Este documento resume las declaraciones de varios funcionarios españoles en los días posteriores al hundimiento del petrolero Prestige frente a la costa de Galicia en 2002. Las declaraciones subestimaron repetidamente la gravedad del derrame de petróleo y predijeron incorrectamente que el petróleo no afectaría las costas. Más tarde, cuando el alcance de la marea negra se hizo evidente, los funcionarios cambiaron sus declaraciones para admitir la gravedad de la situación.