La construcción de la Ruta Viva en Quito dividió varios barrios y sectores ubicados a lo largo de los 12,9 kilómetros de la vía. Aunque la ruta acortará los tiempos de viaje al aeropuerto, los residentes de estos barrios ahora deben caminar más para acceder a servicios básicos, debido a que la ruta los separó y no se construyeron puentes peatonales suficientes. Las autoridades locales reconocen que se necesitan soluciones para mejorar la movilidad interna en estos sectores afectados.