La autora investigó cómo era la escuela de sus abuelos y padres mediante entrevistas. Encontró que la escuela de sus abuelos en los 50 y 60 era más estricta y segregada, mientras que la de sus padres en los 70 era más moderna y laica tras la Ley General de Educación de 1970. Aunque aún había diferencias, la calidad de la educación había mejorado con el tiempo.