El documento analiza el futuro de las obras sociales de las cajas de ahorro, destacando la necesidad de aumentar la inclusión cultural mediante programas educativos y modelos de financiación mixtos. Se subraya la importancia de medir la efectividad de las acciones culturales y se propone un cambio hacia un enfoque que favorezca la rentabilidad en lugar del mero mecenazgo. Además, se menciona la relevancia del patrocinio y el reconocimiento de la importancia cultural en la mejora de la imagen social de las marcas.