En una teocracia, el Estado se organiza de acuerdo a los principios y normas de una religión en particular. Los dogmas y normas morales de la religión se convierten en las leyes fundamentales y positivas del Estado. Todos los órganos del Estado están orientados a aplicar e interpretar las enseñanzas divinas reveladas a través de los profetas y clérigos de acuerdo al contexto actual. Algunos países musulmanes aún mantienen regímenes teocráticos que se rigen por las "leyes religiosas".