El documento analiza la naturaleza de la fe como una preocupación última del ser humano. Explica que la fe trasciende lo racional y lo irracional y abre dimensiones de la realidad y del alma humana que de otro modo nos estarían vedadas. También señala que sólo podemos acceder a lo divino a través del lenguaje simbólico y los mitos, no de forma directa. Finalmente, establece que la fe implica amor, y el amor se expresa a través de la acción comprometida con la realidad.