El documento presenta diez tendencias para el desarrollo rurbano, destacando la evolución de las necesidades ciudadanas y la importancia del co-diseño de servicios adaptados a estas demandas. Se enfatiza que la marca de una ciudad debe ir más allá de la apariencia, incorporando contenido real y creando un ecosistema innovador entre administraciones, empresas y ciudadanos. Se concluye que la adaptación tecnológica y la participación ciudadana son clave para lograr ciudades más eficientes e inteligentes.