El eclecticismo arquitectónico, que surgió en Occidente entre 1860 y 1920, combina elementos de diversas épocas y estilos, marcando un cambio hacia la creatividad tras el declive del clasicismo. Este movimiento se vio impulsado por intereses arqueológicos, la desconfianza hacia el estilo clásico y el nacionalismo en Europa, generando una rica variedad de expresiones arquitectónicas en países como Francia, Alemania y España. La Revolución Industrial también introdujo nuevos materiales como el hierro, cristal y hormigón, transformando la arquitectura y permitiendo la construcción de rascacielos y grandes espacios públicos.