El documento discute la necesidad de actualizar la ley penal para incluir nuevas modalidades de difusión como la radio, televisión, internet y otros medios. Una reforma legal debería abarcar variantes futuros de comportamientos delictivos a través de tecnologías innovadoras, pero sin violar los principios de taxatividad ni analogía. También recomienda que cuando el honor esté amenazado, se grabe al difamador y se acuda a las autoridades para certificar el acto y fundamentar una sentencia.