Un informe de Greenpeace de 2012 encontró que varias marcas de ropa popular vendían ropa hecha con hilos tóxicos que contenían sustancias químicas dañinas. El informe analizó muestras de ropa de varias marcas y encontró niveles preocupantes de sustancias químicas como ftalatos y compuestos organoestánicos en la ropa.