El proyecto consistió en medir los niveles de ruido en lugares significativos de Toro para evaluar la protección de la audición. Se midió con una aplicación de sonómetro y se encontró que la zona de bares y discotecas superaba los 100dB entre las 22-4h, mientras que otras áreas como el IES y la Plaza de San Agustín no rebasaban los 70dB. El exceso de ruido puede dañar la audición.