La iglesia cristiana surgió como una comunidad universal después de Pentecostés, promoviendo la idea de que el mensaje del evangelio era para todos sin distinción cultural. A pesar de las diferencias y la persecución, los cristianos, liderados por figuras como Pablo y Pedro, buscaban la comunión y la reconciliación a través de la muerte de Jesús. La vida cristiana se centraba en la celebración de la eucaristía y en la unión de todos los creyentes como miembros del cuerpo de Cristo.