La impugnación tiene como fin combatir las resoluciones de los tribunales que las partes consideren incorrectas, ilegales, equivocadas o irregulares. Los medios de impugnación están justificados por la falibilidad humana, es decir, la posibilidad de que los actos humanos, como las resoluciones de los tribunales, contengan errores y generen injusticias.