A partir de febrero de 2007, se implementa la operación Wrangler en Texas, utilizando 604 soldados de la Guardia Nacional para apoyar las tareas de vigilancia y monitoreo en la frontera con México, en respuesta al narcotráfico. Esta estrategia, que incluye la participación de soldados en la detección de actividades ilícitas, no implica una militarización de la frontera, sino una colaboración con la Patrulla Fronteriza. Los soldado están preparados para actuar en defensa propia y su misión principal es reforzar el control y la seguridad en las áreas de alto tráfico de drogas.