San Ignacio de Loyola nació en una familia noble pero se convirtió en soldado. Después de ser herido en la guerra, se dedicó a leer vidas de santos y decidió peregrinar a Jerusalén. Estudió en Montserrat y París y reunió a unos cuantos hombres para hablar de Dios. Le pidieron al Papa Pablo III que les enviara donde fuera necesario, y así se aprobó la Compañía de Jesús.