Un bebé camello le pregunta a su madre por qué los camellos tienen joroba, patas largas y pestañas grandes. La madre explica que la joroba almacena agua, las patas les permiten moverse fácilmente por el desierto, y las pestañas protegen los ojos de la arena. Al final, el bebé camello se da cuenta de que sus adaptaciones al desierto no sirven de mucho estando en el zoológico. La moraleja es que las habilidades de uno solo son útiles cuando se usan en el lugar correcto.