La rivalidad política entre José Carreras y Plácido Domingo los llevó a una enemistad en la que se negaban a presentarse juntos. Cuando a Carreras le diagnosticaron leucemia, Domingo creó en secreto la Fundación Hermosa para financiar su tratamiento. Tras recuperarse gracias a la fundación, Carreras descubrió que Domingo era el fundador y presidente, sellando así su reconciliación y amistad.