El documento lamenta la muerte del "Sentido Común" debido a la aplicación de reglas bien intencionadas pero ineficaces, como reportes excesivos de abuso infantil y maestros despedidos por disciplinar a estudiantes. El sentido común declinó más cuando las escuelas requirieron muchos permisos de los padres y cuando los Diez Mandamientos se volvieron irrelevantes. Su muerte fue precedida por la de valores como la Verdad y la Confianza.