La iglesia de Laodicea era rica materialmente pero espiritualmente tibia, desnuda de las obras justas de los santos. Jesús critica a la iglesia por su falta de celo espiritual, su autosuficiencia y su tibieza. Les aconseja comprar oro refinado por el fuego para ser ricos espiritualmente, vestiduras blancas para cubrir su desnudez espiritual, y colirio para los ojos para recuperar la visión espiritual.