Las prácticas del lenguaje implican expresarse correctamente en la lectura, escritura, y comunicación oral en diversos contextos. La competencia comunicativa se adquiere desde la niñez y depende del contexto social y cultural, mientras que las competencias lingüísticas se refieren al conocimiento innato de la gramática. La educación básica debe desarrollar las habilidades comunicativas de los estudiantes a través de la lectura, escritura, y aplicación de reglas ortográficas en español.