El documento explora las implicaciones positivas de la resurrección de Cristo, incluyendo que los creyentes no están solos, pueden vivir con esperanza y alegría, serán salvados, también resucitarán, están presenciando el nacimiento de un nuevo mundo, se alimentan del amor de Cristo en la Eucaristía, son protegidos y amados por él, y él está ya presente con la comunidad aunque todavía no en su plenitud.