Durante el verano, la migración de la población provoca una disminución en el encendido de televisión y un cambio en el consumo de medios, con un aumento en la fidelidad de la audiencia de televisión paga comparada con la televisión abierta. Los anunciantes ajustan sus estrategias publicitarias, destacando la televisión como el medio predominante en gastos, mientras que la percepción del consumidor sobre las campañas de verano muestra alta recordación de actividades en la vía pública. A pesar del descenso general en el rating, las marcas siguen adaptando sus mensajes y métodos para captar la atención del público en temporada vacacional.