que son intimidadas a tal grado que se niegan a creer en Jesús tienen la oportunidad de salvar sus vidas físicas, pe- ro pierden la vida eterna. La deci- sión aparentemente sin riesgos de rechazar a Jesús preserva esta vida pero se corre el ries- go de la muerte eterna. La fe puede ser bloqueada no sólo por las dificultades potenciales, la ridiculización, o las amenazas de muerte, sino que también el mundo puede recompensar a aquellos que se apartan y no siguen a Cristo una vez iniciada la fe salvadora (vs. 25). Cuando una perso- na cede ante las presiones de no aceptar a Jesús por la fe, esta a menudo encuentra aceptación por parte del sistema incrédulo del mundo. Incluso la persona puede ser “bende- cida” y exaltada por el mundo, obteniendo no sólo la preservación de su vida, sino también una "buena vida", como el mundo la define. Jesús advierte a los incrédulos de la multitud que no acepten los beneficios superficiales que vienen por rechazarle para ganar la acep- tación Quizás estas personas obtienen una ganancia social; sin embargo, pierden la vida genuina. Las personas se pierden eternamente y además desperdician también el potencial para vivir aquí. O también pueden optar por poner sus vidas en peligro mortal constante ("cada día") por la fe en Cristo, o pue- den colocar sus almas en peligro eterno por rechazarle como Salvador de una mane- ra segura, cómoda, tal vez rentable. El tipo de vergüenza que se observa en el versículo 26 es una vergüenza que hace que uno se aleje en incredulidad del Señor. Si uno está tan avergonzado de Cristo, de tal manera que lo rechazamos como Salvador,
  • 185. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2 175 entonces Cristo lo rechazará al final. Si la vergüenza lleva a una persona a la increduli- dad en esta vida, el Señor también estará in- cómodo y avergonzado de la persona como para tener una relación eterna. Para los in- crédulos, las palabras de Jesús en Lucas 9:23 quieren decir que ellos deben super- ar cualquier temor o seducción del mundo y confiar en él. A pesar de que la invitación del versículo 23 es seguirlo por completo, el in- crédulo debe comenzar por creer en el Señor Jesús. La seguridad e incluso las ganancias son un intercambio bastante miserable por la muerte eterna. Las palabras del Señor son una advertencia para que los incrédulos comiencen a seguir- le cueste lo que cueste. Sin embargo, Sus en- señanzas también tienen un significado para los discípulos (los apóstoles) que ya son sal- vos. ¿Qué les está enseñando el Señor? ¿Cómo vamos a aplicar las ideas del Señor a los creyentes de hoy? c. Significado Para los Creyentes: “No actúes como ellos hoy”, y “El mundo te puede perse- guir pero no te puede quitar la vida eterna”. Jesús le había dicho a los discípulos en Lucas 9:22 que se aproximaba el rechazo y el sufri- miento. Aunque ellos ya habían ignorado los riesgos, y aceptado los peligros y las amena- zas de ser creyentes, ellos se enfrentaban a presiones similares a las que enfrentan las personas que recién han creído en Cristo. Sí, ellos habían decidido dar el primer paso. Por fe ellos ya habían comenzado el proceso de seguirle, pero la decisión de seguir a Cristo más intensamente frente a los problemas, sería una decisión que había que hacer repetida- mente durante esta vida. El peligro y las difi- cultades constantes se estaban aproximando. Los riesgos no se terminaban con la fe. La opción de ignorar las amenazas y las tentaciones de ganancia por no seguir a Jesús tendrían que hacerse perpetuamente. Al igual que el mundo presiona al incrédulo para no dar el primer paso (el de la fe) para seguir a Jesús, el mundo amenaza con conflictos y usa de las tentaciones para impedir que los creyentes le sigan sin limitaciones. Los discí- pulos no habían tenido ningún impedimento para empezar a seguir a Jesús hasta aho- ra, pero ¿Dejarían ellos de seguir plenamente a Jesús en los días críticos y de alta presión que están por venir? Con la excepción de una breve frase (que se trata principalmente del martirio al final del Lucas 9:24), los versículos 24 - 26 se refieren probablemente a los incrédulos.59 Pero aún así, estas verdades que tratan de los incrédulos se aplican a los discípulos. Los creyentes podemos aprender de las personas que han elegido la seguridad y la comodidad en vez de la fe en Cristo. Estos son ejemplos extrema- damente negativos de la forma en que no de- bemos pensar. ¿Cuál es la lección que debe- mos aprender los creyentes que debemos se- guir a Cristo sin reservas cuando observamos que una persona elige la seguridad y las ga- nancias en vez de elegir a Cristo aun en la primera etapa de la fe? En el vs. 24 El Señor usa un método llamado en latín “reductio ad absurdum” (reducción a lo absurdo) para enseñar a sus discípulos a no permitir que la oposición del mundo les límite para seguir a Cristo. Visto de una manera extrema, los que desean salvar sus vidas no confiarán en Cristo. Evitan ser ridiculizados. Esas personas evitarán la cruz de Cristo para 59 si deseamos interpretar a Lucas 9:29 y ss. como un pasaje que se dirige solamente a los creyentes, entonces la palabra vergüenza del vs. 26 podría referirse a la pérdida de recompensas. La frase perder la vida al principio del vs. 24 hablaría del martirio o simplemente del hecho de rendirse a la autoridad de Cristo en esta vida al renunciar al control propio de la vida. La salvación de la vida del final del verso 24 incluiría muy probablemente el hecho de salvar esta vida para no desperdiciar su potencial para con Dios. Sin embargo, la referencia a todos (Lucas 9:23) y la palabra multitud (Marcos 8:34) unidas a las advertencias acerca de la pérdida de un alma (Mat. 16:26; Marcos 8:36) parecen indicar que el Señor estaba hablando a una au- diencia mixta con diferentes aplicaciones tanto para los creyentes como para los incrédulos.
  • 186. No Solo de Pan 176 la salvación y cualquier otra cruz de sufri- miento. Ellos también pierden la vida eterna. Esas personas ganarán el mundo pero se per- derán a sí mismas por toda la eternidad. Los discípulos no estaban de acuerdo con esta lógica de otra manera ellos no hubieran dado el primer paso en el proceso de seguir a Jesús, o sea, ellos no hubieran puesto su fe en Cristo. Los discípulos ya habían comenzado a recha- zar el pensamiento cobarde en el momento en que ellos creyeron. ¿Deberían ellos regresar ahora a una actitud cobarde, mundana y egoísta y limitar el grado en que seguían a Jesús? Ellos se habían arriesgado en la etapa inicial de seguir a Cristo; ¿deberían ahora acobardarse? Los incrédulos pierden sus máximos valores con este tipo de razonamien- to. Aunque los discípulos ya poseían la vida eterna, de nada les serviría pensar y actuar como los incrédulos. Ellos habían tomado riesgos cuando comenzaron a seguir a Jesús. Ahora ellos deberían decidir seguirle con una entrega total. La primera parte de Lucas 9:24 describe a los incrédulos que han elegido conservar esta vida en vez de poner la fe en Cristo. La última parte de Lucas 9:24 describe a los discípulos. Ellos ya habían ignorado cualquier riesgo de muerte al convertirse en creyentes. Si esa de- cisión de comenzar a seguir al Señor por la fe (y sus futuras decisiones o acciones que resul- tarían de un seguir continuo) les iba a costar la vida eventualmente por la causa de Cristo, ellos todavía poseían la vida eterna. La vida eterna no se obtiene por el mérito del sufri- miento del martirio. La vida eterna llegó a ellos y les fue garantizada en el pasado en el momento en que los discípulos arriesgaron sus vidas con el fin de creer, pero el recordatorio del Señor en este momento le sostenía a ellos en tiempos de peligro constante que resulta- ban de la decisión original de confiar en El. En el caso de perder la vida física por seguir a Cristo (ya sea en la primera etapa de la fe o en un seguir continuo en obediencia), enton- ces el creyente todavía tiene el consuelo de su seguridad de la vida eterna.60 Desde un punto de vista eterno el mundo no puede infligir ningún daño. El significado del Señor para los discípulos es que ningún tipo de persecu- ción puede matar la vida eterna. Jesús les asegura a sus discípulos que ellos han hecho la decisión correcta ya que recha- zaron irse por el lado fácil. Así como ellos arriesgaron sus vidas a fin de dar el primer paso de la fe ellos deberían continuar siguién- dole sin importar el peligro o el precio. Cua- lesquiera que sean las dificultades por seguir a Cristo (ya sea al principio o durante la vida del creyente) definitivamente vale la pena. Aquellas personas que han descartado las posibles dificultades que vienen al comenzar a seguir a Jesús no deben actuar como incrédu- los cobardes limitando el grado en que deben seguirle y obedecerle después de la salvación. Nada bueno resulta de la decisión que hace un incrédulo cuando éste elige la seguridad, la comodidad o la ganancia en vez de confiar en el Señor Jesús. Tampoco existe algún benefi- cio cuando los creyentes eligen las mismas cosas en vez de seguir a Cristo en continua dedicación. Ir en pos de Cristo "diariamente" también nos guarda de perder esta vida en el sentido de desperdiciarla, y no vivirla en su pleno potencial [los vss. 24y 25 se interpretan no solo con un enfoque en la supervivencia versus martirio, sino que también como un contraste entre un creyente necio que retiene ("o salva") aparentemente el control sobre su vida y por lo tanto la desperdicia versus un 60 se pueden observar los esfuerzos para seguir a Cristo después de hacer la decisión inicial de fe como esfuerzos enraizados en la elección original de confiar en Cristo. Si no hubiera existido la fe, no hubiera existido ningún peligro de persecución que era resultado de la obediencia continua. El hecho de continuar siguiéndole constantemente se deriva del principio del proceso de la fe. En este sentido extenso, el discípulo corría el riesgo de muerte debido a su decisión fundamental de haber confia- do en Cristo en el pasado (aunque las acciones de obediencia siguientes de acuerdo a la fe original serían las que realmente desencadenarían un peli- gro a un mayor).
  • 187. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2 177 creyente dedicado que entrega ("o pierde") las obras de su vida a Cristo y por lo tanto pre- serva su vida terrenal dándole un valor genui- no]. Por deducción, Lucas 9:26 significa que el Maestro estará justamente orgulloso (en vez de avergonzado) de aquellos discípulos entre- gados que le siguen sin limitaciones. Lucas 9:27 y el relato siguiente de la transfiguración nos recuerda que, dependiendo del grado que le sigamos hoy, será el grado de gloria que compartamos con el Señor en la eternidad. Lucas 9:23-26 y sus pasajes paralelos pueden ser interpretados de una manera compatible con la salvación que es sólo por medio de la fe. Para los incrédulos, esto significa la acep- tación del precio que tenga que pagarse con el fin de comenzar a seguir mediante el estable- cimiento de la confianza en Cristo. Para los creyentes, el pasaje significa seguirle conti- nuamente sin importar las presiones o las tentaciones que nos invitan a dejar de hacerlo y que se interponen en nuestro camino. Jesús llama a los creyentes para que le sigan un más allá y menciona el ejemplo trágico de aquellos que favorecieron la seguridad total en esta vida y no confiaron en El Salvador. Este ejemplo de ellos tan desastroso enseña a los creyentes que no se comporten cobardemente cuando se requiere seguirle de una manera total. Los cristianos deben tener cuidado al usar conceptos como el de la abnegación, el abandono de uno mismo y el sufrimiento en un ambiente evangelístico. Estos tienen vali- dez solamente para comunicar los riesgos por los que habría que pasar para confiar en Cristo. No existe ninguna base para permitir que otras personas piensen que se puede obte- ner la salvación a través del sufrimiento por la causa de Jesús. 2. Lucas 14:26 -27,33 (Véase también Mat. 10:37-39.) “Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aún también su propia vida, no puede ser mi discí- pulo y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípu- lo. Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.” Por lo general la palabra discípulo significa "un aprendiz o un seguidor." El término discí- pulo parece tener una definición un poco flexible con varios matices de significado. Juan 6:66 registra que algunos de los discípu- los de Cristo le abandonaron permanentemen- te. Al parecer, es posible que una persona sea un discípulo breve (aprendiz) sin ser un cre- yente. Sin embargo, cuando a los discípulos se les compara con las multitudes que estaban escuchando a Jesús, debemos concluir que ellos son creyentes como lo muestran los pa- sajes que ya se han estudiado en la sección anterior. (Vea Marcos 8:34; Lucas 9:18, 20.) En Juan 8:31, Cristo parece distinguir entre discípulos y verdaderos discípulos. Aquellos que creen son llamados a un discipulado más profundo. En los Evangelios existen discípu- los curiosos (sólo aprendices), discípulos convencidos (creyentes), y discípulos entre- gados (creyentes dedicados). ¿Cuál es el tipo de discípulos del que habla Jesús en Lucas 14:26 y ss.? Las palabras que se encuentran en Mat. 10:37-39 se dirigen a creyentes (o sea a los apóstoles cuyos nombres se dan en Mat. 10:1-2). Lucas 14:25 se dirige a las multitu- des. Un intérprete puede usar las palabras de Lucas 14 como una invitación para ser un discípulo convencido (un creyente) o un discípulo entregado (un creyente dedicado), pero las palabras no deben ser usadas para añadir alguna condición que va más allá de la fe para la salvación. Nosotros debemos de- terminar cómo deben aplicarse estas enseñan- zas a los incrédulos y a los creyentes (en las diferentes etapas de la vida espiritual o del desarrollo) de tal forma que sean compatibles con la salvación que es sólo mediante la fe. a. Malos entendimientos Lucas 14:26 y ss., pueden ser usados de una manera errónea para enseñar que la salvación es por la entrega y el sacrificio. Si el Señor está dando una condición para la salvación,
  • 188. No Solo de Pan 178 entonces la salvación parece que debe ser ob- tenida solamente por obras muy rigurosas. Debemos sufrir y obedecer para obtener la salvación (vs. 27). Uno debe entregar el con- trol de todas las posesiones materiales (vs.33) sin embargo ¿qué pasa con la gracia y con los más de 150 textos que establecen que la con- dición para la salvación es la fe solamente? b. El Significado Para los Incrédulos Aún si Lucas 14:26 y ss., se aplica a los que no son salvos, todavía es posible reconciliar este texto con la posición de la fe sola. Si las condiciones sociales son tales que a fin de llegar a ser un creyente una persona tiene que separarse de su familia, soportar rechazo y vergüenza, enfrentarse al dolor y a las amena- zas de muerte (o sea cargar la cruz) o perder la propiedad, entonces todavía la persona deberá elegir poner su fe en Cristo. Si el hecho de creer acarrea grandes dificultades, aún así todavía se debe creer, porque la salvación viene a través de la fe. Cualquier persona que estuviera entre la multitud y todavía no hubie- ra creído esta persona debería convertirse en un discípulo convencido (o sea un creyente) sin importar el riesgo o el precio. Y más allá de este principio de la vida en Cristo, el Señor también desea un discipulado aún más pro- fundo. Existe una diferencia entre lo que Dios requiere para la salvación (o sea la fe) y lo que Dios requiere de aquellos que han comen- zado a seguirle. Los incrédulos de la multitud necesitaban concentrarse primeramente en vencer los temores lo cual se requería para llegar a ser discípulos formales por medio de la aceptación de Jesús como el Mesías.61 Para 61 el autor ha usado una frase un tanto difícil de manejar discípulo formal a causa de que las multi- tudes ya son discípulos en el sentido de que son aprendices casuales (como los que se describen en Juan 6:66). Sin embargo, la mayoría de ellos no ha hecho ninguna decisión para seguir a Cristo. En otro sentido estas personas no son realmente discí- pulos. En Lucas 14 el Señor hace el llamado al discipulado. Para los incrédulos, la aplicación más profunda de este mensaje no sería pertinente hasta que ellos hubieran hecho la decisión inicial de ellos este aspecto del discipulado en el más importante, pero había implicaciones adicio- nales en el mensaje del Señor. Para aquellos quienes ya habían creído, existían otras ver- dades del mensaje de Jesús relacionadas con el discipulado que eran más pertinentes. c. El Significado Para los Creyentes Es posible que el sermón sobre discipulado que se encuentra en Lucas 14 estuviera dirigi- do a una multitud mixta. A los incrédulos que se encontraban en la audiencia les será nece- sario comenzar su convicción de discípulos a través de la fe. La entrada inicial era la res- puesta más importante que Jesús requería de ellos. Los apóstoles ya eran discípulos con- vencidos. Para ellos (y todos los demás que habían recibido la salvación), las palabras del Señor acerca del discipulado les estimulaban a un nivel de entrega y compromiso total. El Señor les invita a mantener e incrementar el nivel de lealtad que ellos le habían mostrado al aceptarle desde el principio. Cristo requiere que aquellas personas que ya han sido salvas le entreguen principalmente lealtad sobre toda relación humana (vs.26). El les pide a los creyentes que acepten el sufrimiento por Su causa y desea una obediencia total (vs.27). El requiere que todas las posesiones sean colo- cadas a Su disposición (vs. 33). El llamado del Señor al discipulado se aplica a los após- toles (y a otros creyentes) en un nivel más avanzado de vida espiritual. Para los incrédu- los la respuesta al llamado tendría que comen- zar aceptando los riesgos de un mundo lleno de peligros con el fin de creer. Preferiríamos que la interpretación de Lucas 14:26-33 se limitara de forma que los comen- tarios del Señor se dirigieran solamente a los que no son salvos (y les dijera confíen en mí aceptar a Jesús como Salvador. En el nivel donde ellos se encuentran Cristo principalmente desea que ellos confían en El. Los apóstoles ya habían deci- dido creer en El y en su nivel de desarrollo espiri- tual, el mensaje que Cristo tenía para ellos era que continúen en un discipulado que se caracteriza por una entrega total.
  • 189. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2 179 sin importar el precio o el costo) o sólo a los que son salvos (diciendo entrégame lealtad principal y total). Sin embargo no podemos usar Lucas 14:26-33 en formas que sugieran que la salvación resulte de un sacrificio, su- frimiento, u obediencia personal M. La Salvación del Señorío La fe salvadora implica la aceptación del hecho de que Jesús es el Señor (Rom. 10:9; Hechos 16:31). A Cristo se le debe ver como el Hijo de Dios y también como el Señor. De esta manera podemos identificar al Cristo de la Biblia. También existe la entrega del alma a Cristo para la salvaguarda eterna. Dentro del acto de confiar en Cristo para la salvación existe implícito el deseo de liberación del pe- cado, por lo menos de la liberación de la paga del pecado. Dado que el Antiguo Testamento hace un contraste entre la fe y la rebelión, no es muy posible que la fe salvadora pueda co- existir con una actitud de rebelión total. La persona que cree que Cristo es Dios también debe conocer que debe obedecerle. Si "la Salvación del Señorío" solamente con- sidera estos hechos, entonces a esta se le podr- ía considerar como verdadera. Sin embargo una cosa es reconocer que Cristo es el Amo y Señor y que hay que obedecerle; y otra cosa muy diferente es obedecerle activamente o aún prometer obedecerle. Todos los cristianos deben proclamar que a Cristo se le debe dar una obediencia total. Pero ninguno obedece a Cristo totalmente. De la misma manera, una cosa es entregar el destino eterno del alma a Cristo y otra es rendir cada área de nuestra vida a él. Aún un pecador podría desear obe- decer a Cristo y no creer que sea capaz de hacerlo. También debemos recordar que una persona que puede confiar en Cristo ya ha deseado liberación del pecado a un grado suficiente para la salvación. Nadie estaría en desacuerdo en que la obe- diencia completa a Cristo es una consecuencia lógica y consistente de la fe salvadora. Si en- tregamos el destino eterno de nuestra alma a Cristo, entonces debemos entregarle todo él. Si reconocemos que Cristo es Dios y que debe ser obedecido, el siguiente paso debería ser la obediencia. Sin embargo, es un error peligro- so hacer de esa plena obediencia o de una promesa de obediencia plena una condición para obtener la salvación, eso es lo que sucede frecuentemente con aquellas personas que adoptan del concepto de salvación del señorío. La frase "si Cristo no es Señor de todo, enton- ces El no es Señor," suena piadosa y justa, pero debe ser rechazada y tomada como un error serio. Primero, el Nuevo Testamento está repleto de mandamientos que se dirigen a personas salvadas invitándoles urgentemente a rendirse por completo a Cristo (ejemplo Rom. 6:12-13; 12:1-2 Fil. 3:12-15; Santiago 3:2; 4:8, etc.). Cada mandamiento lleva implí- cito que una persona puede ser un creyente y a la vez no estar plenamente rendida a Dios. Por lo tanto, es evidente que una persona puede ser salva sin dar una plena obediencia a Cristo (aunque esto no sea consistente). En segundo lugar, debemos distinguir entre lo que Dios requiere y lo que requiere para la salvación. Existen más de 150 versos en la Escritura que condicionan la salvación a la fe solamente. Esto significa que la persona que cree en Cristo ya ha reconocido Su señorío al grado suficiente y ha obedecido al grado sufi- ciente como para obtener salvación. Es cierto, Dios requiere una completa sumisión al se- ñorío de Cristo, pero el requisito para la sal- vación es la fe solamente. Un tercer problema al que se enfrenta la sal- vación del señorío es que esta es una forma sutil de obras. Es cierto, la fe salvadora re- quiere que tengamos la actitud en la que reco- nocemos que Cristo es el Amo. De esta mane- ra, el pecador conoce que a Cristo se le debe obedecer. Sin embargo, esos aspectos de la fe salvadora forman parte del reconocimiento de la identidad del verdadero Jesucristo. Si uno considera que la salvación depende de una obediencia total al señorío de Cristo o de un voto para un rendimiento total a su señorío, entonces la salvación está condicionada al esfuerzo humano (un esfuerzo muy grande).
  • 190. No Solo de Pan 180 Si uno considera que la salvación está basada en rendirse aunque no totalmente al señorío de Cristo, entonces ¿cuál es el problema con el punto de vista que considera que la fe en Cris- to implica todo el rendimiento necesario a Su señorío para proveer salvación? El llamado para rendirse al señorío de Cristo es un llama- do legítimo si es que este llamado no se cons- tituye como una condición para la salva- ción. Cuando un señorío pleno es atado a la salvación, el resultado son obras, en otras palabras se tiene una falsa doctrina. Finalmen- te, la salvación del señorío es una condición imposible de cumplir para una persona que no es salva. Aquí podemos hacer una compara- ción con los judaizantes celosos que insistían que la salvación era por guardar la ley. Guar- dar la ley es una condición imposible para la salvación (Gál.2:14 -16). También lo es la salvación del señorío. Pedir que una persona abandone el pecado (o que prometa hacerlo) y que se someta totalmente a la autoridad de Cristo antes de que ésta persona sea salva, es pedir lo imposible de un pecador. Una perso- na que no es salva no puede romper el domi- nio del pecado (Juan 8:34), y la fe salvadora no tiene ninguna confianza en la persona misma de manera que podamos asegurar con un juramento la victoria sobre el pecado y la obediencia a Cristo de por vida. La fe salva- dora incluye el reconocimiento que Jesucristo es y debe ser el Amo. Sin embargo, la fe sal- vadora es también una actitud de incapacidad personal de tener la victoria sobre el pecado. Dios requiere la fe en Cristo para librarnos del pecado, pero no la fe en la habilidad de uno mismo como para prometer grandiosamente el abandono y la rendición total. La fe salvadora no consiste en el poder de uno mismo para jactarse de promesas para abandonar el peca- do o para obedecer totalmente a Cristo. Sólo después de la salvación es posible tener el poder para hacer tal compromiso. Sólo des- pués de la salvación existe la posibilidad de algún tipo de éxito en el área del abandono del pecado y de hacer a Jesús Señor. La persona adicta a las drogas que se encuen- tra en un lugar de rehabilitación puede tener suficiente fe como para confiar en Cristo. Esta persona cree que Jesucristo es el Señor y desea liberación del pecado. Sin embargo, cuando un cristiano le dice que debe abando- nar este hábito y rendirse totalmente en obe- diencia al señorío de Cristo, el cristiano está pidiendo lo imposible al pobre pecador. El adicto sabe perfectamente que él no puede abandonar su pecado, también sabe que honestamente no puede prometer abandonar- lo. Quizás el pueda desear hacer Jesús Señor, pero el hecho es que él no puede, y lo sabe. ¡Esta es la razón por la que él necesita un Sal- vador! Los cristianos ignorantes le pueden decir a este hombre que él debe abandonar el pecado, y que prometa dejar de hacerlo y que haga a Jesús Señor. Sin embargo, Dios quiere todo lo opuesto. El quiere que el hombre se sienta completamente incapaz y sin esperanza. Dios quiere una completa desesperación y la ausencia de promesas hipócritas y jactancio- sas para cambiarlo. El desea que las personas que han sido atrapadas en el pecado se den cuenta de que tales juramentos o promesas no pueden ser hechos genuinamente. Dios quiere que el adicto y todos los otros pecadores sien- tan que el pecado es tan poderoso que sólo el Señor Jesucristo puede liberarlos de su poder así como de su paga. Dios no requiere jura- mentos de reforma de la vida para la salva- ción. La actitud opuesta de estar atrapado en el pecado y sin esperanza es más compatible con una fe que reconoce una plena dependen- cia en el Señor Jesucristo para todo tipo de esperanza de liberación (primero de la paga del pecado, luego de su poder). A Satanás le encanta que aquellos cristianos “bien inten- cionados” confundan el Evangelio con condi- ciones adicionales para la salvación. El quiera que los evangelistas confusos exijan fe en uno mismo de tal manera que se hagan votos de reforma arrogantes y vacíos. Todo lo que Dios requiere es que el pecador deseé libe- ración del pecado al grado de creer en el señor Jesucristo y en Su cruz. N. La Oración y la Fe Salvadora La oración es definitivamente el medio apro-
  • 191. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 2 181 bado por Dios para expresar la fe. En Roma- nos 10:8 Pablo nos da su ejemplo de cómo es que él hace el evangelismo. La frase, "la pala- bra de fe, que predicamos," se podría parafra- sear de la siguiente manera "las palabras que usamos en el evangelismo producen la fe." En el contexto siguiente podemos observar con claridad que el apóstol Pablo exhorta a todas las personas a "invocar el nombre del Señor" (vss. 12 -13) confesando a Dios que Jesucristo es Señor (vs. 9) probablemente el mejor método de evangelismo viene acompañado de una instrucción en la oración para expresar la fe en Cristo. Sin embargo, es la fe expresada mediante una oración es la que salva, no la oración en sí. No es que alguien pueda repetir desahogadamente unas cuantas líneas de alguna oración mágica para obtener la salvación. Sin la fe expresada mediante la oración, no hay salvación. Una cuestión fundamental es "¿Debe haber una oración para que haya salvación?" Los textos principales que enseñan sólo la fe como la condición para la salvación no contienen ninguna referencia a la oración. El mandato es "cree en Cristo" y no “cree y ora”. Por consiguiente, el estudiante de la Biblia se encontraría en apuros tratando de encontrar el momento en el que los personajes Bíblicos como Pedro, Santiago y Juan oraron para ob- tener la salvación. Aunque la oración es el mejor medio para expresar la fe, la condición que trae la salvación es la fe, exista o no la expresión de la oración. Si se presenta la con- fianza en Cristo, entonces la salvación es otorgada. Es de beneficio que exista una ora- ción que exprese la fe ya que provee la segu- ridad a la persona de que el asunto de la sal- vación ya ha sido resuelto. Sin embargo, Dios sabe que la fe existe en el corazón aunque ésta no sea expresada mediante una oración. Debe de existir un balance en el área de la oración y la salvación. Es de sabios exhortar a las personas para que oren fin de expresar su fe. Sin embargo, el hecho que una persona no pueda recordar el tiempo en que expresó una oración específica no debe ser la base para concluir que esta persona no es salva. Muchas personas han confiado en Cristo para la salva- ción pero no recuerdan la fecha exacta ni tam- poco recuerdan la experiencia dramática del principio de su fe. Aunque es precioso ser capaz de recordar el tiempo en que comenzó la fe, el asunto de gran importancia es la pre- sencia de la fe, no el tiempo en que esta co- menzó. Si una persona puede honestamente y sinceramente afirmar que tiene fe en Cristo y en su obra en la cruz, él tiene la salvación. La fe puede surgir lentamente, como lo hizo con Pedro, o la fe puede surgir dramáticamente como pasó en el caso de Pablo. La salvación está condicionada a la fe. El tiempo del origen de la fe o la manera en que ésta fue expresada es de importancia secundaria en comparación con la presencia de la fe. O. Conclusión Todos estos estudios tan complejos terminan con una simple conclusión y con un simple Evangelio: la salvación está condicionada a la fe solamente "no traigo nada en mis manos, simplemente me aferro a tu cruz." La salva- ción no consiste en ofrecer a Dios unas manos llenas de una vida perfecta. La salvación es una mano vacía que recibe toda la gracia y misericordia de los méritos de El Salvador y su obra perfecta en la cruz. El tipo de fe que se nos ordena tener en la Biblia es confianza, dependencia y confiabilidad en Jesucristo y su obra en la cruz. Algunas personas pueden burlarse de esta doctrina y decir "es un Evan- gelio barato". ¡Pero la Biblia lo llama gracia!
  • 192. No Solo de Pan 182
  • 193. 183 Capítulo 9 SOTERIOLOGÍA La Doctrina de la Salvación Parte III: Los Resultados de la Salvación BOSQUEJO I. Vida Eterna 185 II. Regeneración - Nuevo Nacimiento 186 III. El Hecho de Llegar a ser Hijos/La Adop- ción Como Hijos IV.La Justificación 187 A. La Definición de Justificación: ¿Hacer o Declarar a una Persona Justa? 1. Justificación en el Griego Secular 2. Justificación, en el Antiguo Tes- tamento 3. Justificación en el Nuevo Testa- mento 189 4. Atendiendo al Uso de las Palabras Griegas Relacionadas con la Justi- ficación 191 B. El Tiempo de la Justificación: ¿Pasado o Futuro? 1. El Tiempo de la Salvación como Trasfondo para el Tiempo de la Justificación 2. Los Usos Verbales de la Palabra Justificar en el Tiempo Pasado 192 a. 1 Cor. 6:11 b. Tito 3:7 c. Rom. 5:1, 9 d. Rom. 6:7 193 e. Rom. 8:30 3. Los Usos Verbales de Justificar en el Tiempo Presente 194 a. Hechos 13:39 195 b. Rom. 3:28 c. Rom. 3:24 d. Otros 4. Versículos que Hablan de la Justi- ficación como un Hecho Potencial 196 a. Gál. 2:16-17 b. Gál. 3:8-9 c. Gál. 3:24-26 5. El Ejemplo de Abraham 6. Las Formas del Sustantivo Justifi- cación que la Presentan Como una Obra ya Consumada 197 a. Justificación (1) Rom. 3:22 (2) Rom. 4:5 (3) Rom. 5:17 (4) Rom. 9:30 (5) Rom. 10:4, 6a, 10a (6) 1 Cor. 1:30 b. La Forma Griega para Describir a una Persona " Justa" (1) El Trasfondo del Antiguo Testamento (Hab. 2:4) (2) la Cita de Pablo, Hab. 2:4 199 (a) Rom. 1:16-17 (b) Gál. 3:11 7. Conclusión Acerca del Tiempo de la Justificación C. La Base de la Justificación: La Fe 201 1. Los Textos que Establecen la Justi- ficación por la Fe en Cristo a. Formas Verbales de Justificar b. El Sustantivo de la Justificación c. La Forma del Sustantivo la Pala- bra Justo 2. Los Textos que Enseñan que la Justificación es un Regalo Obse- quiado por Gracia 3. Los Textos que Enseñan que la Justificación no es Por Obras D. El Origen de la Justicia del Creyente 1. Trasfondo del Antiguo Testamento que Demuestra que la Justicia de Dios se Acredita al Pueblo de Dios 2. La Enseñanza del Nuevo Testamen- to donde la Justicia de Dios se Acredita al Pueblo de Dios
  • 194. No Solo de Pan 184 E. Conclusiones Sobre la Justificación 203 V. Las Buenas Obras A. La Salvación Genuina Tiene Como Resultado Buenas Obras B. La Salvación Genuina no es Compati- ble con la Práctica Habitual del Pecado C. La Compatibilidad con las Doctrinas de la Seguridad Eterna, y la no Erradica- ción del Pecado 204 D. Consideraciones Prácticas 1. Advertencia Acerca de la Negación Categórica de la Salvación que está Basada Solo en una Vida Pecaminosa 2. Las Dudas Tentativas 3. El Autoexamen 205 4. Una Reacción Peligrosa Hacia los Pecadores que Profesan Salvación. VI. La Santificación A. La Santificación en el Antiguo Testa- mento B. La Santificación en el Nuevo Testa- mento 1. Las Estadísticas 206 2. El Uso que Enfatiza una Posición de ser Apartado 3. Usos que Enfatizan la Separación Moral del Pecado 4. El Aspecto del Tiempo Pasado de la Santificación 207 5. El Aspecto del Tiempo Presente de la Santificación 6. El Aspecto del Tiempo Futuro de la Santificación 7. El Santificador 8. Los Medios de la Santificación VII. La Seguridad Eterna 209 A. Evidencia de la Seguridad Eterna 1. Observando al Sujeto Desde una Perspectiva Negativa a. Si un cristiano puede perder su salvación, entonces Cristo debe perder su justicia b. Si un cristiano puede perder su salvación, entonces Dios no es to- dopoderoso y la Biblia está equivo- cada en el tema de la predestina- ción 210 c. Si un cristiano pierde su salva- ción por obrar mal o por la ausen- cia de obras, entonces la salvación estaría basada en las obras 212 d. Si el cristiano pierde su salva- ción y va al infierno por pecado, entonces la obra expiatoria de Cris- to no trató de manera perfecta con todos los pecados e. Si un cristiano puede perder su salvación, entonces Dios el Hijo puede fallar como intercesor y abo- gado 213 f. Si un cristiano pierde su salva- ción entonces el Espíritu Santo ha fallado en su ministerio de sellar 214 g. Si un cristiano puede perder su salvación, entonces las promesas de la Biblia no son verdaderas 215 h. Si un cristiano puede perder su salvación, entonces Dios ha fallado en Su intención de guardarnos i. Si un cristiano puede perder su salvación, la Biblia es confusa ya que no específica las causas que la remueven. 216 2. Observando el Tema Desde un Punto de Vista Positivo, la Seguri- dad Eterna es Verdadera por las Si- guientes Razones: a. La justicia de Cristo salva; no podemos perder la salvación b. La elección y la predestinación comprueban la seguridad eterna c. La salvación no se obtiene ni se mantiene por obras d. La expiación de Cristo es perfec- ta y completa e. Cristo como abogado garantiza la seguridad f. El sello del Espíritu Santo no puede ser roto g. Muchas promesas garantizan la seguridad h. Dios nos guarda por su poder i. No existe ninguna base bíblica para perder la Salvación B. Explicación de Pasajes Problemáticos
  • 195. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3 185 1. Sal. 51:11 217 2. Ez. 33:12-20 3. Mat. 24:13 a. Salvación Física (rescate) de la Tribulación 218 b. Salvación Espiritual (1) La Fe Salvadora (2) Las Condiciones en la Tri- bulación 4. Mat. 25:30 220 5. Juan 15:1-8 a. Judas Como el Pámpano Corta- do b. Advertencia de 6. Rom. 11:11-32 a. El Asunto Judío - Gentil 224 b. El Olivo Original c. La Relación de los Gentiles con el Olivo Original d. Conclusión 225 7. 1 Cor. 6:9-10 8. 1 Cor. 9:24-27 9. 1 Cor. 11:28-32 226 10. 1 Cor. 15:1-2 11. Gál. 5:1-4 228 a. La Ley Versus la Gracia b. Ningún Beneficio en Esta Vida 229 c. Separados de Cristo d. Conclusión de Gál. 5:1-4 12. 2 Tim. 2:12b 13. Pasajes de Advertencia de Hebreos a. Los Lectores Originales de Hebreos 231 b. El Primer Pasaje – Heb. 2:1-4 233 (1) Dirigido a los no Salvos entre los Hebreos (2) Dirigido a los Creyentes (3) Conclusión c. Segundo Pasaje de Advertencia, Heb. Capítulos 3-4 (1) Dirigido Hacia las Personas que no Eran Salvas Entre los Hebreos 234 (2) Dirigido Hacia los Creyen- tes (3) conclusión 237 d. Tercer Pasaje de Advertencia – Heb. 6:1-12 (1) Dirigido a los Incrédulos 237 (2) Dirigido a los Creyentes (3) Conclusión 240 e. Cuarto Pasaje de Advertencia – Heb. 10:26-31 (1) Dirigido a los Incrédulos (2) Dirigido a los Creyentes 242 (a) Una Exposición de Hebreos 10:26-31 (b) Una Exposición de Hebreos 10:32-39 243 (3) Conclusión 244 f. Quinto Pasaje de Advertencia – Heb. 12:25-29 (1) Dirigido a los Incrédulos (2) Dirigido los Creyentes (3) Conclusión g. Conclusión de los Pasajes de Advertencia de Hebreos 14. Santiago 2:18-26 245 15. Santiago 5:19-20 16. 2 Pedro 1:10-11 17. 2 Pedro 2:20-22 247 18. 1 Juan 5:16 248 19. El Libro de la Vida – Ap. 3:1-6 249 C. Conclusiones Acerca de la Seguridad Eterna VIII. Conclusiones Acerca de la Soteriología 250 Parte 3 Los resultados de la salva- ción I. La vida eterna Existen muchos pasajes bíblicos que prometen vida eterna a los que creen en Cristo (Juan 3:15-16; 4:14; 5:24; 6:40, 47; 10:28; Rom. 6:23; 1 Juan 5:13). “ De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió,
  • 196. No Solo de Pan 186 tiene vida eterna; y no vendrá a con- denación, mas ha pasado de muerte a vida.” [Juan 5:24]. “y yo les doy vida eterna; y no pere- cerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.” [Juan 10:28]. Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro [Rom. 6:23]. Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios. [1Juan 5:13]. Las palabras que describen la duración de la vida de aquellas personas que son salvas son las mismas palabras que se usan para describir la duración de la vida de Dios en Rom. 16:26; 1 Tim.1:17 y Ap. 4:10. Por lo tanto, estas pa- labras se refieren a una vida que nunca termi- na. También hay palabras como no morirá (Juan 11:25-26) e inmortalidad (1 Cor. 15:51 y ss.; 2 Tim. 1:10) que nos confirman esta verdad. La vida eterna habla de extensión, pero tam- bién de calidad o tipo de vida. Cristo define la vida eterna como el conocimiento de Dios (Juan 17:3). La vida que se le otorga a un cre- yente es en realidad una participación de la misma vida de Cristo. La vida de Cristo nunca termina. Por lo tanto, la vida de los creyentes es eterna en cuanto a su extensión. Entre los pasajes que declaran que la esencia de la vida eterna es una participación en la vida de Cris- to están los siguientes: “todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también vi- viréis. En aquel día vosotros conocer- éis que yo estoy en mi padre, y voso- tros en mí, y yo en vosotros.” [Juan 14:19-20]. Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del padre, así también nosotros andemos en vida nueva. [Rom. 6:4]. “Con Cristo estoy juntamente crucifi- cado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mi; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mi” [Gál. 2:20]. A quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vo- sotros, la esperanza de gloria [Col. 1:27]. Y a vosotros, estando muertos en pe- cados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados [Col. 2:13]. Si, pues, habéis resucitado con Cris- to, buscar las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. [Col. 3:1]. II. Regeneración-Nuevo Nacimiento La vida eterna la inicia el Espíritu Santo (Juan 3:5 y ss.; Tito 3:5) usando la Palabra de Dios. El convence e ilumina a través de Su propia Palabra (Santiago 1:18; 1 Pedro. 1:23) a fin de que la fe sea expresada y la nueva vida de Cristo sea impartida. Al principio de la participación de la vida de Cristo se le lla- ma regeneración (Tito 3:5) o nuevo nacimien- to (Juan 3:5 y ss.; 1 Pedro. 1:3, 23; 1 Juan 5:1). Ya que la regeneración es clasificada tradicionalmente como la obra del Espíritu Santo, a ésta la trataremos de una manera más completa en el Capítulo 10. III. El Hecho de ser Hijos/La Adopción Como Hijos A aquellos que confían en Jesucristo como Salvador les es dada la vida eterna y llegan a formar parte de la familia de Dios. Jesús dijo
  • 197. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3 187 en Mateo 12:50 (también en Marcos 3:35 y Lucas 8:21) que cualquiera que hace la volun- tad de Dios es parte de Su familia. Así que es Bíblico que llamemos a Cristo nuestro herma- no (Rom. 8:29; Heb. 2:11-12). Los autores del Nuevo Testamento están de acuerdo en que los creyentes forman parte de la familia de Dios, y también establecen una diferencia en el sentido en el que Jesucristo es Hijo de Dios y en el sentido en el que los cre- yentes son también hijos de Dios. Es intere- sante que las imágenes y las frases sean dife- rentes aún entre los mismos autores Bíblicos pero el resultado doctrinal es el mismo. El apóstol Juan nos presenta una imagen de los creyentes que nacen en la familia de Dios y son llamados hijos. (Vea nuevo nacimiento: en Juan 1:13; 3:3-8; 1 Juan 2:29; 3:9; 4:7; 5:1, 4, 18; e hijos: en Juan 1:12; 11:52; 1 Juan 3:1, 2, 10; 5:2.) La manera en que el apóstol Juan hace una diferencia entre los creyentes como hijos de Dios y Cristo como el Hijo de Dios es reservando la palabra griega hijo (huios) para aplicarla a Cristo y haciendo énfasis que él es "el unigénito" o sea el único Hijo (Juan 1:14, 18; 3:16, 18; 1 Juan 4:9).62 Los creyentes nacen dentro de la familia de Dios como hijos, pero Cristo es el único Hijo. Pablo enseña estas mismas verdades, pero su método es diferente al de Juan. Aunque tam- bién Pablo usa la palabra hijos (tekna) en refe- rencia a los creyentes al igual que lo hace Juan, a diferencia de Juan, Pablo llama a los creyentes “hijos de Dios” (huios) (Rom. 8:14, 19; 2 Cor. 6:18; Gál. 3:26; 4:5-7). Pablo no da énfasis a la imagen del nuevo nacimiento o de Cristo como el unigénito Hijo.63 La manera en que él hace una diferencia entre Cristo como Hijo y el creyente como hijo es comparando a los creyentes con hijos adoptados, una palabra que Juan nunca usa. (Para el tema de la adop- 62 la única excepción parece ser la de Ap. 21:7 donde hijo se refiere a los creyentes. 63 Pablo se acerca a la idea de ser nacidos de nuevo en 1 Cor. 4:15 y luego usa el término regeneración en Tito 3:5. ción en el tiempo de la salvación, vea Rom. 8:15; Gál. 4:5; y Ef. 1:5.) Estas diferencias sólo son asunto de predilec- ciones en cuanto a la expresión. Juan enseña que los creyentes son parte de la familia de Dios pero no en el mismo sentido que Jesu- cristo como Hijo de Dios. Juan habla de un nuevo nacimiento de los hijos de Dios pero le llama Cristo el unigénito Hijo, siendo Hijo de una manera diferente a los creyentes quienes también son hijos. Pablo también enseña que los creyentes son parte de la familia de Dios pero no en el mismo sentido en que Jesucristo es hijo de Dios. Pablo habla de la adopción en la familia mientras que la posición de Cristo como Hijo no se relaciona a alguna adopción. El es el Hijo de Dios en el sentido más pleno de la palabra. IV. La Justificación Existen cuatro asuntos importantes que debe- mos de tratar al desarrollar la doctrina Bíblica de la justificación. Primero, ¿cuál es la defini- ción correcta del término justificar (dikaioo en griego)? ¿Se está refiriendo a un proceso en el que la persona llega a ser más y más justo? O ¿Se refiere más bien a una declara- ción que se hace de una persona como una persona justa (o sea, una declaración legal donde a una persona no se le encuentra culpa- ble y ha sido exonerada plenamente)? Un segundo factor principal es el tiempo de la justificación. ¿Es una persona justificada a lo largo de un período de tiempo en el esta se hace cada vez más y más justa? o ¿se lleva a cabo la justificación en el momento en que colocamos la fe en Cristo? El primer punto de vista significa que la justificación no estaría asegurada sino hasta el juicio final. El segun- do declararía que le justificación para una persona que tiene fe ya se ha llevado a cabo. El tercer asunto al que hay que dar nuestra atención es la base de la justificación. ¿Qué debe hacer un ser humano para ser justifica- do? Finalmente, debemos considerar el origen de la justificación, o sea la justicia de Cristo.
  • 198. No Solo de Pan 188 La definición y el tiempo de la justificación eran temas de debate bastante fuerte durante la Reforma. La posición católico romana que confrontaban los reformadores contendía que la justificación era un proceso mediante el cual una persona con la fe en Dios podría, por gracia conferida a través de los sacramentos, pasar por un proceso de llegar a ser más y más justa en su conducta. El resultado de este pro- ceso era una justificación que se creía que acontecería eventualmente en el día del juicio final. La justificación se entendía como un objetivo al cual el hombre debería dirigirse. Era el sentimiento que la justificación era un proceso y a la vez un evento con un potencial futuro. En oposición a la posición católico romana, se encontraban los reformadores quienes insist- ían que la justificación era un término legal. Justificar no significaba "llegar a ser justo," sino que significaba "declarar justo a alguien." Ellos también insistían que la justificación no era un proceso sino una acción y que una per- sona era justificada en el momento de colocar su fe en Cristo. A. La Definición de Justificación: Hacer o Declarar a una Persona Justa Existe una evidencia abundante de que la ac- ción de justificar (dikaioo) es un término legal que significa “declarar a alguien justo, absol- ver o vindicar.” 1. La Justificación en el Griego Secular Moulton y Milligan nos dan estos ejemplos provenientes de los escritos antiguos: “El consideraba justo que nosotros deberíamos pagar el capital principal y recuperar así la propiedad” (55-65D.C.). “Se declaró que la suma era justa mediante el contrato.”64 Estos dos ejemplos nos muestran que el término griego dikaioo era un término legal que signi- 64 El Vocabulario del Testamento Griego por Ja- mes Hope Houlton y George Milligan, (1930: Hodder y Stoughton Limitada, 1972) 162. Las traducciones del griego son de este autor. ficaba "declarar o considerar justo a alguien o algo" 2. La Justificación en el Antiguo Testamento Las traducciones griegas antiguas del Antiguo Testamento muestran que los hebreos anti- guos consideraban la justificación como un término legal. La justificación es lo opuesto a la condenación. La Septuaginta usa algunas formas de la palabra dikaioo en los versículos siguientes: “De palabra de mentira te alejarás, y no matarás al inocente y justo; porque yo no justificaré al impío.” [Ex. 23:7]. “Si hubiere pleito entre algunos, y acudieren al tribunal para que los jue- ces los juzguen, éstos absolverán al justo, y condenarán al culpable. …” [Deut. 25:1]. Tú oirás desde el cielo y actuarás, y juzgarás a tus siervos, condenando al impío y haciendo recaer su proceder sobre su cabeza, y justificando al justo para darle conforme a su justicia. [1 Reyes 8:32]. El que justifica al impío, y el que condena al justo, Ambos son igual- mente abominación a Jehová [Prov. 17:15]. Los que justifican al impío mediante cohecho, ¡y al justo quitan su derecho! [Isa. 5:23]. La justificación en el Antiguo Testamento es un término forense. Se usa en contextos judi- ciales. Es lo opuesto de condenación. Los sinónimos en el idioma español serían "decla- rar a alguien inocente," "absolver a alguien," "exonerar" o "vindicar." Quizás sea significa- tivo que en Dan. 8:14 en la gramática hebrea la raíz causativa del verbo zedek, que signifi- ca "hacer a alguien justo" no es traducida por el verbo dikaioo en la Septuaginta. Aparen- temente, la palabra justificación no era un término apropiado para la idea de hacer a al- guien justo ya que justificación significa "de-
  • 199. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3 189 clarar justicia." La palabra justificación no solamente se usa en las cortes humanas del Antiguo Testamen- to, sino que también se usa para describir a una persona que está siendo declarada justa, o vindicada delante del tribunal de Dios. Los autores del Antiguo Testamento hicieron las preparaciones para una nueva revelación del Nuevo Testamento sobre el tema de la justifi- cación. Ellos enseñaron que Dios conferiría su propia justicia sobre Su pueblo o que Dios proveería justicia a Su pueblo. Los autores del Antiguo Testamento también enseñaron que el pueblo sería justificado. Esto significa que la justificación estaría basada en la concesión de la propia justicia de Dios o en un sentido más general una justicia que Dios mismo proveer- ía. “En Jehová será justificada y se glo- riará toda la descendencia de Israel.” [Isa. 45:25]. “Haré que se acerque mi justicia; no se alejará, y mi salvación no se de- tendrá. Y pondré salvación en Sion, y mi gloria en Israel.” [Isa. 46:13]. … justificará mi siervo justo a mu- chos, y llevará las iniquidades de ellos [Isa. 53:11]. “...y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová.... [Isa. 54:17]. En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia… [Isa. 61:10]. (Vea también Jer. 23:6.) Muchas veces en el libro de Isaías, se dice que la justicia de Dios vendrá para traer salvación. El Antiguo Testamento no es tan claro como el Nuevo Testamento en lo que concierne a la doctrina de la justificación. Sin embargo, a la salvación se le relaciona con la justicia veni- dera de Dios y a los santos del Antiguo Tes- tamento se les prometía un tipo de justifica- ción. El varón de dolores proveería la justifi- cación para muchos, y sería una justificación basada en la propia justicia de Dios (Isa. 45:24) o por lo menos, una justicia que El mismo daría a Su pueblo (Isa. 61:10). Todas estas verdades prepararon al pueblo de Dios para recibir una revelación más profunda en el Nuevo Testamento concerniente a la doctrina de la justificación. Hasta ahora la evidencia ha demostrado que la palabra justificación (dikaioo) era un término legal que significaba "declarar a alguien justo" tanto en el griego secular como en el pensamiento hebreo. Justificación es lo opuesto a condenación. El Antiguo Testa- mento también contiene el concepto de Dios quien provee justicia para los humanos a fin de que ellos sean justificados. Cualquier des- viación de esta definición y el concepto de Dios como proveedor de justicia para el peca- dor demandarían una evidencia más fuerte del Nuevo Testamento. 3. La Justificación en el Nuevo Testamento El Nuevo Testamento hace uso de la palabra dikaioo (justificar) y esto confirma las conclu- siones que hemos obtenido hasta ahora. Cuando se usa la palabra justificación hablan- do de Dios, es obvio que esta palabra significa “declarar a alguien justo” y no “hacer a al- guien justo.” ¡Es imposible que a Dios se le haga más justo! Por lo tanto, la palabra signi- fica declarar que Dios es justo. He aquí algu- nos ejemplos que mencionan que Dios es jus- tificado: Y todo el pueblo y los publicanos, cuando lo oyeron, justificaron a Dios, bautizándose con el bautismo de Juan. [Lucas 7:29]. De ninguna manera; antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso; como está escrito: Para que seas justi- ficado…” [Rom. 3:4]. E indiscutiblemente, grande es el mis- terio de la piedad: Dios fue manifesta- do en carne, Justificado en el Espíri- tu, Visto de los ángeles, Predicado
  • 200. No Solo de Pan 190 a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en gloria. [1 Tim. 3:16]. El Nuevo Testamento también tiene ejemplos donde a la justificación se contrasta con la condenación. Lo opuesto de condenación es vindicación, exoneración, y declaración de justicia. En Mat. 12:37 Jesús dice, “Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado”. El contraste entre justificación y condenación dentro de un con- texto que habla del día del Juicio comprueba el hecho que la palabra dikaioo es un término legal que tiene por significado declarar a al- guien justo. Pablo también establece el con- traste entre justificación y condenación. Y con el don no sucede como en el ca- so de aquel uno que pecó; porque cier- tamente el juicio vino a causa de un so- lo pecado para condenación, pero el don vino a causa de muchas transgre- siones para justificación [Rom. 5:16]. Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hom- bres la justificación [Rom. 5:18]. ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? [Rom. 8:33-34a]. Porque si el ministerio de condena- ción fue con gloria, mucho más abun- dará en gloria el ministerio de justifi- cación [2 Cor. 3:9]. El Nuevo Testamento usa claramente la justi- ficación como un término legal. Esto se ve claramente en Rom. 8:33-34 donde Pablo usa los términos acusar a los elegidos de Dios. Rom. 2:13-16 habla de una justificación y del Día del Juicio como términos muy cercanos entre sí. La justificación tiene matices legales y judiciales. Es una palabra apropiada para una corte judicial. Rom. 3:19-20 enseña que la ley comprueba que el mundo entero es culpa- ble delante de Dios. Es dentro de este pano- rama legal, que Pablo procede a enseñar acer- ca del tema de la justificación. La referencia a la propiciación en Rom. 3:25 hace que enfo- quemos la atención a la ira de Dios y a Su función como Juez. También existen tonos legales en Gálatas 3 donde Pablo enseña de manera alternada acerca de la justificación y de la maldición que es por la ley. Finalmente, 2 Cor. 5:21 enseña que Cristo se hizo pecado por nosotros "para que nosotros fuésemos hechos justicia (justificación en griego) de Dios en él". Justicia (justificación) en 2 Cor. 5:21 debe tener un sentido forense ya que este es el único sentido posible en el que Cristo pudiera hacerse pecado por nosotros. La con- ducta de Cristo ciertamente fue impecable. Pablo se estaba refiriendo al pecado que fue cargado a la cuenta de Cristo para que en un sentido legal El llevara nuestros pecados. De la misma manera, la justificación debe referir- se a la acreditación de la justicia de Cristo a los creyentes a fin de que nosotros podamos legalmente reclamar Su posición justa delante de Dios Juez. La justificación es un término usado en la corte. Este término nos habla de alguien que es declarado justo en contra de las demandas de la ley. Este término no necesa- riamente se refiere a nuestras obras de justicia así como también el hecho de que Cristo se hizo pecado tampoco se refiere a que Jesucris- to realmente pecó. Lucas 10:29 nos ofrece una prueba final de que la palabra justificar significa declarar a alguien justo en vez de hacer a alguien justo. Este pasaje describe el momento donde un escriba le pregunta a Jesús acerca del más grande de los mandamientos. Jesús le dijo que el primer mandamiento es amar a Dios y el segundo amar al prójimo. El texto dice, “Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?” Este hombre no hizo la pregunta porque quería hacerse más y más justo. El pensaba que él era lo suficien- temente justo. El significado de la palabra justificar en este pasaje es el de vindicarse asimismo. El quería declararle su propia justi-
  • 201. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3 191 cia a Jesús. Su objetivo era declararse inocen- te por haber fracasado en amar a su prójimo ya que él no conocía quien era el prójimo. Obviamente, la palabra justificación en Lucas 10:29 significa declarar a alguien justo y no hacerse más y más justo. Otros versículos donde justificar equivale a vindicar son, Mat. 11:19; Lucas 7:35, y 16:15. 4. Atendiendo al uso de las palabras griegas relacionadas con la justificación Cuando prestamos atención al uso de las pala- bras griegas que se relacionan con la doctrina de la justificación, podemos tener confianza en que los reformadores tenían razón en su concepto de la justificación. La justificación no es un proceso mediante el cual una persona se hace cada vez más justa. Es un término judicial que significa declarar a alguien justo, inocente, o vindicado. Esto se puede compro- bar por el uso de esta palabra en muchos con- textos judiciales, por su contraste con la pala- bra condenación, y por su uso cuando se trata de Dios mismo (quien no puede ser más justo pero que puede ser vindicado en sus accio- nes). Justificar equivale a declarar a alguien justo y absuelto ante la justicia de Dios. Se trata de una declaración en un momento en el tiempo; y no de un proceso arduo y extenso. La siguiente cuestión importante es el tiempo de esta declaración. ¿Es la justificación un hecho que ya ha acontecido? ¿Es algo que debemos esperar para el Juicio Final que se llevará a cabo en el futuro? B. El tiempo de la justificación: ¿pasado o futuro? La absolución que hace Dios ante Su justicia ¿se lleva a cabo en esta vida, o se llevará a cabo en un juicio futuro en el que sólo los que han sido persistentes son declarados justos? ¿Es la justificación una obra ya concluida para el creyente, o es solamente un objetivo y una esperanza en el futuro? 1. El tiempo de la salvación como un tras- fondo para el tiempo de la justificación Será de gran ayuda para poder determinar el tiempo de la justificación que examinemos el tiempo de la salvación. Existen varios versícu- los clave que colocan el tiempo de la salva- ción de la paga del pecado en el pasado para una persona que tiene fe. Se podría construir un caso y mencionar que estos versículos se cuentan entre los más importantes de la Bi- blia. “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a conde- nación, mas ha pasado [tiempo perfec- to, que significa una realidad que se ha cumplido y que tiene resultados que continúan] de muerte a vida.” [Juan 5:24]. Esta declaración afirma que la persona que cree ya posee la vida eterna. Su transición de la muerte hacia la vida es un evento que se llevó a cabo en el pasado con resultados que continúan ahora en su vida presente. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. [Ef. 2:8-9]. Ef. 2:8 hace uso de una construcción gramati- cal perifrástica con un verbo en el tiempo pre- sente y un participio perfecto. La enseñanza que resulta de esta gramática es que una per- sona que tiene fe ya ha sido salvada y este estado de salvación es una acción continua y un estado permanente. No es de sorprendernos que Efesios 2:8-9 es uno de los pasajes más estimados entre los Cristianos. Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia… [Tito 3:5]. Tito 3:5 presenta la salvación como un evento pasado usando un verbo en el tiempo de la gramática griega llamado aoristo, del modo indicativo. Esto significa que para un creyen- te, la salvación ya es un hecho consumado, y no una esperanza en el futuro. 1 Juan 5:4 también podría ser incluido aquí. Enseña que la fe es la victoria que "ha vencido" al mun-
  • 202. No Solo de Pan 192 do. Aún los versículos que hacen uso de los ver- bos en tiempo presente cuando hablan de la vida eterna y de la salvación atestiguan que la salvación es ya un evento consumado para el creyente (ejemplos Juan 3:16,18, 36; 5:24 que usan la frase “tiene vida eterna”; 6:40, 47, etc.). Esto debe ser verdad ya que si una persona se encuentra en el tiempo presente y es poseedor de la vida eterna, entonces esta persona fue salvada en algún momento anterior al presen- te. Suponer que si una persona tiene vida eter- na en el tiempo presente y que no puede per- derla es también una lógica correcta. Si una persona pudiera perder la vida eterna, enton- ces por definición, esta persona nunca la po- seyó. Por lo tanto, cuando Cristo enseña que un creyente que se encuentra en El tiene la vida eterna entonces El quiere decir que la salvación ya es un evento consumado (en el tiempo pasado) para el creyente. Por esta razón 1Juan 5:12-13 nos asegura que los cre- yentes sí pueden saber o conocer que tienen la vida eterna. Estas verdades concernientes al tiempo de la salvación son aplicables al sistema del tiempo de la justificación. Es inconcebible que una persona pueda tener la salvación y la vida eterna sin ser justificado. Es inconcebible que una persona pueda tener una salvación que está basada en la fe sin tener también una jus- tificación basada en la fe. Por lo tanto, al acercarnos a los pasajes Bíblicos que tratan el tema de la justificación, debemos tener una expectación de encontrar en ellos la idea de la justificación considerada como un hecho con- sumado en el cristiano. (Esto no elimina una reafirmación en el futuro que se hace acerca de una declaración en el pasado en cuanto a la justicia en el día del Juicio, por ejemplo Mat. 12:36-37.) 2. Los Usos Verbales de la Palabra Justifi- car en el Tiempo Pasado Las formas verbales del verbo justificar (di- kaioo) que se encuentran en el tiempo pasado confirman positivamente que la justificación en el creyente es un acto que ya se ha llevado a cabo. La justificación no es la culminación final de un largo proceso. a. 1 Cor. 6:11 Y esto erais algunos; mas ya habéis si- do lavados, ya habéis sido santifica- dos, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espí- ritu de nuestro Dios [1 Cor. 6:11]. Pablo enseñó a los corintios, que eran un gru- po no muy espiritual, que ellos ya habían sido justificados. Esta declaración de justicia no requería ninguna evaluación futura al final de la vida de los corintios. A ellos ya se les había declarado justos. Algunas personas tratarían de atenuar la ense- ñanza de este pasaje declarando que la justifi- cación se refiere a una persona que se hace más justa y no a alguien que ha sido declarado justo en un momento del tiempo. Sin embar- go, tal definición del verbo justificar no se establece claramente en el Nuevo Testamento. El uso que hace el Nuevo Testamento de la palabra justificar nos lleva a la conclusión que significa "declarar a alguien justo" y no "hacer a alguien justo". Los dos contextos que pudie- ran permitir la definición "llegar a ser justo" (Rom. 6:7 y Ap. 22:11) pueden muy fácilmen- te ser interpretados como "ser declarado ino- cente" o "ser declarado justo." Además, en el contexto de 1 Cor. 6:11 el significado de "hacerse más justo" sería redundante por las palabras lavar y santificar. No hay ninguna base para alterar la definición que Pablo da al verbo justificar. b. Tito 3:7 Para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna. [Tito 3:7]. En el idioma griego el tiempo de un participio depende del tiempo del verbo principal en la oración. Ya que la Biblia enseña que los cre-
  • 203. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3 193 yentes ya son herederos por anticipado de la vida eterna (Rom. 8:16-17; Gál. 4:7; etc.), Tito 3:7 afirma que nosotros ya hemos sido justificados (un verbo en el tiempo aoristo participio pasivo usado con un verbo en tiem- po aoristo pasivo del modo subjuntivo). Los creyentes llegaron a ser herederos en el tiem- po pasado y la justificación se llevó a cabo antes de esto (siguiendo por lo menos el orden lógico en que se mencionan los conceptos en este pasaje). c. Rom. 5:1, 9 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nues- tro Señor Jesucristo; Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. [Rom. 5:1, 9]. Tanto Rom. 5:1 y 9 usan participios en el tiempo aoristo. Esto nos marca un tiempo an- terior al tiempo del verbo principal. Los ma- nuscritos griegos difieren en cuanto a si el tiempo del verbo principal en Rom. 5:1 es indicativo (nosotros tenemos paz) o subjunti- vo (tengamos paz), pero sea cual sea el tiempo es presente. Los romanos ya tenían o deberían haber tenido paz con Dios en el presente y la justificación ya se había llevado a cabo antes de ese presente. La declaración de justicia ya se había dado y no se tendría que esperar has- ta un juicio futuro después de esta vida para recibirla. Esta conclusión es reforzada por la palabra ya del vs.9. Además, la palabra pues del versículo uno nos dirige hacia Romanos 4, que enseña que el creyente ya posee la justifi- cación. d. Rom. 6:7 Porque el que ha muerto, ha sido justi- ficado (traducida literalmente) del pe- cado. [Rom. 6:7]. En su contexto Rom. 6:7 trata de los recursos que el creyente tiene para vencer el pecado. Rom. 6:7 dice literalmente, “porque el que muere ya ha sido justificado del pecado.” No existe ninguna razón para buscar una nueva definición de justificación en este contexto. El punto que Pablo quiere dejar claro es que aquellos que han muerto con Cristo han sido declarados justos, inocentes, y liberados de los cargos del pecado. En el contexto la razón por la cual Pablo declara esto, es que una libe- ración tal de los cargos del pecado también implica una liberación del poder del pecado. Las imágenes que se presentan de una corte judicial, son todavía apropiadas ya que el cre- yente ha sido legalmente exonerado de los cargos del pecado, ahora el pecado ya no tiene una obligación o control inevitable en su vida. La declaración de inocencia (o sea la justificación) ha conducido a la libertad de la obligación del pecado sobre el creyente (ya sea de sus cargos o de su poder). Por el con- texto, los traductores de este pasaje general- mente lo traducen "ha sido justificado" o "ha sido liberado", lo cual es correcto. La justifi- cación del creyente fue una exoneración o una liberación de los cargos del pecado lo cual dió como resultado que el pecado ya no tenía ningún poder u obligación sobre la persona. Aunque Rom. 6:7 por su contexto de énfasis en particular a la bendición de la justificación o sea a la liberación de la paga del pecado y de su poder, es necesario que consideremos que la palabra original significa "ha sido justi- ficado." Además, el tiempo del verbo enseña que la justificación ya se ha llevado a cabo y que tiene resultados continuos. La justifica- ción no es una declaración que se hará al final de la vida, sino que ya se ha llevado a cabo en la vida de cada creyente. e. Rom. 8:30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos tam- bién justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó. [Rom. 8:30]. Cuando observamos estrictamente ese tiempo pasado desde la perspectiva eterna de Dios, el verbo justificar de Rom. 8:30 nos enseñaría muy poco acerca del tiempo de la justificación en la vida del hombre. Viéndolo desde la perspectiva eterna de Dios la justificación se llevó a cabo antes de que el mundo fuese
  • 204. No Solo de Pan 194 creado, y Rom. 8:30 está dando un orden lógico en vez de un orden cronológico. Sin embargo, es probable que Rom. 8:30 nos quiera decir algo concerniente al tiempo de la predestinación, del llamamiento, de la justifi- cación y de la glorificación. Ciertamente este pasaje nos describe el orden en que se llevan a cabo estas acciones en el tiempo de la huma- nidad (o sea, la predestinación en la eternidad pasada, luego el llamado, después la justifica- ción, y finalmente la glorificación). Además, la aplicación de estas verdades en los versícu- los siguientes (o sea, Rom. 8:31-39) parece indicar que la justificación ya se había llevado a cabo en los creyentes de Roma. El versículo 34 nos enseña que Cristo se encuentra en el tiempo presente a la diestra de Dios y que está intercediendo por nosotros. Este ministerio presente de Cristo ha protegido a los creyentes romanos de todos los cargos de pecado (vs. 33) y de toda condenación (vs. 34). La acción de justificar es lo opuesto a la acción de tener los cargos del pecado y de estar legalmente condenado delante de Dios. Ya que el ministe- rio presente de Cristo fue el de guardar a los creyentes de Roma de la acción de ser acusa- dos con los cargos del pecado y de ser conde- nados delante de Dios el Juez, entonces la conclusión inevitable es que Pablo estaba en- señando que los creyentes de Roma ya habían sido justificados. Por lo tanto, es preferible darle al verbo justificar de Rom. 8:30 que se encuentra en tiempo pasado, toda su intensi- dad. Los creyentes ya han sido justificados. 3. Los usos verbales de justificar en el tiem- po presente Debemos tener un método para estudiar el material que se presenta en este estudio en su debido orden. Un estudio de la doctrina de la justificación debe primero definir cuidadosa- mente la palabra justificación. Las enseñanzas Bíblicas sobre la justificación han sido con- fundidas por algunas generaciones ya que se ha tenido la definición incorrecta. Se han te- nido problemas especialmente con los versí- culos que muestran la palabra justificar en el tiempo presente. Si a la justificación se le considera como un proceso en el cual la persona se convierte en alguien cada vez más justo, entonces esta pa- labra usada en tiempo presente pareciera en- señar que la justificación es por medio de las obras. Entonces Rom. 3:28, que declara que “el hombre es justificado por medio de la fe” sería considerado como un pasaje que signifi- ca que "un hombre que tiene fe está involu- crado en un proceso de justificación gradual en el que éste se convierte en una persona cada vez más justa." Así que, un católico del tiempo anterior a la reforma podría leer esta declaración de la justificación mediante la fe en tiempo presente y obviamente tener el con- cepto equivocado. Como aquellas personas estaban cegadas por una definición falsa, usa- ron esas palabras para reforzar un proceso extenso de obras a fin de poder escuchar en el futuro la declaración de Dios otorgando una justicia producida durante la vida en vez de la imputación de la justicia de Cristo. Cuando Lutero y los demás descubrieron la verdad, o sea, que la justificación es un término judicial que significa declarar a alguien justo (en vez de hacer alguien más y más justo), se terminó entonces el oscurantismo. La justificación no es un proceso en el que una persona llega a ser más justa.65 Es un acto judicial en el cual Dios declara que uno es legalmente justo ante El mismo en su función de Juez. Esta defini- ción correcta revoluciona el impacto del tiem- po presente de la declaración "el hombre es justificado por la fe." El tiempo presente habla generalmente de una acción en el tiempo presente, una acción que es por naturaleza perdurable o lineal (o sea una acción que se está llevando a cabo y que permanece). La definición precisa de jus- tificar (diakaioo) es “declarar a alguien jus- to”; la definición no es "hacer a alguien jus- to". El tiempo presente no permite la posibili- dad de un proceso en el cual una persona se convierte gradualmente en alguien justo. Una 65 Tal concepto es claramente una violación a la verdad que la salvación no proviene por las buenas obras.
  • 205. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3 195 declaración es por definición un acto y no un proceso. A una persona se le declara justa en Cristo, o no se la declara justa en Cristo. Ser parte de un "proceso" hacia la justificación equivale a no ser justificado. La declaración de Rom. 3:28 que dice “un hombre es justifi- cado por la fe” significa que un hombre es declarado justo al tener fe. Si negamos que una declaración de justicia se lleve a cabo en el momento de la fe, entonces estamos dicien- do que es posible tener fe y estar injustificado. Sin embargo, esto sería una contradicción de la enseñanza de este pasaje y de la definición correcta de la palabra justificación. Cuando se usa el tiempo presente del verbo justificar en la declaración "el hombre es justi- ficado por la fe," el significado no puede ser otro que el hombre que tiene fe es declarado justo en el presente. La deducción correcta y realmente la única es que la declaración inicial de justicia debe haberse hecho de manera si- multánea a la fe inicial. En el momento en que la fe se convirtió en una realidad presente así también la declaración inicial de justicia. Si una persona desea enfatizar el aspecto presen- te o continuo del tiempo, entonces el énfasis estaría en el hecho de que Dios continúa en este tiempo afirmando esta declaración de justicia. Dios justifica inicialmente cuando existe la fe, y el continúa afirmando esta justi- ficación en el tiempo presente. No existe ninguna base para el punto de vista católico romano de la justificación que se de- fine como una meta futura al final de un pro- ceso largo que culminará en el día del juicio. Los usos que se dan del verbo justificar en el tiempo pasado muestran a la justificación co- mo una realidad ya consumada. El uso en el tiempo presente de la palabra justificar nos da como resultado la misma enseñanza o sea, que la justificación ya se ha llevado a cabo (o por lo menos estos resultados son correctos si se maneja la definición correcta del término jus- tificar). Y ya que hay una declaración presen- te de justicia cuando se presenta la fe, enton- ces es verdad que la justificación es una reali- dad pasada cuando la observamos en retros- pectiva el momento de la conversión inicial. La justificación se llevó a cabo en el momento de la fe. De esta manera, ya se le puede consi- derar en tiempo pasado. Además, Dios en el tiempo presente todavía declara la justifi- cación de un creyente. El tiempo presente de la frase "un hombre es justificado por la fe" no significa que un hom- bre se está haciendo gradualmente cada vez más justo por medio de la fe. Por el contrario, enseña que la justificación se presentó cuando se presentó también la fe. De esta manera, viendo hacia el pasado un creyente deberá observar la justificación como un acto ya con- sumado. Este pasaje también enseña que para los creyentes esta declaración de justicia es vigente para cualquier época incluyendo el presente.66 a. Hechos 13:39 Y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree. [Hechos 13:39]. Cuando se capta bien la definición precisa de la palabra justificación, podemos observar que Hechos 13:39 transmite que una persona que cree en el presente, ya posee la declaración de rectitud delante de la justicia de Dios. b. Rom. 3:28 Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley. [Rom. 3:28].67 66 aquellos que tienen una fe salvadora inicial son guardados en la fe en el tiempo presente. (Vea 1 Pedro 1:4-5 y 1 Juan 2:19.) Por lo tanto, a los cre- yentes todavía se les está declarando justos en Cristo. 67 La forma griega de la palabra justificar es un presente infinitivo. Sin embargo, se trata de un verbo en infinitivo de discurso directo. Y como tal, el infinitivo en el tiempo presente refleja un verbo en el tiempo presente. Así que, los traductores en las versiones inglesas (KJV, NASV, NIV) lo han
  • 206. No Solo de Pan 196 Como hemos notado anteriormente, este verbo sería confuso si a la justificación se le define como el "acto de llegar a ser o de hacerse justo" una vez que entendemos que el verbo justificar es un término judi- cial que quiere decir declarar alguien jus- to, entonces este versículo puede ser inter- pretado correctamente. El apóstol Pablo está enseñando que la persona que tiene fe es poseedor en el tiempo presente del ve- redicto de inocencia por parte de Dios. La persona que tiene fe también tiene la vin- dicación, o sea la declaración de justicia, delante de la Justicia misma de Dios. Ob- viamente esta justificación se llevó a cabo en el momento de la fe. De manera que, la justificación puede considerarse como un hecho consumado. La justificación tam- bién es una realidad en el presente ya que la declaración de justicia de Dios todavía está en vigencia para el creyente en este momento. c. Rom. 3:24 Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús [Rom. 3:24]. La frase siendo justificados de Rom. 3:24 no se refiere a un proceso gradual de justificación para un individuo. Es mejor que consideremos este verbo de una manera corporativa ya que Rom. 3:23 ve a la humanidad como un solo grupo, “…todos hemos pecado.” Cualquier progreso en lo que concierne a la definición del término ser justificado se refiere a un proceso de los elegidos vistos como un todo y que van obteniendo gradualmente justifica- ción individual al ser justificado cada uno mediante la fe personal.68 Cuando a la raza humana se le ve como un grupo, entonces la justificación para los elegidos a través de la tomado el infinitivo como si fuera un verbo en el tiempo presente. 68 otra opción sería tomar el tiempo presente como una declaración constante y presente de justicia que recibe el creyente como individuo como se explica en la sección anterior. historia sería un proceso gradual. Sin embar- go, no existe ninguna base para pensar que la justificación individual es un proceso gra- dual. A nivel individual, la justificación ya se ha llevado a cabo en el pasado y es una pose- sión presente de aquel que tiene fe. Las pala- bras gratuitamente y gracia de este versículo no dan lugar a la noción de que la justifica- ción individual se basa en un proceso largo de esfuerzo. d. Otros Tenemos participios en tiempo presente en Rom. 3:26; 4:5 y 8:33. Todos se refieren a Dios. Significan “el que justifica” o también se pueden traducir como “el justificador.” ...el que justifica al que es de la fe de Jesús... [Rom. 3:26]. Mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es con- tada por justicia. [Rom. 4:5]. Dios es el que justifica.… [Rom. 8:33]. Estos versículos ciertamente no dan ningún apoyo a la idea de que la justificación es un evento en el futuro y que se basa en los resul- tados de un proceso. Dios está involucrado al presente en el acto de la justificación. Dios en este tiempo presente declara a una persona que tiene fe en Cristo como una persona justa. Por deducción esto significa también que el veredicto de justicia se dió en el momento de la presencia inicial de la fe y que todavía está vigente. A Rom. 3:26 se le podría parafrasear de la siguiente manera “Dios es quien declara justo al que tiene fe en Jesús.” 4. Pasajes que Hablan de la Justificación Como un Hecho Potencial. En algunas ocasiones Pablo hace uso de una forma verbal que habla de la justificación que no está en el tiempo pasado ni en el tiempo presente, sino que habla de una justificación como una bendición potencial si es que la persona cumple las condiciones de Dios. En estos versículos el tiempo del verbo por sí solo no es suficiente para probar que la justi-
  • 207. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3 197 ficación es un hecho consumado. Sin embar- go, la declaración en general si conduce a la conclusión de que aquellos que han reunido la condición de Dios, o sea, la fe, ya han obteni- do la justificación. a. Gál. 2:16-17 Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Je- sucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado. Y si buscando ser justifi- cados en Cristo, también nosotros somos hallados pecadores, ¿es por eso Cristo mi- nistro de pecado? En ninguna manera. [Gál. 2:16-17]. El versículo 16 enseña que Pablo creyó a fin de ser justificado. Técnicamente, este tiempo verbal no declara el tiempo en que ocurre la justificación. Sin embargo, en Gál. 2:17 Pablo reacciona de horrorizado hacia la idea de que una persona que ha creído en Cristo podría todavía ser declarado como un pecador culpa- ble en un sentido judicial ante el trono de la justicia de Dios. Esto implicaría no sólo que Cristo ha fallado sino que también es un falso profeta. Obviamente, Pablo está enseñando que aquellos que tienen fe ya no son conside- rados como pecadores condenados. La con- clusión de la cual no podemos escapar es que el apóstol Pablo consideró que la justificación es una realidad consumada para aquellos que han creído. b. Gál. 3:8-9 Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, di- ciendo: En ti serán benditas todas las na- ciones. De modo que los de la fe son ben- decidos con el creyente Abraham. [Gál. 3:8,9]. El tiempo en el que se encuentra el verbo jus- tificar en el vs. 8 por sí solo nos da el tiempo de la justificación. Habla de la justificación en términos potenciales. Sin embargo, el verso nueve enseña que aquellos que tienen fe ya comparten las bendiciones de Abraham. En el contexto, la bendición más pronunciada es la bendición de la justificación. Los creyentes ya son poseedores de la justificación. c. Gál. 3:24-26 De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fué- semos justificados por la fe. Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; [Gál. 3:24-26]. La cláusula, "que fuésemos justificados por la fe" no nos da el tiempo exacto de la justifica- ción. Sin embargo, las siguientes declaracio- nes nos indican que el objetivo de la instruc- ción de la ley (o sea la justificación en Cristo) ya ha sido obtenido por aquellos que tienen fe. La ley puede ser abrogada ya que la justifica- ción mediante la fe es una realidad presente y no meramente un objetivo futuro al final de un proceso prolongado. 5. El ejemplo de Abraham El ejemplo sobresaliente de la justificación es el padre Abraham. Abraham ciertamente no tuvo que esperar hasta el fin de su vida o hasta un juicio futuro para obtener la justificación. Abraham poseyó la justificación cuando él tuvo fe. De esta manera, la justificación fue para Abraham, nuestro ejemplo, un decreto pasado con una realidad presente (Rom. 4:3, 9, 11; Gál. 3:6, 9). Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia. [Justificación] [Rom. 4:3]. Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia [justificación] [Gál. 3:6]. 6. Formas de Sustantivo Justificación que las Presentan Como una Obra ya Consumada a. Justificación
  • 208. No Solo de Pan 198 Con frecuencia, el griego es más específico que el español. Sin embargo, no sucede así con la palabra justicia (dikaiosunee). Cuando el lector ve la palabra justicia, ésta puede refe- rirse a una justicia real o una justicia declara- da o sea, a la justificación. La forma de la palabra es idéntica. Solamente el contexto nos ofrece una clave para descifrar el significado que quiso darle el autor. El lector debe darse cuenta y observar si el contexto está tratando de la doctrina de la salvación o la doctrina de la vida cristiana. Si el tema es la salvación, la justicia probablemente es justicia declarada o justicia imputada, o sea la justificación. Si el contexto es la vida cristiana, entonces el signi- ficado que el autor requiere es probablemente la justicia efectiva. Una buena manera de co- nocer las intenciones del autor es la de susti- tuir la palabra justificación por la palabra jus- ticia y ver si el contexto la acepta. Existen muchos usos de la palabra justicia que hablan de "justicia declarada." Estos textos también establecen que Dios ya ha declarado justos a aquellos que tienen fe. (1) Rom. 3:22 La justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, [Rom. 3:22]. Este pasaje enseña que "la justicia declarada" viene por medio de la fe y pertenece a todos los que creen. El contexto inmediato trata de una situación judicial en la cual el mundo entero es culpable delante de Dios quien es el Juez (vss. 19-20). En el extenso argumento del libro, es claro que la justificación es lo opuesto de la condenación (Rom. 5:16, 18, etc.). Entonces, la palabra justicia significa justificación, y se ofrece a todo aquel que cree. (2) Rom. 4:5 Mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es con- tada por justicia. [Justificación] [Rom. 4:5]. Por una parte, Romanos 4:5 nos enseña que la justificación no está basada en las obras, Por otra, que la justificación se basa en la fe. El tiempo del verbo contar establece que cuando la fe hace acto de presencia también lo hace la justicia declarada. Quizás éste sea el mejor momento para tratar con el asunto de la impu- tación. La traducción Reina-Valera de Rom. 4:5 es correcta. Usa la palabra "le es contada". La palabra significa básicamente" tomar en cuenta" mentalmente. Podríamos considerar otras palabras como "considerar, reconocer, contar." Una palabra muy cercana a esta trata de la acción de "depositar algo en la cuenta de alguien" en sentido financiero. La mejor ilustración del Nuevo Testamento se encuen- tra en Filemón 18. (Véase también Rom. 5:13.) Y si en algo te dañó, o te debe, ponlo a mi cuenta. [Filemón18]. Es muy probable que Pablo esté pensando en este significado específico al escribir Rom. 4:5 y otras declaraciones similares. Dios acre- dita una justicia declarada a la cuenta de aquel que cree. Los teólogos le llaman imputación a esta transferencia de la justicia de Cristo a la cuenta de cada creyente. (3)Rom. 5:17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. [Rom. 5:17]. Romanos 5:17 no nos da el tiempo de la justi- ficación, pero menciona claramente que es un don. (4) Rom. 9:30 ¿Qué, pues, diremos? Que los gentiles, que no iban tras la justicia, [justifica- ción], han alcanzado la justicia, [justi- ficación], es decir, la justicia [justifi- cación], que es por fe; [Rom. 9:30]. En el contexto Pablo está hablando de la sal- vación de los gentiles (Rom. 9:24) y los judíos
  • 209. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3 199 (Rom. 10:1, 12). La justicia en Rom. 9:30 deberá interpretarse como la justicia declarada o la justificación. Aquellos que tenían fe aún entre los gentiles ya habían obtenido la justifi- cación. La justificación es algo que puede obtenerse en esta vida y no es solamente un objetivo futuro o una esperanza. (5) Rom.10: 4, 6a, 10a Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia [justificación] a todo aquel que cree. Pero la justicia [justificación] que es por la fe dice así... Porque con el corazón se cree para justicia, [justifica- ción]… [Rom. 10:4, 6a, 10a]. Sería difícil no darse cuenta que el tema de Romanos 10 es la salvación y no la santidad (Rom. 10:1, 9, 12-13, etc.). Por lo tanto, las intenciones del apóstol Pablo es que se en- tienda la justicia como una justicia declarada o imputada o sea la justificación. El vs. 4 en- seña que la justificación es una realidad que está muy presente. Se otorga en base a la fe. Además, se otorga a cualquiera que cree. También el verso 10 es claro en cuanto a que la justificación es algo que un creyente ya posee en vez de algo por lo cual hay que lu- char. (6) 1 Cor. 1:30 Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santifi- cación y redención; [1 Cor. 1:30]. La justicia en 1 Cor. 1:30 se entiende como justificación o sea, justicia imputada. Esto evita la redundancia con el término santifica- ción. El verbo se encuentra en tiempo pasado y significa que la justificación ya es un hecho consumado para el creyente b. La Forma Griega Empleada para Describir a una Persona Justa. La forma griega para describir a una persona justa o recta (dikaios) tiene también la capa- cidad de describir a una persona que es "justa en sus acciones" o a una persona que ha sido "declarada justa". La mayoría de las veces se refiere al comportamiento justo como en la declaración siguiente, “José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente.” (Mat. 1:19). Sin embargo, el Nuevo Testamento cita a Hab. 2:4 tres veces, y en estas referencias, la palabra justo se refiere a “alguien declarado justo” (Rom. 1:17; Gál. 3:11; Heb. 10:38). (1) El Trasfondo del Antiguo Testamento (Hab. 2:4) El profeta Habacuc estaba preocupado por la invasión de los babilonios. El desafió a Dios en cuanto a si era correcto permitir que Babi- lonia conquistara a Israel. Parte de la respues- ta de Dios a este desafío se encuentra en Hab. 2:4: “mas el justo por su fe (o fidelidad) vi- virá.” Esta declaración puede tener dos signi- ficados. Podría significar que la persona que ha sido declarada justa mediante la fe seguirá teniendo vida eterna aún en tiempo de aflic- ción. Esta declaración daría consuelo a los creyentes de Judá quienes experimentarían tiempos difíciles. Esta frase también podría significar "el hombre justo sobreviviría (hablando de sobrevivir físicamente durante la invasión) debido a su fidelidad." 69 Quizás Dios quería trasmitir los dos pensamientos al pueblo en la época de Habacuc. (2) la cita de Pablo de Hab. 2:4 Aunque Hab. 2:4 podría haber dado esperan- 69 Heb. 10:38 considera que Hab. 2:4 quiere co- municar que una persona justificada deberá vivir una vida de fidelidad. Los santos del Antiguo Tes- tamento que se enlistan en Hebreos 11 ilustran esta interpretación de Hab. 2:4. Pablo en Rom. 1:16-17 y Gál. 3:11, consideran que las palabras de Haba- cuc se refieren a la justificación por la fe. Por lo que ambas ideas son compatibles con las intencio- nes de Dios en la declaración original del Antiguo Testamento. El hecho de que Heb.10:38 considera que Hab. 2:4 se refiera a una fidelidad de por vida nos ayuda a explicar la razón por la cual el escritor pensó que era necesario incluir material que mues- tra la forma en que Pablo entendió este pasaje clave del Antiguo Testamento.
  • 210. No Solo de Pan 200 za mediante la promesa de la vida física para el fiel y el justo, Pablo definitivamente inter- pretó o aplicó el pasaje para enseñar que el justificado viviría espiritualmente debido a la fe. La frase por sí sola es capaz de cualquiera de los dos significados, pero esta se encuentra en los contextos del Nuevo Testamento que tratan definitivamente de vida espiritual y también de una justicia declarada en vez de una justicia actual. (a) Rom. 1:16-17 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primera- mente, y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el jus- to por la fe vivirá. [Rom. 1:16, 17]. El significado específico que Pablo quiere transmitir mediante la declaración, “el justo por la fe vivirá” es más claro si observamos el argumento del resto de Romanos. Aunque las palabras “el justo por la fe vivirá” podrían utilizarse erróneamente para enseñar un siste- ma de obras, el resto del libro no permitiría tal interpretación. Rom. 1:16-17 contiene una de las tesis de Romanos. Por el resto del libro nos damos cuenta que Pablo en Rom. 1:17a quiere decir, “el justificado tendrá vida eterna por causa de su fe.” Hemos de considerar que la cita de Hab. 2:4 es realmente un apoyo secundario para la de- claración principal que se encuentra en Rom. 1:16-17a. La declaración principal es que “la justicia [justificación] de Dios se revela… a [aquellos que tienen] fe.” Es claro que el tema es la salvación (vs. 16). La frase “justicia de (o de parte de) Dios” se refiere a la justifica- ción que El hace y que se basa en Su propia (de Cristo) justicia (compare con Rom. 3:21-22; 10:4), y uno de los tópicos principa- les del libro es la justicia declarada. Por lo tanto, la primera parte del verso 17 está tra- tando con el tema de la justificación, por lo que la declaración, “el justo por la fe vivirá.” También trata del mismo tema. Y ya conside- rada la evidencia, Pablo está enseñando en Rom. 1:17, que la justificación es una bendi- ción presente para el creyente y no algo que este espera obtener en el futuro. Una manera satisfactoria de considerar la frase “por fe y para fe” es la de considerar a la fe continua como las conversiones constantes de los indi- viduos a través de la historia humana. El si- guiente verso (Rom. 1:18) se refiere a la ira de Dios que se revela a través del tiempo en con- tra del pecado. Por lo tanto, Rom. 1:17 podría parafrasearse de la siguiente manera: “Porque en el evangelio la justicia declarada de Dios se revela a través de las edades por fe de uno y para fe del siguiente”(o sea, de manera pro- gresiva). (b) Gál. 3:11 Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; [Gál. 3:11]. Rom. 1:17 nos da la primera declaración de una tesis, así que el estudiante deberá leer más adelante para ver la forma en que Pablo usa la frase, “el justo por la fe vivirá.” Sin embargo, Gál. 3:11 se encuentra en medio de un libro y también de un argumento. Pablo en Gál. 3:6 habla claramente de una justicia declarada, (la justicia imputada a Abraham), y claramente se encuentra en un contexto que está enfocado en asuntos judiciales (la maldición de la ley, Gál. 3:10). Por lo tanto, la frase “el justo por la fe vivirá” significa que una persona que ha sido declarada justa por medio de la fe continuará teniendo vida espiritual (eterna). Pablo creyó que esta era la esperanza consoladora que sostuvo a los hebreos en los días de Habacuc o por lo menos él fue guiado por el Espíritu Santo para aplicar esta frase de esta manera. 7. Conclusión sobre el tiempo de la justifica- ción La noción que la justificación es un proceso que ocurre durante toda una vida no tiene ningún sentido. Sin importar el ángulo con el cual una persona se aproxime al tema de la
  • 211. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3 201 justificación (el tiempo pasado de la salva- ción, los tiempos del verbo pasado y presente, los pasajes en los que la justificación se pre- senta como hecho potencial, el ejemplo de Abraham, o los usos del sustantivo), la Biblia enseña que la justificación es un hecho con- sumado y ya establecido para aquellos que tienen fe. (Véase también los pasajes que enseñan una ausencia de condenación: Juan 5:24; Rom. 8:1, 33-34.) C. La Base de la Justificación: La Fe Para hablar de la definición y del tiempo de la justificación, ha sido necesario hacer un tras- lape con el tema de la base de la justificación la cual es la fe. Nos pareció bien definir pri- meramente la justificación antes que concen- trarnos plenamente en la base. Ahora la aten- ción se concentrará en los versículos que en- señan que la justificación se basa en la fe en Cristo. La evidencia de la justificación por la fe es tan abrumadora que es difícil compren- der como es que una persona puede negar que la salvación es solo mediante la fe. ¡No existe ningún creyente injustificado o que no sea salvo! He aquí unos versos representativos con una lista más completa de referencias: 1. Textos que Basan la Justificación en la Fe en Cristo a. Formas verbales de justificar: Hechos 13:39; Rom. 3:26, 28, 30; 4:5; 5:1, 9; Gál. 2:16-17; 3:8; y 3:24 b. El sustantivo justificación: (o sea, una justi- cia declarada): Rom. 1:17; 3:22; 4:3, 5, 9, 11, 13, 22-24; 9:30; 10:4, 6, 10; Gál. 3:6; y Heb. 11:7 c. La forma sustantiva justo: Rom. 1:17; Gál. 3:11; y Heb. 10:38 Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley. [Rom. 3:28]. Mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es con- tada por justicia. [Rom. 4:5]. Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nues- tro Señor Jesucristo; Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. [Rom. 5:1, 9]. Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los genti- les, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán bendi- tas todas las naciones. De modo que los de la fe son bendecidos con el cre- yente Abraham. [Gál. 3:8-9]. La justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, [Rom. 3:22] Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia [justificación] a todo aquel que cree. [Rom. 10:4]. Porque con el corazón se cree para jus- ticia [justificación]… [Rom.10:10a]. 2. Textos que enseñan que la justificación se entrega gratuitamente por la gracia Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, [Rom. 3:24]. Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. [Rom. 5:17]. Para que justificados por su gracia, vi- niésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna. [Tito 3:7]. 3. Textos que enseñan que la justificación no es por obras a. Formas verbales de justificar. Hechos 13:39; Rom. 3:20; 4:2; Gál. 2:16; 3:11 b. Formas sustantivas de justificación, o sea, declarar justa a una persona: Rom. 4:5; 9:31; Gál. 2:21; 3:21 Y que de todo aquello de que por la
  • 212. No Solo de Pan 202 ley de Moisés no pudisteis ser justifi- cados, en él es justificado todo aquel que cree. [Hechos 13:39]. Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado [Rom. 3:20]. Mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia. [Rom. 4:5]. Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá [Gál. 3:11]. D. El origen de la justicia del creyente Cuando Dios declara que una persona es justa en base a la fe, no está declarando una menti- ra. El no declara justo algo que es injusto. No podemos negar la verdad que revela que todos los humanos son injustos en sus acciones. Sin embargo, el Nuevo Testamento enseña que la justicia de Cristo se acredita a la cuenta de cada creyente. De esta forma, Dios puede ob- servar a la justicia de Cristo, no la del creyen- te. En base a la justicia de Cristo que se da a cada creyente, Dios puede verdaderamente declarar que un creyente es legalmente justo. Es la justicia de Cristo lo que nos salva y no la nuestra. Y como El nunca puede perder esta justicia, tampoco un creyente nunca podrá perder su salvación. La posición legal del cre- yente delante de Dios está basada en la justi- cia eterna e inmaculada de Cristo. Esta defini- ción de justificación deberá incluir que la de- claración está basada en la justicia de Cristo que se ha acreditado legalmente al creyente, no la justicia propia (la cual todavía sigue siendo injusticia aún en sus mejores galas, Isa. 64:6). 1. El Trasfondo del Antiguo Testamento que demuestra que la Justicia de Dios se Acredita al Pueblo de Dios. El Antiguo Testamento, y en particular los profetas mayores, nos dan un trasfondo con- cerniente al concepto de que Dios proveería Su propia justicia a Su pueblo y luego decla- raría para ellos una posición justa delante de Su ley. Algunos versículos relacionan la sal- vación con la justicia de Dios de una manera general (Isa. 45:17; 46:13; 51:5; y 59:16-17). Otros enseñan que Dios proveería una justicia para el hombre a fin de que éste fuera consi- derado un hombre justo (Isa. 53:11; 54:17; 61:10). Otras pasajes enseñan que Dios daría Su propia justicia al hombre (Isa. 45:25; Jer. 23:6; 33:16). 2. La Enseñanza del Nuevo Testamento Donde la Justicia de Dios se Acredita al Pue- blo de Dios La frase la justicia de Dios se refiere tanto a la justicia que le pertenece a Dios como a la jus- ticia que proviene de Dios hacia el hombre. En el argumento del libro de Romanos, la frase la justicia de Dios puede significar la justicia de Dios que se imputa a los creyentes (Rom. 1:17; 3:21-22; 10:3-4). Para ser más específicos, la justicia de Cristo se acredita a la cuenta del libro mayor del creyente que trata de su posición legal ante Dios. (Véase también nuestra posición en El en Rom. 5:10; Ef. 1:7; 3:12; Co1. 2:10.) Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. Así que, como por la transgresión de uno vino la con- denación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justifica- ción de vida. Porque así como por la desobediencia de un hombre los mu- chos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos [Rom. 5:17-19]. Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santifica- ción y redención; [1 Cor. 1:30].
  • 213. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3 203 Al que no conoció pecado, por noso- tros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él [2 Cor. 5:21]. E. Conclusiones sobre la justificación El estudio anterior ha considerado y clasifica- do todas las referencias acerca de la justifica- ción que se encuentran en el Nuevo Testa- mento. Este término se refiere claramente a una declaración de justicia efectuada por Dios quien es el Juez, no se refiere a un proceso en el que las personas llegan a ser cada vez más justas con el paso del tiempo. Todas las per- sonas que tienen su fe en Cristo han sido justi- ficadas en el pasado y tienen la seguridad de permanecer justificadas en el presente. Dios puede reafirmar la justificación de los creyen- tes en un día de juicio futuro. Una referencia probable se encuentra en Mat. 12:37, pero el contexto indica que las personas a las que se está dirigiendo este pasaje serán condenadas a causa de haber rechazado a Cristo. Sin embar- go, cualquier declaración futura de justifica- ción solamente repite y confirma un asunto que ya ha sido resuelto. La justificación ya se ha llevado a cabo para los creyentes. La con- fianza que tenemos de la justificación por la fe no es un asunto pendiente que está en espera de una solución en el futuro. La justificación mediante la fe ya fue un resultado de la salva- ción y ahora es también una posesión presen- te para todos los creyentes. V. Las Buenas Obras A. La Salvación Genuina Tiene como Resul- tado las Buenas Obras Los autores del Nuevo Testamento concuer- dan en el tema de la fe salvadora genuina que tiene como resultado las buenas obras. No es que la fe más las obras resultan en salvación sino que, la fe resulta en salvación más buenas obras. Una cita que frecuentemente se le atri- buye a Juan Calvino dice lo siguiente: "la fe por sí sola salva, pero el tipo de fe que salva no viene sólo". Las buenas obras no son un requisito antes de la salvación, pero éstas des- criben por lo general a la persona que ha sido salvada. Porque por gracia sois salvos por me- dio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, pa- ra que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que andu- viésemos en ellas. [Ef. 2:8-10]. Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. Porque como el cuerpo sin Espí- ritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta [Santiago 2:18, 26]. B. La Salvación Genuina no es Compatible con la Práctica Habitual del Pecado ¿No sabéis que los injustos no here- darán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, here- darán el reino de Dios [1 Cor. 6:9-10]. Algunas personas interpretan la frase “here- darán el reino de Dios” como una referencia a las recompensas plenas. Sin embargo en esta misma frase habla de la glorificación en 1 Cor. 15:50. Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmun- dicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, con- tiendas, disensiones, herejías, envi- dias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican ta- les cosas no heredarán el reino de Dios. [Gál. 5:19-21]. Porque sabéis esto, que ningún forni- cario, o inmundo, o avaro, que es idó- latra, tiene herencia en el reino de Cris-
  • 214. No Solo de Pan 204 to y de Dios. [Ef. 5:5]. Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. El que practica el pecado es del diablo. Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. [1 Juan 3:7, 8a, 9]. C. La Compatibilidad con las Doctrinas de la Seguridad Eterna y la No Erradicación del Pecado Un creyente es seguro por toda la eternidad pero todavía es capaz de pecar y ésta es una verdad que requiere que los versículos de la sección anterior hagan referencia a una prácti- ca habitual de pecado y no sólo a un pecado ocasional. Pablo no está diciendo en Gál. 5:19-21 que un acto de inmoralidad, contien- das, celos, ira, envidias, o borrachera provoca la pérdida de la salvación o indica que una persona nunca ha sido salva. Pablo se está refiriendo a la práctica habitual del pecado. En lenguaje moderno, se podría expresar usando la palabra "estilo de vida". Aquellos que lle- van un estilo de vida de maldad sin ningún remordimiento dan indicios de que nunca han sido salvos. La práctica habitual y la carac- terística continua de pecado también se expre- sa por el verbo practicar en Gál. 5:21 y por de la naturaleza continua del tiempo presente en 1 Juan 3. Aunque es posible que un cristia- no cometa actos de pecado, aquellos que practican el pecado dan evidencia de nunca haber tenido una fe salvadora. D. Consideraciones Prácticas Dios obviamente tuvo la intención que la doc- trina que enseña que las buenas obras son resultado de la salvación tuviese aplicaciones prácticas. Sin embargo, ya que el destino eter- no del alma está en juego, se deberá tener mucho cuidado y hacer aplicaciones que sean válidas en relación a ésta verdad. 1. Advertencia Acerca de la Negación Ca- tegórica de la Salvación que está Basada Solo en una Vida Pecaminosa La salvación resulta en buenas obras. ¿Cuán- tas? ¿Cuándo? La Salvación genuina no co- existe con el pecado habitual. ¿Qué es pecado habitual? ¿Una vez al mes? ¿Una vez al día? Al final, ignoramos la constitución de lo que es la práctica habitual del pecado. Si una per- sona vive para el Señor Jesucristo cinco años y luego se desvía los siguientes tres, ¿ha caído en la práctica del pecado? El Nuevo Testa- mento enseña definitivamente que los cristia- nos pueden ser pecadores (Rom. 6:12; Gál. 5:17 y ss.). Aunque Dios nos ha dado las ver- dades generales, debemos confesar que somos ignorantes en cuanto a los detalles. Si una persona entiende la muerte, sepultura, y resu- rrección de Cristo; reconoce que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y profesa a haber con- fiado sinceramente en El para la salvación del pecado, no es posible que neguemos categóri- ca y dogmáticamente que ésta persona sea salva basándonos solamente en la ausencia de las buenas obras. Una tercera persona sim- plemente no conoce exactamente lo que cons- tituye un "pecado habitual" en la vida de otra persona. El hecho de negar toda posibilidad de salvación en base sólo a una vida deficien- te debe ser evitado. 2 Tim. 2:19 enseña que, al final, “Conoce el Señor a los que son suyos.” 2. Dudas Tentativas ¿Cual deberá ser nuestra actitud con aquellas personas que profesan a Cristo pero que no viven como cristianos? Aunque no tengamos la autoridad para hacer la afirmación, “defini- tivamente no eres salvo no importa cuál sea tu profesión,” es ciertamente propio tener dudas, expresar dudas y hacer decisiones en base a ellas. Existen mentirosos que profesan salva- ción solamente por presión social. Existen mentirosos que profesan fe para infiltrarse en el pueblo de Cristo. También existen aquellas personas que honestamente creen que son salvos pero que solamente poseen una fe inte- lectual o emocional. Existe una diferencia entre una negación dogmática de salvación de otra persona y una duda tentativa acerca de la
  • 215. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3 205 misma. Existe una diferencia entre decir, "yo sé que no eres salvo no me importa lo que profeses," a decir, "por la vida que estás vi- viendo, no estoy seguro que seas salvo." Quizás no sea correcto afirmar con plena con- fianza que otra persona está pérdida basándo- nos en nuestra evaluación de su vida, pero es correcto tener dudas y exhortar al que profesa fe pero vive en pecado a examinar su vida para ver si realmente entiende la salvación. Además, aunque los líderes de las iglesias deberán ser cautelosos cuando dicen a los cristianos que no son salvos, estos también deberán de excluir a aquellos cuya salvación es cuestionable para que no se involucren en posiciones de algún cargo de autoridad en la iglesia. 3. El Autoexamen Dios no enseña que la salvación resulta en buenas obras para que los cristianos profesan- tes sean los jueces finales de la salvación de los demás. La razón principal por la que la Biblia declara que un pecador habitual no es salvo es la de conducir al individuo para auto examinar su propia vida. Aquellas personas que están involucradas gravemente en pecado deberán reaccionar con el hecho de que los salvos no son pecadores habituales y su reac- ción deberá ser un minucioso autoexamen para ver si plenamente entienden el Evangelio y sinceramente están confiando en Cristo. No es la función de otros juzgar aquellos que están en pecado como personas que no son salvas definitivamente, sino que su preocupa- ción principal deberá ser la de exhortarlos hacia el autoexamen como lo hizo Pablo en 2 Cor. 13:5. Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos… [2 Cor. 13:5]. 4. Una reacción peligrosa hacia los profesan- tes pecadores de la fe cristiana No es incorrecto tener dudas en cuanto a la salvación de aquellos que están involucrados en pecado continuo. La reacción correcta es la de exhortarles para que hagan un autoexamen y consideren el Evangelio. Una reacción que es muy peligrosa para aquellos profesantes cristianos que están en pecado es la de alterar el Evangelio y hacerlo más difícil demandan- do una vida santa antes de poder obtener la salvación. Es ciertamente frustrante observar a los cristianos profesantes en sus vidas de pe- cado. Sin embargo, no existe en lo absoluto ninguna justificación para añadir obras al Evangelio en un esfuerzo por implantar una mejor moral en otras personas. La salvación que es por la fe solamente tendrá como resul- tado las buenas obras en un grado que no se especifica y en un tiempo que no se especifi- ca. No es necesario ayudar a Dios alterando el Evangelio de la gracia en un intento por pro- ducir buenas obras en el momento y en el ni- vel de satisfacción que nosotros requerimos. La solución para aquellos cristianos profesan tes que están en pecado es una reevaluación del mismo Evangelio, no la proclamación de otro diferente (Gál. 1:6-7). VI. Santificación Las palabras originales que se usan para santi- ficación también se relacionan con las pala- bras santo y santidad A. La Santificación en el Antiguo Testamento Las formas de las palabras que se relacionan con la santidad y la santificación se encuen- tran más de 830 veces en el Antiguo Testa- mento (350 en el Pentateuco).70 El origen no se sabe a ciencia cierta. Algunos rastrean la palabra y la relacionan con el verbo “cortar, dividir, separar." Es posible que esto sea pre- ciso. Sin embargo, los contextos y el uso de la palabra ilustran que el significado básico de santidad o santificación es "apartar algo o alguien para el servicio de Dios." La palabra hebrea kadosh es lo opuesto de profano o común en 1 Sam. 21:5; Ez. 22:26; 42:20; 44:23. La palabra Española que describe la palabra kadosh en estos contextos sería la 70 “Santidad” por A.S. Wood, en La Enciclopedia Pictórica de la Biblia Zondervan (Grand Rapids: Zondervan Publishing House, 1976) 3:174.
  • 216. No Solo de Pan 206 palabra sagrado que es lo opuesto a “secular” o “común.” El énfasis se encuentra en la opo- sición y la relación, no tanto en las cualidades éticas. El énfasis en la posición de ser "sagra- do" o "separado para el uso de Dios" a dife- rencia de algo que posee cualidades morales aparece varias veces en objetos que no son animados o que no son morales a los cuales se les dice "santos." Algunos ejemplos de obje- tos "santos" en el Antiguo Testamento serían: el campamento de Israel, el cielo, Sión, la zarza ardiente y la tierra que pisaba Moisés, Jerusalén, el tabernáculo, el templo, la carne del sacrificio, los utensilios, el aceite, el in- cienso, el pan, los candelabros, el sábado, la "Santa" asamblea, el año del jubileo, la ropa de las vestiduras, la "consagración y santidad" para la batalla. De estos ejemplos, el signifi- cado primario de la palabra santidad es "ser apartado para el servicio de Dios”. No es ne- cesario considerar el aspecto moral o ético. El contexto por sí solo deberá determinar si el énfasis de la palabra santidad implica una separación de la impureza o si el énfasis es simplemente una separación de posición en relación con Dios. Por supuesto, cuando se dice que Dios es santo, existe un énfasis en la separación del pecado (Lev. 19:2; 20:7, 8, 26; 21:6, 8, 15, 23; Is. 6:3-8; Hab. 1:12-13). B. Santificación en el Nuevo Testamento 1. Las Estadísticas El verbo Griego santificar, hagiazo, se en- cuentra aproximadamente 29 veces en el Nue- vo Testamento. El sustantivo hagios que sig- nifica “santo” se encuentra aproximadamente 236 veces: 94 veces para referirse al Espíritu Santo, 61 veces a los creyentes. La forma para la palabra “santificación” se encuentra 10 veces. 2. Uso que enfatiza una posición de ser Apartado Algunas veces los miembros de la familia de palabras hagiazo dan énfasis a la posición o al hecho de ser separado, dedicado, o consa- grado a Dios, o sea separado para su uso, lo cual no necesariamente implica un alto grado de excelencia moral. Tal como en el Antiguo Testamento, esto es más claro cuando se habla de objetos inanimados (el templo - Mat. 23:17, 19; la comida -1 Tim. 4:5; los utensi- lios - 2 Tim 2:21; la ciudad santa - Mat. 4:5, 27:53, Ap. 11:2; 21:2, 10; 22:19; el lugar san- to - Mat. 24:15, Hechos 6:13, 21:28, etc.; la tierra - Hechos 7:33, 2 Pedro 1:18). Los obje- tos anteriores no son santos en un sentido mo- ral o ético. Su "santidad" consiste en que esos objetos fueron apartados para el servicio de Dios. Además, algunas veces se dice que el pueblo debe ser santo o santificado. Sin em- bargo, es evidente que el pueblo no era alta- mente espiritual (por ejemplo los corintios - 1 Cor. 1:1-2; 6:11; las personas que no son sal- vas y están con los cristianos son santificadas - 1 Cor. 7:14; los hijos de matrimonios mixtos - 1 Cor. 7:14; todos los hijos varones - Lucas 2:23). Otra manera de comprobar que la santi- ficación enfatiza primordialmente la posición y no la "santidad moral" es enfocarnos en las veces que se usa el verbo "santificar" refirién- dose a Dios mismo. Dios no puede llegar a ser más y más santo en un sentido moral. El no puede mejorar éticamente ya que El ya es per- fecto. Por lo tanto, los versículos que hablan de Cristo siendo santificado no son pasajes que hablan de un progreso en cuanto Su santi- dad moral. Estos pasajes no pueden referirse al Hijo convirtiéndose en alguien cada vez menos malvado. Estos pasajes significan que Cristo es exaltado posicionalmente o más se- parado posicionalmente para una obra de Dios determinada, (Juan 10:36; 17:19).71 Todas estas consideraciones nos muestran que con frecuencia el énfasis de la santificación se encuentra en la posición y no en la moralidad. Algo puede ser santo en el sentido de que es apartado para Dios. Puede ser santo en el sen- tido de sagrado (que pertenece a Dios) sin tanto énfasis en la separación moral o ética del pecado. 71 Mat. 6:9; Lucas 11:2 y 1 Pedro 3:15 no se refie- ren a Dios como alguien que se está haciendo cada vez más puro. El ya es infinitamente separado del pecado. Estos pasajes son referencias a Dios quien es separado de nosotros en el sentido de exaltación.
  • 217. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3 207 3. Usos que Enfatizan la Separación Moral del Pecado La sección anterior sugiere que en algunos contextos la santificación da énfasis a una posición de separación para el servicio de Dios en vez de involucrar a la justicia ética. Pero no podemos negar que en otros contextos la santificación si está ligada a la separación moral o ética del pecado. Santificar significa "ser apartado". El contexto por lo general in- dica si el apartarse significa santidad posicio- nal o santidad ética. El concepto de santifica- ción puede y con frecuencia contiene una idea importante de separación del pecado y esto es evidente en los versículos siguientes: Rom. 6:19, 22 en donde la santificación es lo opues- to a la impureza y el desorden; 1 Tes. 4:3, 7 donde la santificación equivale a abstenerse de inmoralidad y se relaciona con la pureza y el honor; Marcos 6:20, Hechos 3:14 donde santo es paralelo a justo o recto; 1 Pedro 1:14-16 donde santidad es lo opuesto a lasci- via y vida en ignorancia; y Ef. 1:4, 5:27 donde santidad está conectada a la ausencia de cul- pabilidad. La santificación puede simplemente enfatizar una separación en cuanto a posición para el servicio de Dios, o también podría referirse a una separación práctica del pecado. Es probable que cada vez que se usa esta pa- labra se involucran en cierta medida ambos conceptos, pero el énfasis puede cambiar de- pendiendo del contexto. Teniendo en cuenta los varios matices del énfasis de la santifica- ción, podemos prepararnos para entender que existen tres tiempos de santificación para el creyente. 4. El Aspecto del Tiempo Pasado de la Santi- ficación Todos los creyentes ya han sido santificados. Cada creyente ya ha sido apartado posicio- nalmente para el servicio de Dios. Los versí- culos que enseñan el tiempo pasado de la san- tificación son Hechos 20:32; 26:18; Rom. 15:16; así como los siguientes: A la iglesia de Dios que está en Corin- to, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro: [1 Cor. 1:2]. Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santifi- cación y redención; [1 Cor. 1:30]. Y esto erais algunos; mas ya habéis si- do lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nom- bre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios. [1 Cor. 6:11]. En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Je- sucristo hecha una vez para siempre. [Heb. 10:10]. Además del uso de las palabras santificar y santificación, se dice que todos los creyentes son santos y son llamados de igual manera. Esta es una gran verdad en cuanto a su posi- ción, sin importar que tan bajo sea el nivel de santidad práctica y de eso se nos da un ejem- plo muy claro en la iglesia de Corinto. (Vea Rom. 1:7; 1 Cor. 1:2; 2 Cor. 1:1; Ef. 1:1; Fil. 1:1; Col.1:12-13; 2 Tim. 1:9; Heb. 3:1; 1 Pe- dro 2:5, 9.) Con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; el cual nos ha librado de la potestad de las ti- nieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, [Col. 1:12-13]. Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y Sacerdocio santo, para ofrecer sacrifi- cios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admi- rable; [1 Pedro 2:5, 9]. No todos los creyentes poseen en alto grado
  • 218. No Solo de Pan 208 de pureza característico de los santos (Ef. 5:3), sin embargo todos han sido santificados. Este tiempo pasado de la santificación hace énfasis en la posición de separación para el uso de Dios. Sin duda que dentro de los usos del tiempo pasado para la santificación del creyente se encuentra el aspecto de la separa- ción del pecado. Cada creyente ha sido sepa- rado de la paga del pecado y cada creyente genuino ha experimentado algún tipo de se- paración práctica del pecado. Sin embargo, el énfasis del tiempo pasado de la santificación deberá permanecer en la separación posicional para el servicio de Dios. Todos los creyentes han sido santificados posicionalmente, sin importar su ética práctica. Esto se llevó a cabo en el momento de la salvación, a esto se le puede considerar como uno de los resultados de la salvación. 5. El aspecto del Tiempo Presente de la San- tificación Así como existe el aspecto del tiempo presen- te de la salvación, así también existe el aspec- to del tiempo presente de la santificación. Los creyentes fueron santificados en el pasado (por posición). Sin embargo, los creyentes también están siendo progresivamente santifi- cados en el tiempo presente (por la práctica). Se supone que los cristianos se someten a un mejoramiento ético, moral y experimentan una separación mayor del pecado y una dedi- cación más profunda al servicio de Dios. El Nuevo Testamento enseña este progreso en el crecimiento usando varias frases: colocándose el nuevo hombre - Colosenses 3 y Efesios 4; el fruto del Espíritu - Gálatas 5; creciendo en la gracia y el conocimiento - 2 Pedro 3; avan- zando hacia la meta de la carrera de la vida - Filipenses 3; llegando a ser más y más a la imagen de Cristo - 2 Corintios 3; y transfor- mando nuestra mente - Romanos 12. El aspec- to del tiempo presente de la santificación da énfasis a la separación del pecado y a la sepa- ración para el servicio de Dios.72 Cada cristia- 72 Vea también Ef. 4:12 y 5:3 cuando los santos deberán llegar a ser aún más santificados. 1 Tes. no tiene la decisión de cooperar o estorbar el proceso presente de la santificación. “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad” [Juan 17:17]. Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miem- bros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para ser- vir a la justicia. [Rom. 6:19]. Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de Espíritu, perfeccionando la santidad en el te- mor de Dios. [2 Cor. 7:1]. Para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. [Ef. 5:26-27].73 Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de forni- cación; Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación.[1 Tes. 4:3, 7]. Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra. [2 Tim. 2:21]. Seguid la paz con todos, y la santi- dad… [Heb. 12:14]. Como hijos obedientes, no os con- forméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, 3:13 y 5:23 hablan de un proceso de santificación que tiene su culminación en una futura y plena santificación. Aún así este proceso se está llevando a cabo en el tiempo presente. 73 Ef. 5:26-27 podría también referirse a una santi- ficación posicional. Quizás aquí se incluyen todas las fases de la santificación.
  • 219. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3 209 como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vues- tra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo [1 Pedro 1:14-16]. 6. El Aspecto del Tiempo Futuro de la Santi- ficación Existe un aspecto del tiempo futuro de la san- tificación. En el futuro, los creyentes estarán totalmente separados del pecado y totalmente dedicados al servicio de Dios. Esta futura y final “separación” del pecado y dedicación a Dios se llevará a cabo cuando le veamos y seamos como El en lo que concierne a la au- sencia de pecado, 1 Juan 3:2. Para que sean afirmados vuestros co- razones, irreprensibles en santidad de- lante de Dios nuestro Padre, en la ve- nida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos. [1 Tes. 3:13]. Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, Espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. [1 Tes. 5:23]. 7. El Santificador Algunas veces la Biblia presenta al Padre como la Persona que santifica: Juan 17:17; 1 Tes. 5:23; y Judas 24-25. En otros textos el Hijo es el que Santifica: 1 Cor. 1:2; Ef. 5:26-27; y Heb. 2:11. El Espíritu Santo santi- fica según Rom. 15:16; 2 Tes. 2:13; y 1 Pe- dro 1:2 (estos últimos dos textos tratan de una “separación” por el Espíritu Santo para que sea desvanecida la ceguera hacia el evange- lio). 8. Los Medios de la Santificación Debemos tener cuidado para no hacer de una doctrina Bíblica, algo abstracto y vago. Con la palabra santificación debe haber una explica- ción sobre la manera en la que el creyente llega a ser santificado. La separación del tiempo pasado de este mundo y la reunión con Dios se llevan a cabo por la sangre, la ofrenda de Jesucristo (Heb. 9:13-14; 10:10, 14). Aquellos que confían en Cristo ya han sido santificados por Su cuerpo y por Su sangre. El medio del aspecto presente de la santifica- ción es la palabra de Dios. Esto se presenta de una manera muy clara tanto en Juan 17:17 como en Hechos 20:32. “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.”[Juan 17:17]. “Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y da- ros herencia con todos los santifica- dos.” [Hechos 20:32]. Es Obvio por Gál. 5:1 y ss., que el Espíritu Santo produce santidad en la vida del creyen- te. Sin embargo, no existen dos maneras de santificación: una por el Espíritu Santo y otra por la palabra escrita. La espada del Espíritu es la palabra de Dios (Ef. 6:17). Por lo tanto, el Espíritu Santo usa Su propia palabra para producir santificación en la vida del creyente que no solamente escucha la palabra de Dios sino que la obedece (Santiago 1:22). La obra del Espíritu Santo no debe divorciarse de de la Palabra de Dios escrita. El medio para la santificación en este tiempo presente es la Palabra de Dios escrita. VII. La Seguridad Eterna Debido a que muchas doctrinas mayores con- firman la seguridad eterna de la salvación del creyente, es lógico que estudiemos la seguri- dad eterna después de haber estudiado las doctrinas más básicas. Cuando entendemos las doctrinas de la predestinación y la justifica- ción mediante la fe, entonces la doctrina que debemos entender luego es la seguridad eter- na. Nos será de gran ayuda organizar las evi- dencias de la seguridad eterna mediante un método que se enfoca en las inconsistencias que suceden al negarla. A continuación tene- mos nueve declaraciones que señalan esas inconsistencias. A. Evidencias de la Seguridad Eterna.
  • 220. No Solo de Pan 210 1. Observando el tema desde una perspectiva negativa. a. Si un cristiano puede perder su salva- ción, entonces Cristo deberá perder Su jus- ticia. Al entender correctamente la justificación mediante la fe, nos enteramos que ésta apoya la seguridad eterna del creyente. Cuando Cris- to murió, nuestros pecados le fueron imputa- dos (o acreditados) a Su cuenta. Cuando una persona confía en Cristo, la justicia de Cristo es "imputada" (acreditada) a la a la cuenta del creyente. Dios ahora ve la posición del cre- yente "en Cristo" y a este cubierto con la justicia de Cristo. En base a esto, al creyente se le declara legalmente justo. La justicia de Cristo (no la justicia y el mérito humano) es la base de la aceptación del creyente y de su posición delante de Dios. La justicia propia o auto justicia nunca salva, y no es la base me- diante la cual la salvación tiene continuación. La justicia de Cristo es la que trae salvación. Así que, el asunto real en la seguridad eterna del creyente no es la perseverancia por la jus- ticia humana sino la naturaleza eterna de la justicia de Cristo. Un creyente no puede perder su justicia o su posición legal justa delante de Dios a menos que Cristo pierda Su justicia, y eso no sucede. Su justicia es eterna. Nuestra justicia propia humana es como trapos sucios en su mejor momento y no tiene nada que ver con el don de la salvación (Isa. 64:6). Es la justicia de Cristo y la justicia de Cristo solamente, la que justifica al que cree (Rom. 4:5). En relación con la justificación, Dios nunca consideró nuestra justicia propia o la ausencia de la misma sino que observó la justicia santa y perfecta de Cristo que ha sido imputada (acre- ditada) al creyente. (Vea Rom. 5:17-19; 1 Cor. 1:30; 2 Cor. 5:21, y también Ef. 1:6-7; y Col. 2:10). Defender el concepto que un cre- yente puede perder la salvación y llegar a ser injustificado sería lo mismo que creer que Cristo puede perder Su justicia ya que Su jus- ticia en la que deberá perderse a fin de que una persona llegue a ser "injustificada." Un creyente no puede perder Su justificación has- ta que Cristo pierda Su justicia. Aún la idea de proponer este concepto es absurda. La muerte de Cristo provee salvación, pero Su vida tam- bién juega un papel significativo en el plan de salvación. Rom. 5:10 enseña que así como la muerte de Cristo salva al creyente, así también Su vida. Si la fe en Cristo nos reconcilia con Dios en un tiempo en que nosotros éramos enemigos, cuanto más segura se encuentra la posición del creyente ahora que éste ha sido acreditado con la justicia de la vida santa per- fecta y sin pecado de Cristo. Pablo con con- fianza afirma, "seremos salvos por su vida." Los méritos de la vida santa, perfecta, sin pe- cado y justa de Cristo pertenecen a aquellos que tienen fe. Su vida justa nunca perderá justicia. De manera que, Pablo puede afirmar que el resultado futuro para un creyente es, "seremos salvos," y los creyentes no deberán preocuparse acerca del futuro de su salvación. Esta se encuentra ciertamente segura. Porque si siendo enemigos, fuimos re- conciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconci- liados, seremos salvos por su vida [Rom. 5:10]. Al que no conoció pecado, por noso- tros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. [2 Cor. 5:21]. b. Si un cristiano puede perder su salva- ción entonces Dios no es todopoderoso, y la Biblia se equivocó en cuanto a la predesti- nación. Sin dar importancia al punto de vista personal de la elección ya sea elección condicional (basada en el reconocimiento de Dios de aquellos que tienen el potencial para creer) o incondicional, todos debemos estar de acuer- do en que el programa de predestinación de Dios abarca mucho más allá del tiempo de la conversión, este incluye la gloria futura en la eternidad.
  • 221. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3 211 Porque a los que antes conoció, tam- bién los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justi- ficó; y a los que justificó, a éstos tam- bién glorificó. [Rom. 8:29-30]. Cada persona que ha sido justificada (o sea cada creyente) está tan segura de su glorifica- ción que la gloria de la que se habla se en- cuentra en tiempo pasado. El creyente (justi- ficado) es predestinado para la gloria por de- creto de Dios. El objetivo de la predestinación es conformarnos a la imagen del Hijo de Dios. Esto se lleva a cabo en el Rapto. Todos aque- llos predestinados (o sea todos los creyentes) deberán obtener este beneficio, “cuando él se manifieste, seremos semejantes a él...” (1 Juan 3:2). Además, la frase “habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos” de Ef. 1:5 apoya una predestinación a una gloria futura. En amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, [Ef. 1:5]. La terminación “nos” en habiéndonos de Ef. 1:5 se refiere a aquellos que están “en El” o “en Cristo” como lo comprueba el contexto de Efesios. El verso 13 establece que las declara- ciones de Pablo pertenecen a todos los creyen- tes. Los creyentes, entonces, son predestina- dos para adopción, o para ser colocados co- mo hijos. ¿Cuál es la definición completa de Pablo acerca de la adopción o la “colocación como hijos”? Rom. 8:23 nos da la respuesta: Y no sólo ella, sino que también noso- tros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemi- mos dentro de nosotros mismos, espe- rando la adopción, la redención de nuestro cuerpo. [Rom. 8:23]. Rom. 8:23 enseña que un aspecto de esta “colocación como hijos” es la redención total del cuerpo de los efectos y la presencia del pecado mismo.74 Existe en un aspecto futuro de la adopción de los hijos donde los hijos de Dios llegarán a ser hijos maduros como Cristo Jesús y obtendrán su herencia. Las ideas de obtener una herencia y ser redi- midos de la maldición del pecado se encuen- tran en el contexto de Romanos 8. Esta adop- ción futura de Romanos 8:23 equivale a lle- gar a ser hijos maduros conformados a la ima- gen de Su Hijo. Romanos 8:29, por lo tanto, Romanos 8 enseña que los creyentes son predestinados para una plena adopción como hijos cuando ellos obtengan su heren- cia, serán como Jesucristo, serán redimidos físicamente de los efectos del pecado. El ser predestinado para adopción como hijos signi- fica que los creyentes son predestinados a ser como el Señor Jesucristo en gloria y perfec- ción sin pecado. No podría existir una eviden- cia más fuerte para la seguridad externa. El contexto de Efesios 1, ha de tratar también con un aspecto futuro de la “adopción de los hijos”. Así como Romanos 8, Efesios 1 trata de la herencia (vss. 11 y 14) y parece referirse a la redención del cuerpo del creyente (vs. 14). Efesios 1 claramente tiene una orienta- ción hacia el futuro, y no hay razón para pasar por alto el paralelo que tiene con Romanos 8. El autor es el mismo y en ambos lugares el 74 “Colocación de hijos” es una traducción literal (y admitimos que algo rara) de la palabra griega pero tiene la ventaja de mostrar que la palabra va más allá de una entrada inicial a una familia no así el término español "adopción". Una plena definición de Pablo incluye un tiempo de madurez del hijo en el que una persona que ya está en la familia se convierte en un hijo pleno en el sentido de crecer más allá del estado de un hijo menor y de obtener los plenos derechos de un hijo adulto. El autor no está enterado de ceremonias antiguas de colocación de hijos adultos, pero el concepto es similar a un bar mitzvah judío en donde un hijo es reconocido como un hijo maduro. Los creyentes son predesti- nados no sólo a la entrada de la familia de Dios si no también para llegar a ser perfectos (hijos madu- ros) como el Señor Jesucristo.
  • 222. No Solo de Pan 212 tema es "la adopción" y la predestinación. Notemos cuidadosamente que tanto en Romanos 8, como en Efesios 1, un creyente es predestinado para obtener la posición plena de un hijo maduro. Aquellos que niegan la seguridad eterna del creyente deben estar en desacuerdo con el hecho que el creyente es predestinado para la gloria. Deberán negar que los creyentes sean predestinados para obtener una plena "adop- ción como hijos." Ya que Dios ha dado el decreto que aquellos que han sido justificados son considerados como ya glorificados y ha decretado que aquellos que están "en Cristo" obtendrán la adopción como hijos (o sea herencia, redención del cuerpo, plena adop- ción según la imagen de Cristo), aquellos que niegan la seguridad sin darse cuenta niegan también que Dios puede cumplir Sus propias promesas. Si un creyente no obtiene gloria o plena "adopción como un hijo," entonces Dios se contradice a Sí mismo, o no es capaz de cumplir con las obligaciones que el mismo se ha establecido. O Dios estaba equivocado en estas enseñanzas acerca de la predestinación para la gloria, o El no tiene el poder o la habi- lidad para garantizar una plena adopción de los hijos. Si un cristiano puede perder la sal- vación, entonces Dios no es todopoderoso y la Biblia está errada en el tema de la predestina- ción. c. Si un cristiano pierde su salvación por obrar mal o por la ausencia de obras, en- tonces la salvación estaría basada en las obras. El concepto de que la salvación no es otorga- da en base a las obras es uno de los más claros en las Escrituras. El hecho de negar que la salvación sea segura finalmente nos conduce a una salvación por obras. Muchos de los que abrazan la idea de la "inseguridad" del creyen- te alegan que esta es una distorsión mentirosa y una mala representación de su punto de vis- ta. Ellos niegan la salvación por obras. Insis- ten que la salvación es inicialmente otorgada como un don gratuito por medio de la fe, pero que después de la salvación una persona debe mantener cierto nivel de justicia para mante- nerla. Sin embargo, aún así, este es un sistema de obras. Si Dios entrega la salvación inicial sin ningún esfuerzo pero luego requiere que nosotros trabajemos a fin de mantenerla, entonces la salvación no es un don sino algo por lo que nosotros debemos trabajar. No existe mucha diferencia entre ese sistema y un vendedor de autos que entrega un automóvil sin costo pero luego espera que el cliente trabaje fielmente para hacer los pagos a fin de mantener la po- sesión de tal auto. Tal relación no es la rela- ción de un don gratuito; es un contrato de obras. Si un cristiano debe obrar en la justicia para mantener la posesión de la salvación en- tonces la posesión de la salvación finalmente descansa en las obras aunque alguien declare que ésta fue dada inicialmente de una manera gratuita. La salvación es un regalo. Se da por gracia por medio de la fe en el Señor Je- sucristo. Las obras no juegan ningún papel para obtener o mantener la posesión de la sal- vación. Mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia. [Rom. 4:5]. Porque por gracia sois salvos por me- dio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe [Ef. 2:8-9]. Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, [Tito 3:5]. d. Si un cristiano pierde su salvación y va al infierno por el pecado, Entonces la obra expiatoria de Cristo no trató de manera perfecta con todos los pecados. Las personas que niegan la seguridad eterna no están enteradas que su posición implica que hay un defecto en la Cruz. Sin embargo, si un alma puede perder la salvación a causa del pecado y pasar la eternidad en el infierno,
  • 223. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3 213 entonces también tendríamos el caso de algu- nos pecados cuyo precio no fue pagado. Exis- tiría el pecado por el cual el ex hijo de Dios estaría sufriendo en el infierno. Si un cristiano puede perder su salvación y sufrir castigo a causa de sus pecados, entonces de alguna ma- nera la obra de Cristo en la cruz no solucionó completamente el problema del pecado ya que se tienen aquellos pecados "que ocasionan la pérdida de la vida". El debió haber muerto por algunos pecados de los creyentes pero no por todos. De ser así, hay algunos pecados que el creyente puede cometer potencialmente por los cuales él sería responsable y tendría que sufrir. La idea errónea que contempla que la Cruz no resolvió completamente el problema del peca- do y que potencialmente el creyente mismo debería de pagar por algunos pecados es un insulto para la obra de Cristo en la cruz. Esto significa que hay algunos pecados potenciales por los cuales no se pagó la redención, pero la Escritura habla de la redención del creyente como un proceso que ya se llevó a cabo y que la libertad completa del mercado de esclavi- tud del pecado ya ha sido consumada. (Vea Gál. 3:13 - tiempo pasado; Tito 2:14 - redimido de toda iniquidad; Heb. 9:12 - re- dención eterna; Ef. 1:7 - la redención ya como una posesión; 1 Pedro 1:18, 19 - redención en tiempo pasado). La posibilidad de que existan pecados que causen que un cristiano pase la eternidad bajo la ira de Dios significa que la Cruz no propició completamente la ira de Dios a causa del pecado, pero las Escrituras enseñan lo contrario. (Vea Rom. 3:25; 1 Juan 2:1-2, 4:10.) La redención ya se ha llevado a cabo o no se ha llevado a cabo. O ya se ha llevado a cabo la propiciación de la ira de Dios o todavía no. La muerte de Cristo ter- minó con el problema del pecado, o no ter- minó (Juan 19:30). O el sacrificio de Cristo fue completo y fue total o fue parcial y tenta- tivo. O fue completamente suficiente o sólo parcialmente suficiente. (Vea Heb. 9:12, 26, 28a; 10:10, 12, 14.) El punto de vista que en- seña que la expiación de Cristo trató comple- tamente con el problema del pecado de la raza humana implica creer que ya no existen más pecados por los cuales un creyente tenga que sufrir. El punto de vista que enseña que hay pecados potenciales por los cuales un creyente deberá ser responsable de su castigo implica la idea que el remedio de la Cruz para el pe- cado era sólo parcial, no total. Quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, ce- loso de buenas obras. [Tito 2:14]. Y a vosotros, estando muertos en pe- cados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, [Col. 2:13]. e. Si un cristiano puede perder su salva- ción, entonces Dios el Hijo puede fallar co- mo un intercesor o un abogado. En Juan 17:11 Cristo ora, “Padre santo, guar- darlos en tu nombre...” en el contexto, Cristo se está refiriendo a guardar o preservar de la perdición (vea vs. 12), y El incluye dentro del alcance de su oración no sólo a los apóstoles sino a todos los creyentes (vea v. 20). Por lo tanto, Cristo ha orado que todos los que creen en El sean guardados de la destrucción. Si un creyente al fin se pierde, entonces Cristo en Juan 17 hizo una petición que estaba fuera de la voluntad de Dios y Cristo falló como inter- cesor. El hizo una petición a Dios el Padre y le fue rechazada. El Señor Jesucristo todavía intercede a favor de los creyentes. (Rom. 8:34; Heb. 7:24-25). Aparentemente El todavía está pidiendo la salvaguarda de todos los creyentes. Heb. 7:25 enseña que un Salvador que vive para siempre es capaz de interceder en todo momento. Esta intercesión constante da como resultado una salvación que es eterna. Dios el Padre honra la petición interminable de Cristo a favor de los creyentes. Juan 11:42 enseña que el Padre siempre escucha al Hijo. La vida interminable de Cristo, resulta en una intersección intermi- nable, lo cual a su vez resulta en una salva-
  • 224. No Solo de Pan 214 ción interminable ¿podrías imaginar a Cristo intercediendo por 2000 años con una petición que ha sido periódicamente rechazada por no estar dentro de la voluntad de Dios? Por su- puesto que no. Dentro de la voluntad de Dios está que todo creyente sea guardado, y El siempre honra la petición del Hijo. Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmuta- ble; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.[Heb. 7:24-25]. La obra de Cristo como nuestro intercesor está relacionada con Su obra como Abogado. Sa- tanás es el acusador de los hermanos (Ap.12:10) pero en cada acusación de pecado Cristo nuestro Señor es nuestro abogado de- fensor y contiende a nuestro favor (1 Juan 2:1) Su defensa nunca pierde un caso. f. Si un cristiano pierde la salvación, en- tonces el Espíritu Santo ha fallado en su ministerio de sellar El cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nues- tros corazones [2 Cor. 1:22]. En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria. [Ef. 1:13-14]. Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. [Ef. 4:30]. Varias veces Pablo enseña que el Espíritu Santo sella al creyente (2 Cor. 1:22; Ef. 1:13-14; 4:30). En los tiempos antiguos un sello con su marca impresa era significado de propiedad y autoridad. El sello del rey en un documento llevaba su autoridad. El sello en un objeto tal como una vasija de aceite o un odre de vino, significaba propiedad. Existe también la idea de aprobación o confirmación (Juan 3:33). Aún hoy en día podemos escu- char la frase de "sello de aprobación." Final- mente, el acto de sellar hablaba de protección. La tumba del Señor estaba sellada por protec- ción (Mat. 27:66). Un documento podría ser sellado con el fin de protegerlo. El acto de romper un sello podría exponer el documento a alteraciones como en el caso de un testa- mento. Por lo tanto, sólo una persona con au- toridad podría romper un sello legal (Ap. 5:9). El sello del Espíritu habla de propiedad, apro- bación y protección de Dios para el creyente. ¿Existen límites para esta protección? Ef. 4:30 enseña que los creyentes son sellados para el día de la redención o sea, hasta la redención nuestros cuerpos cuando obtengamos plena gloria y plena herencia. El Espíritu Santo sella a los creyentes por toda esta vida terrenal. El periodo de tiempo o la duración de la protec- ción del Espíritu en lo que respecta a Su pro- piedad se extienden hasta llegar a la glorifica- ción. Si el cristiano puede perder su salvación, entonces el sello del Espíritu podría ser roto antes del día de la redención. Si un cristiano puede perder su salvación, entonces Ef. 4:30 estaría en un error. Tanto 2 Cor. 1:22 como Ef. 1:13-14 mencio- nan al Espíritu Santo como las arras en la misma oración que habla de Su obra de sellar (Vea también 2 Cor. 5:5.) El Espíritu Santo es mencionado como las arras o la promesa de nuestra herencia plena. La frase "enganche" comunica mejor el concepto de la palabra griega que significa "anillo de compromiso" en el griego moderno. El Espíritu Santo es como el enganche o el anillo de compromiso. El es la promesa o la garantía de bendiciones más grandes que están por venir. Otro térmi- no que expresa la misma verdad es las primi- cias (Rom. 8:23). El Espíritu Santo es la ga- rantía del comienzo de grandes bendiciones en el futuro. Su función de sellar hasta el día de la redención significa que el Espíritu Santo es una promesa segura y cierta de una bendición futura que será obtenida. Sin embargo, si un
  • 225. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3 215 cristiano pierde su salvación, entonces el Espíritu Santo no fue las primicias de una bendición futura, y tampoco fue el enganche con la promesa de una herencia más grande. Si el Espíritu Santo ciertamente sella para el día de la redención y si El es la promesa de una herencia más grande, entonces es lógico que la seguridad del creyente sea eterna. g. Si un cristiano puede perder su salva- ción entonces las promesas de la Biblia no son verdaderas. La Biblia enseña que un creyente no sufrirá condenación y que no está sujeto a la ira eter- na de Dios. Sin embargo, si un cristiano pier- de su salvación, entonces él está sujeto a la condenación y a la ira eterna de Dios. “De cierto, de cierto os digo: el que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a conde- nación, más ha pasado de muerte a vi- da” [Juan 5:24]. Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, [Rom. 8:1]. Pues mucho más, estando ya justifica- dos en su sangre, por él seremos salvos de la ira. [Rom. 5:9]. Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, [1 Tes. 5:9]. Si la salvación final de un creyente es muta- ble, entonces Juan 5:24 deberá leer, "aquel que oye mi palabra y cree al que me envió podría tener vida eterna y probablemente no vendrá a condenación sino que probablemente ha pasado de muerte a vida.” Rom. 8:1 deber- ía decir, "ahora pues probablemente no hay ninguna condenación para los que están en Cristo." Heb. 13:5 dice, "no te desampararé, ni se de- jaré." Si un creyente pudiera perder su salva- ción, entonces Cristo lo abandonaría. Heb. 13:5 promete que El nunca abandona. (La frase original griega tiene cinco negaciones en este pasaje). Juan 6:37 dice "… y al que a mi viene no le echo fuera” (en griego esta frase tiene doble negativo para énfasis). Aquellos que enseñan que un creyente puede perder la salvación deberán considerar lo que realmente se está prometiendo aquí. Ciertamente, la frase tiene vida eterna es común. (Por ejemplo en Juan 6:47). Si una persona tiene una vida eterna que tiene final, esa vida por definición, nunca sería eterna. Cristo enseña que el que cree ya posee la vida eterna. Por definición esto sig- nifica que su vida no tendrá fin. Rom. 8:38-39 enseña que nada puede separar al creyente del amor de Cristo. Si un cristiano pierde la salvación, entonces algo debe causar esta separación. De igual manera, en Juan 10:28 Cristo promete que, “no perecerán jamás” (encontramos una negación doble otra vez “no” y “jamás”). Si un creyente pierde la salvación y perece entonces esta promesa es falsa. Un creyente que pierde la salvación nunca poseyó la vida eterna. El vendrá a jui- cio y estará sujeto a la ira eterna de Dios. Dios olvidaría a Su ex hijo y luego el sería arrojado fuera, separado del amor de Dios, y perecería. La Biblia no permite estas posibilidades. h. Si un cristiano puede perder la salva- ción, entonces Dios ha fallado en su inten- ción de guardarnos. … Para una herencia incorruptible, y contaminada e inmarcesible, reserva- da en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios me- diante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifesta- da en el tiempo postrero [1 Pedro 1:4-5]. Y aquel que es poderoso para guarda- ros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría [Judas 24]. Si un cristiano puede perder la salvación, en- tonces el cielo no está reservado, y ningún
  • 226. No Solo de Pan 216 creyente está protegido por el poder de Dios. Si un cristiano puede perder la salvación, en- tonces Dios no le guarda de tropiezo y tampo- co le trae a Su gloria. Sin embargo, estos dos pasajes presentan a un Dios soberano cuya intención es la de proteger y preservar a los creyentes en la fe para que no tropiecen y cai- gan. i. Si un cristiano puede perder la salva- ción, la Biblia es confusa ya que no especí- fica las causas que la remueven. No existe ninguna enseñanza en la Biblia que enliste el tipo de pecado que remueva la sal- vación o que mencione el grado de pecado que expone a la persona al riesgo de perder la salvación. A menos que la seguridad eterna sea verdadera, entonces sería inconcebible que Dios borrara todas las instrucciones acer- ca de la pérdida de la salvación. El desearía que Su pueblo fuera advertido de los peligros específicos. Sin embargo, no existen tales advertencias. En vez de eso, 1 Cor.3:15 indi- ca que todos los creyentes, aún aquellos que tienen una deficiencia en sus buenas obras serán salvos en el tribunal de Cristo: Si la obra de alguno se quemare, el su- frirá pérdida, si bien el mismo será sal- vo… [1 Cor. 3:15]. 2. Estudiando el Tema desde un Punto de Vista Positivo, la Seguridad Eterna es Verda- dera Hasta este momento hemos considerado el tema de la seguridad eterna de una forma ne- gativa, observando todos los absurdos y las inconsistencias que serían verdaderas si la salvación pudiera perderse. Quizás sería mejor repasar las mismas verdades expresándolas desde un punto de vista positivo. En este con- texto, entonces la seguridad eterna es verdade- ra por las siguientes nueve razones: a. La justicia de Cristo (y no la nuestra) es la que salva; no podemos perder la salva- ción. La justificación que es mediante la fe significa que la justicia de Cristo es la que salva al cre- yente. Ya que El nunca puede perder su justi- cia, entonces un creyente nunca podrá perder su justificación. b. La elección y la predestinación com- prueban la seguridad eterna La enseñanza Bíblica acerca de la elección y la predestinación comprueba la seguridad eterna. Aquellos que Dios ha justificado son considerados ya glorificados. c. La salvación no se obtiene ni se mantie- ne por las obras. La salvación no se entrega por buenas obras, tampoco las buenas obras pueden mantenerla o preservarla. d. La expiación de Cristo es perfecta y completa La expiación de Cristo es perfecta y completa. El ya ha pagado por todos los pecados. No existe algún pecado por el cual un creyente tenga que pagar con sufrimiento. e. Cristo como abogado garantiza seguri- dad Los ministerios de Cristo de intercesor y abo- gado garantizan seguridad. f. El sello del Espíritu Santo no puede ser roto. El Espíritu Santo sella a los creyentes hasta el día de la redención. Este sello no podrá ser roto. El también es nuestra promesa y nuestra garantía de una herencia futura. g. Muchas promesas garantizan la seguri- dad. Existen muchas promesas que garantizan la vida eterna sin condenación. La vida eterna por definición propia no puede tener fin. h. Dios es capaz de guardarnos sin caída. Dios dice que El es capaz de guardarnos sin caída y que somos guardados por Su poder. i. No existen ningunas bases Bíblicas para
  • 227. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3 217 perder la salvación. La Biblia nunca describe las bases para perder la salvación. Aún los creyentes con vidas poco productivas y solo unas cuantas buenas obras serán salvos en el juicio del tribunal de Cristo. B. Explicación de Pasajes Problemáticos En el ámbito teológico, aquellos que niegan la seguridad eterna se llaman Arminianos por el teólogo Holandés Jacobo Arminio (1560- 1609). La mayoría de los grupos que provie- nen de la tradición de Wesley tales como los metodistas son Arminianos ya que no están de acuerdo con la seguridad eterna. Este asunto no se encuentra entre los asuntos fundamenta- les de la fe, pero la seguridad del creyente se encuentra entre las doctrinas más importantes que dividen a los creyentes. Los pensadores Arminianos usan algunos textos Bíblicos para comprobar que un cristiano puede perder la salvación. Sin embargo, cada uno de estos textos también puede ser interpretado de ma- nera que sea completamente compatible con la doctrina de la seguridad eterna. 1. Sal. 51:11 (Vea también Jueces 16:20 y 1 Sam. 16:14.) No me eches de delante de ti, y no qui- tes de mí tu santo Espíritu. [Sal. 51:11]. David parecía estar preocupado de que el Espíritu Santo le abandonaría. Bajo el sistema de la ley el Espíritu Santo no moraba en todos los creyentes (Juan 7:39) tampoco Dios había prometido que el Espíritu Santo permanecería para siempre (como en Juan 14:16-17). A diferencia del ministerio del Espíritu a partir del día de Pentecostés (hechos 2), bajo la ley de Moisés, el Espíritu Santo podría partir de un creyente. Esto resultaba en una vida y en un ministerio ineficiente pero no en la pérdida de la salvación. Otra interpretación tomaría la palabra, "Espíritu" como una referencia al espíritu mismo de David. El estaría diciendo, "por favor no quites el espíritu de santidad de mi vida". En otras palabras, no dejes que pier- da mi convicción fuerte acerca del pecado o el deseo de la santidad en mi vida. No me aban- dones. Continúa reprendiéndome y haciéndo- me desear la santidad. El capítulo diez, “Pneumatología”, incluye estudios detallados sobre los cambios en el ministerio del Espíritu a partir del día de Pentecostés (en Hechos 2).75 2. Ez. 33:12-20 (Vea también Ez. 3:20; 18:20.) “Y tú, hijo de hombre, dí a los hijos de tu pueblo: la justicia del justo no lo li- brará el día que se rebelare; y la impie- dad del impío no le será estorbo el día que se volviere de su impiedad; y el justo no podrá vivir por su justicia el día que pecare. Cuando yo dije de al justo: de cierto vivirás, y el confiado en su justicia hiciere iniquidad, todas sus justicias no serán recordadas, sino que morirá por su iniquidad que hizo” [Ez. 33:12-13]. Las advertencias del profeta Ezequiel acerca de la muerte a causa del pecado se refieren a la muerte física (ya sea la pena capital como en Ez.18:20, o la muerte en guerra con los enemigos de Israel). Ezequiel 33 es una pre- dicción de un ataque con la "espada sobre la tierra" (v.2). Dios prometió liberación para aquellos que estaban viviendo en la justicia en el tiempo de la destrucción. El advierte acerca de la muerte para aquellos que estaban vi- viendo en iniquidad. La cuestión de la salva- ción eterna no es el tema de este pasaje. La muerte se refiere a la muerte física a causa del pecado. Existen otras referencias que también pueden entenderse incorrectamente tratan con el asunto de la vida o la muerte física. 75 un punto de vista alternativo sostiene que el Espíritu Santo si moró en todos los creyentes del Antiguo Testamento. El también vendría sobre todos los líderes para darles un poder especial. Podríamos concluir que David teme la pérdida de esta unción especial del Espíritu Santo para los líderes.
  • 228. No Solo de Pan 218 3. Mat. 24:13 (Vea también Mat. 10:22; Marcos 13:13; Lu- cas 21:19.) “Más el que persevere hasta el fin, éste será salvo.” [Mat. 24:13]. “Con vuestra paciencia ganaréis vues- tras almas.” [Lucas 21:19]. La salvación en estos pasajes podría ser libe- ración física o liberación espiritual. En cual- quiera de estas dos interpretaciones la clave para entender los pasajes es la de colocar las declaraciones en su ámbito histórico co- rrecto el cual es la Tribulación. El Señor se refiere a un periodo de sufrimiento que suce- derá antes de la Segunda Venida. Mat. 24:21 dice, “... porque habrá entonces gran tribula- ción, la cual no la ha habido desde el princi- pio del mundo hasta ahora, ni la habrá.” Este periodo que es absolutamente único en la his- toria será un tiempo de gran persecución para los creyentes en el cual habrá mucha pérdida de vida física. Además, las personas estarán obligadas a mostrar su fidelidad al dictador malvado del fin de los tiempos aceptando una marca en su cuerpo. El rechazo de la marca será una indicación segura de la fe en Cristo lo cual resultará en un sufrimiento inevitable (Ap. 13:16-18). Así que, puede decirse que aquellos que soporten la persecución del anti- cristo obtendrán salvación espiritual. Esta salvación no vendrá en base a la buena obra de soportar o perseverar. La decisión de con- fiar en Cristo, aunque ésta resulte en persecu- ción, trae salvación. Perseverar en la persecu- ción en la Tribulación no será motivo de ob- tener o retener salvación, sino de demostrarla. El hecho de creer significará perseverar en el sufrimiento. Perseverar significará creer. To- das las demás personas se someterán a la ado- ración de un Cristo falso. Es difícil saber si el Señor habla de salvación física o salvación espiritual. a. Salvación Física (Rescate) de la Tribula- ción Las palabras del Señor podrían ser considera- das como un aliento ya que el periodo de la Tribulación es un periodo corto que no durará indefinidamente. Aquellos que sean capaces de soportar la persecución encontrarán rescate (salvación física) cuando regrese el Señor a la tierra al final del periodo.76 Estas pueden ser palabras de esperanza y aliento para los santos de la Tribulación. El conflicto tendrá un final. El Señor regresará con poder para destruir a los que atormentan y rescatar (salvar) a los creyentes de un sufrimiento posterior. b. Salvación Espiritual La traducción Reina-Valera de Lucas 21:19 parece a favor de una liberación física. En el contexto de Lucas, el vs. 19 podría ser una promesa de que aquellos apóstoles que todav- ía se encontraban con vida en el año 70 D.C. sobrevivirían la destrucción de Jerusalén aun- que algunos creyentes morirían (vs. 16). Sin embargo por la fraseología griega de Lucas sería difícil limitarse a un rescate (salvación) meramente físico al final del período de la Tribulación como lo hace su pasaje paralelo en Mat. 24:13. “Por vuestra perseverancia ganaréis vuestras almas” [Lucas 21:19 (traduc- ción literal)]. En Lucas 21:16 el Señor dice, “…y matarán a algunos de vosotros.” Luego en el vs. 18 El dice, “Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá.” Esto parece como si Cristo intenta hacer un contraste entre la muerte física y la salvación espiritual. “les pueden matar pero realmente no les pueden hacer daño espiri- tual.” Suponiendo que Lucas 21:19 se refiera a la salvación espiritual, aún así no hay nin- guna posibilidad de que se refiera a la pérdida de la salvación. Si fuera así, este pasaje tam- bién estaría enseñando que las buenas obras obtienen la salvación. Claramente, tiene que haber una mejor manera de entender estos dos pasajes. Como un trasfondo, nosotros debe- 76 El fin en este punto de vista se refiere al final del periodo de la Tribulación. En el siguiente punto de vista el fin se refiere al fin de la vida misma.
  • 229. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3 219 mos primero considerar la naturaleza de la fe salvadora y las condiciones en el período de la Tribulación. (1) La Fe Salvadora Los creyentes genuinos son guardados en la fe. Los creyentes creen. Haremos una discu- sión más completa para explicar esta conclu- sión analizando el siguiente pasaje que se considera problemático (1 Cor. 15:1-2; Col. 1:21-23). Jesús dice en Juan 10:5 que Sus ovejas “no escuchan la voz de los extraños." Un cristiano pudiera negar su fe delante de otros en situaciones de vergüenza o peligro como lo hizo Pedro. Sin embargo, Pedro nun- ca negó a Cristo delante de Dios Padre, tam- poco le negó en su propio corazón. Los cre- yentes genuinos no niegan que Cristo sea el Hijo de Dios o que El muriera por nuestros pecados y haya resucitado otra vez. En las condiciones de la Tribulación, esto significa que los creyentes genuinos no adorarán al anticristo ni aceptarán su marca. (2) Las Condiciones de la Tribulación Al comienzo de la Tribulación todos los habi- tantes de la tierra serán incrédulos. Después que el anticristo, tome la autoridad dictatorial sobre el mundo, el forzará a todos los pueblos para que decidan adorarle o para que adoren al Cristo verdadero.77 (Mat. 24:15; 2 Tes. 2:4; Ap. 13:15-18). Además, Dios participará indi- rectamente en el proceso. Aquellos que no reciban la verdad de Cristo serán cegados con el fin de creer las mentiras del anticristo (2 Tes. 2:11-12). Las presiones, tanto satánicas como divinas, forzarán a todos los pueblos a hacer una elección. Durante la Tribulación, algunos que comenzaron este período siendo incrédulos se convertirán a la fe de Cristo (los santos que se mencionan en Daniel y Apoca- lipsis por ejemplo Ap. 7:9, 14). Virtualmente en ningún otro tiempo de la historia se ha re- querido que la fe se demuestre de esta manera 77 Esto, por supuesto, supone la posición pretribu- lacional acerca del rapto. Vea el Capítulo 12, Esca- tología. tan irrevocable y permanente. La decisión de aceptar la marca de la bestia es la demostra- ción de un rechazo de Cristo que es final e irrevocable. Todos los incrédulos eventual- mente se entregarán al poder del anticristo y le adorarán, sellando esta decisión con una mar- ca en sus cuerpos. Por otra parte, solamente los creyentes y todos ellos, le rechazarán. Un verdadero creyente no será capaz de rechazar a Cristo de esta manera final y permanente. Por el contrario, los creyentes demostrarán fe rechazando la marca y provocando el odio del anticristo. Se puede decir que verdadera- mente en el período de la Tribulación aque- llos que todavía perseveren hasta el final durante la persecución de la bestia son ge- nuinamente salvos. Ellos no han ganado ni mantienen su salvación mediante la perseve- rancia, sino que ellos revelan y exhiben su fe. La fe salvadora conduce a no adorar a la bes- tia ni aceptar su marca de lealtad permanente. Los individuos que rechacen adorar a la bestia hasta el final de la Tribulación son aquellos individuos que han obtenido su salvación con- fiando en Cristo. Debido a la decisión de con- fiar en Cristo y rechazar así al anticristo, ellos tendrán sufrimiento inevitable, pero ellos ya han sido salvados. Aquellos que opten por la fe en Cristo soportarán sufrimiento y quizás la muerte, pero también ganarán sus almas por esa decisión. Aquellos que decidan adorar a la bestia y aceptar su marca no es que pierden la salvación; sino que demuestran que nunca la tuvieron. Podemos parafrasear las palabras de Jesús de esta manera: "aquellos que perseve- ren hasta el fin contra el anticristo son los salvos." La verdad también puede declararse de la siguiente manera, "aquel que es salvo perseverará". Esto nos ofrece la misma verdad pero con un énfasis diferente. El énfasis estar- ía en que cada creyente verdadero rechazará la adoración del anticristo y por ende sufrirá por esa decisión. Jesús quiso enfatizar lo posi- tivo. Ellos obtendrán salvación por la decisión de aceptar a Cristo (no al anticristo aunque esto lleve a la persecución y con frecuencia a la muerte.
  • 230. No Solo de Pan 220 4. Mat. 25:30 (Vea también Mat. 8:11-12.) “Y al siervo inútil echadle en las tinie- blas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.” [Mat. 25:30]. Aquí tenemos el caso de un siervo que termi- na en las tinieblas de afuera. ¿Acaso es este un cristiano que ha perdido su salvación? Re- cordemos que la Iglesia no comienza sino hasta Hechos 2. Aunque muchas de las ense- ñanzas del Señor se dirigen hacia la futura dispensación de la Iglesia, muchas otras de- claraciones se dirigen a Israel. En un sentido todos los judíos fueron siervos de Dios, pero no todos los judíos fueron salvos. Muchos no tuvieron fe. Por lo tanto, un siervo de Dios judío podría terminar en castigo. Sin embar- go, esto no puede ser un ejemplo del creyente en Cristo que pierde su salvación. El contexto de Mat. 8:12 comprueba que el Señor está tratando aquí con Israel incrédulo. 5. Juan 15:1-8 “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he habla- do. Permaneced en mí, y yo en voso- tros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vo- sotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fru- to; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Pa- dre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. [Juan 15:1-8]. El pámpano que ha sido cortado y desechado de Juan 15 ha sido interpretado como un cre- yente que pierde su salvación. Sin embargo, existen otros puntos de vista, que interpretan este pasaje de manera se puede preservar la seguridad eterna. Este pasaje podría ser una explicación acerca de la salida de Judas de la compañía apostólica, o podría ser una adver- tencia acerca del castigo del creyente en esta vida. a. Judas como el Pámpano Cortado Quizás Juan 15 se dirige de manera muy cer- cana a los oyentes originales. El pámpano que ha sido quitado y desechado explica la salida de Judas poco tiempo antes en esa misma tar- de (vea Juan 13:26-30). El llamado a perma- necer exhorta a los otros apóstoles a permane- cer en la fe y a ser leales a Cristo durante el arresto, los juicios y la muerte que son inmi- nentes. Aunque podemos obtener lecciones para todas las épocas, varios indicios en este contexto nos muestran que la enseñanza del Señor se dirige principalmente a aquellos que estaban en el aposento alto, que recién habían salido, y se dirigían hacia el jardín (compare Juan 14:31 con 18:1). Entretanto, Judas estaba traicionando a Jesús y pronto moriría. Consi- dere los varios indicios que nos dicen que el Señor está hablando principalmente de Sus apóstoles: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os re- cordará todo lo que yo os he dicho.” [Juan 14:26]. “Y vosotros daréis testimonio también, porque habéis estado conmigo desde el principio.” [Juan 15:27]. “Os expulsarán de las sinagogas…” [Juan 16:2]. “…Esto no os lo dije al principio, por- que yo estaba con vosotros.” [Juan 16:4b]. “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar.”
  • 231. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3 221 [Juan 16:12]. “Mas no ruego solamente por éstos, si- no también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos,” [Juan 17:20]. El discurso del aposento alto parece estar diri- gido principalmente a los discípulos. Ningún cristiano de hoy estaba con el Señor "desde el principio" (Juan 15:27 o 16:4). Aun Juan 17:20, que menciona a aquellas personas de las siguientes generaciones que creerían en Cristo debido al mensaje apostólico, refuerza la idea que las enseñanzas del Señor están dirigidas principalmente a los apóstoles. Si consideramos que Juan 15 se dirige princi- palmente a los apóstoles, entonces el Señor está explicando la salida de Judas y dando mandamiento a los demás apóstoles para con- servar la fe en los días oscuros que se aproxi- man. Juan 15:2 habla de un pámpano sin fruto que es quitado.78 Aunque este pámpano esté visi- blemente conectado a la vid (como lo estaba Judas a Cristo sólo por asociación), no existe un intercambio de vida desde adentro. La vida no fluía de la vid a este pámpano muerto. Por lo tanto, Dios lo quita (lo remueve). Aunque Judas estaba conectado a Cristo externamente, Judas nunca había absorbido la vida que pro- cede de Cristo. El realmente no es un ejemplo del creyente que pierde su salvación. El es ejemplo de alguien que está asociado con el cristianismo de una manera externa pero que no tiene una vida interior. El versículo dos dice a los discípulos que el Judas sin fruto y muerto ha sido removido de toda asociación 78 La frase en Mi parece referirse a la asociación externa. Había dos clases de pámpanos en Cristo. Primero, los pámpanos muertos que no tenían co- nexión interna ni vida. Segundo, los pámpanos con fruto que tenían una conexión viva en su interior. Solo los segundos eran capaces de obedecer el mandato de permanecer. Los pámpanos muertos tienen una conexión visible al Cristianismo pero no poseen la vida. Estos no pueden permanecer en una relación que no tienen. con Cristo. El también pronto sería removido por medio de la muerte. Los discípulos que han permanecido son co- mo el pámpano que produce algo de fruto. Además de una asociación externa, ellos están conectados internamente (unidos) con el Se- ñor Jesús. La vida fluye de El hacia ellos. Ellos pueden ser podados y de hecho se espe- ra que lo sean (con dificultades y disciplina) lo cual producirá aún más fruto. En Juan 15:4 Jesús exhorta a los demás após- toles y les dice que “permanezcan en Mí.” El mandato de "permanecer" incluye una invita- ción a una relación más profunda que consiste en guardar todos los mandamientos del Señor. Es un mandato para absorber una vida más íntima de la vid. Esta es la definición de per- manecer según 1 Juan 3:24. El mandato de permanecer incluye más que el tema de la salvación ya que abarca la obediencia. (Vea Juan 15:5, 10.) Sin embargo, el mandato de permanecer no incluye algo menor que el te- ma de la salvación.79 Permanecer significa quedarse. Jesús les está diciendo a Sus apósto- 79 En 1 Juan 4:15, “permanece en El” parece ser el equivalente de ser salvo, quizás también 1 Juan 2:6 (donde “permanecer” equivale a “en El” en el vs.5). En 1 Juan 3:24 permanecer significa obede- cer los mandamientos del Señor. Quizás se inclu- yan ambas ideas en Juan 15. Jesús no le esta di- ciendo a los incrédulos que entren a la salvación (aunque el texto se aplique se esa manera en los sermones modernos). El les está mandando a los apóstoles salvos que permanezcan en la relación que ya poseen, o sea que, mantengan la fe que ya tienen, y que también obedezcan Sus mandamien- tos. En el caso de Judas no se habla de alguien que dejó de permanecer. Solo los pámpanos vivos podr- ían permanecer. Estos podrían permanecer en la fe y mediante la obediencia. Existen dos tipos de pámpanos “en Mí” (o sea, asociados con Cristo exteriormente). Aquellos que se encuentran conec- tados visiblemente pero sin fruto están muertos. Aquellos que se encuentran conectados visiblemen- te y que llevan algo de fruto están vivos. Solo los pámpanos vivos tienen una unión mediante la cual ellos podrían permanecer y crecer más profunda- mente.
  • 232. No Solo de Pan 222 les que guarden Sus mandamientos, pero tam- bién les está llamando a permanecer en la fe durante los tiempos difíciles que se aproxi- man. ¿Por qué razón alguien que cree en la doctrina de la seguridad eterna piensa que Jesús nece- sita decirles a los apóstoles que permanezcan en la fe? Uno de los métodos de Dios para mantener a los creyentes en la fe (1 Pedro 1:4- 5) es mediante los mandatos de las Escrituras que tratan de ese tema. En un sentido hipotéti- co, uno perdería la fe y la salvación si no fuera por la obra de Dios de preservar al cre- yente en la fe. Si no fuera por la advertencia de Jesús y los mandatos de Su gracia en Juan 15, quizás los apóstoles hubieran abandonado su fe en este período tan crítico. Sin embargo, el Señor tenía la intención de mantenerlos seguros al no permitir que esto sucediera. El mismo mandato para los discípulos acerca de permanecer (quedarse) en la fe muestra los medios de Dios para mantener a estos hom- bres en la fe durante la noche oscura y el día fatal de la crucifixión que pronto llegaría. ¿No es esto lo que el Señor quería decir Juan 16:1? Aplicando esto a los tiempos modernos podemos observar que los mandatos Bíblicos para mantenerse en la fe no son incompatibles con la doctrina de la seguridad eterna. Los mandatos para permanecer en la fe de Cristo fueron uno de los medios que Dios usó para mantener seguros a los creyentes. Cuando el Señor dijo a Sus apóstoles que permanecie- ran, El incluyó tanto la idea de permanecer en la fe como la de guardar Sus mandamientos. Este mandato realmente no está dirigido a Judas o a las personas como él. Judas como un pámpano muerto asociado por conexión a la vid, estaba conectado exteriormente a Jesús sin ninguna vida interior. Judas no permane- cería porque Judas no puede permanecer. No se puede mantener lo que no se tuvo. Judas no pudo permanecer en una fe que nunca tuvo principio. El tampoco pudo preservar una unión viva con Cristo ni entrar en una unión más íntima guardando todos los mandamien- tos de Cristo. Judas es un pámpano muerto arrojado en el fuego. Judas ilustraría el tipo de persona de hoy que está exteriormente conectada a Cristo por aso- ciación, como por ejemplo una persona con una membrecía de una iglesia, pero sin fe. Sin la fe no existe ninguna unión espiritual. Tal persona no puede permanecer porque no pue- de continuar en una relación que aún no ha comenzado. Ciertamente no puede profundi- zar una relación obedeciendo los mandatos del Señor a menos que confíe en Cristo. Even- tualmente al igual que Judas, será cortado de cualquier conexión aparente con Cristo y será arrojado a las llamas. Al interpretar Juan 15 considerando de cerca su trasfondo original, nos damos cuenta que el texto no necesariamente habla de un cristiano genuino que pierde la salvación. Judas es el pámpano muerto. El no perdió su salvación. El nunca tuvo la salvación. El no permaneció y entonces perdió su salvación. El no pudo permanecer (y mucho menos profundizar) en una relación que nunca poseyó. Judas es una advertencia para todos aquellos que exterior- mente se asocian con los asuntos de Cristo pero sin ninguna unión real mediante la fe. Muchos de los que aceptan la seguridad eterna no aceptarían la interpretación anterior de Juan 15. Prefieren que el fuego no sea una referencia al castigo eterno. Tampoco enten- derían que el mandato de permanecer incluye la invitación para permanecer en la fe. Para ellos, el fuego habla de la pérdida de recom- pensas y de disciplina temporal para el cre- yente. El llamado de permanecer es un llama- do a una profunda y plena obediencia que no tiene nada que ver con permanecer en la fe. Aunque el autor prefiere "el punto de vista de Judas que es el pámpano muerto", este segun- do punto de vista es digno de respeto. b. El punto de vista de la advertencia de cas- tigo y la pérdida de recompensas Quizás Juan 15 no se refiere a “un tipo como Judas” que tiene asociaciones con el cristia- nismo, pero que no tiene fe. Si las palabras de Cristo se refieren a creyentes exclusivamente,
  • 233. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3 223 entonces El les está advirtiendo para que per- manezcan en una vida de obediencia y lealtad plena. Aquellos que rechacen pueden sufrir disciplina, muerte física y pérdida de recom- pensas. Juan 15:2 habla de aquellos que están “en Mí” que no llevan fruto y aquellos que tienen algo de fruto.80 A los cristianos que no tienen nin- guna producción se les puede separar de este mundo a través de la muerte física (compare con 1 Cor. 11:30). Los cristianos que produ- cen algo para Cristo pueden esperar dificulta- des (ser podados) con el fin de incrementar la productividad. El llamado a permanecer del vs. 4 es un lla- mado a guardar los mandamientos de Cristo. “Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios…” [1 Juan 3:24]. (Vea también 1 Juan 2:28.) Aquellos que se nieguen a guardar Sus man- damientos son como el pámpano del vs. 6. El hecho de arder pudiera ser una metáfora de la agricultura. Los agricultores queman un cam- po para purificarlo de la hierba e incrementar la producción.81 Aquellos que no permanez- 80 A diferencia del “punto de vista de Judas como el pámpano”, el punto de vista de la disciplina in- terpreta los dos tipos de ramas en el vs. 2 como personas salvas. Ambas tienen unión espiritual interior. Existirían pámpanos salvos “en Mí” sin ningún fruto y otros pámpanos salvos con algún fruto. Sin embargo así como en el “punto de vista de Judas como el pámpano,” la frase en Mí del vs. 2 no equivaldría a estar permaneciendo. Todavía tendríamos el caso en el que aquellos que están “en Mí” pudieran no estar permaneciendo, o sea, guar- dando Sus mandamientos. 81 El autor cree que el fuego de Heb. 6:8 si habla del fuego de la disciplina de un creyente. Sin em- bargo, note que en Hebreos 6 la ilustración es la de un campo. El fuego en este caso quema las hierbas y las impurezas de un campo e incrementa su pro- ducción sin destruirlo. Sin embargo, Juan 15 usa como ilustración una rama o pámpano. El fuego destruiría totalmente un pámpano. El punto de vista de “Judas como pámpano” tiene la ventaja de in- terpretar la advertencia como el infierno. Además can se enfrentarán al castigo purificador de Dios. Esto no se refiere a la pérdida de la sal- vación; sino, que esta disciplina está diseñada para mejorar al creyente. Además podría haber aquí una referencia a la pérdida de re- compensas. 1 Cor. 3:15 menciona que en el tribunal de Cristo del creyente se dará cuenta que algunas de las obras que hizo en su vida serán quema- das. El mismo será salvo, pero perderá sus recompensas. Esta segunda interpretación posible de la naturaleza del fuego de Juan 15:6 evita cualquier contradicción con los textos que enseñan la seguridad eterna. Tam- bién tiene la ventaja de ser simple e incluye la definición del apóstol Juan del concepto de permanecer que es equivalente a la obediencia en 1 Juan 3:24.82 El autor cree que el punto de vista anterior da una mejor atención al escena- rio original y ofrece la mejor explicación del pámpano en la metáfora del fuego. Sin impor- tar la interpretación que se prefiera, deberá ser evidente que Juan 15:1-8 no tiene por qué contradecir la doctrina de la seguridad eterna. 6. Rom. 11:11-32 Pues las ramas, dirás, fueron desgaja- das para que yo fuese injertado. Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te en- soberbezcas, sino teme. Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará. Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la seve- ridad ciertamente para con los que ca- yeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado. si el fuego equivale a disciplina en Juan 15:6 ¿Que significa entonces podar en el vs.2? ¿No sería me- jor considerar la disciplina incluida en la poda (vs. 2) con fuego (vs. 6) como una referencia a un peli- gro más severo? 82 En contraste, 1 Juan 2:5-6 y 4:15 parece tomar la palabra permanecer como una referencia a ser sal- vo.
  • 234. No Solo de Pan 224 Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a in- jertar. [Rom. 11:19-23]. a. El Asunto Judío-Gentil La pregunta de Pablo en Rom. 11:1 trata de si Dios ya ha rechazado a Israel. No, El no ha rechazado a Israel ya que todavía existe un remanente creyente. Sin Embargo, por la in- credulidad de los Judíos (vs. 20) Dios ha sus- pendido Su obra para Israel como un pueblo especial sobre todos los pueblos. Ahora Dios ha incluido a los gentiles en Su lugar de ben- dición. Israel como nación fue cortada del lugar de bendición de Dios pero esto no per- mite la arrogancia de los gentiles hacia Israel. Pablo explica que los celos por la bendición de los gentiles podrían conducir a algunos judíos a poner su fe en Cristo (vss. 11, 14). En el futuro reino milenial Dios regresará a Israel a su posición especial (vss. 25-27). Mientras tanto, los gentiles no deben pensar que la atención que Dios les está dando les da dere- cho a sentirse superiores sobre los judíos. Al explicar la relación entre los judíos y los gen- tiles, Pablo usa la ilustración del árbol del olivo. b. El Arbol del Olivo Original El árbol del olivo en Romanos 11 no es la Iglesia. En un sentido general es el lugar del favor de Dios, el lugar de la oportunidad espi- ritual y de las bendiciones. Para ser más es- pecíficos, el árbol del olivo es el lugar de las bendiciones a través de Abraham. Ya que la raíz es Santa (Abraham y los patriarcas), así también lo son las ramas (las siguientes gene- raciones de judíos, especialmente aquellos que tienen fe). Los gentiles deben todos sus bene- ficios espirituales a Israel. Note cuidadosamente que árbol de olivo ori- ginal (el judaísmo del Antiguo Testamento) tenía ramas de judíos que eran salvos y no salvos algunas de las ramas judías eran cre- yentes, pero algunas no tenían fe (vs. 20). Por lo tanto, este árbol no es el árbol de la salva- ción. Sino un árbol que representa un amplio rango de oportunidades espirituales y bendi- ción. Las bendiciones que vienen desde la raíz de Abraham incluyen la salvación eterna (sólo para aquellos que tienen fe). Sin embargo las bendiciones de Abraham hacia los judíos in- cluyen otras áreas tales como conocimiento abundante de Dios a través de las Escrituras y el liderazgo profético; sabiduría práctica en el ámbito de la familia, negocios, las relaciones gubernamentales; las bendiciones de un acce- so inmediato a Dios y de una vida en una na- ción con muchos creyentes. Aún los israelitas que no eran salvos disfrutaron de muchos de estos privilegios. Sin embargo, a causa de la incredulidad Dios separó a todos los judíos incrédulos de ese lugar de bendición especial. Dios abrogó la ley de Moisés y también al judaísmo. El hecho de remover a estos judíos incrédulos del lugar de la atención especial de Dios no involucró una pérdida de salvación ya que aquellas per- sonas que no tenían fe nunca tuvieron la sal- vación. La definición primaria de "romper o quebrar" una rama no es una pérdida de salva- ción sino una dureza (vea vss. 7-25). El endu- recimiento del Israel incrédulo constituye un desgajamiento del lugar de bendiciones espe- ciales para Israel. c. La Relación de los Gentiles con el Arbol del Olivo Dios removió al Israel incrédulo de tal mane- ra que éste ya no era el beneficiario de opor- tunidad y privilegio especial. Después Dios extendió oportunidades y bendiciones espe- ciales a todas las naciones (gentiles). Así co- mo el árbol original tenía ramas salvas y no salvas de judíos, la unión de los gentiles en el lugar de bendición también incluye a gentiles salvos y no salvos. En Romanos 11, Pablo se dirige a sus lectores como gentiles (vs. 13). El pronombre tú en su argumento se dirige a los romanos como gentiles. El pronombre ellos se refiere a los judíos. Tal como sucedió en el judaísmo, aun los gentiles que no son salvos pueden beneficiarse del cristianismo a través de bendiciones que son comunes. Los gentiles incrédulos todavía pueden tener acceso a la
  • 235. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3 225 verdad a través de las Escrituras y a través de las iglesias. Las culturas y los individuos que se adhieren a la ética Bíblica se benefician en las áreas de la familia, negocios, gobierno, y en asuntos criminales y judiciales. Sin em- bargo, las bendiciones permanentes de Dios vienen sólo a los que tienen fe. El versículo 20 enseña que "tú (gentil) por la fe estás en pie." Los gentiles que tienen una posición permanente dentro del árbol de las bendicio- nes de Dios poseen esta posición por medio de la fe. Ningún gentil deberá pensar que el interés que Dios tiene por él es debido a algu- na superioridad inherente sobre los judíos. Podemos fácilmente darnos cuenta del peligro que tenían los romanos de ser arrogantes hacia los judíos. Sin embargo, todos los gentiles tienen una deuda con Israel por la verdad en las Escrituras Judías, los profetas Judíos y un Mesías Judío (vss. 18). Los gentiles que se encuentran en una posi- ción permanente de bendición solo están allí por la fe (vs. 20). Sin embargo, los gentiles incrédulos tienen la misma oportunidad de salvación que los judíos incrédulos. Quizás existan bendiciones temporales debido a la Influencia cristiana, y la exposición a la ver- dad cristiana, pero los gentiles que no tienen fe serán separados de las bendiciones eternas. La advertencia en los vss. 20-22 no tiene nada que ver con la pérdida de la salvación. Los gentiles que no creen y que comparten mu- chas bendiciones por la obra de Dios que se hace entre ellos, se encuentran en peligro de ser removidos de toda bendición en esta vida y en la eternidad. El acto de ser cortado, no se refiere a la pérdida de salvación ya que los incrédulos por principio de cuentas no son salvos. El acto de ser cortado se refiere al en- durecimiento de los gentiles incrédulos así como también al endurecimiento de los judíos incrédulos (vss. 7 y 25). La permanencia en la bondad de Dios viene solo por la fe (compare Rom. 2:4 donde la bondad de Dios conduce al arrepentimiento). Un Incrédulo puede experi- mentar la gracia temporal y común de Dios, pero solo los creyentes tienen una continuidad en la gracia eterna. El peligro de ser removido de la bendición de Dios proviene de la incre- dulidad, (vs. 20). Ser cortados del lugar de bendición significa ser removidos de la bendi- ción temporal tal como la instrucción cristiana y ser cegado hacia la verdad. Esto no es una pérdida de la salvación pero si se relaciona a ella. Los gentiles incrédulos que son endure- cidos, o sea cegados hacia la verdad, nunca podrán creer y por lo tanto no tienen esperan- za de salvación. d. Conclusión Rom. 11:11-32 no debe ser usado para opo- nerse a la seguridad eterna. Las ramas que son cortadas del árbol del olivo son incrédulos que son removidos del lugar de bendición de Dios y son endurecidos en su incredulidad. La gra- cia común se extiende a todos los gentiles. Sin Embargo, solo aquellas personas con fe con- tinúan en la gracia de Dios por la eternidad (vs. 20). Las bendiciones permanentes vienen por la fe, no por alguna superioridad de una raza sobre otra, en este caso de gentiles sobre judíos. 7. 1 Cor. 6:9-10 (Gál. 5:19-21, Vea también Ef. 5:5) Estos textos ya se han estudiado bajo la sec- ción V de este capítulo, "La Salvación Genui- na Resulta en Buenas Obras”. Las palabras de Pablo significan que una "práctica" continua de pecado sin ninguna convicción de arrepen- timiento nos da una indicación de que una persona nunca ha sido salva. Los cristianos son ciertamente capaces de involucrarse aisla- damente en cualquier pecado. Sin embargo, el pecado habitual no es consistente con la sal- vación. Nosotros no conocemos la definición de Dios de la práctica de pecado. Por lo tanto, estas advertencias se convierten principalmen- te en una advertencia personal a los que están involucrados en pecado por un largo período de tiempo. Estas personas deberían examinar- se a sí mismas para considerar si realmente han creído en Cristo (2 Cor. 13:5). En relación con la evaluación de otras personas, nunca se deberá negar categóricamente su salvación de otros basándonos solamente en su comporta-
  • 236. No Solo de Pan 226 miento si es que ellos profesan la fe. Sin em- bargo, se puede suponer de una manera práctica que una persona involucrada en un pecado permanente pudiera no ser un creyente genuino. En tales casos un obrero cristiano debería repetir el Evangelio de la gracia. El asunto en los textos anteriores no es la pérdida de la salvación sino más bien la evidencia práctica de una persona que nunca la ha teni- do. 8. 1 Cor. 9:24-27 ¿No sabéis que los que corren en el es- tadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una co- rona corruptible, pero nosotros, una in- corruptible. Así que, yo de esta mane- ra corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado. [1 Cor. 9:24-27]. El tema del apóstol Pablo no puede ser la sal- vación. La salvación no viene a través del esfuerzo humano. La imagen que presenta el apóstol de los atletas describe las recompensas del creyente en el tribunal de Cristo. La men- ción de la descalificación en el vs. 27 no equivale a la pérdida de la salvación. Pablo está preocupado acerca de ser eliminado del ministerio a causa del pecado. El obra ardua- mente para no ser descalificado y perder una recompensa plena. (Referencias probables de la pérdida de recompensas: Col. 2:18; 2 Juan 8; Ap. 3:11.) 9. 1 Cor. 11:28-32 Por tanto, pruébese cada uno a sí mis- mo, y coma así del pan, y beba de la copa. Porque el que come y bebe in- dignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condena- dos con el mundo. [1 Cor. 11:28, 29, 32]. No hay necesidad de hacer alguna conclusión de este texto que trata de la comunión. Quizás la traducción de la Reina-Valera de la palabra "juicio" en el vs. 29 pudiera ser causa de al- guna dificultad. Sin embargo, la advertencia para los creyentes de Corinto es acerca de un juicio que difiere claramente del juicio para condenación que recibe el mundo. El peligro en este pasaje no es la condenación eterna sino la disciplina temporal que pudiera ser debilidad, enfermedad, o muerte física (vs. 30). 10. 1 Cor. 15:1-2; Col. 1:21-23 83 Por el cual asimismo, si retenéis la pa- labra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano [1 Cor. 15:2]. Si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la es- peranza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro [Col. 1:23]. Las invitaciones Bíblicas para continuar en la 83 es difícil conocer si podemos incluir a Lucas 9:62 en esta clasificación. Jesús está diciendo probablemente que el discípulo que "mira hacia atrás" de una manera especial no es digno de la gracia de Dios y de sus bendiciones, pero no está diciendo que no tiene la salvación. Tal persona no está calificado para el ministerio. Sin embargo, si el tema es la salvación y no la vida cristiana, entonces Lucas 9:62 enseña que la persona que repudia a Cristo nunca tuvo la fe salvadora tal como se puede observar en la línea de razonamiento anterior (1 Cor. 15:1-2 y Col. 1:21-23). Una persona que sigue a Jesús visiblemente y o participa en la obra cris- tiana pero que retrocede y llega a repudiar la Cruz como al principio en el mejor de los casos esta persona posee una fe intelectual o emocional pero nunca confió en Jesús. (vea Capítulo 9, Parte 2: “Salvación Aplicada” sección II.B.2, pág. 144, para encontrar una explicación de la fe intelectual o emocional).
  • 237. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3 227 fe son bastante consistentes con la seguridad de los creyentes. Dios usa tales mandatos Bíblicos para conservar a los creyentes en la fe y por lo tanto guardarlos en salvación. Las personas con una fe genuina pueden tener dudas, o desobedecer, o aún en ocasiones ne- gar al cristianismo delante de otros, pero los creyentes genuinos no repudian sinceramente a Dios, ni la resurrección o la sangre de Cristo dentro de sus corazones o delante de Dios el Padre. Jesús dice en Juan 10:4b-5, “…y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él, por- que no conocen la voz de los extraños.” 1 Juan 2:19 enseña que aquellos que renuncian a Cristo y a Su Cruz nunca fueron salvos por principio de cuentas: “Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifesta- se que no todos son de nosotros.” Los creyen- tes genuinos siempre creen. Aunque la salva- ción para el creyente es un asunto del tiempo pasado (Ef. 2:8, 9; Tito 3:5, ambos verbos se encuentran en tiempo pasado en griego), la fe en la Biblia se encuentra con frecuencia en el tiempo presente (ej. Juan 3:16 “…para que todo aquel que en él cree, no se pierda...”). Los creyentes genuinos siempre creen ya que Dios los guarda en la fe. Y a aquel que es poderoso para guar- daros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría… [Judas 24]. Para una herencia incorruptible, incon- taminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios me- diante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifesta- da en el tiempo postrero. [1 Pedro 1:4- 5].84 84 Pedro no explica si fe en 1 Pedro 1:5 se refiere a una fe en el pasado, o sea a una fe salvadora inicial o a una de que permanece hasta el presente. Aque- llas personas que se adhieren a la seguridad eterna Las advertencias de la Biblia que hablan acer- ca de "mantener la fe" no son inconsistentes con el concepto de que los verdaderos creyen- tes de hecho, se mantendrán en la fe. Una de las formas en las que Dios mantiene a los cre- yentes en la fe es a través de mandatos y ad- vertencias Bíblicas. Para aquellos que poseen la fe genuina, los mandatos que tratan acerca de continuar les ayudarán a asegurar esa con- tinuación. Además, tales mandatos advierten a los incrédulos que se encuentran dentro de la iglesia visible. Existe la necesidad de minis- tros que imiten el ejemplo de Pablo, que ad- viertan a los creyentes para que ellos "con- tinúen" y "prueben si están en la fe" (2 Cor. 13:5). Algunos que creen que tienen la fe sal- vadora realmente tienen una fe intelectual o emocional. (Vea el Capítulo 9, Parte 2: “Sal- vación Aplicada,” sección II.B., pág.141.) Las advertencias de Pablo de 1 Cor. 15:1-2 y Col. 1:21-23 son preocupaciones genuinas de Pa- blo por si algunas de las iglesias del Nuevo Testamento mostraban falta de confianza en Cristo. Cualquier otra definición de fe aparte de la confianza constituye una fe vana que no es duradera. De esta manera, las advertencias de Pablo no tratan de creyentes que pudieran generalmente consideran la fe del vs. 5 como un acto de fe inicial que se hizo en el pasado. La fe inicial en Cristo nos trae la protección de Dios que nos produce una reservación en los cielos. Por otra parte, los Arminianos naturalmente consideran la fe del vs. 5 como una fe continua. Entretanto una persona tenga una fe continua, él tendrá la protec- ción de Dios de la salvación y la reservación en los cielos. Para ser justos, la salvación en 1 Pedro 1:5 se refiere a una salvación futura de la presencia del pecado, no a la salvación pasada de la paga del pecado del pecado. Por lo tanto, la fe en el vs. 5 no se refiere al acto pasado de la fe inicial en Cristo sino a la fe continua en la vida cristiana. La perso- na que se acerca a 1 Pedro 1:4-5 que ya cree en la seguridad eterna puede estar de acuerdo con los Arminianos en el concepto de que la fe se refiere a una fe continua. Sin embargo, no existe ninguna duda que un creyente continuará creyendo. 1 Pe- dro 1:4-5 probablemente significa que el poder de Dios protege a los creyentes guardándolos en la fe.
  • 238. No Solo de Pan 228 perder su salvación, sino de aquellos cuyo concepto de fe no involucra la confianza (de- pendencia o fiabilidad) en Cristo, Dios el Hijo quien murió y resucitó otra vez. Estas perso- nas no perderían la salvación, ya que no la tienen, porque carecen de la clase de fe que salva. 11. Gál. 5:1-4 Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo. De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gra- cia habéis caído. [Gál. 5:1, 2,4]. a. La Ley Versus la Gracia El debate que se desarrolla en el libro de Gálatas trata de una decisión entre la ley y la gracia. ¿Son las personas salvadas por guardar la ley (ya sea la ley de Moisés u otros sistemas de leyes) o son salvas por la gracia? Pablo en Gálatas habla a favor de la doctrina de la gra- cia y no de la ley (vea Gál. 2:16; 3:11; etc.). Podemos citar páginas con versículos que enseñan que la salvación no viene por buenas obras. (Vea Capítulo 9, Parte 2: “Salvación Aplicada,” sección II.F., pág. 154 “Creer y Obrar Para Obtener Salvación.”) No existe ninguna excusa para añadir obras a la fe como requerimiento para la salvación. Sin embargo, algunos cristianos desde los tiempos del Nue- vo Testamento hasta el presente han estado confundidos. Muchos tratan de unificar la fe con las obras. Sólo la fe salva. Las obras no añaden absolutamente nada. Cuando una per- sona confía en sus buenas obras o en los ritua- les religiosos definitivamente no es salva; pero ¿cómo hemos de evaluar la condición espiritual de aquellas personas que mezclan la fe con las obras, la gracia con la ley? La herej- ía es confusa. Es erróneo confiar tanto en Cristo como en guardar la ley para salvación, pero muchos adoptan esta falsa manera de pensar. Con seguridad, millones de personas confían en su propia bondad o en su religión sin tener ninguna fe real en Jesucristo y en Su obra en la cruz. Estas personas no son salvas a pesar de estar asociados con organizaciones cristia- nas y cumplir con las ceremonias o los ritua- les. Sin embargo, Hechos 15:5 habla de los "fari- seos que habían creído" y que insistían que la circuncisión y la obediencia hacia la ley eran también esenciales para la salvación. Por lo tanto, es posible que los cristianos genuinos lleguen a confundirse en cuanto a las condi- ciones para la salvación. Aún los creyentes pueden ser desviados por una falsa enseñanza. Los escritos de Pablo en el libro de Gálatas describen su preocupación por las personas que son salvas y que pueden caer de la ver- dadera doctrina de la gracia. Aquellos que insisten en guardar la ley para la salvación pudieran ser salvos, o pudieran no serlo ("los falsos hermanos," Gál. 2:4). Solo Dios sabe si los que tienen estas falsas ideas han puesto su fe en Cristo (2 Tim. 2:19). Dios puede saber cuando una persona realmente está confiando en su propia bondad o en una iglesia para sal- vación. Dios también puede determinar si alguien tiene una fe débil en la cruz de Cristo y sin necesidad trata de obrar más para "ga- rantizar" la salvación puesto que carece de seguridad. Estas personas son salvas pero agregan las obras a la fe como un medio extra de asegurarse de obtener Salvación. Ellos guardan la ley como una medida extra de pre- caución. Sin duda las personas de una fe tan débil realmente se sorprenderán al conocer que ellos tenían la salvación por medio de la gracia solamente y que tuvieron que soportar mucha ansiedad innecesaria en esta vida. Aunque el libro de Gálatas tiene un mensaje fuerte para los incrédulos que basan su salva- ción en su bondad, los receptores originales de la epístola ya eran salvos. En Gálatas 5 Pablo les exhorta para que continúen sus vidas libres de la ley. El desea que ellos continúen en la teología de la gracia y en una vida cris- tiana basada en la misma, que no caigan de las doctrinas de la gracia y de una vida cristiana que está orientada hacia la misma.
  • 239. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3 229 b. Ningún Beneficio en Esta Vida (Gál. 5:2) ¿Qué les sucede a los creyentes que confían en el Señor Jesús pero que luego agregan la idea de guardar la ley (la ley de Moisés u otras formas de leyes) para obtener o mantener la salvación? No debemos mal interpretar a Pablo como si estuviese advirtiendo a los Gálatas acerca de perder la salvación. Sin embargo, al adoptar una mezcla entre la ley y la gracia pierden todos los beneficios de Cristo en lo que co- rresponde a esta vida. Los creyentes que abandonan la doctrina de la gracia no pierden la vida eterna, pero si pierden las verdades que son absolutamente necesarias para vivir la vida cristiana. La teología de las obras con- duce inevitablemente a la falta de seguri- dad. La motivación para obrar es el temor, no la gratitud. Un creyente que cree que la salva- ción está en duda si no se le agrega obras no disfruta el amor y la gracia incondicional de Dios y tampoco puede tener los beneficios de un cristianismo verdadero. Cristo no opera a través de un sistema de ley. Por lo tanto, en un sentido, no es ni siquiera posible vivir la vida cristiana verdadera mezclando la ley y la gra- cia. Los creyentes que intentan añadir la ley a la gracia realmente no están viviendo una vida cristiana como la que se nos enseña en el Nuevo Testamento. Cuando Pablo dice en Gál. 5:2 que los que mezclan la ley y la gracia se desligan o pierden el beneficio de Cristo, no pretende decir que pierden la vida eterna. El quiere decir que pierden todos los benefi- cios de la vida cristiana en este mundo. Gál. 5:4 describe el tipo más fuerte de advertencia hacia los creyentes (los Gálatas eran creyentes – Gál. 5:1) que están en peligro de caer de la doctrina de la gracia. c. Desligados de Cristo (Gál. 5:4) La frase "caer de la gracia" de Gál. 5:4 no se refiere a la pérdida de la salvación. Aquellos que se colocan otra vez bajo el yugo de la ley caen de la doctrina de la gracia, de la pers- pectiva y de una relación con Cristo que está basada en el sistema de gracia. Estar "desliga- do de Cristo" significa estar separado de Cris- to, de Su visión y de Su relación que se basa en la gracia. Ser “desligado de Cristo” signifi- ca que aquellas personas que caen de la teo- logía de la gracia y de la vida cristiana que surge de la misma, están separadas de la comunión con Cristo. El acto de abandonar la verdadera vida cristiana y cambiarlo por una forma no Bíblica que Dios no aprueba, significa estar separado de oportunidades de crecimiento cristiano y de servicio. Una persona todavía puede ser salva aunque inten- te añadir obras a la gracia. Sin embargo, esta persona realmente no podrá experimentar la vida cristiana. Además, las personas con tales falsas doctrinas están totalmente descalifi- cadas para ministrar a otros. Esto sería el equivalente teológico de lo que llamamos "un error médico": se daña a otros espiritualmente por los errores. Además de estar separados de la comunión y del ministerio genuino, también están separados del crecimiento y de las actividades cristianas. Cristo y el Espíritu de Cristo operan por la gracia, no por la ley. Aquellas personas que añaden obras a la fe se separan a sí mismas de la única mane- ra en que Cristo desea guiarles. d. Conclusión sobre Gál. 5:1-4 Las advertencias de Gál. 5:1-4 pueden inter- pretarse de manera consistente con la seguri- dad eterna. Pablo de ninguna manera amenaza con la pérdida de la vida eterna. Sin embargo, sus palabras son lo más firmes posible pero sin implicar una eternidad en el infierno. Los creyentes que adquieren ideas extrañas como que la salvación requiere guardar la ley pier- den todos los beneficios de Cristo que se rela- cionan con vivir un cristianismo real (vs. 2). Caer de la doctrina de la gracia y de la forma cristiana de vivir que se origina de ella es es- tar separados de la comunión con Cristo (vs. 4). Y ya que las verdades acerca de la gracia de Dios son esenciales para una manera de vivir cristiana Bíblica, los creyentes que no están de acuerdo son separados del potencial de crecimiento y ministerio (vs. 4). Los cre- yentes que no entienden la gracia no pierden
  • 240. No Solo de Pan 230 la salvación, pero si pierden la base para la vida cristiana. Estas consecuencias extremas nos ayudan a entender la preocupación pro- funda que tiene el apóstol Pablo con respecto a los Gálatas. 12. 2 Tim. 2:12b ... Si le negáremos, él también nos ne- gará.... [2 Tim. 2:12b]. En el contexto, Pablo le ha dicho a Timo- teo que "sea fuerte" (vs. 1) y que "sufra penalidades" (v. 3). En seguida él nos da ejemplos de vidas disciplinadas, un solda- do (vs. 4), un atleta (vs. 5), y un agricultor (v. 6). La declaración de 2 Tim. 2:12b es parte de un antiguo himno Cristiano. Y aunque la interpretación específica de cada frase pueda ser difícil, el himno en general nos enseña los méritos que se obtienen por la dedicación y la disciplina. Si el pronombre "nosotros" de la primera parte del verso 12 se limita a las personas que son salvas, entonces la frase podría significar que a aquellos que se avergüen- zan en admitir que son creyentes (vea 2 Tim. 1:8) se les negarán las recompensas plenas que Dios deseaba entregarles. Esto no sería una pérdida de salvación sino una pérdida de coronas, de posiciones más altas en el reino, o de una gloria más pro- funda en el cuerpo de resurrección (vea 1 Cor. 3:15; Col. 2:18; 1 Juan 2:28; 2 Juan 8; Ap. 3:11 que son versículos que pudie- ran hablar de un creyente que pierde las recompensas en el tribunal del juicio de Cristo). Realmente, la siguiente declara- ción es quizás una afirmación de como la salvación del creyente está asegurada aún si a este se le niegan las recompensas. “Si fuéremos infieles, él permanece fiel...” (2 Tim. 2:13a). Si el pronombre "nosotros" de 2Tim. 2:12 b no se restringe solamente a los creyen- tes e involucra a las personas en general, entonces tendríamos otra interpretación. Aquellos que niegan a Cristo como Salva- dor en esta vida, o sea, que no creen en El, el Señor les negará en el juicio futuro (vea Mat. 7:22-23). Entonces el siguiente versí- culo (vs.13) significa que aquellos que son infieles (incrédulos) se enfrentarán al jui- cio eterno. Dios será fiel a Su propia justi- cia y a Sus advertencias de destrucción. El primer punto de vista se ajusta a un contexto que invita a los creyentes a so- portar las dificultades. Si somos desobe- dientes se nos negarán las recompensas. Sin embargo, el segundo punto de vista también se ajusta al tema de los vss. 9-10 (soportando dificultades para que los ele- gidos obtengan salvación y gloria eterna). Quizás 2 Tim. 2:11-12a se refiere a las personas salvas que obtienen vida y tam- bién recompensas. Entonces 2 Tim. 2:12b- 13 se refiere a aquellos que niegan a Cristo como Salvador y son infieles (incrédulos). Ellos se perderán de la gloria eterna y les será negada la salvación. De cualquier forma que se entienda esta frase, será compatible con la doctrina que enseña que un creyente no pierde la salvación. 13. Los Pasajes de Advertencia de Hebreos El Autor de Hebreos nos entrega cinco pasajes de advertencia en su libro: 2:1-4; 3:6-4:11 (especialmente 3:6, 12, 14, 4:11); 6:4-8; 10:26-31; 12:25-29. Los que niegan la Segu- ridad Eterna señalan a Heb. 6:4-6 y 10:26-31 como fuertes evidencias de su posición. Sin embargo, todos estos textos se pueden enten- der mejor de manera que sean compatibles con la seguridad eterna. Antes de explicarlos, será necesario dar una opinión acerca de los receptores originales del libro de Hebreos. ¿Eran los lectores una mezcla de judíos salvos y no salvos? Si es así, los pasajes de adverten- cia pueden ser leídos, como advertencias a los que no son salvos para que establezcan su fe en Cristo y así no ser condenados al fuego del infierno. Si los lectores originales son es- trictamente creyentes, entonces las adverten- cias les exhortan a evitar los fuegos de la dis-
  • 241. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3 231 ciplina.85 En vez de olvidarse de la eternidad, los creyentes deben trabajar para obtener una plena recompensa y compartir en el Reino venidero de Cristo. La interpretación exacta de los pasajes de advertencia depende de qué punto de vista tengamos acerca de los reci- pientes si estos no son salvos (tendremos ad- vertencias evangelísticas) si son salvos (ten- dremos advertencias para evitar la infidelidad) sin embargo, ambas opciones pueden condu- cirnos a interpretaciones que sean consistentes con la doctrina de la seguridad eterna. Des- pués de haber tocado el punto de la identidad de los lectores originales, haremos un estudio sobre cada uno de los pasajes de advertencia. a. Los Lectores Originales de Hebreos Los receptores de Hebreos eran obviamente judíos. Estos tenían afiliaciones en las esferas cristianas pero alguien les estaba exhortando para que regresaran al judaísmo.86 El autor les advierte para que ellos no hagan tal elección. Obviamente, una iglesia local puede tener miembros que no son salvos. ¿Pudieran estar dirigidas estas advertencias a los incrédulos que se encontraban en las iglesias hebreas? Entonces éstas serían advertencias de tipo evangelístico invitándolos a la fe en Cristo. La otra opción es que las advertencias se diri- gen a creyentes genuinos. Estas exhortan a los creyentes a no olvidarse de la Iglesia visible y a no volver a la asociación de la sinagoga. Al hacer una decisión errónea, éstos creyentes soportarían los fuegos de la disciplina de Dios (dificultades en esta vida pero no en el infier- no) y la pérdida de recompensas plenas en el cielo. ¿Cual punto de vista es el mejor? Admitimos que la elección es difícil. Sin em- 85 El fuego aquí sería una metáfora de la agricultu- ra que habla de la limpieza de un campo de las impurezas o en este caso, del fuego que quema las obras que no tienen valor de un creyente que pierde recompensas, 1 Cor. 3:15. 86 No debemos preocuparnos en este momento si los lectores están siendo arrastrados al judaísmo principal o hacia una secta Judía derivada de este. bargo, el autor prefiere tomar los textos de advertencia de Hebreos como textos que se dirigen a los creyentes. La definición de sal- vación de Hebreos favorece al concepto de que estas advertencias se dirigen a aquellos que ya son salvos. ¿Qué es lo que quiere decir el autor de Hebreos con la palabra salvación? En la Biblia existe una salvación en el tiempo pasado. Un creyente ya ha sido salvo (tiempo pasado) de la paga del pecado. Si Hebreos pretende transmitir esta definición de salva- ción, entonces los textos de advertencia son evangelísticos. Sin embargo, la Biblia también habla de un futuro aspecto de la salvación aun para aquellos que ya son salvos de la paga del pecado. En el futuro los creyentes serán sal- vos de la presencia del pecado mismo (Rom. 13:11). La liberación (o salvación) que hace Cristo en el futuro lleva incluidas todas las bendiciones de Su segunda venida (como el hecho de que el diablo este atado, un cuerpo de resurrección para los santos de la Iglesia, recompensas y posiciones de autoridad en el reino).87 Aunque todos los creyentes se en- contrarán en el cielo, habrá varios niveles de recompensas (coronas), varias posiciones de autoridad compartiendo el gobierno de Cristo (Lucas 19:17, 19), y aún diferentes niveles de gloria entre los cuerpos de resurrección (1 Cor. 15:41-42). Y aunque ningún cristiano pierde su admisión a los cielos, habrá grados de participación en el Reino. Si consideramos que la palabra salvación en Hebreos se refiere a una liberación futura en la venida de Cristo, entonces los pasajes de advertencia se aplican a los creyentes. Estas serían advertencias para no ser negligentes en cuanto a vivir para la eternidad. La infidelidad resultará en una par- ticipación menor de las bendiciones de la sal- vación futura. Hebreos definitivamente nos da un panorama del futuro; (1) “heredero de todas las cosas” Heb. 1:2, (2) “y otra vez cuando introduce al Primogénito en el mundo” o sea en la Segun- da Venida, Heb. 1:6 (3) “el mundo venidero” 87 Todos estos temas se cubren en el Capítulo 12, “Escatología.”
  • 242. No Solo de Pan 232 Heb. 2:5, (4) “habiendo de llevar muchos hijos a la gloria” Heb. 2:10, (5) “llamamiento celestial” Heb. 3:1, (6) “del siglo venidero” Heb. 6:5, (7) “aquel día se acerca” Heb. 10:25. Y lo que es aún más importante, los varios usos del término salvación muestran que el autor la define como una liberación futura de la presencia del pecado y de su mal- dición (y no sólo la salvación en el pasado que es de la paga del pecado). ¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación? [Heb. 1:14]. Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan. [Heb. 9:28]. La posición que considera las advertencias del libro de Hebreos como advertencias evan- gelísticas a los incrédulos acerca de la salva- ción de la paga del pecado es una posición válida. Esta posición preserva la doctrina de la Seguridad Eterna. Sin embargo, Hebreos con toda probabilidad entrega advertencias a los cristianos para que ellos no se pierdan las bendiciones completas de la salvación futura. A los creyentes se les insta a vivir no sola- mente para esta vida, siendo negligentes del Regreso del Señor. Si así lo fueran, muy bien podrían perderse de algunos aspectos de la liberación (salvación) futura. Los creyentes ya han sido salvos de la paga del pecado, pero todavía pueden perderse de su pleno potencial de recompensas y de bendiciones en la salva- ción futura que Cristo traerá. Una ilustración acerca de una herencia terrenal nos ayudará a poner en claro la perspectiva del libro de Hebreos acerca de nuestra herencia celestial. Suponga que un hombre tiene el potencial de obtener una herencia asombrosa. La cantidad que él podrá compartir en el futuro está fuera de nuestro entendimiento. El está en la posi- ción de heredar la bendición más grande que cualquiera en la historia del mundo. Sin em- bargo, suponga que debido a la negligencia de su benefactor recibe solamente una pequeña fracción de lo que él debiera haber heredado. El todavía obtuvo una gran suma. Desde una perspectiva él no se perdió de la herencia. Sin embargo desde otra perspectiva la pérdida del potencial para la herencia plena puede ser considerada como la pérdida de su herencia. Por pura negligencia él se perdió de lo que pudo haber poseído. El Señor regresará para traer una salvación completa a este mundo. Habrá salvación de la presencia del pecado (y de su maldición). To- dos los creyentes ya han sido salvados eter- namente de la paga del pecado. Sin embargo, habrá varios grados de participación en la salvación futura. Ningún creyente va a perder totalmente sus beneficios. Aún así, debido a la infidelidad y a una vida que no tiene en cuenta el rescate futuro de Cristo, muchos creyentes se perderán de una herencia plena que de otra manera hubieran obtenido. Todos partici- parán de la liberación futura que el Señor tra- erá en Su Segunda Venida, pero muchos se perderán de las bendiciones máximas de esta salvación. Esta será una gran pérdida de la posesión que de otra manera se hubiera obte- nido por lo que puede considerarse como una pérdida de participación más profunda de la salvación. No es que un creyente pueda ir al infierno o perderse la entrada a los cielos, pero si puede perder las bendiciones plenas de la liberación de Cristo en el futuro (las recom- pensas, la posición en el Reino, los grados de gloria en los cuerpos de resurrección, etc.). Con mucha probabilidad el libro de Hebreos advierte a los creyentes para que éstos no sean negligentes y vivan para obtener una recom- pensa a un nivel más profundo en la salvación venidera. Hebreos probablemente advierte acerca del fuego de la disciplina durante esta vida y la pérdida de recompensas. Ahora vamos a estudiar cada pasaje de adver- tencia en particular. El primer punto de vista nos ofrece una interpretación que se basa en la suposición de que la advertencia es de natura- leza evangelística (dirigida a los incrédulos). El segundo punto de vista nos ofrece una in-
  • 243. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3 233 terpretación que es resultado de la suposición de que la advertencia es para los creyentes. Sin importar el punto de vista que se adopte, no deberá perderse la verdad principal: exis- ten formas de entender el libro de Hebreos que son consistentes con la doctrina de la seguridad eterna. b. El Primer Pasaje de Advertencia: Heb. 2:1-4 ¿Cómo escaparemos nosotros, si des- cuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada prime- ramente por el Señor, nos fue confir- mada por los que oyeron, [Heb. 2:3]. (1) Dirigida a los no Salvos de Entre los Hebreos Los que creen que entre los lectores origina- les había algunas personas que no eran salvas consideran esta advertencia como evangelísti- ca. Presten atención al Evangelio (Heb. 2:1a). No vayan por la vida siendo negligentes a invitación a la fe en Cristo (Heb. 2:1b). Aque- llos que desobedecieron la ley sufrieron casti- go (Heb. 2:2). Aquellos que son negligentes a la salvación (de la paga del pecado) ofrecida por medio de la fe en Cristo no escaparán del castigo eterno (Heb. 2: 3). (2) Dirigida a los Creyentes Los que piensan que Hebreos habla solamente a los creyentes consideran que esta es una advertencia para vivir a la luz de la eternidad. La salvación en este caso habla de un rescate futuro mediante la Segunda Venida del Se- ñor. Habrá Una liberación futura de este sis- tema malvado del mundo y de todos los as- pectos de la maldición (tales como la enfer- medad y la muerte física). Esta salvación futu- ra incluye las recompensas, las posiciones de autoridad en el Reino Milenial y en la eterni- dad. Los cristianos deberán prestar mucha atención a lo que el Señor enseñó acerca de su liberación futura (ej. Heb. 2:1a – una salva- ción futura). Si deseamos compartir a un nivel más profundo las recompensas, bendiciones, y autoridad en estos aspectos futuros de la salvación, entonces debemos dejar de divagar en esta vida (Heb. 2:1b). Algunos creyentes son perezosos y apáticos en cuanto a su nivel de recompensa y autoridad en el reino futuro también son descuidados en lo que han apren- dido acerca de su rescate (salvación) futuro de la presencia del pecado y de este sistema mundano. Los creyentes que sólo viven para el presente y son negligentes en cuanto a la enseñanza de Cristo acerca de Su salvación futura recibirán la disciplina en esta vida y la pérdida de recompensas más tarde (vs. 2 – “sólo recompensa”). Los que prestan atención a lo que Cristo enseñó acerca del futuro no van divagar en esta vida ni van a ser negligen- tes en cuanto a la salvación futura. Ellos van a vivir ahora de manera que puedan obtener la participación más plena posible cuando Cristo regrese a salvarnos y a librarnos de este mun- do pecaminoso y transitorio.88 También obrarán en este mundo considerando el bene- ficio que se obtendrá en el "mundo venidero" (v. 5). La consideración de la salvación desde un ángulo futuro probablemente sería algo extra- ño para los cristianos que leen la Biblia en este tiempo presente. Nuestro pensamiento da énfasis a la salvación de la paga del pecado. Sin embargo, la advertencia de Heb. 2:1-4 se encuentra entre dos referencias de la salvación futura. Hebreos 1:14 usa claramente la salva- ción para abarcar todas las bendiciones futu- ras. Además, Heb. 2:5 está unido al argumen- to del 2:1-4. Heb. 2:5 habla del "mundo veni- dero”. Mientras vivan en este mundo, los cre- yentes deben prestar atención y ver la forma de obtener mejores recompensas y de partici- par más profundamente en el reinado, poder, y la gloria del mundo por venir. (3) Conclusión 88 El Señor salvará a los creyentes y los llevará fuera de este mundo en el arrebatamiento. Esto también se considera una salvación o liberación del sufrimiento, la persecución y las tentaciones de este mundo (que se producen por vivir en un mun- do dominado por Satanás y un sistema que se opo- ne a Cristo).
  • 244. No Solo de Pan 234 El primer pasaje de advertencia no está ense- ñando que los creyentes pueden perder la sal- vación de la paga del pecado por alejarse o por ser negligentes. Se nos han dado todas las interpretaciones alternativas. La sección ante- rior revela la preferencia del autor. Sin em- bargo, ambas interpretaciones satisfacen la necesidad para que entendamos que Heb. 2:1- 4 es un pasaje compatible con la doctrina de la seguridad eterna. c. El Segundo Pasaje de Advertencia: Hebreos Capítulos 3-4 Pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el glo- riarnos en la esperanza. [Heb. 3:6]. Mirad, hermanos, que no haya en nin- guno de vosotros corazón malo de in- credulidad para apartarse del Dios vi- vo; [Heb. 3:12]. Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del prin- cipio [Heb. 3:14]. Procuremos, pues, entrar en aquel re- poso, para que ninguno caiga en seme- jante ejemplo de desobediencia. [Heb. 4:11]. (1) Dirigido a los no Salvos Entre los Hebre- os Una conclusión que obtuvimos anteriormente en este estudio fue que la fe salvadora genuina conserva la fe. Dios mantiene al creyente cre- yendo. Una persona que ha confiado en Jesu- cristo como Salvador no renunciará a la dei- dad, la sangre o la resurrección de Cristo. (Vea VII.B.10., pág. 226 que trata de 1 Cor. 15:1-2). El tipo de fe (o confianza) que salva, conduce a una fe que es continua. Otros tipos de fe como la fe intelectual en ciertos hechos acerca de Dios (Santiago 2:19) o la fe emo- cional en la que Jesús puede librar solo de dificultades temporales (sin ningún interés en la salvación del pecado [por ej. Lucas 8:13] no salvan, vea Parte 2, II.B.2., pág. 144 de ese capítulo). Las advertencias de Hebreos 3-4 pueden estar dirigidas a incrédulos que se han asociado con las Iglesias Judías. Ellos no po- seen el tipo de fe que salva y la que permane- ce (que se aferra). Con este tipo de entendi- miento, la palabra casa de Heb. 3:6 habla de formar parte de la familia de Dios, y la pala- bra participante de Heb. 3:14 se refiere a la unión salvadora con Cristo. Heb. 3:6 es una advertencia para examinar si es que algunos de los lectores carecían de la fe salvadora (la clase de fe que continua creyendo). Heb. 3:12 advierte en contra de ser un incrédulo que se desprende de Dios, rechazando la invitación de confiar en Jesús. A los lectores hebreos se les está invitando para que abandonen la igle- sia y regresen a la sinagoga. Como ya dijimos, en Heb. 3:14, el autor puede estar exhortando a los lectores a asegurarse de tener una fe per- sonal en Cristo. (Personal en el sentido de confiar y no solo una fe intelectual en la información de los hechos acerca de Jesús o una fe emocional que ve a Cristo ayudando solo con los problemas temporales). El tipo de fe que salva continúa creyendo. Otras defini- ciones de la fe no involucran la fe salvadora. El autor no está preocupado de que un creyen- te pierda su salvación. En está preocupado de que algunos lectores, aunque están unidos a una iglesia, nunca hayan confiado en Cristo. Heb. 4:11 llega a ser otra invitación evan- gelística para entrar en la salvación y descan- sar en Cristo a través de la fe y descansar de las obras como una manera de obtenerla (4:10). (2) Dirigidas a Creyentes También podemos entender las advertencias en Hebreos 3-4 como advertencias dirigidas a los creyentes invitándoles a permanecer acti- vos en el servicio de adoración, a seguir obrando en participación activa con Cristo y para entrar en una herencia (recompensa) ple- na. Recuerde que los hebreos están teniendo un conflicto con la tentación de abandonar la iglesia visible y regresar a su asociación con el judaísmo. Las "casas" en Hebreos 3 no pa- recen referirse a la familia de Dios. La casa de
  • 245. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3 235 Moisés en Hebreos 3:5 se refiere al sistema de adoración y servicio en el tabernáculo. Sola- mente los sacerdotes podían servir en la "casa de Dios". Esa era su función sacerdotal limi- tada sólo a ellos dentro del lugar santo y Santísimo. En el Antiguo Testamento una persona todavía podía ser salva sin participar activamente en la casa de Dios (ya que era el lugar y el sistema de los sacerdotes). La casa de Cristo en el vs. 6 probablemente se refiere a la participación activa en la adoración sa- cerdotal. A diferencia de la ley donde sólo una minoría podía ser sacerdote, en el Nuevo Tes- tamento (pacto o convenio) todos los creyen- tes tienen la posición de sacerdotes para con Dios; pero algunos se retraen y no se involu- cran en las actividades de adoración y servi- cio. Los cristianos no pueden ser arrojados de la familia de Dios, pero sí pueden rechazar la participación en el sistema de adoración y servicio de Dios. Ellos pueden removerse a sí mismos de la casa de Dios cuando rechazan congregarse con otros creyentes sacerdotes en el tiempo de adoración. La invitación familiar para congregarse que se encuentra en Heb. 10:25 se encuentra precedida por la declara- ción de Heb. 10:21 que menciona que Cristo es el Sumo sacerdote sobre la casa de Dios. De esta manera, el mandato para no dejar de congregarse equivale a la advertencia para permanecer en la casa de Dios. Heb. 3:6 es probablemente una advertencia para que los creyentes judíos no abandonen la casa de Dios (la cual no es un edificio, si no una congrega- ción de creyentes sacerdotes que le adoran) y regresen a la sinagoga.89 Una persona puede 89 La casa de Moisés en Heb. 3:5 se refiere al ta- bernáculo (la casa de Dios) con su lugar santo y también se refiere a la función del sacerdocio del Antiguo Testamento quienes adoraban y servían en ese lugar. La definición de casa en Heb. 3:6 inclu- ye tanto el lugar de adoración como los partici- pantes (o los sacerdotes en sus diferentes funciones de adoración y servicio). Por el término la “casa” de Cristo el autor de Hebreos se refiere al taberná- culo celestial y a su lugar santo (la presencia de Dios en Su trono) con un sacerdocio del Nuevo Testamento para adorar y servir a Dios. Un creyen- ser salva y ser parte de la familia de Dios pero también puede cometer el error de no involu- crarse con la Iglesia, que es la casa de adora- ción. Heb. 3:6 nos exhorta a permanecer acti- vos en "la casa de Cristo". Suponiendo que el autor se dirige a las perso- nas que son salvas, Heb. 3:12 se estaría refi- riendo a la fe permanente de la vida cristiana. Una persona que es salva ya ha creído en la cruz pero también debe creer constantemente en los mandatos y las enseñanzas de la Biblia. Un cristiano judío mostraría una gran falta de fe si este abandona la iglesia debido a presio- nes sociales y regresa a las asociaciones con el judaísmo. Abandonar la iglesia no sería causa de pérdida de salvación sino que rompería la comunión con Dios y podría ser clasificado Bíblicamente como "apartarse del Dios vivo" (v. 12). Heb. 3:14 puede ser considerado como una advertencia restringida totalmente a los cre- yentes. Hay posibilidad de no captar la inten- ción de la advertencia si es que entendemos la palabra partícipe como una unión salvado- ra con Cristo. Lucas 5:7 usa la misma palabra griega para hablar de los socios de un negocio de pesca. La definición de "partícipe" o "co- partícipe" también encaja en el uso de Heb. 1:9 (“compañeros,” en la versión inglesa NASB) y 3:1 (“participantes del llamamiento celestial”). No es necesario enfatizar la unión espiritual aquí sino que debemos enfatizar la participación activa como colaboradores con Cristo en la obra del ministerio. Así como el concepto de "casa" en Heb. 3:6 advierte acer- ca de abandonar la actividad en el sistema de adoración de Dios, de la misma manera Heb. 3:14 nos advierte para no fracasar como partí- cipes activos con Cristo en el servicio. Los creyentes que son participantes activos en la obra de Cristo en este mundo tendrán una participación más plena en Su poder y en Su gloria posteriormente. Nosotros debemos te siempre tendrá la posición de sacerdote pero puede salirse de las funciones de servicio y adora- ción.
  • 246. No Solo de Pan 236 permanecer en la casa de adoración de Cristo (la iglesia) y también ser participantes activos con El para lograr el pleno potencial para la herencia. Si Heb. 4:11 se dirige a los creyentes, enton- ces se trata de un mandato para esforzarse con diligencia hacia la obtención de la herencia más plena posible. Quizás consideremos que el concepto de descanso no tiene ninguna re- lación con la herencia pero debemos entender el contexto y la manera de pensar de los jud- íos. Para ellos el descanso está relacionado muy de cerca con la herencia. Después que Dios descansó de Su obra creadora, El pudo disfrutar la herencia que había hecho para Sí mismo. La generación del éxodo fue llamada a conquistar la tierra prometida. Después ellos pudieron entrar en el descanso y disfrutar la herencia. Nótese la conexión entre descanso y herencia en Deut. 3:18-20 y 12:9-11. Porque hasta ahora no habéis entrado al reposo y a la heredad que os da Je- hová vuestro Dios. Mas pasaréis el Jordán, y habitaréis en la tierra que Je- hová vuestro Dios os hace heredar; y él os dará reposo de todos vuestros ene- migos alrededor, y habitaréis seguros. [Deut. 12:9-10]. El autor de Hebreos nos está comunicando que aun Josué no condujo al pueblo de Dios a un pleno descanso y a una plena herencia en la tierra (Heb. 4:8). La herencia más grande todavía se encuentra en el futuro. Los creyen- tes todavía no han entrado en un descanso de la labor. Ahora es el tiempo de trabajar, el descanso y la herencia están cerca. Algún día nosotros descansaremos de todas las labores terrenales (en la muerte o el arre- batamiento). Sin embargo, el presente no es un periodo de descanso sino de labor, o aún de guerra como nos muestran los pasajes pa- ralelos del Antiguo Testamento que hablan de luchar para obtener la herencia plena en la Tierra Prometida. Heb. 4:11 definitivamente no es una indicación para obtener la salvación del infierno mediante un esfuerzo diligente. El mandato de Heb. 4:11 le comunica a los cre- yentes que sean diligentes para así entrar en la herencia que Dios quiere darles. La defini- ción que el autor tiene de la palabra herencia no es una liberación mínima del castigo eter- no sino la de una posesión plena de recom- pensas y bendiciones que Dios quiere que sean conferidas. Cuando definimos el término herencia estrictamente como la "posesión o herencia plena", es posible que pasemos por alto la herencia y obtengamos solamente el rescate de la condenación. Esto todavía es una bendición grande pero no es la herencia plena que puede ser poseída mediante la diligencia. Todos los creyentes entrarán en el descanso eterno, y este es el significado común de la frase, el descanso de todos los problemas te- rrenales. Sin embargo, algunos heredarán más recompensas y bendiciones que otros. Todos los creyentes serán ciudadanos y residentes del Reino de Dios, pero muchos se perderán la herencia (completa) que Dios quería darles. Así como muchas personas en la generación del Exodo fueron salvas pero no obtuvieron su herencia en la tierra prometida, así los cre- yentes pueden ser salvados del infierno y per- derse de la herencia que Dios desea dar. Así como los creyentes en la generación de Josué fueron salvados y escaparon del infierno pero no obtuvieron la herencia plena que Dios de- seaba darles, así también el creyente está en peligro de solo ir al cielo y perderse de la herencia plena que Dios le ofrece. Si la herencia la consideramos como el potencial para la bendición más grande posible, es pro- bable que un creyente se pierda del descanso prometido por falta de diligencia. Heb. 4:11 nos advierte para que obedezcamos y obremos ahora para así entrar en una herencia y des- canso plenos en el futuro. Todas las advertencias que se encuentran en Hebreos 3-4 pueden ser tomadas como adver- tencias a creyentes que no implican perdida de salvación del castigo eterno: (1) “Permanece en la casa de Dios” (Heb. 3:6) o sea, perma- nece en la asamblea de la iglesia que es el sistema de adoración y de servicio sacerdotal; (2) “No te apartes de la comunión con el Dios
  • 247. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3 237 vivo regresando a las ataduras del judaísmo” (Heb. 3:12). (3) “Mantén tu participación tra- bajando para Cristo” Heb. 3:14; (4) “No des- canses todavía. Se diligente y obediente para que no te pierdas de ninguna porción del des- canso (la herencia completa) que Dios te quie- re dar” (Heb. 4:11). Los hebreos que habían creído no perderían su salvación al salirse de la Iglesia. Sin embargo, ellos si podían retirar- se de la casa de Dios (del sistema de adora- ción, vs. 6). Ellos podían desprenderse de la comunión con Dios (vs. 12). Podían dejar de ser participantes activos en la obra de Cristo (vs. 14). Al igual que los hebreos en los tiem- pos del Antiguo Testamento (muchos de los cuales eran también salvos), ellos podrían fallar y no entrar en la herencia (descanso) que Dios les quería dar (4:11). Ellos tendrían la salvación del infierno, pero Dios les quería dar mucho más. Si ellos abandonan la Iglesia y regresan abiertamente al judaísmo, ellos pasarían por alto el reposo (o herencia) que Dios quiere que posean (pero no pasarían por alto el cielo mismo). (3) Conclusión El Segundo pasaje de advertencia exhorta a los incrédulos que se afilian a la Iglesia a es- tablecer su fe en Cristo. También puede ex- hortar a los creyentes a mantenerse diligentes e involucrados para obtener la herencia plena que Dios quiere para ellos. Este pasaje no contradice las doctrinas básicas de la Biblia que enseñan la seguridad eterna del creyente. d. El Tercer Pasaje de Advertencia: Heb. 6:1- 12 Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partíci- pes del Espíritu Santo, y asimismo gus- taron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, y recaye- ron, sean otra vez renovados para arre- pentimiento, crucificando de nuevo pa- ra sí mismos al Hijo de Dios y expo- niéndole a vituperio. Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba prove- chosa a aquellos por los cuales es la- brada, recibe bendición de Dios; pero la que produce espinos y abrojos es re- probada, está próxima a ser maldecida, y su fin es el ser quemada [Heb. 6:4-8]. Si una persona se acerca a este texto con la idea preconcebida que los creyentes pueden perder la salvación, entonces interpretará estos versículos como una confirmación. Sin em- bargo, suponiendo que este sea el punto de vista correcto, entonces Heb. 6:6 estaría ense- ñando que una vez se ha perdido una perso- na, esta siempre estará perdida. Aquellos que se apartan “es imposible (que) sean otra vez renovados para arrepentimiento.” La ver- dadera interpretación de Heb. 6:1-12 nos vie- ne de otra dirección. Como ya dijimos, el re- sultado preciso depende de si creemos que el autor dirige su advertencia a las personas no salvas que están asociadas con la iglesia visi- ble o a los creyentes específicamente. Si las palabras son para los incrédulos, esta es una advertencia para que ellos coloquen su fe en Cristo. Deberán marchar hacia la madurez, o sea, salir del Judaísmo hacia el pleno cristia- nismo (Heb. 6:1). La maldición y el fuego del vs. 8 serían una referencia al infierno. Por otra parte, esta advertencia podría estar dirigida a los creyentes. Entonces el fuego del vs. 8 sería una metáfora de un campo que es quemado para remover las impurezas (yerba) y para que sea más fértil. Note que la figura misma que se emplea es la de un campo. El fuego se refe- riría a la disciplina administrada por Dios en la vida del creyente y quizás a la pérdida de recompensas en el tribunal de Cristo (1 Cor. 3:15). Aunque la interpretación exacta de este pasaje varíe dependiendo de la conclusión respecto a los recipientes, en ningún caso Hebreos 6 debe de entenderse como un pa- saje que trata de los cristianos que pierden la salvación. Ahora veamos el pasaje en deta- lle. (1) Dirigido a Incrédulos Supongamos que el autor dirige sus adverten- cias a los incrédulos que se encuentran dentro
  • 248. No Solo de Pan 238 de las iglesias Hebreas. El acto de abandonar la enseñanza elemental y avanzar hacia la madurez sería un llamado para abandonar permanentemente todas las formas de judaís- mo y entrar por medio de la fe y al sistema más avanzado de Dios, el cristianismo. Pero puede ser que esto no se lleve a cabo. La re- novación imposible de Heb. 6:6 pudiera sig- nificar que algunos de los hebreos han recha- zado a Cristo hasta un punto en que no se puede regresar, o quizás esto significa que ya el autor no pudo decir o hacer algo para pro- ducir en ellos arrepentimiento para la salva- ción. Sin embargo, Dios puede cambiar los corazones (vs. 3). La evidencia más fuerte de que este pasaje está tratando con personas que no son salvas proviene de la frase del versícu- lo 6 “crucificando de nuevo para sí mismos al hijo de Dios,” y del vs.9, “cosas que pertene- cen a la salvación,”. Si una persona realmente cree que Jesús fue un Mesías falso que mere- ció la muerte, esta persona ciertamente no es salva. Además, el hecho de que el autor men- ciona que espera mejores cosas de sus lecto- res, “cosas que pertenecen a la salvación,” implica que sus palabras anteriores describen a los que no son salvos. Quizás la descripción de los vss. 4-6 se refiera a personas que han sido expuestas al pueblo cristiano y a la ver- dad pero que no ha puesto su fe en Cristo. En el lenguaje de la época, nosotros les llamaría- mos "buscadores". Estos están considerando colocar la fe en Cristo. Se han retirado del judaísmo pero no se han acercado a la fe cris- tiana. Ellos poseen algunas verdades acerca del Señor Jesús (la iluminación del vs. 4). Ellos han tenido alguna experiencia de lo que significa la salvación ya que se han asociado con las personas que son salvas (gustaron del don celestial de la salvación, vs. 4). Ellos tu- vieron algo de participación con el del minis- terio de convicción del Espíritu Santo (partí- cipes del vs. 4). Ellos han gustado (probado) las bendiciones de la Escritura y han visto milagros (vs. 5). Sin embargo, había presión sobre estas personas judías a fin de que se separaran de la iglesia y rechazaran la posibi- lidad de ser influenciados para colocar su fe en Cristo. Si ellos regresan hasta llegar a la conclusión que Jesús era un Cristo falso que mereció la muerte (crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios, vs. 6), ellos podr- ían experimentar ceguera y tener una mente reprobada. En el menor de los casos nada de lo que pudiera hacer el autor del libro lograría que cambiaran su actitud (o sea, que fueran renovados para arrepentimiento, vs. 6). Sólo Dios podría cambiar este tipo serio de apos- tasía (vs. 3), y a menos que esta situación sea revertida, el final podría ser el fuego (vs. 8). Heb. 6:1-8 puede ser interpretado como una advertencia para los incrédulos (buscadores) a fin de que ellos se conviertan a la fe en Cristo y que no regresen al judaísmo. El resultado final es compatible con la doctrina de la segu- ridad eterna. Otra opción sería considerar este pasaje, como una advertencia de fuego para los creyentes vs. 8 lo cual consistiría en un castigo severo para el creyente que se aparta de la Iglesia. (2) Dirigida Hacia los Creyentes La descripción "crucificando para sí mismos al hijo de Dios" (vs. 6) y “cosas que pertene- cen a la salvación” (vs. 9) no necesariamente eliminan el punto de vista de que Hebreos 6 está dirigido a aquellos que ya son salvos. Suponga que la descripción “crucificar a Cris- to” no se refiere a una posición teológica es- pecífica. Sino que, pudiera ser una descrip- ción inadvertida, inconsciente y sin ninguna mala intención de alguien que se aparta (que deja o abandona – Heb. 10:25) de la Iglesia y regresa a sus asociaciones con el judaísmo. La descripción, "crucificar a Cristo," pudiera muy bien no describir una convicción teológica de corazón si no un comportamiento sociológico. Cualquiera que se aparte de una asamblea cristiana para escuchar a los falsos maestros de un culto judío sin darse cuenta se coloca por asociación, al lado de quienes le dieron muerte a Cristo. Un cristiano genuino que abandona la Iglesia puede colocarse por aso- ciación, al lado de los enemigos de Cristo. El autor no estaría clasificando a los lectores como en incrédulos, sino que estaría usando la
  • 249. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3 239 táctica "culpa por asociación”. En sus creen- cias teológicas en ellos no estaban de acuerdo con la crucifixión, pero mediante su afiliación con los enemigos de Cristo, sus acciones no eran consistentes con sus creencias. Los cris- tianos no deberán regresar a las esferas reli- giosas de quienes dieron muerte a Cristo. Si ellos abandonan la Iglesia y regresan a invo- lucrarse con el judaísmo, ellos estarían apo- yando al mismo grupo de aquellos líderes que querían que Jesús muriera ya que para ellos El era un Mesías falso. Lo más probable es que los lectores hebreos nunca se dieron cuenta de todas las ramificaciones de la decisión de apartarse de las esferas cristianas y regresar con sus viejos amigos del judaísmo. Quizás ellos pensaron que sería un cambio simple e inocente. El autor quiere que ellos se den cuenta de que, aún sin pensarlo, aquellos que abandonan la Iglesia y regresan al judaísmo estarían colocándose del lado (por asociación no por fe) de aquellos que dieron muerte a Jesús por considerarlo un falso mesías. Salir de la comunión de la Iglesia podría ser un asunto muy serio, podría ofender a Dios más de lo que los creyentes hebreos pudieran ima- ginarse. Si la frase (crucificando al Hijo de Dios) se interpreta como un comportamiento sociológico y no como una creencia teológica, aún así ésta puede hacer referencia a los cris- tianos genuinos. De la misma manera, la frase "cosas que per- tenecen a la salvación" (Heb. 6:9) no necesa- riamente implica que los lectores eran in- crédulos. La salvación en el libro de Hebreos tiene un énfasis en el tiempo futuro. Cristo regresará para salvar a los creyentes, librarlos este mundo, sacarlos fuera del mismo y libe- rarlos de la maldición del pecado. Esta libera- ción implica niveles de recompensas, un go- bierno juntamente con Cristo con varios ran- gos de autoridad, y niveles de gloria en el cuerpo de resurrección. Todos los creyentes tendrán una participación en este tipo futuro de salvación. Algunos tendrán un grado más glorioso de participación que otros. Los cre- yentes judíos que se apartan de la Iglesia y regresan al judaísmo, pueden ser salvos de la paga del pecado en el infierno eterno. Sin embargo ellos pasarán por alto las bendiciones más profundas de la futura salvación en la segunda venida del Señor. “Las cosas que pertenecen a la salvación” del vs. 9, equivalen a la frase “vamos adelante a la perfección” de Heb. 6 1-3. También equivale a la descrip- ción de los vss.11-12. En Heb. 6:11-12, el autor invita a la diligencia y a evitar la pere- za. El resultado será la realización de una es- peranza plena para los creyentes. Con fe y con perseverancia en esta vida, los creyentes pue- den tener la plena herencia y la plena realiza- ción de todas las promesas de liberación (sal- vación) futura al retorno del Señor. El asunto no es si los creyentes son salvos del infierno y van al cielo. El asunto es si los creyentes sal- vos se apartan de la Iglesia y pasan por alto las recompensas de la salvación futura. Las frases que parecen comprobar que Hebre- os 6 trata con incrédulos, pueden también ser aplicadas a los creyentes. Un judío salvo no podría crucificar a Cristo en el sentido de la creencia teológica, pero sí podría apoyar a los enemigos de Cristo apartándose de la Iglesia y regresando a su afiliación con el judaísmo. "Las cosas que pertenecen a la salvación" probablemente se refiere a un creyente que está avanzando hacia la madurez compartien- do las bendiciones plenas de la salvación futura en el retorno de Cristo. Una vez que hemos explicado que estas frases clave se refieren a los creyentes, se pueden descubrir otras pistas en Heb. 6:4-6 que indican que el autor está escribiendo a los creyentes. Los lectores han sido “una vez iluminados.” En Heb. 10:32 el autor usa la palabra “ilumina- dos” para describir la fe salvadora. La palabra una vez no se refiere al Espíritu Santo con- venciendo varias veces a la persona perdida sino que habla de una penetración en la ce- guera hecha de una vez por todas, que condu- ce a la fe salvadora en Cristo. La palabra gus- tase de Heb. 2:9 no significa “comer una muestra o una pieza pequeña”; significa una experiencia plena. Cristo probó muerte por cada ser humano. Nosotros debemos interpre- tar las palabras tomando la misma definición
  • 250. No Solo de Pan 240 del autor. Por lo tanto, el hecho de probar el don celestial de Heb. 6:4 se refiere a experi- mentar plenamente la salvación (el don); no se refiere a un incrédulo tomando muestras indi- rectamente de la salvación asistiendo a una iglesia. Es preferible considerar la advertencia de Heb. 6:4-6 como una advertencia a los jud- íos que son salvos para que no se aparten de la Iglesia y regresen a sus nexos sociales y reli- giosos con el judaísmo. Si ellos lo hicieran así, sería imposible que los líderes cristianos dijeran o hicieran algo para conducirles al arrepentimiento. (vs. 4).90 Solo Dios podría cambiar sus pensamientos (vs. 3). Un abando- no tal de la Iglesia, que causaría vergüenza a Cristo (vs. 6) por los nexos con aquellos que lo odian, afectaría definitivamente la relación del creyente con Dios. En vez de madurez, se tendría sin duda severa disciplina. La figura de los vss. 7-8 no es la del infierno eterno. Es una figura de un campo. El campo produce una abundancia de cosechas y bendición de parte de Dios en una temporada (vs. 7), pero en la siguiente estación de cosechas este mis- mo campo es inservible ya que es infructífero (vs. 8). Y está a punto de ser maldecido (pero no completamente). El granjero quema las hierbas y las impurezas del campo a fin de que este campo vuelva a tener una temporada de producción. Podemos quemar las espinas y los cardos (como en Juan 15:6), pero no po- demos realmente destruir un campo al que- marlo. Este tipo de actividad en realidad me- jora al campo. Los cristianos judíos que aban- donan la Iglesia y se dirigen hacia el judaísmo rechazan el proceso de madurez. Quizás pien- sen que a Dios no le interesa lo que ellos están haciendo. Al contrario, Dios los quemará en el sentido de probarlos y disciplinarlos en esta vida (pero no en el infierno) con el fin de me- jorarlos. La advertencia no tiene nada que ver con la pérdida de salvación sino con la indig- 90 Un buen título para un sermón basado en Heb. 6:6 sería “¿Qué más puedo decir?” El autor de Hebreos quiere decir que ya no hay nada más que el pueda decir o hacer para hacer cambiar la actitud de sus lectores si ellos rechazan las advertencias que el les hace en la epístola. nación de Dios hacia los creyentes que son apáticos hacia la madurez pasan sus vidas asociándose y haciendo amistad con aquellos que odian a Cristo. (3) Conclusión Sin importar el punto de vista que se adopte con respecto al significado preciso de Heb. 6:1-12, no existe la necesidad de considerar la declaración como una advertencia acerca de los creyentes que pierden la salvación del cas- tigo eterno. Hemos demostrado alternativas válidas para el punto de vista que declara que Hebreos 6 contradice la doctrina de la seguri- dad eterna. Y dado que las doctrinas básicas de las Escrituras apoyan la seguridad eterna, cualquier punto de vista es mucho mejor que el que considera que Hebreos 6 apoya al Ar- minianismo. e. El Cuarto Pasaje de Advertencia: Heb. 10:26-31 Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conoci- miento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Se- ñor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. ¡Horrenda cosa es caer en ma- nos del Dios vivo! [Heb. 10:26-31]. Heb. 10:26-31 parece enseñar que un cristiano puede perder la salvación. La dificultad puede ser resuelta de una manera más fácil de lo que se piensa. Es importante interpretar primero un texto bíblico y sólo después de haberlo interpretado, hacer la aplicación. Muchas
  • 251. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3 241 veces y de manera apresurada al preparar un sermón importante, un ministro pasa por alto la interpretación cuidadosa. El libro de Hebreos se escribió para lectores que están siendo tentados para regresar al judaísmo (o a una derivación de un culto judaico). Heb. 10:26-31 debe ser interpretado comparando el trasfondo histórico de la transición del ju- daísmo al cristianismo. Aquellos que afirman que Heb. 10:26-31, nuestro cuarto pasaje de advertencia, trata de la pérdida de la salvación tendrán también un conflicto con la frase “ya no queda más sacri- ficio por los pecados.” Si Heb. 10:23-31 apo- ya al Arminianismo, entonces también enseña “una vez perdido siempre perdido.” Tal inter- pretación es errónea. (1) Dirigida a Incrédulos Un punto de vista considera que esta adver- tencia está dirigida hacia los incrédulos que se reúnen dentro de la Iglesia Hebrea. Estos "buscadores" pudieron estar a punto de creer en Cristo, pero sus parientes y amistades tam- bién les están exhortando para que regresen al judaísmo. La decisión de retirarse de un lugar donde ellos tienen la oportunidad para colocar su fe en Cristo les conduciría a "una horrenda expectación de juicio", (Heb. 10:27). Heb. 10:29 parece referirse a incrédulos. Si una persona cree que el Hijo de Dios debe ser pisoteado, y cree que la sangre de Cristo es inmunda, y esta persona insulta completamen- te la obra de convicción del Espíritu, entonces esta persona ciertamente no es salva. Supo- niendo que la advertencia se dirige a los in- crédulos judíos dentro de la Iglesia (buscado- res judíos), entonces la advertencia de juicio estaría hablando del infierno. Esta advertencia no involucraría a un creyente que pierde su salvación sino a un incrédulo judío que juega con el concepto de la fe en Cristo y aún se reúne con la Iglesia. El pecado deliberado de Heb. 10:26 se ha definido en el vs. 25 (abandonar la Iglesia y regresar al ju- daísmo). “Después de haber recibido el cono- cimiento de la verdad” (el Evangelio), algunos deciden seguir rechazando al Mesías (o sea seguir pecando deliberadamente), y regresar al judaísmo. El autor de Hebreos no les va a permitir que piensen que rechazar a Cristo de esa manera y abandonar la influencia de la Iglesia hebrea para conducirles a la fe en El Salvador judío es solamente una pequeña de- cisión. Ellos no deben pensar que ambos pun- tos de vista acerca de Jesús son aceptables a Dios. El pecado voluntario de rechazar a Jesús y alejarse de ser un buscador dentro de la Iglesia le conducirá inevitablemente al jui- cio. Si una persona conoce la verdad y peca voluntariamente rechazando en Cristo, “ya no queda más sacrificio por los pecados” (vs. 26). En general esta declaración advierte que la Cruz es la única respuesta para los pecados. Sin embargo, el significado específico, se encuentra en el vs. 18, “no hay más ofrenda por el pecado.” La primera parte de Hebreos 10 da por hecho que los sacrificios animales del Antiguo Testamento fueron solamente una solución temporal para el pecado del hombre. (Vea Heb. 10:4.) La muerte de Cristo efectua- da una sola vez y para siempre en la solución completa de Dios para el pecado (Heb. 10:10, 12, 14). Ahora Dios puede ofrecer el perdón en Cristo, y ya no tiene ningún respeto para el sacrificio animal por el pecado. El significado preciso de la frase “ya no queda más sacrificio por los pecados”, (vs. 26) es que Dios ha hecho a un lado del sacrificio animal. Las personas judías que pecan rechazando al Mes- ías no deben pensar que los sacrificios anima- les del templo serían una alternativa para tener una buena relación con Dios. Al estudiar con atención el argumento del libro, podemos evitar el error de pensar que Hebreos 10 enseña que la salvación se pierde. Una alternativa es que el autor advierte a los judíos incrédulos que han asistido a la asam- blea de la Iglesia y han escuchado la verdad acerca de Cristo. Si ellos pecan voluntaria- mente rechazándole (vs. 26) y abandonando la verdad ofrecida por la Iglesia regresando lue- go al judaísmo (vs. 25), entonces ellos no de- ben pensar que Dios todavía cubre los peca- dos a través de los sacrificios animales (vs.
  • 252. No Solo de Pan 242 26). La decisión de rechazar la fe en Cristo y regresar al judaísmo traería la indignación, el juicio y la retribución de Dios (vss. 29-31). (2) Dirigida a Creyentes (a) Una Exposición de Heb. 10:26-31 El material previo de los pasajes de adverten- cia nos ha ofrecido evidencia que se dirige a los creyentes. Heb. 10:26-31 puede ser inter- pretado como una advertencia a los cristianos Judíos para que no abandonen la iglesia y regresen a involucrarse con el Judaísmo. Heb. 10:29 nos provee del apoyo más fuerte para creer que los receptores eran incrédulos. Por definición, un creyente en Cristo no podría estar de acuerdo con las posiciones teológicas expresadas en el vs. 29. Sin embargo, en el ámbito sociológico, un creyente que ayudó y exhortó al Judaísmo del primer siglo estaría efectivamente apoyando la persecución del Salvador y la obra de la cruz. Sin darse cuenta de todas las implicaciones, los lectores esta- ban siendo influenciados para regresar y apo- yar a un movimiento que si “pisoteó al hijo de Dios, tuvo por inmunda la sangre del pacto e hizo afrenta al ofrecimiento de gracia del Espíritu” por medio de la fe. Y aunque los cristianos no creen en tales cosas, los creyen- tes son muy capaces de apartarse de la verda- dera iglesia y de apoyar con sus finanzas y su amistad a grupos que odian al Señor Jesús. Quienes lo hacen, participan en acciones y asociaciones contrarias a sus creencias. Con frecuencia lo hacen sin darse cuenta o sin pensarlo. Haciendo uso de las palabras del Señor “no saben lo que hacen.” Una vez que nos damos cuenta que Heb. 10:29 puede refe- rirse a los creyentes, entonces es más fácil encontrar el apoyo adicional del capítulo 10 para el concepto de que Heb. 10:26-31 advier- te a los cristianos genuinos de la manera si- guiente: Los lectores son santificados (Heb. 10:10). Los lectores han sido perfeccionados en cuan- to a su posición para con Dios (Heb. 10:14). Los lectores son hermanos (Heb. 10:19). Los lectores deben aferrarse a una confesión de esperanza (o sea, permanecer con la igle- sia, vs. 25) para dar testimonio o confesar a Cristo a sus amigos Judíos incrédulos (Heb. 10:23). El autor hace aplicación de este peligro para sí mismo al hacer uso del pronombre “noso- tros.” El autor de Hebreos es ciertamente un creyente (Heb. 10:26). El fuego no necesariamente se refiere al in- fierno (Heb. 10:27). La cita original de Is. 26:11 puede referirse a la muerte física. Además la expresión, “hervor de fuego” es una figura de “llama de ira intensa.” Sof. 1:18 habla del “fuego de Su celo.” La disciplina que se considera aquí es la muerte física y no la muerte eterna (Heb. 10:28). Aún el versículo que nos ofrece el mejor apo- yo para considerar que esta advertencia se dirige a los incrédulos menciona que los re- ceptores han sido “santificados” (Heb. 10:29). “El Señor juzgará a Su pueblo” (Heb. 10:30). Cuando somos sensibles a los argumentos del libro de Hebreos, entonces podemos conside- rar las advertencias del capítulo 10, como advertencias que se dirigen a los cristianos pero que no llevan implícita la pérdida de salvación. Quizás debido a que Hebreos 10 advierte de una manera muy firme, muchos adherentes de la doctrina de la seguridad eter- na piensan que la advertencia es para incrédu- los. Sería mejor pensar que Dios está indigna- do hacia los creyentes que abandonan una Iglesia que cree en Su palabra, la Biblia y que se asocian con grupos e insultan la obra de la Cruz. Suponiendo que esta advertencia pertenece a las personas que son salvas, cuando hacemos una exposición de la misma, concluimos que está de acuerdo con la seguridad eterna. Los receptores han recibido el conocimiento de la verdad y son salvos (vs. 26). En un caso de que ellos pecasen deliberadamente al abando- nar la iglesia (vss. 25-26) y regresar a sus aso-
  • 253. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3 243 ciaciones con el judaísmo, ellos no deberían pensar que los sacrificios animales continuar- ían cubriendo sus pecados y dándoles comu- nión con Dios (vs. 26, vea también vs. 18, que define la terminación de los sacrificios). Los pecados del creyente ya han sido perdonados delante de Dios en Su capacidad como Juez (a esto se le llama justificación mediante la fe). Sin embargo, los creyentes también tienen necesidad de perdón diario por parte de Dios en Su función como Padre. Los lectores del libro de Hebreos no debieran pensar que ellos pueden abandonar la asamblea y regresar a involucrarse con el judaísmo sin ninguna cul- pa. Los cristianos Judíos que no se reúnen con los creyentes, sino que retornan a su antigua afiliación con el judaísmo tendrán la llama de la indignación de Dios (vs. 27). Aquellos que hicieron a un lado el Antiguo Pacto fueron merecedores de la muerte. Los creyentes que hacen a un lado la práctica del nuevo pacto son merecedores de una muerte aún más horrible y dolorosa (o muerte lenta) que la muerte del apedreado. Y aunque un creyente genuino no crea la teología expresada en el vs. 29, este sí puede abandonar la Iglesia y promover estas ideas involucrándose con un grupo falso (tal como el judaísmo). Si estos creyentes Judíos se retiran de la Iglesia y re- gresan al Judaísmo, se enfrentarán a la ira de Dios.91 Esta será “una horrenda expectación de juicio” (vs. 27). Dios manifestará ira ar- diente (vs. 27).92 Un abandono y una coopera- ción de esas características con un sistema que se opone a Cristo merecen una horrible muer- te física a través de la disciplina de Dios, de- 91 Por favor no tome esta exposición de Hebreos 10 como si tuviera una actitud Anti-Semita. Tal como sucedió con el apóstol Pablo, es posible amar a Israel y no estar de acuerdo con el rechazo del Mesías (Rom. 9:1-5, 10:1). 92 El “hervor de fuego” del vs. 27 podría ser una descripción de una “ira de fuego.” La Disciplina es como fuego. La pérdida de recompensas en el tri- bunal de Cristo es también como el fuego que con- sume las obras inservibles (1 Cor. 3:15). nominada venganza en el vs. 30 (vss. 28- 31).93 El pasaje de advertencia mismo se pue- de entender como un pasaje que se dirige a los creyentes sin hacer referencia a la pérdida de salvación. La sección siguiente la hemos in- cluido para mostrar que esta interpretación es consistente y apoyada por el resto de Hebreos 10. b. Una Exposición de Heb. 10:32-39 El final de Hebreos 10 también se ajusta per- fectamente al punto de vista anterior que trata de que la advertencia es hacia los creyentes que se enfrentan a la disciplina severa de Dios. En vez de abandonar la asamblea de los cristianos, los creyentes Judíos deben seguir las enseñanzas del resto de Hebreos10. En el vs. 35 ellos no deben hacer a un lado su auda- cia (confianza) en las cosas de Cristo. La permanencia con el compromiso con Cristo demostrada al quedarse en la asamblea les llevaría a "una gran recompensa" en la eterni- dad (v. 35). La perseverancia trae las recom- pensas que se han prometido (v. 36). Desde un punto de vista eterno, la persecución sólo iba a durar "un poco de tiempo" antes de la venida de Cristo (v. 37). Entretanto las perso- nas salvas deberían vivir su vida entera por la fe (vs. 38a).94 (Hebreos 11 aprovecha este argumento y ofrece numerosas ilustraciones 93 Otros casos de disciplina divina se encuentran en Hechos 5:1-11; 1 Cor. 11:30; y 1 Juan 5:16. 94 La cita familiar de Heb. 10:38 es capaz de más de una interpretación en su contexto original en Habacuc 2. "El justo vivirá por la fe" significa que la justificación es por la fe, como Pablo enseña (Romanos 1:17; Gál 3:11). Sin embargo, en Haba- cuc 2, estas palabras también significan que Dios espera que los que son salvos hagan frente a la invasión de los babilonios que está por venir te- niendo fe en que Dios cumplirá sus promesas. El autor de Hebreos entiende la frase, "El justo por la vivirá", con el significado de que "la gente salva debe vivir toda su vida en una fe continua." Todo el capítulo 11 ilustra lo que el autor quiere decir. Los judíos creyentes no deben permitir que la persecu- ción o presiones les impidan una vida de fe como lo demuestran los grandes santos del Antiguo Tes- tamento en Hebreos 11.
  • 254. No Solo de Pan 244 de personas justificadas que vivieron sus vi- das por la fe. Estas personas no permitieron que la persecución o la presión de un grupo determinado hicieran que se retiraran de una vida de fe.) Dios se indignaría con el que se retrae (abandona) la asamblea (vs. 25) y re- gresa a la participación en la sinagoga (vs.38b). El autor habla de sí mismo en el versículo 39, pero el también supone que otros creyentes judíos se mantendrán fieles después de entender todas las implicaciones y los peligros de abandonar la iglesia. No de- bemos tener miedo del Nuevo Pacto y de la Iglesia. Eso llevaría a la ruina (destrucción) en esta vida viviendo fuera de la voluntad de Dios y desperdiciándola o a acarreando disci- plina que lleva hasta la muerte.95 En lugar de ello, las personas que viven sus vidas por la fe, preservarán sus almas. Esto podría signifi- car que ellos no se encuentran en peligro de muerte prematura.96 Sin embargo, sería mejor incluir los aspectos no materiales del hombre en la definición que el autor nos da del alma en el versículo 39. Los que llevan una vida de fe, que no dejan de reunirse con los santos, sí preservan su psique (alma en griego) de gran peligro y dolor.97 Los fines para los cuales el alma de una persona ha sido traída este mundo sólo pueden ser cumplidos a través de una vida de fe. Un creyente puede preservar su 95 La palabra traducida “destrucción” en Heb. 10:39 es la misma palabra que se traduce “desper- dicio” en Marcos14:4. 96 La palabra griega psique significa "alma", pero a menudo en el Nuevo Testamento, se refiere a la vida física, por ejemplo, en Mateo. 2:3-20, donde Herodes buscaba la vida (alma) de Cristo cuando era niño. 97 En los estudios de tesis de doctorado del autor se hace una encuesta de familiares de personas con esquizofrenia. Uno de los factores principales que se correlaciona con los bajos puntajes de ajuste emocional es el abandono de la iglesia. Vea el libro de Steven Waterhouse, Familias de los en- fermos mentales, disertación., Seminario teológico de Dallas 1995. alma (su existencia) mediante una vida de fe y así evitar que esta sea un desperdicio duran- te su tiempo en la tierra. (1 Tim. 4:16 tiene un pensamiento similar.) Empero si sucede lo contrario, no se ocasionaría una pérdida eterna del alma, sino una ruina del plan de Dios para esa alma y su propósito de haber venido a este mundo. Una vida de fe da significado al alma como lo ilustra la vida de la fe del capítulo 11. Todos los héroes de la fe conservaron el propósito y la intención para la cual Dios creó sus almas en este mundo. Se espera que los creyentes hebreos sigan su ejemplo y no des- perdicien las oportunidades que Dios tiene para ellos en esta vida. El libro de Hebreos no debe utilizarse para negar la seguridad eterna. Una aplicación moderna en una predicación sería que Dios se indigna con aquellos creyen- tes que abandonan las Iglesias que creen en la Biblia para asociarse con grupos que insultan al Salvador y a la cruz. (3) Conclusión Ya sea que el autor tenga la intención de ad- vertir a los incrédulos o a los creyentes, Heb. 10:26-31 debe interpretarse en su contexto original. El "pecado voluntario" del versículo 26 es el "dejar de" del versículo 25. La frase "ya no queda más sacrificio por los pecados" (vs. 26) significa que los sacrificios de ani- males del judaísmo después del sacrificio final y perfecto de Cristo (v. 18), ya no cubren pe- cados. Un punto de vista es que el autor ad- vierte a los no creyentes (buscadores que se reúnen con la Iglesia) que no rechacen a Cris- to y no vuelvan al judaísmo. Los que cometen este pecado no deben pensar que los sacrifi- cios del templo les van a salvar. Otro punto de vista más probable es que el autor advierte a los creyentes acerca de desertar de la iglesia y regresar a la participación de la sinagoga. Es- tos Cristianos hebreos no se dan cuenta que tal medida ayudaría a promover puntos de vista que no ellos no aceptan. Además, Dios responderá a su deslealtad con la ira y la dis- ciplina de fuego aun hasta llegar a la muerte. Si alguien todavía piensa que Heb. 10:26-31 refuta la seguridad eterna, debe estar prepara-
  • 255. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3 245 do para hacer frente a la frase "no queda más sacrificio por los pecados" después del "peca- do voluntario." Si esta advertencia se refiere a la perdida de la salvación, entonces la ense- ñanza es que la salvación no puede ser recu- perada. El autor ha asesorado personalmente a creyentes que estaban considerando el suici- dio a causa de tales interpretaciones desafor- tunadas e innecesarias. f. El Quinto Pasaje de Advertencia: Heb. 12:25-29 Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si des- echáremos al que amonesta desde los cielos. [Heb. 12:25]. El pasaje de advertencia final de Hebreos no contiene un lenguaje tan polémico como el de las advertencias anteriores. Ya sea que uno piense que la advertencia se aplique a los cre- yentes o no creyentes, es fácil ver que las pa- labras no están en contradicción con la segu- ridad eterna. (1) Dirigida a los No Creyentes Si el autor está pensando en los lectores que no son salvos, el les está advirtiendo para que no rechacen la invitación de confiar en Cristo. (2) Dirigida a los Creyentes Si el autor dirige a los creyentes, él les está diciendo a los cristianos que no se nieguen a obedecer a Dios. En lugar de alejarse de la iglesia (Hebreos 10:25) y volver a participar en el judaísmo, los creyentes deben "tener gratitud" y "servir a Dios agradándole con temor y reverencia" (v. 28). Aquellos que no prestan atención a la advertencia se darán cuenta que Dios puede disciplinarles severa- mente. La referencia al "fuego" habla de la disciplina de los creyentes. (Ver Heb. 12:5- 13.). g. Conclusión Acerca de las Advertencias de Hebreos Cualquier estudiante del libro de Hebreos tiene sus luchas con respecto a la identidad de los lectores originales. ¿Son ellos incrédulos que se reúnen dentro de las Iglesias Hebreas? ¿Son ellos judíos cristianos estrictamente hablando? El entendimiento preciso que uno tenga de los pasajes de advertencia estará in- fluenciado por la conclusión acerca del estado espiritual de los lectores. Sin embargo, las dos opciones nos pueden permitir interpreta- ciones que no involucran advertencias acerca de la perdida de salvación. El autor podría haber ofrecido advertencias evangelís- ticas a los hebreos que no eran creyentes. Quizás esto se hebreos están buscando la ver- dad y se han reunido en la Iglesia para exami- nar los reclamos de Cristo. Por supuesto, sus amigos judíos desde están exhortando para que regresen a la sinagoga. Si los receptores no son salvos, el autor les estaría advirtiendo para que confiaran en Cristo y se escaparan del fuego del infierno. Lo más probable es que las advertencias de hebreos se dirigen a creyentes. Esos cristianos están siendo invitados para alejarse de la Igle- sia y regresar a los nexos sociales de la sina- goga. Y aunque ellos crean en Jesús, se en- frentan al peligro de asociarse con aquellos que se oponen a Cristo. El autor advierte que el creyente hebreo que abandona la Iglesia se enfrentará con la indignación ardiente de Dios en forma de disciplina en esta vida y la pérdi- da de recompensas en el tribunal de Cristo. Cualquier interpretación, mantiene consisten- cia con la doctrina de la seguridad eterna. 14. Santiago 2:18-26 Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta [Santiago 2:18- 19, 26]. (Un estudio adicional de Santiago 2 se en- cuentra en Capítulo 9, Parte 2: “Salvación Aplicada,” sección II. F., pág. 154“Creer y
  • 256. No Solo de Pan 246 Obrar para Obtener la Salvación.”) La clave para entender Santiago 2 es que Santiago de- fine la fe como fe intelectual solamente en la doctrina ortodoxa o fundamental (vea vs. 19).98 Ese tipo de fe no salva. La fe genuina da como resultado alguna cantidad de buenas obras en algún momento. Si una persona nun- ca tiene buenas obras, nos revela que nunca ha puesto su confianza en Cristo y no que ha perdido la salvación. Es virtualmente imposible saber la manera en que Dios definiría una completa ausencia de buenas obras; pero la advertencia de Santiago nos exhorta a un examen para saber si hemos realmente confiado en Cristo o solamente te- nemos una fe intelectual en ciertos hechos teológicos. Si un obrero cristiano se da cuenta de un patrón de pecado sin arrepentimiento en la vida de otro, sería adecuado darle el Evan- gelio, suponiendo de acuerdo a una hipótesis práctica que tal persona no ha puesto su con- fianza en Cristo. Sin embargo, no sería hones- to pensar que la persona ha perdido su salva- ción. La situación en el libro de Santiago sería la de una persona que nunca ha sido salva porque su tipo de fe es solamente intelectual y no una confianza personal en Cristo como Salvador. 15. Santiago 5:19-20 Hermanos, si alguno de entre vosotros 98 Además, Santiago parece tener una definición de justificación diferente a la de Pablo. Justificación significa “declarar justo.” Pablo escribe acerca de la justificación efectuada por Dios. Delante de Dios en Su función de Juez, una persona es justificada solo mediante la fe. Sin embargo, Santiago parece referirse a la declaración de justicia efectuada por otras personas. ¿Cómo saben otras personas si un determinado hombre o mujer es salvo(a)? Las de- más personas declaran a una persona como justa en base tanto a la fe como a las buenas obras que se pueden observar. Debido a la fe y a las buenas obras otras personas pudieron declarar que Abra- ham era justo en el sentido de justificado para con Dios (salvo) y en el sentido de vivir una vida justa. Basados tanto en la fe como en las buenas obras otras personas pudieron llamar a Abraham “el ami- go de Dios” (vs. 23). se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver, sepa que el que haga volver al pecador del error de su cami- no, salvará de muerte un alma, y cu- brirá multitud de pecados. [Santiago 5:19-20]. La palabra griega que se traduce alma (psy- che) puede referirse a la existencia física de la vida. Y aunque la mayoría de los estudian- tes de la Biblia interpretarían la frase que habla de un alma que muere como la muerte espiritual, la Biblia con frecuencia compara la muerte física con la pérdida del alma. He aquí algunas referencias que incluyen la palabra en el idioma original: Mat. 2:20; Hechos 15:26 y 27:22. Santiago 5:20 exhorta a los cristianos que retroceden a apartarse de los errores de doctrina y de moral. Los que rescatan creyen- tes que andan vagando perdidos pueden pre- servar una vida de la muerte física. La disci- plina de Dios puede conducir a la separación de este mundo a través de la muerte (1 Cor. 11:30; 1 Juan 5:16). Además, varios pecados conducen de manera natural a la muerte física sin necesidad de que Dios la cause directa- mente (inmoralidad, suicidio, alcoholismo, crímenes etc.). El libro de proverbios advierte constantemente acerca de la relación entre el pecado y la muerte física. (Vea Prov. 2:18; 5:5; 14:12; 21:16.) El contexto de Santiago 5 incluye la posibili- dad de que algunas enfermedades se originan a causa del pecado. De esta manera, la confe- sión de las faltas puede ser un factor para que Dios restaure la salud (5:15b-16). Santiago cierra su libro haciendo una extensión de estas ideas. La persona que conduce a un creyente al arrepentimiento podría muy bien estar pro- longando su vida física. El asunto de Santiago 5 es una posible pérdida de vida física pero no una pérdida de vida eterna. 16. 2 Pedro. 1:10-11 Por lo cual, hermanos, tanto más pro-
  • 257. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3 247 curad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. Porque de esta mane- ra os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador [2 Pedro 1:10-11]. Las palabras de Pedro se dirigen definitiva- mente a los cristianos (vs. 3). Sin embargo, algunos cristianos se olvidan de todas las ben- diciones que Dios les ha dado. 2 Pedro 1:9 nos presenta el cuadro de la edad avanzada. Al igual que sucede en la edad avanzada, una persona que ha sido salva por muchos años puede hacerse miope y no ver bien las bendi- ciones y responsabilidades del cristiano y ol- vidar las bendiciones de su conversión inicial a Cristo. En los vss. 10-11, Pedro advierte en contra de la vejez espiritual. El verso 10 hace uso de un verbo que en la gramática griega se encuentra en la voz media. Puede ser traducido “procu- rad vosotros mismos hacer firme vuestra vo- cación y elección.” Es una realidad objetiva que la elección del creyente ya es un hecho. Dios llevará al creyente a los cielos. Sin em- bargo, algunos cristianos no tienen el senti- miento de seguridad acerca de la de la certeza que ya poseen. La diligencia en la vida cris- tiana no hace que un creyente esté seguro, pero si puede profundizar la seguridad interna. Una manera de vencer las dudas impertinentes e innecesarias acerca de la salvación es crecer en la fe hasta tener el carácter como el del Señor Jesucristo. Una vida cercana al Espíritu Santo incrementa la seguridad de la salvación (Rom. 8:16; 1 Juan 5:7, 10-11). 2 Pedro 1:10 exhorta a los creyentes a profundizar su segu- ridad subjetiva de la salvación mediante la diligencia. Haciendo esto, un creyente no tro- pezará en las dudas o el dominio práctico del pecado. Un creyente no se alejará por tropie- zos de una vida de comunión con Cristo. 2 Pedro 1:11 describe la bendición que produ- ce tal diligencia. Pedro no está ofreciendo una entrada a los cielos por las buenas obras, sino que está hablando de una abundante entrada. Algunos creyentes serán salvos pero tendrán pocas recompensas (de una manera mínima entran en el reino de Dios pero no disfrutarán una entrada abundante o generosa, 1 Cor. 3:15). Los que escuchan el mandato de Pedro tendrán una abundante entrada en el reino de Dios. Las alternativas en 2 Pedro 1 no son la salvación o la pérdida de la salvación. Las alternativas son la seguridad de la salvación o las dudas. Son un simple arribo a los cielos comparado con una entrada abundante. 17. 2 Pedro 2:20-22 Ciertamente, si habiéndose ellos esca- pado de las contaminaciones del mun- do, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el prime- ro. Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justi- cia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado. Pero les ha aconteci- do lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno. [2 Pedro 2:20- 22]. Pedro definitivamente se está refiriendo aquí a personas que no son salvas. El capítulo co- mienza hablando de los "falsos profetas" que "niegan al Señor" (vs. 1). Otros indicios que nos dicen que estas personas no son salvas se encuentran a través de todo el argumento. En el vs. 9 estos están reservados “para el Día del Juicio.” El verso 12 menciona la palabra “destrucción” y el vs. 14 dice que estas perso- nas son “hijos de maldición.” La descripción de fuentes “sin agua” (vs. 17) nos recuerda que les falta el agua que da vida (Juan 4:14). El mismo versículo nos dice que estas perso- nas están reservadas para la más densa obscu- ridad (vs. 17). Judas nos ofrece un pasaje pa- ralelo a Segunda de Pedro. En Judas 19 se nos dice que los falsos maestros “no tienen al Espíritu.” Obviamente, el comentario de Pe- dro trata acerca de personas que no son salvas. Pedro debe interpretarse refiriéndose a perso- nas que nunca han confiado en Cristo (no a
  • 258. No Solo de Pan 248 creyentes que han perdido la salvación). Estos profetas falsos si experimentaron un escape temporal de una contaminación moral profun- da mediante el conocimiento del Señor Jesús. Conocimiento obviamente no significa que conocieron a Cristo como Salvador en el sen- tido de confiar en El. Ellos tenían un conoci- miento de la obra y la enseñanza de Cristo que les llevó a una mejoría moral pero no a una regeneración verdadera mediante la fe en Cristo. Muchas personas que no son salvas experimentan un progreso moral al estar en contacto con la enseñanza cristiana. Ellos co- nocen los Diez Mandamientos, la Regla de Oro, la parábola del buen Samaritano, etc. Este conocimiento por sí solo no equivale a la fe salvadora pero si puede mejorar la conducta moral. Sin embargo, Pedro había observado que aquellos que experimentan un progreso ético si la fe salvadora terminan en una situación peor cuando regresan a sus antiguos hábitos de pecado.99 Una persona que repudia el co- nocimiento de los santos mandamientos de Dios sin haber confiado en Cristo se encuentra en una peor situación por lo menos tres aspec- tos. Primero, la persona será más difícil de alcanzar con el Evangelio la próxima vez que la encontremos. El rechazo del Evangelio con frecuencia causa un endurecimiento hacia futuras invitaciones para confiar en Jesús. Segundo, los que repudian las normas éticas del cristianismo con frecuencia desvían su péndulo moral y terminan en una contamina- ción peor que cuando se pusieron en contacto con las normas cristianas. El rechazo del Evangelio unido al rechazo de los manda- mientos para la santidad puede conducir a una rebelión y a una maldad más profunda. Final- mente, quienes rechazan a Cristo a pesar de un gran conocimiento de la verdad recibirán un mayor castigo eterno. Nos parece que el Señor enseña esto en Mat. 10:15; 11:20-24; Lucas 10:12, 14; y Lucas 12:47-48. Aquellos que se apartan en incredulidad y en pecado a 99 Esta misma verdad puede obtenerse por aplica- ción de la enseñanza del Señor de Mat. 12:43-45. pesar de la gran exposición de la verdad de Dios experimentarán un peor castigo eterno que aquellos que no tuvieron esas oportunida- des. 18. 1 Juan 5:16 Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; esto es para los que cometen pecado que no sea de muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se pida [1 Juan5:16]. El tema de 1 Juan 5:16 es la oración por un hermano que se encuentra en un pecado serio Solo Dios conoce la naturaleza o la intensidad del pecado que conduce a que un cristiano sea removido de esta vida, pero Dios algunas ve- ces envía a casa a cristianos pecadores. Las palabras de Juan se pueden entender mejor de la siguiente manera: “Hay pecado (sin especi- ficar) que conduce a la muerte.” En algunas ocasiones Dios castiga a un cre- yente con una muerte física repentina (como en el caso de Hechos 5:1-11). La frase “por el cual (o sea, esta situación, muerte repentina) yo no digo que se pida.” No es una prohibi- ción en contra de la oración, sino una excep- ción especial de mandamiento de orar por los hermanos en pecado. Podríamos parafrasearla de la siguiente manera, “yo no quiero decir que ustedes son responsables de orar por los hermanos que pecan en secreto y luego mue- ren repentinamente, sino que ustedes son res- ponsables de orar por los hermanos (que vi- ven) en pecado serio y conocido.” La muerte de un amigo puede ocasionar sen- timientos de una culpa falsa que son irraciona- les. El apóstol Juan no desea que alguien sufra una culpa falsa cuando un creyente muere repentinamente, a través de una aparente dis- ciplina de Dios debido a pecados escondidos que son revelados después de la muerte del hermano. Las almas que son sensibles pudie- ran pensar que la muerte de un amigo tiene algo que ver con la falta de sus oraciones aún cuando ellos no tenían el conocimiento que la
  • 259. Soteriología: La Doctrina de la Salvación: Parte 3 249 persona estaba envuelta en un pecado serio. En situaciones como la de una muerte inespe- rada de un creyente que estaba en un pecado secreto, Juan desea que sus lectores conozcan que Dios no los va a hacer responsables de orar por un hermano cuando se ignoran los pecados del mismo. Aquí ellos deberán consi- derarse exentos del mandamiento de 1 Juan 5:16, de orar por los hermanos en pecado. En la mayoría de los casos un creyente que se encuentra en un pecado serio no muere repen- tinamente. Otros cristianos tienen el tiempo para preocuparse y orar por el arrepentimiento de su hermano. Aunque el creyente aún viva, este arriesga literalmente su vida viviendo continuamente en pecado. (1 Cor. 11:30; San- tiago 5:19-20). Quizás la paciencia de Dios llegue a su término. En otras ocasiones el pe- cado conduce a una muerte prematura a través de un proceso lento y despilfarrador (Prov. 10:27, 11:19, 13:14, 19:16, 21:16). En las situaciones en las que el hermano pecador no experimenta una muerte repentina, otros cris- tianos que se han dado cuenta de la maldad están bajo el mandamiento de orar dado por Juan. Obviamente, en estos casos no es muy tarde para arrepentirse aunque el pecado necio ponga en peligro la vida. Y ya que el tema de Juan es el riesgo de perder la vida física, 1 Juan 5:16 no puede ser usado como una ad- vertencia sobre la pérdida de la salvación es- piritual. 19. Ap. 3:1-6 – El Libro de la Vida En Ap.3:1-6, el Señor Jesús se dirige a la igle- sia de Sardis. Muchos de esta iglesia están muertos (vs. 2, no son salvos). Otros aspectos de la vida de esta iglesia están a punto de mo- rir (por ej. El remanente de doctrina y ética verdadera). Unos pocos son salvos y están vestidos con la justicia de Cristo (vs. 4). En Ap. 3:5 el Señor Jesús promete que los vence- dores no serán borrados del libro de la vida. El mismo autor, el apóstol Juan en 1 Juan 5:4 define al vencedor como una persona que tiene la fe en Cristo (nótese el tiempo pasado). Por lo tanto, Ap. 3:5 promete a los que tienen fe que no serán borrados del libro de la vida. “El que venciere será vestido de vesti- duras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles” [Ap. 3:5]. Un versículo que promete que los creyentes no serán borrados del libro de la vida no cons- tituye un buen pasaje para probar que los cre- yentes pueden perder la vida eterna. El Antiguo Testamento contiene referencias adicionales que hacen mención de un nombre que es borrado del libro de la vida. Moisés por ejemplo, ruega que su nombre sea borrado del libro de la vida en Ex. 32:32. El Salmista ruega que sus perseguidores sean borrados del libro de la vida en Sal. 69:28. Una interpreta- ción consiste en que el Antiguo Testamento pudiera estarse refiriendo a un libro de la vida física. La Biblia habla de los libros de Dios en plural (Dan. 7:10; Ap. 20:12). El libro de la vida del Cordero es definitivamente un libro de vida eterna. Sin embargo, es posible que el libro de la vida en el Antiguo Testamento se refiera a un libro de la vida física. Si esto es así, Moisés está pidiendo la muerte. El Sal- mista está pidiendo la muerte para aquellos que persiguen al Mesías. (El Salmo 69 es de- finitivamente Mesiánico). Una segunda propuesta sostiene que el libro de la vida en el Antiguo Testamento es un libro de vida eterna no de vida física. Sin embargo, a la petición de Moisés de éxodo 32 se le considera como una demanda imposible. Es obvio que Dios ignoró la imprudencia y la petición imposible de Moisés. Las palabras de Moisés son similares a los pensamientos de Pablo en Rom. 9:1-3. Si fuera posible, Pablo intercambiaría su propia salvación por la sal- vación de su pueblo Israel. Sal. 69:28 puede también ser considerado como un pasaje que se refiere al libro de la vida eterna. Suponga que cada alma está registrada originalmente en el libro de la vida y tiene un potencial para la salvación. Sin embargo, a la hora de la muerte Dios borra los nombres de los no cre- yentes pero cumple su promesa de no borrar los nombres de aquellos que tienen fe. Si el
  • 260. No Solo de Pan 250 libro de la vida comienza incluyendo los nombres de todos los vivientes, entonces Sal. 69:28 podría ser una petición para que sean condenados eternamente los que directamente dieron muerte al Mesías. (Vea Sal. 69:21.) Ellos ya estaban endurecidos de tal manera que no tenían ya ninguna esperanza de creer. De esta manera, cuando ellos murieran sin Cristo, sus nombres serían borrados del libro de la vida. Existen muchas referencias en la Biblia acerca de los libros de Dios (Ex. 32:32-33; Sal. 56:8; 69:28; Dan. 7:10; 12:1; Mal. 3:16; Lucas 10:20; Fil. 4:3; Heb. 12:23; Ap. 3:5; 13:8; 20:12-15). El autor cree que es mejor pensar en muchas clases de registros y considerar cada pasaje con su propio contexto y no tratar de considerarlos como un solo libro. Debe de ser aparente que las referencias acerca de los nombres que son borrados de los libros de Dios no son un peligro para la doctrina de la seguridad eterna. Estas referencias hablan de la pérdida de la vida física o de un incrédulo en el momento de la muerte que está siendo eliminado de todo el potencial para la vida eterna. De todas maneras, los creyentes nunca serán borrados del Libro de la vida eterna del Cordero. C. Conclusión Acerca de la Seguridad Eterna Este estudio ha sido en realidad un esfuerzo honesto para tratar con las objeciones comu- nes hacia la doctrina de la seguridad eterna del creyente. El apoyo para la seguridad eterna se encuentra en las enseñanzas más básicas y claras de la Biblia (la justificación por medio de la fe, la predestinación, el sello del Espíri- tu, etc.). Las objeciones hacia la doctrina de la seguridad del creyente se basan en versículos que pueden ser muy bien interpretadas de ma- neras que sean compatibles con la seguridad de los creyentes. La doctrina de la seguridad eterna permite al siervo de Dios enseñar y aconsejar a otros con la verdad y sin temor. La seguridad de la salvación es una base para tener una visión precisa de Dios y de uno mismo. Solamente a partir de la seguridad del creyente es que podemos experimentar la bendición plena de Dios en la vida cristiana. VIII. Conclusiones sobre la Soteriología La Santa Trinidad ha provisto y aplicado “una salvación tan grande” (Heb. 2:3). Mientras los ángeles estudian a la Iglesia, ellos aprenden acerca de las profundidades de la sabiduría de Dios y le alaban por lo mismo (Ef. 3:10). Nuestro Señor Jesucristo pagó por nuestra redención del pecado en la cruz, satisfizo la ira de Dios y estableció los medios para una plena reconciliación del hombre con Dios. Esta salvación se aplica a los individuos a través de la gracia mediante la fe en Cristo solamente. Los creyentes somos bendecidos más de lo que nos podemos imaginar con realidades tales como el ser vestidos con la justicia de Cristo (la justificación por medio de la fe) y la seguridad eterna. Después de la salvación existen oportunidades para la vida y el servicio cristianos muchas de las cuales provienen del Espíritu Santo.
  • 261. PARTE 1: LA DOCTRINA DEL ESPIRITU SANTO BOSQUEJO I. Introducción 253 II. La Persona del Espíritu Santo A. La Gramática y el Espíritu B. Los Elementos de la Persona 1. Intelecto 2. Emociones 254 3. Voluntad C. Acciones Personales del Espíritu Santo 1. Enseña 2. Habla 3. Redarguye 4. Ora, Intercede 5. Guía 6. Testifica 7. Da Vida 8. Ordena, Señala 9. Tiene Comunión D. El Espíritu Santo es Tratado como Persona 1. Puede Ser Contristado y Resis- tido 2. Se le Puede Mentir 3. Puede ser Probado 4. Puede Ser Insultado 5. Puede Ser Blasfemado E. La Trinidad y la Persona del Espíri- tu Santo III. La Deidad del Espíritu Santo A. Declaraciones de Deidad B. Pruebas de la Trinidad 255 C. El Dios del Antiguo Testamento como el Espíritu en el Nuevo Tes- tamento D. El Espíritu y las Obras/Atributos de la Deidad 1. Omnipresencia 2. Eternidad 3. Omnisciencia 4. Creador 5. Dador de Vida 6. Autor de la Escritura 7. Blasfemia Contra el Espíritu IV. Símbolos del Espíritu Santo A. Paloma B. Agua C. Fuego D. Viento E. Aceite F. Vino G. Sello 256 H. Arras/Promesa V. La Procedencia del Espíritu Santo VI.La Obra del Espíritu Santo en la Ad- ministración de la Ley 257 A. Distinguiendo Entre Espíritu Bajo la Ley y Espíritu Bajo la Gracia B. Los Recipientes del Espíritu en el Antiguo Testamento C. La Duración del Ministerio del Espíritu en el Antiguo Testamento 258 VII. La Obra del Espíritu Santo en la Administración de la Iglesia 259 A. La Obra en los Incrédulos 1. Convicción a. La Necesidad del Ministerio de Convicción del Espíritu Santo b. Herramientas del Espíritu Para Convencer al Mundo c. Areas Principales de la Obra de Convicción del Espíritu d. Lo que Debe Incluirse Co- mo Convicción 261 2. La Obra de Restricción 262 CAPITULO 10 PNEUMATOLOGIA La Doctrina del Espíritu Santo 251
  • 262. Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo B. La Obra del Espíritu Santo en los Creyentes 1. Regeneración 2. Morada 264 a. Con los que Hace Su Mora- da 265 b. Cómo y Cuando se Obtiene 266 c. ¿Por Cuánto Tiempo Mora el Espíritu? 3. El Bautismo en el Espíritu San- to 268 a. Introducción, Definición b. El Bautismo del Espíritu y el Sistema de la Iglesia c. Bautismo del Espíritu y la Unión en Cristo 269 (1) El Bautismo en el Espíri- tu Santo Hace la Unión en Cristo 270 (2) La Unión en Cristo co- necta a Todos los Cre- yentes d. Recipientes del Bautismo del Espíritu (1) Los que reciben el Bautismo en el Espíritu (2) El Momento del Bautis- mo Del Espíritu 271 (3) Los Medios para obtener El Bautismo del Espíritu (4) Duración del Bautismo Del Espíritu (5) Conclusión 4. Sellar 273 5. Llenar a. Conclusiones Firmes (1) Llenar Equivale a Con- trol e Influencia (2) El Espíritu Santo Con- trola mediante Su Propia Palabra 274 (3) Definición de Llenar 275 (4) Descripción del Proceso de Llenar (a) El Control del Espíri- tu Santo Definido como Renovación de La Mente y Trans- formación (i) El Creyente Con- fiesa el Pecado, y el mismo se Dedica a Dios 276 (ii) El Creyente Ve la Gloria de Dios en la Biblia (iii) El Espíritu Santo usa Su Palabra para Mostrar la Gloria de Cristo y los errores de los Creyentes (iv) La Decisión de Cambiar del Creyen- te depende de si el Espíritu Produce el Cambio (v) El Espíritu Santo Usa la Palabra Escri- ta Para Transformar- nos Hasta Tener el Carácter de Cristo (b) Al Control del Espí- ritu se le Describe como Plenitud o Lle- nura (i) Sed llenos con el Espíritu Santo (ii) Andad por el Espíritu Santo 277 (iii) No Apaguéis al Espíritu Santo 279 (iv) No Contristéis al Espíritu Santo (v) El Fruto del Espíritu (b) Resumen, Conclusiones cobre la llenura del Espíri- tu Santo 280 (5) Resultados Optimos de Una Vida Llena del Espíritu 281 (a)“Resultados” Artifi- ciales de una Vida Llena del Espíritu (b)Resultados Reales de 252
  • 263. No Solo de Pan Una Vida Llena del Espíritu 283 (6) Temas Relacionados al Llenamiento del Espíritu Santo 284 (a) Iluminación (b) Guía 286 (i) Guía a Través de Voces Audibles (ii) Impulsos e Impresiones Inaudibles 288 (c) La Oración en el Espíritu Santo 289 (d) La Seguridad 290 (e) El Fruto del Espíritu b. Misterios Concernientes al Llenamiento del Espíritu 291 (1) Razones en cuanto a la Ambigüedad acerca de Obtener Más del Espíri- tu 292 (2) Llenos del Espíritu San- to, Lucas, Hechos (a) Punto de Vista Uno (b) Punto de Vista Dos (c) Punto de Vista Tres 293 (d) Punto de Vista Cua- tro (3) El Significado de Efesios 5:18 (a)Interpretación, Espí- ritu se refiere al Espíritu Humano (b) Por o Con el Espíritu 295 (i) Lleno por el Espíritu (ii) Lleno con el Espíritu (iii) Lleno en el Espíritu (4) Conclusión, Obteniendo Más del Espíritu Santo LA DOCTRINA DEL ESPI- RITU SANTO I. Introducción Las Escrituras contienen muchas enseñan- zas en relación a la tercer Persona de la Trinidad, el Espíritu Santo. Debido a que algunos textos hacen referencia al espíritu humano (con e minúscula) y al Espíritu Santo (con e mayúscula), no es posible ser completamente dogmáticos en cuanto al número exacto de las veces que se usa la palabra. Hay aproximadamente 75 referen- cias al Espíritu Santo en el Antiguo Tes- tamento y entre 220 y 230 referencias del Espíritu en el Nuevo Testamento. (Depen- diendo de los manuscritos griegos que se usen para contar, el Nuevo Testamento menciona entre 92 y 94 veces la palabra Santo unida a la palabra Espíritu). El con- cepto de un Espíritu causa problemas a aquellos que niegan la realidad de lo invi- sible. Por lo tanto, los que no consideran la Biblia de gran estima, enseñan que el Espí- ritu Santo no es una persona sino una fuerza impersonal o influencia. Consideran al Espíritu Santo como un "Espíritu de lucha" de un equipo de atletas o como un "Espíritu navideño". Por lo tanto, los estu- dios de la Pneumatología con frecuencia comienzan tratando el tema de la persona del Espíritu Santo. II. La Persona del Espíritu Santo A. La Gramática y la Persona del Espíritu Algunas veces un poco de conocimiento es peligroso. Tenemos por ejemplo el caso relevante donde algunos aseveran que el Espíritu Santo no puede ser una persona ya que el idioma griego usa la palabra (pneuma) que se encuentra en el género neutro. Aquellos que estudian el idioma griego descubren que hay tres declinaciones (ter- minaciones) principales en los sustantivos. 253
  • 264. Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo A causa de que muchos objetos evidente- mente femeninos tienden a tener la misma terminación, a todas las palabras que si- guen ese patrón se les llama femeninas. Y como también los objetos que son clara- mente masculinos parecen tener la misma terminación, todas las palabras que siguen ese patrón se clasifican como masculinas. Sin embargo, estas son designaciones que se hacen en forma general pero que no siempre implican que cada objeto de un grupo determinado sea hombre o mujer. Las palabras griegas camino y epístola son femeninas. Sin embargo, ¡no son mujeres! Las palabras griegas fruta y mundo son masculinas y ¡no son hombres! La palabra espíritu ciertamente es neutra. Y es sim- plemente la palabra griega que se traduce viento (de ahí obtenemos la palabra neu- monía). Los autores usaron comúnmente esta palabra neutra designada para el vien- to para referirse a los elementos y a los seres invisibles (así como el viento es invisible). Los humanos son espíritus. Los ángeles son espíritus. Los demonios son espíritus malvados o inmundos. De la misma manera, Dios es Espíritu (Juan 4:24). Cuando los autores de la Biblia de- cidieron convertir la palabra espíritu en un nombre propio, denominado Espíritu San- to, no estaban tratando de negar la Persona del Espíritu como tampoco se niega cuan- do a un ser humano se le llama espíritu. Probablemente, la intención de la palabra era expresar Su naturaleza invisible y Su poder (así como el viento es invisible y también tiene poder). El estudiante del Espíritu Santo deberá además darse cuenta que existen bastantes referencias al mismo las cuales no son neutras sino masculinas la palabras conso- lador (ayudador en la NASB versión en inglés) y Abogado son masculinas. Cristo dijo que el Espíritu Santo sería “otro con- solador” (Juan 14:16, 26; 15:26; 16:7) o sea, otro de la misma clase del Señor mis- mo. Así como el Señor Jesucristo es una persona, así también lo es el Espíritu San- to. Además, en muchos lugares encontra- mos pronombres personales masculinos que se usan para hablar del Espíritu Santo (Juan 15:26–ekeinos, 16:7–auton, 16:8– ekeinos, 16:13–ekeinos, 16:14–ekeinos; Ef. 1:14–ekeinos). B. Elementos de la Persona Los teólogos con frecuencia describen a una persona como un ser con intelecto, emoción y voluntad. Al Espíritu Santo se le presenta en las Escrituras como alguien que posee todos estos elementos de la per- sona. 1. Intelecto El Espíritu Santo escudriña las verdades profundas de Dios (1 Cor. 2:10,11). De acuerdo con Rom. 8:27, El tiene una men- te. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profun- do de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Porque ¿quién de los hom- bres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. [1 Cor. 2:10-11]. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espí- ritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. [Rom. 8:27]. 2. Emociones Ya que el Espíritu Santo puede ser contris- tado, entonces El debe tener emociones. Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sella- dos para el día de la redención. [Ef. 4:30]. 3. Voluntad 254
  • 265. No Solo de Pan El Espíritu Santo decide que don o dones reparte a cada creyente. El definitivamente tiene una voluntad. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere [1 Cor. 12:11]. C. El Espíritu Santo Realiza Acciones Personales 1. Enseña (Juan 14:26) 2. Habla (Hechos 13:2; 21:11; Gál. 4:6; 1 Tim. 4:1; Ap. 2:7, 11, 17, 29) 3. Redarguye (Gén. 6:3; Juan 16: 8 y ss.) 4. Ora o intercede (Rom. 8:26) 5. Guía (Hechos 16:6; Rom. 8:14; Gál. 5:18) 6. Testifica (Juan 15:26; Rom. 8:16) 7. Da vida (Juan 3:6; Tito 3:5) 8. Ordena y designa (Hechos 13:1-4; 20:28) 9. Tiene comunión (2 Cor. 13:14) D. El Espíritu Santo es Tratado Como una Persona 1. Se le puede contristar y resistir (Gén. 6:3; Is. 63:10; Ef. 4:30) 2. Se le puede mentir (Hechos 5:3) 3. Puede ser probado (Hechos 5:9) 4. Se le puede insultar (Heb. 10:29) 5. Se le puede blasfemar (Mat. 12:31) E. La Trinidad y la Persona del Espíritu Santo Toda la evidencia de la Deidad del Espíritu Santo y de la doctrina de la Trinidad esta- blece también la persona del Espíritu San- to. (Vea el material siguiente y el Capítulo 2, “Teología Propia: La Doctrina de Dios”) III. La Deidad del Espíritu Santo A. Declaraciones de Deidad Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sus- trajeses del precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu po- der? ¿Por qué pusiste esto en tu co- razón? No has mentido a los hom- bres, sino a Dios. [Hechos 5:3-4]. Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. [2 Cor. 3:17]. Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. (Aquí está implícita la Deidad del Espíritu Santo) [Lu- cas 1:35]. ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mo- ra en vosotros? (La Deidad del Espíritu Santo está implícita) [1 Cor. 3:16]. B. Pruebas de la Trinidad Cada evidencia de la Trinidad es también una prueba de la Deidad del Espíritu San- to. La Teología propia es la mejor sección en la que discutimos ampliamente la doc- trina de la Trinidad. (Vea Capítulo 2, “Teología Propia: La Doctrina de Dios” para mayores detalles.) He aquí algunas fórmulas Trinitarias comunes del Nuevo Testamento: Mat. 3:16-17; 28:19; Juan 14:16-17; 15:26; 16:7-15; Rom. 8:14-17; 15:30; Gál. 4:4-6; Ef. 1:3-14; 4:4-6; 1 Cor. 12:4-6; 2 Cor. 1:21-22; 13:14; Heb. 9:14; 1 Pedro 1:2. Note que al Espíritu Santo se le menciona por primera vez en Ef. 4:4-6 y por segunda en Rom. 15:30. C. El Dios del Antiguo Testamento como el Espíritu Santo del Nuevo Testamento En múltiples ocasiones cuando un pasaje 255
  • 266. Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo del Antiguo Testamento menciona a Dios, en el Nuevo Testamento el autor al citar este pasaje del Antiguo Testamento hace referencia al Espíritu Santo. Compare Isa. 6:8-10 con Hechos 28:25-27; Sal. 95:7-11 con Heb. 3:7-11; y Jer. 31:31-34 con Heb. 10:15-17. D. Los Atributos y Obras de la Deidad del Espíritu Santo 1. Omnipresencia (Sal. 139:7-10) 2. Eternidad (Heb. 9:14) 3. Omnisciencia (1 Cor. 2:10-11) 4. Creador (Gén. 1:2; Job 33:4; posible- mente Job 26:13 y Sal. 104:30) 5. Dador de vida (Juan 3:6; Tito 3:5; de resurrección en Rom. 8:11) 6. Autor de Escrituras (2 Sam. 23:1-2; 2 Pedro. 1:21) 7. La blasfemia contra el Espíritu es más seria que la blasfemia contra Dios el Hijo (Mat. 12:31-32) IV. Símbolos del Espíritu Santo A. Paloma (Mat. 3:16; Marcos 1:10; Lu- cas 3:22) Como Paloma, el Espíritu Santo debe estar asociado con amor, paz, y amabilidad. B. Agua (Ez. 36:25, 27; Is. 44:3; Juan 7:37-39; Tito 3:5) Como agua, el Espíritu Santo da vida, ple- nitud, refresca, y da pureza. Las Escrituras algunas veces hablan del Espíritu que es “derramado.” C. Fuego (Mat. 3:11; Lucas 3:16; Hechos 2:3) El fuego en la Biblia puede representar la presencia de Dios (Ex. 3:1y ss.), el poder de Dios (1 Reyes 18:38-39), la protección de Dios (Ex.13:21), y el juicio purificador de Dios (Heb. 12:29). D. Viento (Juan 3:3-8; Hechos 2:2y ss.; 2 Pedro 1:21; la palabra movía se usa para referirse al viento que sopla en las velas de una embarcación en Hechos 27:15, 17) En hebreo (ruach) y en griego (pneuma), el término que se traduce espíritu es el mismo que se traduce viento. Como vien- to, el Espíritu es invisible y poderoso. Además, el aliento de Dios está relaciona- do con la creación — la creación del hom- bre (Gén. 2:7), la re-creación de la nación de Israel (Ez. 37), la regeneración o nuevo nacimiento (Juan 3:3-8), y la creación o “exhalación” de las Escrituras (2 Tim. 3:16 y 2 Pedro 1:21). E. Aceite La Biblia relaciona al aceite con el Espíritu Santo y usa la palabra ungir en conexión con el Espíritu (vea 1 Sam. 10:1, 6; 16:13; Is. 61:1; Lucas 4:18; Hechos 10:38; 2 Cor. 1:21, 22; 1 Juan 2:20, 27). El aceite está relacionado con la sanidad (Lucas 10:34; Santiago 5:14), y las bendiciones de Dios como el gozo y el consuelo (Sal. 23:5; 45:7; 104:15; Joel 1:10; 2:24), la inaugura- ción de una nueva labor (Ex. 29:7; 1 Sam. 10:1, 16:13, etc.) y la luz (Sal. 119:105, o sea, la lámpara de aceite). El Espíritu San- to nos sana espiritualmente al darnos vida. El provee gozo y alegría. El nos entrega la verdad, y El es la fuente de poder para servir a Dios. F. Vino (Lucas 1:15; Hechos 2:13; Ef. 5:18) Al Espíritu Santo se le contrasta con el vino. El ofrece una clase de control y ver- dadero gozo que es diferente (benéfica). G. Sello Al Espíritu Santo se le compara con un sello. Este tema se trató en las págs. 214- 215; 273). H. Enganche o arras Este tema ya ha sido tratado en la sección acerca de la seguridad eterna (vea págs. 214-215). V. La Procedencia del Espíritu 256
  • 267. No Solo de Pan El Espíritu Santo ha sido enviado al mun- do tanto por el Padre, como por el Hijo. Esto se enseña claramente en Juan 15:26 y 16:7. La doctrina de la procedencia del Espíritu Santo es notable debido a su im- pacto en la historia humana. Las iglesias católico romana y griega ortodoxa se divi- dieron en el año 1054 debido a la doctrina del Espíritu Santo. La posición católico romana es que el Espíritu procede tanto del Padre como del Hijo, mientras que la posi- ción ortodoxa es que el Espíritu procede sólo del Hijo. VI. La obra del Espíritu Bajo la Adminis- tración de la Ley A. La importancia de la Distinción Entre el Espíritu Bajo la Ley y el Espíritu Bajo la Gracia. Uno de los más grandes errores que se cometen al estudiar el Espíritu Santo es ignorar y o ser negligentes de las diferen- cias entre la obra del Espíritu Santo bajo la ley y Su obra bajo la gracia. El estudiante que ignora el gran cambio en Pentecostés (Hechos 2) del judaísmo a la Iglesia (de la ley a la gracia) probablemente nunca en- tenderá las obras del Espíritu Santo. El patrón de la obra del Espíritu Santo bajo el sistema de la Iglesia no se en- cuentra en el Antiguo Testamento ni en los Evangelios. No hay excusa para pasar por alto los anuncios de los Evangelios que hablan de un gran cambio inminente en cuanto a la obra del Espíritu Santo. Juan el Bautista habló constantemente del bau- tismo del Espíritu como un evento futuro (Mat. 3:11; Marcos 1:8; Lucas 3:16). Aún en el momento de la Ascensión, Cristo dijo a Sus seguidores que el bautismo del Espí- ritu era un evento futuro que ocurriría pronto (Hechos 1:5). Ya en el tiempo de Hechos 11:15-16, este bautismo del Espíri- tu ya había ocurrido. En el día de Pente- costés se llevó a cabo el cambio que esta- ba anunciado. La obra del Espíritu Santo después de Pentecostés no es la misma que antes. Por lo tanto, no podemos del Antiguo Testamento y los Evangelios obtener el patrón para la obra del Espíritu para esta época. Existen otros indicadores que muestran que se aproximaba un gran cambio en la obra del Espíritu Santo en los Evangelios. Juan 7:37-39 enseña que todos los creyen- tes serían los depósitos de la habitación del Espíritu Santo, pero también enseña cla- ramente que esta obra del Espíritu Santo daría comienzo después de la glorificación de Cristo. De igual manera, el Discurso del Aposento Alto dado la noche antes de la muerte del Señor (Juan 14:16) está repleto con la anticipación que el Espíritu Santo comenzaría sus nuevos ministerios des- pués de la Ascensión de Cristo. Las personas que sólo consideran el Anti- guo Testamento y los Evangelios para ob- tener las normas de operación del Espíritu Santo para esta época, sólo pueden culpar- se a sí mismas por su confusión. Hay bas- tantes indicaciones de que la obra del Espí- ritu cambiaría radicalmente después de la resurrección y ascensión del Señor. Aun- que es cierto que los santos del Antiguo Testamento (incluyendo los discípulos obtuvieron el Espíritu Santo después del tiempo de la salvación, en este tiempo o sea, en la dispensación de la Iglesia, el Espíritu Santo obra de manera diferente. Debemos entender las diferencias entre la obra del Espíritu bajo el judaísmo y la obra del Espíritu bajo la Iglesia para poder tener un punto de vista Bíblico del Espíritu San- to. En seguida daremos una lista de las diferencias y una explicación de la obra del Espíritu Santo en el Antiguo Testa- mento. B. Los Receptores del Espíritu Santo en el Antiguo Testamento Bajo el sistema de la ley el Espíritu Santo generalmente "venía sobre" o "llenaba " a una persona mucho tiempo después de la salvación. El obraba en las vidas de unos pocos individuos sobresalientes, no en 257
  • 268. Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo todos los creyentes.1 Bajo la gracia el Espíritu Santo obra en la vida de cada creyente y comienza su obra en el mo- mento de la salvación (Juan 7:37-39; Rom. 8:9; 1 Cor. 12:13; Gál. 3:2; 1 Juan 4:13). Los que se dan cuenta de este cambio en la obra del Espíritu en Pentecostés se oponen a la idea de una "Segunda Bendición" donde el Espíritu Santo supuestamente entra en la vida de un creyente durante una crisis o al llegar a cierta madurez después de la salvación. También se oponen a una teología donde unos creyentes tienen el Espíritu Santo y otros no. La doctrina en la cual algunos creyentes han tenido una "Segunda Bendición" y por lo tanto, tienen el Espíritu Santo mientras que otros no, se basa en un patrón de la Ley. Esta no es la manera en la que el Espíritu Santo obra en la Iglesia. Entre los ejemplos del Antiguo Testamento donde el Espíritu Santo vino sobre unos cuantos líderes sobresalientes (no en todos los creyentes como lo hace en la edad de la Iglesia) en un tiempo subse- cuente a la salvación (no en el momento de la salvación como lo hace la edad de la Iglesia) se encuentran los siguientes: • Bezaleel – el artesano del tabernáculo (lleno con el Espíritu , Ex. 31:3; 35:31) • Moisés y los 70 ancianos de Israel, sobre quienes descansó el Espíritu Santo, (Números 11:17-29) 1 Existe el punto de vista que opina que las siguientes referencias del Antiguo Testamento acerca de la obra del Espíritu Santo solamente a otorgaba bendición en cuanto a las habilidades para el liderazgo a sólo unos pocos. Esto inclu- ía el ungimiento para el servicio, no la habita- ción o la morada. Considerando este punto de vista, estos pasajes del Antiguo Testamento definitivamente no serían un patrón para califi- car la obra del Espíritu Santo en la vida del creyente desde el día de Pentecostés. Sin im- portar la interpretación de la información del Antiguo Testamento, un estudio del Espíritu Santo deberá enfatizar los textos concerniente a sus obras después del día de Pentecostés. • Josué – en quién moró el Espíritu (Núm. 27:18) • Otoniel – el Espíritu vino sobre él (Jueces 3:10 • Gedeón – El Espíritu vino sobre él (Jueces 6:34) • Jefté – El Espíritu vino sobre él (Jue- ces 11:29) • Sansón – El Espíritu vino sobre él y se manifestó (Jueces 13:25; 14:6, 19; 15:14) • Saúl – El Espíritu vino sobre él (1 Sam. 10:6, 10; 11:6) • David – El Espíritu vino sobre él (1 Sam. 16:13; vea también 2 Sam. 23:2) • Amasai, uno de los oficiales de David – el Espíritu vino sobre él (1 Crón. 12:18) • Azarías el profeta – el Espíritu vino sobre él (2 Crón. 15:1) • Jahaziel el profeta – el Espíritu vino sobre él (2 Crón. 20:14) • Zacarías el hijo de Joiada el profeta – el Espíritu vino sobre él (2 Crón. 24:20) • Ezequiel – el Espíritu vino sobre él (Ez. 11:5) • Miqueas – fue lleno con el Espíritu (Miqueas 3:8) C. La Duración del Ministerio del Espíri- tu Santo en una Persona La primera diferencia entre la obra del Espíritu Santo bajo la Ley y Su obra bajo la Gracia radica en las personas con las cuales el trabaja. Bajo la ley el Espíritu vino solamente sobre unos cuantos indivi- duos seleccionados (no todos) y en algún tiempo después de la salvación. La segun- da diferencia más grande de Su obra en el Antiguo Testamento comparada con su obra en el Nuevo Testamento tiene que 258
  • 269. No Solo de Pan ver con la duración de Su obra en la vida de una persona. Bajo el sistema de la Igle- sia el Espíritu Santo mora para siempre en la vida de un creyente (vea Juan 14:16- 17 y Ef. 4:30). Sin embargo bajo el siste- ma de la Ley el Espíritu podía ir y venir. Se comete un serio error cuando se con- funden los dos diferentes sistemas y se cree que el Espíritu Santo puede partir de un creyente hoy o que su continua presen- cia depende de la santidad del creyente. Esos malos y graves conceptos dan como resultado nociones no Bíblicas tales como las de rogar que el Espíritu Santo vuelva a entrar a una vida y no vuelva a salir. La remoción permanente de la presencia del Espíritu Santo de la vida de un creyente pertenece estrictamente a la administración la ley. El Espíritu Santo si abandonó a Sansón y a Saúl; también David estaba preocupado acerca de la posibilidad de que se le quitara el Espíritu.2 Y (Dalila) le dijo: ¡Sansón, los fi- listeos sobre ti! Y luego que des- pertó él de su sueño, se dijo: Esta vez saldré como las otras y me es- caparé. Pero él no sabía que Jehová ya se había apartado de él [Jueces 16:20]. El Espíritu de Jehová se apartó de Saúl… [1 Sam. 16:14a]. No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu. [Sal. 51:11]. VII. La Obra del Espíritu Santo Bajo la Administración de la Iglesia A. La Obra del Espíritu Santo en Rela- ción con los Incrédulos 1. Convicción Es común en las esferas cristianas que se 2 algunas veces el Espíritu Santo trabajaba en la vida de personas pecaminosas. Existen aún casos donde el Espíritu Santo influenciaba tem- poralmente a los incrédulos (Núm. 24:2; 1 Sam. 19:20-24). use la palabra convicción refiriéndose a la obra del Espíritu Santo en la conciencia de un creyente tratando con el asunto de los pecados personales. Esto es legítimo, ya que la Palabra de Dios es útil para "redar- güir e instruir" (2 Tim. 3:16). No hay du- da que el Espíritu Santo usa la Palabra para convencer a los creyentes de sus fal- tas. Sin embargo, las enseñanzas Bíblicas explícitas acerca del Espíritu Santo y Su obra de convicción se dirigen a los perdi- dos y no a los creyentes. Juan 16:7-11 es el pasaje principal. “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.” [Juan 16:7-11]. a. La Necesidad del Ministerio de Con- vicción del Espíritu Santo El material previo de este estudio ha expli- cado la manera en que Satanás ciega la mente de las personas que no son salvas. Ningún incrédulo puede entender el Evan- gelio sin la iluminación que proviene del Espíritu Santo (vea Juan 6:44; Hechos 16:14; 26:18; 1 Cor. 1:18; 2:14; 2 Cor. 4:3-4 y Capítulo 4, págs. 49-51; Capítulo 6, pág. 73; y en especial la elección del Capítulo 9, págs. 136-141). Dios conoce que sin los esfuerzos del Espíritu Santo para penetrar la ceguera infundida por Sa- tanás nadie podría comprender la impor- tancia y el valor del Evangelio. El resulta- do catastrófico sería que nadie creería. Por lo tanto, Dios tiene un programa de elec- ción. Todas aquellas personas que Dios conoce de antemano que tienen un poten- cial para la fe son elegidas para ser recep- tores del Espíritu Santo y así dispersar su 259
  • 270. Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo oscuridad a fin de que su fe pueda ser ex- presada. Esta "separación" para convicción o iluminación efectuada por el Espíritu Santo se enseña mediante la palabra santi- ficación en 2 Tes. 2:13 y 1 Pedro. 1:2. b. Las Herramientas del Espíritu Santo Para Convencer al Mundo No hay duda de que la Palabra de Dios es una herramienta principal usada por el Espíritu Santo para producir convicción (vea Santiago 1:18; 1 Pedro 1:23; Rom. 10:14-17). Y ya que los agentes humanos esparcen la Palabra de Dios, es correcto pensar en que los creyentes son una fuente para traer convicción al mundo. Los cre- yentes convencen al mundo mediante un mensaje verbal (Hechos 5:32; 1 Cor. 14:24; Ef. 5:11) y al vivir una vida justa (Mat. 5:16; Fil. 2:15-16; 1 Pedro 2:12, 15). c. Areas Principales de la Obra de Con- vicción del Espíritu Aunque el Espíritu Santo a través de la palabra y a través de los creyentes sin duda convence al mundo de pecados personales específicos (Juan 3:20), los pecados perso- nales no son el enfoque principal de la obra de convicción del Espíritu Santo. La restricción que se hace de la obra del Espíritu Santo al reducirla solo a una obra en la conciencia acerca de la borrachera o la pornografía o un mal temperamento, es un error que limita la apreciación del obje- tivo real del Espíritu en la obra de convic- ción. Debemos notar que la palabra peca- do en Juan 16:8,9 es singular y que se define como una falla en creer en Juan 16:9 3 . El Espíritu Santo se esfuerza prin- cipalmente por convencer al mundo de un gran pecado o sea, el pecado de increduli- dad. Todos los otros aspectos de Su con- vicción vienen a ser secundarios compara- dos con esta imperiosa preocupación. El pecado de incredulidad es el único pecado 3 La palabra griega, hoti, de Juan 16:9, se puede traducir “que”. El pecado principal es “que no crean en Mí”. imperdonable y que envía a una persona a la condenación eterna. El objetivo del ministerio de convicción del Espíritu Santo no es la reforma moral de un mal hábito. El desea iluminar la mente que no es salva para que entienda el valor del Evangelio mediante el desplazamiento de la ceguera satánica, y El desea convencer a la con- ciencia no regenerada de lo terrible que es el pecado de rechazar a Jesucristo y así persuadir a la persona para creer. La obra principal del Espíritu Santo hacia los per- didos es de naturaleza soteriológica, no ética. Cualquier convicción de pecados personales es una "contribución secunda- ria" comparada con la convicción acerca de lo maligno que es la incredulidad. Además, la convicción del Espíritu Santo acerca de la justicia es con el propósito de salvación. La incapacidad que tiene el mundo para ver a Cristo en persona hace que sea necesaria la obra del Espíritu San- to para convencerle de justicia (de acuerdo con Juan 16:10). Por lo tanto, el tipo de justicia de la cual el Espíritu Santo con- vence al mundo es la justicia propia de Cristo. El Espíritu Santo no está tan inte- resado en promover una justicia moral en la etapa pre salvación sino en convencer al incrédulo acerca de la justicia de Cristo. El Espíritu Santo procura marcar la con- ciencia no salva con lo atractiva que es la justicia de Cristo y con la necesidad de ser justificado por medio de la fe en El (obte- niendo así un reclamo de Su justicia) y con la iluminación para darse cuenta de la maldad que es tratar a Cristo como un en- gañador injusto. El último elemento del ministerio de con- vicción del Espíritu Santo de Juan 16:7-11 es el elemento de juicio. La obra de la Cruz ciertamente dictó la perdición de Satanás. Mediante la Cruz, Dios puede justamente salvar a los hombres del domi- nio de Satanás ya que el Señor Jesús tomó el juicio por nuestros pecados, logrando así una liberación justa del dominio de Sa- tanás. Los creyentes son justamente libe- 260
  • 271. No Solo de Pan rados de Satanás y de la paga del pecado. Cuando el último de los elegidos sea salvo, Dios se deshará del diablo. El Espíritu Santo convence (persuade) al mundo del juicio que vendrá sobre aquellos que son culpables del pecado de incredulidad en Cristo, que ignoran la verdad y la atracción de Su justicia. d. Cuestiones Concernientes a lo que debe Incluirse como “Convicción” Parece que por el uso de la palabra mundo en Juan 16:8 y por la experiencia, que el Espíritu Santo convence a muchas perso- nas que al final rechazan la verdad. El las ilumina penetrando la ceguera satánica. Ellos entienden la importancia del Evange- lio y la maldad de la incredulidad, la reali- dad de la justicia de Cristo y el peligro del juicio al rechazarle. Pero aun así, se rehú- san a creer. Esto nos conduce a cuestionar la extensión de la obra de convicción del Espíritu Santo. ¿Convence el Espíritu San- to a cada persona que nace en este mundo? o ¿Acaso Juan 16:8 quiere decir que el Espíritu Santo está obrando en el “sistema del mundo” (cosmos) y no necesariamente enseña que El convence a cada individuo de ese sistema? También relacionado con esta pregunta se encuentra el tema de si el Espíritu Santo convence en ausencia de la revelación escrita, ya que muchas personas viven sin una proclamación formal de la Biblia. Las respuestas a estas preguntas no afectan realmente nuestro conocimiento acerca de lo que realmente está haciendo el Espíritu Santo en el mundo que no es salvo. El al- cance y la magnitud de Su obra siguen siendo los mismos independientemente de si optamos por agrupar todo bajo la cate- goría de “convicción.” Es una verdad innegable que las personas que rechazan las verdades de la creación (Job 12:7-9; Sal. 19:1-3; Rom. 1:19-20), de una conciencia moral (Rom. 2:14-15), y de una creencia innata (2 Pedro 3:5) en Dios, son suficientemente culpables como para ser condenados sin ninguna presenta- ción explícita del evangelio partiendo de la Biblia. Dios el Espíritu Santo estimula o mueve los corazones de los perdidos me- diante la revelación natural (Rom. 10:18). El único asunto real en el tema del alcance de la “convicción” es si la iluminación mediante la revelación natural (en oposi- ción a la escrita) deberá ser clasificada como “convicción” o deberá ser conside- rada como una obra del Espíritu Santo por separado. Si decidimos clasificar la promesa de Cris- to acerca de la obra de convicción del Espíritu Santo de Juan 16 como un minis- terio por separado, entonces tendríamos una tendencia a colocar la iluminación a través de la revelación natural en una cate- goría diferente y no como una convicción específica acerca de la persona de Cristo. La convicción será considerada como una obra limitada totalmente a esta época y como algo que requiere una presentación explícita del Evangelio. Sería algo que el Espíritu Santo hace en el “mundo” pero no necesariamente en cada individuo. Sin embargo, podríamos también conside- rar la obra de Juan 16 como una exten- sión de una obra anterior del Espíritu San- to que sería más específica después de la ascensión. De esta manera, la convicción sería considerada tanto iluminación como revelación natural (lo cual ocurrió antes de la ascensión) y después de la ascensión como una iluminación más específica acerca de la persona de Cristo. Si inclui- mos bajo la clasificación de convicción la iluminación mediante la revelación natu- ral, entonces literalmente cada persona madura del mundo es convencida por el Espíritu Santo. De nuevo, la magnitud de la obra del Espí- ritu Santo sería la misma de cualquier ma- nera. El único problema que se tiene es si clasificamos la iluminación mediante la revelación natural como la convicción del Espíritu Santo o si la consideramos como 261
  • 272. Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo una obra que hace el Espíritu Santo por separado. El Espíritu Santo puede definiti- vamente obrar en los corazones de los per- didos sin palabras escritas. Lo hizo así en los días de Noé (Gén. 6:3). Existen proba- blemente muchas obras del Espíritu Santo en los corazones de los perdidos que nos son desconocidas (Juan 3:8). 2. La Obra de Retricción El mundo parece ser terriblemente malva- do. Sin embargo dada la profunda degra- dación potencial del corazón humano, es sorprendente que las condiciones del mun- do no sean mucho peores. La medida de civilización que existe en el mundo se de- be totalmente a la gracia de Dios. Las Escrituras enseñan que viene un per- íodo de Tribulación con horrores inimagi- nables que llenarán la tierra. Y aunque la ira de Dios será la causa de algo de este sufrimiento, gran parte de este sufrimiento el hombre lo traerá sobre sí mismo. El mundo todavía está por ver la toda la mise- ria que el hombre puede traer sobre sí mismo debido al pecado sin control y sin restricción. 2 Tes. 2:6-7 enseña que al- guien está deteniendo la anarquía o iniqui- dad en el mundo en el tiempo presente. El que detiene impide el surgimiento del "hombre del pecado" (el anticristo) quien de otra manera controlaría al mundo antes del tiempo señalado por Dios. Y ahora vosotros sabéis lo que lo de- tiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste. Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en me- dio. [2 Tes. 2: 6-7]. La persona que lo detiene de 2 Tes. 2:6-7 debe tener poder sobrenatural ya que so- lamente ese tipo de poder puede oponerse al objetivo de Satanás de dominar al mun- do a través del hombre de pecado. El ver- so 7 hace uso de la forma masculina (“quien al presente lo detiene”). Por lo que se concluye que El que lo detiene es una persona. La mejor interpretación que se le puede dar a este texto es que el Espíritu Santo detiene ahora la iniquidad en el sis- tema del mundo. Si no fuera así, existiría un tremendo aumento en la deshumaniza- ción del hombre hacia el hombre, y el anti- cristo surgiría pronto en el poder. La opi- nión de que el Espíritu Santo es el que lo detiene también ayuda a explicar por qué se usa la forma neutra en el versículo 6. Ya que la palabra Espíritu es neutra, Pablo utilizó el género neutro en el versículo 6. Sin embargo, como él quería hacer hinca- pié en Su personalidad utilizó la forma masculina en v. 7. La obra de restricción del Espíritu Santo proporciona un apoyo secundario para el Rapto pretribulacionario. Probablemente, el Espíritu Santo usa la Iglesia universal para reducir la perversidad en el mundo. Los cristianos que creen en la Biblia han influido en el mundo para que haya menos maldad la cual de lo contrario sería patente en ausencia de la iglesia. El Anticristo no puede aparecer hasta que cese el trabajo del Espíritu Santo a través de la iglesia, y el trabajo de la Iglesia en la tierra sólo cesa en el Arrebatamiento. B. La Obra del Espíritu Santo en Rela- ción con los Creyentes 1. Regeneración La regeneración es el acto sobrenatural, instantáneo y directo de Dios mediante el cual El imparte vida eterna a todos los que confían en Cristo. La mayoría de las veces, los versículos relacionados con el tema de la regeneración o el nuevo nacimiento no incluyen una referencia al Espíritu Santo. Sin embargo, estos dos pasajes claves si- guientes aclaran que el Espíritu Santo está involucrado en dar nueva vida a aquel que cree. Respondió Jesús y le dijo: De cier- to, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Respondió Jesús: De 262
  • 273. No Solo de Pan cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sa- bes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. [Juan 3:3, 5-8]. Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, si- no por su misericordia, por el la- vamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu San- to, [Tito 3:5]. La mayoría de los siguientes versículos no mencionan directamente al Espíritu Santo. Sin embargo, ya que hacen referencia a la regeneración, enseñan acerca de una obra que el Espíritu Santo realiza en la regene- ración. El Espíritu Santo produce un "nue- vo nacimiento", en el que cree (Juan 1:12- 13, Juan 3:3-8, 1 Cor. 4:15; 1 Pedro 1:3, 23; 1 Juan 5:1). El nacimiento físico trae un niño a una familia. El nuevo nacimiento también trae a una persona a una familia, la familia de Dios (véase el Capítulo 9, págs. 186-187, y también Juan 1:12-13, Rom. 8:14-19; Gál. 3:26, 4:4-7, 1 Juan 3:1-2). El nuevo nacimiento, por supuesto, también significa una nueva vida. Más específicamente, el Espíritu Santo equipa al creyente con la vida eterna (véase el Capítulo 9, págs. 185-186, también Juan 3:16; 4:14, 5:24, 6:40, 47, 10:28, Rom. 6: 23, 1 Juan 5:13). La Biblia utiliza otros términos aparte de regeneración, nuevo nacimiento, y vida eterna para y transmitir la misma verdad. A veces se refiere a la regeneración usando la terminología de una nueva vida de resurrección (ver Juan 5:21, 25; 14:19-20; Rom. 6:4, 11, 13, Gál. 2:20; Ef. 2:5; Col. 1:27; 2:12-13; 3:1-2). La regeneración que el Espíritu Santo pro- duce aporta una participación en la vida de resurrección de Cristo. Es fácil ver que esa vida debe ser eterna en duración, porque la vida de Cristo, obviamente, nunca termina. Otra manera en que la Biblia expresa la regeneración es llamándola una nueva creación que resulta en una nueva natura- leza (una posible interpretación de 2 Cor. 5:17; y también Gál. 6:15; Ef. 2:10; 4:24; 2 Pedro 1:4).4 Por lo tanto, la doctrina de la regeneración debe estar vinculada en nuestro pensamiento con la idea del nuevo nacimiento, la adopción, la vida nueva y eterna, la vida de resurrección que compar- te la vida de Cristo, y con una nueva natu- raleza (es decir, mecanismo del compor- tamiento). Las Escrituras mencionan algunas veces al Espíritu Santo produciendo el nuevo naci- miento, pero otras veces mencionan que la Palabra de Dios es la que lo produce. Estos dos aspectos de la regeneración deben es- tar unidos. El Espíritu Santo es el autor final de la Escritura (2 Sam. 23:1-2; 1 Timoteo 4:1; 2 Pedro 1:20-21). El produce nueva vida usando Su propia Palabra (San- tiago 1:18; 1 Pedro 1:23.). El convence a las personas y disipa la oscuridad satánica usando la Palabra, para que una persona pueda entender y creer en el Evangelio. Debido a que tanto el bautismo del Espíri- tu como la regeneración están relacionados a la unión con Cristo, estos dos temas 4 2 Cor. 5:16 afirma que un creyente observa a las personas de manera diferente después de la salvación. Un incrédulo que conoció a Cristo personalmente, obviamente, vio al Señor de manera muy diferente después de la salvación. Por lo tanto, 2 Cor. 5:17 puede estarse refirien- do principalmente a las nuevas perspectivas y a la evaluación de una persona acerca de de los demás después de la salvación. Además, un recién convertido tiene una nueva relación con los que le habían precedido en la fe. Los cris- tianos ven a un nuevo hermano o hermana de manera diferente de cuando la persona todavía estaba perdida. La conversión les hace ver a la persona como una persona nueva, una “nueva criatura”. 263
  • 274. Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo también deben estar vinculados estrecha- mente. El Bautismo en el Espíritu significa que Cristo coloca al creyente en el Espíritu de Cristo, y por lo tanto, en unión con El mismo. La unión con la vida de Cristo es una nueva vida, es decir, una regeneración. Los términos regeneración y bautismo en el Espíritu son muy diferentes, pero en realidad tanto uno como el otro se relacio- nan con la unión con Cristo y la participa- ción de Su vida. El Bautismo en el Espíritu crea la unión con la vida de Cristo la cual se puede llamar regeneración. La convic- ción hace que sea posible la fe para que se lleve a cabo el bautismo en el Espíritu. Así que, las obras convicción, bautismo y re- generación del Espíritu Santo están rela- cionadas entre sí. 2. Habitación o Morada La Morada o Habitación es el ministerio del Espíritu Santo durante la administra- ción de la iglesia que sucede en el momen- to de la salvación en el cual El viene a residir permanentemente en el creyente. Los varios aspectos de esta definición serán establecidos en el siguiente estudio.5 5 A la obra de unción no se le cataloga por se- parado, ya que parece estar ligada a la morada del Espíritu (durante la dispensación de gracia). En el Antiguo Testamento, "unción" se asocia con el llamado o la institución de un oficio o una obra. Los sacerdotes eran ungidos con acei- te (Ex. 29:7; Núm. 3:3) al igual que los gober- nantes políticos (1 Sam. 9:16; 16:12; 2 Sam. 12:7; 1 Reyes 1:34). A veces la palabra ungir fue utilizada en conexión con el Espíritu Santo que moraba inicialmente en una persona, generalmente un líder, para darle el poder para cumplir con cier- ta tarea (1 Sam.10:1, 6, 10; 16:13). Por lo tan- to, la unción y la venida inicial del Espíritu Santo están asociadas. Sin embargo, la única persona bajo la Ley que las Escrituras indican directamente que fue "ungido por el Espíritu" es el Ungido, el Mesías (ver Is. 61:1; Lucas 4:18, Hechos 10:38). Es quizás seguro inferir que otros, como David, también fueron ungidos con el Espíritu Santo (aunque la Escritura no enseña directamente esto). Tal unción del Espí- ritu parece ser una referencia a la morada ini- cial del Espíritu Santo apartando así a un líder y otorgándole el poder para cumplir con ciertas funciones. En tiempos del Antiguo Testamento, el Espíritu Santo moró y por lo tanto, ungió sólo a unos pocos, y esto después de la salva- ción. Por lo tanto, Su obra de unción bajo la Ley no sería un patrón preciso ahora que esta- mos bajo la gracia. En el sistema de la iglesia el Espíritu Santo mora en todos en el momento de la salvación. Por lo tanto, esperaríamos que cualquier ense- ñanza del Nuevo Testamento que mencione al Espíritu ungiendo, incluya a todos los creyentes y comience al momento de la salvación. Y ese es el caso. 2 Cor. 1:21, que puede ser para los apóstoles pero que probablemente incluye a todos los creyentes, y 1 Juan 2:20, 27 son los únicos pasajes del Nuevo Testamento que mencionan la unción efectuada por el Espíritu Santo. Hacen de dicha unción la posesión de todos los creyentes (ya que cada creyente ha sido habita- do). No hay ninguna base Bíblica para rogar, orar, o luchar por obtener alguna unción del Espíritu en el momento de la salvación. Ahora todos los creyentes ya han sido apartados (san- tificados) para la obra del Señor y por tanto, todos los creyentes han sido ungidos por el Espíritu con el poder para llevar a cabo sus responsabilidades. Es posible usar la palabra "ungir" para referirse a un creyente de hoy que es guiado por Dios para una obra determinada y bendecido con una habilidad especial para hacer ese trabajo (por ejemplo, uno podría referirse a la ordena- ción como una unción). Si bien no hay nada malo con tal lenguaje y además se compara con los ejemplos del Antiguo Testamento, donde la unción otorgaba el poder para llevar a cabo una tarea especial, parece que la unción del Espíritu del Nuevo Testamento está aún más estrecha- mente vinculada a la impartición de poder ini- cial del Espíritu Santo en la vida de un indivi- duo. Bajo la Ley, esta recepción inicial podría venir después de la salvación (como en el caso de David). Sin embargo, todos los creyentes bajo la dispensación de gracia ya ha sido ungidos por el Espíritu para un ministerio especial. Todos ellos han sido apartados (santi- ficados) para el servicio cristiano. Todos cuen- tan con los recursos del Espíritu Santo para ministrar (1 Cor. 12:7; Ef. 4:12). Por lo tanto, 264
  • 275. No Solo de Pan a. ¿Con Quien mora el Espíritu Santo? Los que no captan una distinción entre la ley y la gracia, entre el judaísmo y la Igle- sia, no podrán entender la doctrina de la habitación del Espíritu Santo, en la época actual. Cristo, en Juan 7:37-39 y Juan 14:16-17, enseñó que habría un gran cam- bio en la operación del Espíritu Santo des- pués de Su glorificación y partida. Si con- sideramos que el Antiguo Testamento o los Evangelios nos dan la pauta a seguir para la obra del Espíritu Santo, en la admi- nistración de la iglesia, el resultado sería confusión. Desde el tiempo de la glorifica- ción de Cristo (lo cual incluye Su ascen- sión), todo aquel que cree es habitado por el Espíritu Santo. El Espíritu Santo mora en todo aquel que pertenece a Cristo. “El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado. [Juan 7:38-39]. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. (De igual mane- ra el que es de Cristo tiene el Espíritu Santo) [Rom. 8:9b]. 1 Cor. 12:13b dice, “y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.” En su con- texto, la palabra todos se refiere a todo el que tiene unión con Cristo, y esto a su vez es una referencia a todo el que cree.6 La no es necesario que los cristianos rueguen por una unción que ya se ha otorgado en virtud de la presencia interior del Espíritu en la vida de cada creyente. 6 Todos los creyentes tienen la unión con Cristo (Ef. 2:4-9; Gál. 3:26-28.). Por lo tanto, todos los creyentes han sido habitados por el Espíritu, ya que la obra de la morada del Espíritu (y la obra de bautismo) es por causa de la unión con Cristo (1 Cor. 12:13). No hay razón alguna para palabra beber nos hace pensar en una obra que se lleva a cabo en el interior de la per- sona. Por lo tanto, Pablo enseña que todos los creyentes han sido habitados por el Espíritu Santo. La verdad misma que nos enseña que to- dos los que obtengan la resurrección son habitados por el Espíritu Santo nos lleva a la misma conclusión (Rom. 8:11)7 y todos los que son hijos de Dios han sido habita- dos por el Espíritu Santo (Gál. 4:6; Rom. 8:14 entendidos correctamente).8 …el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros. [Rom. 8:11b]. Y por cuanto sois hijos, Dios en- vió a vuestros corazones el Espíri- tu de su Hijo, el cual clama ¡Abba, Padre! [Gál. 4:6]. Cuando Pablo escribe a los corintios car- nales, el no menciona una diferencia entre los que son habitados por el Espíritu Santo y los que no lo son. El hace una declara- ción general a todos los que han sido habi- tados por el Espíritu Santo. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? [1 Cor. 6:19]. pensar en la idea de un cristiano que no posee el Espíritu Santo. 7 Todos los creyentes tienen vida eterna (Juan 5:24; 11:25). Y como el Espíritu Santo es el que da vida (Rom. 8:11), entonces el Espíritu Santo ha hecho su habitación en todos. No hay lugar para el concepto de un cristiano que no posee el Espíritu Santo. 8 Todos los creyentes son hijos de Dios (Juan 1:12-13; Gál. 3:26). Y como el Espíritu Santo es quien crea esta adopción (Gál. 4:6; Rom. 8:14), es absurdo pensar que un creyente no tiene el Espíritu Santo. No existe lugar para pensar en la idea de in cristiano que no posee el Espíritu Santo. 265
  • 276. Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo Varias veces el Nuevo Testamento presen- ta la morada del Espíritu Santo como una realidad ya consumada para un creyente (Rom. 5:5; 2 Cor. 5:05, 1 Juan 3:24, 4:13). No existe ningún mandato en esta dispen- sación para que un creyente procure obte- ner la habitación del Espíritu Santo. b. ¿Cómo y Cuando se Obtiene la Habita- ción del Espíritu Santo? Ya que el Espíritu Santo mora en todos los creyentes, es obvio que se obtiene al cre- er, y que El habita en el momento de la fe. Juan 7:38-39 y Gál. 3:2 son pasajes especialmente claros en cuanto a que el Espíritu Santo se otorga en base a la fe en Cristo. No puede darse el caso de alguien que tenga fe pero que no tenga el Espíritu. De esta manera, el Espíritu Santo mora en base a la fe en Cristo y en el momento en que esta comienza. “El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, por- que Jesús no había sido aún glorifi- cado. [Juan 7:38-39]. Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? [Gál. 3:2].9 Una vez más, todos aquellos que son Hijos de Dios son habitados por el Espíritu (Gál. 4:6, Rom. 8:14.). Puesto que una persona se convierte en un hijo de Dios por la fe y 9 Vea también Ef. 1:13. Si el participio de este versículo es tomado como un participio causa- tivo, debe leerse, “y por razón de haber creído en él, fuisteis sellados en él con el Espíritu Santo...” Aunque Ef. 1:13 pudiera también ser compatible con la idea que el Espíritu Santo viene después del momento de la salvación, otros textos más claros que establecen que la recepción del Espíritu Santo es por la fe apoyan a la traducción anterior. en el momento de la fe, entonces, la mora- da del Espíritu Santo también se lleva a cabo en ese mismo momento. De la mis- ma manera, aquellos que tienen la unión con Cristo son habitados por el Espíritu Santo (Rom. 8:9b; 1 Cor.12:13b). Puesto que una persona obtiene esta unión con Cristo por la fe, la morada del Espíritu Santo debe venir por fe. La fe en Cristo traerá consigo una eventual resurrección (Juan 6:40, 47) acompañada del Espíritu Santo que se encarga de "dar vida a vues- tros cuerpos mortales" (Rom. 8:11). Todas las líneas de evidencia indican que el Espíritu Santo habita en base a la fe y que esta residencia se inicia en el mo- mento de establecer la fe en Cristo. Hechos 10:44 da un ejemplo de esto. Cuando Pedro predicó el evangelio, algu- nos creyeron. Aun antes de terminar el sermón, y mucho antes que ellos fueran bautizados, ellos obtienen el Espíritu San- to. c. ¿Por Cuánto Tiempo Mora el Espíritu Santo? A diferencia de la Ley, donde el Espíritu Santo habitaba a una persona y después podía partir, Cristo dijo a Sus discípulos que bajo el nuevo ministerio del Espíritu Santo, El permanecería para siempre. En la misma ocasión, El también dejó en claro que Sus palabras estaban destinadas a todo Su pueblo y no sólo a Sus apóstoles. “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.…” Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.” [Juan 14:16-17; 23]. Aunque Ef. 4:30 técnicamente se refiere al sellado y no a la morada, este pasaje ense- 266
  • 277. No Solo de Pan ña que la obra del Espíritu Santo en la vida de un creyente es permanente. El habita en los creyentes, y seguirá obrando en ellos por todas sus vidas. Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sella- dos para el día de la redención [Ef. 4:30]. En realidad, la duración de la morada del Espíritu Santo se entrelaza con la doctrina de la seguridad eterna. Ya que el Espíritu Santo mora en aquellos que son los hijos de Dios (Gál. 4:6), que están en unión con Cristo (1 Cor. 12:13b) y que serán resuci- tados (Rom. 8:11), y ya que los creyentes nunca dejarán de ser hijos de Dios, ni per- derán la unión con Cristo, ni dejarán de ser resucitados; la habitación del Espíritu también debe ser permanente. Los que piensan que el Espíritu viene y se va, que enseñan que debemos de luchar, rogar, suplicar o procurar la residencia del Espíritu Santo lo hacen porque ignoran la enseñanza de las Escrituras acerca de la obra del Espíritu Santo en la dispensación de la Iglesia.10 10 Lucas 11:13 se usa a menudo como un texto de prueba para apoyar la idea de suplicar por el Espíritu Santo. Sin embargo, estas palabras se dieron bajo la dispensación de la Ley, cuando muy pocos creyentes poseían el Espíritu Santo. Cristo invitó a Sus discípulos para que pidieran el Espíritu Santo. A pesar de que la obra de morar del Espíritu Santo en todos los creyentes no comenzaría sino hasta después de la glorifi- cación de Cristo (Juan 7:38-39), Dios les habría concedido el Espíritu Santo a algunos de los que siguieron a Cristo durante el inicio de Su ministerio. Sin embargo, no se tiene ningún registro de que alguno de ellos haya pedido alguna vez el Espíritu Santo. Existen ahora en la dispensación de la Iglesia condiciones dife- rentes a las que operaban cuando fue dado el mensaje de Lucas 11:13. En la actualidad, todo aquel que cree, ya tiene el Espíritu Santo, sin tener que pedirlo. Mientras que Lucas 11:13 puede tener aplicaciones contemporáneas, el Espíritu Santo ahora funciona de forma diferen- te que en el momento de los evangelios antes que comenzara la iglesia. Juan 20:22 es otro texto que usan algunos que argumentan que da un precedente para demos- trar que las personas obtuvieron el Espíritu Santo, mucho tiempo después de la salvación. Sin embargo, una vez más el cambio de la ley a la gracia, del judaísmo a la Iglesia, es un factor determinante. Debe quedar muy claro que esta transición no había ocurrido todavía, ya que en Su ascensión, Cristo todavía estaba enseñando que el bautismo del Espíritu era en el futuro (Hechos 1:5). Juan 20:22 ocurrió antes que comenzara la administración de la iglesia, por lo que no dice nada acerca de la forma en que el Espíritu Santo opera ahora. Por otra parte, Juan 20:22 es un texto obscuro. Un punto de vista es que Cristo se limita a dar una autorización y bendición previa para el bautismo del Espíritu que ocurriría en breve. Otra idea es que le está ofreciendo a los apósto- les una medida de bendiciones temporales del Espíritu Santo para apoyarlos en los días difíci- les y temerosos que vendrían justo después de la crucifixión. Además otro punto de vista es que el Señor está pre autorizando a Sus apóstoles para obtener revelación divina e inspiración del Espíritu Santo. Por último, incluso si consideramos que Juan 20:22 está otorgando una morada a los apóstoles, esto aún no proporcionaría un mode- lo de cómo Dios trabajaría con todos los cre- yentes bajo la gracia. En síntesis, Juan 20:22 no es un texto que puede ser utilizado para derro- car a la conclusión de que todos los creyentes en la dispensación de la Iglesia son habitados por el Espíritu Santo. Hechos 19:2 se usa a veces para demostrar que el Espíritu Santo entra en una vida después de la salvación. Sin embargo, el problema es sim- plemente una labor de traducción. La versión King James dice: "¿Habéis recibido el Espíritu Santo desde que creísteis?" Esta traducción da la impresión de que los creyentes suelen recibir el Espíritu Santo, subsecuente a la salvación. Es cierto que el Espíritu Santo viene después de la fe en Cristo. Sin embargo, El viene inmedia- tamente después de la fe. La gramática de Hechos 19:2 permite una traducción que no implica una extensión mensurable de tiempo entre la fe y la recepción del Espíritu Santo. Estos se llevan a cabo virtualmente al mismo tiempo. 267
  • 278. Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo Dana y Mantey dicen: "... el [participio] aoristo con frecuencia expresa acción contem- poránea... [Manual de Gramática del Nuevo Testamento Griego por HE Dana y Julius R. Mantey, (Toronto: Collier-Macmillan Ltd., 1955, 230,)]. Moulton escribe: "... existen nu- merosos ejemplos del participio aoristo que denotan una acción coincidente" [una gramáti- ca de griego del Nuevo Testamento por (James Hope Moulton y Nigel Turner, , 3 vols (Edim- burgo: T. y T. Clark, 1963, 3: 79)]. Las traduc- ciones más recientes, por lo tanto, son superio- res ya que traducen Hechos 19:2 de manera que leemos que la fe y la recepción del Espíritu Santo son virtualmente simultáneas. La NASB versión en Inglés lee “Recibieron el Espíritu Santo cuando creyeron…”. La traducción en Inglés NVI es idéntica. Estas traducciones superiores eliminan cualquier implicación de que el Espíritu Santo viene en un momento posterior a la salvación. Hechos 8:14-17 es probablemente el pasaje más difícil de la Pneumatología. Trata de la Evange- lización del pueblo samaritano hecha por Feli- pe. A pesar de toda la evidencia anterior que indica que todos los creyentes han sido habita- dos por el Espíritu Santo (Juan 7:38-39; Rom. 8:9; 1 Cor.12:3b, etc.), los samaritanos no po- seyeron el Espíritu inmediatamente al momento en que ellos creyeron. Sino que se requirió el reconocimiento oficial de los apóstoles Pedro y Juan antes que los samaritanos obtuvieran el Espíritu Santo. Un estudiante de teología tiene dos opciones con este ejemplo de la venida del Espíritu Santo sobre los creyentes después de la salvación: o bien se trata de una contradicción o una excep- ción especial a la forma en que el Espíritu San- to, normalmente obra. Una persona que es críti- ca de la Biblia podría acusarla de contradic- ción. Juan 7:38-39; Rom. 8:9, 1 Cor. 12:13 b, etc. enseñan que todos los que creen son habi- tados por el Espíritu de Dios, pero Hechos 8:14-17 es un ejemplo de algunos que creyeron, pero no tuvieron el Espíritu de inmediato. (No- ta: Hechos 9:17 trata de llenamiento no de mo- rada y Hechos 10:44 proporciona un ejemplo normal de la recepción del Espíritu Santo en el momento de la fe). La visión contradictoria, debe ser absolu- tamente inaceptable para aquellos que respetan la integridad de la Escritura. Obviamente, la situación en Hechos 8:14-17 no es normal. En 3. El Bautismo en el Espíritu Santo a. Introducción y Definición Aunque el tema del bautismo del Espíritu no sea uno de los más difíciles en lo que concierne al Espíritu Santo, si es uno de los temas que menos se entienden. Pode- mos buscar exhaustivamente en el Nuevo Testamento y nunca encontrar manda- mientos que indiquen que debemos aspirar al bautismo del Espíritu Santo. Podemos también buscar en el Antiguo Testamento de manera exhaustiva y nunca encontrar referencias al bautismo del Espíritu. El bautismo del Espíritu no es un senti- miento ni una iniciación hacia un plano elevado de una experiencia cristiana donde las presiones y las tentaciones de la vida desaparecen. Más que un sentimiento o esta situación en la hay samaritanos involucra- dos, es fácil inferir una razón lógica para tener una excepción a la forma en que el Espíritu Santo trabaja normalmente. En primer lugar, esta es la primera vez en la corta historia de la iglesia que el evangelio fue predicado a no- judíos. En segundo lugar, los judíos y samarita- nos se odiaban unos a otros (vea Juan 4:9). La retención del Espíritu Santo a los samaritanos eliminaba el peligro de una ruptura entre los cristianos judíos y los samaritanos que aún desconfiaban y se odiaban mutuamente. Los apóstoles judíos se vieron obligados a recono- cer públicamente la legitimidad de la conver- sión de los samaritanos. Pudieron dar fe de la venida del Espíritu Santo. Del mismo modo, los samaritanos por la obtención del Espíritu Santo a través de los apóstoles se vieron obligados a reconocer la autoridad de los apóstoles judíos. Teniendo en cuenta las condiciones culturales y sociológicas que existían entre los judíos y los samaritanos, lo mejor es ver a Hechos 8:14-17 como una excepción planeada y prevista de manera general en que obra el Espíritu Santo en lugar de pensar que la Biblia nos da dos méto- dos contradictorios de operación del Espíritu. El Espíritu Santo habita en cada creyente en el momento de la salvación. Sin Embargo, en la primera conversión de los samaritanos, El hizo una espera para Su morada lo suficiente como para que los dos grupos hostiles pudieran reco- nocer su salvación mutua en Cristo. 268
  • 279. No Solo de Pan una experiencia, el bautismo del Espíritu es fundamentalmente una posición. Las siguientes definiciones son precisas: “El acto del Espíritu Santo, mediante el cual, en esta dispensación, El coloca a un creyente ‘en Cristo’ en el momento de la salvación.”11 El bautismo del Espíritu se lleva a cabo cuando Cristo sumerge, cubre, o coloca a un creyente en el Espíritu a fin de producir una unión con el Espíritu de Cristo, que es en última instancia, una unión con El y con todos los demás creyentes.12 Estas definiciones expresan la misma con- clusión con una fraseología diferente. La primera considera a Cristo en Su función de "enviar" al Espíritu, y la segunda "uti- lizando" al Espíritu. Sin embargo, ambas concluyen que el bautismo en el Espíritu se refiere a alguien que es colocado en una posición de "unión en Cristo." La base de esta definición se establecerá en las sec- ciones siguientes. b. El Bautismo del Espíritu y el Sistema de la Iglesia Los evangelios presentan la obra del bau- tismo del Espíritu como algo que no había ocurrido todavía. Juan el Bautista se refer- ía constantemente al bautismo del Espíritu como una obra del Mesías que sería estric- tamente futura, “y él os bautizará en Espíritu Santo” (Lucas 3:16; vea también Mat. 3:11; Marcos 1:8). Por otra parte, Cristo colocó la obra del bautismo del Espíritu para después del momento de su ascensión en Hechos 1:5, " mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días." Por lo tanto, no debemos esperar que el Antiguo Testa- mento u otros textos del Evangelio que tratan de la obra del Espíritu Santo nos proporcionen las verdades de la doctrina 11 Don Phillips, Lecturas de las Notas de Clase, Grand Rapids School of the Bible and Music, otoño 1975. 12 Esta es definición propia del autor. del bautismo del Espíritu. Antes de la as- censión de Cristo, no se había "bautismo en el Espíritu." El primer bautismo en el Espíritu se produjo “pocos días” después de la ascensión. Pedro muestra que ya en el tiempo de Hechos 11:15-16 la obra del bautismo en el Espíritu estaba en opera- ción. Nos vemos obligados a concluir que la primera obra del bautismo del Espíritu en el mundo ocurrió en Pentecostés en Hechos 2. Esto no debería sorprendernos. Si la definición anterior del bautismo del Espíritu es correcta, entonces el bautismo del Espíritu crea la unión de los creyentes en Cristo, la cual es la iglesia. De manera que, la obra del bautismo del Espíritu co- menzó al mismo tiempo en que comenzó la iglesia, en el Pentecostés de Hechos 2. c. El Bautismo del Espíritu y la Unión en Cristo. En Juan 14:20, Cristo predijo una futura e inminente relación que era " vosotros en mí, y yo en vosotros." El aspecto "vosotros en mí" viene a través de creyentes coloca- dos (bautizados) en el Espíritu de Cristo. ("Yo en vosotros" se refiere a la morada o habitación del Espíritu). Un punto básico de partida para compren- der el significado exacto del bautismo del Espíritu se encuentra en un pasaje paralelo que se repite seis veces en el Nuevo Tes- tamento. Juan el Bautista bautizó “en, con, o por agua” Cristo bautizaría en, con y por el Espíritu Santo (vea Mat. 3:11; Marcos 1:8, Lucas 3:16, Juan 1:33, Hechos 1:5, 11:16).13 Juan es el ejecutor 13 La palabra griega es frecuentemente en o un caso dativo cuando se usa con agua seguido de en en pasajes semejantes que tratan del Espíritu Santo. Esta tabla nos ofrece las lecturas origina- les: Verso Agua Espíritu Mat. 3:11 en en Marcos 1:8 dativo en Lucas 3:16 dativo en Juan 1:33 en en 269
  • 280. Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo de la acción. Bautizar es la acción. El agua es el agente o elemento que Juan usa para bautizar. Asimismo, en el bautismo del Espíritu, Cristo es el ejecutor, bautizar es la acción. El Espíritu Santo es el agente o elemento que Cristo utiliza para bautizar. Técnicamente, por lo tanto, el bautismo del Espíritu es una obra de Cristo. El Espí- ritu es el elemento "en el que", "por el cual," o "con el cual" Cristo bautiza. Sin embargo, debido a que Cristo utiliza al Espíritu Santo para bautizar, el bautismo del Espíritu se clasifica comúnmente bajo las obras del Espíritu tal como se hace en este estudio. Aunque la preposición griega en, que se utiliza en los seis pasajes anteriores, puede ser traducida "en", "por" o "con", hay bue- nas razones para dar preferencia a la tra- ducción, "bautismo en el Espíritu." Un sentido figurado debe interpretarse en base a uno literal. Dado que el significado lite- ral de bautismo es "colocar en", esta defi- nición debe ser transferida a la doctrina del bautismo del Espíritu. Bautismo en el Espíritu tiene mejor paralelo con la idea del bautismo de Juan en agua. En segundo lugar, cuando Pablo trata el tema del bau- tismo del Espíritu pensó en agua tal como lo muestra cuando usa la palabra beber en 1 Cor. 12:13. Esto también muestra que el bautismo en el Espíritu es similar a la rela- ción del bautismo en agua. El argumento más fuerte para traducir la frase "bautismo en el Espíritu" es que el bautismo del Espí- ritu crea una unidad, una unión "en Cris- to". Se crea la unidad entre el creyente y Cristo y entre un creyente y todos los de- más creyentes del cuerpo de Cristo, o sea, la iglesia. El argumento de 1 Cor. 12:12-13 es claro ya que presenta al bautismo del Espíritu creando la unidad en Cristo: "... pero todos los miembros del cuerpo, sien- do muchos, son un solo cuerpo. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados Hechos 1:5 dativo en Hechos11:16 dativo en 1 Cor. 12:13 ---- en en un cuerpo…”. Gál. 3:27 enseña tam- bién que el bautismo del Espíritu produce la unión con Cristo: “porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo…”.14 La doctrina que enseña que el bautismo del Espíritu crea unidad y unión es una verdad primaria. Sin embargo, como un punto secundario, la traducción en parece comu- nicar mejor que con y mucho mejor que por la formación de una unión. Esto tam- bién sería paralelo a la frase común "en Cristo", donde se emplea la misma prepo- sición y a la frase "vosotros en mí" de Juan 14:20, que también utiliza la misma pre- posición. Independientemente de la traducción que se prefiera de esta frase, la definición del bautismo del Espíritu debe ser clara por 1 Cor. 12:12-13. El bautismo del Espíritu debería ser considerado principalmente como una posición. Cristo "inunda, su- merge, cubre, rodea, coloca a un creyente en (con o por) el Espíritu." Puesto que El es el "Espíritu de Cristo", esto es lo equi- valente a unir a un creyente con o en Cris- to (vosotros en mí, Juan 14:20). Además, dado que todos los creyentes son coloca- dos en el Espíritu de Cristo, todos están unidos en la misma posición. Hay una uni- dad en Cristo que podría ser descrita de la siguiente manera: (1) El Bautismo en el Espíritu Hace la Unión en Cristo (“vosotros en mí,” Juan 14:20) 14 La idea de bautismo “en” es idónea también para aquellos textos donde existe dificultad en interpretar si el autor estaba hablando de bau- tismo del Espíritu o bautismo en agua (Rom. 6:3; Ef. 4:5; Col. 2:12; 1 Pedro 3:21. 270
  • 281. No Solo de Pan (2) Esta unión en Cristo une también a un creyente con todos los otros creyentes. d. Los Receptores del Bautismo del Espí- ritu (¿Quiénes? ¿Cuándo? y ¿Cómo?) El Espíritu Santo Creyentes Individuales En el Espíritu de Dios = En El Espíritu de Cristo = En Cristo (1) Los Que Reciben el Bautismo en el Espíritu En lo que concierne al bautismo del Espíri- tu no existen dos clases de creyentes. Es falso que algunos creyentes hayan sido bautizados en el Espíritu y otros todavía tengan que obtenerlo. 1 Cor. 12:13 no deja ningún lugar a dudas en cuanto al bautis- mo universal en el Espíritu Santo para todos los creyentes: "Porque por [o en] un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo." Es Bíblicamente impensable la situación en la que un creyente no ha sido bautizado en el Espíritu. Como el bautismo del Espí- ritu produce la unión en Cristo y crea uni- dad en la Iglesia, un creyente "espiritual- mente no bautizado" sería lo mismo que un creyente que no está en Cristo y que no es una parte de Su cuerpo, la Iglesia. Ra- zonando de otra forma, debería ser fácil darse cuenta que todos los que están en Cristo y forman parte de la Iglesia (es de- cir, todos los creyentes) han sido bautiza- dos en el Espíritu (¡ya que el bautismo del Espíritu crea la posición en Cristo y la unidad en la Iglesia!).15 No puede haber tal cosa como un creyente que no está en Cristo, un creyente que no está en la Igle- sia. Por lo tanto, no puede haber tal cosa como un creyente que no ha sido Bautiza- do en el Espíritu Santo. (2) El Momento del Bautismo del Espíritu 15 Todos los creyentes están "en Cristo" (2 Cor. 5:21; Ef. 1:6-7, 2-4 ss.; Col 1:10). Por lo tanto todos deben haber pasado por la operación espiritual que crea esta unión, o sea, el bautis- mo del Espíritu. Todos los creyentes son parte de la Iglesia universal, el cuerpo de Cristo (Rom. 12:5, 1 Cor. 12:13.). Por lo tanto, todos deberían haberse sometido a la operación espi- ritual que crea al cuerpo de Cristo, el bautismo del Espíritu. El Espíritu Santo Muchos Creyentes Unidos Todos En El Espíritu de Dios = En El Espíritu de Cristo = En Cristo = La Iglesia 271
  • 282. Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo Varias líneas de pensamiento nos llevan a la conclusión inevitable de que cada cre- yente es bautizado en el Espíritu en el momento mismo de la salvación. En primer lugar, el hecho de que todos los creyentes han experimentado el bautismo del Espíritu (1 Cor. 12:13) significa que el bautismo del Espíritu se remonta a una experiencia común que es la fe en Jesucris- to. Dado que todos los creyentes han sido bautizados en el Espíritu, esto significa que, si uno ha sido salvo por cinco minutos o por sólo cinco segundos, ya ha sido "bautizado en el Espíritu" El carácter uni- versal del bautismo del Espíritu deja una sola opción: El Bautismo del Espíritu se lleva a cabo en el momento de la salva- ción. En segundo lugar, el bautismo del Espíritu debe ocurrir en el momento en que un cris- tiano se une a Cristo y pasa a ser uno con el cuerpo de Cristo que es la Iglesia. La pregunta, "¿Cuándo se produce el bautis- mo del Espíritu?" equivaldría a la pregunta "¿Cuándo se unió el creyente a Cristo?" El Bautismo en el Espíritu se produce en el momento de la unión con Cristo, que es el momento de la fe. La salvación desde el principio implica posición en Cristo (2 Cor. 5:21; Ef. 2,4 y ss.; Gál. 3:26-28, etc.). Dios ve al creyente como ya en Cristo y lo declara justificado por virtud de compartir la justicia de Cristo. Ya que un creyente comparte los méritos de la muerte y resu- rrección de Cristo en el momento mismo de la salvación, entonces deberá ser cierto que el bautismo del Espíritu, que crea una participación en la vida de Cristo, se lleva a cabo en el momento mismo de la salva- ción. (3) Los Medios para Obtener el Bautismo del Espíritu Un estudio exhaustivo de todas las refe- rencias del Espíritu Santo en todo el Nue- vo Testamento revelará que no existe ningún mandamiento asociado con el Bautismo del Espíritu. Nunca se nos dijo que oráramos o buscáramos el bautismo del Espíritu. Nunca se nos ordena que nos esforcemos por obtenerlo o que tratemos de llegar a un cierto nivel en el que el "bautismo" sucede. El bautismo del Espíritu se presenta como una obra soberana de Dios, que El lleva a cabo de forma automática. 1 Cor. 12:13 describe al bautismo en el Espíritu como una obra en tiempo pasado, que ya se ha llevado a cabo en la vida de todos los cre- yentes. El bautismo del Espíritu se refiere a lo que Cristo hace a fin de producir una unión en El. No se refiere a ninguna cosa que hacemos nosotros. (4) La Duración del Bautismo en el Espíri- tu Juan 14:16-17 enseña que la morada es para siempre. Ef. 4:30 enseña que el sello es permanente. De manera que, la obra del Espíritu Santo en el creyente no cesa. Po- demos, por lo tanto, deducir con seguridad que el bautismo en el Espíritu es perma- nente. La doctrina de la seguridad eterna se refie- re a la permanencia del bautismo del Espí- ritu. Si el bautismo del Espíritu cesa, en- tonces también cesa la unión de un creyen- te en Cristo y su inclusión en la iglesia. Por otra parte, si un creyente es eterna- mente seguro en su posición en Cristo, entonces el bautismo en el Espíritu que forma esta unión también debe ser perma- nente. (5) Conclusión Cuando las Escrituras desean hacer hinca- pié en la presencia del Espíritu Santo en los creyentes, utilizan el concepto de la morada. Cuando las Escrituras desean hacer hincapié en la presencia de un cre- yente o de todos los creyentes en el Espí- ritu Santo, entonces se utiliza el concepto de bautizar. La doctrina del bautismo en el Espíritu se 272
  • 283. No Solo de Pan puede resumir en tres palabras, "Unión en Cristo." En la salvación, el creyente es colocado en el Espíritu de Cristo. Esto hace que él o ella sean uno con Cristo, y con todos los demás creyentes. Si al bau- tismo del Espíritu se le entendiera como una posición se evitaría mucha confusión. 4. El Sello El Espíritu Santo es la garantía o promesa de grandes bendiciones por venir (2 Cor. 1:22; 5:5; Ef. 1:13-14). Su obra "sella" a un creyente hasta el día de la redención. En los tiempos antiguos un sello transmitía pensamientos de propiedad, aprobación y protección. El sello del Espíritu (2 Cor. 1:22; Ef. 1:13-14; 4:30) garantiza la segu- ridad eterna del creyente. Esto se ha trata- do más a fondo bajo este tema en el Capí- tulo 9, págs. 214-215. El cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones. [2 Cor. 1:22]. En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evan- gelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis se- llados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su Gloria. [Ef. 1:13-14]. Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sella- dos para el día de la redención. [Ef. 4:30]. 5. Llenura El llenamiento es la única obra importante del Espíritu Santo en los creyentes que implica un proceso repetitivo. Sus otras obras suelen ser un evento llevado a cabo una sola vez y que no se repite. También, es la única obra importante que implica un mandato para la cooperación humana. El mandato de Ef. 5:18 de "sed llenos en, con o por el Espíritu" es pasivo lo cual signifi- ca que el Espíritu Santo hace la obra, pero el cristiano debe cooperar en el proceso. Debido a que algunos asuntos que tienen que ver con el llenamiento del Espíritu son simples y sencillos y otros son complejos y difíciles, este estudio estará subdividido en las verdades que son ciertas y las especu- laciones que no son claras. a. Conclusiones Firmes (1) El Llenamiento Equivale al Control e Influencia Podemos sentirnos seguros con la conclu- sión de que la idea principal detrás del llenamiento en, con o por el Espíritu es el control o la influencia del Espíritu Santo. Ser controlado por el Espíritu equivale a ser llenado por el Espíritu. Este control puede ser iniciado por una experiencia de crisis, pero el llenado no es tanto una expe- riencia de crisis sino un proceso continuo mediante el cual el Espíritu Santo controla al creyente. Las Escrituras a menudo hacen un contras- te entre ser llenos por el Espíritu y ser lle- nos con vino (Lucas 1:15, Hechos 2:4, 15; Ef. 5:18). El vino controla e influye a los que son llenos por él. En lugar de estar bajo la influencia del vino, los cristianos deben permitir que el Espíritu Santo tenga Su influencia y control sobre ellos (Ef. 5:18). Las Escrituras usan la palabra "llenar" en relación con muchas y diferentes actitudes y comportamientos (lleno de ira, Lucas 4:28, lleno de temor, Lucas 5:26; lleno de furor o de locura, Lucas 6:11; llenos de asombro y espanto, Hechos 3:10; llenos de celos, Hechos 5:17, 13:45; lleno de confusión, Hechos 19:29; llena de gozo y paz, Rom. 15:13; lleno de conocimiento, Romanos 15:14 , lleno de consolación, 2 Cor. 7:4; lleno de frutos de justicia, Fil 1:11). La mayoría de estas frases transmite la idea de control o influencia. Ser lleno de ira o celos significa que la ira o los celos impregnan e influyen en el comportamien- 273
  • 284. Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo to. Una ciudad llena de confusión es una ciudad cuya conducta es controlada por la confusión. Ser llenado con o por el Espíritu debe in- volucrar un control por el Espíritu. En la siguiente sección se analiza la manera en que el Espíritu Santo controla a los creyen- tes. (2) El Espíritu Santo Controla por Su Pro- pia Palabra Las epístolas que se escribieron al mismo tiempo, por lo general tienen similitudes. Esto es especialmente cierto en Efesios y Colosenses. Ambos libros fueron escritos, mientras Pablo estaba en una prisión ro- mana. Hay muchas semejanzas. Ef. 5:18 y ss., ordena a los efesios a ser llenos por el Espíritu lo cual daría como resultado "hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios..." Luego Pablo discute asuntos de autoridad y sumisión. En Col. 3:16 y ss. Pablo ordena: "la palabra de Cristo more en abundancia en vosotros." Los resultados son "enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gra- cia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales." Luego Pablo discute el tema de autoridad y sumisión. Si comparamos Ef. 5:18 con Colosenses 3:16, es evidente que ser lle- no del Espíritu equivale a permitir que la Palabra de Cristo habite en nosotros. El Espíritu Santo tiene influencia y control sobre los creyentes mediante la Palabra de Dios. Esto no debería ser tan sorprendente, ya que "la espada (herramienta) del Espíri- tu es la Palabra de Dios" (Efesios 6:17). El Espíritu Santo es el autor de la Escritura. El movió a los profetas en el proceso de escritura, 2 Ped. 1:21. Así que, cuando la Palabra habla, el Espíritu Santo habla. Ser Llenado por el Espíritu suena esotérico y misterioso. En realidad, el cristiano que lleva una vida controlada por la Palabra de Dios es un cristiano que está lleno (contro- lado) por el Espíritu. Es así de simple. Existe un gran peligro cuando divorciamos al Espíritu Santo de las Escrituras. No existen varias maneras para que el cristia- no crezca, no podemos decir que unos cris- tianos maduran, siguiendo "la Palabra", mientras que otros maduran siguiendo "al Espíritu". Tengamos cuidado para no cerrar nuestra mente a la Palabra y pensar que estamos siguiendo así al Espíritu. Esto no es otra cosa más que seguir los impulsos carnales y razonar sub- jetivamente que nuestras acciones deben ser aceptables porque llamamos “Espíritu” al impulso. Hay una buena base Bíblica para forjar una unión inseparable entre el Espíritu Santo y la Palabra de Dios. Cristo está insepara- blemente ligado a la Palabra de Dios (Juan 1:1 y Ap. 19:13). No deberíamos tener ningún problema en ver que el Espíritu Santo está también vinculado con la Pala- bra escrita. Ef. 6:17 enseña que el Espíritu Santo usa la Palabra, y 2 Pedro 1:21 ense- ña que las palabras de las Escrituras son las palabras del Espíritu Santo. Llenarse con el Espíritu es equivalente a dejar que la Palabra de Cristo controle nuestra vida (Compare Ef. 5:18; con Col. 3:16). Además, consideremos el patrón que exis- te en la regeneración. El Espíritu Santo produce el nuevo nacimiento (Juan 3), pero El usa la palabra de Dios para hacerlo (Rom.10:17; Santiago 1:18; 1 Pedro 1:23). En otras palabras, el Espíritu Santo usa Su propia Palabra para hacer Su obra. Hay muchas razones por las cuales este patrón para salvación también es válido para la obra del Espíritu Santo en el área de la santificación. El usa Su Palabra para hacer Su obra. Consideremos lo absurdo que sería si se- paráramos el llenamiento del Espíritu del control de la Palabra escrita. En realidad, esto equivale a pensar que puede haber crecimiento sin la Palabra de Dios. Aque- 274
  • 285. No Solo de Pan llos que piensan que pueden llegar a ser cristianos maduros, sin someterse y practi- car la Palabra de Dios deben considerar la amonestación misma de la Biblia (véase también, Josué 1:8, Salmo 1:2-3, 1 Tim 4:13-15; 2 Tim. 2:15; 4:2). El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. [Mat. 4:4]. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para re- dargüir, para corregir, para instruir en justicia [2 Tim. 3:16]. Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para sal- vación, [1 Pedro 2:2]. El crecimiento cristiano, simplemente no puede darse sin la Palabra escrita, y esto significa que el Espíritu Santo siempre utiliza la Palabra escrita para llenarnos. No hay progreso sin el Espíritu (Zac. 4:6), pero tampoco lo habrá sin la Palabra escri- ta. Una de las principales obras del Espíri- tu es la iluminación. Ha habido mucha discusión acerca del crecimiento cristiano, definido como la renovación de la mente. Ambos conceptos sugieren que el Espíritu Santo trabaja a través de la mente. Esto a su vez, apoya la idea de unir la obra de llenamiento del Espíritu con la Palabra escrita. (3) Definición de Llenamiento: El ministerio continuo del Espíritu en esta era presente mediante el cual El controla al creyente que está rendido a El.16 (4) Una Descripción del Proceso de Llenar A menos que haya claros indicios de lo contrario, uno podría suponer que la Biblia 16 Don Phillips, Notas de Conferencia de Clase, Escuela de la Biblia y Música Grand Rapids, 1975. presenta sólo un proceso de maduración para el creyente.17 Aunque el Nuevo Tes- tamento usa diferentes frases o imágenes para describir el proceso de crecimiento cristiano, éstas realmente describen el mismo proceso. Ya sea que al camino de crecimiento se le llame transformación (como en Romanos 12) o ser lleno o andar por el Espíritu (como en Ef. 5:18 y Gál. 5:16-18), en realidad se está hablando del mismo proceso. El Espíritu Santo usa la Biblia para lograr que los creyentes lle- guen a ser más como el Señor Jesús. Esta conclusión se confirma mediante una comparación de la enseñanza Bíblica con- cerniente al proceso de santificación. Ya sea que un autor Bíblico nos hable de "re- novación" o "llenamiento" o de algún otro término, el mecanismo para el crecimiento cristiano, parece ser el mismo. En las sec- ciones siguientes examinaremos las ense- ñanzas Bíblicas acerca de la renovación (transformación) y del llenamiento del Espíritu. Cabe señalar que ambas implican un mecanismo activo-dependiente en el cual el creyente se esfuerza activamente para obedecer, pero al mismo tiempo, de- pende del poder del Espíritu que mora en él para hacerlo (compare Gál. 5:22-23 con 1 Tim. 6:11. En 1 Timoteo, a los creyentes se les dice que obren para producir las mismas características que produce el Espíritu Santo en Gál. 5:22-23). Por otra parte, independientemente de los términos que se utilicen para describir la senda del crecimiento, todos implican tan- to al Espíritu Santo como la Palabra de Dios. Finalmente, los resultados son los mismos: renovación de la mente (trans- formación) que resulta en el fruto del Espí- ritu, lo cual equivale a asemejarse a Cris- to. 17 El creyente más reciente puede ser controla- do por el Espíritu Santo a través de la Biblia y por lo tanto ser espiritual. La madurez sin em- bargo, se toma tiempo y nunca termina (1 Tes. 4:9,10 “abundéis en ello más y más...”, Fil. 1:9; 3:13-16). 275
  • 286. Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo Es obvio que sólo hay un proceso funda- mental para llegar a la madurez cristiana. Por lo tanto, aunque algunos versos sobre la santificación no usen específicamente la palabra "llenamiento", éstos nos dan una idea de cómo el Espíritu Santo controla y cambia una vida. (a) El Control del Espíritu Santo Descrito como Renovación de la Mente (o Trans- formación) Varios pasajes clave que tratan del creci- miento cristiano lo comparan con la reno- vación de la mente o la transformación. Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que present- éis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino trans- formaos por medio de la renova- ción de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y per- fecta. [Rom. 12:1-2]. Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un es- pejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor. [2 Cor. 3:18]. Y renovaos en el espíritu de vues- tra mente [Ef. 4:23]. En los tres textos anteriores, la transforma- ción es pasiva, no activa. En otras pala- bras, el creyente no efectúa la transforma- ción sino que permite que le sea hecha. Un agente externo hace la obra principal. El pasaje de 2 Cor. 3:18 identifica claramen- te a este agente como el Espíritu Santo. También enseña que el Espíritu utiliza verdades que vienen como a través de un espejo para transformarnos. Santiago 1:23- 24 identifica la Palabra de Dios como un espejo. Además, el contexto de 2 Corintios 3 es un contraste entre el Antiguo Pacto (Testamento) y el Nuevo Pacto (Testa- mento), que es superior y permite una ma- yor revelación de la gloria de Dios. El énfasis en la transformación de la mente también hace que uno piense en los efectos de la Biblia sobre la mente. Estas indica- ciones, aunadas al uso típico que hace el Espíritu Santo de las Escrituras en su mi- nisterio de salvación, nos dan la confianza que la transformación de la mente se produce a través del Espíritu Santo usan- do la Escritura. Se dice que la meta a la que aspira esta transformación es la imagen de Cristo (2 Cor. 3:18), la imagen de Dios (Ef. 4:24, cf. Col. 3:10). En otras palabras, el Espíritu Santo usa las verdades de la Palabra para producir la semejanza de Cristo en los creyentes. Rom. 12:1-2 da énfasis en el mismo resultado viendo el lado opuesto del proceso. Los que han sido transforma- dos en la semejanza de Cristo, se asemejan menos a este mundo. Un formato por etapas del proceso de la transformación es como sigue: i. Un creyente confiesa su pecado y se dedica a ser un sacrificio vivo como se estipula en Rom. 12:1. Sin esta condición inicial todo el crecimiento se detiene. ii. El creyente ve la gloria de Dios en Cris- to a medida que estudia el espejo de la Palabra con el fin de ponerla en práctica. El creyente estudia activamente, pero tam- bién depende del Espíritu Santo para la iluminación de su mente en cuanto a la importancia y relevancia personal de la Palabra. iii. El Espíritu Santo usa Su propia Pala- bra o sea, la Escritura, para mostrar la glo- ria del carácter de Cristo y por lo tanto las fallas, deficiencias, errores y pecados en la vida del creyente. iv. En este punto, el creyente puede elegir ser "solo un oyente" o reconocer las faltas y los pecados. Lo ideal sería confesar las deficiencias y esforzarse para modelar el carácter de Cristo como se revela en la 276
  • 287. No Solo de Pan Palabra. Al mismo tiempo que la persona trata de mejorar, debe también tener una dependencia en el poder del Espíritu que mora en él para darle la fuerza necesaria para lograr el cambio además de la depen- dencia del Espíritu para resistir la tenta- ción de un comportamiento que no es el de Cristo. v. Con el transcurso del tiempo, el Espíritu Santo trata de utilizar la Palabra para reve- lar el carácter de Cristo, en detalle y los defectos del creyente también en detalle. Si el creyente responde a este ministerio, él o ella llegarán a ser poco a poco, punto por punto, área por área, más como el Se- ñor Jesucristo y menos como el mundo Este proceso de renovación mental o trans- formación no es misterioso, ni vago, ni debe ser causa de miedo. Ahora descubri- remos que éste equivale al llenamiento del Espíritu. (b) El Control del Espíritu Santo Descrito como Llenamiento Sólo hay cinco mandatos en todas las Es- crituras que se dirigen a la Iglesia en rela- ción con el Espíritu Santo. Cuatro de ellos implican responsabilidad individual de crecimiento cristiano y por lo general se agrupan bajo el "llenamiento del Espíri- tu."18 Por lo menos, hemos de reconocer que estos mandatos están todos relaciona- dos con el papel del Espíritu Santo en el proceso de maduración. Además, estos pasajes terminan describiendo el mismo proceso que describen los pasajes que tra- tan el tema de la transformación. i. Sed Llenos por el Espíritu (Ef. 5:18) No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed 18 El quinto mandamiento está dirigido a la iglesia en forma corporativa para guardar el tesoro de verdad que nos ha sido encomendado (2 Tim. 1:14). No existen mandatos para buscar la morada o el bautismo por el Espíritu. llenos del Espíritu [Ef. 5:18].19 Este versículo habla de un control del cre- yente efectuado por el Espíritu Santo. Co- losenses 3:16 que es el pasaje paralelo, muestra que el Espíritu usa Su Palabra para lograr ese control. No hay ninguna razón para pensar que el llenamiento (o control, influencia) por el Espíritu es dife- rente al proceso en el cual el Espíritu con el espejo de la Palabra influye (o trans- forma) a un creyente. ii. Andad por el Espíritu Gál. 5:16,25)20 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la car- ne. Si vivimos por el Espíritu, an- demos también por el Espíritu [Gál. 5:16, 25]. Al caminar hacemos uso de nuestras pier- nas, dependemos de ellas para tener la fuerza y el poder. También, en el movi- miento de caminar se tiene un impulso hacia adelante que nos haría caer si una pierna no estuviera frente al cuerpo. In- conscientemente confiamos primero en una pierna y luego en la otra para apoyar nuestros cuerpos al caminar. Ambas ideas se asemejan a los principios de una vida guiada por el Espíritu. Caminar por el Espíritu significa vivir dependiendo en El para tener la fuerza y el poder para seguir adelante. Además, el cristiano que camina por el Espíritu está continuamente en un proceso de confianza en el Espíritu. Se confía en el Espíritu Santo no sólo para obtener la fuerza, sino también para la orientación. Si bien existe cierto margen para creer en una orientación subjetiva del Espíritu Santo en la cual Él guía a los indi- 19 Este verso podría haberse traducido “sed llenos en, por o con el Espíritu.” (Vea la si- guiente sección, “el significado de Ef. 5:18, pág. 294”.) 20 Las palabras griegas que se traducen “cami- nar” no son las mismas en estos dos versículos, esto solo puede ser cuestión de un estilo de escritura diferente. 277
  • 288. Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo viduos en asuntos que no están contenidos en las Escrituras, el principal medio de la guía del Espíritu Santo es a través de Su propia Palabra escrita. El Espíritu muestra a los creyentes la voluntad de Dios en la Palabra de Dios. Los que caminan por el Espíritu confían en estas instrucciones para evitar "caer" espiritualmente. También dependen del poder del Espíritu que mora en ellos para tener la fuerza necesaria para obedecer la instrucción del Espíritu Santo que viene en la Biblia. La frase "andar conforme al Espíritu" (Rom. 8:4,) nos ofrece otro ángulo para entender el concepto. Aunque "andar por el Espíritu" y "andar conforme al Espíritu" están relacionadas obviamente, parece que tienen distintos énfasis. La preposición "conforme" es una clave. En Rom. 8:4 significa "conforme a una norma de" o "según". Cristo dijo en Juan 8:15, " Voso- tros juzgáis según la carne." Esto significa que los fariseos juzgaban de acuerdo con las normas de la carne. Cuando Pablo en 1 Cor. 1:26 menciona la frase "sabios según la carne" se refiere a los cristianos. El dice que la mayoría de cristianos son necios en un sentido objetivo. La frase significa que los que juzgan por las normas de la carne no consideran que muchos cris- tianos son sabios. Caminar según el Espíri- tu significa vivir bajo las normas del Espí- ritu Santo. ¿Cuáles son las normas del Espíritu Santo? Esto no debería ser tan complicado. Las Escrituras nos dan las normas por las que Dios quiere que los creyentes vivamos. Técnicamente, todos los creyentes andan según el Espíritu en todo momento en el sentido de que la Palabra de Dios es siempre nuestra norma de conducta (incluso cuando no la estamos cumpliendo, es decir, cuando no andamos por el Espíritu).21 21 Gálatas 5:18 nos enseña que todos los cre- yentes son guiados por el Espíritu en el senti- do de que ningún creyente está bajo la Ley como norma para vivir ("Pero si sois guiados por el Espíritu [y lo sois], no estáis bajo la ley" El mandato de andar en el Espíritu signifi- ca simplemente practicar nuestra posición de ser subyugados a la Palabra de Dios que [y de hecho no lo estáis]). Cuando Rom. 8:14 se toma en su contexto, nos enseña además que todos los creyentes son guiados por el Espíri- tu de Dios. Está diciendo que todos los que son hijos son guiados por el Espíritu. Los siguientes versículos enseñan que todos los creyentes son hijos. El Espíritu es, en todo momento nuestro líder posicionalmente hablando (principalmente por medio de Su Palabra escrita), aunque no siempre tengamos la práctica de seguirle (o caminar por) El. Romanos 8 parece hacer un contraste entre la posición de un creyente que está "en el Espíritu", y tiene capacidad para hacer justicia, con los incrédulos que están "en la carne" y no tienen capacidad de hacer justi- cia. A pesar de la opinión común de que Roma- nos 8 contrasta la lucha que hay dentro de cada creyente (una lucha que se enseña en Gálatas 5), la propia definición que nos da Pablo de sus palabras en Rom. 8:9a nos enseña que él tiene la intención de que la frase "en la carne" des- criba a alguien privado del Espíritu Santo es decir, a un no creyente. Del mismo modo, en el contexto de Romanos 8 todos los creyentes están, "en el Espíritu." "... no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espí- ritu de Dios mora en vosotros..." (Romanos 8: 9a). Teniendo en cuenta las definiciones pro- pias de Pablo de la frase "en la carne" y "en el Espíritu" en Rom. 8:9, sería mejor que enten- diéramos a Rom. 8:4 como la descripción de la posición de un creyente. Todos los creyentes andan "conforme" o "según el Espíritu" en todo momento en el mismo sentido en que el Espíri- tu Santo guía a todos los creyentes en todo momento. Es el Espíritu, no la Ley, nuestra norma de conducta. Por lo tanto, todos los cre- yentes andan "conforme" o "según" el Espíritu en el sentido de nuestra posición en todo mo- mento. El Espíritu Santo es constantemente nuestro líder ya que él ordena y guía a través de las Escrituras. El dio las órdenes para la Iglesia (no el sistema de Moisés). Aunque por nuestra posición todos los creyentes constantemente caminamos "conforme a" o "según" el Espíritu, cada uno todavía individualmente tiene que obedecer la orden de "andar por el Espíritu" mediante una confianza constante y obediencia real a la norma por la cual el Espíritu nos guía siempre (Gál. 5:25). 278
  • 289. No Solo de Pan es el estándar para la vida. El creyente que depende y que cumple con los escritos del Espíritu Santo como norma, anda por el Espíritu. Una vez más el camino hacia la madurez cristiana es el mismo ya sea que se hable en términos de llenamiento del Espíritu, o en términos de la transforma- ción de la mente. El Espíritu Santo usa la Palabra para guiar y cambiar a los creyen- tes para que ellos se asemejen cada vez más a Cristo. iii. No Apaguéis al Espíritu (1 Tes. 5:19) No apaguéis al Espíritu. No me- nospreciéis las profecías. [1 Tes. 5:19-20]. El mandamiento de no apagar al Espíritu Santo debe ser estudiado en relación con el verso que le sigue que prohíbe el desprecio hacia la profecía. El tema de los impulsos y las impresiones que hace el Espíritu San- to en el corazón de un creyente se encuen- tra en las págs. 287-288. Sin duda que ta- les impulsos deben incluirse en la esfera de acción de este mandamiento. Cuando un creyente espiritual es movido a hacer algo por el Espíritu Santo, él deberá obedecer. Sin embargo, no debemos concentrarnos en lo pequeño. Un creyente carnal también puede confundir y razonar de manera que interpreta el deseo carnal como la direc- ción del Espíritu. El principal medio de instrucción del Espíritu se encuentra en la Biblia. Sólo aquellos que tienen práctica en la obediencia de la Palabra escrita del Espíritu Santo aprenderán a discernir y distinguir entre las impresiones subjetivas y los impulsos carnales. La manera princi- pal en que el Espíritu Santo guía es a través de la Palabra de Dios. Aunque no haya profetas hoy en día, un creyente pue- de despreciar la profecía cada vez que de- safía la Palabra de Dios. La forma princi- pal en la que un creyente moderno puede apagar al Espíritu es haciendo caso omiso de las órdenes y responsabilidades que da el Espíritu Santo en la revelación divina. El Espíritu Santo usa Su Palabra para guiar y transformar a los creyentes. Los que desprecian esta "profecía" escrita apagan al Espíritu. iv. No Contristéis al Espíritu (Ef. 4:30) Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sella- dos para el día de la redención. [Ef. 4:30]. Pablo supone que sus lectores conocen los comportamientos que causan dolor al Espí- ritu Santo. No debe ser demasiado difícil concluir que una forma principal de causar tristeza al Espíritu Santo es desafiando las Escrituras que El mismo nos ha dado. Los cristianos que obedecen la Palabra escrita de Dios agradan a Dios el Espíritu Santo. v. Resultados de la Vida Controlada por el Espíritu Santo: El Fruto del Espíritu Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templan- za; contra tales cosas no hay ley. [Gál. 5:22-23]. Un creyente que sigue la guía del Espíritu Santo (es decir, la Palabra escrita por el Espíritu Santo) presenta las características enumeradas en Gál. 5:22-23. Cualquiera que esté preocupado por la "sensación" del llenamiento del Espíritu Santo debería tomar nota que el Espíritu Santo produce "amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza." Estos rasgos de la personalidad ejemplifi- can la semejanza de Cristo y son la "expe- riencia" que el Espíritu Santo quiere pro- ducir en la vida de cada creyente. Aquellos que menosprecian el privilegio de experi- mentar la semejanza de Cristo y demandan otras experiencias del Espíritu están haciendo una mala elección. Los que están descontentos e insatisfechos con la seme- janza de Cristo (el fruto del Espíritu), ine- vitablemente, serán infelices con cualquier otra "experiencia espiritual". El Espíritu Santo quiere producir la semejanza de Cristo en el creyente. Esta es la verdadera 279
  • 290. Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo espiritualidad, y no hay espiritualidad sin la semejanza de Cristo, independientemen- te de los reclamos de experiencias miste- riosas o emocionantes. El principal "sen- timiento del llenamiento" es el fruto del Espíritu. También podríamos añadir que la llenura del Espíritu da la sensación de la presencia del Espíritu Santo que mora en nosotros a manera de una reserva de poder para obedecer la Palabra. El poder para obedecer (no poder para realizar trucos sorprendentes), aunado al fruto del Espíri- tu es la experiencia de un creyente lleno del Espíritu. No hay nada de malo o infe- rior con las verdaderas bendiciones que el Espíritu Santo quiere dar. ¿Qué tiene de inferior la semejanza de Cristo? (c) Resumen y Conclusiones Acerca de la Descripción del Llenamiento del Espíritu Aunque la terminología varía, las ideas que se han presentado muestran que sólo hay un proceso de santificación en la Bi- blia. Ya sea que se enseñe con la palabra "renovación" o “llenamiento del Espíritu” el proceso es idéntico. Si consideramos la función del Espíritu Santo, el crecimiento se produce mediante el uso de la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios. Un creyente debe vivir en una dependencia activa de la Palabra del Espíritu como su guía confiable; esforzándose activamente para obedecer, pero al mismo tiempo, de- pendiendo del poder del Espíritu Santo para obtener la fuerza suficiente para hacerlo. Los resultados de este proceso pueden llamarse transformación o fruto del Espíritu. Pero sin importar que Termi- nología se utilice, el objetivo es llegar a la semejanza de Cristo. Es mejor que consideremos a la plenitud o el llenamiento del Espíritu (o control efec- tuado por el Espíritu) como un proceso continuo de duración considerable, y no como una experiencia de crisis. Un creyen- te que obedece la Palabra de Dios (escrita por el Espíritu) está controlado (o lleno) por el Espíritu. Un creyente que está en violación a los principios Bíblicos no está siendo controlado (o lleno) por el Espíritu. La confesión de pecados es la avenida para reafirmar el control del Espíritu y esto hay que practicarlo de por vida (vea 1 Juan 1:9).22 El proceso de control es lo que constituye la llenura del Espíritu y no ne- cesariamente las experiencias de crisis o los estados de ánimo eufóricos. Si la y transmisión de un automóvil se encuentra en la posición neutra, es necesario colocar- la en velocidad para que se ponga en mar- cha. No hay nada de dramático al respecto. Al decir esto, reconocemos que algunas veces puede ser necesaria una crisis para producir el deseo inicial en un creyente de volver a someterse a la Palabra del Espíri- tu.23 Además, si existe un período rebelión profunda y prolongada, es posible que ocurra una experiencia dramática para que se lleve a cabo la confesión y la restaura- ción. Sin embargo, si es necesaria una cri- sis para llevar a cabo todas las confesio- nes, entonces la vida sería una crisis cons- tante, ya que la confesión de pecados debe ser una actividad cotidiana. La experiencia más normal es que el control del Espíritu Santo se restaura mediante un acto simple y rutinario de confesión. Una vez que la sumisión a la Palabra de Dios es restaura- da, entonces también lo es el llenamiento (o control) del Espíritu. El creyente no debe esperar una experiencia de crisis dramática o una "señal" para demostrar que el Espíritu lo ha llenado de nuevo. 22 El Llenamiento del Espíritu se basa en la confesión de pecado conocido y una humilde dependencia de la Biblia como la fuente de la verdad para la vida. La llenura (o control) del Espíritu no es compatible con apagar o entris- tecer al Espíritu, que llevamos a cabo cuando violamos Su palabra y rechazamos confesarlo como pecado. 23 La idea de llegar a un momento de gran cambio de dirección en la vida que conduce a la sumisión y a la entrega a Dios es Bíblica (Rom.6:11 y ss., Rom. 12:1-2). Este momento puede o no ser provocado por una crisis. 280
  • 291. No Solo de Pan Después que el pecado se confiesa y un creyente se coloca de nuevo bajo la sumi- sión a la orientación del Espíritu Santo mediante la Palabra, él o ella es, por defi- nición, "lleno " sin importar cuales sean las emociones o experiencias secundarias. Es probablemente un insulto a Dios cuando un creyente ignorante sigue rogando por el llenamiento del Espíritu Santo después que la confesión se ha llevado a cabo. Esto es similar a la molesta experiencia que un padre puede tener cuando un niño sigue quejándose aún cuando el postre ya se ha puesto delante de él. Si ha habido confe- sión y restauración al sometimiento del control del Espíritu Santo a través de la Biblia, entonces el control del Espíritu o el llenamiento del Espíritu ya se ha llevado a cabo. Seguirá siempre y cuando haya una dependencia activa en la herramienta del Espíritu, que es la Palabra de Dios. En ese momento, la persona que sigue mendi- gando para volver a llenarse del Espíritu está pidiendo algo que Dios ya le ha da- do.24 Esto es similar a un creyente nuevo que repetidamente está pidiendo la salva- ción aún cuando él ya la ha obtenido por la fe. Ambos tipos de oraciones deben moles- tar a Dios, porque indican una clara falta de fe en Su Palabra. Los que están bajo el control del Espíritu a través de la Palabra son llenos del Espíritu. Los que demandan constantemente señales espectaculares del llenamiento del Espíritu Santo revelan que realmente no creen que la Palabra de Dios sea una guía suficiente. La Biblia define la llenura del Espíritu como el proceso donde mora en abundancia la palabra de Cristo. Sin embargo, aquellos que buscan fenó- menos adicionales como evidencias de la 24 Llenamiento (o control) por el Espíritu ob- viamente se relaciona con otras frases del Nue- vo Testamento que involucran mandatos acerca del Espíritu Santo. La persona que está llena (o controlada) por el Espíritu no contrista ni apaga al Espíritu desobedeciendo la Palabra sino que anda por el Espíritu en el sentido de confiar y obedecer las Palabras del Espíritu, o sea, las Escrituras. llenura del Espíritu actúan como si no creyeran. Además, están concentrando sus energías en la obtención de algo que ya poseen y por lo tanto se desvían de lo que Dios realmente quiere hacer en sus vidas. La llenura del Espíritu es considerada co- mo un proceso que repetitivo en Ef. 5:18. Cuando la llenura del Espíritu se concibe como el control del Espíritu a través de Su espada (la Palabra de Dios), es fácil ver por qué es un proceso que se repite. El creyente debe acercarse repetidas veces al control de las Escrituras a través de la con- fesión. Si un creyente conscientemente no apaga o entristece al Espíritu (por desobedecer Su Palabra), si un creyente anda por el Espíri- tu (es decir, es guiado por la Palabra del Espíritu), entonces este creyente pasará por un proceso gradual de transformación. Este proceso de transformación es la llenu- ra del Espíritu. No se concede por súplicas, sino por el acto de rendirse. Eso ocurre en la vida del que está en sumisión a la espa- da del Espíritu, es decir, la Palabra de Dios, y esto ocurre incluso en ausencia de experiencias extrañas e inexplicables. El estudio y la práctica de la Palabra de Dios son la esencia del método que Dios usa para el llenamiento del Espíritu. Este pro- ceso puede ser menos espectacular y dramático y puede ser más lento de lo que las personas impacientes esperan, pero es el camino de Dios para el crecimiento. Los resultados son muy superiores a los de cualquier otro método no Bíblico para la madurez cristiana, porque el fruto del Espíritu, el asemejarse a Cristo, es más precioso que cualquier "poder" o "expe- riencia" que supuestamente viene por ma- neras que no son Bíblicas y que prometen la "espiritualidad". (5) Resultados Optimos de la Vida Llena del Espíritu Un estudio Bíblico de los resultados ópti- mos de la vida llena del Espíritu nos ayu- dará a separar la realidad de la ficción (lo 281
  • 292. Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo posible de lo imposible) en el área de la vida cristiana. Las Escrituras son la fuente de lo que el creyente puede o no puede obtener en esta vida. Mediante el estudio de lo que las Escrituras dicen que deben ser los resultados de una vida llena del Espíritu, se pueden determinar los benefi- cios que se obtienen legítimamente bajo el control del Espíritu Santo. Y lo que es de igual importancia, también se exponen las exageraciones y afirmaciones falsas de aquellos que son ignorantes o que buscan atención al pretender obtener niveles de experiencias "espirituales" que claramente no se pueden obtener en esta vida. (a) “Resultados” Artificiales o Ideados que se Atribuyen al Llenamiento del Espí- ritu. La Biblia no ofrece ningún consuelo a aquellos que consideran la vida cristiana óptima con el llenamiento del Espíritu, como una iniciación en un mundo irreal sin problemas. Aquellos que pretenden buscar una “llenura del Espíritu” Bíblica, según sus propios deseos, en la cual se logra llegar a una meseta donde no hay sufrimiento o luchas, se llevan una gran decepción cuando despiertan a la realidad de las Escrituras y de la experiencia. La Biblia simplemente no promueve la feli- cidad utópica en esta vida. La vida llena del Espíritu, incluso en su nivel óptimo, no implica invencibilidad contra el pecado o contra el sufrimiento. Habrá una lucha continua contra el pecado y la tentación (Gál. 5:17; Heb.2:18; 4:15, 1 Juan 1:8-9). El llenamiento del Espíritu puede dar po- der para romper el dominio inevitable de la naturaleza del pecado, pero no erradica el pecado o la necesidad de luchar contra él. La vida cristiana, incluso en su nivel ópti- mo, incluye todavía el dolor y la enferme- dad (Rom. 8:18, 22-23; 2 Cor. 5:2-4; 12:7- 9). Los que afirman que "el llenamiento del Espíritu" los inicia en un nivel de espi- ritualidad, donde se llega a una vida fácil y sin problemas están siendo engañados o se han engañado a sí mismos. ¡La Biblia es más realista! "Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolo- res de parto hasta ahora;…nosotros [los creyentes] también gemimos dentro de nosotros mismos…"(Romanos 8:22-23). La gente egoísta exige gratificación ins- tantánea en todo, pero no existe la madu- rez cristiana instantánea. El crecimiento cristiano es un proceso diario que requiere tiempo y dedicación (Fil. 3:13-16). Los que afirman que han sido transformados en gigantes espirituales instantáneamente por una obra especial de llenado del Espíritu son inseguros, están solicitando atención para sí mismos, o desean establecer autori- dad espiritual sobre los demás sin estar calificados para tenerla. Los que afirman que la llenura del Espíritu conduce a po- deres apostólicos y a una vida en la que los milagros son constantes y normales tam- bién están reclamando niveles que la Bi- blia no permite en la vida cristiana óptima. El Nuevo Testamento da ejemplos de hombres y mujeres de Dios que fueron pobres (Mat. 8:20, Lucas 16:20; 2 Cor. 8:1-5, 9), y personas malvadas que tuvie- ron riquezas (Lucas 12:16 y ss.; 16:19 y ss.; Mat 19:21 y ss.). La vida Llena del Espíritu podría tener una tendencia hacia la bendición material, pero no la garantiza. También es verdad que la vida cristiana óptima no garantiza grandes ministerios con muchos seguidores, como fue evidente en las vidas de Noé, Elías, Isaías, Jeremías y otros que tuvieron una audiencia escasa. Los creyentes deben tener expectativas sobrias y lo que es más importante aún, expectativas Bíblicas en cuanto a lo que ofrece o no ofrece la vida cristiana óptima. La vida llena del Espíritu es una vida ben- decida, pero no necesariamente una vida fácil, y ciertamente no es una vida sin pro- blemas. De hecho, la madurez no es posi- ble sin un cierto grado de sufrimiento con- trolado por Dios (Santiago 1:2-3, 1 Pedro 4:12, 13; 5:10). 282
  • 293. No Solo de Pan (b) Resultados Reales de una Vida Llena del Espíritu La vida cristiana óptima produce muchos beneficios maravillosos. Un creyente que está satisfecho con estos resultados legíti- mos del llenamiento del Espíritu será muy bendecido. El principal producto del Espíritu es la semejanza de Cristo. El "fruto del Espíri- tu" (vea Gál. 5:22-23, Fil. 1:11) aporta una gran estabilidad y satisfacción en la vida. La Plenitud del Espíritu trae el poder del Espíritu Santo (Hechos 1:8; Rom. 15:13; Col. 1:11, 1 Tes. 1:5). Ese poder es legítimamente considerado no como un poder para hacer algo espectacular, sino un poder para obedecer. El creyente lleno del Espíritu puede extraer del Espíritu Santo ya que él es una fuente constante y sufi- ciente de poder para obedecer la Palabra de Dios.25 La vida cristiana óptima no puede garanti- zar que alguien sea un instrumento para "cosechar almas." Sin embargo, es legíti- mo que ganar almas sea una tendencia general que surge de la espiritualidad (por ejemplo, Juan 15:5), y el aumento en el evangelismo sí proviene de la espirituali- dad (Hechos 1:8). Del mismo modo, la oración en el Espíritu (la persona que ora en el contexto de una vida que está bien relacionada con el Espí- ritu Santo, Ef. 6:18, Judas 20) aumentará la eficacia de la oración. La espiritualidad no es garantía de respuestas afirmativas para cada oración. Sin embargo, los que obedecen Sus mandamientos si obtienen mayores resultados en la oración (1 Juan 3:22; Santiago 5:16b). Las personas espiri- tuales tienden a eliminar las oraciones que son egoístas o que saben que están fuera de la voluntad de Dios (Santiago 4:3, 1 25 Dios el Espíritu Santo es nuestra fortaleza (vea los siguientes vss. del A.T. que hablan de Dios como la fortaleza del creyente, Ex. 15:2; Sal. 46:1,118:14; Neh. 8:10). Juan 5:14-15). Por otra parte, una vida que no está controlada por el Espíritu conduce a la oración ineficaz (Sal. 66:18; 1 Pedro 3:12.). De este modo, La Plenitud del Espíritu, si bien no puede garantizar una respuesta afirmativa a todas las oraciones, en un sentido general, aumenta en gran medida la eficacia de la oración. La seguridad de la salvación es otra área de la bendición que surge de la vida cris- tiana óptima. Mientras que un estudio de la apologética produce datos objetivos para apoyar al cristianismo, también debe haber una seguridad subjetiva que viene del Espíritu Santo con el fin de llegar a una certeza absoluta. El Espíritu Santo produce seguridad de la salvación en los corazones de quienes están bajo Su control (ver Rom. 8:16; Gál. 4:6, 1 Juan 5:7,10). Es difícil incluir aquí una discusión com- pleta de la voluntad especializada de Dios. Sin embargo, uno de los resultados de an- dar por el Espíritu es una mayor capacidad para descubrir la voluntad de Dios. Fil. 2:13 enseña " porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad." Dios dirige nuestros caminos (Prov. 3:5-6; 16:9; Sal. 37:5-6). El proceso de transformación que el Espíritu Santo quiere efectuar en la vida de un creyente lo lleva a comprobar " cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta" (vea Rom. 12:1- 3, compare con 2 Cor. 3:18 para ver el papel del Espíritu en el proceso). Hay también una medida de confianza (o de "fe", Rom. 12:3) en lo que concierne a los dones espirituales, e incluso a las convicciones personales en cuanto a asuntos de libertad cristiana (Rom. 14:23). Los creyentes llenos del Espíritu no ignoran la voluntad general o específica de Dios (véase Ef. 5:17 justo antes del mandato de ser llenos del Espíri- tu). Aquellos creyentes que no son contro- lados por el Espíritu no han cumplido las condiciones para conocer la voluntad de Dios. 283
  • 294. Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo La iluminación es parte del proceso por el cual el Espíritu Santo llena (o controla) a un creyente. El Espíritu Santo ilumina no tanto el contenido actual (que puede ser aprendido mediante el estudio, 2 Tim. 2:15, etc.), sino la importancia y relevancia espiritual de la Escritura. El trata de ense- ñar a los creyentes la importancia personal de las Escrituras. Esta es una parte de la transformación que hace en nuestras men- tes para llegar a la imagen de Cristo. Sin embargo, el aumento de iluminación en la Escritura también puede clasificarse como un resultado de la plenitud del Espí- ritu. El Espíritu controla (o llena) por la Palabra escrita, pero también en el proce- so, El continuamente enseña aún más so- bre la Palabra a quien está controlado. Por lo tanto, La vida llena del Espíritu resulta en una mayor apreciación y entendimiento práctico de la Palabra de Dios (1 Cor. 2:15; 1 Juan 2:20, 27) El tema de la ilumi- nación es un ministerio importante efec- tuado por el Espíritu Santo y merece un estudio por separado en la siguiente sec- ción. La vida llena del Espíritu resulta en estado de gran bendición. Hay quienes no apre- cian los verdaderos valores espirituales y, por tanto, no están satisfechos con lo que la vida cristiana óptima realmente ofrece. Buscan más. Ellos desearían una plenitud del Espíritu, que produce resultados que ellos subjetivamente consideran deseables. Sin embargo, los creyentes que tienen un sentido correcto de las prioridades espiri- tuales reconocerán los tesoros invaluables de las bendiciones que Dios quiere ofrecer. Estarán contentos con los resultados Bíbli- camente legítimos de la vida cristiana óptima porque entienden su valor infinita- mente superior comparado con los jugue- tes que ofrecen los defensores de una Pneumatología carnal y pervertida. Las bendiciones que Dios quiere dar son mu- cho más preciosas que las que quieren recibir los cristianos no espirituales (por no decir meramente charlatanes). El fruto del Espíritu, la presencia del Espíritu Santo como fuente de poder para obedecer, ganar almas, el aumento de la eficacia de la ora- ción, la seguridad de la salvación, la orien- tación a la voluntad de Dios para la vida, la iluminación en las Escrituras, y aún más son los resultados Bíblicos de una vida llena del Espíritu de vida. Es difícil enten- der por qué algunos están descontentos y buscan "manifestaciones" adicionales del Espíritu que son, en realidad, espiritual- mente menos valiosas y en realidad, no más milagrosas y que realmente están ex- cluidas del ámbito de lo que el Biblia en- seña que puede suceder en la vida cristia- na, incluso en su nivel más óptimo. (6) Temas Relacionados con la Plenitud (Control) del Espíritu (a) Iluminación El Espíritu Santo es un maestro y un ilu- minador de la verdad. La iluminación del Espíritu Santo puede ser considerada como uno de los principales pasos en el proceso del control (o plenitud) del Espíritu o co- mo resultado continuo del llenamiento del Espíritu. El Espíritu Santo ilumina el en- tendimiento de los creyentes relacionado con la Palabra de Dios con el fin de con- trolar (o llenar) por la Palabra de Dios. Sin embargo, donde hay una vida con ese con- trol hay todavía más iluminación con res- pecto a la verdad. Llenado implica algo más que entendi- miento. También debe haber una respuesta (es decir, una sumisión) a la Palabra con el fin de ser llenado (o controlado). Por lo tanto, la plenitud y la iluminación no son sinónimas. La Plenitud consiste en algo más que sólo iluminación. Sin embargo, la iluminación debe darse como un paso ne- cesario para el proceso de llenamiento (o control). El Espíritu ilumina con el fin de llenar (controlar). Aunque el autor cree que pasajes como Juan 14:26; 15:26-27, 16:12-14 y 1 Cor. 284
  • 295. No Solo de Pan 2:6- 13 se refieren al ministerio del Espíri- tu Santo de revelación divina a los após- toles y no al tema de iluminación de cre- yentes regulares, todavía hay numerosas pruebas que demuestran que el Espíritu Santo enseña a todos los creyentes. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. [1 Cor. 2:14-15]. Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas. Pero la unción que vosotros recibis- teis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es ver- dadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él. [1 Juan 2:20, 27]. Existe el peligro de dar un énfasis equivo- cado al ministerio iluminador del Espíritu Santo. Un mormón, una vez le dijo al autor que el mormonismo debía ser la verdad, porque el " ¡Espíritu Santo le dio una bue- na sensación al respecto!" Tenemos que darnos cuenta que la ilumi- nación no es la revelación, no es inspira- ción, y no se refiere principalmente a los aspectos intelectuales de estudio de la Bi- blia. La revelación es Dios impartiendo verdades que de otra manera el hombre nunca conocería. Dios reveló verdades a los apóstoles y los profetas. La inspiración es la supervisión de Dios en el proceso de registro de Su revelación lo cual lo hace inerrante y se transmite a todo el pueblo de Dios. La iluminación es la obra de Dios en la cual El habilita a Su pueblo para com- prender la revelación inspirada. La ilumi- nación no se refiere a la concesión de una nueva revelación ni tampoco a la inspira- ción que registra esa nueva revelación. Se refiere a la comprensión de lo que ya ha sido revelado y registrado sin errores (o inspiración), o sea, la Biblia. El ministerio del Espíritu Santo está rela- cionado con una comprensión intelectual de las Escrituras. El da el dominio propio (o disciplina) que se necesita para enten- der la Santa Biblia (Gál. 5:22-23). El Espí- ritu Santo genera el hambre y la sed de la verdad que conduce a un creyente con la diligencia necesaria a comprender los hechos de la Biblia. Sin embargo, también es cierto que el énfasis de la iluminación tiene otra dirección, no tanto hacia el inte- lecto, sino también hacia las emociones y la voluntad. La doctrina Bíblica de la iluminación no cancela el mandato de la Escritura de estu- diar con el fin de comprender los hechos de la Escritura. (Esdras 7:10; Sal. 1:2-3; Mat. 4:4; 1 Tim. 4:13 y 5:17; 2 Tim. 2:15; 1 Pedro 2:2). El Espíritu Santo no enseñará el contenido concreto de la Biblia a los creyentes que son demasiado apáticos para estudiar la preciosa Palabra. Por otra parte, es cierto que uno puede entender los hechos de la Biblia sin ningún tipo de ilu- minación. Esto ocurre cuando un historia- dor que no es salvo informa correctamente los hechos del cristianismo o cuando un Profesor liberal, entiende correctamente las enseñanzas de Lutero sobre la justifica- ción por la fe. La comprensión intelectual sin la iluminación también se produce cuando un estudiante de seminario estudia la Biblia con una actitud mala y recibe unas notas excelentes, o un ministro elabo- ra un sermón doctrinal preciso sólo para obtener un cheque de pago. Las Escrituras que hablan del tema de la iluminación definen la falta de comprensión, no tanto como el fracaso de la inteligencia sino el fracaso de las emociones ya que no apre- cian la belleza y el valor de la Escritura y el fracaso de la voluntad al no obedecer. Porque la palabra de la cruz es lo- cura a los que se pierden; pero a 285
  • 296. Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo los que se salvan, esto es, a noso- tros, es poder de Dios. [1 Cor. 1:18]. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. [1 Cor. 2:14-15]. 1 Cor. 1:18 no niega que un no creyente puede entender los hechos del Evangelio. El puede intelectualmente entender que Cristo dijo ser el Hijo de Dios. El sabe lo que las palabras " muerte, sepultura y resu- rrección" significan. El problema no es con la comprensión de los hechos. El pro- blema se encuentra en el área de la apre- ciación y evaluación de estos hechos. Para el no creyente el Evangelio no es incom- prensible. Es más bien "locura" (palabra griega relacionada con la palabra "imbé- cil"). Es irrelevante, absurdo y ridículo. 1 Cor. 2:14 enseña que los incrédulos no aceptan y no pueden apreciar correctamen- te las verdades de las Escrituras. La pala- bra "percibir" significa "dar la bienvenida" (ver Mateo 10:14,40; 18:5). El problema no es la incapacidad para entender los hechos, sino la incapacidad para evaluarlos correctamente. Las verdades cristianas simples pueden ser comprendidas men- talmente por un incrédulo. Sin embargo, él no las acepta ni les da la bienvenida, por- que es totalmente incapaz de evaluarlas. El intelecto puede entender, pero las emocio- nes no desean y la voluntad no aprecia. Aunque los no salvos mentalmente puedan comprender, sus emociones y su voluntad evaluarán las verdades de las Escrituras y las declararán absurdas, ridículas, de mal gusto, y totalmente sin importancia y sin ningún sentido. La palabra "juzgar" o "discernir" de 1 Cor. 2:14 también muestra que la iluminación se refiere, no tanto al intelecto como a las emociones y la voluntad. Es un término judicial que significa juzgar (Hechos 4:9, 12:19; 17:11; 24:8). Un hombre sin ilumi- nación podría ser capaz de comprender el Evangelio o la doctrina y la ética cristiana, pero carece de la capacidad de juzgar, eva- luar, valorar y evaluar estas verdades con objetividad y sentido. El intelectual puede comprender la Biblia, pero no la recibe ni la aprecia. El con su voluntad elige no obedecerla. Los creyentes deben ver la obra de ilumi- nación del Espíritu Santo como algo que va mucho más allá de la comprensión mental de los acontecimientos Bíblicos. El Espíritu Santo desea iluminar en el sentido de mostrar a un creyente lo significativo, la belleza, la gloria, la relevancia personal, lo precioso, la naturaleza vital y la impor- tancia de la Escritura. Un cristiano carnal puede intelectualmente comprender los acontecimientos bíblicos. Un cristiano que es enseñado por el Espíritu también en- tiende el impacto personal de estos hechos, los cambios que se deben hacer en la vida y el beneficio personal al obedecer. Un creyente carnal puede intelectualmente entender el significado de una oración en un tratado de teología. El creyente espiri- tual aprecia el mismo pensamiento lo rela- ciona con la Escritura, y ve el impacto en la doctrina y también en la vida y la obra de Dios en el mundo actual y real. Aunque el Espíritu Santo juega un papel importante en la comprensión académica de la Biblia, Su labor docente se extiende mucho más allá de ese punto. La ilumina- ción se produce cuando el Espíritu Santo enseña al hombre espiritual a entender la importancia espiritual, la gloria espiritual, y la sabiduría espiritual de la Biblia. (b) Guía Individual del Espíritu Santo Todos los creyentes son guiados por el Espíritu en el sentido de que El procura controlarnos por las normas de Su Palabra (Rom. 8:14; Gál. 5:18). Primordialmente, el Espíritu Santo enseña, guía y controla a 286
  • 297. No Solo de Pan través de las Escrituras. ¿Incluye Su minis- terio una orientación que va más allá de la enseñanza directa de las Escrituras? ¿Guía alguna vez a una persona específicamen- te? Algunos creen que no existe una orienta- ción individualizada del Espíritu Santo para cada persona. Limitan la orientación espiritual a lo que se enseña directamente por la Escritura. Sin dejar de reconocer los peligros del abuso ignorante o deliberado del concepto de ser estimulado por el Espí- ritu, el autor estima que la eliminación total de la idea de la orientación individua- lizada es una reacción extrema. Sería me- jor tratar de reducir el abuso mediante una instrucción cuidadosa sobre el tema i. Guía Mediante Voces Audibles ¿Puede Dios el Espíritu Santo en un mo- mento, guiar con voces audibles o visio- nes durante la edad de la iglesia? Hay que tener cuidado para no poner a Dios en una caja insistiendo en que no puede actuar de una manera determinada. Mientras que Dios puede comunicarse verbalmente y es probablemente lo haga, hay algunas ver- dades de las Escrituras que deben controlar nuestra comprensión acerca de este tipo de comunicación. En primer lugar, no hay apóstoles y profe- tas hoy. Los apóstoles tuvieron que haber visto al Señor resucitado (vea Hechos 1:21-22; 1 Cor. 9:1). Pablo era absoluta- mente el último hombre que calificó para esto (1 Cor. 15:8). Los apóstoles y profetas eran parte del período de fundación de la iglesia (Ef. 2:20). Ellos fueron los instru- mentos por los cuales fue dada la revela- ción a la iglesia (vea Juan capítulos 14-16; Ef. 3:5). Para que un libro fuera incluido en el canon del Nuevo Testamento tenía que haber sido escrito por un apóstol o bajo la autoridad de un apóstol. Debido a que no hay apóstoles o profetas, no puede haber tal cosa como una revelación mo- derna, que es pertinente para toda la igle- sia. Si bien una revelación estrictamente personal en un sentido acústico podría ser posible, no puede haber tal cosa como una revelación autorizada por el Espíritu San- to, que se aplique con autoridad sobre los demás. Por lo tanto, cualquiera que afirme que ha obtenido una nueva revelación y nueva autoridad como un líder que puede dar revelación divina a otros debe ser rápidamente descartado. Si la revelación divina audible sigue siendo posible, ten- dría que ser una comunicación estricta- mente personal. La autoridad para la Igle- sia viene del Nuevo Testamento apostólico y profético. El pueblo cristiano no debe someterse a ciegas a otro que dice tener una nueva revelación acerca de la voluntad de Dios para él. Se trata de un engaño. Otra consideración es que aunque el Espí- ritu Santo puede dar una revelación directa (pero muy personal), no debemos esperar que esta sea la forma normal o común en la que él trabaja. Su principal forma de guiar es por la Escritura. En segundo lugar, El también da susurros e impre- siones inaudibles (véase la sección si- guiente, ii, pág. 288). Si bien podrían ocu- rrir revelaciones personales audibles, esta no es la forma normal de obrar del Espíritu Santo, y debe esperarse que esto sea un fenómeno muy raro ya que no estamos en la era apostólica. El autor se siente obliga- do a calificar la mayoría de los reclamos donde Dios habla directamente como con- fusión, dispositivos de búsqueda de aten- ción, o argumentos de un comportamiento dudoso (por ejemplo, evangelistas que dicen que Dios les dijo que “reunieran grandes cantidades de dinero”). Después de calificar las revelaciones audi- bles como mensajes estrictamente persona- les y la revelación de este tipo como algo no muy frecuente, todavía hay cierto mar- gen para la posibilidad de que el Espíritu Santo pueda hablar audiblemente hoy. El autor no se siente obligado a negar todos esos reclamos. Si una persona dice que un mensaje que recibió es válido para otros, es un fraude. Si la persona dice que Dios 287
  • 298. Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo habla con allá con frecuencia, tampoco es de fiar. Sin embargo, es posible creer en una comunicación aislada y estrictamente personal. Pablo es un ejemplo de alguien que obtuvo tales revelaciones personales y que no se jactó de esas experiencias. De hecho, él no habló de eso durante 14 años y aun cuando lo hizo, no entró en detalles (2 Corintios 12). La pretensión de tener una revelación sonora por el Espíritu Santo es desmentida por el afán de alardear de ello rápida y ampliamente. Tal revelación debe contenerse en mensajes personales que son tan intensamente personales que la persona favorecida se muestra reacia a llamar la atención sobre sí misma o sobre la experiencia. No todos los reclamos de un mensaje verbal del Espíritu Santo nece- sariamente deben ser tratados como falsos. Sin embargo, los que se utilizan para im- poner autoridad sobre los demás son tan ilegítimos como son los que, obviamente, están en contradicción con la Palabra de Dios. Además, los reclamos que se come- ten con mayor frecuencia y que parecen implicar un deseo de llamar la atención a la persona misma en el mejor de los casos son dudosos. Otro factor de credibilidad es la fiabilidad de juicio de la persona en lo que concierne a la verdad Bíblica. Si la persona tiene una falta de juicio en rela- ción con la interpretación de la Biblia, es poco probable que su juicio sea confiable en el área de estas experiencias. ii. Los Impulsos e Impresiones Inaudibles del Espíritu Santo Hay una base Bíblica más extensa para creer que el Espíritu Santo impulsa e im- presiona de formas no audibles para guiar a un creyente, que para creer en la posibi- lidad de voces audibles. Sin embargo, esta área es tan capaz de abusos y malos enten- didos, como el área de las revelaciones o visiones audibles. No podemos dar advertencias en términos muy estrictos contra la confusión entre los impulsos carnales y "la guía del Espí- ritu". Los impulsos internos, las impresio- nes, las cargas, las convicciones, sólo son fiables en un contexto de una vida que sigue con consistencia la enseñanza clara del Espíritu Santo en la Biblia. Si una per- sona hace caso omiso de la orientación clara del Espíritu Santo por la Palabra, que ni se atreva a presumir que es capaz de discernir la orientación individual del Espíritu en una cuestión determinada. Los sentimientos internos sólo son fiables si provienen de un corazón que se somete a Dios en cada área revelada en las Escritu- ras. De lo contrario, hay mucho espacio para la racionalización y la manipulación. Los impulsos y las impresiones, sin la res- tricción de la sumisión a la Escritura, son una base muy pobre para la toma de deci- siones o para el comportamiento. Recuer- de, que estar lleno del Espíritu es lo mismo que estar lleno de la Palabra de Cristo (compare Ef. 5:18 con Colosenses 3:16). Después de haber dado esta advertencia es cierto que la Biblia fomenta la idea de que el Espíritu Santo puede guiar a personas espirituales por impulsos e impresiones. Tal orientación inaudible nunca contradice la Palabra escrita (Isa. 8:20). Nunca con- duce a ningún secreto de la vida cristiana que no esté ya contenido en la Biblia o tampoco le da a una persona un recurso para la vida no esté disponible para otros creyentes. Solo las Escrituras contienen todas las promesas esenciales para una vida piadosa (2 Pedro 1:3) y todo el equipo que se requiere para el servicio cristiano (2 Tim. 3:16-17). Sin embargo, el cristianismo tiene algunos aspectos muy personales e individuales. Hay la necesidad de incluir algún ministe- rio de guía personal del Espíritu Santo en las áreas del conocimiento de la voluntad específica y personal de Dios. No todos los creyentes tienen las mismas convicciones acerca de los comportamientos que no se describen en la Biblia. Por lo que, aparen- temente, debe haber alguna orientación individualizada de parte de Dios en la ela- 288
  • 299. No Solo de Pan boración de normas de carácter personal en el área de la libertad cristiana. Rom. 14:22-23 indica que los creyentes indivi- duales tendrán una confianza (fe) diferente en lo relacionado a lo propio o impropio de las acciones en el área de libertad cris- tiana. Es lógico suponer que el Espíritu Santo desea desarrollar tales convicciones por impulsos, impresiones, cargas para las convicciones personales acerca de las diversas cuestiones de la libertad cristiana en la vida de los creyentes espirituales. Así mismo, cada creyente tiene un don espiri- tual, pero no todos tienen el mismo don. Por lo tanto, al parecer, debe haber alguna orientación mediante la cual un individuo pueda discernir la identidad de su(s) don (es). Es muy probable que el Espíritu San- to proporcione una medida de confianza (es decir, de fe, Rom. 12:3) a la persona espiritual en relación o a lo que él o ella debe estar haciendo en la obra de Dios. El Espíritu Santo impulsa (sólo a las personas espirituales) en las áreas de la convicción personal y la identidad de los dones espiri- tuales. Además, existe la evidencia de que el Espíritu Santo impulsa e impresiona a las personas espirituales para guiarles a hacer decisiones según la voluntad especí- fica de Dios (Fil. 2:13).26 La Biblia no parece restringir la dirección de Dios dada directamente en las Escrituras como una guía general para todos los cristianos en todas las épocas (Proverbios 3:5-6; Sal. 32:8; 37:4-5; 73:23-24). Aparentemente, Dios también ofrece orientación individua- lizada. Algunos podrían criticar estas ideas sobre los impulsos y las impresiones del Espíritu Santo por ser demasiado subjetivas. Es cierto que los que no son espirituales pue- 26 La Biblia da muchas razones por las que Dios puede permitir la enfermedad y el sufri- miento en la vida del creyente. ¿No es razona- ble pensar que el Espíritu Santo puede dar con- vicción en cuanto al propósito detrás de de alguna dificultad especifica por la cual el cre- yente tuvo que pasar? den cometer abusos. Sin embargo, en últi- ma instancia, la inclusión de impulsos co- mo un ministerio de la guía del Espíritu Santo descansa en una confianza en las Escrituras que son objetivas. La Biblia enseña que Dios el Espíritu Santo se en- cuentra dentro del creyente. Nos enseña que El obra en las facultades mentales de las personas espirituales (Fil. 2:13) dando cargas, convicciones y orientación acerca de los asuntos de Su voluntad individual (como en las áreas de la libertad cristiana, Rom. 14:22-23, o de los dones espirituales, Rom. 12:3). Si una persona no espiritual confía en sus impulsos e impresiones, ter- mina en el pecado porque confunde los impulsos egoístas con la "guía del Espíri- tu." Esto puede hacerse incluso por la distorsión y manipulación deliberada de una doctrina que de otro modo sería legí- tima. Sin embargo, la persona espiritual que confía en los impulsos e impresiones está en realidad expresando confianza en la enseñanza de la Escritura que trata de cómo Dios opera de una manera determi- nada en un corazón piadoso. Para la perso- na espiritual confiar en la impresión no es una participación en una subjetividad auto engañosa. Se trata de una confianza en las Escrituras que enseñan que Dios mora adentro y que El guía de manera indivi- dual hacia un conocimiento de las diferen- tes convicciones, cargas, dones, y decisio- nes. Si bien existe un posible abuso en el área de las impresiones por medio del Espíritu Santo, esto no significa que todo el concepto debe ser rechazado. Cuando los impulsos y las impresiones surgen de una vida de espiritualidad, deberán ser considerados como un medio legítimo por el cual el Espíritu Santo da orientación individual. (c) La Oración en el Espíritu Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu… [Ef. 6:18]. Pero vosotros, amados, edificándo- 289
  • 300. Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo os sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo [Ju- das 20]. La oración en o por el Espíritu Santo es un área que puede calificarse como parte del proceso de control (o llenado) del Espíritu, pero también puede considerarse como el resultado continuo del control del Espíritu en la vida de una persona.27 La oración "en o por el Espíritu" se menciona en Ef. 6:18 y Judas 20. Ef. 2:18 también nos enseña que el Espíritu Santo es un canal a través del cual las oraciones se dirigen al Padre (véase el título del Espíritu Santo, "Espíri- tu de oración" en Zac. 12:10). Por lo menos la frase "la oración en el Espíritu" significa que los creyentes deben tener una relación correcta con el Espíritu Santo a fin de que la oración sea eficaz. El contristar o apagar al Espíritu no es con- sistente con una base sana para la oración, porque el pecado hace que la oración no sea efectiva (Sal. 66:18; 1 Pedro 3:7,12; Sant. 4:3), mientras que la obediencia a los mandatos de Dios, aumenta la eficacia de la oración (1 Juan 3:22; Sant. 5:16). Además, es probable que el Espíritu Santo dé cargas, impulsos o impresiones en el área de los asuntos para la oración. Una relación correcta con el Espíritu que pro- mueve la oración es parte del proceso de llenamiento. Sin embargo, este llenamien- to también se traduce en un aumento de sensibilidad al Espíritu quien se encarga de impulsar hacia oraciones adicionales. Debemos estar debidamente advertidos para no llevar el concepto de la oración en o por el Espíritu a excesos que no son Bíblicos. La frase no se refiere a convul- siones de oración o trances. 1 Cor. 14:15 y Mat. 6:7 enseñan que la oración debe ser ofrecida en idiomas comprensibles. 1 Cor. 27 En otras palabras, una persona no es llena por el espíritu a menos que el Espíritu controle el área de la oración. Pero también el control del Espíritu da como resultado una habilidad más grande para orar por el Espíritu. 14:32 da un principio general que declara que cuando Dios obra en Su pueblo, este aún conserva el control de sus facultades mentales. “y orando, no uséis vanas repeti- ciones, como los gentiles, que pien- san que por su palabrería serán oí- dos.” [Mat. 6:7]. ¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el enten- dimiento…. Y los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas; pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz. Como en todas las iglesias de los santos, [1 Cor. 14:15a; 32-33]. Rom. 8:26-27 no trata tanto de las oracio- nes que los creyentes hacen en o por el Espíritu Santo sino de la oración que hace el Espíritu Santo por los creyentes. Este es otro ministerio del Espíritu Santo en lo que respecta a la oración. Sin embargo, esto es diferente a "orar en el Espíritu", que con- siste en pensamientos conscientes (pala- bras a menudo audibles) que los creyentes oran. El Espíritu Santo ora de una manera misteriosa e inaudible intercediendo a Dios el Padre a favor de los creyentes. No estamos enterados o conscientes de cuándo o cómo intercede. (d) Seguridad La seguridad de la salvación se lleva a cabo por el Espíritu Santo en los corazo- nes de los creyentes que son sumisos a su llenamiento (o control). Este es un resulta- do de la salvación y ya lo hemos estudiado (ver Rom. 8:16; Gál. 4:6, 1 Juan 5:7,10). (e) El Fruto del Espíritu Santo Del mismo modo, el fruto del Espíritu es el resultado del llenamiento (o control) del Espíritu. El tema del fruto del Espíritu es digno de un estudio más extenso, pero este se extendería más allá del alcance de este estudio que es limitado. El fruto del Espí- ritu está en la lista de Gál. 5:22-23. 290
  • 301. No Solo de Pan Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, tem- planza; contra tales cosas no hay ley. [Gál. 5:22-23]. Sería bueno notar aquí que estas carac- terísticas deben profundizarse y crecer en la vida de un cristiano. El converso más reciente puede ser espiritual (es decir, con- trolado por el Espíritu) y mostrar en cierto grado el fruto de inmediato. Sin embargo, la madurez lleva su tiempo, ya que a lo largo de toda la vida una persona se vuel- ve más y más como Cristo en carácter. El Nuevo Testamento enseña claramente que el amor, por ejemplo, profundiza con el tiempo. Fil. 1:9 11 se refiere a una profun- dización en amor, conocimiento, discerni- miento, y justicia. Ef. 3:16 y ss., incluye la mención del Espíritu Santo y la "pleni- tud". Enseña que los creyentes crecen más profundamente en el amor y el conoci- miento de Cristo. 1 Tes. 4:8- 10 muestra que aunque el Espíritu produce amor en todos, hay una necesidad "abundar aún" en amor. Para que os dé, conforme a las ri- quezas de su gloria, el ser fortaleci- dos con poder en el hombre inter- ior por su Espíritu; para que habi- te Cristo por la fe en vuestros cora- zones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plena- mente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la al- tura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo cono- cimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.[Ef. 3:16-19]. Y esto pido en oración, que vues- tro amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento, para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, llenos de fru- tos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios. [Fil. 1:9-11]. Así que, el que desecha esto, no de- secha a hombre, sino a Dios, que también nos dio su Espíritu San- to. Pero acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os es- criba, porque vosotros mismos hab- éis aprendido de Dios que os améis unos a otros; y también lo hacéis así con todos los hermanos que están por toda Macedonia. Pero os rogamos, hermanos, que abundéis en ello más y más; [1 Tes. 4:8-10]. Si bien la espiritualidad, que incluye el fruto del Espíritu está al acceso de todos los creyentes, la madurez se lleva su tiem- po. Todos los creyentes pueden ser espiri- tuales. Sin embargo, si lo vemos estricta- mente desde un presente inmediato, no todos pueden ser maduros. El proceso de madurez lleva tiempo, y no hay atajos para llegar a una profundidad espiritual. Existe el peligro de rechazar el programa de cre- cimiento de Dios que es más extenuante y prolongado cuando se acepta el concepto fácil, rápido y completamente antibíblico de que la madurez se puede conseguir de forma instantánea mediante la iniciación en el reino de los gigantes espirituales a través de una crisis. Todos pueden tener el fruto del Espíritu. Todos pueden ser espiri- tuales. Sin embargo, profundizar en ese fruto requiere tiempo y esfuerzo (depen- dencia activa). No hay ninguna otra mane- ra. b. Los Misterios concernientes al Llena- miento del Espíritu. En Juan 3:8 el Señor enseñó que la obra del Espíritu es tan misteriosa como el vien- to. Por lo tanto, no debería sorprendernos que algunos aspectos de Su obra no sean bien entendidos. En esta sección acerca del llenamiento del Espíritu entraremos en una 291
  • 302. Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo zona donde posiblemente no exista una respuesta definitiva. A veces nos ayuda el hecho de saber que la Biblia no nos es lo suficientemente clara acerca de un tema determinado. Este reconocimiento de igno- rancia nos puede ayudar a distinguir entre la doctrina importante de la Biblia y las cosas triviales, entre las búsquedas que deberían estar en el centro de nuestros esfuerzos y la especulación. Si una verdad no se enseña explícitamente en la Escritu- ra, los cristianos no tenemos porque "colar el mosquito y tomar el camello", centrando nuestras energías espirituales en un tema que no tiene apoyo Bíblico firme. La frase "llenamiento del Espíritu" natu- ralmente da lugar a varias preguntas ¿Pue- de un creyente en un momento de su vida obtener más del Espíritu que en otro? ¿Puede un creyente obtener más del Espí- ritu Santo que otro creyente? Este estudio va a concluir que no sabemos con certeza las respuestas a estas preguntas. Esta con- clusión de ignorancia puede ser muy im- portante ya que este aspecto particular de la "llenura del Espíritu" es tan irrelevante como el argumento medieval de cuántos ángeles pueden bailar en la punta de un alfiler. Lo que sí sabemos es lo que debemos hacer para ser llenos del Espíritu Santo y sabemos cuáles son los resultados óptimos de tener una vida llena del Espíritu. Así que las responsabilidades y las expectati- vas del cristiano han sido reveladas. En realidad, no es de suma importancia cono- cer lo que lo que el Espíritu hace invisi- blemente y en secreto. Esta actividad no nos es perceptible de todos modos. No hay mandamientos en la Biblia que nos orde- nen buscar o rogar más del Espíritu. Nues- tra tarea es tener cuidado para no apagar o entristecer al Espíritu y andar por el Espíri- tu. Las energías gastadas en tratar de obte- ner más del Espíritu son un desperdicio. Sabemos nuestras tareas. Lo que el Espíri- tu hace es Su asunto, y en última instancia, no nos debe preocupar. No sabemos si podemos obtener más de El o no. Desde la perspectiva cristiana, no hay ninguna dife- rencia práctica, ya sea en esfuerzos o en resultados. Independientemente de si "lle- nar" incluye más del Espíritu o no, nuestro trabajo es el mismo y los resultados ópti- mos son los mismos. Los que no están contentos con lo que Dios ha revelado sobre el Espíritu Santo y con nuestras responsabilidades para con El, se desvian por especulación y por la búsqueda de obtener más del Espíritu. Ta- les actividades ni siquiera se mencionan (por no decir ni se ordenan) en la Palabra de Dios. Tales esfuerzos son en realidad una digresión de los esfuerzos que se reve- lan en la Biblia para llegar a la madurez. El camino de la madurez implica alegría y satisfacción en las cosas que si podemos conocer y concentración en lo que sabe- mos que Dios quiere que hagamos (no el rechazo de las enseñanzas claras y la acep- tación de especulaciones sobre misterios que no están bajo nuestro control o incluso de nuestra percepción). (1) Razones de la Ambigüedad acerca de Obtener Más del Espíritu Los versículos que hablan de "sed llenos", del Espíritu, se encuentran prácticamente en todos los escritos de Pablo y Lucas. Sin Embargo, hay diferencias entre los dos autores. En primer lugar, el verbo griego "llenar" en Lucas y Hechos no es el mismo que el que se encuentra en Ef. 5:18. En segundo lugar, Lucas y Pablo usan prepo- siciones diferentes. Lucas escribe de ser "llenos del Espíritu" (por lo general el caso genitivo sin preposición), mientras que Pablo escribe de estar lleno "en, con, o por el Espíritu." La discusión acerca de si las diferencias son sólo de estilo o si refle- jan un cambio real de tema es intermina- ble. Enlistaremos ahora varias opciones. Recuerde que el objetivo de este material es mostrar que probablemente no sabemos la respuesta. La ignorancia será fácil de demostrar. 292
  • 303. No Solo de Pan (2) Llenos del Espíritu en Lucas y Hechos Lucas usa alguna forma de ser llenos del Espíritu en muchos pasajes (Juan el Bau- tista, Lucas 1:15; Elisabet, Lucas 1:41; Zacarías, Lucas 1:67; El día de Pente- costés, Hechos 2:4; Pedro, Hechos 4:8; Los primeros cristianos, Hechos 4:31; Saúl, Hechos 9:17; 13:9).28 Esta frase pue- de tener varios significados. Además, la relación que tiene con el mandato de Pablo de ser "lleno del Espíritu" en Ef. 5:18 pue- de entenderse de diferentes maneras. Estas son algunas de las distintas opciones. Es difícil probar, cual es el punto de vista correcto. (a) La intención de Lucas de la frase "lle- nos del Espíritu" era para referirse a un llenamiento que el Espíritu realiza, y no se refiere al hecho de obtener más de El (lo que es similar a un genitivo subjetivo). El Espíritu es el que llena, pero El llena de la Palabra. Una buena comprensión sería "lleno por Espíritu" (pero con la Palabra escrita). Por otra parte, este mandato se puede en- tender igual que el mandato en Ef. 5:18. Allí Pablo ordena a los creyentes que sean "llenos del Espíritu." El Espíritu llena, pero no con el mismo. El se llena con la Palabra de Dios (ver Col. 3:16). Los cre- yentes nunca obtienen más del Espíritu. El primer punto de vista es la propuesta popular en los círculos de la iglesia no carismática. Se puede defender, pero no es absolutamente cierta. (b) Un segundo enfoque de la frase de Lu- cas "llenos del Espíritu" considera que el llenamiento en los escritos de Lucas es diferente al llenamiento en los escritos de Pablo y algo limitado a los tiempos apostó- licos. Tal vez Lucas se refiere a la obten- ción de más del Espíritu. La frase "llenos atemos de obtener 18 se refiere a una expe- star limitada a los tiempos apostóli- 28 Los usos del sustantivo “lleno” de Lucas incluyen: Lucas 4:1 (Cristo), Hechos 6:3,5; 7:55 (Esteban) y 11:24 (Bernabé). del Espíritu" puede referirse a un llena- miento cuyo contenido es el mismo Espíri- tu (un llenamiento que consiste en el Espí- ritu, similar al del genitivo de conteni- do).29 Sin embargo, se podría argumentar que la familia de Juan el Bautista y la iglesia primitiva son casos especiales. Ellos sí han obtenido más del Espíritu, pero sus expe- riencias se registran sólo como hechos históricos (no como modelos que hemos de seguir). No se refieren directamente a la vida de hoy y no podían pasar más allá de los tiempos apostólicos. Los libros históri- cos de Lucas y Hechos solo registran algu- nas personas que obtuvieron una medida especial del Espíritu.30 No existe el man- dato para que nosotros tr una experiencia similar. El único mandato relacionado con el lle- nado Espíritu es Ef. 5:18. Allí Pablo usa un verbo diferente y una preposición dife- rente. El no se refiere a la obtención de más cantidad del Espíritu, sino más bien un llenado por el Espíritu con la Palabra. Así que, Lucas escribe acerca de ejemplos históricos, pero no da órdenes para vivir hoy. Hoy en día nadie puede obtener más del Espíritu. Ef. 5: riencia diferente. (c) Al igual que el segundo punto de vista, este tercero distingue entre la frase de Lu- cas "llenos del Espíritu" y la frase de Pablo "lleno (se usa una palabra griega diferente) de en, por o con el Espíritu." Sin embargo, a diferencia del punto de vista número dos, es posible creer que el otorgamiento de una medida adicional del Espíritu no tiene que e cos. 29 El genitivo podría también ser un genitivo de descripción, o sea, un llenamiento espiritual, o podríamos tomar el caso griego para denotar una fuente de origen, un medio por el cual se lleva una acción, o una referencia. 30 Compare Juan 3:34. 293
  • 304. Pneumatología: Parte 1: La Doctrina del Espíritu Santo Ef. 5:18 está ordenando a los creyentes que sean "llenos por Espíritu", pero se refiere al Espíritu llenándonos con la Pala- bra escrita. Este es el único mandamiento que se relaciona con el llenamiento del Espíritu. Sin embargo, Dios soberanamen- te puede conceder una porción extra del Espíritu (usando la frase de Lucas) a una persona el día de hoy si le place. Esto no sería algo que debemos buscar o pedir, pero es algo que Dios podría hacer. La única diferencia entre el segundo y tercer punto de vista es que los defensores de este último consideran que una medida adicional del Espíritu no es algo limitado a alo creyente puede obtener más del Espíritu. la ig