Las universidades españolas están invirtiendo en software antiplagio como Turnitin para detectar el plagio en los trabajos de los estudiantes. Estos sistemas comparan los textos con miles de millones de páginas web y bases de datos para identificar partes copiadas. Aunque este software ha ayudado a reducir el plagio, los profesores enfatizan la importancia de educar a los estudiantes sobre por qué el plagio está mal y cómo pueden aprender mejor citando fuentes.