El documento critica a los "nuevos bandoleros sindicalistas" que se aprovechan de las subvenciones y los fondos destinados a los desempleados para enriquecerse a sí mismos a través de cursos innecesarios y jubilaciones fraudulentas. Se compara su actuación con la de antiguos bandoleros y se elogia la decisión de una juez de juzgarlos para poner fin a su corrupción e impunidad.