Una red local (LAN) permite la interconexión de varios ordenadores y periféricos dentro de un edificio o entorno de 200 metros, permitiendo compartir recursos e intercambiar datos. Las primeras LAN se crearon a finales de los años 1970 para conectar ordenadores centrales, y más tarde ordenadores personales, compartiendo espacio de disco e impresoras. Las LAN ofrecen ventajas como compartir bases de datos, programas e impresoras, eliminando redundancias y facilitando la comunicación y trabajo en equipo.