La movilidad de estudiantes constituye un flujo potencial de trabajadores calificados y una puerta de entrada a la migración calificada. Estudiar en el exterior ofrece ventajas como ampliar el mercado de estudios y opciones de financiamiento, aunque también implica desventajas como la fuga de cerebros. Para los venezolanos es posible estudiar en el exterior mediante becas que otorgan fundaciones u organizando sus propios recursos económicos.