El segundo viaje misionero de Pablo abarcó aproximadamente 1000 días y 1500 km a través de Frigia, Galacia y Europa. Durante este viaje, Pablo y su equipo establecieron iglesias en Filipos, Tesalónica y Corinto a pesar de enfrentar confrontaciones. Algunas lecciones importantes incluyen la providencia divina, someter los planes a la conducción de Dios y circuncidar el corazón para amar a Dios.