El vínculo de apego se refiere a las conductas del bebé hacia los adultos significativos, como sonrisas, llantos y gritos. La comunicación temprana con figuras primordiales a través de contacto, miradas y gestos forma las bases de la expresión emocional y la interacción. La exploración del entorno a través del juego permite al bebé conocer y apropiarse progresivamente del medio. Los vínculos en esta etapa son más afectivos que funcionales.