Los dos documentos describen mapas mentales y mapas conceptuales como herramientas para el aprendizaje. Explican que estos mapas permiten resumir información de una manera visual para comprender y estudiar temas de una forma más eficiente. Ambos destacan que los mapas deben seguir ciertos pasos y elementos para ser efectivos y ser elaborados de una manera que involucre al estudiante en la construcción activa de su conocimiento.