En la década de 1950, investigadores de la UNAM buscaron obtener una computadora para México para ayudar a resolver problemas matemáticos complejos. El ingeniero Sergio Beltrán López viajó a UCLA para aprender sobre las computadoras IBM y convenció a la UNAM de adquirir una. El 8 de junio de 1958, la UNAM puso en funcionamiento la primera computadora en México, una IBM-650, para uso en investigación científica con el apoyo de los doctores Carlos Graeff Fernández y Alberto Barajas Celis.