La placa de Nazca y la placa Suramericana convergen a un ritmo de 68 mm por año en un límite convergente, lo que causa terremotos frecuentes. Mientras que las consecuencias de los terremotos en Chile y Japón serían similares debido al choque de placas, Japón sufre menos daños porque sus construcciones están mejor preparadas para soportar la actividad sísmica.