La energía en España es crucial para el desarrollo económico y el bienestar social, con una fuerte dependencia de fuentes no renovables y una baja capacidad de autoabastecimiento. Actualmente, el país enfrenta retos en la producción y consumo energético, especialmente en la transición hacia fuentes renovables. A pesar de contar con diversas fuentes de energía, la situación se complica debido a la necesidad de importar recursos y los impactos ambientales de las energías fósiles.