Este documento describe el apagón analógico que se iba a realizar en Tijuana, siendo la primera ciudad en Latinoamérica en transmitir completamente en digital. Sin embargo, 14 mil hogares no estaban preparados para recibir la señal digital, por lo que el IFE pidió posponer el apagón hasta después de las elecciones. La COFETEL ordenó restaurar las transmisiones analógicas, dejando a Tijuana como un efímero ejemplo del cambio a la televisión digital.