En 2010, el Centro de Vida Victoriosa, bajo la dirección de Carlos y Amparo Rincón, invita a sus discípulos a apropiarse de la promesa de Dios y afrontar nuevos desafíos. Se enfatiza que los enemigos del pasado no tienen poder en el nuevo ciclo y que el cumplimiento de la promesa divina está condicionado a la fe y acción de los creyentes. Se anima a los seguidores a levantarse, edificar y prosperar, siguiendo las enseñanzas de la palabra de Dios.