Oier y Bego discuten sobre un viaje de bodas en crucero y la posibilidad de que los amigos de Oier les jueguen bromas a través de su blog. Bego está preocupada por la seguridad del blog, pero Oier la tranquiliza y le dice que si sus amigos se pasan de la raya, los demandará. Bego y Oier intercambian bromas cariñosas sobre sus gustos y afinidades. Finalmente, se despiden a través de su blog.