La dictadura se caracteriza por concentrar el poder en una sola persona, generalmente un dictador, sin división de poderes ni consentimiento de los gobernados. Históricamente, la dictadura romana confería poderes absolutos a un hombre por un máximo de 6 meses durante emergencias. Hoy, las dictaduras suelen justificarse por situaciones extraordinarias y perpetuarse de por vida, presentando al dictador como un sacrificado líder. Las dictaduras pueden ser autoritarias o totalitarias dependiendo de sus características.