El documento describe un programa en la Ciudad de México que enseña a residentes urbanos pobres a cultivar alimentos orgánicamente usando fertilizantes producidos en el hogar. El programa utiliza orina humana fermentada como fertilizante líquido rico en nitrógeno, junto con residuos de gusanos rojos y desechos orgánicos de cocina para proporcionar otros nutrientes. Más de 5,000 residentes han aprendido a cultivar vegetales exitosamente en pequeños espacios usando este método, lo que les ha brindado