El lenguaje de las personas con síndrome de Asperger puede ser altamente discapacitante a pesar de que generalmente no presentan dificultades en los componentes formales del lenguaje. Presentan graves alteraciones en la pragmática, semántica y prosodia que afectan severamente su capacidad de comunicación y relacionarse socialmente. Carecen de habilidades básicas como iniciar o mantener conversaciones informales, hacer preguntas, entender matices y contextos, lo que les impide funcionar adecuadamente en la sociedad.