El documento aborda la didáctica crítica, surgida en México en los años 80, enfatizando la necesidad de considerar al alumno como un sujeto activo en su proceso de aprendizaje en vez de un objeto pasivo. Establece una dualidad inseparable entre enseñanza y aprendizaje, promoviendo el auto-conocimiento y la reflexión crítica tanto en alumnos como en docentes. A su vez, destaca la importancia de integrar la ética en la ciencia y la tecnología, analizando su impacto en la sociedad y la responsabilidad del investigador.