La autora reflexiona sobre su experiencia en el programa TRAL, donde amplió su red profesional y conoció personas dispuestas a compartir conocimientos. Aunque también tuvo decepciones, esto forma parte del proceso humano. La experiencia fue motivadora pero se necesitaba más tiempo para profundizar en los documentos y apoyar a profesores que desertaron. Los retos futuros son mantener la dinámica de intercambio y contribuir a la construcción de la comunidad en torno al programa.