Primeras manifestaciones
       literarias
      El Mio Cid




         Marc Bayó Camps
       Pablo Muñoz Navarro
       Ariel Nuñez Verdezoto
Poesía épica medieval


Estructura del Mio Cid


El Cantar de Mio Cid es una obra que se estructura en tres partes:

- El Cantar del destierro

- El Cantar de las Bodas

- El Cantar de la afrenta de Corpes
Fragmento de la obra
La ofrenda de Corpes

 En Valencia estaba el Cid y los que con él son;
 con él están sus yernos, los infantes de Carrión.   Mío Cid se ha incorporado, en pie se levantó,
 Echado en un escaño, dormía el Campeador,           el manto trae al cuello, se fue para el león;
 cuando algo inesperado de pronto sucedió:           el león, al ver al Cid, tanto se atemorizó
 salió de la jaula y desatóse el león.               que, bajando la cabeza, ante mío Cid se humilló.
 Por toda la corte un gran miedo corrió;             Mío Cid don Rodrigo del cuello lo cogió,
 embrazan sus mantos los del Campeador               lo lleva por la melena, en su jaula lo metió.
 y cercan el escaño protegiendo a su señor.          Maravillados están todos lo que con él son;
 Fernando González, infante de Carrión,              lleno de asombro, al palacio todo el mundo se tornó.
 no halló dónde ocultarse, escondite no vio;         Mío Cid por sus yernos preguntó y no los halló;
 al fin, bajo el escaño, temblando, se metió.        aunque los está llamando, ninguno le respondió.
 Diego González por la puerta salió,                 Cuando los encontraron pálidos venían los dos;
 diciendo a grandes voces: «¡No veré Carrión!»       del miedo de los Infantes todo el mundo se burló.
 Tras la viga de un lagar se metió con gran          Prohibió aquellas burlas mío Cid el Campeador.
 pavor;                                              Quedaron avergonzados los infantes de Carrión.
 la túnica y el manto todo sucios los sacó.          ¡Grandemente les pesa esto que les sucedió!
 En esto despertó el que en buen hora nació;
 a sus buenos varones cercando el escaño vio:
 «¿Qué es esto, caballeros? ¿ Qué es lo que
 queréis vos?»
 «¡Ay, señor honrado, un susto nos dio
 el león».

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  • 3. Fragmento de la obra La ofrenda de Corpes En Valencia estaba el Cid y los que con él son; con él están sus yernos, los infantes de Carrión. Mío Cid se ha incorporado, en pie se levantó, Echado en un escaño, dormía el Campeador, el manto trae al cuello, se fue para el león; cuando algo inesperado de pronto sucedió: el león, al ver al Cid, tanto se atemorizó salió de la jaula y desatóse el león. que, bajando la cabeza, ante mío Cid se humilló. Por toda la corte un gran miedo corrió; Mío Cid don Rodrigo del cuello lo cogió, embrazan sus mantos los del Campeador lo lleva por la melena, en su jaula lo metió. y cercan el escaño protegiendo a su señor. Maravillados están todos lo que con él son; Fernando González, infante de Carrión, lleno de asombro, al palacio todo el mundo se tornó. no halló dónde ocultarse, escondite no vio; Mío Cid por sus yernos preguntó y no los halló; al fin, bajo el escaño, temblando, se metió. aunque los está llamando, ninguno le respondió. Diego González por la puerta salió, Cuando los encontraron pálidos venían los dos; diciendo a grandes voces: «¡No veré Carrión!» del miedo de los Infantes todo el mundo se burló. Tras la viga de un lagar se metió con gran Prohibió aquellas burlas mío Cid el Campeador. pavor; Quedaron avergonzados los infantes de Carrión. la túnica y el manto todo sucios los sacó. ¡Grandemente les pesa esto que les sucedió! En esto despertó el que en buen hora nació; a sus buenos varones cercando el escaño vio: «¿Qué es esto, caballeros? ¿ Qué es lo que queréis vos?» «¡Ay, señor honrado, un susto nos dio el león».