La programación estructurada surgió en la década de 1960 para mejorar la calidad y claridad de los programas al utilizar solo tres estructuras de control (secuencia, selección e iteración) en lugar de instrucciones de transferencia incondicionales como GOTO. Esto hace que los programas sean más fáciles de entender, depurar y mantener. El teorema del programa estructurado demuestra que estas tres estructuras son suficientes para expresar cualquier función computable.