SlideShare una empresa de Scribd logo
PRE SE N TAC I Ó N
Carmen Steinert Cruz. EL ACOGI-
MIENTO FAMILIAR EN LA PROVINCIA DE
SANTA CRUZ DE TENERIFE: ESTUDIO DESCRIP-




                                                          Revista de INTERVENCIÓN PSICOSOCIOEDUCATIVA en la DESADAPTACIÓN SOCIAL
TIVO África Borges del Rosal, Elena Rodríguez


                                                                                                                                            IPSE-ds
Naveiras, Carmen Hernández Jorge. MARCO DE REFE-
RENCIA DE LOS PROGRAMAS DE COMPETENCIA PSICO-
SOCIOEDUCATIVA DE JUSTICIA JUVENIL EN LA COMUNI-
DAD AUTÓNOMA DE CANARIAS Manuel De Armas Hernán-
dez, José Luís Arregui Sáez, Agustín López Martínez. LA
CONDUCTA SUICIDA EN ADOLESCENTES SUS IMPLICACIO-
NES EN EL AMBITO DE LA JUSTICIA JUVENIL Josep Moya i                                                                               Revista de INTERVENCIÓN
Ollé. LA MODIFICACION DE LA LEY DE RESPONSABILI-
DAD DEL MENOR OPERADA POR LA LEY 8/2006 Deme-
                                                                                                                                               PSICOSOCIOEDUCATIVA
trio Pintado Marrero, Alicia Salabert Cardona, Pablo                                                                                     en la DESADAPTACIÓN
Ponce Matínez. LA EVALUACIÓN DEL RIESGO EN EL
CONTEXTO DE LA LEY PENAL JUVENIL Enrique                                                                                                       SOCIAL
López Martín,María Dolera Carrillo. CARACTE-
RÍSTICAS DE LOS EDUCADORES SOCIALES
DE LOS RECURSOS RESIDENCIALES DE
ATENCIÓN A LA INFANCIA Y ADOLES-
CENCIA EN CATALUNYA Teresa Marzo
Arpón. NUEVA LEY DE INFANCIA EN
CATALUNYA.     ANTEPROYECTO
DE LEY SOBRE LOS DERE-
CHOS Y LAS OPORTUNI-
DADES DE LAS NIÑAS,
NIÑOS Y ADOLES-
CENTES Carme
Panchón
Iglesias.
                                                                    1
IPSE-ds
Revista de INTERVENCIÓN
            PSICOSOCIOEDUCATIVA
      en la DESADAPTACIÓN
            SOCIAL




                    Nº 1, NOVIEMBRE 2008
Equipo de Dirección:
	    Manuel de Armas Hernández
	    Profesor Asociado de la Facultad de Formación del Profesorado.
	    Departamento de Educación, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
	    Carme Panchón Iglesias
	    Profesora titular de la Facultat de Pedagogia, Universitat de Barcelona.
	    Sotsdirectora del CIIMU Institut d’Infància i Mon Urbà (Barcelona).

Sede de la revista:
	    Departamento de Educación. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
	    Edificio de Formación del Profesorado
	    Calle Santa Juana de Arco, nº 1
	    Campus U. del Obelisco
	    35004-Las Palmas de Gran Canaria
	    tel. 	 +34 928 451 761
	    tel. 	 +34 928 458 849
	    Fax	 +34 928 451 773
Dirección electrónica
	    revista_desadaptacion_social@dedu.ulpgc.es




Primera edición: DULAC edicions, Barcelona. Noviembre 2008

Publicación anual


Diseño y maquetación: Víctor Anton Llapart
Impreso en Barcelona

© DULAC edicions, por esta edición.
© De los autores por sus artículos.

Publicado electrónicamente en:
www.dedu.ulpgc.es


ISSN: en trámite
Dep. Legal: B-15555-2008

Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada o transmitida en
manera alguna ni por medio alguno ya sea eléctrico, óptico o mecánico, sin el consenti-
miento por escrito de la editorial o de los autores.


ejemplar gratuito
Colaboran:


     Consejería de Bienestar Social, Juventud y
             Vivienda. (Gobierno de Canarias).




    Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
                 Departamento de Educación.




   Universidad de La Laguna. Departamento de
            Didáctica e Investigación Educativa.




   Universidad de La Laguna. Departamento de
         Psicología Evolutiva y de la Educación.




  Universitat de Barcelona. Departament MIDE.
NORMAS PARA LA PUBLICACIÓN DE ARTÍCULOS


   Los originales podrán estar escritos en cualquier lengua del
Estado español.
    Los originales deberán ser inéditos y tratar temas relacionados
directamente con las temáticas de la revista.
   Las propuestas de artículos se tendrán que enviar a la dirección
electrónica: revista_desadaptacion_social@dedu.ulpgc.es
   La extensión de los artículos no sobrepasará las veinte pági-
nas.
   Formato de presentación (APA), Documento en Word:
   Letra Arial 12, interlineado 1,5, márgenes de 2,5 cm. La exten-
sión de 20 páginas equivale aproximadamente a 8.000 palabras o
40.000 caracteres.
   Título del artículo:
   Autor/a, o Autores, con nota a pie de página con su presenta-
ción (ocupación actual) y si lo desea su dirección de correo elec-
trónico o forma de contactar.
   Resumen del artículo de un máximo de 10 líneas.
   Palabras clave, un máximo de 5
   Las referencias bibliográficas se presentarán al final del texto y
por orden alfabético de los autores y autoras.
   Las tablas y gráficos se presentarán en un archivo aparte y se
indicará el lugar donde se han de colocar en el artículo.
   El consejo de redacción valorará i seleccionará los artículos
para su publicación.
   No se devolverán los originales de los trabajos no publicados.
CONSEJO DE REDACCIÓN


ALMEIDA AGUIAR, Antonio Samuel.
	  (ULPGC) Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

ARREGUI SÁEZ, José Luís.
	   Instituciones Penitenciarias, Ministerio del Interior.
CARREIRO ESTÉVEZ, Juan.
	   Instituciones Penitenciarias, Ministerio del Interior.

CASTRO SÁNCHEZ, José Juan.
	   (ULPGC) Universidad de Las Palmas de Gran Canaria

DÍAZ HERNÁNDEZ, Ramón.
	   (ULPGC) Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

ESCUELA QUINTERO, Manuel.
	   Fundación IDEO.

FERNÁNDEZ DEL VALLE, Jorge.
	   (UO) Facultad de Psicología, Universidad de Oviedo.

FERNÁNDEZ SARMIENTO, Celia.
	   (ULPGC) Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

FRANCO YAGÜE, Juan Francisco.
	   Agencia de la Comunidad de Madrid para la Reeducación y Reinserción del menor infractor

GARCÍA GARCÍA, Luis.
	  (ULL) Universidad de La Laguna.

HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, Germán
	   (ULPGC) Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

JÓDAR ORTEGA, Capilla.
	   (ULL) Universidad de La Laguna.

LÁZARO APARICIO, Araceli.
	   (OIA) Secretària de l’Observatori dels Drets de la Infància, Generalitat de Catalunya.

LÓPEZ MARTÍN, Enrique.
	   (CARM). Comunidad Autónoma de la Región de Murcia.

LOSADA LÓPEZ, José Luís.
	   (UB) Facultat de Psicologia, Universitat de Barcelona.
MOLERO RUIZ, Josep.
	  Departament de Justicia - Generalitat de Catalunya.

RODRIGUEZ DEL CASTILLO, Francisco Javier.
	  Dirección General de Protección del Menor y la Familia. Comunidad Autónoma de Canarias.

SÁEZ DÍAZ, Guillermo.
	   Dirección General de Protección del Menor y la Familia. Comunidad Autónoma de Canarias.

SÁNCHEZ ASÍN, Antonio.
	   (UB) Facultat de Pedagogia. Universitat de Barcelona.

SUÁREZ SANDOMINGO, José Manuel.
	   Pedagogo e Técnico en Servizos Sociais, Xunta de Galicia.
Revista ipseds num_1web
Sumario

PRESENTACIÓN
          Carmen Steinert Cruz..................................................................................................pág. 9
                              .

EL ACOGIMIENTO FAMILIAR EN LA PROVINCIA DE SANTA CRUZ
DE TENERIFE: ESTUDIO DESCRIPTIVO
          África Borges del Rosal,
          Elena Rodríguez Naveiras,
          Carmen Hernández Jorge ......................................................................................pág. 11

MARCO DE REFERENCIA DE LOS PROGRAMAS DE COMPETENCIA
PSICOSOCIOEDUCATIVA DE JUSTICIA JUVENIL EN LA COMUNIDAD
AUTÓNOMA DE CANARIAS
          Manuel De Armas Hernández,
          José Luís Arregui Sáez,
          Agustín López Martínez.............................................................................................pág. 21

LA CONDUCTA SUICIDA EN ADOLESCENTES SUS IMPLICACIONES
EN EL AMBITO DE LA JUSTICIA JUVENIL
          Josep Moya i Ollé..........................................................................................................pág. 29

LA MODIFICACION DE LA LEY DE RESPONSABILIDAD DEL MENOR
OPERADA POR LA LEY 8/2006
          Demetrio Pintado Marrero,
          Alicia Salabert Cardona,
          Pablo Ponce Matínez .................................................................................................pág. 37

LA EVALUACIÓN DEL RIESGO EN EL CONTEXTO DE LA LEY PENAL JUVENIL
          Enrique López Martín,
          María Dolera Carrillo...................................................................................................pág. 41

CARACTERÍSTICAS DE LOS EDUCADORES SOCIALES DE LOS RECURSOS
RESIDENCIALES DE ATENCIÓN A LA INFANCIA Y ADOLESCENCIA EN CATALUNYA
          Teresa Marzo Arpón....................................................................................................pág. 57
                            .

NUEVA LEY DE INFANCIA EN CATALUNYA. ANTEPROYECTO DE LEY SOBRE LOS
DERECHOS Y LAS OPORTUNIDADES DE LAS NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES
          Carme Panchón Iglesias.............................................................................................pág. 69
Revista ipseds num_1web
PRESENTACIÓN             Carmen Steinert Cruz
                         Directora General de Protección del Menor y la Familia (Gobierno de Canarias)




   S
            upone para mí una enorme sa-               internamiento y la perspectiva del derecho
            tisfacción presen­ ar esta revista.
                               t                       penal, especialmente de los juzgados y la fis-
            Representa de manera sintética el          calía.
            esfuerzo de los investigadores e               Siendo los temas que aquí se tratan tan
inves­ igadoras en el ámbito de la infancia y
       t                                               comple­ os, resulta por ello una muestra espe-
                                                                 j
la juventud. Además, algunos de los estudios           ranzadora la lectura de estos artículos ya que
presentados han sido solicitados expresa-              todos ellos nos muestran alternativas prácti-
mente por la Consejería de Bienestar Social a          cas y eficaces para atender la problemática
estos profesionales.                                   de nuestra infancia y nues­ ra juventud.
                                                                                    t
    Ello es un hito para la entidad pública                Ello es debido a que todos estos trabajos
respon­ able de los menores, pues implica
         s                                             son fruto del diálogo al que hice referencia
una invitación cargada de sinceridad a la co-          al principio de esta introducción. El diálogo
munidad científica canaria para abrir un diá-          de quienes día a día están trabajando direc-
logo honesto, abierto e ilusionado entre los           tamente con niños y jóvenes, con los inves-
que a diario trabajamos a pie de terreno en            tigadores e investigadoras que, desde las
el ámbito de la justicia juvenil o de la protec-       universidades canarias, elaboran y ponen al
ción de la infancia y quienes, desde las aulas         día teorías que nos permiten entender me-
universitarias, investigan alternativas a pro-         jor nuestro entorno, diagnostican la realidad
blemas complejos, propios de una sociedad              que nos rodea y establecen las mejores estra-
tan cambiante como la nuestra.                         tegias con las que intervenir con éxito ante
    Así pues esta revista supone el primer             los problemas a los que nos enfrentamos a
paso de un diálogo que ya está siendo fruc-            diario.
tífero. Una re­ exión común entre el mundo
                fl                                         Por otro lado, no quisiera olvidarme del
de los prácticos, representado por el personal         compañero que se nos marchó de ésta vida
educativo y de inter­ ención y el mundo uni-
                      v                                el año pasado, Agustín López Martínez; vaya
versitario, representado por aquellos inves-           para él un pequeño homenaje y reconoci-
tigadores e investigadoras que han tenido a            miento hacia su labor, desde estas páginas;
bien escribir estos artículos.                         pues con su preparación, ilusión y empeño
    Los problemas a los que nos enfrentamos            asumió con gran responsabilidad la dirección
quie­ es trabajamos en la prevención, la pro-
     n                                                 y gestión del CEMJ Valle Tabares.
tección y la intervención con la infancia y                La lectura de los artículos de esta revista
la juventud no son baladíes. De un lado, lo            produ­ e la sensación de un primer paso en
                                                               c
vinculado a la infancia en dificultad social: la       este diálogo, un primer paso cargado de in-
intervención con las familias en situación de          tensidad, ilusiones y expectativas en que
riesgo, el acogimiento familiar y residencial,         esta nueva complicidad entre la práctica y la
los niños que vienen en pateras y cayucos sin          investigación, es una realidad cargada de he-
estar acompañados por personas adul­ as, la
                                          t            rramientas comunes que ya son de gran utili­
adopción, especialmente la internacional y la          dad para quienes procuramos hacer mejor la
de niños y niñas con dificultades especiales.          vida de los niños, niñas y jóvenes de Canarias.
De otro, el de los y las jóvenes sometidos a           Vaya pues el deseo de toda la sociedad cana-
medidas judiciales de tipo penal: los progra-          ria para que este diálogo persevere, para que
mas que fun­ ionan, el perfil de los y las pro-
               c                                       esta recién inicia­ a complicidad siga dando
                                                                         d
fesionales, tanto el educativo como el que             frutos como los que en esta revista se presen-
se encarga de la seguridad de los centros de           tan.
                                                   9
Revista ipseds num_1web
EL ACOGIMIENTO FAMILIAR EN LA PROVINCIA DE SANTA CRUZ DE
                                   1
     TENERIFE: ESTUDIO DESCRIPTIVO

    África Borges del Rosal2
    Elena Rodríguez Naveiras
    Carmen Hernández Jorge
    Universidad de La Laguna

Resumen:
El acogimiento familiar es un sistema de protección a la infancia en situación de riesgo, retirando a los
menores de sus familias biológicas que no pueden atenderlos. En este estudio se describe la situación de
los menores en acogimiento en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, cuyos expedientes se han cerrado
en el periodo que abarca de 2000 a 2006, analizando variables relacionadas con el menor, su familia
biológica, sus acogentes y las condiciones de acogimiento.

Palabras claves: acogimiento familiar, acogimiento residencial, familia extensa, familia ajena, infan-
cia en riesgo, familia acogente.



introducción
    El acogimiento familiar supone un sistema                        nocida para el menor, pero sin que les unan
de protección a la infancia en situación de                          con él lazos de consanguineidad, es quien se
riesgo. Los menores son retirados de sus fa-                         hace cargo del acogimiento. De ambos aco-
milias biológicas, dando lugar a medidas de                          gimientos, el realizado en familia extensa se
acogimiento residencial o familiar y, en este                        ha valorado como el más adecuado, por las
caso, bien sea en familia extensa o biológica.                       siguientes razones: ayuda a reducir el trauma
    El acogimiento familiar de menores cons-                         de la separa­ ión, refuerza la identidad y au-
                                                                                   c
tituye una medida jurídica, donde la guardia                         toestima del menor, ofrece mayor estabilidad
y custodia del menor es otorgada a una per-                          en su emplazamiento y promueve la relación
sona o un grupo de personas, que se obligan,                         entre hermanos (Lorkovich, Piccola, Groza,
por ello, a velar por él, alimentarlo, educarlo y                    Brindo y Marks, 2004). Asimismo permite una
darle una formación inte­ ral. Amorós y Pala-
                             g                                       guía de adultos, beneficiosa para el bienes-
cios (2004) señalan que el aco­ imiento fami-
                                 g                                   tar del menor (Chapman, Wall y Barth, 2004)
liar busca la sustitución o comple­ entación
                                      m                              y parece ser que facilita que el acogimiento
del medio familiar original.                                         sea más permanente (Brooks, Shookhoff y Ri-
    El acogimiento familiar abarca dos moda-                         chards, 2005).
lida­ es: familia extensa o familia ajena. En
     d                                                                  Un aspecto a tener en cuenta son las posi-
el primer caso, algún miembro de la familia                          bles diferencias entre familia extensa y ajena,
extensa del me­ or se hace cargo de él. En el
                  n                                                  observán­ ose o bien ausencia de las mismas
                                                                                d
segundo caso, una familia, conocida o desco-                         (Scarnnapieco, Hegar y McAlpine, 1997; Cu-
                                                                     ddeback y Orme, 2002) o que, en la familia
                                                                     extensa, el acogedor o acogedora principal
1 Estudio encargado y financiado por la Dirección General            tenía una media de edad más alta, a la vez
del Menor y la Familia, de la Consejería de Bienestar Social,        que menos formación educativa y menos
Juventud y Vivienda del Gobierno de Canarias.
                                                                     ingresos (Scannapico y Hegar, 2002; Sykes,
2 e-mail: aborges@ull.es                                             Sinclair y Gibas, 2002).
                                                                11
El acogimiento está concebido como una               RESULTADOS
medida temporal, cuyo objetivo es la reunifi-
cación familiar, cuando las condiciones de la              Los resultados se analizaron mediante el
familia biológica lo permitan. El menor que-             paque­ e estadístico SPSS, v.14.0 para Win-
                                                               t
da bajo la supervisión de la Dirección General           dows.
del Menor, quien, a través de los Educadores
                                                         Datos referidos al menor
y apoyados por Psicólogos y Trabajado­ es So-
                                         r
ciales, se encargan del seguimiento y desarro­           Sexo y edad del menor:
llo de la vida del menor, sea para trabajar con             Hay más varones en acogimiento: 152
ambas familias, biológica y acogente, cuando             (55,1%) frente a 124 niñas (44,9%).
las condicio­ es lo permiten, con el fin de pro-
             n                                              La edad del menor en el momento del
mover la reunifica­ ión familiar, o bien, si ésta
                    c                                    acogimien­ o alcanza un rango desde me-
                                                                    t
no fuera posible, para supervisar el devenir             nos del año (en 5 casos) hasta los 17, en una
de la familia acogente, así como para velar              distribución bastante homogé­ ea, como se
                                                                                         n
para que las necesidades físicas y psíqui­ as c          puede apreciar en la ilustración número
del menor se vean cubiertas.                                1. La media de edad es de 8,6, con mediana
    La investigación social en este marco su-            en 9, moda en 6 y desviación típica de 4,62.
pone una importante ayuda, cuya meta es la
búsqueda de factores relevantes que permi-               25

tan que el acogimiento familiar se desarrolle
en las mejores condiciones, velando siempre              20



por el bienestar del menor. El objetivo perse-           15

guido en este estudio es hacer una descrip-
ción detallada de la realidad de los menores             10


en acogimiento familiar en la provincia de
                                                         5
Santa Cruz de Tenerife, basándose en los ex-
pedientes cerrados en el periodo que abarca              0
                                                                   ,2   ,6       ,7       ,9   1,0 2,0 3,0 4,0 5,0 6,0 7,0 8,0 9,0 10,0 11,0 12,0 13,0 14,0 15,0 16,0 17,0
de 2000 a 2006.
                                                                 Ilustración 1. Edad del menor al inicio del acogimiento

MÉTODO                                                   Edad del menor al cierre del expediente de
                                                         acogimiento
Procedimiento                                                Casi la mitad de los expedientes se cierran
   Se ha revisado un total de 276 expedien-              al lle­ ar el menor a la mayoría de edad (131
                                                               g
tes, re­ativos a menores que han finalizado el
       l                                                 casos, un 44,7%), como se muestra en la ilus-
acogimiento entre los años 2000-06, lo cual              tración número 3. La media de edad al cierre
constituye un 97,18% del total de menores                del expediente es de 14,11, con mediana en
que han finalizado su relación con la Direc-             17 y desviación típica de 5,04.
ción General en ese periodo en la provincia
de Santa Cruz de Tenerife, pues el número de             125

expedientes que constan en el servicio es de
284. Los 8 casos que faltan no se han consul­            100


tado por no figurar el expediente en el archi-            75

vo correspondiente, por diversas razones.
   No ha habido un procedimiento de selec-                50


ción de expedientes, sino que se ha optado                25

por un trabajo censal, con la diferencia entre
expedientes finaliza­ os y revisados que aca-
                     d                                       0
                                                                   1         2        3        4    5    6    7    8     9   10   11    12   13   14   15    16   17   18

bamos de exponer.                                                Ilustración 2. Edad del menor al cierre del expediente

                                                    12
Problemas del menor
    Los problemas que aparecen consignados             30



se han agrupado en las siguientes catego-              25


rías:                                                  20

–	 Trastorno mental: Desvinculación con
                                                       15
    ansie­ ad y depresión; hiperactividad y
           d
    TDAH; Enuresis; trastorno de ansiedad              10



    por separación, trastorno de afectividad;           5


    trastorno mixto del lenguaje receptivo              0

    expresivo; ansiedad; trastorno cognitivo;                  Trastorno   Comportam.     Problemas   Problemas    Problemas
                                                                mental      antisocial   académicos    afectivos     físicos
    trastorno del comportamiento en infancia
                                                            Ilustración 3. Frecuencia de los problemas de los menores
    y adolescencia
–	 Comportamiento antisocial y/o delictivo:
    Agre­ ividad; enfrentamiento; fugas; ro-
           s
    bos; destrozos; amenazas.                          Remisión a consulta psicológica
–	 Problemas académicos: Retraso escolar;                  Cuando los técnicos de la Dirección Gene-
    pro­ lemas académicos; fracaso escolar;
         b                                             ral del Menor, educadores, psicólogos y tra-
    absentismo escolar; retraso del lenguaje.          bajadores socia­es, lo estiman conveniente,
                                                                        l
–	 Problemas afectivos: Inadaptación social,           los menores son remiti­ os a consulta psico-
                                                                               d
    fa­ iliar y escolar; problemas derivados
       m                                               lógica que, en todos los casos salvo en uno,
    del maltrato físico y psicológico; proble-         recae en el mismo gabinete, servicio que ha
    mas del carácter; pro­ lemas emocionales;
                          b                            sido contratado a tal fin, mediante concurso
    problemas de relación no especificados             público, por la Dirección General del Menor.
–	 Problemas físicos: síndrome de abstinen-            De los expedientes estudiados, 48 menores
    cia al nacer; portador de VIH; asma; diabe-        fueron remiti­ os a consulta psicológica, con
                                                                     d
    tes; obesidad; cardiopatía; alergia; hepa-         una media de per­ anencia en la misma de
                                                                          m
    titis; desnutrición; retinosis pigmentaria;        10,5 meses, (mediana =9; desviación típica=
    vegetaciones; pluritraumatismo; perfo­             8,22), con un rango entre una visita y 35 me-
    ración timpánica; síndrome de Down; tu-            ses de sesiones.
    moraciones.
                                                       Datos referidos a la familia biológica
   La presencia en el menor de problemas               Situación y presencia de los padres bioló-
de diverso tipo es poco frecuente, ya que en           gicos
215 (77,9%) de los expedientes revisados, los             En el momento que se realiza el acogi-
menores no presen­ an problemas de ningún
                    t                                  miento, la madre biológica o está con el me-
tipo. Entre los que se consigna la existencia          nor o se conoce su paradero, por lo general
de problemas 38 menores presentan uno, 19              (240 expedientes, 88,2%). Los padres tam-
presentan 2 y sólo en 4 casos se dan tres pro-         bién suelen ser conocidos y haber reconoci-
blemas conjuntamente. La frecuencia de los             do al hijo, lo que ocurre en un 83,8% de los
problemas mencionados aparece en la ilus­              casos (228 expedientes), en 18 casos el padre
tración 3.                                             es conocido, aunque no ha reconocido al me-
                                                       nor, y en 26 es desconocido.

                                                       Tipo de familia
                                                           El tipo de familia de procedencia se mues-
                                                       tra en la ilustración número 4. Como se pue-
                                                       de observar, el porcentaje más alto corres-
                                                       ponde a ausencia de nú­ leo familiar.
                                                                                  c

                                                  13
120
120                                                                                                                                                 Padre                                                                                     Madre

100                                                                 100



80                                                                   80



60                                                                   60



40                                                                   40



20                                                                   20



 0                                                                    0




                                                                                                   Drogodependientes

                                                                                                                       Alcoholicos

                                                                                                                                       En prision

                                                                                                                                                    Incap. mental

                                                                                                                                                                    Incap. fisica

                                                                                                                                                                                   Probl. economicos

                                                                                                                                                                                                       Maltrato fisico

                                                                                                                                                                                                                         Maltrato Psicolog.

                                                                                                                                                                                                                                              Abusos

                                                                                                                                                                                                                                                       Separado/a

                                                                                                                                                                                                                                                                    Prostitucion
                                                                          Ausente
      Monoparental      Intacta   Reconstituida   Sin núcleo




                                                                                     Fallecido/a
                Ilustración 4. Tipo familia



Problemas de los padres
                                                                                    Ilustración 5. Problemas de padres y madres
    Los problemas de los padres y madres
de los menores acogidos se presentan en la
ilustración número 5. El problema más fre-                          Hermanos
cuente es la ausen­ ia de los progenitores,
                     c                                                 Si bien lo más frecuente es que los meno-
siendo también frecuente la separación de                           res en acogimiento sean hijos únicos (116 ca-
la pareja. El consumo de drogas o alcohol se                        sos, 42%), los restantes pertenecen a familias
da por igual en madres y en padres, 85 en                           con más hijos, sean de ambos padres o bien
cada caso, lo que lo convierte en el segundo                        alguno de los progenitores. Así, un tercio de
problema en frecuencia. Los abusos sexuales                         los estudiados tienen hermanastros de la
por parte de los progenitores son escasos, y                        misma madre (31,5%) y un 8,8% del mismo
sólo se da entre los padres, no en las madres.                      padre, como se puede apreciar en la ilustra-
En cambio, el maltrato físico y psicológico,                        ción número 6.
aunque se da más frecuentemente entre
los padres, también ocurre en el caso de la                         300
                                                                                                                                     Padre y Madre                                                      Madre                                           Padre
madre. No obstante, todos estos aspectos                            250

se pueden considerar maltrato, si se admite
                                                                    200
la definición de maltrato que dan Amorós y
Palacios (2004): “… toda acción u omisión no                        150


accidental que impide o pone en peligro la                          100

seguri­ ad de los menores de 18 años y la sa-
       d
tisfacción de sus necesidades físicas y psico-                       50

                          3
lógicas básicas” (pág. 30)                                           0
                                                                           Ninguno                                     1                             2                                   3                              4 o mas                        Perdidos

                                                                                    Ilustración 6. Hermanos o hermanastros de
                                                                                                 menores acogidos


                                                                    Datos relativos a la familia acogente
                                                                       La mayoría de los acogentes son los abue-
                                                                    los, ya que el acogimiento con los abuelos
                                                                    del menor cons­ ituye la mitad de los diversos
                                                                                   t
                                                                    tipos de acogimiento entre los expedientes
                                                                    analizados, seguido por los tíos, en una cuar-
                                                                    ta parte de los expedientes vistos. El acogi-
3 Cursiva en el original.
                                                                    miento por otros familiares es mucho menos

                                                               14
frecuente, así como también el de familia aje-                                  Profesión de los acogentes
na, sea conocida o no conocida, que sólo se                                        Las profesiones de los acogentes son muy
produce en un 15,3% de casos, como se pue-                                      varia­ as, como se puede apreciar en la tabla
                                                                                     d
                                                                                           4
de ver en la tabla número 1.                                                    número 2 .

Tabla 1. Tipo de acogimiento familiar                                           Tabla 2. Profesiones del acogente principal
                                                                                                                                          1

                                                    %                                                                             %
                          Frecuencia    %                   % acumulado                                    Frecuencia    &                % acumulado
                                                  válido                                                                        válido

                                                                                  Profesionales técnicos            6     3,1       3,2           3,2
     Abuelos                     139    50,4        53,1            53,1

                                                                                  Personal directivo
     Tíos                         67    24,3        25,6            78,6
                                                                                  Admon. Pública y                  1     0,5        ,5           3,7
                                                                                  empresa
     Hermanos                      8        2,9      3,1            81,7
                                                                                  Personal adminis-
                                                                                                                    7     3,6       3,7           7,5
     Primos                        2        0,7      0,8            82,4          trativo


     Otros familiares              4        1,4      1,5            84,0          Comerciantes y
                                                                                                                  11      5,7       5,9          13,4
                                                                                  vendedores

     Ajena conocida               25        9,1      9,5            93,5
                                                                                  Personal de servicios           45    23,2      24,1           37,4

     Ajena desconocida            17        6,2      6,5           100,0
                                                                                  Agricultores, ganade-
                                                                                                                  13      6,7       7,0          44,4
                                                                                  ros, pescadores
     Perdidos                     14        5,1
                                                                                  Trabaj. de producción,
                                                                                                                  17      8,8       9,1          53,5
     Total                       276   100,0                                      conductores, peones

                                                                                  FFAA                              1     0,5        ,5          54,0

                                                                                  Estudiantes                       2     1,0       1,1          55,1
Edad y sexo del acogente principal
   El número de acogentes principales muje-                                       Amas de casa                    39    20,1      20,9           75,9
res es de 101 (52,1%) y de 93 varones (47,9%)
                                                                                  Jubilados y
y su edad media del acogente principal está                                       pensionistas
                                                                                                                  38    19,6      20,3           96,3
en 50,49 años, con una desviación típica de
13,6 y una mediana de 51 años, (rango 19 - 80                                     No clasificables y
                                                                                                                    7     3,6       3,7         100,0
                                                                                  en paro
años), como se muestra en la ilustración 7.
                                                                                  Perdidos                          7     3,6


60                                                                                Total                          194    100,0


50


                                                                                Núcleo familiar de los acogentes
40
                                                                                    Por regla general, los acogentes principa-
                                                                                les no están solos, sino que viven con más
30
                                                                                familiares en un 79,9% de los casos. Más de
                                                                                la mitad de los acogentes principales están
20
                                                                                casados (54,1%). Los datos se muestran en la
                                                                                ilustración número 8.
10


                                                                                4 La disparidad en el tamaño de la muestra se debe, por una
 0
                                                                                parte, a que un acogente puede tener a más de un menor a
            15           29            49              59            84         su cargo. Por otra parte, no se han podido recoger los datos
                                                                                referi­ os a los acogentes en algunos expedientes.
                                                                                      d
                 Ilustración 7. Edad del acogente principal
                                                                           15
casado
                                                                    Datos relativos al acogimiento
                          2
                                                    soltero
                                                    viudo           Lugar de procedencia antes del
                     16                             separado
                                                    Perdido
                                                                    acogimiento
            19
                                                                        La mayoría de los menores antes del
                                                                    acogimien­ o se encontraban con la familia
                                                                               t
                                      105
                                                                    biológica (114 menores, 41,3%), o bien con la
                                                                    familia extensa (100 menores, 36,2%), princi-
            52                                                      palmente con los que luego se hacen cargo
                                                                    del acogimiento (33,3%). Se muestra en la
                                                                    ilustración número 10.
                                                                        Las razones más frecuentes para el aco-
                                                                    gimiento son que los padres biológicos no
                                                                    pueden hacerse cargo del menor (146 casos,
      Ilustración 8. Estado civil del acogente principal
                                                                    52,9%), seguido por la ausencia de los pro-
                                                                    genitores (61 casos, 22,1%). En la ilustración
    La media de familiares que conviven con                         número 11 se muestran las distintas razones
el acogente principal es de 2,72, y la mediana                      que llevan al acogimiento.
2, con una desviación típica de 1,66, y un ran-
go entre 1 y 10 (ilustración número 9).                                                  10 3
                                                                                                                           Familia biológica

                                                                                                                           Familia extensa acogente
                                                                                35
                                                                                                                           Familia extensa no
 80
                                                                          14                                               Familia ajena
                                                                                                       114
                                                                     8                                                     Acogimiento residencial

 60                                                                                                                        Otros

                                                                                                                           Perdido
                                                                                       92
 40




 20


                                                                                 Ilustración 10. Residencia de procedencia
 0                                                                                         antes del acogimiento
        1        2   3        4   5   6     7   9    10
        Ilustración 9. Nº miembros de los acogentes


    La mayoría de los acogentes sólo tienen un
menor con medida de acogimiento (89,2%),                            140

aunque también se da el caso de que tengan                          120

2 (9,3%) ó 3 (1,5%).                                                100

Diferencias entre acogentes de familia                              80

extensa o ajena                                                     60

    Se ha comparado a los acogentes princi-                         40
pales de la familia extensa o ajena, para ver                       20
si se dan diferen­ ias significativas entre ellas.
                 c
                                                                     0
No aparecen diferen­ ias en ninguna de las
                        c                                                       Ausencia      Muerte     Incapacidad    Cesión       Maltrato
                                                                               progenitores progenitores   atender     voluntaria
variables consideradas: sexo, edad y profe-
sión del acogente principal (incluyendo que                                             Ilustración 11. Razones acogimiento
sean o no activos profesionalmente), así
como en el número de integrantes de la fa-
milia acogente.

                                                               16
Condiciones del acogimiento                                              Cambios de domicilio durante el expediente
   La mayoría de los acogimientos son
administra­ ivos (193 casos, 69,9%), sin des-
          t                                                                  Por regla general, los menores en acogi-
amparo (187 ca­ os, 67,8%) y no remunerados
                s                                                        miento sue­en estar en una sola familia de
                                                                                      l
(228 casos, 82,6%). En la siguiente tabla se                             acogida, siendo poco frecuente que cambien
puede ver la frecuencia de aparición combi-                              cuando están dentro del régimen de acogi-
nada estas variables.                                                    miento, como se muestra en la tabla número
                                                                         4. Es más, en algunos casos (19), el acogimien-
Tabla 3. Tipo de acogimiento                                             to no supo­ e más que una formalización de
                                                                                     n
                                          Remunerado        Total        una situación de hecho, pues siempre han
 Tipo de acogimiento
                                          si      no                     vivido con la familia extensa, generalmente
 Administrativo        Desamparo     sí      9       51       60
                                                                         los abuelos. Sin embargo, alrededor de una
                                     no   16        117      133         cuarta parte (23,5%) cambia de domicilio
                      Total               25        168      168         más de una vez, estando bajo medida de aco-
 Judicial              Desamparo     sí    4         21       25         gimiento, con todo lo que ello implica en su
                                     no   17         36       53         adaptación y bienestar.
                      Total               21         57       78
                                                                         Tabla 4. Nº cambios residencia entre inicio y fin
Hermanos acogidos                                                        expediente
                                                                                           Frecuencia             &        % válido    % acumulado
   Es frecuente que el acogimiento abarque a                              0                        19           6,9             7,3            7,3
más de un hermano. De hecho, aunque en la                                 1                      176           63,8           67,7            75,0
mayoría de los expedientes estudiados sólo
                                                                          2                        50          18,1           19,2            94,2
hay un hijo en acogimiento, casi en la mitad
                                                                          3                        13           4,7             5,0           99,2
de los expedientes revisados (41,8%) había
                                                                          4                            2        0,7             0,8          100,0
más de un hermano en situación de acogi-
                                                                          Total                  260           94,2          100,0
miento simultáneamente, como se puede ver
en la ilustración número 12. Además, aunque                               Perdidos                 16           5,8

ya hubieran finalizado su acogimiento, en 11
de los expedientes, uno o más hermanos del                                   La última residencia en la que estaba alo-
actual niño en acogimiento también habían                                jado el menor al finalizar el acogimiento era
estado sometidos a esta medida.                                          en su mayoría en familia extensa (223 expe-
                                                                         dientes, el 80,8%), como se puede apreciar en
                                                                         la ilustración número 13.
                                                                              250
                                                          Ninguno
                  4        7                              1
                                                                              200
                       3                                  2
             36                                           3                   150
                                                          4
                                                          Perdido             100



                                   153                                        50


            73                                                                 0

                                                                                     Familia extensa       Familia ajena      Acogimiento
                                                                                                                               residencial

                                                                         Ilustración 13. Ultimo acogimiento al finalizar expediente



 Ilustración 12. Hermanos del menor en acogimiento
                                                                         Razones del cierre del expediente
                   simultaneamente                                          Prácticamente la mitad de los expedientes
                                                                         se cierran por haber alcanzado la mayoría de
                                                                         edad (131 casos, 47,5%), seguidos por reinte-
                                                                    17
gración familiar (84 casos, 30,4%). El menor                                                                                      DISCUSIÓN
pasa a centro en 36 expedientes (13%). Los
datos se muestran en la ilustración nº 14.                                                                                            La primera reflexión que se plantea, a la
                                                                                                                                  luz de los datos, tiene que ver con la edad del
                                                                                                                                  menor cuando se produce el acogimiento,
                                                                                                                                  pues se observa que los niños se ven some-
125
                                                                                                                                  tidos a situación de acogimiento a lo largo
100                                                                                                                               de todas las edades, desde bebés que aún
                                                                                                                                  no han cumplido el año, hasta jóvenes de 17
 75
                                                                                                                                  años. Sin embargo, la edad del cierre del ex-
 50                                                                                                                               pediente más frecuente es a los 18 años, lo
                                                                                                                                  que supone que el acogimiento, sea cual sea
 25
                                                                                                                                  su régimen, temporal o definitivo, acaba por
     0                                                                                                                            suponer una medida que finaliza en la mayo-
           Mayoría       Reinte-      Paso a  Acog    Renuncia Nomb. Cambio Adopción                              Otros
            edad         gración      centro preadop. acogente tutor acogente                                                     ría de edad del acogido, siendo a la postre,
         Ilustración 14. Razones de cierre del expediente                                                                         más frecuente que la reunificación familiar,
                                                                                                                                  que es el objetivo final de la medida de aco-
                                                                                                                                  gimiento. Por tanto, y en aras de conseguir la
   El porcentaje de reunificación familiar en-                                                                                    mejor situación para el menor, hay que cuidar
contrado en este estudio está dentro de los                                                                                       especialmente el hogar de acogida, evitando
márgenes de otros estudios que han contem-                                                                                        en lo posible que se den cambios de acogi-
plado este dato: El Programa de Tratamiento                                                                                       miento a lo largo de la infancia, que sólo po-
a Familias con Menores, de la Diputación de                                                                                       drán ir en perjuicio del niño. Un corolario de
Sevilla, con una media 28,56% de reunifica-                                                                                       esta conclusión es que hay que prestar un ex-
ciones familiares y el 35% recogido por Amo-                                                                                      quisito cuidado a las familias acogentes, tan-
rós, Palacios, Fuentes, León y Mesas (2004).                                                                                      to en lo que respecta a su idoneidad, como
                                                                                                                                  en el apoyo que se le debe dar, para asegurar
Duración del acogimiento                                                                                                          que la medida cumpla el propósito de cubrir
   La duración media en que el menor se en-                                                                                       eficientemente las necesidades totales del
cuentra en acogimiento familiar, contando                                                                                         menor. Se ha observado la importancia de
desde la edad que tenía al inicio hasta la edad                                                                                   las redes sociales para un mejor funciona-
del cierre del expediente es de 5,64 años, con                                                                                    miento de los acogentes, lo cual incluye tam-
mediana de 5 años, desviación típica de 3,98,                                                                                     bién una buena relación con la Institución
y un rango entre 0 y 17 años. La distribución                                                                                     gubernamental encargada de la medida de
de los valores es multimodal, teniendo su fre-                                                                                    acogimiento (Triseliotis, Borland y Hill, 1998;
cuencia máxima (30 observaciones) en 2 y 3                                                                                        Fisher, Gibbs, Sinclair y Wilson, 2000), uno de
años.                                                                                                                             los aspectos en los que habría de redundar
                                                                                                                                  en futuras investigaciones.
40
                                                                                                                                      En segundo lugar, cabe resaltar es que la
                                                                                                                                  población infantil en régimen de acogimien-
30
                                                                                                                                  to familiar está relativamente libre de proble-
                                                                                                                                  mas, tanto físicos como psicológicos, lo cual
20                                                                                                                                no es poco si tomamos en cuenta las duras

10
                                                                                                                                  5 No obstante, no hay que olvidar que una medida de
                                                                                                                                  acogimiento no siempre es tan dramática; muchas veces, los
 0                                                                                                                                abuelos, por razones diversas, se han hecho cargo del menor
         ,00   ,30   1,00 2,00 2,80 3,00 3,10 4,00 5,00 6,00 7,00 8,00 8,40 9,00 10,00 11,00 12,00 13,00 14,00 15,00 17,00
                                                                                                                                  desde el nacimiento y han asumido todas las funciones
               Ilustración 15. Duración del acogimiento                                                                           parentales.

                                                                                                                             18
situaciones familiares que, en muchos casos5,          se encuentra presente cuando se produce la
han tenido que vivir los menores. Ello permi-          medida de acogimiento, y el padre tiende a
te reorganizar adecuadamente los recursos              ser conocido y haber reconocido al menor, si
institucionales, pues cabe sugerir que los es-         este es fruto de una relación fuera del matri-
fuerzos de los educadores se centren más en            monio. Tanto padre como madre presentan
estos casos que en los que se desarrollan de           problemas de diverso tipo, siendo el más
forma adecuada.                                        frecuente el consumo de drogas o alcohol.
    Un comentario parece adecuado aquí. En             Además, es bastante común que más de un
este trabajo se han trascrito textualmente las         hermano se encuentre en acogimiento en
conceptualizaciones que aparecen en los ex-            el mismo espacio temporal. Obviamente, la
pedientes para designar los problemas que              dificultad de los padres de hacerse cargo del
afectan a los menores. En algunos casos, no            menor se extiende a todos sus hijos, por regla
corresponden a ningún criterio diagnóstico,            general, aunque no siempre es el caso.
tales como el Manual Diagnóstico y Estadísti-              El perfil del acogente que surge de este
co de los trastornos mentales (DSM-IV-TR) de           estudio es una abuela, en la cincuentena,
la Asociación Psiquiátrica Americana (2002)            que se dedica a una profesión relacionada
o la Clasificación Internacional de Enferme-           con el área de servicios, está casada y vive en
dades: Trastornos mentales y del comporta-             familia, compuesta por dos o más miembros,
miento (CIE-10) de la Organización Mundial             teniendo un solo menor en acogimiento.
de la Salud (1992). Utilizar cualquiera de                 Con respecto a los acogentes, nuestros
estas categorizaciones estandarizadas sería            datos no avalan los hallazgos que aparecen
aconsejable, para garantizar una terminolo-            recogidos en la literatura, en el sentido de di-
gía común.                                             ferencias entre familia extensa y ajena (Scar-
    Ahora bien, cabe preguntarse si la baja            nnapieco y cols, 1997, Cud¬deback y Orme,
incidencia de problemas es real, o bien, al            2002; Scannapico y Hegar, 2002; Sykes, Sin-
no ser un dato de obligada inclusión en los            clair y Gibas, 2002), en ninguna de las varia-
expedientes, pudiera no haberse incluido,              bles incluidas en el estudio.
aunque el menor padeciera estos problemas.                 Finalmente, el tipo de acogimiento más
Esto es más probable que ocurra en los más             frecuente es administrativo, no remunerado
antiguos, pues se han consultado expedien-             y sin desamparo.
tes abiertos desde la década de los ochenta,               En conclusión podemos señalar que, den-
y se ha podido observar que la forma de tra-           tro del intervalo estudiado, la medida de
bajo de los técnicos ha ido evolucionando              acogimiento ha funcionado bien, debido a
hacia una mayor sistematización. Evidente-             que el menor suele mantenerse en la misma
mente, es preciso un estudio mucho más en              familia hasta la mayoría de edad, cuando no
profundidad, tomando en cuenta áreas tales             se culmina en la reunificación familiar. Esto,
como desarrollo físico y autonomía, desarro-           como hemos señalado, redunda en la estabi-
llo cognitivo, emocional y social y rendimien-         lidad del menor y permite que su desarrollo
to escolar, al estilo del realizado por Amorós,        se realice en condiciones óptimas.
Palacios, Fuentes, León y Mesas (2004), estu-              El trabajo aquí presentado no es más que
diando familias canguro, a ser posible, con un         la descripción de la realidad en el intervalo
diseño antes–después del acogimiento, para             temporal estudiado. No obstante, para po-
poder determinar los efectos que la medida             der llegar a conclusiones más prácticas, es
de acogimiento ha tenido sobre esas áreas              preciso analizar qué factores parecen rela-
del desarrollo infantil.                               cionarse tanto con una finalización feliz del
    La familia biológica del menor, en gene-           acogimiento, a través de la reunificación, así
ral, carece de un núcleo constituido, aunque           como la otra cara de la moneda: qué aspec-
también en la mayoría de los casos la madre            tos pueden permitir predecir el fracaso en

                                                  19
acogimiento, esto es, cuando el menor debe                               tive services. Child and Adolescent Social Wrk
abandonar la familia de acogida antes de su                              Research, 19(4), 315-327.
mayoría de edad, cuando la reunificación fa-                        -	   Scarnnapieco, M., Hegar, R.L. y McAlpine, C.
                                                                         (1997) Kinship care and foster care: A compa-
miliar no es posible.
                                                                         rison of characteristics and outcomes. Families
   Estos aspectos han sido objeto de otros                               in Society: The Journal of Contemporary Human
estudios y no ha sido objeto del estudio pre-                            Services, 78(5), 480-488.
sentado anteriormente.                                              -	   Sykes, J., Sinclair, I, Gibas, I. y Wilson, K. (2002)
                                                                         Kinship and stranger foster carers: How do
                                                                         they compare? Adoption & Fstering Journal, 26
REFERENCIAS                                                              (2), 38-48.
                                                                    -	   Triseliotis, J., Borland, M. y Hill, M. (1998) Fos-
-	   Amorós, P., Palacios, J., Fuentes, N., León E. y                    ters careers who cease to foster. Adoption and
     Mesas, A. (2004) Familias canguro. Una expe-                        Fostering, 22(2), 54-61.
     riencia de protección a la infancia. Barcelona:
     Fundación La Caixa.
-	   Amorós, P. y Palacios, J. (2004) Acogimiento fa-
     miliar. Madrid: Alianza Editorial.
-	   Asociación Psiquiátrica Americana (2002)
     Manual de Diagnóstico y Estadísticode los tras-
     tornos mentales (DSM-IVT-R). Madrid: Masson.
     Brooks, S.L., Shookhoff, A.J. y Richards, C.M.
     (2005) A better option? Tennessee Bar Journal,
     41(3), 16-23.
-	   Chapman, M.V. Wall, A. y Barth, R.P. (2004)
     Children’s voices: The perceptions of children
     in foster care. American Journal of Orthopsy-
     chiatry, 74 (3), 293-304.
-	   Cuddeback, G.S. y Orme, J.G. (2002) Training
     and services for kinship and nonkinship foster
     families. Child Wlfare League of America, 81(6),
     879-909.
-	   Fisher, T., Gibbs, I., Sinclair, I. y Wilson, K. (2000)
     Sharing the care: The qualities sought of social
     workers by foster carers. Child and Family So-
     cial Work, 5,225-233.
-	   Lorkovich, T.W., Piccola, T., Groza, V., Brindo,
     M.E. y Marks, J. (2004) Kinship care and perma-
     nence: Guiding principles for policy and prac-
     tice. Families in Society: The Journal of Contem-
     porary Human Services, 85(2), 159-164.
-	   Organización Mundial de la Salud (1992) Cla-
     sificación Internacional de Enfermedades: Tras-
     tornos mentales y del comportamiento (CIE-10).
     Madrid: Meditor.
-	   Programa de tratamiento a familias con me-
     nores. Diputación de Sevilla. En: http://www.
     dipusevilla.es/dipusevilla/export/             site/co-
     tents/Documentos/124351/124387/atta-
     chs/125375/normal/Memoria_TRATAMIEN-
     TO_FAMILIAR_2005.pdf [02/04/2007]
-	   Scarnnapieco, M.y Hegar, R.L. (2002) Kinship
     care providers: Designing an array of suppor-



                                                               20
MARCO DE REFERENCIA DE LOS PROGRAMAS DE COMPETENCIA
    PSICOSOCIOEDUCATIVA DE JUSTICIA JUVENIL EN LA COMUNIDAD
    AUTÓNOMA DE CANARIAS

   Manuel De Armas Hernández 1
   José Luís Arregui Sáez
   Agustín López Martínez

Resumen:
La necesidad de una especialización de la intervención en justicia juvenil pone de relieve que al interve-
nir hemos de basarnos en programas y líneas de trabajo contrastadas empíricamente, tal y como nos
refleja los trabajos de Spivack y Shure (1974) con el déficit de destrezas interpersonales; Roos, Fabiano y
Ewles (1982) en el programa R & R; Segura Morales (1992, 2004) con programas cognitivos de habilida-
des sociales; Garrido Genovés y López (2005) con el programa de pensamiento prosocial.

Palabras claves: modelo cognitivo, competencia social, pensamiento prosocial, delincuencia juvenil,
tutoría de jóvenes.




Antecedentes
    En la década de los 70 y 80, surge con fuer-         delincuentes que tendrán presente en el di-
za la idea de la rehabilitación del delincuente          seño de los programas de intervención cog-
tanto en Estados Unidos como en Canadá y                 nitivos y que son los siguientes:
después de publicaciones en las que se revi-             1.	 Pensamiento Causal, es la capacidad de
saban los programas y tratamientos basados                   determinar la raíz o causa de un proble-
en una revisión meta-analítica, pues con an-                 ma. Quienes no tienen este pensamiento,
terioridad a dichas décadas el fracaso de la                 atribuyen todo a la causalidad o a la mala
rehabilitación se había extendido basado en                  suerte, o se quedan sin palabras ante un
estudios con problemas metodológicos y con                   problema interpersonal.
inadecuados diseños de investigación. Esta               2.	 Pensamiento Alternativo, es la habilidad
idea de rehabilitación se aleja de una visión                cognitiva de imaginar el mayor número
punitiva e incorpora las características perso-              de posible soluciones para un problema
nales de los sujetos susceptibles de interven-               determinado.
ción, el tipo de programa y el ambiente en el            3.	 Pensamiento Consecuencial, es la capaci-
que tiene lugar la intervención, de esta forma               dad cognitiva de prever las consecuencias
se inicia una nueva línea de trabajo en la que               de un hecho; supone pensar y prever lo
diversos autores (Spivack y Shure, 1974; Ross,               que probablemente pasará, si hago esto,
Fabiano, y Ewles, 1982) coinciden al seleccio-               o si le digo esto a tal persona.
nar los rasgos que caracterizan a los progra-            4.	 Pensamiento en Perspectiva, es la habili-
mas que funcionan diferenciándolos de los                    dad cognitiva de ponerse en el lugar de
que no afloran resultados positivos.                         otro, es comprender por qué piensa así
    Spivack y Shure (1974) encuentran déficit                otra persona. Nos hace comprender mejor
de destrezas interpersonales en los jóvenes                  para perdonar, ayudar y también oponer-
                                                             nos con firmeza a quienes no tienen ra-
1 e-mail: mdearmas@dedu.ulpgc.es                             zón.

                                                    21
5.	 Pensamiento Medios-fin, supone saber                1.	 Impulsividad, reflejo de una evidente falta
    trazarse objetivos, saber analizar los re-              de autocontrol.
    cursos con que se cuenta para llegar a ese          2.	 Externalidad, en tanto en cuanto no se
    objetivo.                                               sienten responsables de los que le sucede.
                                                        3.	 Razonamiento concreto, en la medida que
    Por otro lado, Ross, Fabiano, y Ewles (1982)            sólo comprenden aquello que pueden ver,
proponen el Programa: R & R, que hace refe-                 oír o tocar.
rencia a Razonamiento y Rehabilitación, que             4.	 Rigidez cognitiva, su pensamiento es in-
se ha de llevar a cabo con grupos de cuatro                 flexible, rígido e intolerante, los que les lle-
a ocho componentes y con una duración de                    va a persistir en conductas desadaptadas.
80 a 120 horas. Se han de utilizar técnicas             5.	 Resolución cognitiva de problemas inter-
que sean altamente agradables para indivi-                  personales, aspecto relacionado con la
duos antisociales porque los delincuentes no                falta de capacidad para detectar y definir
son fáciles de motivar, y frecuentemente se                 un problema, encontrar posibles causas y
muestran muy negativos ante la terapia o la                 pensar soluciones alternativas y sus con-
escuela, dicho programa fue mejorado por                    secuencias.
Roos y Ross (1995), Ross, Antonowicz y Dha-             6.	 Egocentrismo, ven el mundo desde su
liwal (1995) y Garrido Genovés (2003) en el                 propio punto de vista.
programa de Pensamiento Prosocial, versión              7.	 Valores, ausentes o precarios.
corta para jóvenes (PPS-VC).                            8.	 Insuficiente capacidad crítica, predomi-
    También Ross (1992) se preguntó ¿Cuá-                   nando el pensamiento irracional y carente
les son las características esenciales de los               de autocrítica.
programas efectivos? Existen varias, pero
una destaca claramente, que todos ellos                 Aparición de los programas
eran multifacéticos, multimodales, comple-
                                                        cognitivos en España
jos. Utilizaban varias técnicas diferentes de
intervención. Por otro lado, los programas                  	 Los programas cognitivos tienen su apa-
efectivos simples compartían una caracte-               rición a finales de los 80, aplicándose tanto a
rística común: incluían alguna técnica de la            la delincuencia de adultos, a la delincuencia
que cabía esperar algún impacto en el pen-              juvenil, como a la población en riesgo y las
samiento del delincuente. En definitiva, los            experiencias las podemos encontrar en la
programas efectivos incluían como objeto de             obra de López, Garrido y Ross (2001) y en Ló-
intervención no solamente el ambiente del               pez y Garrido (2005).
delincuente, o su familia, o sus sentimientos,              Segura Morales (1992) lleva a cabo dife-
o su conducta, o su educación o sus destrezas           rentes cursos dirigidos a profesionales del
vocacionales, sino también su cognición: su             campo de la educación formal y de la educa-
razonamiento, su comprensión, .... Y lo que es          ción no formal, orientados al entrenamiento
más importante: les enseñaban cómo com-                 cognitivo y a la enseñanza de las habilidades
prender los pensamientos y sentimientos                 sociales en todo el archipiélago canario entre
de otras personas. La investigación reveló              los años 1988 y 1991, para la aplicación en
un cuerpo sustancial de estudios empíricos              infancia y juventud normalizada y de riesgo.
que indicaban que muchos pero no todos los              En dichos cursos para el aprendizaje de las
delincuentes evidenciaban retrasos evoluti-             habilidades sociales se siguió el método es-
vos en la adquisición de diversas destrezas             tructurado de Godstein, Sprafkin, Gershaw y
cognitivas, (Garrido Genovés y Piñana, 1996)            Klein (1989), también se aplicó el CORT1 de
destrezas que son esenciales para la adapta-            De Bono (1985) y el TIPS de Platt y Duome
ción social y de los déficits encontrados, se           (1981).
destaca:

                                                   22
Entre los años 1987 y 1992, (López, Her-               Redondo Illescas, Sánchez-Meca y Garrido
nández y Martín, 1993; Martín, López y Her-               Genovés (2002) revisan los programas psico-
nández, 1994 y Martín y Hernández, 1999)                  lógicos europeos sobre delincuencia por me-
llevan a cabo en colaboración con el Fondo                dio de un meta-análisis de 26 programas, ob-
Europeo, Gobierno de Canarias y la Universi-              teniendo una estimación de la efectividad de
dad de La Laguna, entre otras instituciones,              los programas, que es en promedio de r=0.21.
en las prisiones de Tenerife y de Gran Canaria            De manera más concreta, los grupos de trata-
los siguientes programas:                                 miento obtuvieron una tasa de reincidencia
•	 PEI (1987-1990). (Programa de Educación                del 39.5%, 21 puntos por debajo de la tasa
    Integral). Tenerife.                                  del 60.5% obtenida por los grupos de control
•	 PEIRS (1989-1992). (Programa de Educa-                 no tratados. Además, algunas tipologías de
    ción Integral y Reinserción Social). Tenerife.        programas (especialmente educativos, con-
•	 HOPECAN I y II (1994-1999). (Programa                  ductuales y cognitivo-conductuales) fueron
    Horizon Penitenciario de Canarias). Tene-             claramente más efectivas que el promedio.
    rife y Gran Canaria.
                                                              Por otro lado, Garrido Genovés, Morales
   De los programas existentes que funcio-                y Sánchez-Meca (2006) examinan los resul-
nan (Redondo, 1994; Lipsey, 1995; Garrido                 tados de la mejor evidencia empírica dis-
Genovés y Martínez, 1997; Redondo, Sánchez                ponible con respecto a la efectividad de los
y Garrido Genovés, 2001; Becedóniz y Rodrí-               programas de tratamiento implementados
guez, 2004), que tienen éxito en prevenir los             en centros cerrados o prisiones juveniles
comportamientos antisociales y en disminuir               para prevenir la reincidencia de delincuentes
de modo significativo la reincidencia, de ellos           juveniles graves (violentos y habituales), en
destacamos los siguientes aspectos:                       edades comprendidas entre los 12 y los 21
•	 Analizan cuidadosamente las capacidades                años. Se revisan 30 estudios experimentales
   cognitivas, afectivas y conductuales, ajus-            y cuasiexperimentales, con un total de 2.831
   tando la intervención a las necesidades.               jóvenes en los grupos de tratamiento y 3.002
•	 Están bien estructurados, tienen un so-                en los grupos de comparación. El tamaño del
   porte para la evaluación y se basan enla               efecto global en términos de reducción de
   línea cognitivo-conductual.                            la reincidencia fue de d = 0.14 a favor de los
•	 Relacionan el trabajo con las estrategias              grupos tratados, lo que supone una reduc-
   de vida, con técnicas de modelado y role-              ción de la reincidencia del 7%, en donde los
   playing.                                               métodos cognitivos conductuales fueron los
•	 Es intensivo, con contactos semanales,                 más efectivos.
   incluyendo un programa individualizado;
   con reglas claras de conducta positiva y               Aplicaciones
   negativa, apareciendo un feedback sobre
   su comportamiento.                                         A continuación describimos diferentes
•	 Los profesionales son referentes positi-               programas que pensamos que pueden ser
   vos.                                                   referentes para la intervención con menores
•	 Son multimodales, con estrategias de in-               y jóvenes de justicia juvenil:
   tervención plurares: formación profesio-
   nal, cultura general y habilidades sociales,           A.	 El programa de Pensamiento Prosocial en
   incluyendo la intervención familiar grupal                 Entornos Educativos (Garrido Genovés y
   e individual.                                              López, 2005), intenta responder a una se-
•	 Es necesario que el programa ayude al                      rie de carencias en competencia social en
   joven en su casa y barrio, para prevenir la                donde los menores y jóvenes lo reflejan
   recaída.                                                   de diferente forma:
                                                          •	 Disrupción en el aula
                                                     23
•	 Relaciones agresivas entre iguales                      físicos, tercera edad, drogodependientes,
•	 Agresividad hacia los profesionales                     escolares, menores en protección y justi-
•	 No respeto de las normas en el centro                   cia juvenil, ...), ya que son una base para la
                                                           correcta adaptación al medio.
   El programa se compone de siete módulos
repartidos en 32 sesiones, siendo la frecuen-              Los programas de habilidades de vida
cia de las sesiones dos semanales:                      pueden incluir diferentes áreas de actuación:
•	 Módulo 1. Nos conocemos (1 sesión)                   •	 Entrenamiento en destrezas de auto-cui-
•	 Módulo 2. Conociendo el cómic (2 sesio-                 dado.
   nes)                                                 •	 Conocimiento y utilización de recursos y
•	 Módulo 3. Habilidades de comunicación                   servicios.
   (3 sesiones)                                         •	 Técnicas de búsqueda de empleo.
•	 Módulo 4. Autoconocimiento emocional                 •	 Planificación y uso del tiempo de ocio.
   (6 sesiones)
•	 Módulo 5. Resolución de problemas (6 se-                Las características fundamentales de este
   siones)                                              programa son:
•	 Módulo 6. Habilidades sociales (11 sesio-            •	 Los conocimientos son eminentemente
   nes)                                                    aplicados y aplicables para el joven.
•	 Módulo 7. Desarrollo de valores (3 sesio-            •	 Las informaciones que se presentan son
   nes)                                                    fundamentalmente útiles para el usuario.
                                                        •	 Se tratan cuestiones fundamentales como
   Dentro de cada módulo aparece:
                                                           la utilización de recursos y servicios del
•	 El objetivo
                                                           medio ambiente del usuario, búsqueda y
•	 La duración de la sesión (50 minutos
                                                           mantenimiento de empleo, planificación
   aproximadamente)
                                                           y uso del tiempo libre, toma de decisiones
•	 El contenido
                                                           de manera responsable, la publicidad y el
•	 Los materiales
                                                           consumo responsable...
                                                        •	 El tiempo estimado de cada sesión está
B.	 Programa de Competencia Psicosocial
                                                           entre 45 y 60 minutos.
    “Jabato”: Habilidades de Vida (Fundación
    Diagrama, 2005).                                       Dado que las habilidades y estrategias que
	 El objetivo general es favorecer la inte-             se entrenan en este manual están orientadas
    gración social y laboral de la persona a            a mejorar la adaptación de la persona en su
    través de informaciones concretas y del             medio ambiente cotidiano, el perfil del joven
    aprendizaje de técnicas y habilidades para          que va a aprovechar con más éxito estas se-
    la mejora de la competencia social. Las             siones será:
    habilidades de vida son herramientas que            •	 Joven entre 16 y 23 años.
    van a ayudar a cualquier persona en su              •	 Cumpliendo una medida judicial pero
    integración social. Contribuyen también                próximo al cumplimiento de la medida o
    al desarrollo personal y laboral, y a la in-           próximo al reinicio de salidas del centro.
    corporación eficaz en el medio en el que            •	 Que ya haya superado otros módulos que
    se vive. Los programas de habilidades de               desarrollan la competencia social (princi-
    vida son aquellos destinados a reforzar y              palmente el módulo de resolución de pro-
    apoyar los cambios introducidos en los                 blemas y el de habilidades de vida).
    hábitos de comportamiento de la perso-
    na, y tienen como meta favorecer la inte-              El Programa Jabato se desarrolla en cua-
    gración sociolaboral y sanitaria. Estos pro-        tro áreas diferentes que están secuenciadas
    gramas se utilizan con todos los grupos             de forma que se vaya progresando en la in-
    de población (minusválidos psíquicos y              corporación de diferentes habilidades, que
                                                   24
favorecerán la integración social y laboral de              ta, espacial, cinética, música, intrapersonal
la persona. Estas áreas son:                                e interpersonal), en donde define la inte-
1.	 Área de Planificación del tiempo (Sesión 1              ligencia como la capacidad para resolver
    a 3). En esta área se introduce el concepto             problemas y crear productos. También se
    del tiempo objetivo (real) y subjetivo (per-            sigue el desarrollo de las cinco habilidades
    cibido), así como la importancia de saber               que Spivack y Shure (1974) habían consi-
    priorizar en función de él, organizarlo y               derado esenciales para relacionarnos:
    planificarlo. También se muestra y practica             pensamiento causal, alternativo, conse-
    aquí el uso de la agenda como herramien-                cuencial, de perspectiva y pensamiento
    ta para lograr estos objetivos.                         medios-fin.
2.	 Área de Toma de decisiones (Sesión 4 a              2.	 Razonamiento moral, sigue la línea de Kol-
    11). Se trabaja la importancia de tomar de              berg (1984) con la discusión de dilemas.
    forma correcta las decisiones a través del          3.	 La educación emocional, sigue la línea de
    entrenamiento de una técnica para hacer-                Goleman (1996) y Marina (1993), comple-
    lo, así como asumir la responsabilidad de               mentada con el entrenamiento en habi-
    la decisión tomada. Se practica la toma de              lidades sociales propuesto por Godstein
    decisiones ante diferentes temas, como                  (1989).
    el consumo responsable, el uso del ocio y
    tiempo libre o la emancipación.                     D.	 Programa de Tutoría de jóvenes de Cana-
3.	 Área de Información (Sesión 12 a 18). En-               rias (Gobierno de Canarias, 2006). Se hace
    trenamiento de la habilidad de pedir y                  a través de la colaboración de la Conseje-
    buscar información. También de mecanis-                 ría de Educación, Cultura y Deportes y la
    mos para búsqueda de información nece-                  de Bienestar Social del Gobierno de Cana-
    saria para una buena integración social.                rias. Las tutorías de jóvenes son acciones
    Además se aporta información relevante                  educativas específicas para jóvenes en
    para la vida en sociedad, como el uso de                situación de exclusión o dificultad social y
    los recursos del medio, el uso del dinero,              se encuadran dentro de los Programas de
    los recursos asistenciales, las acreditacio-            Garantía Social, con la característica espe-
    nes, etc.                                               cial de que están dirigidos a aquellos me-
4.	 Área de Formación y Trabajo (Sesión 19 a                nores y jóvenes que estén bajo el Modelo
    26). En esta área se pretende en primer lu-             de Responsabilidad Penal Juvenil. Tiene
    gar dar información acerca de alternativas              una concepción integral que incorpora un
    formativas y laborales. Además se aportan               amplio abanico de subprogramas.
    técnicas y herramientas para la búsqueda            1.	 Entrenamiento cognitivo y Competencia
    de empleo eficaz.                                       Social según la versión de Garrido Geno-
                                                            vés del R&R de Fabiano, y Ewles (1982).
C.	 Programa “Ser persona y relacionarse” (Se-          2.	 Formación Profesional de nivel 1
    gura Morales, 2004).                                3.	 Destrezas básicas educativas: lectoescritu-
	 Es un programa de Competencia Social,                     ra y matemáticas básicas
    donde la base de dicho programa sigue la            4.	 Otras habilidades de vida: educación
    línea de Ross y Fabiano (1985) que tiene                sexual, para la convivencia y acceso a re-
    por objetivo mejorar las relaciones inter-              cursos sociales
    personales, incorporando tres factores              5.	 Orientación laboral y acciones de inser-
    facilitadores de las relaciones interperso-             ción y acompañamiento una vez que el
    nales que son:                                          joven sale del centro de ejecución de me-
1.	 Entrenamiento cognitivo, sigue la línea de              didas judiciales.
    Gardner (1994, 2000) y su teoría de las in-
    teligencias múltiples (lingüística, abstrac-

                                                   25
Se aplica en los centros de ejecución de              aprenden a renunciar a su egocentrismo y a
medidas judiciales de Canarias e incorpora               su constante huida de la responsabilidad.
profesorado de la Consejería de Educación,                   	 Para finalizar, uno de los grandes retos
maestros de taller, educadores sociales y                que debemos afrontar los profesionales del
orientadores laborales.                                  ámbito de la justicia juvenil, es lograr que
                                                         el tratamiento de los menores y jóvenes se
Valoraciones                                             adapten a las directrices que las diferentes in-
                                                         vestigaciones tanto nacionales como interna-
    De lo descrito en páginas anteriores, con-           cionales han revelado como exitosas. No nos
sideramos que la reeducación e inserción de              cabe duda, que este es un proceso bastante
los menores y jóvenes con medidas judiciales             lento en el que debemos superar nuestro
se ha de llevar a cabo teniendo en cuenta las            desánimo, y para ello hemos de pasar de una
diferentes líneas de investigación y marcos              intervención en cantidad a una de calidad
teóricos conceptuales, queda claro que los               con planificación, organización y que evite la
programas han de estar unidos con el desa-               improvisación, es decir, hemos de ir hacia el
rrollo cultural formativo, la inserción laboral          campo de la formación y la intervención es-
y las competencias psicosociales, para conse-            pecializada, sin prisas; pero sin pausas.
guir una alta tasa de eficacia en los progra-
mas y con ello reducir la reincidencia en los
delitos.
                                                         Referencias
    	 Dado que el comportamiento antisocial,
ya de forma oportunista, transitorio o persis-           -	   De Bono, M. (1985). CORT 1: Abre Tu mente.
tente y presente en la vida usual de los me-                  Valencia: Universidad de Valencia.
nores y jóvenes con medidas judiciales, es               -	   Fundación Diagrama (2005). Programa de
                                                              competencia psicosocial: Jabato. Murcia: Edita
tan costoso para dichos menores y jóvenes,
                                                              Fundación Diagrama.
para sus familia, para los diferentes profe-             -	   Gardner, H. (1994). La mente escolarizada. Bar-
sionales que hemos de intervenir con ellos y                  celona: Paidos.
para las instituciones que tienen su compe-              -	   Gardner, H. (2000). La educación de la mente y
tencia, para la sociedad en general, se ha de                 el conocimiento de las disciplinas. Barcelona:
comprender que cada vez más los esfuerzos                     Paidos.
de tratamiento y la rehabilitación tengan una            -	   Garrido Genovés, V. (2003). Origen del progra-
fundamentación teórico-práctica que nos ha                    ma. Monográfico sobre competencia social.
                                                              Cuadernos de Pedagogía, 324, 44-54.
de llevar a asumir el modelo la responsabi-
                                                         -	   Garrido Genovés, V. y López, M. J. (2005). Ma-
lización y especialización, que nos refleja el                nual de intervención educativa en readap-
marco legal de nuestra intervención.                          tación social. (Vol.1 y 2). Valencia: Tirant lo
    	 En la actualidad, muchas de nuestras es-                Blanch.
peranzas están depositadas en los tipos de               -	   Garrido Genovés, V. y Martínez, M. (1997).
programas cognitivos y de habilidades de                      Pedagogía, delincuencia e inteligencia emo-
vida, pues no se trata de culpar a nadie, de                  cional. En V. Garrido Genovés y M. Martínez
que los menores y jóvenes con medidas ju-                     (Eds.), Educación social para delincuentes (pp.
                                                              19-86). Valencia: Tirant Lo Blanch.
diciales de perfil persistente y reincidente, le-
                                                         -	   Garrido Genovés, V. y Piñana, A. M. (1996). El
sionan gravemente su vida y la de los demás,                  modelo cognitivo aplicado a delincuentes
y frente a este desafío, nuestra respuesta ha                 institucionalizados: el pensamiento prosocial.
de ser la de darles herramientas cognitivas,                  Revista Complutense de Educación. 7 (2), 137-
personales y culturales, para que aprendan a                  156.
valorarse a sí mismo y a los demás, asumien-             -	   Garrido Genovés, V., Morales, L. A., y Sánchez-
do su responsabilidad penal y posicionándo-                   Meca, J. (2006). ¿Qué funciona con los delin-
se en el lugar de sus víctimas. Al tiempo que                 cuentes juveniles? Una revisión sistemática.
                                                              Psicothema, 3 (18), 661-619.

                                                    26
-	   Godstein, A.P., Sprafkin, R.P., Gershaw, N.J. y             -	   Redondo, S. (1994). El tratamiento de la delin-
     Klein, P.(1989). Habilidades sociales y autocon-                 cuencia en Europa: un estudio meta-analítico.
     trol en la adolescencia. Barcelona: Martínez                     Tesis doctoral, Universidad Central de Barcelo-
     Roca.                                                            na.
-	   Goldstein, A.P. (1989). Habilidades sociales                -	   Redondo, S., Sánchez, J. y Garrido Genovés, V.
     y autocontrol en la adolescencia. Barcelona:                     (2001). Crime treatment in Europe: A final view
     Martinez Roca.                                                   of the century and future perspectives. En
-	   Goleman, D. (1996). Inteligencia emocional.                      J. McGuire (Ed.), Offender rehabilitation and
     Barcelona: Kairós.                                               treatment: effective programmes & policies to
-	   Kohlberg, L. (1984). The Psychology of Moral                     reduce re-offending. Sussex, England: Wiley,
     development: moral stages and the life cicle.                    John & Sons.
     San Francisco: Harper and Row.                              -	   Roos, R (1992). Razonamiento y rehabilitación:
-	   Lipsey, M. (1995). What do we learn from                         un programa cognitivo para el tratamiento y
     400 research studies on the effectiveness of                     la prevención de la delincuencia. En Garrido
     treatment with juvenile delinquents? En J. Mc-                   Genovés y Montoro (Eds.), La reeducación del
     Guire (Ed.), What work: reducing reoffending                     delincuente juvenil: los programas de éxito.
     (pp. 63-78). Chichester: Wiley.                                  (pp.49-68). Valencia: Tirant Lo Blanch.
-	   López, A., Hernández, B. y Martín, A. (1993).               -	   Ross, R. Antonowicz, D y Dhaliwal, G. (Eds.)
     Aspectos críticos en la evaluación del entre-                    (1995). Going Straight. Ottawa, Canada: Air
     namiento en habilidades de resolución de                         Training and Publications.
     problemas interpersonales: un estudio con                   -	   Ross, R. y Fabiano, E. A. (1985). Time to think.
     delincuentes institucionalizados. En M., García                  A Cognitive Model of Delinquency Prevention
     (Comp.) Psicología Social Aplicada a los proce-                  and Offender Rehabilitation. Johnson City:
     sos jurídicos y políticos. Madrid: EUDEMA.                       Institute Social Sciences.
-	   López, M.J. y Garrido, V. (2005). Un modelo                 -	   Ross, R., Fabiano, E. A. y Ewles, C.D. (1982).
     para la prevención e intervención de la con-                     Reasoning and Rehabilitation. International
     ducta antisocial. En V. Garrido Genovés y M. J.                  Journal of Offender Therapy and Comparative
     López, (Eds.), Manual de intervención educati-                   Criminology. 32, 29-35.
     va en readaptación social, 2 (pp. 11-94). Valen-            -	   Ross, R.R. y Ross, R, D. (Eds.) (1995). Thinking
     cia: Tirant Lo Blanch.                                           Straight: The Reasoning and Rehabilitation
-	   López, M.J., Garrido, V. y Ross, R.R. (2001) (Eds.).             Program for Delinquency Prevention and
     El programa de pensamiento prosocial: avan-                      Offender Rehabilitation. Ottawa, Canada: Air
     ces recientes. Valencia: Tirant Lo Blanch.                       Training and Publications.
-	   Marina, J. A. (1993). Teoría de la inteligencia             -	   Segura Morales, M. (1992). El programa de
     creadora. Barcelona: Anagrama.                                   competencia psicosocial en las islas canarias.
-	   Martín, A. y Hernández, A. (1999). La eficacia                   En Garrido Genovés y Montoro (Eds.), La ree-
     de los programas de rehabilitación. En E. Sola,                  ducación del delincuente juvenil: los progra-
     J.M. Bethencourt, P. Matud y P. García (Comps.),                 mas de éxito. (pp.106-125). Valencia: Tirant Lo
     Implicaciones de la psicología criminal actual                   Blanch.
     (pp. 53-67). Granada: Editorial Comares.                    -	   Segura Morales, M. (2004). Ser persona y rela-
-	   Martín, A., López, A. y Hernández, B. (1994).                    cionarse. Madrid: Narcea.
     Evaluación de resultados en un programa de                  -	   Spivack, G. y Shure, M.B. (1974). Social adjuste-
     inserción social para delincuentes institucio-                   ment of young children: a cognitive approach
     nalizados. IV Conferencia Europea de Psicolo-                    to solving real-life problems. San Francisco:
     gía y Ley. Barcelona.                                            Jossey Bass.
-	   Platt, J. y Duome, M. J. (1981). TIPS: Training in
     Interpersonal Problem-Solving Skills. Philadel-
     phia: Hahnemann.
-	   Redondo Illescas, S.; Sánchez-Meca, J. y Ga-
     rrido Genovés, V. (2002). Los programas psi-
     cológicos con delincuentes y su efectividad:
     la situación europea. Psicothema. 14 (Supl),
     164-173.



                                                            27
Revista ipseds num_1web
LA CONDUCTA SUICIDA EN ADOLESCENTES SUS IMPLICACIONES
     EN EL AMBITO DE LA JUSTICIA JUVENIL

    Josep Moya i Ollé 1

Resumen:
Los comportamientos suicidas en adolescentes constituyen un serio problema de salud en los países
desarrollados. En éstos, el suicidio es la segunda causa de muerte en población joven, después de los
accidentes de circulación. Por otro lado, todo un conjunto de factores constituyen serias dificultades en
el manejo asistencial de estos adolescentes. En este artículo se revisan los aspectos clínicos más relevan-
tes así como los factores de riesgo haciéndose un especial énfasis en los factores sociales. Finalmente,
se realizan una serie de recomendaciones tanto en lo que atañe a la detección precoz de las conductas
suicidas como en lo que se refiere a los aspectos institucionales.

Palabras claves: suicidio, adolescentes, factores de riesgo.




INTRODUCCION
    Los suicidios y las tentativas de suicidio           afectiva, etc. En segundo lugar, la crisis de la
constituyen un problema grave de salud                   adolescencia supone el momento en el que
pública (Marcelli y Humeau, 2007) que com-               la neurosis más o menos latente del sujeto se
prende cuestiones características de la ado-             declara con cierta violencia o cierta urgencia.
lescencia. En efecto, cuestiones como el pa-             (Mannoni, 1986). Esto, además, puede com-
saje al acto, la impulsividad, el problema de            plicarse en aquellos sujetos con una estruc-
la muerte, la depresión, el ataque al propio             tura psicótica que puede haber permanecido
cuerpo y al marco familiar, son inherentes               silenciosa durante la infancia pero mostrarse
a este período de la vida denominado ado-                con toda crudeza a partir de la pubertad.
lescencia; concepto que hay que interpretar                  Momento de elegir, momento de urgen-
no sólo en clave neurobiológica sino, y esto             cia, ambas circunstancias colocan al adoles-
es quizá más relevante, en clave psicosocial.            cente ante una nueva situación que le obli-
Esto es así en la medida en que la adolescen-            gan a poner en marcha todo un conjunto de
cia, a diferencia de la pubertad, no es ajena al         mecanismos defensivos. Sin embargo, esos
marco histórico y social en el que se desarro-           mecanismos no siempre se dan o bien resul-
lla, en consecuencia, la adolescencia pone en            tan insuficientes para resolver la crisis de ma-
tela de juicio lo social y amenaza con crear un          nera satisfactoria.
conflicto de generaciones.                                   El suicidio y el intento de suicidio cons-
    La problemática del suicidio y del intento           tituyen las manifestaciones dramáticas del
de suicidio en la población adolescente no               fracaso del sujeto adolescente al enfrentarse
es tampoco ajena a la crisis que acompaña,               con ese nuevo mundo. En otras ocasiones,
de manera indefectible, a este período de la             el momento de la adolescencia comporta la
vida de todo sujeto. Esta crisis debe enten-             puesta en marcha, el inicio de un trastorno
derse bajo dos aspectos. En primer lugar, la             mental grave, por ejemplo, una psicosis es-
crisis del adolescente comporta el momento               quizofrénica. Así, se ha señalado por parte
en el que habrá de decidir su futuro, y ello en          de algunos autores que cierto número de es-
diversas áreas de la vida: laboral, formativa,           quizofrenias son la culminación de crisis de
1 e-mail: JMoya@tauli.cat                                la adolescencia que han sido impedidas, no

                                                    29
resueltas. Sin embargo, nos equivocaríamos              CONCEPTOS
si pensáramos que ambos fenómenos, el sui-
cidio y la tentativa de suicidio, por un lado; y            La palabra suicidio deriva del latín y se
los trastornos mentales, por otro, se pueden            compone de dos términos: sui, de si mismo, y
tratar de manera independiente, como si no              caedere, matar. Por tanto: matarse a si mismo.
tuvieran ninguna relación entre sí. Nada más            Las expresiones suicidio e intento de suicidio
lejos de la realidad, el suicidio y la tentativa        se refieren al deseo de buscar la muerte, que
de suicidio no son diagnósticos psiquiátricos,          en el primer caso se consigue y en el segundo
sino más bien síntomas psiquiátricos, esto es,          no.
elementos sígnicos de trastornos mentales.                  Sin embargo, las cosas no son tan simples
Suicidio y tentativa de suicidio pueden for-            en la realidad. En ocasiones, existen intentos
mar parte de diversos trastornos mentales,              de suicidio en los que la muerte no se ha con-
como se señalará más adelante; es lo que                sumado por casualidad. En cambio, en otros
ocurre en los casos de depresión mayor y de             casos la muerte ni se buscaba ni se pretendía
psicosis esquizofrénica, entre otros.                   remotamente.
    Por otro lado, los suicidios y los intentos             En general, la conducta suicida tiene un
de suicidio son fenómenos no ajenos a los               carácter episódico (Pfeffer, 2006), aunque no
marcos sociales en los que acontecen. Di-               deben olvidarse aquellos casos en los que la
chos marcos constituyen los factores sociales           conducta suicida tiene un carácter recidivan-
implicados, esto es, actúan como elementos              te. Un episodio de ideación o acción suicida
que pueden favorecer la emergencia de com-              puede ser agudo y breve, o bien puede durar
portamientos suicidas en tanto el sujeto pos-           varias horas o días. En general, ello depende-
moderno se enfrenta a un proyecto colectivo             rá de los factores psicopatológicos implica-
en el que naufragan muchas vidas, al verse              dos. Así, por ejemplo, un episodio de tenta-
traídas y llevadas por un vivir carente de sen-         tiva suicida en un sujeto melancólico puede
tido (Rojas, 1978).                                     durar varios días ya que es la consecuencia
    Finalmente, conviene resaltar que la idea           de una ideación delirante de indignidad que
de la muerte forma parte de la adolescencia;            persiste en el tiempo. En otros casos, como un
es consustancial al trabajo de subjetivación            trastorno adaptativo, la acción suicida tendrá
que lleva al sujeto a pensarse como tal, dife-          una duración más breve ya que se trata de un
rente de los demás, y a pensar acerca de sus            acto fuertemente reactivo.
pensamientos, es decir, acerca del sentido de               La ideación suicida consiste en pensa-
los mismos. Esta elaboración ocupa a mu-                mientos de matarse, planes sobre las cir-
chos adolescentes y les lleva, más tarde o más          cunstancias (dónde, cuándo, cómo) así como
temprano, a preguntarse sobre el sentido de             pensamientos sobre el posible impacto del
la vida. El enfrentamiento con la muerte se             propio suicidio en los demás (Shafer, Pfeffer y
vincula con las pérdidas que supone la meta-            Gutstein, 2003). Se trata de un fenómeno fre-
morfosis sexual (Tubert , 1982), pérdida de la          cuente en población adolescente cuya grave-
imagen de sí mismo, pérdida de la imagen de             dad y significación requieren de un adecuado
niño ideal, pérdida de los padres como sus-             entrenamiento por parte del profesional.
tento del ideal del yo infantil.
    La muerte, por tanto, es algo que ocupa             ASPECTOS CLINICOS
el pensamiento de los adolescentes, sin em-
bargo, no todos piensan en morir ni en sui-             Suicidio consumado
cidarse. Es aquí donde incidirán los factores               El suicidio consumado suele producirse
individuales y sociales, factores que se deben          más a menudo en los últimos años de la ado-
interpretar, en preciso decirlo, en términos de         lescencia. En muchos países industrializados,
facilitadores, pero no determinantes.                   el suicidio es la segunda causa de muerte en

                                                   30
población de edades comprendidas entre los                  Dos son las enseñanzas que se despren-
15 y los 24 años, siendo la primera los acci-           den. Por un lado, es claro que las conductas
dentes de circulación. Se ha señalado (Pfeffer,         suicidas tienen un trasfondo psicopatológico
2006) que en los niños y adolescentes las ta-           muy heterogéneo, que se debe articular con
sas de suicidios aumentaron entre los años              el contexto psicosocial y con la capacidad de
1979 y 1992, pero disminuyeron entre los                comunicación del individuo. Por otro, que
años 1998 y 1999. En Francia, el 7,9% del con-          muchos casos de adolescentes pre-suicidas
junto de fallecimientos por suicidio afectaba           pasan desapercibidos en los servicios asis-
a jóvenes de edades comprendidas entre los              tenciales o bien su gravedad no es apreciada.
15 y los 24 años. La mortalidad media por               Es aquí donde hay que poner el acento: en
suicidio en dicho período de edad es de 7,7             muchos casos, los actos suicidas han estado
por 100.000; en Estados Unidos, es de 1,5 por           precedidos de tentativas suicidas o bien de
100.000 a los 10-14 años y de 8,2 por 100.000           ideaciones suicidas o actos que suponen una
a los 15-19 años. La relación por sexos es de 8         situación de alto riesgo. No valorar de manera
varones por dos chicas. Los métodos usados              adecuada dichos actos comporta no apreciar
tienen un fuerte potencial letal: ahorcamien-           una situación de alto riesgo y, en consecuen-
to, armas de fuego, defenestración.                     cia, no adoptar las medidas oportunas para
    La relación de los actos suicidas (suicidios        su prevención.
consumados) con los trastornos psicopatoló-
gicos es muy clara. Así, en un estudio realiza-         Tentativa de suicidio
do por Marttunen, Aro, Henriksson y Lonnq-                  Si bien la frecuencia del suicidio tiende a
vist (1991) se pudo establecer que sobre 53             disminuir, no ocurre lo mismo con las tenta-
suicidios de adolescentes de 13-19 años, un             tivas de suicidio, que en población joven de
94% presentaba algún tipo de trastorno psi-             los países desarrollados tiende a aumentar
quiátrico. Desglosando por categorías diag-             en los últimos años. Se ha constatado que los
nósticas se obtuvieron los siguientes datos:            intentos de suicidio empiezan a producirse
51% tenían depresión; 26% alcoholismo y un              a la edad de 12 años, con un aumento de la
21% tenían trastornos adaptativos. Además,              incidencia que alcanza un pico a los 16-18
uno de cada tres suicidados presentaba un               años. El perfil típico en individuos que come-
trastorno de la personalidad. De ello se infie-         ten intentos de suicidio es el de una chica, de
re la importante correlación existente entre            edad entre los 15 y los 17 años, que lleva a
actos suicidas y trastornos mentales. De és-            cabo el intento ingiriendo una dosis pequeña
tos, los estados depresivos (depresión mayor,           o media de un analgésico o bien algún otro
trastorno adaptativo depresivo) resultan los            medicamento utilizado por algún miembro
más importantes. Debe destacarse, sin em-               de la familia. El acto tiene las características
bargo, la circunstancia de que una propor-              de un acto impulsivo, es decir, un acto esca-
ción considerable de los adolescentes que se            samente reflexionado, que aparece en el con-
suicidaron no habían recibido ningún tipo de            texto de un conflicto familiar o de pareja. Las
atención psicológica antes del acto.                    manifestaciones clínicas son la irritabilidad, la
    Se ha constatado, además que el suicidio            agitación, el comportamiento amenazador y
consumado puede producirse, entre jóvenes               un deseo de morir.
que ya tenían tendencias suicidas, a partir de              Tubert (1982) ha señalado dos tipos de
tener conocimiento del suicidio de otra per-            intentos de suicidio. El primero de ellos,
sona. El tratamiento que dan actualmente los            que los autores denominaron “maligno”, se
medios de comunicación a los actos suicidas             caracteriza por ser un acto impulsivo, muy
puede, en ocasiones, no ser el más adecuado             peligroso, vinculado con una estructura y un
ya que favorece los fenómenos de identifica-            proceso psicopatológicos que han marcado
ción, a los que tan proclives son los adoles-
                                                        la historia previa del individuo, y sin que se
centes.

                                                   31
puedan detectar factores desencadenantes                reconducir la situación, claro está, siempre
claros. Sobre este punto, sin embargo, debe             que ese entorno esté por la labor de hacerlo.
ponerse un interrogante ya que los factores
desencadenantes se pueden localizar, siem-              FACTORES DE RIESGO SUICIDA
pre que se les busque con la suficiente aten-               Muchos son los factores de riesgo suici-
ción. Este tipo de acto se caracteriza, además,         da en los adolescentes. Desde el provenir de
por comportar una ruptura del vínculo con               medios familiares desestructurados hasta
la realidad, con el entorno, con los otros. No          la presencia de trastornos psicopatológicos
hay, por tanto, una llamada al otro, no hay             como la depresión o el abuso de sustancias,
una petición de ayuda.                                  sin olvidar la exposición a situaciones de ries-
    El segundo tipo, el “benigno”, se caracte-          go suicida, como es el caso de haber tenido
riza por tratarse de un acto compulsivo, de             problemas con la justicia, todos ellos consti-
menor peligrosidad, de características reacti-          tuyen un campo heterogéneo que conviene
vas ante situaciones de cambio o pérdida, en            revisar.
un contexto clínico de tono depresivo. Aquí,                Estos factores pueden clasificarse en tres
no hay ruptura de vínculo con la realidad,              grandes grupos: a) individuales; b) familiares,
sino un intento – a veces desesperado – de              c) sociales.
re-establecer vínculos con los otros. Es una
petición de auxilio, que debe ser escuchada
                                                        A) Individuales
y atendida de manera adecuada.
    Los intentos de suicidio malignos se de-               Dentro de los factores individuales cabe
sarrollan, en la mayor parte de las ocasiones,          destacar los siguientes:
en la calle, sin testigos, lo que es indicativo         -	 Antecedentes de haber realizado ten-
de que el sujeto busca un lugar en el que                  tativas de suicidio anteriores. Algunos
no resulte posible ayudarlo. Por otro lado,                autores han señalado que aproximada-
la peligrosidad de los medios utilizados en                mente un 25 % de los adolescentes que
los intentos de suicidio malignos indica la                realizaron un intento de suicidio lo habían
búsqueda de la muerte como finalidad pri-                  realizado con anterioridad. La tentativa de
mordial. Esta prevalece sobre otras posibles               suicidio multiplica por treinta el nivel de
significaciones en juego.                                  riesgo (Marcelli y Humeau, 2007). Por otro
    En este mismo estudio se destacan las di-              lado, se considera también que el nivel de
ferencias entre los efectos en uno y otro tipo.            riesgo es mayor cuanto más joven es el
Así, después de un intento de suicidio malig-              suicida (Bobin y Sarfati, 2003).
no se produce un agravamiento de la tensión             -	 Patología psiquiátrica. Ya ha sido seña-
emocional y de la persistencia del deseo sui-              lado que una proporción muy elevada de
cida. Por el contrario, después de un intento              individuos suicidas presentan patología
de suicidio benigno lo que se produce es, a                psiquiátrica. Esta circunstancia también
menudo, un alivio de la tensión llegando a                 se cumple en población adolescente.
expresar el individuo un cierto arrepenti-                 Los estados depresivos, los trastornos de
miento de lo realizado.                                    ansiedad, el abuso de alcohol y de otras
    En general, en los casos benignos se pue-              drogas, los trastornos de la personalidad
de afirmar que algo ha ocurrido, algo se ha                y los trastornos psicóticos, son todos ellos
consumado, y ese algo promueve un cambio                   estados psicopatológicos que comportan
de dirección y de las perspectivas del sujeto.             un riesgo de conductas suicidas. Sin em-
A partir de ese momento sus relaciones con                 bargo, los más relevantes son las depresio-
el entorno – básicamente el entorno familiar               nes, cuya existencia eleva el riesgo suicida
– y las relaciones con los dispositivos asisten-           hasta un 27% con respecto a la población
ciales variarán y se darán las condiciones para            general. La esquizofrenia, clásicamente

                                                   32
citada como un factor de riesgo suicida                 habituales son los estados depresivos y el
   en población adulta, no desempeña el                    abuso de sustancias tóxicas. Estos datos
   mismo papel en población adolescente.                   son susceptibles de diversas interpreta-
   Ello puede ser debido, entre otras razones,             ciones. Se pueden interpretar en términos
   a que es precisamente en este período                   de vulnerabilidad determinada genética-
   cuando suele iniciarse por lo que no se                 mente, pero también pueden pensarse en
   suelen dan las condiciones que favorecen                términos del impacto que dichos trastor-
   el pasaje al acto suicida (por ejemplo, la              nos pueden ocasionar en el adolescente.
   toma de conciencia de las consecuencias                 Resulta claro que unos padres que se en-
   sociales que tiene el trastorno. El sujeto se           cuentran en una precaria situación perso-
   ve, de un día para otro, aislado de su en-              nal, que comporta para ellos mismos un
   torno, ve que ha perdido su lugar en la red             importante riesgo suicida, no van a poder
   social)                                                 ayudar a su hijo a enfrentarse con todo lo
-	 Factores biológicos. Es ya clásico citar                que la adolescencia supone, tal y como se
   cierto tipo de factores neurobiológicos                 ha explicado en la primera parte del artí-
   como los causantes o desencadenantes                    culo.
   de todo un conjunto de comportamien-                 -	 Antecedentes de tentativas de suicidio
   tos anómalos. En este contexto, los dese-               o de suicidio en los padres. Se ha consta-
   quilibrios en diversos sistemas de neuro-               tado que en el caso de muerte por suicidio
   transmisores ocupan un lugar destacado.                 de la madre o del padre el riesgo de tenta-
   En consecuencia, no resulta sorprendente                tiva de suicidio en el hijo adolescente se
   que también en el caso de los comporta-                 aumenta.
   mientos suicidas se hayan documentado                -	 Maltrato y abuso sexual. Se ha consta-
   ciertas disfunciones en los neurotransmi-               tado la existencia de correlación entre el
   sores. La más citada es la disfunción en                maltrato en la infancia y la conducta sui-
   el sistema serotonérgico. De hecho, la hi-              cida. Además, las conductas violentas en
   pótesis de un desequilibrio serotonérgico               el seno familiar, tanto si el adolescente es
   constituye uno de los principales argu-                 testigo de ellos como si es víctima, tam-
   mentos neurobiológicos del trastorno de-                bién presentan una correlación positiva
   presivo, la patología más suicidógena, sin              con los comportamientos suicidas.
   embargo, dicha hipótesis no ha podido                -	 Otros factores, como el divorcio o las re-
   ser verificada en población adolescente.                laciones entre los padres y los hijos ado-
   Quizá más precisa podría ser la correlación             lescentes pierden peso específico si se
   entre la desregulación de la serotonina y               tienen en cuenta tanto los factores psico-
   la respuesta impulsiva a un estrés (Mann,               patológicos asociados como los factores
   Waternaux, Haas y Malone, 1999). En este                de riesgo psicosocial.
   sentido, la correlación tendría más rela-
   ción con el factor impulsividad que con el           C) Factores sociales
   factor depresión.                                        En el apartado de los factores sociales re-
                                                        sulta obligada la referencia a la obra de Dur-
B) Familiares
                                                        keim, sociólogo francés que destacó el im-
   En el apartado de factores de riesgo inhe-           portante papel de los factores sociales en el
rentes a la familia se han citado los siguien-          desencadenamiento de conductas suicidas.
tes:                                                    Este autor resaltó en su libro El suicidio, de
-	 Existencia de trastornos psicopatoló-                1897, que el suicidio era un fenómeno mucho
   gicos en los padres. En los padres de                más social que psicológico, ya que, según él,
   adolescentes suicidas es frecuente en-               el hombre está desbordado por una realidad
   contrar trastornos psiquiátricos. Los más            circundante que es la colectividad en la que

                                                   33
está inmerso, quiéralo o no. En la monografía           bre que vive con su mirada en el horizonte,
citada, el autor señala la conocida influencia          en lo que ha de venir, ve, de pronto, deteni-
que tuvieron las crisis económicas sobre el             da su marcha hacia ese ideal, se encontrará
suicidio. Para ilustrarlo citó los casos de Vie-        con que no hay nada ni detrás ni delante de
na, ciudad que entre los años 1873 y 1874               él que le sirva de soporte. En consecuencia,
sufrió una crisis financiera cuyo correlato fue         el desencanto y la depresión pueden hacer
un incremento de los casos de suicidio del              mella en él. Esta es la hipótesis durkheimiana,
41% (referido a los casos de suicidio registra-         hipótesis que es preciso articular con otras
dos en 1874 y 1873). Sin embargo, el mismo              aportaciones. Así, Sennett (2006) plantea
autor añadió que dichos incrementos no se               que el hombre posmoderno debe hacer fren-
podían explicar simplemente por un empo-                te a diversos desafíos, el más importante es el
brecimiento de la población ya que ciertos              que se refiere a cómo desprenderse del pasa-
períodos de prosperidad podían también                  do. Se trata de un fenómeno característico de
acompañarse de incrementos en las tasas de              la época actual, marcada por las condiciones
suicidios. Para poder explicarlos, Durkheim             sociales de inestabilidad y fragmentariedad.
recurrió a la noción de anomia, concepto cla-           Es una época en la que los servicios presta-
ve de la sociología que, sin embargo, ha sido           dos en el pasado no garantizan al empleado
usado con significados diferentes. Así, en La           un lugar en la empresa. La noción de mérito
división del trabajo social, Durkheim concibe           ha entrado en crisis y en su lugar aparece una
la anomia como una ruptura de la solidari-              nueva versión de sujeto caracterizada por su
dad. La anomia, en esta primera acepción, es            habilidad y dresteza en poner entre parénte-
expresión de una crisis de diferenciación, que          sis las experiencias vividas. Se trata de asumir
es consecuencia de una división del trabajo             un yo orientado al corto plazo, centrado en la
coercitiva, que tiene una influencia disolven-          capacidad potencial. Un tipo de personalidad
te en la sociedad. Por tanto, en esta primera           que se asemeja más al consumidor que al
acepción la anomia sería un vacío de las re-            propietario que se aferra a lo que ya posee.
glas. En cambio, en la segunda acepción, la                 Nuestros adolescentes han de enfrentar-
que aparece en El suicidio, la anomia es con-           se, pues, a un nuevo marco social que les
cebida como el fracaso de la norma para re-             plantean unas exigencias que sólo unos po-
gular los comportamientos individuales. En              cos estarán en condiciones de asumir. Para
otras palabras, la anomia no sería el resultado         los adolescentes actuales, la idea de proyecto
de la ausencia de normas, sino el hecho de              tiene escaso o nulo sentido, de ahí que mu-
que éstas hayan perdido eficacia en la socie-           chos no puedan responder a la pregunta so-
dad (Manrique,2001). En este caso, la anomia            bre sus planes para el futuro. De hecho, ni se
se manifiesta como transgresión de normas               la plantean más allá de un ideal de felicidad
por parte de individuos que se resisten a ser           basado en el nivel económico pero con poca
integrados en la sociedad. La anomia expresa            inversión personal. Es esta configuración so-
la incapacidad del individuo para poner coto            cial la que constituye un marco que puede
a sus deseos y traduce la existencia de un tipo         favorecer los comportamientos suicidas, tal
de personalidad mórbida a la que da lugar la            como las historias de adolescentes que han
sociedad moderna.                                       realizado tentativas o suicidios consumados
    Para Durkheim (1971) el hombre que                  nos enseñan.
siempre lo ha esperado todo del porvenir,                   En este contexto social emerge un factor
que ha vivido con los ojos puestos en el futu-          que ha ido cobrando importancia en los últi-
ro, nada tiene en su pasado que lo consuele             mos años: el escolar. Las dificultades escola-
de las amarguras del presente, pues el pasa-            res, el llamado fracaso escolar y, sobre todo,
do sólo ha sido para él una serie de etapas             las situaciones de acoso moral en el ámbito
impacientemente atravesadas. Si este hom-               educativo, constituyen factores de riesgo de

                                                   34
comportamientos suicidas. El caso Jokin, el             trata de un acto suicida que sólo ha sido co-
adolescente de 14 años del pueblo de Hon-               municado de una manera muy indirecta.
darrabía, que se suicidó tras sufrir humillacio-            Sin embargo, esta recomendación general
nes y agresiones de sus compañeros, consti-             tiene excepciones: un individuo puede comu-
tuye una señal de alarma al tiempo que debe             nicar de manera directa su intención suicida
ser motivo de serias reflexiones sobre lo que           y llevarla a cabo como acto consumado. Es
ocurre en las aulas, reflejo muchas veces, de           lo que ocurrió en un centro de justicia juve-
lo que ocurre en el medio familiar. Más aún,            nil hace pocos años: un joven magrebí de 17
las aulas constituyen un marco complejo en              años comunicó de manera clara su intención
el que las demandas y expectativas de los               de poner fin a su vida si se llevaba a cabo su
diversos actores implicados (adolescentes,              repatriación. El acto suicida se consumó a los
padres y docentes) se entrecruzan de manera             dos días. Debe advertirse que ante la genera-
no armoniosa dando lugar, en bastantes oca-             lización de las amenazas suicidas, el equipo
siones, a desencuentros que pueden devenir              profesional puede tender a interpretarlas en
en serios conflictos (Moya, 2004).                      términos de “manipulación” y, en consecuen-
                                                        cia, puede no tomar demasiado en serio los
DETECCIÓN DE LOS COMPORTA-                              riesgos. Parece claro, no obstante, que es me-
                                                        jor pecar de prudencia aún corriendo el ries-
MIENTOS SUICIDAS
                                                        go de ser objeto de manipulación.
    La gravedad de los comportamientos                      Aunque los esquemas pueden pecar de
suicidas conlleva la necesidad ineludible               simplicidad, los siguientes puntos pueden
del diagnóstico precoz. Además, como ha                 servir de orientación al profesional (Byram,
sido señalado en diversos estudios (Shaffer ,           Gelenberg, Merriam y Wang, 2003):
Gould, Fisher, y otros, 1996), del 7 al 15% de          -	 La ideación, los intentos o planes suicidas.
los suicidados suele haber consultado en el             -	 El acceso a medios para suicidarse
mes que precedió al suicidio, y entre un 20             -	 La existencia de delirios de negación, de
y un 25% lo había hecho en el año anterior.                 ruina o de indignidad
Sin embargo, la experiencia clínica del día a           -	 La existencia de elementos alucinatorios
día indica que, a menudo, en las consultas                  de carácter imperativo
previas no se suelen detectar los indicios de           -	 El consumo de alcohol y otras sustancias
comportamientos suicidas. Además, ciertas                   tóxicas.
ideas ampliamente circulantes entre ámbitos             -	 La historia de intentos de suicidio anterio-
profesionales están impregnadas de prejui-                  res.
cios, uno de ellos, quizá el más relevante, es          -	 La historia familiar de suicidios o de inten-
el que se refiere a la comunicabilidad. Según               tos de suicidio
este prejuicio, el nivel de riesgo guarda una
correlación con la comunicabilidad: Si el su-              Todo ello se debe completar con una eva-
jeto realiza una comunicación indirecta de              luación de las circunstancias particulares del
la idea de suicidio el riesgo es mayor; por el          sujeto así como de sus posibilidades y de su
contrario, si el paciente comunica su idea de           motivación para pedir ayuda.
suicidio de forma directa el riesgo es menor.              En ocasiones, se dan comportamientos en
Esto puede cumplirse en algunas ocasiones,              forma de autolesiones como ingerir objetos
así, por ejemplo, un joven que ha sufrido una           metálicos o bien provocarse lesiones en los
crisis psicótica, que ha dejado como secuela            brazos y antebrazos con instrumentos cor-
un estado depresivo inherente a la toma de              tantes. Si bien estos comportamientos no
conciencia de lo que dicha crisis le ha aca-            constituyen por sí mismos comportamientos
rreado, puede realizar un acto suicida sin que          suicidas no es menos cierto que deben ser
haya comunicado previamente su idea. Se                 valorados como graves y jamás pueden ser
                                                        considerados banales. Debe advertirse que
                                                   35
en bastantes casos, los individuos pueden                           Wang (Eds.). Guías clínicas para el tratamiento
llegar a ingerir objetos muy peligrosos que                         de los trastornos psiquiátricos. (pp. 667-669).
pueden causar importantes hemorragias                               N.J.: Prince-Hall
                                                               -	   Durkheim, E. (1971). El suicidio. Buenos Aires.
internas. En una ocasión, un interno de un
                                                                    Shapire Editor.
centro de justicia juvenil ingirió dos hojas de                -	   Mann, J.J., Waternaux, C., Haas, G.L. y Malone,
afeitar provocándose una grave hemorragia                           K.M. (1999). Toward a clinical model of suicidal
en el tubo digestivo.                                               behavior in psychiatric patients. Ame J. Psychi-
                                                                    atry, 156, 181-189.
CONCLUSIONES                                                   -	   Mannoni, O. (1986). La crisis de la adolescencia.
                                                                    Barcelona: Gedisa.
    Los comportamientos suicidas en adoles-                    -	   Manrique, A. (2001). Algunas precisiones en tor-
centes constituyen una situación de extrema                         no al concepto de Anomia en Sociología. Perú:
gravedad que requiere la toma de medidas                            Ministerio de Justicia del Perú.
de carácter preventivo. Los centros de justicia,               -	   Marcelli, D. y Humeau, M. (2007). Suicidio y
en general, y de justicia juvenil, en particular,                   tentativa de suicidio en el adolescente. Psiqui-
constituyen contextos institucionales en los                        atría, 128, 1-12.
                                                               -	   Marttunen, M.J., Aro, H., Henriksson, M. y
que el riesgo de comportamientos suicidas
                                                                    Lonnqvist, J.K (1991). Mental disorders in ado-
es elevado. Esto es así debido a la convergen-                      lescent suicide. DSM-III-R axes I and II in sui-
cia de diversos tipos de factores de riesgo                         cides among 13 to 19 years old Finland. Arch
(trastornos psiquiátricos, consumos de sus-                         Gen Psychiatry, 48,: 834-839
tancias, factores sociales, factores inherentes                -	   Moya, J. (2004). Padres, adolescentes y do-
al propio marco institucional). La correcta                         centes. Los avatares de un encuentro difícil
valoración del riesgo de comportamientos                            aunque no imposible. Revista de Psicopatología
suicidas requiere preparación técnica y un                          y Salud Mental del niño y del adolescente, 3, 13-
                                                                    19.
sólido y articulado trabajo en equipo, marco
                                                               -	   Pfeffer, C. R. (2006). Suicidio, conducta suicida
necesario para la detección precoz y para la                        e ideación suicida. En: J M Wiener y M K Dulcan
toma de medidas adecuadas. Estas medidas                            (Eds.), Tratado de Psiquiatría de la infancia y la
pueden incluir la derivación del individuo                          adolescencia (pp.901-913). Barcelona: Masson
suicida a un centro hospitalario. No obstante,                 -	   Rojas, E. (1978). Estudios sobre el suicidio. Bar-
es preciso añadir que, en ocasiones, el acto                        celona, Salvat
suicida se realiza a pesar de una intervención                 -	   Sennett, R. (2006). La cultura del nuevo capital-
profesional adecuada y correcta. No debe ol-                        ismo. Barcelona: Anagrama.
                                                               -	   Shafer, D., Pfeffer, C. R. y Gutstein, J.(2003). Sui-
vidarse que en los centros de justicia conver-
                                                                    cidios y tentativas de suicidio en la infancia y la
gen las tres profesiones imposibles: gobernar,                      adolescencia. En: Gelder M, López–Ibor J.J., An-
educar y curar; en consecuencia, no siempre                         dreasen N (Eds.), Tratado de Psiquiatría. Tomo
es posible evitar los efectos de la pulsión de                      III, (pp 2163-2172). Barcelona: Ars Médica.
muerte del ser humano. En cualquier caso, de                   -	   Shaffer, D., Gould, M.S., Fisher. P., Trautman. P.,
la desgracia hay que saber extraer las ense-                        Moreau. D, Kleienman. M, y otros (1996). Psy-
ñanzas oportunas. Con ello, el equipo gana                          chiatric diagnosis in child and adolescent sui-
en saber y en salud.                                                cide. Arch Gen Psychiatr, 53, 339-348.
                                                               -	   Tubert, S. (1982). La muerte y lo imaginario en la
                                                                    adolescencia. Madrid: Saltés.
REFERENCIAS
-	   Bobin, E. y Sarfati, Y. (2003). Tentatives de sui-
     cide à repetition: peut-on arrêter les «récidivis-
     tes». Nervure, 16, 14-8
-	   Byram, T., Gelenberg, A, Merriam. A. y Wang.
     P. (2003). Guía clínica para el tratamiento del
     trastorno depresivo mayor. En Geleberg y

                                                          36
LA MODIFICACION DE LA LEY DE RESPONSABILIDAD DEL MENOR
    OPERADA POR LA LEY 8/2006

   Demetrio Pintado Marrero
   Alicia Salabert Cardona
   Pablo Ponce Matínez
   Fiscalía de Menores de Las Palmas de Gran Canaria

Resumen:
La Ley que presentamos intenta dar respuesta a ciertos aspectos que no ha presentado la Ley Orgánica
5/2000, tales como la modificación de las medidas, las edades, la responsabilidad civil, la acusación
particular, entre otras y la falta de infraestructuras en nuestra comunidad, para una adecuada interven-
ción desde el modelo de responsabilidad penal, con una visión jurídico-sancionadora-educativa.

Palabras claves: modificación de medidas, responsabilidad civil, acusación particular menor.




    La Ley Orgánica 8/2006 de cuatro de di-            pretende una mayor proporcionalidad entre
ciembre modifica la regulación actual de la            la respuesta sancionadora y la gravedad del
LO 5/2000 para corregir, como explica la pro-          hecho cometido, ya que sino, como explica
pia exposición de motivos, las disfunciones            la propia Exposición de Motivos, nos llevaría
que se han producido en su aplicación.                 a entender que el interés superior del menor
    Lejos de aminorar su carácter penal, acen-         no es sólo superior, sino único y excluyente
túa tal seña de identidad cuando tras cele-            frente a otros bienes constitucionales a cuyo
brar que la aplicación de la LO 5/2000, tras           aseguramiento obedece toda norma puniti-
sus cinco años de vigencia ofrece un balan-            va o correccional.
ce y consideración positivos se queja de la
gran preocupación social despertada por el                 Someramente destacaremos como princi-
aumento considerable de delitos cometidos              pales novedades los siguientes:
por menores, lo que ha contribuido a desgas-               A.-	 La medida más restrictiva de dere-
tar la credibilidad en aquella Ley por la sen-         chos contemplada en la LO 5/2000, y que se
sación de impunidad de las infracciones más            refiere a los internamientos en centro cerra-
cotidianas y frecuentemente cometidas por              do amplía el espectro de menores que pue-
éstos menores, como son los delitos y faltas           den ser sometidos a la misma, añadiéndose
patrimoniales reconociéndose igualmente el             al supuesto exclusivo de comisión de delitos
fuerte impacto social que han tenido los de-           graves cuando afecte a la vida o integridad
litos de carácter violento en los que el sujeto        física de las personas, la de que el hecho esté
activo es un menor y en los que se transmite           tipificado por delito grave por el artículo 33, a
igualmente esa percepción, sino de impuni-             si como si el delito es menos grave se emplee
dad si de levedad en la respuesta sanciona-            en su ejecución violencia o intimidación en
dora.                                                  las personas o se haya generado grave riesgo
    Por ello, la reforma si bien respeta los           para la vida o integridad física de las mismas,
principios inspiradores de la LO 5/2000, que           y el más novedoso supuesto cuando los he-
establece claramente que si bien el interés            chos tipificados como delito, independien-
del menor va a seguir primando en la Ley, se           temente de su mayor o menor gravedad se

                                                  37
hubieran cometido en grupo o el menor per-                enviar a un menor que ha cumplido los 18
teneciere o actuare al servicio de una banda,             años y estuviere cumpliendo medida en régi-
organización o asociación, incluso de carác-              men cerrado a centro penitenciario de mayo-
ter transitorio que se dedicare a la realización          res para que acabe de cumplir aquella cuan-
de tales actividades( por ejemplo “latin kings”,          do su conducta no responda a los objetivos
“ñetas” ,etc).                                            propuestos en la sentencia. Dicha resolución
    B.-	 Se ajustan los tiempos de duración               tendrá carácter excepcional. Lo normal será
de las medidas proporcionalmente a la enti-               que dicha resolución y reflexión se realicen o
dad de los delitos cometidos y a las edades               tenga lugar cuando el menor haya cumplido
de los menores infractores teniendo en cuan-              los 21 años y siga cumpliendo la medida de
ta si tienen más de 16 y menos de 18 años o               internamiento en régimen cerrado. En ese
menos 16 años y más de 14 años.                           caso salvo que el juez, previa audiencia de
    	 Al suprimir el artículo 4 que permitía apli-        las partes y del equipo técnico, acuerde el ar-
car la Ley a los mayores de 18 años y menores             chivo de la ejecutoria y dé por extinguida la
de 21, norma que suscitó una enorme con-                  medida, el cumplimiento de la misma se rea-
troversia, hace desaparecer definitivamente               liza en el Centro Penitenciario y conforme la
de extender la Ley a los jóvenes de las edades            legislación penitenciaria quedando sin efec-
citadas, eliminando de esta manera el más                 to el resto de medidas que le quedaren pen-
que previsible panorama caótico que se nos                dientes siempre que no fuesen compatibles
avecinaba y que convertía esta jurisdicción,              con el régimen penitenciario y siempre salvo
para algunos y por los sujetos pasivos, en or-            la posibilidad de aplicar el artículo 13 y 51 de
dinaria, siendo residual la penal de mayores.             la LORPM (Ley Orgánica de Responsabilidad
    C.-	 La nueva regulación de las medidas               Penal de Menores).
susceptibles de imponer a los menores, la                     F.-	   Se revisa el régimen de imposición,
mayor novedad vine recogida en el apartado                refundición y ejecución de las medidas, con-
1 i) del artículo 7 que contiene la prohibición           servando el juez las amplias facultades que
al menor de aproximarse o comunicarse con                 ya tenía, para individualizar la o las medidas
la víctima o sus familiares u otras personas              que deba cumplir el menor infractor.
que determine el juez. Esta medida impedirá                   A diferencia de la legislación de adultos,
al menor acercarse a ellos, en cualquier lugar            que fija el máximo de cumplimiento de las
donde se encuentren, así como a su domicilio,             condenas el triple de más grave impues-
a su centro docente, a su lugar de trabajo y a            ta, la legislación de menores establece el
cualquier otro lugar que sea frecuentado por              doble de la medida más grave como límite
la víctima. Esta medida, que imita a la reco-             de cumplimiento. Teniendo en cuenta que
gida en el código penal, aplicada fundamen-               la refundición es más complicada, dado el
talmente a los delitos de violencia de género,            elenco de medidas que se pueden imponer
tiene también el patrimonio de lo novedoso                y debiendo en todo caso respecto de las me-
al ser una de las nuevas medidas que puede                didas de internamiento aplicar las reglas que
imponerse cautelarmente (artículo 28).                    la Sala 2 del Tribunal Supremo ha dictado en
    D.-	 Al hilo de lo anterior se amplía la              el supuesto de la refundición de condenas a
duración de la medida cautelar de interna-                los adultos y que en esencia tratan de evitar
miento que pasa de tres meses prorrogables                que el condenado por el procedimiento de
por otros tres meses a seis meses prorroga-               la refundición tenga un exceso de días o que
bles por otros tres.                                      ya por el límite impuesto le resulte lo mismo
    E.-	    De los aspectos más destacables de            seguir delinquiendo.
la reforma es de resaltar que se faculta al juez              G.-	 El legislador ha establecido una
para acordar, previa audiencia del fiscal y de            serie de normas competenciales para deter-
la entidad pública de protección o reforma                minar el juez competente para la ejecución,

                                                     38
normas farragosas y complicadas, que usan               en diversos foros e informes de toda índole,
criterios diversos y contrapuestos basándose            incluidos los evacuados a la Fiscalía General
en unos casos para adjudicar la competencia             del Estado y donde incidimos en calificar la
en atribuirla al juzgado que dicte la primera           Ley de manifiestamente ambiciosa, hasta tal
sentencia firme contra el menor cuya medida             punto que muchas veces olvida la realidad
se pretende refundir (si se tratase de delitos          que vivimos y los medios con los que con-
conexos), y los demás casos de ejecución                tamos. Literariamente la hemos llamado en
pluralidad de medidas impuestas a un mis-               alguna ocasión como la “Ley de Alicia en el
mo menor, el último que dictase la sentencia            País de las Maravillas”, diagnosticando que
firme.                                                  es un texto “manifiestamente mejorable” y
    H.-	 La novedad que ha concitado más                por lo tanto susceptible de prolijas reformas,
unanimidad en el foro ha sido la relativa a in-         habiéndonos dado la razón la modificación
cluir en el procedimiento penal la responsa-            legal operada por la Ley 8/2.006 de 4 de di-
bilidad civil por el hecho cometido y sus con-          ciembre, que viene a introducir un criterio
secuencias, ventilándose en el procedimiento            más realista y sensato, más ajustado a la si-
penal la responsabilidad penal propiamente              tuación que nos rodea.
dicha con la civil derivada de aquella.                     	 Es realista la modificación operada en
    Se acogen los principios del procedimien-           el régimen semiabierto permitiendo al juez
to de mayores (artículos 109 y 110 de la Ley            convertirlo en un cerrado cuando el interno
de Enjuiciamiento Criminal), ganándose en               incumpla su programa de salidas o activi-
concisión , concentración y economía pro-               dades, dado que es tradicional, al ser un ré-
cesal consiguiendo una mayor satisfacción               gimen que obligatoriamente debe permitir
de los derechos económicos de la víctima.               la realización de actividades que muchos
Engarzado con ello, a la víctima se le da plena         internos se fuguen aprovechando las salidas
entrada en el procedimiento penal de meno-              o actividades fuera del Centro sabedores que
res en igualdad de condiciones que las demás            aunque vuelvan al Centro su régimen po-
partes, salvo algunas pequeñas limitaciones,            sibilitará nuevas salidas. Ello era altamente
haciendo desaparecer con ello las sospechas             perjudicial para el menor y contrario al espí-
de secretismo y parcialidad que llegaron a              ritu de reforma y habilitación de la Ley. Igual-
instalarse en la opinión pública cuando tal             mente realista y destacable, la posibilidad de
participación le estaba vedada a la acusación           que el juez, siempre que el delito lo permita,
particular.                                             pueda agravar y no sólo beneficiar al menor
    Teniendo presente la vigencia del artículo          en la modificación de la medida, y ahora esa
64 de la LORPM que establece la responsabi-             evolución puede posibilitar que un menor
lidad solidaria de padres, tutores y guardado-          condenado a medida de internamiento se-
res de hecho o de derecho y que buena parte             miabierto, acabe en un cerrado por su mala
de menores infractores están declarados en              evolución.
desamparo, la responsabilidad deberá cubrir-                En este sentido se requiere de las Comu-
la la Administración. De cualquier manera la            nidades Autónomas una mayor inversión en
aplicación de esta responsabilidad solidaria            la mejora y acondicionamiento de los centros
dará problemas, dado que la casuística es               de internamiento, sobre todo en el régimen
enorme, debiendo extremar los tribunales el             terapéutico para menores drogodependien-
cuidado para evitar descompensaciones o in-             tes y con enfermedades mentales y trastor-
justicias económicas, no sólo de difícil repara-        nos de la personalidad.
ción sino en la lógica incomprensión social.                Es necesario que exista una adecuada se-
    Una valoración crítica y desde la perspec-          paración entre aquellos menores que presen-
tiva jurídico - sancionadora - educativa, nos           tan una dependencia a sustancias tóxicas y
remite a anteriores apreciaciones ya dichas             aquellos que presentan trastornos de la per-

                                                   39
sonalidad o enfermedad mental por cuanto
sus necesidades son distintas, así como los
técnicos encargados de su cuidado.
    Por supuesto que la separación con el res-
to de internos deviene obligada, dado que el
tratamiento exige el aislamiento de los otros
menores y sobretodo respecto los que han
decido apartarse del mundo de las drogas,
dado que desgraciadamente existe consumo
de tóxicos en los centros.
    	 En definitiva, el camino que queda por
recorrer es largo y queremos manifestar con
rotundidad que la implicación en la reeduca-
ción de los menores, no sólo es de los ope-
radores jurídicos, ni de la administración au-
tonómica o estatal sino que muy al contrario
afecta a todos los estamentos sociales, fami-
lia, colegio, municipio, entidades recreativas
y religiosas anudando esfuerzos, acumulan-
do tareas y asumiendo responsabilidades ha-
ciendo hincapié que el primero de ellos debe
ser la facilitación de terrenos por parte de los
municipios y ayuntamientos de nuestra co-
munidad donde se puedan construir centros
de todo tipo que faciliten esa tarea.




Referencias
-	   Ley Orgánica de Responsabilidad Penal de
     Menores 5/2000 de 12 de enero. (B.O.E., nº 11,
     jueves 13 de enero de 2000).
-	   Ley Orgánica 8/2006, de 4 de diciembre, por
     la que se modifica la Ley Orgánica 5/2000, de
     12 de enero, reguladora de la responsabilidad
     penal de menores. (B.O.E., nº 290, martes 5 de
     diciembre de 2006).




                                                      40
La evaluación del riesgo en el contexto de la ley penal
     juvenil

    Enrique López Martín1
    Maria Dolera Carrillo2

Resumen:
Una mejora del modelo de justicia juvenil para el procedimiento de evaluación del riesgo en los usuarios
está basado en el juicio profesional o clínico y en el procedimiento actuarial, quedando patente en el
trabajo que presentamos la según opción tal y como ha demostrado Andrews y Bonta (2003) y Garrido
(2003). Se presenta la adaptación del YLS/CMI de Andrews y Bonta (2002) a población de justicia juvenil
española, concretamente el IGI-J, que ayuda a planificar el PIEM dentro del marco de la justicia penal
de menores.

Palabras claves: escalas de riesgo, procedimiento actuarial, factores de riesgo.




    El fin último que persigue la ley penal del                   pero lo cierto es que ninguno de nosotros es-
menor3 es evitar que los jóvenes que han                          capamos de realizar una valoración.
entrado dentro del sistema de justicia juve-
nil lo vuelvan a hacer, es decir, procurar que                    Métodos para evaluar: juicio
nuestros jóvenes no reincidan en conductas
                                                                  clínico y escalas de riesgo
infractoras, para ello hemos desarrollado un
sistema de respuesta de naturaleza sanciona-                          La predicción de la conducta infractora
dora –educativa (LORPM: exp. mot. pto. 2).                        en jóvenes es una práctica que el profesional
                                                                  puede realizar ya que tiene acceso a toda la
   Un modelo de justicia juvenil de respuesta
                                                                  información disponible sobre el sujeto a tra-
penal con tratamiento claramente educativo
                                                                  vés de entrevistas, tests, cuestionarios, vacia-
(psico-socio-educativo). Todos los profesio-
                                                                  do de expedientes, etc. De hecho la LORPM
nales que estamos implicados, tanto desde la
                                                                  nos da la posibilidad en distintos momentos,
perspectiva jurídica (jueces, fiscales, letrados,
                                                                  para poder analizar todos los factores antes
etc.) como desde la perspectiva educativa
                                                                  de diseñar el programa educativo. Al respec-
(psicólogos, pedagogos, educadores sociales,
                                                                  to podemos preguntarnos: ¿qué instrumen-
trabajadores sociales, etc.) realizamos distin-
                                                                  tos disponemos para realizar una predicción
tas valoraciones del riesgo que tiene este jo-
                                                                  o valoración del riesgo? ¿Qué áreas, variables,
ven para volver a delinquir, esas valoraciones
                                                                  o aspectos hemos de valorar? ¿Cuál es nues-
en ocasiones son realizadas de forma espon-
                                                                  tra práctica y hacia donde debe dirigirse?
tánea, otras de una forma más estructurada;
                                                                      En la actualidad para la predicción o es-
                                                                  timación del riesgo de comportamientos
1 enrique.lopez2@carm.es                                          violentos existen dos grandes metodologías
2 masucion.dolera@carm.es
3 Nos referimos a la Ley Orgánica 5/2000, de 12 de enero,         de evaluación: 1) procedimientos basados en
reguladora de la Responsabilidad Penal de los Menores             el juicio profesional, y 2) decisiones de base
(BOE de 13 d enero de 2000). La citaremos con el acrónimo:        actuarial.
LORPM

                                                             41
El juicio profesional o clínico son méto-          realizados con profesionales anglosajones,
dos discrecionales que se caracterizan por-            pero que nuestra realidad no dista mucho de
que no hay una pauta o instrumento técnico             aquella. Si vemos los informes emitidos por
validado y contrastado; son los más emplea-            los equipos técnicos de los juzgados de me-
dos por los diferentes profesionales que en            nores o de los centros y unidades en los que
algún momento se ocupan de este menes-                 se ejecutan las medidas judiciales, compro-
ter (criminólogos, psiquiatras, psicólogos,            baremos que la predicción formalizada del
jueces, etc.). Los rasgos característicos de la        riesgo brilla por su ausencia.
valoración del riesgo por métodos y proce-                El problema de los test mencionados es
dimientos actuariales son el resultado de su           que no existe una literatura científica creíble
diseño explícito con la intención y finalidad          que los relacione de forma consistente con
de predecir el riesgo de comportamientos               las conductas delictivas que habitualmen-
violentos. En su afán de aplicar los procedi-          te evaluamos e intentamos predecir (fugas,
mientos estadísticos para la predicción del            agresiones, y por supuesto la reincidencia). Y
riesgo, siguieron las pautas desarrolladas ya          en cambio, si que existe una amplia evidencia
en la práctica empresarial, como las aplica-           de que las valoraciones actuariales del riesgo
das por compañías de seguros. Dichas pautas            son significativamente superiores a las valo-
tienen una gran fiabilidad, ya que están opti-         raciones clínicas (para una revisión general
mizadas para predecir un resultado concreto            de la investigación ver Grove y Meehl, 1996).
y específico, en un período temporal deter-
                                                          En el estudio antes citado de Boothy y
minado, para una población determinada y
                                                       Clements (2000) se mencionan tres instru-
en un contexto socio-cultural también muy
                                                       mentos específicos que han sido desarrolla-
específico. Por ello, estos procedimientos re-
                                                       dos para la evaluación de los delincuentes: el
quieren previamente estudios cuantitativos y
                                                       PCL-R (Hare, 1990), el LSI-R (Andrews y Bonta,
epidemiológicos amplios y estimaciones de
                                                       1995) y el VRAG (Harris, Rice y Quinsey, 1993);
la frecuencia de los comportamientos que se
                                                       aunque su uso fue bastante infrecuente, tan
quieren predecir en las distintas poblaciones
                                                       solo el 11% de los encuestados utilizaron el
donde pueden ocurrir.
                                                       PCL y el LSI-R, y solo el 1% utilizó el VRAG.
                                                       Estos tres instrumentos son probablemente
La elección de una escala de                           las mejores medidas validas de valoración
evaluación                                             del riesgo. En nuestro contexto contamos
    	 La literatura empírica actual es lo su-          con pequeñas experiencias del uso del PCL-R
ficientemente robusta para ofrecernos al-              (Chico y Tous, 2001), y de otras pruebas.
gunas pautas generales sobre lo que debe                   Tal vez confiamos de forma excesiva en el
constituir una buena evaluación del riesgo             uso de instrumentos “clásicos” que funcionan
del delincuente.                                       en otros contextos pero no en éste, y sobre
   Para empezar, podríamos preguntarnos:               todo, cómo no, en el propio “juicio clínico”.
¿qué instrumentos de evaluación utilizan los           Como decíamos la evidencia es notable:
profesionales para valorar el riesgo? Boothy           las evaluaciones del riesgo son superiores
y Clemens (2000) preguntaron a 830 psi-                cuando se utilizaron valoraciones actuaria-
cólogos forenses qué pruebas psicológicas              les, frente a las valoraciones clínicas (Garrido,
específicas utilizaban en su trabajo. Un 23            2003:24), veámoslo en el siguiente cuadro
% utilizó el test de Bender-Gestalt, el 20%            (Andrews y Bonta, 2003:235).
el Rorshach y 14% tests de dibujos proyecti-
vos. Gallagher, Snowaru y Ben-Porath (1999)
obtuvieron resultados parecidos. Podríamos
decir, al respecto, que son estudios empíricos

                                                  42
Tabla 1. La superioridad de las evaluaciones actuariales
                                                                         miden precisamente el ajuste psicológico
  del riesgo: Evidencia meta-analítica                                   (de personalidad: MMPI, EPQ-J; depresión:
 Estudio               Criterio        Cínica      Actuarial
                                                                         Inventario de Beck, CACIA; ansiedad: esta-
                                                                         do rasgo STAI; autoestima: AFA, Piers Ha-
Bonta et al. (1998)   Reincidencia     r = .03      r = .39
                      general                                            rris) etc.. Desde los segundos simplemen-
                      Reincidencia     r = .09      r = .30              te son reacios a cualquier estructuración
                      violenta                                           de la evaluación al ampararse en las teo-
Hanson y Bussière     Reincidencia     r = .11      r = .42              rías sociológicas que poco pueden hacer
(1998)                sexual
                                                                         en esta tarea.
Grove et al. (1995)   Índice general   favorable    favorable        3.-	La formación especializada, pues, debe
                                       6%           46%
                                                                         realizarse fuera de la formación base de es-
Mossman (1994)        Violencia        AUC=.67      AUC=.78
                                                                         tos profesionales. Existen pocos cursos de
                                                                         especialidad o de formación de postgrado
                                                                         centrado en la delincuencia (juvenil) y la
   Algunos autores (Grove y Meehl, 1996;
                                                                         evaluación y tratamiento de la misma. En
Quinsey, Harris, Rice y Cormier, 1998) sugie-
                                                                         esta misma dirección hemos de observar,
ren incluso que ante tal evidencia, el hecho
                                                                         por ejemplo, que desde que vio la luz el
de no utilizar los instrumentos actuariales
                                                                         texto de la LORPM el 13 de enero de 2000
para la valoración del riesgo de los delincuen-
                                                                         hasta la fecha se han publicado más ma-
tes es una conducta poco profesional.
                                                                         nuales desde la perspectiva jurídica que
                                                                         desde la psicoeducativa; basta con echar
    	 Pero, si esto es así, ¿por qué los profesio-
                                                                         un vistazo en nuestras librerías para cons-
nales no utilizan las escalas actuariales? Para
                                                                         tatarlo.
hallar una respuesta podríamos apuntar es-
                                                                     4.-	Por otra parte, en casi todo el territorio es-
tas cinco razones:
                                                                         tatal los servicios y programas están con-
1.-	En nuestro país están muy poco difundi-
                                                                         veniados con organizaciones sin ánimo de
    das las escalas actuariales de riesgo de
                                                                         lucro, fundaciones o entidades publicas
    valoración de delincuentes; es evidente
                                                                         locales (LORPM, Art. 45.3) lo que lleva a la
    que si no se conocen no se pueden apli-
                                                                         paradoja de que las escuelas de adminis-
    car. Aunque también es cierto, que cuan-
                                                                         traciones públicas priorizan la formación
    do hemos presentado a distintos equipos
                                                                         de los funcionarios, dejando en un segun-
    algunas de estas escalas de riesgo, han
                                                                         do plano a todos los profesionales que tra-
    sido rechazadas inicialmente por algunos
                                                                         bajan en estas organizaciones, delegando,
    profesionales, en principio por la resisten-
                                                                         en el mejor de los casos, su formación en
    cia al cambio, y también debido al escepti-
                                                                         manos de las propias entidades convenia-
    cismo de algunas de estas organizaciones
                                                                         das.
    del ámbito de la justicia juvenil, que se
                                                                     5.-	Da la impresión de que los únicos que pue-
    muestran recelosas a planteamientos ex-
                                                                         den manejar pruebas para la valoración
    ternos que no hayan salido de su propio
                                                                         del riesgo son los psicólogos, porque en la
    seno.
                                                                         mayoría de los servicios orientan a éstos a
2.-	La formación que se recibe desde las fa-
                                                                         evaluar el ajuste psicológico. Esta creencia
    cultades está muy dirigida a la práctica clí-
                                                                         está sustentada por la “cultura profesional”
    nica (caso de los psicólogos) o muy socia-
                                                                         generada desde las facultades y respalda-
    les (caso de los educadores y trabajadores
                                                                         das por los colegios profesionales, y por
    sociales). Desde los primeros se mantiene
                                                                         los propios servicios y directores de los
    el mito de que es el desajuste personal
                                                                         centros que demandan casi en exclusiva
    lo que más correlaciona con la conducta
                                                                         a estos profesionales para la valoración
    infractora, y por ello reciben formación
                                                                         del riesgo. Como hemos visto la investi-
    en esta línea, y administran pruebas que

                                                                43
gación sugiere que los test “favoritos” de          las necesidades criminógenas. En resumen, si
   los psicólogos no son los mejores cuando            nos fijamos sobre los factores estáticos, nos
   se comparan con las escalas actuariales de          inmovilizamos en la intervención, nada po-
   valoración del riesgo que pueden ser cum-           dremos hacer para cambiar aquello que no se
   plimentadas por profesionales diferentes            puede cambiar. Por otro lado, los factores de
   a los psicólogos con la debida formación            riesgo dinámicos nos transmiten confianza,
   y siendo entrenados para ello. Este punto           la esperanza de que un sujeto puede cambiar
   no debe ser interpretado como un ataque             su conducta, lo que ayuda a la intervención.
   a estos profesionales sino una invitación               En el campo de la ejecución de las medi-
   a que reconsideren el uso de esos instru-           das, manejar el nivel de riesgo, es una gran
   mentos y su utilidad, teniendo el coraje            herramienta de trabajo. Para manejar el
   profesional para reajustarse a esta nueva           riesgo eficazmente, se requiere de la identi-
   realidad de la evaluación del riesgo de la          ficación de los factores de riesgo dinámicos.
   conducta delictiva.                                 Por lo tanto, si debiéramos elegir entre una
                                                       escala de factores de riesgo estáticos y otra
    Un buen instrumento actuarial debe                 de factores dinámicos, hemos de pensar que
evaluar los factores de riesgo y dirigir la in-        los factores de riesgo estáticos nos conducen
tervención hacia dichas necesidades crimi-             a una percepción de la intervención y de los
nógenas. Las necesidades criminógenas son              programas inmovilista, ya que son factores
aspectos de una persona o de su situación              que no podemos cambiar; es importante
que, cuando cambian, están asociados con               que nuestros programas de intervención se
los cambios de la conducta delictiva (An-              dirijan hacia los factores dinámicos, a las ne-
drews, Bonta, y Hoge, 1990). Las necesidades           cesidades criminógenas a todas aquellas que
criminógenas son factores de riesgo dinámi-            podemos cambiar.
cos.                                                       La valoración de riesgo del infractor pue-
    Hay pocos instrumentos de valoración del           de tener serias consecuencias, no sólo para su
delincuente que incorporen los factores de             libertad, sino también para la seguridad de la
riesgo dinámicos junto con los factores de             sociedad. De ahí que quienes administran las
riesgo estáticos (lo que solemos llamar esca-          escalas de riesgo deben asegurarse de que es-
las de riesgo y necesidades). Los dos mayores          tán bien especializados en su administración
ejemplos de esta clase de instrumentos son             y que conocen los problemas actuales de la
el LSI-R y el Wisconsin Clasification System.          valoración del infractor. Aunque lo cierto es
Gendreau et al. (1996) encontraron que el              que en pocas ocasiones los profesionales son
tamaño de efecto medio para el LSI-R fue de            requeridos en los tribunales para defender
.33 y para el Wisconsin Clasification System           las valoraciones, hemos de estar preparados
de .32. Los dos instrumentos estáticos de              para la ocasión. Esto exige que cada miem-
su meta-análisis, El SFS (Salient Factor Store)        bro del personal esté listo para explicar cómo
(Hoffman, 1994) y el PCL-R, demostraron una            utilizó una determinada prueba, la investiga-
media de tamaño de efecto ligeramente más              ción de su validez predictiva, y la teoría que
bajos: .26 y .29, respectivamente. Una revi-           apoya la prueba.
sión mas reciente de la validez predictiva del
LSI-R y PCL-R encontró resultados similares               En la Comunidad Autónoma de la Región
(Gendreau et al., 2002).                               de Murcia, hemos utilizado para ello, el YLS/
    De lo anterior se concluye que si lo que           CMI de Andrews y Bonta (2002), y que a tra-
queremos es predecir e intervenir hemos de             vés de nuestra experiencia, contexto y reali-
dirigirnos hacia las escalas dinámicas, puesto         dad lo hemos adaptado en el IGI-J (Inventario
que predicen con tanta precisión como las              de Gestión e Intervención para Jóvenes; Garri-
estáticas y además nos permiten identificar            do, López Martín y Silva do Rosario, 2006), sin

                                                  44
renunciar a la base teórica y el respaldo empí-             Antes del YLS/CMI (IGI-J), se adaptó una
rico del mismo. El IGI-J nos permite:                   versión del LSI para niños y adolescentes:
a) delimitar los factores de riesgo dinámicos.          YLSI (Youth Level of Service Inventory; YLSI)
b) establecer un nivel de riesgo por áreas y            (Andrews, Robinson y Hoge, 1984). Este ins-
    tener un índice global.                             trumento se componía de 112 ítems sobre
c) recoger aspectos o factores que el instru-           necesidades /factores de riesgo que se divi-
    mento no haya recogido.                             dían en 10 subescalas. Se realizó un proce-
d) establecer el nivel de intervención que se           so de depuración para seleccionar aquellos
    requiere.                                           ítems que en la investigación indicaron estar
e) formular la hipótesis explicativa de la con-         más fuertemente asociados con la actividad
    ducta antisocial                                    delictiva de los jóvenes, por lo que el actual
f ) diseñar los objetivos educativos en rela-           YLS/CMI incorpora 42 de esos 112 ítems del
    ción con las necesidades criminógenas               YLSI, así como otras características no consi-
    detectadas.                                         deradas en los instrumentos anteriores: apar-
g) establecer quién, cómo y dónde se ejecuta            tados sobre la capacidad de respuesta, una
    la medida.                                          evaluación cualitativa del profesional y una
h) evaluar la intervención de forma cualitati-          relación directa de los resultados de la prue-
    va y cuantitativa, viendo si los factores de        ba con los niveles de supervisión y planifica-
    riesgo dinámico han mermado su influen-             ción del caso.
    cia.                                                    Este instrumento fue creado para ayudar
                                                        a los educadores que ejecutan medidas judi-
    Se trata de un instrumento de evaluación            ciales, (educadores sociales, pedagogos, psi-
de riesgo y a la vez de gestión de la interven-         cólogos y trabajadores sociales) para evaluar
ción, con múltiples aplicaciones, que no solo           los factores de riesgo y protección, extrayen-
orienta la actuación del educador hacia la              do de los mismos las necesidades de inter-
eficacia sino que nos ayuda a rentabilizar los          vención en los menores que cometen delitos
recursos.                                               entre los 12 y los 18 años.
                                                            A través de una entrevista semiestructu-
Características del IGI-J. (YLS/                        rada permite rastrear los atributos y el esti-
CMI -Youth Level of Service/                            lo de vida de los chicos; además, podemos
Case Management Inventory-                              evaluar el riesgo de reincidencia y establecer
Hoge y Andrews, 2002)                                   una valoración cuantitativa de los factores de
                                                        riesgo más pertinentes para la intervención,
   Nos detendremos con mayor detalle en                 así como establecer el grado de intervención
esta escala, ya que es la que hemos utilizado           socioeducativa que requiere el menor.
para la investigación y que hemos adaptado                  El listado de factores del YLS/CMI (IGI-J)
para un posterior desarrollo (IGI-J).                   permite examinar todas las áreas que más
   El YLS/CMI se desarrolló a partir del LSI            se consideran en la vida de estos menores:
(Level Service Inventory) (Andrews, 1982), que          circunstancias familiares, educación paren-
fue construido inicialmente para asesorar las           tal, historia escolar, empleo, relación con el
decisiones sobre la libertad condicional y la           grupo de iguales, abuso de sustancias, ocio
supervisión que se aplican a delincuentes               y diversión, características de personalidad
adultos, a través de la evaluación del nivel            y conductuales, actitud ante la ayuda, etc.
de riesgo de reincidencia. Este instrumento             Una vez identificados los factores de riesgo y
sufrió varias revisiones y la versión actual es         protección más pertinentes, el YLS/CMI(IGI-J)
el LSI-R (Level of Service Inventory – Revised)         también ayuda a identificar los objetivos más
(Andrews y Bonta, 1995), ya comentado an-               apropiados para la intervención, la parte final
teriormente.

                                                   45
del instrumento contempla un plan de direc-              reincidencia. Este argumento se fundamenta
ción del caso.                                           en las revisiones de Andrews, Zinger, Hoge,
                                                         Bonta, Gendreau y Cullen (1990), Lipsey y Wil-
   Al diseño del instrumento le subyace un               son (1998), Mulvey, Arthur y Reppucci (1993)
supuesto fundamental y es que las decisiones             y Tate, Reppucci y Mulvey (1995).
inteligentes que se deben tomar con relación
a un delincuente juvenil deben basarse en                   Las implicaciones que tiene para la evalua-
una evaluación válida de los riesgos y nece-             ción y tratamiento el Modelo General Psicoló-
sidades propios de los jóvenes (Hoge, 1999a,             gico, Social y de Personalidad de la Conducta
1999b, 2001; Hoge y Andrews, 1996).                      Criminal se sustentan en cuatro principios
                                                         (Andrews, Bonta y Hoge, 1990), que se descri-
    El instrumento se desarrolló a partir de
                                                         ben a continuación, y que se son importantes
una teoría contemporánea del comporta-
                                                         para el desarrollo del instrumento:
miento delictivo, basado en el Modelo Gene-
ral Psicológico, Social y de Personalidad de la
                                                         a)	 Principio del Riesgo: asume que se re-
Conducta Criminal (Andrews y Bonta, 2003;
                                                             quieren niveles más elevados de inter-
Andrews, Bonta y Hoge, 1990; López Latorre
                                                             vención en los casos de mayor riesgo. La
y Garrido, 2005). Hay dos supuestos que sus-
                                                             intervención intensiva se reserva para los
tentan este modelo que son especialmente
                                                             casos de mayor riesgo porque responden
relevantes para la construcción del YLS/CMI
                                                             mejor relativamente a resultados obte-
(IGI-J). El primero es que la causa de la activi-
                                                             nidos que con una intervención menos
dad criminal de personas jóvenes es una red
                                                             intensiva, mientras que los casos de bajo
compleja de variables personales y ambien-
                                                             riesgo responden igual de bien o mejor
tales que interactúan. Estas variables son:
                                                             con una intervención mínima. El Principio
-	 La historia de desarrollo del joven
                                                             del Riesgo proporciona, por tanto, una co-
-	 Los aspectos de la situación familiar
                                                             nexión entre las necesidades criminóge-
-	 Las características de personalidad, con-
                                                             nas y el nivel de intervención que se debe
    ductuales y cognitivas.
                                                             proporcionar.
-	 Las experiencias escolares/formativas y
    laborales
                                                         b)	 Principio de las Necesidades: el Princi-
-	 El grupo de iguales
                                                             pio de las Necesidades se resume en que
-	 Las creencias y actitudes, particularmente
                                                             los objetivos de la asistencia programada
    con relación a las actividades antisociales.
                                                             deben ser los adecuados para resolver las
   Un segundo supuesto del modelo es que                     necesidades criminógenas del delincuen-
la intervención con jóvenes de alto riesgo                   te. Esas necesidades son aquellas carac-
con actividad antisocial puede ser efectiva y                terísticas que al sufrir una modificación
ser reducida en el futuro. Pero para que esto                se obtienen cambios en la probabilidad
ocurra deben cumplirse determinadas con-                     de reincidencia, o lo que es lo mismo, si
diciones. Así, las intervenciones deben tener                se tiene como meta la reducción de esta
como objetivo las necesidades criminógenas                   probabilidad la asistencia más efectiva
y su superación.                                             es aquella que reduce las necesidades
                                                             criminógenas; ésta, por consiguiente, se
   Existe cada vez más evidencia empírica                    establecen como objetivos intermedios
que nos lleva a concluir que proponer obje-                  de la intervención. Las necesidades son
tivos apropiados y realizar un PIEM acorde                   factores de riesgo dinámico, favorables
con las necesidades criminógenas puede                       al cambio, que si se consiguen modifi-
ser efectivo a la hora de reducir la actividad               car tendrá como consecuencia la reduc-
delictiva de jóvenes, y por tanto reducir la                 ción de la actividad antisocial futura. Las

                                                    46
actitudes antisociales, el desarrollo de                              conjunto por el profesional responsable
    relaciones con iguales antisociales y las                             del caso, y por tanto, de la intervención.
    relaciones deficientes con los padres son
                                                                           Estos cuatro principios sustentan el desa-
    algunas de las necesidades criminógenas
                                                                       rrollo del YLS/CMI(IGI-J); permiten una eva-
    identificadas en este modelo. El Principio
                                                                       luación extensa y metódica de los factores de
    de las Necesidades indica que el foco de
                                                                       riesgo, necesidades y capacidad de respuesta
    la intervención debe centrase en este tipo
                                                                       que afectan al delincuente juvenil y la pro-
    de factores de riesgo (dinámicos).
                                                                       gramación de una respuesta de intervención
                                                                       eficaz. Además, el YLS/CMI (IGI-J) se estructu-
c)	 Principio de la Capacidad de Respues-
                                                                       ró para forzar una conexión directa de estos
    ta: se refiere a las habilidades y estilos
                                                                       factores con la planificación de la gestión del
    de aprendizaje de los delincuentes y a la
                                                                       caso.
    necesidad de considerarlos factores de
                                                                           La estructura del YLS/CMI (IGI-J), se com-
    protección o recursos, que pueden servir
                                                                       pone de siete partes en las que se materializa
    para moderar el impacto de los factores
                                                                       este modelo:
    de riesgo. Los factores implicados en la ca-
    pacidad de respuesta son aquellos que no                           1ª parte: Evaluación de riesgo/necesi-
    están necesariamente relacionados con la                               dades
    actividad delictiva pero que son relevan-
    tes en la forma en que los jóvenes reaccio-                        -	 Nos proporciona una lista de todos los
    nan a los diferentes tipos de intervención.                           riesgos y necesidades que los menores
    Ejemplos de factores que se incluyen en la                            pueden presentar.
    capacidad de respuesta son: niveles altos                          -	 Está compuesta por 42 ítems que en la
    de madurez emocional, el estilo de apren-                             literatura científica ha identificado como
    dizaje (por ejemplo: verbal y no verbal), el                          mejores predictores de la actividad delic-
    apoyo efectivo por parte de los adultos,                              tiva en menores / jóvenes.
    las habilidades lectoras, la autoestima,                           -	 Los 42 ítems se agrupan en 8 áreas: Deli-
    la ansiedad y la motivación para el trata-                            tos y medidas judiciales pasadas y actua-
    miento.                                                               les, pautas educativas, educación formal /
	 El Principio de la Capacidad de Respuesta                               empleo, relación con el grupo de iguales,
    asume que estos factores deben tenerse                                consumo de sustancias, ocio / diversión,
    en cuenta cuando se quiere diseñar el me-                             personalidad / conducta y, actitudes, va-
    jor programa de Intervención4.                                        lores y creencias.
                                                                       -	 Dentro de cada una de la categorías el
d)	 Principio de Autoridad: considera que                                 evaluador señalará aquellos ítems que se
    después de evaluar el riesgo, las nece-                               pueden aplicar al menor.
    sidades y la capacidad de respuesta, las                           -	 En cada categoría también hay que eva-
    decisiones son tomadas en función de las                              luar si existen factores protectores y en tal
    condiciones que predominen. El Principio                              caso señalarlo.
    de Autoridad indica que las decisiones fi-                         -	 El evaluador debe describir la fuente de in-
    nales sobre el joven deben ser tomadas en                             formación para cada categoría (entrevista,
                                                                          vaciado expediente, test, informe técnico,
4 Se utiliza programa de intervención, P.I.E.M: Programa In-              etc.).
dividualizado de Ejecución de Medida-, programa de actua-              -	 Existe un pequeño apartado de comen-
ción, etc. Depende del contexto, pero en cualquier caso hace
referencia al instrumento intencionado y estructurado que                 tarios, en el que el evaluador puede des-
diseña el educador para dirigir su actuación. Y que la LORPM              cribir factores de riesgo y necesidades no
(articulos: 7.1.h; 442.c.; 46.1) y su Reglamento (artículos:10-           representados en los ítems o ampliar la in-
4ª; 11.7; etc.) establecen como necesario para ejecutar una
                                                                          formación de los señalados.
medida judicial.

                                                                  47
2ª parte: Resumen de los factores de                     3.-	Medio: sesiones con el menor de 2 ó 3 ve-
    riesgo /necesidades                                      ces a la semana
                                                         4.-	Alto: sesiones con el menor 4 ó 5 días a la
-	 En este apartado obtenemos cuantitati-                    semana
   vamente tanto el nivel de riesgo global
   como el parcial de cada subescala.                    6ª parte: Plan de gestión del caso
-	 Debemos trasladar los números de ítems
   señalados a cada categoría en la columna              -	 Hace referencia a los objetivos específicos
   A y B.                                                   que se establecen para la intervención y
-	 Contando las “X” señaladas podemos de-                   los medios para alcanzarlos.
   terminar el nivel de riesgo.                          -	 Principio de necesidades: los objetivos re-
-	 A continuación se señalan los factores de                flejados en el programa de intervención
   protección (no puntúan).                                 (PIEM) deben ir dirigidos a los factores de
-	 Sumando las columna podemos obtener                      riesgo dinámicos (necesidades criminóge-
   los totales.                                             nas) identificados.
                                                         -	 Hemos de tener en cuenta los factores de
3ª parte: Evaluación de otras necesida-                     protección.
    des y consideraciones especiales
                                                         7ª parte: Revisión de la gestión del
    	 Dentro del ámbito familiar (11 ítems) y
                                                             caso
del joven (27 ítems), valoramos algunos ítems
relevantes que no se cuantifican para el nivel              En este apartado vamos a realizar una
de riesgo global o parcial, pero sí hemos de             evaluación cualitativa y cuantitativa de la
tenerlos en cuenta en el diseño del PIEM. Se             intervención: tenemos la posibilidad de ver
incluye un apartado de comentarios abierto               gráficamente si ha habido movimiento fruto
al evaluador, y otro para anotar consideracio-           de nuestra intervención (antes/después), y se
nes especiales relativas a necesidades espe-             valora cómo se deriva o finaliza la interven-
ciales para el tratamiento.                              ción. El fin último es evaluar el progreso del
                                                         programa de intervención (PIEM).
4ª parte: Evaluación del riesgo gene-
    ral/nivel de necesidades                                En resumen el YLS/CMI (IGI-J) pretende:
    Este apartado incluye el principio de au-            -	 Ayudar a los profesionales a evaluar a los
toridad, ya que aunque el instrumento faci-                 menores o jóvenes delincuentes.
lita la evaluación del riesgo, la última palabra         -	 Determinar los factores de riesgo que pro-
siempre la tiene el profesional: aquí se invita             pician la conducta delictiva.
a que anote su apreciación del riesgo y la ar-
                                                         -	 Delimitar las necesidades criminógenas
gumente. Es posible que discrepe del obteni-
                                                            de los sujetos y dirigir nuestros objetivos
do por el instrumento, pero debe razonar el
                                                            hacia los mismos.
porqué para tenerlo en cuenta a la hora de
diseñar el PIEM.                                         -	 Conectar la evaluación de las necesidades
                                                            con el programa de intervención.
5ª parte: Nivel de intervención
                                                             En definitiva, el YLS/CMI (IGI-J) no preten-
    El evaluador debe escribir el nivel de inter-        de tomar decisiones sobre los jóvenes pero
vención apropiado al caso de acuerdo al prin-            sí colaborar en la toma de decisiones cuando
cipio de riesgo. Este puede clasificarse en:             la realizan los profesionales que están impli-
1.-	Administrativo o seguimiento PBC: sesión             cados en la ejecución de las medidas o en las
    con el menor cada 15 días o más                      propuestas de medidas.
2.-	Mínimo: sesión educativa con el menor 1
    vez a la semana
                                                    48
¿Es necesario evaluar a los                               -	 Establecer que determinado recurso es
jóvenes en la ejecución de las                               idóneo dadas las características del me-
medidas?                                                     nor, según sus necesidades criminógenas.
                                                          -	 Orientar una medida educativa ajustada
    Hablar de predicción es hablar de preven-                a las necesidades criminógenas y al delito
ción, como las dos caras de la misma moneda                  cometido por el joven sin caer en criterios
(Garrido y López Latorre, 1995). No olvide-                  retributivos.
mos que el objetivo último de la ejecución
de una medida debe ser la prevención de la                   La predicción de la conducta violenta es
conducta delictiva de un sujeto, es decir, que            posible (Redondo, 2004) si atendemos a que
no vuelva a delinquir y no se consolide la ca-            lo predecible es el riesgo de aparición de la
rrera delictiva. Pero ¿cómo podemos hacerlo               conducta violenta, no la conducta en sí mis-
desde las “ciencias no jurídicas” (por utilizar la        ma. Esta predicción se puede hacer de forma
terminología de la LORPM) cuando aplicamos                fiable y válida si la fundamentamos en pro-
la ley penal del menor? Por lo dicho hasta                cedimientos técnicos. He aquí algunas reco-
ahora, presumimos que las predicciones que                mendaciones:
realizamos son mejores si utilizamos escalas              -	 La evaluación del riesgo debe realizar-
de riesgo y que ello repercutirá tanto en la                 se de manera científica, profesional y de
asignación a la medida más adecuada como                     acuerdo a las consideraciones legales pro-
en la planificación de su PIEM.                              pias de cada marco jurídico concreto.
    A lo largo del texto de la LORPM y de su              -	 El riesgo puede y debe ser evaluado de
Reglamento se solicita a las “ciencias no jurí-              distintos modos y mediante variados pro-
dicas” que prediga la conducta delictiva, con                cedimientos.
dos funciones generales, la primera para pre-             -	 En promedio, la evaluación del riesgo de
ver el futuro comportamiento del joven, por                  violencia es tan adecuada y “certera” como
ejemplo ante la posibilidad de un permiso, y                 puedan serlo otros muchos pronósticos,
la segunda se encuentra ligada al tratamien-                 tales como el meteorológico, el financiero,
to o medida judicial a ejecutar.                             el industrial, el médico, etc.
    Hagamos un breve recogido por ambos                   -	 No es posible realizar predicciones espe-
textos legales para identificar en qué mo-                   cíficas de violencia futura en un individuo
mentos se requiere una predicción y, por tan-                determinado con un elevado nivel de cer-
to, la identificación de los factores de riesgo              teza o de previsión científica. No podemos
que están asociados a la conducta delictiva.                 conocer el riesgo real, simplemente pode-
                                                             mos estimarlo asumiendo ciertas restric-
   Algunos de estos ejemplos son:                            ciones temporales y de contexto.
-	 Sustentar con criterios la reincidencia o
   informar sobre la posibilidad de fuga.                 El proceso de valoración del
-	 Informar sobre el cambio de una medida y
                                                          riesgo en la ley penal del me-
   asegurarnos que no va a darse una nueva
   conducta delictiva.                                    nor
-	 Predecir que ante una salida o permiso no                 Parece difícil que la “justicia reparadora”,
   se va a producir un incumplimiento de la               por sí sola pueda ser una respuesta suficiente
   medida.                                                ante los jóvenes delincuentes. Para ser res-
                                                          ponsable no basta con enfrentarse al daño
   Otras dos funciones que se derivan de la               cometido, no basta con ver y escuchar el
capacidad de previsión del estudio del me-                reproche por parte de la víctima o de la co-
nor son:                                                  munidad, es necesario también que se modi-
                                                          fiquen sus necesidades criminógenas.

                                                     49
Las necesidades criminógenas como fac-             cual se considera la delincuencia como algo
tores de riesgo dinámicos son modificables y           parecido a una enfermedad o en un modelo
podemos actuar sobre ellos. A diferencia de            de disuasión que pretenda intimidación a tra-
los factores estáticos, como el sexo, el histo-        vés del castigo penal, sino en una perspectiva
rial delictivo y cualquiera de los aspectos del        cognitivo-conductual de la criminalidad.
pasado que, como hechos ya transcurridos,
                                                          El entrenamiento cognitivo-conductual
no pueden cambiarse, las necesidades crimi-
                                                       pretende equipar al delincuente con habili-
nógenas constituyen un grupo de objetivos
                                                       dades que le permitan enfrentarse a los pro-
de intervención de primer orden, ya que si re-
                                                       blemas con sus propios recursos; habilidades
sultan afectados en un sentido positivo pro-
                                                       que, mejor aún, le ayude a evitar los proble-
mueven la competencia social del sujeto.
                                                       mas, ya que muchos delincuentes presentan
   Se comprenderá entonces que las ac-                 conflictos en sus relaciones sociales (rela-
ciones tomadas en el marco de una justicia             ciones difíciles con los padres, irritabilidad,
reparadora resultan insuficientes si lo que            desobe­ iencia, falta de conformidad social...),
                                                               d
se trata es de modificar estilos de vida que           siendo más acusado en el caso de los reinci-
son claramente antisociales, es decir, que es-         dentes (Garrido y López Latorre, 2005). De
tán ya consolidados en el obrar habitual del           hecho, las modernas prácticas cognitivo-con-
sujeto. La investigación señala claramente             ductuales en el tratamiento de los delincuen-
que se precisan programas de intervención              tes están orientadas a que el sujeto adquiera
cuidadosamente planificados con objeto de              un mayor control en el establecimiento de
cambiar esas necesidades criminógenas.                 objetivos y acciones prosociales. El propósi-
   Más bien se hace necesario contar con               to de estas técnicas es fomentar el desarrollo
nuevas posibilidades de comportamiento, y              cognitivo y enseñar habilidades cognitivas
esto se logra enseñando al sujeto las habili-          específicas, pero en modo alguno rechaza la
dades de competencia social necesarias. Es             necesaria prestación de los recursos sociales
decir, proporcionándole recursos personales            para conseguir una adecuada integración so-
(capacidades, habilidades, actitudes) que le           cial. De este modo, el entrenamiento en las
integren en un grupo prosocial, y le permi-            habilidades cognitivas es esencial, pero no
tan sentirse útil y autónomo para llevar una           suficiente para conseguir la rehabilitación de
vida más efectiva. Si bien el énfasis se ubica         los delincuentes.
en aspectos del individuo, ha de entenderse                Resumiendo, la adquisición de una mayor
que el sujeto ha de disponer de las oportuni-          competencia social por parte de los jóvenes
dades necesarias en su medio para que tales            es una buena manera de inocularlos contra
capacidades, habilidades y actitudes puedan            situaciones de riesgo social, de hacerles más
desarrollarse.                                         resistentes a las presiones externas (familia-
   Educar a un delincuente juvenil que lleva           res delincuentes, amigos antisociales, etcéte-
ya varios años actuando al margen de la ley,           ra). O dicho de otro modo, la mejora de las
requiere, por consiguiente, de un esfuerzo             habilidades sociocognitivas constituye un
planificado, intensivo y sistemático, que              modelo eficaz de prevención y rehabilitación
básicamente se dirija a dotarle de nuevos              con delincuentes juveniles.
modos de actuar, de pensar y de sentir.                   ¿Cómo podemos desarrollar programas
   La pretensión ha de consistir en ayudar-            educativos eficaces y que a la vez den res-
los, en prepararlos para la vida en sociedad. Y        puesta del carácter “penal” (sancionador) de
para ello, tal y como señalan diferentes inves-        la medida en el marco de la ejecución de una
tigaciones, muchos programas eficaces no               medida judicial? ¿Podemos hacer nuestros
se basan en un modelo médico a partir del              programas más eficaces? ¿Tenemos capaci-
                                                       dad para disuadir del delito a los jóvenes in-
                                                  50
fractores y que sean sujetos prosociales o al           das de protección adecuadas a las circuns-
menos que no reincidan?.                                tancias conforme a lo dispuesto en la Ley Or-
                                                        gánica 1/1996 de 15 de enero.
    La respuesta habitual es la petición de
más recursos, pero también podemos mejo-                    	 Este grupo es sustancioso, y aunque lo
rar nuestra metodología y escuchar lo que la            cierto es que no todos los chavales que se ven
evidencia empírica dice al respecto en este             envueltos en estos expedientes continúan
momento en cuanto a la valoración del ries-             con una carrera delictiva, si lo hace un por-
go, asignación del tratamiento o los progra-            centaje de ellos: según los datos obtenidos
mas efectivos.                                          de las memorias del Servicio de Ejecución de
                                                        Medidas Judiciales de Menores, al menos un
   Hemos de estar vigilantes para evitar que
                                                        30 % de los menores atendidos con medida
la medida se interprete como mera actuación
                                                        judicial se les había abierto un expediente en
represiva instrumentalizada, que los cen-
                                                        fiscalía cuando tenían menos de 14 años.
tros en los que se ejecutan las medidas y los
educadores de medio abierto sean tan sólo                   	 Este es un punto crítico en el que la pre-
“productores de ejecución” y que no olviden             dicción se une a la prevención: deberíamos
su gran papel de “hacer” sujetos más compe-             tener instrumentos actuariales que discrimi-
tentes para sí mismos y para la sociedad.               nasen a los sujetos que con esas conductas
                                                        inician una carrera delictiva de aquellos que
    En resumen, para ser sujetos competentes
                                                        no lo harán.
se requiere algo más que la imposición de
una medida judicial y ejercer el control que                	 ¿Y qué sucede con los jóvenes a los que
requiere la pretensión retributiva de la justi-         se les incoa expediente en Fiscalía de Meno-
cia. Lo cierto es que nuestra misión priorita-          res (LORPM: artículo 16) y tienen más de 14
ria es esta: diseñar programas eficaces en el           años? Obviando otras posibilidades y cen-
marco de la ejecución de la medida. En este             trándonos en lo que nos interesa en este mo-
sentido la medida debe ser el medio para po-            mento, el Ministerio Fiscal pedirá un informe
sibilitar que los menores aprendan a ser más            al equipo técnico “sobre la situación psicoló-
competentes. Buscar el equilibrio entre la              gica, educativa y familiar del menor, así como
imposición de una medida (judicial) y dotarle           sobre su entorno social, y en general sobre
de carácter educativo a la misma es el reto de          cualquier circunstancia relevante a los efec-
todo sistema de justicia.                               tos de la adopción de alguna de las medidas
                                                        previstas…” (LORPM: artículo 27). Este es un
   Podemos establecer tres momentos en el
                                                        momento idóneo para realizar una predic-
marco de la LORPM, en el que tenemos la po-
                                                        ción de la conducta delictiva del sujeto, un
sibilidad de ejercer la “fuerza educativa”:
                                                        análisis de los factores de riesgo y por su-
1.-	Previa a la audiencia                               puesto, la de orientar la medida más adecua-
2.-	En ejecución de la medida                           da. Es cierto que el informe no es vinculante,
3.-	Post-ejecución de una medida                        pero recordemos que la LORPM en su artículo
                                                        7.3. señala que “para la elección de la medida
   ¿Qué ocurre con los menores que son de-              o medidas adecuadas, tanto por el Ministerio
nunciados (que cometen hechos susceptibles              Fiscal y el letrado del menor en sus postula-
de ser penalizados) pero tienen menos de ca-            ciones como por el Juez en la sentencia, se
torce años cuando cometen los hechos?                   deberá atender de modo flexible, no sólo a
   	 Al amparo del artículo 3 de la LORPM               la prueba y valoración jurídica de los hechos,
sobre el régimen de los menores de catorce              sino especialmente a la edad, las circunstan-
años, el Ministerio Fiscal los remite a la enti-        cias familiares y sociales, la personalidad y el
dad pública de protección de menores a fin              interés del menor, puestos de manifiesto los
de valorar su situación y promover las medi-

                                                   51
dos últimos en los informes de los equipos              se sustituirá por un Modelo Individualizado
técnicos y, en su caso, de las entidades públi-         de Ejecución de Medida (M.I.E.M.), que se di-
cas de protección y reforma de menores emi-             señará igual que el PIEM, exceptuando tratar
tidos conforme a lo dispuesto en el artículo            el delito cometido, pues no existe sentencia
27 de la presente Ley. …”                               firme que le responsabilice de tales conduc-
   En el momento de la audiencia (o en su               tas, y por tanto es presunto.
caso comparecencias), tanto el equipo técni-                Siguiendo a Garrido (1989), lo cierto es
co del juzgado como los representantes que              que “un programa de educación individua-
asistan de las entidades públicas pueden in-            lizado se basa en determinar qué es lo que
formar sobre el análisis de necesidades y ries-         se precisa conocer para especificar los obje-
go realizado del menor y hacia dónde debe               tivos a alcanzar, así como el modo en que se
conducirse la respuesta jurídico-educativa,             va a llevar a cabo”. Es el instrumento educa-
para minimizar el efecto de dichos factores.            tivo en el que el educador responsable de la
   Una vez escuchadas todas las partes, y               ejecución de la medida va a articular todas
celebrada la audiencia, el Juez de Menores              las acciones y objetivos necesarios para que
remitirá la sentencia junto con el informe téc-         el menor supere los factores que le llevaron
nico (LORPM: artículo 46 y Reglamento: artí-            a cometer la infracción, y por tanto que no
culo 10,1-1ª), y se iniciará la actuación de los        vuelva a delinquir. Con lo que ya sabemos al
equipos que ejecutan las medidas, quienes               respecto lo que necesitamos conocer son las
elaborarán un programa ajustado a las cir-              necesidades criminógenas, formulando los
cunstancias personales, sociales, familiares, y         objetivos vinculados a las mismas.
educativas, teniendo en cuenta la naturaleza
de la medida y el tiempo de ejecución.                     ¿Quién diseña el PIEM? ¿En base a qué
                                                        se elabora? ¿Cuál es su contenido? ¿Debe
                                                        contemplar las reglas de conducta? ¿Quien
El Programa Individualizado                             evalúa la ejecución y da “el aprobado” de la
de Ejecución de la Medida (PIEM)                        medida?
  ¿Cómo llamar a este instrumento en el                     La competencia funcional de la ejecución
marco de la justicia penal de menores en el             de las sentencias dictadas por los juzgados
que se planifica la actuación con el menor?             de menores corresponden a las entidades
                                                        públicas, que son las comunidades autóno-
    En la LORPM aparece con distintas deno-             mas (LORPM, artículo 45.1; Reglamento artí-
minaciones: como programa de ejecución                  culo 8.1.), pudiendo establecer los convenios
en los artículos 44.2.c y 46.1, como programa           o acuerdos de colaboración necesarios con
de intervención en el artículo 7.1.h, simple-           otras entidades, bien sean públicas, de la
mente como programa en el artículo 45.1 y               Administración del Estado, Local o de otras
por último como programa de tratamiento                 Comunidades Autónomas o privadas… para
individualizado en el artículo 56.2.g. Esta             la ejecución de las medidas de su competen-
amalgama de significantes, para referirnos              cia, bajo su directa supervisión, sin que ello
al mismo significado, queda más delimitada              suponga en ningún caso la cesión de la titu-
en el posterior Reglamento de la Ley como               laridad y responsabilidad derivada de la eje-
Programa de Ejecución de Medidas Judicia-               cución” (LORPM: artículo 45.3).
les (PIEM), y se recoge en numerosos artícu-
los. Tenemos la excepción en la ejecución de               En un plazo no superior a 5 días desde el
las medidas cautelares (Reglamento: Artículo            conocimiento de la sentencia la entidad pú-
29) donde se dice que “para salvaguardar y              blica designe un profesional responsable del
respetar el principio de inocencia, el progra-          diseño y ejecución del PIEM (Reglamento: ar-
ma individualizado de ejecución de medida               tículo 10.1-3ª).

                                                   52
El PIEM será elaborado por dicho profe-              cuestiones fundamentales. La primera es que
sional o en su caso por el centro, en el plazo          disponemos de veinte días para valorar las
de 20 días, desde el inicio de la intervención          áreas o ámbitos del menor, identificar cuá-
para las medidas de libertad vigilada e inter-          les son los factores de riesgo dinámicos, (es
namiento, y para el resto de medidas desde la           decir, sus necesidades criminógenas) para
designación del profesional.                            dirigir nuestros objetivos a ellos, y hemos de
                                                        hacerlo con diligencia. La segunda, dentro de
    	 Durante este periodo, el profesional de-
                                                        la ejecución de un tipo de medida determi-
signado por la entidad pública se entrevista-
                                                        nada, es que hemos de establecer el nivel de
rá con el menor para evaluar sus necesidades
                                                        intensidad o periodicidad de las intervencio-
(Reglamento: artículo 17.2). En el programa
                                                        nes. Por ejemplo, una libertad vigilada puede
individualizado de ejecución de la medida,
                                                        suponer supervisar al menor o acudir a las
el profesional expondrá la situación general
                                                        sesiones de un determinado programa, tres,
detectada, los aspectos concretos referentes
                                                        cuatro o dos vez a la semana; tal vez, cada
a los ámbitos personal, familiar, social, educa-
                                                        quince días o una vez al mes; y sigue siendo
tivo, formativo o laboral en los que se con-
                                                        la ejecución de una libertad vigilada. ¿Qué
sidera necesario incidir, así como las pautas
                                                        criterios seguimos para establecer esta inten-
educativas que el menor deberá seguir para
                                                        sidad o periodicidad?.
superar los factores que determinaron la in-
fracción cometida (Reglamento: articulo 18.2                	 Es evidente que requerimos de instru-
y LORPM: artículo 7.1.h), cuando se le hubiese          mentos validos y fiables, y de profesionales
impuesto alguna regla de conducta se adjun-             formados y entrenados para ello que sean ca-
tará al PIEM (Reglamento: artículo 18.3).               paces de hacer frentes a estos dos retos. Por
                                                        lo que hemos visto hasta ahora, la respues-
   	 Además en el PIEM, y dependiendo de
                                                        ta la tenemos en la utilización de las escalas
la medida que se imponga, contemplare-
                                                        actuariales, que nos permitan la evaluación
mos la intensidad de las visitas, entrevistas o
                                                        del riesgo, para diseñar buenos objetivos y
los elementos de control y supervisión para
                                                        nos establezcan un determinado nivel para la
ejecutar la medida (ver en el Reglamento los
                                                        gestión del riesgo.
siguientes artículos: para la libertad vigilada
-18.2-; convivencia -artículo19.2-; asistencia              Habitualmente cuando finaliza la medida
a centro de día –artículo 17.2-; tratamiento            suele finalizar la intervención, excepto que el
ambulatorio –artículo 16-; prestación en be-            menor tenga acumuladas otras medidas o ex-
neficio de la comunidad –artículo 20.7 y 20.8;          pedientes pendientes de ejecutar. El educa-
tareas socioeducativas –artículo 21-, centro            dor responsable de la ejecución, y en su caso
en régimen cerrado –artículo 24; en régimen             el centro, es quien evalúa los objetivos plan-
semiabierto –artículo 25 y en régimen abier-            teados en el PIEM, y comunica en el informe
to –articulo 26-).                                      final al juez la consecución de los objetivos
                                                        y por tanto, la entidad judicial dará por con-
    	 Una vez elaborado el PIEM debe ponerse
                                                        cluida o no la medida. En este momento, el
en conocimiento del juez para su aprobación
                                                        profesional de la intervención, y siguiendo la
(LORPM: artículo 44.1.c.; Reglamento: artículo
                                                        línea de actuación iniciada, valorará de nuevo
10.1-5ª). Con dicha aprobación se dará inicio
                                                        el riesgo, con un doble objetivo: el primero es
a la ejecución de la medida, excepto para el
                                                        la evaluación final de la medida y comprender
internamiento y la libertad vigilada que ya lo
                                                        si la intervención ha minimizado los factores
hicieron desde el ingreso a centro o la prime-
                                                        de riesgo dinámicos detectados; el segundo
ra entrevista con el profesional.
                                                        es establecer el grado de riesgo con que se
   Por lo que respecta a la gestión y la inter-         deriva o finaliza la intervención. ¿Debe con-
vención educativa, hemos de resolver dos                tinuar una intervención educativa cuando

                                                   53
finaliza la medida? Desde la perspectiva ju-           A modo de resumen: principios
rídica, no debemos continuar puesto que la             de intervención
medida judicial con el carácter “retributivo”
ya ha finalizado y es la esfera jurídica quien             A modo de síntesis, y de lo dicho hasta
marca el principio y fin, de ahí la importancia        ahora, en el periodo de evaluación, hemos
de realizar una valoración del riesgo ajustada         de tener en cuenta los siguientes principios
al inicio para poder orientar la naturaleza de         criminológicos.
la medida y el tiempo necesario. Si el sujeto          1.-	Rastrear diversas áreas o ámbitos, pero
requiere de mayor intervención educativa                   que sean significativos y estén sustentado
para superar los factores de riesgo dinámicos              por las nuevas teorías integradoras de la
detectados, debemos de llegar al compromi-                 criminología.
so con el menor de continuar la intervención,          2.-	Utilizar distintos métodos para la obten-
bien en el propio equipo o derivándolo a los               ción de información. En la valoración del
equipos de base comunitarios.                              riesgo, cuando se utilizan escalas, la in-
                                                           formación básica suele realizarse a través
   	 Por último hemos de indicar que la va-                de la entrevista, pero no olvidemos que
loración del riesgo al finalizar la medida nos             debemos de complementarla con otros
puede orientar en la toma de decisiones de                 procedimientos como son el vaciado de
hacia dónde dirigir el caso. En concreto pode-             expediente, informes técnicos, evaluacio-
mos contemplar las siguientes posibilidades:               nes psicológicas, etc.
                                                       3.-	Ante la información comprometida que
1.-	Sin ninguna intervención educativa y/o                 no se pueda verificar, es mejor excluirla de
    judicial                                               la valoración.
2.-	Con seguimiento postmedida, si el me-              4.-	Las escalas de valoración de riesgo están
    nor y su familia expresasen su deseo de                para apoyar decisiones, nunca debemos
    continuar voluntariamente con el progra-               de basar exclusivamente nuestra toma de
    ma educativo, una vez propuesto por el                 decisiones en ellas, nuestra comprensión
    educador y justificada la continuación.                cabal del caso tiene la última palabra.
                                                       5.-	Enlazando con lo anterior: el principio de
3.-	Con seguimiento por parte de los servi-                profesionalidad plantea que la responsa-
    cios sociales municipales, si dada la pro-             bilidad es del profesional que realiza la va-
    blemática del menor fuese conveniente                  loración y ejecuta la medida.
    continuar la intervención desde algunos            6.-	Dirigir nuestra intervención educativa ha-
    de los programas municipales.                          cia los factores de riesgo dinámicos (ne-
4.-	Derivación al Servicio de Protección de                cesidades criminógenas) puede reducir la
    Menores, si el menor se encontrase en                  actividad de conductas infractoras.
    una situación de sospecha de desamparo.            7.-	Para ello los objetivos son piezas claves en
                                                           el PIEM, pues nos guían “como vías” que
5.-	Derivación al Servicio de Inserción y                  nos conducen al lugar al queremos ir; en
    Promoción Sociofamiliar, si el menor se                su formulación hemos de tener en cuen-
    encontrase en situación de riesgo social y             ta:
    fuese valorado como sujeto con escasas             -	 Considerar las necesidades criminógenas
    necesidades criminógenas y probabilida-                del menor.
    des de reincidencia.                               -	 Considerar la capacidad de respuesta.
                                                       -	 Establecer objetivos realistas y alcanza-
6.	 Continuación con otra medida judicial
                                                           bles.
    de medio abierto, con lo que se iniciará
                                                       -	 Que sean específicos y concretos.
    de nuevo el procedimiento.
                                                       -	 Comprensibles para el menor y sus pa-
                                                           dres.
                                                  54
-	 Estar aceptados por el menor.                               -	   Garrido Genovés, V. (2003). Psicópata y otros de-
-	 Tener una fecha limitada de cumplimien-                          lincuentes violentos. Valencia: Tirant lo Blanch
    to.                                                        -	   Garrido Genovés, V. y López Latorre, V. (1995).
                                                                    La prevención de la delincuencia: el enfoque
-	 Revisarlos de forma dinámica.
                                                                    de la competencia social. Valencia: Tirant lo
8.-	De acuerdo al principio de riesgo y al de                       Blanch
    oportunidad, reducir la intervención en                    -	   Garrido Genovés, V. López Latorre, M.J. (2005).
    caso de escaso riesgo e intensificarla en                       Manual de Intervención Educativa en Readapta-
    aquellos que presenten un mayor índice                          ción Social. Vol 2. Los Programas del Pensamien-
    de riesgo.                                                      to Prosocial. Valencia: Tirant lo Blanch
9.-	El P.I.E.M. debe recoger expresamente                      -	   Garrido Genovés, V.; Lopez Martín, E.; Silva do
    tanto las pautas socioeducativas elabora-                       Rosario, T.; Lopez Latorre y Molina Morales, P.
                                                                    (2006). El modelo de la competencia social de la
    das por el equipo de intervención como
                                                                    Ley de Menores. Cómo prevenir y evaluar la in-
    aquellas reglas de conductas y recursos                         tervención educativa. Valencia: Tirant lo Blanch
    específicos que, en su caso, se reflejen en                -	   Gendreau, Little y Goggin (1996). A meta-
    la sentencia. (Reglamento: Art. 18.2).                          analysis of the predictors of adult ofender
10.-El menor tiene derecho a conocer los ob-                        recidivism: What Works?. Criminology, 34 (4),
    jetivos y contenido del P.I.E.M., y a partici-                  575-607.
    par en la elaboración del mismo.                           -	   Gendreau, P.; Goggin, C. y Smith, P. (2002). Is
                                                                    the PCL-R really the «umparalleled» offender
                                                                    risk assessment measure?. Criminal Justice and
                                                                    Behavior, 29, 397-426.
                                                               -	   Grove, W.M. y Meehl, P.E. (1996). Comparative
Referencias                                                         efficiency of informal (subjective, impressio-
-	   Andrews, D.A. (1982). The Level of Supervision                 nistic) and formal (mechanical, algorithmic)
     Inventory (LSI): The first follow-up. Toronto: Mi-             prediction procedures: The clinical-statical
     nistry of Correctional Services.                               controversy. Psychology, Public Policy, and Law,
-	   Andrews, D.A. y Bonta, J. (1995). The Level                    2, 293-323.
     of Service Inventory-Revised. Toronto: Multi-             -	   Hare, R.D. (1990). The Hare Psychopathy Chec-
     Health Systems.                                                klist-Revised. Toronto: Multi-Health Sytems.
-	   Andrews, D.A. y Bonta, J. (2003). The Psycholo-           -	   Harris, G.T.; Rice, M.E. y Quinsey, V.L. (1993).
     gy of Criminal Conduct. Cicinnati: Anderson (3ª                Violent recidivism of mentally disordered
     edicion)                                                       offenders: The development of a statistical
-	   Andrews, D.A.; Bonta, J. y Hoge, R.D. (1990).                  prediction instrument. Criminal Justice and Be-
     Classification for effective rehabilitation: Re-               havior, 20, 315-335.
     discovering psychology. Criminal Justice and              -	   Hoge, R.D. (1999a). An expanded role for psycho-
     Behavior, 17, 19-52.                                           logical assessments in juvenile justice systems.
-	   Andrews, D.A.; Zinger, I.; Hoge, R.D.; Bonta, J.;              Criminal Justice and Behavior, 26, 251-266.
     Gendreau, P. y Cullen, F.T. (1990). Does correc-          -	   Hoge, R.D. (1999b). Assessing adolescent in
     tional treatment work? A clinically-relevant                   educational, counselling, and other settings.
     and psychologically informed meta-analysis.                    Malhwah: Erlbaum
     Criminology, 28, 369-404.                                 -	   Hoge, R.D. (2001). The juvenile offender: Theo-
-	   Boothby, J.L. y Clements, C.B. (2000). A natio-                ry, research, and application. Norwell: Kluwer
     nal survey of correctional psychologists. Crimi-          -	   Hoge, R.D. y Andrews, D.A. (1996). Assessing
     nal Justice and Behavior, 27, 715-731.                         the youthful offender: Issues and techniques.
-	   Chico, E. y Tous, J.M. (2001). Predicción de la                New York: Plenum Press
     psicopatía (en el PCL-R) a partir de variables de         -	   Hoge, R.D. y Andrews, D.A. (2002). Youth Level
     personalidad y conducta antisocial. Ciencias                   of Service/Case Management Inventory (YLS/
     Penales Contemporáneas, Año 1, nº 2, 455-485.                  CMI). Toroto: Multi-Health Systems.
-	   Gallagher, R.W.; Somwaru, D.P. y Ben-Porath,              -	   Lipsey, M. W. y Wilson, D.B. (1998). Effective
     Y.S. (1999). Current usage of psychological test               intervention for serious juvenile offenders:
     in state correctional settings. Corrections Com-               A synthesis of research. En Loeber, R. y Far-
     pendium, 24, 1-3, 20.                                          rington, D.P. (Eds.). Serious and violent juvenile

                                                          55
offenders: Risk factors and successful interven-
     tions. London: Sage (pp. 313-345).
-	   López Latorre, M.J. y Garrido Genovés, V.
     (2005). La psicología de la delincuencia juvenil:
     explicación y predicción. En Garrido, V. (2005).
     Manual de intervención Educativa en Readapta-
     ción Social. Vol. 1: Fundamentos de la interven-
     ción. Valencia: Tirant lo Blanch (pp. 47-73)
-	   Mulvey, E.P., Arthur, M. W. y Reppucci, N.D.
     (1993). The prevention and treatment of juve-
     nile delinquency: A review of research. Clinical
     Psychology Review, 13, 133-167.
-	   Quinsey, V.L.; Harris, G.T.; Rice, M.E. y Cormier,
     C.A. (1998). Violent offenders: Appraising and
     managing risk. Washington: American Psycho-
     logical Association.
-	   Redondo Illescas, S. (2004). La predicción de
     la delincuencia y la violencia de los jóvenes.
     Ponencia presentada en el Curso “Métodos
     eficaces para prevenir la violencia juvenil. La
     intervención desde la familia, la escuela y la
     comunidad. Universidad Internacional Menén-
     dez Pelayo. Valencia
-	   Tate, D.C., Reppucci, N.D. y Mulvey, E.P. (1995).
     Violent juvenile delinquents: Treatment ef-
     fectiveness and implications for future action.
     American Psychologist, 50, 777-781.




                                                          56
Características de los educadores sociales de los
    recursos residenciales de atención a la infancia y
    adolescencia en Catalunya
                         1
   Teresa Marzo Arpón

Resumen:
Esta investigación planteó la consecución de dos objetivos: mostrarnos la radiografía de las caracte-
rísticas de los educadores sociales que ejerce la profesión en los recursos residenciales de atención a
la infancia y adolescencia en situación de riesgo social y conocer el nivel de desarrollo de las funcio-
nes educativas que estos profesionales tienen atribuidas en el marco residencial. El marco teórico que
enmarca la investigación se estructura en dos bloques temáticos complementarios, uno primero que
presenta un recorrido histórico de la profesionalización de la educación social según las dimensiones
que transforman una ocupación en una profesión: corporativa, formativa, social y laboral. Con relación
al segundo bloque, se estructura en el marco jurídico, el administrativo y el educativo que recogen las
funciones que tiene atribuidas el educador social en los recursos residenciales. La comparación entre
estos tres marcos permite plantear una clasificación de las funciones en cinco áreas: atención educativa
individual, atención educativa grupal, en relación con el equipo educativo, en relación con el entorno
social/red extensa y las funciones en relación con los servicios sociales de protección.
Finalmente presenta las conclusiones como resultado de la pasación de un cuestionario autoadmin-
sitrado a un universo poblacional de 600 educadores de centros de acogida y centros residenciales de
atención educativa de Barcelona y provincia. Describe las características de estos profesionales: perfil
demográfico, perfil formativo y perfil laboral y, propone una nueva clasificación de funciones atendien-
do su desarrollo actual: funciones de atención directa, funciones de sistematización de la información e
intervención educativa y funciones del trabajo en equipo.


Palabras clave: educadores sociales, funciones, formación, condiciones laborales, intervención educa-
tiva, coordinación, actitudes del educador, habilidades del educador.



   Este artículo es un resumen de los resul-            infancia y de juventud y de profesionales del
tados obtenidos en la investigación realizada           ámbito de la infancia en situación de riesgo o
en el marco de la tesis doctoral Características        en situación de conflicto social.
de los educadores sociales de los recursos resi-            En el territorio español, este Programa
denciales de atención a infancia y adolescencia         Europeo de Investigación se ha desarrolla-
en Barcelona y provincia, (Marzo, T., 2007)2.           do mediante la investigación El estado de
   Este estudio forma parte de la primera               los recursos residenciales para la infancia y
fase del Programa Europeo de Investigación3             adolescencia en Catalunya. Mapa de recursos
(2003-2005) denominado Network Children                 residenciales en Catalunya, siendo uno de los
at Risk: Transnational co-operation and ex-             objetivos planteados el de Conocer las ca-
change project to combat social exclusión que           racterísticas de los profesionales que trabajan
tiene por finalidad crear una Red Transnacio-           en los recursos residenciales para la infancia y
nal de Investigación Social configurada por             adolescencia en Catalunya, objetivo que ha
investigadores, responsables de políticas de            guiado y aportado singularidad a la investi-
                                                        gación que presentamos4.


                                                   57
Justificación de la investigación                       cualificación profesional de los educadores
                                                        sociales. Visualizar el desarrollo profesional
    La gran revolución en la concepción de la           que ha alcanzado este colectivo como con-
educación que se produjo en el primer tercio            secuencia de las medidas impulsadas por la
del siglo XX en Europa5 generó en España,               universidad, el Estado, los profesionales y el
a partir de la aprobación de la Constitución            mercado laboral (Sáez, 2003c, 2006), básica-
Española (1978), una revisión del modelo                mente la diplomatura en Educación Social,
institucional tutelar, del modelo relacional y,         la creación de los colegios profesionales, la
a la vez, de las funciones atribuidas a los pro-        regulación laboral en la Administración y la
fesionales de atención a la infancia en medio           identidad como colectivo profesional, nos
residencial para adecuarse a los paradigmas             muestra el impacto positivo que éste ha te-
de normalización y de participación, marca-             nido en la consolidación de la profesión y en
dos por la Convención sobre los Derechos del            el ejercicio de ésta; y conocer la relación que
Niño6.                                                  existe entre la profesionalización del educa-
    El cambio de paradigma fue acompañado               dor social y el desarrollo del encargo, y entre
de un reajuste de las funciones atribuidas a            éste y la tipología de los recursos residencia-
los educadores sociales porque el menor                 les (centros de acogida y centros residencia-
adopta un papel activo en el diseño de su               les de acción educativa)9 y la dependencia
propio proceso y porque se le exige al pro-             administrativa (centros propios, centros de
fesional una actualización constante de sus             gestión delegada y centros concertados con
conocimientos y un mayor compromiso pro-                la Administración)10 nos muestra el estado
fesional.                                               actual de la atención residencial desde el
    En el Sistema de Protección a la infancia           punto de vista de los educadores sociales en
en Catalunya7 se entiende la intervención del           relación con el cumplimiento del encargo.
educador social como un encargo que reci-                   La perspectiva que aportan los profe-
be de la Dirección General de Atención a la In-         sionales de atención directa en los recursos
fancia y a la Adolescencia8 (DGAIA) que tiene           residenciales (RR) es de máximo interés en
la responsabilidad pública y subsidiaria de             los momentos de evaluación y revisión de
atender y proteger a los menores de edad. El            la líneas de actuación educativas y sociales,
educador social que encontramos en los cen-             tanto las micro (en el día a día en los recur-
tros residenciales recibe el doble encargo de           sos residenciales) como en las macro (en el
guarda y atención educativa en relación con             Sistema de Protección). Aunque son los que
los niños acogidos.                                     mejor conocen cómo se puede engranar el
    En la actualidad los centros de menores             encargo con las dimensiones de la calidad11
han superado las limitaciones de las grandes            en el recurso residencial y en relación con el
instituciones tutelares y hoy el mapa de re-            niño o adolescente, para mejorar la eficiencia
cursos residenciales de Catalunya cuenta con            y la efectividad del Sistema de Protección, se
centros de reducido tamaño y con capacidad              debería también recoger la valoración que
de acogida no superior a las 20 plazas en la            hacen los destinatarios del servicio aún sa-
mayoría de los casos. Estos recursos tienen             biendo que “con frecuencia la investigación
elaborado un Proyecto Educativo de Centro               científica se ha aliado con esta visión de los ni-
“como elemento básico, necesario e imprescin-           ños como personas incapaces o aún-no com-
dible para la organización, la regulación y la          petentes para manifestarse en relación a los
evaluación de la tarea educativa” (Panchón,             problemas que les afectan. Los datos de cues-
1998:135).                                              tionarios o los de entrevistas con niños o niñas
    A estas mejoras estructurales y organiza-           han sido criticados en numerosas ocasiones,
tivas en el terreno de la protección a la in-           por ser considerados poco válidos o fiables” Ca-
fancia se suman los avances realizados por la           sas, F. (1998:35).
.
                                                   58
Precisamente, y teniendo en cuenta la di-            Diseño de la investigación
rectrices de la Convención, también la inves-
tigación científica debería cambiar su mirada               Planteamos un diseño metodológico
en relación con la infancia como fuente fiable          cuantitativo que da respuesta a una investi-
de información por ser parte activa del pro-            gación básica por la intencionalidad de cono-
ceso socioeducativo.                                    cer y explicar una realidad concreta que trata
                                                        de mostrar una instantánea del momento ac-
Objetivos                                               tual en la atención residencial; se enmarca en
                                                        los estudios descriptivos en la medida que se
   Los objetivos que guiaron la investigación           pretendía mostrar una radiografía de las ca-
respondieron al interés de:                             racterísticas de los educadores sociales de los
-	 Conocer las características de los educado-          RR a principios del siglo XXI y aplica el diseño
   res y las educadoras sociales que ejercen la         no experimental de encuesta de recogida de
   profesión en los recursos residenciales de           información en un sólo momento dadas las
   atención a la infancia y adolescencia de             características de la investigación.
   Barcelona y provincia.                                   Un cuestionario autoadministrado facilitó
                                                        la recogida de datos dado el elevado número
-	 Conocer el desarrollo de las funciones12 que         de participantes de la población de estudio
   las educadoras y los educadores sociales tie-        (un censo de 600 educadores y educadoras
   nen asignadas en los recursos residenciales          sociales), su dispersión en el territorio y la
   de atención a la infancia y adolescencia de          dificultad de entrevistarlos (distribuidos en-
   Barcelona y provincia.                               tre los centros de acogida y los centros resi-
                                                        denciales de acción educativa13 de Barcelona
    A su vez, el primero se desglosó en los ob-         y provincia); y permitió reducir los elevados
jetivos específicos de:                                 costes temporales y económicos estimados.
-	 Conocer el perfil demográfico (edad/género).             El proceso de elaboración del instrumento
                                                        pasó por tres fases, una primera de construc-
-	 Conocer la formación de base .
                                                        ción, para la que se formó un Grupo de discu-
-	 Identificar la importancia otorgada a la for-        sión compuesto por 814 miembros a los que
   mación continua y a la participación en ac-          se convocó en dos sesiones de trabajo; la se-
   tividades formativas para mejorar la prácti-         gunda de validación del cuestionario, para la
   ca educativa.                                        que se creó un Grupo piloto15 formado por 20
-	 Determinar las condiciones laborales.                educadores y la tercera fase consistió en la re-
-	 Detectar la estabilidad laboral.                     dacción definitiva de cuestionario, quedando
                                                        éste estructurado en 4 bloques temáticos:
    De la concreción del segundo objetivo               1.	 Datos de identificación
general se desprendieron los objetivos espe-            2.	 Aspectos relacionados con el área técnico-
cíficos de:                                                 laboral:
                                                            -	 área formativa.
-	 Conocer el desarrollo de las funciones edu-
                                                            -	 área laboral.
   cativas de atención individual.
                                                            -	 experiencia como educador social.
-	 Conocer el desarrollo de las funciones edu-              -	 satisfacción profesional.
   cativas de atención grupal.                          3.	 Aspectos relacionados con las funciones
-	 Conocer el desarrollo de las funciones asig-             del educador social en el marco de la Vida
   nadas como miembros del equipo educati-                  cotidiana16:
   vo.                                                      -	 funciones en la intervención educativa
                                                               individual.


                                                   59
-	 funciones en la intervención educativa          últimos 50 años en relación con los orígenes
      grupal.                                         y las circunstancias políticas, económicas,
   -	 funciones como miembro del equipo               sociales y culturales que han conducido la
      educativo del recurso residencial.              profesión del educador social hasta princi-
   -	 funciones de coordinación con otros             pios del siglo XXI desde la dimensión histó-
      agentes de socialización que interac-           rica, formativa, corporativa y laboral que nos
      túan en la consecución de algunas               ayuda a ilustrar el análisis e interpretación de
      áreas del Proyecto educativo individual         los resultados obtenidos en la investigación
      (servicios sociales, sanidad, educación,        y también hace un recorrido por el Sistema
      familia y entidades de tiempo libre).           de protección español en el siglo XX y hasta
   -	 funciones de coordinación con otros             nuestros días, profundizando ampliamente
      profesionales de entidades del entor-           en la atención residencial; aunque ahora sólo
      no social (esplais, clubes de deporte,          presentaremos las conclusiones que hacen
      entre otros) y el entorno sociofamiliar         referencia a los dos objetivos que han guiado
      de origen (familia, amigos, voluntarios         la investigación.
      que interactúan en la consecución de
      algunas áreas del Proyecto educativo            Objetivo 1: Conocer las características de
      individual.                                     los educadores y las educadoras sociales.
4.	 Aspectos relacionados con las actitudes/             El análisis de los datos17 nos permi-
    habilidades del educador social.                  te dibujar el mapa social (Schatzman y
    Una vez obtenido el permiso de la DGAIA           Strauss, 1973) de los educadores y las
para entrevistar a los educadores sociales, la        educadoras sociales (ES) de los RR de
administración del cuestionario pasó por dos          atención a la infancia y adolescencia en
momentos, uno primero de contacto telefó-             los siguientes términos:
nico con los RR para concretar la entrega per-
sonal de los cuestionarios (600) y estimular             Perfil demográfico: la edad media de los
así la cumplimentación, mediante explica-             ES es de 33 años. Se trata de un colectivo jo-
ciones concretas de la finalidad de la inves-         ven, en el que el 83% no supera los 40 años.
tigación; y el segundo momento consistió                 En relación con el género, las educadoras
en la recogida personal de los cuestionarios          sociales (65%) doblan prácticamente en nú-
al cabo de un mes de haber sido entregados            mero a los educadores (35%). Continúa sien-
(se cumplimentaron 404 cuestionarios, por lo          do un ámbito de intervención en el que las
que la participación fue del 67,3% y el índice        mujeres representan la mayoría del colectivo
de mortalidad se limitó al 32,7%).                    profesional.
    El tratamiento de los datos recogidos se
realizó mediante el programa estadístico in-              Perfil laboral: la realidad laboral de los
formático (SPSS.10), aplicativo informático           ES se caracteriza por una dispersión salarial
que nos permitió realizar un análisis descrip-        elevada, una modalidad de contratación di-
tivo univariable y bivariable para conocer la         versa, aplicación de convenios laborales dis-
distribución de la población en cada variable         pares y elevada eventualidad; pero también
considerada en la investigación (edad, géne-          por la tendencia a reconocer en la mayoría
ro, dependencia administrativa y tipología de         de los contratos la categoría profesional en
centro).                                              relación con el trabajo que se desarrolla y por
                                                      incrementarse la estabilidad laboral.
Resultados por objetivos                                  El peso que adquiere esta realidad se re-
                                                      fleja en los siguientes datos:
   El marco teórico de la investigación reali-        -	 El 69% de los ES tiene contrato indefinido.
zada recoge una mirada retrospectiva de los

                                                 60
-	 La categoría profesional que figura en el               cia de la Generalitat de Catalunya orientadas
   contrato es de educador social en el 86%                a clasificaciones en relación con los destina-
   de los casos.                                           tarios18.
-	 El 43% de los ES recibe un salario anual                    La nueva agrupación plantea 3 grandes
   comprendido entre (11.214-16.800) € y el                áreas funcionales. La primera de éstas com-
   42% de (16.800-22.400) €.                               prende las funciones derivadas de la aten-
-	 Un 84% de los ES ha manifestado cambios                 ción directa, e incluye las funciones de:
   en los componentes del equipo educativo                 1.	 Atender las necesidades afectivas y edu-
   en el último periodo de tiempo anual.                       cativas.
-	 El 53% del colectivo está colegiado profe-              2.	 Atender las necesidades básicas (alimen-
   sionalmente y de éste, el 86% lo está en el                 tación, higiene, salud, etc.).
   Colegio de Educadoras y Educadores Socia-               3.	 Acoger y educar afectivamente en situa-
   les de Catalunya.                                           ciones cotidianas y de emergencia.
                                                           4.	 Acompañar al/la menor o a los/las meno-
   Perfil formativo: destaca la evolución                      res en los momentos y espacios que ha-
positiva que ha experimentado la dimensión                     gan necesaria su presencia.
formativa del ES tanto por el nivel académico              5.	 Velar para que el menor no sufra algún
alcanzado (estudios de Grado) como por su                      daño.
extensión e interés entre el colectivo.                    6.	 Trabajar educativamente el desinterna-
-	 El 76% de los ES es titulado universitario y                miento del menor.
   de éstos, el 50% es diplomado en Educa-                 7.	 Abordar los episodios de violencia y cam-
   ción Social.                                                bios de humor con intervenciones edu-
-	 En los RR de titularidad privada (Centros                   cativas de contención teniendo siempre
   Colaboradores y Centros de Gestión Dele-                    como objetivo el interés superior del me-
   gada) los diplomados en Educación Social                    nor.
   doblan en número a los de centros de titu-              8.	 Actuar, delante de situaciones conflictivas,
   laridad pública (Centros Propios).                          con el tacto suficiente como para que no
-	 La formación continua es muy importante                     se incremente el grado de tensión o vio-
   para el 93% de los ES, aunque sólo el 55%                   lencia.
   ha participado en alguna acción formativa               9.	 Atender y dar respuesta educativa a los
   en los últimos seis meses.                                  cambios del estado de ánimo y las crisis
                                                           10.	Evitar que se produzcan situaciones y /o
Objetivo 2: Conocer el desarrollo de las fun-                  acciones que provoquen peligro en el gru-
ciones que las educadoras y los educadores                     po.
sociales tienen asignadas en los recursos                  11.	Acompañar educativamente a los/las me-
residenciales.                                                 nores en la realización de las tareas de la
                                                               vida cotidiana (limpiezas, ordenar, cocinar,
   Los resultados obtenidos en la investiga-
                                                               poner la mesa y quitarla, etc.).
ción permiten proponer una nueva clasifica-
                                                           12.	Posicionarse adecuadamente en el grupo
ción de aquellas funciones que el educador
                                                               de adolescentes si conviven con niños /
desarrolla en el marco espacial delimitado
                                                               as, para evitar que sus actitudes y /o ca-
por el centro y en el centro, que responde al
                                                               racterísticas, afecten negativamente en la
que-hacer cotidiano de los ES en los RR alter-
                                                               convivencia de los más pequeños.
nativa a las clasificaciones que proponen au-
                                                           13.	Estimular y potenciar en el grupo el desa-
tores como Lloret, A., Montejano, A. (1996);
                                                               rrollo de las relaciones personales basadas
Mondragón, S., Trigueros, I. (2002); Fernández
                                                               en el apoyo intergrupal y la ayuda mutua.
del Valle, J., Fuertes, J. (2000); Lobo, E., Reque-
                                                           14.	Ser observador de las dinámicas de re-
na, D. (coord.). (1993) y otras publicaciones
                                                               lación que se producen tanto en el gran
de la Dirección General de Atención a la Infan-
                                                      61
grupo como en los subgrupos y detectar                   educativo individual de los/las menores
    como éstas cambian en el tiempo.                         acogidos en el RR.
15.	Estar alerta respecto la aparición de situa-         8.	 Conocer los procedimientos y circuitos
    ciones de maltratos propiciados por los                  de protección infantil establecidos por la
    propios niños/-as o por adultos y, en ge-                DGAIA de las situaciones más habituales
    neral, velar por la seguridad de todos en el             (autorización visitas, permisos, fugas, etc.)
    RR, incluyendo los educadores.                       9.	 Participar en la elaboración del proyecto
16.	Mantener un ambiente confortable y lim-                  educativo de RR y en su revisión.
    pio y velar por el buen uso de las instala-          10.	Utilizar los documentos estandarizados
    ciones como un modelo educativo por los                  (protocolos de observación inicial, Pro-
    niños / as atendidos en el RR.                           yecto educativo individual, Informe tuto-
                                                             rial de seguimiento educativo, diario, etc.)
    El conjunto de funciones relacionadas con
                                                             para registrar las observaciones de los/las
la atención directa del niño o del adolescen-
                                                             menores de manera habitual.
te, en la dimensión individual o grupal, pre-
domina con un 75% de desarrollo, bien sea                    La práctica de estas funciones alcanza sólo
en forma de cuidados básicos o en forma de               un desarrollo medio del 56%; su ejercicio se
atenciones educativas y relacionales, inde-              incrementa a medida que aumenta la edad
pendientemente de la influencia de las varia-            de los profesionales y éste es superior entre
bles demográficas (edad y género) y de las de            las educadoras. También son funciones más
carácter estructural (tipología y dependencia            desarrolladas en los Centros de Acogida (CA)
administrativa de los RR).                               que en los Centros Residenciales de Acción
    Destaca la segunda función: Atender las              Educativa (CRAE).
necesidades básicas (alimentación, higiene,                  Destaca la tercera función: Realizar las
salud, etc.) con una media de desarrollo del             tutorías y orientaciones individuales de los/las
86%, en relación con otras del mismo grupo               menores, con un desarrollo medio del 81%
categorial.                                              entre los ES de CA frente a un 56% en los
                                                         CRAE; y es inferior su ejercicio en los Centros
    La segunda área contiene las funciones
                                                         Colaboradores que en los Centros de Gestión
derivadas de la sistematización de la infor-
                                                         Delegada y en los Propios. También sobresa-
mación e intervención educativa, que son:
                                                         le la función: Elaborar el proyecto educativo
1.	 Explicar al/la menor la organización de la
                                                         individual, que desarrolla el 85,5% de los ES
    vida cotidiana del RR e implicarse educati-
                                                         y su práctica es superior en los educadores
    vamente con él o ella
                                                         mayores de 25 años. Son funciones que los
2.	 Velar por la confidencialidad y fiabilidad
                                                         educadores tutores (que son los que debían
    de la información del menor
                                                         responder esta pregunta) deben realizar con
3.	 Realizar las tutorías y orientaciones indivi-
                                                         los menores que tutoran según explicitan los
    duales de los/las menores
                                                         artículos 3619 y 4220, del Decreto 2/1997, de 7
4.	 Informar periódicamente al menor del es-
                                                         de enero, de Reglamento de Protección de los
    tado y evolución de su situación personal
                                                         menores desamparados y de la adopción, res-
    y familiar.
                                                         pectivamente.
5.	 Mantener y actualizar los registros forma-
                                                             La función que menos se ejerce es la de:
    les e informales respecto los/las menores,
                                                         Comunicar al menor el contenido del RRI, con
    así como los confidenciales o de acceso
                                                         un 68% de práctica independientemente de
    permitido
                                                         las variables demográficas y estructurales. No
6.	 Comunicar al menor el contenido del Re-
                                                         se puede considerar un buen resultado por
    glamento de régimen interno
                                                         tratarse de uno de los principios rectores21
7.	 Participar activamente en las reuniones
                                                         del Decreto 51/1986, de 13 de febrero, en el que
    de seguimiento y revisión del Proyecto

                                                    62
se aprueba el reglamento de funcionamiento                 reuniones de equipo, y /o supervisiones, y
de las entidades dedicadas a la protección de              / o trabajo coordinado, etc.
menores.                                               3.	 Acoger, aceptar y apoyar otros educado-
    Cuando las funciones derivadas de la sis-              res, especialmente a los que se incorporan
tematización de la información e interven-                 nuevos o temporalmente para facilitar su
ción educativa se han de activar en relación               integración en el RR
con el trabajo en equipo, la función de: Parti-        4.	 Evaluar, registrar y actualizar constante-
cipar en la elaboración del proyecto educativo             mente las propias habilidades y conoci-
del recurso residencial y en su revisión, decae            mientos a través de la formación continua
a un 48%. La vida cotidiana en el RR, por la               y la experiencia
presencia de los niños, implica una mayor
dedicación a las funciones derivadas de la                Este grupo de funciones se constata asen-
atención directa que a las funciones deriva-           tado en relación con las variables demográfi-
das de la sistematización de la información            cas y estructurales con un desarrollo medio
e intervención educativa; pero ello no ha de           del 79%. Es un resultado satisfactorio por
ser motivo para descuidar el ejercicio de las          el peso que tiene el trabajo en equipo en la
segundas. Tanto un grupo como el otro son              consecución del PEC y por el sentimiento de
imprescindibles e igual de relevantes para el          grupo que generan.
desarrollo del Proyecto Educativo del Centro
(PEC). Son funciones complementarias que el            Conclusiones del estudio
ES ha de asumir y practicar para asegurar una
intervención educativa de calidad y dar res-               La conclusión global que se desprende
puesta completa al encargo que recibe.                 del conocimiento de la práctica de las fun-
    La intervención educativa ha de reorien-           ciones que tienen atribuidas los ES en el mar-
tarse hacia la cultura de la mejora continua           co residencial es que existe diferencia entre
que conlleva, entre otros elementos estraté-           el ejercicio de las funciones derivadas de la
gicos, la utilización permanente y actualiza-          atención directa, las funciones derivadas de
da de la documentación que sustenta la ac-             la sistematización de la información e inter-
tividad educativa. La información registrada           vención educativa y las derivadas del trabajo
permite, con datos objetivos, dar a conocer            en equipo.
los resultados alcanzados en relación al cum-              Consideramos que algunos de los factores
plimiento del encargo de la Administración             que pueden estar influyendo en esta desigual
y, por lo tanto, hacer una evaluación del pro-         práctica funcional son: la organización de las
ceso de acogimiento residencial en toda su             actividades de vida cotidiana, la ratio edu-
dimensión.                                             cador social /niños acogidos, la distribución
                                                       horaria de la jornada laboral, la preferencia
    Las funciones derivadas del trabajo en             de los educadores por unas u otras funcio-
equipo configuran la tercera de las tres áreas         nes, la importancia que la Dirección del RR y
funcionales en relación con su práctica coti-          los ES otorgan a unas u otras funciones, los
diana en los RR y comprende las funciones de:          conocimientos necesarios para el manejo de
1.	 Actuar de manera que facilite la estabili-         los instrumentos y registros específicos de la
    dad y viabilidad de un equipo educativo            intervención educativa residencial y la forma-
    que cubra las necesidades de los/las me-           ción continua, entre otros.
    nores atendidos.                                       Algunos de estos factores ya se recogie-
2.	 Ser miembro activo y ayudar a construir un         ron en las conclusiones de la investigación
    equipo educativo con una base de acuer-            de Panchón (1993) y también se plantean
    do común, así como unos objetivos y cri-           como propuestas para el cambio y la mejora
    terios unificados de actuación, mediante           del Sistema de Protección a la infancia y ado-
                                                       lescencia en el Proyecto de ley de infancia de
                                                  63
Catalunya (2005) pendiente de aprobación                 técnica la que los diferencia de aquellos que
por el Gobierno Catalán.                                 sólo centraban su actividad en los cuidados
    Las tendencias protectoras del momento               y en el control.
nos recuerdan que la atención residencial es                 El colectivo de educadores sociales ha
la última de las propuestas técnicas a plan-             de hacer un esfuerzo por aportar más rigor
tear, pero en el caso de ser considerada como            a su actividad. Documentar la intervención
la mejor alternativa y haya que adoptarla, es            permite analizarla, compartir experiencias,
necesario trabajar desde el primer día por re-           sistematizarla y poderla evaluar para extraer
ducir la estancia del niño en el centro, enten-          pautas de intervención exitosas y mejorar las
diéndolo éste como un lugar de paso22.                   propuestas tanto técnicas (contención en el
    Este enfoque obliga a trabajar en futuro,            núcleo familiar y tratamiento substitutivo:
sin olvidar el presente. Además de las funcio-           acogimiento simple en centro residencial/
nes de atención directa relacionadas con la              acogimiento simple en familia de acogida,
vida cotidiana que implican la participación             acogimiento preadoptivo) como administra-
de los niños en la organización en las tareas            tivas (guarda administrativa y desamparo y
diarias y en la programación de las activida-            tutela administrativa); pero también para re-
des del curso, se debe exigir el desarrollo de           visar aquellas que no aportan los resultados
las funciones relacionadas con la programa-              esperados, elaborar estadísticas e informes
ción, la planificación, la revisión y la evalua-         comparativos y planificar nuevos recursos, es
ción de los proyectos educativos individuales            decir, construir una memoria colectiva en tor-
y grupales, y del PEC. Son funciones del edu-            no a las intervenciones educativas, que sólo
cador que se convierten en derechos de los               los registros lo van a permitir como fuente
menores en la medida que han de participar               documental de análisis.
en la toma de decisiones que afectan a sus vi-               La experiencia del profesional en ejerci-
das, contando con el apoyo del profesional, a            cio tiene el valor de crear modelos, pautas
la vez que han de estar informados de la evo-            y criterios orientadores del diseño de las in-
lución de su situación personal y familiar.              tervenciones socioeducativas, pero también
    Registrar la actividad educativa en las dife-        de orientar las políticas sociales. De la misma
rentes fases de producción, también se preci-            manera que se han activado diferentes accio-
sa imprescindible por la inestabilidad de los            nes de carácter profesional por la consolida-
equipos educativos. Cuando los profesiona-               ción y el reconocimiento de esta profesión, es
les que intervienen y toman decisiones sobre             necesario que también el cuerpo teórico que
la vida de los niños o en relación con la orga-          la sustenta se vaya tramando.
nización y normativa del centro, entre otras,                No olvidemos que la profesionalización
dejan de trabajar en el recurso, han de dejar            pasa por una tecnificación de los procesos de
constancia escrita, puesto que, en caso con-             trabajo y que el educador social también tie-
trario es fácil que se modifiquen sin intención          ne asignada como función: “elaborar y partici-
expresa, porque que los traspasos orales no              par en proyectos de investigación y docencia en
garantizan la transmisión de la información              el ámbito de educación social”23.
con la misma fidelidad.                                      Para concluir, presentamos una síntesis de
    Entendiendo los educadores como recur-               los retos que se le plantean al colectivo de
sos de la intervención, hay que obtener el               educadores sociales de atención a la infancia
máximo rendimiento de sus conocimientos,                 en medio residencial y a los responsables de
puesto que están formados para ir más allá               la Dirección General de Atención a la Infancia
de la atención directa. La formación recibida            y a la Adolescencia del Departamento de Ac-
les ha preparado para ser profesionales re-              ción Social y Ciudadanía de la Generalitat de
flexivos y para diseñar y programar la acción            Catalunya, a modo de propuestas de optimi-
educativa. Precisamente es esta capacidad


                                                    64
zación que incidan en la mejora de la calidad                        ción actual es la que es y ha mejorado en la
de la atención residencial.                                          última década por la influencia del avance
                                                                     general de la profesión.
           Tabla 1. Síntesis de los retos de los ES.                     La consecuencia que se ha de derivar de
  En relación con el colectivo de educadores sociales
                                                                     la profesionalización de este colectivo es una
  de atención a la infancia en medio residencial                     elevada especialización en el desarrollo del
     Incrementar la colegiación profesional                          encargo protector por la inclusión de las ten-
     Aumentar progresivamente los diplomados en                      dencias en política social y educativa en ma-
     Educación Social en tanto que son los profesionales             teria de infancia, en constante evolución.
     formados para desarrollar el encargo depositado
     por la Administración
                                                                         Estas conclusiones que se desprenden de
     Potenciar la formación continua. Forma parte del
     encargo profesional el mantener actualizados los
                                                                     la investigación realizada en la zona territo-
     conocimientos y así lo recomienda el Código                     rial de Barcelona y provincia son extensibles
     Deontológico , y se contempla en el Marco Adminis-              al colectivo de educadoras y educadores so-
     trativo en materia de infancia . La Dirección de los
     RR debe adoptar un papel más conciliador y
                                                                     ciales de los RR de Catalunya por dos moti-
     proactivo que estimule y apoye la formación                     vos: todos los RR enclavados geográficamen-
     continua del equipo educativo                                   te en Catalunya se rigen por el mismo marco
     Equilibrar los equipos educativos en relación con el            jurídico, por el mismo marco administrativo
     género. Por motivos educativos la composición de
     los equipos ha de ser mixta y equilibrada
                                                                     y también por el mismo marco educativo y
                                                                     prácticamente el 75% de los RR se ubica en
     Estabilizar los profesionales para lograr la consoli-
     dación del equipo y que ésta redunde en los Progra-             la zona de estudio y esta proporción se consi-
     mas de acción tutorial (Lázaro, 1999) y en la                   dera representativa de la realidad catalana24.
     aplicación del Proyecto Educativo de Centro
     Incrementar la contratación indefinida
     Regular las diferencias salariales

  En relación con el desarrollo del encargo en el marco              Referencias
  de los recursos residenciales de atención a la infancia
                                                                     -	   Casas, F. (1998). Infancia: perspectivas psicoso-
     Potenciar el desarrollo de los Programas de acción
     tutorial                                                             ciales. Barcelona: Paidós.
                                                                     -	   Direcció General d’Atenció a Ia Infància. (s.d.).
     Impulsar la participación de los educadores en la
     elaboración y revisión del Proyecto Educativo de                     Model educatiu pels centres d’observació i aco-
     Centro                                                               llida. Barcelona: Departament de Benestar
     Replantear las jornadas laborales. Es necesario                      Social. Generalitat de Catalunya. [s.n.]. Docu-
     reducir el tiempo de atención directa del educador e                 mento policopiado.
     incrementar el tiempo dedicado a la sistematización
                                                                     -	   Direcció General d’Atenció a Ia Infància. (1995).
     de la información e intervención educativa
                                                                          Documentació sobre programació i estudi diag-
     Revalorizar la experiencia de los educadores sénior.                 nòstic en els Centres d’Acollida. Reunió de Di-
     Éstos podrían adoptar el papel de mentor de
     educadores sociales noveles que inician su carrera                   rectors Centres d’Acolliment. Barcelona: De-
     profesional                                                          partament de Benestar Social. Generalitat de
     Incluir la Formación Continua como una función
                                                                          Catalunya. [s.n.].
     más del educador                                                -	   Direcció General d’Atenció a Ia Infància. [s.d].
                                                                          Document Projecte Marc Educatiu d’ Organitza-
                                                 Marzo (2007)
                                                                          ció i Gestió del Centre. Barcelona: Departament
                                                                          de Benestar Social. Generalitat de Catalunya.
   No son independientes unos retos de los                                [s.n.]. Documento policopiado.
otros, por la amplitud de sus efectos y por la                       -	   Generalitat de Catalunya. (2005). Perfil profes-
interrelación entre los dos niveles.                                      sional de l’educador/a social dels serveis de cen-
   La consecución de éstos repercutirá en la                              tres residencials d’acció educativa i de centres
                                                                          d’acolliment per a infants i adolescents. Comitè
mejora de la profesionalización de los ES de
                                                                          d’Experts en formació de recursos humans en
los centros de menores, de hecho, la situa-

                                                                65
l’àmbit de Serveis Socials. Departament de Be-              -	   — (2003). Fonaments per a una pedagogia
     nestar i Família. Generalitat de Catalunya.                      de l’acompanyament en la praxi de l’educació
-	   Fernández del Valle, J., Fuertes, J. (2000). El aco-             social. Revista Catalana de Pedagogia. Volum 2,
     gimiento residencial en la protección a la infan-                13-33.
     cia. Madrid: Pirámide.                                      -	   Sáez, J. (2003). La profesionalización de los
-	   Lázaro, A. (1999). La tutoria. Tècnica psicopeda-                educadores sociales. En busca de la compe-
     gògica o programa d’intervenció?. Lleida.                        tencia educativa cualificadora. Madrid: Dykin-
-	   Lobo, E., Requena, D. (coord.). (1993). El traba-                son.
     jo educativo en los centros de menores. Madrid:             -	   — (2006). La reorganización conceptual del
     Conserjería de Educación y Cultura. Dirección                    campo de conocimiento de la Pedagogía So-
     General de Educación. Colección Estudios. Serie                  cial. En J. Planella; J. Vilar (coord.), La pedagogía
     Educación, 2.                                                    social en la sociedad de la información (pp. 17-
-	   Lloret, A., Montejano, A. (1996). Centres                        60). Barcelona: UOC.
     d’Acolliment i Residencials per a infants. Barce-           -	   Schatzman; Strauss (1973). Field
     lona: Diputació de Barcelona. Col.lecció Ser-                    research:Strategies for a natural sociology.
     veis Socials, 10.                                                Englewood Cliffs, NJ: Prentice-Hall.
-	   Marzo, T. (2007). Características de los educa-
     dores sociales de los recursos residenciales de
     atención a infancia y adolescencia en Barcelona
     y provincia. Barcelona: Universidad de Barcelo-
     na. Facultad de Pedagogia. Tesis doctoral.
-	   Mondragón, S., Trigueros, I. (2002). Interven-
     ción con menores. Acción socioeducativa. Ma-
     drid: Narcea.                                                    Notas
-	   Muñoz, C. (1989). La pedagogia como marco
                                                                 1 Maite Marzo Arpón. Doctora en Pedagogía por la Universi-
     de reflexión del Educador Especializado. ¿Cuál
     es la Pedagogía base?. Revista Menores. Cuarta              dad de Barcelona. Profesora en las Escuelas Universitarias de
                                                                 Trabajo Social y Educación Social de la Universidad Ramon
     Época, 13-14, 77-80.
                                                                 Llull (EUTSES-URL). Miembro del Grupo de Investigación
-	   Panchón, C. (1990). Estudio de centros resi-                IFAM, Infancia y familia en ambientes multiculturales de las
     denciales para infancia con problemas psico-                EUTSES-URL y miembro del Grup de Recerca d’Infància i Fa-
     sociales. Revista de Investigación Educativa. Vol.          milia (GRIF) (Investigació, Avaluació i Formació en Pedagogía
     8, nº 16.                                                   Social i Treball Social) de la Universidad de Barcelona.
-	   — (1991). Residencias para niños y jóvenes in-              e-mail: mmarzo@peretarres.org
     adaptados sociales: pautas de funcionamiento                2 Tesis doctoral presentada en el Departamento de Métodos
     y evaluación. En C. Ortiz (coord.), Temas actua-
                                                                 de Investigación y Diagnóstico en Educación (MIDE) de la Fa-
     les de educación Especial (pp. 197-205). Sala-              cultad de Pedagogía de la Universidad de Barcelona en abril
     manca: Ediciones Universidad de Salamanca.                  2007) y dirigida por la Dra. Carme Pachón i Iglesias.
-	   — (1993). Les llars infantils: una alternativa als          3 Se trata de un proyecto transdisciplinar y transnacional que
     nens en risc social. Barcelona: Universidad de              pretende conocer cuál es el estado de la cuestión de la infan-
     Barcelona. Facultad de Ciencias de la Educa-                cia y adolescencia atendida por los sistemas de protección a
     ción. Tesis doctoral.                                       la infancia y de justicia juvenil, así como los recursos mate-
                                                                 riales y humanos que se destinan para poder hacer frente a
-	   — (1997). Evaluación de centros de atención
                                                                 las situaciones presentes. La organización del proyecto es en
     socioeducativa. Educació Social. Monográfico:               Dinamarca, pero el número de partners es de 28 equipos de
     Evaluar la intervenció, 5, 36-45.                           diferentes países (Dinamarca, Reino Unido, Estado español,
-	   — (1998). Manual de Pedagogía de la inadapta-               Austria, Rumania, Alemania, Italia, Suecia, Hungría, Finlandia,
     ción social. Barcelona: Dulac.                              Polonia, Bulgaria, Chipre, República Checa, Lituania, Bélgica
-	   — (Dir.) (2001). Situación de menores de 16-18              y China).
     años en centros de protección. Barcelona: Du-               4 Esta investigación autóctona es producto de la colabora-
     lac.                                                        ción, coordinación y cofinanciación de diferentes equipos de
-	   Planella, J. (2000). La identitat del professional.         investigación, asesores y organismos: Grupo de Investigación
     En G. Guerra; F. Marro; Mª M. Galcerán; J. Plane-           de infancia y familia GRIF (Investigación, Evaluación y Forma-
     lla, El professional en exercici. Barcelona: ICESB-         ción en Pedagogía Social y Trabajo Social) de la Universidad
     Universitat Ramon Llull.                                    de Barcelona, que es el equipo coordinador del Estado espa-
                                                                 ñol; Grupo de Investigación e Innovación para la diversidad
                                                                 y la inclusión educativa y social (DIE’S), de la Universidad de

                                                            66
Barcelona, Grupo de Investigación del Colegio de Educado-               Coordinarse con otros servicios y profesionales que intervie-
ras y Educadores Sociales de Catalunya, Técnicos de la Direc-           nen en el programa de atención y protección a los menores.
ción General de Atención a la Infancia y a la Adolescencia,             Promover, en el caso que sea posible, el retorno del menor
Secretaria de la Familia del Departamento de Bienestar y Fa-            con la familia de origen o, en caso contrario, el acogimiento
milia de la Generalitat de Catalunya, Consorcio del Instituto           en familia extensa o ajena.
de Infancia y Mundo Urbano, Comisión de Investigación de
                                                                        10 Decreto 2/1997, de 7 de enero, de Reglamento de Protec-
Ciencias de la Educación, de la Universidad de Barcelona y
Agencia de Gestión y Ayudas Universitarias e Investigación              ción de los menores desamparados y de la adopción, título
de la Generalitat de Catalunya.                                         II; capítulo I, artículo 30: “Son centros propios aquellos cuya
                                                                        dirección y gestión corresponde a la Dirección General de
5 Pedagogos de renombre mundial como Dewey (1859-                       Atención a la Infancia. Son centros colaboradores los que
1952) en EEUU, Montessori (1870-1952) en Italia, Decroly                pertenecen a otras entidades públicas o privadas, sin ánimo
(1871-1932) en Bélgica, Freinet (1896-1966) en Francia, y Neil          de lucro, con quienes la DGAI, mediante convenio, haya esta-
(1833-1973) en Inglaterra, introdujeron sus ideas en Catalun-           blecido acuerdos de colaboración”.
ya. A ellas se unieron también las de Ferrer i Guàrdia (1859-
                                                                        11 Las dimensiones de calidad que propone Palme, H.(1983).
1909). Del campo de la Psicología destacan las aportaciones
de Piaget (1896-1980), Wallon (1879-1962), Vigostky (1896-              Ambulatory Health Care Evaluation. Principles and Practice.
1934) o Bruner (1915), que ilustraron la importancia del de-            Am Hosp Publish, son: adecuación, eficiencia, efectividad,
sarrollo y aprendizaje de los niños, ambos influenciados por            accesibilidad, competencia profesional, continuidad en la
las condiciones de vida.                                                atención educativa y la satisfacción.

6 La Convención fue aprobada por la Asamblea General de                 12 Entendemos por funciones aquellas que “… definen el

las Naciones Unidas del 20 de noviembre de 1989                         marco global de las actuaciones del/la profesional, son por
                                                                        lo tanto las grandes unidades competenciales profesionales,
7 La Comunidad Autónoma Catalana, desde la aprobación                   cuyo conjunto caracterizan y definen un perfil y lo diferen-
del Decreto 1292/1981, de 5 de junio, de traspaso de com-               cian de otro. … son procesos de trabajo coherentes, com-
petencias, tiene asumidas las competencias en materia de                pletos y con sentido por sí mismos. …permiten clarificar el
asistencia social, juventud y protección y tutela de menores,           conjunto de tareas laborales que un profesional desarrolla.
por lo que ha desarrollado un marco jurídico y administrativo           En cada una de las funciones se puede agrupar un conjunto
propio.                                                                 de tareas que la especifican y concretan en pequeños pro-
                                                                        cesos de trabajo a menudo encadenados o en interrelación
8 “La Dirección General de Atención a la Infancia y adoles-
                                                                        “Comisión Técnica de la titulación de Educación Social –UAB
cencia es el órgano facultativo en Catalunya para asumir las            (1996:4).
guardias o tutelas de los menores que lo requieren, y vela
para que estas medidas tengan la menor duración posible”                13 La investigación que precedió a la que muestra este artí-
JUSTIDATA (1999). Estadística básica de la Justicia en Cata-            culo y que tenía por objetivo elaborar el Mapa de recursos
lunya. Evolución y características de los menores en riesgo             residenciales para infancia y adolescencia, nos permitió, por
social, 22. Barcelona: Centro de Estudios Jurídicos y Forma-            una parte, tener un censo actual de los recursos residenciales
ción Especializada. Departamento de Justicia. Generalitat de            de Catalunya y, a su vez, conocer el número de educadores
Catalunya.                                                              total del conjunto de centros.
9 La DGAIA detalla las funciones propias de los Centros de              14 3 Educadores Sociales en activo, 4 profesores universita-
Acogida y de los Centros Residenciales de Acción Educativa              rios expertos en infancia en situación de riesgo y un Técni-
en general.                                                             co de la Dirección General de Atención a la Infancia y a la
A los Centros de Acogida les ha asignado las funciones de:              Adolescencia
Ejercer la actividad educativa integral que el menor necesi-
                                                                        15 Debían cumplir uno de los dos requisitos: o estar en activo
te.
Satisfacer las necesidades del niño: alimentación, vestuario,           en 2003, o tener un año de experiencia como educador en
alojamiento, higiene, descanso y tiempo libre.                          un recurso residencial.
Cuidar de la salud física y psíquica del menor.                         16 “La vida cotidiana es un lugar privilegiado para la interven-
Realizar un estudio diagnóstico interdisciplinario de la situa-         ción socioeducativa y para el cambio, orientado en la línea
ción de las necesidades del menor acogido.                              de optimizar las capacidades humanas e intentar lograr una
Formular las propuestas de medida de protección adecua-                 sociedad en la que los individuos, los grupos, las comunida-
das: retorno a la familia biológica, acogimiento familiar sim-          des sean capaces de tomar sus decisiones y de ser responsa-
ple o preadoptivo, o acogimiento en un centro residencial.              bles de ellas” ( Muñoz, C. (1989:2).
A los Centros Residenciales de Acción Educativa la DGAIA les
tiene atribuidas las siguientes funciones:                              17 Los datos y conclusiones que se exponen forman parte
Atender de manera integral a los menores que están ingre-               del estudio realizado en el marco de la investigación ”Carac-
sados bajo propuesta de los equipos correspondientes, para              terísticas de los educadores sociales de los recursos residen-
contribuir en su proceso educativo y de desarrollo personal.            ciales para infancia y adolescencia en Barcelona y provincia”
Cuidar de la salud física y psíquica del menor, vigilando por el        realizado por Marzo, T.(2007).
desarrollo armónico de su personalidad.
                                                                        18 Funciones de atención individual, funciones de atención
Diseñar el Proyecto Educativo Individualizado a partir del
diagnóstico de evaluación inicial.                                      grupal, funciones relacionadas con los servicios sociales, fun-

                                                                   67
ciones relacionadas con el contexto familiar y social del me-          con los organismos competentes del Departamento en su
nor y funciones relacionadas con el equipo educativo.                  preparación y ejecución”.
19 Artículo 36: a)” (...) Cada menor contará con un educador           26 El Decreto 2/1997, de 7 de enero, de Reglamento de Pro-
como figura referencial a lo largo de su estada en el centro           tección de los menores desamparados y de la adopción, en
de acogida que será su educador tutor. Este será el respon-            el capítulo III, artículo 40 dice: “Estos centros serán preferen-
sable del plan de trabajo individualizado del niño, y deberá           temente mixtos y las plantillas de los educadores estarán for-
recoger, integrar y aportar la observación propia y la del res-        madas por profesionales de ambos sexos”. DOGC. Nº 2307.
to del equipo educativo al equipo técnico interdisciplinar”.
                                                                       27 “De los 1526 niños atendidos en CRAE durante el año
DOGC. Nº 2307.
                                                                       2003, el 74,7% vivía en un centro residencial de la provincia
20 Artículo 42: “Los centros residenciales de acción educativa,        de Barcelona, sumando un total de 1140 niños” (Informe
(...), harán el proyecto educativo individualizado del menor,          CIIMU 2004, vol. II, pp.250-262).
en el que figurarán los objetivos educativos que se preten-
den alcanzar con aquel menor, de acuerdo con su estudio
diagnóstico y las estrategias de intervención que será nece-
sario utilizar. Las anteriores actuaciones serán debidamente
coordinadas con las que se efectúen desde otros equipos
profesionales con la familia del menor”. DOGC. Nº 2307.
21 Decreto 51/1986, de 13 de febrero, por el que se crea el re-
gistro de Instituciones y Entidades dedicadas a la Protección
de Menores y se aprueba el reglamento de funcionamiento,
artículo 19: “Cuando un menor ingrese en un centro, se le
explicarán sus derechos y sus obligaciones, el reglamento
de régimen interno y el funcionamiento del Servicio de Ins-
pección”.
22 Bases para una nueva ley de infancia (2005). VII. “La ins-
titucionalización del menor en un centro, a través del aco-
gimiento institucional o residencial, debería configurarse
legalmente como el último recurso, precisamente cuando
los otros resulten ineficaces o inoperativos, y siempre con
un carácter temporal. Hay que evitar los supuestos, incluso
demasiado frecuentes, de cronificación de la institucionaliza-
ción de los menores. Y para los casos en los que se opte por
esta medida, el ingreso del menor en un centro residencial
ha de ir precedida de una tarea previa de planificación, dan-
do soporte a los menores para su preparación y adaptación
a su nueva situación”.
23 Generalitat de Catalunya. (2005). Perfil profesional del
educador/a social de los servicios de centros residenciales
de acción educativa y de centros de acogida para niños y
adolescentes. Comité de Expertos en formación de recursos
humanos en el ámbito de Servicios Sociales. Departamento
de Bienestar y Familia. Generalitat de Catalunya.
24 Código Deontológico. Capítulo II: Principios deontológi-
cos generales. 4: Principio de la profesionalidad: “En el mo-
mento de llevar a cabo su trabajo tiene siempre una inten-
cionalidad educativa honesta concretada en un proyecto
educativo realizado en equipo o red y está en disposición de
formarse permanentemente como un proceso continuo de
aprendizaje que permite el desarrollo de recursos personales
favorecedores de la actividad profesional”.
25 En el Decreto 243/2005, de 8 de noviembre, el Servicio
de Planificación y Evaluación de la Dirección General de
Atención a la infancia y a la Adolescencia contempla como
una de sus funciones: “dirigir e impulsar la evaluación de las
necesidades de formación de los equipos profesionales de la
red de protección de menores, así como proponer la elabo-
ración de los programas formativos adecuados y colaborar


                                                                  68
NUEVA LEY DE INFANCIA EN CATALUNYA. ANTEPROYECTO DE LEY
     SOBRE LOS DERECHOS Y LAS OPORTUNIDADES DE LAS NIÑAS,
     NIÑOS Y ADOLESCENTES

    Carme Panchón i Iglesias1

Resumen
Se presenta el “Anteproyecto de la nueva ley de infancia en Catalunya: Ley sobre los derechos y las opor-
tunidades de las niñas, niños y adolescentes”. Un nuevo texto legal muy esperado. Una de sus principales
finalidades, es poner orden y unificar toda la legislación vigente y dispersa que existe en esta materia. Por
otra parte aportará un cambio sustancial, ya que incorpora el concepto de “protección de los derechos
de las personas menores de edad”. Se ha de destacar que se presenta una visión educativa de las leyes,
ya que éstas, por una parte limitan, pero por otra, potencian y facilitan la intervención socioeducativa.
Con el deseo que sea una ley preventiva que incida en la mejora de las condiciones de vida de los niños,
niñas y adolescentes, en los diferentes contextos de la vida cotidiana. La elaboración de una nueva ley
es, sin duda, el producto de una conjunción de propuestas y voluntades políticas y sociales.

Palabras claves: derechos de la infancia y la adolescencia, legislación, intervención socioeducativa.




Los antecedentes

    La Generalitat de Catalunya en 1981 asu-                         La ley 11/1985 se considera una ley moder-
mió competencias en materia civil y de ins-                       na, con la pretensión de hacer una normativa
tituciones públicas de protección y de tutela                     que sirviera para toda la infancia y la adoles-
de menores. A partir de aquel momento se                          cencia. Este texto legal introdujo el concepto
empezó a trabajar en la primera Ley de Pro-                       de tratamiento educativo, tanto en el ámbito
tección de Menores (Ley 11/1985). Ley, que                        de la atención y protección a la infancia como
hasta sus modificaciones posteriores regula-                      en el ámbito de la justicia de menores.
ba la protección de los menores desampara-
                                                                     La puesta en marcha de esta Ley (deroga-
dos, comprendiendo tanto la prevención y el
                                                                  da por todo el conjunto normativo posterior,
tratamiento de la delincuencia infantil y juve-
                                                                  tanto en materia de protección a la infancia
nil, como la tutela de los menores abandona-
                                                                  como de justicia de menores) introdujo ele-
dos o víctimas de la actuación de los padres
                                                                  mentos fundamentales para el trabajo edu-
o guardadores. En aquel momento supuso
                                                                  cativo3 en estos ámbitos y creo que en la
un avance muy importante en relación con la
                                                                  actualidad es importante no perder de vista,
normativa estatal, la Ley de Tribunales Tutela-
                                                                  entre otros:
res de Menores de 19482.

1 Profesora titular de la Facultat de Pedagogia, Universitat de Barcelona y Subdirectora del CIIMU, Institut de Infancia y Mon
Urbà. La Dra. Carme Panchón ha sido miembra del grupo promotor y del Grupo de personas Expertas que han elaborado este
anteproyecto de ley. CIIMU, es un Consorcio entre el Ayuntament de Barcelona, la Diputació de Barcelona, la Universitat de
Barcelona, la Universitat Autònoma de Barcelona y la Universitat Oberta de Catalunya. Este articulo refleja exclusivamente el
estado de opinión de la autora. Correo electrónico: cpanchon@ub.edu.
2 Panchón, C. (1998) Manual de Pedagogía de la Inadaptación Social. Barcelona: Dulac edicicions. p. 51.
3 Entendiendo la educación en un sentido amplio y como motor de cambio personal y social.


                                                             69
-	 La consideración de que el individuo se                 cuada preparación y formación perma-
   encuentra en constante evolución y que                  nente.
   necesita ayuda para poder evolucionar
                                                          Con el avance legislativo, tanto a nivel in-
   constantemente. Se descarta, por tanto,
                                                       ternacional, estatal como autonómico, se es-
   la predeterminación de un individuo a ser
                                                       tablecen tres fenómenos que son:
   de una determinada manera sin tener po-
   sibilidades de cambio.                              -	 La descentralización (reconociendo a las
                                                          Comunidades Autónomas competencias
-	 Pone énfasis y regula la implicación del/
                                                          fundamentales para la política social. Art.
   la menor y la de su familia en el proceso
                                                          148 CE, 1978).
   educativo del menor.
                                                       -	 La des judicialización de las situaciones de
-	 La conceptualización de la protección a la
                                                          desamparo y desprotección a partir de la
   infancia y de la justicia juvenil como ser-
                                                          Ley 21/1987 (normativa legal estatal) de
   vicio público, fue la puerta que se abrió
                                                          reforma del Código Civil en materia de
   para dejar detrás un modelo de interven-
                                                          adopción de 11 de noviembre, aportó
   ción asistencialista y benéfico y pasar a un
                                                          un paso importante para poder separar
   modelo educativo de relación de ayuda.
                                                          situaciones de “protección y tutela” de las
-	 El reconocimiento de que el/la menor                   situaciones de “reforma” como se denomi-
   ha de participar y estar informado de su               naban en aquella época.
   situación, que ha de ser escuchado en
                                                       -	 La des institucionalización, respaldada por
   aquellos aspectos que le afecten.
                                                          un importante conjunto de estudios e in-
-	 Pone énfasis en la función educativa que               vestigaciones desarrolladas durante los
   han de realizar los diferentes profesiona-             años sesenta y ochenta del siglo pasado
   les. Tarea profesional que no se limita ex-            a nivel internacional, en las que se defen-
   clusivamente al control.                               día la búsqueda y la puesta en marcha de
-	 Señala que cuando el/la menor ha de se-                recursos alternativos a la institucionaliza-
   pararse de su entorno, las condiciones de              ción (internamiento).
   vida han de desarrollarse de la manera
   más parecida a sus condiciones sociales                 Se empieza a configurar el Estado de Bien-
   y habituales y que ha de participar activa-         estar y, en el ámbito que nos ocupa, se re-
   mente en las tareas sociales.                       conoce a partir del modelo de atención que
-	 La incorporación del/la menor a la socie-           empieza a despuntar hacia los y las menores
   dad como objetivo de los programas de               en situación de dificultad socio familiar o en
   actuación, lo que hace necesario que los            situación de conflicto social.
   proyectos educativos individualizados                   Se va pasando progresivamente de un
   (PEI), han de tender hacia la autonomía             “modelo asistencial benéfico” a “un modelo
   personal.                                           educativo de ayuda”4, reconociendo de este
-	 Se pone en marcha en estos ámbitos de               modo que la persona menor de edad es un
   protección a la infancia y de justicia juve-        ser “objeto y sujeto” de derechos. Los dere-
   nil, una educación individualizada y plani-         chos de los niños y las niñas les pertenecen
   ficada, socializadora, integral y compensa-         a ellos en cuanto son personas; no se trata
   dora.                                               simplemente de tenerlos como objetos de
                                                       cariño, cuidado, atención, sino que ellos/as
-	 Se destaca la profesionalización del perso-
   nal que ha de desarrollar esta tarea edu-
                                                       4 Panchón, C. ob. cít. pp 64-71
   cativa con los/las menores. Un personal
   especializado e interesado por una ade-               Armas, M. de (2004) Hacia la intervención socioeducativa
                                                       en el proceso de la inadaptación social. Barcelona: Dulac edi-
                                                       cions. pp 338-348

                                                  70
son sujetos protagonistas de sus propias vi-               misma duración que el acogimiento fami-
das (Mato, 1993).                                          liar (no puede durar más de un año, salvo
    La construcción de un Estado democrático               que, después de haberlo comunicado al
y de derecho constituye el marco y el punto                fiscal, la medida sea prorrogada).
de partida para el ejercicio de los derechos en         -	 Se tendrán que establecer, por reglamen-
todos los ámbitos de la vida cotidiana de las              to, unos criterios de selección de la institu-
personas.                                                  ción para adaptarlos a las necesidades de
    Posteriormente siguió en Catalunya, la                 los niños, niñas y adolescentes.
producción normativa, siendo las principa-
                                                            Podríamos extendernos en comentarios
les leyes catalanas en esta materia, la Ley
                                                        positivos sobre este texto normativo pero la
37/1991, de 30 de diciembre, de medidas de
                                                        razón fundamental por la que lo menciona-
Protección de los Menores Desamparados y
                                                        mos es sobre todo porque sirvió para “asentar
sobre la Adopción y la Ley 8/1995, de 27 de
                                                        el cambio de paradigma” en la comprensión
julio, de Atención y Protección de la Infancia
                                                        y el tratamiento de las situaciones de riesgo
y la Adolescencia y de modificación de la Ley
                                                        para la infancia y la adolescencia. Modelo de
37/1991, de 30 de diciembre.
                                                        intervención socioeducativo basado en el es-
    Destacamos, entre otras características
                                                        tudio de las necesidades del menor y de su
positivas algunas que la ley 37/1991 incorpo-
                                                        familia. Estudio de necesidades que debía ser
ró y que fueron de gran importancia para la
                                                        realizado por equipos técnicos especializa-
intervención socioeducativa con las personas
                                                        dos en infancia i adolescencia. Equipos técni-
menores de edad:
                                                        cos que a la vez que hacen una propuesta de
-	 Incluyó unos principios inspiradores que             medida de protección, también hacen una
   fueron la guía para poder alcanzar la soli-          propuesta educativa para poder elaborar un
   daridad y la integración de los niños, niñas         proyecto educativo individualizado (PEI).
   y adolescentes.                                          Siguiendo con los antecedentes del An-
-	 Se ocupa fundamentalmente de los me-                 teproyecto de Ley de los Derechos y las
   nores desamparados y define tres casos               Oportunidades para los niños, niñas y ado-
   de desamparo.                                        lescentes, resaltaremos algunos aspectos de
-	 Establece las medidas que se han de                  la Ley 8/1995, de 27 de julio, de Atención y
   adoptar en caso de desamparo, dejando                Protección de la Infancia y la Adolescencia y
   abierta alguna otra posibilidad que en ese           de modificación de la Ley 37/1991, de 30 de
   momento no se contemplara y fuera acon-              diciembre.
   sejable para los niños y adolescentes.                   Tal y como aparece en la exposición de
                                                        motivos destaca que “la infancia y la adoles-
-	 Referente a las medidas que se hayan de
                                                        cencia, menores de edad, han de ser objeto
   adoptar, recomienda aplicar aquellas que
                                                        de una protección y una asistencia especia-
   no comporten la separación del niño o
                                                        les”. Por tanto, la persona menor de 18 años,
   niña de su hogar y de su entorno socio fa-
                                                        es “el centro de esta ley de atención y protec-
   miliar.
                                                        ción”, relacionándolo con todos los contextos
-	 Recomienda que en cualquier medida que               en los que se desarrolla y con los que interac-
   se vaya a aplicar, el niño o niña de 12 años         túa, garantizando su desarrollo integral en el
   de edad ha de ser escuchado, y aquellas              ámbito familiar y social.
   personas menores de 12 años, en el caso                  Esta ley aporta una visión integral de la
   que tengan bastante conocimiento, tam-               infancia desde el reconocimiento de sus de-
   bién.                                                rechos en todos los ámbitos de la sociedad.
-	 Entiende que las instituciones deben ser             Como aspectos de interés recogidos en este
   abiertas e integradas en el barrio. El acogi-        texto legal destacamos los requisitos que es-
   miento institucional (en centro) tendrá la           tablece con relación a: los medios de comu-
                                                   71
nicación; la publicidad; el mundo del espec-               Inicialmente se creó un grupo promotor,
táculo; el acceso a las bebidas alcohólicas y al        como grupo de trabajo, que fue el que hizo
tabaco; el alojamiento en hoteles; los medi-            una primera revisión, reflexión y redactado
camentos; las zonas recreativas y los parques           de un documento básico que se pasó al Co-
de atracciones; juegos de azar; etc. También            mité de Personas Expertas, una vez constitui-
incluye aspectos de protección de la salud,             do éste, y a partir de aquí se elaboró el “Docu-
de extensión educativa y de participación in-           mento de Bases para la nueva ley de infancia
fantil y juvenil.                                       en Catalunya”.
    A lo largo de estos años se ha constatado              El documento de Bases fue un documen-
en numerosas ocasiones que aún teniendo                 to previo al Anteproyecto. Uno de los méritos
un conjunto de leyes para la atención y pro-            que se puede atribuir al Anteproyecto de la
tección de la infancia, la adolescencia y sus           nueva ley de infancia es que es el resultado
familias, no se ha podido responder de la me-           de una tarea compartida que se inició con la
jor manera a determinadas problemáticas.                presentación y difusión del “Documento de
La ley incorporaba una visión de la infancia            Bases para un proyecto de ley de infancia de
de manera integral, pero ni el estudio de sus           Catalunya (marzo de 2006)”.
necesidades ni las respuestas que se ofrecían              El 4 de abril de 2006 se hizo la presenta-
iban en la misma dirección.                             ción pública de este documento de Bases5
    La legislación de la que se dispone se ha           en el Departamento de Bienestar y Familia.
caracterizado por ser una superposición pro-            Simultáneamente empezó un proceso parti-
gresiva de leyes que han derogado en su to-             cipativo en relación con este documento que
talidad o en parte a las anteriores y que ha            recoge, entre otros, un conjunto de principios
dejado algunos aspectos poco definidos o                que se presentan como ejes fundamentales o
susceptibles de diversas interpretaciones y             directrices de una ley de infancia para Cata-
responsabilidades, lo que en alguna ocasión             lunya. En este proceso participativo se impli-
ha dado paso a inmovilidad o errores gra-               caron más de 500 profesionales y, a partir de
ves. La coexistencia de varias normativas ha            todas las aportaciones recibidas la Dirección
ocasionado en algunos momentos dificultad               General de Participación Ciudadana elaboró
en la toma de decisiones y en la asunción de            un informe de resultados.
responsabilidades por parte de algunas ad-                 Este informe de resultados formó parte
ministraciones, de manera ágil y resolutiva,            del material básico que disponía el Comité
con repercusiones negativas. Repercusiones              de Personas Expertas para la elaboración del
negativas sobre todo para aquellas personas             nuevo texto legal.
que presentaban las necesidades sobre las                  En el documento de Bases se hace hinca-
que se tenía que proporcionar una respuesta             pié en que la nueva Ley de infancia quiere
óptima y a tiempo.                                      hacer un paso adelante e ir más allá e inten-
                                                        tar encontrar respuesta a cada uno de los
                                                        interrogantes que se plantean a partir de los
Las Bases que sustentan la                              principios inspiradores de la ley, que han de
futura Ley de infancia de Cata-                         ser los ejes fundamentales.
lunya                                                      A continuación relaciono cada uno de los
                                                        ejes que se recogen en las Bases con algunas
    Es interesante exponer brevemente el
                                                        de las acciones que, a mi entender, serían
proceso que se puso en marcha hasta llegar
                                                        prioritarias.
al documento del anteproyecto de ley ya que
ha seguido, desde su inicio, un proceso de
gran participación por parte de las adminis-
traciones, entidades, asociaciones y profesio-          5 Actualmente Departamento de Acción social y Ciudadanía.

nales en general.
                                                   72
Los ejes fundamentales son:                                          servir para promover su ejercicio y el de-
-	 La infancia como eje vertebrador de la Ley:                           sarrollo de sus deberes y responsabilida-
   adecuando el sistema y los recursos a sus                             des, en los diferentes contextos de la vida
   necesidades y no al revés. Para ello se ha                            cotidiana de las personas.
   de incorporar el concepto de flexibilidad,                         -	 Atención y protección de la persona menor
   para poder dar prioridad real a las necesi-                           como derecho subjetivo: recogido en la
   dades de los niños, niñas y adolescentes.                             Convención sobre los Derechos de la In-
   También se ha de contar con la implica-                               fancia, el derecho a la atención y a la pro-
   ción y el compromiso de todas las admi-                               tección como derecho subjetivo del cual es
   nistraciones y profesionales.                                         titular el propio niño, niña o adolescente.
-	 El interés superior de la infancia y la ado-                          En este sentido, las propias personas inte-
   lescencia como principio rector del sistema:                          resadas podrían exigir a la Administración
   se ha de tener en cuenta a los infantes y                             competente, la respuesta más adecuada a
   adolescentes como titulares activos de                                sus necesidades con independencia de la
   derechos y articular los mecanismos nece-                             disponibilidad o no de recursos.
   sarios para garantizar y reforzar su parti-                        -	 Las familias. Principio de subsidiariedad: so-
   cipación y consideración y su individuali-                            lamente cuando la familia no se pueda ha-
   dad. Recogiendo la posibilidad de que los                             cer cargo de sus funciones parentales, por
   niños y adolescentes puedan reclamar di-                              las circunstancias que sea, es cuando las
   rectamente la aplicación de sus derechos                              administraciones con competencias en la
   a las instancias competentes.                                         materia han de intervenir. Por este motivo,
-	 La concepción de la perspectiva de género                             resulta imprescindible que las políticas de
   como principio transversal: esta concepción                           infancia no queden desvinculadas de las
   va más allá de lo que se piensa a primera                             políticas de soporte a las familias, y que
   vista. Lo que se quiere, incorporando este                            garanticen que los padres y las madres
   principio, es que se tenga presente que las                           puedan atender adecuadamente a sus hi-
   criaturas son niños y niñas, chicos y chicas,                         jos e hijas.
   que pueden tener las mismas necesidades                            -	 Prioridad presupuestaria: exigir a las di-
   o necesidades sexo específicas.                                       ferentes administraciones implicadas en
-	 Cláusula de difusión: se toma como mode-                              esta materia, que sus presupuestos atien-
   lo el artículo 42 de la Convención sobre los                          dan de manera prioritaria las actuaciones
                             6
   Derechos de la Infancia . La difusión resul-                          con la infancia y la adolescencia en los di-
   ta fundamental para poder garantizar                                  ferentes contextos de relación. Para con-
   otros principios y, al mismo tiempo, ga-                              seguir las mejoras en el bienestar de las
   rantizar el conocimiento de los derechos y                            personas menores de edad, han de que-
   deberes tanto para los niños y adolescen-                             dar garantizados los recursos materiales y
   tes como para el resto de la población.                               humanos necesarios.
-	 Deberes de los niños, niñas y adolescentes:                        -	 Distribución clara de competencias entre las
   el conocimiento de sus derechos ha de                                 diferentes administraciones: como comple-
                                                                         mento de la nueva Ley de infancia, se ha
                                                                         de contar con la reciente Ley de servicios
6 Este texto de Naciones Unidas, se aprobó el 20 de no-
                                                                         sociales para diseñar, en su momento, un
viembre de 1989. El Estado español lo ratificó un año más                nuevo modelo de atención y de protec-
tarde (1990). El preámbulo de este texto jurídico reafirma la
necesidad de proporcionar a los niños y niñas el cuidado y la            ción para la infancia y la adolescencia, que
asistencia especiales a causa de su vulnerabilidad. El próximo           delegue las máximas responsabilidades
año 2009 se celebrará el 20 aniversario de este texto interna-           y recursos a las administraciones locales,
cional que, hasta la fecha, solo queda por ratificar a Estados
                                                                         trabajando desde modelos de proximidad
Unidos y Somalia.

                                                                 73
y que sitúe claramente las competencias y             finalizó con la propuesta del redactado del
   las actuaciones de las diferentes adminis-            anteproyecto de ley (diciembre de 2007).
   traciones implicadas.
-	 Creación de la figura del Defensor o Defen-           Anteproyecto de Ley sobre los
   sora de los Derechos de la infancia: prever
                                                         Derechos y Oportunidades de
   la figura de una Defensora o Defensor de
   los derechos de los niños, de la manera               los niños, niñas y adolescentes
   que resulte más adecuada para conseguir                  Como se ha comentado anteriormente, la
   la efectividad de las funciones principales           elaboración de una ley general de infancia y
   y de las actuaciones prioritarias que se              adolescencia en Catalunya se ha constatado
   acuerden.                                             como una necesidad.
-	 La participación de la infancia: promover                La nueva ley tiene tres ejes fundamentales:
   órganos de participación real de los niños,           -	 Unificar la legislación catalana sobre in-
   niñas y adolescentes sobre todo en la vida               fancia y adolescencia.
   pública y en aquellas decisiones que les
   afecten. Según las edades e intereses, dis-           -	 Visualizar la infancia y la adolescencia
   poner de espacios de participación donde                 como sujeto de derechos y oportunida-
   “el proceso participativo” resulte un espa-              des.
   cio de aprendizaje en la reflexión, el com-           -	 Actualizar la normativa de acuerdo con las
   promiso y la responsabilidad en la toma                  nuevas necesidades y circunstancias so-
   de decisiones compartida.                                ciales.
-	 La coordinación interinstitucional: se ten-               Este texto legal pretende ofrecer una nue-
   drá que establecer la coordinación institu-           va visión sobre la concepción que se tiene de
   cional creando, por ejemplo, comisiones               las niñas, niños y adolescentes en la actuali-
   territoriales o comisiones departamenta-              dad.
   les, de todas aquellas administraciones,                  Introduce un nuevo paradigma basado en
   departamentos y profesionales más impli-              la “protección de los derechos de las perso-
   cados en materia de infancia y adolescen-             nas”, especialmente las personas menores de
   cia (justicia, salud, bienestar, entre otros).        edad. La base conceptual es que los niños y
   Algunos ejemplos actuales de coordina-                adolescentes tendrían que incluirse en la ca-
   ción interinstitucional, surgen como resul-           tegoría de ciudadanos, de sujetos de derecho
   tado de la aplicación de una metodología              y, por tanto, de personas con oportunidades
   de trabajo en red y del método abierto de             de cara a la sociedad a la que pertenecen (de
   coordinación.                                         la que forman parte). En definitiva, intenta
-	 Valoración del impacto de la Ley: siguiendo           hacer realidad y concretar el objetivo de la
   ejemplos de otros países de nuestro en-               Convención sobre los Derechos de la Infan-
   torno europeo, se tendrá que hacer una                cia (Naciones Unidas, 1989) “La protección y
   valoración del impacto de la Ley, estable-            la garantía de los derechos de las personas
   ciendo en su momento como tendría que                 infantes y adolescentes”.
   ser el mejor sistema para hacerlo (algún                  Esta ley ofrece un marco normativo para
   órgano de evaluación específico, com-                 el cambio y la acción y un nuevo paradigma
   posición del equipo evaluador, etc.), de-             centrado en la atención y en la protección
   finiendo y seleccionando los indicadores              de los derechos de las personas menores de
   más importantes.                                      edad.
    El Comité de Personas Expertas desarro-                  Hay que resaltar los conceptos clave que
lló una metodología de trabajo intensa, que              se encuentran en toda la ley: “la promoción,
                                                         la atención, la protección, la prevención y la

                                                    74
participación”. La prevención constituirá un                  En el Título II. Derechos de las niñas, niños y
eje transversal y una prioridad a lo largo de la           adolescentes, entre las principales novedades
tarea educativa y protectora.                              se pueden destacar:
   La importancia de la “prevención” desde                 -	 Compilación y desarrollo de los derechos
los contextos más cercanos, donde las emo-                    de los niños, niñas y adolescentes.
ciones tienen un papel crucial y donde se                  -	 Promoción de los derechos reconocidos.
pueden adquirir competencias emocionales                   -	 Regulación de la capacidad de decidir so-
que contribuyen a un mejor y más feliz desa-                  bre la maternidad.
rrollo de las personas.                                    -	 Escolarización, absentismo, abandono es-
   La ley se estructura en títulos, capítulos,                colar.
secciones y subsecciones. Su contenido se
distribuye en un primer e importante apar-                    En el Título III. Prevención general, entre las
tado de exposición de motivos, seguido de                  principales novedades se pueden destacar:
seis títulos que presentan novedades muy                   -	 Nueva regulación de las actuaciones de
significativas:                                               prevención: Prevención general; Preven-
-	 Título I: Disposiciones directivas y princi-               ción (riesgo social, riesgo personal).
   pios rectores.                                          -	 Mutilación genital femenina.
                                                           -	 Elaboración de listas de indicadores y de
-	 Título II: Derechos de las niñas, niños y
                                                              recomendaciones.
   adolescentes.
-	 Título III: Prevención general.                           En el Título IV. Protección pública ante el
                                                           maltrato infantil, entre las principales nove-
-	 Título IV: Protección pública ante el mal-
                                                           dades se pueden destacar:
   trato infantil.
                                                           -	 Protección ante el maltrato y la victimiza-
-	 Título V: La protección a la infancia y a la
                                                              ción secundaria.
   adolescencia en situación de riesgo social
                                                           -	 Priorización de medidas administrativas y
   y desamparo.
                                                              judiciales que permitan la salida del mal-
-	 Título VI: Infracciones y sanciones.                       tratador y la permanencia del menor en la
   En el Título I. Disposiciones directivas y prin-           vivienda familiar.
cipios rectores, entre las principales noveda-             -	 Creación de un Centro de Estudios e In-
des se pueden destacar:                                       vestigación sobre el Maltrato Infantil.
                                                           -	 Especialización y formación de las fuerzas
-	 El interés superior del niño, niña y adoles-
                                                              y cuerpos de seguridad, salud y educa-
   cente y la evaluación de las normas y las
                                                              ción.
   políticas públicas para garantizar que in-
                                                           -	 Acción popular.
   cluyan los objetivos y acciones dirigidos a
   proteger este interés superior.                         -	 Servicios de atención al maltrato infantil.
-	 La creación de mesas territoriales de in-
                                                              En el Título V. La protección a la infancia y
   fancia y adolescencia.
                                                           a la adolescencia en situación de riesgo social
-	 Un Sistema de Información de la infancia y              y desamparo, entre las principales novedades
   la adolescencia.                                        se pueden destacar:
-	 La puesta en marcha de Consejos de In-                  -	 Distinción entre situaciones de riesgo y de
   fancia y Adolescencia como medio de                        desamparo.
   participación.                                          -	 Mejoras en el procedimiento de desam-
-	 Evaluación.                                                paro: Medidas cautelares; Limitación del
                                                              plazo para oponerse judicialmente a las
-	 Coordinación y planificación.
                                                              resoluciones de desamparo y de adopción
                                                              de medidas de protección; Regulación

                                                      75
más detallada del procedimiento adminis-                ner los mejores resultados para los niños,
   trativo.                                                niñas y adolescentes.
-	 Consideración del infante o adolescente              -	 Que defina claramente en qué consiste la
   como sujeto de derecho y facilitar su ejer-             protección a la infancia y los mecanismos
   cicio y su participación: Notificar las reso-           de que dispone cada Administración para
   luciones a los adolescentes; Informar al                poder hacerse cargo.
   niño, niña o adolescente protegido; Crear
                                                        -	 Que establezca los procedimientos y ac-
   la figura del procurador o procuradora de
                                                           tuaciones en las situaciones de riesgo y en
   los derechos de los niños y adolescentes.
                                                           las situaciones de desamparo.
-	 Nueva regulación de las medidas de pro-
   tección: Acogimiento permanente; Aco-                -	 Que promueva políticas solidarias para
   gimiento profesional; Nuevo régimen                     poder llegar a una prevención positiva.
   jurídico del acogimiento pre adoptivo;               -	 Que permita desplegar políticas de infan-
   Supresión de la atención en la propia fa-               cia integrales y transversales.
   milia.                                               -	 Que promueva la participación activa de
-	 Regulación de la asistencia posterior a la              las niñas, niños y adolescentes para la de-
   mayoría de edad o emancipación.                         fensa de sus derechos.
-	 Coordinación y regulación de las actuacio-           -	 Que comprometa de manera estable a los
   nes de protección en el supuesto de per-                gobernantes.
   sonas menores que cometan infracciones
   penales.
                                                            Ha de ser una ley7 que vaya más allá de
                                                        identificar exclusivamente la protección de la
                                                        infancia con actuaciones dirigidas a su des-
objetivos A conseguir por la                            protección o “desamparo”. Una ley que aporte
nueva ley de infancia                                   una perspectiva más amplia, más activa, de
En mi opinión, la nueva ley de infancia ten-            la protección, entendida ésta como la protec-
dría que ser un nuevo texto legal que como              ción y la garantía de los derechos de todos
mínimo cumpliera los siguientes requisitos:             los niños, niñas y adolescentes.
                                                            Uno de los principales interrogantes que
-	 Que simplifique, ponga orden y clarifique
                                                        se plantean es como se ha de hacer efecti-
   la normativa legal en esta materia en Cata-
                                                        va esta ley para que sea realmente útil para
   lunya.
                                                        los niños, niñas y adolescentes y asegure su
-	 Que se aplique a todos los niños, niñas y            desarrollo integral personal y social. Segura-
   adolescentes en Catalunya.                           mente esto se podrá llevar a cabo a partir de
-	 Que establezca las actuaciones en las si-            la elaboración de un nuevo modelo de aten-
   tuaciones de vulneración de los derechos.            ción integral a la infancia y a la adolescencia
-	 Que vele por los intereses de los niños, ni-         en Catalunya que garantice la transversali-
   ñas y adolescentes de forma global.                  dad de todos aquellos agentes que tienen
                                                        responsabilidades en la atención a la infancia
-	 Que tenga una función de anticipación y
                                                        y a la adolescencia; a su vez será necesario
   de promoción social.
                                                        disponer también de los recursos materiales
-	 Que reafirme la importancia de la infancia           y humanos necesarios para su desarrollo.
   y la familia en general y especialmente su
   protección.
                                                        7 En el momento de cerrar este artículo, este Anteproyecto
-	 Que ayude a organizar los sistemas y nive-
   les de atención y de protección para obte-           de ley se encuentra pendiente de entrar en el Parlamento
                                                        de Catalunya


                                                   76
Referencias
-	   Armas, M. de (2004). Hacia la intervención so-
     cioeducativa en el proceso de la inadaptación
     social. Barcelona: Dulac edicions.
-	   Avantprojecte de llei sobre els drets i les oportuni-
     tats dels infants i adolescents . Esborrany (gener
     de 2008). Secretaria d’Infància i Adolescència.
     Departament d’Acció Social i ciutadania. Ge-
     neralitat de Catalunya.
-	   Bases per a un projecte de Llei d’infància de Ca-
     talunya. Un document per al debat (abril 2006).
     Departament de Benestar i Família. Generali-
     tat de Catalunya.
-	   Mato, (1993). “L’infant objecte i subjecte de
     dret”. En Actas de: Seminari sobre la Convenció
     de Drets de l’Infant. Unesco. Barcelona.
-	   Nacions Unides (1989). Convenció sobre els
     drets de l’infant.
-	   Panchón, C. et al. (2008). “Reflexions al voltant
     de la proposta legislativa”. Ponència al Semi-
     nari: Cap a una nova llei d’infància. Facultat de
     Dret. Universitat de Barcelona.
-	   Panchón, C. (coord.) (2006). Infància en situa-
     ció de risc social. TE, 31, pp.7-67.
-	   Panchón, C. (1998). Manual de pedagogía de la
     inadaptación social. Barcelona: Dulac edicions.




                                                             77
Revista ipseds num_1web
PRE SE N TAC I Ó N
Carmen Steinert Cruz. EL ACOGI-
MIENTO FAMILIAR EN LA PROVINCIA DE
SANTA CRUZ DE TENERIFE: ESTUDIO DESCRIP-




                                                          Revista de INTERVENCIÓN PSICOSOCIOEDUCATIVA en la DESADAPTACIÓN SOCIAL
TIVO África Borges del Rosal, Elena Rodríguez


                                                                                                                                            IPSE-ds
Naveiras, Carmen Hernández Jorge. MARCO DE REFE-
RENCIA DE LOS PROGRAMAS DE COMPETENCIA PSICO-
SOCIOEDUCATIVA DE JUSTICIA JUVENIL EN LA COMUNI-
DAD AUTÓNOMA DE CANARIAS Manuel De Armas Hernán-
dez, José Luís Arregui Sáez, Agustín López Martínez. LA
CONDUCTA SUICIDA EN ADOLESCENTES SUS IMPLICACIO-
NES EN EL AMBITO DE LA JUSTICIA JUVENIL Josep Moya i                                                                               Revista de INTERVENCIÓN
Ollé. LA MODIFICACION DE LA LEY DE RESPONSABILI-
DAD DEL MENOR OPERADA POR LA LEY 8/2006 Deme-
                                                                                                                                               PSICOSOCIOEDUCATIVA
trio Pintado Marrero, Alicia Salabert Cardona, Pablo                                                                                     en la DESADAPTACIÓN
Ponce Matínez. LA EVALUACIÓN DEL RIESGO EN EL
CONTEXTO DE LA LEY PENAL JUVENIL Enrique                                                                                                       SOCIAL
López Martín,María Dolera Carrillo. CARACTE-
RÍSTICAS DE LOS EDUCADORES SOCIALES
DE LOS RECURSOS RESIDENCIALES DE
ATENCIÓN A LA INFANCIA Y ADOLES-
CENCIA EN CATALUNYA Teresa Marzo
Arpón. NUEVA LEY DE INFANCIA EN
CATALUNYA.     ANTEPROYECTO
DE LEY SOBRE LOS DERE-
CHOS Y LAS OPORTUNI-
DADES DE LAS NIÑAS,
NIÑOS Y ADOLES-
CENTES Carme
Panchón
Iglesias.
                                                                    1

Más contenido relacionado

PDF
Rci la salle_vol10num37 (3)
PDF
Indice 1
PDF
La intervención con los menores de edad en conflicto con la ley penal
PDF
TrípticoJornada monografica en Granada, afectividad, sexualidad y genero, sab...
PDF
Portafolio toxicologia
PDF
PDF
57. thermomix - nuestra comida regional - canarias, la mancha, catilla león ...
PDF
61. mundo thermomix 2011.johnnygan
Rci la salle_vol10num37 (3)
Indice 1
La intervención con los menores de edad en conflicto con la ley penal
TrípticoJornada monografica en Granada, afectividad, sexualidad y genero, sab...
Portafolio toxicologia
57. thermomix - nuestra comida regional - canarias, la mancha, catilla león ...
61. mundo thermomix 2011.johnnygan

Similar a Revista ipseds num_1web (20)

PDF
La educación como factor disuasorio en la reincidencia de la conducta delicti...
PDF
Semana pastoral penitenciaria 2011
PDF
VVAA_La educacion basada en competencias. libro que nos permite saber lo que ...
PDF
Criminologia infanto juvenil
PDF
La educación como factor disuasorio
PDF
La educación como factor disuasorio
PPT
Victor BriceñO Centro De Arte Y Terapia
PDF
De la teoria a la practica la intervención en un centro de internamiento judi...
PPT
Victor BriceñO Centro De Arte Y Terapia
PDF
Guía para la detección e intervención temprana con menores en riesgo
PDF
Entrevista a Arturo Canalda (Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid)
PDF
Manual formativo prevencion violencia en escuelas tomo ii
PDF
Elpsicologoeducativo
PDF
Criminología infantil
PPS
Conferencia Mexico 2009
PPTX
Recursos de intervención en protección infantil. programas de carácter asiste...
PDF
Criminología en la defensa de los menores infractores/Criminology in the defe...
PPTX
2 ley de infancia y adolescencia
PPTX
Tipo de Rehabilitación del Menor
PDF
Proyecto de grado
La educación como factor disuasorio en la reincidencia de la conducta delicti...
Semana pastoral penitenciaria 2011
VVAA_La educacion basada en competencias. libro que nos permite saber lo que ...
Criminologia infanto juvenil
La educación como factor disuasorio
La educación como factor disuasorio
Victor BriceñO Centro De Arte Y Terapia
De la teoria a la practica la intervención en un centro de internamiento judi...
Victor BriceñO Centro De Arte Y Terapia
Guía para la detección e intervención temprana con menores en riesgo
Entrevista a Arturo Canalda (Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid)
Manual formativo prevencion violencia en escuelas tomo ii
Elpsicologoeducativo
Criminología infantil
Conferencia Mexico 2009
Recursos de intervención en protección infantil. programas de carácter asiste...
Criminología en la defensa de los menores infractores/Criminology in the defe...
2 ley de infancia y adolescencia
Tipo de Rehabilitación del Menor
Proyecto de grado
Publicidad

Revista ipseds num_1web

  • 1. PRE SE N TAC I Ó N Carmen Steinert Cruz. EL ACOGI- MIENTO FAMILIAR EN LA PROVINCIA DE SANTA CRUZ DE TENERIFE: ESTUDIO DESCRIP- Revista de INTERVENCIÓN PSICOSOCIOEDUCATIVA en la DESADAPTACIÓN SOCIAL TIVO África Borges del Rosal, Elena Rodríguez IPSE-ds Naveiras, Carmen Hernández Jorge. MARCO DE REFE- RENCIA DE LOS PROGRAMAS DE COMPETENCIA PSICO- SOCIOEDUCATIVA DE JUSTICIA JUVENIL EN LA COMUNI- DAD AUTÓNOMA DE CANARIAS Manuel De Armas Hernán- dez, José Luís Arregui Sáez, Agustín López Martínez. LA CONDUCTA SUICIDA EN ADOLESCENTES SUS IMPLICACIO- NES EN EL AMBITO DE LA JUSTICIA JUVENIL Josep Moya i Revista de INTERVENCIÓN Ollé. LA MODIFICACION DE LA LEY DE RESPONSABILI- DAD DEL MENOR OPERADA POR LA LEY 8/2006 Deme- PSICOSOCIOEDUCATIVA trio Pintado Marrero, Alicia Salabert Cardona, Pablo en la DESADAPTACIÓN Ponce Matínez. LA EVALUACIÓN DEL RIESGO EN EL CONTEXTO DE LA LEY PENAL JUVENIL Enrique SOCIAL López Martín,María Dolera Carrillo. CARACTE- RÍSTICAS DE LOS EDUCADORES SOCIALES DE LOS RECURSOS RESIDENCIALES DE ATENCIÓN A LA INFANCIA Y ADOLES- CENCIA EN CATALUNYA Teresa Marzo Arpón. NUEVA LEY DE INFANCIA EN CATALUNYA. ANTEPROYECTO DE LEY SOBRE LOS DERE- CHOS Y LAS OPORTUNI- DADES DE LAS NIÑAS, NIÑOS Y ADOLES- CENTES Carme Panchón Iglesias. 1
  • 2. IPSE-ds Revista de INTERVENCIÓN PSICOSOCIOEDUCATIVA en la DESADAPTACIÓN SOCIAL Nº 1, NOVIEMBRE 2008
  • 3. Equipo de Dirección: Manuel de Armas Hernández Profesor Asociado de la Facultad de Formación del Profesorado. Departamento de Educación, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Carme Panchón Iglesias Profesora titular de la Facultat de Pedagogia, Universitat de Barcelona. Sotsdirectora del CIIMU Institut d’Infància i Mon Urbà (Barcelona). Sede de la revista: Departamento de Educación. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Edificio de Formación del Profesorado Calle Santa Juana de Arco, nº 1 Campus U. del Obelisco 35004-Las Palmas de Gran Canaria tel. +34 928 451 761 tel. +34 928 458 849 Fax +34 928 451 773 Dirección electrónica revista_desadaptacion_social@dedu.ulpgc.es Primera edición: DULAC edicions, Barcelona. Noviembre 2008 Publicación anual Diseño y maquetación: Víctor Anton Llapart Impreso en Barcelona © DULAC edicions, por esta edición. © De los autores por sus artículos. Publicado electrónicamente en: www.dedu.ulpgc.es ISSN: en trámite Dep. Legal: B-15555-2008 Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna ni por medio alguno ya sea eléctrico, óptico o mecánico, sin el consenti- miento por escrito de la editorial o de los autores. ejemplar gratuito
  • 4. Colaboran: Consejería de Bienestar Social, Juventud y Vivienda. (Gobierno de Canarias). Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Departamento de Educación. Universidad de La Laguna. Departamento de Didáctica e Investigación Educativa. Universidad de La Laguna. Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación. Universitat de Barcelona. Departament MIDE.
  • 5. NORMAS PARA LA PUBLICACIÓN DE ARTÍCULOS Los originales podrán estar escritos en cualquier lengua del Estado español. Los originales deberán ser inéditos y tratar temas relacionados directamente con las temáticas de la revista. Las propuestas de artículos se tendrán que enviar a la dirección electrónica: revista_desadaptacion_social@dedu.ulpgc.es La extensión de los artículos no sobrepasará las veinte pági- nas. Formato de presentación (APA), Documento en Word: Letra Arial 12, interlineado 1,5, márgenes de 2,5 cm. La exten- sión de 20 páginas equivale aproximadamente a 8.000 palabras o 40.000 caracteres. Título del artículo: Autor/a, o Autores, con nota a pie de página con su presenta- ción (ocupación actual) y si lo desea su dirección de correo elec- trónico o forma de contactar. Resumen del artículo de un máximo de 10 líneas. Palabras clave, un máximo de 5 Las referencias bibliográficas se presentarán al final del texto y por orden alfabético de los autores y autoras. Las tablas y gráficos se presentarán en un archivo aparte y se indicará el lugar donde se han de colocar en el artículo. El consejo de redacción valorará i seleccionará los artículos para su publicación. No se devolverán los originales de los trabajos no publicados.
  • 6. CONSEJO DE REDACCIÓN ALMEIDA AGUIAR, Antonio Samuel. (ULPGC) Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. ARREGUI SÁEZ, José Luís. Instituciones Penitenciarias, Ministerio del Interior. CARREIRO ESTÉVEZ, Juan. Instituciones Penitenciarias, Ministerio del Interior. CASTRO SÁNCHEZ, José Juan. (ULPGC) Universidad de Las Palmas de Gran Canaria DÍAZ HERNÁNDEZ, Ramón. (ULPGC) Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. ESCUELA QUINTERO, Manuel. Fundación IDEO. FERNÁNDEZ DEL VALLE, Jorge. (UO) Facultad de Psicología, Universidad de Oviedo. FERNÁNDEZ SARMIENTO, Celia. (ULPGC) Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. FRANCO YAGÜE, Juan Francisco. Agencia de la Comunidad de Madrid para la Reeducación y Reinserción del menor infractor GARCÍA GARCÍA, Luis. (ULL) Universidad de La Laguna. HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, Germán (ULPGC) Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. JÓDAR ORTEGA, Capilla. (ULL) Universidad de La Laguna. LÁZARO APARICIO, Araceli. (OIA) Secretària de l’Observatori dels Drets de la Infància, Generalitat de Catalunya. LÓPEZ MARTÍN, Enrique. (CARM). Comunidad Autónoma de la Región de Murcia. LOSADA LÓPEZ, José Luís. (UB) Facultat de Psicologia, Universitat de Barcelona. MOLERO RUIZ, Josep. Departament de Justicia - Generalitat de Catalunya. RODRIGUEZ DEL CASTILLO, Francisco Javier. Dirección General de Protección del Menor y la Familia. Comunidad Autónoma de Canarias. SÁEZ DÍAZ, Guillermo. Dirección General de Protección del Menor y la Familia. Comunidad Autónoma de Canarias. SÁNCHEZ ASÍN, Antonio. (UB) Facultat de Pedagogia. Universitat de Barcelona. SUÁREZ SANDOMINGO, José Manuel. Pedagogo e Técnico en Servizos Sociais, Xunta de Galicia.
  • 8. Sumario PRESENTACIÓN Carmen Steinert Cruz..................................................................................................pág. 9 . EL ACOGIMIENTO FAMILIAR EN LA PROVINCIA DE SANTA CRUZ DE TENERIFE: ESTUDIO DESCRIPTIVO África Borges del Rosal, Elena Rodríguez Naveiras, Carmen Hernández Jorge ......................................................................................pág. 11 MARCO DE REFERENCIA DE LOS PROGRAMAS DE COMPETENCIA PSICOSOCIOEDUCATIVA DE JUSTICIA JUVENIL EN LA COMUNIDAD AUTÓNOMA DE CANARIAS Manuel De Armas Hernández, José Luís Arregui Sáez, Agustín López Martínez.............................................................................................pág. 21 LA CONDUCTA SUICIDA EN ADOLESCENTES SUS IMPLICACIONES EN EL AMBITO DE LA JUSTICIA JUVENIL Josep Moya i Ollé..........................................................................................................pág. 29 LA MODIFICACION DE LA LEY DE RESPONSABILIDAD DEL MENOR OPERADA POR LA LEY 8/2006 Demetrio Pintado Marrero, Alicia Salabert Cardona, Pablo Ponce Matínez .................................................................................................pág. 37 LA EVALUACIÓN DEL RIESGO EN EL CONTEXTO DE LA LEY PENAL JUVENIL Enrique López Martín, María Dolera Carrillo...................................................................................................pág. 41 CARACTERÍSTICAS DE LOS EDUCADORES SOCIALES DE LOS RECURSOS RESIDENCIALES DE ATENCIÓN A LA INFANCIA Y ADOLESCENCIA EN CATALUNYA Teresa Marzo Arpón....................................................................................................pág. 57 . NUEVA LEY DE INFANCIA EN CATALUNYA. ANTEPROYECTO DE LEY SOBRE LOS DERECHOS Y LAS OPORTUNIDADES DE LAS NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES Carme Panchón Iglesias.............................................................................................pág. 69
  • 10. PRESENTACIÓN Carmen Steinert Cruz Directora General de Protección del Menor y la Familia (Gobierno de Canarias) S upone para mí una enorme sa- internamiento y la perspectiva del derecho tisfacción presen­ ar esta revista. t penal, especialmente de los juzgados y la fis- Representa de manera sintética el calía. esfuerzo de los investigadores e Siendo los temas que aquí se tratan tan inves­ igadoras en el ámbito de la infancia y t comple­ os, resulta por ello una muestra espe- j la juventud. Además, algunos de los estudios ranzadora la lectura de estos artículos ya que presentados han sido solicitados expresa- todos ellos nos muestran alternativas prácti- mente por la Consejería de Bienestar Social a cas y eficaces para atender la problemática estos profesionales. de nuestra infancia y nues­ ra juventud. t Ello es un hito para la entidad pública Ello es debido a que todos estos trabajos respon­ able de los menores, pues implica s son fruto del diálogo al que hice referencia una invitación cargada de sinceridad a la co- al principio de esta introducción. El diálogo munidad científica canaria para abrir un diá- de quienes día a día están trabajando direc- logo honesto, abierto e ilusionado entre los tamente con niños y jóvenes, con los inves- que a diario trabajamos a pie de terreno en tigadores e investigadoras que, desde las el ámbito de la justicia juvenil o de la protec- universidades canarias, elaboran y ponen al ción de la infancia y quienes, desde las aulas día teorías que nos permiten entender me- universitarias, investigan alternativas a pro- jor nuestro entorno, diagnostican la realidad blemas complejos, propios de una sociedad que nos rodea y establecen las mejores estra- tan cambiante como la nuestra. tegias con las que intervenir con éxito ante Así pues esta revista supone el primer los problemas a los que nos enfrentamos a paso de un diálogo que ya está siendo fruc- diario. tífero. Una re­ exión común entre el mundo fl Por otro lado, no quisiera olvidarme del de los prácticos, representado por el personal compañero que se nos marchó de ésta vida educativo y de inter­ ención y el mundo uni- v el año pasado, Agustín López Martínez; vaya versitario, representado por aquellos inves- para él un pequeño homenaje y reconoci- tigadores e investigadoras que han tenido a miento hacia su labor, desde estas páginas; bien escribir estos artículos. pues con su preparación, ilusión y empeño Los problemas a los que nos enfrentamos asumió con gran responsabilidad la dirección quie­ es trabajamos en la prevención, la pro- n y gestión del CEMJ Valle Tabares. tección y la intervención con la infancia y La lectura de los artículos de esta revista la juventud no son baladíes. De un lado, lo produ­ e la sensación de un primer paso en c vinculado a la infancia en dificultad social: la este diálogo, un primer paso cargado de in- intervención con las familias en situación de tensidad, ilusiones y expectativas en que riesgo, el acogimiento familiar y residencial, esta nueva complicidad entre la práctica y la los niños que vienen en pateras y cayucos sin investigación, es una realidad cargada de he- estar acompañados por personas adul­ as, la t rramientas comunes que ya son de gran utili­ adopción, especialmente la internacional y la dad para quienes procuramos hacer mejor la de niños y niñas con dificultades especiales. vida de los niños, niñas y jóvenes de Canarias. De otro, el de los y las jóvenes sometidos a Vaya pues el deseo de toda la sociedad cana- medidas judiciales de tipo penal: los progra- ria para que este diálogo persevere, para que mas que fun­ ionan, el perfil de los y las pro- c esta recién inicia­ a complicidad siga dando d fesionales, tanto el educativo como el que frutos como los que en esta revista se presen- se encarga de la seguridad de los centros de tan. 9
  • 12. EL ACOGIMIENTO FAMILIAR EN LA PROVINCIA DE SANTA CRUZ DE 1 TENERIFE: ESTUDIO DESCRIPTIVO África Borges del Rosal2 Elena Rodríguez Naveiras Carmen Hernández Jorge Universidad de La Laguna Resumen: El acogimiento familiar es un sistema de protección a la infancia en situación de riesgo, retirando a los menores de sus familias biológicas que no pueden atenderlos. En este estudio se describe la situación de los menores en acogimiento en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, cuyos expedientes se han cerrado en el periodo que abarca de 2000 a 2006, analizando variables relacionadas con el menor, su familia biológica, sus acogentes y las condiciones de acogimiento. Palabras claves: acogimiento familiar, acogimiento residencial, familia extensa, familia ajena, infan- cia en riesgo, familia acogente. introducción El acogimiento familiar supone un sistema nocida para el menor, pero sin que les unan de protección a la infancia en situación de con él lazos de consanguineidad, es quien se riesgo. Los menores son retirados de sus fa- hace cargo del acogimiento. De ambos aco- milias biológicas, dando lugar a medidas de gimientos, el realizado en familia extensa se acogimiento residencial o familiar y, en este ha valorado como el más adecuado, por las caso, bien sea en familia extensa o biológica. siguientes razones: ayuda a reducir el trauma El acogimiento familiar de menores cons- de la separa­ ión, refuerza la identidad y au- c tituye una medida jurídica, donde la guardia toestima del menor, ofrece mayor estabilidad y custodia del menor es otorgada a una per- en su emplazamiento y promueve la relación sona o un grupo de personas, que se obligan, entre hermanos (Lorkovich, Piccola, Groza, por ello, a velar por él, alimentarlo, educarlo y Brindo y Marks, 2004). Asimismo permite una darle una formación inte­ ral. Amorós y Pala- g guía de adultos, beneficiosa para el bienes- cios (2004) señalan que el aco­ imiento fami- g tar del menor (Chapman, Wall y Barth, 2004) liar busca la sustitución o comple­ entación m y parece ser que facilita que el acogimiento del medio familiar original. sea más permanente (Brooks, Shookhoff y Ri- El acogimiento familiar abarca dos moda- chards, 2005). lida­ es: familia extensa o familia ajena. En d Un aspecto a tener en cuenta son las posi- el primer caso, algún miembro de la familia bles diferencias entre familia extensa y ajena, extensa del me­ or se hace cargo de él. En el n observán­ ose o bien ausencia de las mismas d segundo caso, una familia, conocida o desco- (Scarnnapieco, Hegar y McAlpine, 1997; Cu- ddeback y Orme, 2002) o que, en la familia extensa, el acogedor o acogedora principal 1 Estudio encargado y financiado por la Dirección General tenía una media de edad más alta, a la vez del Menor y la Familia, de la Consejería de Bienestar Social, que menos formación educativa y menos Juventud y Vivienda del Gobierno de Canarias. ingresos (Scannapico y Hegar, 2002; Sykes, 2 e-mail: aborges@ull.es Sinclair y Gibas, 2002). 11
  • 13. El acogimiento está concebido como una RESULTADOS medida temporal, cuyo objetivo es la reunifi- cación familiar, cuando las condiciones de la Los resultados se analizaron mediante el familia biológica lo permitan. El menor que- paque­ e estadístico SPSS, v.14.0 para Win- t da bajo la supervisión de la Dirección General dows. del Menor, quien, a través de los Educadores Datos referidos al menor y apoyados por Psicólogos y Trabajado­ es So- r ciales, se encargan del seguimiento y desarro­ Sexo y edad del menor: llo de la vida del menor, sea para trabajar con Hay más varones en acogimiento: 152 ambas familias, biológica y acogente, cuando (55,1%) frente a 124 niñas (44,9%). las condicio­ es lo permiten, con el fin de pro- n La edad del menor en el momento del mover la reunifica­ ión familiar, o bien, si ésta c acogimien­ o alcanza un rango desde me- t no fuera posible, para supervisar el devenir nos del año (en 5 casos) hasta los 17, en una de la familia acogente, así como para velar distribución bastante homogé­ ea, como se n para que las necesidades físicas y psíqui­ as c puede apreciar en la ilustración número del menor se vean cubiertas. 1. La media de edad es de 8,6, con mediana La investigación social en este marco su- en 9, moda en 6 y desviación típica de 4,62. pone una importante ayuda, cuya meta es la búsqueda de factores relevantes que permi- 25 tan que el acogimiento familiar se desarrolle en las mejores condiciones, velando siempre 20 por el bienestar del menor. El objetivo perse- 15 guido en este estudio es hacer una descrip- ción detallada de la realidad de los menores 10 en acogimiento familiar en la provincia de 5 Santa Cruz de Tenerife, basándose en los ex- pedientes cerrados en el periodo que abarca 0 ,2 ,6 ,7 ,9 1,0 2,0 3,0 4,0 5,0 6,0 7,0 8,0 9,0 10,0 11,0 12,0 13,0 14,0 15,0 16,0 17,0 de 2000 a 2006. Ilustración 1. Edad del menor al inicio del acogimiento MÉTODO Edad del menor al cierre del expediente de acogimiento Procedimiento Casi la mitad de los expedientes se cierran Se ha revisado un total de 276 expedien- al lle­ ar el menor a la mayoría de edad (131 g tes, re­ativos a menores que han finalizado el l casos, un 44,7%), como se muestra en la ilus- acogimiento entre los años 2000-06, lo cual tración número 3. La media de edad al cierre constituye un 97,18% del total de menores del expediente es de 14,11, con mediana en que han finalizado su relación con la Direc- 17 y desviación típica de 5,04. ción General en ese periodo en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, pues el número de 125 expedientes que constan en el servicio es de 284. Los 8 casos que faltan no se han consul­ 100 tado por no figurar el expediente en el archi- 75 vo correspondiente, por diversas razones. No ha habido un procedimiento de selec- 50 ción de expedientes, sino que se ha optado 25 por un trabajo censal, con la diferencia entre expedientes finaliza­ os y revisados que aca- d 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 bamos de exponer. Ilustración 2. Edad del menor al cierre del expediente 12
  • 14. Problemas del menor Los problemas que aparecen consignados 30 se han agrupado en las siguientes catego- 25 rías: 20 – Trastorno mental: Desvinculación con 15 ansie­ ad y depresión; hiperactividad y d TDAH; Enuresis; trastorno de ansiedad 10 por separación, trastorno de afectividad; 5 trastorno mixto del lenguaje receptivo 0 expresivo; ansiedad; trastorno cognitivo; Trastorno Comportam. Problemas Problemas Problemas mental antisocial académicos afectivos físicos trastorno del comportamiento en infancia Ilustración 3. Frecuencia de los problemas de los menores y adolescencia – Comportamiento antisocial y/o delictivo: Agre­ ividad; enfrentamiento; fugas; ro- s bos; destrozos; amenazas. Remisión a consulta psicológica – Problemas académicos: Retraso escolar; Cuando los técnicos de la Dirección Gene- pro­ lemas académicos; fracaso escolar; b ral del Menor, educadores, psicólogos y tra- absentismo escolar; retraso del lenguaje. bajadores socia­es, lo estiman conveniente, l – Problemas afectivos: Inadaptación social, los menores son remiti­ os a consulta psico- d fa­ iliar y escolar; problemas derivados m lógica que, en todos los casos salvo en uno, del maltrato físico y psicológico; proble- recae en el mismo gabinete, servicio que ha mas del carácter; pro­ lemas emocionales; b sido contratado a tal fin, mediante concurso problemas de relación no especificados público, por la Dirección General del Menor. – Problemas físicos: síndrome de abstinen- De los expedientes estudiados, 48 menores cia al nacer; portador de VIH; asma; diabe- fueron remiti­ os a consulta psicológica, con d tes; obesidad; cardiopatía; alergia; hepa- una media de per­ anencia en la misma de m titis; desnutrición; retinosis pigmentaria; 10,5 meses, (mediana =9; desviación típica= vegetaciones; pluritraumatismo; perfo­ 8,22), con un rango entre una visita y 35 me- ración timpánica; síndrome de Down; tu- ses de sesiones. moraciones. Datos referidos a la familia biológica La presencia en el menor de problemas Situación y presencia de los padres bioló- de diverso tipo es poco frecuente, ya que en gicos 215 (77,9%) de los expedientes revisados, los En el momento que se realiza el acogi- menores no presen­ an problemas de ningún t miento, la madre biológica o está con el me- tipo. Entre los que se consigna la existencia nor o se conoce su paradero, por lo general de problemas 38 menores presentan uno, 19 (240 expedientes, 88,2%). Los padres tam- presentan 2 y sólo en 4 casos se dan tres pro- bién suelen ser conocidos y haber reconoci- blemas conjuntamente. La frecuencia de los do al hijo, lo que ocurre en un 83,8% de los problemas mencionados aparece en la ilus­ casos (228 expedientes), en 18 casos el padre tración 3. es conocido, aunque no ha reconocido al me- nor, y en 26 es desconocido. Tipo de familia El tipo de familia de procedencia se mues- tra en la ilustración número 4. Como se pue- de observar, el porcentaje más alto corres- ponde a ausencia de nú­ leo familiar. c 13
  • 15. 120 120 Padre Madre 100 100 80 80 60 60 40 40 20 20 0 0 Drogodependientes Alcoholicos En prision Incap. mental Incap. fisica Probl. economicos Maltrato fisico Maltrato Psicolog. Abusos Separado/a Prostitucion Ausente Monoparental Intacta Reconstituida Sin núcleo Fallecido/a Ilustración 4. Tipo familia Problemas de los padres Ilustración 5. Problemas de padres y madres Los problemas de los padres y madres de los menores acogidos se presentan en la ilustración número 5. El problema más fre- Hermanos cuente es la ausen­ ia de los progenitores, c Si bien lo más frecuente es que los meno- siendo también frecuente la separación de res en acogimiento sean hijos únicos (116 ca- la pareja. El consumo de drogas o alcohol se sos, 42%), los restantes pertenecen a familias da por igual en madres y en padres, 85 en con más hijos, sean de ambos padres o bien cada caso, lo que lo convierte en el segundo alguno de los progenitores. Así, un tercio de problema en frecuencia. Los abusos sexuales los estudiados tienen hermanastros de la por parte de los progenitores son escasos, y misma madre (31,5%) y un 8,8% del mismo sólo se da entre los padres, no en las madres. padre, como se puede apreciar en la ilustra- En cambio, el maltrato físico y psicológico, ción número 6. aunque se da más frecuentemente entre los padres, también ocurre en el caso de la 300 Padre y Madre Madre Padre madre. No obstante, todos estos aspectos 250 se pueden considerar maltrato, si se admite 200 la definición de maltrato que dan Amorós y Palacios (2004): “… toda acción u omisión no 150 accidental que impide o pone en peligro la 100 seguri­ ad de los menores de 18 años y la sa- d tisfacción de sus necesidades físicas y psico- 50 3 lógicas básicas” (pág. 30) 0 Ninguno 1 2 3 4 o mas Perdidos Ilustración 6. Hermanos o hermanastros de menores acogidos Datos relativos a la familia acogente La mayoría de los acogentes son los abue- los, ya que el acogimiento con los abuelos del menor cons­ ituye la mitad de los diversos t tipos de acogimiento entre los expedientes analizados, seguido por los tíos, en una cuar- ta parte de los expedientes vistos. El acogi- 3 Cursiva en el original. miento por otros familiares es mucho menos 14
  • 16. frecuente, así como también el de familia aje- Profesión de los acogentes na, sea conocida o no conocida, que sólo se Las profesiones de los acogentes son muy produce en un 15,3% de casos, como se pue- varia­ as, como se puede apreciar en la tabla d 4 de ver en la tabla número 1. número 2 . Tabla 1. Tipo de acogimiento familiar Tabla 2. Profesiones del acogente principal 1 % % Frecuencia % % acumulado Frecuencia & % acumulado válido válido Profesionales técnicos 6 3,1 3,2 3,2 Abuelos 139 50,4 53,1 53,1 Personal directivo Tíos 67 24,3 25,6 78,6 Admon. Pública y 1 0,5 ,5 3,7 empresa Hermanos 8 2,9 3,1 81,7 Personal adminis- 7 3,6 3,7 7,5 Primos 2 0,7 0,8 82,4 trativo Otros familiares 4 1,4 1,5 84,0 Comerciantes y 11 5,7 5,9 13,4 vendedores Ajena conocida 25 9,1 9,5 93,5 Personal de servicios 45 23,2 24,1 37,4 Ajena desconocida 17 6,2 6,5 100,0 Agricultores, ganade- 13 6,7 7,0 44,4 ros, pescadores Perdidos 14 5,1 Trabaj. de producción, 17 8,8 9,1 53,5 Total 276 100,0 conductores, peones FFAA 1 0,5 ,5 54,0 Estudiantes 2 1,0 1,1 55,1 Edad y sexo del acogente principal El número de acogentes principales muje- Amas de casa 39 20,1 20,9 75,9 res es de 101 (52,1%) y de 93 varones (47,9%) Jubilados y y su edad media del acogente principal está pensionistas 38 19,6 20,3 96,3 en 50,49 años, con una desviación típica de 13,6 y una mediana de 51 años, (rango 19 - 80 No clasificables y 7 3,6 3,7 100,0 en paro años), como se muestra en la ilustración 7. Perdidos 7 3,6 60 Total 194 100,0 50 Núcleo familiar de los acogentes 40 Por regla general, los acogentes principa- les no están solos, sino que viven con más 30 familiares en un 79,9% de los casos. Más de la mitad de los acogentes principales están 20 casados (54,1%). Los datos se muestran en la ilustración número 8. 10 4 La disparidad en el tamaño de la muestra se debe, por una 0 parte, a que un acogente puede tener a más de un menor a 15 29 49 59 84 su cargo. Por otra parte, no se han podido recoger los datos referi­ os a los acogentes en algunos expedientes. d Ilustración 7. Edad del acogente principal 15
  • 17. casado Datos relativos al acogimiento 2 soltero viudo Lugar de procedencia antes del 16 separado Perdido acogimiento 19 La mayoría de los menores antes del acogimien­ o se encontraban con la familia t 105 biológica (114 menores, 41,3%), o bien con la familia extensa (100 menores, 36,2%), princi- 52 palmente con los que luego se hacen cargo del acogimiento (33,3%). Se muestra en la ilustración número 10. Las razones más frecuentes para el aco- gimiento son que los padres biológicos no pueden hacerse cargo del menor (146 casos, Ilustración 8. Estado civil del acogente principal 52,9%), seguido por la ausencia de los pro- genitores (61 casos, 22,1%). En la ilustración La media de familiares que conviven con número 11 se muestran las distintas razones el acogente principal es de 2,72, y la mediana que llevan al acogimiento. 2, con una desviación típica de 1,66, y un ran- go entre 1 y 10 (ilustración número 9). 10 3 Familia biológica Familia extensa acogente 35 Familia extensa no 80 14 Familia ajena 114 8 Acogimiento residencial 60 Otros Perdido 92 40 20 Ilustración 10. Residencia de procedencia 0 antes del acogimiento 1 2 3 4 5 6 7 9 10 Ilustración 9. Nº miembros de los acogentes La mayoría de los acogentes sólo tienen un menor con medida de acogimiento (89,2%), 140 aunque también se da el caso de que tengan 120 2 (9,3%) ó 3 (1,5%). 100 Diferencias entre acogentes de familia 80 extensa o ajena 60 Se ha comparado a los acogentes princi- 40 pales de la familia extensa o ajena, para ver 20 si se dan diferen­ ias significativas entre ellas. c 0 No aparecen diferen­ ias en ninguna de las c Ausencia Muerte Incapacidad Cesión Maltrato progenitores progenitores atender voluntaria variables consideradas: sexo, edad y profe- sión del acogente principal (incluyendo que Ilustración 11. Razones acogimiento sean o no activos profesionalmente), así como en el número de integrantes de la fa- milia acogente. 16
  • 18. Condiciones del acogimiento Cambios de domicilio durante el expediente La mayoría de los acogimientos son administra­ ivos (193 casos, 69,9%), sin des- t Por regla general, los menores en acogi- amparo (187 ca­ os, 67,8%) y no remunerados s miento sue­en estar en una sola familia de l (228 casos, 82,6%). En la siguiente tabla se acogida, siendo poco frecuente que cambien puede ver la frecuencia de aparición combi- cuando están dentro del régimen de acogi- nada estas variables. miento, como se muestra en la tabla número 4. Es más, en algunos casos (19), el acogimien- Tabla 3. Tipo de acogimiento to no supo­ e más que una formalización de n Remunerado Total una situación de hecho, pues siempre han Tipo de acogimiento si no vivido con la familia extensa, generalmente Administrativo Desamparo sí 9 51 60 los abuelos. Sin embargo, alrededor de una no 16 117 133 cuarta parte (23,5%) cambia de domicilio Total 25 168 168 más de una vez, estando bajo medida de aco- Judicial Desamparo sí 4 21 25 gimiento, con todo lo que ello implica en su no 17 36 53 adaptación y bienestar. Total 21 57 78 Tabla 4. Nº cambios residencia entre inicio y fin Hermanos acogidos expediente Frecuencia & % válido % acumulado Es frecuente que el acogimiento abarque a 0 19 6,9 7,3 7,3 más de un hermano. De hecho, aunque en la 1 176 63,8 67,7 75,0 mayoría de los expedientes estudiados sólo 2 50 18,1 19,2 94,2 hay un hijo en acogimiento, casi en la mitad 3 13 4,7 5,0 99,2 de los expedientes revisados (41,8%) había 4 2 0,7 0,8 100,0 más de un hermano en situación de acogi- Total 260 94,2 100,0 miento simultáneamente, como se puede ver en la ilustración número 12. Además, aunque Perdidos 16 5,8 ya hubieran finalizado su acogimiento, en 11 de los expedientes, uno o más hermanos del La última residencia en la que estaba alo- actual niño en acogimiento también habían jado el menor al finalizar el acogimiento era estado sometidos a esta medida. en su mayoría en familia extensa (223 expe- dientes, el 80,8%), como se puede apreciar en la ilustración número 13. 250 Ninguno 4 7 1 200 3 2 36 3 150 4 Perdido 100 153 50 73 0 Familia extensa Familia ajena Acogimiento residencial Ilustración 13. Ultimo acogimiento al finalizar expediente Ilustración 12. Hermanos del menor en acogimiento Razones del cierre del expediente simultaneamente Prácticamente la mitad de los expedientes se cierran por haber alcanzado la mayoría de edad (131 casos, 47,5%), seguidos por reinte- 17
  • 19. gración familiar (84 casos, 30,4%). El menor DISCUSIÓN pasa a centro en 36 expedientes (13%). Los datos se muestran en la ilustración nº 14. La primera reflexión que se plantea, a la luz de los datos, tiene que ver con la edad del menor cuando se produce el acogimiento, pues se observa que los niños se ven some- 125 tidos a situación de acogimiento a lo largo 100 de todas las edades, desde bebés que aún no han cumplido el año, hasta jóvenes de 17 75 años. Sin embargo, la edad del cierre del ex- 50 pediente más frecuente es a los 18 años, lo que supone que el acogimiento, sea cual sea 25 su régimen, temporal o definitivo, acaba por 0 suponer una medida que finaliza en la mayo- Mayoría Reinte- Paso a Acog Renuncia Nomb. Cambio Adopción Otros edad gración centro preadop. acogente tutor acogente ría de edad del acogido, siendo a la postre, Ilustración 14. Razones de cierre del expediente más frecuente que la reunificación familiar, que es el objetivo final de la medida de aco- gimiento. Por tanto, y en aras de conseguir la El porcentaje de reunificación familiar en- mejor situación para el menor, hay que cuidar contrado en este estudio está dentro de los especialmente el hogar de acogida, evitando márgenes de otros estudios que han contem- en lo posible que se den cambios de acogi- plado este dato: El Programa de Tratamiento miento a lo largo de la infancia, que sólo po- a Familias con Menores, de la Diputación de drán ir en perjuicio del niño. Un corolario de Sevilla, con una media 28,56% de reunifica- esta conclusión es que hay que prestar un ex- ciones familiares y el 35% recogido por Amo- quisito cuidado a las familias acogentes, tan- rós, Palacios, Fuentes, León y Mesas (2004). to en lo que respecta a su idoneidad, como en el apoyo que se le debe dar, para asegurar Duración del acogimiento que la medida cumpla el propósito de cubrir La duración media en que el menor se en- eficientemente las necesidades totales del cuentra en acogimiento familiar, contando menor. Se ha observado la importancia de desde la edad que tenía al inicio hasta la edad las redes sociales para un mejor funciona- del cierre del expediente es de 5,64 años, con miento de los acogentes, lo cual incluye tam- mediana de 5 años, desviación típica de 3,98, bién una buena relación con la Institución y un rango entre 0 y 17 años. La distribución gubernamental encargada de la medida de de los valores es multimodal, teniendo su fre- acogimiento (Triseliotis, Borland y Hill, 1998; cuencia máxima (30 observaciones) en 2 y 3 Fisher, Gibbs, Sinclair y Wilson, 2000), uno de años. los aspectos en los que habría de redundar en futuras investigaciones. 40 En segundo lugar, cabe resaltar es que la población infantil en régimen de acogimien- 30 to familiar está relativamente libre de proble- mas, tanto físicos como psicológicos, lo cual 20 no es poco si tomamos en cuenta las duras 10 5 No obstante, no hay que olvidar que una medida de acogimiento no siempre es tan dramática; muchas veces, los 0 abuelos, por razones diversas, se han hecho cargo del menor ,00 ,30 1,00 2,00 2,80 3,00 3,10 4,00 5,00 6,00 7,00 8,00 8,40 9,00 10,00 11,00 12,00 13,00 14,00 15,00 17,00 desde el nacimiento y han asumido todas las funciones Ilustración 15. Duración del acogimiento parentales. 18
  • 20. situaciones familiares que, en muchos casos5, se encuentra presente cuando se produce la han tenido que vivir los menores. Ello permi- medida de acogimiento, y el padre tiende a te reorganizar adecuadamente los recursos ser conocido y haber reconocido al menor, si institucionales, pues cabe sugerir que los es- este es fruto de una relación fuera del matri- fuerzos de los educadores se centren más en monio. Tanto padre como madre presentan estos casos que en los que se desarrollan de problemas de diverso tipo, siendo el más forma adecuada. frecuente el consumo de drogas o alcohol. Un comentario parece adecuado aquí. En Además, es bastante común que más de un este trabajo se han trascrito textualmente las hermano se encuentre en acogimiento en conceptualizaciones que aparecen en los ex- el mismo espacio temporal. Obviamente, la pedientes para designar los problemas que dificultad de los padres de hacerse cargo del afectan a los menores. En algunos casos, no menor se extiende a todos sus hijos, por regla corresponden a ningún criterio diagnóstico, general, aunque no siempre es el caso. tales como el Manual Diagnóstico y Estadísti- El perfil del acogente que surge de este co de los trastornos mentales (DSM-IV-TR) de estudio es una abuela, en la cincuentena, la Asociación Psiquiátrica Americana (2002) que se dedica a una profesión relacionada o la Clasificación Internacional de Enferme- con el área de servicios, está casada y vive en dades: Trastornos mentales y del comporta- familia, compuesta por dos o más miembros, miento (CIE-10) de la Organización Mundial teniendo un solo menor en acogimiento. de la Salud (1992). Utilizar cualquiera de Con respecto a los acogentes, nuestros estas categorizaciones estandarizadas sería datos no avalan los hallazgos que aparecen aconsejable, para garantizar una terminolo- recogidos en la literatura, en el sentido de di- gía común. ferencias entre familia extensa y ajena (Scar- Ahora bien, cabe preguntarse si la baja nnapieco y cols, 1997, Cud¬deback y Orme, incidencia de problemas es real, o bien, al 2002; Scannapico y Hegar, 2002; Sykes, Sin- no ser un dato de obligada inclusión en los clair y Gibas, 2002), en ninguna de las varia- expedientes, pudiera no haberse incluido, bles incluidas en el estudio. aunque el menor padeciera estos problemas. Finalmente, el tipo de acogimiento más Esto es más probable que ocurra en los más frecuente es administrativo, no remunerado antiguos, pues se han consultado expedien- y sin desamparo. tes abiertos desde la década de los ochenta, En conclusión podemos señalar que, den- y se ha podido observar que la forma de tra- tro del intervalo estudiado, la medida de bajo de los técnicos ha ido evolucionando acogimiento ha funcionado bien, debido a hacia una mayor sistematización. Evidente- que el menor suele mantenerse en la misma mente, es preciso un estudio mucho más en familia hasta la mayoría de edad, cuando no profundidad, tomando en cuenta áreas tales se culmina en la reunificación familiar. Esto, como desarrollo físico y autonomía, desarro- como hemos señalado, redunda en la estabi- llo cognitivo, emocional y social y rendimien- lidad del menor y permite que su desarrollo to escolar, al estilo del realizado por Amorós, se realice en condiciones óptimas. Palacios, Fuentes, León y Mesas (2004), estu- El trabajo aquí presentado no es más que diando familias canguro, a ser posible, con un la descripción de la realidad en el intervalo diseño antes–después del acogimiento, para temporal estudiado. No obstante, para po- poder determinar los efectos que la medida der llegar a conclusiones más prácticas, es de acogimiento ha tenido sobre esas áreas preciso analizar qué factores parecen rela- del desarrollo infantil. cionarse tanto con una finalización feliz del La familia biológica del menor, en gene- acogimiento, a través de la reunificación, así ral, carece de un núcleo constituido, aunque como la otra cara de la moneda: qué aspec- también en la mayoría de los casos la madre tos pueden permitir predecir el fracaso en 19
  • 21. acogimiento, esto es, cuando el menor debe tive services. Child and Adolescent Social Wrk abandonar la familia de acogida antes de su Research, 19(4), 315-327. mayoría de edad, cuando la reunificación fa- - Scarnnapieco, M., Hegar, R.L. y McAlpine, C. (1997) Kinship care and foster care: A compa- miliar no es posible. rison of characteristics and outcomes. Families Estos aspectos han sido objeto de otros in Society: The Journal of Contemporary Human estudios y no ha sido objeto del estudio pre- Services, 78(5), 480-488. sentado anteriormente. - Sykes, J., Sinclair, I, Gibas, I. y Wilson, K. (2002) Kinship and stranger foster carers: How do they compare? Adoption & Fstering Journal, 26 REFERENCIAS (2), 38-48. - Triseliotis, J., Borland, M. y Hill, M. (1998) Fos- - Amorós, P., Palacios, J., Fuentes, N., León E. y ters careers who cease to foster. Adoption and Mesas, A. (2004) Familias canguro. Una expe- Fostering, 22(2), 54-61. riencia de protección a la infancia. Barcelona: Fundación La Caixa. - Amorós, P. y Palacios, J. (2004) Acogimiento fa- miliar. Madrid: Alianza Editorial. - Asociación Psiquiátrica Americana (2002) Manual de Diagnóstico y Estadísticode los tras- tornos mentales (DSM-IVT-R). Madrid: Masson. Brooks, S.L., Shookhoff, A.J. y Richards, C.M. (2005) A better option? Tennessee Bar Journal, 41(3), 16-23. - Chapman, M.V. Wall, A. y Barth, R.P. (2004) Children’s voices: The perceptions of children in foster care. American Journal of Orthopsy- chiatry, 74 (3), 293-304. - Cuddeback, G.S. y Orme, J.G. (2002) Training and services for kinship and nonkinship foster families. Child Wlfare League of America, 81(6), 879-909. - Fisher, T., Gibbs, I., Sinclair, I. y Wilson, K. (2000) Sharing the care: The qualities sought of social workers by foster carers. Child and Family So- cial Work, 5,225-233. - Lorkovich, T.W., Piccola, T., Groza, V., Brindo, M.E. y Marks, J. (2004) Kinship care and perma- nence: Guiding principles for policy and prac- tice. Families in Society: The Journal of Contem- porary Human Services, 85(2), 159-164. - Organización Mundial de la Salud (1992) Cla- sificación Internacional de Enfermedades: Tras- tornos mentales y del comportamiento (CIE-10). Madrid: Meditor. - Programa de tratamiento a familias con me- nores. Diputación de Sevilla. En: http://www. dipusevilla.es/dipusevilla/export/ site/co- tents/Documentos/124351/124387/atta- chs/125375/normal/Memoria_TRATAMIEN- TO_FAMILIAR_2005.pdf [02/04/2007] - Scarnnapieco, M.y Hegar, R.L. (2002) Kinship care providers: Designing an array of suppor- 20
  • 22. MARCO DE REFERENCIA DE LOS PROGRAMAS DE COMPETENCIA PSICOSOCIOEDUCATIVA DE JUSTICIA JUVENIL EN LA COMUNIDAD AUTÓNOMA DE CANARIAS Manuel De Armas Hernández 1 José Luís Arregui Sáez Agustín López Martínez Resumen: La necesidad de una especialización de la intervención en justicia juvenil pone de relieve que al interve- nir hemos de basarnos en programas y líneas de trabajo contrastadas empíricamente, tal y como nos refleja los trabajos de Spivack y Shure (1974) con el déficit de destrezas interpersonales; Roos, Fabiano y Ewles (1982) en el programa R & R; Segura Morales (1992, 2004) con programas cognitivos de habilida- des sociales; Garrido Genovés y López (2005) con el programa de pensamiento prosocial. Palabras claves: modelo cognitivo, competencia social, pensamiento prosocial, delincuencia juvenil, tutoría de jóvenes. Antecedentes En la década de los 70 y 80, surge con fuer- delincuentes que tendrán presente en el di- za la idea de la rehabilitación del delincuente seño de los programas de intervención cog- tanto en Estados Unidos como en Canadá y nitivos y que son los siguientes: después de publicaciones en las que se revi- 1. Pensamiento Causal, es la capacidad de saban los programas y tratamientos basados determinar la raíz o causa de un proble- en una revisión meta-analítica, pues con an- ma. Quienes no tienen este pensamiento, terioridad a dichas décadas el fracaso de la atribuyen todo a la causalidad o a la mala rehabilitación se había extendido basado en suerte, o se quedan sin palabras ante un estudios con problemas metodológicos y con problema interpersonal. inadecuados diseños de investigación. Esta 2. Pensamiento Alternativo, es la habilidad idea de rehabilitación se aleja de una visión cognitiva de imaginar el mayor número punitiva e incorpora las características perso- de posible soluciones para un problema nales de los sujetos susceptibles de interven- determinado. ción, el tipo de programa y el ambiente en el 3. Pensamiento Consecuencial, es la capaci- que tiene lugar la intervención, de esta forma dad cognitiva de prever las consecuencias se inicia una nueva línea de trabajo en la que de un hecho; supone pensar y prever lo diversos autores (Spivack y Shure, 1974; Ross, que probablemente pasará, si hago esto, Fabiano, y Ewles, 1982) coinciden al seleccio- o si le digo esto a tal persona. nar los rasgos que caracterizan a los progra- 4. Pensamiento en Perspectiva, es la habili- mas que funcionan diferenciándolos de los dad cognitiva de ponerse en el lugar de que no afloran resultados positivos. otro, es comprender por qué piensa así Spivack y Shure (1974) encuentran déficit otra persona. Nos hace comprender mejor de destrezas interpersonales en los jóvenes para perdonar, ayudar y también oponer- nos con firmeza a quienes no tienen ra- 1 e-mail: mdearmas@dedu.ulpgc.es zón. 21
  • 23. 5. Pensamiento Medios-fin, supone saber 1. Impulsividad, reflejo de una evidente falta trazarse objetivos, saber analizar los re- de autocontrol. cursos con que se cuenta para llegar a ese 2. Externalidad, en tanto en cuanto no se objetivo. sienten responsables de los que le sucede. 3. Razonamiento concreto, en la medida que Por otro lado, Ross, Fabiano, y Ewles (1982) sólo comprenden aquello que pueden ver, proponen el Programa: R & R, que hace refe- oír o tocar. rencia a Razonamiento y Rehabilitación, que 4. Rigidez cognitiva, su pensamiento es in- se ha de llevar a cabo con grupos de cuatro flexible, rígido e intolerante, los que les lle- a ocho componentes y con una duración de va a persistir en conductas desadaptadas. 80 a 120 horas. Se han de utilizar técnicas 5. Resolución cognitiva de problemas inter- que sean altamente agradables para indivi- personales, aspecto relacionado con la duos antisociales porque los delincuentes no falta de capacidad para detectar y definir son fáciles de motivar, y frecuentemente se un problema, encontrar posibles causas y muestran muy negativos ante la terapia o la pensar soluciones alternativas y sus con- escuela, dicho programa fue mejorado por secuencias. Roos y Ross (1995), Ross, Antonowicz y Dha- 6. Egocentrismo, ven el mundo desde su liwal (1995) y Garrido Genovés (2003) en el propio punto de vista. programa de Pensamiento Prosocial, versión 7. Valores, ausentes o precarios. corta para jóvenes (PPS-VC). 8. Insuficiente capacidad crítica, predomi- También Ross (1992) se preguntó ¿Cuá- nando el pensamiento irracional y carente les son las características esenciales de los de autocrítica. programas efectivos? Existen varias, pero una destaca claramente, que todos ellos Aparición de los programas eran multifacéticos, multimodales, comple- cognitivos en España jos. Utilizaban varias técnicas diferentes de intervención. Por otro lado, los programas Los programas cognitivos tienen su apa- efectivos simples compartían una caracte- rición a finales de los 80, aplicándose tanto a rística común: incluían alguna técnica de la la delincuencia de adultos, a la delincuencia que cabía esperar algún impacto en el pen- juvenil, como a la población en riesgo y las samiento del delincuente. En definitiva, los experiencias las podemos encontrar en la programas efectivos incluían como objeto de obra de López, Garrido y Ross (2001) y en Ló- intervención no solamente el ambiente del pez y Garrido (2005). delincuente, o su familia, o sus sentimientos, Segura Morales (1992) lleva a cabo dife- o su conducta, o su educación o sus destrezas rentes cursos dirigidos a profesionales del vocacionales, sino también su cognición: su campo de la educación formal y de la educa- razonamiento, su comprensión, .... Y lo que es ción no formal, orientados al entrenamiento más importante: les enseñaban cómo com- cognitivo y a la enseñanza de las habilidades prender los pensamientos y sentimientos sociales en todo el archipiélago canario entre de otras personas. La investigación reveló los años 1988 y 1991, para la aplicación en un cuerpo sustancial de estudios empíricos infancia y juventud normalizada y de riesgo. que indicaban que muchos pero no todos los En dichos cursos para el aprendizaje de las delincuentes evidenciaban retrasos evoluti- habilidades sociales se siguió el método es- vos en la adquisición de diversas destrezas tructurado de Godstein, Sprafkin, Gershaw y cognitivas, (Garrido Genovés y Piñana, 1996) Klein (1989), también se aplicó el CORT1 de destrezas que son esenciales para la adapta- De Bono (1985) y el TIPS de Platt y Duome ción social y de los déficits encontrados, se (1981). destaca: 22
  • 24. Entre los años 1987 y 1992, (López, Her- Redondo Illescas, Sánchez-Meca y Garrido nández y Martín, 1993; Martín, López y Her- Genovés (2002) revisan los programas psico- nández, 1994 y Martín y Hernández, 1999) lógicos europeos sobre delincuencia por me- llevan a cabo en colaboración con el Fondo dio de un meta-análisis de 26 programas, ob- Europeo, Gobierno de Canarias y la Universi- teniendo una estimación de la efectividad de dad de La Laguna, entre otras instituciones, los programas, que es en promedio de r=0.21. en las prisiones de Tenerife y de Gran Canaria De manera más concreta, los grupos de trata- los siguientes programas: miento obtuvieron una tasa de reincidencia • PEI (1987-1990). (Programa de Educación del 39.5%, 21 puntos por debajo de la tasa Integral). Tenerife. del 60.5% obtenida por los grupos de control • PEIRS (1989-1992). (Programa de Educa- no tratados. Además, algunas tipologías de ción Integral y Reinserción Social). Tenerife. programas (especialmente educativos, con- • HOPECAN I y II (1994-1999). (Programa ductuales y cognitivo-conductuales) fueron Horizon Penitenciario de Canarias). Tene- claramente más efectivas que el promedio. rife y Gran Canaria. Por otro lado, Garrido Genovés, Morales De los programas existentes que funcio- y Sánchez-Meca (2006) examinan los resul- nan (Redondo, 1994; Lipsey, 1995; Garrido tados de la mejor evidencia empírica dis- Genovés y Martínez, 1997; Redondo, Sánchez ponible con respecto a la efectividad de los y Garrido Genovés, 2001; Becedóniz y Rodrí- programas de tratamiento implementados guez, 2004), que tienen éxito en prevenir los en centros cerrados o prisiones juveniles comportamientos antisociales y en disminuir para prevenir la reincidencia de delincuentes de modo significativo la reincidencia, de ellos juveniles graves (violentos y habituales), en destacamos los siguientes aspectos: edades comprendidas entre los 12 y los 21 • Analizan cuidadosamente las capacidades años. Se revisan 30 estudios experimentales cognitivas, afectivas y conductuales, ajus- y cuasiexperimentales, con un total de 2.831 tando la intervención a las necesidades. jóvenes en los grupos de tratamiento y 3.002 • Están bien estructurados, tienen un so- en los grupos de comparación. El tamaño del porte para la evaluación y se basan enla efecto global en términos de reducción de línea cognitivo-conductual. la reincidencia fue de d = 0.14 a favor de los • Relacionan el trabajo con las estrategias grupos tratados, lo que supone una reduc- de vida, con técnicas de modelado y role- ción de la reincidencia del 7%, en donde los playing. métodos cognitivos conductuales fueron los • Es intensivo, con contactos semanales, más efectivos. incluyendo un programa individualizado; con reglas claras de conducta positiva y Aplicaciones negativa, apareciendo un feedback sobre su comportamiento. A continuación describimos diferentes • Los profesionales son referentes positi- programas que pensamos que pueden ser vos. referentes para la intervención con menores • Son multimodales, con estrategias de in- y jóvenes de justicia juvenil: tervención plurares: formación profesio- nal, cultura general y habilidades sociales, A. El programa de Pensamiento Prosocial en incluyendo la intervención familiar grupal Entornos Educativos (Garrido Genovés y e individual. López, 2005), intenta responder a una se- • Es necesario que el programa ayude al rie de carencias en competencia social en joven en su casa y barrio, para prevenir la donde los menores y jóvenes lo reflejan recaída. de diferente forma: • Disrupción en el aula 23
  • 25. • Relaciones agresivas entre iguales físicos, tercera edad, drogodependientes, • Agresividad hacia los profesionales escolares, menores en protección y justi- • No respeto de las normas en el centro cia juvenil, ...), ya que son una base para la correcta adaptación al medio. El programa se compone de siete módulos repartidos en 32 sesiones, siendo la frecuen- Los programas de habilidades de vida cia de las sesiones dos semanales: pueden incluir diferentes áreas de actuación: • Módulo 1. Nos conocemos (1 sesión) • Entrenamiento en destrezas de auto-cui- • Módulo 2. Conociendo el cómic (2 sesio- dado. nes) • Conocimiento y utilización de recursos y • Módulo 3. Habilidades de comunicación servicios. (3 sesiones) • Técnicas de búsqueda de empleo. • Módulo 4. Autoconocimiento emocional • Planificación y uso del tiempo de ocio. (6 sesiones) • Módulo 5. Resolución de problemas (6 se- Las características fundamentales de este siones) programa son: • Módulo 6. Habilidades sociales (11 sesio- • Los conocimientos son eminentemente nes) aplicados y aplicables para el joven. • Módulo 7. Desarrollo de valores (3 sesio- • Las informaciones que se presentan son nes) fundamentalmente útiles para el usuario. • Se tratan cuestiones fundamentales como Dentro de cada módulo aparece: la utilización de recursos y servicios del • El objetivo medio ambiente del usuario, búsqueda y • La duración de la sesión (50 minutos mantenimiento de empleo, planificación aproximadamente) y uso del tiempo libre, toma de decisiones • El contenido de manera responsable, la publicidad y el • Los materiales consumo responsable... • El tiempo estimado de cada sesión está B. Programa de Competencia Psicosocial entre 45 y 60 minutos. “Jabato”: Habilidades de Vida (Fundación Diagrama, 2005). Dado que las habilidades y estrategias que El objetivo general es favorecer la inte- se entrenan en este manual están orientadas gración social y laboral de la persona a a mejorar la adaptación de la persona en su través de informaciones concretas y del medio ambiente cotidiano, el perfil del joven aprendizaje de técnicas y habilidades para que va a aprovechar con más éxito estas se- la mejora de la competencia social. Las siones será: habilidades de vida son herramientas que • Joven entre 16 y 23 años. van a ayudar a cualquier persona en su • Cumpliendo una medida judicial pero integración social. Contribuyen también próximo al cumplimiento de la medida o al desarrollo personal y laboral, y a la in- próximo al reinicio de salidas del centro. corporación eficaz en el medio en el que • Que ya haya superado otros módulos que se vive. Los programas de habilidades de desarrollan la competencia social (princi- vida son aquellos destinados a reforzar y palmente el módulo de resolución de pro- apoyar los cambios introducidos en los blemas y el de habilidades de vida). hábitos de comportamiento de la perso- na, y tienen como meta favorecer la inte- El Programa Jabato se desarrolla en cua- gración sociolaboral y sanitaria. Estos pro- tro áreas diferentes que están secuenciadas gramas se utilizan con todos los grupos de forma que se vaya progresando en la in- de población (minusválidos psíquicos y corporación de diferentes habilidades, que 24
  • 26. favorecerán la integración social y laboral de ta, espacial, cinética, música, intrapersonal la persona. Estas áreas son: e interpersonal), en donde define la inte- 1. Área de Planificación del tiempo (Sesión 1 ligencia como la capacidad para resolver a 3). En esta área se introduce el concepto problemas y crear productos. También se del tiempo objetivo (real) y subjetivo (per- sigue el desarrollo de las cinco habilidades cibido), así como la importancia de saber que Spivack y Shure (1974) habían consi- priorizar en función de él, organizarlo y derado esenciales para relacionarnos: planificarlo. También se muestra y practica pensamiento causal, alternativo, conse- aquí el uso de la agenda como herramien- cuencial, de perspectiva y pensamiento ta para lograr estos objetivos. medios-fin. 2. Área de Toma de decisiones (Sesión 4 a 2. Razonamiento moral, sigue la línea de Kol- 11). Se trabaja la importancia de tomar de berg (1984) con la discusión de dilemas. forma correcta las decisiones a través del 3. La educación emocional, sigue la línea de entrenamiento de una técnica para hacer- Goleman (1996) y Marina (1993), comple- lo, así como asumir la responsabilidad de mentada con el entrenamiento en habi- la decisión tomada. Se practica la toma de lidades sociales propuesto por Godstein decisiones ante diferentes temas, como (1989). el consumo responsable, el uso del ocio y tiempo libre o la emancipación. D. Programa de Tutoría de jóvenes de Cana- 3. Área de Información (Sesión 12 a 18). En- rias (Gobierno de Canarias, 2006). Se hace trenamiento de la habilidad de pedir y a través de la colaboración de la Conseje- buscar información. También de mecanis- ría de Educación, Cultura y Deportes y la mos para búsqueda de información nece- de Bienestar Social del Gobierno de Cana- saria para una buena integración social. rias. Las tutorías de jóvenes son acciones Además se aporta información relevante educativas específicas para jóvenes en para la vida en sociedad, como el uso de situación de exclusión o dificultad social y los recursos del medio, el uso del dinero, se encuadran dentro de los Programas de los recursos asistenciales, las acreditacio- Garantía Social, con la característica espe- nes, etc. cial de que están dirigidos a aquellos me- 4. Área de Formación y Trabajo (Sesión 19 a nores y jóvenes que estén bajo el Modelo 26). En esta área se pretende en primer lu- de Responsabilidad Penal Juvenil. Tiene gar dar información acerca de alternativas una concepción integral que incorpora un formativas y laborales. Además se aportan amplio abanico de subprogramas. técnicas y herramientas para la búsqueda 1. Entrenamiento cognitivo y Competencia de empleo eficaz. Social según la versión de Garrido Geno- vés del R&R de Fabiano, y Ewles (1982). C. Programa “Ser persona y relacionarse” (Se- 2. Formación Profesional de nivel 1 gura Morales, 2004). 3. Destrezas básicas educativas: lectoescritu- Es un programa de Competencia Social, ra y matemáticas básicas donde la base de dicho programa sigue la 4. Otras habilidades de vida: educación línea de Ross y Fabiano (1985) que tiene sexual, para la convivencia y acceso a re- por objetivo mejorar las relaciones inter- cursos sociales personales, incorporando tres factores 5. Orientación laboral y acciones de inser- facilitadores de las relaciones interperso- ción y acompañamiento una vez que el nales que son: joven sale del centro de ejecución de me- 1. Entrenamiento cognitivo, sigue la línea de didas judiciales. Gardner (1994, 2000) y su teoría de las in- teligencias múltiples (lingüística, abstrac- 25
  • 27. Se aplica en los centros de ejecución de aprenden a renunciar a su egocentrismo y a medidas judiciales de Canarias e incorpora su constante huida de la responsabilidad. profesorado de la Consejería de Educación, Para finalizar, uno de los grandes retos maestros de taller, educadores sociales y que debemos afrontar los profesionales del orientadores laborales. ámbito de la justicia juvenil, es lograr que el tratamiento de los menores y jóvenes se Valoraciones adapten a las directrices que las diferentes in- vestigaciones tanto nacionales como interna- De lo descrito en páginas anteriores, con- cionales han revelado como exitosas. No nos sideramos que la reeducación e inserción de cabe duda, que este es un proceso bastante los menores y jóvenes con medidas judiciales lento en el que debemos superar nuestro se ha de llevar a cabo teniendo en cuenta las desánimo, y para ello hemos de pasar de una diferentes líneas de investigación y marcos intervención en cantidad a una de calidad teóricos conceptuales, queda claro que los con planificación, organización y que evite la programas han de estar unidos con el desa- improvisación, es decir, hemos de ir hacia el rrollo cultural formativo, la inserción laboral campo de la formación y la intervención es- y las competencias psicosociales, para conse- pecializada, sin prisas; pero sin pausas. guir una alta tasa de eficacia en los progra- mas y con ello reducir la reincidencia en los delitos. Referencias Dado que el comportamiento antisocial, ya de forma oportunista, transitorio o persis- - De Bono, M. (1985). CORT 1: Abre Tu mente. tente y presente en la vida usual de los me- Valencia: Universidad de Valencia. nores y jóvenes con medidas judiciales, es - Fundación Diagrama (2005). Programa de competencia psicosocial: Jabato. Murcia: Edita tan costoso para dichos menores y jóvenes, Fundación Diagrama. para sus familia, para los diferentes profe- - Gardner, H. (1994). La mente escolarizada. Bar- sionales que hemos de intervenir con ellos y celona: Paidos. para las instituciones que tienen su compe- - Gardner, H. (2000). La educación de la mente y tencia, para la sociedad en general, se ha de el conocimiento de las disciplinas. Barcelona: comprender que cada vez más los esfuerzos Paidos. de tratamiento y la rehabilitación tengan una - Garrido Genovés, V. (2003). Origen del progra- fundamentación teórico-práctica que nos ha ma. Monográfico sobre competencia social. Cuadernos de Pedagogía, 324, 44-54. de llevar a asumir el modelo la responsabi- - Garrido Genovés, V. y López, M. J. (2005). Ma- lización y especialización, que nos refleja el nual de intervención educativa en readap- marco legal de nuestra intervención. tación social. (Vol.1 y 2). Valencia: Tirant lo En la actualidad, muchas de nuestras es- Blanch. peranzas están depositadas en los tipos de - Garrido Genovés, V. y Martínez, M. (1997). programas cognitivos y de habilidades de Pedagogía, delincuencia e inteligencia emo- vida, pues no se trata de culpar a nadie, de cional. En V. Garrido Genovés y M. Martínez que los menores y jóvenes con medidas ju- (Eds.), Educación social para delincuentes (pp. 19-86). Valencia: Tirant Lo Blanch. diciales de perfil persistente y reincidente, le- - Garrido Genovés, V. y Piñana, A. M. (1996). El sionan gravemente su vida y la de los demás, modelo cognitivo aplicado a delincuentes y frente a este desafío, nuestra respuesta ha institucionalizados: el pensamiento prosocial. de ser la de darles herramientas cognitivas, Revista Complutense de Educación. 7 (2), 137- personales y culturales, para que aprendan a 156. valorarse a sí mismo y a los demás, asumien- - Garrido Genovés, V., Morales, L. A., y Sánchez- do su responsabilidad penal y posicionándo- Meca, J. (2006). ¿Qué funciona con los delin- se en el lugar de sus víctimas. Al tiempo que cuentes juveniles? Una revisión sistemática. Psicothema, 3 (18), 661-619. 26
  • 28. - Godstein, A.P., Sprafkin, R.P., Gershaw, N.J. y - Redondo, S. (1994). El tratamiento de la delin- Klein, P.(1989). Habilidades sociales y autocon- cuencia en Europa: un estudio meta-analítico. trol en la adolescencia. Barcelona: Martínez Tesis doctoral, Universidad Central de Barcelo- Roca. na. - Goldstein, A.P. (1989). Habilidades sociales - Redondo, S., Sánchez, J. y Garrido Genovés, V. y autocontrol en la adolescencia. Barcelona: (2001). Crime treatment in Europe: A final view Martinez Roca. of the century and future perspectives. En - Goleman, D. (1996). Inteligencia emocional. J. McGuire (Ed.), Offender rehabilitation and Barcelona: Kairós. treatment: effective programmes & policies to - Kohlberg, L. (1984). The Psychology of Moral reduce re-offending. Sussex, England: Wiley, development: moral stages and the life cicle. John & Sons. San Francisco: Harper and Row. - Roos, R (1992). Razonamiento y rehabilitación: - Lipsey, M. (1995). What do we learn from un programa cognitivo para el tratamiento y 400 research studies on the effectiveness of la prevención de la delincuencia. En Garrido treatment with juvenile delinquents? En J. Mc- Genovés y Montoro (Eds.), La reeducación del Guire (Ed.), What work: reducing reoffending delincuente juvenil: los programas de éxito. (pp. 63-78). Chichester: Wiley. (pp.49-68). Valencia: Tirant Lo Blanch. - López, A., Hernández, B. y Martín, A. (1993). - Ross, R. Antonowicz, D y Dhaliwal, G. (Eds.) Aspectos críticos en la evaluación del entre- (1995). Going Straight. Ottawa, Canada: Air namiento en habilidades de resolución de Training and Publications. problemas interpersonales: un estudio con - Ross, R. y Fabiano, E. A. (1985). Time to think. delincuentes institucionalizados. En M., García A Cognitive Model of Delinquency Prevention (Comp.) Psicología Social Aplicada a los proce- and Offender Rehabilitation. Johnson City: sos jurídicos y políticos. Madrid: EUDEMA. Institute Social Sciences. - López, M.J. y Garrido, V. (2005). Un modelo - Ross, R., Fabiano, E. A. y Ewles, C.D. (1982). para la prevención e intervención de la con- Reasoning and Rehabilitation. International ducta antisocial. En V. Garrido Genovés y M. J. Journal of Offender Therapy and Comparative López, (Eds.), Manual de intervención educati- Criminology. 32, 29-35. va en readaptación social, 2 (pp. 11-94). Valen- - Ross, R.R. y Ross, R, D. (Eds.) (1995). Thinking cia: Tirant Lo Blanch. Straight: The Reasoning and Rehabilitation - López, M.J., Garrido, V. y Ross, R.R. (2001) (Eds.). Program for Delinquency Prevention and El programa de pensamiento prosocial: avan- Offender Rehabilitation. Ottawa, Canada: Air ces recientes. Valencia: Tirant Lo Blanch. Training and Publications. - Marina, J. A. (1993). Teoría de la inteligencia - Segura Morales, M. (1992). El programa de creadora. Barcelona: Anagrama. competencia psicosocial en las islas canarias. - Martín, A. y Hernández, A. (1999). La eficacia En Garrido Genovés y Montoro (Eds.), La ree- de los programas de rehabilitación. En E. Sola, ducación del delincuente juvenil: los progra- J.M. Bethencourt, P. Matud y P. García (Comps.), mas de éxito. (pp.106-125). Valencia: Tirant Lo Implicaciones de la psicología criminal actual Blanch. (pp. 53-67). Granada: Editorial Comares. - Segura Morales, M. (2004). Ser persona y rela- - Martín, A., López, A. y Hernández, B. (1994). cionarse. Madrid: Narcea. Evaluación de resultados en un programa de - Spivack, G. y Shure, M.B. (1974). Social adjuste- inserción social para delincuentes institucio- ment of young children: a cognitive approach nalizados. IV Conferencia Europea de Psicolo- to solving real-life problems. San Francisco: gía y Ley. Barcelona. Jossey Bass. - Platt, J. y Duome, M. J. (1981). TIPS: Training in Interpersonal Problem-Solving Skills. Philadel- phia: Hahnemann. - Redondo Illescas, S.; Sánchez-Meca, J. y Ga- rrido Genovés, V. (2002). Los programas psi- cológicos con delincuentes y su efectividad: la situación europea. Psicothema. 14 (Supl), 164-173. 27
  • 30. LA CONDUCTA SUICIDA EN ADOLESCENTES SUS IMPLICACIONES EN EL AMBITO DE LA JUSTICIA JUVENIL Josep Moya i Ollé 1 Resumen: Los comportamientos suicidas en adolescentes constituyen un serio problema de salud en los países desarrollados. En éstos, el suicidio es la segunda causa de muerte en población joven, después de los accidentes de circulación. Por otro lado, todo un conjunto de factores constituyen serias dificultades en el manejo asistencial de estos adolescentes. En este artículo se revisan los aspectos clínicos más relevan- tes así como los factores de riesgo haciéndose un especial énfasis en los factores sociales. Finalmente, se realizan una serie de recomendaciones tanto en lo que atañe a la detección precoz de las conductas suicidas como en lo que se refiere a los aspectos institucionales. Palabras claves: suicidio, adolescentes, factores de riesgo. INTRODUCCION Los suicidios y las tentativas de suicidio afectiva, etc. En segundo lugar, la crisis de la constituyen un problema grave de salud adolescencia supone el momento en el que pública (Marcelli y Humeau, 2007) que com- la neurosis más o menos latente del sujeto se prende cuestiones características de la ado- declara con cierta violencia o cierta urgencia. lescencia. En efecto, cuestiones como el pa- (Mannoni, 1986). Esto, además, puede com- saje al acto, la impulsividad, el problema de plicarse en aquellos sujetos con una estruc- la muerte, la depresión, el ataque al propio tura psicótica que puede haber permanecido cuerpo y al marco familiar, son inherentes silenciosa durante la infancia pero mostrarse a este período de la vida denominado ado- con toda crudeza a partir de la pubertad. lescencia; concepto que hay que interpretar Momento de elegir, momento de urgen- no sólo en clave neurobiológica sino, y esto cia, ambas circunstancias colocan al adoles- es quizá más relevante, en clave psicosocial. cente ante una nueva situación que le obli- Esto es así en la medida en que la adolescen- gan a poner en marcha todo un conjunto de cia, a diferencia de la pubertad, no es ajena al mecanismos defensivos. Sin embargo, esos marco histórico y social en el que se desarro- mecanismos no siempre se dan o bien resul- lla, en consecuencia, la adolescencia pone en tan insuficientes para resolver la crisis de ma- tela de juicio lo social y amenaza con crear un nera satisfactoria. conflicto de generaciones. El suicidio y el intento de suicidio cons- La problemática del suicidio y del intento tituyen las manifestaciones dramáticas del de suicidio en la población adolescente no fracaso del sujeto adolescente al enfrentarse es tampoco ajena a la crisis que acompaña, con ese nuevo mundo. En otras ocasiones, de manera indefectible, a este período de la el momento de la adolescencia comporta la vida de todo sujeto. Esta crisis debe enten- puesta en marcha, el inicio de un trastorno derse bajo dos aspectos. En primer lugar, la mental grave, por ejemplo, una psicosis es- crisis del adolescente comporta el momento quizofrénica. Así, se ha señalado por parte en el que habrá de decidir su futuro, y ello en de algunos autores que cierto número de es- diversas áreas de la vida: laboral, formativa, quizofrenias son la culminación de crisis de 1 e-mail: JMoya@tauli.cat la adolescencia que han sido impedidas, no 29
  • 31. resueltas. Sin embargo, nos equivocaríamos CONCEPTOS si pensáramos que ambos fenómenos, el sui- cidio y la tentativa de suicidio, por un lado; y La palabra suicidio deriva del latín y se los trastornos mentales, por otro, se pueden compone de dos términos: sui, de si mismo, y tratar de manera independiente, como si no caedere, matar. Por tanto: matarse a si mismo. tuvieran ninguna relación entre sí. Nada más Las expresiones suicidio e intento de suicidio lejos de la realidad, el suicidio y la tentativa se refieren al deseo de buscar la muerte, que de suicidio no son diagnósticos psiquiátricos, en el primer caso se consigue y en el segundo sino más bien síntomas psiquiátricos, esto es, no. elementos sígnicos de trastornos mentales. Sin embargo, las cosas no son tan simples Suicidio y tentativa de suicidio pueden for- en la realidad. En ocasiones, existen intentos mar parte de diversos trastornos mentales, de suicidio en los que la muerte no se ha con- como se señalará más adelante; es lo que sumado por casualidad. En cambio, en otros ocurre en los casos de depresión mayor y de casos la muerte ni se buscaba ni se pretendía psicosis esquizofrénica, entre otros. remotamente. Por otro lado, los suicidios y los intentos En general, la conducta suicida tiene un de suicidio son fenómenos no ajenos a los carácter episódico (Pfeffer, 2006), aunque no marcos sociales en los que acontecen. Di- deben olvidarse aquellos casos en los que la chos marcos constituyen los factores sociales conducta suicida tiene un carácter recidivan- implicados, esto es, actúan como elementos te. Un episodio de ideación o acción suicida que pueden favorecer la emergencia de com- puede ser agudo y breve, o bien puede durar portamientos suicidas en tanto el sujeto pos- varias horas o días. En general, ello depende- moderno se enfrenta a un proyecto colectivo rá de los factores psicopatológicos implica- en el que naufragan muchas vidas, al verse dos. Así, por ejemplo, un episodio de tenta- traídas y llevadas por un vivir carente de sen- tiva suicida en un sujeto melancólico puede tido (Rojas, 1978). durar varios días ya que es la consecuencia Finalmente, conviene resaltar que la idea de una ideación delirante de indignidad que de la muerte forma parte de la adolescencia; persiste en el tiempo. En otros casos, como un es consustancial al trabajo de subjetivación trastorno adaptativo, la acción suicida tendrá que lleva al sujeto a pensarse como tal, dife- una duración más breve ya que se trata de un rente de los demás, y a pensar acerca de sus acto fuertemente reactivo. pensamientos, es decir, acerca del sentido de La ideación suicida consiste en pensa- los mismos. Esta elaboración ocupa a mu- mientos de matarse, planes sobre las cir- chos adolescentes y les lleva, más tarde o más cunstancias (dónde, cuándo, cómo) así como temprano, a preguntarse sobre el sentido de pensamientos sobre el posible impacto del la vida. El enfrentamiento con la muerte se propio suicidio en los demás (Shafer, Pfeffer y vincula con las pérdidas que supone la meta- Gutstein, 2003). Se trata de un fenómeno fre- morfosis sexual (Tubert , 1982), pérdida de la cuente en población adolescente cuya grave- imagen de sí mismo, pérdida de la imagen de dad y significación requieren de un adecuado niño ideal, pérdida de los padres como sus- entrenamiento por parte del profesional. tento del ideal del yo infantil. La muerte, por tanto, es algo que ocupa ASPECTOS CLINICOS el pensamiento de los adolescentes, sin em- bargo, no todos piensan en morir ni en sui- Suicidio consumado cidarse. Es aquí donde incidirán los factores El suicidio consumado suele producirse individuales y sociales, factores que se deben más a menudo en los últimos años de la ado- interpretar, en preciso decirlo, en términos de lescencia. En muchos países industrializados, facilitadores, pero no determinantes. el suicidio es la segunda causa de muerte en 30
  • 32. población de edades comprendidas entre los Dos son las enseñanzas que se despren- 15 y los 24 años, siendo la primera los acci- den. Por un lado, es claro que las conductas dentes de circulación. Se ha señalado (Pfeffer, suicidas tienen un trasfondo psicopatológico 2006) que en los niños y adolescentes las ta- muy heterogéneo, que se debe articular con sas de suicidios aumentaron entre los años el contexto psicosocial y con la capacidad de 1979 y 1992, pero disminuyeron entre los comunicación del individuo. Por otro, que años 1998 y 1999. En Francia, el 7,9% del con- muchos casos de adolescentes pre-suicidas junto de fallecimientos por suicidio afectaba pasan desapercibidos en los servicios asis- a jóvenes de edades comprendidas entre los tenciales o bien su gravedad no es apreciada. 15 y los 24 años. La mortalidad media por Es aquí donde hay que poner el acento: en suicidio en dicho período de edad es de 7,7 muchos casos, los actos suicidas han estado por 100.000; en Estados Unidos, es de 1,5 por precedidos de tentativas suicidas o bien de 100.000 a los 10-14 años y de 8,2 por 100.000 ideaciones suicidas o actos que suponen una a los 15-19 años. La relación por sexos es de 8 situación de alto riesgo. No valorar de manera varones por dos chicas. Los métodos usados adecuada dichos actos comporta no apreciar tienen un fuerte potencial letal: ahorcamien- una situación de alto riesgo y, en consecuen- to, armas de fuego, defenestración. cia, no adoptar las medidas oportunas para La relación de los actos suicidas (suicidios su prevención. consumados) con los trastornos psicopatoló- gicos es muy clara. Así, en un estudio realiza- Tentativa de suicidio do por Marttunen, Aro, Henriksson y Lonnq- Si bien la frecuencia del suicidio tiende a vist (1991) se pudo establecer que sobre 53 disminuir, no ocurre lo mismo con las tenta- suicidios de adolescentes de 13-19 años, un tivas de suicidio, que en población joven de 94% presentaba algún tipo de trastorno psi- los países desarrollados tiende a aumentar quiátrico. Desglosando por categorías diag- en los últimos años. Se ha constatado que los nósticas se obtuvieron los siguientes datos: intentos de suicidio empiezan a producirse 51% tenían depresión; 26% alcoholismo y un a la edad de 12 años, con un aumento de la 21% tenían trastornos adaptativos. Además, incidencia que alcanza un pico a los 16-18 uno de cada tres suicidados presentaba un años. El perfil típico en individuos que come- trastorno de la personalidad. De ello se infie- ten intentos de suicidio es el de una chica, de re la importante correlación existente entre edad entre los 15 y los 17 años, que lleva a actos suicidas y trastornos mentales. De és- cabo el intento ingiriendo una dosis pequeña tos, los estados depresivos (depresión mayor, o media de un analgésico o bien algún otro trastorno adaptativo depresivo) resultan los medicamento utilizado por algún miembro más importantes. Debe destacarse, sin em- de la familia. El acto tiene las características bargo, la circunstancia de que una propor- de un acto impulsivo, es decir, un acto esca- ción considerable de los adolescentes que se samente reflexionado, que aparece en el con- suicidaron no habían recibido ningún tipo de texto de un conflicto familiar o de pareja. Las atención psicológica antes del acto. manifestaciones clínicas son la irritabilidad, la Se ha constatado, además que el suicidio agitación, el comportamiento amenazador y consumado puede producirse, entre jóvenes un deseo de morir. que ya tenían tendencias suicidas, a partir de Tubert (1982) ha señalado dos tipos de tener conocimiento del suicidio de otra per- intentos de suicidio. El primero de ellos, sona. El tratamiento que dan actualmente los que los autores denominaron “maligno”, se medios de comunicación a los actos suicidas caracteriza por ser un acto impulsivo, muy puede, en ocasiones, no ser el más adecuado peligroso, vinculado con una estructura y un ya que favorece los fenómenos de identifica- proceso psicopatológicos que han marcado ción, a los que tan proclives son los adoles- la historia previa del individuo, y sin que se centes. 31
  • 33. puedan detectar factores desencadenantes reconducir la situación, claro está, siempre claros. Sobre este punto, sin embargo, debe que ese entorno esté por la labor de hacerlo. ponerse un interrogante ya que los factores desencadenantes se pueden localizar, siem- FACTORES DE RIESGO SUICIDA pre que se les busque con la suficiente aten- Muchos son los factores de riesgo suici- ción. Este tipo de acto se caracteriza, además, da en los adolescentes. Desde el provenir de por comportar una ruptura del vínculo con medios familiares desestructurados hasta la realidad, con el entorno, con los otros. No la presencia de trastornos psicopatológicos hay, por tanto, una llamada al otro, no hay como la depresión o el abuso de sustancias, una petición de ayuda. sin olvidar la exposición a situaciones de ries- El segundo tipo, el “benigno”, se caracte- go suicida, como es el caso de haber tenido riza por tratarse de un acto compulsivo, de problemas con la justicia, todos ellos consti- menor peligrosidad, de características reacti- tuyen un campo heterogéneo que conviene vas ante situaciones de cambio o pérdida, en revisar. un contexto clínico de tono depresivo. Aquí, Estos factores pueden clasificarse en tres no hay ruptura de vínculo con la realidad, grandes grupos: a) individuales; b) familiares, sino un intento – a veces desesperado – de c) sociales. re-establecer vínculos con los otros. Es una petición de auxilio, que debe ser escuchada A) Individuales y atendida de manera adecuada. Los intentos de suicidio malignos se de- Dentro de los factores individuales cabe sarrollan, en la mayor parte de las ocasiones, destacar los siguientes: en la calle, sin testigos, lo que es indicativo - Antecedentes de haber realizado ten- de que el sujeto busca un lugar en el que tativas de suicidio anteriores. Algunos no resulte posible ayudarlo. Por otro lado, autores han señalado que aproximada- la peligrosidad de los medios utilizados en mente un 25 % de los adolescentes que los intentos de suicidio malignos indica la realizaron un intento de suicidio lo habían búsqueda de la muerte como finalidad pri- realizado con anterioridad. La tentativa de mordial. Esta prevalece sobre otras posibles suicidio multiplica por treinta el nivel de significaciones en juego. riesgo (Marcelli y Humeau, 2007). Por otro En este mismo estudio se destacan las di- lado, se considera también que el nivel de ferencias entre los efectos en uno y otro tipo. riesgo es mayor cuanto más joven es el Así, después de un intento de suicidio malig- suicida (Bobin y Sarfati, 2003). no se produce un agravamiento de la tensión - Patología psiquiátrica. Ya ha sido seña- emocional y de la persistencia del deseo sui- lado que una proporción muy elevada de cida. Por el contrario, después de un intento individuos suicidas presentan patología de suicidio benigno lo que se produce es, a psiquiátrica. Esta circunstancia también menudo, un alivio de la tensión llegando a se cumple en población adolescente. expresar el individuo un cierto arrepenti- Los estados depresivos, los trastornos de miento de lo realizado. ansiedad, el abuso de alcohol y de otras En general, en los casos benignos se pue- drogas, los trastornos de la personalidad de afirmar que algo ha ocurrido, algo se ha y los trastornos psicóticos, son todos ellos consumado, y ese algo promueve un cambio estados psicopatológicos que comportan de dirección y de las perspectivas del sujeto. un riesgo de conductas suicidas. Sin em- A partir de ese momento sus relaciones con bargo, los más relevantes son las depresio- el entorno – básicamente el entorno familiar nes, cuya existencia eleva el riesgo suicida – y las relaciones con los dispositivos asisten- hasta un 27% con respecto a la población ciales variarán y se darán las condiciones para general. La esquizofrenia, clásicamente 32
  • 34. citada como un factor de riesgo suicida habituales son los estados depresivos y el en población adulta, no desempeña el abuso de sustancias tóxicas. Estos datos mismo papel en población adolescente. son susceptibles de diversas interpreta- Ello puede ser debido, entre otras razones, ciones. Se pueden interpretar en términos a que es precisamente en este período de vulnerabilidad determinada genética- cuando suele iniciarse por lo que no se mente, pero también pueden pensarse en suelen dan las condiciones que favorecen términos del impacto que dichos trastor- el pasaje al acto suicida (por ejemplo, la nos pueden ocasionar en el adolescente. toma de conciencia de las consecuencias Resulta claro que unos padres que se en- sociales que tiene el trastorno. El sujeto se cuentran en una precaria situación perso- ve, de un día para otro, aislado de su en- nal, que comporta para ellos mismos un torno, ve que ha perdido su lugar en la red importante riesgo suicida, no van a poder social) ayudar a su hijo a enfrentarse con todo lo - Factores biológicos. Es ya clásico citar que la adolescencia supone, tal y como se cierto tipo de factores neurobiológicos ha explicado en la primera parte del artí- como los causantes o desencadenantes culo. de todo un conjunto de comportamien- - Antecedentes de tentativas de suicidio tos anómalos. En este contexto, los dese- o de suicidio en los padres. Se ha consta- quilibrios en diversos sistemas de neuro- tado que en el caso de muerte por suicidio transmisores ocupan un lugar destacado. de la madre o del padre el riesgo de tenta- En consecuencia, no resulta sorprendente tiva de suicidio en el hijo adolescente se que también en el caso de los comporta- aumenta. mientos suicidas se hayan documentado - Maltrato y abuso sexual. Se ha consta- ciertas disfunciones en los neurotransmi- tado la existencia de correlación entre el sores. La más citada es la disfunción en maltrato en la infancia y la conducta sui- el sistema serotonérgico. De hecho, la hi- cida. Además, las conductas violentas en pótesis de un desequilibrio serotonérgico el seno familiar, tanto si el adolescente es constituye uno de los principales argu- testigo de ellos como si es víctima, tam- mentos neurobiológicos del trastorno de- bién presentan una correlación positiva presivo, la patología más suicidógena, sin con los comportamientos suicidas. embargo, dicha hipótesis no ha podido - Otros factores, como el divorcio o las re- ser verificada en población adolescente. laciones entre los padres y los hijos ado- Quizá más precisa podría ser la correlación lescentes pierden peso específico si se entre la desregulación de la serotonina y tienen en cuenta tanto los factores psico- la respuesta impulsiva a un estrés (Mann, patológicos asociados como los factores Waternaux, Haas y Malone, 1999). En este de riesgo psicosocial. sentido, la correlación tendría más rela- ción con el factor impulsividad que con el C) Factores sociales factor depresión. En el apartado de los factores sociales re- sulta obligada la referencia a la obra de Dur- B) Familiares keim, sociólogo francés que destacó el im- En el apartado de factores de riesgo inhe- portante papel de los factores sociales en el rentes a la familia se han citado los siguien- desencadenamiento de conductas suicidas. tes: Este autor resaltó en su libro El suicidio, de - Existencia de trastornos psicopatoló- 1897, que el suicidio era un fenómeno mucho gicos en los padres. En los padres de más social que psicológico, ya que, según él, adolescentes suicidas es frecuente en- el hombre está desbordado por una realidad contrar trastornos psiquiátricos. Los más circundante que es la colectividad en la que 33
  • 35. está inmerso, quiéralo o no. En la monografía bre que vive con su mirada en el horizonte, citada, el autor señala la conocida influencia en lo que ha de venir, ve, de pronto, deteni- que tuvieron las crisis económicas sobre el da su marcha hacia ese ideal, se encontrará suicidio. Para ilustrarlo citó los casos de Vie- con que no hay nada ni detrás ni delante de na, ciudad que entre los años 1873 y 1874 él que le sirva de soporte. En consecuencia, sufrió una crisis financiera cuyo correlato fue el desencanto y la depresión pueden hacer un incremento de los casos de suicidio del mella en él. Esta es la hipótesis durkheimiana, 41% (referido a los casos de suicidio registra- hipótesis que es preciso articular con otras dos en 1874 y 1873). Sin embargo, el mismo aportaciones. Así, Sennett (2006) plantea autor añadió que dichos incrementos no se que el hombre posmoderno debe hacer fren- podían explicar simplemente por un empo- te a diversos desafíos, el más importante es el brecimiento de la población ya que ciertos que se refiere a cómo desprenderse del pasa- períodos de prosperidad podían también do. Se trata de un fenómeno característico de acompañarse de incrementos en las tasas de la época actual, marcada por las condiciones suicidios. Para poder explicarlos, Durkheim sociales de inestabilidad y fragmentariedad. recurrió a la noción de anomia, concepto cla- Es una época en la que los servicios presta- ve de la sociología que, sin embargo, ha sido dos en el pasado no garantizan al empleado usado con significados diferentes. Así, en La un lugar en la empresa. La noción de mérito división del trabajo social, Durkheim concibe ha entrado en crisis y en su lugar aparece una la anomia como una ruptura de la solidari- nueva versión de sujeto caracterizada por su dad. La anomia, en esta primera acepción, es habilidad y dresteza en poner entre parénte- expresión de una crisis de diferenciación, que sis las experiencias vividas. Se trata de asumir es consecuencia de una división del trabajo un yo orientado al corto plazo, centrado en la coercitiva, que tiene una influencia disolven- capacidad potencial. Un tipo de personalidad te en la sociedad. Por tanto, en esta primera que se asemeja más al consumidor que al acepción la anomia sería un vacío de las re- propietario que se aferra a lo que ya posee. glas. En cambio, en la segunda acepción, la Nuestros adolescentes han de enfrentar- que aparece en El suicidio, la anomia es con- se, pues, a un nuevo marco social que les cebida como el fracaso de la norma para re- plantean unas exigencias que sólo unos po- gular los comportamientos individuales. En cos estarán en condiciones de asumir. Para otras palabras, la anomia no sería el resultado los adolescentes actuales, la idea de proyecto de la ausencia de normas, sino el hecho de tiene escaso o nulo sentido, de ahí que mu- que éstas hayan perdido eficacia en la socie- chos no puedan responder a la pregunta so- dad (Manrique,2001). En este caso, la anomia bre sus planes para el futuro. De hecho, ni se se manifiesta como transgresión de normas la plantean más allá de un ideal de felicidad por parte de individuos que se resisten a ser basado en el nivel económico pero con poca integrados en la sociedad. La anomia expresa inversión personal. Es esta configuración so- la incapacidad del individuo para poner coto cial la que constituye un marco que puede a sus deseos y traduce la existencia de un tipo favorecer los comportamientos suicidas, tal de personalidad mórbida a la que da lugar la como las historias de adolescentes que han sociedad moderna. realizado tentativas o suicidios consumados Para Durkheim (1971) el hombre que nos enseñan. siempre lo ha esperado todo del porvenir, En este contexto social emerge un factor que ha vivido con los ojos puestos en el futu- que ha ido cobrando importancia en los últi- ro, nada tiene en su pasado que lo consuele mos años: el escolar. Las dificultades escola- de las amarguras del presente, pues el pasa- res, el llamado fracaso escolar y, sobre todo, do sólo ha sido para él una serie de etapas las situaciones de acoso moral en el ámbito impacientemente atravesadas. Si este hom- educativo, constituyen factores de riesgo de 34
  • 36. comportamientos suicidas. El caso Jokin, el trata de un acto suicida que sólo ha sido co- adolescente de 14 años del pueblo de Hon- municado de una manera muy indirecta. darrabía, que se suicidó tras sufrir humillacio- Sin embargo, esta recomendación general nes y agresiones de sus compañeros, consti- tiene excepciones: un individuo puede comu- tuye una señal de alarma al tiempo que debe nicar de manera directa su intención suicida ser motivo de serias reflexiones sobre lo que y llevarla a cabo como acto consumado. Es ocurre en las aulas, reflejo muchas veces, de lo que ocurrió en un centro de justicia juve- lo que ocurre en el medio familiar. Más aún, nil hace pocos años: un joven magrebí de 17 las aulas constituyen un marco complejo en años comunicó de manera clara su intención el que las demandas y expectativas de los de poner fin a su vida si se llevaba a cabo su diversos actores implicados (adolescentes, repatriación. El acto suicida se consumó a los padres y docentes) se entrecruzan de manera dos días. Debe advertirse que ante la genera- no armoniosa dando lugar, en bastantes oca- lización de las amenazas suicidas, el equipo siones, a desencuentros que pueden devenir profesional puede tender a interpretarlas en en serios conflictos (Moya, 2004). términos de “manipulación” y, en consecuen- cia, puede no tomar demasiado en serio los DETECCIÓN DE LOS COMPORTA- riesgos. Parece claro, no obstante, que es me- jor pecar de prudencia aún corriendo el ries- MIENTOS SUICIDAS go de ser objeto de manipulación. La gravedad de los comportamientos Aunque los esquemas pueden pecar de suicidas conlleva la necesidad ineludible simplicidad, los siguientes puntos pueden del diagnóstico precoz. Además, como ha servir de orientación al profesional (Byram, sido señalado en diversos estudios (Shaffer , Gelenberg, Merriam y Wang, 2003): Gould, Fisher, y otros, 1996), del 7 al 15% de - La ideación, los intentos o planes suicidas. los suicidados suele haber consultado en el - El acceso a medios para suicidarse mes que precedió al suicidio, y entre un 20 - La existencia de delirios de negación, de y un 25% lo había hecho en el año anterior. ruina o de indignidad Sin embargo, la experiencia clínica del día a - La existencia de elementos alucinatorios día indica que, a menudo, en las consultas de carácter imperativo previas no se suelen detectar los indicios de - El consumo de alcohol y otras sustancias comportamientos suicidas. Además, ciertas tóxicas. ideas ampliamente circulantes entre ámbitos - La historia de intentos de suicidio anterio- profesionales están impregnadas de prejui- res. cios, uno de ellos, quizá el más relevante, es - La historia familiar de suicidios o de inten- el que se refiere a la comunicabilidad. Según tos de suicidio este prejuicio, el nivel de riesgo guarda una correlación con la comunicabilidad: Si el su- Todo ello se debe completar con una eva- jeto realiza una comunicación indirecta de luación de las circunstancias particulares del la idea de suicidio el riesgo es mayor; por el sujeto así como de sus posibilidades y de su contrario, si el paciente comunica su idea de motivación para pedir ayuda. suicidio de forma directa el riesgo es menor. En ocasiones, se dan comportamientos en Esto puede cumplirse en algunas ocasiones, forma de autolesiones como ingerir objetos así, por ejemplo, un joven que ha sufrido una metálicos o bien provocarse lesiones en los crisis psicótica, que ha dejado como secuela brazos y antebrazos con instrumentos cor- un estado depresivo inherente a la toma de tantes. Si bien estos comportamientos no conciencia de lo que dicha crisis le ha aca- constituyen por sí mismos comportamientos rreado, puede realizar un acto suicida sin que suicidas no es menos cierto que deben ser haya comunicado previamente su idea. Se valorados como graves y jamás pueden ser considerados banales. Debe advertirse que 35
  • 37. en bastantes casos, los individuos pueden Wang (Eds.). Guías clínicas para el tratamiento llegar a ingerir objetos muy peligrosos que de los trastornos psiquiátricos. (pp. 667-669). pueden causar importantes hemorragias N.J.: Prince-Hall - Durkheim, E. (1971). El suicidio. Buenos Aires. internas. En una ocasión, un interno de un Shapire Editor. centro de justicia juvenil ingirió dos hojas de - Mann, J.J., Waternaux, C., Haas, G.L. y Malone, afeitar provocándose una grave hemorragia K.M. (1999). Toward a clinical model of suicidal en el tubo digestivo. behavior in psychiatric patients. Ame J. Psychi- atry, 156, 181-189. CONCLUSIONES - Mannoni, O. (1986). La crisis de la adolescencia. Barcelona: Gedisa. Los comportamientos suicidas en adoles- - Manrique, A. (2001). Algunas precisiones en tor- centes constituyen una situación de extrema no al concepto de Anomia en Sociología. Perú: gravedad que requiere la toma de medidas Ministerio de Justicia del Perú. de carácter preventivo. Los centros de justicia, - Marcelli, D. y Humeau, M. (2007). Suicidio y en general, y de justicia juvenil, en particular, tentativa de suicidio en el adolescente. Psiqui- constituyen contextos institucionales en los atría, 128, 1-12. - Marttunen, M.J., Aro, H., Henriksson, M. y que el riesgo de comportamientos suicidas Lonnqvist, J.K (1991). Mental disorders in ado- es elevado. Esto es así debido a la convergen- lescent suicide. DSM-III-R axes I and II in sui- cia de diversos tipos de factores de riesgo cides among 13 to 19 years old Finland. Arch (trastornos psiquiátricos, consumos de sus- Gen Psychiatry, 48,: 834-839 tancias, factores sociales, factores inherentes - Moya, J. (2004). Padres, adolescentes y do- al propio marco institucional). La correcta centes. Los avatares de un encuentro difícil valoración del riesgo de comportamientos aunque no imposible. Revista de Psicopatología suicidas requiere preparación técnica y un y Salud Mental del niño y del adolescente, 3, 13- 19. sólido y articulado trabajo en equipo, marco - Pfeffer, C. R. (2006). Suicidio, conducta suicida necesario para la detección precoz y para la e ideación suicida. En: J M Wiener y M K Dulcan toma de medidas adecuadas. Estas medidas (Eds.), Tratado de Psiquiatría de la infancia y la pueden incluir la derivación del individuo adolescencia (pp.901-913). Barcelona: Masson suicida a un centro hospitalario. No obstante, - Rojas, E. (1978). Estudios sobre el suicidio. Bar- es preciso añadir que, en ocasiones, el acto celona, Salvat suicida se realiza a pesar de una intervención - Sennett, R. (2006). La cultura del nuevo capital- profesional adecuada y correcta. No debe ol- ismo. Barcelona: Anagrama. - Shafer, D., Pfeffer, C. R. y Gutstein, J.(2003). Sui- vidarse que en los centros de justicia conver- cidios y tentativas de suicidio en la infancia y la gen las tres profesiones imposibles: gobernar, adolescencia. En: Gelder M, López–Ibor J.J., An- educar y curar; en consecuencia, no siempre dreasen N (Eds.), Tratado de Psiquiatría. Tomo es posible evitar los efectos de la pulsión de III, (pp 2163-2172). Barcelona: Ars Médica. muerte del ser humano. En cualquier caso, de - Shaffer, D., Gould, M.S., Fisher. P., Trautman. P., la desgracia hay que saber extraer las ense- Moreau. D, Kleienman. M, y otros (1996). Psy- ñanzas oportunas. Con ello, el equipo gana chiatric diagnosis in child and adolescent sui- en saber y en salud. cide. Arch Gen Psychiatr, 53, 339-348. - Tubert, S. (1982). La muerte y lo imaginario en la adolescencia. Madrid: Saltés. REFERENCIAS - Bobin, E. y Sarfati, Y. (2003). Tentatives de sui- cide à repetition: peut-on arrêter les «récidivis- tes». Nervure, 16, 14-8 - Byram, T., Gelenberg, A, Merriam. A. y Wang. P. (2003). Guía clínica para el tratamiento del trastorno depresivo mayor. En Geleberg y 36
  • 38. LA MODIFICACION DE LA LEY DE RESPONSABILIDAD DEL MENOR OPERADA POR LA LEY 8/2006 Demetrio Pintado Marrero Alicia Salabert Cardona Pablo Ponce Matínez Fiscalía de Menores de Las Palmas de Gran Canaria Resumen: La Ley que presentamos intenta dar respuesta a ciertos aspectos que no ha presentado la Ley Orgánica 5/2000, tales como la modificación de las medidas, las edades, la responsabilidad civil, la acusación particular, entre otras y la falta de infraestructuras en nuestra comunidad, para una adecuada interven- ción desde el modelo de responsabilidad penal, con una visión jurídico-sancionadora-educativa. Palabras claves: modificación de medidas, responsabilidad civil, acusación particular menor. La Ley Orgánica 8/2006 de cuatro de di- pretende una mayor proporcionalidad entre ciembre modifica la regulación actual de la la respuesta sancionadora y la gravedad del LO 5/2000 para corregir, como explica la pro- hecho cometido, ya que sino, como explica pia exposición de motivos, las disfunciones la propia Exposición de Motivos, nos llevaría que se han producido en su aplicación. a entender que el interés superior del menor Lejos de aminorar su carácter penal, acen- no es sólo superior, sino único y excluyente túa tal seña de identidad cuando tras cele- frente a otros bienes constitucionales a cuyo brar que la aplicación de la LO 5/2000, tras aseguramiento obedece toda norma puniti- sus cinco años de vigencia ofrece un balan- va o correccional. ce y consideración positivos se queja de la gran preocupación social despertada por el Someramente destacaremos como princi- aumento considerable de delitos cometidos pales novedades los siguientes: por menores, lo que ha contribuido a desgas- A.- La medida más restrictiva de dere- tar la credibilidad en aquella Ley por la sen- chos contemplada en la LO 5/2000, y que se sación de impunidad de las infracciones más refiere a los internamientos en centro cerra- cotidianas y frecuentemente cometidas por do amplía el espectro de menores que pue- éstos menores, como son los delitos y faltas den ser sometidos a la misma, añadiéndose patrimoniales reconociéndose igualmente el al supuesto exclusivo de comisión de delitos fuerte impacto social que han tenido los de- graves cuando afecte a la vida o integridad litos de carácter violento en los que el sujeto física de las personas, la de que el hecho esté activo es un menor y en los que se transmite tipificado por delito grave por el artículo 33, a igualmente esa percepción, sino de impuni- si como si el delito es menos grave se emplee dad si de levedad en la respuesta sanciona- en su ejecución violencia o intimidación en dora. las personas o se haya generado grave riesgo Por ello, la reforma si bien respeta los para la vida o integridad física de las mismas, principios inspiradores de la LO 5/2000, que y el más novedoso supuesto cuando los he- establece claramente que si bien el interés chos tipificados como delito, independien- del menor va a seguir primando en la Ley, se temente de su mayor o menor gravedad se 37
  • 39. hubieran cometido en grupo o el menor per- enviar a un menor que ha cumplido los 18 teneciere o actuare al servicio de una banda, años y estuviere cumpliendo medida en régi- organización o asociación, incluso de carác- men cerrado a centro penitenciario de mayo- ter transitorio que se dedicare a la realización res para que acabe de cumplir aquella cuan- de tales actividades( por ejemplo “latin kings”, do su conducta no responda a los objetivos “ñetas” ,etc). propuestos en la sentencia. Dicha resolución B.- Se ajustan los tiempos de duración tendrá carácter excepcional. Lo normal será de las medidas proporcionalmente a la enti- que dicha resolución y reflexión se realicen o dad de los delitos cometidos y a las edades tenga lugar cuando el menor haya cumplido de los menores infractores teniendo en cuan- los 21 años y siga cumpliendo la medida de ta si tienen más de 16 y menos de 18 años o internamiento en régimen cerrado. En ese menos 16 años y más de 14 años. caso salvo que el juez, previa audiencia de Al suprimir el artículo 4 que permitía apli- las partes y del equipo técnico, acuerde el ar- car la Ley a los mayores de 18 años y menores chivo de la ejecutoria y dé por extinguida la de 21, norma que suscitó una enorme con- medida, el cumplimiento de la misma se rea- troversia, hace desaparecer definitivamente liza en el Centro Penitenciario y conforme la de extender la Ley a los jóvenes de las edades legislación penitenciaria quedando sin efec- citadas, eliminando de esta manera el más to el resto de medidas que le quedaren pen- que previsible panorama caótico que se nos dientes siempre que no fuesen compatibles avecinaba y que convertía esta jurisdicción, con el régimen penitenciario y siempre salvo para algunos y por los sujetos pasivos, en or- la posibilidad de aplicar el artículo 13 y 51 de dinaria, siendo residual la penal de mayores. la LORPM (Ley Orgánica de Responsabilidad C.- La nueva regulación de las medidas Penal de Menores). susceptibles de imponer a los menores, la F.- Se revisa el régimen de imposición, mayor novedad vine recogida en el apartado refundición y ejecución de las medidas, con- 1 i) del artículo 7 que contiene la prohibición servando el juez las amplias facultades que al menor de aproximarse o comunicarse con ya tenía, para individualizar la o las medidas la víctima o sus familiares u otras personas que deba cumplir el menor infractor. que determine el juez. Esta medida impedirá A diferencia de la legislación de adultos, al menor acercarse a ellos, en cualquier lugar que fija el máximo de cumplimiento de las donde se encuentren, así como a su domicilio, condenas el triple de más grave impues- a su centro docente, a su lugar de trabajo y a ta, la legislación de menores establece el cualquier otro lugar que sea frecuentado por doble de la medida más grave como límite la víctima. Esta medida, que imita a la reco- de cumplimiento. Teniendo en cuenta que gida en el código penal, aplicada fundamen- la refundición es más complicada, dado el talmente a los delitos de violencia de género, elenco de medidas que se pueden imponer tiene también el patrimonio de lo novedoso y debiendo en todo caso respecto de las me- al ser una de las nuevas medidas que puede didas de internamiento aplicar las reglas que imponerse cautelarmente (artículo 28). la Sala 2 del Tribunal Supremo ha dictado en D.- Al hilo de lo anterior se amplía la el supuesto de la refundición de condenas a duración de la medida cautelar de interna- los adultos y que en esencia tratan de evitar miento que pasa de tres meses prorrogables que el condenado por el procedimiento de por otros tres meses a seis meses prorroga- la refundición tenga un exceso de días o que bles por otros tres. ya por el límite impuesto le resulte lo mismo E.- De los aspectos más destacables de seguir delinquiendo. la reforma es de resaltar que se faculta al juez G.- El legislador ha establecido una para acordar, previa audiencia del fiscal y de serie de normas competenciales para deter- la entidad pública de protección o reforma minar el juez competente para la ejecución, 38
  • 40. normas farragosas y complicadas, que usan en diversos foros e informes de toda índole, criterios diversos y contrapuestos basándose incluidos los evacuados a la Fiscalía General en unos casos para adjudicar la competencia del Estado y donde incidimos en calificar la en atribuirla al juzgado que dicte la primera Ley de manifiestamente ambiciosa, hasta tal sentencia firme contra el menor cuya medida punto que muchas veces olvida la realidad se pretende refundir (si se tratase de delitos que vivimos y los medios con los que con- conexos), y los demás casos de ejecución tamos. Literariamente la hemos llamado en pluralidad de medidas impuestas a un mis- alguna ocasión como la “Ley de Alicia en el mo menor, el último que dictase la sentencia País de las Maravillas”, diagnosticando que firme. es un texto “manifiestamente mejorable” y H.- La novedad que ha concitado más por lo tanto susceptible de prolijas reformas, unanimidad en el foro ha sido la relativa a in- habiéndonos dado la razón la modificación cluir en el procedimiento penal la responsa- legal operada por la Ley 8/2.006 de 4 de di- bilidad civil por el hecho cometido y sus con- ciembre, que viene a introducir un criterio secuencias, ventilándose en el procedimiento más realista y sensato, más ajustado a la si- penal la responsabilidad penal propiamente tuación que nos rodea. dicha con la civil derivada de aquella. Es realista la modificación operada en Se acogen los principios del procedimien- el régimen semiabierto permitiendo al juez to de mayores (artículos 109 y 110 de la Ley convertirlo en un cerrado cuando el interno de Enjuiciamiento Criminal), ganándose en incumpla su programa de salidas o activi- concisión , concentración y economía pro- dades, dado que es tradicional, al ser un ré- cesal consiguiendo una mayor satisfacción gimen que obligatoriamente debe permitir de los derechos económicos de la víctima. la realización de actividades que muchos Engarzado con ello, a la víctima se le da plena internos se fuguen aprovechando las salidas entrada en el procedimiento penal de meno- o actividades fuera del Centro sabedores que res en igualdad de condiciones que las demás aunque vuelvan al Centro su régimen po- partes, salvo algunas pequeñas limitaciones, sibilitará nuevas salidas. Ello era altamente haciendo desaparecer con ello las sospechas perjudicial para el menor y contrario al espí- de secretismo y parcialidad que llegaron a ritu de reforma y habilitación de la Ley. Igual- instalarse en la opinión pública cuando tal mente realista y destacable, la posibilidad de participación le estaba vedada a la acusación que el juez, siempre que el delito lo permita, particular. pueda agravar y no sólo beneficiar al menor Teniendo presente la vigencia del artículo en la modificación de la medida, y ahora esa 64 de la LORPM que establece la responsabi- evolución puede posibilitar que un menor lidad solidaria de padres, tutores y guardado- condenado a medida de internamiento se- res de hecho o de derecho y que buena parte miabierto, acabe en un cerrado por su mala de menores infractores están declarados en evolución. desamparo, la responsabilidad deberá cubrir- En este sentido se requiere de las Comu- la la Administración. De cualquier manera la nidades Autónomas una mayor inversión en aplicación de esta responsabilidad solidaria la mejora y acondicionamiento de los centros dará problemas, dado que la casuística es de internamiento, sobre todo en el régimen enorme, debiendo extremar los tribunales el terapéutico para menores drogodependien- cuidado para evitar descompensaciones o in- tes y con enfermedades mentales y trastor- justicias económicas, no sólo de difícil repara- nos de la personalidad. ción sino en la lógica incomprensión social. Es necesario que exista una adecuada se- Una valoración crítica y desde la perspec- paración entre aquellos menores que presen- tiva jurídico - sancionadora - educativa, nos tan una dependencia a sustancias tóxicas y remite a anteriores apreciaciones ya dichas aquellos que presentan trastornos de la per- 39
  • 41. sonalidad o enfermedad mental por cuanto sus necesidades son distintas, así como los técnicos encargados de su cuidado. Por supuesto que la separación con el res- to de internos deviene obligada, dado que el tratamiento exige el aislamiento de los otros menores y sobretodo respecto los que han decido apartarse del mundo de las drogas, dado que desgraciadamente existe consumo de tóxicos en los centros. En definitiva, el camino que queda por recorrer es largo y queremos manifestar con rotundidad que la implicación en la reeduca- ción de los menores, no sólo es de los ope- radores jurídicos, ni de la administración au- tonómica o estatal sino que muy al contrario afecta a todos los estamentos sociales, fami- lia, colegio, municipio, entidades recreativas y religiosas anudando esfuerzos, acumulan- do tareas y asumiendo responsabilidades ha- ciendo hincapié que el primero de ellos debe ser la facilitación de terrenos por parte de los municipios y ayuntamientos de nuestra co- munidad donde se puedan construir centros de todo tipo que faciliten esa tarea. Referencias - Ley Orgánica de Responsabilidad Penal de Menores 5/2000 de 12 de enero. (B.O.E., nº 11, jueves 13 de enero de 2000). - Ley Orgánica 8/2006, de 4 de diciembre, por la que se modifica la Ley Orgánica 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la responsabilidad penal de menores. (B.O.E., nº 290, martes 5 de diciembre de 2006). 40
  • 42. La evaluación del riesgo en el contexto de la ley penal juvenil Enrique López Martín1 Maria Dolera Carrillo2 Resumen: Una mejora del modelo de justicia juvenil para el procedimiento de evaluación del riesgo en los usuarios está basado en el juicio profesional o clínico y en el procedimiento actuarial, quedando patente en el trabajo que presentamos la según opción tal y como ha demostrado Andrews y Bonta (2003) y Garrido (2003). Se presenta la adaptación del YLS/CMI de Andrews y Bonta (2002) a población de justicia juvenil española, concretamente el IGI-J, que ayuda a planificar el PIEM dentro del marco de la justicia penal de menores. Palabras claves: escalas de riesgo, procedimiento actuarial, factores de riesgo. El fin último que persigue la ley penal del pero lo cierto es que ninguno de nosotros es- menor3 es evitar que los jóvenes que han capamos de realizar una valoración. entrado dentro del sistema de justicia juve- nil lo vuelvan a hacer, es decir, procurar que Métodos para evaluar: juicio nuestros jóvenes no reincidan en conductas clínico y escalas de riesgo infractoras, para ello hemos desarrollado un sistema de respuesta de naturaleza sanciona- La predicción de la conducta infractora dora –educativa (LORPM: exp. mot. pto. 2). en jóvenes es una práctica que el profesional puede realizar ya que tiene acceso a toda la Un modelo de justicia juvenil de respuesta información disponible sobre el sujeto a tra- penal con tratamiento claramente educativo vés de entrevistas, tests, cuestionarios, vacia- (psico-socio-educativo). Todos los profesio- do de expedientes, etc. De hecho la LORPM nales que estamos implicados, tanto desde la nos da la posibilidad en distintos momentos, perspectiva jurídica (jueces, fiscales, letrados, para poder analizar todos los factores antes etc.) como desde la perspectiva educativa de diseñar el programa educativo. Al respec- (psicólogos, pedagogos, educadores sociales, to podemos preguntarnos: ¿qué instrumen- trabajadores sociales, etc.) realizamos distin- tos disponemos para realizar una predicción tas valoraciones del riesgo que tiene este jo- o valoración del riesgo? ¿Qué áreas, variables, ven para volver a delinquir, esas valoraciones o aspectos hemos de valorar? ¿Cuál es nues- en ocasiones son realizadas de forma espon- tra práctica y hacia donde debe dirigirse? tánea, otras de una forma más estructurada; En la actualidad para la predicción o es- timación del riesgo de comportamientos 1 enrique.lopez2@carm.es violentos existen dos grandes metodologías 2 masucion.dolera@carm.es 3 Nos referimos a la Ley Orgánica 5/2000, de 12 de enero, de evaluación: 1) procedimientos basados en reguladora de la Responsabilidad Penal de los Menores el juicio profesional, y 2) decisiones de base (BOE de 13 d enero de 2000). La citaremos con el acrónimo: actuarial. LORPM 41
  • 43. El juicio profesional o clínico son méto- realizados con profesionales anglosajones, dos discrecionales que se caracterizan por- pero que nuestra realidad no dista mucho de que no hay una pauta o instrumento técnico aquella. Si vemos los informes emitidos por validado y contrastado; son los más emplea- los equipos técnicos de los juzgados de me- dos por los diferentes profesionales que en nores o de los centros y unidades en los que algún momento se ocupan de este menes- se ejecutan las medidas judiciales, compro- ter (criminólogos, psiquiatras, psicólogos, baremos que la predicción formalizada del jueces, etc.). Los rasgos característicos de la riesgo brilla por su ausencia. valoración del riesgo por métodos y proce- El problema de los test mencionados es dimientos actuariales son el resultado de su que no existe una literatura científica creíble diseño explícito con la intención y finalidad que los relacione de forma consistente con de predecir el riesgo de comportamientos las conductas delictivas que habitualmen- violentos. En su afán de aplicar los procedi- te evaluamos e intentamos predecir (fugas, mientos estadísticos para la predicción del agresiones, y por supuesto la reincidencia). Y riesgo, siguieron las pautas desarrolladas ya en cambio, si que existe una amplia evidencia en la práctica empresarial, como las aplica- de que las valoraciones actuariales del riesgo das por compañías de seguros. Dichas pautas son significativamente superiores a las valo- tienen una gran fiabilidad, ya que están opti- raciones clínicas (para una revisión general mizadas para predecir un resultado concreto de la investigación ver Grove y Meehl, 1996). y específico, en un período temporal deter- En el estudio antes citado de Boothy y minado, para una población determinada y Clements (2000) se mencionan tres instru- en un contexto socio-cultural también muy mentos específicos que han sido desarrolla- específico. Por ello, estos procedimientos re- dos para la evaluación de los delincuentes: el quieren previamente estudios cuantitativos y PCL-R (Hare, 1990), el LSI-R (Andrews y Bonta, epidemiológicos amplios y estimaciones de 1995) y el VRAG (Harris, Rice y Quinsey, 1993); la frecuencia de los comportamientos que se aunque su uso fue bastante infrecuente, tan quieren predecir en las distintas poblaciones solo el 11% de los encuestados utilizaron el donde pueden ocurrir. PCL y el LSI-R, y solo el 1% utilizó el VRAG. Estos tres instrumentos son probablemente La elección de una escala de las mejores medidas validas de valoración evaluación del riesgo. En nuestro contexto contamos La literatura empírica actual es lo su- con pequeñas experiencias del uso del PCL-R ficientemente robusta para ofrecernos al- (Chico y Tous, 2001), y de otras pruebas. gunas pautas generales sobre lo que debe Tal vez confiamos de forma excesiva en el constituir una buena evaluación del riesgo uso de instrumentos “clásicos” que funcionan del delincuente. en otros contextos pero no en éste, y sobre Para empezar, podríamos preguntarnos: todo, cómo no, en el propio “juicio clínico”. ¿qué instrumentos de evaluación utilizan los Como decíamos la evidencia es notable: profesionales para valorar el riesgo? Boothy las evaluaciones del riesgo son superiores y Clemens (2000) preguntaron a 830 psi- cuando se utilizaron valoraciones actuaria- cólogos forenses qué pruebas psicológicas les, frente a las valoraciones clínicas (Garrido, específicas utilizaban en su trabajo. Un 23 2003:24), veámoslo en el siguiente cuadro % utilizó el test de Bender-Gestalt, el 20% (Andrews y Bonta, 2003:235). el Rorshach y 14% tests de dibujos proyecti- vos. Gallagher, Snowaru y Ben-Porath (1999) obtuvieron resultados parecidos. Podríamos decir, al respecto, que son estudios empíricos 42
  • 44. Tabla 1. La superioridad de las evaluaciones actuariales miden precisamente el ajuste psicológico del riesgo: Evidencia meta-analítica (de personalidad: MMPI, EPQ-J; depresión: Estudio Criterio Cínica Actuarial Inventario de Beck, CACIA; ansiedad: esta- do rasgo STAI; autoestima: AFA, Piers Ha- Bonta et al. (1998) Reincidencia r = .03 r = .39 general rris) etc.. Desde los segundos simplemen- Reincidencia r = .09 r = .30 te son reacios a cualquier estructuración violenta de la evaluación al ampararse en las teo- Hanson y Bussière Reincidencia r = .11 r = .42 rías sociológicas que poco pueden hacer (1998) sexual en esta tarea. Grove et al. (1995) Índice general favorable favorable 3.- La formación especializada, pues, debe 6% 46% realizarse fuera de la formación base de es- Mossman (1994) Violencia AUC=.67 AUC=.78 tos profesionales. Existen pocos cursos de especialidad o de formación de postgrado centrado en la delincuencia (juvenil) y la Algunos autores (Grove y Meehl, 1996; evaluación y tratamiento de la misma. En Quinsey, Harris, Rice y Cormier, 1998) sugie- esta misma dirección hemos de observar, ren incluso que ante tal evidencia, el hecho por ejemplo, que desde que vio la luz el de no utilizar los instrumentos actuariales texto de la LORPM el 13 de enero de 2000 para la valoración del riesgo de los delincuen- hasta la fecha se han publicado más ma- tes es una conducta poco profesional. nuales desde la perspectiva jurídica que desde la psicoeducativa; basta con echar Pero, si esto es así, ¿por qué los profesio- un vistazo en nuestras librerías para cons- nales no utilizan las escalas actuariales? Para tatarlo. hallar una respuesta podríamos apuntar es- 4.- Por otra parte, en casi todo el territorio es- tas cinco razones: tatal los servicios y programas están con- 1.- En nuestro país están muy poco difundi- veniados con organizaciones sin ánimo de das las escalas actuariales de riesgo de lucro, fundaciones o entidades publicas valoración de delincuentes; es evidente locales (LORPM, Art. 45.3) lo que lleva a la que si no se conocen no se pueden apli- paradoja de que las escuelas de adminis- car. Aunque también es cierto, que cuan- traciones públicas priorizan la formación do hemos presentado a distintos equipos de los funcionarios, dejando en un segun- algunas de estas escalas de riesgo, han do plano a todos los profesionales que tra- sido rechazadas inicialmente por algunos bajan en estas organizaciones, delegando, profesionales, en principio por la resisten- en el mejor de los casos, su formación en cia al cambio, y también debido al escepti- manos de las propias entidades convenia- cismo de algunas de estas organizaciones das. del ámbito de la justicia juvenil, que se 5.- Da la impresión de que los únicos que pue- muestran recelosas a planteamientos ex- den manejar pruebas para la valoración ternos que no hayan salido de su propio del riesgo son los psicólogos, porque en la seno. mayoría de los servicios orientan a éstos a 2.- La formación que se recibe desde las fa- evaluar el ajuste psicológico. Esta creencia cultades está muy dirigida a la práctica clí- está sustentada por la “cultura profesional” nica (caso de los psicólogos) o muy socia- generada desde las facultades y respalda- les (caso de los educadores y trabajadores das por los colegios profesionales, y por sociales). Desde los primeros se mantiene los propios servicios y directores de los el mito de que es el desajuste personal centros que demandan casi en exclusiva lo que más correlaciona con la conducta a estos profesionales para la valoración infractora, y por ello reciben formación del riesgo. Como hemos visto la investi- en esta línea, y administran pruebas que 43
  • 45. gación sugiere que los test “favoritos” de las necesidades criminógenas. En resumen, si los psicólogos no son los mejores cuando nos fijamos sobre los factores estáticos, nos se comparan con las escalas actuariales de inmovilizamos en la intervención, nada po- valoración del riesgo que pueden ser cum- dremos hacer para cambiar aquello que no se plimentadas por profesionales diferentes puede cambiar. Por otro lado, los factores de a los psicólogos con la debida formación riesgo dinámicos nos transmiten confianza, y siendo entrenados para ello. Este punto la esperanza de que un sujeto puede cambiar no debe ser interpretado como un ataque su conducta, lo que ayuda a la intervención. a estos profesionales sino una invitación En el campo de la ejecución de las medi- a que reconsideren el uso de esos instru- das, manejar el nivel de riesgo, es una gran mentos y su utilidad, teniendo el coraje herramienta de trabajo. Para manejar el profesional para reajustarse a esta nueva riesgo eficazmente, se requiere de la identi- realidad de la evaluación del riesgo de la ficación de los factores de riesgo dinámicos. conducta delictiva. Por lo tanto, si debiéramos elegir entre una escala de factores de riesgo estáticos y otra Un buen instrumento actuarial debe de factores dinámicos, hemos de pensar que evaluar los factores de riesgo y dirigir la in- los factores de riesgo estáticos nos conducen tervención hacia dichas necesidades crimi- a una percepción de la intervención y de los nógenas. Las necesidades criminógenas son programas inmovilista, ya que son factores aspectos de una persona o de su situación que no podemos cambiar; es importante que, cuando cambian, están asociados con que nuestros programas de intervención se los cambios de la conducta delictiva (An- dirijan hacia los factores dinámicos, a las ne- drews, Bonta, y Hoge, 1990). Las necesidades cesidades criminógenas a todas aquellas que criminógenas son factores de riesgo dinámi- podemos cambiar. cos. La valoración de riesgo del infractor pue- Hay pocos instrumentos de valoración del de tener serias consecuencias, no sólo para su delincuente que incorporen los factores de libertad, sino también para la seguridad de la riesgo dinámicos junto con los factores de sociedad. De ahí que quienes administran las riesgo estáticos (lo que solemos llamar esca- escalas de riesgo deben asegurarse de que es- las de riesgo y necesidades). Los dos mayores tán bien especializados en su administración ejemplos de esta clase de instrumentos son y que conocen los problemas actuales de la el LSI-R y el Wisconsin Clasification System. valoración del infractor. Aunque lo cierto es Gendreau et al. (1996) encontraron que el que en pocas ocasiones los profesionales son tamaño de efecto medio para el LSI-R fue de requeridos en los tribunales para defender .33 y para el Wisconsin Clasification System las valoraciones, hemos de estar preparados de .32. Los dos instrumentos estáticos de para la ocasión. Esto exige que cada miem- su meta-análisis, El SFS (Salient Factor Store) bro del personal esté listo para explicar cómo (Hoffman, 1994) y el PCL-R, demostraron una utilizó una determinada prueba, la investiga- media de tamaño de efecto ligeramente más ción de su validez predictiva, y la teoría que bajos: .26 y .29, respectivamente. Una revi- apoya la prueba. sión mas reciente de la validez predictiva del LSI-R y PCL-R encontró resultados similares En la Comunidad Autónoma de la Región (Gendreau et al., 2002). de Murcia, hemos utilizado para ello, el YLS/ De lo anterior se concluye que si lo que CMI de Andrews y Bonta (2002), y que a tra- queremos es predecir e intervenir hemos de vés de nuestra experiencia, contexto y reali- dirigirnos hacia las escalas dinámicas, puesto dad lo hemos adaptado en el IGI-J (Inventario que predicen con tanta precisión como las de Gestión e Intervención para Jóvenes; Garri- estáticas y además nos permiten identificar do, López Martín y Silva do Rosario, 2006), sin 44
  • 46. renunciar a la base teórica y el respaldo empí- Antes del YLS/CMI (IGI-J), se adaptó una rico del mismo. El IGI-J nos permite: versión del LSI para niños y adolescentes: a) delimitar los factores de riesgo dinámicos. YLSI (Youth Level of Service Inventory; YLSI) b) establecer un nivel de riesgo por áreas y (Andrews, Robinson y Hoge, 1984). Este ins- tener un índice global. trumento se componía de 112 ítems sobre c) recoger aspectos o factores que el instru- necesidades /factores de riesgo que se divi- mento no haya recogido. dían en 10 subescalas. Se realizó un proce- d) establecer el nivel de intervención que se so de depuración para seleccionar aquellos requiere. ítems que en la investigación indicaron estar e) formular la hipótesis explicativa de la con- más fuertemente asociados con la actividad ducta antisocial delictiva de los jóvenes, por lo que el actual f ) diseñar los objetivos educativos en rela- YLS/CMI incorpora 42 de esos 112 ítems del ción con las necesidades criminógenas YLSI, así como otras características no consi- detectadas. deradas en los instrumentos anteriores: apar- g) establecer quién, cómo y dónde se ejecuta tados sobre la capacidad de respuesta, una la medida. evaluación cualitativa del profesional y una h) evaluar la intervención de forma cualitati- relación directa de los resultados de la prue- va y cuantitativa, viendo si los factores de ba con los niveles de supervisión y planifica- riesgo dinámico han mermado su influen- ción del caso. cia. Este instrumento fue creado para ayudar a los educadores que ejecutan medidas judi- Se trata de un instrumento de evaluación ciales, (educadores sociales, pedagogos, psi- de riesgo y a la vez de gestión de la interven- cólogos y trabajadores sociales) para evaluar ción, con múltiples aplicaciones, que no solo los factores de riesgo y protección, extrayen- orienta la actuación del educador hacia la do de los mismos las necesidades de inter- eficacia sino que nos ayuda a rentabilizar los vención en los menores que cometen delitos recursos. entre los 12 y los 18 años. A través de una entrevista semiestructu- Características del IGI-J. (YLS/ rada permite rastrear los atributos y el esti- CMI -Youth Level of Service/ lo de vida de los chicos; además, podemos Case Management Inventory- evaluar el riesgo de reincidencia y establecer Hoge y Andrews, 2002) una valoración cuantitativa de los factores de riesgo más pertinentes para la intervención, Nos detendremos con mayor detalle en así como establecer el grado de intervención esta escala, ya que es la que hemos utilizado socioeducativa que requiere el menor. para la investigación y que hemos adaptado El listado de factores del YLS/CMI (IGI-J) para un posterior desarrollo (IGI-J). permite examinar todas las áreas que más El YLS/CMI se desarrolló a partir del LSI se consideran en la vida de estos menores: (Level Service Inventory) (Andrews, 1982), que circunstancias familiares, educación paren- fue construido inicialmente para asesorar las tal, historia escolar, empleo, relación con el decisiones sobre la libertad condicional y la grupo de iguales, abuso de sustancias, ocio supervisión que se aplican a delincuentes y diversión, características de personalidad adultos, a través de la evaluación del nivel y conductuales, actitud ante la ayuda, etc. de riesgo de reincidencia. Este instrumento Una vez identificados los factores de riesgo y sufrió varias revisiones y la versión actual es protección más pertinentes, el YLS/CMI(IGI-J) el LSI-R (Level of Service Inventory – Revised) también ayuda a identificar los objetivos más (Andrews y Bonta, 1995), ya comentado an- apropiados para la intervención, la parte final teriormente. 45
  • 47. del instrumento contempla un plan de direc- reincidencia. Este argumento se fundamenta ción del caso. en las revisiones de Andrews, Zinger, Hoge, Bonta, Gendreau y Cullen (1990), Lipsey y Wil- Al diseño del instrumento le subyace un son (1998), Mulvey, Arthur y Reppucci (1993) supuesto fundamental y es que las decisiones y Tate, Reppucci y Mulvey (1995). inteligentes que se deben tomar con relación a un delincuente juvenil deben basarse en Las implicaciones que tiene para la evalua- una evaluación válida de los riesgos y nece- ción y tratamiento el Modelo General Psicoló- sidades propios de los jóvenes (Hoge, 1999a, gico, Social y de Personalidad de la Conducta 1999b, 2001; Hoge y Andrews, 1996). Criminal se sustentan en cuatro principios (Andrews, Bonta y Hoge, 1990), que se descri- El instrumento se desarrolló a partir de ben a continuación, y que se son importantes una teoría contemporánea del comporta- para el desarrollo del instrumento: miento delictivo, basado en el Modelo Gene- ral Psicológico, Social y de Personalidad de la a) Principio del Riesgo: asume que se re- Conducta Criminal (Andrews y Bonta, 2003; quieren niveles más elevados de inter- Andrews, Bonta y Hoge, 1990; López Latorre vención en los casos de mayor riesgo. La y Garrido, 2005). Hay dos supuestos que sus- intervención intensiva se reserva para los tentan este modelo que son especialmente casos de mayor riesgo porque responden relevantes para la construcción del YLS/CMI mejor relativamente a resultados obte- (IGI-J). El primero es que la causa de la activi- nidos que con una intervención menos dad criminal de personas jóvenes es una red intensiva, mientras que los casos de bajo compleja de variables personales y ambien- riesgo responden igual de bien o mejor tales que interactúan. Estas variables son: con una intervención mínima. El Principio - La historia de desarrollo del joven del Riesgo proporciona, por tanto, una co- - Los aspectos de la situación familiar nexión entre las necesidades criminóge- - Las características de personalidad, con- nas y el nivel de intervención que se debe ductuales y cognitivas. proporcionar. - Las experiencias escolares/formativas y laborales b) Principio de las Necesidades: el Princi- - El grupo de iguales pio de las Necesidades se resume en que - Las creencias y actitudes, particularmente los objetivos de la asistencia programada con relación a las actividades antisociales. deben ser los adecuados para resolver las Un segundo supuesto del modelo es que necesidades criminógenas del delincuen- la intervención con jóvenes de alto riesgo te. Esas necesidades son aquellas carac- con actividad antisocial puede ser efectiva y terísticas que al sufrir una modificación ser reducida en el futuro. Pero para que esto se obtienen cambios en la probabilidad ocurra deben cumplirse determinadas con- de reincidencia, o lo que es lo mismo, si diciones. Así, las intervenciones deben tener se tiene como meta la reducción de esta como objetivo las necesidades criminógenas probabilidad la asistencia más efectiva y su superación. es aquella que reduce las necesidades criminógenas; ésta, por consiguiente, se Existe cada vez más evidencia empírica establecen como objetivos intermedios que nos lleva a concluir que proponer obje- de la intervención. Las necesidades son tivos apropiados y realizar un PIEM acorde factores de riesgo dinámico, favorables con las necesidades criminógenas puede al cambio, que si se consiguen modifi- ser efectivo a la hora de reducir la actividad car tendrá como consecuencia la reduc- delictiva de jóvenes, y por tanto reducir la ción de la actividad antisocial futura. Las 46
  • 48. actitudes antisociales, el desarrollo de conjunto por el profesional responsable relaciones con iguales antisociales y las del caso, y por tanto, de la intervención. relaciones deficientes con los padres son Estos cuatro principios sustentan el desa- algunas de las necesidades criminógenas rrollo del YLS/CMI(IGI-J); permiten una eva- identificadas en este modelo. El Principio luación extensa y metódica de los factores de de las Necesidades indica que el foco de riesgo, necesidades y capacidad de respuesta la intervención debe centrase en este tipo que afectan al delincuente juvenil y la pro- de factores de riesgo (dinámicos). gramación de una respuesta de intervención eficaz. Además, el YLS/CMI (IGI-J) se estructu- c) Principio de la Capacidad de Respues- ró para forzar una conexión directa de estos ta: se refiere a las habilidades y estilos factores con la planificación de la gestión del de aprendizaje de los delincuentes y a la caso. necesidad de considerarlos factores de La estructura del YLS/CMI (IGI-J), se com- protección o recursos, que pueden servir pone de siete partes en las que se materializa para moderar el impacto de los factores este modelo: de riesgo. Los factores implicados en la ca- pacidad de respuesta son aquellos que no 1ª parte: Evaluación de riesgo/necesi- están necesariamente relacionados con la dades actividad delictiva pero que son relevan- tes en la forma en que los jóvenes reaccio- - Nos proporciona una lista de todos los nan a los diferentes tipos de intervención. riesgos y necesidades que los menores Ejemplos de factores que se incluyen en la pueden presentar. capacidad de respuesta son: niveles altos - Está compuesta por 42 ítems que en la de madurez emocional, el estilo de apren- literatura científica ha identificado como dizaje (por ejemplo: verbal y no verbal), el mejores predictores de la actividad delic- apoyo efectivo por parte de los adultos, tiva en menores / jóvenes. las habilidades lectoras, la autoestima, - Los 42 ítems se agrupan en 8 áreas: Deli- la ansiedad y la motivación para el trata- tos y medidas judiciales pasadas y actua- miento. les, pautas educativas, educación formal / El Principio de la Capacidad de Respuesta empleo, relación con el grupo de iguales, asume que estos factores deben tenerse consumo de sustancias, ocio / diversión, en cuenta cuando se quiere diseñar el me- personalidad / conducta y, actitudes, va- jor programa de Intervención4. lores y creencias. - Dentro de cada una de la categorías el d) Principio de Autoridad: considera que evaluador señalará aquellos ítems que se después de evaluar el riesgo, las nece- pueden aplicar al menor. sidades y la capacidad de respuesta, las - En cada categoría también hay que eva- decisiones son tomadas en función de las luar si existen factores protectores y en tal condiciones que predominen. El Principio caso señalarlo. de Autoridad indica que las decisiones fi- - El evaluador debe describir la fuente de in- nales sobre el joven deben ser tomadas en formación para cada categoría (entrevista, vaciado expediente, test, informe técnico, 4 Se utiliza programa de intervención, P.I.E.M: Programa In- etc.). dividualizado de Ejecución de Medida-, programa de actua- - Existe un pequeño apartado de comen- ción, etc. Depende del contexto, pero en cualquier caso hace referencia al instrumento intencionado y estructurado que tarios, en el que el evaluador puede des- diseña el educador para dirigir su actuación. Y que la LORPM cribir factores de riesgo y necesidades no (articulos: 7.1.h; 442.c.; 46.1) y su Reglamento (artículos:10- representados en los ítems o ampliar la in- 4ª; 11.7; etc.) establecen como necesario para ejecutar una formación de los señalados. medida judicial. 47
  • 49. 2ª parte: Resumen de los factores de 3.- Medio: sesiones con el menor de 2 ó 3 ve- riesgo /necesidades ces a la semana 4.- Alto: sesiones con el menor 4 ó 5 días a la - En este apartado obtenemos cuantitati- semana vamente tanto el nivel de riesgo global como el parcial de cada subescala. 6ª parte: Plan de gestión del caso - Debemos trasladar los números de ítems señalados a cada categoría en la columna - Hace referencia a los objetivos específicos A y B. que se establecen para la intervención y - Contando las “X” señaladas podemos de- los medios para alcanzarlos. terminar el nivel de riesgo. - Principio de necesidades: los objetivos re- - A continuación se señalan los factores de flejados en el programa de intervención protección (no puntúan). (PIEM) deben ir dirigidos a los factores de - Sumando las columna podemos obtener riesgo dinámicos (necesidades criminóge- los totales. nas) identificados. - Hemos de tener en cuenta los factores de 3ª parte: Evaluación de otras necesida- protección. des y consideraciones especiales 7ª parte: Revisión de la gestión del Dentro del ámbito familiar (11 ítems) y caso del joven (27 ítems), valoramos algunos ítems relevantes que no se cuantifican para el nivel En este apartado vamos a realizar una de riesgo global o parcial, pero sí hemos de evaluación cualitativa y cuantitativa de la tenerlos en cuenta en el diseño del PIEM. Se intervención: tenemos la posibilidad de ver incluye un apartado de comentarios abierto gráficamente si ha habido movimiento fruto al evaluador, y otro para anotar consideracio- de nuestra intervención (antes/después), y se nes especiales relativas a necesidades espe- valora cómo se deriva o finaliza la interven- ciales para el tratamiento. ción. El fin último es evaluar el progreso del programa de intervención (PIEM). 4ª parte: Evaluación del riesgo gene- ral/nivel de necesidades En resumen el YLS/CMI (IGI-J) pretende: Este apartado incluye el principio de au- - Ayudar a los profesionales a evaluar a los toridad, ya que aunque el instrumento faci- menores o jóvenes delincuentes. lita la evaluación del riesgo, la última palabra - Determinar los factores de riesgo que pro- siempre la tiene el profesional: aquí se invita pician la conducta delictiva. a que anote su apreciación del riesgo y la ar- - Delimitar las necesidades criminógenas gumente. Es posible que discrepe del obteni- de los sujetos y dirigir nuestros objetivos do por el instrumento, pero debe razonar el hacia los mismos. porqué para tenerlo en cuenta a la hora de diseñar el PIEM. - Conectar la evaluación de las necesidades con el programa de intervención. 5ª parte: Nivel de intervención En definitiva, el YLS/CMI (IGI-J) no preten- El evaluador debe escribir el nivel de inter- de tomar decisiones sobre los jóvenes pero vención apropiado al caso de acuerdo al prin- sí colaborar en la toma de decisiones cuando cipio de riesgo. Este puede clasificarse en: la realizan los profesionales que están impli- 1.- Administrativo o seguimiento PBC: sesión cados en la ejecución de las medidas o en las con el menor cada 15 días o más propuestas de medidas. 2.- Mínimo: sesión educativa con el menor 1 vez a la semana 48
  • 50. ¿Es necesario evaluar a los - Establecer que determinado recurso es jóvenes en la ejecución de las idóneo dadas las características del me- medidas? nor, según sus necesidades criminógenas. - Orientar una medida educativa ajustada Hablar de predicción es hablar de preven- a las necesidades criminógenas y al delito ción, como las dos caras de la misma moneda cometido por el joven sin caer en criterios (Garrido y López Latorre, 1995). No olvide- retributivos. mos que el objetivo último de la ejecución de una medida debe ser la prevención de la La predicción de la conducta violenta es conducta delictiva de un sujeto, es decir, que posible (Redondo, 2004) si atendemos a que no vuelva a delinquir y no se consolide la ca- lo predecible es el riesgo de aparición de la rrera delictiva. Pero ¿cómo podemos hacerlo conducta violenta, no la conducta en sí mis- desde las “ciencias no jurídicas” (por utilizar la ma. Esta predicción se puede hacer de forma terminología de la LORPM) cuando aplicamos fiable y válida si la fundamentamos en pro- la ley penal del menor? Por lo dicho hasta cedimientos técnicos. He aquí algunas reco- ahora, presumimos que las predicciones que mendaciones: realizamos son mejores si utilizamos escalas - La evaluación del riesgo debe realizar- de riesgo y que ello repercutirá tanto en la se de manera científica, profesional y de asignación a la medida más adecuada como acuerdo a las consideraciones legales pro- en la planificación de su PIEM. pias de cada marco jurídico concreto. A lo largo del texto de la LORPM y de su - El riesgo puede y debe ser evaluado de Reglamento se solicita a las “ciencias no jurí- distintos modos y mediante variados pro- dicas” que prediga la conducta delictiva, con cedimientos. dos funciones generales, la primera para pre- - En promedio, la evaluación del riesgo de ver el futuro comportamiento del joven, por violencia es tan adecuada y “certera” como ejemplo ante la posibilidad de un permiso, y puedan serlo otros muchos pronósticos, la segunda se encuentra ligada al tratamien- tales como el meteorológico, el financiero, to o medida judicial a ejecutar. el industrial, el médico, etc. Hagamos un breve recogido por ambos - No es posible realizar predicciones espe- textos legales para identificar en qué mo- cíficas de violencia futura en un individuo mentos se requiere una predicción y, por tan- determinado con un elevado nivel de cer- to, la identificación de los factores de riesgo teza o de previsión científica. No podemos que están asociados a la conducta delictiva. conocer el riesgo real, simplemente pode- mos estimarlo asumiendo ciertas restric- Algunos de estos ejemplos son: ciones temporales y de contexto. - Sustentar con criterios la reincidencia o informar sobre la posibilidad de fuga. El proceso de valoración del - Informar sobre el cambio de una medida y riesgo en la ley penal del me- asegurarnos que no va a darse una nueva conducta delictiva. nor - Predecir que ante una salida o permiso no Parece difícil que la “justicia reparadora”, se va a producir un incumplimiento de la por sí sola pueda ser una respuesta suficiente medida. ante los jóvenes delincuentes. Para ser res- ponsable no basta con enfrentarse al daño Otras dos funciones que se derivan de la cometido, no basta con ver y escuchar el capacidad de previsión del estudio del me- reproche por parte de la víctima o de la co- nor son: munidad, es necesario también que se modi- fiquen sus necesidades criminógenas. 49
  • 51. Las necesidades criminógenas como fac- cual se considera la delincuencia como algo tores de riesgo dinámicos son modificables y parecido a una enfermedad o en un modelo podemos actuar sobre ellos. A diferencia de de disuasión que pretenda intimidación a tra- los factores estáticos, como el sexo, el histo- vés del castigo penal, sino en una perspectiva rial delictivo y cualquiera de los aspectos del cognitivo-conductual de la criminalidad. pasado que, como hechos ya transcurridos, El entrenamiento cognitivo-conductual no pueden cambiarse, las necesidades crimi- pretende equipar al delincuente con habili- nógenas constituyen un grupo de objetivos dades que le permitan enfrentarse a los pro- de intervención de primer orden, ya que si re- blemas con sus propios recursos; habilidades sultan afectados en un sentido positivo pro- que, mejor aún, le ayude a evitar los proble- mueven la competencia social del sujeto. mas, ya que muchos delincuentes presentan Se comprenderá entonces que las ac- conflictos en sus relaciones sociales (rela- ciones tomadas en el marco de una justicia ciones difíciles con los padres, irritabilidad, reparadora resultan insuficientes si lo que desobe­ iencia, falta de conformidad social...), d se trata es de modificar estilos de vida que siendo más acusado en el caso de los reinci- son claramente antisociales, es decir, que es- dentes (Garrido y López Latorre, 2005). De tán ya consolidados en el obrar habitual del hecho, las modernas prácticas cognitivo-con- sujeto. La investigación señala claramente ductuales en el tratamiento de los delincuen- que se precisan programas de intervención tes están orientadas a que el sujeto adquiera cuidadosamente planificados con objeto de un mayor control en el establecimiento de cambiar esas necesidades criminógenas. objetivos y acciones prosociales. El propósi- Más bien se hace necesario contar con to de estas técnicas es fomentar el desarrollo nuevas posibilidades de comportamiento, y cognitivo y enseñar habilidades cognitivas esto se logra enseñando al sujeto las habili- específicas, pero en modo alguno rechaza la dades de competencia social necesarias. Es necesaria prestación de los recursos sociales decir, proporcionándole recursos personales para conseguir una adecuada integración so- (capacidades, habilidades, actitudes) que le cial. De este modo, el entrenamiento en las integren en un grupo prosocial, y le permi- habilidades cognitivas es esencial, pero no tan sentirse útil y autónomo para llevar una suficiente para conseguir la rehabilitación de vida más efectiva. Si bien el énfasis se ubica los delincuentes. en aspectos del individuo, ha de entenderse Resumiendo, la adquisición de una mayor que el sujeto ha de disponer de las oportuni- competencia social por parte de los jóvenes dades necesarias en su medio para que tales es una buena manera de inocularlos contra capacidades, habilidades y actitudes puedan situaciones de riesgo social, de hacerles más desarrollarse. resistentes a las presiones externas (familia- Educar a un delincuente juvenil que lleva res delincuentes, amigos antisociales, etcéte- ya varios años actuando al margen de la ley, ra). O dicho de otro modo, la mejora de las requiere, por consiguiente, de un esfuerzo habilidades sociocognitivas constituye un planificado, intensivo y sistemático, que modelo eficaz de prevención y rehabilitación básicamente se dirija a dotarle de nuevos con delincuentes juveniles. modos de actuar, de pensar y de sentir. ¿Cómo podemos desarrollar programas La pretensión ha de consistir en ayudar- educativos eficaces y que a la vez den res- los, en prepararlos para la vida en sociedad. Y puesta del carácter “penal” (sancionador) de para ello, tal y como señalan diferentes inves- la medida en el marco de la ejecución de una tigaciones, muchos programas eficaces no medida judicial? ¿Podemos hacer nuestros se basan en un modelo médico a partir del programas más eficaces? ¿Tenemos capaci- dad para disuadir del delito a los jóvenes in- 50
  • 52. fractores y que sean sujetos prosociales o al das de protección adecuadas a las circuns- menos que no reincidan?. tancias conforme a lo dispuesto en la Ley Or- gánica 1/1996 de 15 de enero. La respuesta habitual es la petición de más recursos, pero también podemos mejo- Este grupo es sustancioso, y aunque lo rar nuestra metodología y escuchar lo que la cierto es que no todos los chavales que se ven evidencia empírica dice al respecto en este envueltos en estos expedientes continúan momento en cuanto a la valoración del ries- con una carrera delictiva, si lo hace un por- go, asignación del tratamiento o los progra- centaje de ellos: según los datos obtenidos mas efectivos. de las memorias del Servicio de Ejecución de Medidas Judiciales de Menores, al menos un Hemos de estar vigilantes para evitar que 30 % de los menores atendidos con medida la medida se interprete como mera actuación judicial se les había abierto un expediente en represiva instrumentalizada, que los cen- fiscalía cuando tenían menos de 14 años. tros en los que se ejecutan las medidas y los educadores de medio abierto sean tan sólo Este es un punto crítico en el que la pre- “productores de ejecución” y que no olviden dicción se une a la prevención: deberíamos su gran papel de “hacer” sujetos más compe- tener instrumentos actuariales que discrimi- tentes para sí mismos y para la sociedad. nasen a los sujetos que con esas conductas inician una carrera delictiva de aquellos que En resumen, para ser sujetos competentes no lo harán. se requiere algo más que la imposición de una medida judicial y ejercer el control que ¿Y qué sucede con los jóvenes a los que requiere la pretensión retributiva de la justi- se les incoa expediente en Fiscalía de Meno- cia. Lo cierto es que nuestra misión priorita- res (LORPM: artículo 16) y tienen más de 14 ria es esta: diseñar programas eficaces en el años? Obviando otras posibilidades y cen- marco de la ejecución de la medida. En este trándonos en lo que nos interesa en este mo- sentido la medida debe ser el medio para po- mento, el Ministerio Fiscal pedirá un informe sibilitar que los menores aprendan a ser más al equipo técnico “sobre la situación psicoló- competentes. Buscar el equilibrio entre la gica, educativa y familiar del menor, así como imposición de una medida (judicial) y dotarle sobre su entorno social, y en general sobre de carácter educativo a la misma es el reto de cualquier circunstancia relevante a los efec- todo sistema de justicia. tos de la adopción de alguna de las medidas previstas…” (LORPM: artículo 27). Este es un Podemos establecer tres momentos en el momento idóneo para realizar una predic- marco de la LORPM, en el que tenemos la po- ción de la conducta delictiva del sujeto, un sibilidad de ejercer la “fuerza educativa”: análisis de los factores de riesgo y por su- 1.- Previa a la audiencia puesto, la de orientar la medida más adecua- 2.- En ejecución de la medida da. Es cierto que el informe no es vinculante, 3.- Post-ejecución de una medida pero recordemos que la LORPM en su artículo 7.3. señala que “para la elección de la medida ¿Qué ocurre con los menores que son de- o medidas adecuadas, tanto por el Ministerio nunciados (que cometen hechos susceptibles Fiscal y el letrado del menor en sus postula- de ser penalizados) pero tienen menos de ca- ciones como por el Juez en la sentencia, se torce años cuando cometen los hechos? deberá atender de modo flexible, no sólo a Al amparo del artículo 3 de la LORPM la prueba y valoración jurídica de los hechos, sobre el régimen de los menores de catorce sino especialmente a la edad, las circunstan- años, el Ministerio Fiscal los remite a la enti- cias familiares y sociales, la personalidad y el dad pública de protección de menores a fin interés del menor, puestos de manifiesto los de valorar su situación y promover las medi- 51
  • 53. dos últimos en los informes de los equipos se sustituirá por un Modelo Individualizado técnicos y, en su caso, de las entidades públi- de Ejecución de Medida (M.I.E.M.), que se di- cas de protección y reforma de menores emi- señará igual que el PIEM, exceptuando tratar tidos conforme a lo dispuesto en el artículo el delito cometido, pues no existe sentencia 27 de la presente Ley. …” firme que le responsabilice de tales conduc- En el momento de la audiencia (o en su tas, y por tanto es presunto. caso comparecencias), tanto el equipo técni- Siguiendo a Garrido (1989), lo cierto es co del juzgado como los representantes que que “un programa de educación individua- asistan de las entidades públicas pueden in- lizado se basa en determinar qué es lo que formar sobre el análisis de necesidades y ries- se precisa conocer para especificar los obje- go realizado del menor y hacia dónde debe tivos a alcanzar, así como el modo en que se conducirse la respuesta jurídico-educativa, va a llevar a cabo”. Es el instrumento educa- para minimizar el efecto de dichos factores. tivo en el que el educador responsable de la Una vez escuchadas todas las partes, y ejecución de la medida va a articular todas celebrada la audiencia, el Juez de Menores las acciones y objetivos necesarios para que remitirá la sentencia junto con el informe téc- el menor supere los factores que le llevaron nico (LORPM: artículo 46 y Reglamento: artí- a cometer la infracción, y por tanto que no culo 10,1-1ª), y se iniciará la actuación de los vuelva a delinquir. Con lo que ya sabemos al equipos que ejecutan las medidas, quienes respecto lo que necesitamos conocer son las elaborarán un programa ajustado a las cir- necesidades criminógenas, formulando los cunstancias personales, sociales, familiares, y objetivos vinculados a las mismas. educativas, teniendo en cuenta la naturaleza de la medida y el tiempo de ejecución. ¿Quién diseña el PIEM? ¿En base a qué se elabora? ¿Cuál es su contenido? ¿Debe contemplar las reglas de conducta? ¿Quien El Programa Individualizado evalúa la ejecución y da “el aprobado” de la de Ejecución de la Medida (PIEM) medida? ¿Cómo llamar a este instrumento en el La competencia funcional de la ejecución marco de la justicia penal de menores en el de las sentencias dictadas por los juzgados que se planifica la actuación con el menor? de menores corresponden a las entidades públicas, que son las comunidades autóno- En la LORPM aparece con distintas deno- mas (LORPM, artículo 45.1; Reglamento artí- minaciones: como programa de ejecución culo 8.1.), pudiendo establecer los convenios en los artículos 44.2.c y 46.1, como programa o acuerdos de colaboración necesarios con de intervención en el artículo 7.1.h, simple- otras entidades, bien sean públicas, de la mente como programa en el artículo 45.1 y Administración del Estado, Local o de otras por último como programa de tratamiento Comunidades Autónomas o privadas… para individualizado en el artículo 56.2.g. Esta la ejecución de las medidas de su competen- amalgama de significantes, para referirnos cia, bajo su directa supervisión, sin que ello al mismo significado, queda más delimitada suponga en ningún caso la cesión de la titu- en el posterior Reglamento de la Ley como laridad y responsabilidad derivada de la eje- Programa de Ejecución de Medidas Judicia- cución” (LORPM: artículo 45.3). les (PIEM), y se recoge en numerosos artícu- los. Tenemos la excepción en la ejecución de En un plazo no superior a 5 días desde el las medidas cautelares (Reglamento: Artículo conocimiento de la sentencia la entidad pú- 29) donde se dice que “para salvaguardar y blica designe un profesional responsable del respetar el principio de inocencia, el progra- diseño y ejecución del PIEM (Reglamento: ar- ma individualizado de ejecución de medida tículo 10.1-3ª). 52
  • 54. El PIEM será elaborado por dicho profe- cuestiones fundamentales. La primera es que sional o en su caso por el centro, en el plazo disponemos de veinte días para valorar las de 20 días, desde el inicio de la intervención áreas o ámbitos del menor, identificar cuá- para las medidas de libertad vigilada e inter- les son los factores de riesgo dinámicos, (es namiento, y para el resto de medidas desde la decir, sus necesidades criminógenas) para designación del profesional. dirigir nuestros objetivos a ellos, y hemos de hacerlo con diligencia. La segunda, dentro de Durante este periodo, el profesional de- la ejecución de un tipo de medida determi- signado por la entidad pública se entrevista- nada, es que hemos de establecer el nivel de rá con el menor para evaluar sus necesidades intensidad o periodicidad de las intervencio- (Reglamento: artículo 17.2). En el programa nes. Por ejemplo, una libertad vigilada puede individualizado de ejecución de la medida, suponer supervisar al menor o acudir a las el profesional expondrá la situación general sesiones de un determinado programa, tres, detectada, los aspectos concretos referentes cuatro o dos vez a la semana; tal vez, cada a los ámbitos personal, familiar, social, educa- quince días o una vez al mes; y sigue siendo tivo, formativo o laboral en los que se con- la ejecución de una libertad vigilada. ¿Qué sidera necesario incidir, así como las pautas criterios seguimos para establecer esta inten- educativas que el menor deberá seguir para sidad o periodicidad?. superar los factores que determinaron la in- fracción cometida (Reglamento: articulo 18.2 Es evidente que requerimos de instru- y LORPM: artículo 7.1.h), cuando se le hubiese mentos validos y fiables, y de profesionales impuesto alguna regla de conducta se adjun- formados y entrenados para ello que sean ca- tará al PIEM (Reglamento: artículo 18.3). paces de hacer frentes a estos dos retos. Por lo que hemos visto hasta ahora, la respues- Además en el PIEM, y dependiendo de ta la tenemos en la utilización de las escalas la medida que se imponga, contemplare- actuariales, que nos permitan la evaluación mos la intensidad de las visitas, entrevistas o del riesgo, para diseñar buenos objetivos y los elementos de control y supervisión para nos establezcan un determinado nivel para la ejecutar la medida (ver en el Reglamento los gestión del riesgo. siguientes artículos: para la libertad vigilada -18.2-; convivencia -artículo19.2-; asistencia Habitualmente cuando finaliza la medida a centro de día –artículo 17.2-; tratamiento suele finalizar la intervención, excepto que el ambulatorio –artículo 16-; prestación en be- menor tenga acumuladas otras medidas o ex- neficio de la comunidad –artículo 20.7 y 20.8; pedientes pendientes de ejecutar. El educa- tareas socioeducativas –artículo 21-, centro dor responsable de la ejecución, y en su caso en régimen cerrado –artículo 24; en régimen el centro, es quien evalúa los objetivos plan- semiabierto –artículo 25 y en régimen abier- teados en el PIEM, y comunica en el informe to –articulo 26-). final al juez la consecución de los objetivos y por tanto, la entidad judicial dará por con- Una vez elaborado el PIEM debe ponerse cluida o no la medida. En este momento, el en conocimiento del juez para su aprobación profesional de la intervención, y siguiendo la (LORPM: artículo 44.1.c.; Reglamento: artículo línea de actuación iniciada, valorará de nuevo 10.1-5ª). Con dicha aprobación se dará inicio el riesgo, con un doble objetivo: el primero es a la ejecución de la medida, excepto para el la evaluación final de la medida y comprender internamiento y la libertad vigilada que ya lo si la intervención ha minimizado los factores hicieron desde el ingreso a centro o la prime- de riesgo dinámicos detectados; el segundo ra entrevista con el profesional. es establecer el grado de riesgo con que se Por lo que respecta a la gestión y la inter- deriva o finaliza la intervención. ¿Debe con- vención educativa, hemos de resolver dos tinuar una intervención educativa cuando 53
  • 55. finaliza la medida? Desde la perspectiva ju- A modo de resumen: principios rídica, no debemos continuar puesto que la de intervención medida judicial con el carácter “retributivo” ya ha finalizado y es la esfera jurídica quien A modo de síntesis, y de lo dicho hasta marca el principio y fin, de ahí la importancia ahora, en el periodo de evaluación, hemos de realizar una valoración del riesgo ajustada de tener en cuenta los siguientes principios al inicio para poder orientar la naturaleza de criminológicos. la medida y el tiempo necesario. Si el sujeto 1.- Rastrear diversas áreas o ámbitos, pero requiere de mayor intervención educativa que sean significativos y estén sustentado para superar los factores de riesgo dinámicos por las nuevas teorías integradoras de la detectados, debemos de llegar al compromi- criminología. so con el menor de continuar la intervención, 2.- Utilizar distintos métodos para la obten- bien en el propio equipo o derivándolo a los ción de información. En la valoración del equipos de base comunitarios. riesgo, cuando se utilizan escalas, la in- formación básica suele realizarse a través Por último hemos de indicar que la va- de la entrevista, pero no olvidemos que loración del riesgo al finalizar la medida nos debemos de complementarla con otros puede orientar en la toma de decisiones de procedimientos como son el vaciado de hacia dónde dirigir el caso. En concreto pode- expediente, informes técnicos, evaluacio- mos contemplar las siguientes posibilidades: nes psicológicas, etc. 3.- Ante la información comprometida que 1.- Sin ninguna intervención educativa y/o no se pueda verificar, es mejor excluirla de judicial la valoración. 2.- Con seguimiento postmedida, si el me- 4.- Las escalas de valoración de riesgo están nor y su familia expresasen su deseo de para apoyar decisiones, nunca debemos continuar voluntariamente con el progra- de basar exclusivamente nuestra toma de ma educativo, una vez propuesto por el decisiones en ellas, nuestra comprensión educador y justificada la continuación. cabal del caso tiene la última palabra. 5.- Enlazando con lo anterior: el principio de 3.- Con seguimiento por parte de los servi- profesionalidad plantea que la responsa- cios sociales municipales, si dada la pro- bilidad es del profesional que realiza la va- blemática del menor fuese conveniente loración y ejecuta la medida. continuar la intervención desde algunos 6.- Dirigir nuestra intervención educativa ha- de los programas municipales. cia los factores de riesgo dinámicos (ne- 4.- Derivación al Servicio de Protección de cesidades criminógenas) puede reducir la Menores, si el menor se encontrase en actividad de conductas infractoras. una situación de sospecha de desamparo. 7.- Para ello los objetivos son piezas claves en el PIEM, pues nos guían “como vías” que 5.- Derivación al Servicio de Inserción y nos conducen al lugar al queremos ir; en Promoción Sociofamiliar, si el menor se su formulación hemos de tener en cuen- encontrase en situación de riesgo social y ta: fuese valorado como sujeto con escasas - Considerar las necesidades criminógenas necesidades criminógenas y probabilida- del menor. des de reincidencia. - Considerar la capacidad de respuesta. - Establecer objetivos realistas y alcanza- 6. Continuación con otra medida judicial bles. de medio abierto, con lo que se iniciará - Que sean específicos y concretos. de nuevo el procedimiento. - Comprensibles para el menor y sus pa- dres. 54
  • 56. - Estar aceptados por el menor. - Garrido Genovés, V. (2003). Psicópata y otros de- - Tener una fecha limitada de cumplimien- lincuentes violentos. Valencia: Tirant lo Blanch to. - Garrido Genovés, V. y López Latorre, V. (1995). La prevención de la delincuencia: el enfoque - Revisarlos de forma dinámica. de la competencia social. Valencia: Tirant lo 8.- De acuerdo al principio de riesgo y al de Blanch oportunidad, reducir la intervención en - Garrido Genovés, V. López Latorre, M.J. (2005). caso de escaso riesgo e intensificarla en Manual de Intervención Educativa en Readapta- aquellos que presenten un mayor índice ción Social. Vol 2. Los Programas del Pensamien- de riesgo. to Prosocial. Valencia: Tirant lo Blanch 9.- El P.I.E.M. debe recoger expresamente - Garrido Genovés, V.; Lopez Martín, E.; Silva do tanto las pautas socioeducativas elabora- Rosario, T.; Lopez Latorre y Molina Morales, P. (2006). El modelo de la competencia social de la das por el equipo de intervención como Ley de Menores. Cómo prevenir y evaluar la in- aquellas reglas de conductas y recursos tervención educativa. Valencia: Tirant lo Blanch específicos que, en su caso, se reflejen en - Gendreau, Little y Goggin (1996). A meta- la sentencia. (Reglamento: Art. 18.2). analysis of the predictors of adult ofender 10.-El menor tiene derecho a conocer los ob- recidivism: What Works?. Criminology, 34 (4), jetivos y contenido del P.I.E.M., y a partici- 575-607. par en la elaboración del mismo. - Gendreau, P.; Goggin, C. y Smith, P. (2002). Is the PCL-R really the «umparalleled» offender risk assessment measure?. Criminal Justice and Behavior, 29, 397-426. - Grove, W.M. y Meehl, P.E. (1996). Comparative Referencias efficiency of informal (subjective, impressio- - Andrews, D.A. (1982). The Level of Supervision nistic) and formal (mechanical, algorithmic) Inventory (LSI): The first follow-up. Toronto: Mi- prediction procedures: The clinical-statical nistry of Correctional Services. controversy. Psychology, Public Policy, and Law, - Andrews, D.A. y Bonta, J. (1995). The Level 2, 293-323. of Service Inventory-Revised. Toronto: Multi- - Hare, R.D. (1990). The Hare Psychopathy Chec- Health Systems. klist-Revised. Toronto: Multi-Health Sytems. - Andrews, D.A. y Bonta, J. (2003). The Psycholo- - Harris, G.T.; Rice, M.E. y Quinsey, V.L. (1993). gy of Criminal Conduct. Cicinnati: Anderson (3ª Violent recidivism of mentally disordered edicion) offenders: The development of a statistical - Andrews, D.A.; Bonta, J. y Hoge, R.D. (1990). prediction instrument. Criminal Justice and Be- Classification for effective rehabilitation: Re- havior, 20, 315-335. discovering psychology. Criminal Justice and - Hoge, R.D. (1999a). An expanded role for psycho- Behavior, 17, 19-52. logical assessments in juvenile justice systems. - Andrews, D.A.; Zinger, I.; Hoge, R.D.; Bonta, J.; Criminal Justice and Behavior, 26, 251-266. Gendreau, P. y Cullen, F.T. (1990). Does correc- - Hoge, R.D. (1999b). Assessing adolescent in tional treatment work? A clinically-relevant educational, counselling, and other settings. and psychologically informed meta-analysis. Malhwah: Erlbaum Criminology, 28, 369-404. - Hoge, R.D. (2001). The juvenile offender: Theo- - Boothby, J.L. y Clements, C.B. (2000). A natio- ry, research, and application. Norwell: Kluwer nal survey of correctional psychologists. Crimi- - Hoge, R.D. y Andrews, D.A. (1996). Assessing nal Justice and Behavior, 27, 715-731. the youthful offender: Issues and techniques. - Chico, E. y Tous, J.M. (2001). Predicción de la New York: Plenum Press psicopatía (en el PCL-R) a partir de variables de - Hoge, R.D. y Andrews, D.A. (2002). Youth Level personalidad y conducta antisocial. Ciencias of Service/Case Management Inventory (YLS/ Penales Contemporáneas, Año 1, nº 2, 455-485. CMI). Toroto: Multi-Health Systems. - Gallagher, R.W.; Somwaru, D.P. y Ben-Porath, - Lipsey, M. W. y Wilson, D.B. (1998). Effective Y.S. (1999). Current usage of psychological test intervention for serious juvenile offenders: in state correctional settings. Corrections Com- A synthesis of research. En Loeber, R. y Far- pendium, 24, 1-3, 20. rington, D.P. (Eds.). Serious and violent juvenile 55
  • 57. offenders: Risk factors and successful interven- tions. London: Sage (pp. 313-345). - López Latorre, M.J. y Garrido Genovés, V. (2005). La psicología de la delincuencia juvenil: explicación y predicción. En Garrido, V. (2005). Manual de intervención Educativa en Readapta- ción Social. Vol. 1: Fundamentos de la interven- ción. Valencia: Tirant lo Blanch (pp. 47-73) - Mulvey, E.P., Arthur, M. W. y Reppucci, N.D. (1993). The prevention and treatment of juve- nile delinquency: A review of research. Clinical Psychology Review, 13, 133-167. - Quinsey, V.L.; Harris, G.T.; Rice, M.E. y Cormier, C.A. (1998). Violent offenders: Appraising and managing risk. Washington: American Psycho- logical Association. - Redondo Illescas, S. (2004). La predicción de la delincuencia y la violencia de los jóvenes. Ponencia presentada en el Curso “Métodos eficaces para prevenir la violencia juvenil. La intervención desde la familia, la escuela y la comunidad. Universidad Internacional Menén- dez Pelayo. Valencia - Tate, D.C., Reppucci, N.D. y Mulvey, E.P. (1995). Violent juvenile delinquents: Treatment ef- fectiveness and implications for future action. American Psychologist, 50, 777-781. 56
  • 58. Características de los educadores sociales de los recursos residenciales de atención a la infancia y adolescencia en Catalunya 1 Teresa Marzo Arpón Resumen: Esta investigación planteó la consecución de dos objetivos: mostrarnos la radiografía de las caracte- rísticas de los educadores sociales que ejerce la profesión en los recursos residenciales de atención a la infancia y adolescencia en situación de riesgo social y conocer el nivel de desarrollo de las funcio- nes educativas que estos profesionales tienen atribuidas en el marco residencial. El marco teórico que enmarca la investigación se estructura en dos bloques temáticos complementarios, uno primero que presenta un recorrido histórico de la profesionalización de la educación social según las dimensiones que transforman una ocupación en una profesión: corporativa, formativa, social y laboral. Con relación al segundo bloque, se estructura en el marco jurídico, el administrativo y el educativo que recogen las funciones que tiene atribuidas el educador social en los recursos residenciales. La comparación entre estos tres marcos permite plantear una clasificación de las funciones en cinco áreas: atención educativa individual, atención educativa grupal, en relación con el equipo educativo, en relación con el entorno social/red extensa y las funciones en relación con los servicios sociales de protección. Finalmente presenta las conclusiones como resultado de la pasación de un cuestionario autoadmin- sitrado a un universo poblacional de 600 educadores de centros de acogida y centros residenciales de atención educativa de Barcelona y provincia. Describe las características de estos profesionales: perfil demográfico, perfil formativo y perfil laboral y, propone una nueva clasificación de funciones atendien- do su desarrollo actual: funciones de atención directa, funciones de sistematización de la información e intervención educativa y funciones del trabajo en equipo. Palabras clave: educadores sociales, funciones, formación, condiciones laborales, intervención educa- tiva, coordinación, actitudes del educador, habilidades del educador. Este artículo es un resumen de los resul- infancia y de juventud y de profesionales del tados obtenidos en la investigación realizada ámbito de la infancia en situación de riesgo o en el marco de la tesis doctoral Características en situación de conflicto social. de los educadores sociales de los recursos resi- En el territorio español, este Programa denciales de atención a infancia y adolescencia Europeo de Investigación se ha desarrolla- en Barcelona y provincia, (Marzo, T., 2007)2. do mediante la investigación El estado de Este estudio forma parte de la primera los recursos residenciales para la infancia y fase del Programa Europeo de Investigación3 adolescencia en Catalunya. Mapa de recursos (2003-2005) denominado Network Children residenciales en Catalunya, siendo uno de los at Risk: Transnational co-operation and ex- objetivos planteados el de Conocer las ca- change project to combat social exclusión que racterísticas de los profesionales que trabajan tiene por finalidad crear una Red Transnacio- en los recursos residenciales para la infancia y nal de Investigación Social configurada por adolescencia en Catalunya, objetivo que ha investigadores, responsables de políticas de guiado y aportado singularidad a la investi- gación que presentamos4. 57
  • 59. Justificación de la investigación cualificación profesional de los educadores sociales. Visualizar el desarrollo profesional La gran revolución en la concepción de la que ha alcanzado este colectivo como con- educación que se produjo en el primer tercio secuencia de las medidas impulsadas por la del siglo XX en Europa5 generó en España, universidad, el Estado, los profesionales y el a partir de la aprobación de la Constitución mercado laboral (Sáez, 2003c, 2006), básica- Española (1978), una revisión del modelo mente la diplomatura en Educación Social, institucional tutelar, del modelo relacional y, la creación de los colegios profesionales, la a la vez, de las funciones atribuidas a los pro- regulación laboral en la Administración y la fesionales de atención a la infancia en medio identidad como colectivo profesional, nos residencial para adecuarse a los paradigmas muestra el impacto positivo que éste ha te- de normalización y de participación, marca- nido en la consolidación de la profesión y en dos por la Convención sobre los Derechos del el ejercicio de ésta; y conocer la relación que Niño6. existe entre la profesionalización del educa- El cambio de paradigma fue acompañado dor social y el desarrollo del encargo, y entre de un reajuste de las funciones atribuidas a éste y la tipología de los recursos residencia- los educadores sociales porque el menor les (centros de acogida y centros residencia- adopta un papel activo en el diseño de su les de acción educativa)9 y la dependencia propio proceso y porque se le exige al pro- administrativa (centros propios, centros de fesional una actualización constante de sus gestión delegada y centros concertados con conocimientos y un mayor compromiso pro- la Administración)10 nos muestra el estado fesional. actual de la atención residencial desde el En el Sistema de Protección a la infancia punto de vista de los educadores sociales en en Catalunya7 se entiende la intervención del relación con el cumplimiento del encargo. educador social como un encargo que reci- La perspectiva que aportan los profe- be de la Dirección General de Atención a la In- sionales de atención directa en los recursos fancia y a la Adolescencia8 (DGAIA) que tiene residenciales (RR) es de máximo interés en la responsabilidad pública y subsidiaria de los momentos de evaluación y revisión de atender y proteger a los menores de edad. El la líneas de actuación educativas y sociales, educador social que encontramos en los cen- tanto las micro (en el día a día en los recur- tros residenciales recibe el doble encargo de sos residenciales) como en las macro (en el guarda y atención educativa en relación con Sistema de Protección). Aunque son los que los niños acogidos. mejor conocen cómo se puede engranar el En la actualidad los centros de menores encargo con las dimensiones de la calidad11 han superado las limitaciones de las grandes en el recurso residencial y en relación con el instituciones tutelares y hoy el mapa de re- niño o adolescente, para mejorar la eficiencia cursos residenciales de Catalunya cuenta con y la efectividad del Sistema de Protección, se centros de reducido tamaño y con capacidad debería también recoger la valoración que de acogida no superior a las 20 plazas en la hacen los destinatarios del servicio aún sa- mayoría de los casos. Estos recursos tienen biendo que “con frecuencia la investigación elaborado un Proyecto Educativo de Centro científica se ha aliado con esta visión de los ni- “como elemento básico, necesario e imprescin- ños como personas incapaces o aún-no com- dible para la organización, la regulación y la petentes para manifestarse en relación a los evaluación de la tarea educativa” (Panchón, problemas que les afectan. Los datos de cues- 1998:135). tionarios o los de entrevistas con niños o niñas A estas mejoras estructurales y organiza- han sido criticados en numerosas ocasiones, tivas en el terreno de la protección a la in- por ser considerados poco válidos o fiables” Ca- fancia se suman los avances realizados por la sas, F. (1998:35). . 58
  • 60. Precisamente, y teniendo en cuenta la di- Diseño de la investigación rectrices de la Convención, también la inves- tigación científica debería cambiar su mirada Planteamos un diseño metodológico en relación con la infancia como fuente fiable cuantitativo que da respuesta a una investi- de información por ser parte activa del pro- gación básica por la intencionalidad de cono- ceso socioeducativo. cer y explicar una realidad concreta que trata de mostrar una instantánea del momento ac- Objetivos tual en la atención residencial; se enmarca en los estudios descriptivos en la medida que se Los objetivos que guiaron la investigación pretendía mostrar una radiografía de las ca- respondieron al interés de: racterísticas de los educadores sociales de los - Conocer las características de los educado- RR a principios del siglo XXI y aplica el diseño res y las educadoras sociales que ejercen la no experimental de encuesta de recogida de profesión en los recursos residenciales de información en un sólo momento dadas las atención a la infancia y adolescencia de características de la investigación. Barcelona y provincia. Un cuestionario autoadministrado facilitó la recogida de datos dado el elevado número - Conocer el desarrollo de las funciones12 que de participantes de la población de estudio las educadoras y los educadores sociales tie- (un censo de 600 educadores y educadoras nen asignadas en los recursos residenciales sociales), su dispersión en el territorio y la de atención a la infancia y adolescencia de dificultad de entrevistarlos (distribuidos en- Barcelona y provincia. tre los centros de acogida y los centros resi- denciales de acción educativa13 de Barcelona A su vez, el primero se desglosó en los ob- y provincia); y permitió reducir los elevados jetivos específicos de: costes temporales y económicos estimados. - Conocer el perfil demográfico (edad/género). El proceso de elaboración del instrumento pasó por tres fases, una primera de construc- - Conocer la formación de base . ción, para la que se formó un Grupo de discu- - Identificar la importancia otorgada a la for- sión compuesto por 814 miembros a los que mación continua y a la participación en ac- se convocó en dos sesiones de trabajo; la se- tividades formativas para mejorar la prácti- gunda de validación del cuestionario, para la ca educativa. que se creó un Grupo piloto15 formado por 20 - Determinar las condiciones laborales. educadores y la tercera fase consistió en la re- - Detectar la estabilidad laboral. dacción definitiva de cuestionario, quedando éste estructurado en 4 bloques temáticos: De la concreción del segundo objetivo 1. Datos de identificación general se desprendieron los objetivos espe- 2. Aspectos relacionados con el área técnico- cíficos de: laboral: - área formativa. - Conocer el desarrollo de las funciones edu- - área laboral. cativas de atención individual. - experiencia como educador social. - Conocer el desarrollo de las funciones edu- - satisfacción profesional. cativas de atención grupal. 3. Aspectos relacionados con las funciones - Conocer el desarrollo de las funciones asig- del educador social en el marco de la Vida nadas como miembros del equipo educati- cotidiana16: vo. - funciones en la intervención educativa individual. 59
  • 61. - funciones en la intervención educativa últimos 50 años en relación con los orígenes grupal. y las circunstancias políticas, económicas, - funciones como miembro del equipo sociales y culturales que han conducido la educativo del recurso residencial. profesión del educador social hasta princi- - funciones de coordinación con otros pios del siglo XXI desde la dimensión histó- agentes de socialización que interac- rica, formativa, corporativa y laboral que nos túan en la consecución de algunas ayuda a ilustrar el análisis e interpretación de áreas del Proyecto educativo individual los resultados obtenidos en la investigación (servicios sociales, sanidad, educación, y también hace un recorrido por el Sistema familia y entidades de tiempo libre). de protección español en el siglo XX y hasta - funciones de coordinación con otros nuestros días, profundizando ampliamente profesionales de entidades del entor- en la atención residencial; aunque ahora sólo no social (esplais, clubes de deporte, presentaremos las conclusiones que hacen entre otros) y el entorno sociofamiliar referencia a los dos objetivos que han guiado de origen (familia, amigos, voluntarios la investigación. que interactúan en la consecución de algunas áreas del Proyecto educativo Objetivo 1: Conocer las características de individual. los educadores y las educadoras sociales. 4. Aspectos relacionados con las actitudes/ El análisis de los datos17 nos permi- habilidades del educador social. te dibujar el mapa social (Schatzman y Una vez obtenido el permiso de la DGAIA Strauss, 1973) de los educadores y las para entrevistar a los educadores sociales, la educadoras sociales (ES) de los RR de administración del cuestionario pasó por dos atención a la infancia y adolescencia en momentos, uno primero de contacto telefó- los siguientes términos: nico con los RR para concretar la entrega per- sonal de los cuestionarios (600) y estimular Perfil demográfico: la edad media de los así la cumplimentación, mediante explica- ES es de 33 años. Se trata de un colectivo jo- ciones concretas de la finalidad de la inves- ven, en el que el 83% no supera los 40 años. tigación; y el segundo momento consistió En relación con el género, las educadoras en la recogida personal de los cuestionarios sociales (65%) doblan prácticamente en nú- al cabo de un mes de haber sido entregados mero a los educadores (35%). Continúa sien- (se cumplimentaron 404 cuestionarios, por lo do un ámbito de intervención en el que las que la participación fue del 67,3% y el índice mujeres representan la mayoría del colectivo de mortalidad se limitó al 32,7%). profesional. El tratamiento de los datos recogidos se realizó mediante el programa estadístico in- Perfil laboral: la realidad laboral de los formático (SPSS.10), aplicativo informático ES se caracteriza por una dispersión salarial que nos permitió realizar un análisis descrip- elevada, una modalidad de contratación di- tivo univariable y bivariable para conocer la versa, aplicación de convenios laborales dis- distribución de la población en cada variable pares y elevada eventualidad; pero también considerada en la investigación (edad, géne- por la tendencia a reconocer en la mayoría ro, dependencia administrativa y tipología de de los contratos la categoría profesional en centro). relación con el trabajo que se desarrolla y por incrementarse la estabilidad laboral. Resultados por objetivos El peso que adquiere esta realidad se re- fleja en los siguientes datos: El marco teórico de la investigación reali- - El 69% de los ES tiene contrato indefinido. zada recoge una mirada retrospectiva de los 60
  • 62. - La categoría profesional que figura en el cia de la Generalitat de Catalunya orientadas contrato es de educador social en el 86% a clasificaciones en relación con los destina- de los casos. tarios18. - El 43% de los ES recibe un salario anual La nueva agrupación plantea 3 grandes comprendido entre (11.214-16.800) € y el áreas funcionales. La primera de éstas com- 42% de (16.800-22.400) €. prende las funciones derivadas de la aten- - Un 84% de los ES ha manifestado cambios ción directa, e incluye las funciones de: en los componentes del equipo educativo 1. Atender las necesidades afectivas y edu- en el último periodo de tiempo anual. cativas. - El 53% del colectivo está colegiado profe- 2. Atender las necesidades básicas (alimen- sionalmente y de éste, el 86% lo está en el tación, higiene, salud, etc.). Colegio de Educadoras y Educadores Socia- 3. Acoger y educar afectivamente en situa- les de Catalunya. ciones cotidianas y de emergencia. 4. Acompañar al/la menor o a los/las meno- Perfil formativo: destaca la evolución res en los momentos y espacios que ha- positiva que ha experimentado la dimensión gan necesaria su presencia. formativa del ES tanto por el nivel académico 5. Velar para que el menor no sufra algún alcanzado (estudios de Grado) como por su daño. extensión e interés entre el colectivo. 6. Trabajar educativamente el desinterna- - El 76% de los ES es titulado universitario y miento del menor. de éstos, el 50% es diplomado en Educa- 7. Abordar los episodios de violencia y cam- ción Social. bios de humor con intervenciones edu- - En los RR de titularidad privada (Centros cativas de contención teniendo siempre Colaboradores y Centros de Gestión Dele- como objetivo el interés superior del me- gada) los diplomados en Educación Social nor. doblan en número a los de centros de titu- 8. Actuar, delante de situaciones conflictivas, laridad pública (Centros Propios). con el tacto suficiente como para que no - La formación continua es muy importante se incremente el grado de tensión o vio- para el 93% de los ES, aunque sólo el 55% lencia. ha participado en alguna acción formativa 9. Atender y dar respuesta educativa a los en los últimos seis meses. cambios del estado de ánimo y las crisis 10. Evitar que se produzcan situaciones y /o Objetivo 2: Conocer el desarrollo de las fun- acciones que provoquen peligro en el gru- ciones que las educadoras y los educadores po. sociales tienen asignadas en los recursos 11. Acompañar educativamente a los/las me- residenciales. nores en la realización de las tareas de la vida cotidiana (limpiezas, ordenar, cocinar, Los resultados obtenidos en la investiga- poner la mesa y quitarla, etc.). ción permiten proponer una nueva clasifica- 12. Posicionarse adecuadamente en el grupo ción de aquellas funciones que el educador de adolescentes si conviven con niños / desarrolla en el marco espacial delimitado as, para evitar que sus actitudes y /o ca- por el centro y en el centro, que responde al racterísticas, afecten negativamente en la que-hacer cotidiano de los ES en los RR alter- convivencia de los más pequeños. nativa a las clasificaciones que proponen au- 13. Estimular y potenciar en el grupo el desa- tores como Lloret, A., Montejano, A. (1996); rrollo de las relaciones personales basadas Mondragón, S., Trigueros, I. (2002); Fernández en el apoyo intergrupal y la ayuda mutua. del Valle, J., Fuertes, J. (2000); Lobo, E., Reque- 14. Ser observador de las dinámicas de re- na, D. (coord.). (1993) y otras publicaciones lación que se producen tanto en el gran de la Dirección General de Atención a la Infan- 61
  • 63. grupo como en los subgrupos y detectar educativo individual de los/las menores como éstas cambian en el tiempo. acogidos en el RR. 15. Estar alerta respecto la aparición de situa- 8. Conocer los procedimientos y circuitos ciones de maltratos propiciados por los de protección infantil establecidos por la propios niños/-as o por adultos y, en ge- DGAIA de las situaciones más habituales neral, velar por la seguridad de todos en el (autorización visitas, permisos, fugas, etc.) RR, incluyendo los educadores. 9. Participar en la elaboración del proyecto 16. Mantener un ambiente confortable y lim- educativo de RR y en su revisión. pio y velar por el buen uso de las instala- 10. Utilizar los documentos estandarizados ciones como un modelo educativo por los (protocolos de observación inicial, Pro- niños / as atendidos en el RR. yecto educativo individual, Informe tuto- rial de seguimiento educativo, diario, etc.) El conjunto de funciones relacionadas con para registrar las observaciones de los/las la atención directa del niño o del adolescen- menores de manera habitual. te, en la dimensión individual o grupal, pre- domina con un 75% de desarrollo, bien sea La práctica de estas funciones alcanza sólo en forma de cuidados básicos o en forma de un desarrollo medio del 56%; su ejercicio se atenciones educativas y relacionales, inde- incrementa a medida que aumenta la edad pendientemente de la influencia de las varia- de los profesionales y éste es superior entre bles demográficas (edad y género) y de las de las educadoras. También son funciones más carácter estructural (tipología y dependencia desarrolladas en los Centros de Acogida (CA) administrativa de los RR). que en los Centros Residenciales de Acción Destaca la segunda función: Atender las Educativa (CRAE). necesidades básicas (alimentación, higiene, Destaca la tercera función: Realizar las salud, etc.) con una media de desarrollo del tutorías y orientaciones individuales de los/las 86%, en relación con otras del mismo grupo menores, con un desarrollo medio del 81% categorial. entre los ES de CA frente a un 56% en los CRAE; y es inferior su ejercicio en los Centros La segunda área contiene las funciones Colaboradores que en los Centros de Gestión derivadas de la sistematización de la infor- Delegada y en los Propios. También sobresa- mación e intervención educativa, que son: le la función: Elaborar el proyecto educativo 1. Explicar al/la menor la organización de la individual, que desarrolla el 85,5% de los ES vida cotidiana del RR e implicarse educati- y su práctica es superior en los educadores vamente con él o ella mayores de 25 años. Son funciones que los 2. Velar por la confidencialidad y fiabilidad educadores tutores (que son los que debían de la información del menor responder esta pregunta) deben realizar con 3. Realizar las tutorías y orientaciones indivi- los menores que tutoran según explicitan los duales de los/las menores artículos 3619 y 4220, del Decreto 2/1997, de 7 4. Informar periódicamente al menor del es- de enero, de Reglamento de Protección de los tado y evolución de su situación personal menores desamparados y de la adopción, res- y familiar. pectivamente. 5. Mantener y actualizar los registros forma- La función que menos se ejerce es la de: les e informales respecto los/las menores, Comunicar al menor el contenido del RRI, con así como los confidenciales o de acceso un 68% de práctica independientemente de permitido las variables demográficas y estructurales. No 6. Comunicar al menor el contenido del Re- se puede considerar un buen resultado por glamento de régimen interno tratarse de uno de los principios rectores21 7. Participar activamente en las reuniones del Decreto 51/1986, de 13 de febrero, en el que de seguimiento y revisión del Proyecto 62
  • 64. se aprueba el reglamento de funcionamiento reuniones de equipo, y /o supervisiones, y de las entidades dedicadas a la protección de / o trabajo coordinado, etc. menores. 3. Acoger, aceptar y apoyar otros educado- Cuando las funciones derivadas de la sis- res, especialmente a los que se incorporan tematización de la información e interven- nuevos o temporalmente para facilitar su ción educativa se han de activar en relación integración en el RR con el trabajo en equipo, la función de: Parti- 4. Evaluar, registrar y actualizar constante- cipar en la elaboración del proyecto educativo mente las propias habilidades y conoci- del recurso residencial y en su revisión, decae mientos a través de la formación continua a un 48%. La vida cotidiana en el RR, por la y la experiencia presencia de los niños, implica una mayor dedicación a las funciones derivadas de la Este grupo de funciones se constata asen- atención directa que a las funciones deriva- tado en relación con las variables demográfi- das de la sistematización de la información cas y estructurales con un desarrollo medio e intervención educativa; pero ello no ha de del 79%. Es un resultado satisfactorio por ser motivo para descuidar el ejercicio de las el peso que tiene el trabajo en equipo en la segundas. Tanto un grupo como el otro son consecución del PEC y por el sentimiento de imprescindibles e igual de relevantes para el grupo que generan. desarrollo del Proyecto Educativo del Centro (PEC). Son funciones complementarias que el Conclusiones del estudio ES ha de asumir y practicar para asegurar una intervención educativa de calidad y dar res- La conclusión global que se desprende puesta completa al encargo que recibe. del conocimiento de la práctica de las fun- La intervención educativa ha de reorien- ciones que tienen atribuidas los ES en el mar- tarse hacia la cultura de la mejora continua co residencial es que existe diferencia entre que conlleva, entre otros elementos estraté- el ejercicio de las funciones derivadas de la gicos, la utilización permanente y actualiza- atención directa, las funciones derivadas de da de la documentación que sustenta la ac- la sistematización de la información e inter- tividad educativa. La información registrada vención educativa y las derivadas del trabajo permite, con datos objetivos, dar a conocer en equipo. los resultados alcanzados en relación al cum- Consideramos que algunos de los factores plimiento del encargo de la Administración que pueden estar influyendo en esta desigual y, por lo tanto, hacer una evaluación del pro- práctica funcional son: la organización de las ceso de acogimiento residencial en toda su actividades de vida cotidiana, la ratio edu- dimensión. cador social /niños acogidos, la distribución horaria de la jornada laboral, la preferencia Las funciones derivadas del trabajo en de los educadores por unas u otras funcio- equipo configuran la tercera de las tres áreas nes, la importancia que la Dirección del RR y funcionales en relación con su práctica coti- los ES otorgan a unas u otras funciones, los diana en los RR y comprende las funciones de: conocimientos necesarios para el manejo de 1. Actuar de manera que facilite la estabili- los instrumentos y registros específicos de la dad y viabilidad de un equipo educativo intervención educativa residencial y la forma- que cubra las necesidades de los/las me- ción continua, entre otros. nores atendidos. Algunos de estos factores ya se recogie- 2. Ser miembro activo y ayudar a construir un ron en las conclusiones de la investigación equipo educativo con una base de acuer- de Panchón (1993) y también se plantean do común, así como unos objetivos y cri- como propuestas para el cambio y la mejora terios unificados de actuación, mediante del Sistema de Protección a la infancia y ado- lescencia en el Proyecto de ley de infancia de 63
  • 65. Catalunya (2005) pendiente de aprobación técnica la que los diferencia de aquellos que por el Gobierno Catalán. sólo centraban su actividad en los cuidados Las tendencias protectoras del momento y en el control. nos recuerdan que la atención residencial es El colectivo de educadores sociales ha la última de las propuestas técnicas a plan- de hacer un esfuerzo por aportar más rigor tear, pero en el caso de ser considerada como a su actividad. Documentar la intervención la mejor alternativa y haya que adoptarla, es permite analizarla, compartir experiencias, necesario trabajar desde el primer día por re- sistematizarla y poderla evaluar para extraer ducir la estancia del niño en el centro, enten- pautas de intervención exitosas y mejorar las diéndolo éste como un lugar de paso22. propuestas tanto técnicas (contención en el Este enfoque obliga a trabajar en futuro, núcleo familiar y tratamiento substitutivo: sin olvidar el presente. Además de las funcio- acogimiento simple en centro residencial/ nes de atención directa relacionadas con la acogimiento simple en familia de acogida, vida cotidiana que implican la participación acogimiento preadoptivo) como administra- de los niños en la organización en las tareas tivas (guarda administrativa y desamparo y diarias y en la programación de las activida- tutela administrativa); pero también para re- des del curso, se debe exigir el desarrollo de visar aquellas que no aportan los resultados las funciones relacionadas con la programa- esperados, elaborar estadísticas e informes ción, la planificación, la revisión y la evalua- comparativos y planificar nuevos recursos, es ción de los proyectos educativos individuales decir, construir una memoria colectiva en tor- y grupales, y del PEC. Son funciones del edu- no a las intervenciones educativas, que sólo cador que se convierten en derechos de los los registros lo van a permitir como fuente menores en la medida que han de participar documental de análisis. en la toma de decisiones que afectan a sus vi- La experiencia del profesional en ejerci- das, contando con el apoyo del profesional, a cio tiene el valor de crear modelos, pautas la vez que han de estar informados de la evo- y criterios orientadores del diseño de las in- lución de su situación personal y familiar. tervenciones socioeducativas, pero también Registrar la actividad educativa en las dife- de orientar las políticas sociales. De la misma rentes fases de producción, también se preci- manera que se han activado diferentes accio- sa imprescindible por la inestabilidad de los nes de carácter profesional por la consolida- equipos educativos. Cuando los profesiona- ción y el reconocimiento de esta profesión, es les que intervienen y toman decisiones sobre necesario que también el cuerpo teórico que la vida de los niños o en relación con la orga- la sustenta se vaya tramando. nización y normativa del centro, entre otras, No olvidemos que la profesionalización dejan de trabajar en el recurso, han de dejar pasa por una tecnificación de los procesos de constancia escrita, puesto que, en caso con- trabajo y que el educador social también tie- trario es fácil que se modifiquen sin intención ne asignada como función: “elaborar y partici- expresa, porque que los traspasos orales no par en proyectos de investigación y docencia en garantizan la transmisión de la información el ámbito de educación social”23. con la misma fidelidad. Para concluir, presentamos una síntesis de Entendiendo los educadores como recur- los retos que se le plantean al colectivo de sos de la intervención, hay que obtener el educadores sociales de atención a la infancia máximo rendimiento de sus conocimientos, en medio residencial y a los responsables de puesto que están formados para ir más allá la Dirección General de Atención a la Infancia de la atención directa. La formación recibida y a la Adolescencia del Departamento de Ac- les ha preparado para ser profesionales re- ción Social y Ciudadanía de la Generalitat de flexivos y para diseñar y programar la acción Catalunya, a modo de propuestas de optimi- educativa. Precisamente es esta capacidad 64
  • 66. zación que incidan en la mejora de la calidad ción actual es la que es y ha mejorado en la de la atención residencial. última década por la influencia del avance general de la profesión. Tabla 1. Síntesis de los retos de los ES. La consecuencia que se ha de derivar de En relación con el colectivo de educadores sociales la profesionalización de este colectivo es una de atención a la infancia en medio residencial elevada especialización en el desarrollo del Incrementar la colegiación profesional encargo protector por la inclusión de las ten- Aumentar progresivamente los diplomados en dencias en política social y educativa en ma- Educación Social en tanto que son los profesionales teria de infancia, en constante evolución. formados para desarrollar el encargo depositado por la Administración Estas conclusiones que se desprenden de Potenciar la formación continua. Forma parte del encargo profesional el mantener actualizados los la investigación realizada en la zona territo- conocimientos y así lo recomienda el Código rial de Barcelona y provincia son extensibles Deontológico , y se contempla en el Marco Adminis- al colectivo de educadoras y educadores so- trativo en materia de infancia . La Dirección de los RR debe adoptar un papel más conciliador y ciales de los RR de Catalunya por dos moti- proactivo que estimule y apoye la formación vos: todos los RR enclavados geográficamen- continua del equipo educativo te en Catalunya se rigen por el mismo marco Equilibrar los equipos educativos en relación con el jurídico, por el mismo marco administrativo género. Por motivos educativos la composición de los equipos ha de ser mixta y equilibrada y también por el mismo marco educativo y prácticamente el 75% de los RR se ubica en Estabilizar los profesionales para lograr la consoli- dación del equipo y que ésta redunde en los Progra- la zona de estudio y esta proporción se consi- mas de acción tutorial (Lázaro, 1999) y en la dera representativa de la realidad catalana24. aplicación del Proyecto Educativo de Centro Incrementar la contratación indefinida Regular las diferencias salariales En relación con el desarrollo del encargo en el marco Referencias de los recursos residenciales de atención a la infancia - Casas, F. (1998). Infancia: perspectivas psicoso- Potenciar el desarrollo de los Programas de acción tutorial ciales. Barcelona: Paidós. - Direcció General d’Atenció a Ia Infància. (s.d.). Impulsar la participación de los educadores en la elaboración y revisión del Proyecto Educativo de Model educatiu pels centres d’observació i aco- Centro llida. Barcelona: Departament de Benestar Replantear las jornadas laborales. Es necesario Social. Generalitat de Catalunya. [s.n.]. Docu- reducir el tiempo de atención directa del educador e mento policopiado. incrementar el tiempo dedicado a la sistematización - Direcció General d’Atenció a Ia Infància. (1995). de la información e intervención educativa Documentació sobre programació i estudi diag- Revalorizar la experiencia de los educadores sénior. nòstic en els Centres d’Acollida. Reunió de Di- Éstos podrían adoptar el papel de mentor de educadores sociales noveles que inician su carrera rectors Centres d’Acolliment. Barcelona: De- profesional partament de Benestar Social. Generalitat de Incluir la Formación Continua como una función Catalunya. [s.n.]. más del educador - Direcció General d’Atenció a Ia Infància. [s.d]. Document Projecte Marc Educatiu d’ Organitza- Marzo (2007) ció i Gestió del Centre. Barcelona: Departament de Benestar Social. Generalitat de Catalunya. No son independientes unos retos de los [s.n.]. Documento policopiado. otros, por la amplitud de sus efectos y por la - Generalitat de Catalunya. (2005). Perfil profes- interrelación entre los dos niveles. sional de l’educador/a social dels serveis de cen- La consecución de éstos repercutirá en la tres residencials d’acció educativa i de centres d’acolliment per a infants i adolescents. Comitè mejora de la profesionalización de los ES de d’Experts en formació de recursos humans en los centros de menores, de hecho, la situa- 65
  • 67. l’àmbit de Serveis Socials. Departament de Be- - — (2003). Fonaments per a una pedagogia nestar i Família. Generalitat de Catalunya. de l’acompanyament en la praxi de l’educació - Fernández del Valle, J., Fuertes, J. (2000). El aco- social. Revista Catalana de Pedagogia. Volum 2, gimiento residencial en la protección a la infan- 13-33. cia. Madrid: Pirámide. - Sáez, J. (2003). La profesionalización de los - Lázaro, A. (1999). La tutoria. Tècnica psicopeda- educadores sociales. En busca de la compe- gògica o programa d’intervenció?. Lleida. tencia educativa cualificadora. Madrid: Dykin- - Lobo, E., Requena, D. (coord.). (1993). El traba- son. jo educativo en los centros de menores. Madrid: - — (2006). La reorganización conceptual del Conserjería de Educación y Cultura. Dirección campo de conocimiento de la Pedagogía So- General de Educación. Colección Estudios. Serie cial. En J. Planella; J. Vilar (coord.), La pedagogía Educación, 2. social en la sociedad de la información (pp. 17- - Lloret, A., Montejano, A. (1996). Centres 60). Barcelona: UOC. d’Acolliment i Residencials per a infants. Barce- - Schatzman; Strauss (1973). Field lona: Diputació de Barcelona. Col.lecció Ser- research:Strategies for a natural sociology. veis Socials, 10. Englewood Cliffs, NJ: Prentice-Hall. - Marzo, T. (2007). Características de los educa- dores sociales de los recursos residenciales de atención a infancia y adolescencia en Barcelona y provincia. Barcelona: Universidad de Barcelo- na. Facultad de Pedagogia. Tesis doctoral. - Mondragón, S., Trigueros, I. (2002). Interven- ción con menores. Acción socioeducativa. Ma- drid: Narcea. Notas - Muñoz, C. (1989). La pedagogia como marco 1 Maite Marzo Arpón. Doctora en Pedagogía por la Universi- de reflexión del Educador Especializado. ¿Cuál es la Pedagogía base?. Revista Menores. Cuarta dad de Barcelona. Profesora en las Escuelas Universitarias de Trabajo Social y Educación Social de la Universidad Ramon Época, 13-14, 77-80. Llull (EUTSES-URL). Miembro del Grupo de Investigación - Panchón, C. (1990). Estudio de centros resi- IFAM, Infancia y familia en ambientes multiculturales de las denciales para infancia con problemas psico- EUTSES-URL y miembro del Grup de Recerca d’Infància i Fa- sociales. Revista de Investigación Educativa. Vol. milia (GRIF) (Investigació, Avaluació i Formació en Pedagogía 8, nº 16. Social i Treball Social) de la Universidad de Barcelona. - — (1991). Residencias para niños y jóvenes in- e-mail: mmarzo@peretarres.org adaptados sociales: pautas de funcionamiento 2 Tesis doctoral presentada en el Departamento de Métodos y evaluación. En C. Ortiz (coord.), Temas actua- de Investigación y Diagnóstico en Educación (MIDE) de la Fa- les de educación Especial (pp. 197-205). Sala- cultad de Pedagogía de la Universidad de Barcelona en abril manca: Ediciones Universidad de Salamanca. 2007) y dirigida por la Dra. Carme Pachón i Iglesias. - — (1993). Les llars infantils: una alternativa als 3 Se trata de un proyecto transdisciplinar y transnacional que nens en risc social. Barcelona: Universidad de pretende conocer cuál es el estado de la cuestión de la infan- Barcelona. Facultad de Ciencias de la Educa- cia y adolescencia atendida por los sistemas de protección a ción. Tesis doctoral. la infancia y de justicia juvenil, así como los recursos mate- riales y humanos que se destinan para poder hacer frente a - — (1997). Evaluación de centros de atención las situaciones presentes. La organización del proyecto es en socioeducativa. Educació Social. Monográfico: Dinamarca, pero el número de partners es de 28 equipos de Evaluar la intervenció, 5, 36-45. diferentes países (Dinamarca, Reino Unido, Estado español, - — (1998). Manual de Pedagogía de la inadapta- Austria, Rumania, Alemania, Italia, Suecia, Hungría, Finlandia, ción social. Barcelona: Dulac. Polonia, Bulgaria, Chipre, República Checa, Lituania, Bélgica - — (Dir.) (2001). Situación de menores de 16-18 y China). años en centros de protección. Barcelona: Du- 4 Esta investigación autóctona es producto de la colabora- lac. ción, coordinación y cofinanciación de diferentes equipos de - Planella, J. (2000). La identitat del professional. investigación, asesores y organismos: Grupo de Investigación En G. Guerra; F. Marro; Mª M. Galcerán; J. Plane- de infancia y familia GRIF (Investigación, Evaluación y Forma- lla, El professional en exercici. Barcelona: ICESB- ción en Pedagogía Social y Trabajo Social) de la Universidad Universitat Ramon Llull. de Barcelona, que es el equipo coordinador del Estado espa- ñol; Grupo de Investigación e Innovación para la diversidad y la inclusión educativa y social (DIE’S), de la Universidad de 66
  • 68. Barcelona, Grupo de Investigación del Colegio de Educado- Coordinarse con otros servicios y profesionales que intervie- ras y Educadores Sociales de Catalunya, Técnicos de la Direc- nen en el programa de atención y protección a los menores. ción General de Atención a la Infancia y a la Adolescencia, Promover, en el caso que sea posible, el retorno del menor Secretaria de la Familia del Departamento de Bienestar y Fa- con la familia de origen o, en caso contrario, el acogimiento milia de la Generalitat de Catalunya, Consorcio del Instituto en familia extensa o ajena. de Infancia y Mundo Urbano, Comisión de Investigación de 10 Decreto 2/1997, de 7 de enero, de Reglamento de Protec- Ciencias de la Educación, de la Universidad de Barcelona y Agencia de Gestión y Ayudas Universitarias e Investigación ción de los menores desamparados y de la adopción, título de la Generalitat de Catalunya. II; capítulo I, artículo 30: “Son centros propios aquellos cuya dirección y gestión corresponde a la Dirección General de 5 Pedagogos de renombre mundial como Dewey (1859- Atención a la Infancia. Son centros colaboradores los que 1952) en EEUU, Montessori (1870-1952) en Italia, Decroly pertenecen a otras entidades públicas o privadas, sin ánimo (1871-1932) en Bélgica, Freinet (1896-1966) en Francia, y Neil de lucro, con quienes la DGAI, mediante convenio, haya esta- (1833-1973) en Inglaterra, introdujeron sus ideas en Catalun- blecido acuerdos de colaboración”. ya. A ellas se unieron también las de Ferrer i Guàrdia (1859- 11 Las dimensiones de calidad que propone Palme, H.(1983). 1909). Del campo de la Psicología destacan las aportaciones de Piaget (1896-1980), Wallon (1879-1962), Vigostky (1896- Ambulatory Health Care Evaluation. Principles and Practice. 1934) o Bruner (1915), que ilustraron la importancia del de- Am Hosp Publish, son: adecuación, eficiencia, efectividad, sarrollo y aprendizaje de los niños, ambos influenciados por accesibilidad, competencia profesional, continuidad en la las condiciones de vida. atención educativa y la satisfacción. 6 La Convención fue aprobada por la Asamblea General de 12 Entendemos por funciones aquellas que “… definen el las Naciones Unidas del 20 de noviembre de 1989 marco global de las actuaciones del/la profesional, son por lo tanto las grandes unidades competenciales profesionales, 7 La Comunidad Autónoma Catalana, desde la aprobación cuyo conjunto caracterizan y definen un perfil y lo diferen- del Decreto 1292/1981, de 5 de junio, de traspaso de com- cian de otro. … son procesos de trabajo coherentes, com- petencias, tiene asumidas las competencias en materia de pletos y con sentido por sí mismos. …permiten clarificar el asistencia social, juventud y protección y tutela de menores, conjunto de tareas laborales que un profesional desarrolla. por lo que ha desarrollado un marco jurídico y administrativo En cada una de las funciones se puede agrupar un conjunto propio. de tareas que la especifican y concretan en pequeños pro- cesos de trabajo a menudo encadenados o en interrelación 8 “La Dirección General de Atención a la Infancia y adoles- “Comisión Técnica de la titulación de Educación Social –UAB cencia es el órgano facultativo en Catalunya para asumir las (1996:4). guardias o tutelas de los menores que lo requieren, y vela para que estas medidas tengan la menor duración posible” 13 La investigación que precedió a la que muestra este artí- JUSTIDATA (1999). Estadística básica de la Justicia en Cata- culo y que tenía por objetivo elaborar el Mapa de recursos lunya. Evolución y características de los menores en riesgo residenciales para infancia y adolescencia, nos permitió, por social, 22. Barcelona: Centro de Estudios Jurídicos y Forma- una parte, tener un censo actual de los recursos residenciales ción Especializada. Departamento de Justicia. Generalitat de de Catalunya y, a su vez, conocer el número de educadores Catalunya. total del conjunto de centros. 9 La DGAIA detalla las funciones propias de los Centros de 14 3 Educadores Sociales en activo, 4 profesores universita- Acogida y de los Centros Residenciales de Acción Educativa rios expertos en infancia en situación de riesgo y un Técni- en general. co de la Dirección General de Atención a la Infancia y a la A los Centros de Acogida les ha asignado las funciones de: Adolescencia Ejercer la actividad educativa integral que el menor necesi- 15 Debían cumplir uno de los dos requisitos: o estar en activo te. Satisfacer las necesidades del niño: alimentación, vestuario, en 2003, o tener un año de experiencia como educador en alojamiento, higiene, descanso y tiempo libre. un recurso residencial. Cuidar de la salud física y psíquica del menor. 16 “La vida cotidiana es un lugar privilegiado para la interven- Realizar un estudio diagnóstico interdisciplinario de la situa- ción socioeducativa y para el cambio, orientado en la línea ción de las necesidades del menor acogido. de optimizar las capacidades humanas e intentar lograr una Formular las propuestas de medida de protección adecua- sociedad en la que los individuos, los grupos, las comunida- das: retorno a la familia biológica, acogimiento familiar sim- des sean capaces de tomar sus decisiones y de ser responsa- ple o preadoptivo, o acogimiento en un centro residencial. bles de ellas” ( Muñoz, C. (1989:2). A los Centros Residenciales de Acción Educativa la DGAIA les tiene atribuidas las siguientes funciones: 17 Los datos y conclusiones que se exponen forman parte Atender de manera integral a los menores que están ingre- del estudio realizado en el marco de la investigación ”Carac- sados bajo propuesta de los equipos correspondientes, para terísticas de los educadores sociales de los recursos residen- contribuir en su proceso educativo y de desarrollo personal. ciales para infancia y adolescencia en Barcelona y provincia” Cuidar de la salud física y psíquica del menor, vigilando por el realizado por Marzo, T.(2007). desarrollo armónico de su personalidad. 18 Funciones de atención individual, funciones de atención Diseñar el Proyecto Educativo Individualizado a partir del diagnóstico de evaluación inicial. grupal, funciones relacionadas con los servicios sociales, fun- 67
  • 69. ciones relacionadas con el contexto familiar y social del me- con los organismos competentes del Departamento en su nor y funciones relacionadas con el equipo educativo. preparación y ejecución”. 19 Artículo 36: a)” (...) Cada menor contará con un educador 26 El Decreto 2/1997, de 7 de enero, de Reglamento de Pro- como figura referencial a lo largo de su estada en el centro tección de los menores desamparados y de la adopción, en de acogida que será su educador tutor. Este será el respon- el capítulo III, artículo 40 dice: “Estos centros serán preferen- sable del plan de trabajo individualizado del niño, y deberá temente mixtos y las plantillas de los educadores estarán for- recoger, integrar y aportar la observación propia y la del res- madas por profesionales de ambos sexos”. DOGC. Nº 2307. to del equipo educativo al equipo técnico interdisciplinar”. 27 “De los 1526 niños atendidos en CRAE durante el año DOGC. Nº 2307. 2003, el 74,7% vivía en un centro residencial de la provincia 20 Artículo 42: “Los centros residenciales de acción educativa, de Barcelona, sumando un total de 1140 niños” (Informe (...), harán el proyecto educativo individualizado del menor, CIIMU 2004, vol. II, pp.250-262). en el que figurarán los objetivos educativos que se preten- den alcanzar con aquel menor, de acuerdo con su estudio diagnóstico y las estrategias de intervención que será nece- sario utilizar. Las anteriores actuaciones serán debidamente coordinadas con las que se efectúen desde otros equipos profesionales con la familia del menor”. DOGC. Nº 2307. 21 Decreto 51/1986, de 13 de febrero, por el que se crea el re- gistro de Instituciones y Entidades dedicadas a la Protección de Menores y se aprueba el reglamento de funcionamiento, artículo 19: “Cuando un menor ingrese en un centro, se le explicarán sus derechos y sus obligaciones, el reglamento de régimen interno y el funcionamiento del Servicio de Ins- pección”. 22 Bases para una nueva ley de infancia (2005). VII. “La ins- titucionalización del menor en un centro, a través del aco- gimiento institucional o residencial, debería configurarse legalmente como el último recurso, precisamente cuando los otros resulten ineficaces o inoperativos, y siempre con un carácter temporal. Hay que evitar los supuestos, incluso demasiado frecuentes, de cronificación de la institucionaliza- ción de los menores. Y para los casos en los que se opte por esta medida, el ingreso del menor en un centro residencial ha de ir precedida de una tarea previa de planificación, dan- do soporte a los menores para su preparación y adaptación a su nueva situación”. 23 Generalitat de Catalunya. (2005). Perfil profesional del educador/a social de los servicios de centros residenciales de acción educativa y de centros de acogida para niños y adolescentes. Comité de Expertos en formación de recursos humanos en el ámbito de Servicios Sociales. Departamento de Bienestar y Familia. Generalitat de Catalunya. 24 Código Deontológico. Capítulo II: Principios deontológi- cos generales. 4: Principio de la profesionalidad: “En el mo- mento de llevar a cabo su trabajo tiene siempre una inten- cionalidad educativa honesta concretada en un proyecto educativo realizado en equipo o red y está en disposición de formarse permanentemente como un proceso continuo de aprendizaje que permite el desarrollo de recursos personales favorecedores de la actividad profesional”. 25 En el Decreto 243/2005, de 8 de noviembre, el Servicio de Planificación y Evaluación de la Dirección General de Atención a la infancia y a la Adolescencia contempla como una de sus funciones: “dirigir e impulsar la evaluación de las necesidades de formación de los equipos profesionales de la red de protección de menores, así como proponer la elabo- ración de los programas formativos adecuados y colaborar 68
  • 70. NUEVA LEY DE INFANCIA EN CATALUNYA. ANTEPROYECTO DE LEY SOBRE LOS DERECHOS Y LAS OPORTUNIDADES DE LAS NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES Carme Panchón i Iglesias1 Resumen Se presenta el “Anteproyecto de la nueva ley de infancia en Catalunya: Ley sobre los derechos y las opor- tunidades de las niñas, niños y adolescentes”. Un nuevo texto legal muy esperado. Una de sus principales finalidades, es poner orden y unificar toda la legislación vigente y dispersa que existe en esta materia. Por otra parte aportará un cambio sustancial, ya que incorpora el concepto de “protección de los derechos de las personas menores de edad”. Se ha de destacar que se presenta una visión educativa de las leyes, ya que éstas, por una parte limitan, pero por otra, potencian y facilitan la intervención socioeducativa. Con el deseo que sea una ley preventiva que incida en la mejora de las condiciones de vida de los niños, niñas y adolescentes, en los diferentes contextos de la vida cotidiana. La elaboración de una nueva ley es, sin duda, el producto de una conjunción de propuestas y voluntades políticas y sociales. Palabras claves: derechos de la infancia y la adolescencia, legislación, intervención socioeducativa. Los antecedentes La Generalitat de Catalunya en 1981 asu- La ley 11/1985 se considera una ley moder- mió competencias en materia civil y de ins- na, con la pretensión de hacer una normativa tituciones públicas de protección y de tutela que sirviera para toda la infancia y la adoles- de menores. A partir de aquel momento se cencia. Este texto legal introdujo el concepto empezó a trabajar en la primera Ley de Pro- de tratamiento educativo, tanto en el ámbito tección de Menores (Ley 11/1985). Ley, que de la atención y protección a la infancia como hasta sus modificaciones posteriores regula- en el ámbito de la justicia de menores. ba la protección de los menores desampara- La puesta en marcha de esta Ley (deroga- dos, comprendiendo tanto la prevención y el da por todo el conjunto normativo posterior, tratamiento de la delincuencia infantil y juve- tanto en materia de protección a la infancia nil, como la tutela de los menores abandona- como de justicia de menores) introdujo ele- dos o víctimas de la actuación de los padres mentos fundamentales para el trabajo edu- o guardadores. En aquel momento supuso cativo3 en estos ámbitos y creo que en la un avance muy importante en relación con la actualidad es importante no perder de vista, normativa estatal, la Ley de Tribunales Tutela- entre otros: res de Menores de 19482. 1 Profesora titular de la Facultat de Pedagogia, Universitat de Barcelona y Subdirectora del CIIMU, Institut de Infancia y Mon Urbà. La Dra. Carme Panchón ha sido miembra del grupo promotor y del Grupo de personas Expertas que han elaborado este anteproyecto de ley. CIIMU, es un Consorcio entre el Ayuntament de Barcelona, la Diputació de Barcelona, la Universitat de Barcelona, la Universitat Autònoma de Barcelona y la Universitat Oberta de Catalunya. Este articulo refleja exclusivamente el estado de opinión de la autora. Correo electrónico: cpanchon@ub.edu. 2 Panchón, C. (1998) Manual de Pedagogía de la Inadaptación Social. Barcelona: Dulac edicicions. p. 51. 3 Entendiendo la educación en un sentido amplio y como motor de cambio personal y social. 69
  • 71. - La consideración de que el individuo se cuada preparación y formación perma- encuentra en constante evolución y que nente. necesita ayuda para poder evolucionar Con el avance legislativo, tanto a nivel in- constantemente. Se descarta, por tanto, ternacional, estatal como autonómico, se es- la predeterminación de un individuo a ser tablecen tres fenómenos que son: de una determinada manera sin tener po- sibilidades de cambio. - La descentralización (reconociendo a las Comunidades Autónomas competencias - Pone énfasis y regula la implicación del/ fundamentales para la política social. Art. la menor y la de su familia en el proceso 148 CE, 1978). educativo del menor. - La des judicialización de las situaciones de - La conceptualización de la protección a la desamparo y desprotección a partir de la infancia y de la justicia juvenil como ser- Ley 21/1987 (normativa legal estatal) de vicio público, fue la puerta que se abrió reforma del Código Civil en materia de para dejar detrás un modelo de interven- adopción de 11 de noviembre, aportó ción asistencialista y benéfico y pasar a un un paso importante para poder separar modelo educativo de relación de ayuda. situaciones de “protección y tutela” de las - El reconocimiento de que el/la menor situaciones de “reforma” como se denomi- ha de participar y estar informado de su naban en aquella época. situación, que ha de ser escuchado en - La des institucionalización, respaldada por aquellos aspectos que le afecten. un importante conjunto de estudios e in- - Pone énfasis en la función educativa que vestigaciones desarrolladas durante los han de realizar los diferentes profesiona- años sesenta y ochenta del siglo pasado les. Tarea profesional que no se limita ex- a nivel internacional, en las que se defen- clusivamente al control. día la búsqueda y la puesta en marcha de - Señala que cuando el/la menor ha de se- recursos alternativos a la institucionaliza- pararse de su entorno, las condiciones de ción (internamiento). vida han de desarrollarse de la manera más parecida a sus condiciones sociales Se empieza a configurar el Estado de Bien- y habituales y que ha de participar activa- estar y, en el ámbito que nos ocupa, se re- mente en las tareas sociales. conoce a partir del modelo de atención que - La incorporación del/la menor a la socie- empieza a despuntar hacia los y las menores dad como objetivo de los programas de en situación de dificultad socio familiar o en actuación, lo que hace necesario que los situación de conflicto social. proyectos educativos individualizados Se va pasando progresivamente de un (PEI), han de tender hacia la autonomía “modelo asistencial benéfico” a “un modelo personal. educativo de ayuda”4, reconociendo de este - Se pone en marcha en estos ámbitos de modo que la persona menor de edad es un protección a la infancia y de justicia juve- ser “objeto y sujeto” de derechos. Los dere- nil, una educación individualizada y plani- chos de los niños y las niñas les pertenecen ficada, socializadora, integral y compensa- a ellos en cuanto son personas; no se trata dora. simplemente de tenerlos como objetos de cariño, cuidado, atención, sino que ellos/as - Se destaca la profesionalización del perso- nal que ha de desarrollar esta tarea edu- 4 Panchón, C. ob. cít. pp 64-71 cativa con los/las menores. Un personal especializado e interesado por una ade- Armas, M. de (2004) Hacia la intervención socioeducativa en el proceso de la inadaptación social. Barcelona: Dulac edi- cions. pp 338-348 70
  • 72. son sujetos protagonistas de sus propias vi- misma duración que el acogimiento fami- das (Mato, 1993). liar (no puede durar más de un año, salvo La construcción de un Estado democrático que, después de haberlo comunicado al y de derecho constituye el marco y el punto fiscal, la medida sea prorrogada). de partida para el ejercicio de los derechos en - Se tendrán que establecer, por reglamen- todos los ámbitos de la vida cotidiana de las to, unos criterios de selección de la institu- personas. ción para adaptarlos a las necesidades de Posteriormente siguió en Catalunya, la los niños, niñas y adolescentes. producción normativa, siendo las principa- Podríamos extendernos en comentarios les leyes catalanas en esta materia, la Ley positivos sobre este texto normativo pero la 37/1991, de 30 de diciembre, de medidas de razón fundamental por la que lo menciona- Protección de los Menores Desamparados y mos es sobre todo porque sirvió para “asentar sobre la Adopción y la Ley 8/1995, de 27 de el cambio de paradigma” en la comprensión julio, de Atención y Protección de la Infancia y el tratamiento de las situaciones de riesgo y la Adolescencia y de modificación de la Ley para la infancia y la adolescencia. Modelo de 37/1991, de 30 de diciembre. intervención socioeducativo basado en el es- Destacamos, entre otras características tudio de las necesidades del menor y de su positivas algunas que la ley 37/1991 incorpo- familia. Estudio de necesidades que debía ser ró y que fueron de gran importancia para la realizado por equipos técnicos especializa- intervención socioeducativa con las personas dos en infancia i adolescencia. Equipos técni- menores de edad: cos que a la vez que hacen una propuesta de - Incluyó unos principios inspiradores que medida de protección, también hacen una fueron la guía para poder alcanzar la soli- propuesta educativa para poder elaborar un daridad y la integración de los niños, niñas proyecto educativo individualizado (PEI). y adolescentes. Siguiendo con los antecedentes del An- - Se ocupa fundamentalmente de los me- teproyecto de Ley de los Derechos y las nores desamparados y define tres casos Oportunidades para los niños, niñas y ado- de desamparo. lescentes, resaltaremos algunos aspectos de - Establece las medidas que se han de la Ley 8/1995, de 27 de julio, de Atención y adoptar en caso de desamparo, dejando Protección de la Infancia y la Adolescencia y abierta alguna otra posibilidad que en ese de modificación de la Ley 37/1991, de 30 de momento no se contemplara y fuera acon- diciembre. sejable para los niños y adolescentes. Tal y como aparece en la exposición de motivos destaca que “la infancia y la adoles- - Referente a las medidas que se hayan de cencia, menores de edad, han de ser objeto adoptar, recomienda aplicar aquellas que de una protección y una asistencia especia- no comporten la separación del niño o les”. Por tanto, la persona menor de 18 años, niña de su hogar y de su entorno socio fa- es “el centro de esta ley de atención y protec- miliar. ción”, relacionándolo con todos los contextos - Recomienda que en cualquier medida que en los que se desarrolla y con los que interac- se vaya a aplicar, el niño o niña de 12 años túa, garantizando su desarrollo integral en el de edad ha de ser escuchado, y aquellas ámbito familiar y social. personas menores de 12 años, en el caso Esta ley aporta una visión integral de la que tengan bastante conocimiento, tam- infancia desde el reconocimiento de sus de- bién. rechos en todos los ámbitos de la sociedad. - Entiende que las instituciones deben ser Como aspectos de interés recogidos en este abiertas e integradas en el barrio. El acogi- texto legal destacamos los requisitos que es- miento institucional (en centro) tendrá la tablece con relación a: los medios de comu- 71
  • 73. nicación; la publicidad; el mundo del espec- Inicialmente se creó un grupo promotor, táculo; el acceso a las bebidas alcohólicas y al como grupo de trabajo, que fue el que hizo tabaco; el alojamiento en hoteles; los medi- una primera revisión, reflexión y redactado camentos; las zonas recreativas y los parques de un documento básico que se pasó al Co- de atracciones; juegos de azar; etc. También mité de Personas Expertas, una vez constitui- incluye aspectos de protección de la salud, do éste, y a partir de aquí se elaboró el “Docu- de extensión educativa y de participación in- mento de Bases para la nueva ley de infancia fantil y juvenil. en Catalunya”. A lo largo de estos años se ha constatado El documento de Bases fue un documen- en numerosas ocasiones que aún teniendo to previo al Anteproyecto. Uno de los méritos un conjunto de leyes para la atención y pro- que se puede atribuir al Anteproyecto de la tección de la infancia, la adolescencia y sus nueva ley de infancia es que es el resultado familias, no se ha podido responder de la me- de una tarea compartida que se inició con la jor manera a determinadas problemáticas. presentación y difusión del “Documento de La ley incorporaba una visión de la infancia Bases para un proyecto de ley de infancia de de manera integral, pero ni el estudio de sus Catalunya (marzo de 2006)”. necesidades ni las respuestas que se ofrecían El 4 de abril de 2006 se hizo la presenta- iban en la misma dirección. ción pública de este documento de Bases5 La legislación de la que se dispone se ha en el Departamento de Bienestar y Familia. caracterizado por ser una superposición pro- Simultáneamente empezó un proceso parti- gresiva de leyes que han derogado en su to- cipativo en relación con este documento que talidad o en parte a las anteriores y que ha recoge, entre otros, un conjunto de principios dejado algunos aspectos poco definidos o que se presentan como ejes fundamentales o susceptibles de diversas interpretaciones y directrices de una ley de infancia para Cata- responsabilidades, lo que en alguna ocasión lunya. En este proceso participativo se impli- ha dado paso a inmovilidad o errores gra- caron más de 500 profesionales y, a partir de ves. La coexistencia de varias normativas ha todas las aportaciones recibidas la Dirección ocasionado en algunos momentos dificultad General de Participación Ciudadana elaboró en la toma de decisiones y en la asunción de un informe de resultados. responsabilidades por parte de algunas ad- Este informe de resultados formó parte ministraciones, de manera ágil y resolutiva, del material básico que disponía el Comité con repercusiones negativas. Repercusiones de Personas Expertas para la elaboración del negativas sobre todo para aquellas personas nuevo texto legal. que presentaban las necesidades sobre las En el documento de Bases se hace hinca- que se tenía que proporcionar una respuesta pié en que la nueva Ley de infancia quiere óptima y a tiempo. hacer un paso adelante e ir más allá e inten- tar encontrar respuesta a cada uno de los interrogantes que se plantean a partir de los Las Bases que sustentan la principios inspiradores de la ley, que han de futura Ley de infancia de Cata- ser los ejes fundamentales. lunya A continuación relaciono cada uno de los ejes que se recogen en las Bases con algunas Es interesante exponer brevemente el de las acciones que, a mi entender, serían proceso que se puso en marcha hasta llegar prioritarias. al documento del anteproyecto de ley ya que ha seguido, desde su inicio, un proceso de gran participación por parte de las adminis- traciones, entidades, asociaciones y profesio- 5 Actualmente Departamento de Acción social y Ciudadanía. nales en general. 72
  • 74. Los ejes fundamentales son: servir para promover su ejercicio y el de- - La infancia como eje vertebrador de la Ley: sarrollo de sus deberes y responsabilida- adecuando el sistema y los recursos a sus des, en los diferentes contextos de la vida necesidades y no al revés. Para ello se ha cotidiana de las personas. de incorporar el concepto de flexibilidad, - Atención y protección de la persona menor para poder dar prioridad real a las necesi- como derecho subjetivo: recogido en la dades de los niños, niñas y adolescentes. Convención sobre los Derechos de la In- También se ha de contar con la implica- fancia, el derecho a la atención y a la pro- ción y el compromiso de todas las admi- tección como derecho subjetivo del cual es nistraciones y profesionales. titular el propio niño, niña o adolescente. - El interés superior de la infancia y la ado- En este sentido, las propias personas inte- lescencia como principio rector del sistema: resadas podrían exigir a la Administración se ha de tener en cuenta a los infantes y competente, la respuesta más adecuada a adolescentes como titulares activos de sus necesidades con independencia de la derechos y articular los mecanismos nece- disponibilidad o no de recursos. sarios para garantizar y reforzar su parti- - Las familias. Principio de subsidiariedad: so- cipación y consideración y su individuali- lamente cuando la familia no se pueda ha- dad. Recogiendo la posibilidad de que los cer cargo de sus funciones parentales, por niños y adolescentes puedan reclamar di- las circunstancias que sea, es cuando las rectamente la aplicación de sus derechos administraciones con competencias en la a las instancias competentes. materia han de intervenir. Por este motivo, - La concepción de la perspectiva de género resulta imprescindible que las políticas de como principio transversal: esta concepción infancia no queden desvinculadas de las va más allá de lo que se piensa a primera políticas de soporte a las familias, y que vista. Lo que se quiere, incorporando este garanticen que los padres y las madres principio, es que se tenga presente que las puedan atender adecuadamente a sus hi- criaturas son niños y niñas, chicos y chicas, jos e hijas. que pueden tener las mismas necesidades - Prioridad presupuestaria: exigir a las di- o necesidades sexo específicas. ferentes administraciones implicadas en - Cláusula de difusión: se toma como mode- esta materia, que sus presupuestos atien- lo el artículo 42 de la Convención sobre los dan de manera prioritaria las actuaciones 6 Derechos de la Infancia . La difusión resul- con la infancia y la adolescencia en los di- ta fundamental para poder garantizar ferentes contextos de relación. Para con- otros principios y, al mismo tiempo, ga- seguir las mejoras en el bienestar de las rantizar el conocimiento de los derechos y personas menores de edad, han de que- deberes tanto para los niños y adolescen- dar garantizados los recursos materiales y tes como para el resto de la población. humanos necesarios. - Deberes de los niños, niñas y adolescentes: - Distribución clara de competencias entre las el conocimiento de sus derechos ha de diferentes administraciones: como comple- mento de la nueva Ley de infancia, se ha de contar con la reciente Ley de servicios 6 Este texto de Naciones Unidas, se aprobó el 20 de no- sociales para diseñar, en su momento, un viembre de 1989. El Estado español lo ratificó un año más nuevo modelo de atención y de protec- tarde (1990). El preámbulo de este texto jurídico reafirma la necesidad de proporcionar a los niños y niñas el cuidado y la ción para la infancia y la adolescencia, que asistencia especiales a causa de su vulnerabilidad. El próximo delegue las máximas responsabilidades año 2009 se celebrará el 20 aniversario de este texto interna- y recursos a las administraciones locales, cional que, hasta la fecha, solo queda por ratificar a Estados trabajando desde modelos de proximidad Unidos y Somalia. 73
  • 75. y que sitúe claramente las competencias y finalizó con la propuesta del redactado del las actuaciones de las diferentes adminis- anteproyecto de ley (diciembre de 2007). traciones implicadas. - Creación de la figura del Defensor o Defen- Anteproyecto de Ley sobre los sora de los Derechos de la infancia: prever Derechos y Oportunidades de la figura de una Defensora o Defensor de los derechos de los niños, de la manera los niños, niñas y adolescentes que resulte más adecuada para conseguir Como se ha comentado anteriormente, la la efectividad de las funciones principales elaboración de una ley general de infancia y y de las actuaciones prioritarias que se adolescencia en Catalunya se ha constatado acuerden. como una necesidad. - La participación de la infancia: promover La nueva ley tiene tres ejes fundamentales: órganos de participación real de los niños, - Unificar la legislación catalana sobre in- niñas y adolescentes sobre todo en la vida fancia y adolescencia. pública y en aquellas decisiones que les afecten. Según las edades e intereses, dis- - Visualizar la infancia y la adolescencia poner de espacios de participación donde como sujeto de derechos y oportunida- “el proceso participativo” resulte un espa- des. cio de aprendizaje en la reflexión, el com- - Actualizar la normativa de acuerdo con las promiso y la responsabilidad en la toma nuevas necesidades y circunstancias so- de decisiones compartida. ciales. - La coordinación interinstitucional: se ten- Este texto legal pretende ofrecer una nue- drá que establecer la coordinación institu- va visión sobre la concepción que se tiene de cional creando, por ejemplo, comisiones las niñas, niños y adolescentes en la actuali- territoriales o comisiones departamenta- dad. les, de todas aquellas administraciones, Introduce un nuevo paradigma basado en departamentos y profesionales más impli- la “protección de los derechos de las perso- cados en materia de infancia y adolescen- nas”, especialmente las personas menores de cia (justicia, salud, bienestar, entre otros). edad. La base conceptual es que los niños y Algunos ejemplos actuales de coordina- adolescentes tendrían que incluirse en la ca- ción interinstitucional, surgen como resul- tegoría de ciudadanos, de sujetos de derecho tado de la aplicación de una metodología y, por tanto, de personas con oportunidades de trabajo en red y del método abierto de de cara a la sociedad a la que pertenecen (de coordinación. la que forman parte). En definitiva, intenta - Valoración del impacto de la Ley: siguiendo hacer realidad y concretar el objetivo de la ejemplos de otros países de nuestro en- Convención sobre los Derechos de la Infan- torno europeo, se tendrá que hacer una cia (Naciones Unidas, 1989) “La protección y valoración del impacto de la Ley, estable- la garantía de los derechos de las personas ciendo en su momento como tendría que infantes y adolescentes”. ser el mejor sistema para hacerlo (algún Esta ley ofrece un marco normativo para órgano de evaluación específico, com- el cambio y la acción y un nuevo paradigma posición del equipo evaluador, etc.), de- centrado en la atención y en la protección finiendo y seleccionando los indicadores de los derechos de las personas menores de más importantes. edad. El Comité de Personas Expertas desarro- Hay que resaltar los conceptos clave que lló una metodología de trabajo intensa, que se encuentran en toda la ley: “la promoción, la atención, la protección, la prevención y la 74
  • 76. participación”. La prevención constituirá un En el Título II. Derechos de las niñas, niños y eje transversal y una prioridad a lo largo de la adolescentes, entre las principales novedades tarea educativa y protectora. se pueden destacar: La importancia de la “prevención” desde - Compilación y desarrollo de los derechos los contextos más cercanos, donde las emo- de los niños, niñas y adolescentes. ciones tienen un papel crucial y donde se - Promoción de los derechos reconocidos. pueden adquirir competencias emocionales - Regulación de la capacidad de decidir so- que contribuyen a un mejor y más feliz desa- bre la maternidad. rrollo de las personas. - Escolarización, absentismo, abandono es- La ley se estructura en títulos, capítulos, colar. secciones y subsecciones. Su contenido se distribuye en un primer e importante apar- En el Título III. Prevención general, entre las tado de exposición de motivos, seguido de principales novedades se pueden destacar: seis títulos que presentan novedades muy - Nueva regulación de las actuaciones de significativas: prevención: Prevención general; Preven- - Título I: Disposiciones directivas y princi- ción (riesgo social, riesgo personal). pios rectores. - Mutilación genital femenina. - Elaboración de listas de indicadores y de - Título II: Derechos de las niñas, niños y recomendaciones. adolescentes. - Título III: Prevención general. En el Título IV. Protección pública ante el maltrato infantil, entre las principales nove- - Título IV: Protección pública ante el mal- dades se pueden destacar: trato infantil. - Protección ante el maltrato y la victimiza- - Título V: La protección a la infancia y a la ción secundaria. adolescencia en situación de riesgo social - Priorización de medidas administrativas y y desamparo. judiciales que permitan la salida del mal- - Título VI: Infracciones y sanciones. tratador y la permanencia del menor en la En el Título I. Disposiciones directivas y prin- vivienda familiar. cipios rectores, entre las principales noveda- - Creación de un Centro de Estudios e In- des se pueden destacar: vestigación sobre el Maltrato Infantil. - Especialización y formación de las fuerzas - El interés superior del niño, niña y adoles- y cuerpos de seguridad, salud y educa- cente y la evaluación de las normas y las ción. políticas públicas para garantizar que in- - Acción popular. cluyan los objetivos y acciones dirigidos a proteger este interés superior. - Servicios de atención al maltrato infantil. - La creación de mesas territoriales de in- En el Título V. La protección a la infancia y fancia y adolescencia. a la adolescencia en situación de riesgo social - Un Sistema de Información de la infancia y y desamparo, entre las principales novedades la adolescencia. se pueden destacar: - La puesta en marcha de Consejos de In- - Distinción entre situaciones de riesgo y de fancia y Adolescencia como medio de desamparo. participación. - Mejoras en el procedimiento de desam- - Evaluación. paro: Medidas cautelares; Limitación del plazo para oponerse judicialmente a las - Coordinación y planificación. resoluciones de desamparo y de adopción de medidas de protección; Regulación 75
  • 77. más detallada del procedimiento adminis- ner los mejores resultados para los niños, trativo. niñas y adolescentes. - Consideración del infante o adolescente - Que defina claramente en qué consiste la como sujeto de derecho y facilitar su ejer- protección a la infancia y los mecanismos cicio y su participación: Notificar las reso- de que dispone cada Administración para luciones a los adolescentes; Informar al poder hacerse cargo. niño, niña o adolescente protegido; Crear - Que establezca los procedimientos y ac- la figura del procurador o procuradora de tuaciones en las situaciones de riesgo y en los derechos de los niños y adolescentes. las situaciones de desamparo. - Nueva regulación de las medidas de pro- tección: Acogimiento permanente; Aco- - Que promueva políticas solidarias para gimiento profesional; Nuevo régimen poder llegar a una prevención positiva. jurídico del acogimiento pre adoptivo; - Que permita desplegar políticas de infan- Supresión de la atención en la propia fa- cia integrales y transversales. milia. - Que promueva la participación activa de - Regulación de la asistencia posterior a la las niñas, niños y adolescentes para la de- mayoría de edad o emancipación. fensa de sus derechos. - Coordinación y regulación de las actuacio- - Que comprometa de manera estable a los nes de protección en el supuesto de per- gobernantes. sonas menores que cometan infracciones penales. Ha de ser una ley7 que vaya más allá de identificar exclusivamente la protección de la infancia con actuaciones dirigidas a su des- objetivos A conseguir por la protección o “desamparo”. Una ley que aporte nueva ley de infancia una perspectiva más amplia, más activa, de En mi opinión, la nueva ley de infancia ten- la protección, entendida ésta como la protec- dría que ser un nuevo texto legal que como ción y la garantía de los derechos de todos mínimo cumpliera los siguientes requisitos: los niños, niñas y adolescentes. Uno de los principales interrogantes que - Que simplifique, ponga orden y clarifique se plantean es como se ha de hacer efecti- la normativa legal en esta materia en Cata- va esta ley para que sea realmente útil para lunya. los niños, niñas y adolescentes y asegure su - Que se aplique a todos los niños, niñas y desarrollo integral personal y social. Segura- adolescentes en Catalunya. mente esto se podrá llevar a cabo a partir de - Que establezca las actuaciones en las si- la elaboración de un nuevo modelo de aten- tuaciones de vulneración de los derechos. ción integral a la infancia y a la adolescencia - Que vele por los intereses de los niños, ni- en Catalunya que garantice la transversali- ñas y adolescentes de forma global. dad de todos aquellos agentes que tienen responsabilidades en la atención a la infancia - Que tenga una función de anticipación y y a la adolescencia; a su vez será necesario de promoción social. disponer también de los recursos materiales - Que reafirme la importancia de la infancia y humanos necesarios para su desarrollo. y la familia en general y especialmente su protección. 7 En el momento de cerrar este artículo, este Anteproyecto - Que ayude a organizar los sistemas y nive- les de atención y de protección para obte- de ley se encuentra pendiente de entrar en el Parlamento de Catalunya 76
  • 78. Referencias - Armas, M. de (2004). Hacia la intervención so- cioeducativa en el proceso de la inadaptación social. Barcelona: Dulac edicions. - Avantprojecte de llei sobre els drets i les oportuni- tats dels infants i adolescents . Esborrany (gener de 2008). Secretaria d’Infància i Adolescència. Departament d’Acció Social i ciutadania. Ge- neralitat de Catalunya. - Bases per a un projecte de Llei d’infància de Ca- talunya. Un document per al debat (abril 2006). Departament de Benestar i Família. Generali- tat de Catalunya. - Mato, (1993). “L’infant objecte i subjecte de dret”. En Actas de: Seminari sobre la Convenció de Drets de l’Infant. Unesco. Barcelona. - Nacions Unides (1989). Convenció sobre els drets de l’infant. - Panchón, C. et al. (2008). “Reflexions al voltant de la proposta legislativa”. Ponència al Semi- nari: Cap a una nova llei d’infància. Facultat de Dret. Universitat de Barcelona. - Panchón, C. (coord.) (2006). Infància en situa- ció de risc social. TE, 31, pp.7-67. - Panchón, C. (1998). Manual de pedagogía de la inadaptación social. Barcelona: Dulac edicions. 77
  • 80. PRE SE N TAC I Ó N Carmen Steinert Cruz. EL ACOGI- MIENTO FAMILIAR EN LA PROVINCIA DE SANTA CRUZ DE TENERIFE: ESTUDIO DESCRIP- Revista de INTERVENCIÓN PSICOSOCIOEDUCATIVA en la DESADAPTACIÓN SOCIAL TIVO África Borges del Rosal, Elena Rodríguez IPSE-ds Naveiras, Carmen Hernández Jorge. MARCO DE REFE- RENCIA DE LOS PROGRAMAS DE COMPETENCIA PSICO- SOCIOEDUCATIVA DE JUSTICIA JUVENIL EN LA COMUNI- DAD AUTÓNOMA DE CANARIAS Manuel De Armas Hernán- dez, José Luís Arregui Sáez, Agustín López Martínez. LA CONDUCTA SUICIDA EN ADOLESCENTES SUS IMPLICACIO- NES EN EL AMBITO DE LA JUSTICIA JUVENIL Josep Moya i Revista de INTERVENCIÓN Ollé. LA MODIFICACION DE LA LEY DE RESPONSABILI- DAD DEL MENOR OPERADA POR LA LEY 8/2006 Deme- PSICOSOCIOEDUCATIVA trio Pintado Marrero, Alicia Salabert Cardona, Pablo en la DESADAPTACIÓN Ponce Matínez. LA EVALUACIÓN DEL RIESGO EN EL CONTEXTO DE LA LEY PENAL JUVENIL Enrique SOCIAL López Martín,María Dolera Carrillo. CARACTE- RÍSTICAS DE LOS EDUCADORES SOCIALES DE LOS RECURSOS RESIDENCIALES DE ATENCIÓN A LA INFANCIA Y ADOLES- CENCIA EN CATALUNYA Teresa Marzo Arpón. NUEVA LEY DE INFANCIA EN CATALUNYA. ANTEPROYECTO DE LEY SOBRE LOS DERE- CHOS Y LAS OPORTUNI- DADES DE LAS NIÑAS, NIÑOS Y ADOLES- CENTES Carme Panchón Iglesias. 1