La tercera generación de computadoras emergió con el desarrollo de circuitos integrados en pastillas de silicio que permitieron miles de componentes electrónicos en miniatura. Esto hizo que las computadoras fueran más pequeñas, rápidas y eficientes energéticamente, al tiempo que podían realizar múltiples tareas como procesar nóminas y aceptar pedidos. El modelo IBM 360 dominó el 70% del mercado y contribuyó al surgimiento de las minicomputadoras.